Las Comunidades Mudéjares De La Corona De Aragón En El Siglo Xv: La Población
Total Page:16
File Type:pdf, Size:1020Kb
LAS COMUNIDADES MUDÉJARES DE LA CORONA DE ARAGÓN EN EL SIGLO XV: LA POBLACIÓN María Teresa Ferrer i Mallol* Los ESTUDIOS SOBRE LOS MUDÉJARES El conocimiento de las comunidades islámicas residentes en los estados de la Corona de Aragón (que podemos llamar mudejares, moros o sarracenos) es toda- vía desigual según las zonas y los periodos cronológicos. Sin embargo, la biblio- grafía ha aumentado muchísimo últimamente, tanto que esta ponencia, aunque limitada al siglo XV, amenazaba convertirse en libro si intentaba dar una visión de todos los aspectos de las comunidades mudéjares en tres de los estados de la Corona de Aragón, es decir, Aragón, Cataluña y Valencia, puesto que Mallorca no puede ser comprendida porque no tenía comunidades mudéjares organizadas, aun- que sí había musulmanes libres; según Elena Lourie, que no da mucha importancia al hecho de que no tuvieran aljamas, se regían por unas costumbres propias y, a principios del siglo XIV, tenían una mezquita (231)1. También Ricard Soto (235- 37), Jaime Sastre (234) y N.E. Gais (230) han estudiado a esos musulmanes, aunque es difícil distinguir a los que eran descendientes de la población anterior a la con- quista cristiana de los excautivos manumitidos. Me centraré, pues, en el estudio de la población de las aljamas, puesto que otras cuestiones han sido ya objeto de Simposios anteriores, por ejemplo la economía, la fiscalidad o el urbanismo. Antes, sin embargo, dedicaré unas páginas a una síntesis orientativa sobre la producción bibliográfica más general acerca de los mudéjares. El siglo XV es la etapa final de la vida de las comunidades mudéjares bajo domi- nio cristiano, que se había iniciado en unos territorios en el siglo XII y en otros en el XIII. Para estudiar cualquier aspecto que les afecte hay que remontarse siempre a los antecedentes. No podemos prescindir de las capitulaciones del momento de la conquista ni de las cartas de población posteriores. En Cataluña, la capitulación * CSIC. Institución Milá y Fontanals. 1. El número remite a la lista bibliográfica final. Citaremos así en lo sucesivo, salvo en los casos en que se remita a una página concreta de un trabajo. —27— MARÍA TERESA FERRER I MALLOL de Tortosa ya fue publicada por Bofarull2, mientras que las cartas de población que se han conservado fueron editadas y estudiadas por el Profesor J.M.a Font i Rius (203-205); en Aragón, se ocuparon de esa tarea los Profesores J.M.a Lacarra (124) y M.a Luisa Ledesma (26)3, mientras que los trabajos de A. Ubieto (67), M.a Jesús Viguera (188) y W.C. Stalls (182) permiten seguir el proceso de la conquista cris- tiana. En Valencia, E. Guinot (15) y M.V. Febrer Romaguera (8) han publicado los pactos originales para la permanencia de las comunidades islámicas después de la conquista y otras cartas de población posteriores para esas mismas comunidades; en tanto que la conquista ha sido analizada por diversos autores, M. Sanchis Guarner (458), P. López Elum (398-399 y 401), D. Bramón (268) y J.M.a Font i Rius (335) y, desde luego, en la impresionante obra de R.I. Burns (271-286) y de P. Guichard (360-361). Tampoco podemos prescindir de las obras que han estudiado esas comunidades en los siglos XII, XIII y XIV. Del mismo modo también hemos de recurrir, a veces, a los libros y artículos que se ocupan de la época morisca, cuando los mudéjares, después de su conversión forzada, pasaron a otra situación peor, la de una minoría integrada a la fuerza y de golpe en otra cultura y en otra religión. Es especialmen- te útil la obra de H. Lapeyre, donde puede encontrarse la bibliografía anterior (23). Quien quiera estudiar la comunidad islámica en la Corona de Aragón en el siglo XV se enfrenta a la dificultad que supone la falta de síntesis de conjunto. No hay nin- guna obra de carácter general que nos permita seguir la evolución de la comunidad islámica. Los estudios se suelen centrar en alguno de los estados de la Corona. Las excepciones son las obras que contemplan el conjunto, pero ciñéndose a un periodo determinado o a unos temas concretos. Así, por ejemplo, Elena Lourie se ocupó sólo de los últimos años del siglo XIII (64), la obra de John Boswell (46) se centra en el siglo XIV y más específicamente en un período conflictivo como fue el de la guerra con Castilla, conocida como de los dos Pedros, a mediados del siglo. Yo misma, en «Els sarraïns de la Corona catalano-aragonesa...» (52), adopté también un marco general, pero me circunscribí al estudio de determinados temas: segregación, libertad religiosa y libertad de movimientos; cuestiones tratadas por los monarcas de un modo bastante general. Y me centré en el siglo XIV, sin alargar el análisis más allá de