Acto De Homenaje Al Maestro Juan D'arienzo
Total Page:16
File Type:pdf, Size:1020Kb
Acto de Homenaje al Maestro Juan D’Arienzo 8 de diciembre de 2010 Departamento de Taquígrafos Área Legislativa Página 2 de 13 Acto de Homenaje al maestro Juan D‟Arienzo - 8 de diciembre de 2010 SEÑOR PRESIDENTE (Pablo González).- Buenas tardes. Damos comienzo a la sesión de homenaje al maestro Juan D’Arienzo en ocasión de celebrarse el 110º aniversario de su nacimiento. (Es la hora 17:13) ______La Junta Departamental de Montevideo quiere agradecer la presencia de la señora Elba Nellys Olivera, sobrina de Juan D’Arienzo, y del señor Oscar Olivetti, Secretario de la Comisión de Homenaje a D’Arienzo. Comenzaremos viendo un video de homenaje. (Se exhibe presentación multimedia) (Aplausos) ______Continuando con el acto, le damos la palabra al señor Edil Dari Mendiondo. SEÑOR MENDIONDO (Dari).- Muchas gracias. Señor Presidente; funcionarios de la Junta Departamental; señoras y señores taquígrafos; colegas, familiares íntimos; señora Elba Nellys Olivera; amigos, Oscar Olivetti, doctor Nelson Sica, maestro Julio Arregui; Academia del Tango, Joventango: las organizaciones que están al servicio de la cultura nacional tratan de levantar y mantener la imagen de lo que es significativo para la historia del tango, no sólo de nuestro país sino del Río de la Plata, tanto en su contenido, en su esencia, como en su trayectoria. En función de eso surge la iniciativa de conmemorar los 110 años del nacimiento de este artista rioplatense que pasó y quedó en la historia como uno de los músicos y directores más notables de esa música popular, el tango, que se ha transformado -por declaración de Naciones Unidas- en Patrimonio Histórico de la Humanidad. Y lo mismo sucedió con el candombe. Compartimos con los hermanos de la República Argentina esta música, que nos identifica, como también lo hacen las aguas del río que nos une, el Río de la Plata; también nos identifica un idioma común, el idioma español, como asimismo una historia: la de la lucha por nuestra independencia nacional del colonialismo, particularmente la Revolución de Mayo de 1810 y el Grito de Asencio, el 28 de febrero de 1811, en Mercedes, Villa Soriano. Las raíces mismas de nuestras naciones, de nuestros puertos, están vinculadas primero a la lucha por perpetuarse de aquellos inmigrantes que llegaron a nuestras tierras, y luego a la de los criollos por obtener la independencia nacional, la soberanía, para ser una nación. Así nació la República Oriental del Uruguay el 18 de julio de 1830. Se trata de un pueblo que adquiere su independencia, su nacionalidad, y que marca, además, como un hecho distinguido o a distinguir, el nombre de República Oriental del Uruguay. Es decir que su referente es un punto en la geografía. Somos la orientalidad a partir del Río Uruguay, que tiene una margen occidental y una oriental. Eso demuestra la identidad de ese pueblo con su geografía, con su llanura, sus montes, sus ríos, sus lagunas, con esos caminos que transitó el padre de la patria, don José Artigas, encabezando el Éxodo del Pueblo Oriental, hasta cruzar el río e instalarse en la República Departamento de Taquígrafos - Área Legislativa Página 3 de 13 Acto de Homenaje al maestro Juan D‟Arienzo - 8 de diciembre de 2010 Argentina, en el Ayuí. Un pueblo siguió a José Artigas; lo siguió pese a la hostilidad del clima, pese a la hostilidad de esa naturaleza agreste, contra la cual tuvieron que combatir los inmigrantes para ir solidificando una estructura arquitectónica, para ir construyendo ciudades, pueblos, caminos. Así se construyó Montevideo a partir del año 1724, cuando Bruno Mauricio de Zabala desembarca aquí con unos pocos pobladores y se establece en esta tierra inhóspita, en esa Cuchilla Grande, que empieza en el Norte del país y termina en la Escollera Sarandí, en el muro de la Ciudadela. Esa zona que hoy nosotros conocemos como Ciudad Vieja, el puerto y las casas que lo rodeaban, fueron el origen mismo del Uruguay. Un pueblo es una historia, un pueblo es una tradición. Un pueblo sin cultura no tiene derecho a existir. Nuestro pueblo fue germinando a medida que se avanzaba en la pedagogía, en la educación, en la formación de los criollos y de los hijos de los criollos. Por un lado nació el afán de la independencia nacional; por otro, el afán de construir una cultura auténticamente nacional. Y eso es el tango: es una expresión auténtica de la música, de la música uruguaya, de la música argentina, de la música rioplatense. Los que saben de tango dicen que el tango nació -con el perdón de los hermanos argentinos- donde está ubicado hoy el Sudamérica, en esa sala del Sudamérica donde tanto deslumbre causaron las