ENSAYO HISTÓRICO SOBRE LA ZARZUELA O SEA EL DRAMA LÍRICO ESPAÑOL

DESDE SU ORIGEN A FINES DEL SIGLO XIX

(eontinuación.)

Gaztambide, que tan parco de obras se había mostrado el año anterior, quiso en el presente dar pruebas de su inspiración inexhausta. Aún sonaban los aplausos tributados a Una vieja, cuando, el 2:i de diciembre, hizo representar una zarzuela en los actos, titulada La hija del Pueblo, cuya letra había escrito el in­ cansable arreglador don Emilio Alvarez. · Había este poeta nacido en , el 19 de junio ele 1833, y sido actor en su mocedad; luego creo que empleado. Pero su mayo r afición fué el cultivo ele la literatura dramática. Compuso más ele sesenta obras, entre ellas unas veinte zarzuelas. En los últimos años ele su vida fué a Chile, y allí murió, en el mes ele noviembre ele 1900. El libreto vale poco; además el asunto era conocido ele todo el mundo, como tomado ele la famosa y poco recomendable no­ vela titulada María, la hija de un jornalero, del extravagante Ayguals ele Izco (1). Puede decirse que todo el interés ele los

( r) La hija del pueblo, zarzuela en dos actos, en verso, original de don Emilio Alvarez. Música de don Joaquín Gaztambide. Madrid, González, 1 86o.

4. 0 ; 84 págs. Reparto: Carmen González, doña Trinidad Ramos.-Vicenta Gómez, ciga­ rre,·a, doña Josefa Mora.-El C01'01!-el u,·bina, don Francisco Calvet.-Arltt- 1'0 de Urbina, don Manuel Sanz.-Valen:ano González, albañil, don Tirso Obregón.-Benigno, bMbe,.o, Tomás Galván.-La tía Pntdencia., frutera, doña María Barclán.-Cigarreras, vendedores y albañiles. Los números ele música son : Acto I.o r. Coro el e vendedores (A cuarto la vara de cinta). 2 . Coro ele cigarreras y marcha de bandurrias (Al baile, muchachas). 3·· Romanza ele Carmen (Sal ele mi pecho). 4. Canción del barbero (Como esa niña). s. Coro ele albañiles y Valeriana (¡Viva el trabajo!) 6. Dúo el e Carmen y Arturo (¡ Ingrata, ingrata!) 7. Escena y coro (Con amor puro). 8. Terceto final. Acto 2 .0 9· Coro; después Benigno (¡Silencio, silencio!). ro. Romanza ele Arturo (¿Qué importa que sin calma). r r . Dúo ele Carmen y Vicenta (¡Ay, mi cariño). ENSAYO HISTÓRICO SOBRE LA ZARZUELA 389

oyentes, en cuanto se enteraron de dónde venía la letra, se con­ centró en la música y en el trabajo de los cantantes. La música original pareció algo extraña en ciertos pasajes. Empezó con un coro ele introducción de vendedores y cigarreras, que el público dejó pasar en silencio, así como una marcha de manolos con gui­ tarras, bien escrita, por ser cosa ya muy vista, y un mediano dúo de tenor y tiple. En el acto segundo ya el público se había enar­ decido algo y aplaudido una plegaria a manera de soleá que can­ tó, muy expresivamente, la Ramos, que hacía el papel ele María, la hija del pueblo. Con tmicho más calor aplaudió la pieza siguien­ te, que fué una bellísima romanza, superiormente cantada por Ma­ nuel Sanz, el rey el e esta clase ele cantos. Aplaudido y repetido fué un coro ele albañiles, dirigido y animado por Obregón, acom­ pañada la música con el retintín ele unos bolsillitos ele dinero, pues los albañiles venían ele cobrar su jornal, coro lindo y ele gran efecto. Las demás piezas, que fueron un dúo ele la Ramos y la Mora; un terceto el e ésta con Sanz Galván, algo sosos, pasaron en silencio, y lo mismo un magnífico concertante, éste con noto­ ria injusticia, y acabó la obra con una breve cabaleta ele la Ramos. Gaztambicle quedó muy resentido del poco éxito que tuvo esta obra, cuya música era mucho más que mediana. Las causas fueron, en primer lugar, el libreto: una joven del pueblo enamo­ rada ele un señorito cuyos padres no la quieren por nuera, es asun­ to archivista en el teatro, y Alvarez no tenía necesidad ele ir a bus· cario en La hija de un jornale1'o; después, la proximidad del triunfo ele Una vieja. Si Gaztambide espera cuatro o cinco meses, que bien podía, otro hubiera sido el resultado. En la ejecución sobresalieron la Mora, que "ele cigarrera está mucho mejor que ele señora"; Obregón, no sólo cantando, sino en lo declamado. y la Ramos, que cantó, como siempre, bien. aunque con poco calor. Otra zarzuela en dos actos siguió-a la anterior, el 23 ele di­ ciembre, con el título ele El gran bandido, letra ele Camproclón y música ele Ouclricl y Caballero, cada uno un acto. E l título ya indica que se trata ele una obra jocosa, cuyo enredo versa en !a

1 2 . Terceto ele Carmen, Vicenta y Valeriana. IJ. Concertante (¡Ah, caballeros). J4. Rondó final (A la vista encantadora). BOLETÍN DE LA ACADEMIA ESPAÑOLA

confusión del alcalde de Coín, que confunde un famoso bandido con el amante secreto de su hija (r). La música es festiva y agradable, sobre todo la del segundo acto, que pertenece a Caballero. Fué muy aplaudida esta zarzue­ la, y Caltañazor y Arderíus regocijaron al público todo el tiem­ po que duró la representación con las adiciones y glosas de sus papeles. Al día siguiente nuevo estreno: Recue1'dos de gloria, zarzue­ la en un acto, letra de Pérez Escrich y música de don José Ro­ gel, piececilla insignificante y la música igual (2), y al otro, estre­ no del arreglo de Une tasse de the, hecho por don J. M. de Larrea y don Eugenio Martínez Cuende, música ele Vázquez, con el tí• tulo de Por un inglés (3). Hizo reír por lo chistosa y lo bien que 'la hicieron la Rivas, Arderíus y Cubero. Con el nuevo año de r86r empezaron los fracasos. Fué el primero la zarzuelita titulada Un hongo, que se estrenó el 28 de enero. El libreto era muy malo y arrastró en su caída a la música, que era, según Barbieri, ag-radable y tenía buenos una canción

(1) El gran bandido, zarzuela en dos actos, arreglada a la escena espa­ ñola por don Francisco Camprodón. Música de los señores Oudrid y Caballero. Representada la primera vez en el en el mes de di­ ciembre de 186o. Madrid, Rodríguez, 186o. 4.o; 68 págs. Reparto: Adela, señora Rivas.-Brígida, señora Bardán.-Diego Hijosa, señor Caltañazor.- J.u.a.n García, alcalde de Caín. señor Arderíus.-EI Barón, señor Cubero.-Andrés, bandido andaluz, señor Fuentes.-Pa.tata, ídem, señor Roche!.-Angelito, ídem, señor Bornachea. Números de música. Acto r.o N. r. Alcalde y coro (señores guardias).- 2. Dúo de Adela e Rijosa (Traigo aquí un mapa).-3. Diálogo de Rijosa v el A1calcle (Señor Alcalcle).-4. Escena final (¡Aquí ele los míos).-Acto 2.0 N. s. Coro ele bandidos (i Arriba, cabayeros !)-6. Coro e Rijosa (Benito, Benito).-7. Dúo de Adela e Rijosa (Estoy perclicla).-8. Aria ele Adela Y coro (Várgame el Santo Cristo).-9. Seguidilla final (Después ele tantos s ustos). (2) Recuerdos de gloria, juguete cómico-lírico en un acto, en verso; 11111- tación por Enrique Pérez Escrich; música del maestro don José Roge!. Maclricl , Rodríguez, 186o. 4.o, 36 págs. Reparto: Rosita, señora Rivas.-A1'tnro, señor Arc!eríus.-Aniceto, señor Galván. Los recuerdos ele gloria son los ele un portero que había sido tenor de zarzuela en sus mocedades. (3) ¡Por un inglés! ... , zarzuela en un acto, arreglada por don José Ma­ ría ele Larrea y don Eugenio Martínez Cuencle. Música ele don Mariano Váz­ quez. Maclricl, González, r861. 4.o; 38 págs. Reparto: La Baronesa., señora Rivas.-El Barón, señor Cubero.-Baldu­ que, señor Arcleríus. - José, señor Galván. - Un criado que no habla, se­ ñor N.-La escena pasa en Maclricl, en casa del Barón. E NSAYO HISTÓRICO SOBRE LA ZARZUELA 39I y un dúo que se hicieron repetir. La obra no se hizo más que una noche, ni se imprimió, ni se supo ele los autores. Por ser pieza carnavelesca y ele Ventura ele la Vega no se silbó la zarzuela en un acto titulada L as pienws azules, chasco de Carnaval, estrenada en dicho día, el 9 de febrero. Es arreglo ele la farsa La da111,e aux jam,bes d' azur. Se celebraron algunos chistes y estuvo bien trabajada por la Rivas, Salas, Caltañazor y Cubero. La obra contiene alusiones al carácter ele los actores que la cantaron y a los secretos ele bastidores. L a hicieron, acle­ más ele los dichos, María Barclán, que hablaba desde el anfitea­ tro principal; Calvet, Membrillo, el traspunte del teatro, el avi­ sador, el maquinista (estos dos los hicieron actores) y Arcleríus. Hizo reír los primeros días; pero luego lo s abonados la silbaron y no se puso más ni se imprimió. La música, poca e insignifican­ te, la hicieron Ouclrid y V ázquez. El mismo día se estrenó la "humorada líriéa" ele Frontaura y Cepeda, titulada Los pecados capitales. Un matrimonio có · mico con siete hijas casadas. No se aplaudió ni se silbó (I). 'Pero sí hizo lo segundo el público en otra zarzuela en tres actos, titulada Entre la espada y la pare"d, ai"reglo hecho por don José Picón ele La 11win de fe1'. Había querido su autor titularlo· Atragantas de un 111inist1'0, pero el censor ele teatros le obligó a cambiarlo por este otro, lo cual no le salvó del fracaso. La mú­ sica. cuyo autor no se conoce, parece que tenía algui1as piezas no­ malas, como el coro ele introducción del acto tercero. Sin em­ bargo, Picón imprimió su obra añadiendo después del título "Zar zuela silbada", pero es ele suponer que la arreglase un poco·. Después el e una suspensión ele quince días, últimos ele la Cua­ resma, volvieron a abrirse los teatros, empezando la Zarzuela con la en un acto Los peregrinos, traducida del francés por don Ma­ riano Pina, música ele Rogel, que no disgustó, aunque la letra es un episodio inverosímil, como lo es que· un muchacho a lo·s

(r) Los pecados capitales, zarzuela en un acto, original de don Carlos 0 Frontaura; música ele don Luis Cepeda... Madrid, Rodríguez, r86 r. 4- ; · 41 págs. Reparto: Dm~ Paswal R•:co, don Francisco Arderíus.-Don E las, don Ra­ món Cubero.- Dmia Vú·tudes, doña María Bardán.-CMidad, doña Adela Iba­ rra.-Esperanza, doña Ana Roclrí guez.-Consuelo, doña Matilcle Esteban. ­ Paz, doña Aclamina Moya.-AmParo, doña Dolores Fernández.-Angnstias, doña Teresa Fernánclez .-Fe, doña Concepción Pérez. La acción se supone­ en Alcalá, en el presente año. 392 BOLETÍN DE LA ACADEMIA ESPAÑOLA

dieciséis años no sepa lo que son las mujeres y piense que son frai­ les (r). Cuatro días después, el 13 de marzo, se cantó la ópera de Flotow, lVIarta, arreglada en cuatro actos por Manuel del Pala­ cio y Emilio Alvarez, adaptada la letra a la primitiva música alemana. Es tan original y tan linda esta ópera, que en España quedó tan aclimatada como una zarzuela. Lady Enriqueta, con· desita inglesa, se aburre, de tal modo, que no le divierten ni aun las extravagancias de su primo sir Tristán de Mikleford, que as­ pira, aunque viejo, feo y ridículo, a obtener el corazón y mano de su prima. En uno de los instantes de mayor fastidio oye la Condesa alegres voces en la calle, que producen las muchachas de servicio doméstico que van al mercado de Richmond a buscar su acomodo. En el acto se le ocurre a Enriqueta vestirse ele al­ deana, mezclarse con las demás mozuelas e ir al mercado, exi­ giendo de su noble primo que, tan baronet y lord de Inglaterra como es, se disfrace de aldeano y la acompañe. Obedece, y llevan además una doncella, Nancy, y Enriqueta toma el nombre ele Marta. En el mercado, Lionel, joven campesino, halla a Marta de su gusto y quiere tomarla a su servicio; acepta ella, y recibe la se­ ñal ; pero cuando quiere marchar se ve constreñida a servir a su amo lo menos un año, por haber recibido la señal. N ancy ha sido también recibida por Plumkett, compañero ele Lionel. Después de una multitud ele episodios más o menos cómicos, Enriqueta se casa con Lionel y Nancy con Plumkett, y luego resulta que el tal Lionel era hijo del Conde Derby. La preciosa música de Flotow, que en su integridad y por­ tentosamente cantada, como ópera, por Ana ele Lagrange y la De Méric, con Bettini, Cotogni y Róvere, pudo oírse en el Real el 21 ele dici embre de r86r, sufrió en la Zarzuela algunas supre­ siones y cambios. Así y todo gustó mucho, y la obra se puso muchas veces, sobresaliendo en su ejecución la Ramos, Salas, Sanz, Obregón y Josefa Mora (2) .

