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LA DECETINA

ANTONIO BELTRAN MARTINEZ

En la llamada «contradanza» de lío-palacio. robusta mole que pre­ Cetina (1) confluyen diversos ele­ gona la situación fronteriza de los te­ mentos que afectan en su compleji­ rrenos que defendía, dotada de airosa dad incluso al propio nombre de esta capilla con yeserías de tipo mudéjar, manifestación popular puesto que, en y en la iglesia parroquial de sillería realidad, muy poco tiene que ver el obra del siglo XVI. Consagrada a San citado baile con los de salón que re­ Juan Bautista y en las ermitas dedi­ ciben este nombre, alejándose tam­ cadas a Santa Quiteria, a la Virgen de bién del dance característico arago­ Atocha y a San Juan Lorenzo (2), nés, salvo en sus motivaciones y de muy relacionadas con algunas figu­ cualquier otra manifestación lúdica ras y cuadros de la contradanza y propia de las tierras del Ebro medio. fruto de la política de proliferación de El hibridismoque puede apreciarse en edificios religiosos en el siglo XVII y de su composición y desarrollo podría las reestructuraciones del XVIII. originarse en la misma situación de Carecen de fundamento las fanta­ Cetina, pueblo de vida agrícola, a sías sobre emplazamiento de la Cel­ 686 m sobre el nivel del mar, de algo tima celtibérica y la Certima romana menos de mil habitantes (la mitad de y. como veremos , el que tales pre­ los que tenía en 1950), que se le­ cedentes se asignen a los orígenes vanta a la orilla derecha del Jalón en de la «contradanza». No podemos, no las tierras zaragozanas enclavadas obstante , excluir que la contradanza en un saliente entre las de Guadala­ y el dance que se conservan en Cen­ jara y Soria, antes en el partido judi­ tina, se funden en viejas con­ cial de Ateca y hoy en el de Calata­ taminadas con el teatro popular con yudo bailes del siglo XVI y con las acomo­ Su estratégica situación le ha he­ daciones de los bailes dieciochescos cho protagonista de una dilatada y de salón , siempre con la peculiar trabajosa historia aparte de las le­ simplificación, intemporalidad y ano­ yendas con que se cubren los tiem­ nimato que el pueblo confiere a sus pos anteriores a los medievales. Con creaciones o adaptaciones. altemativas diversas fue objeto de las Dance y contradanza se dedican a pugnas de la Reconquista; figura en­ San Juan Lorenzo, patrono de la villa tre las conquistas del Cid y es nom­ y nacido en ella, según la trad ición, brada en su Cantar de gesta y forma hacia 1360; se dedicó a la vida ere­ parte de las posesiones reales ara­ mítica con San Ginés de la Jara, en gonesas desde el siglo XII, permu­ Cartagena, y luego como francis­ tada por Alfonso I en 1182 contra cano en el convento de Monzón y en bienes de los hospitalarios, aunque otros hasta que, movido por el mar- en el siglo XIII ya figuraba como plaza fuerte fronteriza de la Corona, cons­ truyéndose el castillo seguramente en tiempo de Pedro 111 que fue ocupado bajo Jaime 11 y Alfonso IV por Gon­ zález Ibáñez de Moros. Los castella­ nos ocuparon la plaza en la guerra de los Pedros y en 1395 fue vendido el castillo por Juan I a Juan Fernández de Heredia, retomando a la corona de nuevo y otra vez enajenado por Martín I a Gonzalo de Liñán. Su his­ toria, por consiguiente, se desarrolla a través de la Comunidad de Calata­ yud primero y después, a partir de la XV' centuria, como patrimonio de ' poderosas familias nobiliarias tales como los Liñán de Calatayud. De tal prepotencia política quedan Diablo y dos danzantes formando el «arco. de enme dio en la muestras arqueológicas en el casti- mudanza de «los areos• . 