Mendaro, Gipuzkoa
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GEOGACETA, 45, 2008 La fauna de vertebrados del yacimiento Holoceno (Aziliense) de Aizkoltxo (Mendaro, Gipuzkoa) Vertebrates from the Holocene (Azilian) site of Aizkoltxo (Mendaro, Gipuzkoa) Xabier Murelaga (1), José Antonio Mujika Alustiza (2), Salvador Bailon (3), Pedro Castaños (4) y Xabier Saez de Lafuente (1) (1) Universidad del País Vasco/EHU, Facultad de Ciencia y Tecnología, Departamento de Estratigrafía y Paleontología, Apartado 644, E-48080 Bilbao. [email protected] (2) Universidad del País Vasco/EHU, Facultad de Letras. Departamento de Geografía, Prehistoria y Arqueología. 01006 Vitoria-Gasteiz. [email protected] (3) Laboratoire départemental de Préhistoire du Lazaret. Département de Préhistoire du M.N.H.N. 33 bis Bd Franck Pilatte, 06300 Nice, France. [email protected] (4) Museo Arqueológico, Etnográfico e Histórico Vasco. Bilbao. [email protected] ABSTRACT During the excavation of the Azilian levels from the site of Aizkoltzo in 2003 several vertebrate remains were found. Mammal species are represented in the site by, five rodents, two insectivores, five artiodactyls and three carnivores, the reptilians by one saurian and three ophidian and the amphibians by one anuran. The vertebrate assemblage indicates a humid temperate climate quite similar to that occurring in the area at present day. The macromammals assemblage of Felis silvestris, Meles meles, Sus scrofa and Capreolus capreolus is usual in the Postglacial of the Cantabrian Basin. Key words: Vertebrates, Holocene, Azilian, Cantabrian Basin, Gipuzkoa. Geogaceta, 45 (2008), 71-74 ISSN: 0213683X Introducción. mente, en la ladera suroeste de la colina por la que se accede a una sala de unos 12 de Aizkoltxo, en el polígono industrial de m2. En su lado izquierdo se abre una gale- En el bajo Deba se encuentra la ma- Kurutz Gain (Mendaro, Gipuzkoa) (coor- ría lateral que estuvo colmatada de sedi- yor concentración de yacimientos paleo- denadas UTM x: 549462 e y: 4788761) mentos, pero cuyo extremo exterior ha líticos y del Holoceno antiguo de (figura 1). La existencia de este yaci- sido vaciado por los clandestinos. El cri- Gipuzkoa. Buen ejemplo de ello son los miento fue denunciada por J. M. de bado de las tierras del vaciado permitió la yacimientos cársticos de Ermittia y Barandiaran en 1927, quien en una cata recuperación de abundantes restos ar- Urtiaga, excavados por T. de Aranzadi y practicada en la misma recogió algunas queológicos, algunos de ellos muy signi- J. M. de Barandiaran en las décadas vein- piezas líticas poco significativas desde el ficativos y atribuibles al Magdaleniense te y treinta del pasado siglo (Aranzadi y punto de vista cronocultural y cuyo para- Superior. Barandiaran, 1928), y Agarre (Mendaro) dero se desconoce actualmente. Con pos- En la parte exterior de la cueva, y a lo descubierta y excavada en 1966 por J. Mª terioridad, en la década de los ochenta, en largo de la base de la pared vertical se Apellániz y P. Rodríguez Ondarra una visita realizada por miembros del observó la existencia de un alineamiento (Altuna, 1976). Las dos últimas localida- Grupo Munibe, efectuaron una recogida de bloques muy grandes que sugería la des tienen registro con cronologías superficial de algunos sílex que fueron preexistencia de una especie de abrigo, atribuibles principalmente al Tardiglaciar entregados en la Sociedad de Ciencias cuya visera se habría desplomado. Con el y Holoceno Antiguo. Más recientemente Aranzadi. Estos mismos son también fin de confirmar si bajo esta visera pudo miembros del grupo Munibe de Azkoitia quienes informaron de la reciente activi- cobijarse algún pequeño grupo humano han identificado un elevado número de dad de furtivos (2003) en el interior de la prehistórico se decidió realizar un sondeo cavidades con interesantes estratigrafías, misma cavidad. de un metro cuadrado (cuadro 7D). El si- como son Praileaitz I y II (Deba), La cueva de Aizkoltxo se abre en un tio elegido es un reducido espacio entre excavadas respectivamente bajo la direc- rellano existente casi en la parte inferior grandes bloques y la propia pared verti- ción de X. Peñalver y E. Uribarri de la colina, y en la base de una pared cal, en cuya base hay un pequeño conduc- (Peñalver y Mujika, 2003 y 2005); vertical de caliza urgoniana (Aptiense su- to cárstico prácticamente colmatado de Zerratu (Mutriku) y Aldatxarren perior-Albiense inferior) de unos 7 me- sedimento. (Mendaro) por A. Sáenz de Buruaga y tros de altura. En su parte delantera pre- En este sondeo se excavaron 15 le- Kiputz IX (Mutriku) por P. Castaños senta una plataforma desde la que se do- chos, alcanzándose el metro de profundi- (Castaños et al., 2006). mina el curso del río Deba, que se localiza dad. Todo el depósito es bastante homo- El yacimiento descrito en el presente a menos de un centenar de metros. La en- géneo, siendo el sedimento limoso-arci- trabajo se encuentra en las proximidades trada, ligeramente descendente, tiene una lloso suelto de color marrón. Entre los de las cavidades mencionadas anterior- anchura de 80 cm y una altura de 1,20 m, lechos 4 y 9 aumenta el número de blo- Copyright ® 2008 Sociedad Geológica de España / www.geogaceta.com 71 GEOGACETA, 45, 2008 X. Murelaga et al. y húmedos para sobrevivir. Vive en alta montaña y en praderas, a distintas altitudes. También aparece cerca de los ríos y arroyos, pero nunca en bosques densos (Sesé, 2005). (Pokines 1998; Peman, 1985). Soricinae Grupo Sorex coronatus Millet, 1882- araneus Linnaeus, 1758 (Fig. 2: 6) Las especies incluidas en Sorex grupo Fig. 1.