PRESIDENTA COMISIÓN DE TRANSICIÓN DISEÑO Y REALIZACIÓN: Ana Lucía Herrera TRAMA Ediciones Dirección de arte: Rómulo Moya Peralta COORDINACIÓN GENERAL Gerente de producción: Juan Moya Peralta Rocío Rosero Garcés Arte: Meliza de Naranjo Viviana Maldonado Posso Juan de Dios Martínez N34-367 y Portugal T. 2246315 / 317 PRODUCCIÓN www.trama.ec Viviana Maldonado Posso Lucía Chiriboga–Taller Visual Preprensa: TRAMA INVESTIGACIÓN Impresión: TRAMA Ana María Goetschel- FLACSO , estudio histórico Lucía Chiriboga–Taller Visual, imágenes AUSPICIOS Embajada de España en Ecuador CURADURÍA Agencia Española de Cooperación Internacional Lucía Chiriboga–Taller Visual para el Desarrollo

Derechos de autor: 032155 ISBN: 978-9978-92-766-3 Diciembre, 2009

Agradecimientos

Alexandra Ayala Marín, Paulino Camacho, Marieta Cárdenas, Carola Castro, Iván Cruz, Soledad Cruz, Jenny Estrada, Patricio Falconí A., María Gracia Fonseca, Melvín Hoyos G., Hernán Ibarra C., Manuel Kingman, Mariana Landázuri, Jorge Landívar S., Myriam Landívar S., Katina Laztnik, Patricio Montaleza, Lucía Moscoso, Alfonso Ortiz C., Ortiz C., Martha Palacios, Magdalena Ramírez, Lourdes Rodríguez, Selma Romo V., Rocío Rosero Garcés, Carmen Sevilla, Ramón Torres. ÁLBUM DE FAMILIA Rosángela Adoum Jaramillo, Laura Almeida, Familia Bustamante Cárdenas, María de Lourdes Camacho A., Marieta Cárdenas, Enrique Gil Calderón, María de Lourdes Jaramillo, Familia Landívar Ugarte, Carlota Larrea de Sevilla, Ana Miranda Moreno, Alsino Ramírez Estrada, Familia Romo Verdesoto, Augusto Saa Cousin, Isabel Saad Herrería, Ramón Torres Galarza, Edelmira Vela de Durango, Aidé Vizuete de Vásconez. COLECCIONES Carlos Ashton Donoso, Carlos Calderón Chico, Ángela García de Cornejo, Jenny Estrada R, Edgar Naranjo, Isabel Robalino. ARCHIVOS Archivo Episcopal de Cuenca; Archivo Fondo de Salvamento del Patrimonio Cultural (FONSAL) ; Archivo Histórico Banco Central del Ecuador. Quito; Museo Antropológico y de Arte Contemporáneo. Banco Central del Ecuador, Guayaquil; Archivo Histórico del Guayas. Guayaquil; Archivo Nacional de Historia. Quito. BIBLIOTECAS Biblioteca Aurelio Espinosa Pólit. Quito; Biblioteca del Centro Cultural Benjamín Carrión. Quito; Biblioteca del Monasterio de Santa Clara. Quito.

Archivo Blomberg. Quito; Archivo Martínez- Meriguet. Quito; Archivo Melvin Hoyos Galarza. Guayaquil; Archivo Taller Visual. Quito.

Diario EL UNIVERSO. 4 M O V I M I E N T O D E M U J E R E S : L O S P R E Á M B U L O S

Indice

PRESENTACIÓN 7 INTRODUCCIÓN 8 Re/construyendo historias de mujeres ecuatorianas Ana María Goetschel 11 Mujeres en la colonia 12 Mujeres en la independencia 16 Librepensadoras en el siglo XIX 20 El levantamiento de Daquilema y las mujeres 22 Revolución liberal y participación femenina 24 Poetisas, escritoras, creadoras 26 Maestras 31 Artistas, deportistas 34 Benefactoras 36 Luchadoras populares y obreras 37 Políticas y movimientos sociales 41

CATÁLOGO VISUAL 47 Lucía Chiriboga–Taller Visual

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M O V I M I E N T O D E M U J E R E S : L O S P R E Á M B U L O S

PRESENTACIÓN

a Comisión de Tr a n s i c i ó n hacia el Consejo Nacional de las Mujeres y la Igualdad de Género (Decreto Ejecutivo 1L733, mayo 2009), en su rol de org a n i s m o público, cuyo mandato es definir la institu- cionalidad pública que garantice la igualdad e n t re hombres y mujeres, considera necesario resaltar y dar a conocer el proceso de desarro- llo de las luchas en defensa de los derechos de las mujeres, a través de la investigación histó- rica y visual “Re/construyendo historias de m u j e res ecuatorianas”.

R e c o n s t ruir el pasado de las mujeres, es des- cubrir y analizar el otro lado de la historia, en este contexto, la presente publicación pre t e n d e ser un apoyo que promueva la re f l e x i ó n histórica con perspectiva de género y un a p o rte al rescate de la historia y realidad de las mujeres ecuatorianas.

Ana Lucía Herrera Presidenta Comisión de Transición

7 R E / C O N S T R U Y E N D O H I S T O R I A S D E M U J E R E S E C U A T O R I A N A S

INTRODUCCIÓN

sta publicación está encaminada a habilidades como partera, conquistó su liber- re c o n s t ruir la imagen de las mujere s tad en 1646, al igual que María Chiquinquirá, ecuatorianas en la vida republicana del esclava negra también, que en 1794 empre n d i ó pEaís. Sus ro s t ros no han sido registrados, sus un largo juicio que constituye un verd a d e ro ale- actos han sido ignorados. Por tanto es impor- gato contra la esclavitud. tante incorporar nombres que hicieron historia, m u j e res de carne y hueso, que contribuyeron al Hubo mujeres, mientras tanto, que encon- p roceso de independencia y creación de la t r a ron en los conventos una posibilidad de República. Part i c i p a ron en luchas, tanto indíge- realización personal que les fuera negada por nas como obreras e impulsaron en su momento la sociedad; allí se dedicaron a cultivar el art e la democratización de la educación e irru m- y las letras, por ejemplo Gert rudis de San p i e ron en el periodismo, las letras y las artes. Ildefonso. Y también indígenas como Manue- la y Baltazara Chiusa, Lorenza Av e m a ñ a y, que La investigación histórica y visual “Re/cons- p a rt i c i p a ron en los levantamientos de finales t ruyendo historias de mujeres ecuatorianas” del siglo XVII contra el trabajo forzado y los documenta a las mujeres diversas de nuestro tributos indígenas. país, evocando tanto su cotidianidad, como momentos relevantes de su pro t a g o n i s m o En las luchas de independencia, vamos a en- histórico, desde los inicios de la República contrar a tres Manuelas, Espejo, Sáenz y Ca- hasta la década de los años 80 del siglo XX. ñizares, junto a personalidades recias como Una visión de conjunto que articula las indi- Rosa Zárate o Manuela Garaicoa, indepen- vidualidades con las colectividades. dentista guayaquileña, a las que, poco a poco, la historia les ha abierto un lugar. En las primeras imágenes, se recogen hechos simbólicos que antecedieron a los procesos Más adelante, durante el siglo XIX, políticas de independencia y marcaron la oposición al y escritoras como Dolores Veintemilla de colonialismo. Galindo o Marieta de Veintemilla, debieron enfrentar una sociedad oscura y excluyente; Allí surgen historias como la de María del gestos, los suyos, que antecedieron a lo que Tránsito Sorroza, una esclava, que gracias a sus sería un siglo XX inaugurado por las mujeres

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que integraron los movimientos y ejércitos pasado y presente de las mujeres en la histo- liberales, en el agitado período político que ria ecuatoriana. va desde 1890 hasta 1912. También es significativo resaltar la part i c i p a- La Coronela Joaquina Galarza con Felicia Sola- ción de la Embajada de España, cuyo deseo no y Leticia Montenegro, sufriendo vejám e n e s , es fomentar la cooperación cultural y acen- incluso prisión por defender la gesta liberal. tuar los canales de comunicación entre las Así llegamos al 15 de noviembre de 1922, realidades culturales de los dos países. Esto, punto de partida de las luchas y movimientos de hecho, contribuye a mejorar nuestro p o p u l a res del siglo, con una part i c i p a c i ó n conocimiento mutuo, en la medida en que, intensa de las mujere s . día a día, estrechamos nuestros vínculos.

El espíritu laico y la rápida incorporación de La investigación bibliográfica se sustentó en las mujeres a los escenarios públicos consti- la riqueza iconográfica de fondos documen- tuyen un proceso paralelo a la gesta liberal. tales como los del Banco Central del Ecuador, Se multiplican las maestras, las escritoras y el Archivo Histórico del Guayas y el arc h i v o a r tistas, las mujeres animadoras de los pro- del Taller Visual y un sinnúmero de colec- gramas de salud, las militantes políticas. Para ciones privadas. reflejar esta confluencia entre part i c i p a c i ó n y ampliación de la democracia, pro t a g o n i z a- So b re todo es importante resaltar el acucioso da por mujeres, esta investigación visual trabajo de la fotógrafa, Lucía Chiriboga, del combina la presencia de figuras individuales Taller Visual, y de Ana María Goetschel, his- con momentos históricos y actores colec- toriadora, con quienes el Consejo Nacional tivos. Sin embargo, se debe aclarar que las de las Mujeres inició esta investigación. Este imágenes que se proponen no agotan la documento fue el sustento para la re a l i z a c i ó n temática. Este trabajo constituye un esfuerz o de la Exposición “Re/construyendo historias cuyo objetivo fundamental, además de re c u- de mujeres ecuatorianas” efectuada en el perar y hacer visibles las investigaciones C e n t ro Cultural Itchimbía de la ciudad de existentes, motivan nuevas búsquedas y Quito, entre el 6 de agosto al 2 de septiembre p r opician el debate sobre el aporte del de 20 0 7 .

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re/construyendo historias de mujeres ecuatorianas Ana María Goetschel

ómo sacar a las mujeres del Se intenta dar una visión de conjunto que re c o- olvido para escribir su historia? ja los contenidos más importantes de este pro- Y ¿cómo hacerlo cuando sus ceso, pero se han considerado los siguientes huell¿Cas no son tan evidentes, cuando hay hitos históricos y temáticos: 1) Como un silencios, interrogantes? Muchas imágenes de antecedente la presencia de las mujeres en la m u j e r es no tienen nombre o cuando se época colonial, 2) Mujeres en la Independencia, encuentran sus palabras o sus acciones, trans- 3) Librepensadoras del siglo XIX, 4) El levan- mitidas a veces a través de la memoria oral, es tamiento de Daquilema y las mujeres, 5) Re- difícil encontrar sus retratos. Es que la histo- volución Liberal y participación femenina, 6) ria es también una construcción social y hasta Poetisas, escritoras y creadoras, 7) Maestras, 8) ahora la participación de las mujeres no ha A rtistas y deportistas, 9) Benefactoras, 10) sido considerada en su verd a d e ro sentido. Luchadoras populares y obreras, 11) Políticas y Como ha mencionado Michael Handelsman, movimientos sociales. si bien la participación femenina en la historia nacional ha sido exaltada para destacar el ro l En este trabajo se ha combinado reseñas de dinámico que se supone han realizado las figuras históricas con referencias sobre el m u j e res, desafortunadamente estas re f e re n c i a s contexto histórico en que actuaron. Sin em- históricas por lo general producen un bargo, se debe aclarar que las imágenes que e s t e reotipo femenino idealizado que “encubre se proponen no son exhaustivas. Este trabajo la verdadera condición social de las mujeres y constituye un esfuerzo inicial cuyo objetivo las induce a buscar consuelo en los mitos en vez fundamental, además de recuperar y hacer de trabajar para el cambio social”1. Por eso re- visibles investigaciones sobre el tema, es mo- cuperar las imágenes, nombres y condiciones tivar nuevas búsquedas y propiciar el debate c o n c retas de las mujeres y su ubicación en la sobre el aporte del pasado y presente de las historia ecuatoriana –razón de esta muestra– es mujeres en la historia ecuatoriana. a la vez que un acto reivindicativo, una investi- gación significativa y fascinante aunque no por ello menos azarosa y compleja. 11 R E / C O N S T R U Y E N D O H I S T O R I A S D E M U J E R E S E C U A T O R I A N A S

Mujeres en la Colonia

l orden colonial que impuso una de mestizos e indios. En una de las declara- nueva normativa y cultura a los habi- ciones del juicio se dice que “los sublevados, tantes de América, no fue aceptado divididos en varios grupos, trataban de sor- deE manera pasiva. Luego de las primeras prender a los blancos por distintas partes... rebeliones se sucedieron a lo largo de la colo- los capitanes indios y mestizos... con gran nia, y principalmente en el siglo XVIII, como gritería y algazara, armados con piedras, efecto de las reformas borbónicas, una serie palos, lanzas y uno con un sable en la mano, de grandes y pequeños levantamientos, de quien con los demás haciendo varias los cuales no pocos tuvieron lugar en el terri- demostraciones de irrisión, bosiferaban nue- torio de la Audiencia de Quito, según dice vamente en su misma lengua las palabras Segundo Moreno Yánez. siguientes: que habían de lacar con las vidas de los blancos, principalmente con la del El trabajo forzado, el tributo indígena, los señor Visitador y sus Dependientes, porque d e rechos fiscales sobre la producción de los benían a numerar, poner la Aduana, tabaco y aguardiente, así como el impuesto estancar el agua, el fuego, y demás cosas de las alcabalas y las visitas encaminadas a ese comestibles”.2 cobro, motivaron una serie de motines entre indígenas y mestizos. La re presión fue violenta. Entre los cabecillas indios y mestizos figuran las mestizas Baltazara En varias publicaciones como la de Ketty y Manuela Chiuza. En la sentencia se dice que Romo Leroux se ha puesto de relieve la parti- para la muerte se hará sorteo entre las dos. cipación de Baltazara Chuiza, en Guano y Finalmente los principales cabecillas entre los Lorenza Avemañay en Guamote. ¿En qué que figuraron los mestizos Agustín y Apolinario contexto actuaron estas mujeres? La apli- Miranda, y los indios Pablo Carrasco y Agustín cación de la Cédula Real del 10 de noviem- Cali fueron ahorcados y descuartizados y sus bre de 1776, en la que se mandaba realizar un m i e m b ros colocados en los lugares públicos, censo general de población en los dominios para escarmiento. El 17 de mayo de l779 el españoles fue iniciada en el corregimiento de C o rregidor de la villa de Riobamba, informa a la Riobamba en el pueblo de Guano por el Juez Audiencia que la sentencia de muerte se ejecutó Visitador y Numerador Villalengua y Marfil. en la persona de Baltazara Chuiza, cuya cabeza Esta numeración fue interpretada como me- y manos se entre g a ron al teniente de Guano y dida previa para imponer impuestos y entre luego al Corre g i d o r, para que las exhiba con- ellos “la aduana” lo que provocó la rebelión f o rme a la s e n t e n c i a . 3 12 M O V I M I E N T O D E M U J E R E S : L O S P R E Á M B U L O S

