RADIO SUTATENZA: UNA REVOLUCIÓN CULTURAL EN EL CAMPO COLOMBIANO (1947-1994) campo colombiano(1947-1994) una revoluciónculturalenel SUTATENZA: RADIO

Escuela Radiofónica en la Región Andina colombiana [Fotografía] Fotógrafo: no registra ca. 1959-1963 Profesionales de la nutrición leyendo el semanario El Campesino [Fotografía] Fotógrafo: no registra 1969 Escuela Radiofónica familiar en Ciénaga, Magdalena [Fotografía] Fotógrafo: Hernando Cháves H. 1974

Escuela Radiofónica en el Centro Cultural Modelo en Santo Tomás, Atlántico [Fotografía] Fotógrafo: Hernando Cháves H. ca. 1969-1970

Apertura de un Radio Sutatenza para un cambio de pilas en Gómez Plata, Antioquia. [Fotografía] Fotógrafo: Hernando Cháves H. 1965 Tres generaciones de una familia estudian a través de Radio Sutatenza [Fotografía] Fotógrafo: no registra ca. 1965-1969 Lectores del semanario El Campesino [Fotografía] Fotógrafo: Manuel Toto H. ca. 1969-1970 RADIO SUTATENZA: una revolución cultural en el campo Radio Sutatenza : una revolución cultural en el campo colombiano (1947- colombiano (1947-1994) 1994) / Juan Pablo Angarita Bernal, Ayder Berrío Puerta, Jorge Rojas Biblioteca Luis Ángel Arango Álvarez, Diana Restrepo Torres, Mary Jeane Roldán, Zuly Adriana 25 de mayo de 2017 Zabala León. -- Bogotá : Banco de la República, 2017 176 páginas : fotografías, cartas, dibujos ; 22 x 23 cm.

Exposición documental realizada en la Biblioteca Luis Ángel Arango Ángela María Pérez Mejía Subgerente Cultural entre mayo 25 y diciembre de 2017. Banco de la República 1. Radio Sutatenza () - Historia - 1947-1994 2. Acción Alberto Abello Vives Cultural Popular (Colombia) - Historia - 1947-1994 3. Biblioteca Luis Director Biblioteca Luis Ángel Arango Ángel Arango (Bogotá) - Exposiciones - Catálogos 4. Escuelas radiofónicas - Red de Bibliotecas, Banco de la República Historia - Colombia - Exposiciones - Catálogos 5. Educación campesina - Colombia - Exposiciones - Catálogos I. Angarita Bernal, Juan Pablo, autor Fernando Barona Tovar II. Berrío Puerta, Ayder, autor III. Rojas Álvarez, Jorge, autor IV. Restrepo Asesor General de la Subgerencia Cultural Banco de la República Torres, Diana, autora V. Roldán, Mary Jeane, autora VI. Zabala León, Zuly Adriana, autora. 384.5443 cd 21 ed. A1570578

CEP-Banco de la República-Biblioteca Luis Ángel Arango

CURADURÍA CORRECCIÓN DE ESTILO ISBN Juan Pablo Angarita Bernal Vallejo Editores 978-958-664-354-2 Ayder Berrío Puerta Jorge Rojas Álvarez DISEÑO GRÁFICO AGRADECIMIENTOS La Silueta TEXTOS DEL CATÁLOGO Juan Pablo Angarita Bernal FOTOGRAFÍAS E IMÁGENES Ayder Berrío Puerta Archivo ACPO-Radio Sutatenza, Diana Patricia Restrepo Torres Biblioteca Luis Ángel Arango Red de Bibliotecas del Banco de la República Página 64: Jorge Rojas Álvarez The American Catholic History Mary Jeane Roldán Sierra Research Center and University Zuly Adriana Zabala León Archives (ACUA), Washington, D.C. © Banco de la República COORDINACIÓN CURATORIAL Y EDITORIAL IMPRESIÓN Biblioteca Luis Ángel Arango Zuly Adriana Zabala León LEGIS S. A. Calle 11 N.° 4-14 Red de Bibliotecas del Banco de la República Bogotá, D. C. 2017 RADIO SUTATENZA: una revolución cultural en el campo colombiano (1947-1994)

