David Aubert innovador. A propósito de un itinerario épico en las Croniques et conquestes de Charlemaine*

Santiago López Martínez-Morás Universidad de Santiago de Compostela

David Aubert, escripvain y clerc vinculado a la corte de Borgoña de Felipe el Bueno1, desarrolló una fructífera labor intelectual en la segunda mitad del siglo xv, hasta el punto de que es posible atribuirle una serie de obras pertenecientes a diferentes géneros, entre las cuales destacan las Croniques et conquestes de Charlemaine, concluidas en 14582. Inicialmente encomendadas por Jean, sire de Créquy, el segun- do y último volumen de estas crónicas se dedica, sin embargo, explí- citamente al duque de Borgoña3. Los estudiosos han establecido con bastante precisión las fuentes de esta obra épica, al menos en lo que se refiere a diversos momentos cruciales de la misma, y la originali- dad de su aportación a las prosificaciones realizadas en ese periodo4.

1 Este trabajo se enmarca en el proyecto de investigación Textos literarios medievais no Camiño de Santiago (PGIDIT08PXIB204038PR), financiado por la Consellería de Innovación e Industria de la Xunta de Galicia y dirigido por Santiago López Martínez-Morás. 1 Utilizamos ambas denominaciones inspirándonos en el título de la obra de R. E. F. Straub, David Aubert, escripvain et clerc, Amsterdam-Atlanta, Rodopi, 1995. 2 David Aubert, Croniques et conquestes de Charlemaine, R. Guiette (ed.), Bruxelles, Pa- lais des Académies, 1940, 3 vols. (citado de ahora en adelante CCC en las referencias textua- les). También participó, de forma decisiva, en la elaboración de L’Histoire Olivier de Castille, L’Histoire abrégée des Empereurs, Perceforest, y de Les Cents Nouvelles Nouvelles, hasta el punto de que se le ha atribuido la autoría de muchas de ellas. Para esta cuestión, vid. Straub, David Aubert, pp. 324-344. 3 Este aspecto ya había llamado la atención de Gaston Paris: “La bibliothèque de Bour- gogne, à Bruxelles, contient un superbe manuscrit, formant deux volumes reliés en trois tomes, et intitulé: «Les Conquestes de Charlemaine»; on lit au dernier feuillet: «Cy fine le second volume des conquestes du noble empereur Charlemaine, lequel par le commandement et or- donnance du treshault, tresexcellent et trespuissant prince Philippe, par la grace de Dieu duc de Bourgogne.., a esté extrait et couchié en cler françois par David Aubert, l’an de grace de mil quatre cent cinquant-huit»” (G. Paris, Histoire poétique de , Genève, Slatkine Reprints, 1974 [1865], p. 96). De hecho, como bien advierte Straub (David Aubert, p. 329), sólo la autoría del segundo volumen aparece abiertamente atribuida a David Aubert, lo que deja abierta la posibilidad de una intervención de menor calado en la elaboración del primero. 4 Vid. fundamentalmente G. Doutrepont, La littérature française à la cour des ducs de Bourgogne: Philippe le Hardi-Jean sans Peur-Philippe le Bon-Charles le Téméraire, Genève, Slatkine Reprints, 1970 [1909]; íd., Les mises en prose des épopées et des romans chevaleres- ques du xive au xvie siècle, Genève, Saltkine Reprints, 1969 [1939]; J. M. G. Schobben, La part du Pseudo-Turpin dans les Croniques et conquestes de Charlemaine de David Aubert, Paris-La Haye, Mouton, 1969; R. Guiette, “Notes sur la Prise de Nobles”, Romanica Gandensia, IV (1956), pp. 67-80; íd., “L’Entrée de Charlemagne en Espagne et la tradition des Croniques et

RLM, xxiii (2011), pp. 195-208, ISSN: 1130-3611 196 Santiago López Martínez-Morás

Más problemáticas son, no obstante, dos cuestiones: 1) la naturaleza exacta de esta obra, épica o cronística, y 2) el grado de intervención y originalidad de Aubert en su redacción. En lo relativo al primer aspec- to no parecen existir excesivos problemas: el propio señor de Créquy encarga la redacción de las Croniques a través de textos épicos para solucionar las evidentes lagunas que, al parecer, poseen las Grandes Chroniques de France, la obra historiográfica por excelencia de la época5. La obra de Aubert nace, por tanto, como la reescritura de un discurso historiográfico previo y, por ello, su intención era la elabo- ración de una nueva crónica, a pesar de la proliferación de fuentes épicas cuyo uso contribuía de modo decisivo a la formación de cró- nicas regias, nacionales y universales. El segundo problema, el de la responsabilidad de David Aubert en la autoría de los textos que se le atribuyen, es más complejo. Straub6 da cuenta de las referencias a Aubert en distintos manuscritos, fundamentalmente como escripvain y clerc, pero estos términos no aclaran realmente la situación. En lo relativo a las croniques, es seguro que, al menos, compiló el material épico previo, le otorgó una nueva orientación, lo dotó de una gran coherencia, y enriqueció de forma brillante pasajes enteros. Dentro de este corpus épico, la narración de la conquista de Es- paña tiene un carácter particular y una problemática específica. En efecto, las principales fuentes de esta campaña son, esencialmente, la Crónica de Turpín7 y la Chanson de , este último texto a

