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La Suprema Corte De Justicia De La Nación a Principios Del Porfirismo

La Suprema Corte De Justicia De La Nación a Principios Del Porfirismo

ANIpA;RO DELARRACHE Y CIA., SUC. SEIYiBN~BE4 DE JUNIO DE 1879. VOTO DE VAI,LARTA.

SESION DE 4 DE JUNIO A 1879". la errónea aplicación de uno solo de los preceptos de la ley fundamentJ, he cicomctido la tarca dercctifiw mis autiguas "Asistieron el presidentevallata, miniitros Altamira- opiniones, con el ánimo firme y resuelto de abjurar sin no, Ogazón, Alas, Martínez de Castro, Blanco, Bautista, ambajes los errores que en ellas pudiera encontrar. Y para Vázquez, Avila, Saldaña y fiscal. Faltaron Ramírez y por imponerme como inquebrantable regla de conducta seme- licencia Montes. jante propósito, he tenido presente esta consideración: aquel Continuó la discusión del amparo promovido ante el alegato es una impugnación directa de mis opiniones perso- Juzgado Segundo de Distrito de esta capital por el Lic. nales sostenidas empeñosamente en el debate del amparo Alfonso Lancaster Jones en representación de Larrache y del Sr. e osa les? y la imparcialidad á que como juez estoy Cía. Sucs.... Tomaron la palabra el señor presidente que hizo obligado, es un deber que para mí habla más alto que las una extensa exposición de los fundamentos con que, en su sugestionesdel amor propio, que habla tan alto que me exige opinión, debía negarse el amparo, tomados de la interpreta- hasta el reconocimiento paladio de los errores en que antes ción de la segunda pafte del artículo 14 de la Constitución" pudiera haber incurrido. Y como creo, por otra parte, que Exposición del presidente Vallaría:** es más honorífico para un funcionario público hacerlo así que empeñarse caprichosamente en sostener su propia infa- libilidad, emprendímis nucvos cstudios, decidido y dispuesto á aceptar yreconocer aun la ilimitada inteligencia del art. 14, El notable alegato presentado por el Sr. Lic. D. Alfon- que he combatido, si á ello me obligaba mi empeño en so Lancaster Jones ante el Juzgado 20 de Distrito sostenien- descubrir la verdad. do laprocedencia de este amparo, trae de nuevo á discusión Y debo decirlo ya, esos mis nuevos estudios no sólo no la inteligencia que deba darse al art, 14 dc la Constitución. han cambiado mis antiguas opiniones, sino que las han con- Escrito ese alegato con el estudio, con la meditación que firmado y robustecido; porque las razones que se aducen en demanda la importancia de las cuestiones que analiza, pre- pro de la exacta aplicaciórt de la ley civil, vienen en Iltiulo Y senta cuantas razones se pueden invocar en favor de la final análisis á reconocer la imposibilidad de que haya leyes amplísima interpretación de ese tcxto; y redactado en un civiles exactamente aplicables á todos los casos ocurrentes; estilo poco comlin en el foro, 61 es la mejor defensa de la porque las bases en que esta teoría se funda, no pueden teoría que extiende á toda clase de juicios, sin distinción dc establecerse sino sobre las ruinas del órden social, negando civiles 6 criminales, el precepto de aquel artículo que exige las verdades jurídicas que la civilización tiene reconocidas exacta aplicaciórt de la ley. en garantía de los derechos más respetables; porque la apli- mí Para que he estado sosteniendo la doctrina conta- cación del texto constitucional á los juicios civiles sería tan ria, ese alegato ha sido objeto de más estudio y de nuevas grave motivo de desprestigio para nuestra ConstituciBn, así meditaciones. Celoso como el que más, no sólo del cumpli- lo siento íntimamente, que no podría salvarse de una muerte miento de la Constitución, sino de su prestigio, y compren- más ó menos próxima. Imperioso, inexcusable deber es para diendo cuánto puede dañará este la equivocada inteIigcncia, mí combatir una teoría que engendra á mi juicio tan fatales consecuencias.

*Libra de artns deIPIena de la Suprcina Corte de Jusri~iude la Nucidn, aiio de 1879. (Libro 97, Arch.) A.S.CJ.N. * * Cuesliones constitucionales. Votos". I.pp. 284 a 346. l VBase el dpcndice anterior. APENDICE DOCUMENTAL 187

Para fundar el voto que daré en este negocio; para no consagró tal propósito. En esto hay que convenir forzo- hacer Ia nueva defensa de la opiniones que sigo con más samente. Y yo que procuro interpretar el texto constitucio- convicción profesando; para traer á este importante debate nal, no por lo que la Comisihn pensara, sino por lo que el el escaso contingente de luz que mi capacidad me permite, y Congreso aprobara, creo que en nada ataca á mi razona- esto con e1 deseo de que llegue ii fijarse nuestra jurispruden- miento la contradicción que de verdad hubo entre la inicia- cia constitucional sobre el punto de más graves trascenden- tiva de la Comisión y el voto de la Cámara. cias para el orden civil, voy á entrar en el cxámcn dc las Pero se replica: no es exacto, es un error histórico muchas cuestiones quc la interpretación del texto constitu- grave, el decir que la Comisión retiró el artículo, porque el Qonal provoca; voy á encargarme siquiera delos principales Congreso no quisiera que en 61 se hablase de la "propiedad," argumentosquesustentanála teoría queimpugno, argumen- ni se estableciera una regla aplicable tanto á lo civil como á tos tan hábilmente expuestos, lo reconozco, por el abogado lo criminal. El retirar y modificar el artículo "no reconoció que este amparo patrocina. Para reducirme á los más cortos por orígen oposición alguna por parte del Congreso á la idea limites posibles, atendida la importancia del asunto, cuidaré de hacer extensiva esta garantía del orden judicial -& todos de no repetir las demostraciones que hice cuando del ampa- los derechos del liombre-.No fue un espíritu restrictivo el que ro del Sr. Rosales traté, y procuraré no ocuparme sino de determinó la resistencia opuesta á la forma. . . .del artículo: o untos que tenganinfluencia eficaz en el éxito de este debate. muy lejos de ello, lo que provocó esa resistencia, fié unnoble y altísimo sentimiento de todo punto contrario á aquel espl- 11 ritu, y liberal hasta el mayor extremo del más ardiente amor á 1a.ibertad humana!' Ánalicemos la exactitud histórica de Leyendo con atenciónNElestudio que sobre el artículo estas aserciones. 14 de la Constitución Federal hizo el Lic. D. Alfonso Lan- Dejo para después, para su lugar, examinar si son, si caster Jones" se nota luego que para sostener la teoría que pueden ser derechos del Itontbre los que la ley civil concede, defiende, apeló á dos clases de argumentaciones, tomada la examen que pondrá en relieve el error capital de la teoría una de la interpretación literal, y deducida la otra de la que combato, y concretáadome por ahora á la sola cuestión interpretaciónraciorzalde estetexto. El método me exige que de hechos, dir6 que luego que el art. 26 fue pucsto á discu- me encargue de ellas separadamente. sión, el Sr. Gamboa lo atacó con energía, no por lo que él El substancial cambio que en su redacción sufrió el expresaba, sino porque prejuzgaba la cuestión sobre legiti- artículo 26 del proyecto de Constitución (hoy segunda parte midad de la pena de muerte, no por un sentimiento de amor dcl art. 14 dcl Código fundamental), da matcria al primero á la libertad humana, de la que ni se habló, sino por una de los argumentos que expende aquel abogado. En su sentir, inquebrantable convicción respecto de la inviolabilidad de la del hecho de que en aquel art. 26 se hablase de "la propie- vida del hombre. El Sr. Mata, en lugar de aceptar el debate dad," se deduce "el propósito manifiesto de la Comisión de que el Sr. Gamboa provocaba sobre la pena de muerte, que él fuera extensivo á toda clase de juicios," sin tener para manifestó sólo que él no era oportuno, pues llegaría su vez nada en cuenta el número de orden que se le diera, ni su cuando se tratara del art. 33. Habló después el Sr. Cerqueda, colocación entre los artículos que se ocupaban sólo de las y esto, no para combatir el artículo, es preciso reconocerlo, garantías de los acusados, y el mismo abogado me atribuye, sino para apoyarlo, para ampliarlo aun mhs, para consagrar "una contradicción destructora de mi propio razonamiento," la teoría que combato, proponiendo que "se diga que en por lo que mira á la importancia que yo doy al lugar que ese materia criminal 6 civil no puede haber fallos, sino con las articulo 26 ocupaba. garantías que la Comisión establece." Cerrado el debate, la No niego, ni he negado que éste se redactara y lo Comisión se retiró para reformar el artículo: presentándolo colocara por la comisión en los tbrminos que se indican; lo en los términos en que hoy está redactado. que he dicho, y en esto consiste la fuerza de mi observación, Tales son los hechos que refiere el cronista del Cons- es que "el Congreso no quiso aceptar esa redacción, no quiso tituyente. ¿Apoyan, justifican ellos las aseveraciones de que que entre los artículos que se ocupaban de las garantías de el artículo fué modificado á instancias de una oposición los acusados, se hablase de lapropiedad, no quiso que lo civil liberal inspirada en el amor de la libertad del hombre? Tanto estuviese sujeto á las reglas de lo criminal, por lo que la no es eso exacto, que la Comisión ni siquiera quiso aceptar Coulisii5n tuvo que ietiiar el artículo á discusión y prcscntar- la discusión que el Sr. tiamboa provocó, discusión que se lo reformado, etc!' Si la primitiva redacción del artículo es, abrió brillante y majestuosa cinco días después, cuando se como se dice, la prueba de que el propósito de la Comisión trató del art. 33. Tanto no es exacto, "que la Cámara quedó era que él fuese extensivo á toda clase de juicios, el hecho, bajo el influjo de los conceptos del Sr. Cerqueda, y que la elocuente por demás, de que el Congreso no aceptara tal Contisió~zlos to1716 en cuertta al fomtular su e~tmienda,"que redacción, es á su vez la prueba mas acabada de que él no no sólo no se redactó el artículo dicikndose en él que "no sancionij tal propósito; de que él no quiso que el artículo puede haber fallos en materia criminal 6 civil, sino aplicando comprendiera 410s juicios civiles, supuesto que en la reforma exactamente la ley,"que era lo que el Sr. Cerqueda pretendía, que modificó su redacción, desapareció la palabra "propie- dad. Si el argumento que me ocupa prucba que el propbsito de la Comisión fué el de comprender en una sola regla á lo civil y á lo criminal, mi observación, sustentada por las mis- mas razones de ese argumento, evidencía que el Congreso Zarco, Hist del Co?ig. cona tomo 20, pág. 184 d 188. 