Poesia De La Independencia Prologo
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POESIA DE LA INDEPENDENCIA PROLOGO I. HISPANOAMERICA INTRODUCCION: EL MARCO HISTORICO E l prim er cuarto del siglo X IX es la época de la Independencia de la mayor parte de las colonias hispanoamericanas. Culminación de un proceso que fermenta durante la segunda mitad del siglo X V III, pero que triun fará en Hispanoamérica a comienzos de la centuria siguiente. Antes de 1825 se completó la liberación de todas las colonias españolas, con la excepción de Cuba y Puerto Rico. Al cerrarse ese ciclo, quedan al descubierto una serie de problemas fundamentales en las vidas de los na cientes estados. Problemas políticos, sociales, económicos, religiosos, cul turales, ya visibles en el momento inaugural (como que eran, en parte, de rivación y herencia colonial), pero pospuestos por la urgencia de la lucha libertadora. Estas vicisitudes pasan a planos principalísimos después de 1825. De tal manera, escapan en buena medida al momento que estudiamos, centra do particularmente en los hechos militares y en los primeros y trabajosos tanteos de organización político-social. La historia de las antiguas colonias a lo largo del siglo X IX (y aun en lo que va del X X ) muestra que no fue’fácil allanar las dificultades. Con todo, para precisar períodos, es más justo decir que el primer tercio del siglo X IX corresponde al básico fenómeno inaugural marcado por las Re voluciones de Independencia. Epoca donde todo se sacrifica al triunfo de la causa patriota, particularmente en los campos de batalla y en los inten tos iniciales de un orden jurídico. Quedará para después resolver el candente problema de la organiza ción, casi siempre ante las acechanzas de dos peligros notorios, la tiranía y la anarquía. Males a los que contribuyen la indocilidad, la urgencia de muchos y las ambiciones de no pocos, y que tantas veces pusieron en ja que las mejores intenciones y el sacrificio de los mejores. PERIODO Y NOMBRES Es posible que en el reconocimiento de esta etapa literaria (que abarca aproximadamente el primer cuarto del siglo X IX ) influyan diversos fac tores. Es posible. Por lo pronto, la penetración decidida — y consciente— del romanticismo, hacia 1830, marca ya uno de los límites extremos. En el otro lado, resulta quizás más difícil marcar una fecha. Por di versos motivos: no se trata, en primer lugar, de una irrupción estética, sino de una continuidad en relación a un neoclasicismo que llega a estas tierras con retraso. Pero una creciente literatura política aparece ya a fines del siglo X V III y se acentúa en los primeros años del siglo X IX . De esta manera, no puede extrañarnos que en periodizaciones recientes (y, sobre todo, que ofrecen ciertos fundamentos) no haya coincidencias to tales, aunque sí ofrecen coincidencias que convienen llamar esenciales. Pedro Henríquez Ureña (Atout seigneur, tout honneur) escribió, sabe mos, un libro fundamental sobre Las corrientes literarias en la América Hispánica. En él, si bien hace hincapié, como corresponde, en las “ corrien tes literarias” , no deja de reparar en la evidente interrelación que existe en el Continente entre literatura y sociedad. Pues bien, Pedro Henríquez Ure ña señala un período o etapa que se extiende desde 1800 hasta 1830 y lo destaca con el nombre de “ La Declaración de la independencia intelectual” . A su vez, José Antonio Portuondo estableció (aunque no desarrolló fundamentaciones) una periodización de las letras en Hispanoamérica, si guiendo bastante de cerca a Pedro Henríquez Ureña. Prueba de ello es que, en un comienzo, coincidió con las fechas extremas (1800-1830), con sólo el cambio del título. Llamó a este período “El patriciado prerromán tico” . Este primer esbozo sufrió más tarde algunas modificaciones al repro ducirse en un libro y al tomar un más extendido carácter de generaciones (primitivamente, consideraba las generaciones a partir de 1800). De tal modo, el período cambió así: “ 1790-1822. Independencia: el patriciado prerromántico” . Enrique Anderson Imbert, por su parte, procurando conciliar genera ciones y cronologías cambiantes, establece esta etapa desde 1808 hasta 1824. Y puntualiza que se incluyen allí los nacidos entre 1780 y 1800. Por último, y para no abultar demasiado las citas, José Juan Arrom establece en su Esquema generacional de las letras hispanoamericanas lo que llama “la generación de 1804”, que se extiende de 1804 hasta 1834. “ La generación de las libertades” , aclara x. 1 Cf., Pedro Henríquez Ureña, Literary Currents in Híspante America (Cam- brige, Mass., 1945). Ver también la traducción española de Julio Díez-Canedo. Tam bién, José Antonio Portuondo, "Períodos" y " Generaciones” en la historiografía literaria hispanoamericana (en Cuadernos Americanos, de México, 1948. VII, n9 3, pág. 242); id., La historia y las generaciones (Santiago de Cuba, 1958); Enrique Anderson Imbert, Historia de la literatura hispanoamericana (ver 2* ed., México, 1957); y José Juan Arrom, Esquema generacional de las letras hispanoamericanas (en Thesaurus, de Bo gotá, 1961, XVI, n9 3, págs. 650-663). Repito, pues, que hay