Sobre la participación de las mujeres, en el berdugo, y mando le rapen la cabeza y cejas a 1780 se produjo, entre o t ros casos fre c u e n t e s , la primera para escarm i e n t o … ” 6 La rebelión de el motín de las recatonas en Pelileo y el alza- “las mujeres cabezas rapadas” es parte del imagi- miento de indios y mestizos de Quisapincha e nario de la ciudad de Baños. Izamba. En el juicio sobre este levantamiento que al decir de las autoridades españolas fue En cuanto a la sublevación de Guamote intrépido, se pone de relieve su activa part i c i- (1803) en la que fueron matados algunos blan- pación: “…Y apre h e n d imos al mestizo Martín cos y sus cuerpos destrozados y exhibidos Velasteguí, uno de los capitanes… y a la “también como escarmiento”, Moreno afirm a india Rosa Señapanta, quién sin embarasarla que del mismo modo que en las sublevaciones su sexo, alentaba con las voces a los tumultu- pasadas, no estuvieron ausentes las mujeres arios y al llegar las gentes, se defendió indígenas, entre las que se distinguiero n con...tierra, y tenía una talega que llaman L o r enza Peña, Jacinta Juárez y Lore n z a sigra llena de piedras”4 En la represión del Av e m a ñ a y.7 Fue tal la participación de movimiento “para terror, escarmiento y con- Lorenza Avemañay en esta revuelta que su tención de la ferosidad de los demás indios”, recuerdo perduró en la memoria de los indí- fueron ahorcados los presos y luego se incen- genas de Riobamba, quienes casi medio siglo diaron las casas del gobernador y alcaldes, de después celebraban sus hazañas en los cantos Nicolaza Litapuso y de María Tusa, así como de la siega.8 sus reservas de trigo y de cebada, “hasta que se convirtieron en senisas”5. A pesar de que la situación colonial fue de opresión, también permitió negociaciones y También en 1780 en la ciudad de Baños se la participación de las mujeres en la vida a m o ti n a ron las mujeres, quienes armadas con social, como muestran estudios re c i e n t e s . palos y piedras, se re b e l a ron contra la imposición Como ejemplo se puede citar la presencia de del estanco de aguardiente. Después del levanta- un importante número de cacicas indígenas miento, la sentencia del Visitador Solano de en la sierra centro-norte de la Audiencia de Salas fue que “a Martina Gomes por la convoca- Quito. De acuerdo a Rosario Coronel, mien- toria que hizo tocando arrebato a doscientos tras algunas cacicas como las hermanas Titu- azotes, a Juana Sánchez, Andrea Velastiguí, en sunta Llamota eran principales y estaban al cien azotes cada una, a Manuel López y Balen- mando de indios, manejando tierras y rela- tina Balseca, a cincuenta azotes; las tres primeras ciones de poder con otros caciques entre que se les darán por las calles acostumbradas por 1780 y 1810, otras se movieron combinando 13 R E / C O N S T R U Y E N D O H I S T O R I A S D E M U J E R E S E C U A T O R I A N A S

la normatividad española y el derecho de Según Handelsman, las primeras escritoras de c o s t u m b re indígena, logrando un papel p rosa que se conocen en el Ecuador fueron las emergente y protagónico en la retención de monjas Te resa de Jesús Cepeda (1566-1610), sus parcialidades.9 Sor Gert rudis de San Ildefonso (1652-1709) y sor Catalina de Jesús Herrera (1717-1795) quie- En Guayaquil, Jenny Estrada menciona la nes expre s a ron en textos escritos sus expe- p resencia de las cacicas indígenas María riencias místicas. Catalina de Jesús Herrera puso Caiche (a partir de l584) –a quién el gobier- énfasis en la necesidad de que las mujeres escri- no colonial en pago a sus servicios le encargó bieran a pesar de las aparentes burlas y oposi- el gobierno de los pueblos de Baba y ción de los hombre s . 1 2 En Riobamba es cono- Pimocha– María Magdalena Pudi y Juana cida Magdalena Dávalos como una joven hábil Guare, que heredó el cacicazgo por l í n e a para la pintura y la música. Pintó temas re l i- p a t e rna desde 1690 y no permitió que los indí- giosos y especialmente a la Vi rgen del Carm e n genas a su cargo trabajen sin ser re c o m p e n s a- e ingresó al Convento de las Carmelitas en l742. dos. También menciona como encomenderas En Quito, Mariana de Jesús (1618-1645), a doña María de Magallanes en Daule y a p a rtándose de lo que era común entre las Yaguachi, María de Figueroa Manjarrés y jóvenes de su nivel social y su edad, se entre g ó Leonor de Robles.1 0 a los más humildes y a su fe, haciendo de su vida un modelo de perfección cristiana. La influencia religiosa sobre la vida colonial fue marcada, pero la incursión de las mujeres En la sociedad colonial de redes familiares am- en los conventos significó muchas veces un plias, corporaciones y clientelas, las mujere s escape a la sujeción del mundo doméstico y además de ser esposas, madres e hijas, jugaro n una posibilidad de realización humana e in- un papel en el cuidado de las familias, la telectual. De acuerdo a Jenny Londoño, los administración del patrimonio familiar y conventos de religiosas permitieron a las actividades como el comercio y los oficios. M. mujeres manejar ciertos niveles de autodeter- Minchon, y J. Poloni Simard ponen de re l i e v e , minación: “ser monja en la época colonial era para las ciudades de Quito y Cuenca, la activa tener una profesión, y más aún, era tener un p resencia de las mujeres indígenas en el mer- espacio y un status en la sociedad”.11 cado urbano. Por otra parte Cristiana Borc h a rt en su investigación en Quito (l780-1830) También los conventos fueron los espacios más menciona la existencia de mercaderas que liti- p ropicios para la educación de las mujere s . gaban y estaban al mando de sus negocios.1 3 14 M O V I M I E N T O D E M U J E R E S : L O S P R E Á M B U L O S

También fue activa la participación de las María Chiquinquirá entabló a su amo, a m u j e res en el cuidado de la salud y la asistencia fines del siglo XVIII, exigiendo ser re c o n o- a los enfermos, actividades derivadas muchas cida libre. En los más de 200 folios del expe- veces de su cultura ancestral. En Guayaquil se diente judicial, ella recoge las voces, no solo menciona a María Barreto y Navarrete, zamba de los testigos, libres o esclavos que cuentan curandera que en 1736 fue condenada por fun- la historia de María Chiquinquirá, su madre cionarios del Santo Oficio bajo la acusación de l e p rosa y sus amos, sino de otros actore s b rujería, desterrada a Lima cuando tenía 35 sociales y que según la autora “revelan una años de edad, paseada por las calles, montada realidad compleja en la cual libres y en burro, desnuda y azotada.1 4 esclavos, poderosos y subalternos cons- t r uyen estrategias para mantener o constru i r Es significativo el caso de María del Tránsito espacios de poder, de superación o de super- Sorroza, una negra guayaquileña que gracias v i v e n c i a ” 1 6 A pesar de una política de exclu- a sus habilidades como partera y por haber sión que los ubicaba en la última escala alcanzado renombre y éxito en la atención de social, los esclavos y esclavas no fuero n casos difíciles, obtuvo su libertad en l646.15 m e ros objetos de producción y de interc a m- bio comercial sino que desarro l l a ron prácti- En un esfuerzo por escribir la historia de los cas cotidianas y estrategias para obtener sujetos subalternos, María Eugenia Chaves m a y o res espacios de movilidad, de indepen- analiza el juicio que la esclava guayaquileña dencia e incluso la libert a d .

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Mujeres en la Independencia

uando se formó la República, la ciu- Manuela Espejo, Manuela Cañizares y 1 8 dadanía a la que se remitía el Estado Manuela Sáenz y otras mujeres en Quito. tuvo como contrapartida, de manera También hay que mencionar entre otras pC e rmanente, lo no-ciudadano ya que estaban p a rticipantes, a las Garaicoa en Guayaquil. excluidos muchos sectores sociales como Las posibilidades abiertas por las ideas de la indios, negros no-propietarios y mujeres. Ni Ilustración y su compromiso con el pro c e s o siquiera las mujeres blancas y blanco-mestizas independentista llevaron a estas mujeres a f u e ron ciudadanas de plenos derechos ya que p a rticipar en la vida política. dependían de la autoridad del pater familias y estaban excluidas del derecho al voto. De Manuela Espejo hasta ahora despierta conje- a c u e rdo con la filosofía política de la turas. Se sabe que fue hermana de Eugenio Ilustración que tuvo amplia re p e rcusión en Espejo, que seguramente compartió con él su América Latina, el papel de las mujeres se inmensa y selecta biblioteca, le acompañó definía en torno al espacio familiar y domés- durante su prisión y cuidó de él en sus últimos tico y lo público-ciudadano era esencialmente días. Se sabe que fue casada con José Mejía masculino. Sin embargo, para los sectore s Lequerica, también ilustrado y posterior- p o p u l a res esta división apenas existía ya que mente diputado de las Cortes de Cádiz y que los propios hombres no tenían part i c i p a c i ó n el 30 de marzo de l799 envió una carta a la en las decisiones públicas y las mujeres par- Audiencia reclamando por unos documentos ticipaban activamente del comercio y del para realizar la defensa jurídica de su herm a n o mundo del trabajo, lo que les obligaba a tener s a c e rdote Juan Pablo Espejo, confinado a una gran movilidad y a llevar la iniciativa en Popayán por ser capellán de las fuerzas re- muchos campos1 7. volucionarias del 10 de agosto de l809.

Para los sectores medios y altos, las mujere s Se conoce, además, que cuando su herm a n o blancas y blanco-mestizas eran parte del espa- Eugenio ya muerto fue acusado de libro s cio familiar y doméstico donde cumplían robados, litigó en su defensa y que también roles fijos como hijas, esposas y madres, sin lo hizo en l827 amparando unas colecciones e m b a rgo, esto no excluía que jugaran un científicas que pert e n e c i e ron a su marido 19 papel en la vida política y social, algo que fue José Mejía. En un esfuerzo por re c o n s t ru- notorio en los mismos días de la Indepen- ir su historia se la asocia con Ero p h i l i a , dencia del Ecuador con figuras emblemáticas quien firma una carta en Primicias de la 2 0 como Rosa Zárate y las tres Manuelas: Cultura de Quito. La autora (o el autor 16 M O V I M I E N T O D E M U J E R E S : L O S P R E Á M B U L O S

pues según algunos estudiosos es Eugenio dentrar a la casa donde vive y mora el Dr. Espejo quien escribe: “me suponen aficio- Juan de Dios Morales, Abogado de esta Real nada a la lectura; pues que ya me ven atre- Audiencia…Que con ocasión de ser vecina de vida y dispuesta a dar al Público mis pen- la referida Canovas, ha visto entrar y salir en samientos. En efecto, tengo mis libros, que las casas de esta al nominado Don Nicolás y los leo apasionadamente; y pido pre s t a d o s como si fueran casados se han mantenido sen- los otros que no poseo…” o “…O (me dice tados cada uno en sus sillas en parleta en una U.), no ha andado contigo avara la natu- de las ventanas de las mismas casas con grave raleza... Tus Padres con su ejemplo han escándalo de las gentes cuya amistad ilícita es amoldado y dado durable consistencias a las pública y notoria…”2 2 El concubinato fue tuyas. Estas brillan con el modesto re s p l a n- asumido por la autoridad como causa pública dor de tu cultura, de tu educación feliz, de seguramente porque además de reprimir un tus modales agradables y sensibles, de tu hecho considerado inmoral, se conocía la par- gusto por el trabajo, la honestidad, el deco- ticipación de Rosa Zárate en las conspira- ro y la amabilidad…”2 1 Es Manuela Espejo la ciones independentistas. En 1812, ya viuda y autora de esta carta? Es a ella a quién se casada con Nicolás de la Peña, fue acusada de describe? Tal vez algún día la investigación la muerte del Conde Ruiz de Castilla, pre s i- histórica podrá dar una re s p u e s t a . dente de la Real Audiencia de Quito. Según relata en su investigación Lucía Moscoso, Con respecto a Rosa Zárate las re f e re n c i a s había perdido a su hijo también patriota, en la eran hasta hace poco muy generales. Ahora se m a s a c re del 2 de agosto de l810 y se había sabe que en medio del proceso independen- aliado al ala radical de los independentistas.2 3 tista tuvo dos acusaciones: una por concubi- nato público con el también patriota Nicolás En el juicio fue acusada, junto a Nicolás de la de la Peña y otra por asesinato. En el primer Peña y el cura José Correa, párroco de San juicio llevado a cabo en 1795, una de las ve- Roque, de ser autora intelectual del homi- cinas re l a t a : cidio. En las declaraciones se denuncia que ella había entregado seis docenas de cuchillos “ Vio salir a don Nicolás de Peña, capitán de a los indígenas de San Roque lo cuales pro v o- milicias, a eso de las seis de la mañana de las c a ron la muerte del Conde.2 4 Los implicados casas de doña Rosa Zárate, llamada Canovas, en el proceso fueron acusados de alta traición p e r o no vio ni le consta la hora de su entra- y homicidio. Como habían huido a través de da… Asimismo vio a dicho Don Nicolás… la selva de Esmeraldas, fueron perseguidos y 17 R E / C O N S T R U Y E N D O H I S T O R I A S D E M U J E R E S E C U A T O R I A N A S

e jecutados en Tumaco, . Por ord e n visiones y estaba acostumbrado a encadenar del presidente Montes fueron cortadas las revoluciones, la desterró de Francia; el cabezas y remitidas a Quito para escarm i e n- A rzobispo Vi r rey de México desterró de t o . 2 5 Estos datos permiten colegir que México a la famosa Guera Rodríguez y desde durante esta etapa la participación de las mu- su destierro le hizo una revolución. Las j e res en la política parece ser mucho más m u j e res de moral relajada, preciadas de bue- amplia de lo que se conoce. El 21 de octubre nas mozas y habituadas a las intrigas del de 1835, en una carta del presidente Vi c e n t e gabinete son más perjudiciales que un ejérc i- R o c a f u e rte a Juan José Flores en la que men- to de conspiradore s . . . ”2 7 Estos fueron casos ciona la política del país y el grado de con- excepcionales, pero no era raro que las flicto que existía, le dice: m u j e res de sectores sociales altos part i c i- paran de la vida económica y social e influ- Doña Rosa Gangotena ha vuelto de Cumbal y yeran en la política “entre bastidores”, carac- está trabajando en reanimar la chispa re- terística que parece haber sido común a la volucionaria. Las mujeres son las que más América hispana. fomentan el espíritu de anarquía de estos países. El convencimiento de esta verdad hizo tomar a La participación de las mujeres en las discu- los ministros la providencia de hacer salir a siones y decisiones públicas se realizaba en Manuela Sáenz del territorio del Ecuador. . . ” 2 6 medio de la vida cotidiana y part i c u l a rm e n t e en reuniones sociales y tertulias, las cuales Siete días más tarde le explicaba: no sólo constituían elementos fundamen- tales para la re p roducción social y cultural de “He sentido en el alma la dura necesidad en las familias, sino que las mujeres jugaron un la que nos hemos visto de obrar, como lo papel activo en su organización. En cuanto a hemos hecho con respecto a la señora los sectores populares las mujeres org a n i z a - Manuela Sáenz, pero si usted estuviera aquí ban “corrillos” en las lavanderías. y viera las grandes esperanzas que funda en su viveza y audacia, usted hubiera sido el Según afirma la historia oficial, en la casa de p r i m e ro en aconsejarnos una medida que Manuela Cañizares (1775-1814) se re u n i e- dicta la política y exige la tranquilidad públi- ron los patriotas la noche anterior a la ca. Madame de Stael no era tan perjudicial p roclamación de la Junta Soberana de Quito, en como lo es la Sáenz en Quito, y sin el 10 de agosto 1809, teniendo en esa re u- e m b a rgo el Gran Napoleón que no veía nión un papel destacado. 18 M O V I M I E N T O D E M U J E R E S : L O S P R E Á M B U L O S

También Rosa Campuzano (1798-1858-60) amiga de Simón Bolívar y sus hijas Francisca, quien nació en Guayaquil pero residió en Joaquina, Ana y Manuela Garaicoa Llaguno Lima, cooperó con la Independencia brin- f u e ron participantes activas en el proceso de la dando sus salones para las reuniones vincu- Independencia, a tal punto que han sido lla- ladas con los círculos de la conspiración. Por madas en Guayaquil “Las Madres de la su apoyo a este proceso, tanto ella como P a t r i a ” . 2 8 Manuela Garaicoa Llaguno fue Manuela Sáenz (1798-1856) fueron acre e d o- m a d re de Abdón Calderón –quien murió ras a la Orden del Sol. como efecto de su intervención en la Batalla de Pichincha– y de Baltasara Calderón (1806- Igualmente en la casa de Ana Garaicoa de 1890), la que junto a su marido Vicente Roca- Villamil y en medio de una celebración social, f u e rte participó muy activamente en la política se efectuó la reunión llamada “La Fragua de en los primeros años de la república. Las car- Vulcano” donde los patriotas juraron su part i- tas dirigidas por Simón Bolívar a estas mujere s cipación en la Independencia de Guayaquil, el revelan, como afirma Estrada, el grado de con- 9 de Octubre de l822. Ana Garaicoa de fianza y amistad que profesaba a la familia Villamil (1793-1830) fue parte de una familia Garaicoa, y con seguridad también la coinci- ilustrada. Doña Eufemia Llaguno la madre , dencia de ideales libertarios.

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Libres pensadoras en el siglo XIX

n la segunda mitad del siglo XIX, hay c a l u m n i a ron en su reputación, hasta el dos mujeres que se destacan por su punto que acabó con su vida. Poco antes de pensamiento y escritos: Dolore s suicidarse en su escrito “Al público”, se VEeintemilla de Galindo (1829-1857) y defiende de los ataques y se asume como Marietta de Veintemilla (1858-1907). Aun- autora, hecho que constituye por sí solo, un que la primera es más conocida por su poesía q u i e b re en el rol tradicional de las mujere s . romántica, tuvo la fortaleza de escribir pú- Ella expre s ó: blicamente contra la pena de muerte. En su escrito “Necrología”, que constituye un ale- “Una imperiosa necesidad me hace volver a gato temprano a los derechos humanos rea- escribir para el público. Se ha presentado lizados por una mujer en el Ecuador, al ante el con el epígrafe de Zoila, un libelo en referirse a la ejecución del indígena Tiburcio el que su autor, cubierto con la impunidad Lucero, ajusticiado en Cuenca en 1857, se que ofrece el disfraz, calumnia la reputación solidariza con la “clase perseguida” y expresa de la mujer escritora de una Necrología. Yo, un deseo público: “que pronto una gene- la escritora de ese papel, como mujer no he ración más civilizada y humanitaria que la podido ver sin afectarme profundamente, ni actual venga a borrar de tus antepasados la pasar en silencio el que tan sólo por satisfacer pena de muerte”.29 odios gratuitos, se ataque en público el sen- timiento más caro de mi corazón: mi Las reacciones en su contra no se hicieron honor…”30 esperar, agudizadas tal vez por la animadver- sión que despe rtaba la escritora en el medio En un poema titulado “A mis enemigos” tam- e s t recho y clerical de Cuenca. El hecho de bién preguntó: ¿“Por qué, por qué queréis que que una mujer sola (su marido la había aban- yo sofoque/ lo que en mi pensamiento osa donado) fuera parte de una sociedad lite- vivir? revelando, de acuerdo a Handelsman, raria, recibiera en su casa “en tertulia” a los el medio adverso al que se enfrentaron las poetas de la ciudad y se atreviera a expre s a r librepensadoras en el Ecuador.31 Alexandra su inconformidad con la pena de muerte, era Astudillo en su investigación sobre Dolores i m p e rdo nable. En hojas volantes anónimas Veintemilla de Galindo se pregunta si el sui- (atribuidas por algunos autores a un canóni- cidio no fue su último intento por desenmas- go) no solamente la fustigaron por defender carar a una sociedad que se negaba a pensar a Lucero “ya que el crimen debe ser expiado más allá de sus rígidas estructuras. Ella ante Dios y ante los hombres” sino que la plantea que en la difícil configuración de 20 M O V I M I E N T O D E M U J E R E S : L O S P R E Á M B U L O S

constituirse en sujeto, el suicidio de Dolores llegando a liderar las filas del ejército a su posiblemente se convierte en un último gesto favor. También desempeñó un rol impor- de apropiación de su persona, de su corporei- tante en los círculos literarios, organizando dad y condición femenina y por tanto en la tertulias y transformando las costumbres.34 elección de su destino.32 En su artículo “Madam Roland” se propone Marietta de Veintemilla fue una librepen- “levantar el espíritu del bello sexo hacia los sadora que se destacó en su época tanto por ideales del humanismo”. Refiriéndose a las su participación política cuanto por sus mujeres sudamericanas, plantea que es posi- escritos y conferencias: Páginas del Ecuador, ble a la mujer de cualquier condición social publicado en Lima en l890, Confere n c i a “trabajar por el fomento de las ideas prove- sobre psicología moderna, Madam Roland, chosas al género humano” Como señalan entre otros. Gloria da Cunha-Giabbai recuer- Handelsman y Da Cunha-Giabbai, la autora da que su nombre fue destacado por escri- tomó al personaje que reseña como un sím- tores cercanos a su época como Ricardo Pal- bolo que demostraba que las mujeres eran ma, Juana Manuela Gorriti, Rubén Darío y capaces de participar en la sociedad y con- Clorinda Matto de Turner, tanto en cartas, tribuir significativamente a su mejoramiento. como en reseñas y artículos.33 En cuanto a su Tanto Dolores Veintemilla de Galindo como participación política ella fue defensora del Marietta de Veintemilla han pasado a formar gobierno de su tío Ignacio de Veintemilla, parte de la historia intelectual del país.

