Estudio Sobre La Catarsis Social
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Estudio Sobre la Catarsis Social Por Paul MEADOWS, de la Uni versidad de Nebraska. Colaboración especial para la Revista Mexicana de Sociología. Trad. de Angela M üller M ontiel. I Terror, Salente y Catarsis URANTE el climax del reinado del Terror en Francia, en 1794, Ro .D bespierre, su principal protagonista, dijo a Robert Lindet: "Esta mos descubriendo a Salente." 1 Desde la emancipación individualista de los Estados Generales en 1789, a través de las Asambleas Constituyente y Legislativa, hasta la Convención Nacional dictatorial, Francia, trazó una espiral ascendente de cambio colectivo, guerra, ejecución y Reinado del Terror. Sobre él, Robespierre y sus diputados montagnards arrojaron una máscara de san tidad, llamándolo "República de la Virtud", que abarcó todos los aspec tos de la vida francesa. Los libros infantiles, el vocabulario popular, los nombres de los día y de las estaciones, el teatro, los espectáculos públicos, la música, el arte así como el comercio, la industria y los ejércitos fran ceses, entraron al servicio en favor del culto a la revolución, en pro de una religión de "salvación social mediante la República de la Virtud". En esa época, Salente ya no parecía una utopía sino una realidad. 1 Citado por L. Madelin, The Revolutionaries, 1789-1799 (Londres: Arrow smith, 1930), p. 216. Salente fué una ciudad antigua de gente virtuosa descrita por Fenelón en Telémaco. 198 Revista 11,1 exicana de Sociología Pero nunca se encontró a Salente. En lugar de eso, siguió un período de moderación, de intentos de estabilización, de supresión de los intensos y extensos cambios sociales. La protesta revolucionaria -la reacción nacional agresiva a las frustraciones y ansiedades-, fué sucedida por la catarsis, por la reacción de aceptación y acomodamiento. Los cinco años que siguieron, Francia los pasó viajando a través del camino menos dra mático de la recuperación y en busca de estructuras de estabilidad. ¿ Qué factores podemos decir que obraron en esta rápida y pro funda transformación de la vida francesa? Pueden mencionarse diversas posibilidades. La catarsis se deriva de la desaparición del sentido de frus tración. La eliminación de este último puede deberse a las siguientes cau sas: 1) la canalización de las frustraciones iniciales de la gran revolu ción por medio de la agresión desplazada o redirigida; o 2) la aparición de nuevos objetivos; o 3) la aparición de una nueva orientación forma tiva. Cualquiera de estas causas o una combinación de ellas, puede haber actuado en la situación francesa de 1794. Este es un breve estudio de la forma en que una nación entera llegó a un sentimiento de catarsis después de uno de los más intensos conflic tos emocionales y sociales que haya experimentado una nación moderna. Haremos un esfuerzo para determinar las razones y ia naturaleza de esta fase final de la Revolución de 1789 y para analizar: 1) los fenómenos que rodearon la aparición de la catarsis, 2) los métodos del nuevo orden de vida en Francia, y 3) las pruebas y naturaleza de las continuas protes tas, tanto de la izquierda como de la derecha durante los años de 1794 a 1799. lI La Aparición de la Catarsis En los quince meses que siguieron a la caída de Robespierre, el curso de la Revolución entró en el período conocido como la "reacción Termi doriana". El nombre se deriva del golpe del 9 Termidor, afio II (julio 27 de 1794) cuando una coalición formada por la mayoría moderada de ia Convención Nacional, ("la Llanura"), los Dantonistas supervivientes y Estudio Sobre ... 199 un pequeño grupo de Terroristas venales, derribó a la dictadura parla mentaria ejercida por Robespierre a través de la convención. 2 ¿ Qué había detrás del rápido cambio de la Revolución? De acuerdo con Mathiez, podría pensarse en un golpe de los burgueses en contra de la inminente revuelta proletaria. 3 Los historiadores marxistas han. desarrollado esta línea de pensa miento con algunos aditamentos ideológicos. 4 Sin embargo, Thompson, describe el golpe como la r-eacción del profundo realismo del pueblo fran cés. 5 Curtis subraya tres condiciones : 1) un disgusto general y creciente frente al Terror, que resultaba ya inútil, gracias a los éxitos militares; 2) -el disgusto que sentían los burgueses por los descamisados; y 3) el descontento de la clase trabajadora hacia el control de los salarios. 6 Gers hoy, Gottschalk, Madelin, entre otros, han hecho análisis semejantes. 7 En general, paree-e que hay una tendencia a subrayar las circunstancias cam bientes la cual hace que resulte completamente vana la elaborada estruc turación de la protesta Montagnard. 8 Barere hace hincapié en el papel desempeñado por las circunstancias: "Las victorias arrastraron a Robespierre hacia abajo." 9 El hecho de que los propios partidarios de Robespierre vieran venir este cambio en la situación nacional, aunque demasiado tarde, queda sugerido por el famoso informe que Sain-Just había preparado para entregarlo el 9 Termidor en el que indi- 2 Sobre esta fase de ia Revolución véase a Mathiez, A/ter Robespierre: The Thermidorian Reaction (Nueva York: A. A. Knopf, 1931). 