AURELIO A. BAYAS ARGUDO

POLITICO .- Nació en Azogues, Provincia del Cañar, el 12 de Noviembre de 1886 y fue bautizado con los nombres de Aurelio Armando. Hijo legítimo del Dr. Aurelio Bayas Martínez y de su prima hermana Roxana Argudo Bayas, propietaria de una parte de la gran hacienda "Opar" cerca de Azogues, que heredó por lo Argudo.

Fue el mayor de una familia compuesta de cuatro hermanas y un solo hombre. Su padre era un próspero abogado que militaba con éxito en las filas del placismo del Azuay y figuró muchos años como Diputado y Senador, ocupando el rectorado del Colegio Nacional "Benigno Malo" de Cuenca.

Estudió la primaria en la escuela de los Hermanos Cristianos de Azogues y la secundaria en el Colegio Nacional "Juan Bautista Vásquez" hasta graduarse de Bachiller en Humanidades Clásicas en 1901. Ese año inició sus estudios de Derecho en Cuenca, que realizó con gran aprovechamiento y en solo cuatro años por la libertad de Estudios.

En Junio de 1908 se incorporó de Abogado y Doctor en Jurisprudencia. Ya era conocido como poeta, literato y político. En 1905 había fundado y sostenido el periódico liberal "El Estandarte" y en Marzo de 1907, con Juan Iñiguez Vintimilla sacó la revista mensual de letras y variedades "Lapizlázuli", de las primeras publicaciones en adoptar tímidamente los moldes modernistas en el . Por eso se la ha calificado de "revista de buen gusto y refinamiento, de ensoñación, de ideal de la belleza, de experimentación y de búsqueda de lo moderno".

Ese año empezó a colaborar en la revista "Amenidades" de , donde apareció su poesía "De Lejos" con reminiscencias aun románticas y decimonónicas. En la Imprenta de la Alianza Obrera de Cuenca editó en 1908 el fragmento de un estudio mayor titulado "El libro del corazón" cuyas páginas salieron sin numerar. Ese año fue electo Concejal y sus compañeros munícipes le nombraron Vicepresidente del Ayuntamiento cuencano.

En 1909 fue secretario del Colegio San Luis, después transformado en Benigno Malo. Era un joven e inteligente profesional, mas bien alto pues media 1,70 mtrs. de estatura, que montaba muy bien a caballo y gustaba y apreciaba la vida al aire libre en los campos de su hacienda, así como del estudio del Derecho y la Literatura y aunque extremadamente amable, quizá por lo fuerte de su carácter era poco amiguero.

En Mayo fue designado Juez de Letras. Sus colaboraciones bajo el seudónimo de Wabsay en la revista "Juan Montalvo" de Guayaquil eran continuas. Allí aparecieron sus poesías "Melopea", "Secretos" y "Wabys", esta última, dedicada a su amigo y coteráneo Aurelio Falconí Zamora. También es suyo en elegante ensayo sobre el Dr. Luis Cordero, pues fue una época de intensa dedicación al periodismo.

Otros de sus seudónimos más conocidos son Sayab en "Los Andrés" y en "Guayaqui Artístico", y Un Centinela en el "Diario Ilustrado". También de esa época fueron los primeros estragos de una incipiente diabetes que poco a poco se le fue agudizando pero que supo controlar con una dieta estricta hasta que en los años 30 tuvo que procurarse inyecciones diarias de insulina, que él mismo se aplicaba en el estómago.

A principios de 1912, atraído por sus parientes próximos los Bayas Barros y los Martínez Ponce viajó a Guayaquil y le agradó tanto el ambiente que decidió quedarse.

El 22 de Febrero de 1913 fue designado Agente Fiscal de la Tercera Judicatura de Letras del Guayas. En Noviembre contrajo matrimonio con Judith Alvear Pallares natural de Riobamba y tuvieron seis hijos. El 14 formó parte de la redacción del periódico "El Grito del Pueblo", el 16 llegó a Redactor en Jefe, allí permaneció durante tres años y el 20 ocupó la Dirección.

En 1914 salió electo Diputado por el Cañar, dándose el curioso caso que su padre era Senador por esa misma provincia. El 15 fue designado por el Congreso para Ministro Juez de la Corte Superior de Justicia de Guayaquil, le reeligieren durante tres períodos hasta 1918, que ocupó la Presidencia de tan alto Tribunal.