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El levantamiento de Daquilema y las mujeres

urante la época republicana no gran sublevación indígena conocida como “el dejaron de sucederse diversos le- levantamiento de Daquilema”. vantamientos indígenas ya que la condiciónD social y política de estos no varió Según el mismo autor, la sublevación se ini- sustancialmente con la configuración de la ció el 18 de diciembre de l871 en Yaruquíes nueva nación. De acuerdo a Hernán Ibarra, la y luego desde las comunidades de Cacha, se vigencia del tributo en la época republicana propagó hasta Cajabamba, Sicalpa y Junín. no había sido cuestionada por los indígenas, Las víctimas fueron dos comisionados que ya que suponía como contrapartida mantener debían movilizar a trabajadores indígenas autoridades étnicas, el no reclutamiento de para la construcción de la carretera, el indígenas para el ejército y el no pago de recolector de diezmos Rudecindo Rivera alcabalas. A raíz de la eliminación del sistema quien fue asesinado y su cuerpo destrozado y de autoridades étnicas en l854 y del tributo exhibido en Balbanera, para escarmentar, y en 1857 surge un mayor malestar entre la cuatro milicianos que cayeron en Punín.35 La población indígena y alarma por probables declaración del estado de sitio por parte del levantamientos sobre todo en las provincias gobierno de Gabriel García Moreno y el de Loja y Chimborazo. envío de tropas sofocó la rebelión.

Los litigios, que desde l844, los indígenas de Según las autoridades, algunas indígenas se Yaruquíes y Cacha plantearon por incon- e n t re g a ron, pero 300 term i n a ron en la cárc e l formidad con el cobro de diezmos y primi- de Riobamba. El 8 de enero fueron ajusticia- cias; el levantamiento en Calpi en 1858 por dos Julián Manzano y Manuela León, en pre- la creencia de que la supresión del tributo sencia de 200 indígenas, para escarmiento y conduciría a una pérdida de los privilegios luego del juicio que declaró culpable a para los indígenas y la creación del impuesto a Daquilema por “haber figurado como cabeci- las chichas; la vigencia, a partir de l850, del tra- lla principal en el motín que tuvo lugar en la bajo subsidiario utilizado para la constru c c i ó n p a rroquia de Ya ruquíes y sus anejos, circ u n s- de carreteras, puentes, escuelas o iglesias; el tancias por las que le supusieron Rey. . . ” 3 6 y aumento de la suma de remate del diezmo luego fue ajusticiado en la plaza de Ya ruquíes. e n t re l870 y l871 y la creencia de que este impuesto era la “aduana” –de clara re m i n i s c e n- A pesar de que se trata de un suceso relativa- cia colonial– son algunos de los pre l udios de la mente “moderno”, es interesante analizarlo 22 M O V I M I E N T O D E M U J E R E S : L O S P R E Á M B U L O S

p o rque revela el “juego de la memoria y el levantamiento de Daquilema no apare c e n . olvido” presentes en la historia. El juicio sobre ¿Quién fue Manuela León? En los “queha- el ajusticiamiento de Fernando Daquilema, c e res” de la investigación, Lucía Chiriboga dice Ibarra, al parecer desapareció del arc h i v o descubrió en un archivo fotográfico, un re t r a- de la Gobernación de Chimborazo y no ha to en cuyo reverso decía: “El desafort u n a d o podido ser encontrado. En numerosas ver- Daquilema, perteneció a la familia imperial de siones Daquilema ha sido puesto de re l i e v e América fue fusilado en Riobamba”, otro que para afirmar la identidad nacional y es este c o rrespondía a una mujer indígena que al también el caso de Manuela León. Mientras p a recer también participó en la “Sublevación en otros levantamientos, como se ha visto, la de los indios”.3 7 ¿Se trata de Manuela León? p a r ticipación de las mujeres fue frecuente, en Y si fue ella, ¿cuál fue su historia? Son algunas los documentos que han quedado sobre el incógnitas que guarda el pasado.

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Revolución Liberal y participación femenina

l proceso de conformación del D o l o res Vela de Veintemilla, Joaquina estado-nación a lo largo del siglo Galarza, Felicia Solano de Vizuete y Leticia XIX fue resultado de largas luchas Montenegro de Durango, cuyas referencias entreE diversas facciones que intentaban con- han permitido por lo menos rescatar sus solidar sus proyectos. Entre ellas las pugnas retratos para ser exhibidos en la muestra. entre conservadores y liberales fueron tal vez las más conflictivas. , líder de la Joaquina Galarza colaboró con las filas liberales Revolución Liberal, llegó al poder por la vía transmitiendo partes, con su aporte económico armada después de casi treinta años de cons- y aún combatiendo en las batallas del 9 de abril piraciones, revueltas militares, destierros y y el 6 de agosto de l895, acción por la que el derrotas, el 5 de junio de l895, simbolizando p ropio Alfaro le dio el grado de coro n e l a . 39 el ala radical del liberalismo. Felicia Solano de Vizuete es una figura legen- Si bien actuaba a nombre de “la civilización y daria en la ciudad de Guaranda. De acuerdo el progreso moderno”, y en ese sentido repre- a testimonios, proporcionó toda su fortuna al sentaba a un proyecto acorde con la bur- ejército liberal y recibió en su casa al General guesía costeña, también tenía respaldo popu- Alfaro y su ejército cuando marchaba al com- lar entre los campesinos, peones, sem- bate del “Chasqui”. También educó a sus hijos bradores y pequeños propietarios de la costa en las ideas liberales y los impulsó a partici- –base social de su ejército– así como entre par en sus luchas. Junto con Leticia Monte- los cacahueros y artesanos en Guayaquil.38 negro de Durango y Joaquina Galarza apoyó de manera decidida la causa liberal en el Igualmente, contaba con el apoyo de sec- combate entre las fuerzas liberales y conser- tores de clase media y alta de provincia, entre vadoras que se tomaron Guaranda.40 los cuales se pueden destacar algunas mujeres que apoyaron su proyecto, hecho que ha Igualmente se pone de relieve a las manabitas merecido la atención de autores de mono- Sofía Moreira de Sabando y Filomena Chá- grafías realizadas en la primera mitad del vez de Duque. Esta última fue enlace de las siglo XX y de ideólogos liberales. filas liberales en los combates en las selvas manabitas, enrolándose en sus filas primero En el texto de Eugenio de Janón El viejo como soldado bajo las órdenes del Coronel luchador se destaca a las guarandeñas Zenón Sabando y luego como coro n e l a

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cuando Carlos Concha se levantó en armas a civiles durante el siglo XIX y comienzos del raíz del asesinato de Alfaro y sus seguidores XX. Marieta Cárdenas relata que alrededor el 28 de enero de l912. Fue parte de su ejér- de los años 20 las vio pasar por Cotocollao cito hasta que cayó prisionera de las tropas detrás de los soldados, en un número casi gobiernistas en el cantón Jipijapa.41 igual al de ellos, caminando “fuerte” y cargan- do a los niños, ollas, alimentos y demás vi- También son destacadas las guayaquileñas tuallas.42 María Gamarra de Hidalgo, Dolores Usubi- llaga y Delia Montero, hermana de Pedro y Aunque la Revolución Liberal no rompió con Lorenzo Montero, y la cuencana Ana María las fronteras étnicas presentes en la sociedad Merchán Delgado, entre otras figuras. Aun- ni logró transformaciones económicas pro- que no es suficiente con nombrarlas, es posi- fundas, puso énfasis en la separación de la ble a partir de ahí trabajar en sus historia de Iglesia y el Estado y abrió paso a cierta mo- vida, como también investigar sobre la pre- dernización y secularización de la vida social, sencia de mujeres populares en los ejércitos produciendo cambios poco estudiados, en la montoneros –como Juliana Pizarro–, ya que situación de las mujeres en la vida cotidiana. se trata de un tema que merece más atención que el que se le ha dado. En el marco jurídico, la Ley de Registro Civil y Matrimonio Civil, la Ley de Manos De igual manera se debería investigar la pre- Muertas y de Beneficencia Pública, la instau- sencia en los ejércitos de las mujeres de los ración de la educación laica, contribuyeron a soldados conocidas como “guarichas”. El apo- un debilitamiento del poder de la Iglesia, así yo material, militar y moral de estas mujere s como a nuevas formas de administración p e r mitió solventar las constantes guerr a s pública y de vida social.

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poetisas, escritoras y creadoras

a mayor apertura a la publicación y prevaleciente en la época que destinaba a las circulación de revistas, periódicos y mujeres a un rol doméstico y hacía escarnio folletos generada por las ideas ilus- de sus actividades literarias. Precisamente Ltradas, contribuyeron a ampliar los espacios Dolores Sucre (1837-1917) poetisa guaya- de opinión en los que participaban las quileña que recibió la Corona y Lira de Oro mujeres. En esos espacios muchas mujeres el 9 de octubre de l905, y fue proclamada tuvieron una participación activa aunque en “ Veterana de las Musas”, en el poema la mayoría de los casos no se conservan hue- Consejos a una señorita (1901) expresa la llas de ello. En enero de l889 apareció en la tensión entre un deber ser femenino y las ciudad de Guayaquil, el primer número de la aspiraciones de trascenderlo: Revista Literaria, una publicación de ori- entación amplia en la que se publicaron tex- “Aunque en rato de demencia tos de Jacinta P. de Calderón, Antonia Mos- Diga alguno que haces mal quera, Carolina Febres Cord e ro, Dolore s En la aguja y el dedal S u c r e, Dolores Flor, Dolores Miranda, En cifrar toda tu ciencia Amelia Narváez, Lucinda Pazos, Rita Lecum- Yo te aconsejo en conciencia b e r ri junto a escritores como Federico Que seas discreta mujer Gonzáles Suárez, Pedro Fermín Cevallos, Y hagas lo que al vulgo agrada Remigio Crespo Toral, Juan Montalvo, Juan Por ver tu dicha colmada León Mera, Quintiliano Sánchez. Pues los hombres a porfía Declaran sin corazón Al referirse a las escritoras de esta revista, Lucía A la que halla inspiración Moscoso señala que marc a ron el espíritu lite- En la pluma y los pinceles rario de su tiempo, convirtiéndose en las re p re- Y le prodigan laureles sentantes de la escritura femenina del Ecuador. A la que apunta un botón44 P e rt e n e c i e ron a un sector social alto, lo que les p e rmitió disponer de tiempo y recursos, a la Pero lo más interesante de esos años fue, po- vez que tener acceso a los círculos intelectuales siblemente, el intento de algunas escritoras de y, en ese sentido, ser menos vulnerables a las iniciar la publicación de revistas donde de- críticas y prejuicios de la sociedad. 4 3 f e n d i e ron sus ideas sobre el mejoramiento de la condición de las mujeres. Lastenia Larriva de Sin embargo, no todo fue fácil para ellas pues Llona (1850-1934), fundó en l890 en la ciudad t u v i e r on que bregar contra la opinión de Guayaquil El Te s o ro del Hogar. 26 M O V I M I E N T O D E M U J E R E S : L O S P R E Á M B U L O S

Desde una posición católica Angela Carbo de Femenina de Educación Popular de Gua- Maldonado (1861-1919), poetisa y benefactora yaquil –cuya fundadora fue Rosa Borja de guayaquileña, fue directora y redactora durante Icaza, feminista guayaquileña–; e Iniciación 13 años de El Hogar Cristiano (1905), re v i s t a (1934) dirigida por Blanca Martínez de 4 5 mensual dedicada a las familias. En el Hogar Tinajero, en Ambato.46 Cristiano escribieron Adelaida Velasco Galdós (1894-1967), Eva Canel, Dolores Sucre, De acuerdo a Handelsman, estas re v i s t a s Lastenia Larriva de Llona, Mercedes Mart í n e z “ f u e ron esenciales en el pro g reso literario de las Acosta (1882-1946) María Piedad Castillo escritoras del Ecuador porque crearon un (1898-1962), Zoila Ugarte de Landívar, entre ambiente de solidaridad y unidad femeninas o t ros autores que defendían distintas posi- en el cual las autoras pudieron superar las ciones. En Guayaquil Aurora Potes de Fre i re dudas y temores que anteriormente a muchas dirigió la revista La Mujer Ecuatoriana (1919) les había desalentado para publicar.“47 ó rgano del Centro Feminista La Aurora. En Tulcán, la maestra y poetisa María Merc e d e s F l o rencia Campana ha planteado que esas M a rtínez Acosta, creó Brisas del Carchi (1919). revistas contribuyeron a forjar un nuevo “suje- to feminista”.48 Sin embargo, el feminismo Por su parte Rosaura Emelia Galarza (1877- p ropuesto por las mujeres en esta primera eta- 1966), su hermana Celina María Galarza y pa, no ha de concebirse como un movimiento Te resa Alavedra Tama fundaron en Guayaquil único y estructurado, sino como feminismos La Ondina del Guayas (1907). Rosaura Emelia diversos en medio de los cuales las actoras quien también fue maestra, directora y fundado- p l a n t e a ron posiciones distintas de acuerdo a ra de colegios en distintos lugares del país, cre ó cada contexto histórico. En todo caso, lo que sí la revistas Flora (1917) en Quito, Primavera en t o m a ron en cuenta es que la situación de su- Riobamba, Hacia El Ideal y Álbum Bolivare n s e , b o rdinación de las mujeres no era natural y que en Guaranda. Más tarde, de manera conjunta era necesario llevar a cabo acciones para con Zoila Ugarte de Landívar, Vi c t o r i a f a v o recer su participación en el mundo social. Vásconez Cuvi y María Angélica Idrobo, todas maestras del Liceo Fernández Madrid, fue fun- Lo que buscaban esas mujeres era abrir espa- d a d o r a - d i rectora de la Revista Alas (1934). cios de comunicación que hicieran posible tanto la escritura como la búsqueda de la En años posteriores fueron creadas Nuevos equidad. En la revista La Mujer, creada en Horizontes, (1933), órgano de la Legión Quito en 1905, Zoila Ugarte de Landívar 27 R E / C O N S T R U Y E N D O H I S T O R I A S D E M U J E R E S E C U A T O R I A N A S

(1864-1969), escritora y maestra de tendencia mejoramiento social. Partiendo de sus apti- liberal ilustrada nacida en Machala, apelando a tudes “naturales” las mujeres debían tener la la igualdad y a la necesidad de que la mujer o p o rtunidad de educarse y servir a la sociedad. acceda a la educación y al trabajo, decía: P e ro además debían tener la posibilidad de mantenerse a sí mismas y de ser autónomas “...la mujer ecuatoriana siguiendo el movi- económicamente: Para Zoila Ugarte y otras miento universal, sale de su letargo, protesta m u j e res que escribieron en esos años, el trabajo de su miseria y pide conocimientos que la no sólo constituía un medio de subsistencia sino hagan apta para ganarse la vida con indepen- un ejercicio ciudadano de contribución al país. dencia; pide escuelas, pide talleres, pide que los que tienen la obligación de atenderla se Zoila Ugarte de Landívar, cuyo pensamiento preocupen de ella algo más de lo que hasta n u t re la escritura femenina y la labor del aquí lo han hecho”49 Magisterio hasta los años 50, también fue pre- sidenta del Círculo de la Prensa, directora de la En esta revista dirigida por Zoila Ugarte las Biblioteca Nacional (1911-1920) y colabo- m u j e res comienzan a asumirse desde una radora de los periódicos La Prensa y La Patria condición de género, como parte de un movi- y de algunas publicaciones femeninas: en l918 miento universal capaz de demandar a “los que escribió en las revistas Flora y La Mujer tienen la obligación de atenderlas cre a n d o Ecuatoriana, esta última órgano del Centro escuelas y talleres”. Se trataba de demandas Feminista La Aurora de Guayaquil y, en 1934, democráticas que iban más allá del pro p i o en la revista Alas, de Quito. Fue parte de círc u- Liberalismo, capaces de constituir formas de los feministas como el grupo Alas y la Liga “ m o d e rnidad alternativas”. Apelando a la igual- I n t e rnacional de Mujeres Ibéricas e Hispanoa- dad ciudadana, se daba un cuestionamiento al mericanas. A partir de los años treinta fue lugar que se asignaba a las mujeres dentro de la maestra del Liceo Fernández Madrid y del sociedad y una autodefensa de sus cualidades: Colegio Simón Bolívar. En l937 recibió la con- “las mujeres como los hombres poseemos un decoración Al Mérito en el Grado de Oficial. alma consciente, un cerebro pensador, fan- tasía creadora más o menos brillante”50. También fue reconocida la feminista Zoila C. Rendón, quien escribió artículos sobre la condi- Las integrantes de La mujer también plan- ción de la mujer en diversas revistas y periódi- t e a ron que la mujer no debía restringirse al cos y los libros La Mujer en el Hogar y la ámbito doméstico, sino contribuir a la vida y al S o c i e d a d y La Mujer en diversos Org a n i s m o s 28 M O V I M I E N T O D E M U J E R E S : L O S P R E Á M B U L O S

H u m a n o s. Ella tuvo una posición maternal, en En el campo de las letras, fue una figura el sentido de que su discurso enaltecedor de la Piedad Larrea Borja (1912- 2000) escritora y capacidad maternal, le servía para propender a educadora, especializada en Filología His- la educación y preparación de las mujeres para pánica. Fue secretaria y Miembro de Nú- que así se proyecten hacia la sociedad. Pero si m e r o de la Academia Ecuatoriana de la Len- bien creía que el mundo de las mujeres estaba gua, y presidenta del Club Femenino de Cul- en el hogar y se declaró contraria a su part i c i- tura. En 1994 recibió la condecoración pación política porque “la política se hizo úni- Manuela Espejo del Municipio de Quito. Fue camente para el hombre…” desarrolló una autora de varios ensayos entre otros: Italia acción importante en la defensa de cambios sin máscaras, Biografía de la mujer en el jurídicos a favor de las mujeres y propuso medi- E c u a d o r, El dolor de ser buena y Lexico- das concretas para la protección a la infancia.5 1 grafía médica ecuatoriana.

