¿Callejón Sin Salida?
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View metadata, citation and similar papers at core.ac.uk brought to you by CORE provided by Repositorio Universidad de Zaragoza 46 N iall Binns nació en Londres, de padres escoceses, en 1965 y estudió en la umanidades L a vastedad de la naturaleza Universidad de Oxford, la Universidad Ca- H americana ha dejado huellas poderosas en su literatura. No tólica de Chile y la Universidad Complutense sorprende, por tanto, que los poetas de Hispanoamérica de Madrid. Ha enseñado literatura de lengua hayan sido particularmente sensibles al despertar de una inglesa en el campus madrileño de Saint conciencia ecológica, cuestionando y lamentando el crecien- Louis University, y actualmente trabaja como 36. Ignacio Ferrando, Las sesiones del Zaragocí te desarraigo de la sociedad, la formación descontrolada de profesor de literatura hispanoamericana en Relatos picarescos (maqa-ma-t) del siglo XII. espacios urbanos ecológicamente insostenibles y la conta- la Universidad Complutense. Ha publicado (1999) minación de la tierra, del aire, de los ríos y de los mares. los estudios críticos Un vals en un montón de 37. Antonio Pérez Lasheras y José Luis Rodríguez ¿Callejón sin salida? El deterioro ecológico ha dejado su impronta no sólo en la escombros: poesía hispanoamericana entre (eds.), Inventario de ausencias del tiempo poesía sino también en la mirada de sus lectores. En años la modernidad y la postmodernidad despoblado. Homenaje a José Antonio Rey recientes ha surgido una ecocrítica que busca métodos y La crisis ecológica (Nicanor Parra, Enrique Lihn) (1999), del Corral. (1999) enfoques interdisciplinares capaces de compaginar la crítica Nicanor Parra (2000) y La poesía de Jorge 38. J. Fidel Corcuera Manso y Antonio Gaspar literaria con la conciencia de la precariedad de los ecosiste- en la poesía hispanoamericana Teillier: la tragedia de los lares (2001), ade- Galán, La lengua francesa en España en el mas y del papel casi siempre dañino, aunque en escasas oca- más de los libros de poesía 5 Love Songs siglo XVI. Estudio y edición del Vocabulario siones reparador, que dentro de ellos desempeña el ser (1999), Tratado sobre los buitres (2002) y de los vocablos de Jacques de Liaño (Alcalá humano —y el escritor—. ¿Cómo se relaciona el sujeto poé- Niall Binns Canciones bajo el muérdago (2003). de Henares, 1565). (1999) tico con su entorno? ¿Hasta qué punto comparte la hybris 39. José Solana Dueso, El camino del ágora. moderna de creerse amo y señor del mundo, legitimado Filosofía política de Protágoras de Abdera. para explotar la tierra a su antojo? ¿Cuáles son las huellas (2000) textuales del desarraigo? ¿La tala de los bosques implica una 40. Daniel Eisenberg y M.ª Carmen Marín Pina, correlativa deforestación cultural? ¿Implica el antropocen- Bibliografía de los libros de caballerías cas- trismo moderno más que nada un androcentrismo, en su tellanos. (2000) 41. Enrique Serrano Asenjo, Vidas oblicuas: sometimiento simultáneo de la tierra y la mujer (portadora aspectos teóricos de la nueva biografía en de una sabiduría telúrica)? ¿Existe también una contamina- España (1928-1936). (2002) ción del lenguaje, una corrosión interior de símbolos poéti- 42. Daniel Mesa Gancedo, Extraños semejantes. cos (mar-tierra-aire) que se creían intemporales? El personaje artificial y el artefacto narrativo Este estudio ofrece una lectura ecocrítica de varios poetas Niall Binns en la literatura hispanoamericana. (2002) hispanoamericanos —entre ellos Pablo Neruda, Gabriela ¿Callejón sin salida? 43. María Soledad Catalán Marín, La escenogra- Mistral, José Emilio Pacheco, Homero Aridjis, Nicanor Parra fía de los dramas románticos españoles y Ernesto Cardenal— que se han adentrado, en busca de (1834-1850). (2003) salidas, en el callejón de la crisis ecológica. 44. Diego Navarro Bonilla, Escritura, poder y archivo. La organización documental de la Diputación del reino de Aragón (siglos XV- XVIII). (2004) Humanidades 45. Ángel Longás Miguel, El lenguaje de la diver- ISBN 84-7733-693-8 La crisis ecológica en la poesía hispanoamericana sidad. (2004) 46. Niall Binns, ¿Callejón sin salida? La crisis eco- lógica en la poesía hispanoamericana. (2004) 9 788477 336938 ¿CALLEJÓN SIN SALIDA? La crisis ecológica en la poesía hispanoamericana ¿CALLEJÓN SIN SALIDA? La crisis ecológica en la poesía hispanoamericana Niall Binns FICHA CATALOGRÁFICA BINNS, Niall ¿Callejón sin salida? : la crisis ecológica en la poesía hispanoamericana / Niall Binns. — Zaragoza : Prensas Universitarias de Zaragoza, 2004 187 p. ; 22 cm. — (Humanidades ; 46) ISBN 84-7733-693-8 1. Medio ambiente. 