(r) Los peregrinos, zarzuela en un acto, arreglada a la escena española vor don Mariano Pina. Música ele don José Roge!. Representada por prime­ ra vez en Madrid el 9 ele marzo el e r86r . Macl ricl, González, r86r, 4. 0 ; 39 váginas. La hicieron: la Rivas, ele hombre; Ana Rodríguez, Dolores Fer­ nánclez, Cubero, Arcleríus y coro de señoras. Cercanías ele Utrera. Siglo xvn. (2) M a.· fa, zarzuela en cuatro actos, con letra acomoclacla a la música dd ENSAYO HISTÓRICO SOBRE LA ZARZUELA 393

El día último, antes de cesar las representaciones durante la Semana Santa, se estrenó y silbó ele un modo horrible la zarzue­ la en un acto El compañero de viaje, ele que sólo ha quedado el recuerdo del fracaso. La letra era ele Carrascosa. Un nuevo libretista aparece el 3 de abril, con un tímido ensa­ yo en un acto titulado La red de flores. Era su autor don Fer­ nando Martínez Peclrosa, que también lo fué de un hermoso dra­ ma titulado La paloma torcaz y otras obras. A la zarzuelita puso linda música el maestro Caballero, y la obra fué aceptada por el público ( I ). Martínez Pedrosa era madrileño, nacido en I83o y fallecido en esta villa en I892. Estaba muy relacionado con familias de li­ teratos, pues eran cuñados suyos don Ricardo y don Francisco Guijarro y Gonzalo del Río, autores dramáticos y altos emplea­ dos, como también lo fué el mismo Pedrosa. Su propia mujer, doña Benita Guijarro, que le sobrevivió hasta 4 ele noviembre de I909, escribió en varios periódicos literarios, firmando con el seudónimo ele Gonzalo del Río, que era su segundo apellido. Pe­ drosa, a quien sus amigos llamaban M ondragón, compuso otros libretos, como iremos viendo. Una nueva zarzuela, pero esta vez con mejor fortuna, entre­ gó al juicio público, en I7 ele abril, don José Picón, con el título ele Anarquía conyugal, pieza en un acto, a la que puso mú­ sica don Joaquín Gaztambicle, que sería lo que salvó la obra, porque el asunto era sobrado conocido y tomado ele la vulgar comedia Un boda improvisada, que ya procedía de otra francesa. La música era buena (2).

maestro Flotow por don Manuel dd Palacio y diálogo de don Emilio Alvarez. Madrid, González, r86r. 4.<>; 88 págs. Reparto: Lady Enr-,:q1teta, doña Trinidad Ramos.-Nancy, doña Josefa Mora.-Lionel, don Manuel Sanz.-Plmnlzett, don Tirso Obregón.-El Scheriff, ·don Francisco Fuentes.- Lord Tr/stán de Micleford, don Francisco Salas.­ Damas, caballeros, aldeanos, vendedores. (r) La red de flores, zarzuela en un acto, orir!inal ele don Fernando Mar­ ·tínez Pedrosa. Música del maestro don Manuel Fernánclez Caballero. Repre­ ·sentada con aplauso por nrimera vez en el teatro ele la Zarzuela el día 3 ele ·abril de r86r. Madrid, González, r86r. 4.o; 49 págs. La hicieron la Mora, Ana Rodríguez, disfrazada de paje; Dolores Fernández, Obregón y Caltaña­ ·:wr. Coro ele caballeros y aldeanos. Fines del reinado el e Felipe V. (2) Anarquía conyugal., zarzuela en un acto y en verso, letra de don José Picón; música del maestro don Joaquín Gaztambide. Representada en el teatro el e la Zarzuela en el mes de abril el e r86r. Madrid, González, r 86r. -4-.o; 52 págs. · Reparto: Elena, señorita Murillo.-Dolores, señorita doña Dolores Fer- 394 BOLETÍ N DE LA ACADEMIA ESPAÑOLA Como antítesis, más bien de nombre que de fondo, de Una vieja, escribió Camprodón otra zarzuelita en un acto titulada Una niFía, que se estrenó el 24 de abril y a la cual puso también mú­ sica Gaztambide. La niña lo es, verdaderamente, de quince años; pero el viejo, de ochen­ ta y do s, no se rejuvenece. Verdad es que se casa sólo· por favorecer a la niña; pero· esto no ofrece interés, y me­ nos cuando, en perspectiva, se· ve un verdadero galán, que, sea quien sea, tiene que apa­ recer antipático y odioso. La obra pasó, pero no vale nada; la música muy mediana (r). Tampoco la ejecución fué bue­ na: la Ramos, que estaba fue-· ra ele carácter, y Caltañazor, ele anciano venerable y serio, · fueron dos grandes clesaci er-· RoGEL. (Fotografía.) tos. La obra se retiró al día. siguiente por los autores. Mejor resultado tuvo la zarzuelita en un acto titulada El que siem.bra 1'ecoge, l ~t ra ele Pérez Escrich y música del maestro Ro­ gel; libreto también sentimental, aunque al:ienas esbozado d' asunto, pasó bien por ser menos escabroso: un soldado qué "Vuelve· del servicio y halla a su novia casada y a su madre en el cemen­ terio. Como no le queda otro recurso, canta un polo y se vuelve a ser soldado, redimiendo para ello un pobre quinto del pueblo (2) . Muy acertados la Murillo y Obregón. nández.-El coronel Palma, señor Sanz.- Federico, señor Cubero.- Gu.zmán,. señor Arderíus ( r) U11a niiia, zarzuela en un acto, arreg>ada a la escena española por· don Francisco Camprodón ; música de don Joaquín Gaztambide. Representada por primera vez en el teatro de la Zarzuela el 24 de abril de r86r. Madrid Rodríguez, r86r. 4.o; so págs. Dedicada al general Dulce. Reparto: Adela, 15 aHos, doña Trinidad Ramos.-María, c1·iada, 25 mios, doña Do'ores Fernánclez.-El coronel Afmenm·a, .82, don Vicente Caltañazor. -Rica·rdo, 25, don Ramón Cubero.-Matías, maestro de escuela, 34, don Francisco Arderíus.-Epoca, r82o. (2) El que siembra recoge, zarzuela en un acto, original y en verso, por E:\SAYO HISTÓRICO SOBRE LA ZARZUELA 395

Como varias veces hemos citado al maestro Roge!, y aunque su mayor actividad musical no empezó hasta cinco años des­ pués, debemos dejar consignadas algunas noticias acerca ele este fecundo maestro. Don José Roge! nació en Orihuela, provincia ele Murcia, en r829. Como casi todos los buenos maestros, gozó una precocidad extraordinaria: desde los nueve años, casi sin conocer las notas musicales, inventaba valses y pasoclobles, y has­ ta dicen que instrumentaba piezas ajenas para música el e banda, lo cual supone el conocimiento, por lo menos teórico, ele todos los instrumentos y del papel armónico ele cada uno. Así, mientras cursaba el bachillerato fué nombrado director ele la banda po­ pular ele Orihuela. Pero llegó el momento ele seguir su carre­ ra, y su padre le envió a a estudiar la el e Derecho. Allí estuvo seis años, pero sin dlviclar la música, y para ayudarse en sus gastos daba lecciones ele solfeo, piano y flauta. A su vez las recibió durante tres años gratuitas ele composición, fuga y con­ trapunto del organista ele la catedral, don Pascual Pérez, y pron­ to comenzó a ejercitarse en la composición, revelando ya sus facultades creadoras inagotables, pues en este período estudian­ til compuso gran número ele obras, tanto religiosas (villanci­ cos y mi sas) como profanas, marchas, jotas y piezas bailables. Vino luego a Madrid, buscando mayor campo a su actividad, y empezó, como otros muchos, por dar lecciones a domicilio ele canto y piano y a hacer reducciones ele obras ele otros maes­ tros, algunas el e zarzuelas para los editores ele música. Estos le publicaron también las mejores composiciones ele su época ele estudiante. En 1854 se oyó en el teatro ele Lope ele Vega su primera obra musicwl ele teatro, una Loa a la libertad, que fué aplaudida. La primera zarzuela, como hemos visto, fué representada en don Enrique Pérez Escrich ; mus1ca de don José Roge!. Representada por primera vez en el teatro de la Zarzuela, el 30 de abril de r 86 r. Madrid, Ro­ 0 dríguez, r86r, 4. ; 37 págs. Dedicada a Tirso Obregón. Le di ce que esta obra tiene su origen en la muerte d e l'a madre del famoso cantante. Reparto: Rosa, señorita Josefa Murillo.---.M aría. doña María Bardán.­ Ju.an, don T irso Obregón.-B/as, don Tomás Galván.-Pantaleón, don Fran­ cisco Ca h·et.-Andrés, don José Rochel.-Ana.stasio, don Domingo Parcero.­ El Sargento, don Sinforoso López.-Un pregonero, José Bornachea.-A/dea­ na r.", señorita Teresa Fernández.-Aldeana 2,", señorita Concha Pérez.­ A ldeanas, aldeanos, soldados.-La fábula se finge en l'vfarchamalo, pequeña v illa de Castilla la Nueva, cerca de Guadalajara. La época, principios del si­ glo actual. '27 396 BOLETÍN DE LA ACADEMIA ESPAÑOLA 1856, con el título ele Las garras del diablo, fecha en que también se estrenó como libretista don Enrique Pérez Escrich. Desde: entonces hasta que cesó ele escribir compuso Rogel cerca ele un centenar ele partituras, buenas y malas, como tenía que suceder con tal diluvio ele música. El fué el principal compositor del gé­ nero bufo. Murió Rogel en Cartagena, en 26 ele enero de 1901. La edad en la boca es el libro ele una zarzuelita que escribió don Narciso Serra y a la que puso música, sin esfuerzo, Gaztam­ bide, tan fecundo este año como negligente había estado en los dos anteriores, y que se estrenó el 11 ele mayo. El libreto es gra­ cioso y está versificado con la sencillez y elegancia propias ele Se­ rra. La música, alegre y ligera. Fué aplaudida una rondeña que cantó la M urillo con expresión y sentimiento y una canción ele: Caltañazor, en la cual, "a pesar ele su gordura, hace batimanes y baila un paso francés como una sílfide." El público hacía repetir unos versos en que la Barclán, describiendo satíricamente un baile ele trajes, decía a su marido que habían salido:

la de Cienfuegos de escarcha; vistiéndome de lucero sus hijas, una de cierzo de la mañana en el mar, 1na.tinal y otra de nnbe tras una noche de truenos, vacilante en el desierto. hacia la parte del norte Y yo por darte decoro en el rigor del invierno (r). Los mismos Serra y Gaztambicle, el 5 ele junio estrenaron,. también con fortuna, otra pieza en un acto, titulada Una historia en un mesón, a beneficio del barítono Tirso ele Obregón, que no· hace papel en ella. El libreto en el fondo es un disparate seudo­ histórico, pues hace competidora en el trono ele España, en 1724, con Felipe V, a una mesonera del Pirineo, diciendo que es nieta: del príncipe llamado la Máscara de hierro (2). La música regu-