3 Mathiez, ibid., pp. 3-5. 4 Por ejemplo, véase M. Bouchemakine, "Le Neuf Thermidor dans la nou velle litterature historique", Annales historiques de la Revolution francaise, vu (1930), pp. 401-410. 5 J. M. Thompson, Robespierre (Nueva York: D. Appleton-Century, 1936). 6 E. N. Curtis, Saint-Jusi, Colleague of Robespierre, (Nueva York: Im prenta de la Universidad de Columbia, ( 1935), p. 272. 7 L. Gershoy, The French Revolution, 1789-1792 (Nueva York: Henry Holt, 1932), pp. 289-297; L. R. Gottschalk, The Era of the French Revolution (Boston: Houghton, Mifflin, 1929), pp. 265-268; Madelin, op. cit., pp. 257 y ss. 8 Para una exposición standard aunque antigua de esta tesis, véase F. A. Aulard, The French Revolution, A Political History (Londres: T. Fisher Unwin, 1910), volumen m, pp. 203-205. 9 Citado por Madelin, ibid., p, 259. 200 Revista Mexicana de Sociología caba que iba a pedir la dispersión de los poderes autocráticos que las necesi dades de la guerra habían concentrado. 10 Pero sería un serio error, dice Mathiez, "pensar que [los termidoristas] tuvieran un propósito establecido o premeditado". 11 Precisamente, esta no table falta de plan fué una fuente de poder para los termidoristas. 12 Como resultado, destrozaron los fundamentos legales de la comunidad jacobina de facto, en tanto que se entregaban a las actitudes y al emocionalismo pro pios de la emancipación. 13 ¡ Los que estaban a punto de morir, celebraban! La política dantoniana de indulgencia parece caracterizar a la Convención Termidoriana; amnistía hacia los oponentes políticos, retorno de los girondinos supervivientes; in tento de pacificación en La Vendée, restauración de la libertad religiosa, proscripción de los antiguos miembros de la ahora impopular Izquierda, re partición del poder entre los dos grandes Comités Públicos, prohibición de las sociedades populares, normalización del Tribunal Revolucionario y re admisión de los agentes nacionales. Estos son pues, los fenómenos que indi can la existencia de una catarsis en la vida de la Francia revolucionaria. Esta "revolución-seraglio" de representantes comprometidos en su mi sión, de terroristas arrepentidos y de un centro rebelde se encontraba en franca comunidad, consciente o no, con las profundas corrientes de pensa miento y sentimiento que dominaban en un pueblo que quería tranquilidad y recuperación, ahora que aún la guerra extranjera se había convertido en un éxito, ahora que la amenaza y la contramenaza de un régimen absolutista habían sido aplastadas, y ahora que la principal tarea de todos los revolu cionarios de cualquier filiación política era la salvación de la Revolución. 10 Véase G. Brunn, Saint-Just, Apostle of Terror (Boston: Houghton, Mifflin, 1932), p. 151. 11 Mathiez, After Robespierre, op. cit., p. 22. 12 Mallet du Pan, observador realista escribió el 18 de febrero de 1795: "La Convención ha caído en una dependencia completa en relación con la opinión pú blica. y procede a aprovecharla, aunque es incapaz de resistir sus progresos." Citado por Mathiez, ibid., p. 103. 13 Esta notable explosión de las emociones refrenadas se encuentra en el centro de fenómenos sociales tan interesantes como el de la Juventud Dorada, los Muscadins, los Maravillosos, los Increíbles. El motivo se encuentra en todo el perío• do, desde 1794 hasta 1799. Véase M. Minnegerode, The Magnificent Comedy (Nue va York: Parrar y Rinehart, 1931); Mathiez, After Robespierre, pp. 46-67; E. y J. Goncaurt, Ilistoire de la Societé Francaise pendant le Directoire (París: Char pentier, 1899). Estudio Sobre . .. 201 III La Estructuración de la Estabilidad La estabilización no era algo sencillo en la Francia termidoriana. Ex ternamente, los asuntos llevaban muy buen rumbo. Las victorias militares de Turcoing y de Fleurs, la conquista de Bélgica y Holanda, los tratados de Toscana, Prusia y España, éstos eran los frutos que había dado en el extranjero la organización para la victoria. Pero, en casa, las perspectivas eran menos felices. Los artesanos y la reorganización de la industria, los trabajadores y el abaratamiento del pan, los campesinos y la seguridad de la tierra, los políticos y la conservación de los puestos, las "panzas va cías" y las "panzas podridas", el despertar del realismo, los regicidios y el temor a los regicidios, los jacobinos enriquecidos, contra los jacobinos revolucionarios, los generales ambiciosos, "la Patriciada" como los llamó La Révelliere; en casa, esta melée de intereses mantenía a los republicanos termidorianos constantemente en medio de las aguas turbulentas del desor den social. La Chuanería en Bretaña y N ormandía, los emigrados en Qui beron, lo mismo que la anarquía en el Faubourg Saint-Antoine, estos eran los inciertos fundamentos sobre los cuales los termidorianos levantaron la estructura de un nuevo régimen constitucional. "Debemos ser gobernados por los mejores elementos entre nosotros", aconsejaba Boissy d'Anglais.