188 SUPREMA CORTE DE JUSTICIA sino que en la enmienda dejó de hablarse de "propiedad;" más que á lo criminal, si no se ha de adulterar el lenguaje y sino que las palabras usadas en la nueva redacción prueban, cuyo espíritu confma esa inteligencia, si no se ha de desco- como despaés lo veremos, que la Comisión quiso que el nocer la fílosofia de su precepto hasta llevarlo alabsurdo. arEculo se refiere sólo á las ''personasny no á las ''cosas 6 Aquella respuesta satisfarfa cuando se tratara de artí- acciones,"es decir, sdlo á lo criminal y no á lo civil. No sólo, culos fntegm del proyecto, que hubieran perdido su coloca- pues, no aceptaron ni la Cámara ni la Comisión las indica- ción, porque poner al principio uno que estuviera al fin, ciones del Sr. Cerqueda, sino que las desecharon terminan- cambiarlos todos de lugar, na acusaría sino una falta de temente, no ya no acogiéndolas, sino hasta suprimiendo la método en e1 orden de materias; pero hacer de dos artículos única palabra que en el articulohabía que lo hiciese extensivo uno, ccuno si de igual é idéntico asunto trataran, quitándolos á los fallos civiles. Ante la crítica histórica no se puede del lugar en que el Congreso los aprobb, establecer entre afirmar que el discurso del Sr. Gamboa, que los conceptos ellos una correlacibn de ideas que no existió cuando fueron del Sr. Cerqueda, fueron los que determinaronla enmienda definitivamente votados, son circunstancias á que los tribu- del art. 26. La repulsa de esos conceptos del Sr. Cerqueda, nales deben, y mucho, atender, para averiguar si semejante por el contrario, nos convence aun m+ de que la Cámarano dislocación no &cta el sentido genuino del texto. Y en el quiso sujetar á una misma regla á los fallos civiles y á los caso que nos ocupa, tales circunstancias son de tal modo criminales. decisivas en la cuestión, que si el antiguo articulo 26, refor- Es 10 cierto que el artículo no se discutió, y que él fué mado como quedó, se hubiera colocado después de1 25, que modificado substancialmente. Y aunque en la crónica del decía: "Nadie puede ser juzgado dos veces por el mismo Congreso no aparece la causa y motivo de esa modificación delito, ya sea que en el juicio se le absuelva ó se le condene," no se puede decir que no haya existido. Yo la he explicado ¿habría siquiera la más leve apariencia de razón para decir así: "La Comisión, que obraba impulsada por los más vivos que este art. 26 es extensivo á toda clase dejuicios? Más aún: deseos de acierto, y que oía las observaciones que se le hacían si ese artículo con cualquier número hubiera quedado ínte- no sólo en la tribuna sino en lo c~~dencial,como yo tuve gro en la Constitución, y no formando una parte de otro, ¿se muchas veces la honra de hacerlo, comprendió sin duda habría pretendido por álguien, con fundamento, ampliar su que..... exigir la exacta aplicación de la ley en lo civil, era alcance á los negocios civiles, invocando la correlación ideo- sentar un principio subversivo del orden social, destructor lógica á que hoy se presta la unión de los dos textos? Entien- de la propiedad misma y principio condenado por todas las do que 6 nadie habría ocurrido siquiera acometer esta legislaciones de los países cultos, y reformó el artículo, etc." imposible tarea. Si esta explicación no se acepta, siquiera como la más pro- bable, menos puede sostenerse que los conceptos desecha- III dos del Sr. Cerqueda que el amor á la libertad humana, fueron los que el cambio de redacción motivaron. En el debate del amparo del Sr. Rosales hice observa- ciones de innegable fuerza tomada del contexto literal de la Estas consideraciones, cuya fuerza ningún ánimo im- segunda parte del art. 14, y presenté las palabras mismas de parcial puede desconocer, afirman, pues, mi creencia de que que él usa, como argumentación concluyente para afirmar la Comisión retiió su primitivo artículo porque encontró que ese precepto se refiere á laspersonasy no á las acciones. resistencias ,en la mayoría de la Cámara; resistencias no A cada una de mis observaciones se ha dado una respuesta; expresadas en la tribuna sino en las observaciones confiden- ¿pero es ella satisfactoria?Es lo que voy á analizar. ciales que los diputados le hacían. Y la enmienda del artículo Para probar que el pronombre "nadie," del texto cons- en un sentido contrario á los conceptos del Sr. Cerqueda, constituye un argumento poderosísimo para afirmar que ni titucional, abarca tanto el procedimiento criminal como el civil, se ha invocado, como razón decisiva, el art. 13 de la ley la Cámara votando definitivamente, ni la Comisión refor- mando el art. 26, quisieron que "no hubiera fallos en materia suprema en la parte que dice: "En la República nadie puede ser juzgado por leyes privativas ni por tribunales especiales;" civil ó criminal, sino con la exacta aplicacibiz de la ley." El estudio concíemdo y detenido de los hechos nos impone la y para demostrar que este precepto comprende 6 lo civil y á lo criminal, se dice que de no ser así, se seguiría el absurdo necesidad de reconocer esta verdad. de que la Constitución permitiera que se juzgase una causa Cierto es en términos generales, puedo decir respon- civil por un tribunal especid ó por leyes privativas, absurdo diendo á otro argumento que hace referencia á la dislocación que nadie sostendrá. que sufrió el primitivo art. 26, que no "puede pesar en el El inteligente profesor de la teoría que combato, ha ánimo de ningSln tribunal la circunstancia del lugar asignado rehuido con habilidad el invencible obstáculo, sin haberlo en el texto 6 cualquiera garantía constitucional, para deducir por ello removido, que el pronombre "nadie" presenta á la de aquí la materia á que con especialidad se contraiga," interpretación que él da al texto constitucional. Ese obstácu- porque en el título 10 de la Constitución no se observa un lo es este en toda su magnitud: ese pronombre se usa siempre constante y riguroso orden de materias. Esta respucsta deja- en lugar de las personas y nunca en lugar de las cosas? Ese ría sin valor á mis observaciones tomadas del número de pronombre no puede, por tanto, referirse álasacciones, álos orden que tenía el art. 26, si de éste y del 40 no se hubiera formado un solo artículo, el que hoy es 14; del 40 cuya letra, "Nadie,"pronombre indefinidoy absolutamente negativo que sólo se razi>n y motivos lo extiende á toda clase de leyes, así civiles usa con referencia á las personas y equivale á ninguna persona. Dic. corno criminales, y del 26 cuyas palabras no son aplicables enciclopédico dc la lengua española. Verb. cit. APENDICE DOCUMENTAL

derechos y obligaciones que son objeto de la jurisprudencia el segundo, por el contrario, poco importa que la persona civil, sino que sólo puede aplicarse á laspersonas responsa- desaparezca: si su desapariciónes momentánea, los estrados bles de al- delito, materia del derecho penal. Para soste- del tribunal la sustituyen; si es perpetua y absoluta, como en ner, pues, que los arh, 13 y 14 de Ia Constitución en la parte el caso de muerte, el sucesor universal representa 6 su cau- que usan de ese pronombre, abarcan tanto á lo civil como á sante y continúa su personalidad juridica ante el derecho: si lo criminal, es necesario comenzar por demostrar que él se no hay heredero, una persona moral, la testamentaría 6 puede poner indiferentemente en lugar de las personas ó de intestado está revestida por la ley con los mismos derechos y Ias cosas, ó que e1 Constituyente ignoró hasta su propio las mismas obligaciones que tuvo el autor de la herencia, en idioma, creyendo que nadie es sinónimo de nirtguno, que se lo que esos derechos y obligaciones afectan ii las relaciones refiere á personas y cosas. Reputo imposible cualquiera de de la vida civil." esas demostraciones. "Si cuando se irata de negocios civiles no puede decirse Y no se suponga que con mantener la genuina signifi- con propiedad que es juzgada la persona sino el negocio, cación del pronombre "nadie" en el art. U,se sigue el absurdo menos puede decirse que aquella essentenciada. Sc dice bien de que en lo civii haya leyes privativas, y tribunales especia- en un asunto civil, que este ha sido fallado y sentenciado; les; porque la Constitución en otro texto prohibe todos los pero no puede decirse con la misma propiedad que las fueros con excepci6n de1 de guerra en 10s casos que deter- personas á quienes tal asunto incumbe, con el carácter de mina, estahleciendo asílaigualdad antela ley tanto en lo civil demandantes o demandados, han sido sentenciados. Por el coma en lo criminal. Sí el idioma ha de conservar, pues, su contrario, tratándose de materia penal la expresión es @u- valor en la ley fundamental, los textos aludidios de los art. 13 rosamente propia, el reo ha sido sentenciado, no su delito; la y14 no pueden referirse más que á las personas, por la razón sentencia ha impuesto la pena corrcspondicnte á la natura- perentoria de que elpronombre "nadie" nunca se aplica á las leza del delito; pero el delincuente y no el delito ha sido cosas. sentenciado, y seríano sólo impropio, sino absurdo decir que Se ha intentado también probar que la fiase técnica de en una causa de homicidio ha sido juzgado y sentenciado el "serjuzgadoy sentenciado", no sólo puede usarse hablándose delito y no el homicida!' Después de esto, no se me acusará de causas criminales, sino aun de las civiles, y para ello, más de que doypor cierto lo que no está probado. haciéndose esfuerzos no del todo felices, se apela á la etimo- En cuanto á los argumentos que se toman de la etimo- logía, á la gramática, á la filosofía del lenguaje: se dicc quc logía, de las radicales, de la gramática, etc., mucho podría yo en todo juicio la persona es siempre la juzgada ya se trate de decir para comprobar cómo esos argumentos no sirven sino delitos ó de contratos, porque estos no forman entidades para alterar la significación técnica que tienen muchísimas metafísicas, sino que tienen por necesidad queafectar alguna locuciones forenses: estas frases, 'ser juzgado y sentenciado, persona, y se asegura, por fui, que no basta dar por cierto acusar de rebeldía, concluir &prueba,contestar en auto, estar que esa frase se refiera sólo á lo criminal sino que es preciso á derecho, purgar le mora; efc., efc.," no pueden traducirse ni probarlo. interpretarse con la sola gramática; ellas no pueden enten- derse sino conforme al uso, "penes quem est just et norma ¿Se me exige la prueba de esa verdad que apenas loquendi," según lo enseña uno de los jurisconsultos que más indiqué cuando expuse las razones de mi voto en el amparo se han distinguido explicando las reglas de la interpretación.' del Sr. Rosales? Me es muy fácil darla, y comenzaré por Pero mejor que responder yo á esos argumentos, es hacerlo, copiando las doctrinas de uno de los mejores expo- repetir contra ellos las respetables palabras del célebre co- sitores de nuestra Constitución: 'Zas palabras de que sirve mentador del Código francés, palabras que parecen