( r) La edad en la boca, pasillo filosófico-casero, original y en verso, por don Narciso S erra; música de don Joaquín Gaztambide. Representado por primera vez en el teatro de la Zarzuela, el día Ir de mayo de .r 86 r. Madrid,. Rojas, 1 86r . 4.o; 24 págs. Reparto: El nú/.o (10 a1ios), señor Rodríguez.-La sellorita. (20 mios), se­ ñorita Murillo.-E1 se.;;orito (24 aiíos), señor Galván.-La. seííora (45 aiíos), señora Bardán.- E1 seííor (50 años), señor Caltañazor.-El Ma01ordomo (6o aiíos), señor Arderíus.--E1 sefior mayor (8o aHos), señor Calvet. La acción pasa en Madrid, en nuestros días. (2) Una historia en nn mesón, zarzuela en un ac.to y en verso de don Nar­ ciso Serra; música del mae"tro don Joaquín Gaztambide. Representada por· primera vez en el teatro de la Zarzl\ela e1 día 5 de junio de r86 r. Maclricl, Rojas, r86r. 4.o; 40 págs. Dedicada a Hartzenbusch. Reparto: ]]![ a1'Ía, nieta, señorita doña Josefa Murillo.-La a.bnela, mesonera,. ENSAYO HISTÓRICO SOllRE LA ZARZUELA 397 lar; se aplaudió un coro. La protagonista ele esta obra fué Teresa Rivas, que hacía el papel ele "la Abuela". Para su beneficio, el 7 ele junio, eligió el tenor Manuel Sanz, entre otras, la piececilla titulada El awwr constipado, letra ele dos autores, don José María ele Larrea y don E ugenio Martínez Cuende, que no menos que ambos fueron necesarios para tradu­ cir una insignificante farsa francesa titulada Le serment d' H orace. Púsole una regular música don Mariano Vázquez, y así pasó, sm pena ni gloria. Tampoco trabajó en ella el beneficiado (I). Gustó, por lo graciosa y original, la pieza en un acto El ca­ ballo blanco, letra ele don Carlos Frontaura, música ele Ouclrid (los dos primeros números) y ele Caballero. Se aplaudió con fu­ ror un dúo cómico entre Caltañazor y Cubero, parodiando otro del Otelo (2). Se estrenó el I2 ele junio, y tres días después Lle­ gar y besar el santo, pieza caricaturesca ele don Eduardo Inza y música el e Ouclricl y F. Caballero, que no dejó huellas de su paso. Terminaron los estrenos del Teatro ele la Zarzuela· el 22 de junio, con la titulada A caza de 111i mufer, en un acto, que fué muy bien silbada. Era autor ele la letra Carrasco ele Malina y ele la música don Antonio Rovira. Con ella se cerró el teatro después del beneficio ele don An- señora doña Teresa Rivas.-]udas, esaibano, señor don Vicente Caltañazor.­ Juan, m eso11ero, señor don Francisco Calvet.-E1 caballero de Plesis, capi­ tán de dmgones, señor don Ramón Cubero.-Brnno, padre de Indas, señor don Francisco Arcleríus.-Un mozo del mesón.-Aicleana 1."-Aicleano 1.o~A l­ cleanas, aldeanos, so1.claclos y pajes. La acción en un pueblecito cerca del Pi­ rineo, el año 17 24. (1) El amor constipado, zarzuela en un acto, arreglada a nuestra escena por don Eugenio Martínez Cuencle y don José María ele Larrea; música ele don Mariano Vázquez. Estrenada con aplauso en el teatro ele la Zarzuela el 7 ele junio ele t86I. Maclr icl , González, 1861. 4.o; 49 págs. Reparto: Clara, señora Rivas.-Elisa, Fernánclez.-Ma.,·qnés, señor Obre­ gón.-Don Clandio, Arcleríus.-Celestino, Roche!.-Un criado, N. N.-Coro ele aldeanos y aldeanas. La escena pasa en La Granja, en el reinado ele Felipe V. año ele 17 ... (2) El caballo blanco, zarzuela en un acto, en verso, original ele don Car'os Frontaura; música ele los señores Ouclricl y Fernánclez Caballero. Re­ presentada por primera vez en Maclricl , en el teatro ele la Zarzuela, el 12 ele ju­ nio ele 18 61 , a beneficio del primer actor don Vicente Caltañazor. Maclricl, Rodríguez, t86I. 4.o; 38 págs. Reparto: T e1·esa, señorita doña Josefa Murillo.-Lolita Cortés, Ana Roclrí• guez.-Dominga, Dolores Fernánclez.- Don ]11.sto, Ramón Cubero.-Don Sera­ fín, V icente Caltañazor.-Don José, Francisco Calvet.-Don Benito, Fran­ cisco Arcleríus. 398 BOLETÍN DE LA ACADEMIA ESPAÑOLA

tonio Lamaclricl, cuñado ele Salas, en que trabajaron la Santa­ maría (rondó el e Cmnpanone), la Ramos (Una Vieja), Teoclora Lamaclricl, hermana del beneficiado, y Manuel Osorio (Una apuesta). El beneficio ele Trinidad Ramos se había hecho algo antes con La hija del regim·iento, cantando, en vez del rondó ele la zar­ zuela, el Vals de Venzan.o, en que fué aplaucliclísima; la ca­ vatina del acto primero ele La Traviata, que entusiasmó a los oyentes, y los actos segundo y tercero ele M arta. Por último, el II el e j u­ nio se presentó en la Zarzue­ la un ciego italiano, llamado Picco, y clió un original con­ cierto, que dejó admirado a todo el mundo. Con un simple pito ele madera con tres agu­ jeros, fabricado por él mismo y muy semejante al . ele los muchachos, ejecutaba ele un modo perfecto varias piezas ele ópera, consiguiendo cáli­ Prcco EL (lEGo. dos aplausos ele los oyentes, (Fotografía.) asombrados. " E s tal la lim­ pieza y seguridad con que Picco toca en su sencillo zufoletto, como dicen los italianos ; tal y tan suave la inflexión ele sus melodías, que hace olvidar los tonos ele la flauta mejor y más dulce. En la "Casta diva" y en el Carnaval de Venecia dejó pasmados a cuantos le escucharon. Picco era ciego ele naci­ miento e hijo ele unos labradores ele Cercleña. El pito alcanzaba tres octavas y media; le hacía cantar como un violín o como un piano; " imita la voz humana; a veces parece un ruiseñor escon­ dido en el bosque." En 1855 salió en el teatro ele la Escala ele Milán; luego en Roma. Anduvo cuatro años por Inglaterra y luego bajó a París. El instrumento tenía seis centímetros ele largo; era ele madera tosca y sólo tenía tres agujeros." (r)

(1) En España produjo gran número de imitadores lejanos. Algunos, y acompañados al piano en determinadas piezas, no estaban mal. ENSAYO HISTÓRICO SOBRE Li\ ZARZUELA 399

Terminadas las funciones del teatro ele la Zarzuela en ~ste año cómico debemos volver a las del Circo, que hemos clejaclo iniciadas el 22 de septiembre ele I86o con la representación ele Marina. Cinco días después estrenaron Cam,panone, que aunque pare-­ ce ser una zarzuela española por lo aclimatada que quedó entre nosotros, no lo es sino traducción ele una ópera bufa italiana ti­ tulada La prova d'un ópera seria, del maestro lVIazza. El as unto, en breves términos, es como sigue: E n ·Lisboa trata ele ensayar una ópera nueva cierta compañía ele cantantes, en que intervienen el tipo usual del poeta famélico, el maestro soñador y enamoradizo, el el e coros, enamorado ele la segunda tiple ; la segunda tiple, la ti­ ple y el empresario. Por celos y disputas entre los cantantes, pues la tiple, amante del tenor, unas veces quiere y otras no can­ tar con él, y el poeta y compositor tienen que variar ele con ti­ nuo el texto literario y musical ele la ópera, el ensayo no p'uecle hacerse. El empresario, para ver de concordados, los convida en el acto segunéio a un día ele campo, en las afueras ele Lisboa, en una hostería que el poeta señala, pues sabe que se casa la hij a del dueño y cree que habrá comida abundante; pero luego re­ sulta que los convidados a la boda lo han consumido todo. En cambio, les coge una tormenta que los pone como una sopa e irrita más el temple ele cada uno. En el acto. tercero se calman, y procuran ensayar, porque el Gobierno portugués les ha enviado a decir que al día siguiente tendrán que hacer la ópera o ele lo contrario cerrará el teatro, que aún no se había abierto. La mú­ sica ele esta ópera es hermosísima, empezando por la célebre sirl­ fonía, tan oída en todo el mundo. Veamos ahora la fortuna el e esta obra convertida en zarzue­ la, y por boca ele la ilustrada madre de don F rancisco A. Bar­ bieri: "Y ahora voy a Campanone, traducida por Frontaura y Rivera, y cuyo argumento no te explico porque demasiado sabes que es un Salas (I) que tiene una clama caprichosa y que toda la compañía se le subleva a cada momento con exigencias, unas justas y otras, las más, sin razón; que la ópera nunca llega a hacerse; que el empresario rabia, y contra su gusto tiene que mimarlos y darles un día ele fonda, que el poeta desea porque se muere el e hambre, y es tal su desgracia, que, con motivo ele la

(1) Es decir, un empresario. 400 BOLETÍN DE LA ACADEMIA ESPAÑOLA boda ele la hija del hostelero no hallan qué comer, y, por último, el compositor consigue que se reúnan para ensayar algunas esce­ nas. La música tiene trozos muy bonitos, sobre todo en los acom­ pañamientos. Y ele la ejecución te diré que la Santamaría estu­ vo sublime, y le hicieron repetir el aria y rondó; que Aquiles fué muy aplaudido en su aria, en que dirige la orquesta, porque es­ tuvo muy bien en la parte cómica y en un dúo muy bueno con el poeta, e hicieron repetir el final del primer acto. Marrón (el tenor) no llevó ni un aplauso, no sé por qué, porque desempeñó su parte muy regularmente. Los demás actores llenaron bien stts puestos. Al que me hubiese gustado que mataran fu é al empresa­ r io (asesino ele El relám,pago) (r), y aunque de farsa, me alegraba ele las perradas que le decían. ¡ Qué antipático y qué feo es ei inclino! Por último, gustó la obra y fué muy aplaudida, y el tea­ tro estuvo lleno." ( 2) Esta obra se repitió muchos días y se puso más el e cincuenta veces en la temporada, hasta el primero ele junio (3). El 12 ele octubre, para salida del tenor cómico J oaquín Miró, aue se estrenaba en Madrid, aunque ya había cantado mucho en Barcelona y Valencia, se puso por primera vez una piececilla de don Alejandro Rinchán y música ele Reparaz y el propio Mirú,

( r) Recuérdese que. El Relámpago casi fué silbado por culpa del t enor Eugenio Fernández, el ahora em presario ele Campanone, y hubo que suspen­ d er unos días sus representaciones, hasta que otro tenor tomó aquel papel. E l rencor femenil de doña Petra Barbieri no le olvidó en esta ocasión, no esperada. (2) Campanone, zarzuela en tres actos, arreglo libre ele la ópera italia­ na "La pro va cl'un opera seria", del maestro Giusseppe Mazza, por los se­ ñores Frontaura, Rivera y Di-Franco. Segunda edición. Maclricl, Rodríguez, 0 r 86o. 4. ; 54 págs. R eparto: Corila Tortolim:, pn:mera tiPle, doña Luisa Santamaría.-Vio• lante Pescareli, comp1·iman:a, Concepción Gutiérrez.-Alberto Mordente, pri­ mer tenor, Carlos M. "lvi arrón.-Cambanone, maestro compositor, Aquiles Di­ F ranco.-Don Fastidio, empresa·rio, Eugenio Fernánclez.-Don Pánfilo, poeta, Santiago Santa Coloma .-Don Sandalia, maestro ele coros }' apnntador, Ma­ nuel ]úcl ez.--Paqnita, Paqnito, 11ovios aldeanos, N . N .-Coristas, aldeanos, bailarines, etc.-La acción se supone en Lisboa, a fines del siglo pasado (es d ecir, el XVIII) . La música se estampó por Casimiro Martín, con el título ele Campanonc, z arzuela en tres actos ; arreglo libre cl.e la ópera italiana: La P•'ova di 1m opera se•·ia, por los señores F rontaura, Rivera y Di-Franco. Madrid, sin a ño. Folio; sin paginación general. • (3) Hablando ele esta repr·esentación, dice El a1·te nwsical: "Sobresalió la SantamarÍ'a., que estuvo más feli z que nunca. En el rondó del acto t ercero obtuvo u na verdadera ovación: y después el e ella, Di-Franco y Santa M·aría." ENSAYO HISTÓRICO SOBRE LA ZARZUELA 40I titulada La pupila. El libro, así como la música, parecieron nn­ los : sólo sé hizo dos noches. Agradó algo un aria ele soprano que .cantó Miró (era obra suya) con gran primor y limpieza, salien­ do además muy bien vestido de mujer. Pero esto no es arte le­ gítimo. El fracaso de La pupila facilitó la primera salida de la tiple conservatoria Cecilia Cárdenas en El dominó azul, en el que gustó mucho, porque tenía una hermosa voz ele contralto y ella ele su persona era ele buena pre­ sencia y muy simpática. Can­ tó muy poco zarzuela. Se mar­ chó a Italia, y pronto empe­ zó a hacer buen papel entre las mejores tiples italianas. En el mismo mes ele octu­ bre se repusieron para salida ele otros artistas El grwnete y La Colegiala. En la primera se estrenó con gran timidez ·Matilcle Villó, hermana ele Cristina y 'Eli sa. Al represen­ tar la segunda ya estaba más tranquila y cantó bien la ro­ manza. "La Murillo hi zo la protagonista de El g?'umete. La Soriano, con su buena y LA CÁRDENAS. privilegiada voz, que el tiem­ (Fotografía.) po respeta -dice El arte 1nu­ sical-, cantó bien su parte, así como Becerra. La Montañés con mucha desenvoltura y gracia y Santa Coloma, en la segunda zarzuela, causando la hilaridad del público. Sólo Cresci estuvo desgraciado." La compañía del teatro del Circo, que parecía ir tan bien, apa­ reció poco después ele su apertura minada por graves disiden­ cias entre los actores, realizándose el hecho ele qué, como decía un periódico, estaban representando Campanone por dentro y por fuera. De todo esto, aparte ele los hechos exteriores, sólo sa­ bemos lo que dice una revista técnica, que tampoco parece muy en­ terada, hablando ele este teatro: "La separación ele la señorita Mu·­ rillo ha imposibilitado la representación ele La cruz del Valle, zar- 402 BOLETÍN DE LA ACADEMIA ESPAÑOLA

zuela nueva que teníamos anunciada. Esta separación y la del se­ ñor Serra, como director de la orquesta, se han prestado a mil in­ terpretaciones ... Nosotros, que nos dolemos siempre ele ciertas rencillas; que sentimos los perjuicios natur

