Leyendas-De-La-Tierra-Vitaliano-Dorothy.Pdf
Total Page:16
File Type:pdf, Size:1020Kb
—1— Leyendas de la Tierra Dorothy Vitaliano SALVAT Versión española de la obra en inglés Legends of the Earth, de Dorothy B. Vital- iano Traducción: Lidia Pla Diseño de cubierta: Ferran Cartes / Montse Plass © 1994 Salvat Editores, S.A., Barcelona © Dorothy B. Vitaliano ISBN: 84-345-8880-3 (Obra completa) ISBN: 84-345-8947-8 (Volumen 67) Depósito Legal: B-30229-1994 Publicada por Salvat Editores, S.A., Barcelona Impresa por Printer, i.g.s.a., Octubre 1994 Printed in Spain Escaneado: Encontrado en la web Esta versión: Sargont (2017) INDICE PRÓLOGO I. EXPLICACIONES II. EL PAPEL DE LA GEOLOGÍA EN LA HISTORIA Y EN LA LEYENDA III. MOVIMIENTO LENTO IV. FOLKLORE SOBRE LA FORMA DE LA TIERRA V. FOLKLORE SOBRE LOS TERREMOTOS VI. FOLKLORE SOBRE LOS VOLCANES 101 LÁMINAS VII. EL DILUVIO VIII. LA ERUPCIÓN MINOICA DE SANTORÍN IX. ¿SE HA ENCONTRADO LA PERDIDA ATLÁNTIDA? X. SANTORÍN, EGIPTO Y EL MEDITERRÁNEO ORIENTAL EPÍLOGO APÉNDICE A EL CASO BERINGER EL FRAUDE DE PILTDOWN APÉNDICE B MÉTODOS DE DATACIÓN RADIACTIVA APÉNDICE C EL MAMUT HELADO A Charles, por su infinita paciencia PRÓLOGO Desde niña me fascinó la mitología y el folklore de todo tipo, y desde hace muchos años me dedico profesionalmente a la geo- logía. Sin embargo, no fue hasta 1961 en que comprendí que las dos tenían un origen común. Esto sucedió cuando tropecé con un artículo de A. G. Galanopoulos que relacionaba la Atlántida con la erupción de Santorín, en la Edad del Bronce. El término geo- mitología (geomythology) se me ocurrió en noviembre de 1966 cuando estaba describiendo a un grupo de colegas las ideas del profesor Galanopoulos. En mayo de 1967, me encontré a mí misma impartiendo una conferencia, en el Coloquio de Geología en la Universidad de Indiana, sobre «Geomitología: el impacto de la Geología sobre la Historia y la Leyenda, con especial referen- cia a la Atlántida». Entre el público estaba el profesor Richard M. Dorson, director del Instituto de Folklore de la Universidad de lndiana, que me pidió publicar la charla en la revista de ese Insti- tuto. La entusiasta recepción, tanto de la charla como de su texto impreso, por parte de los geólogos y también de los profanos, me alentaron a tomar en serio la sugestión de la editorial de la Uni- versidad de Indiana (Indiana University Press) de que lo desarro- llara hasta la extensión requerida para un libro. Una de las principales razones para afrontar esta empresa, más ambiciosa, ha sido la esperanza de que, dentro de sus limita- das posibilidades, este libro podría salvar la brecha en las comu- nicaciones entre los científicos y los no científicos. En estos tiempos, cuando los resultados de la manipulación del medio ambiente natural por el hombre están alcanzando con suma rapi- dez proporciones críticas, es fundamental que todo el mundo, desde el hombre de la calle hasta quienes elaboran las leyes y toman las decisiones políticas que afectan al medio ambiente, estén familiarizados con los procesos físicos y biológicos que lo crean, lo mantienen o lo modifican. Pero, mientras los científicos continúen hablando en una jerga que sólo es comprensible para —6— otros de su misma especialidad, la separación entre ciencia y humanidades continuará existiendo y aumentando. Creo firme- mente, junto con muchos otros, que como científicos tenemos la obligación de explicar las cuestiones en términos que sean com- prensibles a los no científicos. Si no lo hacemos nosotros, ¿quién lo hará? Leyendas de la Tierra proporciona un marco excepcional para exponer información científica sobre una gran variedad de fenó- menos geológicos. Por supuesto, no puede presentar una visión total de nuestro entorno físico, pero, al menos, la visión fugaz que proporciona, mejorará la comprensión de los no geólogos, de algunos aspectos de su medio, y, quizás, incluso, estimulará su curiosidad lo suficiente como para que busquen más información acerca de la Tierra sobre la que vivimos. Al mismo tiempo, tanto los científicos de la Tierra como los profanos hallarán divertido contrastar las explicaciones del folklore y las científicas respecto de distintos rasgos geológicos, y, por su parte, los científicos de la Tierra se sentirán especialmente intrigados buscando una posi- ble base geológica para ciertas leyendas y tradiciones. Como la investigación ha incluido folklore de muy diversos tipos, ha con- siderado, también, una amplia variedad de cuestiones geológicas. Puesto que la geología está tan especializada como el resto de las ciencias modernas, es posible que incluso el científico de la Tie- rra encuentre en estas páginas algún tipo de información que no había hallado todavía en alguna especialidad que no fuera la suya. Finalmente, en vista de la reciente proliferación de trabajos referidos al origen egeo de la Atlántida, a estos científicos, lo mismo que a los legos, cabe que les interese un análisis razona- blemente objetivo de esta idea, desde el punto de vista de la cre- dibilidad geológica. Como