Mosaico Literario / Wen Gálvez. Gálvez Y Del Monte, Wenceslao, 1867- Habana : Imp
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Esto, lo otro y lo de mas allá : mosaico literario / Wen Gálvez. Gálvez y del Monte, Wenceslao, 1867- Habana : Imp. de A. Alvarez, 1892. https://hdl.handle.net/2027/hvd.32044048081533 Public Domain in the United States, Google-digitized http://www.hathitrust.org/access_use#pd-us-google We have determined this work to be in the public domain in the United States of America. It may not be in the public domain in other countries. Copies are provided as a preservation service. Particularly outside of the United States, persons receiving copies should make appropriate efforts to determine the copyright status of the work in their country and use the work accordingly. It is possible that current copyright holders, heirs or the estate of the authors of individual portions of the work, such as illustrations or photographs, assert copyrights over these portions. 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A 3 A.N.A. IMP. DE A. ALVAREZ Y COMP., RICLA 40. 1892. =ææ VVEN, GÁL VEz. ESTO, LO OTRO Y LO DE MAS ALLÁ, (N/ O SA C O L TER A R O , ) SEGUNIDA EDICION. con UN PRóLoGo DEL DR. RAFAEL FERNANDEz DE cAsTRo. HABANA. IMP, DE A. ALVAREZ Y coMP., RICLA 40. 1892, ---- - * Av. C.C ----- - - - MAY s 1917 ... º s R . cr cssoSºauseºRic— º FU". D. == = G= NG) CARTA-PROLOGO. 3=Q}= Sz. C). lbencesae Sálvez. Mi muy querido amigo y discípulo predilecto: Tienes que relevarme del compromiso que conti go contraje cuando te ofrecí escribir un prólogo pa ra la segunda edición de tu preciosa obra. Recordarás que te hice el ofrecimiento una noche que nos encontramos en el teatro Payret, en los mo mentos en que acababa yo de leer los deliciosos articu los recopilados en tu libro. No se me olvidan las pala bras que entonces te dirijí. «Acabo de leer—te dije— Esto, lo otro y lo demás allá. He pasado un buen ra to con las delicadezas de tu ingenio, la especialidad de tu humorismo y las galas de tu dicción. Proba blemente tendrás que hacer nueva tirada, porque el público dispensará á la hecha los honores de ago tarla. Si ese caso llega quiero que me concedas el honor de publicar la segunda edición con un prólo go mío» Recuerdo también que al contestarme tú aceptan HARVARD COLLEGE LIBRARY CUBAN COLLECTION BOUGHT FROM THE FUND FOR A PROFESSORSHIP OF LATIN AMERICAN HISTORY AND ECONOMICS FROM THE LIBRARY OF JOSÉ AUGUSTO ESCOTO OF MATANZAS, CUBA VVEN. GÁL VEZ. ESTO, LO OTRO Y LO DE MAS ALLÁ, (N/ O SA C O L TER A R O .) SEGUNIDA EDICION. coN UN PRóLogo DEL DR. RAFAEL FERNANDEZ DE cAsTRo. HABANA. IMP, DE A. ALVAREZ Y coMP., RICLA 40, 1892. 5 A 3 a 72,2 MAY a 1917 LATIN-AMER CAN PROf ESSORS-P FUND, Escoto Colection = = G= s=NG) CARTA-PROLOGO. — =Q=— Sz. 9). lbencesae Sálvez. Mi muy querido amigo y discípulo predilecto: Tienes que relevarme del compromiso que conti go contraje cuando te ofrecí escribir un prólogo pa ra la segunda edición de tu preciosa obra. Recordarás que te hice el ofrecimiento una noche que nos encontramos en el teatro Payret, en los mo mentos en que acababa yo de leer los deliciosos articu los recopilados en tu libro. No se me olvidan las pala bras que entonces te dirijí. «Acabo de leer—te dije— Esto, lo otro y lo demás allá. He pasado un buen ra to con las delicadezas de tu ingenio, la especialidad de tu humorismo y las galas de tu dicción. Proba blemente tendrás que hacer nueva tirada, porque el público dispensará á la hecha los honores de ago tarla. Si ese caso llega quiero que me concedas el honor de publicar la segunda edición con un prólo go mío» Recuerdo también que al contestarme tú aceptan VI do mi espontánea pretensión y dándome las gracias por el aplauso que consagré á tus méritos—y que modestamente considerabas no como tributo de jus ticia sino como testimonio de mi afecto—puntuali zaste las frases de cajón que en tales circunstancias se emplean, con ciertos mohines muy expresivos, los cuales traduje, para mí, de esta ó parecida ma nera: «No tendrás que escribir