( r) La cnt:: del Valle, zarzuela en tres actos y en verso, arreglada a la escena española, por don Adolfo García; música de don Antonio Repara.z. Representada en el teatro del Ci rco el día 22 de octubre ele r 86o. Madrid, Rodríguez, r86o. 4.o; 71 páginas. Reparto : Adelaicla, señora doña Luisa Santamaría.-Luisa, Angela More­ no.-Catalina, Adelaida Montañés.-El Pd11cipe, don Manuel Cresci.-Fecle- 1'ico, Manuel Soler.- Hennan, Santiago Santa Coloma.- Dryn, Joaquín j\IIiró. 0 0 -El Mayor, Juan Viclal.-Solclaclo 1. , Juan Cruz.-AldeaHo 1. , N. Cruz.­ J ardineras y j arclineros.-Caba11eros, clamas, monteros, palafreneros, solda­ dos, jardineros, pescadores, aJcleanos, etc. La acción es en Alemania: el primer acto en Presburgo y los dos restan­ tes a pocas leguas el e esta ciudad. E=-

les bien señaladas. Hay gran originalidad en casi todas las piezas, lo cual no es pequeño mérito. Los coros, que abundan en la obra, están desarrollados con tino, y hasta se observa con sorpresa que el autor intenta hacerles modular las frases, dando a este cuerpo musical más importancia de la que se le solía conceder en otras obras. La instrumentación es n ca en detalles, sin faltar a una sencillez elegante y profunda, y a ve­ ces toma colorido sin exceso ele adornos. De las piezas más aplaudidas fueron, desde luego, el final del acto segundo, pieza musical ele gran efecto, que recuerda algo el final del acto segundo del M oreto. E l público, entusias­ mado, hizo salir a Reparaz al acabar este acto. De las demás citaremos una original cavatina de barítono, el dúo ele tiple y tenor, las romanzas el e cada uno ele ellos, un coro interior el e soldados con banda y el cuarteto del acto tercero ( I). E n la representación sobresalieron las mujeres: la Santa­ maría, que en tres días aprendió el papel destinado a la Murillo; Angela Moreno y Adela Montañés, con el excelente tenor Ma­ nuel Soler, que estuvo a la altura de los mejores. Repetidas veces hemos mencionado al autor ele la música de esta obra, el simpático maestro don Antonio Reparaz, todo lo contrario del célebre e incorrecto epigrama de Serra, por el cual solo es conocido del vulgo:

Un compositor novel, que tiene cara de agraz, dijo al mundo: "Reparaz", y nadie repara en él.

(r) Música de La cruz del Valle. Acto r.o N . r. Coro de jardineros y Dryn C:Mirad las coronas). 2. Terceto de Herman, F-ederico y Adelaicla (¡ Alm a mía!). J. Coro de cazadores y el Príncipe (Hoy no hay plaza). 4<· Otro y de cla mas: E l P ríncipe, A'clelaida, Herma,n (Con hondos bra- midos). Acto 2 .0 N. s. Coro ele pescadores y pastores (De la t ormentosa noche). 6. Catalina, Dryn y Coro (¡Alto ! Descansen). 7 . Romanza el e Federico (En yano entre las sombfas) . 8. Terceto ele Federico, Aclelaicla, Hcrman y Coro (De nuestras ga- rras) . 9· Concertante final (En el nombre de su alteza) . Acto 3.o N . ro. Aria coreada ele Adelaida (Ya clareando). rr. Escena 'y coro el e soldados (Venid, camaradas). 12. Dúo el e Ade!aida y el Príncipe (Bañada en tristes lágrimas). I J. Todos (Tras el llanto). BOLETÍN DE LA ACADEMIA ESPAÑOLA

Nació en Cádiz el 3 de septiembre de r83r. Tenía, pues, a la sazón treinta años. Había hecho su educación musical casi por sí solo, en provincias. Sin embargo, ya antes de venir a Madrid se habían cantado en el teatro el e San Juan, de Opor­ to, dos óperas españolas suyas, tituladas Don Gonzalo de C ór• doba y Don Pedro el Cruel. En r857 le nombraron maestro compositor de la compañía ele zarzuela que trabajó aquel año en , y allí compuso la música ele una titulada El castillo feudal, cuya letra había escrito un señor Menénclez y fué repre­ sentada con aplauso. Desde ahora ya le encontraremos con frecuencia en nuestro camino al través ele la zarzuela. Y, desde luego, en el estreno siguiente, a 13 ele noviembre, que fué la obra en tres actos titulada A cual más feo, letra de don Juan de la Puerta Vizcaíno, muy conocida, por no -ser otra cosa que la comedia El hom,bre más feo de Francia, traducida pocos años antes por don V entura ele la Vega y representada centenares ele veces aquellos mismos días, de modo que no ofreció el menor interés. Esto perjudicó a la música de Repa­ raz, que era buena, especialmente los coros, fuerte ele este maes­ tro, lo cual prueba su talento comprensivo. Agradaron, igual­ mente, una romanza de bajo, muy bien cantada por Becerra, y otra romanza ele tiple. El público hizo repetir una escena y coro con la Soriano, ele muy buen efecto, y otro coro ele hombres, gracioso y bien cantado. También estuvo feliz el maestro Reparaz en la música ele la pieza en un acto titulada El magnetis11w... ¡ anim,al!, letra ele don Luis Cortés y Suaña, que fué bien recibida y llamado a es­ cena el autor ele la música. Son cuatro números solamente (r). Con letra ele don Antonio García Gutiérrez y música ele m1 discípulo ele Arrieta, llamado don Salvador Ruiz, se estrenó con buen éxito, el 7 ele diciembre ele r86o, la zarzuela en un acto titulada Cegar para ver. Otros decían que la música era del mismo Arrieta, que ocultaba su nombre por no molestar a Bar­ bieri, a quien García Gutiérrez había ofrecido antes ese libre-

(r) El magnetismo .. . ¡animal! Filfa cómico-lírica en un acto, letra de don Luis Co rtés y Suaña; música de don Antonio Reparaz. Estrenada con brillan­ te éxito en el teatro del Circo la noche del sábado r 7 de noviembre de r86o. Madrid, Barrera, r86o. 4.o; 29 págs. Reparto: Emit.:a, doña María Soriano.-P1·isca, doña Adela ida Montañés.­ Cornelio, don Eugenio Fernández.-Agapüo, don Aquiles Di-Franco.-Venan­ cio, don Manuel Cresci. ENSAYO HISTÓRICO S013RE LA ZARZUELA 405

to. Lo cierto es que el impreso dice que la música es de Barbie­ ri, y que el libreto y música valen poco, si se exceptúa un cuar­ teto que se hizo repetir ( r ). Para solaz del público del Circo los días de Pascua escn ­ bió don Luis Rivera un tipo nuevo de zarzuela, que él llamó gacetilla, y fué lo que luego se prodigó tanto con el nombre ele ?'evistas. Esta tiene el defecto ele ser demasiado larga, pues está en tres actos, aunque tan ingeniosos y divertidos que no cansan. Dióle el título de El Paraíso en Madrid, y el primer acto se desarrolla en el Prado, donde van desfilando los tipos y per­ sonajes que solían andar por él. El segundo en el Elíseo ma­ drileño, con ocasión ele un baile a beneficio ele la Inclusa, y se anuda más el enredo iniciado en el primer acto. El tercero en el interior del teatro: aquí ya el carácter ele revista desaparece, que­ dando sólo la doble intriga, que se desenlaza con facilidad, aunque por vulgares medios. Una gran actriz calumniada por un falso ba·· rón halla y convence al calumniador y recobra el afecto ele su hermano, a la vez que se presenta a la amada ele éste limpia ele toda sombra ele deshonor que se había querido interponer entre ambos (2) . La música, el e don Antonio Reparaz, es buena; se repitió un coro del acto tercero; pero fueron muy aplaucliclas otras piezas, como una soleá que cantó Cresci y la canción el e la gi­ tana ele la Santamaría. Después ele esta gran cantante, que fué estrepitosamente aplaudida, sobresalió Adela Montañés en su papel ele florera, por su desparpajo y gracia picaresca.

(r) Cega1· para ver, zarzuela en un acto, letra de don Antonio García Gu­ tiénez; música de don Francisco A. Barbieri. Madrid, Rodríguez, r859 (sic: estaba impresa desde entonces). 4.o; 3 r págs. N o hay reparto. (2) El Pa1·a-íso en Madn:d, gacetilla lírica en tres actos y en verso; letra de don Luis Rivera, música de don Antonio Reparaz. Estrenada en el teatro 0 del Circo la noche del zr de diciembre de r86o. Madrid, Galiana, r86o. 4- ; 99 págs. Reparto: Adetm:da, ach·iz, señora Santamaría.-Teresa, flo1·era, señcir:1 Montañés.-Isabel, modista, señora. Cárdenas.-Una se"lio1·ita, señorita Bri eva. -Aníbal Andaute, señor Cresci.-Don L eón Lobo, señor Becerra.-Cándido Aleg1·e, señor Fernández.-Antonio, ebanista, señor Font.-EI barón de la espuela, señor Di-Franco.-Un aguador, señor Santa Coloma.-Un actor, señor Soriano.-Un ciego, señor Sangüesa.-EI mozo de las sillas, señor Monta­ ñés (D. F.).-Un mozo de café, señor Cruz.-Un vendedor de "La Corres­ pondencia", señor Reparaz (D. E.).-El autor de un teat1·o, señor Vidal.­ UH bailarín, señor Tenorio.-El lrasPnnt'i, señor Berzosa. Coro d e cabal!e­ ros, señoras, ciegos, niñeras, paseantes, etc. Acon1pañamiento. BOLETÍ?\' DE LA ACADEMIA ESPAÑOLA

Es chistoso el pasaje en que el autor de la zarzuela, que se supone estrenar en el acto tercero, le dice a la principal intér­ prete de ella :

Es usté una gran artista ; que mi zarzuela se afirma y si como en el ensayo y que no la iguala a usted canta usted la cavatina la misma Santamaría. del acto segundo, afirmo

Y es a la propia Santamaría a quien se lo dice. La mus1ca era toda ele sabor español, lo cual demuestra la gran penetración e inteligencia del maestro Reparaz, que prefirió sacrificar algo su originalidad y escribir una música adecuada al libro (r). El crí• tico ele El arte 11iusical, aunque no escasea los elogios a Luisa Santamaría, que en este año parece haber llegado a la cúspide ele su gloria y fama, pone también algunas restricciones en cuanto a su modo ele representar las obras. Reproduciremos este JU!ClO en la parte que toca a sus cualidades naturales y ad­ quiridas y al modo ele comportarse en la ejecución ele sus pa-

