Camelias Para Malcom
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Camelias para Malcom y otras piezas teatrales I Premio Nacional de Literatura Humorística Aquiles Nazoa - 2020 I Premio Nacional de Literatura Humorística Aquiles Nazoa - 2020 Camelias para Malcom y otras piezas teatrales Luis José Glod Rubén Darío Joya Armando Carías Gerardo Ortiz Ramón Leonardo Castillo Camelias para Malcom © Luis José Glod, 2020 El implante © Rubén Darío Joya, 2020 La hora del bolero © Armando Carías, 2020 Naufragio, tropezón y caída © Gerardo Ortiz, 2020 Nuestro Belén © Ramón Leonardo Castillo, 2020 © FUNDACIÓN PARA LA CULTURA Y LAS ARTES, 2020 EDICIÓN AL CUIDADO DE: J.R.C. Y MARES DISEÑO Y DIAGRAMACIÓN: J.R.C. ISBN: 978-980-253-773-0 Caracas, República Bolivariana de Venezuela VEREDICTO I PREMIO NACIONAL DE LITERATURA HUMORÍSTICA AQUILES NAZOA 2020 – MENCIÓN DRAMATURGIA ALCALDÍA DE CARACAS. FUNDARTE Nosotros, el jurado del I Premio Nacional de Literatura Humorísti- ca “Aquiles Nazoa”, mención Dramaturgia, conformado por Luis Britto García, Rosario Arévalo y Lorena Almarza, tras la revisión, evaluación y deliberación de 39 trabajos postulados, y en atención a las Bases de la convocatoria, hemos decidido seleccionar, de ma- nera unánime, como obra ganadora a “Camelias para Malcolm”, bajo el seudónimo Dorangel Vargas; por su excelente propuesta, apropiado tratamiento de las acciones en la escena, la sugerencia de los hechos; el profundo tratamiento del tema planteado, los ras- gos poéticos en sus diálogos, así como el hilo discursivo en toda la historia, y su nivel de presentación para este certamen. Abierta la plica constatamos que su autor es Luis José Glod, escritor y realizador escénico de 25 años de edad, oriundo de San Cristóbal, estado Táchira. A su vez, otorgamos mención Publicación a las siguientes obras: 1. “El implante”. Abierta la plica: Rubén Darío Joya López, dramaturgo del estado Aragua. 2. “La hora del bolero”. Abierta la plica: Armando Carías, director teatral del estado Miranda. 3. “Naufragio, tropezón y caída”. Abierta la plica: Gerardo Ortiz, profesor de arte del Distrito Capital. 4. “Nuestro Belén”. Abierta la plica: Ramón Leonardo Casti- llo, docente teatral del estado Aragua. Trabajos que también demostraron calidad, creatividad y bue- na propuesta como aporte a la dramaturgia nacional, y los valores que ella debe impulsar. Queremos resaltar y agradecer a Fundarte, a la Alcaldía de Caracas, y demás entes gubernamentales, que con todo el amor y convicción no han dejado, ni por un momento, de plantear ideas para que la creación y los sueños de las y los venezolanos no se detengan; y por supuesto, el honor que nos han brindado de poder participar, con la responsabilidad de haber sido jurado en esta oportunidad. A todas y todos, mil gracias. Rosario Arévalo Luis Britto García Lorena Almarza En Caracas, al 11 de mayo de 2020 LUIS JOSÉ GLOD SÁNCHEZ, San Cristóbal (1994) Escritor y realizador escénico. Ha trabajado en diversas produc- ciones teatrales como actor y director en Venezuela y otros países. Guionista de los cortometrajes Centenario (2015), Turpial (2016) y Nuestra carne (en post-producción). En 2016 obtuvo el reconoci- miento al Mejor Cortometraje en el V Festival Regional de Cine y Video Comunitario, por Centenario. En 2017 ganó el I Premio Na- cional de Poesía Cátedra Libre “Juan Páez Ávila”, por el poemario Sobre el ojo azul. En 2018 fue finalista en el III Concurso Nacional de Poesía Joven “Rafael Cadenas”, con el poema “Los perros ladran por amor”. En 2019 resultó ganador en el III Concurso de Poesía Joven Descubriendo Poetas, con su poemario Fábula tropical. CAMELIAS PARA MALCOLM Si no fueran tan ingratos, qué lindos fueran los gatos. Aquiles Nazoa ... Personajes UNO y DOS. Intérpretes. CIRA y MERLINA. Histriónicas, interpretadas por UNO y DOS. Contexto escenográfico La tétrica habitación de una mujer deprimida. Dos excéntricos parabanes que parecen acordeones delimi- tan el espacio. En el centro, el cuerpo de un maniquí sin cabeza exhibe un espléndido vestido que se ve costoso. Hay un pequeño altar con velas encendidas que iluminan una fotografía: la imagen es tan oscura que no se percibe su contenido. Es de noche. Afuera llueve y ladran los perros, a veces aúllan como lobos. El público rodea la escena. Música “La gatta”, compuesta por Gino Paoli en 1961. 