Necios Y Hombres Sabios, 1ª Parte Escritura: Mateo 2:1-3 Código: 2183 John Macarthur
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Gracia a Vosotros: Desatando la Verdad de Dios, Un Versículo a la Vez Necios y Hombres Sabios, 1ª Parte Escritura: Mateo 2:1-3 Código: 2183 John MacArthur En esta noche regresamos al libro de Mateo y les pido que tomen su Biblia y pasen conmigo al segundo capítulo de Mateo; Mateo, capítulo 2. Y estamos viendo, comenzamos nuestro pequeño estudio la semana pasada, de la historia bíblica de la visita de los hombres sabios al nacimiento de Jesucristo en Belén. Y pasamos mucho tiempo la última vez presentándoles a los hombres sabios y quiénes eran y algo acerca de ellos con cierto detalle. Y no quiero tomar tiempo para repasar todo eso. Permítame simplemente decirle que en esencia vimos que estos hombres eran establecedores de reyes persas, que estaban viniendo debido a que eran conscientes del nacimiento del Rey que esperaban, que sin duda alguna vez habían oído de personas como Daniel y otros de los israelitas, quienes habían vivido en su tierra desde el tiempo de la cautividad babilónica. Y estos establecedores de reyes persas esperaban con mucho gusto ver a un rey porque no tenían a ningún rey. El rey en ese entonces había sido derrocado y querían a un gran monarca para que llegara al trono en el este, para que pudieran presentar una amenaza contra el gran Imperio Romano del occidente. Entonces, sus sentimientos eran tanto políticos como espirituales; y vimos que llegaron a la ciudad e inmediatamente fueron confrontados con una persona muy interesante llamada Herodes. Y vamos a hablar más de él en esta noche. Pero compartí con ustedes que la razón por la que Mateo incluye este segmento en particular del nacimiento de Jesucristo es porque Mateo presenta a Cristo como el Rey. Y qué podría ser más apropiado en una presentación de Cristo como Rey que tener a algunas personas de las que establecían reyes para que vinieran a coronarlo como Rey. Y no sólo establecían reyes, sino que establecían reyes gentiles. Y vimos cómo casi de manera paradójica fue que el pueblo judío, que debería haber estado esperando a su Mesías, ni siquiera se molestó con el nacimiento de Cristo mientras que los 1 gentiles, quienes en ese entonces eran pueblo fuera de los Pactos de Dios, buscaron conocer al Rey. Entonces, Él era un Rey, cuando vimos la presentación de Mateo debido a Su linaje de David. Y vimos eso. Y aquí vemos que Él es un Rey debido al hecho de que había gente en el mundo que establecía a los reyes de manera oficial y lo reconocían como tal. Podría decir que en el capítulo 1, Mateo dice: “Jesús merece honor,” y en el capítulo 2, Él lo recibe. Y de hecho, Él aquí inclusive estaba siendo reconocido como Rey de Reyes y Señor de Señores en un sentido por parte de estas personas que establecían reyes que eran persas. Este es un refuerzo de la realidad de que Cristo es Rey, de Su derecho a reinar. Y como le dije la última vez, no puedo evitar sino detenerme y pensar en el hecho de que el verdadero Rey no fue conocido en Jerusalén, Su propia ciudad. En Su propia residencia real, el lugar de todos los lugares en donde Él debería haber sido reconocido como Rey, no lo fue. Ellos no lo buscaron. No les importó quién era Él. Ni siquiera se molestaron por venir a Belén para verlo. Sino que más bien fueron algunos extranjeros de una tierra distante que estaban buscando adorarlo. Y además, fuera de la gente común, los líderes y los gobernantes y los teólogos y los sacerdotes de Israel que fueron totalmente indiferentes, estaba Herodes, lleno de amargura y odio y envidia y celos. Entonces, aquí, desde el principio mismo del Evangelio de Mateo vemos cómo va a ser. Habrá personas que serán indiferentes. Habrá personas que serán antagonistas y habrá personas que adorarán. Y veremos más de estos tres grupos conforme avanzamos. Entonces, los magos representan las primicias de las naciones gentiles y nos muestran, realmente, que Dios siempre los ha tenido en Su corazón. Ahora, observemos los versículos 1 al 12; y estaremos viéndolos de manera específica conforme entramos al texto -la última vez, únicamente hablamos de la introducción. Pero conforme entramos al texto, quiero que vea cinco actos en este increíble drama que se desarrolló en el capítulo 2. Cinco actos separados. Y simplemente lo vamos a titular con una palabra para recordarlos. La llegada, acto uno. Número dos, la agitación. Número tres, la actuación. Número cuatro, la adoración y número cinco, la evasión. Ahora, ese no es un bosquejo muy brillante. Sino que son algunos ganchos para colgar sus pensamientos. 