43 tirio sufrido en Jerusalén por cuatro borcillo que citaba el texto de Este­ miembros de su orden, decidió viajar banillo González y que fueron, con la a Palestina para lo que marchó a gaita de fuelle, habituales en los re­ Roma y lo solicitó del papa gocijos y, desde luego, en el dance de Bonifacio IX, quien le negó el per­ todo Aragón. Las mudanzas conser­ miso que le concedió, en cambio, vadas son un pasacalles bailado con para pasar al reino de Granada, con castañuelas dentro de los bailes pro­ Pedro Dueñas como compañero; go­ cesionales frecuentes en todo Ara­ bernaba la ciudad como rey un in­ gón (Apiés, Alagón, Calamocha y su ventado Mahomat Abenbalba, quien comarca, etc.), paloteados diversos, los apresó y sometió a martirio man­ rueda de espadas y otra más mo­ dando que fueran decapitados en la derna que se ejecuta a ritmo de vals. mismísima Alhambra,en 1397, siendo Los danzantes bailan en la procesión los cuerpos arrastrados por las ca­ dando la espalda al santo, como en lles de la ciudad y luego recogidos el desfile de Sariñena a compás de piadosamente por unos mercaderes una música de «matachines». Des­ catalanes que los llevaron consigo a pués recitan en la puerta de la iglesia Vich. Fue San Juan Lorenzo beatifi­ «dichos» de alabanza al patrono y cado, aunque se le llame santo (3). Su otros críticos o jocosos. Se transmi­ fiesta se celebra los días 18 y 19 de ten por tradición oral, algunos se mayo con dos manifestaciones, en lo conservan en el ayuntamiento y otros que interesa a música y baile, difícil­ publicamos en nuestro artículo de mente relacionables entre si, un 1977. «dance» y «la contradanza». Es de gran interés el que los niños El dance es de los más antiguos de que participan en el dance sean ofre­ Aragón y, desde luego, el más viejo, cidos por sus padres, a tal fin, segu­ que sepamos , del sur del Ebro, ramente como persistencia de un rito puesto que hay noticias de su inter­ de participación por acción de gra­ pretación desde el siglo XVI. En su cias. desarrollo actual se representa por La contradanza solamente tiene de ocho niños de diez a doce años de común con el dance reseñado su de­ edad, vestidos con un traje com­ dicatoria a San Juan Lorenzo y la ce­ puesto por blusa y falda de batista lebración en la noche y madrugadade bordada con pasacintas en ambas los días de su fiesta. La representa­ prendas; las cintas son de color azul ción comienza a las once de la no­ y rosa en la víspera y de color rojo el che, dura cerca de dos horas y se dia de la fiesta; llevan además una especie de peto o banda muy ancha que term ina en la espalda con un lazo. Calzan medias y alpargatas, bordadas éstas con el color que co­ rresponde a cada uno de los dos días y pañuelo coronario a la cabeza. In­ novaciones aparte estamos ante las ropas de origen litúrgico como las que portan los danzantes de Alloza (Te­ ruel) o los «volantes» de Sariñena y Sena (Huesca) o las faldetas de los dances del somontano del Moncayo, por citar ejemplos de las tres provin­ cias aragonesas. Los personajes del dance son el mayoral, el zagal, uno fantást ico lla­ mado «Tragaldabas», el rey cristiano, embajadores y soldados y el rey moro con su corte . Mayoral y rabadán lle­ van camisa blanca, calzón corto y montera de piel; el primero repica una gran castañuela de madera con am­ bas manos y el zagal se ayuda de un pesado garrote. El Tragaldabas está en la línea de personajes como Cha­ marluco o Cipotegato y tal vez con las máscaras -fustigadoras incluidas artificiosamente en el dance. La música interpretada con clari­ nete y , es muy sencilla y su notac ión se conserva en el archivo municipal. Los instrumentos han sus­ Danzantes y diablo que ya baja después de haber formado tituido, sin duda, a la gaita y el tam- la mudanza de «el dios de las aguas». 