Alma errante : poesías. Bernal Rosa, Emilia. Habana : Imp. Rambla, Bouza y comp., 1916. https://hdl.handle.net/2027/umn.31951002090033s
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- cón apartado y melancólico para llenar, con su. nombre, una época luminosa, y si no fué, en su vida, ni en su magnífica obra, representación de ideales cubanos, es un hecho que los destellos de su victoria universal—hoy riquísimo tesoro enorgullecen y honran a Cuba. Sin quererlo he rozado un punto ha poco debatido y, a mi ver, no bien resuelto, ya que, según entiendo, confor.‘ máronse a un solo dictamen las distintas opinio nes y encontrados pareceres respecto al patriotis mo de aquella inmortal mujer que inscribió su nombre, la Avellaneda, en sitio del cual jamás ha de borrarse, ni por las tormentas y los desastres de la historia, ni por las veleidades propias del gusto literario y las escuelas poéticas. El senti miento patriótico, en la autora de Mum‘o Alfonso, rápidamente quedó diluido en el ambiente inmen so de sus éxitos, y no se escapa a la pluma de los biógrafos el mencionar, en mérito de 1a poetisa, lahostilidad y censura de sus comprovincianos contra la flor del genio que en los años juveniles de la Avellaneda pugnaba por abrirse al sol de su carrera literaria. En España encontró lo que no le ofrecía la colonia; pero de la colonia llevó a España 1o que, entonces, no había en España. Y, por explícable proceso, quedó muy poco del es BERNAL Poasias píritu cubano, y del amor a Cuba, en su apasio nado y ambicioso corazón de artista. Por otra parte, el patriotismo de antaño no era, ni con mu cho, el de ogaño, ni existía, comenzado el siglo XIX, una línea divisoria, clara y recta, entre es pañoles y cubanos, ni fué el medio en que se educó la Avellaneda el de la colonia oprimida, sino el de la autoridad opresora. La interesante autobiogra fía que conservó don Ignacio de Cepeda y Alcalde, y que don Lorenzo Cruz de Fuentes, prestando un servicio eminente a las letras, publicó en 1907, es clarece el particular en una ingenua página en que consigna la Avellaneda este recuerdo: “Algunos años hacía que mi padre proyectaba volverse a España y establecerse en Sevilla ; y en los últimos meses de su vida esta idea fué en él más fija y dominante. Quejóse de no dejar sus huesos en la tierra nativa, y pronosticando a Cuba una suerte igual a la de otra isla vecina, presa de los negros, rogó a mamá se viniese a España con sus hijos. Ningún sacrificio de intereses, decía, es demasia do: nunca se comprará cara la ventaja de esta blecerse en España”. A tales ideas modeló su espíritu la Avellaneda; y reproduciéndolas, en amorosa correspondencia, no les opuso reparo alguno. Apenas conservaba un solo recuerdo grato del Camagüey, de su infancia, de su juven tud, cuando estuvo a pique de realizar, a disgusto, un desventajoso matrimonio; su familia mater POESIAS EMILIA na, es decir, su rama camagüeyana, la trató in justamente, y fuera del cariño de su abuelo, que murió siendo ella casi niña, los demás parientes la hicieron víctima de la codicia doméstica, mer mando sus bienes de fortuna, heredados legítima mente; y en los episodios que a su mente se graba ron figuran el novio de mediana inteligencia, vano y pueril, y la compañera pérfida que le robara, con hipócrita sonrisa y artificial ternura, sus cariños. La Avellaneda comienza a experimentar verda deras satisfacciones en España; allá, sus alegrías y también sus dolores; allá su esplendor literario; allá su gloria. Viuda, y atormentada por el amor que Cepeda le inspira, alude a Cuba en una carta confidencial, esto es, hablando sin testigos: “Te diré que a pesar de mis treinta y un años y de mi aspecto de sepulcro de ilusiones, un joven de vein ticinco, que diz que es muy rico, se empeña en ha cerme contraer segundas nupcias. Es habanero, lo cual es para mí un gran defecto; es mas joven que yo, lo cual aun es un defecto mayor; es de un ta lento mediano, de esos que se encuentran sin difi cultad; de una figura que no es mala, pero que me causa mala impresión, porque tiene un aspecto marchito;” y más adelante añade: “La echa de joven pensador, inglesado, melancólico, excéntri co; pero a mí sólo me parece un pedante de cierto género propio del país en que nació.” El patriotismo ha sido, por lo contrario, para BIRNAL POESIAS
las demás poetisas cubanas, fuente de melodías exquisitas. Distínguese, entre otras, doña Au— relia Castillo de González, por la fuerza y la ento nación de sus ritmos guerreros, por el generoso impulso del pensamiento y, además, por el esmero de la forma. Camagüeyana, a semejanza de la Avellaneda, la señora Castillo se le parece tam bién en la amplitud de sus facultades y en la in tensidad de su cultura. Limitada al escenario de Cuba, la señora Castillo escribe en verso y en prosa por la necesidad y por el entusiasmo de su alma refinada, y diríase que perfuma la atmós fera del benéfico y abundante aroma que dan peculiar encanto a sus obras, no exentas de va ronil entereza, como las de su exímia conterránea. La generación inmediata a la Avellaneda es ya más cubana, más peculiarmente cubana, y tiene más motivos y más pesares para serlo. Nuestro patriarcado camagüeyano principia a sentir el aguijón revolucionario; los señores de la caña de azúcar caminan ya rumbo al heroísmo, y amos de millares de esclavos ansían trocar la opulen cia por la libertad, los goces del oro por los padecimientos del ciudadano que crea la demo cracia con la ofrenda conmovedora de su sangre. Joaquín de Agüero y sus leales arrojan el guan te a los dominadores, y la pelea inicia la catás trofe; se levanta el patibulo en medio de la consternación general, y vístese de luto la socie POESIAS EMILIA dad camagüeyana. Cuatro vistosas palmas fueron sembradas por los patriotas en misteriosa conme moración de aquel acontecimiento; y las damas camagüeyanas, en señal de duelo, cortaron sus lindas cabelleras. Ya está perfectamente determi nado y caracterizado el sentimiento cubano y su ‘ pugna al gobierno de España. El patriotismo local participa de la más alta virtud; y la devoción de los mártires consolida las prédicas del Lugareño, don Gaspar de Betancourt y Cisneros, prócer de influencia poderosa en la dirección política y filo sófica de los bravos camagüeyanos. Este nuevo estado de conciencia no alcanzó a la Avellaneda; y la tranquila villa de aristócra tas agricultores, que ella abandonó en 1836, es el centro de una tragedia que decidirá, sobre el mármol de abnegados precursores, los destinos de una patria engendrada entre lágrimas al gri to de los caudillos. Sin probabilidades de éxito, Joaquín de Agüero había obrado como un artista sublime de la acción patriótica; y en el ensueño de arriesgada empresa, erigiendo sus castillos de fantasía que el aire, en soplo huracanado, des truyera, fué más bien un poeta que no un polí tico, sellada la frente con la visión de lo futuro sobre su cadáver mutilado. Porque era el ba luarte de una familia de poetas, y mejor que el fusil de los conjurados, manejaban ellos, los Agüe ro, la lira de reformadores que clavan, en dul BERNAL PoEsIAs ces arpegios, sus ideales, un día locos, una eterni dad apóstoles, jamás expuestos al olvido. En el combate de San Carlos cayó, precisamente, y ex piró en el húmedo follaje, improvisado sudario, Antonio María de Agüero, pariente cercano del héroe, tierno poeta, de quien se conservan felices estrofas; y le sobrevivió, en la brega de sus con vicciones liberales, perseverante y noble en el creador empeño, otro familiar, don Francisco de Agüero y Estrada, de variadísima capacidad, y poeta de más vuelo, que hizo conocer, y le dió fama, en Cuba, a su seudónimo, El Solitario, usa do en España también por don Serafín de Esté vanez, benévolamente lisonjeado por Cánovas en profundo estudio de su tiempo. Unas veces per seguidos, expatriados otras, y siempre en difí ciles trances, los Agüero, en tribulaciones conti nuas, padecen las angustias de la espoleada c0 lonia, y la vena poética es maravilloso manantial que alivia el sufrimiento sin tregua y el anhelo sin esperanza. Diríase que el horizonte se ha ce rrado a los ojos de la piedad, que ya la existencia no ha de ser sino un gemido, que las virtudes, un día practicadas, otro han de merecer castigo, des apareciendo, al cabo, entre los brazos hercúleos de la borrasca. Así se forma el alma sensitiva de Brígida de Agüero, hija de El Solitario, y en POESIAS EMILIA i í cuentra resignación del fatal destino en la fe cristiana,
“porque eres tú, dulcisinma creencia, vivido faro de esplendor interno,” y así llega a escribir, otra de las herederas del prócer, versos de honda emoción y sugestivos ma tices, hiriendo siempre con fortuna la cuerda más potente de su numen: el patriotismo. Concepción de Agüero es, acaso, la lira más completa de aque lla generación de artistas. La recuerdo, en mi ado lescencia, en compañía de su esposo, artista como ella, ambos en franca lucha con la vida, camino de abrojos. Y aunque no concediera importancia a sus versos, como su ilustre marido, Emilio Bernal, no presumiese de excelso pintor, su mo destísima morada era como un centro de arte, oasis en el desierto; pobres, enfermos, arreba tando al infortunio el sustento de sus pequeños hijos, la belleza era culto entre ellos, y sobrá banles el entusiasmo y la decisión para cualquier empeño de arte; y como olvidados, en lo inútil de aquel esfuerzo, dejó la esposa, al viento, unos cuantos rasgos de su musa, unas cuantas imá genes de su talento, unos cuantos latidos de su alma apasionada y melancólica. Fué larga senda, en el progreso artístico de la provincia, la de este matrimonio intelectual, unido en sagrada alianza contra la adversidad; y aun así no comprendían,
10 BERNAL P0 ast As
Concepción de Agüero y Emilio ‘Bernal, otra orientación, para el triunfo, que la del arte, educadores de su pueblo, predicadores de la bue na doctrina, en el naufragio lento a que los condenaba el ambiente inadecuado. Muerta ella, como su hermana Brígida, devorada por la tisis, Bernal continuó sólo en la tremenda liza, y hoy ensaya la fundación de una revista literaria, que perecerá mañana, y debate, por los más nobles ideales, en el amanecer de nuestra independencia, y cae pronto a la fosa, como un héroe que jamás rindió su pabellón. Ilustre, también, su apelli do, él encarnaba el mérito de una familia de pre claros varones, que honran la tierra camagüeya na. Cito a don Calixto Bernal, su cercano pa riente, y me refiero a la más alta intelectualidad cubana, del mismo estilo y carácter de José An tonio Saco, paladín de libertades en el campo del pensamiento, escritor serio, intencionado, profun do, y con el lastre de una cultura difícilmente sobrepujada por nuestros más conspicuos repre sentativos, en la ciencia y en las letras, sociólogo de ancho horizonte, jurista de insondable sabidu ría, y autor, además, de un libro delicioso, Im presiones y Recuerdos, en el que recogió apuntes de viaje por Europa. Emilia Bernal y Agüero, con el arrastre de esas espléndidas tradiciones, viene a ser, en el mundo de las letras, el símbolo de tanta gran
11 ‘ . - l deza desperdiciada por el curso de la existencia colonial, y no espera tímidamente el aplauso, porque surge a la conciencia cubana ya victo riosa, ejerciendo un derecho de su propia natu raleza. De su sangre, toda ilustre, la vocación inquebrantable; de su espíritu, por maternal he rencia, la melancolía suave y dulce de los ritmos; y la infinita tristeza, la mirada penetrante e in dagadora que en sus ojos claros, redondos y lle nos, copiaron de su padre las hadas milagrosas dispensadoras de fortuna. Su primer volumen de versos no pertenece a la clase de los que a menudo se publican, exploraciones, general mente frustradas, de una ambición mediocre: es un libro que nunca perderá su brillo, que contie ne toda la ternura, toda la romántica emoción, toda la dulce flexibilidad de la verdadera poesía, con sus estremecimientos, con sus dolores, con sus sollozos, con sus alegrías, con sus esperan zas, con sus recuerdos; himno primaveral a la gloria que asoma entre las nubes y ha de ser, al fin, esclava...