(r) Las piezas de música de El Pavaíso en Madrid son lassiguientes: Acto I .0 -I. Coro generaL-Coro de niñeras.-Coro de caballeros.-Coro rnixto. 2. Canción del aguador (Santa Coloma). 3. El Barón (Di-Franco), Isabel (Cárdenas), Adelaida (Santamaría). Ter­ ceto. 4. Ani ba~ (Cresci), Teresa (Montañés), canción de ésta (Yo vendía rami­ lletes de flores - y orgullosa miraba pasar). s. Aníbal y coro.- Recitado con orquesta.-Luego canto: Antonio (Font} '" todos.-Dúo de Adelaida y Antonio.- Concertante ele éstos: León (Bece­ .rra), Barón, Cándido (Eugenio Fernánclez), Aníbal, Teresa y Coro general. Acto 2 .o-6. Coro general ele caballeros y señoras; luego Antonio solo ; vuelve el coro dividido por sexos. 7. Barón y León y coro de hombres. 8. Romanza ele Adelaicla (E ra ayer la vida mía). 9. Canción de Aníbal; luego Isabel y Teresa. ro. Coro ; luego Cándido solo. r r. Antonio, Coro, Isabel',, Adelaida, León, Barón, Cándido, Coro gene­ ral. ·Acto 3.0- 12. Coro dentro, autor (Vida!), Bailarín (Tenorio), Traspunte (Berzosa), Un actor (Soriano). 13. Aria de Adelaicla de gitana (Del bosque y la espesura - yo soy la reina). 14. Cándido, León, Teresa. Terceto. rs. Canción ele Adelaida (Soy la diosa del amor) con arpa y "coro que. repite sus versos; Antonio y Aníbal (Esta escena debió de parecer bien). r 6. Coro general. 17. Adelaida,, Aníbal, Antonio, Isabel y Coro. E:\SAYO HISTÓRICO SOBRE LA ZARZUELA 407 peles, porque el exacto conocimiento de todo ello es muy ins­ tructivo e interesante para la historia del arte. "Esta cantante ha estudiado en el extranjero", pues cuan­ do, en el verano ele r859, se dieron algunas representaciones ele ópera en el teatro de J avellanos, " por una compañía francesa ele Madama U galcle, desempeñó la Santamaría la parte de Baron­ ne en L'Ambassatrice con la misma pureza el e lenguaj e en el verso declamado y en las palabras de la música que lo hacían los naturales del vecino imperio". Tiene voz de tipJ.e neta, de mediana calidad; flexible, ágil, extensa, fuerte y vibrante. Es en el teatro hermosa, tiene talento, mediana sensibilidad y bue­ na figura.. . La emisión ele la voz es buena, algo débil en el centro; pronuncia poco claro; toma bien el aliento; tiene mu­ cha agilidad y clara ; matiza bien; caracteriza con cuidado y acierto los personajes que representa y está bien en escena. Ahueca el registro del pecho para dar sonoridad a su voz ; no ataca bien las notas y suele desafinar, dando más alta la n ota el e lo que debe; no pronuncia con claridad las letras conso­ nantes, y en los pasos el e agilidad no articula bien ni pronuncia algunas palabras, aunque estén escritas, pudiendo decirse que utiliza sólo las cinco vocales, moviendo mucho y desfi gurando la boca. Los trinos los hace apretando mucho la laringe y dán­ doles un sonido agrio. Abusa del portamento, especialmente el descendente, dando algo ele monotonía a su canto y quitando colorido y expresión a las notas. Deja caída la mandíbula infe­ rior, con lo que las palabras no se entienden y cambia las voca­ les C\ veces en sonidos obscuros y otras en otras letras di stintas. Estos defectos son más sensibles en ella, porque su voz es blanca o clara, y con tales cambios y los esfuerzos que hace ahuecando el pecho para aumentar la sonoridad, la convierte en obscura o parda, aunque abre mucho la boca. Se ve siempre en ella el prurito ele hacer resaltar sus grandes cualidades na­ tLu·ales, la voz, la agilidad ele garganta, el estudio del arte de emitirla con pureza; por eso desafina hacia arriba y aun suelta algunos gallipavos (r)." Estas censuras no le quitan mérito ni le impiden el ser la tiple más completa y más perfecta de su tiempo, aun cuando incluyamos a la Ramos y a la Ramírez. Cada una de éstas la

(r) El m·te musical, de 23 de mayo de r86o. 408 BOLETÍN DE LA ACADEMIA ESPAÑOLA superaba en determinados tipos y papeles; pero la Santamaría. estaba bien en todos, hasta cantando en voz de hombre. Para este registro y canto escribió Gaztambide en el papel de la Ba­ ronesa, que hizo la Santamaría, la cavatina de El juram,ento, en la que imitaba perfectamente la voz del Marqués, o sea la de Obregón, que, por cierto, es una pieza de música lindísima. Cuatro años después aún era admirada por todos, pues los satíricos autores Cabezas y Calabazas, no hallaron nada que reprenderle y le aplicaron esta insulsa cuarteta:

Me puse a considerar, viéndote hacer un papel. que si eres Santa María el público es San José. Engruesó luego mucho, co­ mo casi todas las mejores ti­ ples, y como tenía buena es­ tatura y aire altivo, clió pie a don Salvador María Gra­ nés para que en su JJ1 clonar de Madrid, que imprimió en 1876, en que aún salía algu­ na vez a escena la Santama­ ría, le aplicase este chiste:

Debió de ser, no lo dudo, buena cantante en su tiempo, y aún hoy llena el teatro, no con su voz, con su cuerpo. Pero antes ele esa época. LA SANTAMARÍA. (Fotografía.) dió mucho que hablar ele sí -como cantante eminente. Como función ele Navidad puso también el Circo en esce­ na una ópera española en tres actos titulada Los pastorcillos, ei 29 ele diciembre y días siguientes. La letra está tomada ele otra pieza de igual clase ejecutada en Barcelona y la música es clef maestro catalán don Juan Carreras, ele Barcelona, donde antes se había estrenado esta obra. Está llena ele buenas melodías y otros cantos. En ella se estrenó el cantante Comas, que acaba­ ba de llegar de Roma ele perfeccionar sus estudios. Hizo el pa· pe! ele Luzbel, pero estuvo poco acertado, exagerando la parte­ hablada y desafinando con frecuencia en la musical. La Gutié· ENSAYO HISTÓRICO SOBRE LA ZARZUELA 409 rrez, que representó la Virgen María, trabajó con más soltura que otras veces: verdad es que había mejorado bastante con el estudio. La bella Cristina 'Leca, que hizo el ángel San Miguel, pareció bien, aunque como era la segunda vez que salía a es­ cena estaba cohibida. El papel de Irene lo desempeñó la simpá­ tica Adela Montañés con talento, por más que no era de su cuerda. Soler estuvo muy feliz en su parte de Fileno, sobre todo en el aria del acto segundo. Aquiles Di-Franco, como de costumbre, acertado. Miró, en el papel de San José, escaso de voz, y Becerra y Vida!, rE\gulares. Se pintaron tres decoracio­ nes nuevas. N o se ha impreso. A principios de r86r hubo nuevas esctsJOnes en la compa­ ñía del Circo, y se salieron de ella María Soriano y su hija, Ade­ laida Montañés, que, así como la Murillo, no tardaron en ser admitidas en la ele la Zarzuela. El 9 de enero se estrenaron, con éxito deplorable, dos zarzue­ litas tituladas Peluquero y Marqués la una, cuya letra, traducida ele h ópera cómica L' h.abit de M )•lord, era de don Juan Belza, y pareció muy pesada; la música, ele Cepeda, no era mucho mejor. La segunda, titulada Lo que de Dios está, letra también traduci­ da por don Graciliano Puga y música del barítono M. Cresci, era ele igual valor; porque, como dijo un periódico, lo que ai parecer "estaba el e Dios" y constituía "su principal interés (de la obra) consistía en un banquete de sopas el e ajo celebrado en­ tre un Adán de bohardilla y una Eva de ídem, que duermen juntos antes que los case el cura". Una y otra fueron justamente silbadas, a pesar de lo cual los autores de los libretos los han impreso ( I). La compañía del Circo que, aunque "de conformes", como decían en el siglo xvn, tan poco conformaban entre sí, tuvo que suspender sus funciones en la penosa " cuesta de enero". y a ni­ que estuvo de deshacerse del todo; a no ser por la feliz inventiva el e Aquiles Di-Franco, que pudo traer con ellos a la famosa Ama­ lia Ramírez, nunca olvidada del público de Madrid, que la esti­ maba sobremanera. Entre tanto, las opiniones de los periódicos y

(r) Peluquero y Ma•·qués, zarzuela en un acto, letra d e don J uan Belza; música de don Luis Cepeda. Madrid, Rodríguez, r86r. 4.o; 32 págs. (2) Lo que de Dios está ... , zarzuela en un acto, arreglo de don Graci­ liano de P uga. Puesta en música por don Manuel Cresci. Madrid, Galiana, r86r. 4.o; 16 págs. 410 BOLETÍN DE LA ACA DEMIA ESPAÑOLA

personas interesadas en estos asuntos fluctuaban entre la espe­ ranza y el pesimismo, inclinándose más a creer en la ruina. La EsjJaña 1nusical, que aborrecía el monopolio zarzuelista que se habían arrogado Gaztambide y Salas y que tanto había animado a los soci os del Circo, escribía, presa del mayor desaliento, el 25 ele enero: "El Circo ha cerrado sus puertas temporalmente para dar lugar a los ensayos ele El castillo maldito, según se dice. Sin embargo de este anuncio, parece cierta la disolución de la ac­ tual compañía. Varios son los trabajos que en la actualidad ocu­ pan a ciertos artistas para una nueva reorganización ... Nos­ otros, que fuimos los primeros en apoyar el pensamiento que do­ minó a la fundación ele aquella compañía artística, hoy lamenta­ mos que sus desaciertos y poco tino les hayan conducido a un fin violento, con perjuicio ele sus mismos intereses. Había un prc­ blema que resolver en Madrid, el cual queda suficientemente es­ clarecido, cual era que nuestro público puede mantener dos com­ pañías del género lírico-dramático ; al menos esta resolución la debemos a la extinguida compañía del Circo. El arte ha ganado en ello, pues es indispensable que en el año próximo veremos for­ maciones ele este género que opongan una barrera a los abusos y absorción que ha venido ejerciendo inconsideradamente la em­ presa del teatro ele Javellanos. Los accidentes ocurridos a la compañía del Circo deben servir ele lección a cualquiera otra que deba formarse en parecidas condiciones." Pero como las principales partes ele la compañía no querían volverse a provincias cuando ya estaba mediado el año cómico, se unieron y autorizaron a Aquiles Di-Franco para entenderse con la Ramírez, que estaba sin co1ocación desde su regr·eso ele América. Ya hemos dicho que al indisponerse en 1856 esta cantante con los empresarios ele la Zarzuela se fué a · Granada, donde es­ tuvo cantando cuatro meses en la primavera y parte del verano. Por cierto que un día (el 13 ele mayo ele 1857) corrió grave peli­ gro su vida. Estando representando El d01ninó azul en el tercer acto, y hallándose la Ramírez sola en la escena, se vino al suelo la decoración cerrada que representaba el palacio ele Felipe IV. U n grito unánime del público avisó a la actriz del riesgo y pudo a tiempo correr, llena ele espanto, hacia las candilejas ele la con­ cha, donde el riesgo ele abrasarse era todavía mayor. Entonces ocurrió una cosa inaudita. El insigne actor Fernando Osario, ENSAYO :HISTÓRICO SOBRE LA ZARZUELA 4I I

que estaba en el público, ele un salto se puso en el escenario, y llegó a tiempo ele recoger en sus brazos a la tiple, que iba a caer sobre las luces ele la embocadura, presa del desmayo que el susto le produjo. La Ramírez se presentó poco después, ya repuesta, a recibir los aplausos y dispuesta a seguir cantando ; pero aquel público culto y benévolo no quiso que la representación de Ja obra continuase. Representando en Granada Las bodas de Juanita, descubrió la Ramírez otra gracia, que fué la ele bailar al final ele la pieza con mucho primor; y el 30 el e mayo clió su beneficio, con las zar­ zuelas El lancero y El Vizconde, en ambas vestida ele hombre, y cantó el Vals de Venzano. El público le prodigó ramos de flo­ res, palomas y versos, que le arrojaban ele los palcos y galerías. Hizo luego zarzuela en Madrid durante el verano, y las dos temporadas siguientes las pasó en Cácliz, cantando ópera y zar­ zuela. En una de las funciones, al acabar de cantar la Luda, los abonados le entregaron una corona de oro macizo. En I859 se fué a La Habana, contratada para el teatro Tacón por tres años; pero sólo trabajó allí siete meses, al cabo ele los cuales falleció su madre, que era su única compañía. Rescindió la contrata y se vino a España, ya entrado el año I86o. La muerte ele su madre le causó una pena tan duradera, que las gentes comenzaron a decir que se iba a meter .monja, al ver que se había hecho algo beata y no cantaba más que en las igle­ sias. Unida a unas tías suyas, que, como decía doña Petra Bar­ bieri, "la comían por los pies", pasó el resto del año I86o, y al comienzo del siguiente Aquiles Di-Franco consiguió ele la Perla que volviese al campo ele sus triunfos. Al pie va la nota: ele la nueva compañía. Las cuatro últimas ele las cantantes que contiene la li sta eran nuevas en el teatro, y dos ele ellas fueron luego fa­ mosas (I).