Conquestes de Charlemaine (1458)”, Cultura Neolatina, 3 (1961), pp. 206-213 (ambos traba- jos aparecen recogidos en un volumen recopilatorio: R. Guiette, Forme et senefiance, Genève, Droz, 1978, pp. 181-194 y 163-171 respectivamente. Utilizamos la paginación de este volumen en todas las referencias de estos trabajos); A. Moisan, “Les traditions rolandienne et turpi- nienne dans les Croniques et conquestes de David Aubert”, en Aspects de l’épopée romane. Mentalités, idéologies, intertextualités, H. van Dijk-W. Noomen (eds.), Groningen, E. Forsten, 1995, pp. 399-408; Les manuscrits de David Aubert, «escripvain» bourguignon, D. Quéruel (ed.), Paris, Presses de l’Université de Paris-Sorbonne, 1999; G. Palumbo, “Le récit de la ba- taille de Roncevaux dans les Croniques et conquestes de Charlemaine”, Le Moyen Age, 112, 3-4 (2006), pp. 585-602. 5 “Pour quoy mon dit tres-redoubte seigneur [Jean de Créquy], desirez de ioindre le chief auecques les membres, m’a chargie de curieusement enquerir et viseter plusuers volumes tant en latin comme en francois, en tous lieux ou I’en pourray bonnement recouurer, et en tirer et extraire ce qui seruoit a mon pourpos, pour les assambler en vng liure (…) Car il luy sembloit que l’ystoriografeur qui compilla les croniques de France, n’en fist point assez ample assez ample declaration” (CCC, I, p. 14). Sin embargo, no son ajenos a esta cuestión ni la propia dinámica de la rica vida cultural borgoñona, en particular en tiempos de Felipe el Bueno, ni la recientísima caída de Constantinopla en manos de los turcos (1453), que condicionaba de ma- nera directa la ideología de la obra. Naturalmente, la dedicatoria del segundo volumen a Felipe el Bueno hace presagiar que los motivos de la redacción de esta segunda parte ya no eran los que inspiraban los primeros momentos de la empresa. Sobre el papel político e identitario de la literatura borgoñona vid. M. Gosman, “Le nationalisme naissant et le sentiment de la natio: la tradition épique et la politique de Philippe le Bon”, en L’épopée romane. Actes du XVe congrès International de la Société Rencesvals (Poitiers, 21-27 août 2000), G. Bianciotto-Cl. Galderisi (eds.), Poitiers, CESCM, 2002, vol. II, pp. 837-849. 6 David Aubert, pp. 277-288. 7 Como es sabido, el Pseudo Turpín, conocido también como Crónica de Turpín o, más raramente, como Historia Karoli Magni et Rotholandi, constituye hoy en día el libro IV de

RLM, xxiii (2011), pp. 195-208, ISSN: 1130-3611 David Aubert innovador. A propósito de un itinerario épico... 197 través de una de las versiones rimadas8. Como no puede ser de otra manera, la utilización de ambas fuentes genera graves problemas a la hora de elaborar el episodio de Roncesvalles, porque las dos versiones contienen datos contradictorios entre sí9. Aubert los sortea de modo más o menos afortunado, sustituyendo unos episodios por otros, alterando el orden de los hechos o creando episodios dobles en distintos lugares para conciliar ambas fuentes10. Aun siendo éste el punto de fricción que más ha atraído el interés de la crítica, no es menos cierto que la integración del Pseudo Turpín en el texto de Aubert va más allá de los puntos conflictivos de la cam- paña de España en los que compite con el texto rolandiano. Al mar- gen de los hechos de Roncesvalles, el documento turpiniano posee una especificidad propia que tiene que ser también objeto de ciertas reformulaciones: en primer lugar porque si las Grandes Chroniques de France, aparentemente incorrectas, integran ya una traducción del Pseudo Turpín11, es inútil –incluso desaconsejable– una reproducción literal de la misma; y, en segundo lugar, porque David Aubert consulta otros textos épicos, distintos de la Chanson de Roland, que comparten algunos motivos del Pseudo Turpín. Así, por ejemplo, en la Chanson d’Aspremont, integrada parcialmente por Aubert en su crónica, muere un caudillo sarraceno llamado Agolant12, y un rey de idéntico nombre combate a Carlomagno en el Pseudo Turpín. Ambas fuentes son dis- tintas e independientes, pero incompatibles en lo relativo a la muerte la compilación pro-jacobea denominada Liber Sancti Iacobi, cuyo manuscrito principal, el Codex Calixtinus, es la base de la mayor parte de las ediciones existentes. Para el texto tur- piniano utilizamos la siguiente edición, publicada dentro del conjunto del Liber: Liber Sancti Iacobi. Codex Calixtinus, Kl. Herbers-M. Santos Noia (eds.), Santiago de Compostela, Xunta de Galicia, 1998, pp. 192-229 (citado como PT en las referencias del texto). Hay indicios, sin embargo, de que Aubert utilizó una versión francesa de la crónica, muy cercana a la llamada “versión de Johannes” (The Old french Johannes Translation of the Pseudo-Turpin Chonicle, R. N. Walpole (ed.), Berkeley-Los Angeles-London, University of California Press, 1976; cfr. Palumbo, “Le récit”, pp. 299-300), como evidencia el propio Aubert, quien, a propósito de las dificultades para transcribir la toma de Pamplona, dice haber tomado los datos de una versión del conde de Boulogne (vid. infra, n. 25). Se encontrará también una alusión a las fuentes fran- cesas de David Aubert en Straub, David Aubert, pp. 326-330. Para un estudio de los elementos épicos contenidos en la crónica latina nos permitimos enviar a nuestro trabajo Épica y Camino de Santiago. En torno al Pseudo Turpín, Sada, Edicións do Castro, 2002. La versión en francés del Pseudo Turpín será citada como Johannes en las referencias del texto. 8 Palumbo, “Le récit”, pp. 305-314. 9 Como también representó un problema el proceso de elaboración de dicho episodio en la propia crónica latina. Sobre este aspecto, vid. S. López Martínez-Morás, “De bello Runcieva- llis. La composition de la bataille de Roncevaux dans la chronique de Turpin”, Romania, 126 (2008), pp. 65-102. 10 Vid., a este respecto, el pormenorizado análisis de Palumbo, “Le récit”. 11 La chronique de Turpin et les Grandes Chroniques de France. Carmen de prodicione Guenonis. Rencesvals, t. III, R. Mortier (ed.), Paris, La Geste Francor, 1941. Sobre la inte- gración de la crónica de Turpín en el texto historiográfico francés, vid., entre otros, J. Ehlers, “El Pseudo-Turpin en las Grandes Chroniques de France”, en El Pseudo-Turpin. Lazo entre el culto jacobeo y el culto de Carlomagno. Actas del VI Congreso Internacional de Estudios Jacobeos, Kl. Herbers (ed.), Santiago, Xunta de Galicia, 2003, pp. 285-296. 12 La Chanson d’Aspremont, L. Brandin (ed.), Paris, Champion, 1970 (2.ª ed.), vv. 10428-10484.