10 | PRÓLOGO (Uno y Dos están sentados dentro del público). UNO: Hoy no vamos a hablar de un tema profundo. DOS: Tampoco queremos jugar con su intelecto. UNO: Hablaremos de algo común. Algo que le puede pasar a usted... DOS: A usted... o a usted... UNO: El caso menos televisado del siglo. Los medios no querían cocinar su contenido. La gente moría ham- breada. Necesitaba consumir desgraciadas. DOS: La necesidad de información convirtió a la población en zombis. Había callejones donde pagabas para que te dijeran un secreto. UNO: El precio más alto lo tenía la historia de Malcolm. DOS: Una mente perturbada enfrentándose a ella misma. UNO: Dos mujeres y un ramo de camelias blancas. DOS: Ambas buscaban algo. Pero ahora usted se va a cues- tionar si ellas estaban seguras de qué. UNO: Todo terminó una noche de septiembre. Pero pudo haber pasado un día cualquiera. De esos días en que usted despierta y tiene la cabeza llena de gusanos. DOS: La desdicha se apoderó de Cira, una mujer como us- ted. Que lee libros y va al teatro. De esos seres que se cagan el mundo. UNO: Póngase en esta situación: se encuentra en un buen momento, se siente feliz. Y sorpresivamente uno de los motores de su vida es arrebatado. | 11 DOS: Para la justicia éste ha sido uno de los casos más difíci- les de resolver. Aún quedaron hipótesis abiertas. UNO: Hoy, por primera vez vamos a contar la verdade- ra historia. Basada en el testimonio de su única sobreviviente. DOS: Usted conocerá los hechos que ocurrieron en esta té- trica habitación aquella noche de septiembre. UNO: Cira. DOS: Merlina. UNO: Y Malcolm; la verdad que las destruyó. (El intenso maullido de un gato se cuela desde la calle… Uno y Dos desnudan al maniquí. El espléndido vestido se convierte en dos trajes: la ropa de Cira y Merlina. Dinámicos se esconden tras los parabanes para cambiarse). 1 (Desde un parabán se asoma una mujer de cabello largo. Es Cira, representa elegancia con su traje. Por ahora la interpre- ta Uno. El maniquí está presente. El gato no ha cesado sus maullidos, cada vez se hace menos soportable). CIRA: (Al público) Malcolm se perdió un día de las flores, mi día favorito, iba a pasarlo con él. Desde hace seis meses que estaba preparando un agresivo regalo. Necesitaba comprar camelias blancas. Muy difíciles de conseguir, por cierto. Aún les dicen las flores del contrabando. Era una mañana de ésas en las que tu cabeza bota gusanos, así que fui a la floristería. Me 12 | metí en un cuarto lleno de gardenias y artemisias. El olor se me impregnó en el alma y me había quedado sin dinero para el perfume. Al menos no íbamos a oler a muerto. La dueña me entregó el ramo que tan- to había esperado, iba a ser un gran día. Pero la mala racha apareció de nuevo. Unas dalias negras cayeron del cielo. Se habían escapado de sus materos y ate- rrizaron en mi cabeza. Tuve una contusión y pensé en Malcolm. Me levanté casi inconsciente para co- rrer a buscarlo. La señora me ayudó a salir y no qui- so cobrarme el ramo. El golpe de las dalias cubría el pago de las camelias. A las tres de la tarde llegué a la habitación. Merlina fumaba de pie como una dama sofisticada. Su nariz estucada y esos labios a punto de reventar en sangre. A veces ella finge que somos perfectas. Me miró con cara de Ofelia, y el humo de su boca dibujó su mensaje: “No esperes a Malcolm. Creo que no quiere volver más”. Era mentira. Una parte de nosotras lo creía imposible. Pero busqué por todos lados, y sólo encontré el eco de sus maullidos atrapado en un cofre de nácar. Ahora que mi gato se había ido, mi carne estaba expuesta. Siete vidas corrían peligro. (La risa de Merlina se cuela entre los parabanes). CIRA: (Al maniquí) Merlina, ¿Te acuerdas del día que llegó Malcolm? Te llamé como a los cinco minutos de te- nerlo conmigo para contarte. No entendiste nada, | 13 como siempre. Y luego tuve que explicarte detallada- mente que era que me habían regalado un gato. Le puse Malcolm, como... (Hay algo que no quiere decir) Te voy a confesar algo. A veces, pierdo la esperanza de encontrarlo. Pero entonces vienen a mi mente esas fo- tografías oscuras. Donde no se ve nada. Ahí estamos Malcolm y yo. Jugando al gato y al ratón. Él era el ratón, por supuesto. No se siente muy cómodo con interpretar a su especie. Y además tú sabes que él no es un gato cualquiera. Por eso, sé que va a volver. Mal- colm es un como un aristogato. Tal vez fue de paseo y olvidó el camino a casa. Los gatos son tan libres que siempre están perdidos. Ni siquiera entre ellos se han podido encontrar. Yo estoy segura de que Malcolm está a la vuelta de la esquina. Pero hay muchas vueltas de la esquina y en ninguna lo han oído maullar. Eso es algo que me preocupa hasta el hígado. (Los maullidos dejan de escucharse) ¿Merlina me estás escuchando? ¡Otra vez no! Por favor, dime que me estás escuchando. 2 UNO: (Off) Aquí debe haber gente que le gustan los gatos y las flores. A Cira le gusta todo lo que a usted le gusta. Cada vez que llega algo nuevo a su vida, ella cree que va a mejorar, y termina siendo víctima de su propio consuelo.