CONTENIDO 67 ACPO Y EL ENCUENTRO DE LOS CAMPESINOS COLOMBIANOS CON EL PAPA PABLO VI, 1968 Ayder Berrío Puerta 15 93 UNA REVOLUCIÓN RADIO SUTATENZA: Ángela María Pérez Mejía EL MEDIO Y EL REMEDIO, 1947– 1970 Jorge Rojas Álvarez

19 127 LA VOZ DEL CAMPESINADO “OYENDO SE APRENDE COLOMBIANO: EL ARCHIVO DE ACCIÓN LO QUE NO SE PODÍA”: CULTURAL POPULAR (ACPO) EL CASO DEL AUXILIAR INMEDIATO Diana Patricia Restrepo Torres CLÍMACO ROSALES, 1964 – 1968 Juan Pablo Angarita Bernal 33 160 ACPO, ESTADO, EDUCACIÓN Y DESARROLLO GLOSARIO DE TÉRMINOS FRECUENTES RURAL EN COLOMBIA, 1947-1974 EN EL VOCABULARIO DE ACPO Mary Jeane Roldán Compilación: Zuly Adriana Zabala León Cartilla Tierra [Portada] Ilustrador: Sergio Trujillo Magnenat ca. 1962 UNA REVOLUCIÓN “Radio Sutatenza: una revolución cultural en el campo colombiano (1947- 1994)” más que el título de una exposición es una invitación a recordar que si en el campo colombiano ha habido alguna revolución esta fue la que logró el programa multimedia de educación integral conocido como Radio Sutatenza. Este proyecto se basó en el poder de la educación y la cultura, fue pionero en el uso de la tecnología y de las redes culturales como herramientas para la transformación social, entendió la enorme riqueza humana que hay en el campo colombiano y asumió la formación integral como un compromiso ético. La investigación que reúne esta exposición es una invitación a recono- cer esta empresa cultural enteramente colombiana y rural, profundamente exitosa, emulada en varios países, comprometida con la dignidad de los campesinos colombianos y cuyo legado apenas comenzamos a dimensionar.

Esta labor de educación fue llevada a cabo, durante 47 años, por Acción Cultural Popular (ACPO), una organización que cruzó las fronteras entre el campo y la ciudad y asumió el reto de tender puentes tecnológicos y hu- manos entre ellos. acpo no solo alfabetizó a los campesinos colombianos, sino que cambió sus condiciones de vida y sus mentalidades y, de paso, mo- dificó la visión que el país tenía de la vida rural a través de la red de Escue- las Radiofónicas (EERR) establecidas en todo el territorio nacional bajo las premisas de “hacerle la guerra a la ignorancia”, construir un “movimiento radiofónico” e invitar a los colombianos a convertirse en “protagonistas de su propio progreso, el de su familia y comunidad”. acpo tuvo efectos en el desarrollo de la cultura política y, de forma inesperada, en la formación de la cultura radial y visual del país.

En respuesta a las dificultades del Estado para llegar a toda la geografía na- cional, acpo puso en marcha una combinación efectiva de medios tecno- lógicos y estrategias de trabajo local para generar su modelo de enseñanza no formal y a distancia denominado Educación Fundamental Integral (EFI). De forma paralela, a través de las redes de parroquias y cajas agrarias del país, distribuyó millones de aparatos radiales, periódicos, cartillas, discos 16

y libros, incentivó el acceso a los programas radiales de Radio Sutatenza, la aplicación de campañas transformadoras y el aprendizaje de las nociones básicas del alfabeto, números y economía, cuidado del hogar y la salud re- productiva, de la tierra y los animales, recreación y desarrollo espiritual, tanto en el ámbito individual como en el familiar y social.

Cientos de miles de campesinos recibieron esta pedagogía que creía en forta- lecer el espíritu, acrecentar los conocimientos y afianzar el talento humano; y ellos mismos fundaron Escuelas Radiofónicas en sus veredas, se vincularon como estudiantes, se convirtieron en auxiliares inmediatos —mediadores en los procesos de aprendizaje de sus vecinos— e hicieron cursos de lideraz- go en los institutos fundados por acpo. Estos campesinos, a través de una prolífica correspondencia escrita, se comunicaron constantemente con la entidad para contar sus avances, realizaciones, aspiraciones y dificultades, exponer sus inquietudes y sugerencias, pedir que publicaran sus coplas en el semanario El Campesino o, simplemente, solicitar una “complacencia musical” en la programación cotidiana de la emisora.