M. MÁRQUEZ STERLING.
Habana, 28 de agosto de 1915.
12 Alma Erran’re
PQRTICO
Per me sl ua nell‘eterno bolore
OFRENDÁ
A la sacrosanla memoria be mis pabrcs; a mis
hermanos muertos.
PRIMERA PARTE
CANTARES DE TRISTEZA
NADA ESPERO
¿Quién llevará a mi sepulcro cuando me muera, una flor, si he de morir como vivo sin ventura y sin amor!
¿Quién dolorido a mi tumba irá su llanto a verter?
¡Viva, nadie me ha querido, muerta, quién me ha de querer! POESIAS EMILIA
UNAS VIOLETAS QUE EN UN VASO MUEREN
Unas violetas que en un vaso mueren,
una ilusión que desfallece en mi,
mis tristes ojos que hacia el vaso miran,
y tu recuerdo... allí.
En el fondo del vaso el agua inmóvil,
marchito el corazón de cada flor,
y sobre cada corazón, mis lágrimas,
y en ellas... mi dolor.
22 BIENAL PoEshs
MIÑON
¡Miñón! ¡Miñón! la de los pies descalzos y el frágil mandolín, la que lleva el hatillo preso al brazo, la que pide limosna sin gemir, la que no tiene hogar, padres ni amores, la triste, la infeliz, la que no sabe cuando el sol se ponga a dónde irá a dormir, yo, como tú, voy por la vida errante,
vuelve tus ojos de dolor a mi! PoEsIns EMILIA
DESENCANTO
Después que pasa la tormenta, el árbol endereza la rama que dobló, y tal vez con sus flores más brillantes
saluda al nuevo sol.
Se revisten de verdes terciopelos los campos que el invierno amortajó, y torna el ave a calentar el nido
que la escarcha blanqueó...
. . - u u ...... u . . u u e . . n
Todo recobra su perdido encanto
de la vida al calor.
¡Ay! el alma que hiere el desengaño,
como la mía, ¡no!
24 BERNAL PoEshs
¡MI MUÑECA!
Yo tuve una muñeca,
única en mi niñez.
¡Ay, cómo la quería!
Y una tarde María sobre las piedras la dejó caer.
Se rompió la muñeca;
¡qué amarga la lloré
de mi madre en los brazos, hasta que con sus besos mis lágrimas sequé!
25 POESIAS EMILIA
Y ahora que el mundo ha roto mis ideales volcando decepciones en mi sér, y se han muerto los brazos de mi madre...
¿Dónde mi llanto a derramar iré?
28 BIENAL Pousns
NO SE DE LAS FLORES
Tengo ya vividos setecientos años, jornadas fecundas de hastío y dolor, que al alma no dieron jamás una flor como recompensa de todos su daños. —._._
De la gran cosecha de los desengaños recogió los frutos mi vida en su albor dejándome en ella letal amargor, venenos que filtran sabores extraños.
27 POE SIAS EMILIA
No sé de las flores
de bellos colores que dan los jardines del grato existir;
mas sé de los frutos
amargos e hirsutos que dan los eriales del triste vivir.
28 BERNAL PORSIAS
NIDO ES EL ALMA QUE TENGO
¡Nido es el alma que tengo
de ilusiones peregrinas,
emigradoras constantes,
pasajeras golondrinas!
29 Posshs EMILIA
FELICIDAD
En el revuelto mar donde naufraga mi esperanza, te busco sin cesar; pero entre las negruras de su seno no he de hallarte jamás.
Por eso cuando ruge la tormenta que hace al rayo alumbrar, el alma se estremece, porque siente que ha de encontrarte allí, en el vendaval.
80 BERNAL Pozsus
TU IDOLATRADA IMAGEN
Transcurrieron los años y en mi cielo
de albas de rosa se cirnió un capuz,
trocáronse en dolor mis alegrías,
pasó mi juventud;
pero en el fondo triste de mi alma
que ya no tiene azul,
tu idolatrada imagen aparece
como un rayo de luz.
81 Possus EMILIA
OJOS QUE PARECEN SOLES
¡Ojos que parecen soles,
alumbren por un momento
en el cielo de mi vida,
para morir de contento.
32 BERNAL PoEslAs
A UNA ROSA
Oh rosa ¡rosa mía! que ayer lozana fuiste, por qué te doblas ahora lacia, débil y triste, tus pétalos marchitos, tu cáliz sin verdor.
¿Le cuentas a la tierra tus dulces remembranzas como en largo secreto sus muertas esperanzas la moribunda virgen le cuenta al confesor?
Pensando en lo que fuiste y al ver cómo feneces, quisiera alzar el tallo en donde languideces, tornarte la frescura, la belleza, el color, volverte en un suspiro tu aliento perfumado, acercarte mis labios y a un beso prolongado prender en ti, de nuevo, suavísímo el calor.
83 PoEehs EMILIA
OH, YO TE HARE UNA BARCA DE MIS SUEÑOS...
¡Oh, yo te haré una barca de mis sueños, ligera como un haz de mímbrecillos.
Te hará mi amor una canción de cuna al golpe leve que le den las olas, cuando a los besos del terra], la noche traiga a mecer la barca hacia la orilla.
34 BIRNAL PoEsIAs
VERSOS SENCI LLOS
Yo sé de una enredadera
de madreselva, que enrosca
sus zarcillos en la fosca
zarza de una madriguera.
De un cinamomo que al cielo
alza su copa y llovizna
sus flores sobre la brizna
que se arrastra por el suelo.
Yo sé de un árbol sin hojas
que en el ardor del estío
se está muriendo de frío,
secándose de congojas.
35 Posslns ¡bum
Y sé de una blanca rosa
nacida en una espelunca
a donde no llegó nunca
de luz, una mariposa.
Y sé... de un muerto de amores
que está llorando su pena.
Y de una mujer que llena
de amor, canta sus amores.
36 BERNAL POESIAS
PREGON
CANTO POPULAR NAPOLITANO
¡Yo soy la huérfana que vendo flores, fragantes, frescas, de mil colores!
¡Ninguna cesta, como la mía, de flores va!
* Il! *
¡Allá en las horas en que amanece, mientras la aurora rubia aparece, las cojo al prado para venderlas en la ciudad! * * ¡'l
¿Quién compra flores...?
¡Todas las vendo! ¡Sólo una rosa no vendo yo!
¡La casta rosa de mis amores!
¡La que un ingrato me regaló!
37 ¡Esa la llevo sobre mi pecho!
¡De noche y día sobre él está!
¡Cuando me muera, pálida y mustia, el que me mire, sobre mi seno la encontrará! ......
¿Quién compra flores...? larará... larará... larará.
38 SEGUNDA PARTE
"ONDAS MELANCOLIAS
CIGARRA AZUL
Tarde canicular, horas de fragua, cielo de luz y sonrosados tules y a flor de tierra en el cristal del agua una cigarra azul de alas azules.
Lilas, lilas azules, lilas rojas, rozando el muro que las aguas cerca y la cigarra azul que entre las hojas vive, cantando el alma de la alberca.
Y bajo el cielo de la tarde rosa vagar llorosa en el invernadero, porque era así de alegre y bulliciosa la azul cigarra de mi amor primero.
41 POESIAS EMJL'A
COMO LAS RAMAS CRUJEN
Como las ramas crujen
al aquilón bravío
que destrozando pasa
con su cortante filo.
Como el volcán desborda
su incandescente río
cuando revuelve airado
el horno de su abismo.
Así responde el alma
al batallar continuo
del aquilón, que brama,
y de este dolor mío!
42 BERNAL POES‘AH
EL JURAMENTO
¡No es posible, Señor! ¡No! que olvidado hayas, tan pronto, aquel tu juramento.
¡No es posible, Señor! ¡No! ni un momento es posible que lo hayas olvidado!
Oye, Señor, de mi alma en el convento la luz hace ya tiempo se ha apagado.
Alúmbrelo, otra vez, Señor amado, el lampadario de tu juramento. POESIAS EMILIA
De mi alma en el convento, azul alarde enciende, a la agonía de la tarde.
De mi alma en el convento, azul derroche enciende al negro beso de la noche.
Enciende para el triste cenobita si no quieres la luz... la lucecita...
44 BERNAL POISIAS
ROSA DE CAUClON
Fué delante de un ara que no alzaron los hombres a ningún falso dios.
Delante de la fuente que isócrona formaba la gota que caía, la gota que filtraba, desde una estalactita, cristal de trasparencia que el tiempo moldeó.
I‘ué delante de un ara, que no alzaron los hombres a. ningún falso dios.
Delante de dos blancas columnas cinceladas por manos invisibles, por manos invioladas, columnas impecables, cual era mi ilusión.
45 PoEsiAs EMILIA
Fué en el intercolumnio, donde dejé una rosa color de sangre, como si fuera el corazón.
Y la rosa sangrienta desmayada en el mármol fué prenda de caución.
¡No volveré del plinto, jamás, a recogerla!
¡No volveré del plinto a levantarla! ¡No!
Duel mármol donde duerme, tal vez la alzara al verla, si por allí pasara, la garra de un condor.
Pero ¡ay! ¡rosa del alma! ¡mi rosa delicada!
¡rosa color de sangre! ¡mi rosa de caución! para. que te levantas victoriosa del lecho donde yaces dormida, no verás llegar nunca a tu lado el amor.
46 Bum“. PoBsiAs
CONMIGO Y CON EL CIELO
Llueven flores del cielo.
—¡Cielo, para quién son?
¡No son para mi alma,
para mi alma, no!
(Si tuviera en el cielo
un amigo, quizá...
Pero ella no ha tenido
un amigo jamás.)
—Cielo, detén la lluvia, que te has equivocado las flores al verter.
Lluevan zarzas y víboras ante mis secas plantas.
Detrás vendrá quien pueda las flores recoger.
47 POEMAS . EMILIA
A UN ESCLAVO
¡Esclavo! ¡Esclavo! Cuando duerma todo el mar, la tierra, el cielo, el bosque, el llano, iré a la puerta de tu cárcel negra para llamarte con ternura, Herman0...l
Como perdida tórtola que al nido llega, entre canto y lloro, a la alborada, mi vOZ doliente, llegará a tu reja en el silencio de ‘la noche blanca.
¡Hermano! ¡Hermanol... y sellaré de besos el dintel de tu puerta y de tu alma, y velaré tu sueño de poeta echada al pie del muro de tu cárcel.
48 BERNAL I‘m-mí m
DEL INVIERNO ......
¿Qué le dicen á mi alma los días, los días borrosos, dormidos de invierno?...
Imagino que me hablan de cosas, de cosas pasadas que nunca volvieron.
¡Qué nostalgias me traen los días en que soplan los fríos primeros!
¡Qué nostalgias me traen las hojas, las hojas que ruedan del árbol al suelo!
Imagino sus crujientes, sones sus sones crujientes larguísimos ecos de palabras que ayer escuchara
49 POESIAS EMILIA
á la sombra de algún sauce viejo,
alguna mañana en que el sol se moría en el cielo.
