Revelación Que Fue Mostrada a Lope De Salazar Por Un Ángel
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REVELACIÓN QUE FUE MOSTRADA A LOPE DE SALAZAR POR UN ÁNGEL Salamanca, BUS Ms. 2762 olim Biblioteca del Colegio Mayor de Cuenca, fols. 73v-78r pulcritud, Reuelaçión que fue mostrada a Lope mas por darte a conoç[e]r de Salazar por vn ángel1 en qué despendas la vana juventud.» O luz de los jntelectos tu persona trina y vna Asý como despierto, more en mj, deste sueño glorjoso con que diga los secretos mucho presto que en la tu corte diujna ante mjs ojos hallé conoçí; vn ángel claro, hermoso, entera cuyo jesto en hermosura s’estrema; pues fue tan du[l]çe tu pago, su senblante, cuerpo y cara la jnvocaçión non fingida2 muj gentil que hiziere con vna rica diadema a ti solo Dios la hago, y una almática más clara cuya muerte nos da vjda que vn veril. que no muere. Tomando nuestra jornada Tu Santo Spiritu m’alumbre como yo sienpre mirava con que pueda poner yo al profundo, por escrito vy vna nuve colorada vn sueño de dulçedumbre que de gran fuego çercava que’l cuerpo tal me dexó todo el mundo. sin spirito3. No cesando de mirar al ángel que me gujaua; vna toda no me tuve sin poder le preguntar qué cosa sinjficaua Entre cuyo bien y mal, aquella nuve5. entre cuya glorja y pena que sintía, Respondió: «Sábete, amigo, vi vna boz angelical que la soberuja es aquella más dulçe que de serena,4 que se influye que dezía: a la que dios es enemigo, la que todo el mundo mella «Quiero que sepas, amjgo, y destruye. que aquel rey que a los sujetos Es aquella, para mjentes, da conorte amiga de pensamjentos manda que vengas comjgo mundanales, donde veas los secretos es çevo que a los valientes de su corte, acarrea los tormentos no por tú lo merecer jnfernales.» de saber la soberana Pasamos más adelante hallarás con muchas glorjas y viçios que la glorja que les dexas y allegamos no es nada con la más alta a vn palaçio muy triunfante que verás.» de muy ricos edifiçios, Así que quando partimos do hallamos desta sala que publico tanta jente sin pesar, tan real, tanta bienaventurança, súbitamente nos vimos que memorja en vn alcáçar muy rrico no podría recontar desigual.||74rb la glorja que allj se alcança de la glorja. Las torres eran algunas de jaspes mucho lunbrosos, Pregunté al ángel: «Señor, laboradas estos bienaventurados, en los medios sus colunas ¿quiénes fueron de balajes muy preçiosos qu’en aquel mundo traydor rodeadas tan exçelentes estados de rica maçonería, mereçieron?» de mjll maneras de joyas sus varandas, Responde el ángel|74ra de preçiosa pedrería los raçimos, claraboyas «Estos son los labradores y gujrnaldas. que sus cuerpos con sus manos mantenjan De oro todo el tejado y los sus pobres sudores de quien su obra galana con los pobres sus hermanos se publica. los partían»6. El suelo todo esmaltado, las puertas de filjgrana Señor ángel, si ser puede, mucho rica. sy pueden tus benefiçios, Las paredes de cristales, si tú puedes, un rrico verjl en medio haz que con estos me quede, de su cunbre, no quiero de mjs serujçios a quien ojos corporales más merçedes. no podían dar remedio Y aqueste ruego te ofresco de su lunbre. pues aquel es el biujr de mi vida; Mjrando aquella trebuna no porque yo lo merezco, desta sala tan dorada mas por no me ver morjr del que adoro, a la partida.» vy a la entrada vna coluna de letras toda gravada Dize el ángel hechas d’oro. Pregunté al que me gujava «Andemos, que si te alexas qué lavores desta glorja que te falta de letras era aquella y qué ystorja infinjtos, recontava su thenor7. mas destos grandes señores, destos ricos y potentes, Responde el ángel. muy poqujtos10. Allí vi más exçelentes «Sepas que todos los honbres los acá más desechados qu’en la vida justa biuen de consuno; y s’ençierran en la tjerra, mas ponposos y valientes en esta tienen sus nonbres, nj grandes enamorados en esta sola se’escryuen no njnguno. y s’ençierran8. Y aquel qu’en pecado cae, Andauan las santas almas aquel que su bien derribe por jardines y vergeles con su mal, olorosos su nonbre desta se rrae entre plátanos y palmas, y en el jnfierno s’escryve çinamomos y laureles en otra tal». glorjosos cantando con gran mjsterio, Entramos en otra sala loando su majestad que sus obras esmeradas muy a tenpre. y primor O bendito el catiuerjo no se allega nj yguala que nos dio tal libertad njnguna de las pasadas para sienpre. en dulçor; por do pasan muchas jentes De los aspros çiliçios de toda cavtiujdad y ábitos y cordones mucho francas que traximos, sus caras claras, luzientes de tan pequeños serujçios, sus ropas, de castidad o quán grandes galardones todas blancas. reçibimos. En cuyo coro glorjoso Allí vi los religiosos jamás çesa este loor que del mundo refrenaron tan solene su cudiçia, daquel dios tan anjmoso muchos reyes generosos que en tanta glorja y dulçor que sus reynos governaron los sostiene. |75ra en justiçia. Muchas dueñas limosneras Muy ledos y sin casançio que la hanbre sus pedaços en fin de nuestro camino les matavan; çelestial quánto las vi delanteras, llegamos al gran palaçio quán claros aquellos braços donde estaua el vno y trino que lo davan.