La exposición “Radio Sutatenza: una revolución cultural en el campo co- lombiano (1947-1994)” da cuenta de las dinámicas de esta red educativa y busca estimular la consulta del archivo institucional de ACPO-Radio Suta- tenza que se encuentra en la Biblioteca Luis Ángel Arango y que es gestio- nado por ella desde que acpo lo donó al Banco de la República, en el año 2008, para garantizar su preservación y accesibilidad. Somos conscientes del tesoro bibliográfico que representa este archivo y por esto la Biblioteca ha trabajado en su transferencia, catalogación, digitalización, descripción e investigación para facilitar su consulta física o en la red de bibliotecas a través del portal digital de la actividad cultural del Banco de la República [www.banrepcultural.org/radio-sutatenza].

Esta historia se narra a partir de cartas, fotografías, hojas de vida, libretos de programas radiales y discos. A través de estas fuentes es posible leer las primeras letras de miles de campesinos colombianos que se comunicaron 17 con entusiasmo para contar cómo el programa educativo les permitió abrir su horizonte a diferentes expectativas y visibilizar su cultura y los problemas de las comunidades frente al país.

Esta revolución cultural se sostuvo bajo la idea de que “la educación nos hace libres”; y agregaríamos que la educación es un camino cierto y duradero para contribuir al bienestar de la sociedad. Hoy, más que nunca, cuando el país busca cambiar de armas y de revoluciones, esta noción transformadora invita a explorar el camino de la formación integral y la capacitación autó- noma. Así lo demuestra el hecho de que un activo grupo de líderes, usuarios de acpo, se reúna con constancia y “temperamento radiofónico” para hacer posible que el campo y la ciudad puedan acercarse más, reconocerse y su- marse en la tarea común de la inclusión y el desarrollo sostenible de todas las comunidades en el país.

La Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República agradece a acpo la oportunidad de poner al servicio del público este legado invaluable del patrimonio documental colombiano, y a todos los investigadores y técni- cos que en estos años han trabajado explorando y organizando este archivo, agregando valor a este patrimonio común que nos recuerda que la educación, la cultura y la tecnología son herramientas para trabajar en una sociedad capaz de transformarse para vivir en paz.

Ángela María Pérez Mejía Subgerente Cultural Banco de la República 18 DIANA PATRICIA RESTREPO TORRES LA VOZ DEL CAMPESINADO COLOMBIANO: EL ARCHIVO DE ACCIÓN CULTURAL POPULAR (ACPO) 19

LA VOZ DEL CAMPESINADO COLOMBIANO: EL ARCHIVO DE ACCIÓN CULTURAL POPULAR (ACPO)

Diana Patricia Restrepo Torres

Directora Técnica Departamento Red de Bibliotecas, Banco de la República 20 DIANA PATRICIA RESTREPO TORRES

Yo era un campesino rudo lleno de pura pereza, y ahora voy muy adelante con mi Radio Sutatenza

Copla campesina

El Campesino, 10 de enero de 1965, núm. 337, Biblioteca Luis Ángel Arango, Colección Banco de la República, Bogotá esde sus inicios el Banco de la República ha realizado esfuerzos importantes para el rescate, la preservación, el análisis y la di- fusión del patrimonio cultural de la nación para fortalecer la D identidad cultural del pueblo colombiano. Particularmente, en torno a las colecciones documentales, desde 1933 puso al servicio del público la colección de títulos que tenía en economía y finanzas y, posteriormente, compró en 1940 la primera gran biblioteca privada para incorporarla a dicha colección. En los años sucesivos aumentaron las adquisiciones de bibliotecas privadas e infinidad de títulos por compra, canje o donación. Finalmente, esta colección fue puesta al servicio del público en la Biblioteca Luis Ángel Arango, inaugurada en 1958 en un edificio moderno y construido para este fin.