RLM, xxiii (2011), pp. 195-208, ISSN: 1130-3611 198 Santiago López Martínez-Morás del líder sarraceno cuando se integran en la misma refundición. Aun- que estos documentos no ofrecen dos versiones distintas del mismo episodio, es evidente que no puede aparecer en el Pseudo Turpín que transcribe Aubert13, donde es sustituido, en los episodios más importantes, por protagonistas colectivos y anónimos. Con todo, no es ésta la única supresión: la lógica redacción lineal de la vida de Carlomagno en el seno de la compilación hace impracti- cable la presencia de episodios que parecen repetidos en el interior de la crónica latina original. Así sucede con las dos cruzadas de España (PT, caps. I-V y VI-XVIIII, sin el episodio de Roncesvalles; Johan- nes, VIII-XIII y XV-XLVII) y los dos sitios de Pamplona (PT, caps. I y XI-XIV; Johannes, VIII y XXII-XXXII), del todo coherentes en la narración turpiniana14. Como es de esperar, la primera expedición15 y su brevísima narración de la primera toma de Pamplona sufren las amputaciones más importantes. Las profecías sobre la continuación de la cruzada y la referencia a la estatua de Cádiz, que cierran de forma clara la primera expedición, serán desplazadas de su ubicación original para adjudicarles un nuevo sentido. Sólo la segunda campa- ña, de mayor contenido épico en la fuente, tendrá una relevancia in- negable, pero no está exenta de alteraciones: la introducción de Laon y Soissons (CCC, II, 1, p. 187) en lugar de Burdeos como lugares de reunión de los ejércitos imperiales (PT, cap. XI, p. 207; Johannes, XXV) tiene en principio escasa trascendencia, pero su elección viene determinada por el asedio de Burdeos que idea el compilador borgo- ñón, sin duda a partir de fuentes épicas independientes. En efecto, la toma de esta plaza se inspira probablemente en el episodio correspondiente de la Chronique saintongeaise o en algún

13 Schobben, La part du Pseudo Turpin, pp. 22-32. El fragmento de la Chanson d’Agolant publicado por Paul Meyer en 1906 (P. Meyer, “Fragments de manuscrits français, I: fragment d’une relative à la guerre d’Espagne”, Romania, 35 (1906), pp. 22-23), que presenta un caudillo sarraceno con este mismo nombre, pero distinto del que interviene en Italia, refuerza la tesis de la existencia de varios personajes sarracenos distintos con idéntica denominación. Sin embargo, esta diferencia deja de tener efecto narrativo en una compilación que une varios textos épicos independientes entre sí, porque es casi inevitable la confusión entre ambos personajes. Así lo entendió el propio compilador: al hacer combatir y morir a Agolant en suelo italiano, escenario de Aspremont, Aubert traslada a ese episodio los capítulos XII y casi todo el XIII del texto turpiniano (Johannes, caps. XXVII-XXX) relativos a las con- versaciones que mantiene el Agolant hispano con Carlomagno y al episodio de la humillación de los pobres, que impide su conversión y bautizo. 14 Vid. infra, p. 8. 15 En el texto turpiniano original, la primera expedición contiene sustancialmente los si- guientes episodios: cap. I (Johannes, VII): Aparición apostólica; cap. II (Johannes, VIII-IX): toma de Pamplona gracias a un milagro de derrumbamiento de los muros tras un largo e in- fructuoso asedio; cap. III (Johannes, X-XI): listado de ciudades españolas y de reyes francos y germanos que invadieron España antes y después de Carlos; cap. IIII (Johannes, XII): leyenda sobre la estatua de Hércules en Cádiz, identificado con Mahoma: el ídolo, poblado por demo- nios, dejará caer la llave que porta el día en que otro rey de Francia, distinto de Carlomagno, finalice la conquista de España; capítulo V (Johannes, XIII): privilegios concedidos a la iglesia de Santiago y fundación de iglesias en el Camino al final de la primera campaña.

RLM, xxiii (2011), pp. 195-208, ISSN: 1130-3611 David Aubert innovador. A propósito de un itinerario épico... 199 texto temáticamente afín que refiere también esta conquista16. El desenlace del asedio es relativamente rápido: tanto el río Gironda como la propia ciudad parecen haber sido concebidos como espa- cios de transición, porque se recalca su condición de espacio límite entre Francia y España17. En particular, más allá de sus peculiarida- des orográficas, existe también una circunstancia de orden narrativo que eclipsa a esta localidad: su cercanía con respecto a la ciudad de Nobles, mucho más conocida en la tradición épica18 y verdadero ob- jetivo de los movimientos de tropas en esta zona, como veremos más adelante. De hecho, determinados motivos del episodio bordelés, in- fluidos o no por el Pseudo Turpín, remiten únicamente al siguiente 16 Chronique dite saintongeaise. Texte franco-occitan inédit Lee. À la découverte d’une chronique gasconne inedite du xiiie siècle et de sa poitevinisation, A. de Mandach (ed.), Tübin- gen, Niemeyer, 1970, libro I, cap. X, Interpolación BII, pp. 285 y ss. Recordemos, con todo, que La Chanson de Roland y Gui de Bourgogne, entre otros textos, aludían ya a la conquista de Burdeos, pero no es posible aceptar sin más un texto independiente, hoy perdido, sobre este hecho. Esta hipótesis fue descartada ya por Guiette, “L’entrée en Espagne”, p. 171, quien, sin embargo, pone también en duda la existencia de una Prise de Nobles perdida. Para los vínculos de la ciudad de Burdeos con la toma de Nobles, vid. infra, p. 6. 17 En efecto, ciertas referencias, muy ambiguas, confieren a este entorno geográfico dicha particularidad. David Aubert indica a propósito del río Gironda: “Ainsi se mist en chemin le duc Roland, et tant exploitta qu’il se trouua en Gascongne et se loga sur la riuiere de Geronde, qui est vne grosse riuiere et depart d’une coste le roiaume de France et d’Espaigne” (CCC, II, 1, p. 188). Con respecto a Burdeos, situada más allá de este río, el escripvain indica que es “la plus belle et meilleur frontiere pour conquerir Espagne” (CCC, II, 1, p. 193). Sin embargo, de Pamplona se dirá que es la primera ciudad conquistada en suelo español (CCC, II, 1, p. 203). Es decir, que el territorio de Burdeos, aun hallándose en manos adversarias, no es considerado territorio español, sino una suerte de “marca hispánica” forzosamente transitoria y de ocupa- ción necesaria para entrar en ese espacio. De ahí las palabras pronunciadas más adelante por Gondelbuef: “Charlemaine, comme il m’a este dit, a prins Bordelle, qui est la clef des marches d’Espaigne, et vous auez conquis la cite de Nobles et occis le roy Forre” (CCC, II, 1, pp. 205- 206). Para esta confusa cuestión, vid. esencialmente R. Guiette, “L’entrée en Espagne”, p. 168. 18 La toma de Nobles fue objeto de un cantar de gesta, hoy perdido, titulado Prise de No- bles, del que quedan huellas en determinados textos épicos. De hecho, constituye la fuente del episodio relativo a dicha localidad en la Chronique Saintongeaise (libro I, cap. XI, interpola- ción C, p. 296). Este lugar ha sido tradicionalmente identificado con Pamplona, pero sobre todo con Aix-en-Gascogne (Dax), al sur de Burdeos. Su relación con esta última ciudad no se limita a la proximidad geográfica: en la Chronique saintongeaise la capital girondina es prólogo necesario de este segundo asedio y, en consecuencia, también lo era muy probablemente en la Prise de Nobles perdida; las croniques siguen por tanto de forma fiel la tradición que las prece- de. Por otra parte, David Aubert conoce e incluye en su texto el segundo asedio de Pamplona turpiniano (CCC, II, 1, pp. 208-219) con las debidas modificaciones causadas por la muerte de Agolant y no tiene, por tanto, dificultades para distinguir la capital navarra de la ciudad de Gascuña, ni se expone, en consecuencia, a ningún tipo de confusión. En cualquier caso, es consciente de la proximidad de ambas ciudades, porque el cronista pone las siguientes palabras en boca de Roland: “Oyes, Oliuier, chier sire, ces Sarrazins qui leans sont. Ie croy qu’ilz ne sont point aduertis de noz venues. Il seroit bon, ce me semble, se ad ce vous voulies consentir, que vous demourez icy et ie passeray oultre secretement pour espier ceste cie, et, par aucune aduenture, ie pourray sauoir se le roy est leans ou s’il est ale a Pampelune, et vous en pense raporter quelque nouuelle” (CCC, II, 1, p. 195). Hemos intentado resolver la complejidad de este episodio en sus líneas generales y también en el Pseudo Turpín, que asimiló una versión del mismo texto sobre Nobles, en nuestro trabajo “La Prise de Nobles dans le Pseudo-Turpin”, en L’épopée romane, G. Bianciotto-Cl. Galderisi. (eds.), cit., t. I, pp. 175-186. Vid. también, de un modo más general, nuestro trabajo “Géographie et épopée dans la chronique de Turpin”, Iacobus, 23-24 (2008), pp. 65-85.