escritas nuestro artículo, en la parte que analizamos, habla el Sr. para el caso que nos ocupa; son estas: "Dans une science, les Lozano, demuestran, ánuestro juicio, quese trata de materia mots doivent se prendre dans le sens qui leur est générale- criminal y no de negocios civiles. Se dice con propiedad que ment attribué, et ce serait exposer les parties A des mécomp- alguno esjuzgado, cuando es sometido ájuicio para averiguar tes, que de chercher 5 les plier sous une acception plus y decidir sobre su responsabilidad criminal. Si se trata de conforme 2 Iyetymologie,mais contraire ti lyusagc...,. La lan- negocio civil, ora sc hable del actor 6 del deiiiaudadu, no son gue du droit subit des méthamorphoses comme la langue de éstos los que son juzgados, sino el negocio y los encontrados la littérature et la langue des salons; quand une locution a un derechos que se controvierten. En ambos juicios hay un sens convenu, on n'est pas recevable a venir s'élcver contre hecho fundamental que forma la materia del debate: en el elle; eut-on cent fois raison grammaticalement parlant, on criminal un delito, en el civil un contrato ú otro hecho que auriat cent fois tort auprés des juges du droit!16 crea obligaciones y derechos; pero en el primero, el hecho, Lo dicho es suficiente para acreditar que las palabras el delito imputado al responsable se identifica de tal manera usadas en el nrt. 14x10 consienten que él se aplique fi negocios con éste, que propiamente puede decirse que es juzgada la civiles, porque esas palabras no hacen referencia más que á persona: en el segundo no hay esa identificación: la materia prominente del juicio es el derecho controverCido, abstrac- cihn hecha de las personas del demandante y del demanda- do: por el efecto de esa identificación, si en el primero desaparece la persona, el juicio se suspende, 6 ipso jure Lozano. Derechos del hombre, págs. 250 y 251. termina, según que la desaparición sea momentánea, 6 per- Delisle. PMcipes de l'iníwpetation des lok, num.147. manente yabsoluta, como en caso de muerte del acusado: en "roplong. ~e 116changeet du fouage, ton lo, pbg. 97, edic. 1856. SUPREMA CORTE DE JUSTICIA cusm sin prueba de que empleó locuciones técnicas en un esos derechos contra tino de los mayores abusos que elpoder sentido contrario al que les da al uso fosense; porque las adnzinistmtivopuede cometer, el de rehvtmer la accidn de las reglas de la interpretación literal condenan el esfuezo que se lqes?No, nzil veces no; elsentido común sepronucia en con& hace para adulterar el sentido de un texto, cambiando la de ideas que tan desatinadantente lo atmpellan, y la opinibn significación de las palabras. que intpt~otiene que inclinarse muda, confundiday agobia- Los argumentos que creo dejm contestadosno sonlos da bajo el peso de aispmpiosy absurdos corolados. únicos que se expenden contra la teoría que defiendo; se Con estas pdabras que literalmente he copiado, co- hace todavía otro que se ha creído concluyente, decisivo, mienzo ya a demostrar que es errónea la interpretación que calificándolo de "tan incontestable, que ante él tiene que se hace de un texto, cuando de esa interpretación surge sucumbir la doctrina opuesta, so pena de enemistarse irre- lógicamente el mismo absurdo que con ella se trata de com- conciliablemente con el sentido comiui~Ese argumento, asl batir. Porque segiin esa interpretación que estoy impugnan- encomiado, es en extracto el siguiente: do, á los tribunales les estavedado aplicar leyes retroactivas La primera parte del art. 14 que dice: "No se podrá en toda clase de juicios, no por el precepto de la primera expedir ninguna ley retroactiva," se refiere sólo al legislador, parte del artículo que s61o habla con el legklador, sino por único poder que puede expedir leyes; pero la segunda no el que contiene la segunda parte del mismo artículo. De esa puede hablar sino con los tribunales, á quienes se previene teoría se sigue, como consecuencia forzosa, que al poder que: "Nadie puede ser juzgado ni sentenciado sino por leyes administrativo sí le es permitido retrotraer la acción de las dadas con anterioridad al hecho." Y si cstas palabras se han leyes, porque no tiene corno el legislador, como los tribuna- de referir sólo á lo criminal, resultará el despropósito, el les, prohibición especial que se lo vede.. .. escándalo no conocido en legislación alguna civilizada, de Yo creo que no se pueden interpretar así esos textos, que ti los tribunales sea lícito aplicar leyes civiles con efecto sino que la primera parte del artículo debe tener un sentido retroactivo. Es ineludible, pues, convenir en que estas pala- más amplio, liberal y práctico que el que se le da restringién- bras abarcan toda clase de juicios. Y una vez aceptada esta dolo sólo al legislador. En mi sentir ese precepto prohibe la verdad, el pretender que estas palabras "-y- exactamente retroactividad de todas las leyes, ya civiles 6 penales, ya aplicadas á él," se refieren sólo á lo criminal, es un absurdo administrativas, fiscales ó militares; prohibe la retroactivi- que el criterio común y la fuerza del lenguaje obligan á dad, así para el legislador que expide la ley, como para el reconocer. La oración se rige por los mismos verbos, y la magistrado que la aplica, como para el ministro que la eje- partícula conjuntiva que los une, forma con ellos una idea cuta; prohibe la retroactividad lo mismo en los grandes general. "Nadie pucde scr juzgado ni sentenciado sino por negocios del Estado, credito público, contratos de ferroca- leyes dadas con anterioridad al hecho y exactamente aplica- rriles, etc., como en los más pequeños de los particulares, ya das á él por el tribunal que previamente haya establecido la sean estos judiciales 6 administrativos.Todas las razones que ley." Si el primer miembro de esta oracion abarca á todos los abogan en pro de la interpretacibn extensiva de las leyes, juicios, también tiene que abrazarlos el segundo. Creo no vienen en apoyo de la inteligencia amplia y general de ese haber debilitado, extractándolo, la fuerza de este argumento. texto: más aún; las mismas razones que se invocan para Qué él esmás especioso que sólido, lo demuestra bien restringirlo, aplicándolo sólo al legislador, sirven en último su análisis. Los que creen que la primera parte del precepto extremo para demostrar que 61 no tiene ese sentido tan es sólo para el legislador, sin obligar ni referirse á las autori- limitado, esa aplicación tan poco práctica que se le quiere dades que aplican las leyes, y que los tribunales han necesi- dar. tado de una prohibición especial para no juzgar por leyes La discusión que ese texto sufrib en el Constituyente retroactivas, prohibicibn contenida en el segundo inciso de nos persuade de esa verdad. Es bien sabido que el primitivo ese artículo; los que eso creen, incurren en un error cuyas art. 40 del proyecto estaba concebido en estos términos: "NO fatales consecuencias de seguro no aceptan. Es este: en el se podrá expedir ninguna ley retroactiva, expostfacto, 6 que órden administrativo se pueden aplicar leyes retroactivas, y altere la naturaleza de los contratos." Sc objctó esa redac- al poder Ejecutivo, haciendo cumplir las leyes, no le está ción, porque siendo lo mismo ley retroactiva que ley expost vedado darles efecto sobre lo pasado. Porque si es necesario facto, el artículo no hacía más que prohibir en latín y en que haya una prohibición para el poder Legislativo y otra castellano la retroactividad de las leyes. El Sr. Guzmfm para el Judicial, como sc dice las liay, y riu existe la que se defendió entonces el artículo diciendo esto: "La Comisión ha refiere al Ejecutivo, y yo con la Constitucibn en la mano empleado las palabrasretroactivay expostfacto no como una (repetiré las mismas palabras de los defensores de la doctri- repetición inútil, ni para hablar en latín y en castellano, irno na contraria) desajió & cualquiera&que nte diga en dbtlde estd para Izacer el artículo ~xter~sivoá toda clnse de leyes, porque esa terceraproliibición;forzoso sería llegar & esta nzortstntosa en el uso moderno se usa la palabra retroactivo, cuando se consecuencia (sigo usando de las misma palabras con que se trata de lost~egociosciviles y expostfacto, cuando se trata de me ha combatido); en los negocios administrativos es lícito los criminales." Varios oradores siguieron atacando esa dis- aplicar leyes pnsteriores al caso que se resuelve; en cllos bicn lincióii qut: la Comisidn quería mantener; pero todos los se puede dar á estas efecto retroactivo . . . .¿Por qué tait diputados que hablaron ya en pro, ya en contra de la redac- arbitraria dijerencia? . .. .¿Acaso en estegénero de asuntos no ción del artículo, estuvieron conformes en considerar al se afecta la propiedad?. . . .¿Debenlos irnagittamos qtte los precepto que él contiene no como prohibición al legislador autores de nuestro Cbdigo político .... descuidasen el anzparar solamente, sino como la consagración del principio de que na debe ha&erli?yes"de @!fecfore~~ch.~vo~ de que ¡m leyes no se Y esto fué 10 que quiso la Comisiijn, y no restringir la apJfquen á h~ch~~~asados?~oque vioIa en efecto los dere- prohibición al legislador; y esto fu6 lo que quiso decir el chos deff hombre, lo queatenta conbatodanoción dejusticia, Congreso extendiendo el precepto d toda clase: de Ieyes, no es preclsmente el capricho de un legislador que legisla civiles 6 criminales, sin aceptar la teoría americana sobre ley para lo pasado, sino Ia apIicaci6n cfe; una Iey retroactiva por retroactiva y ley t-postfacto, ni mucho menos reconocer el la autaiidad administrativaIjudicial 6 militar de; cualquiera absurdo de que las leyes civiles tengan accion sobre lo pasa- dasey catego* Ct un caso dado y en perjuicio de derechos do. No es, pues, ni científica, ni históricamente cierto que la adquiridos bajo d imperio de una ley anterior, Esta fu6 Io primera parte del art. 14 se refiere s610 al legislador, y que la que pñncipalmente qulsieronimpedirlos constituyentes; eso segunda hable exclusivamente con los jueces; no es, en con- es lo que el artícda sigarfica, á pesar de su redacción; tal es secuencia, cierto tampoco que si esta segunda parte tiene su espíritu filosófico2que predece sobre su letra. Y tan aplicacibn s61o en los juicios criminales, se pueda dar efecto cierta es que el Congreso lo entendió en ese sentido, que retroactivo á las leyes en Ios civiles, porque en aquella pri- después, cuando se iba á votar el art. 26, el Sr. ViLlaIobos mera parte se prohibe la retroacción de todas las leyes, lo preguntó: 'Si ya estaba aprobado el artfcula que prohibió las mismo las civiles, que las criminales, que Ias administrativas; Ieyes de 4ecfo ~froaccvo: y el Sr. Guzmán respondió "que porque el precepto en esa parte contenido no es especial si" es