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LA CRIMINOLOGÍA CRÍTICA EN EL SIGLO XXI- Lolita Aniyar de Castro [15] LA CRIMINOLOGÍA CRÍTICA EN EL SIGLO XXI COMO CRIMINOLOGÍA DE LOS DERECHOS HUMANOS Y LA CONTRA-REFORMA HUMANÍSTICA O LAS TEORÍAS CRIMINOLÓGICAS NO SON INOCENTES”6 Lolita Aniyar de Castro a) Las teorías criminológicas no son inocentes. ces, se ha denominado Criminología Clásica. El movimiento pendular de las diferentes criminologías 11 Sin duda, el control penal es el termómetro de los Dere- se ha ido desplazando desde un extremo al otro de es- chos Humanos. También, en consecuencia, ese control pectro protector de los Derechos Humanos, para llegar hoy penal define la democracia, ya que todos los gobiernos in- al punto intermedio en el cual las garantías y derechos re- tentan legitimar sus estilos o ideologías a través, si no siem- sultan ser la característica de la Criminología Crítica con- pre del Derecho, sí a través de la Ley. 7 temporánea. Ese control penal se disfraza también de teorías legitiman- La tensión fundamental, como se sabe, ha estado repre- tes. A partir de la consideración de la Criminología Crítica sentada por los dos polos históricos de los Derechos Hu- como una Teoría Crítica del Control Social, - , en nuestro manos: la igualdad y la libertad. Pero tratándose del control caso, es la manera como la entendemos8-, el análisis del penal y de sus matices, el cúmulo de derechos vulnera- pensamiento criminológico no puede sino detectar cómo bles se destaca con mayor intensidad. este control social se modula en cada tipo de criminolo- Se sabe que la llamada Criminología Clásica desarrolla de- gía, bien limitando, bien enfatizando la protección de los rechos humanos individuales: el ciudadano, nacido como derechos que son atinentes al desarrollo progresivo, tanto tal de la Revolución Francesa, disponía de formas para material como espiritual, de la especie humana. contener el poder punitivo del Estado, especialmente re- Una consideración de la llamada Escuela Clásica del De- presentadas por esos denominados derechos individua- recho Penal, como pensamiento criminológico, en cuanto les, los cuales, sin embargo, como fue demostrado12, se trata de una forma de control social 9, -tal como implí- servían a la vez que como un muro frente al autoritarismo cita o explícitamente han hecho, según los casos, los pri- y el poder omnímodo de los regímenes anteriores, también meros que iniciaron el pensamiento crítico sobre la para facilitar el libre y pacífico desarrollo del mercado na- criminología10-, abre las puertas para ver el movimiento de ciente. Así, la seguridad jurídica resultó estar blindada a los Derechos Humanos a partir de la que, desde enton- través de principios legales, que hoy tienden a ser consti- 6 Este texto fue pronunciado con ocasión del otorgamiento del Doctorado Honoris Causa de la Universidad de Córdoba, Argentina, en sep- tiembre del 2008 7 Esto no es aceptable. Como se sabe, Derecho y Ley no son la misma cosa. La sola ley no es fuente de legitimidad del ejercicio del poder estatal. Debe haber sumisión del Estado a la justicia. El Derecho es el valor superior del ordenamiento jurídico: lo constituyen los principios ju- rídico-políticos que conforman la cultura jurídico-constitucional. 8 ANIYAR DE CASTRO, Lola: Criminología de la Liberación. Publicaciones del Instituto de Criminología “Lolita Aniyar de Castro” (ICLAC) de la Universidad del Zulia, Maracaibo, Venezuela, 1987 9 Por ello se le ha definido como una criminología especulativa, administrativa y legal. Ver PAVARINI, MASSIMO: Control y Dominación, Mé- xico , SIGLO XXI ,1983 10 Por ejemplo Rusche y Kirkheimer, Chambliss; Taylor, Walton y Young, Tony Platt, Masssimo Pavarin y Dario Melossi, Alessandro Baratta, Lola Aniyar de Castro, Roberto Bergalli, Juarez Cirino dos Santos, Rosa del Olmo, Emiro Sandoval, Mauricio Martínez, Vera Malaguti, -y la lista des- pués se hace muy larga, incluyendo no sólo a criminólogos puros, sino también a penalistas críticos como Nilo Batista, Raúl Zaffaroni, Juan Bustos, y hasta sin proponérselo al mismo Eduardo Novoa Monreal-, ya que se han ido sumando gran cantidad de personas de generacio- nes intermedias y recientes 11 No trataremos de dar una definición de Criminología, pues Criminologías hay muchas, según la orientación epistemológica que las guía. Baste saber que, para quien escribe, una buena, iluminada y comprensiva Criminología, debe tratar no solamente la transgresión de lo penal, sino también la criminalización. Y que ésta, a su vez, tiene que ver con: a) las definiciones sociales e institucionales; b) con las instituciones sociales normativas y administrativas que la manejan c) con las expectativas sociales; d) con el imaginario colectivo, e) con la manipulación política que usualmente se hace