RLM, xxiii (2011), pp. 195-208, ISSN: 1130-3611 200 Santiago López Martínez-Morás episodio y hacen hincapié en su carácter auxiliar: para atravesar el río se hace necesaria la construcción de un puente, que resulta inuti- lizado por una tormenta. Los combatientes, consternados, proponen el regreso a Francia, esto es, a los dominios reales (CCC, II, 1, pp. 189-190). Finalmente las dificultades serán solventadas gracias a la aparición milagrosa de un ciervo blanco que indica un vado para evitar la peligrosa corriente19:

Quant le noble Charlemaine vey le temps bel, doulx et appaisie, le- quel auoit este au contraire lait et desplaisant, il descendi du mont, vint a son tref et trouua ses barons les pluiseurs, qui ia s’aprestoient pour alera u deuant de lui. Et ainsi comme il estoit ancoires a cehaul, il vey vng cerf blanc comme nesge, lequel descendy de la montaigne dont l’empereur estoit deuale, et vint tout bas a vng lieu ou chascun le pouoit veuoir, se bouta en la riuiere, laquele vng pou par auant auoit este moult grosse, tant que l’en l’eust ouye de vne bonne lieue loing, et la passa et rapassa sans soy guaires mouller. Et adont chas- cun loua nostre Seigneur, disans que c’estoit ouurage diuin et mira- cle euident (CCC, II, 1, p. 192).

Este milagro es anunciado algo ambiguamente a Carlomagno por el propio Apóstol, que describe en la misma aparición al emperador las circunstancias en que debe producirse el asedio y la conquista de la ciudad de Nobles. Santiago formula la recomendación de salvar la vida de Forré, rey de la localidad en la tradición épica20, porque su supervivencia es clave para obtener la rendición de España entera:

En l’orratoire ou l’empereur estoit ainsi endormy, s’apparu a lui le benoit apostre saint Iaques, comme il lui avint en vision a la pre- miere fois qu’il lui apparu a Aix, et lui dist que il ne se doubtast de rien et que l’endemain il seroit aduerti par ou il deuroit passer et sa compaignie ; puis lui dist qu’il feist tant qu’il preist Nobles la cite et pareillement le roy nomme Fourre, en vie s’il pouoit, car par lui en pou de temps auroit il toute Espaigne conquise, laquele estoit comme soubz sa main (CCC, II, 1, p. 191).

La ciudad de Burdeos, por tanto, no parece más que la etapa pre- via de una conquista capital. Sin embargo, su toma sigue siendo ne- cesaria: Carlomagno ordena a Roland espiar y atacar, si le es posible, la ciudad. El sobrino del emperador, consciente de las escasas defen- sas del lugar, decide tomarlo por asalto, recibiendo por ello la felici- tación de su tío al culminar la empresa (CCC, II, 1, p. 193). Habida

19 Sobre el papel de este animal en la épica francesa, vid. J. Baroin, “À propos du cerf épique”, en Mélanges de langue et littérature françaises du Moyen Age et de la Renaissance offerts à Charles Foulon, Rennes, Université de Haute Bretagne, 1980, t. II, pp. 5-15. 20 Cfr. nuestro trabajo “La prise de Nobles”.