decir, estaba ya sancionada el principio tutelar de la para e1 legislador, sino general para todas las autoridades na retroactividad de las leyes, e1 prin+io ~mplio,general, que expiden, cjccutan y aplican la ley. Glosófico, consagrado por todas las legislaciones civilizadas Esto dicho, queda ya mínado por su base, destruido en que prohibe que Ias Ieyes tengan acción sobre lo pasado. sus cimientos el argumento que se daba por incontestable, el Para afirmarmis convicciones sobre esta materia, ten- argumento ante quien tenía que sucumbir la teoría que go, aderuás; ori-as razones. La Comisión que formó el pro- restringe el precepto constitucional á los juicios criminales. yecto de Constihición, estudió mucho la de los Estados Rata la iIación lógica que une á las diversas proposiciones de Unidos, se inspiró en las doctrinas americanas y las siguió que se compone esa especie de sorites con que se arguye, sus tan de cerca, que en muchos puntos nuestros textos consti- últimas consecut;nciashan quedado sin apoyo; más aún: toda tucionales casi son una traducción de los de Ia ley fundamen- esa argumentación ha caido por tierra. Y esa ilación se tal de aquel país. El art. 40 que me ocupa, da testimonio de rompió desde el momento en que se ha demoshado que la estaverdad. Comparado este can e1 relativo de la Constitu- primera parte del art. 14, tanto obliga al legislador, como al ciónamericana, seencuentra en ellos semejanza de palabras, magistrado, como al ministro; desde el momento en que se sin más diferencia que la supresión de "bbill of " que ha visto que aun sin la segunda parte de ese artículo, los por fomina jamás hemos conocído, y la adición de ley retro- jueces no podrían aplicar leyes retroactivas ni en lo civil ni activa para comprender toda clase de leyes, wmo decía el en lo criminal. Desde que todo esto ha quedado demostrado, Sr. Guzmán, y para seguir esas doctrinas americanas hasta nada pueden ya contra la doctrina que estoy defendiendo, ni en fa diferencia enfre ley retroactiva y ley expostfacto, por el régimen de los verbos que forman la oración del texto, ni más que nunca nuestralegislación haya aceptado tal diferen- la conjunción -y- que une sus dos períodos. Falta el cncade- cia.~aunque en los Estados Unidos todavía sus publicistas narniento que ligaba á las diversas partes de la argumenta- yjurisconsultosmásnotablesenseñan que la Constitución no ción, cuyo análisis me ha ocupado, y toda ella, falta de prohibe la retroactividad de las leyes civiles: jamás ni por base,cayó por el suelo. nadie se ha entendido allá que la prohibición de no pasar (de no expedir) leyes ex post facto hable sólo con el legislador y no con los tribunales; jamás, ni por nadie se ha dicho que no Tiempo es ya de abandonar el terreno en que hemos habiendo iinn prohibición especial para los jueces de no andado analizando las cuestiones que surgen de la interpre- juzgar en lo crimínal por leyes aposffacfo, estos lo pueden tación literal del texto, que estudiamos: creo haber dado hacer. Lejos de esto, publicistas y jurisconsultos enseñan que solución á las objeciones que se han hecho contra las conclu- el precepto: "No apostfaco shall passed" es un precepto siones á que llegud en el voto que emití en el amparo del Sr. general que obliga 6 todas las autoridades, y no sólo al Rosales, asegurando que el origen histórico, que las palabras legislador; que se refiere no ya á la expedición, sino también del artículo constitucional, no consienten en que 61 se aplique á la ejecución y aplicación de la ley. tanto á los jiiicios civiles como á los crimina1es. Y aunquc pudiera decir aun más en apoyo de mis opiniones, mejor es zarco. H& áet Cong. constituyente, tomo lo, págs. 695 á 698. llevar el debate á un terreno más elevado, mejor es consagrar 8~1texto amerifano dice así: No , or ex post facto law toda nuestra atención á la interpretación racionalyfilos¿~~ca ~he1lbepascd"Art.lo.,scc, 9.Yun poco más adelante; No State shall...p ass de ese texto, al estudio de su espiritu, de su razón, de sus any bill of attainder, ex post facto law, or law impairing the obligation of motivos. Así tendré ocasión, emprendiendo este trabajo, de C0nttact.s."Art. lo. sec. 10. seguir analizando los argumentos que aunse formulan contra 'she general intcwetation has been and is that the phrase (el texto citado) applies to acts of a crimínat naturo only. Story. Com. on Cons., num. la doctrina que deficndo. 1345. Retrospective and State laws investing vested n&ts unless cx El abogado que sostiene este amparo, reconoce con- post facto ot impairing the obligation of contracts, do not fa11 within the migo la verdad de que el Constituyente no prohibió la inter- prohibition contained in the oF the Unitcd States, however pretación, sino que consagró "el empleo de ese único y rqupant they may be tn the principleq nf cnitnd Iceiclatinn. Kcnt Com. on american law. Vol. lo., pag. 442. Edic. de Boston 1867. necesario remedio contra el silencio, obscuridad 6 ineficacia SUPREMA CORTE DE JUSTICIA necesario remedio contra el silencio, obscuridad 6 ineficacia tendido que unamismaregIa rija, y esto es imposible de toda de la ley," pero sin aceptar la opiniún de algún comentador imposibilidad, á aquellos dos ramos, por 10 que hace A la del texto constitucional, que cree que hay irreconciliable interpretación 6 no interpretación de Ia ley. Y esa confusión pugna entre el art. 14 de la Constitudon y el 20 del ~ddigo que ha comenzado por plantear mal la cuestión, que ha civil, ese abogado defiendeuna teoría de más limitado alcan- torturado e1 sentido de1 texto constitucional,y que ha acaba- ce, la que se sienta como principio que cuando fdta ley do por ilsgar al borde deunabismo, si no scintepmtan nunca mzctarn&te aplicable a1 caso, se apele á los principios gene- las leyes civiítx, 6 de otro abismo, sialguna vez se interceptan rales del derecho, "puesto que estos quedan elevados á la 1aspenales;y esaconfusión, dio, no permite dar un solo paso categoría dc lcycs," y aplicándolos 6 un caso dado, seaplica acertado en el estudio que hacemos. Voy á probar si me es exactamente el articulo20 del Código civil. ¿Esaceptableesta posible aclarar esa equivocación en los términos de la cues- teoría? Veámoslo. dBn, y presentar á esta tal cual es. Desde luego se nota que al establecerla, se olvida por ¿Quése entiende par aplicación mcta de la ley ?¿Qué completo á lo criminal; más aún, se da una explicación al por su i~lteqmtació~zracional en caso de silencio, insuficien- texto constitucional que consagra el absurdo en la bpesiciijn cia ií obscuridad dc su tcxto? La aplicación exacta de la ley de las penas. Si las leyes se aplican exactamente al caso, es la que se hace resolviendo un caso comprendido en sus juzgándose á este según los principios generales de derecho, litem2es preceptos, sin aplicarlos, para sujetar á su imperio es decir, según el sistema de la interpretación, si eso dice el otro caso que ellos no comprenden, y sin que para esto pueda artículo constitucional, sin haber distinciones entre lo civil y alegarseni la razón, ni el espíritu de la ley, ni la equivalencia, lo criminal, entonces á un reo se le puede castigar en el ni la voluntad presunta del legislador, ni la analogía, ni los sileizcio de la ley, por los principios de Farinacio, de Julio argumentosab absurdo, asimiliadmajus, etc, etc.; aplicación Claro, de Matt~uó de algún otro empolvado criminalista exacta de laley es la que excluye toda interpretación aun para antiguo, que sostenían la interpretación ampliativa en mate- suplir su silencio ó insuficiencia. Por esto el Código Penal, á ria penal; entonces volvemos á los tiempos de Carlos 111 en la altura de la ciencia social moderna, ha dicho con plena que unaley mandaba á los jueces que "á los reos cuyos delitos razón: "se prohibe imponer por simple analogía y aun por según la expresión literal ó equivalencia de razón de las leyes ntayoría de razón pena alguna que no esté decretada en una penales dereino, corresponda la pena capital, les impusieran ley y ewactanlente aplicable al delito de que se trate, etc!'12 esta con toda aactitzrd!'1° Y si el artículo comprende lo En lo criminal sí se debe aplicar exactamente la ley, y cual- mismo tí lo civil quc tilo criminal, y si 61 se ha dc entender en quiera interpretación es un atentado del juez contra la liber- el sentido de que los principios generales de derecho suplen tad, la honra 6 la vida del hombre; por esto cuando la ley elsilencio de laley, tendremos que reconocer con elmonarca penal castigaba en Tnglaterra la bigamia, los jueces no se español queuna ley penal se aplica con exacfifz~d,cuando por creyeron autorizados para imponer penas 4 los polígamos. equivalencia de razán se impone la pena de muerte á un hombre. Ante esa consecuencia retrocede horrorizada la Y por inte~retaciónracional de la ley se entiende su civilización moderna. aplicación, aunque no sea exacta ni literal, á los casos que el Para evitar, pues, el escollo que en lo civil presenta el legislador no expresó ni previó; pero que están comprendi- texto constitucional, para salvar el imposible de que la ley dos en su espíritu, incluidos en su razón 6 motivos; casos que civil se aplique con exactitud, se abre un abismo en lo crimi- se rigen por la analogía, que se resuelven en último extremo nal, abismo que ha cubierto el progreso del derecho penales, por los principios generales de derecho. La interpretación abismo que han cegado nuestras leyes, exigiendo que las de la ley es, en una palabra, su aplicación á más casos de 10s penas no se interpreten de una manera ampliativa sino que que su letra expresa, su aplicación no exacta ni exirida, sino se apliquen con exacrifud?' Este dilema es de apremiante atnpliafiva y extensiva. En lo civil así se aplican, así se inter- fuerza: 6 el artículo 14 se refiere á lo civil y á lo criminal, y pretan las leyes, segíin todas las legislaciones cultas, y asf entonces para aceptar la interpretación en lo civil, interpre- deben por necesidad intepretarse, so pena de destruir el tación que es de ineludible necesidad, se tiene que recono- órden social; y por esto toda resistencia de un juez para fallar cerla también enlo cnnginal, y asíretrocedemos al tiempo de un pleito civil, porque no hay ley que resuelva el caso, es Un Carlos1II; 6 seniega todainterpretación,tanto enlo criminal delito contralas garantías que todo hombre debe tener en la como en lo civil, y entonces por lo que á este ramo toca "se sociedad: por estos motivos, cuando una ley civil anule el sientaun principio subversivo del orden social, destructor de contrato de compra-venta por causa de miedo grave, ynada la propiedad misma y condenado por las legislaciones de los diga del de arreridamienlo, el juez está obligado á fallar que países cultos," como lo reconoceel abogado defensor de este este también es nulo, porque la interpretación ampliativa amparo. decide que son nulos todos los contratos en que tal vicio Es lo cierto que al establcccr las tcorías que yo coiii- intervenga. bato, se ha confundido á lo civil con lo criminal, y queriendo Son, pues, dos sistemas perfectamente contrarios el de que el artículo comprenda toda clase de juicios, se ha pre- la aplicació~zexacta y el de la interpretación racional de la 1% sistemas que no pueden regirse por una misma reglai ni ponerse juntos á la sombra de un mismo precepto contitu-

