Derechos Humanos: Delincuentes Y Víctimas, Todos Víctimas
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Revista Electrónica del Centro de Investigaciones Criminológicas de la USMP-PERÚ- 2da Edición DERECHOS HUMANOS: DELINCUENTES Y VÍCTIMAS, TODOS VÍCTIMAS. TEMAS PARA INVESTIGAR EN LA CRIMINOLOGÍA CRÍTICA LATINOAMERICANA DE LOS PRÓXIMOS AÑOS.* Lolita Aniyar de Castro Penalista y Criminóloga. Investigadora reconocida internacionalmente, es considerada una de las creadoras de la Criminología Latinoamericana. Ministra Consejera de la Delegación Permanente de Venezuela ante la Unesco. Ha escrito: Victimología, Criminología de la Reacción Social, Criminología de la Liberación, Temas de Derecho Penal, El Guante de Terciopelo, El Zulia que queremos ; Democracia y Justicia Penal. Sumario: 1-Las revoluciones originadas por los Derechos Humanos en nuestro campo de batalla. 2- A pesar de haber nacido en la misma cuna, ¿pueden la Criminología y la Victimología seguir andando caminos paralelos, o es el momento de re-integrarlas, ahora de otra manera, conjuntamente con todas las instancias que conforman el espacio de la llamada “cuestión criminal”. 3- La Historia detrás de la Criminología en los inicios del 3er milenio. 4- La irresistible tentación de definir. Los Derechos Humanos, la Libertad y la Seguridad. 5- Democracias y autoritarismos: víctimas de las instituciones y víctimas de la Ley. la Independencia de Poder Judicial como Derecho Humano. 6- El autoritarismo del mercado y de la globalización: un banquete particular. Otra forma de victimización. 7- La globalización cultural y las migraciones. 8- El Miedo y el aumento de las penas. 9- El Derecho Penal del Enemigo. 10-El regreso del peligrosismo y la cultura de la guerra. 11- El proceso penal como conjunto de garantías a los Derechos Humanos. 12- El rol de la llamada Justicia. 13- La legislación penal de emergencia. 14- La otras penas, las falsamente “no-penales”. 15- El delito político. 16- Otro tema de investigación: la Economía Política del Castigo y la Psicología Social de la Represión. 17- El lugar de la investigación. América Latina: sitio de producción de conocimientos. 18- Una condición de la investigación: El viejo interrogante: ¿de qué lado estamos? 19- Criminología y Derecho Penal. 20 - ¿Puede la Criminología ser una Criminología como “Disciplina Integrada y Crítica del Control Social”, y convertirse así en la Criminología de los Derechos Humanos? 21- Una obligación: dar respuestas. 1-Las revoluciones originadas por los Derechos Humanos en nuestro campo de batalla: Si, -haciendo uso de una memoria corta, yo quisiera decir de dónde vengo, diría que de la Criminología. Pero mi nacimiento en ese campo, fue, en realidad, la Victimología. Si no me equivoco, el primer libro en español, dedicado exclusivamente a la Victimología1, hoy *Ponencia presentada en el Encuentro Anual de Criminología, Venezuela – Noviembre del 2005 1 Aniyar de C.,Lola: VICTIMOLOGIA,Maracaibo, edic. del Centro de Investigaciones Criminológicas de la Universidad del Zulia, l969. Víd también Mendelssohn: “La Victimologie”, en Revue de Droit Penal et Criminologie,Bruselas, l958-59. Cornil, Paul: “Contribution de la Victimologie aux Sciences Criminalistiques” en Revue de Droit Pénal et Criminologie, Bruxelles, l959. En la misma Revista, William Callewaert publica un artículo sobre “La Victimologie et l’escroquerie”; mientras que Jiménez de Asúa , publica un trabajo sobre “Victimiología” en Estudios de Derecho Penal y Criminología, Buenos Aires, Omeba,l951. En Venezuela, Mendoza ,J.R. analizó la influencia de las víctimas de los accidentes o delitos de tránsito en los mismos. Pinatel escribe “Les aspects interpersonnelles de la Conduite Criminelle” en Revue de Criminologie et de Droir Pénal Comparé, N° 2, Paris, l961. También son precursores Racine, el argentino Sempértegui y el cubano Tabío. 1 Revista Electrónica del Centro de Investigaciones Criminológicas de la USMP-PERÚ- 2da Edición amarillo por el paso del tiempo, lo publiqué yo en 1969. Empezó siendo mi tesis de posgraduación en Roma en l964. Fue también mi primer libro. Mendelssohn, para entonces, había escrito algunos artículos pioneros que abrieron las puertas a mi curiosidad; y Von Hentig publicó un trabajo en l948 sobre “The Criminal and his victim”2, y había dedicado muchas páginas de su “Criminología” al rol de las víctimas. Ellenberger, por su parte, publica sus “Relaciones Psicológicas entre el Criminal y la Víctima”, donde las clasifica. También estaba la investigación que sobre víctimas propiciatorias del homicidio había hecho Wolfgang 3. Aunque prácticamente en manos de psicólogos, hasta el momento, ya era bastante revolucionario, para entonces, mirar hacia la otra parte: la cara siempre oculta hasta el momento, del binomio delincuente-víctima. El delincuente había dejado de ser “el protagonista”, como Ferri lo denominaba. 