¡Qué nostalgias me trae el silbido
de las ondas movibles del viento, del viento que pasa aflautando sus notas como el son prolongado de un beso!
Añoranzas solloza el ambiente,
las hojas que ruedan,
el aire que silba, en los días borrosos de invierno.
50 BERNAL POESIA 8
L’ l NCROYABLE
De mi escritorio'en lo más alto, había
un “incroyable” de biscuit muy bello;
eran sus ojos verdes y el cabello
de vivo rubio, como luz del día.
¡Cuántas cosas intensas me decía
de la mirada en el fugaz destello!
Y cual si fuese de victoria el sello,
siempre, al mirarme, ufano sonreía.
Yo era la excepcional“maravillosa”
que en su silencio erótico llamaba \ a sonrisa y mirada voluptuosa.
51 POESIAS EMILIA
Cierta ocasión lanzóse entre mis brazos
para decirme en ellos que me amaba...
y rodó al suelo... y se hizo mil pedazos...
52 BERNAL POESIAS
¡VIEJECITA MlAl
Ayer noche me dijo muy quedo:
¡Ya el año que muere su frío nos manda y me agobia sufrir dos inviernos, el uno el del tiempo y el otro el del alma!
Ya en mis fibras secas
la vida se acaba...
Y al temblar como tiembla la hoja cuando el viento sacude la rama...
Y al hallarme sola en mis noches de enferma y de anciana sin tener quien alegre un momento
mis horas calladas,
53 PoEshs EMILIA de mi pecho la oculta agonía se rompe a tormenta en lluvia de lágrimas...
¡Si de mis pesares
mi Dios se apiadara...!
¡Si en su seno fuerte, la misericordia
moviesen mis ansias...!
¡Si cortara piadoso mi vida, si a la eterna mansión elevara
mi cansado espíritu, que cifra en el cielo no más su esperanza!
Y al oir sus tristísimas quejas, y al mirar en sus ojos de ágata ocultarse la luz cual si fuese de la muerte a apagarse en las aguas,
¡No gimas! le dije:
¡Si a tu cuerpo el calor ya le falta
húndete en mi seno
54 BERNAL Fonsi/m
y en mi sér descansa, y del pecho en la hoguera escondida que mis fibras de joven abrasa, hallará de energía un torrente tu existencia infeliz y gastada!
¡Serán mis caricias las que aviven en ti remembranzas
de gratos recuerdos
que doren tus canas!
¡Nunca! ¡Nunca me olvido que fuiste la que un día con manos de santa de mi madre cerraste los ojos al llamarla el Señor a su gracia!
¡No hables de morirte, viejecita mía, mientras vibren mis pobres entrañas, que en el pecho yo tengo escondida para ti de cariño una fragua!
55 POE sms EMILIA
NO TENGO BESOS... NO TENGO FLORES...
Flores del alma quiero mandarte para que en nombre mío te besen; mas... no las mando, que están heladas y con sus besos dañarte pueden.
Cosas del alma quiero decirte para que siempre de mí te acuerdes; mas... no las digo, que son muy tristes y las tristezas callarse deben.
¡No ha de arrancarte mi verso pobre ni una sonrisa, ni un gesto alegre!
¡No tengo besos... no tengo flores... no tengo nada para ofrecerte!
56 BERNAL POEsIAS
RESPONSO
A BLANCA
Blanca, niña de alma pura,
de candidez y hermosura,
llena de encanto y de amor,
de morbidez de azucena,
llena de fragancia, y llena
de risa, luz y color.
Se murió una mañanita,
y en una caja, solita
la llevaron u enterrar.
¿Por qué iba la niña sola como una huérfana ola
en aguas de inmóvil mar?
57 POE SIAS EMIL'A
¡ Pobrecita! ¡ Pobrecita!
Se murió una mañanita
como se muere una flor.
¡Blanca, delicada rosa,
por qué le diste a la fosa
tus castos sueños de amor!
¿Por qué iba la niña sola
al cementerio, cual ola
huérfana, en inmóvil mar?... ¿Era pobre? ¿Era villana? ¿Tenía madre, tenía hermana...
que la supiesen amar?...
Ni era pobre ni villana,
tenía madre, tenía hermana,
y un violín, y una ilusión,
¡Un violín que suspiraba,
que gemía y que cantaba
al par de su corazón!
6B BERNAL Poestas
¿Por qué iba huérfana y sola
como blanquísima ola
en aguas de inmensidad! ¡Tan inocente y tan buena,
llena de hermosura, y llena
de ensueños de castidad!
¡Ay! ¿por qué la abandonaron?
¿Por qué ir así la dejaron
de su jornada hacia el fin,
cuando dicen que lloraban
y que a seguirla llamaban
las cuerdas de su violín...!
¡Su violín que iba cantando
en su entierro, sollozando
tras su cuerpo de azahar,
mientras que ella blanca y sola
iba, cual huérfana ola
en aguas de inmóvil mar!
59 PoEstAs EMILIA
LA ROSA DE MIS AMORES
La rosa de mis amores
se abrió llena de alegría
al pie de un monte de nieve
¡ Pobrecita rosa mía !
60 BERNAL l‘oashs
LA VOZ DE Ml MADRE
PARA EL SEÑOR ANTONIO GONZALEZ CURQUEJO
Vengo desde muy lejos. Mis sandalias
llenas están del polvo del camino
y este bordón que trémulo en las manos
me sirve de sostén, casi vacila,
porque ha sido azarosa la jornada
para llegar aquí. Traigo un encargo.
Un alma que en el cielo está, me dijo, descendiendo amorosa hasta mi alma:
“H\as de emprender un viaje. ¡Largo viaje!
No fuentes de cristal en el sendero bullirán para ti, ni de las ramas
61 POESIAS EMILIA
de los erguidos árboles, los frutos
para ti colgarán, ni hallarás sombra
que benigna en la siesta te cobije.
Es largo el viaje, pero el alma mía
debe hacerte llegar adonde un hombre
coronado de pámpanos de fiesta
sus sienes mostrará. Yo los he visto
trenzar desde la altura en que me cierno
para ceñirlos a su noble frente,
y he querido esmaltar en sus verdores .J. mi gratitud, y un mensajero enviarle
que deje de mis gracias a sus plantas
espigas de oro y flores de romero.
¡A:nda, toma el bordón, y no vaciles!
¡Mi espíritu de luz irá contigo!
¡Es largo el viaje, la jornada es fuerte;
pero no te acobardes... anda, hija!”
Y a esa voz, la más tierna de las voces
62 BERNAL Possus que jamás escuché, sentí que fueron despiertos mis dolores, y en su fuerza templé la idea que hasta aquí me trajo, como traen las bravas sacudidas del vendaval, las hojas arrancadas al árbol sin verdor. Así he venido.
No mieles de sonrisas en mis labios ruedan, para gotear sobre las plantas del hombre por quien vine a estos lugares; no los destellos en la mente rica de frases llenas de fulgor riénte que decir puedan esas gracias traigo; sino la intensa hiel de mis pesares exprimida sobre ellas. He venido lavando de mis culpas mi pasado con las ardientes aguas de mi lloro, para llegar aquí limpia y hermosa, y este bordón que entre mis manos tiembla,
63 POESIAS EMILIA
besé mil y mil veces, implorando que en th? r .C aaa MHM.) 2 3))! r) ..m 35n L +pnmasroaw +nouaohaurmmmqmxoaw +smlasmaosuasmagmzoaa ¿0225: +wuwqzroaw +rvmqmrodw +rnwuwxuaw +ouOamm:UPnmwAmxoHm ¿”325: +xoawhoduwwmmgszodm +monmmoaurwmmAmroHw ernmumnoafi euflznnanbu. vvvvunvmmmrwoom vvvvumvmmmmoohm vvvvomvhawwwohm 35302280 vvvvwmvamommccm .'' m mmm amm mmm mmm amm mmm 0mm mmm mmm mmm mmm 51h N N amm m N N .1 m. mnmd.w,wnm..yaa wm.m.mwm mumummnmnmmw M omdm .usm cago .2; chao ¡una ¿á cado onam mmm .má ommm .nmm 00mm .hmm 03mm “mmm 0 1|; a í ¿wm m .me.%.w . . r, . C C BERNAL Poasias
1‘ ,, ñ L
3 BAJO EL TOLDO DE LA PARRA fl ; v ¡y V J V ' + V ¡Bajo el toldo de la parra o c- uz m n V . , . , r +6r me Juro ser siempre mla, .3 .4 ro r 3 O‘ , . .3 r a: y cuando mudo las hojas, 3 o t\ :QÉÏ saber de mi no quería! (‘1
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2 f2 m SSCA’ 9ü9. BNC.
85 POESIAS EMILIA besé mil y mil veces, implorando que en tirso floreciente se trocara, para venir aquí, como en un tiempo a las fiestas helénicas venían llenas de encanto, alegres, las doncellas.
¡Mas, ay! Que en los negrores de mi abismo no se abrirán de luz azules rosas!
¡Ah! ¡Cante su dolor mi ensueño roto!
¡No soy más que doliente peregrina enviada por el alma de mi madre para estrechar la mano de un amigo!
Poesía recitada por su autora en el homenaje que el se manario (le esta capital “El Fígaro” dedicó ¡al Sr. Gonzá lez Curquejo, a raíz de la publicación del “Florilegio de Es critoras Cubanas”.
64 BERNAL PonstAs
BAJO EL TOLDO DE LA PARRA
¡Bajo el toldo de la parra
me juró ser siempre mía,
y cuando mudó las hojas,
saber de mi no quería!
85
TERCERA PARTE
Sollozoe be mi alma que ansiaba ser feliz
QUISIERA ......
Quisiera ser magnífica señora en el tiempo de trágica leyenda para marchar triunfante por la senda que me abriera una lanza vencedora; quisiera ser la dama soñadora reina. gentil de clásicos torneos, que oyó presa de dulces devaneos mil veces del juglar la voz sonora; quisiera ser la castellana amante a quien el caballero suspirante al galopar de su corcel guerrero
flores de amor dejaba en la ventana.
Mas ¡ay! ¡no puedo ser la castellana porque no existe un solo caballero!
69 Ponst“ EMILIA
PAGANA
Desde la infancia, sin comprenderlo, ' es la belleza mi religión.
Yo soy pagana por ley de herencia,
yo soy pagana por intuición.
70 BIENAL Potsus
MADRIGAL
Todo besa en la mañana
con aire de primavera
el rosal de enredadera
que se prende en mi ventana.
Mientras la luz habla y ríe
con el alma de las flores,
el alma de tus amores
con mi ilusión habla y ríe.
Del feliz lenguaje, cuyo
rumor se mece en el viento,
no distingo si el acento
es el de la luz 0 el tuyo.
71 POESIAS EMILIA
Y porque de igual manera
pierdas mis frases mimosas
te responde con las rosas
mi voz en la enredadera.
Entonces, se oye el rísueño
cuchichear en la enramada
de la luz enamorada,
las rosas, tu alma y mi ensueño.
72 BERNAL FoEsi/u;
LAS PALMAS DEL DESIERTO
Dos palmas en un oasis del desierto
cerca una de otra el azar plantó,
las dos elevan hacia el firmamento
sus penachos triunfales de verdor.
Allí, sumidas en las soledades
las acerca el Simún
diciéndose sus pencas sollozantes
palabras de dolor.
Y aunque no pueden enlazar sus copas
tiernamente las dos,
debajo de la tierra sus raíces
se trenzan silenciosas con amor.
78 POESIAS EuILIA
EL DlA QUE LA ENTERRARON
El día que la enterraron
todo lloraba en silencio,
las cuerdas de mi guitarra
y el mar, la tierra y el cielo.