||74vb filial. Las obras y maravillas Allí vi de los menores,9 de salas y corredores de los baxos ynoçentes tan de sobra ¿qué lengua podrá dezillas los cantos angelicales; recontando los primores al cabo todos en vno de su obra? concordauan; yo que’staua muy contento Cuya obra quiero callar ante’l diujno y humano pues es tan alto Señor poderoso el que sostiene, vi que’staua en finamjento porque avella de contar vn rrico onbre tirano a tan rrudo trobador cudiçioso. no conviene. De carvunco los hunbrales Cómo su alma salió era su rica corona d’entre hijos y muger rodeada; y de honbros las almenas de diamantes, tan presto se la lleuó el ruedo de calçedonja el hanbrjento Luçifer muy preçiada. en las manos12; mas los ángeles llegaron Su rico doser despaldas con muchas alegaçiones entallado de sapinas a la vez y çafires y tal partido sacaron figurado de esmeraldas, que fuesen con sus razones franjado de corverinas ante’l juez13.| 75va y rubíes. Vi ángeles syn cuento, Llegando al sol de justiçia, ordenados sus ofiçios llegando al rey diujnal çelestiales,11 verdadero, ante cuyo acatamjento movido con gran cudicia no çesan estos servjçios dixo el prínçipe infernal diuinales.||75rb el primero: «Bien sabes, eterno Dios Potestades y virtudes que desque nos destruyste, con harpas y chirunbelas justo rrey, glorjosas, entre estas gentes y Nós serafines con laudes bien sabes que’stableçiste monacordios y viuelas aquesta ley: y baldosas; las bozes contras tenores Qu’el crudo avarjento rico las cançiones que cantauan fuese a aquel fuego disforme y tañjan, sin clemençia. todas eran de loores A tu Alteza supljco para aquel Dios que adoravan con esta ley que conforme y serujan. tu sentençia». El ángel que le fue dado Cuyas bozes espeçiales para que guarda le fuese melodías de consuno dixo asý: no çesauan «Jamás cometió pecado, que prjmero no le dixese deste mundo, guay de ti. así se vio sobarcada del caudillo Satanás Mas pues fue su voluntad del profundo. de juntar sienpre riqueza sin prouecho, Mas llegó aquella esperança15 si qujsiere con piedad, que los suyos no son si no juzgue tu Alteza no sé cuyos, por derecho». aquella que sjn tardança Quando el justo juez vio su corte en la tal pasjón cada vno lo que dezía, a los suyos|76ra justamente con vna ganosa curia su sentençia pronunçió, con aquel representar en la qual se contenja muy lunbrante, lo siguiente: con vna graçiosa furia con vn hermoso mudar «Anda, ve, triste, maldita, de senblante. pues que nunca oviste duelo de mjs pobres, dize Nuestra a aquella pena ynfinjta Señora al Enemjgo16: donde la glorja del çielo «Di, traydor, ¿quién te mandó nunca cobres». all’alma poner temores La sentençia pronunçiada, deste onbre, sin grado de apelaçión de quien sienpre me sirujó, nj rreujsta, de qujen sienpre d[i]o loores tomaron a la cujtada, a mj nonbre? no menguada de afliçión, Anda, mal aventurado, y conqujsta para aquel fuego sin calma con porfía, lleuáronla todos ellos pues osaste ser osado a aquellas penas eternas de querer llevar all’alma con abraços, qu’era mja». los vnos por los cabellos y los otros por las piernas Responde con mjedo el y los braços14. metido en grandes ardores: «O, Señora, Otro juyzio sienpre nos fuiste cruel por ser de los pecadores De aqueste lugar glorjoso defensora»17. vi feneçer a desora Dize Nuestr a Señora sjn su voto vn perverso religioso «No quiero yo que te quexes que fue de Nuestra Señora nj menos que en el abismo muj devoto me la atizes, así como fue botada mas quiero que me la dexes su alma para jamás hasta que vamos al mjsmo que tú dizes. Ante la eterna presençia Y con esto soy contenta d’aquel su hijo Hemanuel que deljbre el Alto Justo Rey del çielo, la questión»; con solene reuerençia do con gana muy hambrienta los ojos puestos en él dixo aquel dragón robusto y en el [suelo]20|76va su rrazón: ante aquel mereçimjento «Bien sabes, Justo Juez, ante aquella grande jnmensa que pues que con tus manos||76rb que parjó el mundo y su redondez con aquel acatamjento sobre todos los humanos la Virgen nuestra defensa tú nos diste començó.