'O Ley 13, cap. 6. tft. 24, lib. 80 R., 6 7, tit. 40, lib. 12, Novís. Rec. ''~rt.89 de la ley de 17 de Enero de 1853 y art. 182 del Chd.pcnal l2 Art. 182. APENDICE DOCUMENTAL

cional. El de Ia exacta aplicación, necesario, ineludible en lo interpretación, repite las palabras de Bacon "opfimus judex criminal, repugna al de la interprtación racional, forzoso qrci mi~aimumsibi," invoca las reglas que la ley misma esta- indispensable en lo civil. La ley penal tiene que aplicarse blece para hacer la interpretación, y considera la infracción exactamente, sino se quiere retrogradar al tiempo en que un de esas como delito de que el juez es responsable. juez podía condenará muerte á un hombre por equivalencia Esto dicho, y créolo bastante á rectificar las equivoca- de mtón: la ley civii tiene que interpretarse, si no se quiere ciones que en mi sentir han perjudicado d la claridad con que constituir un estado social que nunca ha existido, el de la la cuestion capital de este debate se debe plantear, se puede violencia individualsustituída á la acción de 10s tribunales en ya preguntar abordándola, ¿cuál de esos sistemas contrarios Ia administraci6n de justicia. ¿Cómo es posible juntar esos de que he hablado es el que consagra el art. 14 de la Consti- dos sistemas, ponerlos bajo el imperio del articulo 14 de la tución? Y formulo así esa pregunta, porque después de lo Constitución, y proclamar que este comprende á los juicios que he manifestado, creo inútil inquirir si en ese artículo criminales y á los civiles sin distincibn? caben juntos esos dos sistemas que he llamado contrarios, Esta diferencia que entre ambos sistemas he querido que reputo incompatibles. precisar, isigniñca acaso que en lo civil no se deben apliw Para resolver esa cuestión, basta leer el texto constitu- las leyes con euacfitud, con criterio, con razón, sino que es cional: "Nadie puede ser juzgado ni sentenciado, dice, sino lícito al juez hacer prevalecer sobre ellas su capricho, su por leyes dadas con anterioridad al hecho -y exactamente ignorancia, su pasión; que le cs lícito aplicar á una materia aplicables á 61,- etc." Es, pues, el sistema que rige sólo en lo las que á otra regulan, fallan contra ellas? Me apresuro á criminal, que es absurdo, imposible aplicado á lo civil, el que encargarme de esta cuestión, no porque para resolverla se el precepto constitucional consagra: es, pues, absurdo, im- necesite esfuerzo aíguno de inteligencia, sino porque ella se posible que este pueda comprender también á lo civil. trae al debate como para que no se vea aquella esencial diferencia que hay entre los dos sistemas; como para hacer Los que esta extrema y decisiva consecuenciano quie- ran reconocer, no tienen más recurso, para escapar del peso creer que también en lo civil y no sólo en lo criminal tiene de estas argurnentacioncs, que equipa1ar la aucta aplicación que aceptarse el de la exacru uplicación: esa cuestión mantie- con la racional inferprefación de la ley, que colocarse entre ne la equivocación que estoy procurando rectificar, y sólo dos abismos igualmente insondables, 6 el decir que el artícu- por este motivo tiene importancia en este lugar. lo permite la interpretación, para salvar el orden civil, y hacer A nadie puede ocurrírceIe el despropósito dc que sucumbir entonces los derechos del hombre ante el arbittio porque los jueces de lo criminal no puedan, por medio de la del juez de lo criminal, 6 sostener por el contrario que interpretación, crear delitos que no existen, ni regravar las ninguna ley, ni la civil, se interpreta, y esto por salvar las penas para los establecidos por la ley, se convierta á los de garantías de los acusados, ynegar ála sociedad la justicia, en lo civil en déspotas cuya arbitrariedad esté sobre todas las los muchísimos, incontables casos en que no hay leyes civiles leyes. No; el juez civil tiene que administrarjusticia según la exactamente aplicables á ellos. ley, y á ella debe ajustar todos sus actos, sometiéndole, no ya Para evitar esta apremiante dificultad, no valc decir sus caprichos, sino aun sus opiniones personales. Cuando se que el texto no exige que se aplique á cada caso una ley dice, pues, qye el sistema de la aplicación exacta de la ley no exacta, sino que faltando esta, basta que se invoque la que rige en lo cid, no se intenta ni con mucho autorizar el juez á sea conducente por un argumento a simili; porque tal teoría que falle contra leyes expresas, á que aplique las de una hace retrogradar la ley penal, que prohibe la analogía y aun materia las que á otra correspondan, á que obre arbitraria- la mayoda de ra~dn,~~hasta la ley española, á la ue bastaba mente; se pretende sólo que cuando no hayaleyes exactanzen- para condenará muerte, laequivalencia derazbn.a Tampoco te aplicables al caso que juzgue use de la interpretacibn se puede alegar que elevados 6 la categoría de leyes los racional yresuelva ese caso, supliendo elsilencio de la ley con principios generales de derecho, invocándose en un fallo, se los principios generales de derecho$ cosa que jamás puede aplica exactanzente el art. 20 del Código civil, porque hay hacer el juez de lo criminal. El sistema, pues, que excluye de invencible contradicciónen el arbitriojudicialque presupone lo civil la exacta aplicación de la ley, no proclama el imperio el fallo fundado en esos principios, y la exactitud del caso de la arbitrariedad judicial, no significa que el juez tenga definido y resuelto en la letra de la ley; porque son ideas que como tinica regla la conducta sus caprichos 6 sus pasiones; se excluyen la de juzgar conforme á principios generales que ese sistema, inspirado en los inmortales aforismos de Bacon, no se ocupan dc casos especiales, y juzgar conforme 2 un cree que "optima est /ex quae mirzimum relinquit arbitrio precepto especial exactamente aplicable á un caso dado. judicis: optinzusjudex quiminimum sibi;13 pero sabe también que ninguna legislación civil, por más perfecta que sea, No necesito ya decir más para manifestar lo infundado contiene ni puede contener todas las leyes que sean exacta- de los siguientes acertos del abogado de este amparo: "Esun mente aplicables á todos los casos posibles, y sostiene como principio elemental de derecho y un deber que todas las una exigencia del órden social la necesidad de la interpreta- legislaciones recomiendan A los jueces, el de la exacta aplica- cibn de la ley que no pueda ser exactamente aplicable. Y lejos cibn de las leyes en todas materias, sin que antes de ahora se de autorizar al juez á que cometa desafueros, á título de

l4 ~rt.182 del C6d. penal. U De la justicia universal. Aforismos 8 y 46. '' Lcy 13, tlt. 24, lib. 8. R, 6 tít. 40, lib. 12, Novís. Rec. 194 S UYKEMA CORTE DE JUSTICIA lehaya creído incompatible con la facultad de losjueces para los coyénitos 6 su nahlrsleza, los anteriores á toda legisla- interpretarlas..... El precepto relativo sería absurdo si pre- ción positiva; en lo civü, esa violaci6n es imposible, porque tendiera una exactitud matemática; él supone términos hB- ella, en último angisis, no pucde afectar sino los derechos Viles, etd' En esas palabras hay 1ñ confusión de los dos civiles, los que la ley creía, modifica 6 altera, según los diversos y contrarios sistemas que he procurado definir hay tiempos, circunstancias y necesidades de cada nacibn. En lo laimputaci6nimplícita de que el sistema delainterpretación criminal, el silencio de la ley, que no se suple, no produce autoriza ti los jueces para no aplicar bien la ley; hay el otro mal que la impunidad de un delincuente, á los ojos de desconocimiento formal delaantigua teoríaingIesa; denues- In moral, no dc la ley, nótese bien esto; y ese mal que es tra precepto penal vigente que no permiten la interpretación siempre menor que el castigo de un inocente, es transitorio enlo criminal; hay, en fin, un error capital en que está basada y pasajero, pues él queda remediado por completo s610 con la doctrina quc estoy impugnando: el que consiste en asegu- que el legislador expida una nueva ley, definiendo el nuevo rat que el artículo constitucional que manda que la ley se delito, y con esto quedan por completo garantizados los aplique exactamente al caso, puede extenderse á lo civil, en intereses sociales. En lo civil la ley no puede permanecer qne se necesita imperiosamente la interpretacion, en que no muda en presencia de dos litigantes que la hvocan sostenien- hay que apelar, en el silencio de la ley, á los principios do pretensiones contrarias; el juez no puede absolvcr de la generales de derecho. Creo haber demostrado cada una de demanda al reo por falta 6 insuficiencia de la ley, sin negar estas aseveracionesmías. hasta los fundamentos del derecho, de la justicia, sino que, Paréceme, no sé si me equivoco muchq que esa de- usando del poder de la interpretación, debe pronunciar en rnostraeión ha arrojado tanta luzsobre la cuestión que aria- todo caso m fallo que resuelva terminantemente á quih de ko, que se ve ya fácil y senciila su solución; que atendido el 10s dos litigdntes pertenece la cosa disputada, un fallo que no espfi~udi] texto constihcional, no se dudar m& deje lugar, como recurso supremo, tiviolenciaindividual; Un sobre su inteligencia. Sin embargo, en materia tan importan- fallo, en fin, que dé testimonio de que en la sociedad no es la te, bueno es darnos la razón flosófica de esa diferencia que fuerza sino la acción de 10s trhunales 10 que di~imelas entre lo civil y lo criminal venirnos notando, porque ello cuestiones servirá para descubrirnos en todo su valor científico los En uria palabi a, la substancial diferencia que hay entre nto~vosde la lq que, comprendiendo6 lo criminal, excluyen 10s dereclzos del hombre y IOSderechos civiles, produce 16gi- á lo civil. camente la diferencia entre el sistema de la aplicación exacta La ley penal, la que define de la leypenal y el de laracio~zalinterpretación de la civil. S610 y designa la pena, co&ndiendo, como en realidad se conhuiden de- no se interpreta, sino que se aplica exacta, literal, matemáti- aquelos rechos, se puede sostener que esos sistemas amalgamados y camente, si en las ciencias morales se puede usar de esta unidos caben en e1 precepto del artículo 14 de la