74 BERNAL PoEshs
HYDROFANA
o: GUIMARA
En cierta montaña existe
una piedra blanca y triste
que entre todas se destaca.
Le dió la Naturaleza
la extravagante belleza
de ser lúcida y opaca.
Nadie al verla imaginara
que dentro de ella ocultara
hondísimos sinsabores,
y que al mojarse un instante
trasparente y rutilante
dejase ver sus dolores.
75 PoEsIAs Emmn
¡Lindos ojos de María
cuando os seca la alegría
opacos también estáis!
¡Mas, ay, cuando el llanto os baña
igual que la piedra extraña
transparentes os tornáis!
76 BERNAL PolaIAs
EN EL MAR
En una roca ingente, negrísima, escarpada, que se levanta en medio de un anchuroso mar, halló un titán de pórfido inmarcesible altar cuando dejó del Etna la cárcel abrasada.
Al ver el agua, un día, su faz glorificada de amor sintiendo todos los átomos vibrar, le envió del alma virgen las notas de un cantar como rumor de sones de risa delicada.
Oyó el titán del agua la voz, y en el instante la quiso entre sus brazos rendida cual amante y le atrajo hacia ellos no más con el querer.
Los cruza desde entonces como flexible pluma cubriéndole con besos de copos de su espuma, desmayada, cual lánguida, blanquísima mujer.
77 POESIAS EMILIA
CONVALECI ENTE
A LA SRA. AURELIA CASTILLO DE GONZALEZ
(GRANPOETISA)
Ad despertarme, triste,
vi esta mañana
de luz entrar un rayo
por la ventana.
Era cual una antorcha,
diáfana y bella
que velaba mi sueño
la luz aquella.
78 BERNAL Pos sus
¡Sola no me encontraba!
Su compañía
convirtió mis tristezas
en alegría,
en el lecho de enferma
bañó mi frente
y me sentí al instante
convaleciente.
Y como lanza el ave
desde su nido
la sarta jubilosa
de su sonido,
saludando a la aurora
cuando despierta,
así cantó, muy dulce,
mi voz incierta.
79 POESIAS EMILIA
—Dime, ¿de dónde vienes
a estar conmigo?...
¿Eres... acaso... el alma
de un ser amigo?
¿Hacía mucho tiempo
que me velabas?...
¿Por qué, para mirarte,
no me llamabas?...
¿Que abandonada estaba,
tú lo sabíasï‘...
¿Y viniste a decirme
que me querías?...
iVen... acércate presto,
conversaremos
de cosas que nosotros
no más sabremos l...
80 BERNAL PousiAs
Escucha... estoy enferma,
pero es de pena;
mas, si tú me acompañas,
me pongo buena.
¡Siempre estaremos juntos!
¡Te querré tanto!
¡Nunca mis pobres ojos
verterán llanto !
Me dirás mil historias
de esas que sabes...
Dónde tienen sus nidos
las tiernas aves...
Dónde nacen los ríos,
las claras fuentes,
dónde termina el curso
de las corrientes...
81 POESIA! EMILIA
Como tú has recorrido
valles... y prados...
en las selvas y bosques
has penetrado...
y has subido a la cumbre
de abrupta sierra...
ninguna senda ignoras
sobre la tierra.
Como has hecho la corte
con tus amores
al sopor de las siestas
a tantas flores...
y has sido buen amigo
de todas ellas,
ninguna desconoces
entre las bellas.
82 BERNAL PoEsIAs
Los dos un largo viaje
feliz haremos,
y esos amplios senderos
recorreremos.
Tú serás el buen guía,
yo el peregrino,
precederás mis pasos
en el camino.
Mostrarás a mi vista
las bellas flores,
ésas a que halagaste
con tus amores.
Me llevarás doquiera
que more alguna;
tengo empeño en mirarlas
una por una. POE SIAB EMILIA
¡Quiero hallar la que mi alma
busca anhelosa!
¡La de mis idealismos,
flor deliciosa!
¡La que tal vez no encuentre,
la que se esconde,
e iré a buscar contigo
yo no sé... dóndel...
B4 BERNAL PoEente
VUELVE OTRA VEZ, NOCHECITA...
Vuelve otra vez, nochecita,
con tu negrura serena
a recordarme los ojos
tan tristes de mi morena!
85 POESIAB EumIA
REBELDIA
cargada de cadenas tengo el alma en el lecho de rosas del olvido porque quiero vivir llena de sombras y otra vez no sentir lo que he sentido.
Pero hoy sufro de nuevo, que me abrasa pasado anhelo el corazón partido, y lloro tanto, porque tengo miedo de sentir otra vez lo que he sentido.
86 BERNAL POESIAS
TOPACIO
(DE GUIMARKES)
De tu escote en las blondas oculto resplandece un topacio de Oriente: blanca hermana del lirio! y como está suspenso de tu collar, parece que llevas en el pecho la rubia estrella Sirio.
Vislumbro en todas partes su resplandor artístico... en los campos de trigo y las tierras de espatos, y de noche, luciendo fosforescente y místico en la pupila sútil de pensativos gatos.
87 Porstns EMILIA
Los pistilos del lirio y estambres de la anémona dorados son... son de oro los tesoros caucasios, y el cabello flotante y rubio de Desdémona era una torrencíal cascada de topacios.
Con topacios ardientes la monja contristada borda el altar de Dios donde las almas velan, de topacios vestida despierta la alborada, las abejas al sol topacios son que vuelan...
Topacio tiene el cielo de la tarde que muere, los colibrís alegres en sus plumajes lacios, y los amantes tristes que el desengaño hiere dentro del corazón deben tener topacios!
Guarda tu joya egregia de luminar prolijo rival de la del rico cetro del Gran Mogol...
¡El topacio, oh Divina, es el hermoso hijo de una gota de miel y de un rayo de sol!
S3 BERNAL POISIAE
A GLORIA
PARAFRASIS DE PEDROZDE REPIDE
Yo soy quien al verte hermosa
quisiera verte dichosa
bajo los rayos del sol,
verte cruzar por la vida
del brazo siempre cogida
de tu galán español. 3|!
* I‘
Yo soy quien quisiera verte
en tiempos de buena suerte
con tu español adalid,
ir de brazo a las Vistillas
o al barrio de Maravillas
otra vez, allá en Madrid.
89 P01!S168
Yo soy quien gozara tanto
viéndote llena de encanto
con tu hermoso capitán,
pasear en lujoso coche,
en ese Madrid de noche,
vestida de tafetán. * l! Ü Yo soy quien verte quisiera juguetona y placentera
como ibas en otra vez,
a coger rosas risueñas
con muchachas madrileñas
en un rosal de Aranjuez. * * * Ir a los toros envuelta
en aquel mantón que suelta flecadura carmesí,
como una maja de Goya,
y en la cabeza una joya
de claveles de rubí.
90 BIRNAL Pos sus
Ir recogiendo en la calle
a la gloria de tu talle
frases de vivo color,
o el piropo callejero
que deshojara un torero
a tus pies, como una flor.
* i Il!
Y allá en las noches de gala,
como un jazmín de Bengala ir al Teatro Real. ¡Linda flor de aristocracia
llena de pícara gracia,
llena de risa y de sal! * * 1‘ ¡Yo soy quien al verte hermosa quisiera verte dichosa
bajo los rayos del sol;
verte cruzar por la vida
del brazo siempre cogida
de tu galán español!
91 POESIAS EMILIA
¡SII YO ABRIRE ALGUN DIA DE MI PECHO...
¡Sí! Yo abriré algún día de mi pecho
las dos hojas, cerradas a martillo,
para mostrar a todos lo que él guarda.
‘La de mi juventud rosa de fuego
debiera ser. Mas... no! que allá en el fondo
tiembla y arrulla una paloma herida.
92 BIENAL PoEshs
NOCTURNO
A JOSÉ SANTOS CHOCANO
Flota en la noche como una
balada de ensoñación.
Está muy blanca la luna
y muy triste el corazón.
Y aunque el céfiro deslíe
el perfume de las flores
en un ambiente de amores,
el corazón no se ríe;
95 POESIAS EMILIA
y aunque muy ledo suspira
el seno de la montaña
como si un gnomo en su entraña
pulsara su agreste lira;
y todos los jazmineros
balancean su blancura
suavísimos y ligeros ;
y aunque rueda en los alcores
la onda movible del viento
cual si de un pecho el acento
buscara su eco de amores;
y como airón de consuelo
atraviesa blanca nube
el cristal azul del cielo;
9‘ BERNAL PoEshs
y aunque sonora la fuente
va sus perlas desgranando
en el tazón, dulcemente,
sigue el corazón llorando.
Le responde solo un grito
en melancólico dúo,
el grito largo de un buho
que atraviesa el infinito
95
CUARTA PARTE -
Mis tristes ilusiones, mis solas alegrias
PARA EL SR. MANUEL MARQUH STERLING
NO ME DESPIERTES MASI...
¡No me despiertos más... Deja que el sueño vuelva mis pobres ojos a cerrar !...
¡No quieras arrancarme del ensueño donde le va mi espíritu a encontrarl...
Deja que duerma... Cuando junto al lecho vengas mi triste nombre a pronunciar, contémplame un instante, y si del pecho en lo más hondo, me oyes sollozar, si miras en mis ojos la ternura a través de los párpados fulgir y en mis labios de un nombre la dulzura; aunque al gesto se acabe mi existir, no turbes mi recóndita ventura... estoy soñando... déjame morir...
99 POISIAS EMILIA
AL PIE DE LA FRAGUA
A1 pie de la fragua
estoy que me hielo,
estoy que me hielo de pena y de frío
porque no te veo.
100 BERNAL POESIAS
FLIRT
Todo era en mi vida feliz, trasparente.
Una vez, estabas muy cerca de mí,
levanté los ojos, te vi sonriente
y al ver tu sonrisa, también sonreí. *** No sé qué atractivo hallé en tu mirada
que volvió la mía, la tuya a buscar,
cruzó por tu labio sonrisa encantada,
tornó la sonrisa mi labio a rizar.
* ll‘ Il
Mi ser atraía tu mirada loca,
la luz de mis ojos tus ojos buscó, y el alma hecha risa salió por tu boca
y mi alma, al oirla, feliz se rió.
101 PoEsiAs EMILIA
Y al son de sus notas, como fugitiva
paloma, que arisca, burló al cazador;
con giros fugaces, triunfante y festiva,
huí de tu lado riendo de amor.
La mente no olvida jamás ese instante
de ingenua alegría, de hermoso vivir.
Si a veces el alma lo evoca anhelante,
toda, toda, toda, me siento reir.
102 BERNAL Por: sus
SEÑOR, QUIEN ES AQUELLA?...
—Señor, quién es aquélla de cara suave y fina que muelle se reclina en ese canapé, y mueve leve un brazo de nieve que termina en una mano breve como una rosa te, la que deja el cabello en ondulantes nudos sobre la tersa frente, la de los pies desnudos la que parece toda dormida flor de lis, o un cisne que navega en un lago de raso
103 Ponsho EMILIA o una gardenia abierta a la margen de un vaso...
—Esa es la más graciosa mujer que hay en París, esa es la flor más linda de nuestra aristocracia, la yerba del ensueño, el lirio de la gracia, la joya del minué, la de los trajes sueltos de blonda y muselina, señora, es la divina madame de Récamier...
104 BERNAL PoEstAs
CANTO NUPCIAL
(A HOR’TENSIA)
Es de una novia que era
como la espuma del mar,
blanca, ligera y flotante,
de la que voy a contar.
¡Linda niña de connubio
como jamás la miré,
llena de pudor de lirios
y de encanto.