- Localización del yacimiento de Aizkoltxo. araneus-arcticus suelen ser abundantes en los lugares húmedos Fig. 1.- Geographic location of con buena cobertera vegetal, Aizkoltxo site. arbustiva e incluso arbórea (Peman, 1985; Pokines, 1998). ques, y en los lechos inferiores (10-15) se se ha consultado principalmente Bea oscurece el sedimento y se incrementa de (1980 y 1981), Pleguezuelos et al. (2002) Talpinae forma notable el número de restos. Sin y García-Paris et al. (2004). Talpa europaea. Linnaeus, 1758 (Fig. 2: embargo, la presencia de huesos humanos Una vez se termine con el estudio de la 7). y fragmentos cerámicos (lechos 6 a 12) microfauna, todo el material será entrega- Paleoecológicamente Talpa es un nos lleva a proponer (a falta de dataciones do a la Diputación Foral de Gipuzkoa. género euritermo asociado a praderas C14) que la utilización de dicho espacio húmedas por lo que su presencia es para efectuar inhumaciones, quizás duran- Sistemática indicativa de cierta humedad (Peman, te el Calcolítico-Bronce, ha alterado pro- 1985). Las especies del género Talpa fundamente la estratigrafía. Por otra parte, Mammalia son insectívoras y cavadoras, y por la presencia en los lechos inferiores (12- Murinae eso necesitan suelos profundos para 15) de elementos de dorso (laminillas y Grupo Apodemus sylvaticus (Linnaeus, sobrevivir (Cuenca Bescós y García puntas) y de un fragmento de arpón 1758) -flavicollis (Melchior, 1834) Pimienta, en prensa). Su presencia aziliense nos lleva a creer que en estas ta- (Fig. 2: 1) puede tomarse como indicativo de llas la remoción ha sido menor o inexisten- Suelen encontrarse tanto en espacios humedad. En un principio, estaban te. Del lecho inferior se envió una muestra forestados como en descubiertos. relacionados con zonas boscosas, ósea para su datación por AMS, Aunque cuando su proporción pero han tenido que adaptarse a las obteniéndose una cronología de 9.980±65 aumenta es indicativo de medios mas praderas (Kolfschoten, 1995). BP. boscosos y más calidos (Peman, 1985). Bovidae Metodología Capra pyrenaica Schinz, 1838 Arvicolinae La cabra montesa o bucardo es una La metodología empleada en la identi- Grupo Microtus arvalis (Pallas 1778) - especie adaptada a biotopos de ficación de estos restos así como en la esti- agrestis (Linnaeus, 1761) (Fig. 2: 2) roquedo como los que rodean al mación de edad, sexo y otros extremos Aunque ambas especies prefieren los yacimiento. No lejos de éste se halla arqueozoológicos es la común en este tipo espacios descubiertos, M. agrestis se el yacimiento de Ermittia que fue un de trabajos. El material de microfauna se suele internar en zonas boscosas y lugar de habitación de un grupo ha obtenido por medio de flotación del se- requiere de cierta humedad y M. humano especializado en su caza dimento habiéndose utilizado como tamiz arvalis es más propio de estepa durante el Paleolítico Superior inferior el de 0.5 mm de luz de malla. continental (Peman, 1985). (Altuna, 1972). De los restos de micromamíferos se Terricola sp. Fatio, 1867 (Fig. 2: 3) Rupicapra rupicapra Linnaeus, 1758 han estudiado con más detalle los Las especies de este género viven en (Fig. 3: 2 y 5) molares, ya que su morfología y talla son zonas de suelos profundos y húmedos El sarrio o rebeco comparte con la de gran valor a la hora de clasificar los o en zonas de pradera con abundante cabra la afinidad por lugares taxones. En el caso de reptiles y anfibios, vegetación (Peman, 1985). escarpados aunque puede ocupar la determinación se basa sobre diferentes Clethrionomys glareolus (Schreber, temporalmente zonas de bosques elementos esqueléticos, principalmente 1780) (Fig. 2: 4) altos. Su presencia en el bajo Deba las piezas craneales y las vértebras en el El topillo rojo se encuentra asociado a está confirmada de forma caso de los reptiles a las que hay que aña- zonas boscosas o con abundante ininterrumpida desde el Musteriense dir, la morfología de húmero y del ílion vegetación y sobre todo en climas hasta el Mesolítico (Altuna, 1972). en el caso de los anfibios. templados. Aunque su proporción Los requisitos ambientales de cada relativa es alta en climas templados, Cervidae uno de los taxones de micromamíferos también se puede encontrar en climas Cervus elaphus Linnaeus, 1758 (Fig. que se han descrito en el yacimiento de más fríos pero con una frecuencia 3: 6) Aizkoltxo se han obtenido de los trabajos menor (Peman, 1985; Peman 1990).