II Órgano Histórico De Liétor
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II CICLO DE MÚSICA EN EL Órgano histórico de Liétor (Albacete) Mayo de 1984 II CICLO DE MÚSICA EN EL ÓRGANO HISTÓRICO DE LIÉTOR (Albacete) con la colaboración de la CAJA DE AHORROS DE ALBACETE II CICLO DE MÚSICA EN EL Órgano histórico de Liétor (Albacete) Mayo de 1984 INDICE Presentación 5 Liétor: Una aproximación histórico-artística, por Luis Guillermo García-Saúco Beléndez ... 9 Programa general 19 Notas al Programa, por Samuel Rubio: Origen y difusión del Organo 29 Primer concierto 33 Segundo concierto 37 Tercer concierto 41 Cuarto concierto 45 Participantes 51 Fotocomposición: Induphoto, S. A. Titania, 21. Madrid Imprime: Royper J. Camarillo, 53-bis. Madrid El año pasado, por estas mismas fechas, organizaron un ciclo de cuatro conciertos en el órgano de Liétor la Fundación Juan March y la Caja de Ahorros de Albacete. Al finalizar los recitales, y dada la repercusión provincial e incluso nacional que el ciclo había tenido, los organizadores comenzaron a pensar en un segundo ciclo de conciertos. La puesta en marcha, algunos meses más tarde, del Programa Cultural de Albacete, tuvo como consecuencia lógica la inclusión de este proyecto en la agenda del «Cultural Albacete», con la colaboración de la institución que tanto había hecho por el órgano de Liétor desde antes de la restauración: la Caja de Ahorros Provincial. En el estudio que el párroco de Liétor, Francisco Navarro Pretel, escribió para el programa de mano del primer ciclo, se contienen los datos que hoy se conocen sobre órgano y organero: Aunque hay documentación abundante sobre órganos parroquiales anteriores al siglo XVIII, el órgano actual de la parroquia de Liétor es obra del organero Joseph Llopis, fechado en 1787, y procede probablemente del convento de Carmelitas Descalzos de la misma villa. A pesar de su tamaño —le viene muy bien el calificativo de «mediano» que un inventario aplica a su antecesor en el coro de la parroquia: «un. órgano mediano corriente»—, es un instrumento nada «corriente», Como también ha sido puesto de relieve en el estudio que le dedicó Louis Jambou, publicado en el programa del año pasado. Es un ejemplo de perfecto equilibrio entre brillantez y claridad, y buen exponen te de la confluencia estilística de las dos escuelas principales de la organería barroca española: la castellana y la catalano-valenciana. Hemos pedido a Luis Guillermo García-Saúco unas páginas sobre el arte de la villa de Liétor, para que resalte así mejor que no es por casualidad el que este órgano se construya en este sitio, y al P. Samuel Rubio, Presidente de la Sociedad Española de Musicología, las notas a los programas que nos presentan cuatro reconocidos organistas profesionales. Uno de ellos, por cierto, muy ligado a Liétor y a la restauración del órgano y quien precisamente tuvo a su cargo, hace ya dos años, el concierto inaugura] de la nueva etapa del instrumento: Francis Chapelet. A todos ellos, y a las autoridades y pueblo de Liétor que son los verdaderos protagonistas de estos actos, nuestra gratitud y enhorabuena. ORGANO DE LIÉTOR (Josep Llopis, 1787) 2 Teclados de 47 notas (1.a Octava normal). 9 Champiñones de Contras abiertas de 8 pies. TECLADO PRINCIPAL IZQUIERDO DERECHO Violón 8 Violón 8 Flautado 4 Flautado 4 Quincena 2 Quincena 2 Diez y Novena 1 1/3 Diez y Novena 1 1/3 Lleno a 3 filas Lleno a 3 filas Címbala a 3 filas Címbala a 3 filas Nasardos en 15 Corneta 6 filas Nasardos en 19 Flauta travesera 2 filas Trompa Real interior 8 Trompa Magna interior 16 Bajoncilio exterior 4 Clarín Claro exterior 8 TECLADO DE ECO IZQUIERDO DERECHO Tapadillo 4 Flautín 4 (dos filas) Quincena 2 Tapadillo 4 Quincena 2 En caja ( Violín (tipo Clarín) expresiva j Flauta Dulce —oOo— Restauración: Pascal Quoirin (1982) Dirección artística: Francis Chapelet LIÉTOR, UNA APROXIMACIÓN HISTÓRICO-ARTÍSTICA Liétor, situado al Sur de la provincia de Albacete, entre Hellín y la Sierra de Alcaraz, es un discreta po- blación de poco más de 2.500 habitantes en un her- moso enclave junto al río Mundo, afluente del Segura. Su origen nos es desconocido, aunque suponemos, por el trazado urbano y otros vestigios, que quizá proviene de una vieja población musulmana. En las Relaciones topográficas de Felipe II, de 1579, se dice, esta dicha Villa es antigua y que a tanto tiempo que se fundó que no ay memoria, ni menos quién fue el fundador, ni quando se ganó a los moros. La reconquista, sin em- bargo, podemos inferir, que se llevaría a cabo en la primera mitad del Siglo XIII, en época de Fernando III, quien donó este pueblo, como otros, a la Orden de Santiago, bajo cuya autoridad permaneció hasta el Si- glo XIX, dentro de la encomienda de Socovos, bajo la adscripción eclesiástica de la Diócesis de Cartagena. En