María Piedad Castillo de Levi (1898-1962) fue Por su parte, Raquel Verdesoto de Romo escritora, periodista, poetisa, e intern a c i o n a l i s t a Dávila (1910-1999) educadora del Normal guayaquileña destacada. Líder feminista, fue re- Manuela Cañizares y de la Universidad p resentante del Ecuador a la Comisión Intera- Central, ocupó un lugar destacado como mericana de Mujeres entre l940 a l962. difusora de los estudios literarios y escritora. También fue delegada a la Unión de Mujere s Fue autora de algunas biografías, siendo una Americanas. Entre otras dignidades fue elegida de las más reconocidas la biografía novelada “Mujer de las Américas” por la Unión de s o b re Manuela Sáenz. Como militante M u j e res Americanas en Nueva York en 1955. socialista, participó activamente en los movimientos sociales en la décadas de los En la prensa, además de las ya mencionadas, fue años treinta y cuarenta. De manera semejante reconocida Hipatia Cárdenas de Bustamante a otras autoras, su poesía potente y cuestio- (1889-1972) quien escribió en los periódicos El nadora ha sido olvidada. En No tengo man- Día y El Comercio de Quito y en la re v i s t a damientos dice: América. En l932 fue presidenta de la primera Asamblea Nacional de Periodistas. Autora de Herida, como altamar Qué debe hacer el Ecuador para liberarse de las Por la base de un barco dictaduras (1939) y Oro, grana y azul (1944). Me he quitado la venda Fue defensora del derecho al voto femenino Porque es mi vía-láctea como se verá más adelante. Frontón de rebeldías 29 R E / C O N S T R U Y E N D O H I S T O R I A S D E M U J E R E S E C U A T O R I A N A S

Blanca Martínez de Ti n a j e ro (1897) fue la femenino pero al momento de valorar sus primera mujer que escribió una novela en el obras, éstas eran ubicadas en un segundo plano. Ecuador: En la paz del campo (1937 y luego La Purificación (1942) y Luz en la noche A pesar de que pocas mujeres culminaro n (1950). De acuerdo a Handelsman, en sus sus estudios en la Escuela de Bellas Art e s , novelas describe las costumbres locales y la algunas se destacaron: Piedad Paredes en belleza de su ciudad natal, Ambato, pero pintura y en escultura; Rosario Vi l l a g ó m e z también destaca las desigualdades de las de Furoiani, ganadora del primer pre m i o m u j e res en una sociedad dominada por los Mariano Aguilera en 1919; América Salazar h o m b res. Este hecho se ve precisamente en de Martínez, autora de desnudos femeninos la reacción del público a En la Paz del campo como “La Patria”, “Maternidad” –hasta y los prejuicios y las presiones sociales que ahora exhibidos en parques de la ciudad de tuvo la escritora. El comité encargado de las Quito–; Germania Paz y Miño de Bre i l h publicaciones en Ambato al rechazar la no- (1913), cuya formación fue en la Academia vela, explicó a Martínez que lo hacía de Bellas Artes de Quito y en The New “ p o rqu e denigra a esta ciudad e infama a sus School for Social Research, en los Estados m u j e res” y añadía que “publicarla sería des- Unidos. En 1936 y 1961 Germania Paz y decir del ilustre abolengo de la autora, de su Miño ganó el premio Mariano Aguilera en rango de dama ambateña, de su alto papel de escultura, en este último año con la obra escritora y de su delicada misión de edu- “Anatomía del Deseo”. cadora”. Al defenderse, ella contestó que era todo eso y mucho más… “Sí, Mujer, pero Araceli Gilbert (1914-1993) es la figura del que piensa por sí misma, que razona libre- arte pictórico. Junto con Manuel Rendón mente, mujer ligada al campo….donde se introdujo el arte no figurativo en el Ecuador. a p rende lo desdichado que es el mundo Fue parte, al igual que Enrique Gil Gilbert y encadenado por prejuicios, hipocresías, con- Alba Calderón, de la Sociedad de Escritores v e n c i o n a l i s m o s … ” 5 2 Finalmente la novela y Artistas Independientes de Guayaquil. Se pudo ser publicada en l940. f o rmó en Guayaquil, Santiago de Chile, Nueva York y París. En 1960 ganó el segun- En cuanto a las bellas artes, las mujeres trataro n do premio Salón de Octubre en Guayaquil, de abrirse posibilidades aunque en condiciones en 1961 el primer premio en pintura Salón menos favorables que las de los hombres. Para Mariano Aguilera de Quito. En l989 el go- la mentalidad modernista de esos años la sensi- bierno nacional le otorgó el Premio Nacional bilidad artística estaba asociada al mundo de Cultura Eugenio Espejo.53 30 M O V I M I E N T O D E M U J E R E S : L O S P R E Á M B U L O S

Maestras

on la Revolución Liberal un sector m u j e res pobres que necesitasen del servicio de amplio de mujeres pasó a ser objeto de la ciencia obstétrica. Incluso se trajo una es- p reocupación del Estado. El discurso pecialista de Europa para que dirigiera el eCstatal ya no circunscribió a las mujeres única- establecimiento e impartiera conocimientos mente al hogar y a su papel como madres y teóricos y prácticos a alumnas que venían esposas, como en el período anterior, sino que desde diversos lugares de la República. De comenzó a plantearse su incorporación a las a c u e rdo a lo que menciona Mariana Landá- necesidades administrativas y productivas de la zuri, en esta casa tuvo una destacada part i- nación. Sus funciones como madres siguiero n cipación la quiteña Juana Miranda.56 siendo fundamentales pero tuvieron re l a c i ó n con nuevas políticas de protección a la infancia, Años más tarde, en 1921, Matilde Hidalgo de como parte de una biopolítica. El Liberalismo Prócel (1889-1974) fue la primera mujer en c reó, por primera vez en el Ecuador, fuentes de graduarse de doctora en medicina. De acuer- trabajo para las mujeres en el sector público, en do a Jenny Estrada, su camino fue largo y su las oficinas de Correos, Telégrafos y Te l é f o n o s , lucha constante para culminar su carrera y en el profesorado y en servicios y mandos participar en la vida política y social del país. medios de la administración pública.5 4 Fue la primera bachiller, la primera licenciada y también, como se verá más adelante, la D e s de el inicio de su gobierno, Eloy Alfaro primera mujer en ejercer el sufragio.57 apoyó la educación femenina. Al mencionar que “la Ley de Instrucción Pública, por deficiente, no Con la educación laica algunas mujeres qui- ha previsto el caso de que la mujer, tan digna de teñas entraron al colegio Mejía y se gra- apoyo de los Poderes Públicos, pueda optar a duaron de bachilleres, aunque su número fue grados académicos y estudiar los ramos de la muy pequeño en relación a los hombres. En enseñanza superior”, en julio de l895, en uno de cuanto a las maestras si bien desde el siglo XIX sus primeros decretos, autorizó a Aurelia Palmie- existían profesoras e institutrices, es a partir de ri para que pudiera continuar sus estudios de la creación del Normal Manuela Cañizare s medicina en la Universidad.5 5 Además, impulsó (1901) en Quito y del Instituto Nacional de por medio de becas los estudios de obstetricia y Señoritas Rita Lecumberri (1906), en Guaya- les facilitó el ingreso a la Facultad de Farm a c i a . quil, que las maestras adquirieron mayor nivel En realidad, desde la época de García More n o de formación y profesionalización. El pro f e s o- hubo el interés por impulsar estos estudios. En rado constituyó para las mujeres una de las l872 se fundó una “Casa de Maternidad” tanto pocas posibilidades de obtener una profesión y para el estudio práctico cuanto para asistir a las fue, además, la actividad más importante en 31 R E / C O N S T R U Y E N D O H I S T O R I A S D E M U J E R E S E C U A T O R I A N A S

t é rminos cuantitativos en la que se ubicaron las de Los Ríos y fue una de las primeras licen- m u j e res de sectores medios. Pero fue, también, ciadas en la Facultad de Filosofía y Letras de la un espacio de realización personal. Ya se hizo Universidad Central en 1931. En 1939, el cír- re f e rencia anteriormente al papel de las maes- culo Atalaya de Guayaquil la coronó como tras en la producción de revistas y textos lite- “Reina de la Poesía.” Entre su producción tiene rarios en los que se defendía la necesidad del varias obras poéticas, una novela y ensayos mejoramiento social e intelectual de las como “La Mujer Trabajadora en la vida social” m u j e res, pero estas maestras también tuviero n en el que tempranamente (1934) inscribe la un papel destacado en la acción pedagógica. p roblemática de la mujer dentro de un marc o E n m a rcadas en el intento estatal de implemen- clasista poniendo como eje de análisis la doble tar la “educación laica, gratuita y obligatoria”, explotación que sufre: como mujer y miembro d e s a rro l l a ron prácticas pedagógicas innovado- de la clase pro l e t a r i a . 6 0 También se destacó ras que contribuyeron a formar mujeres más Elisa Ortiz de Aulestia (1906) quien nació en activas y dinámicas. Gracias a su acción se for- Guayaquil y ejerció la docencia en Quito y en m a ron nuevas generaciones de mujeres más los Estados Unidos. A raíz de su ejercicio como autónomas en medio del sistema dominante.5 8 Visitadora Escolar publicó Realidad rural y S u p e rvisión Escolar, un interesante trabajo críti- Una de las maestras pioneras en Guayaquil fue co sobre la educación en el país. Rita Lecumberri (1831-1910). Situada a medio camino entre la formación autodidacta y el En la ciudad de Cuenca, Dolores To rres (1897- saber profesional, desde su juventud, se dedicó a 1955) fue reconocida. Formada inicialmente al la enseñanza en la ciudad de Guayaquil y en el interior de la educación católica, fue parte de medio rural. En 1903, a los 66 años, fundó la los Cursos Intensivos que fomentó el Minis- Academia Nocturna de Señoritas, la primera en terio de Educación en el marco de las el país. Cuando el gobierno de Alfaro concibió Misiones Alemanas en 1916-1917. A partir de la idea de fundar un colegio normal para señori- la escuela Tres de Noviembre que fundó en tas, se creó la escuela primaria, la cual, el 7 de l918, se creó el primer colegio de señoritas mayo de l906, se elevó a la categoría de Colegio con el nombre de Manuela Garaicoa de Nacional de Señoritas Rita Lecumberr i . 59 Calderón. En 1922 formó la Liga de Maestro s , la cual priorizó la formación académica a E n t re otras destacadas maestras de la Costa se través del Ateneo Pedagógico y la revista La encuentra Aurora Estrada y Ayala de Ramíre z voz del Maestro. Fue una autoridad pedagógi- P é rez (1901-1967), quien nació en la pro v i n c i a ca que renovó la educación cuencana. María

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Angélica Idrobo (1890-1956) dedicó sus ecuatoriana de hoy ya no puede ser consider- e s f u e rzo s a la formación integral femenina, ada como simple flor ornamental del hogar, impulsando innovaciones pedagógicas y va- como simple custodia. La mujer contem- l o res democráticos en la enseñanza. Nació en poránea requiere de una formación integral la provincia de Imbabura y ahí inició sus que deje de lado las viejas formas domésticas primeras acciones pedagógicas; luego, en del trabajo, que se le han señalado como la Guayaquil, fundó el Liceo de Señoritas Ariel única vía, y asuma un rol activo en el contex- (1926) y en Quito el Liceo Fernández Madrid to productivo de la nación.”62 (1930) y el Colegio Simón Bolívar (1940). Como se verá más adelante, defendió el sufra- El educador Gonzalo Abad Grijalva, señaló en gio y la necesidad de la participación política una entrevista: “Todas estas mujeres como de las mujeres en la sociedad. Cuando durante Angélica Carrillo de Mata Martínez, Elisa Ort i z su rectorado en el Normal Manuela Cañizare s de Aulestia, Blanca Margarita Abad, Clemencia (1948) inauguró el edificio actual del colegio Soria de Bonilla, Carola Castro, María Luisa e x p res ó: “será el albergue de la más prístina Salazar de Félix, ya tienen un criterio feminista democracia, ya que por sus aulas pasarán de la educación y atraen a las muchachas a los generaciones de niñas blancas, morenas o colegios. El problema de hace cincuenta años era indias, hermanadas en el gran sentimiento de que los padres decían: no, las chicas no tienen nacionalidad ecuatoriana”.6 1 Para esta maestra para qué ir al colegio, allá aprenden cosas que no la educación laica fue la posibilidad de cre a r deben, que aprendan a ayudarle a su mamá y que espacios que permitirían desterrar discrimina- se casen. Pero estas maestras y otras cambian esa ciones raciales y contribuir a un proyecto de idea y hacen de la educación femenina un pro- nación más incluyente. grama de toda su vida”... 6 3

Otra maestra que innovó el sistema educati- En el ámbito del Magisterio figuraron como vo en Quito fue Angélica Carrillo de Mata dirigentes las maestras Flor Medranda de Chan- Martínez (1905-1981), doctora en Filosofía y cay (1921) presidenta de la Unión Nacional de Pedagogía en Alemania y quien durante la E d u c a d o res de Manabí y la primera mujer en ser administración de José María Velasco Ibarra, p residenta nacional de la UNE. Ta m b i é n fundó el “24 de Mayo” el primer colegio de Teodosia Robalino de Tobar (1916) –maestra educación secundaria para las mujeres en Qui- rural, involucrada con la alfabetización de to (1934) y, posteriormente, el “Colegio de campesinos, trabajadores y presos, fue dirigente América”. En una ponencia expresó: “La mujer de la UNE durante los años 60-70.6 4

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Artistas, deportistas

uchas artistas se habían formado sectores medios y altos. Incluso las capas en el Conservatorio Nacional de populares accedieron a representaciones de Música, donde el gobierno liberal teatro y cine populares.65 Mabrió cursos especiales para señoritas. Sin embargo, salvo el nombre de contadas fi- La radio se fue generalizando a partir de esos guras como Manuela Gómez de la Torre, años e incorporando a mujeres entre sus par- Teodolinda Terán, la compositora Lidia ticipantes. En el ámbito musical y teatral fue Noboa, queda por estudiarse la búsqueda de una figura Carlota Jaramillo (1904-1987). En las mujeres por espacios en ese campo. María 1922 se inició como cantante cuando con su de Lourdes Jaramillo, por ejemplo, fue una de h e rmana Inés ganó un concurso de música las pocas graduadas en la cátedra de violín en popular con motivo del Centenario de la el Conservatorio Nacional de Música y pos- Batalla de Pichincha. Luego ingresó a la com- teriormente maestra del mismo Fue además, pañía de teatro “Comedias y Va r i e d a d e s " , la única mujer fundadora de la Orquesta donde se convirtió en la primera actriz. En Sinfónica Nacional, cuando se creó en l957. 1938 grabó su primer disco. Ha sido una de las cantantes con más larga trayectoria en el país. No se han estudiado en profundidad los cam- bios en la vida cotidiana que se produjeron Marina Moncayo (1906) se convirtió en una en las primeras décadas del siglo XX y cómo figura clave del teatro en las décadas de los influyeron en la vida de las mujeres. Por años 20-30, cuando el arte escénico cobró incipiente que haya sido la modernización de impulso. Fue actriz principal de la Compañía la sociedad se introdujeron una serie de inno- Dramática Nacional dirigida por Jorg e vaciones sociales y técnicas que re p e r- Araujo y recorrió el país en la presentación cutieron sobre la cotidianidad. El proceso de de numerosas obras teatrales, en las que tuvo urbanización, por incipiente que fuera, mo- mucha aceptación. dificó las costumbres y los hábitos. Al comienzo, la compañía re p resentaba obras El ferrocarril no sólo amplio las posibilidades extranjeras, pero a partir de l929 estre n a ro n de movilización de las poblaciones sino que montajes nacionales con obras de Jorge Icaza y modificó sus formas de percibir el mundo. El de otros autores como Enrique Avellán Ferres y acceso al cine, al teatro, a salones de entre- Augusto San Miguel. En 1932, Marina tenimiento, provocó transformaciones en los Moncayo formó su propia compañía teatral comportamientos y horizontes de vida de los que llevó su nombre y dirigió su marido Jorg e 34 M O V I M I E N T O D E M U J E R E S : L O S P R E Á M B U L O S

Icaza. En 1947 recibió un homenaje y conde- tenía un gimnasio completo en la ciudad. En coración de la Unión Nacional de Periodistas. los años 40 y 50 los equipos de básquet y También en el deporte las mujeres comen- voley de los colegios fueron verd a d e ro s zaron a destacarse. Si bien en las primeras acontecimientos en la vida de las ciudades. décadas del siglo XX el “sport” fue parte de la mundanización de la sociedad y una activi- El símbolo del atletismo femenino en esos años dad de jóvenes de sectores altos, sobre todo fue la esmeraldeña Carola Castro (1920). En en la práctica del patinaje y el tenis, en las 1938, siendo aún estudiante del Manuela décadas siguientes el deporte comienza a ser C a ñ i z a res en Quito, compitió en Bogotá y parte cotidiana de la vida estudiantil. ganó el campeonato boliviariano en los 50 m e t ros. Al año siguiente (1939) en Lima se Las prácticas deportivas entre las mujeres de c o n v i rtió en la primera mujer campeona sectores medios comenzaron a implemen- sudamericana en los 100 metros y vice campe- tarse en Quito a partir de la creación del ona en los 200 metros. Posteriormente fue la colegio “24 de Mayo”, el único colegio que maestra de deportes del colegio “24 de Mayo”.