En 1916 salió Diputado, en esa ocasión por la provincia del Azuay, pero se excusó en razón del cargo que desempeñaba. El 19 fue electo Concejal del Cantón Guayaquil y adquirió una manzana de terreno donde hoy es la Clínica Alcívar (calles Chimborazo, Coronel y Azuay) allí levantó la villa "Leda" de tres pisos de alto, con madera y ladrillos, posiblemente para que su esposa disfrutara de la paz y tranquilidad del campo. Se le había presentado la esquisofrenia (tenía cierto temas permanentes aunque se daba cuenta de todo) estas fijaciones eran con personas, con luces, con señales, con palabras que escuchaban como si las pronunciaban dentro de su cabeza, seguidas de meses de inacción (abulia casi total en que hasta la mirada se perdía) todo lo cual se irían agravando hasta que la internaban por largos períodos en el Manicomio, donde tampoco se curaba.

En 1920 volvió de Diputado por el Azuay a los Congresos hasta el 21. Era uno de los abogados más distinguidos de la República y su opinión se respetaba. En 1925 concurrió como delegado por el Cañar a la Asamblea del Partido Liberal. El 26 fue redactor principal del Diario "La Crónica" que hizo violenta oposición a las Juntas de Gobierno de la revolución Juliana.

Fueron años de activa militancia partidista como miembro del ala que lideraba Enrique Baquerizo Moreno en Guayaquil. En 1927 construyó una casa mixta en la esquina de Chile y Bolivia.

En 1928 fue designado Alcalde Cantonal de Guayaquil, que entonces equivalía al actual cargo de Juez Provincial. Igualmente fue Vocal de la Junta Suprema del Liberalismo En 1930 ocurrió su divorcio. El 31 contrajo segundas nupcias con su prima doble Esther Martínez Llaguno, en quien no tuvo sucesión.

En 1934 ingresó al Colegio de Abogados de Quito y fue designado Procurador General de la Nación por el Congreso de ese año. En el desempeño de sus funciones hizo amistad con el Presidente José María Velasco Ibarra, quien le llegó a cobrar especial estimación, al punto que un años después, al producirse el arribo a Quito del Senador Carlos Alberto Arroyo del Río, a quien los liberales ofrecieron un banquete, llamó a Bayas por teléfono y le reprochó que hubiera concurrido, diciéndole que cómo era posible que un amigo tan apreciado participara del agasajo de su peor enemigo, Bayas se disculpó como pudo! (1)

Ese año ingresó al Rotary Club Internacional, del que fue uno de los más eficientes miembros en el Ecuador, dictando charlas y conferencias a nivel nacional para promover nuevos miembros. La iglesia se oponía a ello pues el Rotarismo se consideraba como la Masonería Moderna de los Estados Unidos.

Proclamada el 20 de Agosto de 1935 la dictadura del Presidente Velasco Ibarra, que falto de apoyo tuvo que renunciar sus funciones y ausentarse a Colombia, el ejército encargó el poder al Ministro de Gobierno Dr. Antonio Pons Campuzano, amigo personal de Bayas, a quien designó nuevo Ministro de Gobierno esa misma noche y en la Cartera de Obras Públicas nombró al Ing. Federico Páez, circunstancia que sirvió para que Bayas y Páez se hicieran íntimos.

(1) Desde la Presidencia del Senado Arroyo impidió toda reforma entablándose una pugna de poderes entre el Ejecutivo y el Legislativo que terminó con el Intento de dictadura de Velasco Ibarra y su fracaso consiguiente. Un mes después, el 26 de Septiembre, ante el peligro de un triunfo electoral conservador y sin consultar con su gabinete, Pons resignó el mando en el ejército. Esa tarde se consideró los nombres de Páez y Bayas para sucederle. El primero tenía a su haber la ventaja de ser un ciudadano independiente, que gozaba de grandes simpatías personales en todos los sectores de la capital por su bonhomía y espléndido carácter, pero no era un intelectual como Bayas ni sabía de leyes ni reglamentos. Con todo, primó su candidatura.

Sus primeros actos fueron declarar vigente la Constitución de 1906 derogando tácitamente las del 29 que había regido hasta entonces. Luego formó gabinete de la siguiente forma: Bayas en Gobierno. El Cor. Benigno Andrade Flores en Defensa Nacional y Jerónimo Avilés Aguirre en Hacienda. Las demás carteras: de Educación, Obras Públicas y Previsión Social, fueron encargadas, las dos primeras a Bayas, y la última a Avilés.