RLM, xxiii (2011), pp. 195-208, ISSN: 1130-3611 David Aubert innovador. A propósito de un itinerario épico... 201 cuenta del comportamiento de Roland en la siguiente conquista, la de Nobles, donde el héroe toma la ciudad contra la prohibición expresa del emperador, parece claro que la forma de obtener Burdeos se con- figuró a partir del modelo de Nobles, con mucho la más importante de ambas proezas. Todo elemento de transición es prescindible, pero su conservación refuerza la hipótesis según la cual ambos hechos militares son indisociables dentro de la tradición, lo que obliga a conservarlos juntos incluso en las refundiciones más tardías, a costa de la reelaboración del episodio más pobre en detalles. En la fuente épica perdida que presentaba ambas conquistas, la capital bordelesa tenía muy poco peso específico, de ahí que la refundición efectuada por el escripvain borgoñón solucione este problema mostrando una clara dependencia del episodio con respecto a la etapa siguiente. De hecho, incluso la situación física de ambas ciudades es prácticamente idéntica, porque Nobles también se halla más allá de un río:

Vous yrez a la cite de Noble, en laquelle a vng roy puissant et riche nomme Fourre, seigneur d’icelle cite, lequel ie vous recommande qu’il ne meure, car i’ameroie mieulx auoir perdu tout mon vaillant, puis que il m’a este deffendu. Et ad ce que vous n’aies cause de lui mal faire ne d’approchier sa cite, ie vous deffens passer vne riuiere qui queurt au dehors, laquelle a nom Ebre (CCC, II, 1, p. 194)21.

Y este río también puede cruzarse a través de un vado, que en este caso depende de la provocación del sobrino de Forré, que desafía a Roland a cruzarlo y entablar combate (CCC, II, 1, pp. 198-200).

En este punto entran en juego datos de la tradición épica que no son unánimemente referidos por los textos que han conservado el episodio. En la versión borgoñona del siglo xv se cita la leyenda que vincula a la ciudad con el lavado del campo de batalla tras el enfrentamiento, presente en algunos textos anteriores22. El cronista

21 Naturalmente, la presencia del Ebro en este punto es un error de difícil solución, quizás motivado por algún tipo de confusión del autor o de la tradición manuscrita. Vid. Guiette, “Notes sur ‘la Prise de Nobles’ ”, p. 78: “Existe-t-il en Gascogne une rivière qui porte ou porta ce nom? Ou bien s’agit-il, sous un nom erroné, de l’Adour? Je ne sais. Mais quand bien même la cité de Nobles ne s’identifierait avec Dax, l’Ebre dont il est question dans les Conquestes devrait couler entre la Gironde et les Pyrénées, et ne pourrait donc pas être confondu avec l’Ebre, fleuve uniquement hibérique sic( )”. 22 En líneas generales, la situación descrita por los textos épicos es la siguiente: Roland, solo o acompañado por otros guerreros, según las versiones, toma la ciudad de Nobles contra- viniendo las órdenes directas del emperador. Para ocultarle la masacre que ha tenido lugar, se procede al lavado del campo de batalla (motivo conocido incluso por la Chanson de Roland: La chanson de Roland, C. Segre (ed.), Milano, Riccardo Ricciardi, 1971, vv. 1775-79) ocultando así los rastros de sangre. Sin embargo, el río baja teñido de rojo, lo que hace ver a Carlomagno la desobediencia de su sobrino. Aunque, como decimos, este dato figura sólo en una parte de los textos que hacen referencia a la toma de Nobles, se mantiene la constante de la desobe- diencia por estar muy vinculada al carácter impetuoso de Roland. En un texto tardío, L’Entrée d’Espagne (s. xiv), el enfrentamiento entre ambos provoca el abandono de Roland, que marcha

RLM, xxiii (2011), pp. 195-208, ISSN: 1130-3611 202 Santiago López Martínez-Morás borgoñón, que indudablemente conoce el episodio, no lo explota en toda su complejidad, pero conserva un juego etimológico que prueba la fidelidad a este motivo en particular:

Grant dueil demenerent les nobles prinches, et assez penserent co- ment ilz se pourroient excuser de celle mort et de la prise de la cite. Il n’y eut homme qui leur sceust baillier conseil. Et Turpin le bon ar- cheuesque en estoit tant dolant que plus ne pouoit, car il congnoissoit et doubtoit moult l’empereur, pour sa fureur merueilleuse. Ce fait, ilz retournerent en la cite, laquele changa son nom et fu puis nommee Acs [

La cólera imperial fuerza un cambio momentáneo en la dirección del ejército: Carlomagno encarga a Guitelin, natural de la región, que tome el mando hasta Pamplona, siguiente etapa de la conquista, y considera- da ya la primera ciudad claramente perteneciente al territorio español:

Et ie vous enuoieray a Pampelune, dont vous estes natif; si sera la premiere cite ou autre place que ie vouldray assegier en Espaigne (CCC, II, 1, p. 203)23.

Finalmente, tras haber despejado los puertos, será Gondelbuef, rey de Borgoña, el que imponga la paz entre el tío y el sobrino, que se resuelve sólo a medias: no se le perdona la falta de desobediencia pero, a pesar de todo, se le entrega la oriflama antes de atacar Pamplona. a Oriente y se pone al servicio del sultán de Persia. En lo que respecta a los demás detalles del combate, Aubert sigue más o menos fielmente la tradición: Roland toma la ciudad instigado por el traidor Ganelón (CCC, II, 1, p. 195); da muerte a un sobrino de Forré, y éste muere después en combate a manos de Olivier, deseoso de vengar a su hermano Gerier, muerto por el propio Forré (CCC, II, 1, p. 200). 23 Vid. supra, n. 17. Guitelin no logra completar el cerco de Pamplona, porque la orografía del terreno y la presencia de sarracenos impiden continuar la marcha a sus sesenta mil hombres, que optan por refugiarse en una ciudad llamada Saint-Jean, probablemente Saint-Jean-Pied-de- Port: “Et quant Guitelin et les autres barons veirent qu’ilz ne pouoient gaignier ce pas, ilz firent retraire leurs gens en vne ville nommee Saint Iehan, laquele estoit gaste. L’istorie ne met point quelle elle a este depuis ne a present” (CCC, II, 1, p. 204). Por su parte, el contingente borgoñón, encabezado por Gondelbuef, se ve adjudicar un cierto papel fundador en su camino para socor- rer a los acantonados en Saint-Jean: “Et vindrent les nouvelles comment les Bourgoingnons coupoient les roches et faisoient les chemins par lesquelz l’en va ancoires au iour d’ui a Saint Jacques” (CCC, II, 1, p. 207). Es muy probable que esta referencia sobre los borgoñones tenga que ver con la división del ejército a la vuelta de la conquista de España en el Pseudo Turpín, donde se apartan del resto del contingente carolingio en Ostabat para construir su propio cemen- terio en Arles. Vid. López Martínez-Moras, “De bello Runcievallis”, pp. 85 y ss.