Constitu- palabra; sus y~eccptosno sc amplían para abarcar un caso ci6n. Conkundir los dcrecllos del hombre con los derecltos que su letrano comprende; todas las reglas de interpretación enmudecen ante esa ley. Esta es la teoría inglesa establecida civiles ¿Se ha meditado en lo que esa monstruosidad impor- ta? ¿Habrá álguien que seriamente sostenga que el conceder en respeto de la libertad. de la honra, de la vida del hombre; un testamen- esta es la teoría de nuestra ley vigente, que prohibe á los ncga una el confrmu jueces usar de argumentos más á menos sólidos para crear to, un contrato, el reconocer 6 negar la incapacidad de una delitos que la ley no establece, para castigar más casos que persona para albacea, tutor 6 testigo; el caGcar bien 6 mal los que la letra de la ley enumera, para aumentar 6 reagravar la validez ó nulidad de una escritura por sus fórmulas; habrá las penas. La libertad civil, que no sufre más restricciones Alguien, repito, que seriamente sostenga que todo eso ímpor- que las que la ley impone, no consiente tampoco que el juez ta un atentado, una violación de los derechos del hom- con la interpretación usurpe el lugar del legislador para bre? ...... Pero no debo anticipar mis demostraciones; dejo restringirla, porqye sería erigir en principio la tiranía más para su lugar oportuno encargarme de evidenciar cómo la ominosa, el permitir que á la acción de la ley, debidamente teoría que refuto, ha comenzado por suponer que los dere- promulgada, que establece un delito y marca su pena, se chos civiles son dereclzos del hombre, para acabar por asegu- substituyesen las elucubraciones de un juez que, interpretan- rar que la inexacta aplicación de la ley civil viola estos do la ley en el silencio desu gabienete, resolviese, aunque sea derechos y hace procedente e1 amparo.Por ahora, basta á mi por nzayoría de razón, que es delito lo que no está en la ley propósito haber dejado bien demostrada esta verdad: no caliiicado JG tal. Poi iazones tan humanitarias, tan filosóíi- caben dentro del precepto del art. 14 el sistema de la exacta cas, tan conformes Cbn el progreso de la ciencia social, es ya aplicación y el de la racional interpretación de la ley: si para un dogma entre nosotros la aplicación exacta, literal, mate- hacer extensivo ese artículo á toda clase dejuicios, se niega mática, si se puede hablar así, de la ley penal. el arbitrio judicial en lo civil, la sociedad, falta de justicia, se desquicia; si por el contrario sc permite la interpretación en Pero tratándose de lo civil, los términos de la cuestión lo criminal, los derechos del hombre quedan sacrificadosen se invierten completamente, y sobre el sistema de la aplica- las aras de la arbitrariedad judicial. Entre esos extremos ción exacta prevalece del todo el de la interpretacibn. ¿Por igiialmente abqiirdosno hay más que este medio: reconocer qué tan substancial diferencia? se pregunta. Por muchos que el articulo constitucionalque exige la exacta aplicación motivos, delos que algunos son de irrefragableevidencia. En de la ley se refiere s(j10 lo criminal, confesar que la filosofía, 10 criminal,la i~terpretaciónvio~ariaiosd~rec~~osdel hasbre, la razón de ese precepto repugnan el absurdo de que 61 sea APENDICE DOCUMENTAL 195 aplicable tambign á lo cid. ridad, uno de sus autores, el Sr. Montiel y Duarte, ha asegu- rado que lo que dejo copiado "expresa la opinión particular del Sr. Lafragua,- -y no 1s colectiva de lo ~ornisi6n!'~' Y aunque esto es ya decir que el argumento tomado de la Contra la doctrina que sostengo, se invoca un argu- autoridad de la Co~nisibn,se debiiita mucho, supuesto que mento poderoso en el foro, argumento que él sólo ha cam- eila misma no estuvo de acuerdo en estos puntos, para mí, biado las opiniones de1 promotor fiscaI, según él lo dice en que tan respetable es la opinión del Sr. Lafragua como la de su pedimento ea este negocio. Se invoca la autoridad de la los otros miembros de la Comisibn, si bien no me es lícito Comfsi6n que formó e1 C6digo civil, para probar que el art. preferir una sola palabra que su autoridad desconozca, sí me 14 de la Constitución comprende tanto 6 lo civil como á lo es inexcusable cn csta ocasión considerar bajo su aspecto c.rkin4y sellega á asegurar "que esa Comisiónvadó sobre científico esas opiniones, aunque protestando, como me Ia Iegalidad de su propia obra antes que poner en duda ni complazco en hacerlo, todos mis respetos á cada uno de los por un momento que el principio constitucional abraza toda ilustrados miembros de la Comisión del Código civil. cIasedejuicios~Nopuedo yo pasar ensilencio un argumento Comencemos por analizar las palabras citadas del Sr. que tanta preocupación causa en el estudio de estas impor- Lafragua. El nos dice que el precepto que ordena la exacta tantes materias. aplicación de la ley civil, esjusto, pero impracticable; que es Después de exponer la Comisión los robustos funda- jt~stisi~~ro,pero que supoue un irnpusibk, un C6cligopegecto mentos en que la necesidad de Ia interpretación se funda; que prevea y defina exactamente todos los casos ocurrentes. después de demostrar que el art. 20 del Código es una ¿Qué quiere esto decir en toda su desnuda realidad y despo- imperiosa exigencia del órden cid, exigencia sentida ysatis- jando á esas frases del velo con que se quiso cubrir el respetn fecha desde las leyes romanas basta los códigos más recien- á la Constitución? Necesario es manifestarlo con toda clari- tes, continúa hablando en estos términos: 'Mas á pesar dclas dad para precaver las conseciiencias de un mal terrible. El razones expuestas, la Comisión duda, no de la necesidad y Sr. Lafragua creyó que nuestra Constitución contendría un conveniencia del artículo, sino de su legolidnd- El art 14 de precepto inzpracticable, iinzposible, absurdo, irreconciliable la Constitución contiene el precepto másjusto en principio; con todo Código civil, con las exigencias de la administración pero el más irrealizabIe en la práctica...... Mucho se puede de justicia, si ese precepto hubiera de prescribir la exacta decir respecto del tribunal; pero no siendo ese punto la aplicación de la ley civil. Y eso que creyb el Sr. Lafragua, lo materia de que hoy se trata, se 1-Mitarála Comisión á exami- creo yo también con profundísima convicción, porque ese nar Iaexacta aplicucíón que previene el precepto constitucio- Cddigo peflecto de que se nos habla, es una utopia m

l7 Tratado de las leyes y su aplicacidn, pág. 168. SUPREMA CORTE DE JUS?1[CIA posible, lo absurdo del precepto, "en la supresión del adver- mos litigios para los que no hay leyes exactamente aplicables. bio exactamente del mt. 14." Es conveniente presentar esta observación en toda su Porque semejante supresión autorizaría la interpreta- fuerza, y pocas palabras son bastantes para ello. La ejecuto- dón de las leya penales; creando delitos por analogía, au- ria de un tribunal civii que, A falta de ley exactamente aplica- rn~wdolas penas por inducci6n; porque esa suprasión, si ble, se hnde en los principios generales de derecho, en las bien pondría t6rmho á la contrad2coión entre el aabitdo reglas de interpretación, se nulifica por d amparo, porque jdcid y la exactifu;d significaría que aquel podría uearae viola el art. 14 de la Constitución, según la teoría que com- tanto en lo cidcomo enlo penal, poni&ndo&$a Ebartad, la bato. Como resultado de ese amparo, aquel tribunal tendría honra y la vida del hombre 6 discreci6n de las opiniones del que pronunciar otra ejecutoria que tampoco se apoyaría en juez; porque esa supresión si de verdad salva al Código civil, ley exactamente aplicable al caso, supuesto que no la hay en en que es imposible la exactitud, pierde del todo al Código la hipótesis que examinamos. Esta ejecutoria y cualquiera penal, en que es imposible también el arbitrio; p:rque esa otra que se imagine, sea cual sea su sentido, está sujeta á la supresión, en fin, si quita al precepto en su relaci6n con lo misma nulidad por medio de otro amparo, porque es impo- civil, lo que tiene de impracticable, de absurdo, lo convierte sible, lo repito, que la ley se aplique exactamente en donde en cuanto á lo criminal en absurdo también, en salvaje...... Si no hay ley exactamente aplicable. Así pues, cada uno de los en lo criminal se suprime la exactitud en la aplicación de la litigantes, alternativamente, tiene en el amparo un medio ley, vuelve á levantarse otra vez la tiranía judicial contra los eficaz de dejar sin efecto la sentencia que no sea de su derechos del hombre, y hacemos retrogradar un siglo á agrado..... La Corte de Justicia, en tal hipótesis, abandonaría nuestro Código penal. No, esto no es posible. su augusta misión de guardián de las garantías individuales ¿Cómo habría la Comisión, ó el Sr. Lafragua, que para llenar sólo el triste, desesperante deber de proclamar habló en su nombre, evitado tantos, tan peligrosos escollos? como verdad constitucional, que cn todos aquellos casos De una sola manera: reconociendo y confesándolo así, que para los que no hay ley exactamenteaplicable, la administra- el art. 14 no puede aplicarse 610 civil, porque eso es conver- ción de la justicia civil es imposible. ¿Se puede imaginar tirlo en impracticable, en imposible, en absurdo, y referirlo precepto constitucional que esto mande? sólo á lo criminal sin suprimir ninguna de sus palabras, Y no se quiera creer, para aquietar la alarma que esta porque la exactitud que exige en la aplicación de la ley penal, consideración causa, que esos casos para los que faltan leyes es la garantía indispensable de los derechos del hombre exactamente aplicables, son raros: en la práctica, por el contra el arbitrio judicial. contrario, cs raro cl litigio civil que se resuelve por una ley Los que profesan, sobre esta materia, opiniones con- de exacta aplicación. Lo frecuente, lo común es que las trarias á las del Sr. Lafragua, en vano luchan por escaparse circunstancias modifiquen cada negocio de tal modo, que del peso de la argumentación de este señor, por lo que toca ninguno quepa exactamente en la ley y que en cada uno de B la contradicción que hay entre el arbitdo judicial y la ellos se necesite más ó menos de la interpretación para exactifud;porque no se puede decir, como ellos lo hacen, por resolverlo. Los comentadores, los casuistas nos dan, de esta que exacta aphcación de la ley se debe entender su racional verdad, un testimonio elocuente. Los millares de casos, todos NitsrprotaciÓ?