Con la creación de la Biblioteca Luis Ángel Arango (BLAA) y posteriormente con la conformación de la Red de Bibliotecas del Banco se pudo cumplir de forma mucho más efectiva la misión del rescate y preservación de la pro- ducción documental colombiana y colombianista, en distintos soportes. Fruto de las gestiones realizadas en todo el país se han adquirido numerosas colecciones privadas y archivos personales o institucionales. 22 DIANA PATRICIA RESTREPO TORRES

En los años 2008 y 2012 la blaa recibió la donación del archivo de Acción Cultural Popular (ACPO) que reúne la documentación de más de cuarenta y siete años de actividad de dicha entidad y de Radio Sutatenza, la que permite conocer el diseño, estructuración, puesta al servicio, desarrollo y evalua- ción del proyecto pedagógico de la Educación Fundamental Integral (EFI) que se concretó en las Escuelas Radiofónicas, empresa cultural y educativa multimedial de Radio Sutatenza. El propósito de acpo con esta donación fue poner al alcance del público y de los investigadores este importante acervo documental, que ya contaba con asiduos visitantes en Sutatenza, y dado que no tenían la infraestructura para una adecuada puesta al servicio y preservación se entregó al Banco por considerar que era la institución que mayor garantía les ofrecía para cumplir con estos propósitos.

Para el Banco fue importante recibir esta donación, ya que además de te- ner conocimiento de la importancia del archivo y del proyecto se adquirió un archivo con gran cantidad de fuentes primarias de investigación para estudiosos e historiadores. En relación con su contenido, las palabras de la subgerente cultural, Ángela María Pérez Mejía, y de Margarita Garrido Otoya, quien fue directora de la Biblioteca en el período 2008-2012, resumen bien su importancia:

Un fondo como el de Radio Sutatenza, que recoge los registros de una expe- riencia social y cultural singular tanto como usos, costumbres, creencias, actividades económicas, religiosas y de entretenimiento de gran número de comunidades especialmente campesinas, tiene un valor incalculable como acervo de patrimonio intangible y como fuente para la producción de conocimiento sobre nuestros procesos sociales y culturales. […] Las voces de los formadores, sacerdotes, médicos, agrónomos y peritos diversos, las voces de mujeres y hombres formados como auxiliares inmediatos o líderes de opinión, las de los campesinos y las campesinas que hicieron parte del movimiento. También están las voces de otras instituciones como el ICA, la Caja Agraria o el SENA y la Federación de Cafeteros. Pero más allá de lo que corrientemente se llama archivo de voces, que es una colección de voces LA VOZ DEL CAMPESINADO COLOMBIANO: EL ARCHIVO DE ACCIÓN CULTURAL POPULAR (ACPO) 23

individuales, el conjunto de Radio Sutatenza es un archivo de lo que Bajtin llamaría una heteroglosia o polifonía del discurso, en la que se encuentran voces diversas que pueden ser contradictorias y estar en competencia, pero comparten un marco común discursivo. Por supuesto, el archivo sonoro se complementa con el de papel.1

Adicionalmente, el reconocimiento nacional e in- ternacional del liderazgo de acpo y del impacto que tuvo en todo el país el proyecto de efi, plasma- do en los numerosos estudios adelantados dentro de los cuales se destacan los realizados por institu- ciones como la UNESCO, el Banco Interamericano de Desarrollo, el Banco Mundial, el Instituto Ale- mán para el Desarrollo, la AID de Estados Unidos, la Iglesia católica, así como en las numerosas tesis, artículos y libros de investigadores colombianos y extranjeros, ratificaron la trascendencia de recibir este voluminoso archivo.

IMAGEN 1 En relación con la conformación del archivo se debe destacar la voluntad insti- Entrada a la Biblioteca Luis Ángel Arango tucional y cuidado de acpo para garantizar la catalogación y preservación de [Fotografía] la documentación del proyecto desde su creación, por lo que se encuentra en Fotógrafo: no registra ca. 1965 él, además de toda la producción impresa, manuscrita y audiovisual asociada al proyecto pedagógico, el archivo contextual y administrativo. También se debe mencionar que acpo se preocupó por tener el material audiovisual en los soportes más actualizados en cada momento histórico de su desarrollo, lo que hace que el archivo contenga los formatos audiovisuales de la última tecnología de cada época.

1 Conferencia presentada por Ángela María Pérez Mejía y Margarita Garrido Otoya en la Feria del Libro de Bogotá, 19 de agosto de 2009.

LA VOZ DEL CAMPESINADO COLOMBIANO: EL ARCHIVO DE ACCIÓN CULTURAL POPULAR (ACPO) 25

IMAGEN 2 En cuanto a cantidades, el archivo está integrado por más de 150.000 ítems, Kit cartillas, elementos para elementos en diferentes formatos que corresponden a libros y cartillas im- una EERR y para la campaña de deporte campesino presas, periódicos y revistas, kits de material pedagógico (conformados [Fotografía] Fotógrafo: no registra por discos de acetato o casetes de audio y cartillas impresas), documentos ca. 1970-1974 mecanografiados, correspondencia manuscrita y mecanografiada, material audiovisual, fotografías impresas, diapositivas y afiches, entre otros. El ta- maño del archivo y la diversidad de formatos le impusieron al Banco el reto de adelantar su inventario, descripción, catalogación o indización, transfe- rencia de los formatos análogos a digitales, digitalización y preservación para su puesta al servicio, lo que se ha hecho con un plan de trabajo plurianual.