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La toma de esta plaza presenta dificultades e innovaciones con respecto a la fuente turpiniana. La capital navarra es descrita como una ciudad fortificada (CCC, II, 1, pp. 204 y 216-217); este aspecto, irrelevante en la batalla final en el Pseudo Turpín, frustra en este nuevo contexto una primera acción ante la ciudad y hace necesaria la aparición de Carlos, hasta entonces acampado ante Nobles. Nue- vamente se adaptan motivos procedentes de la toma de esta locali- dad, como la prohibición formal a Roldán de tomar Pamplona por la fuerza (CCC, II, 1, pp. 208-209), o la existencia de un río que el sobrino de Carlos se apresura a atravesar para observar las defen- sas de la ciudad, sin emprender acciones de mayor importancia24. En otros detalles, sin embargo, la iniciativa de David Aubert a la hora de adaptar el episodio al conjunto es mayor: dado que la muerte de Agolant en Italia, según reza el texto de las Croniques, impide su “resurrección” como jefe militar de Pamplona, Aubert se refiere en- tonces constantemente a un enemigo colectivo que ya actúa ante los primeros movimientos de Roland ante la ciudad y que reacciona con violencia ante la petición de Guitelin de bautizarse en masa y conver- tirse en vasallos del emperador (CCC, II, 1, pp. 212-213); sigue a ello una fingida rendición sarracena, que permite a los habitantes reforzar sus defensas y obliga al soberano a retomar el asedio según criterios tradicionales. Éste dura siete infructuosos años (CCC, II, 1, p. 215), hasta que, ante la extenuación de la mayor parte de las tropas, Ro- land, Olivier y algunos guerreros toman la ciudad con excepción de la torre (CCC, II, 1, pp. 217-218), caída finalmente gracias a una ple- garia del emperador, que ordena bautizar a los paganos supervivien- tes25. Las alteraciones en el texto y el desarrollo de la aventura épica en torno a Pamplona buscaban unificar los dos asedios turpinianos de la ciudad, donde se sucedían, según el caso, la toma por milagro o el combate tradicional.

Monjardín, siguiente objetivo de conquista en ambos textos, apa- rece en la crónica latina y en su traducción francesa como el domi- nio del rey Furre (PT, XVI; Johannes, XXXIII)26. Como ya sabe- mos, este personaje es el rey de Nobles en la tradición épica27, que

24 “Ie vous prie que ie passe ceste riuiere, seulement pour aduiser la murraille, laquele pourroit estre plus foible en aucun lieu qu’elle ne nous semble d’icy” (CCC, II, 1, p. 209). 25 Esta solución es una clara reproducción de la caída de los muros de la primera expedición turpiniana (vid. n. 15). Para la justificación de este episodio, inverosímil desde el punto de vista militar, Aubert remite a su fuente turpiniana en lengua francesa, que citaría el milagro a propósito de la primera expedición: “Et ainsi conquist [Charles] Pampelune, la premiere cite d’Espaigne. Et qui ceste histoire ne vouldra croire, voist a Saint Denis, et la trouuera toute la vraie cronique ainsi que la fist extraire vng conte de Boulongne en l’an mil deux-cens six, au temps du regne du roy Phelippe et de Louis son fils” CCC( , II, 1, p. 219; cfr. n. 7). El emperador hará construir en el emplazamiento de la torre una iglesia consagrada a la Virgen (CCC, II, 1, p. 219). 26 Monjardín, a diferencia de Nobles, sí existe en la realidad: se trata de San Esteban de Monjardín, a varios kilómetros de Pamplona. 27 Como demuestran, por ejemplo, Aymeri de Narbonne, (L. Demaison (ed.), Paris, SATF,

RLM, xxiii (2011), pp. 195-208, ISSN: 1130-3611 204 Santiago López Martínez-Morás el Pseudo Turpín adapta para hacer de él el soberano de la pequeña localidad navarra. David Aubert conoce, por tanto, la existencia de este rey a través de dos fuentes: la Prise de Nobles independiente que ya ha integrado en su texto y la adaptación de esta hazaña tal y como la leemos en la crónica de Turpín. Pero si Forré muere en el curso de la batalla en territorio gascón según la Prise de Nobles, es imposible resucitarlo ahora para darle el mando de Monjardín, de la misma manera que la muerte de Agolant en Aspremont impedía su recuperación en Pamplona. La supresión del episodio entero para evitar la repetición y la incoherencia correspondientes constituye, en términos objetivos, la solución más sencilla. Su conservación, previa adaptación de motivos, sugiere que David Aubert consideró esencial el mantenimiento de los dos líderes menores presentes en el texto la- tino, Forré y Ferragut, a pesar de las dificultades que generaban. Con todo, el escritor borgoñón elude en este nuevo caso la creación de un personaje colectivo, como hizo para cubrir los sucesos de Pamplona, porque el escenario bélico de Monjardín debe en exclusiva su razón de ser a la existencia del reyezuelo que la gobierna, como también sucederá en el caso de Nájera, bajo el mando de Ferragut. Por tal motivo, Aubert creó un nuevo gobernador de la ciudad turpiniana, David, hermano de Forré28, cuya venganza justifica narrativamente la intervención de su hermano en el relato. Asimismo, el escripvain adjudica a éste una cierta función defensiva de la vencida Pamplona para cohesionar de forma más evidente ambos puntos geográficos:

En mont-Iardin, qui est ou paijs de Nauarre, se tenoit pour lors vng roy sarrazin nomme Dauid, lequel esoit frere du roy Fourre. Il vint a la congnoissance du bon empereur que cellui Dauid se mettoit en armes pour le venir combatre. Lors fist mettre chascun en armes et aller aux champs, pour cause que cellui Dauid auoit assamble vn grant nombre de paiens, disant qu’il vengeroit la mort de son frere, que Oliuier auoit occis, et si vouloit auoir Pampelune, qui lui deuoit appartenir (CCC, II, 1, p. 220).

Conforme a lo indicado en el texto turpiniano, cae la ciudad de Monjardín, y los guerreros destinados a recibir la palma del martirio, separados previamente del resto de la tropa, son encontrados sin vida. El episodio no concluye, sin embargo, con la muerte de este avatar de Forré, como muestra el modelo, sino con su conversión “par inspira- tion ou contrainte de mort” (CCC, II, 1, p. 220). El cambio se explica a partir de la prohibición de matar a Forré formulada en la Prise de

1887, 2 vols., vv. 282-4) o Gui de Bourgogne (F. Guessard y H. Michelant (eds.), Gui de Bour- gogne, Otinel, Floovant, Paris, Vieweg, 1859, v. 8). 28 Schobben piensa, muy acertadamente, que el nombre del propio autor borgoñón inspira el de este desconocido rey (La part du Pseudo-Turpin, p. 42, n. 23a).