Yo no sé
105 POESIAS EMILIA
si era una novia de nardos
que se acertaba a entrever
si era un milagro en la noche,
o una ilusión de mujer!
En su silueta había una
apariencia de ilusión,
una promesa de anhelos
que parecía oración...
¡Linda novia sin palabras
y sin luz en el mirar,
de lentitud en los pasos
y sin ruido en el andar,
llenas las manos de rosas
y la frente de rubor,
llenos los pálidos labios
de un invisible temblor.
106 BERNAL POESIAH
Envuelta en el largo velo
como un airón celestial,
fué ante el ara de la virgen
esa novia de cristal.
Fué ante el ara muy despacio,
muy despacio se inclinó
y el débil cuello de nácar
igual que un cisne enarcó.
Parecía que rezaba
como una interrogación
a las rosas y a los cirios
dentro de su corazón.
¡Oh su quietud voluptuosa
en velos de castidad!
¡Oh novia de trasparencia
de ensueño y de majestad!
107 Polen! EMILIA
¡Oh milagrosas las rosas
desprendidas del altar
que en lento deshojamiento
fueron sus pies a besar!
108 BIRNAL PORSIAS
FIN DE UNA CARTA
“... me han dicho que te agobian las tristezas.
¡Dímelo! Si es verdad, por qué no me las cuentas?...
¡Mi corazón-contigo ha de llorar!
Desde que me dijeron: “¡Sufre tanto!"
me siento unida a ti en el dolor.
¿Por qué si tienes llanto
no lo derramas en mi corazón? PoEsIAs EMILIA
¡Mi corazón!
¡Qué agrio!
¡La vida 1o amargo! pero si a un sér le falta la ventura, o le falta el amor y lo sabe mi alma... entonces... mi aterido corazón para él desborda mieles de ternura ...... --.uu-n-..-uuu ¡Si sufres... ven... que para tu alma son...”
110 BERNAL Por; sus
PU ESTA DE SOL
¿Por qué a estas horas al teñirse el cielo
en la lumbre rojiza
que el sol de invierno da,
mi alma se llena
del anhelo infinito
de volar hacia el sol
y de seguirle!..;
¡Mi corazón es adivino.
Acaso, el pobre enfermo
su fin conoce ya,
y me sugiere
que con la puesta del invierno, mi alma
se irá detrás del sol!
111 POESIAS Emu
¡Oh, no es bastante!
Algo supremo existe, que me llama
a donde el sol se va.
u - u u u u - u n u u u u u u u u - u - u
¡Es que tú vives al Oeste!
112 BERNAL POESIAS
EN EL LAGO DE MI ALMA
Es un lago el alma mía,
tu recuerdo un cisne.
El lago
a veces riza las olas
levemente, jugueteando
con la blancura del cisne
que ríe, suspira y canta.
***
Es un lago el alma mía,
tu recuerdo un cisne.
113 POESIAS EMILIA
El lago
a veces rómpese en olas
de tempestad. Y en sus aguas
el cisne de tu recuerdo
siempre boga, siempre canta,
sobre las tremendas olas,
con ternura abriendo el ala
114 BERNAL POESIAS
ENVIO ROMANTICO
Sobre mi seno estuvo reclinada
y al tenue palpitar que en él sentía
le hablaba de tu amor al alma mía
esta flor, que te envío deshojada.
Interrógala quedo, si tu amada
con frases temblorosas respondía,
si al escuchar su voz palidecía,
si al arrullo quedóse desmayada.
115 POE sIAs EMILIA
Interroga a sus hojas, con cariño,
por qué mi corazón te quiere tanto,
por qué me adora tu ilusión de niño,
si irán por siempre nuestras almas juntas.
Interrógala tú con voz de llanto,
que yo le hice llorando esas preguntas!...
116 BERNAL PoEsiAs
¡SEVILLA!
Yo tengo una guitarra ¡guitarra mía! con lazos y con flecos de oro y de grana, que llora a veces tierna melancolía o entona la de fuego canción hispana.
¡Cuántas veces el alma llena de anhelo mientras vibran las cuerdas de esa guitarra, imagina un instante trocado el cielo en el palio frondoso de alguna parra.
‘¡I Y allí, bajo del toldo verde y florido al sonar del repique de los panderos y el de las castañuelas, guapo sonido, la fiesta de las majas y los toreros.
117 POESIAS r EMILIA
La que envuelve mi vida de resplandores en la danza briosa de ritmo llena, en el mantón de seda de mil colores terciado a las espaldas de una morena.
En la lluvia dorada de sus caireles prendidos en la falda que el aire riza, en el rico perfume de sus claveles, en el tinte de fuego que los matiza.
En la copla gitana que el aire roza, en los jarros hirvientes de manzanilla, en el festín que embarga la gente moza, en el ambiente todo que da Sevilla.
¡Tierra por quien delira mi musa inquieta!
¡Trozo de Andalucía, que eres mi encanto!
¡Pedazo de la cuna de aquel poeta por quien a veces lloro y a veces canto!
118 BERNAL POESIAS
¡Sevilla deliciosa que tanto quiero, yo he de pulsar las cuerdas de mi guitarra al compás del repique de algún pandero en tu fiesta andaluza, bajo la parra!
Yo he de mirar tus patios de regias flores y tus amaneceres de añil y gualda, tus calles retorcidas, tus miradores y el viejo campanario de tu Giralda.
Tus bosques de naranjos, tus casas viejas, tus joyas arrancadas al arte moro, los pensiles colgantes que hay en tus rejas, y la de mis quimeras Torre del Oro.
Yo he de escuchar los dejos de tus cantares que en la callada noche vibran dolientes, tus pregones jocundos, tus soleares, y el coro de tus pájaros y de tus fuentes.
119 PosstAs EMILIA
Yo he de cruzar los mares por ver tu cielo, tus riberas azules que el Betis baña,
¡Yo he de dejar temblando sobre tu suelo O el beso que en el alma le guardo a España!
120 BERNAL PoEsiAs
GUARDO UNA SOLA CARTA...
Guardo una sola carta, en una caja sola, que leo todas las noches de mi vida infeliz.
Ella es en su lenguaje, como una blanca estola o lo mismo que un blanco, talar sobrepelliz, que sabe cariñosa abrigar mi alma yerta, eternamente sola y eternamente gris, como si fuera el cuerpo de una novicia muerta arropado entre encajes y entre flores de lis.
Y es esa carta sola, la que en las soledades de mis horas de insomnio me habla de castidades, la que todas las noches oye mi triste voz cuando la leen mis ojos adormecidos, cuando terminan su lectura mis labios, silabeando un muy dulce, muy lento: “¡Hasta mañana... ! ¡Adiós... !”
121 PoaslAs EMILIA
DAME, NINON, LAS CRENCHAS...
¡Dame, Ninón, las crenchas que juegan con tu seno para hacerle con ellas un manto a mi Señor!
Yo haré como si fuera un niño segador que las recolectase en el campo moreno con mano de cariño, mi mano la hoz de amor, el campo, tu cabeza, de espigas todo lleno.
¡Dame, Ninón, las crenchas que juegan con tu seno para hacerle con ellas un manto a mi Señor!
Después... así que el manto esté ya concluido, de noche, en la alta noche, cuando él esté dormido, iremos las dos juntas el manto a colocar sobre sus hombros, luego... sutilmente, sin ruido, volveremos muy lento, con paso contenido, para que no le vaya el ruido a despertar.
122 BERNAL PoasIAs
DE AQUEL ADIOS......
De aquel adiós guardo el gesto,
la expresión, la voz, el ansia,
en el cofre de mis sueños,
¡De mis sueños, que te aman!
A veces, como una queja
el adiós surge en mi alma,
y del adiós... tu recuerdo...
y del recuerdo... mis lágrimas!
Y siempre que en mis ensueños
el adiós surge y me habla,
te besan mis pensamientos,
y te lloran mis nostalgias.
123 POESIAS EMILIA
ANHELOS! . . . .
Quisiera.... que mi alma al ruego de tu alma pudiera llorar la frase que en ella solloza gorgea y suspira y viene a mis labios... y luego... temblando de miedo se va.
Quisiera... en las alas del céflro errante, en cuyo plumaje se mece el amorr enviar a tu frente mis pálidos besos como una caricia del oro del sol.
124 BERNAL 1 PoEsIAs
Quisieram.
en 1a. albura del lis de tu alma de mis idealismos la. estela dejar
y luego...
alejarme... perderme en las sombras sin fin del olvido
y en ellas por siempre
vagar.
Quisiera... en la cumbre de tus pensamientos
ser copo de nieve, ser gema, ser flor, ser nube, ser ráfaga, ser ave zahareña, ser lumbre, ser iris ser risa del sol.
Quisiera... las tristes estrofas de mis sentimientos desencadenar al borde de tu alma, como si ella fuera
125 PoicsiAs EMILIA de fino cristal un vaso, y mi verso, un hilo de llanto sonoro que al choque del fondo del vaso rompiera a cantar.
Quisiera... en la tumba que guarde tus huesos ser llanto de efebo, rocío de amor, plegaria en la noche, rapsodia de besos ser cruz, rosa, lágrima... ser rayo de sol!
I HlG) BERNAL POESIAS
SI YO FUERA UNA NOVIA . . .
Si yo fuera una novia, me vestiría como viste las novias mi fantasía: con un traje muy blanco de fino encaje, corto, gracioso, alegre, sería mi traje, y un amplio velo que desde la cabeza rodara al suelo;
flotando, sin horquillas, sin alfileres, como jamás lo lleven otras mujeres.
Radiante en ese velo me envolvería y entre sus níveos pliegues j uguetearía.
No me prendiera rosas artificiales, sino las vivas rosas de los rosales.
127 POESIAS EMILIA
¡Rosas y rosas, y en mis manos de novia rosas dichosas.
¡Rosas y rosas, y en mis labios las rosas de la alegría .-...-...... ¡Si yo fuera una novia, cómo reiría!
128 BERNAL POESIAS
LA PRIMAVERA ES YA!
Ven! Que ya las abejas zumbadoras, como rayos del sol cuajados, vuelan sobre las copas de las Campanillas llenas de miel dorada y olorosa.
¡La primavera es ya! Toca ‘en las almas sus cascabeles el amor. Te espero!
129 O
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. QUINTA PARTE
LA MUERTE DE MIS suEÑos
BALADA
LA PENA OCULTA
“¡A la boda! ¡La niña se casa esta noche!” cantaban del pueblo los claros violines
(La madre era muerta.
Le pusieron un traje de luto y un velo muy blanco prendido en el pelo con unos jazmines.)
Cuando apenas se había casado la gente del pueblo muy bajo decía, que en las noches el hombre pegaba, cruelmente, a la niña.
183 PoEsIAs EMILIA
Yo la he visto después triste y pálida, como un peregrino, con la herrada de penas al hombro bajar a la fuente que está en el camino. AÜAJAE
A"_ "tc A/Éq A “¡Al entierro; la niña‘se ha muerto esta noche!”
del pueblo los sollozan‘ claros violines ¡ :‘F Lu. . . . mortuoria, mientras que ella en. su caja
¡ qué linda sonríe! mb J f - .1) Í! .11. * .,. A ‘T .4 ‘
‘r, '‘ ‘ ‘ ‘Ï- . . . 9‘:.‘ZÏ_ .NÍ‘ ..A 1‘ .25.. ‘ .:A
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Para la" lán‘ipáiümía,
‘ ‘ ¡1; para mi lámpara pobre‘
que está de aceite vacía!”
Me dijo‘ desde distante
un hombre que iba ambulante
por un angosto‘ sendero. '
Yo me: detuve,n-y amante’
le di aceite-alcaminero. ..,.— :..