$,"porque esta empieza en donde aquellaacaba; distintos, todos diversos, que sólo Antonio Gómez propone porque no se concibe cómo un juezpuede usar de su arbitrio en sus "Varize Resolutiones!' casos para los que no hay una si debe aplicar la ley exactamente;" y tampoco vale sostener, ley exactamente aplicable, quedarían todos sin resolución en como ellos lo intentan, que cuando falta ley exactamente nuestros tribunales; porque en cualquier sentido y por cuan- aplicable, debe tenerse como tal, según el precepto constitu- tas veces se decidieran, el amparo vendría á nulificar esa cional, la que mejor se amolde á la naturaleza del caso que decisión. ¿Puede haber Constitución alguna que á este ab- se haya de resolver, porque tal sistema, bueno en lo civil en surdo dé vida? ...... que la interpretación es lícita, nos volvería, no mc cansar6 de Por más que yo respete, como respeto y mucho, las repetirlo, á los tiempos de Carlos 111 en que se mataba á un opiniones de los Sres. Lafragua, Montiel y Duarte, y de 10s hombre por equivalerzcia de razón; porque tal sistema borra otros autores del Código Civil, ni acepto con el primero la no sólo el art. 182 del Código penal, sino el mismo 14 de la supresión del adverbio "exactamente"del articulo 14, ni creo Constitución. con el segundo que quepan en su precepto juntos y amalga- El argumento, pues, del Sr. Lafragua, á pesar de las mados dos sistemas que se contradicen, uno exclusivo para respuestas conque se ha pretendiod satisfacerlo,permanece lo civil, y el otro exclusivo para lo criminal, el sistema de la en pié, terrible, amenazador. Si cl art. 14 cxige la exacta (írucra apllcacibit de la ley y el de la mctoíial interpretación de aplicación de las leyes civiles y con él se cumple, "se dejan de la ley. Yo convertiría á lafinesta altemativa del Sr. Lafragua resolver mil contiendasjudiciales, porque cuando no hay ley en este terrible dilema, dilema que es el Sylla y el Caribdis exactamente aplicable, el tribunal no puede apelar al arbi- de la teoría que combato: si el art. 14 se refiere a? todos 10s trio," y con esto la sociedad se hunde en el caos; mas si para juicios, ya civiles, ya criminales 6 en todos se exige la exacta salvar a esta el artículo no se obedece y se resuelven todos aplicación de la ley, 6 en todos es lícita su racional interpfe- los casos, aunque sin leyes exactamente aplicables, viene tación. El primer camino lleva directamente á la negación del entonces el amparo y nuliica cjccutorias; y liace niás, y esto orden civil, y entonces las dudas del Sr. Lafragua sobre la no lo dijo el Sr. Lafragua, deja sin posibilidad siquiera de que legalidad del Código se convertirán en esta inaceptable re- se resuelvan de otra manera que por la fuerza, los muchísi- alidad: ien México no hay ley ni administración de justicia cid!. .... Y al extremo del segundo camino nos encontramos al poder judicial de la Federación para examinar la forma 6 á un juez creanda delitos con Ias opiniones de Farinacio, el fondo de una causa civil de la competencia de los tribuna- reagravando las penas, restringiendo Ia libertad humana les locaies? % existe. En lo criminal, por el contrario, hay se& sus caprichos. Los que se empeñan en hacer extensivo textos que autorizan á aquel para juzgar por lavía de amparo el art. 14, tanto lo civil como á lo criminal, no pueden de los procedimientos del juez local en cualquier estado del evitarse de caer en aIguna de esos dos extremos. La fuerza pwces~> que lo autorizan para inquirir si el auto de prisi6n de la lógica los Ueva fatalmente. 6 elIos. está pronunciado á su tiempo;;?' si se decretó una prisión por No sé si me; equivoca mucho al creer que, después de causa civil?' si se imponen penas inusitadas 6 trascendenta- las observaciones que me ha sido forzoso hacer en defensa si se juzga dos veces por el mismo delito, et~.~~Y en demis opiniones, el argumento tomado dela autoridad de la todos casosla soberanía delosEstadosno se lastima, porque Comisión del: Código Civil, más aprovecha que daña á la hay textos expresos enla Constitución que facultan al poder teoría que estoy defendiendo, Opinando yo como el Sr. judicial federal para ingerirse, bajo ciertas condiciones, en la Tahgna, que si el =t. 14 se ha de referir á lo civil, es administraci6n de la justcicia crixirinal de los Estados; pero impracticable, imposible, y habiendo demostrado, según lo no puede suceder lo mismo enlo civil desde el momento que entiendo, que no se puede suprimir la exactitud enla aplica- falta un texto expreso que conceda iguales facultades!' ción de ley penal, no queda más recurso que reconocer que ¿Avanzaré demasiado asegurando, después de esto, ese artícuio en su segunda parte, no puede referirse racional que no se me ha contestado á estas decisivas observaciones? y ñlosóficamente más que á los juicios criminales. Sólo con Responda otro á esta pregunta; por lo que á mí toca, yo sigo esta interpretación se salva el Código Civíl, sólo con esa creyendo que la interpretación extensiva del art. 14 de la intcrprctación se evita que el Código Peilal rebogade 6 los Constitución, a efecto de autorizar á los tribunales federales tiempos de Cárlos IZ. para erigirse en revisores de los procedimientos y sentencias de los tribunales locales en la administración de la justicia civil, choca de lleno con el art. 117 en la misma Constitución: más áun, sigo creyendo que aunque aquella interpretación A las argumentaciones constitucionales que en el am- extensiva fuera inatacable, ni con ella esta Corte podría paro del Sr, Rosales expuse, demostrando que no se puede arrogarse una facultad que no le da un texto expreso de la encomendar 6 los tribunales federales In rcvisión dc todos Constitución, la de revisar los procesos civiles de los tribu- los negocios civiles de la República, para que decidan sobre nales locales. si las leyes se aplican 6 no exactamente, porque esto mataría Se califica de pueril la consideración de que sería de un solo golpe la soberanía de los Estados, y aniquilaría el imposible la inmensa absorción de la administración de jus- principio fundamental de nuestro sistema político; á esas ticia por esta Corte, si la inexacta aplicación de la ley civil argumentaciones, digo, ni siquiera se responde los artículos autorizara el amparo. No repetiré lo que sobre este punto 40 y 117 de la Coqstitución, que definen el &te del poder dije en el caso del Sr. Rosales; pero sí entraré en nuevas federal y del local, no permiten que esta materia se ponga á consideraciones que afirman aún más la exactitud de mis discusión), y simplemente se afirma que "prueban tanto que anteriores asertos; que evidencían que, lejos de ser pueril, es nadaprueb&, porque si fueran atendibles, harían ilusorio el de importantísimointerés aquella consideración. precepto aun tratándose de juicios criminales, porque las Aunque en este amparo se habla de la exacta aplica- mismas razones se podrían aducir para rechazar el recurso ción de la ley sólo en sentencias definitivas (al interés del de amparo contra actos que implicasen falta de exactitud en quejoso basta esto), los que interpretan el texto constitucio- la aplicación de la ley penal!' nal ámpliamente, entienden y sostienen que no ya en las No sé si intencionalmente por huir el cuerpo 6 una sentencias, sino en todos los procedimientos de todos los dificultad invencible 6 pór una distracción, el abogado de juicios debe observarse la misma exactitud. Creen que las este amparo no se hizo cargo de mis razonamientos, que palabrasjuzgado ysetztenciado de que usa el texto, justifican manifiestan los motivos por los que un tribunal federal no tal inteligencia. Y aquí en este Tribunal se ha visto un caso puede revisar las causas civiles, sin atentar contra la sobera- en que se pidió amparo, porqueno se admitió una recusación nía de los Estados, y sí le es lícito conocer por vía de amparo despuds de la citación para sentencia, porque á juicio del de los negocios criminales. Repetiré mis propias palabras quejoso no se le había aplicado exactameiite la ley. En la para que se vea que Ia contestación que sobre este punto se teoría que impugno se comprenden todas las leyes, desde las me da, dista mucho de ser satisfactoria: que determinan cómo se hace la notificación de la demanda, ''La soberanía de los Estados, decía yo en el caso del hasta las que deben fundar las sentencias. Sr. Rosales, est6 restringida, es cierto, por la Constitución; Los actos, pues, de todos los jueces de la República, pero las facultades que á los poderes federales no están sentencias definitivas, autos interlocutorios, yaun providen- expresamente concedidas, se entienden reservadas á los Es- tado~?~Se necesita, pues, un texto apreso quc conceda una facultad determinada, para que ésta se pueda llamar propia l9 ~rt.18 id. de los poderes federales. Y ¿cual es este texto que autoriza Art. 19 id. 21 Art. 17 id. U~rt.22 id. Art. 24 id. ''~rt. 117 de la Const. fed. SUPREMA CORTE DE JUSTICIA cias de mero &&mire, y wio lo misruo eu asuutos de niayor tribunalcs. LaIcgislnción deD. Aifonso elsabio prucbaestas que en los de menor cuantía, todos los actos de todos 10s verdades. tribunales del país, están sujetos, por la vía de amparo, á la Entre nosotros nunca, ni en las épocas demás absoluto revisión de esta Suprema Corte! ..... ¿Puede creerse en la centralismo, se han desconocido estos principios comunes á posibilidad siquiera de la reconcentración de tal poder en todos los pueblos cultos. Tsleyes de adminsitración de este Tribunal? ¿No sería esto verdaderamente monstruoso? justicia de 16 de Diciembre de 1853 y 29 de Noviembre de Un expositor del texto constitucional ha dicho muy bien que 1858, la ley Lares, la ley Miranda, en sus inmoderadas ten- ese poder omnímodo daría á esle alto cuerpo una ~xhl~ncia d~i;lic;iiwceritializadocas, jaiiiás sailc'ioiiarou el absurdo de que no se concibe como institución humana? ¿Y esto se que todas las sentencias, siquiera definitivas de todos los d~cade pueril? jueces de la nación, viniesen 6 ser revisadas por el Tribuual Hay más aCui: es por desgracia ya un hecho que se Supremo. Si á los autores de esas leyes se les hubiera pro- extiende y propaga el abuso de suspender los actos reclama- puesto, halagando sus opiniones políticas, esa concentración dos aun en materia civil, aunque esa suspensión sea del todo de poder en un sólo cuerpo, ellos la habrían desechado como improcedente, aunque violen las nociones más claras de la monstruosa, como irrealizable, como imposible. justicia y aunque atente contra la independencia del poder Pero viene la Constitución de 1857, no sólo erigiendo judicial. Esta Suprema Corte no hace muchos dias ha repri- en principio la descentralización, sino estableciendo el siste- mido con mano severa ese abuso de un juez de Distrito que ma federal, declarando á los Estados libresy soberanos en su impidib la práctica de una providencia precautoria. Pues régimen interior, y por tanto en su administración de justicia, bien; supóngase que se deba conceder el amparo por la y entonces se pretende crear una concentración de poder tal inexacta aplicación de la ley; para