2 Veamos en primer lugar los versículos 1 y 2. La llegada. “Cuando Jesús nació en Belén de Judea en días del rey Herodes, vinieron del oriente a Jerusalén unos magos.” Y recordará que realmente le dije que eso no se traduce y es una referencia a cierta línea de sacerdocio que se recibía por herencia, una tribu de personas que originalmente, aparentemente vinieron de los medos; pero a lo largo de los años, habían llegado a ocupar un lugar de gran prominencia los reinos de Persia, en el reino de los medos y en el reino babilónico también. Y entonces, se volvió sinónimo en muchas maneras con ser un hombre sabio. Ser un mago era tener un lugar de un hombre sabio en la sociedad. Entonces, vinieron estos magos del este a Jerusalén diciendo “¿dónde está el rey de los judíos que ha nacido? Porque Su estrella hemos visto en el oriente y venimos a adorarle.” Ahora, obviamente tenemos la llegada aquí. Poco después del nacimiento de Jesús, los magos llegan a Jerusalén. Ahora, hay dos cosas que debemos señalar al principio del versículo 1. Primero, la frase “en Belén de Judea.” Ahora, Belén es un pequeño lugar tranquilo, aproximadamente está a unos ocho o más kilómetros al sur de Jerusalén. En el pasado, se llamó Efrata; y así es designada por el profeta Miqueas en el Antiguo Testamento. Ahora, el nombre Belén es interesante. Significa “casa de pan.” Beth es casa, lehem es pan. Casa de pan es un nombre apropiado para el lugar en donde el mismo Pan de la vida nació. Ahora, esta pequeña aldea se encuentra en un lugar fértil en el campo y era muy productivo. De hecho, le puedo dar a usted una descripción breve que podría ayudarlo a visualizarla. Estuve ahí un par de veces y haré lo mejor que pueda. Jerusalén como usted sabe, se encuentra en una planicie. Probablemente unos 2000 pies sobre el valle que está abajo. Y está ahí en la parte de arriba de un monte alto. Y un poco al sur. Lo que es interesante acerca del lugar donde Belén se ubica es que en un extremo está un risco más alto y por otro lado, hay un risco más alto. Es casi así como un asiento, es como una cuna y Belén está en el medio. El área, en gran parte, está constituida por roca caliza gris. De hecho, es lo único que ve, porque hay una norma ahí en la actualidad en Jerusalén, en esa área, que usted no puede construir ningún edificio menos de que lo construye a partir de la piedra de Jerusalén. 3 Entonces, los edificios simplemente se levantan del piso y se ven exactamente como se ve el piso. Y es una especie de roca caliza gris y se ve como una pequeña ciudad. Es como un anfiteatro, es impresionante. La pequeña ciudad de Belén ha tenido una historia muy interesante. Se remonta hasta el libro de Génesis, usted descubrirá que en Belén, Jacob sepultó a Raquel y estableció ahí un pilar o una especie de memorial en su tumba. Inclusive, cuando usted toma un taxi Mercedes-Benz a Belén, algún hombre le va a apuntar y decir ‘esa es la tumba de Raquel’, a un lado del camino. También descubrimos que cuando Rut se casó con Booz, en el libro de Rut, ella vivió en la ciudad de Belén. Y desde Belén, Rut podía ver claramente al otro lado del valle del Jordán. Y eso es verdad. Usted puede estar en ese lugar y puede ver al otro lado del valle del Jordán, ver al otro lado del mar Muerto y ver a los montes de Moab al otro lado. Y Rut era una moabita. Viviendo en Belén, ella podría haberse puesto de pie y ver su propia ciudad natal. Pero sobre todo, la ciudad del Belén fue el hogar y la ciudad del gran rey de Israel conocido como David. Y eso es lo que es característico acerca de Belén. Eso es lo que más sobresale de Belén. Siempre será la ciudad de David. En 1 Samuel 16 y en 1 Samuel 17 y en 1 Samuel 20 encontramos indicadores de que ésta fue la ciudad de David. De hecho, en 2 Samuel 23, cuando David era un fugitivo que estaba huyendo, él clama y dice que anhela el agua del pozo de Belén. Esa era su ciudad natal. En días postreros, más adelante, Roboam, después de que se partió el reino en la época de Salomón, Roboam fortificó a la ciudad. Pero de manera única, está ahí; y muchas cosas suceden en la historia, pero de manera única, sobresale por ser la ciudad de David. Y realmente fue ahí -y esto es importante- realmente fue ahí, en ese pequeño lugar, en esa pequeña villa, realmente no es una ciudad. Fue en esa pequeña villa que el pueblo de Dios había esperado durante mucho tiempo que naciera su Mesías.