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Benefactoras

esde la época garciana, mujeres de a intervenir en la vida y en la organización social sectores sociales altos apoyaron a de los pobres, con la finalidad de aliviar su exis- instituciones asistenciales como la tencia material (dadas las condiciones de crisis Dde las Hermanas de la Caridad, la Asociación de la primera mitad del siglo XX) pero al mismo de las Damas de Caridad y la Acción tiempo de garantizar su reconducción moral. Católica. En esta época llevó a cabo su acción la beata Mercedes de Jesús Molina y Según Kingman, la Acción Católica estaba Ayala (1828-1883), quien nació en Baba y p reocupada por la higiene de las almas, pero desde muy joven, y con sus propios recursos, no por eso perdía de vista la de los cuerpos y la se consagró a la acción social y evangélica re o rganización de los espacios (las condiciones realizando obras a favor de los niños huér- físicas y morales de las viviendas obreras y de fanos en Guayaquil y Riobamba. También las barriadas, por ejemplo). Esas acciones se viajó como misionera a Gualaquiza y fundó d i f e renciaban de las estatales en la medida en la comunidad religiosa de las Marianitas. que generaban vínculos personalizados, antes que una relación racional burocrática. 6 6 Además, en Guayaquil participaron nume- rosas mujeres, asociadas desde finales del En Cuenca se destacó Hortensia Mata de siglo XIX, en la Sociedad de Beneficencia de Ordóñez. (1949-1934). Señoras y más tarde en la Conferencia San Vicente de Paúl. A partir de los años veinte Desde una vertiente internacional y ligada a la del siglo XX toman nuevo impulso benefac- idea de servicio público, en 1922 se fundó la toras como Rosa Pérez Pallares, Elena C ruz Roja Ecuatoriana, que ya había sido con- Enríquez y María Augusta Urrutia, en Quito. stituida por un decreto de Eloy Alfaro en l910. En esta institución part i c i p a ron algunas mujere s F rente a la crisis económica existente, y para de sectores altos y medios como Ana Musello, e n f rentar el proceso de secularización que vivió Elsbeth Bolle de Robalino, Vi rginia Larenas. En la sociedad ecuatoriana a partir de la Revolución los años cuarenta, la presidenta del Comité de Liberal, algunas mujeres de sectores altos y Damas Elvira Campi de Yo d e r, desplegó su medios católicos se dedicaron a labores de labor apoyando diversas instituciones de salud. beneficencia. Sin embargo, de acuerdo a lo que La Cruz Roja también participó activamente en señala Eduardo Kingman Garcés, los objetivos la Guerra con el Perú, en el apoyo a los damnifi- de la Acción Católica fueron en parte distintos a cados de la guerra y a los refugiados de la los de la beneficencia estatal. Estaban orientados p rovincia de El Oro . 36 M O V I M I E N T O D E M U J E R E S : L O S P R E Á M B U L O S

luchadoras populares y obreras

a participación de las mujeres en la estimular a sus representantes a integrarse a política comenzó a ampliarse en las las luchas sociales. En una de sus publica- primeras décadas del siglo XX. La cri- ciones se señalaba que “la concurrencia de la sisL económica y social afectó a las familias, mujer a un acto de tanta trascendencia sig- tanto de los sectores medios como populares, nificaba el estado de progreso en que se en- y generó un clima de confrontación al que no contraba el feminismo”. También este Centro fueron ajenas las mujeres. Ente l895 y 1920 se se adhirió a la huelga general en noviembre sucedieron alrededor de 19 huelgas en el de l922, en Guayaquil. país, estando la mayor parte de ellas (15) localizadas en Guayaquil. El desarrollo inci- Dentro del anarcosindicalismo se formó en la piente del capitalismo provocó el surgimien- misma ciudad el Centro Feminista Rosa to de una clase obrera en el puerto cuyo Luxemburgo, cuyas integrantes, al parecer, desarrollo, organización y movilización sería tuvieron participación en la huelga general creciente durante las primeras décadas del del 13 de noviembre en la que se plegaron siglo XX.67 todos los sectores laborales y en los sucesos previos y posteriores a la masacre del 15 de Los primeros núcleos obre ros conform a d o s noviembre de l922, durante el gobierno de por los cacahueros, por los empleados de José Luis Tamayo. las empresas de servicio público y las indus- trias manufactureras, trabajadores de las Patricio Icaza hace referencia a una crónica: e m p r esas extranjeras y de los ingenios ubi- “nos ha llamado particularmente la atención cados en el medio rural, se juntaron alre d e- la noticia de que se habían adherido mujeres, dor de las primeras organizaciones gre m i- en pleno feminismo de lo más descon- ales y que tuvieron activa participación en c e r tante…las mujeres bolcheviques caen estos años. echando maldiciones y excitando a los que las rodean”. En la misma crónica se dice que En el Segundo Congreso Obre ro, reunido en después de esos acontecimientos posible- Guayaquil en l920 part i c i p a ron como dele- mente el Centro “Rosa Luxemburgo” no se gadas dos mujeres: Leonor Mesones de reuniría más en Guayaquil”69. La huelga ter- D a r quea y María H, Reyes, del Centro minó con más de un centenar de obreros Feminista La Aurora, entre numerosos miem- muertos, según la prensa y entre 300 y 500, b r os masculinos.6 8 Las participantes del según algunos historiadores. Las víctimas, en C e n t ro re s o l v i e ron asistir al Congreso para realidad fueron incontables. 37 R E / C O N S T R U Y E N D O H I S T O R I A S D E M U J E R E S E C U A T O R I A N A S

En una entrevista a Floresmilo Romero , las rieles, como durmientes en la línea férrea, miembro de la Sociedad Gremial de Peluque- para impedir el paso de las locomotoras que ros y sobreviviente de la masacre en la que estaban bajo el control de los rompehuel- murieron sus dos hermanas, trabajadoras de gas”71. ¿Estuvo ahí Tomasa Garcés? Según las la lavandería “La Lira”, señala que “la cifra crónicas, ella, junto a sus hijos, se tendió entre muertos y heridos, fácilmente asciende sobre las rieles impidiendo el paso de las a dos mil personas”70. Según la memoria locomotoras. popular la “sepultura” de estos muertos fue el río Guayas, en el que aparecieron flotando Para entender la participación femenina en la cruces de madera, lo que motivó a Joaquín política obrera de esos años, es interesante el Gallegos Lara para escribir su novela Las relato de dos sucesos ocurridos en l934. En la cruces sobre el agua. huelga de los 350 trabajadores de la fábrica textil La Internacional de Quito, de los cuales Como antecedentes de esta matanza debe se- un gran porcentaje eran mujeres, hubo desa- ñalarse el clima de agitación popular y de lojo y represión. En una hoja volante se dice: huelgas que se pro d u j e r on por efecto de la Ley de Moratoria y la incautación de giro s “La Gerencia de la Fábrica La Intern a c i o n a l , –medidas con las que el gobierno trató de secundada por el Regimiento Yaguachi y la paliar la crisis fiscal por la caída del precio del Policía, desalojó ayer a los obre ros, tiñendo de cacao– pero que agudizaron la crisis econó- s a n g re proletaria el sable y el fusil… arre- mica y la situación de los trabajadores. Un m e t i e ron contra la masa obrera desarmada y mes antes, el 19 de octubre de l922 se pro d u- l o g r a ron herir a las trabajadoras Carm e l i n a jo la huelga de los trabajadores de la estación B a rc l a y, Carmela Hernández, Inés Moncayo, de Eloy Alfaro, Durán, pertenecientes a The Aída Pazmiño y otras.”7 2 ¿Por qué se había Guayaquil and Quito Railway Company, p roducido la huelga? De acuerdo al estudio p ropietaria del Ferro c a rril del Sur, porque la realizado por el Dr. Pablo Art u ro Suárez, en e m p res a no quiso atender sus demandas. esos años, de 21 establecimientos industriales en Pichincha que tenían 1.222 obre ros, la jor- Patricio Icaza registra que ante la represión nada de 8 horas no se cumplía sino en las militar se hizo presente “la acción resuelta de fábricas del estado.7 3 En todas las demás –la los habitantes de Durán y en especial de las mayoría textiles– los obre ros y obreras traba- mujeres y los niños, quienes, según el relato jaban de 9 a 11 horas diarias, situación que de un testigo presencial, se tendieron sobre llevó a que se multiplicaran los conflictos. 38 M O V I M I E N T O D E M U J E R E S : L O S P R E Á M B U L O S

A pesar de la represión, la huelga en La salvajismo con que acostumbran tratarnos. Internacional duró 18 días y logró sus obje- N o s o t ros pro c e d e remos con conciencia, tivos: “aumento general para todos los traba- moral y justicia; pero si acaso atentan contra jadores e igualdad de remuneraciones para la vida de algún miembro del sindicato, los hombres y mujeres; vigilancia y aplicación gringos deben acordarse de que los obreros efectiva de las leyes laborales, descanso conservamos el recuerdo del daño que se nos dominical obligatorio y los días sábados por hace” 75. la tarde, protección efectiva de la mujer embarazada y estabilidad en el trabajo, Rosa Vivar perteneció al grupo de traba- establecimiento de una casa cuna, libertad de j a d o res más radicales a favor de la huelga, que organización sindical y retorno al trabajo de se efectuó el 10 de noviembre de l934. En la los obreros despedidos.”74 comisión encargada de negociar con la com- pañía estuvo también ella, junto a los diri- El segundo suceso es la participación de la gentes Néstor Ordoñez y Salvador Romero. obrera Rosa Vivar en el conflicto de las minas de oro de Portovelo, explotadas por la com- La presencia de los trabajadores sindicaliza- pañía norteamericana South American dos y también de las trabajadoras dio un Development Company (SADC). Cuando matiz cualitativamente distinto al trabajo y a en septiembre de l934, los obreros lograron los movimientos sociales de esos años. Para o r ganizar la Asociación Sindical Obre r a los sectores de izquierda era la clase histó- (ASO) y organizar la huelga, Rosa Vivar rica, protagonista del nuevo mundo que “ p r otesta enérgicamente por el pro c e d e r venía. Para los sectores tradicionales y la indigno de la South American Development Iglesia Católica un motivo más para su parti- Company”, y manifiesta que, hasta cuándo cipación activa al interior de los gremios. Los los obreros estarán con tanto pedir y suplicar; nuevos lineamientos de la Iglesia en los años que este procedimiento se debe dejar ya; que cuarenta pusieron énfasis, precisamente, en la huelga debe realizarse lo más pronto; esta participación. La función principal anticipa a la SADC y al Gobierno, que “si seguía siendo la defensa de la familia y de la hacemos huelga es porque nuestros derechos convivencia cristiana, pero esta defensa debía y las leyes de la República nos amparan. La ser activa tanto frente al mundo capitalista justicia social exige que rompamos las cade- como comunista.76 Los católicos debían par- nas con que la SADC nos tiene oprimidos. La ticipar en la cuestión social y en la política huelga no la vamos a hacer con la tiranía y cristiana. Frente a la acción de los partidos 39 R E / C O N S T R U Y E N D O H I S T O R I A S D E M U J E R E S E C U A T O R I A N A S

políticos de izquierda en el movimiento movimiento sindical católico, así como en el obrero, la Iglesia Católica también desarrolló desarrollo de la doctrina social católica en el acciones. Al interior de la Juventud Obrera Ecuador, tuvo una destacada participación Católica (JOC) se planteó la necesidad de Isabel Robalino Bolle (1917), quien se graduó estimular a las jóvenes obreras para que de bachiller en el colegio Mejía y de aboga- entren a la organización y enfrenten los pro- da en la Universidad Central en l944. Fue blemas obreros de manera cristiana y moral. fundadora y directora de la escuela de servi- Las acciones de la Asociación Católica de la cio social “Mariana de Jesús”, y, entre otras Juventud Femenina (ACJF) fueron dirigidas a funciones, fue Concejala Municipal de Quito las trabajadoras: ejercicios espirituales para en 1948, Diputada Funcional por los obreras y sirvientas, conferencias, obras de Trabajadores a la Asamblea Nacional Consti- servicio social. tuyente de 1966-67 y senadora funcional por los Trabajadores de la Sierra 1968-69. Fue No podemos perder de vista que los sectores abogada sindicalista, presidenta del INEFOS, populares, y en particular las mujeres, esta- Instituto Ecuatoriano de Formación Social de ban imbuidos por una profunda religiosidad la CEDOC y fundadora del Instituto Ecuato- que hacía que se sintieran identificados con riano de Desarrollo Social INEDES. Es maes- las agrupaciones gremiales católicas. En el tra universitaria y escritora.