Pocos días después Andrade Flores fue reemplazado por el General Alberto Enríquez Gallo, ahijado de bautizo de Páez, quien era el verdadero poder tras el trono. El 1o. de Octubre fue designado Ministro de Obras Públicas el Ing. Segundo Heleodoro Ayala y de Relaciones Exteriores el General Ángel Isaac Chiriboga, ambos independientes. El día 3 de Previsión Social el Lic. Colón Serrano Murillo y de Educación Carlos Zambrano Orejuela, socialistas. (2)

Un gabinete tan bien balanceado se prestó a una serie de pugnas entre los dos ministros socialistas y los dos liberales. Finalmente éstos últimos desplazaron a los primeros que tuvieron que renunciar. Entonces, como Premier de la República, Bayas colaboró para convertir al Ecuador en

(2) Por esos días y en razón a sus múltiples merecimientos literarios recibió del gobierno de Francia las Palmas Académicas y del gobierno ecuatoriano la Orden Nacional al Mérito en el grado máximo de Gran Cruz. un estado policial, al punto que la dictadura empezó a ser conocida como Paez- Bayas, dado el acuerdo tácito existente entre ambos; sin embargo, dentro de tan sombrío panorama, se dictó el 12 de Mayo de 1936 la Ley de Tierras Baldías, primera que tuvo el país en beneficio del oriente, pues permitió la colonización de la región concedida a la Shell Mera. También se creó la colonia penal de las Islas Galápagos y se dictó la Ley de Identificación y Dactiloscopia. El país comenzó a reponerse de los avatares de la política y hasta la economía trataba de enrumbarse cuando el 28 de Noviembre ocurrió la sublevación del regimiento de Artillería Calderón en Quito, cuya disolución había sido ordenada por sospechas de conspiración.

Bayas cayó prisionero de los amotinados dirigidos por el Cap. Pino y un Sargento Velasco, que acababan de asesinar por la espalda al Coronel Patiño y a otros oficiales. Enseguida fue conducido con los demás presos al cuarto de oficiales mientras afuera se escuchaba el baleo con las fuerzas leales. Entonces aprovechó para entregar a un joven Alférez las claves del gobierno que llevaba consigo, ordenándole que las oculte en una de sus botas. La explosión de una granada voló los sesos del Alférez, que salpicaron el chaleco y el saco de Bayas. Y cuando todo parecía perdido porque los amotinados querían asesinarlo, fueron despistados por un Ordenanza llamado Walter Andrade, que los envió en sentido contrario, dando tiempo para que entraran las fuerzas leales y libraran al Ministro y a la Oficialidad.

El pueblo de Quito dio en llamar a esta revolución con el nombre de "La Guerra de las Cuatro Horas", hecho sangriento y malhadado pues dio orígen a que se iniciara una de las más crueles y duras persecuciones políticas que registra la historia del país en el siglo XX, dizque porque había sido ejecutada por miembros de la Vanguardia Revolucionaria Socialista que acaudillaba el Coronel .

Numerosos intelectuales y artistas de izquierda salieron desterrados, otros fueron confinados lejos de sus hogares a distintos sitios de la República casi siempre inhóspitos y malsanos, donde sufrieron los estragos de las enfermedades. Los serranos fueron mandados a la costa a que murieran de malaria, fiebre amarilla o cualquier otra enfermedad tropical y los costeños pasaron a vivir cerca de los páramos a que pescaran pulmonía o por lo menos una congestión. Las cárceles también se llenaron de presos distinguidos. I todo ello en un país tranquilo que casi había olvidado el terrorismo de un García Moreno.

"Creyeron Páez y Bayas que con feroz tiranía iban a conseguir el apoyo de los hombres de bien pero solo lograron abolir toda expresión democrática" concitando el descontento general. Para colmos se creó un cuerpo de soplones y espías al más alto nivel, cuya jefatura y dirección le fue encomendada a un alemán misterioso conocido como el Dr. Khun, de claras tendencias nazistas, quien controló hasta los meseros de los salones principales de la capital para que le tuvieran al tanto de cualquier conversación sospechosa; sin embargo, a pesar de ese clima de terror, el descontento comenzó a crecer y Bayas, que nunca fue un tonto, como Páez dándose cuenta de la metedura de pata que había cometido prestándose a tan absurdo juego político, terminó por pedir a Páez que lo enviara al exterior y como nuestra Legación en México era la única vacante por entonces, fue nombrado a mediados del 37 para ocuparla. Con el rango de Ministro Plenipotenciario y Encargado de Negocios viajó inmediatamente acompañado de su esposa, pero al arribar a esa capital fue vetado por el Congreso, que le negó el exequátur en razón de su pasada conducta dictatorial en el Ecuador.

El asunto se hizo público como es de suponer y causó gravísimo escándalo internacional que Bayas intentó capear haciéndose fotografiar en diferentes sitios de México, pero su situación personal se había tornado insostenible pues era y no era al mismo tiempo nuestro representante Diplomático. Páez no se atrevió a traerlo y así pasaron algunos meses.