época de la Relación (1579), antes citada, y a la que nos referiremos en varias ocasiones, Liétor contaba con trescientos vecinos poco más o menos (unos 1.200 habitantes) pero por entonces ya se afirma que dismi- nuía la población, con emigraciones hacia el Reino de Granada. Es de suponer que la grave crisis del XVII afectó profundamente a la villa, con una recuperación en el Siglo XVIII y una mejora en el XIX, para estan- carse y disminuir de nuevo en nuestra época, de tal modo que hoy cuenta con una población igual a la de hace cien años. La falta de buenos medios de comuni- cación y su mismo enclave creó una falta de actividad industrial y una constante emigración en toda la zona. En el Siglo XVI se señala que, el trato y granjeria que este pueblo tienen los vecinos della es de hazer alhombras y otros labrar y otros de ganaderos. Efecti- vamente la fabricación de alfombras en Liétor fue in- dustria artesana importante que todavía se mantenía en el Siglo XVIII, con notable actividad, superando en el tiempo a la misma Ciudad de Alcaraz, importante por este tipo de elaboraciones. Desafortunadamente hoy ya no se conserva esta industria. Enclavado el núcleo urbano en la ladera de una mon- taña hacia el valle del río Mundo ofrece un atractivo paisaje y como bien se señala en 1579, la calidad de la tierra desta villa es tierra templada... sana... muy /ra- 10 gosa y riscosa de muchas peñas y... montuosa y áspera y pedregosa... abundosa de leña porque ay muchos pinares y matorrales donde se proveen de leña de los dichos pinos y romeros y lantiscos y muchas coxcojas y que en este término se crían cazas salvaginas como son faenados, perdices, liebres y conejos y cabras mon- teses y lobos y raposas en cantidad y otros géneros de salvaginas. Actualmente esta caza mayor ya no existe, pero es válida la apreciación señalada al principio. El núcleo del trazado urbano refleja una estructura medieval e islámica, con calles estrechas, de notable sabor popular, que en general y afortunadamente se ha mantenido con todo su carácter. Las construcciones suelen ser de tapial, tan común en la provincia de Al- bacete, con algunas portadas de sillería, cuando se trata de algún edificio notable, o con algunas pretensiones, como por ejemplo la casa de los Rodríguez de Escobar y otras edificaciones civiles o eclesiásticas. PARROQUIA DE SANTIAGO APÓSTOL El templo parroquial de Santiago se levanta sobre el solar de otro edificio anterior, quizá de origen medie- val y del que tan sólo subsiste la torre, localizada hacia la cabecera, en el lado de la epístola. Es esta torre una sólida construcción de sillería de forma prismática y de planta cuadrada, con algunos elementos góticos en el remate y gárgolas en la esquinas, cuya fecha de cons- trucción se debe fijar, por estos detalles decorativos, a fines del Siglo XV. También, aunque posterior y de la vieja iglesia, subsiste la capilla del Espino, abierta al crucero en el lado del Evangelio, de la que trataremos más adelante. La fábrica general del edificio, el templo propia- mente dicho, es obra de la segunda mitad del siglo XVIII, ofrece una planta de cruz latina, con tres naves, capillas adosadas y cabecera plana. En el crucero se levanta una cúpula sobre pechinas. Las bóvedas, en la nave principal y crucero, son de lunetas y en los latera- les y capillas, de arista. Como suele ser frecuente en este tipo de construcciones de ascendencia vignolesca y contrareformista, a los pies se alza un coro sobre amplio arco con sotacoro. Prácticamente el edificio está desprovisto, en lo arquitectónico, de decoración, lo que convierte a la obra en una sobria edificación que se refleja en la fachada principal escuetamente elabo- rada. En general, es un edificio funcional para la época, 11 realizado con dignidad y buen acierto y que debemos atribuir, quizá a la órbita de las parroquias que se cons- truían en la antigua Diócesis de Cartagena durante el Siglo XVIII. Por el momento ignoramos el artífice que la trazó. Capillas En la primera capilla de la nave de la epístola encon- tramos un retablo recompuesto en el XVIII, con tablas interesantes del siglo XVI, de un anónimo maestro, quizá en la órbita toledana. Las pinturas representan a San José, Santa Isabel, Santa María Magdalena y Santa Catalina, más el Padre Eterno en el remate. Así mismo, en el Museo Parroquial se guarda otra tabla muy dete- riorada, que debió pertenecer a este retablo, con las Once Mil Vírgenes. De entre todas estas obras nos pa- rece de especial interés, por la composición, movi- miento y colorido, la figura de la Magdalena. La ima- gen titular, San Cayetano, no tiene interés. En la segunda capilla y en un retablo del Siglo XVIII hay un San José, de taller murciano del tipo heredero de Roque López, con policromía y detalles neoclasi- zantes.