cortar de raíz aquellos en la Corte, una centralización judicial tan absoluta, tan abusos, sería preciso establecer nuevas reglas sobre la sus- completa, que no se concibe siquiera como posible; que no pensibn de actos reclamados en esos negocios, creando fian- se habría aceptado ni por Lares ni por Miranda! .... No, este zas, estableciendo audiencias, autorizando apelaciones, etc., Tribunal no puede, no debe ejercer esas atribuciones que la etc. Y con esto, sobre privar por completo al amparo de su ley fundamental no le da expresantente; supremo regulador carácter de recurso contitucienal, para hacerlo un incidente del movimiento de la máquina federal, no puede convertirse incalificable de un juicio civil, se recargaría tanto el despacho en invasor de facultades ajenas, en perturbador de la armo- de este Tribunal, que sería imposible atenderlo, que crearía nía de todos los poderes! Esta es mi convicción más profun- tantas dilaciones en la administración de justicia, que nada da. mejor pudiera apetecer el deudor que no quiera pag u...... Distan, pues, muchísimo de ser pueriles esas gravísi- Si por otro aspecto vemos ese poder que se pretende mas consideraciones queinvenciblementerepugnan que esta atribuir á la Corte para que revise los actos judiciales de Corte reviselos actos de todos los tribunales de la República. todos los tribunales del país, nuevas razones vienen protes- S610 pasando sobre las ruinas del sistema federal, 3610 atro- tando contra semejante pretensión. En todos los países civi- pellando el dogma de la independencia del poder judicial, lizados se ha reconocido la necesidad de poner un pronto fin sólo desconociendo los principios que mantienen la gerar- á los pleitos, y los legisladores, por esto, á pesar de sus quía de los jueces, que establecen las instancias, que deter- temores de la falibilidad de los jueces, ápesar de sus descon- minan la admisión de los recursos al superior, se puede llegar fianzas en el acierto de los tribunales, no han permitido la á sostener la doctrina que combato. revisión por el superior de toda clase de providencias judi- ciales, sino que, cediendo á consideracioncs dc un orden muy elevado, han creado las instancias y declarado la verdad de la cosa juzgada en la primera, la segunda ó la tercera, según En mi empeño de analizar y satisfacer todos los argu- la importancia de los derechos litigados. "Atendiendo á las mentos en que se la apoya, no debo dejar pasar desapercibi- dilaciones y gastos, dice un autor muy autorizado en la dos los que de otra fuente se toman. Los términos del art. 14 materia, que causan los recursos superiores á las mismas de la Constitución, se dice, son precisos, claros y terminantes, partes y á lo que ocupan asimismo á los tribunales de justicia, y no necesitan interpretación; más aún: nadie tiene la facul- con perjuicio público, los han rcstringido á sólo aquellas tad legal de interpretarlos, porque 'kenemlia,generaliter in- sentencias que por su importancia y por los perjuicios que telligenda sunf;"porque "ubi lex non distinguit, nec nos pueden irrogar á los litigantes, compensan ventajosamente distinguere debernus;"porque "ubi verba non sunt ambigua, los inconvenientes de la apelación con los beneficios que non est locus interpretafionis."No puedo dispensarme de procura!'25 Así es que, aun en los países en que prevalece la decir las pocas palabras que bastan á demostrar cuán inacep- más completa centralización, sobre todo otro interés político tables son esas aseveraciones, cuán inexactamente se aplican 6 social; aun en los países monárquicos, en que el rey es la al art. 14 esas reglas de interpretación. ficetzte de la justicia, iiu se dan recursos contra todos los autos, SegGii ellas, eslc texto "No se podrai expecli riiiiguna pero ni siquiera contra todas las sentencias definitivas de los ley retroactiva," debe entenderse sin limitación, no debe interpretarse, porque "noit est locus ittterpretationis." ProPo- sición tan avanzada, no resiste el más ligero examen: ella destruye de un sólo golpe esta excepción de aquel principio: Lozano. Derechos del hombre, pdg. 255. "6la ley penal más benigna se le debe dar efecto retroactivo;" Caravantes. Trat. deproced juh, tom. 30.,pdg. 393. excepción que la humanidad reclama, que la ciencia consa- gra, que la interpretación sostiene! ..... Entiendo que el ilus- día que fuesen derechos delhombre recusar, apelar, obtener trado Sr. Jones no querrá mantener, sino que tendra que una tutela, ser legatario, albacea 6 apoderado, alcanzar una retirar las pdabras que en su genialidad absoluta desechan sentencia en que á juicio de ambos litigantes estuviera exac- esa y ias otras exepciones que aquel principio s&e, excep- tamente aplicada la ley, si entendía, en fm que todos los ciones que la interpretación demuestra, excepciones que tan derechos civiles fuesen de~cltosdel hombre ¿qué habría bien indicó elSr. diputado Ruiz enIa discusión de aquel texto constestado? Si se le hubiera consultado si juzgaba posible en el Congreso constit~yente?~ que un tribunal compuesto de diez y siete ministros, y abs- Con esta sola, senulla y obvia observación, se ve, se tracción hecha de sus otras atribuciones, pudiera revisar las palpa la necesidad que hay de interpretar el art. 14 de la causas civiIes de todos los jueces del país, ¿qué habría con- Constitucián: se ve, se palpa la inerxacta aplicacibn que se testado? hace de1asregIas que nieganlainterpretacibn á un texto, que Las respuestas que el constituyente habría dado, no sin elIa llegaría hasta el absurdo, Puesto, pues, que debemos son dudosas para nadie; ellas son la mejor regla de interpre- interpretario,busquemospara lograr descubrirsuverdadero tación yresuelven por compIeto esta cuestión. Pero para que sentido, no aquellas reglas que mejor sostengan una opinión no se me acuse de que arguyo con conjeturas, sólo porque preconcebida, skolas que más se adapten á la naturaleza del favorecenmi opinión puedo prevenir tal réplica, asegurando caso, las que con más claridad nos revelen Ea voluntad pre- que el absurdo que se seguiría de la contestación afirmativa sunta de1 legislador. á aquellas preguntas, fija por otro motivo poderosísimo la Teniendo presente lo que antes he dicho sobre el inteligencia segura del texto constitucional. Un antiguojuris- contexto literal de Ia segunda parte del art 14, creo que la consulto francés, de merecida fama, ha dicho con toda ver- regla que dice: "inre dubia, melius est verbis edicte ~ervire?~ dad: "Nosest majtcs ~tecpo fenfius argulíientum interpretandi, decide sin réplica que ese texto se refiere á las personas y no quani ab imposibilitate et repzf4' tantia: ixhrd enim omnia alia á las cosas, porque e1 pronombre "nadie" se usa siempre en atgunientaprosternit etvilzcit!' O ¿Yqué imposibilidad mayor lugar de aquellas y nunca en el de estas; porque la frase que investir á un tribunal de facultades tan absolutas que él técnica del~jugadoysentenciado"se aplica á los reos que se no se conciba siquiera como posible, como institución huma- juzgan, y no á las acciones que se deducen en juicio, sin que na? ¿Qué repugnancia más invencible que igualar los dere- en casos como este, la etimología pueda prevalecer sobre el chos civiles con los derechos del hombre? USO. Hay otra regla de interpretación que, concordada con Para apreciar si la voluntad del legislador fué que á las anteriores, viene á confirmar el sentido que al artículo 14 esta Corte viniesen en revisión cuantos procesos civiles se le deba darse: 'si ambigua voce legis, ea potius est accipienda quisiesen traer, á fm de que resolviera si la ley está ó no signljScatio, qu~vitio caret:prmertincum etiam voluntas legis exactamente aplicada á cada caso, tenemos otra regla de ex hoc colligipa~sit."~~Y no me cansaré de repetirlo: no es interpretación, de cuya razón filoséfica no se puede dudar: conforme con los principios extender el art. 14 hasta los "Inciviieest nisi fota lege perspecta, zriia uliqua parficula ejus negocios civiles, porque la ciencia repugna la confusión de propositu judicare, ve2 reporidere!'28 Para juzgar, pues, del los derechos que la misma naturaleza da, con los que sólo la alcance del precepto del art, 14, es preciso no verlo aislado, ley concede; porque el sistema federal no consiente una siio considerarlo en su relación con todo el conjunto de la institución que acaba con la independencia local de la adrni- ley fundamental. Si esta declara á las Estados libres y sobe- nistración de justicia; porque en la organización judicial no ranos en su administración de justicia, como asunto de su cabe un tribunal de imposibles atribuciones, un recurso que regimen interior; si reserva á esos Estados las facultades que deja sin fallo mil contiendas. no están expresamente concedidas á los poderes federales; Para llevar el amparo adonde no puede llegar sin si el espíritu que á la Constitución presidió fué prsisamente desnaturalizarse,á los juicios civiles por la no exactitud de la destruirla centralizaciónjudicial establecidapor Lares, icó- aplicación de la ley, se invoca hasta una regla de derecho mo se puede entender el art. 14 enun sentido que lo pone en canónico, á la que se le da una autoridad y una extensión que contradicción con los otros artículos de la misma ley, con SUS no tiene. "Odiarestriiigi, favores amplian cortvenit," se dice, y motivos y tendencias? asegurándose que el amparo extendido á negocios civiles, no No se piiede hablar de este punto, sin que se presente sólo es una cosa favorable, sino un perfeccionamiento de luego á nuestro ánimo otra regla de interpretación de desi- nuestras instituciones, se discurre de tal modo que se llega civa influencia en este caso: 'Yudicandum est ex his quae hasta anatematizar á la teoría contraria, como restrictiva de verosimiliter staiuisset legislator, si de iis consulis fui~set!'~ la protección de las garantías individuales. Dejo para des- Si se hubiera consultado ai Constituyente si yueiia instituir pu6s averiguar la justicia con que ese anatema se ha fulmi- una centralición judicial, que hubiera dejado muy atrás á nado, para consagrar mi atención sólo al argumento que en la creada por Lares en su ley de 16 de Diciembre de 1853, la regla canónica se funda. ¿qué habría contestado? Si se le hubiera consultado si enten-

30 Demoulin. Avis 27, núm. 7. tom. 20. 31 iey19, tít. 30., lib. lo., Dig. Mr. IIulot ha traducido asiese texto al 26 Zarco. His~del Cong., tom. lo., pág. 696. francés: "Lorsque la loi présente deux sens, il faut S' en attacher i celui qui 27~eyl?par. 20, tít. 1, lib. 14. Dig. ne péche point contre les pri~icipes,sur tout S' il pcut se concilier avcc la 2B Ley, 24, tít. 30., lib. lo. Dig. volonté de la loi!' Les cinquante libres du Digeste, loc. cit. 29 Glos. 6 la ley40, tít. 14, lib. 2. Dig.