2. Poesía hispanoamericana-S. XX. I. Prensas Univer- sitarias de Zaragoza. II. Título. III. Serie: Humanidades (Prensas Universitarias de Zaragoza) ; 46 504.03:821.134.2(7/8)-1«19» No está permitida la reproducción total o parcial de este libro, ni su tratamiento informático, ni la transmisión de ninguna forma o por cualquier medio, ya sea electrónico, mecánico, por foto- copia, por registro u otros métodos, ni su préstamo, alquiler o cualquier forma de cesión de uso del ejemplar, sin el permiso previo y por escrito de los titulares del Copyright. ©Niall Binns ©De la presente edición, Prensas Universitarias de Zaragoza 1.ª edición, 2004 Ilustración de la cubierta: José Luis Cano Colección Humanidades, n.º 46 Directora de la colección: Rosa Pellicer Domingo Editado por Prensas Universitarias de Zaragoza Edificio de Ciencias Geológicas C/ Pedro Cerbuna, 12 50009 Zaragoza, España Prensas Universitarias de Zaragoza es la editorial de la Universidad de Zaragoza, que edita e imprime libros desde su fundación en 1542. Impreso en España Imprime: Litocián, s.l. D.L.: Z-917-2004 Para Vanesa CAPÍTULO 1. DESDE EL ECOLOGISMO HACIA UNA ECOCRÍTICA El hombre contra los bosques Desde el descubrimiento del fuego, desde la primera rudimentaria práctica de la agricultura y la ganadería, el ser humano ha sido un conta- minador en potencia, una especie sobrenatural en su capacidad de modifi- car su entorno y sobrepasar los «límites» naturales. Robert Pogue Harrison empieza su libro Forests con una cita del ilustrado italiano Giambattista Vico: «Éste fue el orden de las instituciones humanas: primero los bosques, después las chozas, luego los pueblos, entonces las ciudades, y por último las academias (1992: 15). En efecto, la civilización ha sido siempre una batalla contra los bosques, un abrirse paso y espacio entre los árboles y un progresivo alejamiento de ellos. La deforestación es una parte intrínseca del desarrollo de los imperios, y ha sido practicada para construir una armada, la muralla marítima, en el caso de Atenas y Venecia y por motivos agríco- las en Roma y en tantos países «subdesarrollados» de hoy. El precio de la expansión es la desertización y Pogue Harrison cita unas palabras de Platón sobre los cerros del Ática como indicio de una precoz reacción al deterioro ecológico: «En comparación con lo que entonces había, sólo quedan los huesos del cuerpo consumido [...]. Todas las partes más ricas y blandas del suelo se han escurrido, y permanece el mero esqueleto de la tierra. Pero en el estado primitivo del campo, sus montañas eran cerros altos cubiertos de humus [...] y hubo leña abundante en los montes» (55). 10 Desde el ecologismo hacia una ecocrítica Pero el bosque desaparece también, en tierras colonizadas por el impe- rio de turno, porque constituye una amenaza, un depositario de valores autónomos, de los mitos y relatos fundacionales del lugar que la potencia colonizadora necesita anular para mejor dominar: «Los bosques eran obs- táculos para la conquista, la hegemonía y la homogeneización. Eran, en una palabra, asilos de independencia cultural» (51). Así, deforestar signi- fica desarraigar y desamparar a una comunidad, dejarla a la merced uni- versalizadora del invasor. La noción del bosque como lugar de arraigo existe todavía. Si la defores- tación sigue siendo un «problema» ecológico que nos conmueve, esto no tiene tanto que ver, afirma Pogue Harrison, con nuestra preocupación racio- nal por la pérdida de la naturaleza, ni mucho menos por nociones tan intan- gibles como el empobrecimiento de la biodiversidad o la regulación climáti- ca, sino, a un nivel mucho más profundo, con nuestra angustia por la pérdida de las «memorias no contadas, los antiguos temores y sueños, las tradiciones populares, y los mitos y símbolos más recientes [que] están ardiendo en los fuegos de la deforestación» (XI). Porque la deforestación es un atentado con- tra nuestro espíritu, como lo es también nuestra agresión contra el aire y el mar, contra los ríos y los lagos, y la flora y la fauna, sin los cuales no podría- mos vivir pero que son, a la vez, el depositario secular de la cultura. Al talar los bosques y al contaminar a la tierra, nos estamos automutilando.1 La modernidad dio alas a los sueños de poder del ser humano, con- virtiéndolo en un auténtico depredador de su entorno. Frente a la visión tradicional (tanto en la Europa premoderna como en la América preco- lombina) de un universo orgánico y animado, de una Tierra que el hom- bre veneraba y respetaba, surgió el pensamiento radicalmente desacraliza- dor de un Francis Bacon. La naturaleza dejaba de ser un ente sagrado y mágico: ahora sería puesta al servicio del capitalismo naciente, estudiada, «sometida a interrogatorio» en busca de sus secretos y dominada. René Descartes, por su parte, decretó la observación, la experimentación y la búsqueda de regularidades o leyes matemáticas en la naturaleza, cuyo fun- cionamiento mecánico e insensible él extendió a los animales, que no