En Agosto se le unieron sus hijos Leda, Elsa e Iván, que justamente el día de la llegada se accidentaron en el automóvil de la Legación y fueron a parar a un hospital con heridas leves, no así el chofer que estuvo gravísimo varias semanas.

El 23 de Octubre cayó la dictadura de Páez por obra de su Ministro de Defensa General Enríquez Gallo. La noticia causó gran tranquilidad en el país y se abrieron inmediatamente las puertas de los presidios. Volvía la paz a la República. Bayas presentó su dimisión que fue inmediatamente aceptada y Enríquez Gallo se negó a enviarle el dinero de los pasajes de regreso. Por eso Bayas tuvo que emplear parte de los S/. 50.000 obtenidos por la venta de su villa "Leda" para que sus hijos pudieran volver a Guayaquil y por consejo de su amigo personal Eduardo Salazar Gómez, viajó a Costa Rica con su esposa, país donde la vida se le ofrecía más barata y residió un año en San José, escribiendo para varios periódicos y dictando conferencias rotarias, mientras sus hijos vivían precariamente en Guayaquil, repartidos en casas de diferentes amigos porque no tenía qué comer.

En 1938, al subir al poder el Dr. Manuel María Borrero, volvió y a pesar de estar considerado entre los mejores abogados del país le fue extremadamente difícil reiniciar sus actividades debido a la resistencia que encontró en Guayaquil. Era una de las más prominentes figuras del Liberalismo arroyista, de ideas cristianas aunque no practicaba religión alguna, tenía 52 años de edad pero vivía desilusionado y pobre. Su salud aparentaba ser buena a pesar de su diabetes. Así pues, decidió instalar de todas maneras su estudio profesional y lo hizo en la casa de propiedad del Dr. Francisco Arízaga Luque, en la esquina de Luque y Pichincha.

En 1942 vendió una casita en Salinas, de las del Cable, adquirida en 1934, para seguir en la lucha por la vida. Ese año 42 fue designado Ministro Juez de la Corte Suprema de Justicia, viajó a Quito y vivió nuevamente en la capital con su esposa.

El 44 ocupó la presidencia de dicho Tribunal y fue miembro nato del Consejo de Estado, organismo que presidió hasta la revolución del 28 de Mayo de ese año.

El día 29 recibió la renuncia del presidente Arroyo del Río, quien acababa de asilarse en la Legación de Colombia. Su amiga Elvira Campi de Yoder salió en su ayuda pues Bayas se encontraba entre las figuras políticas que los revolucionarios iban a arrestar y a procesar y se lo llevó a vivir temporalmente a su casa, donde no corrió peligro alguno por ser la casa de un ciudadano norteamericano.

En Julio pudo ausentarse de Quito y se instaló de incógnito en su finca "Opar" cercana a Azogues donde residió con su esposa hasta el 47, sobreviviendo de la venta de ganado, gallinas y conejos. Ese año tuvo que vender "Opar" para regresar a Guayaquil y fue nombrado Presidente del Tribunal de Menores y Jefe de la Asesoría Jurídica del Banco Nacional de Fomento del puerto principal.

Estaba muy avejentado y sufría de cataratas pero no quería operarse porque sabía lo peligroso que es cualquier intervención quirúrgica para un diabético, pues las heridas no se les cicatrizan con facilidad. En dicha enfermedad era un experto, al punto que numerosos médicos de la urbe le consultaban sus casos difíciles, entre otros el Dr. Tanca Marengo, que lo iba a buscar al banco. A principios de Mayo de 1950 entró a la Clínica Julián Coronel y fue operado de ambos ojos por el Dr. Enrique Ortega Moreira. Salió bien pero a los dos días le sobrevino un derrame cerebral y falleció nueve días después, el 16 de Mayo de ese año, de 63 de edad.

Amó la gloria y hasta en cierta ocasión dijo "Quiero escribir para que me recuerden", no lo cumplió. Sabía muchísimo Código Civil, fue abogado de consulta, culto y agradable en su trato personal, le correspondió vivir una etapa declinante del liberalismo y eso le perjudicó. Poeta en su juventud, de los introductores del modernismo en el Ecuador, los Códigos terminaron con su temprana vocación por las Bellas Letras, de suerte que se le recuerda más como abogado que como poeta o escritor, para lo cual, sin embargo, estaba muy bien dotado.

I de no haber sido por su estrecha colaboración con Páez durante los días de su aciaga dictadura, hubiera pasado a la historia como un hombre de entero provecho.