(1) La Compañía en sus partes esenciales quedó formada así: José Font. Amalia Ramírez. Eugenio Fernández. Luisa Santamaría. Manuel Soler. Elisa Zamacois. Aquiles Di-Franco. Adela Ibarra. Manuel Cresci. Cristina Lecca. Joaquín L. Becerra. Matilcle Ortonecla. Santiago Santa Coloma. Concepción F lores. Carlos Soriano. Dolores Custodio. Juan Cruz. Concepción Berna!. L. Fernánclez. Alcalde, Subías, Cortina, Estaño!. 28 4I2 BOLETÍN DE LA ACADEMIA ESPAÑOLA

Matilde Ortonecla era madrileña, nacida el 2r de junio de 1837 y bautizada en la parroquia de San Lorenzo, el centro de la manolería. Hizo en el Conservatorio su carrera musical, cur­ sando seis años sin interrupción y con gran aprovechamiento. Aunque ajustada en el Circo en r86r, no pudo salir a escena has­ ta el 5 de febrero el e r862, es cleci"r, en otro año y con otra com­ pañía, en E l dominó azul, cantando la parte ele Leonor ele Haro. Después salió en otras obras. A fines ele r867 se fué a BarceJo .. na, donde residió tres años, hasta agosto de 187o, en que marchó contratada a La Ha­ bana. Tenía voz de tiple, cla­ ra, ele buena clase, robusta y de ejecución muy ágil. So­ bresalía en los trinos. Saldo­ ni dice que no tuvo discípula que mej.or los hiciese, porque además ele prolongarlos lar­ gamente hacía en ellos un re­ gulador del piano al fuerte y viceversa con gran facili­ dad y gracia. Cristina Lecca y Sillero aunque ya había cantado algo antes en el Circo, puede de­ cirse que era nueva, pues sólo :ti'IATILDE ÜRTONEDA. tres veces se la había podido (Fotografía.) oír ele un modo imperfecto, por hallarse poseída ele la mayor timidez. Salió primero en di­ ciembre ele r86o, como prueba, en la Luisa del Grumete, y agra­ dó. Volvió a presentarse en la ópera Los pastorcillos, el 29, ha­ ciendo el ángel San Miguel, con la misma cortedad. En 6 de enero se hi w cargo del papel de la florera en El Paraíso en M a­ drid, que había desempeñado muy bien Adela Montañés, y que ella no mejoró, ni con mucho. T enía, sin embargo, buena, aun­ que no mucha voz; fraseaba bien y con claridad y accionaba y declamaba con .g usto y estilo. Concepción Berna! había ya salido por primera vez, el 27 de octubre ele r86o, en el papel de Enriqueta en El relámpago, y había gustado al público. Era joven, de figura elegante y simpá- E:'\S:\ YO HISTÓRICO SOBRE LA ZARZUELA 4I 3 tico aspecto. Su voz, si no de gran volumen, tenía un timbre muy dulce. Había hecho sus estudios en poco tiempo y no había can­ tado nunca, ni en conciertos particulares. Era discípula ele Bar­ bieri. Dolores Custodio puede decirse que nació para característi• ca, pues siendo aún joven empezó a ejecutar estos papeles y si­ guió con ellos el resto ele su carrera. De Concepción Flores no tenemos más noticias que las que irán apareciendo en este es­ tudio. Al fin, el r. o ele febrero se pudo abrir el teatro con la ya estudiada zarzuela en tres ac­ tos titulada El castillo maldi­ to, letra ele don José María Huici y música ele don An­ tonio Rovira. El libro, que era un melodrama, valía poco y no cayó por completo gra­ cias a algunas piezas ele mú­ sica que agradaron. El públi­ co no tuvo la menor curiosi­ dad ele saber quiénes fueron los autores (I). Muy otro fué el éxito, en I9 ele febrero, el e la piececilla titulada El primer vuelo de un pollo, escrita exprofeso AMALIA RMIÍREZ. (Fotografía.) para Amalia Ramírez, que sa­ lió vestida ele galancete, como ·a ella le gusta:ba. Fueron autores de la letra, que, aparte del ob­ jeto, valía poco, don Antonio Carralón ele Larrúa y don Roberto .Robert, y de la música don Lázaro N úñez ele Robres. La escena -pasa en un baile ele máscaras ele Capellanes entre los in~ivicluos .ele una misma familia, disfrazados. Uno ele ellos, ele nombre Pío y de edad ele quince años, lleno ele picardía, es el protagonista, 1)apel que hacía la Ramírez (2).

(1) El castülo maldito, zarzuela en tres actos; letra de don José María Huici; música de don Antonio Rovira. Madrid, Rodríguez, 1861, 4.o; 6z págs. (z) El primer vuelo de nn pollo, zarzuela en un acto, original; letra de Jlos señores don Antonio Carralón de la Larrúa y don Roberto Robert; música 414 BOLETÍN DE LA ACADEMIA ESPAÑOLA

La música ligera y fácil, con algunos aires agradables y un lindo dúo, estaba bien instrumentada. La Ramírez fué aplaucli­ clísima, sobre todo cuando, después ele la pieza, cantó y repitió La Juanita. E l recibimiento debió ele lisonjear a la artista, que volvía a hallarse entre su público, el que primero la había aplau­ dido y festejado. E l maestro don Lázaro N úñez ele Robres había nacido en Almansa (Albacete) en 1827. Destinado a seguir carrera litera­ ria, hizo el bachillerato en Ma­ drid, y luego cursó derecho en Valencia; pero su nativa afición a la música le movió a matricularse en el Conser­ vatorio, cuyas enseñanzas si­ guió tres o cuatro años. Su primera obra dramática fué la titulada Un sobrino, que se estrenó en la Zarzuela el r." ele mayo ele r857, con me­ diano éxito; y lo tuvieron re­ gular las tituladas El alféTez (23 ele junio ele r858) y Tal para cual (S el e octubre ele r86o) . Por lo demás, el es­ tro ele Robres no era para lo dramático, sino para los AMALIA RAillÍREZ. bailables y canciones popula- (Fotografía.) res. Suyos son el célebre tan­ go La Cimarro,ncüa, que, con letra ele Manuel del Palacio, se cantó por toda España, y las canciones R ecuerdos de 111iÍ patria y Una tarde en Lavapiés. F ué director ele orquesta ele los tea­ tros Es,pañol y del Circo, para los cuales compuso muchas pie­ zas, y en r869 publicó en Madrid una excelente colección ele cantos españoles, recogidos, ordenados y arreglados para piano, que intituló La música del pueblo, con un erudito prólogo. F ué el primero que sintió bien el valor folklórico ele estos cantares. Alguna vez volveremos a tropezar con este maestro ilustre. de don Lázaro Núñez-Robres ... Madrid, Rodríguez, r86r, 4 ,o; 33 pags. Está dedicada a la misma Amalia Ramírez. La hicieron, además, la Custodio, la Bernal, Santa •Coloma y Fernández. 1 1 E:\SA YO HISTÓRICO SO BRE LA ZARZUELA 41S

P ocos días después se presentó en Campanone Luisa Santa­ maría, y fué recibida con una lluvia ele flores, coronas, palomas ... , llamada multitud de veces a escena entre bravos y aplausos atro­ nadores. La protesta ele una gran parte del público contra los mandarines ele la Zarzuela era evidente. Un nuevo estreno se hizo el 23 ele febrero de una zarzuela en tres actos, titulada Ardides y cuchilladas, cuya letra tradujo del francés don Juan Belza, de la ópera cómica Le pré aux cleres, y a la cual puso una exce­ lente música don Antonio Re- paraz. E l asunto se refiere a las intrigas de la Corte de Enrique III de Francia, que encauza en buen sentido (¡quién lo había ele decir!) la reina JVIargarita, su hermana y mujer del después Enri­ que IV (r). La música tiene piezaJS ele grande efecto y muy celebra­ das ; entre ellas un terceto en el acto segundo que se hizo repetir y un solo ele corno in­ glés, en extremo aplaudido. La fecundidad del joven maes­ tro era prodigiosa. En poco MANUEL (RESCI EN "ARDIDES tiempo había dado al teatro Y CUCHILLADAS", La cruz del valle, A cual más (Fotografía.) feo, El m.agnetismo animal, El Paraíso en lvi adrid y ahora esta gran composición musical, que no tiene menos ele r S piezas. Estuvo bien presentada en de­ coraciones y accesorios y el teatro lleno por entero.

(r) A1·dides y cu.chilladas, zarzuela en tres actos; letra ele don Juan Belza ; música ele don Antonio Reparaz. Estrenada con aplauso en el teatro del Circo la noche del 23 ele febrero ele r86r, Madrid, Rodríguez, r86r, 4.o ; 57 págs. Reparto: ]JI[argarita, reina de Navarra, señora Santamar ía.-[sabel, jo­ ven condesa de Jl!Iental, señorita Bernai.-Mergi, caballero beamés, señor So­ Jer.-Cominges, joven cortesano, favorito de Enrique III, señor Cresci.- ­ Cantarelli, músico itaz,:ano, señor Di-Franco.-Pedro Gú·ot, señor Fernánclez. -Nise, sn nov ia, señorita Ibarra .-Un brigad,:er de arqueros, señor Viclai.­ Guarclias, oficiales, arqueros, cortesa,nos, monteros y aldeanos. La escena del primero y tercer acto en los alrecleclores ele París ; el segundo en el palacio del Louvre; la acción en 1582, bajo el reinado ele Enrique III. BOLETÍN DE LA ACADEMIA ESPAÑOLA

En la ejecución descollaron la Santamaría y la Bernal, que salían a caballo al escenario en unos jamelgos, que luego hubo que suprimir por ciertos inconvenientes; pero una y otra cantaron bien su parte, sobre todo la primera. También Aquiles Di-Franco en su papel ele Cantarelli, música e intrigante italiano, estuvo muy acertado y chistoso ( r ). Don Antonio García Gutiérrez y don , que eran los principales protectores ele la sociedad de artistas clei Circo, compusieron, para el mayor lucimiento de la Ramírez, una zarzuela en dos actos titulada Llamada y tropa, aunque no re­ sulta clara la aplicación del título a una pieza, imitación ele otras ele nuestro teatro antiguo, en que una joven, fingiéndose inocente, engaña a tres novios, y al fin se queda sin ninguno, porque vién­ dose forzada a elegir, el preferido era ya casado. No hay que de­ cir que con esta variedad ele tipos y personajes el compositor tuvO' ocasiones suficientes ele escribir buena música, como lo es la de Llamada y tropa (2). Se destacan entre los números musicales más aplaudidos un bonito terceto del acto primero; la cencerra­ da en parodia, al final del mismo, y el coro de sopistas del se­ gundo, cantado con primor por los niños del Hospicio.

( r) Las piezas de música de A ¡·dides y cuchilladas son : Acto r.o N . I . ·Coro: tirolesa (Hermoso está el día). ;;t. Coro y escena musical entre Nise, Mergí, Pedro y Cantarelli (¡Ah, de la gente). 3. Coro de cazadores, y luego lVIargarita, Cominges y Cantarelli (¡ Alerta, cazadores). 4. Escena final (¿Quién pide socono ?) Acto 2 .0 N . S. Coro, dentro, de bebedores ; aria de Isabel (¡ V iva la or- gía!). 6. Terceto de IsCLbel , Margarita y Cantarelli (Pues siempre). 7· Coro de máscaras.-Nise y Pedro (Es donosa). 8. Margarita. Cantarelli y coro (Muchas gracias). 9· Escena final (Señora, permitidme). Acto 3 . N . ro. Coro de A rqueros, Nise y después Margarita (¡Que Yi va). r I. Barcarola de marineros (Las escamas de los peces) . 1 2. Escena musical (¿ Qué escucho ?) I J . Coro de monjes (Requiem extemam). '4. Terceto: Margarita. Pedro y Nise (Es el momento) . r s. Escena final (Terrible combate) . (z) Llamada y tropa, zarzuela en dos actos ; letra de don Antonio Gar­ cía Gutiérrez; música de don Emilio Arrieta. Representada en el teatro del Circo en mal'Zo de r86r . Madrid, Gonzá''ez, r861. 4.o; 57 págs. Reparto: Elüa, doña Amalia Ramírez.- Juana, Adeb Ibarra.-Dofía Bd­ qida, Dolores Custodio.- L isardo, don Manuel Soler.- Capitán, Manuel Cres­ ci.-Don Sotera, Joaquí n Becerra.-Don Isidoro, Eugenio Fernández.-EI sargento Chinchilla, Aquiles Di-Franco.-R11fo, Carlos Soriano. Estudiantes y soldados. La escena pasa en Salamanca, por los años de r83o. ENSAYO HISTÓRICO SOBRE LA ZARZUELA 417

En la ejecución brillaron, desde luego, la protagonista, que tan perfectamente sabía hacer aquellos tipos ele joven inocente con malicia, y salió vestida muy linda ele charra, cantando, con gra­ Cia picaresca :

Un estudiante, ¡ay, madre!, y yo que soy profana, me elijo un día ¡ay, me mareo! que estudia para padre ... cuando le veo ele teología ; con aquella sotana y aquel manteo.