44 haya existido o, en cualquier caso, ha desaparecido sin dejar memoria, re­ sultando demasiado simple afirmar que se trata de un simple remedo de las de salón con intro­ ducción por el pueblo de viejos ele­ mentos ancestrales en los pasos y fi­ guras del baile dieciochesco. Los cuadros imitan formas plásticas co­ nocidas de las que reciben el nombre desde el «bandeo» de las campanas, en el que alguno de los danzantes se balancea como si fuera campana o badajo, San Miguel, venciendo al de­ monio, el «dios de las aguas» repro­ duciendo la famosa fuente de Nep­ tuno que estuvo en la plaza de España de Zaragoza, etcétera. Tenemos escasas referencias a la música, ejecutado como la del dance, recogida en discos y grabaciones musicales diversas; Angel Min­ gote (4) se limita a explicar: «La mú­ sica con que actualmente se en Cetina es de poco o ningún inte­ rés y que de fijo han debido desapa­ recer aires del dance antiquísimos y de interés». Ninguna consistencia tie­ nen las referencias a la música in­ doeuropea o a danzas celtibéri­ cas (5) asícomo las referencias a una El diablo baja después de haber formado «La Purísima». supuesta Cetina celtibérica, no im­ posible, añade que se adoraba en ella baila por ocho hombres dirigidos por a la luna con danzas gimnásticas y otro llamado popularmente «diablo» carnavalescas, acompañadas de (seguramente por contaminación del flautas y alumbradas con hachones dance y por el color de las vestidu­ de mieses embaradas, formando ras), cubriendo aquéllos su cara con cuadros guerreros, sobre todo , cas­ caretas y sin ella el director que tizna tillos. La danza de carácter guerrero la suya con bigotes, patillas y perilla. terminaría con la muerte del jefe que Los trajes, blancos con adornos ne­ da las órdenes, es decir, del diablo, gros o bien negros adornados de quien moría entre gritos y lloros «rei­ blanco, podrían fingir esquemas de dores» (como dice Ibáñez) siendo esqueletos, aunque esto sea más que después su cuerpo paseado por todo discutible; el «diablo» viste de rojo. El el pueblo en una especie de grotesca carácter de baile nocturno exige, en manifestación o entierro, añadiendo primer lugar, la claridad de la noche el autor que citamos que el diablo era que ha de ser de plenilunio, segura­ verdaderamente un animal, a quien se mente origen remoto de la celebra­ sacrificaba como en un rito propicia­ ción como uno de los ritos habitua­ torio. Nada sabemos o muy poco de les, y que los participantes se músicas celtibéricas o indoeuropeas alumbren con antorchas que antes aunque conozcamos representacio­ fabricaban ellos mismos con papeles nes de músicos o instrumentos desde encerados y enrollados. el Paleolítico y aunque alguno de los Aunque se habla de mudanzas elementos de la contradanza pueda realmente se trata de una formación tener raíces muy antiguas, lo que de «cuadros» o «torres», una trein­ verdaderamente conocemos no re­ tena de ellos, muy de acuerdo con la basa el siglo XVIII. moda de cuadros plásticos de los Analizando los datos objetivos siglos XVII Y XVI II que aún duraba en conservados sobre la contradanza espectáculo de principios de siglo con podrían extraerse las siguientes con­ remedo de los grupos escultóricos de clusiones seguras, con añadidura de la antigüedad. El «diablo»ordena me­ comentarios sobre elementos ante­ diante palmadas que cada danzante riores y su vinculación al estado ac­ ocupe su posición en las figuras, así tual de la representación: como su composición y disolución. La representación termina con una cu­ Se trata de una danza y composi­ riosa pantomima en la que el diablo es ciones plásticas de carácter reli­ ejecutado. No existe representación gioso, dedicada a San Juan Lorenzo, análoga en Aragón ni sabemos que sin perjuicio de que tuviera raíces de 45 otro carácter. En el siglo XVI se ha­ bían diferenciado las danzas palacie­ gas de las populares y éstas se aso­ ciaban a las fiestas públicas y, por consiguiente, al culto de los patro­ nos. Por otra parte la danza teatral es la esencial del «íances que precisa­ mente se establece en el siglo XVI. Las contradanzas fueron de fre­ cuente interpretación en Aragón y Castilla en los siglos XVI Y XVII Y es­ taban extendidas por toda España en el XVIII. El pueblo las imitaría en esta época tomándolas de la moda seño­ rial de los salones. En cualquier caso las figuras del baile no son exacta­ mente los cuadros de Cetina. Un elemento anómalo, del mayor interés, es el sacrificio o degollación del