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Políticas y movimientos sociales

e manera distinta a otros enfoques, ejemplo, que en 1920 se formó en Guayaquil al un estudio reciente sobre el sufragio menos un club feminista de propaganda elec- femenino en el Ecuador permite en- toral para apoyar la elección del candidato libe- tDender que se produjo en un campo de fuerz a s ral José Luis Tamayo para la presidencia de la –en el que cumplieron un rol activo las re p ú b l i c a 7 9. También se sabe que desde las mis- m u j e res– antes que ser resultado únicamente mas mujeres hubo debates sobre el tema desde de las posiciones partidistas de conserv a d o re s años antes8 0, lo cual impide afirmar que el sufra- y liberales y posteriormente, socialistas. Asi- gio respondió a una iniciativa del part i d o mismo, que respondió a diversos discursos C o n s e rvador en la Asamblea Constituyente de desde los diferentes campos de debate: el l929, según lo plantea Rafael Quintero . 8 1 C o n g res o, la prensa, las relaciones interame- ricanas y los mismos espacios de las mujere s . 7 7 M i e ntras algunas mujeres como Adelaida Velasco Galdós quien, desde una posición Debido a limitaciones de espacio, sólo enfocare- católica, se mostró contraria al voto manifes- mos el último aspecto señalando bre v e m e n t e tando –en l914– que “no se diga jamás a una que, aunque en las Constituciones liberales de mujer que su puesto está en los comicios po- l896 y l906 no había prohibición, las mujeres no p u l a re s ” 8 2, o la feminista Zoila Rendón, que su votaban. En la práctica, se pensaba que no eran opuso porque planteaba que el papel de las ciudadanas con posibilidades de elegir y ser m u j e res estaba en el hogar8 3 , otras mujere s elegidas. La primera excepción fue la lojana como Zoila Ugarte de Landívar, en cambio, Matilde Hidalgo de Prócel, quien al acercarse a p l a n t e a ron que la mujer debía tener un papel dar su voto en l924, en la ciudad de Machala, no activo en la vida social y política a través de la sólo se convirtió en la primera mujer votante en educación y al trabajo. De igual manera, maes- el Ecuador, sino que contribuyó con su acción a tras como Victoria Vásconez Cuvi y María i n t roducir cambios en la propia org a n i z a c i ó n Angélica Idrobo defendieron el derecho a la del Estado, ya que una vez sometida su acción a p a rticipación política de las mujeres. Esta últi- consulta en el Consejo de Estado, este dicta- ma en una conferencia expresó: “la mujer tiene minó que no existía ningún impedimento legal d e recho, a esa función, la más grande del ciu- para que las mujeres ecuatorianas ejercieran el dadano, la libertad del sufragio”8 4. A pesar de d e recho al voto.78 No cabe duda que Matilde que la Constitución de l929 aprobó de manera Hidalgo de Prócel fue pionera –incluso en algún explícita que las m u j e res alfabetas podían a rtículo de esos años se la llama “mujer valiente” votar y de que el partido Conservador se a partir de nueva documentación se despre n d e mostró partidario de ello, todavía hubo que su acción no fue aislada. Se conoce, por d i v e rgencias sobre si era conveniente o no el 41 R E / C O N S T R U Y E N D O H I S T O R I A S D E M U J E R E S E C U A T O R I A N A S

voto de las mujeres, sobre todo por parte de a f i rmar que el sufragio femenino fue parte de un los liberales. La correlación de fuerzas había movimiento estructurado de las mujere s . cambiado y el voto femenino era import a n t e en las listas conservadoras. Aún una mujer li- La época que va desde los años veinte a la dé- beral como Rosa Borja de Icaza y para quien cada de los 40 tuvo un carácter dual: crisis de la “el feminismo era una necesidad social” economía cacaotera y crecimiento y diversifi- e x p resó que eso no era lo más import a n t e cación económica, resultado de la moder- “ p o rque el voto de la mujer sin pre p a r a c i ó n nización de una parte significativa de la hacien- cívica, sólo sirve de instrumento ciego en las da serrana como también del crecimiento lento grandes orientaciones nacionales”8 5. Como se p e ro sostenido de la industria alimenticia y tex- ve no hubo una posición unánime. Otra mujer til. Este crecimiento, sin embargo, se pro d u j o de tradición liberal, Hipatia Cárdenas de en medio de crisis social y pobreza urbana, que Bustamante, criticó, en 1932, por el contrario también afectó a la clase media8 9. o b s e rvó que el problema estaba en el mismo sistema político femenino “Veo que vuelve al Estudios realizados sobre el sector público tapete, como siempre que se avecinan eleccio- muestran el deterioro que sufrieron los sueldos nes, el tema de quitar el voto a las mujeres. Los de los empleados públicos entre 1927 y 1944 infelices de los hombres no aciertan a re s o l v e r por efecto de la disminución del valor de las el problema político del Ecuador que como en e x p o rtaciones y del presupuesto estatal, lo cual todo país democrático tiene base electoral y junto al desarrollo de nuevos intereses sociales acuden al recurso de poner a un lado a las mu- y formas organizativas, posiblemente influyó j e res para ver si así dan pie con bola…”8 6. en la conflictividad social y política de esos años. Para algunos estudiosos la primera huelga Igualmente María Esther Martínez Macías en y la consiguiente masacre de obre ros en la ciu- Guayaquil, reclamó “la justicia de la concesión dad de Guayaquil en 1922 inauguró “el siglo de del derecho a la mujer por cuanto como ser las masas”9 0. Ese “siglo” terminó en realidad en inteligente tiene también derecho a gozar, de un l946, con un nuevo ascenso de la dere c h a modo integral, de todos los derechos a que tales política a la administración del estado bajo la s e res corre s p o n d e n … ” 8 7. Esta misma autora, en figura de José María Velasco Ibarr a . un texto anterior propuso la elección de una mujer como Senador Funcional por el Femi- Si lo que había caracterizado al siglo XIX y las nismo, así como re f o rmas integrales: la cre a c i ó n primeras décadas del XX fue la pugna entre li- de sindicatos para la clase obrera femenina, berales y conserv a d o res, entre las décadas de igualdad de salarios, etc.8 8. Aunque no se puede los años 30 y 40 se produjo el aparecimiento de 42 M O V I M I E N T O D E M U J E R E S : L O S P R E Á M B U L O S

nuevas organizaciones sociales. En l925 los d e recho al voto desde los años treinta y al p a rtidos decimonónicos Liberal y Conserv a d o r p a recer tuvieron una decidida actuación, tanto m o d i f i c a ron sus discursos. En la rama de avan- a favor de los candidatos conserv a d o re s zada del partido Liberal apare c i e ron como mi- locales como Jacinto Jijón o Rafael Larrea para litantes algunas mujeres como Zoila Ugarte y la Alcaldía en Quito, como a nivel nacional p o s t e r i o rmente otras mujeres que apoyaron las para la candidatura de José María Ve l a s c o candidaturas liberales. Igualmente ahí se for- I b a rra para la presidencia de la República. m a ron sectores radicales que luego pasarían a o rganizar las agrupaciones socialistas. La presencia de los partidos de izquierda: So- cialista (1926) y Comunista (1931) que surge a Desde la vertiente católica y en el clima de con- p a rtir de la división del Socialista, pro v o c ó f rontación ideológica entre partidos, también cambios en las organizaciones sociales y en el hubo participación femenina. Los nuevos linea- tipo de actores que part i c i p a ron en la política. mientos de la Iglesia Católica pusieron énfasis en la participación activa de las mujere s . De acuerdo a Mercedes Prieto, además del Además de la cuestión social donde la mujer d e b i l i t a miento de la hacienda tradicional, fue el m o d e rna debía distinguirse por su acerc a m i e n- s u rgimiento de ideologías movilizadoras a tra- to al pobre y su participación en obras de cari- vés del Partido Socialista y posteriormente Co- dad, se le exige actuación en la vida política: munista, lo que propició la organización y "aunque a muchos les parezca extraño, la inter- acción campesinas en las haciendas del cantón vención de la mujer para el triunfo de los prin- Olmedo en Cayambe, pertenecientes al Estado cipios de la política cristiana es decisiva", dice y dadas en arrendamiento a part i c u l a re s 9 2. El Pio XII. En este campo se plantea una interv e n- dirigente socialista y luego comunista Ricard o ción obligatoria para todas: votar, interv e n i r, no P a redes junto a los dirigentes quichuas form a ro n ausentarse, "no dejándose ofuscar por quienes los sindicatos Nuestra tierra, Ti e rra Libre, Pan y o f recen vagas y ambiguas promesas, decidién- Ti e rra y posteriormente los sindicatos de las dose por quienes ofrecen verdaderas garantías haciendas Pesillo, La Chimba, Moyurco y San para los derechos de Dios y de la Iglesia... y de Pablo Urco. La re p resión violenta a su org a n i- la defensa de las Instituciones Cristianas sobre zación y pedidos de pagos salariales, de que no todo las que se re f i e ren a la mujer”9 1. trabajen gratuitamente de servicias, provocó la movilización y lucha de los dirigentes indígenas Aun cuando se trata de un tema que está por D o l o res Cacuango (1881-1971)9 3, Jesús Guala- investigarse, es en este marco que se entiende visí, Ambrosio Lazo y posteriormente Tr á n s i t o su actividad política. Fueron defensoras del Amaguaña (1909)9 4. 43 R E / C O N S T R U Y E N D O H I S T O R I A S D E M U J E R E S E C U A T O R I A N A S

En una entrevista realizada a Tránsito Ama- los años 30, integrada por escritores, art i s t a s , guaña en los años 70, se registra que existían l u c h a d o res y luchadoras sociales. algunas líderes campesinas. Una de ellas, Angelita Andrango, era según Tránsito, “hu- María Luisa Gómez de la To rre fue la única milde, seria, sencilla” y a la que, “no entraba mujer que participó en la fundación del Part i d o palabra, pero no dejó de luchar”, otra fue Socialista (1926), pero posteriormente otras Clotilde Tarabate de Moyurco. Tr á n s i t o m u j e res se incorporaron como Vi rginia Lare n a s explica que había tantas dirigentes “porque (1907-1977) maestra del Manuela Cañizares y han de haber sabido pensar, han de haber militante socialista que también actuó en diversas sabido tener pensamiento…han de haber instituciones sociales. También fue una figura sido valientes…no deben haber tenido destacada Laura Almeida (1925-1981), maestra miedo. Más cólera da que miedo”. 95 E s t a s n o rmalista y profesora de la Universidad dirigentes junto a sus compañeros lograro n Central, quien desde su juventud fue dirigente en legalizar en 1944 la primera organización indí- la Federación de Estudiantes del Ecuador FEUE. gena, la Federación Ecuatoriana de Indios, FEI, Ella escribió en los diarios El Día y La Ti e rra y aunque ya venía funcionando desde antes. Años ocupó en varias ocasiones la dirección de la más tarde, al final de la década del 40 y con el Confederación de Tr a b a j a d o res del Ecuador, apoyo de la maestra normalista María Luisa hasta llegar a la presidencia y dirección del par- Gómez de la To rre, Dolores Cacuango junto a tido en la época de la Junta Militar, aunque, inex- su hijo Luis Catucuamba, form a ron las primeras plicablemente, de manera anónima. escuelas indígenas bilingües, las cuales se man- t u v i e ron por 15 años hasta que la Junta Militar Después de la guerra con el Perú y el cerc e- de Gobierno las cerró. n a m i ento de parte del territorio nacional y en medio de la oposición al gobierno de Arro y o En medio de ese proceso de inestabilidad y del Río, se pro d u j e ron grandes moviliza- agitación social (nada menos que 26 cambios de ciones sociales en las que part i c i p a ron gru p o s g o b i e rnos se sucedieron en el país desde l925 de mujeres. En Guayaquil Isabel Herrería de hasta 1950) apare c i e ron y se institucionalizaro n Saad (1910-1991), maestra y activista del par- muchas organizaciones populares como asocia- tido Comunista ayudó, en 1943, a la form a- ciones, comunas, cooperativas, gremios, federa- ción de los Comités Populares de Guayaquil y ciones de pro f e s o res y estudiantes, sindicatos de colaboró en la organización sindical y del I t r a b a j a d o res y se pro d u j e ron movilizaciones Congreso de Trabajadores del Ecuador. En sociales. Este era, además, el clima intelectual esas acciones entabló relación con otras en el que se desarrolló la llamada generación de mujeres –especialmente con Ana More n o – , 44 M O V I M I E N T O D E M U J E R E S : L O S P R E Á M B U L O S

c o n quienes p rotagonizó las movilizaciones tema muy abordado. Sin embargo, y de de l944, sufriendo persecuciones después del acuerdo a Gioconda Herrera96, se puede golpe de Velasco Ibarra en l946. Ana More n o decir que es un movimiento cuyas protago- (1913-1983), junto con Alba Calderón (1908) nistas trabajan al interior de organizaciones y Enrique Gil Gilbert también comunistas, de clase media y de sectores populare s , p e rteneció al grupo “Alere Flama” y a la ONGS y algunas instituciones del Estado “Sociedad de Escritores y Artistas Indepen- que realizan acciones a favor de los derechos dientes”. Trabajó para Alianza Democrática de las mujeres. Durante esta nueva época sur- Ecuatoriana ADE, organizando comités popu- gen propuestas como la construcción de una l a res barriales, sindicatos y grupos campe- nueva subjetividad –que se configura en sinos. También ayudó a organizar el “Socorro torno a la autonomía, la politización de lo Rojo” que ayudaba a los combatientes re p u b l i- privado, la sexualidad y el cuerpo– que se canos de la Guerra Civil Española. suma a reivindicaciones sobre la ampliación de la participación política, la erradicación En Quito la participación de las mujeres en de la violencia contra las mujeres, la igualdad t o rno a “La Gloriosa” también fue destacada. El de género en los espacios sociales y en la que g rupo de Alianza Femenina Ecuatoriana AFE también se produce mayor presencia y visi- f o rmada en l938 por Nela Martínez, Matilde bilidad de mujeres indígenas, jóvenes y Nogales, Vi rginia Larenas, Julia de Reyes, afrodescendientes. María Luisa Gómez de la Torre, Raquel Ve rdesoto de Romo Dávila, tuvo un papel re- Para concluir se debe enfatizar que se trata de levante. Junto a otras dirigentes como Marieta un trabajo historiográfico inicial y que, en C á rdenas (1915) militante comunista y com- esa medida, es abierto y pre l i m i n a r. Sería p rometida con los derechos de los trabajadore s , i m p o rtante llegar a constituir grupos de tra- p a rt i c i p a ron en las luchas callejeras y en los bajo que realicen nuevas búsquedas docu- acontecimientos políticos de esos años. Nela mentales y gráficas, y mantengan una re f l e x- M a rtínez (1912-2004) fue también escritora. ión en torno a la historia de las mujere s . S i n Fundó otras asociaciones como URME, Unión e m b a rgo, esta recuperación no debería Revolucionaria de Mujeres del Ecuador (1962) realizarse de manera aislada, sino inscribirse y trabajó por la solidaridad internacionalista y al interior del proceso histórico en su conjun- los derechos populares y de las mujeres. to, del país, América Latina y la región, a fin de que esas historias, nuestras historias pa- Las movilizaciones y el movimiento de sadas y presentes no sean nuevamente mujeres a partir de los años 70-80 no será un invisibilizadas y dejadas en el olvido. 45

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REBELIONES ANÓNIMAS EN LA COLONIA

n 1780, las mujeres de la ciudad de Baños, que participaron en el levantamiento contra los impuestos, fueron sentenciadas: “a Martina Gomes por la convocatoria que hizo tocando a rebato Ea doscientos azotes, a Juana Sánchez, Andrea Velastiguí, en cien azotes cada una, a Manuel López y BALENTINA BALSECA, a cincuenta azotes; y mando le rapen la cabeza y cejas a la primera para escarm i e n t o … ” Nació la leyenda de las “cabezas rapadas”. 47 R E / C O N S T R U Y E N D O H I S T O R I A S D E M U J E R E S E C U A T O R I A N A S

ARÍA DEL T R Á N S I T O SORROZA, esclava, gracias a sus habilidades como partera en la aMtención de casos difíciles, obtuvo su libertad en l 6 4 6 .

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a Inquisición en Lima ordenó en 1734 que fuera azotada, paseada desnuda sobre el lomo de un asno y flagelada. Se trataba de L , MARÍA BARRETO Y NAVARRETE practicante de curandera. A la sombra del estado colonial, sobrevivía, secreta, la cultura andina.

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Facsimil del folio No.1112 “contra Mariana Díaz sobre el cobro injusto de jornales a sus esclavas”. Guayaquil. Archivo Histórico del Guayas

a esclava MARÍA CHIQUINQUIRÁ DÍAZ, empre n d i ó en 1794 un juicio por su libertad. En la investigación de María LEugenia Chaves, las voces de esclavos y hombres libres, “re v elan una realidad compleja en la cual libres y esclavos, poderosos y subaltern o s construyen estrategias para mantener o construir espacios de poder, de superación o de sobrevivencia”. 50 M O V I M I E N T O D E M U J E R E S : L O S P R E Á M B U L O S

Facsimil del folio “la partera Isabel Porra por su libertad”. Guayaquil 1822 y 1823. Archivo Histórico del Guayas

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Libertad tras los Muros de un Convento

uchas mujeres buscaron en el convento, refugio ante el mundo doméstico y una posibilidad de realización intelectual. MTeresa de Jesús Cepeda (1566-1610), Gertrudis de San Ildefonso ( 1 6 5 2 - 1 7 0 9 ) y Catalina de Jesús Herrera ( 1 7 1 7 - 1 7 9 5 ) escribieron allí sus experiencias místicas. La beata Mercedes de Jesús Molina ( 1 8 2 8 - 1 8 8 3 ) creó el instituto religioso de Santa Marianita de Jesús y fue misionera en la amazonía.

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Facsimil de la portada del libro de Gertrudis de Sn. Ildefonso

a perla mystica escondida en la concha de la humildad de “La Lvenerable Virgen G E RTRUDIS DE SN. I L D E F O N S O ” 54 M O V I M I E N T O D E M U J E R E S : L O S P R E Á M B U L O S

MERCEDES DE JESÚS MOLINA

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SUBLEVACIONES INDÍGENAS

n la Colonia, participaron las mujeres en los levantamientos contra el trabajo forzado y los tributos indígenas. No hay ro s t ro s . EApenas nombres. MANUELA Y BALTA Z A R A C H I U S A , condenadas en Guano en 1776. Echada la suerte, la sentencia a muerte recayó en Baltazara. Su cabeza y manos se exhibieron en Guamote para escarmiento. 57 R E / C O N S T R U Y E N D O H I S T O R I A S D E M U J E R E S E C U A T O R I A N A S

n el levantamiento de 1803, en Guamote, fue ejecutada LORENZA AVEMAÑAY, a quien, hasta un siglo más Etarde, recordarían los indígenas en los cantos de la siega. 58 M O V I M I E N T O D E M U J E R E S : L O S P R E Á M B U L O S

Facsimil de LOS ANDES, Guayaquil, sábado 13 de enero de 1872

l 18 de diciembre de l871 ocurrió la gran sublevación indígena, “el levantamiento de Daquilema”, que se inició en Yaruquíes. EJunto a Daquilema fue ajusticiada una mujer. ¿Se trató acaso de MANUELA LEÓN? Quedó un retrato. 59

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MUJERES EN LA INDEPENDENCIA

“Muy poderoso señor.