ningún prólogo. No habrá nueva edicion de mi libro. Aquí no hay lec tores para eso. En esta clásica tierra de los detallis tas el único papel que se vende bien es el de estraza.» Pues bien: voy á confesar ingenuamente que al hacerte esa promesa hice contigo lo que en lenguaje de enamorados se llama vender finezas. Pensaba yo con toda exactitud lo mismo que creías tú cuando estabas respondiéndome. Te ofrecía un prólogo que no me vería en el caso de escribir; de igual modo que aceptabas tú una promesa que nunca habría de cumplirse. Los dos estábamos equivocados. Tienes que hacer otra edición de tu obra. Natural es que bendigas tu error. Es cosa averi guada que desearás equivocarte de ese modo- cada vez que publiques un libro. Y comprenderás que es muy natural también que lamente yo mi equivocación; porque si cada vez que haga una oferta de esa índole, me cojen el dedo de trás de la puerta, como has hecho tú ahora, llegará sin duda, el día en que ni por urbanidad brinde mi casa, temeroso de que se presenten enseguida á to mar posesión de ella. Pero excúsame y perdóname. • Si no has perdido la caridad, como parece por tus escritos que has perdido la fé y la esperanza, te com padecerás de mí y me libertarás del suplicio en que, por mi culpa, me colocas con tu exigencia, cuando v VII sepas que el mayor martirio que existe hoy en el mundo para tu ex-catedrático de Historia es poner se á discurrir acerca de algo bueno ó bello. Desde que me metíá económico no sirvo para na da. Desde que fuí á Madrid como Comisionado en representación del Círculo de Hacendados y Agri cultores de la Isla de Cuba, me idioticé. Reconozco perfectamente con inquebrantable certidumbre, que á partir de aquella época estoy convertido en una bestia. En conciencia me he declarado tonto de ca pirote, sandio de los de faldeta y maruga. Y si no fuera porque creo firmemente que los bobos no pue den volverse locos, entendería que yo estaba clifla do; como, sin duda, lo supondrías cuando te dijeran que me paso largas horas pensando en cómo he po dido hacer un viaje á China sin ir al Asia. ¿Qué puede escribir, un memo sobre produccio nes literarias tan hermosas como las que contiene la selecta colección de Esto, lo otro y lo demás allá? ¿Cómo he de reflexionar con acierto sobre los méri tos ó defectos de una obra artística, si una voz seve ra me advierte constantemente, desde las profundi dades del cráneo, que soy un animal? ¿Qué pueden aseverar con autoridad y competencia, acerca de las obras de la razón, los seres incapacitados por natu raleza para apreciar las delicias del arte, las belle zas de la literatura, las excelencias de la filosofía, las enseñanzas de la historia? Creeme, Wen: estoy hecho un estúpido. El día menos pensado leerás en la sección de noticias ge nerales de algun periódico que amanecí balando como las ovejas ó rebuznando como un asno; ó que di una caida á consecuencia de la cual me quedé en cuatro patas, me nació la cola y me pusieron en un pesebre á comer maloja. Algunas veces á impulsos de la vanidad me he VIII considerado gente; y he rechazado con indignación los severos juicios que de mí mismo tan despiada mente he formulado.—Esto suele ocurrirme cuando por casualidad cae en mis manos algún periódico como «El Con:ercio» ó algún discurso de Cuanda, Santamarina y compartes.—Otras veces, en muchas noches de insomnio que mis preocupaciones me han proporcionado, he formado de mi persona altísimo concepto, creyendo con la mejor buena fé del mun do, que allí donde Leopoldo Carvajal es un persona ge, no hay razón para que yo no sea tenido por un Dios. Pero cuando la realidad ha vuelto á enseño rearse de mi ánimo apartando implacablemente de mi imaginaeión los estímulos de la soberbia, los hala gos del amor propio y los espejismos de la vanidad, ha venido de nuevo la verdad á anonadarme con su elocuente acusación. «¡Imbécil—me grita.—El hombre que cree since ramente que puede haber unión y fraternidad en un pueblo en donde no se ponen de acuerdo los in dividuos ni siquiera para no pagar contribuciones, es un mentecato.