Oro Tormenta
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Juana de Ibarbourou ORO TORMENTA ZIGZAG Oro y Tormenta COLECCION POESÍAS (C) Empresa Editora Zig-Zag, S. A., 1956. Derechos reservados. Inscripción N.° 18635. Santiago de Chile. 1956. EMPRESA EDITORA ZIG-ZAG, S. Juana de Ibarbourou Oro y Tormenta SONETOS Z i g - Z a g I Soneto a un nombre Secreto a voces Secreta dulzura El nudo Riqueza Como una sola flor desesperada Como un ascua de miel... Buenaventura Serenidad La hora ya en sazón Destino En el tiempo sin relojes Paz Con altiva transparencia Una rosa Francesca Siempre Soneto a un nombre ¿En qué célula está, sobre qué ensueño, de qué dolor proviene, o esperanza, ese nombre que pesa en mi balanza como collar de oro o breve sueño? Vive de mí, bruñido, azul, pequeño, en los contados días de bonanza. Y en los de mi frecuente malandanza, agudo clavo es entre mi leño. ¡Y sin embargo tan amado, tanto, que me rige la risa, está en el llanto, la crespa sangre, el inflexible hueso y este vivir muriéndome, tan mío! Dame calor o atiéreme de frío. Herida suele ser. Y a veces beso. ) 9 ( Secreto a voces El tierno caracol, la dulce espiga, la música anhelante de la raíz que crece, el credo melodioso que el viento desvanece, la secreta semilla que la cápsula abriga; el embrión del ovario que la vida fustiga, el limonero puro, la dorada naranja, el campo cultivado ya en flava o verde franja, la garganta sagrada y la boca enemiga, únanse a mi embriaguez de este ensueño, a decirlo hasta al oído agudo e indiscreto del mirlo, hasta la caminante corriente de los ríos. Porque, cuando se quiere, no se puede callarlo, Es un secreto a voces y a voces hay que darlo hasta a torcidas bocas y murmullos sombríos. ) 10 ( Secreta dulzura En mi gran soledad florece el canto, girasol de una luz recién creada, porque teniendo rota la mirada, fluía sólo la fuente de mi llanto. Pero venciendo al ogro del espanto llegaste tú, tan tierno en la jornada, que un girasol de luz recién creada me convirtió la sombra en amaranto. ¡Ah!, secreta dulzura de este verso en que yo puedo darte el universo como se da una flor, un pez de oro, una fugaz centella, un sicomoro, una lágrima azul, o un esplendente ruiseñor de cristal resplandeciente. ) 11 ( El nudo Llegaste a mí y en ti yo estoy viviendo y tú viviendo en mí, fiel prisionero, de este decirte siempre que te quiero y este probarte que no estoy mintiendo. Siempre, tierno, hacia mí tú estás viniendo. Siempre voy hacia ti, siempre te espero. Ya se está haciendo un nudo este entrevero en que dos, uno solo estamos siendo. En ti empieza y termina mi universo. Sea el día solar o sea adverso, tú eres su aire, su luz y todo el cielo. Si sangra el corazón, tú lo restañas. Porque si a veces sin querer lo empañas es un río de hiél tu desconsuelo. ) 12 ( Riqueza Arterias en tumulto, muchedumbre de venas, metales de la sangre, centellas de los ojos. Mi perfección vital sintiendo tus colmenas, el alma altiva y tierna, sierva de tus antojos. La dicha de servirte superando la dicha de ser fuerte y ser libre, antes mi dicha única. Ya no ser alta y sola, diamante, nardo o ficha. La libertad perdida desde el rostro a la túnica. Pero feliz con esa felicidad tremenda del que todo lo ha dado y lo enajena todo por encontrar la sombra de su dueño en la senda, sea ésta de rosas o cubierta de lodo. Pensamiento, latido, frente herida y sin venda, ¡infinita riqueza de querer de este modo! ) 13 ( Como una sola flor desesperada Lo quiero con la sangre, con el hueso, con el ojo que mira y el aliento, con la frente que inclina el pensamiento, con este corazón caliente y preso, y con el sueño fatalmente obseso de este amor que me copa el sentimiento, desde la breve risa hasta el lamento, desde la herida bruja hasta su beso. Mi vida es de su vida tributaria, ya parezca tumulto, o solitaria como una sola flor desesperada. Depende de él como del leño duro la orquídea, o cual la hiedra sobre el muro, que sólo en él respira levantada. ) 14 ( Como un ascua de miel.,. De la brasa de amor que me consume se alza la rosa de tu epifanía. Canto de gozo en la mitad del día. Sagrada columnita del perfume. Fuego azul y elevado que me insume tiempo de llanto y hora de alegría. Cantares en sazón de letanía. Tórtola fiel y ruiseñor implume. La espesa sombra derrotada ha sido por la llama feliz, clara