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Nobles integrada por Aubert como fuente independiente29, cerrada en falso con la desobediencia de Roland. Siguiendo el espíritu del Pseudo Turpín, Aubert distingue las diferentes funciones de los dos gobernadores de Monjardín y Nájera, como enemigos personales de Carlomagno y de Roland, respectivamente. Por tal motivo, tras la toma del dominio de David, la iniciativa militar corresponde al so- brino del emperador, guiado continuamente a través de la región por Guitelin. La intervención de este guerrero propicia la conquista de Tortonse (CCC, II, 1, p. 221), localidad de transición sin identidad clara mencionada apresuradamente como preludio de la toma de Ná- jera, defendida por el gigante sarraceno Ferragut30. El combate de Roland con este coloso se desarrolla siguiendo en términos generales los parámetros del texto latino, incluida la discu- sión teológica entre ambos31. El héroe cristiano obtiene finalmente la victoria tras un durísimo combate singular plagado de pausas y treguas corteses, formalmente muy semejantes al modelo. También en líneas generales se desarrolla igual que en el texto de Turpín el combate contra Ibrahim de Sevilla y Almanzor de Córdoba, con el que se da por concluida la conquista de la Península. En el texto de Turpín, tanto latino como francés, el combate cierra la conquista de España, deja paso a una serie de digresiones y capítulos indepen- dientes, y da entrada al episodio de Roncesvalles. Consciente de que estas piezas marcan el final de una campaña en su fuente, Aubert las olvida e introduce en su lugar, como marca de cierre, el listado de ciudades españolas presente en el capítulo III del Pseudo Turpín (Jo- hannes, cap. XI), incluyendo la maldición que en la fuente pesa sobre las últimas ciudades32, y la serie de nombres de reyes que realizaron expediciones a España antes y después de Carlomagno. Ambas listas

29 De hecho, el autor borgoñón añade nuevos detalles sobre este converso, lo que da una idea de la importancia que Aubert concedía a su integración en el texto en prosa: “Et ainsi fu Mont-Iardin conquise et le roy Dauid baptisie, lequel fu depuis bon chevalier et ferme en la foy chrestienne. Et pour ce, Charlemaine le aima par grant amour, tant que puis le mena en France et moult honnourablement le tint a sa court vng espace de temps” (CCC, II, 1, p. 221). 30 Sobre el papel de este gigante sarraceno en el Pseudo Turpín y en diferentes textos ro- mances, vid. nuestro trabajo “Ferragut, defensor de Nájera”, Ad Limina, 1 (2010), pp. 129-149. 31 Algunos textos épicos, en particular L’Entrée d’Espagne, desarrollan ampliamente esta discusión teológica. Vid. al respecto Cl. Boscolo, “La disputa teologica nell’Entrée d’Espa- gne”, en Les chansons de geste. Actes du XVIe congrès de la Société Rencesvals (Granada, 21-25 juillet 2003), C. Alvar-J. Paredes (eds.), Granada, Universidad, 2005, pp. 123-134. 32 “Totes ces citez et cez greignors viles qui ci sunt nomees, et cez illes, conquist Charles, les unes par miracle les autres par bataille, fors Luiserne qui est en Val Vert qu’il ne pot prendre desi au darreain qu’il vint la, et si l’asist et fu entor .iii. mois. Adonc fist sa proiere a Deu et a monseignor saint Jacque qu’il la presit et errament chaïrent li mur et est deserte desi au jor d’ui. Uns estans de noire eue crut en mi la vile ou il a granz poissons qui sunt noir. Cele cité maudist Charles et trois autres, Ventose, Capaire, Adamie, et por ce ne furent puis abitees” (Johannes, cap. XI, p. 136). Sobre el motivo de Lucerna en la épica francesa, nos permitimos remitir a nuestros trabajos “Lucerna, ciudad épica”, en Pola melhor dona de quantas fez Nostro Senhor. Homenaxe á profesora Giulia Lanciani, M. Brea (coord.), Santiago de Compostela, Xunta de Galicia, 2009, pp. 313-326, y “Les jeunes guerriers et la prise de Luiserne” en prensa en Me- dioevo Romanzo (en particular sobre el uso de este motivo en Les Enfances Vivien).

RLM, xxiii (2011), pp. 195-208, ISSN: 1130-3611 206 Santiago López Martínez-Morás concluían de facto la primera expedición turpiniana, pero el escri- pvain las vincula a ambas al tiempo que justifica la inclusión de las dos últimas plazas por tomar:

Et pour retourner a nostre matiere par ordre, il ne resta que Nauarre et Sarragouce a conquerir, et veult l’istoire dire que le noble empe- reur fu par deux fois en Espaigne pour la deliurer des paiens. Mais pour ce que l’escripture seroit longue et pourroit baillier ennuy et aussi ce seroit trop a tout declairier les batailles, assaulz, assam- blees, consaulz et emprises que fist Charlemaine, Rolant, Oliuier, les pers, roys, ducs et barons estant en icellui voiage, les prises des villes, citez et chasteaulx, les trahisons qui y furent, les vaillances des preuz et nobles hommes, les deffenses que faisoient paiens et Sarrazins les grans paines, les groz meschiefs que chascun endroit soy auoit, et qui bien pu mal s’i porta, l’istoire s’en passe le plus legierement que faire se puet (CCC, II, 1, p. 233).