diablo o director. En primer lugar hay una contaminación de la contra­ danza y el dance, con presencia de diablo y un diálogo entre éste y el án­ gel y la muert e del demonio es una consecuencia lógica de los esqu e­ mas teatrales, resultando absurdo que se ejecute al ebastoneros o di­ rector del baile, pero no que el diablo sea derrotado y muerto por las fuer­ zas del bien, para gozo de los espec­ tadores y alabanza del bien. Lo que ocurre es que en numerosos dances Formando la . Campana por altea, y desde luego en los del grupo de Sariñena-Sena-Pallaruelo, existe la l.orenzos, «Virgen de Atocha»(dos de mudanza del «degollauJ, que se re­ las ermitas de Cetina), «bandeo de las pite en Gallocanta , en la que el ma­ campanas». «triunfo de San Migueb yoral o el jefe viejo son sacrificados y como ejemplo de las profanas «dios quizá en un rito semejante al que nos de las aguas» o «el castillos sobre un muestran las pinturas rupestres le­ total de treinta cuadros . vantinas, por ejemplo en los hombres La contradanza es un baile de ple­ asaetados de la Valltorta y Gasulla, o nilunio y ha de ser relacionada con los al mito del «señor de los granosJ en ritos bien conocidos de los pueblos las tradiciones indoeuropeas relacio­ agrícolas en estas noches. También nado con la redención y en la nece­ con las ceremonias lunares. sin que sidad de que el señor muera, el grano sea del caso insistir aquí sobre el se quiebre para ser fecundo. El que tema. El prob lema está en hallar el los sables de los danzantes, des­ momento y estímulo para encajar es­ pués de formar una etiralas. rodeen el tas representaciones en las fiestas de cuello del mayoral y formen una San Juan Lorenzo. peana para que el ángel sea elevado Más difícil resulta vincular la con­ 'sobre ella después de destruir al dia­ tradanza a las danzas de la muerte blo, está dentro de un esquema ló• que se extendieron por toda Europa, gico de vieja trad ición. Claro que tanto en bailes como en grabados y también podríamos pensar que en la obras ptastlcas. durante la Edad Me­ muerte del diablo se simboliza cual­ dia, a partir del siglo XIII . Es muy dis­ quiera de los mitos de antagonismo cutible que la extraña forma de las entre el bien y el mal, el día y la no­ vestimentas finja en los adornos che , la primavera y el invierno, etc. blancos sobre fondo negro el es­ Pero en muchos dances se produce quema de los esqueletos y que los este antagonismo sin que tenga nada intérpretes se cubran la cara con que ver con el resto de la represen­ antifaces . Pero aunque parezca in­ tación como ocurre, realmen te, en congruente la asimilación de este tipo Cetina. de bailes hay que tener en cuenta que No tiene valor crono lógico la no­ el pueblo no trata de buscar lógica minación de los cuadros, en muchos para la fusión y contam inación de casos muy moderna; los nombres elementos tradicionales de los que son descriptivos, indican localismos pierde pronto el sentido y significa­ claramente identificables y rara vez ción. Podría servir de ejemplo el baile precisiones cronológicas. Así entre de «la Fuente de los Cristíanoss de los religiosos «Peana de San Juan Ecija y las danzas penitenciales am- 46 purdanesas de Semana Santa, como [as, en la misma forma que los bailes las de Verges (Gerona) donde los de palos del dance pueden ser neolí• bailarines no solamente van vestidos ticos y los de espadas de la Edad del como esqueletos sino que llevan Bronce. El baile nocturno con teas y guadañas y otros instrumentos sim­ en noche de plenilunio conduce a ri­ bólicos de la muerte . No pensamos tos lunares y a bailes de sentido agrí­ que el sacrificio del diablo tenga nada cola y de petición de fertilidad. Todos que ver con las danzas de la muerte los antiguos elementos serían refun­ ni que las semejanzas relativas de la didos y adapta dos en el fecundo vestim enta autoricen a pensar que siglo XVIII , en lo que se refiere al folk­ están en la entraña de la contra­ lore y la vida popular, lo