También estuvo feliz haciendo el taimado Isidoro el tenor cómico Eugenio Fernánclez. El teatro, lleno, y así continuó va­ rios días, pues la obra gustó mucho y en adelante el público la recibía con aplauso. Se estrenó el 9 ele marzo (r). El 21 ele marzo, último día ele teatro antes ele las vacacio­ nes ele Semana Santa, se estrenó con desdichada fortuna la pie­ za en un acto El compañero de viaje, letra ele Carrascosa, que sólo duró la noche del estreno. No mejor suerte corrió otra piececilla titulada Un ayo para el niño, y eso que eran sus autores García Gutiérrez, que tradujo el libreto ele! inglés, y Arrieta, el 6 ele abril, en el beneficio ele Eugenio Fernánclez. 'En la misma noche estrenó el beneficiado un corto monólogo titulado Un hom.bre fe­ liz, cuya letra había escrito Frontaura y cuya música era del mismo Arrieta. Fué aplaudido Fernández en algunos pasajes, _pues hizo no menos que diez papeles, entre ellos una anciana y una joven.

(r) Partitura. A la señorita doña Josefa Fernánclez Martín. Llamada y tropa, zarzuela en dos actos; letra ele don Antonio G. Gutiérrez; música ele Emilio Arrieta. Madrid, Pablh Martín, editor. Sin año. Folio; 65 págs. ele n1úsica. N úm. r. Introducción y coro ele estudiantes (¡ Chito, chito! Tengan cuenta). 2. Canción estudiantina, cantada por la señorita Ramírez (Un estudian­ te, ¡ay, madre !J. J . Canción cantada por el señor ·Cresci (¡Ah, qué animada). 4 . Terceto, cantado por la señora Ramírez y los señores Soler y Cres­ ci (Acudamos). s. Jota (cencerrada), cantada por el señor Soler y coro ele tenores (S ote­ ro, no te cases). 6. Coro ele estudiantillos, M áscula snnt má1·ibus (Cantado por so niños del Hospicio). 7. !Canción cantada por el señor Fernánclez (Ahí está la bella). 8. Dúo, cantado por la señorita Ramírez y el señor Cresci (Mil confusio .. nes). 9. Rondó final, cantado por la señorita Ramírez (¡Quién me lo di­ ría). BOLETÍN DE LA r\ CADEM1A ESPAÑOLA

También agradó El Corneta, pieza en un acto ele 'F rontaura y Cepeda, estrenada el 1 2 ele abril. Es arreglo del francés, hecho para la Ramírez, que lució en él con exceso, pues salió ataviada con más lujo que el que correspondía a un pobre corneta. La mú­ sica, agradable y sencilla, se hizo aplaudir en la marcha militar ele la primera escena. Después decayó al par del libreto. Adela !barra estuvo muy bien en su papel ele criada, que hizo con gran naturalidad y desenvoltura. Se puso en el beneficio ele Santa Ca­ loma (r). E l 19 del mismo mes se hizo el beneficio ele Luisa Santama­ ría, con el programa que va en la nota (2), estrenándose la zar­ zuela en dos actos El Bach:iller, que don Antonio Alverá había es­ crito y presentó como obra ele un autor dramático eminente que quería guardar el incógnito. Pero en cuanto se oyeron las pri­ meras escenas y se vió que el asunto no era más que el episodio ele doña Aurora el e Guzmán del G·il Blas y, por contera, traducido del francés, todo el mundo cayó en la cuenta ele la superchería del célebre calígrafo. La música, ele don Antonio Rovira, tampoco era Zamacois, que estuvo muy bien ele hombre. A l final cantó la San­ tamaría, que consiguió le mandasen repetir algunas piezas, y la Zamacois, que estuvo muy bien el e hombre. Al final cantó la San-

(1) El corueta, zarzue1n en un acto, en v erso, origina l ele don Carlos Frontaura; música ele don Luis Cepeda. Escrita expresamente para la dis­ tinguida actriz señorita doña Amalia Ramírez y representada por primera vez en Madrid, en el teatro del Circo, en abril ele r 86 r. Madrid, Rodríguez, 1861. 4. 0 ; 39 págs. Reparto: Tomás, señorita doña Amalia Roclrí guez.---Sttsana, Adela Iba­ rra.-Doiía Soledad, Concepción Flores.-Doiía NI anuela., Dolores C usto­ dio.-Don Serafín, don Santiago Santa Coloma.-Don Tomás, Carlos So- riano. (2) "Teatro del Circo. 3.a función d e abono, 3.er turno, 3.a serie para el viernes r 9' de abril de 186 r, a las ocho y media ele la noche. A beneficio ele la prime ra tiple doña Luisa Santamaría. Orden de la función. r.o Sinfonía. 2 . 0 P rimera r epresentación ele la zar zuela nueva original, de capa y espada, en dos actos, titulada El bachiller. Persona,j es: El bachille1', señor N .-Rosarda, señora Santamaría.-Doíla A1w, Zamacois.-Doíía Aldonza, N .-Teresa, Flo­ res.-Don Félix, señores Font.-Don César, N .- ll1ann:cio, Di-Fran co .- Ca­ pitán, Cresci.-Don Lu·is, Fernán clez. -Maese 'Migajas, Soriano.-Comisario, A lcalde.-Un alfé1-ez, Cruz.-Un sargento, Cortina.-Mosquito, Fernánclez (L.). ~Lamprea, Estañol.-Mozos y mozas del mesón , carromateros, soldados y al­ guaciles.-Coro el e ambos sexos.- La señorita Zamacois, por deferencia a la beneficiada, se ha encargado en esta obra de uno de los principales p apeles. -3.0 Se poncln en escena el t ercer acto el e la aplaudida zarzuela titulada Campa11ou e, desempeñado por las señoras Santamaría y Cu stodio y los se­ ñores Soler, Di-Franco, Santa Coloma, Fernánclez, Cruz y coro d e hombres." ENSAYO HISTÓRICO S0Bl{E LA ZARZUELA 4I9 tamaría el acto tercero de Cam,panone, en que tanto sobresalía; con lo cual la velada se hizo agradable. Alverá, sin duda por no dar su brazo a torcer, publicó anónima su zarzuela (r). Mal éxito tuvo días después, el 27 de abril, la piececilla La artista (2), letra de Rinchán y música de Mollberg, que sólo se puso la noche del estreno y otra para confirmar el juicio público ele la anterior. En cambio, y por la ley de las alternativas, gustó otra piececilla titulada La cruz de los humeros, letra de don Ri­ cardo Mosquera y música del barítono Cresci, que, como hemos visto, era, además de buen cantante, no mal compositor. Esta obra pertenece plenamente al género andaluz, ya tan olvidado en la zarzuela. El protagonista es el tipo del andaluz cobardón, em­ bustero, ladrón, etc. La música la forman unas cuantas caíias muy bien cantadas por el mismo Cresci ; sobresale un dúo entre él y la Ramírez, que en la soleá estuvo admirable y obligó al pú­ blico a que llamase a los autores, que salieron con ella. Becerra hizo un excelente esquilador, en el que se recordó al famoso Dar­ dalla (3). V olvióse la suerte para la desgraciada pieza en un acto titu­ lada El canapé, estrenada el r r ele mayo. Escribió la letra ei después famoso republicano don Roque Barcia, que quiso imitar ele un modo forzado El último m.ono. La música, tan mala como el libreto, era ele don Rafael Taboacla. Tenía algunos versos gra­ ciosos ele puro incorrectos, cosa bien extraña en quien, como Barcia, alardeaba de purista. V éanse estas dos redondillas :

El hambre me da matraca, i Qué bien sabe a mis narices! y el comer no es desacato : ¡Vaya un olor peregrino! ¡a ver! , pontne en ese plato Contra desengaños, v ino ; un par de libras de vaca, contra mujeres, perdices.

Tampoco fué muy satisfactorio el éxito ele una zarzuela en un

(r) El bachiller, zarzuela de capa y espada, en dos actos. Letra de autor anónimo; música de don Antonio Rovira. Representada por primera vez en el teatro del Circo, el día 19 de abril de r8.6r. Madrid, Rodríguez, r86r. 4,o; 56 págs, El reparto está en la nota anterior. "Mozos y mozas del mesón, ca­ rromateros, alguaciles y soldados. La acción pasa en el mesón del Caballo ne­ gro, en Salamanca, Tiempo del rey Felipe IV. Privanza del Conde-Duque de Olivares. Comienza al ra.yar el día y termina antes del anochecer." (2) La artista, zarzuela original en un acto; letra de don Alejandro Rin­ 0 chán; música de don Juan Mollberg, Madrid, Rodríguez, r8r6, 4. ; 26 págs, (3) La cruz de los humeros, zarzuela en un acto y en verso, original de don Ricardo Mosquera; música de don Manuel Cresci. Madrid, Rodríguez, r86r. 4. 0 ; 40 págs, 420 BOLETÍN DE LA ACADEMIA ESPAÑOLA

acto titulada Cleopatra, letra de don Juan Belza y música de don Florencia Lahoz. Era imitada del francés y pareció inverosímil. extravagante y ajena de nuestras costumbres. La Santamaría es­ tuvo, sin embargo, bastante feliz en este papel : verdad es que la música tenía algunos números muy aceptables. Pero sí agradó otra zarzuelita (parece que estamos en pleno género chico) titulada Jacinto, letra de Berzosa y música ele Re­ paraz, que se estrenó en 25 de mayo . El libreto hizo reír al pú­ blico con varios equívocos y chistes, hasta que al final salió a es­ cena un mono, que era el lupus in fábula ele la pieza. También agradó la música, y hubo ele repetirse un dúo cantado con ex­ presión y gracia por la Ramírez y Soler y una canción andaluza de Cresci. E l caserío o ~ma escena en Guipúzcoa es otro juguete en un acto, letra ele don Luis Cortés y Suaña, al que puso alguna mú­ sica por excepción el maestro Zabalza, y se estrenó el 26 ele mayo, a beneficio del excelente barítono Aquiles Di-Franco. Pasó sin oposición de nadie. La última obra nueva que puso el Circo fué una traducción ele la ópera italiana Don Checo, ele Nicolás el e Giosa, hecha por Frontaura con el título ele De incógnito, en dos actos, cantada con su música original, algo "arreglada" por don Luis Cepeda. Gustó en ella la Ramírez, con sus compañeros Soler y Di-Franco. El día 2 de junio se cerró este teatro, habiendo dado en la temporada 26 piezas nuevas, ele ellas seis en tres actos. El ele la Zarzuela todavía siguió abi erto unos días más. Aparte ele estas obras, en el teatro del Príncipe se estrenaron el r2 ele diciembre de r86o dos zarzuelitas, titulada la una Adán y Eva, letra ele don Pantaleón Moreno y música ele don Fran­ cisco ele Asís Gil, y El califa de la calle 11wyo1' la otra, letra ele Mariano Fernánelez, con música ele don Manuel Tubau. En el teatro ele Lo pe ele Vega se estrenaron el 9 de enero otras dos piececillas, titulacla·s Traga-bom,bas la una, con letra ele don F rancisco Vargas Machuca y música ele don Luis Velasco, y Matamoros la otra, letra del mismo Vargas y música ele don León Alonso. Y en el teatro de N oveclacles, construí do hacía poco, se estrenó otra zarzuelita titulada Una hi.fa de Despeiíaperros, la letra de la cual era de don Roque Barcia y la música de Ta­ boada. La cantó Elisa Zamacois en una función a beneficio de E:0/SAYO HISTÓRICO SOBRE LA ZARZUELA 4 2 1 los pobres de la parroquia de San Ildefonso, y luego, con mucha gracia, la canción de La Naranjera. Veamos ahora el estado del género en las provincias. En Barcelona hacía ya tres años que no se cantaban zarzue­ las. Don Luis de Olona, que residía en París desde su separación de la empresa de la Zarzuela y estaba quejoso ele la conducta con él observada por sus consocios Salas y Gaztambide, se ha­ bía propuesto no escribir más para dicho teatro. Pero deseando hallar ocupación provechosa pensó en establecer seriamente este espectáculo en Barcelona. Salió de París, con su familia, en sep­ tiembre de r86o, y a poco de llegar arrendó con su padre, que· tanta práctica tenía en estos negocios, el teatro Principal o ele Santa Cruz, y empezó a formar una compañía, que por la falta de costumbre ele los artistas en ir a Barcelona tuvo que ser mediana por este año. Sin embargo, logró contratar a la' famosa tiple Aclelaida Laton·e, la primera que desde r8so había cantado zar­ zuelas serias. Al lado ele ella estaban Eloísa Morera, discreta, pero ele poca voz; E loísa Barrejón, soprano, que sabía cantar, y las partiquinas Carolina Luján y Carmen Ortega. De tenores pudo allegarse a Juan Salces y Jaime Carminati, y como compri­ marios a Rosenclo Dalmau, ele bonita pero poca voz, que empe­ zaba entonces su buena carrera, y JVfanuel Arcas, y como teno­ res cómicos a Ricardo S. Allú, Francisco Vega y a Joaquín Miró. Eran los barítonos José Carbonell, que también cantaba el e bajo, y .T osé Iruela; barítono cómico José Al verá y bajo genérico José Escríu (r). Anunciaron un abono por 90 funciones, y empezaron el 13 ele octubre, con Catalina, que cantó Aclelaicla Laton·e. La repitieron varios días, y pusieron luego Por conquista y Entre mi m.ujer y el negro; después algunas en un acto, y a continuación E l jurawtento, El Valle de Andorra, Estebanillo, Los Magiares, diez ,noches seguidas, proponiéndose repasar lo mejor del vieJO repertorio . Estuvieron en Barcelona el e octubre a marzo ele r86r, en que pasaron a Valencia. En La Coruña había compañía ele zarzuela, que en enero cle­ r86r hizo El Valle de Andorra.