(Yo) Doña Manuela Santacruz Y Espejo, hermana y heredera del Doctor Dn. Eugenio Santacruz y Espejo,

ya difunto, y mujer legítima de José Mejía Lequerica,

Declarada por pobre de solemnidad…”

30 de Marzo de 1799

a personalidad de MANUELA ESPEJO, d e s p i e rta conje- t u r a s. Protagonizó la defensa de sus dos hermanos y de las colecciones científicas de José Mejía Lequerica. ¿Es ella la L Primicias de la Cultura autora de la enigmática carta de una mujer en de Quito? 61 R E / C O N S T R U Y E N D O H I S T O R I A S D E M U J E R E S E C U A T O R I A N A S

Antonio Salas. circa 1823

e sentido en el alma la dura necesidad en la que nos hemos “ visto de obrar, con respecto a la señora MANUELA SÁENZ (…) Madame de Stael no era tan perjudicial en ParísH como lo es la Sáenz en Quito, y sin embargo el Gran Napoleón (…) la desterró de Francia; el Arzobispo Virrey de México desterró a la famosa Guera Rodríguez y desde su destierro le hizo una revolución...” Así justificó el exilio de Manuela Sáenz en Paita. 62 M O V I M I E N T O D E M U J E R E S : L O S P R E Á M B U L O S

Antonio Andrade. Posible retrato. Sin fecha

n la casa de MANUELA CAÑIZARES (1775-1814) se reunieron los patriotas la noche anterior al 10 de agosto de E1809. Igual papel jugó en la independencia la guayaquileña Rosa Campuzano (1798- 1858-60). 63

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Facsimil del folio No.90, de diciembre de 1812 (series criminales)

l pelotón de fusilamiento cumplió la orden: R O S A Z Á R AT E debía morir por “traición al Rey”, por actos Einmorales y por participar en la muerte del Conde Ruiz de Castilla. Perdió a su hijo en la masacre de agosto de 1810. Nadie colgó su imagen en la galería de los próceres. 65 R E / C O N S T R U Y E N D O H I S T O R I A S D E M U J E R E S E C U A T O R I A N A S

o m p rometida con la independencia, MANUELA GARAICOA fue Cesposa de Francisco Calderón, patriota fusilado en Guayaquil y madre de Abdón Calderón. Su hija B A LTA Z A R A a c o m p a ñ ó a Vicente Rocafuerte en las luchas de indepen- dencia. En la casa de la familia Garaicoa se reunió “La Fragua de Vulcano”, preámbulo para el 9 de Octubre de l822. 66 M O V I M I E N T O D E M U J E R E S : L O S P R E Á M B U L O S

Facsimil del folio: juicio de Josefa Salvador por el asesinato del general José María Sáenz, 1834

n 1834, JOSEFA SALVADOR demandó justicia por el asesinato de su esposo, Gral. José María Sáenz, hermano de EManuela y miembro del trágico grupo, “El Quiteño Libre”, de opositores a Juan José Flores. 67

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LIBRE PENSADORAS EN UN OSCURO SIGLO XIX

“Por qué queréis que yo sofoque

lo que en mi pensamiento osa vivir?”

e DOLORES VEINTIMILLA DE GALINDO (1829-1857) no ha quedado un retrato. Se le recuerda por su Dpoesía, las “escandalosas” tertulias en su casa de la ciudad de Cuenca; su combate a la pena de muerte; y su suicidio. Frente a sus difamadores, escribió: “Por qué queréis que yo sofoque / lo que en mi pensamiento osa vivir?” 69 R E / C O N S T R U Y E N D O H I S T O R I A S D E M U J E R E S E C U A T O R I A N A S

ARIETTA DE VEINTEMILLA (1858-1907), l i b repensadora, política y escritora, fue militante y defensora del gobierno de su tío Ignacio de Veintemilla, cuando Él eraM aún un líder liberal. Se propuso “levantar el espíritu del bello sexo hacia los ideales del humanismo (…) Trabajar por el fomento de las ideas provechosas al género humano.” 70 M O V I M I E N T O D E M U J E R E S : L O S P R E Á M B U L O S

Facsimil del folio de “Órdenes de Depósito”, 1902

n un oscuro pasado, esposos y padres tuvieron por costumbre “depositar” a esposas e hijas en los conventos durante sus largas Eausencias de la ciudad, para que así guardaran castidad… y silencio. 71

LA MUJER LIBERAL ANUNCIA EL ESTADO LAICO DEL SIGLO XX

ranscurría la última década del siglo XIX, Joaquina, Felicia y Leticia dieron la alarma y la ciudad de Guaranda salió a las calles Tpara detener a las fuerzas conservadoras.

OAQUINA GALARZA, cargaba sobre sus hombros años de lucha liberal, participó en los combates de abril y agosto de J1895, junto a el Gral. Eloy Alfaro y fue nombrada “coronela”. 73 e LETICIA MONTENEGRO DE DURANGO se recuerdan sus arengas desde un balcón de su casa, en Dmedio de ráfagas de fuego brotadas de las filas conservadoras y soportó la cárcel junto a Marieta de Veintemilla. 74 ELICIA SOLANO DE V I Z U E T E en la ciudad de FG u a r a n d a, junto a su tres hijos, enfrentó a los conservadores. 75

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“Ángela Mesa, Anastasia,

Asunción Ramos, Balbina Esther

Ceferina, Otilia Gonzabay, todas lavanderas

pesan sus nombres en la memoria,

fue una matanza todo ese día. TOMASA GARCÉS tiende a sus cuatro hijos sobre las rieles del tren.

Con sus cuerpos, retardan el convoy militar.”

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15 de NOVIEMBRE DE 1922 Las voces ocultas

sa mañana del 15 de noviembre de 1922, el hambre empujó a la gente Ea las calles de la ciudad de Guayaquil… Luego vino la masacre y los cadáveres fueron arrojados por carretas a la ría. Era el comienzo de las luchas populares del siglo XX.

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“ESCRITORAS, POETISAS E INSTITUTORAS”

a revolución liberal y el espíritu laico que llegó con el siglo XX, facilitaron la multiplicación de escritoras, maestras, periodistas. LLos nombres y los rostros, al fin, ingresan a la historia.

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82 M O V I M I E N T O D E M U J E R E S : L O S P R E Á M B U L O S

onstan de derecha a izquierda: María Piedad Castillo, poetisa; Angela P. Carbo de Maldonado, poetisa; Dolores Sucre, poetisa; Carolina F. Cord e ro de Arévalo, poetisa; Adelaida C. Velasco Galdós, escritora; Inés M. Balda, institutora; CristinaC C o rnejo de Espinoza, institutora; Rita Lecumberri, escritora; Débora de Alminate, institutora; Julia B. González, institutora; María Esther Fajardo Paredes, institutora; Lidia M. Gualpa Va rgas, institutora; Irene Pomer, institutora; Rosaura Emelia Galarza H., directora de la revista "La Ondina del Guayas"; Celina María Galarza H., institutora. (Guayaquil 1910) 83

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LAS IMÁGENES DE TODOS LOS DÍAS

“En el camino a Riobamba”, Chimborazo. (circa 1900)

En un rincón de Los Andes, la mujer labra el grano cada mañana. 85 R E / C O N S T R U Y E N D O H I S T O R I A S D E M U J E R E S E C U A T O R I A N A S

“Mercado en la vieja plaza de San Blas”, Quito. (circa 1900)

n Quito, las plazas fueron el espacio cotidiano de la mujer del Epueblo. 86 M O V I M I E N T O D E M U J E R E S : L O S P R E Á M B U L O S

Familia del Valle del Chota, Imbabura. (circa 1890)

esde el fondo de la historia, llegaron al valle del Chota las Dtrabajadoras para los cañaverales. 87

LAS MUJERES EN UNA REPÚBLICA LAICA

as mujeres llegaron al siglo XX desde la sombra . En la colonia, cultivaron secretos espacios de libertad en los conve n t o s ; e j e r c i e r o n , e n los linderos de la sociedad, oficios milenarios; acompañaron, invisibles eLn ocasiones, condenadas públicamente en otra s , los levantamientos indígenas y populares y la revolución liberal.

F i g u ras como Manuela Espejo, estuvieron en los prolegómenos de la independencia. Manuela Sáenz, salió a la luz y pagó con el exilio su audacia.

Con el siglo XX, pasaron a sustentar las bases de una República laica. Alcanzaron el derecho al sufra g i o. Sostuvieron centros educativos y hospitales. Escribieron. Innovaron en el arte.

Visibles al fin.

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Zoila Ugarte de Landívar

a mujer ecuatoriana siguiendo el movimiento universal, sale de su letargo, protesta de su miseria y pide conocimientos “ . .. que la hagan apta para ganarse la vida con independencia”. Así estabLlecía en 1905, ZOILA UGARTE DE LANDÍVAR (1864-1969), la partida de nacimiento del feminismo ecuatoriano. 90 L A S M U J E R E S E N U N A R E P Ú B L I C A L A I C A

Zoila Ugarte (tercera desde la derecha, sentada) asistió a la Escuela de Bellas Artes, que continuó en el 1.900, la tradición plástica del siglo XIX, que tuvo figuras brillantes como Brígida Salas, de la dinastía de los Salas

91 R E / C O N S T R U Y E N D O H I S T O R I A S D E M U J E R E S E C U A T O R I A N A S

Matilde Hidalgo de Procel

enny Estrada, al rescatar la biografía de MATILDE HIDALGO DE PROCEL, (1889-1974) afi r ma que es “Una Mujer To t a l , precursora del feminismo ecuatoriano”, pionera del sufragio y primera Jmujer en graduarse de doctora en medicina. 92 L A S M U J E R E S E N U N A R E P Ú B L I C A L A I C A

El Universo, 5 de mayo de 1924 Matilde Hidalgo de Procel, con el Dr. , profesores y compañeros. Quito. 1920

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Hospital San Vicente, dedicado a las mujeres de escasos recursos. Cuenca. (circa 1915). Izquierda:Juana Miranda (sentada), Junto a su Hija y Nieto. Quito. (circa 1910).

a “Casa de Maternidad” se convirtió en el refugio de las mujeres pobres y necesitadas de atención obstétrica. Funcionó desde 1872. La quiteña JUANA MIRANDA fue una de sus promotoras Ldestacadas. 95 R E / C O N S T R U Y E N D O H I S T O R I A S D E M U J E R E S E C U A T O R I A N A S

Raquel Verdesoto de Romo Dávila. (circa 1935)

e he quitado la venda” escribió RAQUEL V E R D E S O T O DE ROMO DÁVILA (1910-1999). Se dedicó a la enseñanza y la escritura. Noveló la vida de Manuela Sáenz. Militó Men el socialismo en los años cuarenta. 96 L A S M U J E R E S E N U N A R E P Ú B L I C A L A I C A

Grupo de mujeres. (circa 1935)

97 R E / C O N S T R U Y E N D O H I S T O R I A S D E M U J E R E S E C U A T O R I A N A S

LA CRUZ ROJA

Elvira Campi de Yoder

a historia de la Cruz Roja en el Ecuador está vinculada a un nombre: ELVIRA CAMPI DE YODER. Originaria de la elite social, desplegó su labor apoyando diversas instituciones de salud. OL t ras destacadas benefactoras serían Rosa Pérez Pallares y María Augusta Urru t i a . 98 L A S M U J E R E S E N U N A R E P Ú B L I C A L A I C A

La Cruz Roja (Elvira Campi de Yoder al centro). Quito, (circa 1917)

99 ruto de la revolución liberal de 1895, la educación laica fue espacio privilegiado para la militancia social y cultural de la mujer. A la edu- cación está vinculada gran parte de la acción femenina durante la prFimera mitad del siglo XX. MARÍA ANGÉLICA IDROBO (1890-1956) estuvo entre sus más destacadas animadoras y de acuerdo con Raquel Rodas, Maestras que dejaron huellas. María Angélica Idrobo (rodeada de sus alumnas) Quito. (circa 1920)

L A S M U J E R E S E N U N A R E P Ú B L I C A L A I C A

La educación llegó a la mujer rural de la costa con la revolución liberal y de la mano de educadoras como Aurora Estrada y Ayala. Montecristi. (circa 1910. Izquierda: Aurora Estrada y Ayala. (circa 1936)

l hablar de la escritora AURORA ESTRADA Y AYALA, Julio Lamaitre afirma “su prosa es cálida, vibrante, ebria de azar y Afeminidad …” Revista Ecuador. Año 1 Nº 4. 1936 103

L A S M U J E R E S E N U N A R E P Ú B L I C A L A I C A

Las mujeres se convirtieron en el Austro en las pacientes tejedoras de sombreros de paja toquilla para la exportación. Cuenca. (circa 1920) Izquierda: Escuela Fiscal “Tres de Noviembre”. Personal Docente: Julia Montesdeoca, Dolores Torres, Directora Marieta Vásquez y Lucrecia Galarza. Cuenca. 1920

OLORES TORRES (1897-1955), funda en 1918 la escuela “Tres de Noviembre”. Posteriormente abre el primer colegio femenino Den Cuenca. Formó la Liga de Maestros. 105 articipó en el nacimiento de la Orquesta Sinfónica Nacional en los años 50. MARÍA DE LOURDES JARAMILLO estudió violín. PFueron apenas tres las mujeres de su generación en la música. Violín primero en la orquesta y catedrática en el Conservatorio. Orquesta Sinfónica del Conservatorio Nacional de Música. (María de Lourdes Jaramillo, en medio del grupo). Quito. (circa1954). Fotógrafo . Cayambe 1968

ARIA LUISA GÓMEZ DE LA T O R R E , m a e s t r a normalista, instaló en el campo escuelas improvisadas bilingües. Allí se formarían líderes del movimiento indígena en la provincia Mde Pichincha. “… también el niño indio tiene derecho a educarse” repetía Dolores Cacuango. 108 Fotógrafo Rolf Blomberg. Cayambe 1968

iempre cercanas. Dos entrañables figuras del movimiento indígena de la primera mitad del siglo XX: MARÍA LUISA GÓMEZ DE LA TORRE y DOLORES CACUA N G O . J u n t a s Screaron en la década del cuarenta, las primeras escuelas bilingües. 109 OLORES CACUANGO. La mayor de todas. La más incansable. Desde los páramos de Cayambe, se proyectó como la figura símbolo en el período final del latifundismo y el nacimiento Dde los sindicatos y cooperativas indígenas. Fotógrafo Rolf Blomberg. Cayambe 1968 Araceli Gilbert en su estudio, Quito, 1955. Foto: Rolf Blombreg

sta es la primera vez que alguien suficientemente dotado y valiente ha hecho algo abstracto en el Ecuador” afirma Alfredo Pareja Diezcanseco de ARACELI GILBERT ( 1 9 1 4 - 1 9 9 3 ) , r e n ov a d o ra deE nuestra plástica contemporánea… Un abstracto que convoca al s i l e n c i o … “Cada vez me parecen más elocuentes los silencios” declaró A ra c e l i . 112 L A S M U J E R E S E N U N A R E P Ú B L I C A L A I C A

Marina Gozenbach, Marina Moncayo y Carlota Jaramillo. (circa 1935)

a música y el teatro se profesionalizaron, simultáneamente con la llegada de las mujeres al escenario: C A R L O TA JARAMILLO (1904-1987), MARINA MONCAY O (1906), y M A R I N A L , las dos últimas protagonizaron la Compañía Dramática GOZENBACH Nacional, surgida en los años 30. 113 R E / C O N S T R U Y E N D O H I S T O R I A S D E M U J E R E S E C U A T O R I A N A S

Tránsito Amaguaña 1994. Foto: Edgar Naranjo

l destino de TRÁNSITO A M A G UA Ñ A ( Pesillo 1911) está vinculado a los conflictos agra rios en Caya m b e , P i c h i n c h a , en torno a Ela Refo r ma A g r a ri a . Actuó en el movimiento campesino desde 1926. 114 L A S M U J E R E S E N U N A R E P Ú B L I C A L A I C A

Indígenas en un camino de la Sierra durante el levantamiento de 1990

u a n o, C u b i j í e s , C o l t a , C o l u m b e,Pe s i l l o, e s c e n a rios en los que continúan las rebeliones indígenas. En 1945 se funda la Federa c i ó n E c u a t o riana de Indios; desde los años sesenta se inicia la consolidación delG movimiento indígena… hasta el levantamiento de 1990, el primero de carácter nacional. 115 R E / C O N S T R U Y E N D O H I S T O R I A S D E M U J E R E S E C U A T O R I A N A S

Marieta Cárdenas durante una marcha en Quito. (circa 1960). Derecha: Ramiro Jácome, “María Kadifo”, (sin fecha)

ras los ejércitos, con los aperos de comida y vestidos, las “guarichas” acompañaron, infatigables, las campañas militares. Nadie las recuerda. MARIETA CÁRDENAS (1915) militante comunista y activistaT del movimiento obrero, relata que alrededor de 1920 las vio pasar por Cotocollao (afueras de Quito), caminando “ f u e r t e ” y cargando a los niños, niñas, ollas, alimentos. 116

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Izquierda: Isabel Herrería (circa.1940). Derecha: Ana Moreno (circa.1985)

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Isabel Herrería, Ana Moreno, Alba Calderón, en medio de una asamblea de la Sociedad de Carpinteros en Guayaquil. (circa.1940)

urgieron de las élites de la ciudad de Guayaquil. Compañeras de los primeros dirigentes del comunismo ecuatoriano. Confluyó en ellas la voluntad de participar en la política, con libertad de pensamiento y concienciaS social. Fueron (1910-1992), ISABEL HERRERÍA ANA MORENO (1913-1993), Alba Calderón y Nelly Cereceda, entre otras. 119 R E / C O N S T R U Y E N D O H I S T O R I A S D E M U J E R E S E C U A T O R I A N A S

Nela Martínez

a militancia política consagró a NELA MARTÍNEZ ( 1 9 1 2 - 2 0 0 4 ) , como una de sus imágenes embl e m á t i c a s . D i rigente comu n i s t a , v i n c u l a d a al círculo de intelectuales, p a r ticipó en las jornadas del 28 de mayo de 1L944 y en la A s a m blea Constituyente de 1945. E s c ri t o ra y peri o d i s t a . 120 L A S M U J E R E S E N U N A R E P Ú B L I C A L A I C A

Mujeres presas en el Penal García Moreno a las que Nela alfabetizó. Quito. (circa. 1944)

Nela Martínez, en la mesa directiva del III Congreso del Partido Comunista. Guayaquil, 1938 121 R E / C O N S T R U Y E N D O H I S T O R I A S D E M U J E R E S E C U A T O R I A N A S

Laura Almeida en Moscú. 1957

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Trabajadoras en la elaboración artesanal de hilos. Ambato. (circa 1940)

mis fe r vientes votos porque él llegue también a la capital de los trabajadores del mundo guiado por la luminosa estrella roja del “ ... Kremlin que luce sobre mi cabeza en esta foto” escribe Laura Almeida desde Moscú en 1957.