orquestas en los grandes bailes. Ahí había una especie de enramada, de bolichón, a la cual iban los marineros del Puerto de Montevideo a descansar, a tomarse unas copas, y parece que una de las cosas que se bailaba entre hombres era algo parecido al tango. Será o no será verdad, pero lo cierto es que, como dijera un amigo mío, al tango lo parió Montevideo pero lo acunó Buenos Aires. ¿Qué sería del tango sin Gardel, si Gardel no hubiese ido a Buenos Aires? ¿Qué sería de Canaro si no hubiese ido a Buenos Aires? Parece que D’Arienzo concebía que el tango era una unidad de pueblos; por algo se identificó tanto con nosotros. Mucho le agradecemos a su familia la donación que hicieron al Uruguay y al Comité que organiza este acto. Esta Junta Departamental organizó una exposición de fotografías de la vida de D’Arienzo, de su orquesta, de sus éxitos musicales; también se expusieron efectos muy personales de D’Arienzo, como el largavistas con el que acostumbraba ir a Maroñas y a Palermo a ver nada más y nada menos que a Irineo Leguisamo arriba de los caballos de aquellas magníficas hípicas de Palermo o Maroñas. Estoy hablando de 1910, 1920, 1930, 1940, época de oro para el Río de la Plata. En ese cuadro, la música popular, el tango, originalidad de estos pueblos, se va esparciendo por el mundo y se va transformando ya no sólo en una música del Río de la Plata sino en una música interpretada para ser escuchada en el mundo. Gardel se transforma en un artista que va a Hollywood. En ese cuadro podemos decir que Juan D’Arienzo es uno de los máximos exponentes de la música del tango, uno de los directores más magníficos y uno de los hombres más encumbrados en su tiempo. Con una tremenda modestia y un inmenso amor hacia los uruguayos, actuó acá muchos años contratado por la Intendencia de Montevideo para los bailes de los casinos de la Intendencia, de Carrasco y del Parque Hotel; ir a bailar con D’Arienzo era el solaz, no solamente de los bailarines sino de las capas más avanzadas y de las menos avanzadas del pueblo montevideano. D’Arienzo, más allá de las posibilidades económicas, convocaba a mucha gente. Héctor Morás, que es un amigo, un gran periodista y deportista, un montevideano auténtico, que nació en la calle Miñones, en Punta Carretas -al lado de la casa de Suppici Sedes- y que fue llevado desde niño de su mano a pasear en auto e incluso hasta a hacer algún ejercicio de competencia automovilística, escribe un libro en el cual aparece una anécdota maravillosa, anécdota que quiero compartir con ustedes. Héctor Morás es una figura legendaria de la radio, del periodismo, una hermosa persona que tiene una conducta extraordinaria como montevideano, como uruguayo, como hombre del deporte, como periodista. El título es “Meta Fierro”. ¿Por qué “Meta Fierro”? Porque Juan D’Arienzo, en homenaje a Suppici Sedes, escribió un tango que se llama Meta Fierro y a él se refiere Héctor Morás; pero no sólo se refiere al Meta Fierro: se refiere también a algo mucho más interesante. Departamento de Taquígrafos - Área Legislativa Página 4 de 13 Acto de Homenaje al maestro Juan D‟Arienzo - 8 de diciembre de 2010 Dice: “El maestro Juan D‟Arienzo, sentía una gran admiración por Héctor Suppici Sedes”. Quiero ilustrar que murió en Argentina, después de haber ganado campeonatos automovilísticos en Argentina y en Uruguay, y compitió nada más y nada menos que con Juan Manuel Fangio y Froilán González, entre otros, y ambos mantenían una excelente amistad. Continúo con la lectura: “En el verano del 37, la famosa orquesta era como todos los años anteriores, la máxima atracción en las reuniones bailables y en los Hoteles Miramar, Carrasco y Parque Hotel. En uno de los tantos encuentros, Suppici Sedes le pide a D‟Arienzo que reciba a un amigo y escuche un tango por él escrito. Luego le presenta a Pintín Castellanos, autor de dicha obra. Contó el Dr. Héctor Bello, que a su vez la historia se la contó el maestro. La cita fue en el Teatro Artigas...” se refiere al viejo teatro Artigas, que se incendió y que no existe más. Afortunadamente tenemos el Sodre, el Solís y la Sala Nelly Goitiño-. “Pintín llegó con la partitura, y lo que más le gustó era el nombre La Puñalada, dijo D‟Arienzo. Su pianista Rodolfo Biagi, lo interpretó dos veces en aquel vació teatro. El tango era lento y no lucía mucho, pero el muchacho era un recomendado de Suppici y había que hacer algo. Tocalo de nuevo Biagi, le dice D‟Arienzo para ganar tiempo y pensar en una solución. De pronto recordó El Esquinazo, que Pirincho Canaro lo había pasado a tango milonga y le pide a Biagi que probara el cambio de ritmo. Allí empezó a mejorar la cosa; oí unos compases más y ya lo imaginé como milonga, comenta el maestro.