(r) El resto de la compama era: j1;[aestro de coros, don José Gómez, con 32 'co ristas.-Direclor de orqnesta, don José V iñas, con 40 profesores. -Dh·ector de la banda, con 28 profesores, don Francisco Fremont.-Apnnta-· do1·es dramáticos: Francisco Mendoza y Fernando Corona. D e música: Fran-­ cisco Rialp y Francisco Cirera.-Antor de la co111paíi.ia : José Comerma. 422 DOLETÍN DE L.\ ACADEMIA ESPAÑOLA

En Granada estaban Matilcle Villó, la Villar, el tenor Real, y se esperaba en enero al tenor serio Beracoechea y al tenor có­ mico Vega. En marzo fué contratado para Jaén Carlos María Marrón. En Málaga, desde otoño de r86o, tenían, como de costumbre, una buena compañía, compuesta ele las tiples E laclia Aparicio, Cristina Corro, Aclelaicla T eirate, Antonia Rojas, Teresa Vigo­ nes y Encarnación Vilches. De los tenores Ramón Menclizábal, Miguel Gentil, el tenor cómico Emilio Carratalá, los baríto­ nos Ramón Moras, Manuel Fernánclez, los bajos J aime Fábre­ gas y Fernando Prieto. Director ele escena Antonio Capo; maes­ tro ele coros don Juan Cansino ; director ele orquesta don Tomás Gómez. Se estrenó la compañía el 6 el e octubre, con El postillón de la Rioja y El a111or y el almuerzo. Siguieron El diablo en el Poder, Entre mi 111:uje1' 31 el negro, El jumwtento, Amar sin cono­ cer, Mis dos mujeres, El Vizconde, Un caballero particular, etc. A Palencia, donde apenas se había cantado zarzuela aún, vino una compañía que tenía por director ele orquesta y compo­ sitor a don Adrián Corona. Primera tiple, Ramona García ele Allú; otra y comprimaria la después célebre Antonia García, muy joven entonces; segunda tiple Concepción Celclrán ele Corona. Tenor, Juan Ramón Cembrano; tenor cómico, Alfonseca; barí• tono, Manuel J údez; bajo, Pascual Muñoz; partiquino, Antonio Rodríguez. Se estrenó el IO ele noviembre con El relámpago. Ra­ mona García, en el papel ele Clara, cantó con mucha expresión la cavatina del primer acto. También gustó Antonia García: tie­ ne voz clara y armoniosa, de un timbre sonoro y agradable y gran facilidad para emitirla y dominarla. El tenor Cembrano, ya conocido, por otra temporada lució su voz dulce y pastosa, aun­ que ele no gran extensión. Alfonseca tiene poca voz, pero la apro­ vecha y acciona muy finamente. Después hicieron Los diamantes de la Corona, en que salieron la segunda tiple, el barítono y el bajo. J údez tiene voz de timbre claro y hermoso y agradó en la ·repetición ele la cabaleta del cuarteto del tercer acto, y Muñoz posee voz robusta y afinada. En E l dominó azul estuvieron bien las dos clamas García; pero el que más brilló fué J úclez, que repitió casi todo lo que cantaba. Ramona García salió ele rapaz en El Vizconde, con mucha gracia. En Santander hubo compañía desde octubre a marzo. Eran partes pri ncipales Pilar Piñeiro y las señoras Valle y Ferrer; ENSAYO HISTÓRICO SOBRE LA ZARZUELA 423

Francisco Cortabitarte, Maximino Fernández, barítono; Viciarte, Rafael Pastor, tenor cómico, y Rodríguez. Empezaron con El dominó azul, por las señoras Piñeiro y Valle; la primera posee una voz bastante fuerte y ele un excelente timbre; canta con ex­ presión y fué muy aplaudida. La señora Valle, con afi nación y gusto. Cortabitarte, conocido y estimado desde la temporada an­ terior, fué bien recibido, así como el barítono Fernández. En El postillón de la Rioja hizo su salida el tenor cómico Pastor. Lue­ go pusieron La cantinera de los Alpes, Mis dos 1nujeres, Los diamantes de la Co?'ona y El diablo en el Poder. La señorita Piñeiro ha demostrado que, aunque joven, tiene condiciones para cantar las obras más difíciles. Los demás, bien. El tenor cómico tiene buena voz, no canta mal; pero en lo hablado está más tor · pe. Como es joven puede mejorarse. En Ca1npanone sobresalió la Piñeiro. La señora Ferrer hizo el papel ele Violante. Cortabitar­ te cada vez con más facultades. Rodríguez estuvo feliz en el don Pánfilo. En Valencia seguían la Albini, la Bagüés y la Olaso, y los se­ ñores Alba, Sanz, Mora, Larrea y J over, todos poco conocidos. Estaban en la Princesa y empezaron en octubre. Esta modesta compañía hizo, sin embargo, una cosa digna ele servir ele ejem­ plo. E l 9 ele octubre, para conmemorar el nacimiento ele Cer­ vantes, estrenó un apropósito, letra ele don Roque Barcia, ti­ tulado Una escena de Cervantes. Después cantaron E l relám­ pago, etc. En Valladolid estaba la compañía que dirigía Genovés, con su mujer Elisa Villó, la Santafé y otros. Ponían las zarzuelas más importantes: L os diamantes, El dominó, R elámpago, fugar con fuego, etc. Para La Habana, y con destino al teatro ele Tacón, se formó en agosto, en Madrid, una buena compañía, en que entraban Te­ resa Istúriz, primera tiple; José González, tenor; lVIoclesto Lan­ da, barítono. Era director ele orquesta don Luis Arche. Se estre­ nó en octubre con Jugar con fuego, en que sobresalieron la ti · ple y el tenor González. U n hermano suyo hizo el Marqués ele Caravaca, para sustituír al barítono Luis Folgueras, que murió allí, el 2 ele octubre, y también se aplaudió a José Aznar. En El juramento salió Landa con aplauso. La Istúriz es muy festeja­ da siempre que se presenta en las tablas. En El diablo en el Po- 424 BOLETÍN DE LA ACADEMIA ESPAÑOLA

.der gustó mucho, además ele Landa, la señorita García, ele her­ mosa aunque poca voz, que a veces es apagada por la orquesta. Durante el año ele r86o a r86r se estrenaron no menos que 62 zarzuelas en Madrid y una o dos en provincias. De ellas doce ·en tres actos; pero hay que descontar cuatro que se cantaron con música extranjera. De las ocho que quedan sólo cuatro tuvieron buen éxito : Los piratas, y ninguna más en el teatro ele la Zar­ zuela, y La cruz del Valle, El paraíso en Madrid y Ardides y cu­ chilladas en el Circo, que es bien poca cosa para tal número de obras. En dos actos sólo se representaron cinco, pero tres de ellas fueron bien recibidas: El gran bandido, La hija del pueblo y Llamada y tropa. De las en un acto, que son unas 44, fueron aplaudidas una docena, poco más o menos. Entre ellas descuellan Una vieja y Nadie se 111,uere hasta que D·ios quiere. La literatura no adquirió ninguna joya entre tantos libretos : pero empezaron a darse a conocer algunos buenos libretistas, "Como Santisteban, Puente y Brañas, Pérez Escrich, Alvarez, Mar­ tínez Peclrosa, Belza, Berzosa y otros menos importantes. De los maestros compositores antiguos, Gaztambicle, Oudrid, Caballero y Cepeda algo produjeron ; poco Arrieta y Rovira y nada Barbieri, quejoso y ausente gran parte del año. De los nuevos empezaron bien su carrera el maestro Reparaz. don José Roge! y Albelda. Los demás, como Ruiz, Martín, N úñez Robres, Moderati (italiano que compuso zarzuelas), Cresci, Bro­ ca y Taboacla, hay que esperar a que produzcan nuevas obras para apreciar su mérito. Cantantes han aparecido muchos y con lisonjero porvenir. Tri­ nielad Ramos, Matilde Villó, Julia Brieva, Marcelina Cuaranta; las alumnas del Conservatorio Cristina Leca y Matilde Orto­ necia, Concepción Berna! y otras. De hombres, entre los ele mayor importancia, recordamos al tenor Manuel Soler, el barítono Cresci, Manuel J údez, J oa­ quín Miró y alguno en provincias. En resumen : la zarzuela había subido tanto y tan pronto, que no era posible que siguiese creciendo en tales proporciones. Sin embargo, no puede decirse que el producto ele este año indique decadencia. Cierto que hay pocas zarzuelas buenas, para el gran número ele ellas, pues es el año en que hemos registrado más, con bastante diferencia; pero el hecho indica, por lo menos, una gran E:\SAYO HISTÓRICO SOBRE LA ZARZUELA 42j plenitud ele vida. La verdadera decadencia coincide siempre con la escasez en número y pobreza vital en la calidad. En la música se anuncia o empieza a notarse la tendencia a lo cómico, que ha de tener mayor desarrollo cinco años más tarde. También se ve manifiesto el deseo de componer aprisa, así en los poetas como en los músicos, sin exceptuar los grandes maestros anteriores. Ni Gaztambicle, ni Ouclrid, ni Arrieta escriben una obra en tres actos: esta especie ele cansancio es muy significativo, si no en cuanto a su inspiración, que no se agota en ellos, ciertamente, sí en cuanto a la dirección que Salas principalmente se empeñó en dar a la vida y cultivo ele la zarzuela. Pero de esto hablaremos con más extensión y oportunidad en los capítulos siguientes. U1;a cuestión importante planteó, como se ha visto, el crítico {le la Espaiia musical, que era ésta: Maclricl, ¿podría sostener dos compañías ele zarzuela? En la práctica se vió con certeza, y teóricamente podía igualmente defenderse la afirmativa. Es muy probable que cada año haya una o dos obras que tengan un éxito extraordinario: sucedió este mismo año con Una vieja y Llamada y tropa. Ahora bien; cada una de estas obras se puso treinta o cuarenta veces seguidas. El público que gustaba ele la zarzuela no había ele oírlas otras tantas, y tenía forzosamen­ te que dejar ele ir al teatro mientras no se ponían nuevas obras. Si hubiese un segundo teatro ele zarzuela podía, entre tan­ to, asistir a él y no quedarse en casa, o acudir a otros espec­ táculos menos ele su gusto. El doble local además daba salida a otras nuevas, excitando el deseo de producción de los poetas y maestros, compitiénclose y mejorándose cada vez más, mientras que el monopolio, que querían ejercer Salas y Gaztambide, era precursor ele muerte inevitable. EMILIO COTARELO. (e ontinuará.)