que confiere danza de Cetina. al un aspecto evidente de Queda por dilucidar lo extraño del modernidad. La figura del diablo es nombre y la diferencia de la «contra­ híbrida del bastonero del baile de sa­ danza» de Cetina respecto del co­ lón y del diablo del dance, cuyo final rrespondiente baile de salón. Sin en­ es ser aniquilado por el ángel al trar en el concepto y desarrollo de tiempo que los turcos o moros se este baile (6) parece claro que la re­ convierten. Es muy difícil que se es­ ferenc ia del baile popular a los mo­ tablezcan relaciones con la danza de delos señoriales sitúa su adaptación la muerte, a pesar de los anómalos en el siglo XVIII como máximo. En tal vestidos y, en todo caso, los elemen­ siglo se populariza la contradanza tos básicos pueden ser muy anti­ como baile de salón ejecutado por guos , reorganizados en el siglo XVIII , , ocho o más parejas o personas, con música incluso posterior y cons­ en su caso, que forman figuras y tituyen un ejemplo único en Ara­ acoplan movimientos, dirigidos por un gón (8). «bastonero», alcanzando tal favor de las gentes que sust ituyó a cuantas danzas estaban de moda, especial­ NOTAS mente al «minué», hasta tal punto que Felipe Pedrell escribió que «la exa­ (1) BELTRAN, Antonio: «Notas sobre la gerada afición a la "contradanza" in­ contradanza de Cetina», Jornadas de Es­ fluyó desastrosamente en algunas tudios Folklóricos Aragoneses, Zara­ goza , 1967, págs . 1-5. «Notas sobre el partes de la canción popular»(7). Ori­ dance y la contradanza de Cetina», Etno­ ginalmente fue una danza campestre logía y Tradiciones Populares. 1/1, Institu­ de donde deriva su nombre del inglés ción Fernando el Católico, Zaragoza , «country-dance» y corresponde a un 1977, págs. 261-272 y El dance arago­ fenómeno romántico de aproxima­ nés. Zaragoza , 1982, págs. 76-81; en ción a lo natural que originaría tam­ prensa, en Institución Fernando el Cató• bién la aparición de bailes de cintas o lico Los dances de Cinco Olivas, Pastriz y de arcos florales. Era un baile de larga Sali/las de Jalón: Aportadones al conoci­ duración y ejecución complicada y se miento del dance aragonés. Cuadernosde Etnografía 2. editaron repertorios y manuales para (2) ABAD RIOS, Francisco: Catálogo aprenderla y practicarla , detallán­ Monumental de España: Zaragoza , Ma­ dose el papel de bastonero o director drid, 1957, pág. 242. (que nunca soñaríacon convertirse en (3) BELTRAN, Antonio: Tradiciones ara­ diablo) y el nombre convencional de gonesas, ediciones Everest, León, 1990. cada figura. (4) MINGOTE, Angel: Cancionero Musi­ En la adaptación de Cetina desa­ cal de la provincia de Zaragoza . Institu­ parecen las mujeres, justificada por la ción Fernando el Católico, Zaragoza , 1950, pág. 20, núm. 7, pág. 86. naturaleza del dance y el carácter re­ (5) IBAÑEZ, Miguel: La Derecha, Calata­ ligioso de su expresión, se añade la yud, cit. por Mingote, loe. at., pág. 20. ejecución al aire libre y en noche de (6) CAMPANY , Aurelio: «El baile y la plenilunio y se introduce la extraña danza», Folklore y costumbres de Es­ vestimenta y el uso de caretas. paña, 1/1, Barcelona, 1931, pág. 215. En síntesis, la contradanza de Ce­ (7) PEDRELL, Felipe: Cancionero Musi­ tina, remotamente relacionada con el cal Popular Español, 3.' ed., Barcelona, dance datable en el siglo XVI, nace de 1958. una adaptación popular de un baile de (8) La contradanza como los dances se representaba sólo en sus localidades y en salón dieciochesco con inserción de los días precisos del patrón al que se pre- muy viejos elementos residuales de • tendía honrar con ellos. En la actualidad distintas procedencias y épocas . El se desplazan fuera de tiempo y lugar, e episodio del sacrificio final del diablo incluso la contradanza fue invitada a par­ puede ponerse en relación con dan­ ticipar en las fiestas de Venecia, en la zas guerreras, seguramente muy vie- plaza de San Marcos, en 1988.

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