coincidencia en lo esencial. Sobre todo, teniendo en cuenta que es coincidencia de fondo, centrada particularmente en los años de las revoluciones de independencia. A eso se agrega el carácter predominante de la literatura de la época y la no difícil captación de los escritores que configuran, precisamente, este período. Sin embargo, como no hay hechos nítidos que marquen, sobre todo, la fecha inicial, creo que pueden mantenerse las fechas extremas que señala Pedro Henríquez Ureña: 1800-1830. Las cifras redondas indican ya cierta imprecisión, pero es la imprecisión que surge, de las causas apuntadas. Por otra parte, no conviene dar a tales fechas más importancia que la que realmente tienen: la de límites un tanto provisorios, defendibles hacia adentro (por caracteres que lo personalicen) y hacia fuera (en el conjunto de las etapas o períodos). También, por las causas apuntadas, es posible que algunos escritores (no muchos) se justifiquen muy vagamente en el recuadro de este momento. Pero esta es contingencia explicable en todos los tiempos, y más aún en las letras hispanoamericanas, en razón de la amplitud geográfica que encierra su nombre. Además, como no pretendo el absurdo de divisiones geométricas, creo que el carácter de esta época (en relación a las Revoluciones de Indepen dencia y a la literatura de la época, ligadas, en buena parte, a esas luchas) permite ciertas incorporaciones, especialmente de los que se perfilan hacia fines del siglo X V III y que alcanzan aproximadamente el primer cuarto del nuevo siglo. Naturalmente, de hombres que tienen que ver con los rasgos literarios del momento. Con menos claridad resaltan los que inician su producción en años fronterizos, hacia adelante. En general, es el romanticismo el que nos sirve de elemento escindidor. De todos modos y fuera de estos problemas de situación (por otra parte, inevitables), son los abundantes nombres que se marcan hacia el centro los que determinan y defienden con nitidez la etapa. Circunscribiéndonos a nuestro momento, conviene agregar una circuns tancia particular, aunque explicable de sobra por todo lo que hemos dicho. Si bien el período lo constituyen típicos'“ escritores” , es injusto dejar de lado a hombres que alcanzaron su relieve más alto como libertadores, gobernantes, militares, etc., pero que dejaron también pruebas de alguna virtud literaria. En determinados casos, hasta suelen darse curiosos equi librios. Con todo, no resulta difícil separar los escritores que logran su prestigio o deben hoy su supervivencia a la condición de escritores, y los que, teniendo o mostrando algunas condiciones, logran su mayor altura en otras disciplinas o menesteres. Sobre esta base, podemos tentar ahora la nómina — sin pretensiones de agotar el repertorio de nombres— que hace posible este período de las letras hispanoamericanas. Nómina y, al mismo tiempo, la elemental distinción (escritores o escritores proceres, proceres escritores) que marca- mos. De más está decir que la serie no tiene, en principio, ningún afán de mostrar categorías de valor, y sólo pretende un simple orden de acuerdo a la fecha de nacimiento. He aquí la serie que atiende, sobre todo, a la condición de escritor: Gregorio Funes (1749-1829), Jacobo de Villaurrutia (1754-1833), Hipólito Unánue (1758-1833), Fray Cayetano Rodríguez (1761-1823), Manuel de Zequeira y Arango (1764-1846), Fray Servando Teresa de Mier (1763- 1827 ), Rafael García Goyena ( 1766-1823 ), Camilo Henríquez ( 1769-1825 ), Simón Rodríguez (1770-1854), Dámaso Antonio Larrañaga (1771-1848), Luis Ambrosio Morante (1772-1837), Mariano del Campo Larraondo (1772- 1860), Carlos María de Bustamante ( 1774-1848), Francisco de Covarrubias (1775-1850), José Joaquín Fernández de Lizardi (1776-1827), José Pérez de Vargas (1776-1855), Fray Francisco de Paula Castañeda (1776-1832), Lorenzo de Zavala (1778-1836), José María Gruesso (1779-1835), Vicente Pazos Silva (1779-1852), José Joaquín de Olmedo (1780-1847), José Joaquín de Larriva y Ruiz (1780-1832), Bernardo Vera y Pintado (1780-1827), Joaquín María del Castillo y Lanzas (1781-1878), Andrés Bello (1781-1865), José Manuel Restrepo (1781-1863), Francisco Sánchez de Tagle (1782-1847), Anastasio de Ochoa y Acuña (1783- 1833), José Joaquín de Mora ( 1783-1864) 2, Manuel Lorenzo de Vidaurre (1783-1841), José María Salazar (1785-1828), Luis Fernández del Rincón (1785-1841), Vicente López y Planes (1785-1856), Esteban de Luca (1786-1828), Antonio José de Irisarrj (17.86-1868), José María Pando (1787-1840), Andrés Quintana Roo (1787-1851), P. Félix Varela (1788- 1853), Bartolomé Hidalgo (1788-1822), José Fernández Madrid (1789- 1830), José Antonio Miralla (1790-1825), Francisco Acuña de Figueroa (1790-1862), Manuel Carpio (1791-1860), Mariano Melgar (1790-1815), Lucas Alamán (1792-1853), Juan Cruz Varela (1794-1839), José María Luis Mora (1794-1850), Juan García del Río ( 1794-1856), Juan Crisòstomo Lafinur (1797-1824), José Antonio Saco (1797-1879), José Trinidad Reyes (1797-1855), José de la Luz y Caballero (1800-1862), José Joaquín Pesado (1801-1861), Luis Vargas Tejada (1802-1829), José María de Heredia (1803-1839) 3.