I18.5 POISIAI EMILIA
Y acompañe al solitario,
que marchaba tardíamente,
por aquel largo calvario,
mientras que mi lampadario
se apagaba lentamente.
“¡Dame aceite de tu odre
para la lámpara mía,
para mi lámpara pobre
que está de aceite vacía!
- ¡Dame aceite, caminero!”
Con mi voz que suspiraba,
detenida en el sendero
dulcemente repetía...
y él, en tanto, se alejaba...
se alejaba... y se reía...
186 BERNAL PoEsIAs
CANCION NOCTURNA ¡
PARA EL SR. RAIMUNDO CABRERA
Canción nocturna que en el aire flota,
como reminiscencia de una queja,
absorta te oye el alma nota a nota
mientras tu acento musical se aleja.
¡Canción! Canción nocturna! Cuántas veces
escuché tu lejana melodía
tras la blancura de los ajimeces
que el verdor de la yedra ensombrecía.
187 PoEshs
No te alejes canción. Queden tus ecos
prendidos a mi reja, como flecos
de lírica y amante enredadera.
No te alejes, canción de mis amores.
Queda en la reja para que me llores A “A —‘ 1 ‘ A .0.- J‘ -‘ h. f I fi ‘v ‘ . Í‘- J i -J, con lágriniaísonoras, cuando muera. . .‘ÏJÜEAJ ZCI‘-LM‘MH .iri ..J AGA"
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J . ' v : r . v‘‘A x l f ‘E- JL AA‘,"¿1: "‘ .J J. J L) a-‘: BERNAL PoEs! ¿s
¡POBRE RISA ¡Ml-A! Alí ¡Quiero sofocarte, pena!
¡Pena, te quiero domar
como el caballero enfrena
su indócil potro al andar!
De la risa 1a locura
quiero en la mente sentir.
La risa me dé ventura,
¡No llorar más... a reír!
¡0h carnaval de mi vida,
tu careta venga mi rostro a cubrir!
Alma, olvida
y para siempre vuelve tu llanto reír.
189 PoEsIAs
¡Reir! De mi risa trágica
quién el gesto ha de entender?
¡ Colombina, Colombina,
quizá tu sepas, Mujer...!
140 BERNAL PoEsho
TRAGEDIA INTERIOR
Bravo peñón sostiene de un castillo
los muros ¡ay! que derribar contempló,
sobre la roca, en pie, llena de espanto,
muda, inmóvil, los brazos a la altura,
cual si quisiera en mi actitud hierática
detener la caída del coloso
que se desploma al seno de los mares,
cuyas olas encréspanse violentas
al flagelar terrible de la túnica
del huracán, desmelenado y negro.
141 POISIAS EMILIA
¡Cómo del corazón las tempestades
saben gemir a indómito rugido
para ahogar la estridente gritería
que el aire, el mar y el cielo, desenfrena!
¡Aquí está el alma en pie, sobre la roca,
dispuesta a .desafiar altívaymo' . r v "‘ .7 r " L.‘ _. :4 ’‘27" el filo cruel, sajante del destino!
¿Quién de los dos potentes adalides ‘ ‘ en esta lucha vencerá? ‘¡Del hierro -
al hierro la igualdad se mida! -...1«g . j
5‘ " Y si la h‘ója iriflexible' de‘rni‘ésbíritd í ¡— se parte ‘al batallar,‘ soberbio caiga‘ 7
el castillo infeliz‘; pero‘ïsep‘ulte. M 4:..
bajo sus ruinas este cuerpo mío.
Cubran sus piedras cual marm-óreas losas Í" mis pobres carnes ‘de mujer. Y‘luego i ‘i‘ florezca entre‘-’las ruinas una Palma ‘. . . a . - c )-r‘—v-"un. u u 07-M'- I ¡»4 n‘- .-..-—AuAn‘V. '
112 BEEE'AL POESIAB
E‘RïwuNïïñíAábÉ Fl ESTA .-.‘.‘‘ 5
Era un día de‘ fiesta.‘ Toda‘ la aristocracia de mi pueblo,‘¿al templo de “La Merced” venía y yo pasaba entre‘ella‘indiferente, fría, como ‘el hielo, sin mancha, de mi altiva desgracia‘.
De improvis‘o, mi alma alzóse en vuelo hacia el templo, el órgano e‘n “moi-ando” se oía, y de un fraile la voz que cantando decía:
“¡Dios te salve, María, llena eres de gracia!”
¡Mi corazón! ¡La iglesia !‘ ¡.Y en mis ojos «el llanto l‘ ¡Cuánto tiempo sedientas de llanto mis mejillas! ¡Cuánto tiempo sinzlloro‘mi pobre rostro! ¡Cuánto!
Por las gradas del templo ascendí poco a poco;
‘ ante ‘un‘altar, llorando, me postré de rodillas, A
y a Dios recé por ti... por ti... porque eres loco!
148 PoEsIAs EIIILIA
SI AL BORDE DEL SEPULCRO . . .
Más que toda otra cosa amo yo tus pupilas indómitas y opacas, que me miran tranquilas
con extraño poder, porque hay en su aparente y misteriosa calma yo no sé qué reflejos de tu indolente‘alma
y tu raro querer.
Y después, amo tanto tus manos, porque fueron las solas que mis tristes besos humedecieron.
¡0h manos de altivez, si al borde del sepulcro volvierais a tocarme por besar vuestros dedos que supieron amarme
viviría otra vez !
144 PALI DA MANO
I
Quita a la. rosa una espina y dala al viento a volar, que esa tu mano divina tan cariñosa y tan fina sólo sabe acariciar.
II
¡Qué espinas puso a la rosa de mi corazón, aquél!
¡Qué mano tan cariñosa tu mano, que cuidadosa las va quitando de él!
145 PoEsiAs EuILIA
III
¡Pálida mano, que has hecho
con arrancarme el dolor
que el corazón me ha deshecho,
no sabes que está mi amor
queriéndote dentro el pecho?
146 BzENAL PonsIAs
VENCIDA
Imposible creí que una tormenta
pudiera sorprenderme con su embate
en cualquier circunstancia de la vida
sin que yo le venciera en el combate.
Su ronco acento me arrulló en la cuna,
en la infancia, tenaz y embravecida
rugió en mi derredor, y así templado
el corazón, jamás a la fortuna
adversa le temió. Siempre valiente,
cuando sentí mi ser amenazado,
ante el peligro presenté la frente,
detuve con denuedo el golpe rudo,
147 POE siAS EMILIA
lo rechacé con ademán potente,
y nunca el pecho destrozarme pudo...... Y yo, granito ingente, cuya mole
no abatió el huracán... ahora, vencida...
¡No tengo fuerzas para ahogar la pena
en esta horrible noche de mi vida!
148 BERNAL Ponst“
PALABRAS DE ELEGIA
Siento que es el sufrir mi patrimonio, que mi risa es el lloro, y que mi canto es el acento que el dolor me brinda.
Aquí vengo a cantar, como si fuera a una selva de robles, cuyas ramas sacuda de mi espíritu el sonido.
Tenga mi voz un flagelar de amores en cada corazón, para que vibren al mismo tiempo que mi pena canta, y si es de roble, lágrimas los robles derramen ¡ay! porque mi hermano ha muerto, porque yo quiero que la pena mía
149 PossiAs EMILIA tenga un eco brutal que la comprenda, porque yo quiero hacer con ese llanto ofrenda de cariño al desgraciado que no tuvo en los labios ningún beso al dejar de vivir; al que no tuvo manos piadosas que cerraran trémulas el cristal esmeralda de sus ojos. n...-...... -.u.....
¡A‘l pobre hermano que murió tan lejos! (1)
(1) Recitada por su autora en la Asociación Canaria de La Habana, antes de leer sus poesías, en horas de dolor su premo en que se le comunicara La noticia de 118.muerto de su único hermano, ocurrida tristemente en. Europa.
150 Blas“. Pont un
MARINA
¡Oh mar que así te besas con el cielo
del horizonte en la lejana curva,
quién una gota fuera de tus aguas,
quién un rizado copo de tu espuma!
Quiero-fundirme con tu azul brillante,
cantar en el murmullo de tus olas,
reír en las quietudes de tu seno,
cabrillear en el ritmo de tus ondas.
En tu beso divino con el cielo
extasiada se aduerme el alma mía,
soñando con un cielo y con un beso
a las amargas aguas de mi vida.
153 PoEsiAs EMILIA
A la grandeza ¡oh, mar! que te agiganta
quiere mi ensueño platicar contigo,
mi ensueño, que va errando por la tierra
como en tus aguas un bajel perdido.
Aquí, a la arena de tus playas solas,
como una flor que el ábrego ha lanzado,
vengo a llorarte mi dolor sin nombre,
todas las penas de mis veinte años.
¡Responde, si contigo confundida
podré gozar, al fin, mi ensueño loco;
dime si sientes que te atraen mis lágrimas
y que te quieren absorber mis ojos!
152 BERNAL POHSIAS
NUEVO CRISTO
PARA EL DR. GONZALO AÑOSTEGUI
Adelante! La tumba
presiente ya cercana
como un retablo fúlgido
que su alma escalará,
el Cristo de la Idea,
el de la frente mustia,
el tacíturno, el trágico,
el dulce ensoñador.
163 POESIAB Emma
¿Qué importan del vía crucis
al Cristo las cizañas,
si en el azul clarísimo
del cielo esculpirá
el Inri de pureza
que dibujó en su frente
como una estela mística
del ensueño el buril?
Con las sangrientas rosas
que grabó en el sendero
tal vez la Aurora pálida
bordará su dosel.
Mañana, cuando el Cristo
de las heridas sienes,
de las ardientes lágrimas,
se yerga en el altar.
154 BIENAL Polslu
u u u u u . u - u u u u u . . . u
¡Cuántas veces el cáliz
apuró hasta las heces.
manantiales de acíbares
el mártir del amor!
¡Cuántas veces los clavos
taladrantes hirieron
al Cristo de cien Gólgotas
la senda al recorrer!
¡Cuántas veces los juncos
de espinas ponzoñosas
ató a su frente livida
la mano del pesar! PossfAs EMILIA . Adelante! La tumba
presiente ya cercana
como un retablo fúlgido
que su alma escalará,
el Cristo de la Idea,
el de la frente mustia,
el taciturno, el trágico,
el dulce ensoñador.
Cuando llegue, en las rosas
que sangró, en el camino
se teñirán las púrpuras
de un nuevo amanecer.
Y llorarán los cielos
su matinal responso
al Cristo de las lágrimas
que nadie consoló.
156 BxnNu. Poun
MADRIGAL
Eran unas violetas hacinadas
las que nacieron en mí huerto triste
bajo la sombra de un rosal temprano.
Yo dije: “Ese es tu amor". Y así las quiero.
Y en mi abandono si me dan sus flores
me dice el corazón que no te has ido.
157 PoEstAs EMILIA
¡TRENOS!
Llena el alma de angustia infinita
a ti vengo implorando consuelo,
cuando nada me queda en la vida
ni aun el rayo de sol de mis sueños.
¡Vuelvan tus palabras
como dulces caricias del cielo
otra vez a vibrar en mi oído e mientras llora mi espíritu enfermo!
¡Qué triste es mi alma!
¡Qué horrible es mi tedio!
¡qué negras las horas de mis soledades!
¡qué angustia destroza con saña mi pecho!
158 BIIINAL Pousus
¡Oh mis largas horas
de llanto y silencio,
que ni un rayo de luz venturosa
reciben del alma fugaz y rísueño!