En este punto vuelve a haber diferencias con respecto a la tradi- ción épica: el papel de Zaragoza es bien conocido por su condición de feudo de Marsile, pero también de según las indicaciones del Pseudo Turpin (PT, cap. XXI; Johannes, cap. L). Su carácter inexpugnable hace desistir a los cristianos de su conquista y refuerza la opción del retorno a Francia, pero las palabras de Ganelón desve- lan una ubicación y un status extraños de la otra plaza pendiente de conquista: Navarra, situada “au coste de Pampelune” (CCC, II, 1, p. 235), y todavía invicta, podría ayudar a Marsile a retomar el país tras la retirada franca. Ante la posibilidad de que se desbarate el es- fuerzo realizado, el emperador se informa de la distancia que separa ambos puntos, y entonces “il iura la couronne de France qu’il ne par- tira d’Espaigne, qu’il n’ait le roiaulme de Nauarre pris” (Ibidem). El status de Navarra es ciertamente ambiguo porque, más tarde, David Aubert indicará que “ainsi fu la cite de Nauarre prise par grace diui- ne” (CCC, II, 1, p. 236). Es decir, que Navarra es, en las Croniques, alternativamente ciudad y reino, objeto de conquista pero también de ocupación territorial, durante la cual el ataque a Zaragoza cae en el olvido hasta el episodio de Roncesvalles, construido a partir de un número mayor de fuentes. Las causas de esta ambigüedad33 pueden ser múltiples, pero destacan fundamentalmente dos: la primera, la lectura del pasaje correspondiente del capítulo XVI del Pseudo Tur- pín relativo a la ocupación de la región tras la toma de Monjardín, que favorece una cierta disociación entre esta localidad, Pamplona y Navarra; y la segunda, la repetición de la tendencia, ya manifiesta en otras ocasiones, de crear una ciudad auxiliar en el entorno de otro centro esencial dentro de la expedición. 33 La posición de Navarra en el conjunto no tiene encaje fácil, como admite Schobben, La part du Pseudo-Turpin, p. 67.

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A pesar de la indefinición geográfica y de status, el episodio de Navarra tampoco es enteramente original en los motivos que ex- plota: se repetirá, como veremos, el tópico del enemigo colectivo y reaparecerán los elementos sobrenaturales, incluso se precisa la existencia de una nueva ciudad satélite, Morinde; pero la escasa habilidad en la coherencia y la configuración de todos estos aspec- tos, así como la propia ambigüedad del lugar, vinculado al tiempo con Pamplona y Zaragoza, sugieren que el episodio se insertó en el relato con una doble finalidad: cerrar la campaña en el norte y establecer un nexo narrativo con la capital aragonesa y el episodio de Roncesvalles que siguen en el texto. Refuerzan esta hipótesis el modus operandi de la conquista de la localidad, ciertamente poco elaborado34, y la posición del episodio en las Croniques, donde se advierte una adaptación clarísima de la materia del Pseudo Turpín en aquellas partes que cerraban la primera expedición y abrían la segunda. Así, el capítulo de Navarra está precedido por la lista de las ciudades ibéricas y la de los reyes francos y germanos que in- tervinieron en España (capítulos II y III del PT; Johannes, caps. X-XI), como ya hemos visto; y su conclusión viene seguida de la llegada de Carlos a Padrón y el rito simbólico de la lanza clavada en el océano para consagrar la conquista total de España que presentan las versiones turpinianas (PT, cap. II, p. 201; Johannes, cap. IX), y la estancia, descrita como futura, del emperador en Compostela; sigue una referencia pormenorizada del ídolo de Cádiz y su profecía (PT, cap. IV; Johannes, cap. XII), ciertas disposiciones en beneficio de Compostela, resumen de lo establecido en los capítulos V y XIX del Pseudo Turpín (Johannes, caps. XIV y XLV-XLVII) como punto final de las dos expediciones carolingias, y el milagro de Romarico (PT, cap. VII; Johannes, caps. XIV-XV), inserto en estas fuentes al principio de la segunda expedición contra Aigolando. Todo ello para dotar a este conjunto narrativo de una apariencia de fin de ciclo. A la vista de esto, la originalidad de David Aubert es nula o casi nula en estos últimos pasajes y su aportación se limita a alterar los episodios correspondientes del texto latino con el fin de establecer una divi- sión clara entre las hazañas militares previas y el episodio de Ron- cesvalles, dotado de la multiplicidad de fuentes que ya conocemos. Las variaciones territoriales sobre el itinerario seguido hasta ahora sólo tienen importancia en la medida en que el escripvain adapta la tradición turpiniana. Sin embargo, la influencia de otros textos épicos, la exactitud en la ubicación de ciudades no descritas en el

34 La ciudad no tiene líder que destaque entre los habitantes. Su toma parte de la acción interna de un sarraceno que, preso de locura, acaba con varios de los centinelas, circunstancia que es aprovechada por las tropas francas. Se produce una enorme mortandad de sarracenos previa al bautismo de los supervivientes y a la conquista de esta plaza y la de Morinde: “Il fist baptisier ceulx qui furent contens, et commanda mettre a mort les autres, ainsi fu la cite de Nauarre prise par grace diuine. Et y auoit ancoires vne autre ville nommee Morinde aliee a Nauarre, qui pareillement lui fist obeissance” CCC( , II, 1, p. 236).

RLM, xxiii (2011), pp. 195-208, ISSN: 1130-3611 208 Santiago López Martínez-Morás

Pseudo Turpín e integradas en la campaña española, o la función del episodio de Navarra, alternativamente designado como ciudad o reino, otorgan a la refundición borgoñona un valor de primer orden en la renovación de la materia épica a mediados del siglo xv.

Recibido: 10/05/2010 Aprobado: 15/06/2010

d c

RESUMEN: En este trabajo se analiza el proceso de adaptación de la ma- teria turpiniana en una parte del escenario bélico de la guerra de España descrito por David Aubert en sus Croniques et conquestes de Charlemaine, en particular en los episodios previos a la derrota de Roncesvalles. Además, se muestra la voluntad de innovación del compilador borgoñón en esta re- formulación de la materia épica anterior, que afecta incluso a la que procede de textos aislados independientes de la crónica de Turpín.

PALABRAS CLAVE: David Aubert, Croniques et conquestes de Charle- maine, literatura borgoñona, Chronique de Turpin, Prise de Nobles.

ABSTRACT: This paper deals with an analysis of the process of adaptation of the Turpin matter as part of the scenario of the Spanish war described by David Aubert in his Croniques et conquestes de Charlemaine. More specifi- cally, we will focus on Aubert’s description of the episodes previous to the defeat at Roncesvalles. Moreover, we will also prove that the Burgundian compiler adopted an innovative approach in both his reformulation of the aforementioned epic matter and other isolated texts which are independent of the Turpin Chronicle.

KEYWORDS: David Aubert, Croniques et conquestes de Charlemaine, Burgundian literature, Turpin Chronicle, Prise de Nobles.

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