saben quienes se han preocupado por este tipo de problemas, la sugerencia de que la isla de Santorín pudiese haber sido el lugar de asentamiento de la Metrópolis de Atlántida está íntimamente ligada a la teoría de la destrucción volcánica de la Creta Minoica. Sobre este punto, el resultado de las investigaciones realizadas por mi marido y yo, aún no com- pletadas, prometen arrojar una nueva luz, como se verá en el capítulo 8. Se han efectuado numerosos intentos para explicar detalles específicos del folklore en términos de fenómenos naturales. A —7— veces, se han citado adecuadamente mitos y leyendas en los tra- bajos geológicos, especialmente en aquellos que se refieren a terremotos y volcanes. De vez en cuando se han realizado inten- tos para borrar concepciones equivocadas de algunos fenómenos geológicos. Hasta donde yo sé, sin embargo, ningún trabajo sin- gular ha intentado demostrar hasta ahora todos los modos en que la geología, la historia y el folklore pueden interrelacionarse. La mayor parte del material que se ha utilizado en este libro ha sido compilado de muchas fuentes conocidas y algunas desconocidas. La preparación de este compendio ha servido de estímulo para llegar a algunas conclusiones y especulaciones originales, que se exponen como tales en el contexto correspondiente. Han sido tantos los que me han estimulado y ayudado con sus consejos, sus críticas, sus informaciones, sus ilustraciones, refe- rencias y ejemplos adicionales, que enumerarlos ocuparía muchas páginas y, lo que es peor, correría el riesgo de ofender a alguno por el pecado de omisión. No obstante, no puedo dejar de nom- brar a algunos pocos que merecen una mención especial: Dr. Sigurdur Thorarinsson, de la Universidad de Islandia, por sus numerosas sugerencias y amplificaciones respecto de temas is- landeses, por el uso de fotografías, por la crítica de partes del manuscrito en sus primeras etapas y por su trabajosa revisión del primer borrador; profesor Spyridon Marinatos, Inspector General de Antigüedades de Grecia, por la oportunidad de participar en el Congreso Científico Internacional sobre el Volcán de Thera, en 1969, sin el que mi información sobre los problemas de la desa- parición de la civilización minoica hubiera estado totalmente desactualizada, y por su ayuda a mi marido y a mí en nuestra investigación sobre Creta, así como por su hospitalidad cuando hicimos excavaciones en Thera, el verano de 1971; profesor Angelos G. Galanopoulos, Director del Instituto Sismológico del Observatorio Nacional de Atenas, cuyos trabajos sirvieron de inspiración original para Leyendas de ¡a Tierra, aunque yo no comparta totalmente sus puntos de vista, y Dr. Howard A. Po- wers, Director retirado del Observatorio de Volcanes del Parque Nacional de Hawái, por su entusiasta cooperación sobre el folklo- re volcánico Hawáiano y su revisión total del primer borrador del manuscrito. —8— La propiedad de las fotografías se establece en la leyenda de las mismas. A no ser que se especifique lo contrario, los dibujos han sido pensados y diseñados por James R. Tolen, responsable del gabinete de dibujantes del Departamento de Geología de la Universidad de Indiana. —9— I. EXPLICACIONES Geomitología es una palabra nueva. ¿Qué significa, exacta- menté? Tal como fuera concebida en principio, .se la definió como la aplicación geológica del evemerismo. Evémero de Mesi- na fue un filósofo siciliano que vivió alrededor del año300 a. C, y que sostenía la teoría de que los dioses de la mitología no eran sino mortales deificados; por tanto, el evemerismo será la inter- pretación de los mitos como relatos tradicionales de hechos y personajes históricos. En este sentido, entonces, la geomitología trata de explicar ciertos mitos y leyendas específicos en términos de acontecimientos geológicos reales que pueden haber sido vistos por distintos grupos de gentes. La geomitología incluye también lo que los folkloristas lla- man mitos etiológicos o explicativos, es decir, los ideados para explicar diversos rasgos del medio del hombre. Debido a lo que se ha caracterizado correctamente como «la atracción que la impresionante geografía ejerce sobre el folklore», hay gran canti- dad de estos mitos e, incluso, pseudo-folklore (o fakelore. como- lo ha-denominado Richard M. Dorson), que pretenden explicar el origen de formas sorprendentes de la tierra en todo el mundo. También, en ocasiones, han inspirado al folklore características especiales que se producen en pequeña escala, como minerales particulares. Resulta innecesario agregar que los mitos etiológi- cos que intentan esclarecer las erupciones volcánicas y los terre- motos han proliferado en aquellas partes del mundo sujetas a estos siniestros y espectaculares fenómenos geológicos que se producen cíclicamente. Aunque éstas son las formas más comunes en que la geología y el folklore se relacionan, no son las únicas. Una forma perfec- tamente válida del folklore moderno está constituida por los errores conceptuales comunes en lo que se refiere a asuntos geo- lógicos.