36 años han pasado. Aquel era el tiempo del positivismo y la obsesión era buscar causas y condiciones para el paso al acto delictivo: cómo las víctimas, con su conducta, -y en ocasiones en virtud de algunas pulsiones de muerte y masoquismo-, habían preparado, y a menudo impulsado, las condiciones para que el delito se cometiera. Era el tiempo en el que -se decía- las víctimas se adecuaban a sus victimarios como la “cerradura a la llave”, o se afirmaba que el delincuente era arrastrado por la seducción de la víctima “como el lobo por las ovejas”. Eran las personas que tenían “tendencia a ser víctimas” de delitos y accidentes de cualquier tipo, inclusive ataques de animales. Inclusive Tomás de Quincey, en su libro “On Murder Considered as One of the Fine Arts” decía que la víctima, en ocasiones, “quería ser asesinada”. O víctimas delincuentes que, a su vez, resultaban víctimas del “escotoma” producido por sus malas intenciones, al ser estafadas por aquel a quien pretendían estafar. Era el tiempo de los buenos y los malos, casi sin matices. Las propuestas eran las de reducir las penas por la participación generalmente inconsciente de la víctima, y tal vez, inclusive, de responsabilizar a aquellas esas víctimas propiciatorias del delito cometido. Por fortuna “nosotros, los de entonces,- como decía Pablo Neruda en uno de sus viejos poemas- ya no somos los mismos”. Mucha agua ha corrido bajo los puentes, muchos paradigmas se desmoronaron, otros surgieron. De la Criminología positivista, aquella de la pasión represiva o reeducativa, del Estado omnipresente y exclusivista en su monopolio de la función punitiva, y totalmente centrada en el delincuente, se pasó a la criminología crítica o del control social, -inclusive al Según Cornil, Sutherland, De Greef y Selig habían presentado de manera incidental el argumento,. Y Versele, S.C. sus “Appunti di Diritto e di Criminología con riguardo alle vittime del delitti” en La Scuola Positiva, n° 4, l962 2 Von Hentig, Hans: The Criminal and his Victim, Yale University Press, l948 3 Wolfgang Marvin: “Victim Precipitated Criminal Homicide”, in Journal of Criminal Law, Criminology and Pokice Science, 1957. 2 Revista Electrónica del Centro de Investigaciones Criminológicas de la USMP-PERÚ- 2da Edición abolicionismo del sistema penal. Y de aquella Victimología positivista, a una que ahora reclama no sólo justas pretensiones indemnizatorias, sino la presencia de la víctima como parte importante del proceso penal, cuando no su absoluta primacía para dar inicio a la maquinaria jurisdiccional; además de la tendencia a facilitar la solución privada de los conflictos y la obligación de darle asistencia psicológica y social. ¿Cuál fue el motor de esas trasformaciones copernicanas, verdaderas revoluciones intelectuales? La respuesta no puede ser sino la insurgencia, con amplios poderes enraizados en una nueva conciencia colectiva, del concepto de los Derechos Humanos. Esos subversivos Derechos Humanos, que generalmente han sido sospechosos para el Poder. Esto nos lleva a una pregunta de total actualidad: 2- A pesar de haber nacido en la misma cuna, ¿pueden la Criminología y la Victimología seguir andando caminos paralelos, o es el momento de re-integrarlas, ahora de otra manera, conjuntamente con todas las instancias que conforman el espacio de la llamada “cuestión criminal”?4 Hace mucho tiempo, allá por los 80, en México, propusimos que el objeto de la Criminología Crítica fuera el estudio del control social, formal o informal. Algunos debates y disidencias surgieron contra la amplitud de la propuesta. Sin embargo, hoy más que nunca se dibujan, como características de este inicio de siglo, la peligrosidad de los controles5, así como el avance del autoritarismo y de la manipulación que se ha hecho de la misma Criminología para justificarlo. Aquella Criminología de la Liberación que postulamos en la década de los ochenta, era una no-teoría. Habíamos dicho que no queríamos una teoría que se congelara en el tiempo; es decir, que lo que proponíamos, por su plasticidad ontológica, era un planteamiento abierto, que se adaptara a lo histórico concreto, que fuera fluyente hacia el futuro. Bueno es aclarar que utilizamos la palabra “Criminología”, para comprender todo lo que se relaciona con lo que se define como crimen, y por lo tanto con la criminalización, con las instituciones normativas y administrativas que se han utilizado para manejarlo, con las expectativas y el imaginario colectivo, y con las manipulaciones políticas que se hacen de todo este complejo conjunto de hechos, ideologías, políticas, que es tan trascendente para la gobernabilidad. “Criminología” es también, entonces, algo que tiene que ver con la búsqueda de controles sobre los controles y con las víctimas de todas estas instancias y situaciones.6