los primeros años del XV, aunque posteriormente he ampliado a esa última centuria el estudio de la emigración de los mudéjares (54, 57), cuestión sobre la que hay otros estudios, de David Romano (222), de Emilia Salvador (454), de José Hinojosa (371 y 381), de Manuel Ruzafa (436-437), de Andrés Díaz (299) o de M.a Luisa Ortells (416). David Nirenberg también ha analizado un aspecto concreto: el de las relacio- nes entre judíos y mudéjares, para todo el territorio, centrándose en el siglo XIV igualmente (65-66); Anna Domingo ha estudiado los subsidios de las aljamas reales y la criminalidad entre los moros, en el siglo XIV, en todo el territorio de la Corona de Aragón (48-49); es un estudio general, aunque breve, el de V. Kuchler (63). 2. P. BOFARULL, tomo IV, pp. 130-135. Cf. número 45 de la bibliografía. 3. Documentos 180, 186, 210, 219, 229, 231, 233, 237 y 243. Otras publicaciones sobre cartas o capi- tulaciones de lugares concretos serán citadas al tratar de esos lugares. —28 — LAS COMUNIDADES MUDÉJARES DE LA CORONA DE ARAGÓN EN EL SIGLO XV: LA POBLACIÓN Hay que mencionar todavía los estados de la cuestión presentados por diversos investigadores en estos Simposios de Mudejarismo y en otros congresos o publica- ciones especiales, que son breves, por su propia naturaleza, como los de Mercedes García Arenal (59) o los míos (53 y 56). Los libros y los artículos sobre la minoría islámica en reinos o en regiones concretas son mucho más numerosos como vere- mos a continuación. Cataluña.- La población islámica residente en el principado en la Baja Edad Media ha sido poco conocida durante mucho tiempo; ahora nuestra información es mucho mejor. La poca atención dispensada por los historiadores a ese tema se debe a la menor importancia numérica de la minoría islámica en Cataluña, en comparación con la de Aragón o la del reino de Valencia, y a la dificultad en la localización de las fuen- tes documentales puesto que, salvo las aljamas moras de Lleida y Tortosa, que eran reales, las demás pertenecían a señoríos nobiliarios o eclesiásticos, especialmente de la orden del Hospital. Algunas fuentes nobiliarias se encuentran en el Archivo Ducal de Medinaceli, en Sevilla, mientras que las de la orden del Hospital están divididas entre Barcelona y Madrid y son de manejo difícil, salvo los pergaminos, porque la documentación está muy mezclada. No hay ningún estudio de conjunto, excepción hecha de los que analizan los censos de población, los de Josep Iglesies (17-21) y Angeles Masiá (29), y de las obras generales ya citadas, así como los capítulos correspondientes a las minorías no cristianas en las obras de historia de Cataluña o de las tierras de lengua catalana (55). J. Mutgé ha dedicado un libro y diversos artículos al estudio de la aljama de Lleida (209-211), mientras que Carmel Biarnés (192-196) y Pascual Ortega (212- 218) han estudiado las comunidades islámicas de la comarca de Ribera d'Ebre; este último dedicó su tesis a las comunidades islámicas de esa zona y recientemente publicó un libro que comprende el periodo medieval de dicho estudio (218); yo misma estoy estudiando la aljama de Tortosa (202). Más adelante ampliaré las refe- rencias bibliográficas. Aragón.- Las síntesis que deben consultarse sobre los mudéjares aragoneses son las de F. Macho y Ortega (146-147), que cuentan con una buena colección docu- mental y, aunque antiguas, son todavía útiles, a pesar del tiempo transcurrido desde su edición; la de J.M.a Lacarra (123), las de M.aL. Ledesma (133,134,140 y, en gene- ral, 127-141), que contribuyó decisivamente a encauzar estos estudios, y los sim- posios de Teruel. Quienes se interesen por la escasa documentación interna de los mudéjares aragoneses encontrarán un completo estado de la cuestión en un traba- jo de M.aJ. Viguera (189). Se han incorporado al estudio de los mudéjares aragone- ses: M.a Isabel Alvaro Zamora (69-71), Blanca Basáñez (77-80), Ángel Conte Cazcarro (90-92), Francisco Javier García Marco (107-113) y otros muchos inves- tigadores que han estudiado aljamas determinadas; me referiré a ellos más adelan- te. J.L. Corral Lafuente ha comentado el proceso de deterioro de la condiciones de vida de los mudéjares aragoneses (95), mientras que otros autores han analizado aspectos concretos: Asunción Blasco (82) ha estudiado el notariado mudéjar y M.aJ. Roy se ha interesado por la alimentación y otros temas concretos (175-176). —29 — MARÍA TERESA FERRER I MALLOL Entre los investigadores extranjeros cabe citar a Elena Lourie (64 y 145) que, aun- que se especializó en los moros de Menorca, también ha publicado trabajos sobre los mudéjares aragoneses, a William Stalls (181) y, más recientemente, a Brian Catlos (85-87), que ha dedicado su tesis a los mudéjares del valle del Ebro, tanto de Aragón como de Cataluña.