¡0h esperanza mía,
perfumada espiga de dorado heno,
que al ábrego impulso
destrozada cayó en el sendero!
¡0h mis ilusiones,
mariposas de ingrávido vuelo,
que mi ser a volar desprendía
como enjambre de chispas de fuego!
¿A dónde partisteís
mariposas de luz de mi anhelo,
qué atmósfera insana
apagó vuestro mágico incendio?
159 ¡Oh, ven a mi alma! te imploro gimiendo, cuando todo me falta en la vida, hasta el rayo del sol de mis sueños!
¡Vuelvan tus palabras como dulces caricias del cielo, otra vez a vibrar en mi oído mientras llora mi espíritu enfermo!
160 SEXTA PARTE
ANHELos DE MORIR
CANTARES
PARA EL SR. ENRIQUE 'ONTANILLS
Todos tuvieron adíoses y rosas, por despedida, no tuve yo solamente ni una flor, ni una sonrisa,
porque saben que en el alma guardo dos rosas marchitas, la de mis muertos amores y la de mi pena viva.
163 POESIAS EMILIA
¡Adiós, costas de mi tierra
tan azules y tan lindas,
qué besos te dan mis ojos
en la hora de la partida!
Ya otra vez os dijo el alma
tierno adiós cuando era niña,
cuando eran vivos mis padres
y mis hermanos vivían;
y ahora huérfana y sola
retorno a la despedida.
¡Adiós, costas de mi patria!
¡No me olvides, tierira mía!
164 BIINAL PossIAs
¡Cantares que vais rodando
por las crestas blanquecinas
de las olas, cual si fuerais
pedazos del alma mía,
volved, volved a la playa,
besad la arena amarilla
con este beso tan hondo
que entre mis labios palpita!
¡Adiós, costas de mi tierra,
tan azules y tan lindas,
cómo te besan mis ojos
en la hora de la partida!
165 POE sias EMILIA
UNA CARTA PARA EL CIELO
Hace tiempo, mucho tiempo, que una carta temblorosa me escribiste, una carta en que tu vida agonizaba, una carta en que las frases eran quejas y eran lágrimas, una carta en que llorando me decías:
“¡Cuánto quiero una casita dulce y blanca donde duerman mis neurosis el olvido....
Donde acaben las torturas de mi alma!”
La casita ya te espera, buen viajero de las muertas esperanzas.
166 BIENAL Potst“
Todo en ella, por no verte, está enfermo de nostalgia.
Tal parece que te nombran las palomas cuando arrullan, cuando rozan con las puntas de las alas el alero de la casa; que te nombra la florida madreselva cuando azota suavemente con las ramas los cristales de colores de la reja solitaria; que te nombran los retratos de los seres más queridos en la sala... y los niños, en la noche, cuando duermen también mezclan con tu nombre sus palabras.
Yo te invoco en las nocturnas largas horas de mis pláticas que a la luz de la bujia
167 PossiAs‘ EMILIA m! pesarosamente pasan... y te invoca, toda, toda, mi casita triste y pálida.
¡Vuelve, vuelve buen viajero de las muertas esperanzas!
¡Que te implora mi hondo afecto!
¡Que mi espíritu te llama!
¡Que en las tardes cuando vengo del trabajo fatigada, al entrar ansiosamente en mi casa desolada, siento el frío que se siente al entrar en las viviendas por el hombre abandonadas; que me encuentro siempre llena del vacío de mi alma...
¡Un vacío semejante al que nos queda cuando sacan un cadáver adorado de la casa!
168 BBRNAL PO‘IIAI
EN LA TARDE LLUVIOSA
Arideces del cielo de la tarde lluviosa,
gris del espacio húmedo, acuarela borrosa
del paisaje, que nublan las lloviznas,
rachas de aire que cruzan avcntando las briznas
de los suelos techados, raudo volar de hojas, empañado cristal de la ventana,
tristeza del sonar de la campana,
cómo sabéis hablar a mis congojas!
t il: *
Recuerdos en la mente acalorada,
promesas desleídas en la nada,
189 PoEsiAs EMILIA mi torre de dolor que se derrumba, raro vagar de sombras en la mente, y perdido en la niebla del ambiente como el blanco sagrado de una tumba!
* * *
Fosforescencias en el alma inquieta, mis adorados sueños de poeta, mis ilusiones rotas una a una, sopor de que la vida no despierta, y en mi esperanza muerta ni un leve rayo de azulada luna! *** Del corazón la aterradora calma, la duda hablando a solas con el alma, murmullo de palabras al oído, y el carmen de mis sueños sin amores,
sin hojas y sin flores
ni aves, que vuelvan a cantar, al nido!
170 BRINAL PoIsIAl
¡No más! Que del vivir acongojado el árbol, seco ya, sus ramas trunca.
Cuando las pobres ramas se han secado no vuelven ¡ay! a retoñar más nunca.
¡Arideces del cielo de la tarde lluviosa, gris del espacio húmedo, rachas caliginosas, pesadez diluida en el ambiente, tarde que sólo a padecer convida, en tus horas no más mi pecho siente un ansia inmensa de dejar la vida!
171 POESIAB EMILIA
LA CAMPANA DE UN PUEBLO
Campana del pueblo mío,
cuando suena el vocerío
de tu lengua musical,
imagino que te parte
de tu campanero el arte
en mil risas de cristal.
Y cuando escucho tus notas,
que al oído llegan rotas
en sollozante gemir,
pienso que al son plañidero
172 BEENAL POIUIAS
te va el triste campanero
en lágrimas a fundir.
Porque tan alta te meces
a compás de languideces
cerca de la Eternidad,
al echar tu voz a vuelo,
siento que hablas desde el cielo
bronce de LA SOLEDAD!
Que otra raza, que otra gente
que fué grande y fué valiente
de una edad que ya pasó,
por la voz de la campana
siempre augusta y soberana
le habla al pueblo en que nació.
Que amorosamente trina,
con una voz clara y fina
173 , POESIAS EMILIA
en la torre una mujer,
su salmodia de tristeza
a la clásica belleza
de las mujeres de ayer.
Que en la cruz del campanario,
algún héroe solitario
vocaliza una canción,
como vaga y honda queja
que se aleja y que se aleja
y termina en oración.
Y que el alma de las cosas,
ya caídas en las fosas
del olvido y del pesar,
su nostálgica elegía
de la tarde a la agonía
va en la torre a musitar.
174 BERNAL Poestas
Y que todo lo pasado,
por tu bronce inmaculado
de exquisita limpidez,
a las gentes llora y ríe
en el canto que deslíe
tu rítmica dejadez.
Por eso te quiero tanto,
porque me hablas del encanto
de lo grande que se fué,
y presiento que en tus sones
cuando muera, mis canciones
a esta tierra cantaré.
¡Cuánto te quiero, campana!
Yo te escucho en la mañana
de mis días sin color,
cual la voz de mis abuelos
175 POESIAS EMILIA
que me envían de los cielos
las protestas de su amor.
¡Campana que a gloria suenas
en el fondo de mis penas!
¡Cariño de mi orfandad!
¡Con qué júbilo te escucho!
¡Dime si me quieres mucho
bronce de LA SOLEDAD!
Siempre al verte desde lejos,
al oir tus claros dejos
como palabras de Dios,
con tierna ilusión te miro,
te mando un beso, un suspiro,
y en el suspiro un adiós.
176 BzENAL ¡’osx-¡las
¡MADRE DE MI ALMAI
¡Madrecita mía...
tus horas de tísica olvidar no puedo...!
El triste pasado,
como horrible espectro,
con isócrona voz martillando
a mi oído palabras de hierro,
ha llenado de angustia infinita
las reconditeces heridas del pecho,
y al oír cómo suenan sus golpes
177 POESIAS EMILLA
que ya no son frases, sino gritos tétricos,
siento que la angustia sacude mi vida,
que tiembla mi cuerpo,
y que un frío de muerte me baña
y se filtra glacial‘ en mis huesos ...... ¡Madrecita mía
tus horas de tísica olvidar no puedo...!
¡Redivivas surgen
dentro mi cerebro! -...... c-....
¡Siempre las dos juntas
el erial del mundo fuimos recorriendo
como tristes hojas
que a impulso del aire cruzan el sendero...!
Desde pequeñita,
como un lirio seco
178 BERNAL PonI“
te recuerdo, madre,
muy bien te recuerdo...
¡Tus toses cortadas por largos hipidos
retumbar las siento...
allá en lo más hondo
del alma que tengo!
¡Tus carnes enjutas...
tu rostro cenceño...
y aquellas nudosas manos de cariño
que así, descarnadas y débiles, fueron
invencible escudo para defenderme
hasta que tu vida dió el último aliento...!
¡Divina, mi madre...
de tu amor inmortal tengo celos!
¿Por qué me dejaste tan sola... tan sola...
así... sin tus besos...?
179 POE SIAS EMILIA ..v...... u-....-... ¡Tú que hiciste con alma dichosa
de mi vida las gasas de un cielo;
a pesar de tus horas de acíbar;
a pesar de tus crueles tormentos!
¡Tú que alzaste en la mente un encanto
para hacerme un palacio de ensueños!
¡Tú que al pie del sepulcro entonaste
para mí tus versos,
escucha en la tumba
mi llanto de fuego,
el ¡ay! desgarrado que lanzo en tu fosa,
mientras mis rodillas se clavan al suelo.
180 BERNAL POESÍA.
DIME....¿POR QUE NO ME AMAS?
Dime, ¿por qué no me amas, ciudad que adoro?
¿Por qué tu amor no viene a buscar el mío?
¿Por qué no me acaricias al ver que lloro?
¿No sabes que se muere mi alma de frío?
¿Por qué no me acaricias? ¡Habla! ¡Responde!
¡Tierra de mis abuelos y de mis hijos!
¡Tierra donde nacieron mis padres! ¡Donde tuve desde la infancia, mis ojos fijos!
Dime ¿por qué no me amas, ciudad de amores, cuando en tus venas corre la sangre mía, lll PoE SIAS EMILIA cuando guardas la tumba de mis mayores, cuando encierras la tumba de mi alegría?
¡Bien sé que no eres toda mala conmigo!
¡Bien sé que no eres toda conmigo huraña, porque me da tu cielo caliente abrigo, porque tu sol me quema y tu luz me baña.
Por que a mi paso ofreces 1a generosa tierra, donde se apoya mi planta enferma; porque me das ¡divina! tu milagrosa noche de castidades para que ‘duerma.
Porque me das la sombra sobre tu suelo, porque me das un techo. ¡Cariño de ave!
¡Ala de amor abierta sobre el polluelo!
¡Vela de amor dormida sobre la nave!
182 BERNAL POESIAS
¡Ya ves que no eres toda mala conmigo, ciudad que así me tienes en tus entrañas, de tu cielo brillante bajo el abrigo, que en vivo sol me quemas y en luz me bañas!
¡Si pudiera decirte cuál fué mi pena en una sola y larga y amante cita... ciudad, tú me quisieras, porque soy buena y tú eres buena y grande, ciudad bendita!
Porque ensayé en tus calles mi andar ligero, porque corrió en tus calles mi niñez loca, porque escuchar supiste mi hablar primero y las primeras risas que dió mi boca.
Y cabalga en tu ambiente llamando a fiestas de mis gratos recuerdos la algarabía, y llevas amorosa la cruz a cuestas de todos los recuerdos de mi agonía.
188 Poestas EMILIA
¡Pronto has de hablar conmigo! ¡Te lo prometo!
¡Te llevaré a una cita, doliente y muda para decirte lo hondo de mi secreto, para echar en tus brazos mi alma desnuda!
Mi alma desnuda y triste que ahora se esconde arrojaré en tus brazos, ¡ciudad bendita!