memoria de tu beso, en mi pecho estremecido sólo leal a la tenaz historia de tu amor y mi amor, lirio encendido como un ascua de miel sobre la escoria. ) 15 ( Buenaventura ¿Qué nomeolvides nacerá de nuevo, qué centaura de oro entre mi mano, junto a una fuente de celeste fuego, bajo el domo de aromas de un manzano? Toda la fe y toda la inocencia del tiempo ya pasado se renueva, en esta hora lentamente nueva, en este aire de alta transparencia. Todo estaba perdido y tú regresas, con la recia cosecha de las fresas, con el sol en la casa de los peces *. La luz de Dios se cierne en mirra y oro. Yo soy tan rica, que anda mi tesoro derramándose en cielo por las mieses. * En el Zodíaco, Piscis, correspondiente al mes de marzo, en que nació la autora. ) 16 ( Serenidad Flauta de sal, ayer; hoy dulce caña en que ya trina una esperanza nueva que ni neblina ni tristura empaña y ecos de plata por el campo lleva. Estéril es el valle de la saña y nadie más en el sembrar se atreva. El que dañarme quiera, a sí se daña, que hasta mi ángel en mi fuente abreva. Ya tengo dulce pecho en que apoyarme, ya quien la amante sangre darme quiera y quien, con la ancha sombra de la encina, mi pecho y mi heredad proteja fuerte. Y ya, desafiadora de la muerte, he de subir cantando la colina. ) 17 ( Oro.—2 La hora ya en sazón En el exacto aire se me adviene la paz de su presencia duradera con un aliento de dorada era y el dulce halo que la luz detiene. Todo se me hace miel, todo ya tiene un copioso color de primavera, de pan sagrado y flor de enredadera que en la raíz del viento se sostiene. La hora ya en sazón de tiempo puro vuela en giro puntual hacia mi muro tapizado de alondras y jazmines. Será en la medianoche el mediodía y he de tener en la mitad del día un cortejo triunfal de serafines. ) 18 ( Destino Te voy dando el aliento de mi vida, con huracán o silfos de la brisa, con duro llanto o elevada risa, con ademán abierto o mano asida. Del caballo en que voy tienes la brida. Lo puedes detener o darle prisa, enjaezarlo de oro o de ceniza, dármele brasa o llama contenida. Así será ya siempre, en el marcado libro del sino, hoy por ti dorado a fuego, como lámina preciosa. Escribe lentamente lo que quieras. Será mi ley, será en mis nuevas eras sagrado trigo y elegida rosa. ) 19 ( En el tiempo sin relojes Desde la curva orilla de la duna, me alcanza el sueño leve y descansado. Duérmese el bosque, duérmese el venado, la desdicha, el gemido y la fortuna. Muere una tierna irrealidad de luna, llégame el mundo absurdo y trastrocado, corzo de bruma, ruiseñor dorado, lucero azul en árbol de aceituna. Y llegas tú, furtivo y silencioso con tu ángel de miel, en el sinuoso camino de ese sueño sin medida en el tiempo que cuentan los relojes, y se llenan mis silos y mis trojes de una nueva riqueza de la vida. ) 20 ( Paz La materna sombrilla de los pinos entre las rojas flechas de Febrero y mis hombros lucientes. ¡Ah, qué finos los pañuelos del aire del acero! El agua se ha llenado de espejitos. Todo, sobre la tierra, centellea: ¡la bulliciosa tierra de los gritos, el mordisco, la zarpa y la pelea! Pero tú dulcificas la batalla, como un ángel sin alas y sin malla, espléndido, de brazos poderosos. Hasta el viento se vuelve de azucenas y hasta las fieras me parecen buenas, si tercias en las riñas de los osos. ) 21 ( Con altiva transparencia Quererte con el iris, con el trueno, en la pomposa barca de la espuma, a flavo sol, a bien bruñida luna y espigada madeja de centeno. Con envidia de nube transitoria y paciencia de piedra en el camino, a ocre mantillo y a curioso pino, a olvido, a permanencia y a memoria. Con la cambiante ágata del sino y la obsidiana en blanco de la suerte, en el mármol sin voces de la muerte y por el canto unido a mi destino. Quererte con escándalo o licencia, mas siempre con altiva transparencia. ) 22 ( Una rosa Esta tenaz riqueza de ser mío, esta paciente ciencia de ser tuya, hace de toda frase una aleluya y a todo Invierno da calor de Estío. Lejos estás de nuevo a valle y río entre los dos; no hay puente que construya mano de arcángel, para que yo huya hacia ti, traspasada de rocío. En la noche poblada de canguros, de criaturas fantasmales, duros monstruos despiertos por mi triste llanto, entre el cielo y la tierra abrió una rosa para tu sueño, blanca y primorosa creación del amor resuelto en canto.