de este conjunto de hechos, ideologías y situaciones. f) con el castigo, en sus manifestaciones abiertas u ocul- tas. g) con una política criminal humanista que signifique todos los derechos para todos. Una criminología democrática debería también in- cluir el interés por las víctimas, tanto de las transgresiones como del mismo sistema penal. Y una estrategia para controlar a quienes controlan. Debe estar orientada a garantizar tres derechos humanos fundamentales (sin perjuicio de los otros que pueden perderse en el camino de con- trol penal): libertad, igualdad, seguridad. Debe también incluir una discusión sobre las conductas que son socialmente dañinas aunque no estén castigadas por los Códigos Penales. Por ello, el pensamiento racional y coherente que se llama Criminología, debe tener como objeto de análisis al mismo Derecho Penal, como parte que es del sistema penal total. REVISTA INTERFERENCIAS. Año 1. Volumen 0 [16] LA CRIMINOLOGÍA CRÍTICA EN EL SIGLO XXI- Lolita Aniyar de Castro tucionales, y que son uno de los pilares del moderno ga- Al liberarse, pues, con esa criminología interaccionista, las rantismo, como los principios de reserva legal, de la irre- diferencias sociales en un marco de filosofía política que troactividad de la ley, de la necesaria codificación e ya no es consensual sino conflictivo, se abre el camino, interpretación disciplinada de la misma. Todos ellos le die- bien para asignarle nuevos valores, actuales o posibles, al ron a la libertad el carácter de derecho supremo. Mientras control formal; bien para escrutarlo en busca de sus de- tanto, la igualdad estaba presumida en un supuesto naci- terminaciones económicas, culturales, militares o políticas. miento contractual del Estado moderno, y en una norma La verdad absoluta asignada a Códigos y Constituciones general y abstracta sobre “la igualdad de todos frente a la queda, pues, desnudada en su pretensión de serlo. Y todo Ley”, la cual no estaba asegurada por las relaciones so- queda permeado por las posibles interrogaciones. ciales de base. Con razón, Anatole France hizo escarnio Es allí donde los planteamientos abolicionistas encuentran de esa supuesta igualdad al recordar que el Código Na- su raíz más provechosa. La libertad y la diversidad vuelven poleónico prohibía por igual, a los ricos y a los pobres, a ser un valor absoluto, y se confunden con una nueva de- pedir limosa y dormir bajo los puentes. finición de la democracia. La criminología positivista, por su parte, bajo el imperio de Cuando irrumpe la criminología radical, con sus señala- una Ciencia deificada por su estrecho amarre a los méto- mientos de clase, de selectividad del control, y con nue- dos antropo-bio-psicológicos, tanto como a los de una vas concepciones de los derechos humanos, en los cuales sociología funcionalista en buena parte de marcado tipo los valores centrales serían el de la igualdad y el de los in- organicista, fue recortando derechos, y estableciendo es- tereses de la clase trabajadora, el planteamiento linda con tereotipos del delincuente de carácter clasista, a la vez que modelos autoritarios, aunque orientados a reconocer los las políticas criminales derivadas enarbolaban criterios derechos de grandes mayorías. Sin embargo, el reconoci- amenazadores como el de la peligrosidad pre-delictual, las miento de la diversidad vuelve a considerarse un elemento tablas de predicción, y las medidas curativas o asegurati- tanto de la libertad y-paradójicamente- también de la igual- vas de tiempo indeterminado. En el terreno jurídico, se dad , al señalarse el sometimiento de sectores sensible- acompañó de leyes o interpretaciones peligrosistas, y le mente dominados, asociados no por clase, sino por dio impulso al Derecho Penal de Autor. género, o edad; o por etnia o color, o por su pertenencia Frente a esos criterios cientificistas, el construccionismo a cualquier grupo organizado en torno a intereses especí- epistemológico hizo irrumpir la duda sobre la autoridad de ficos.14 un control surgido de bases tan poco previsibles como la De alguna manera, las Criminologías siguen el movimiento reacción social y la variedad de la misma. Especialmente, histórico de los Derechos Humanos proclamados por Na- al liberar el valor de las diferencias, contribuyó a conside- ciones Unidas: los Derechos de la Primera Generación, rar también a “la diferencia” como un derecho humano. El sostenidos por el llamado Primer Mundo (básicamente la li- interaccionismo simbólico, en las democracias liberales, bertad); los Derechos Humanos de la Segunda Genera- no sólo diluyó la tesis de la concentración y el voluntarismo ción, impulsados por los regímenes que vivenciaron del poder político, sino que al develar la complejidad de la revoluciones socialistas, o Segundo Mundo (básicamente vida social, y la importancia