. . . . u . u . u . . . u . . . . . u - . . - u . ..
...... - ...... u . . . . u . . . . u . .
- c . . u ...... u . u u u . u . u u . -
184 BERNAL POESIA.
CRESPON
Ven, dime una historia
de esas tristes envueltas en llanto
tú, que hambrienta devoras las vidas
tú, que marchas con tétricos pasos.
No tardes, yo quiero
escuchar los acentos amargos
que modula tu boca riente
castañeteando
y mirar hasta el fondo tus cuencas
que parecen negrísimos antros.
Ven presto a mi alcoba,
con ansia te aguardo,
185 POESIAS EmLiA
aquí las dos juntas
formemos un cuadro
que se envuelva en sus lóbregas sombras,
cual si negro manto
de crespones inmensos le hiciese
un luctuoso marco.
Tú en pie, de mí cerca,
yo a tus plantas, hiriendo mis manos
de mi lira las cuerdas que lloran,
y al compás de su acento, despacio,
con tonos dolientes
que vibren muy raro
una historia recítame, de esas
que llenen de espanto
a mi vida que tan sólo goza
con placeres trágicos.
Ya percibo el rumor de chasquidos
186 BERNAL Polltu
que producen tus huesos andando,
ya te acercas, ya escucho tu acento
confuso y cascado...
ya suena mi lira
al gimiente sonar de tu canto...
"Aún las sombras nocturnas tendían
su inmenso vestuario
por el firmamento
y engendraban siluetas de trasgos
cuando al aire lanzó su mugido
del taller la sirena, llamando,
y a favor de las horas silentes
que forman el lazo
con que se ata la noche y el día
de aquel ruido los tonos ingratos
hasta el lecho del núbil obrero
precisos llegaron.
187 POESIAS EMILIA
Del obrero, que en sueños estuosos
con delirio anudaba sus brazos
a las formas de mármol divinas
y olientes a nardos
de la virgencita
que le amaba tanto,
cuya boca de rosa, encendida,
pronunciaba su nombre ¡Fernando!...
al sentir en el rostro sus besos
tan quemantes... tan mudos... tan largos”...
“El acento ronco
al llamarle potente al trabajo
le lanzaba a luchar por la vida;
pero el alma seguía soñando
en la virgencita
que le amaba tanto.
138 BIENAL POBSXAS
Y al marchar brioso
por llegar al taller sin retraso,
el instinto impulsaba su cuerpo,
pues su mente flotaba muy alto
en las célicas, bellas regiones
de sus sueños gratos.
Y con estos delirios gloriosos,
inconsciente seguía sus pasos;
ni miraba el camino que hacía,
ni qué gente cruzaba a su lado.
Perezosa la máquina iba
en los curvos raíles, chirriando
y espirales de intensa humareda
teñidos de pardo
su gran chimenea lanzaba al espacio.
De improviso, veloz se adelanta
18D EMILIA Poestas \
y sus campanazos
indicaban que no volvería.
Sorprendido con esto, el muchacho
se abalanza corriendo tras ella,
y a su gente hace señas en vano;
gesticula, grita,
se enardece en la lucha, y al cabo
se acerca al coloso,
da atrevido salto,
y se adhiere con fuerza de atleta
a las dobles paredes de un carro.
Después, fácilmente
se lanzó dentro de él, escuchando
las frases jocundas
la loca algazara
de sus compañeros
que gozosos le estaban mirando
coloso, en la línea seguir al
190 BlRNAL ¡ PoEsIAs
sin hacerle caso
para verle pujante en la lucha
y después, vencedor, vitorearlo.”
“El vertiginoso
movimiento que llevan los astros
prodigioso aquel tren parecía
en su marcha igualar, y sentado
el obrero en su puesto, con ritmo
uniforme, movíase laxo.
Agitaba su espíritu solo,
convertido en ardiente santuario,
el placer del divino recuerdo
de su amada; cuando
en un sitio donde las traviesas
do los rieles se afianzan, formaron
por defecto de hechura y el tiempo
191 PoEsiAs EMILIA
declive en el plano,
aquel monstruo de acero inclinóse
hasta cerca del suelo, luchando
con su peso la inercia, prosigue;
mas, venciendo 1a fuerza, al pasarlo
el postrero vagón, se desprende,
se vuelca liviano,
y al aire un mancebo
fornido y gallardo
rodó, como rueda
junquillo de esparto
al impulso de brisa ligera,
y al caer, sólo un nombre, sus labios
con el ansia del que va a la muerte
temblantes ahogaron...
Era el nombre‘ de la virgencita
que le amaba tanto! .....-..-.....
192 Bum“. Pozsns
De su cuello las vértebras todas,
al caer, se desarticularon,
produciendo crujiente ruido;
rechinó su cráneo;
se partieron sus nervios, y el cuerpo
se agitó con agónico espasmo...... Yo fuí quien famólica
y rapaz, le acogí en mi regazo
intenso de frío
y duro contacto...
Era el joven que loco de amores,
por constante ilusión halagado,
al sopor de feliz somnolencia
venía en el carro...
Y....
—¡Silencio!... ¡no sigas cantando.
193 PoEsIAs EMILIA
¡Que tu historia destroza mi vida!
¡Que mi frente con extraordinario calor arde...! ¡Y tiemblo
con temblor extraño...!
¡Porque esa es la historia
de la muerte de mi pobre hermano!
¡Alma de mi alma!
¡Mi cariño santo!
¡Si pudiera arrancarle al vacío
oleadas de átomos
para hacerte una vida dichosa!
¡Qué batalla daría al espacio!
. . . u u u u 0 u u . u u c n u u n u . u u u
¡Si pudiera robar al sol mismo
esa luz que a tus ojos, ya opacos,
194 BIENAL POIBIAS
arrancó la muerte
con furor insano...
¡Qué brillo pondría
en tus ojos glaucos!
¡Si pudieran tejerbe mis besos
que trenzara con risas y llanto
esa red iíaporosa de sueños
con sus tonos vagos
cerúleos y rosa,
color de topacio,
que flotaba en su mente de niño.
El recuerdo aciago
de tu infancia terrible, lo llevo,
cual férreo taladro
185 POESIAS EMILIA
en el pensamiento,
con saña clavado.
Durante la guerra,
enteco, muy flaco
tú, del hambre sufriste conmigo
los fieros zarpazos.
También te veía
por las calles corriendo descalzo,
con tu ropa de mangle teñida
y vuelta guiñapos,
que de noche lavaba y zurcía
nuestra madre infelice, llorando.
Terminó la guerra,
tenías diez años;
pero entonces murió madrecita...
yo, de mí no hablo,
tú, huérfano y solo anduviste
¡Ay! perdido del mundo en el caos,
196 BERNAL POESIAS
y al llegar a ser hombre, a ser fuerte,
te reciben cadáver mis brazos.
Ya olvidaba tu horrible presencia
de mi angustia sumida en el antro
y estás sonriente
castañeteando,
y se clavan tus cuencas vacías
en mis ojos, haciéndome daño...
¿Por qué, si estás cerca
de mí, no te mato?
¡Contigo sí puedo!
Si a tu cuello furiosa me lanzo
y sus vértebras secas oprimo
que ceden traqueando,
en mis manos será tu cabeza
197 POESIAS EMILIA
el tétrico vaso
donde beba a1 sonar de mis risas,
con placer vesánico,
la venganza que aliento y me alienta,
con el alma, prendida en los labios.
. u ...... u ......
Mas, si al fin, tú has de ser quien amiga
consuele mi llanto,
y mi mente que agita e incendia
las ideas de mis sueños raros
aquietes y enfríes
con tu beso helado...
¿Por qué desde ahora
no me duermes allí en tu regazo,
y cortas mi aliento
con tu‘frío hálito?‘
198 BIRNAL Possus
¡Ven! y formen tus huesos desnudos
con mi cuerpo tejiéndose un mazo,
que así quiero juntarme contigo.
¡Ven! ¡¡Muertel! a mis brazos.
199
fINDLCE
Págs.
Emilia BernaL-Pam su primer libro.—Prólogo por Manuel Márquez Sterling. I
CANTARES DE TRISTEZA.
Nada espero...... 21 Unos violetas que en un vaso mueren ...... 22 Miñón ...... 23 Desem‘anto ...... 24 Mi muñeca ...... No sé de las flores ...... ‘ ...... 27 Nido es el alma que tengo ...... 29 Felicidad...... - - . u . . . 30 Tu idolatrada imagen ...... 31 Ojos que parecen soles ...... 32 A una rosa ...... 33 ¡0h, yo te haré una barca. de mis sueñosl ...... 34 Versos sencillos ...... 35 Pregón (Canto napolitano) ...... 37
201 POISIAS EMILIA II
HONDAS MLANCOLIAS. Paga.
Cigarna azul ...... 41 Como las ramas crujven ...... 4.2 El juramento ...... 43 Rosa de caución ...... 45 Conmigo y CM! el cielo ...... 47 A un esclavo ...... 48 Del invierno ...... 49 L’Inícroyable ...... 51 ¡Viejecita miial ...... 53 No tengo besos... no tengo flores...... 56 Response. A Blanca ...... 57 La rosa de mis amo-res ...... 60 La voz de mi madre ...... 61 Bajo el toldo de la parra ...... 65 III
SOLLOZOS DE MI ALMA QUI‘: ANSIAIBA SER FELIZ.
Quisiera ...... 69 Pagama ...... 70 Madrigal ...... 71 Las palmas del desierto ...... 73 El día que la enterrar-ou ...... 74 Hidrófana ...... 75 En el mar ...... 77 Convtaleciente ...... 78 Vuelve otra vez, nochecita ...... 85 Rebel.díia ...... 86 Topaeio ...... 87 A Gloria, ...... 89
202 BERNAL Ponst“
Pág!»
¡Si, yo abriré algún día de mi pecho...... 92 Nocturno ...... 93 IV
MIS TRISTES ILUSIONES, MIS SOLAS ALBGRIAS.
Pan 01.51‘. Manuel Mhquez Sterling.
No me despiertos más...... 99 Al pie de la fragua...... 100 Flirt ...... 101 ‘Señor, quién. es aquéllsi ...... 103 Canto nupcial ...... 105 Fin de una carta ...... ‘l09 Puesta de Sol ...... 111 En el lago de mi alma ...... , . . . . . 113 Envío romántico ...... 115 Sevilla ...... 116 Guardo una solo. carta ...... 121 De aquel adiós...‘ ...... 123 Dame, Ninón, las crenchas que juegan con tu seno... . 122 Amhelos ...... 124 Si yo fuera una novia...... 127 La primavera es ya...... 129 V
LA MUERTE DE ms SUEÑOS.
Balada ...... 133 En la noche del sendero ...... 135 Canción nocturna ...... 137 ¡Pobre risa mía! ...... 139 Tragedia interior ...... 141 En. un día de fiesta ...... 143
203 Págs.
Si al borde del sepulcro ...... 144 Pál-ida mano ...... 145 Vencid'a ...... 147 Palabras de elegía ...... , . . 149 Marina ...... 151 Nuevo Cristo ...... 153 Madrigal ...... 157 Trenes ...... 158 VI
ANHELOS DE MORIR.
Cantares ...... 163 Una carta para el cielo ...... 166 En La tarde lluviosa ...... , ...... 169 La cnmipanna‘de mi pueblo ...... 173 ¡Madre de mi alma! ...... 177 ¿Dime por qué no me amas? , ...... 181 Cnespón ...... 185
204
UNIVERSITY OF MINNESOTA wils 867.8845 0A Bernal,Emilia. Alma errante: poesías.
3 1951 O02 O90 O33 S