LAURA ALMEIDA (1925-1981), escribió en los diarios El Día y La Tierra. Ocupó la dirección de la Confederación de Trabajadores del Ecuador hasta llegar a la presidencia del partido Socialista. 123 R E / C O N S T R U Y E N D O H I S T O R I A S D E M U J E R E S E C U A T O R I A N A S

“Mujeres por la Democracia” participando en una manifestación por el “No” durante el gobierno de León Febres Cordero. Quito, 1984 Derecha: Magdalena Adoum. (circa 1975-1980)

a fe en la capacidad de la mujer ecuatoriana para renovar la política, acompañó a MAGDALENA ADOUM (1932- 2001) toda su vida. Periodista, creadora de la revista “NUEVA” entre los años Lsetenta y ochenta. Se vinculó a los esfuerzos más importantes de organización femenina de esas décadas. 124

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l sindicalismo católico tendrá una figura destacada en el siglo XX: ISABEL ROBALINO BOLLE, abogada, inspiradora de la Reforma Agraria en tierras de la Iglesia, animadora de la Central E c u a t o riana de Obreros Católicos y de la Federación Nacional de Organizaciones Campesinas y senadora funcional por los trabajadores de la Sierra en la Asamblea Constituyente de 1967. 126 L A S M U J E R E S E N U N A R E P Ú B L I C A L A I C A

Marina Gozenbach, Marina Moncayo y Carlota Jaramillo. (circa 1935)

127 R E / C O N S T R U Y E N D O H I S T O R I A S D E M U J E R E S E C U A T O R I A N A S

Hipatia Cardenas de Bustamante. (circa 1925)

rrumpieron en el coto vedado del periodismo, en los círculos de escritores. H I PATIA CÁRDENAS DE BUSTA M A N T E (1889-1972) defendiendo desde las columnas de los diarios el voto fIemenino. PIEDAD LARREA BORJA (1912- 2000) aguda estudiosa del idioma y la literatura en español, estilista, integrante de la Academia Ecuatoriana de la Lengua. 128 L A S M U J E R E S E N U N A R E P Ú B L I C A L A I C A

Piedad Larrea aparece junto a Benjamín Carrión

129 R E / C O N S T R U Y E N D O H I S T O R I A S D E M U J E R E S E C U A T O R I A N A S

Alba Calderón de Gil. (circa 1935)

esde la conciencia social, ALBA CALDERÓN DE GIL (1908-1991) se sumó a la renovación del arte ecuatoriano de las primeras décadas del siglo XX. Recogió en su obra, con pasión y Dternura, el drama popular. Juntó a su voz plástica, una intensa participación en las jornadas políticas de los años treinta y cuarenta en Guayaquil. 130 L A S M U J E R E S E N U N A R E P Ú B L I C A L A I C A

Alba Calderón de Gil. “Los desocupados”. 1937

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HISTORIAS Q U E L A H I S T O R I A O LV I D A

ste conjunto de historias de vidas, c o n protagonistas que se abrieron un espacio Epúblico, tiene una contrapartida aún oculta: las vidas de todas las mujeres anónimas. Las organizaciones laborales y sociales, en las ciudades y en el campo, que durante el siglo XX defendieron sus derechos. En medio de esa defensa encontramos a ROSA VIVAR en las acciones mineras de Portovelo en 1 9 3 4 , a ZOILA A L B U R Q U E R Q U E en el asedio campesino en los sesenta al mayor latifundio del Litoral:Tenguel. Queda, entonces, una historia por re/construir.

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

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4 Certificado de Carriedo y Lalama, Quisa- 1 2 Michael Handelsman, Amazonas y art i s t a s : pincha 15011780 (ANQ, FC Suprema Autos un estudio de la prosa de la mujer ecuatori- s o b re el alzamiento de Quisapincha, 1780; ana, tomo I, Guayaquil: CCE. Núcleo f31v-32v), Cit. Segundo Moreno, Subleva- Guayas, 1978, p. 34. ciones…p. 237. 1 3 5 Christiana Borchart de Moreno, “La imbe- Ibidem, p. 239. cilidad y el coraje. La participación femeni-

6 na en la economía colonial (Quito, 1780- Ibidem, p. 255. 1830) en Gioconda Herrera (Comp.),

135 R E / C O N S T R U Y E N D O H I S T O R I A S D E M U J E R E S E C U A T O R I A N A S

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136 2 8 Jenny Estrada, Mujeres de Guayaquil... 3 5 H e rnán Ibarra, “Nos encontramos amena- p . 3 8 - 4 3 . zados por todita la indiada”.El levantamiento de Daquilema.(Chimborazo, l981), Cedis, 2 9 Las re f e ren cias que siguen son tomadas de Quito, 1993. Ana M.Goetschel, “Estudio intro d u c t o r i o ” , en Orígenes del feminismo en el Ecuador. 3 6 Al f redo Costales, “Fernando Daquilema”, Antología, Conamu-Flacso-Municipio de Llacta, Año 1, No. 2, Quito, 1956, p. 114. Quito, Quito, 2006. pp.17-19 y Ana M. Cit Hernán Ibarra, “Nos Encontramos...” Goetschel “La posibilidad del imaginario” en ob.cit, .p. 25. M u j e res e imaginarios, Abya Yala, 1999, p . 1 3 - 1 4 . 3 7 Lucía Chiriboga, Silvana Caparrini, El re- trato iluminado, fotografía y república en el 3 0 D o l o res Veintemilla de Galindo, Pro d u c c i o- siglo XIX, Museo de la Ciudad- FONSAL- nes Literarias, Casa Editorial de Proaño y Taller Visual, Quito, 2005, p. 107. Delgado, Quito, 1908, p.21. (edición pre p a- rada por Celiano Monge). 3 8 Enrique Ayala, Historia de la Revolución Liberal Ecuatoriana, CEN, Quito, 1994, 3 1 Michael Handelsman, Amazonas y art i s t a s … , p. 78. p. 37. 3 9 Eugenio de Janon Alcívar, El viejo luchador. Su 3 2 Alexandra Astudillo Figueroa, “La configu- vida heroica y su magna obra, T.I, s.ed. Quito, ración del sujeto femenino en los textos de 1948, p. 178. D o l o res Veintimilla de Galindo”, ponencia al III Encuentro de la Sección de Estudios 4 0 Abraham Erazo, La provincia de Bolívar en Ecuatorianos de LASA, Quito, junio 2006. l934, cit. Eugenio de Janón, El viejo lu- c h a d o r... p. 179. 3 3 Gloria da Cunha-Giabbai, Marietta. El pen- samiento de Marietta de Veintemilla, BCE, 4 1 M a rco Antonio La Mota, Biografías míni- Quito, 1998. mas, El Telégrafo, 6 de diciembre de l941, p. 4, cit. Eugenio de Janón, El viejo lu- 3 4 Enrique Garcés, Marietta de Ve i n t e m i l l a , c h a d o r... p. 184. CCE, Quito, l949, cit. Michael Handelsman, Amazonas y artistas….ob.cit. p. 39. 4 2E n t revista a Marieta Cárdenas. Quito, 2003.

137 R E / C O N S T R U Y E N D O H I S T O R I A S D E M U J E R E S E C U A T O R I A N A S

4 3 Lucía Moscoso, De cisnes dolientes a mujere s 5 0 U g a rte de Landívar, Zoila, “Nuestro Ideal”, ilustradas. Imágenes de mujeres a través de la Revista La Mujer No. 1, abril de l905. literatura, Abya Yala, Quito, 1999, p. 17-22. 5 1 Zoila C. Rendón, La Mujer en el Hogar y 4 4 Guayaquil Artístico No. 334, Año II, TII, la Sociedad, Talleres Tipográficos Nacio- Guayaquil, Diciembre de 1901, cit. Ana M. nales, Quito, 1923; La mujer en los diver- Goetschel, Orígenes del Feminismo… p.40. sos Organismos Humanos, Imprenta Na- cional, Quito, 1948. 4 5 A l e j a n d ro Guerra Cáceres, Diccionario Bio- gráfico de la Mujer Ecuatoriana, CCE, 5 2 Michael Handelsman, Amazonas…Tomo II, G u a yaquil, 1998, p.50-54. p.7- 11

4 6 Al respecto ver en Ana M.Goetschel, 5 3h t t p : / / w w w. a rc h i v o b l o m b e rg . o rg “Biografía A n d rea Pequeño, Mercedes Prieto, Gio- de Araceli Gilbert ” . conda Herrera, De memorias, Imágenes públicas de las mujeres ecuatorianas de 5 4 APL, Mensajes e Informes al Congreso de comienzos y fines del siglo XX, Flacso- 1907, Exposición del Ministro de Ins- Fonsal, Quito, 2007, p. 13-20. t rucción Pública, Ta l l e res Ti p o g r á f i c o s Nacionales, 1907. 4 7 Michael Handelsman, Amazonas y art i s t a s … , p . 5 1 . 5 5 R e g i s t ro Oficial Año 1, No. 2, Guayaquil, julio de l895, cit. Jenny Estrada, Mujeres de 4 8 F l o ren cia Campana, Las revistas escritas por Guayaquil…p. 321. m u j e res: espacios donde se procesó el sujeto feminista, 1905-1937. Tesis de Maestría 5 6 Al respecto ver Mariana Landázuri, Juana Área de Letras, Universidad Andina Simón Miranda. Fundadora de la Maternidad de Bolívar, 1996. Quito, Banco Central, Quito, 2004.

4 9 Zoila Ugarte de Landívar, “Aspiraciones”, La 57 Jenny Estrada, Matilde Hidalgo de Prócel. Mujer No. 4, Quito, julio 1905. Cit. en Ana Una mujer total, Ed. Santillana, Quito, 2004. M. Goetschel, Andrea Pequeño, Merc e d e s Prieto, Gioconda Herrera, De memorias… 5 8 Ana María Goetschel, Educación de las mu- p. 13. j e re s … o b . c i t .

138 5 9 Con respecto a las maestras ver Raquel 6 8 Jaime Durán Barba, en Pensamiento Rodas, Maestras que dejaron huellas. Popular Ecuatoriano, BCE, Quito, 1981, p. A p roximaciones biográficas, Gema, Quito, 254. Esta y las referencias siguientes son 2000, p.11, 26, 47, 65. tomadas de Ana M.Goetschel, Orígenes… p. 35. 6 0 La Polvora No. 78, Año II, Quito, 1 de abril de 1934, cit. Ana M.Goetschel, Orígenes…p.48. 6 9 El Comercio, noviembre 17 de l922, cit. Pa- tricio Icaza, Historia del movimiento obre ro 6 1 I d robo, Ta rquino, María Angélica Idro b o . . . ecuatoriano, CCE, Quito, 1983, p. 103. ob. cit. p. 70. 7 0 El Expreso, mayo 1 de 1976, cit Patricio 6 2 Angélica Carrillo, “Hacia una nueva Educa- Icaza, Historia…p.103. ción Secundaria Femenina en el Ecuador”, ponencia al Primer Congreso de Enseñanza 7 1 Patricio Icaza, Historia del movimiento obre- Secundaria realizado en Guayaquil en ro ecuatoriano, CCE, Quito, 1983, p. 95. 1941, cit. Raquel Rodas, Maestras… p.67. 7 2 Hoja volante, “La lucha ha comenzado”. El 6 3 Testimonio del ministro de Educación Comité Regional del Partido Comunista (1963) y funcionario de la UNESCO Gon- Ecuatoriano, Imprenta La Chispa, Quito, zalo Abad Grijalva, Quito, enero 2003. m a rzo 15 de 1934, cit. Patricio Icaza, Histo- ria… p.156. 64 Raquel Rodas, Maestras… p. 120 7 3 Pablo Art u ro Suárez, Contribución al estu- 6 5 Al respecto ver Ana María Goetschel, Imá- dio de las realidades entre las clases obreras y genes de mujeres. amas de casa, musas y ocu- campesinas, Imprenta de la Universidad paciones modernas. Museo de la Ciudad, Central, Quito, 1934, cit. Patricio Icaza, Quito, 2002, p.32. Historia… p.155.

6 6 E d u a rdo Kingman Garcés, La caridad y 7 4 Alva Chávez de Alvarado. La lucha de cla- beneficencia en Quito. No publicado ses: fuente del derecho laboral ecuatoriano, I m p renta de la Universidad de Guayaquil, 6 7 Rafael Quintero y Erika Silva, Ecuador: una 1981, p.58-59, cit. Patricio Icaza, His- nación en ciernes, Flaco-Abya Yala, Quito, toria…p. 156. 1991, p. 321. 139 R E / C O N S T R U Y E N D O H I S T O R I A S D E M U J E R E S E C U A T O R I A N A S

7 5 P a redes, Ricardo, Oro y Sangre en Port o- 8 5 Rosa Borja de Icaza, “Temas sobre Femi- velo, Ed. La Ti e rra, Quito, 2006, p. 104 y ss. nismo”, Hacia la vida, Biblioteca Municipal de Guayaquil, 1936, p. 87. 7 6 “S.S.Pío XII pide a las mujeres del mundo que sean el baluarte de la familia, El 8 6 Hipatia Cárdenas de Bustamante, “El voto Comercio, 22-X-1945. femenino y la suficiencia de los hombres, en O ro, Azul, Grana, Quito, Editorial Art e s 7 7 M e rcedes Prieto y Ana María Goetschel, El Gráficas, 1944. p. 34. sufragio femenino en el Ecuador 1884-1940. Texto inédito 8 7 María Esther Martínez Macías, “La Mujer y el Sufragio, Nuevos Horizontes No. 6, 7 8 Jenny Estrada, Matilde Hidalgo… ob.cit. Guayaquil, marzo de l934, p. 28.

7 9 La Mujer Ecuatoriana No. 14 y 15, Guaya- 8 8 María Esther Martínez Macías, “El pro- quil, enero y febre ro de 1920. blema feminista en el Ecuador” Nuevos Horizontes No. 2, Guayaquil, noviembre 8 0Ana M. Goetschel, Orígenes del feminis- de 1933, p. 7. mo… p. 20-30. 89S u á rez, Pablo Art u ro, Contribución al estudio 8 1 Rafael Quintero, El mito del populismo en de las realidades entre las clases obreras y el Ecuador, Flacso, Quito, 1980. campesinas, Tip. L.I. Fernández, Quito 1934. Los trabajos de este autor y de los higienistas 8 2 Adelaida Velasco Galdos, ¿“Feminismo?”, El d e s c r i b i e ron la pobreza que atravesaban todos Hogar Cristiano No.81, Guayaquil, julio de los sectores sociales, y fundamentalmente las l914, cit. Ana M. Goetschel, Orígenes del capas populares. En esos años el promedio del Feminismo… p.81 y 23. ciclo vital era de 33 años; el índice de mort a l- idad infantil alcanzaba al 50% de los niños 8 3 Zoila G Rendón, Condición social y polí- nacidos vivos y de aquellos que sobre v i v í a n , tica de la mujer a la luz de la historia de la sólo el 25% llegaba a los siete años. civilización humana, Imprenta Nacional, Quito, 1925. 9 0 Ti n a j e ro, Fernando, “Una cultura de la violencia. Cultura, arte e ideología (1925- 8 4 María Angélica Idrobo, Conferencia 1960) en Nueva Historia del Ecuador, Vo l .

140 10, Ayala, Enrique, (Ed), CEN, Quito, 1990, Colección Biografías Ecuatorianas, Quito, p.187-210: 192. 2 0 0 6 .

9 1 "Discurso del Papa Pío XII en el Congre s o 9 4 Cecilia Miño Grijalva, Tránsito Amaguaña. I n t e rnacional de las Ligas Católicas Feme- H e roína india, Banco Central del Ecuador, ninas, el 11 de septiembre de l947" En Pío Colección Biografías Ecuatorianas, Quito, XII y la Mujer Católica Ecuatoriana. 2 0 0 6 .

9 2 M e rcedes Prieto, Condicionamientos de la 9 5 E n t revista realizada por Mercedes Prieto a movilización campesina; el caso de las Tránsito Amaguaña en 1977. haciendas Olmedo/Ecuador (1926-148), Tesis de Licenciatura en Antro p o l o g í a , 9 6 Gioconda Herrera, Sujetos y prácticas fe- Universidad Católica, l978. ministas en el Ecuador: 1980-2005, Flacso- Conamu, (en prensa). 9 3 Raquel Rodas, Dolores Cacuango. Gran líder del pueblo indio, Banco Central del Ecuador,

141 Este libro se terminó de imprimir en diciembre de 2009 realizado por Trama Ediciones www.libroecuador.com www.trama.ec