De los documentos que lo conforman se destacan los siguientes:

· Cartillas de Educación Fundamental Integral: constituyen el comple- mento escrito del mensaje de las Escuelas Radiofónicas. Son seis cartillas, Básica (para el Curso Básico), Hablemos Bien (para la noción de Alfabeto), Cuentas Claras (para la noción de Número), Nuestro Bienestar (para la noción de Salud), Suelo Productivo (para las nociones de Economía y Trabajo) y Comunidad Cristiana (para la noción de Espiritualidad).

· Periódico: publicado semanalmente. El periódico El Campesino cuen- ta con tres secciones: Información, Conocimientos y Recreativa. Fue editado ininterrumpidamente entre el 29 de julio de 1958 y el 16 de septiembre de 1990.

· Biblioteca del Campesino: publicada desde 1965. Está constituida por diez colecciones, destinada para cada hogar con el propósito de ser una enciclopedia al alcance de los campesinos. Las colecciones que la conforman son: Alegría (explicación de juegos, deportes y comedias), Arte (música, folclor y teatro), Ciencia (sobre radio, cine, televisión y avances tecnológicos), Hogar (sobre aspectos relacionados con la familia, la vivienda y la economía doméstica), Letras (poesía y obras literarias de diferentes géneros), Nosotros (aspectos cívicos y socioeconómicos), 26 DIANA PATRICIA RESTREPO TORRES

Tierra (aspectos de la naturaleza y su aplicación práctica), Variedades (inventos, descubrimientos, cuentos y narraciones), Verdad (aspectos doctrinales y morales de la religión católica) y Vidas (biografías). La Bi- blioteca del Campesino tiene un total de cien títulos que, inicialmente, se comercializaron por el sistema de trueque conocido como “Un libro por un huevo”.

· Grabaciones sonoras: la mayor cantidad de grabaciones de audio co- rresponde a las de las emisiones radiales (la gran mayoría en cintas de carrete abierto y otras en casetes), que incluyen los programas educa- tivos, las radionovelas, radioteatros, noticieros, cuñas radiales, música, los versos y canciones de humor producidos para la enseñanza, entre otros. De la música emitida se encuentran numerosas grabaciones co- IMAGEN 3 El Campesino, semanario merciales de música colombiana, latinoamericana o internacional, y para la cultura del pueblo se destacan las grabaciones magnetofónicas de campo que se hacían [Fotografía] 2 Fotógrafo: no registra con el uso de los acpo-móviles, que contienen el registro de la música ca. 1979 popular y que eran editadas para transmisión por la emisora.

También hay gran material sonoro en discos de acetato/vinilo (de 162⁄3, 331⁄3, 45 y 78, rpm), parte del cual corresponde a las publicacio- nes que se distribuían entre las comunida- des campesinas como parte de la campaña educativa. De estas grabaciones se destacan las que forman parte del Disco estudio (die- ciséis discos con metodología y sistemas desarrollados por acpo que sintetizan las lecciones del curso básico de alfabeto y nú- mero), o el Curso básico de la efi. También

2 Vehículos para llegar a las comunidades que lleva- ban equipos de grabación y proyección, y muestras de los materiales educativos. IMAGEN 4 Afiche promocional de la Biblioteca del Campesino [Afiche] Ilustrador: no registra ca. 1970-1976 28 DIANA PATRICIA RESTREPO TORRES

están las grabaciones hechas por acpo tituladas Colombia campesina canta, discos de acetato grabados con letra, composiciones, música y grabación hecha por los mismos campesinos y los discos elaborados como parte de las campañas adelantadas; los más importantes son los discos de la Reforma Agraria y de la Procreación responsable.

· Libretos de los programas radiales: el archivo contiene gran canti- dad de libretos de los programas radiales (la mayoría empastados por acpo), algunos de los cuales tienen su correspondiente grabación de audio, lo que permite relacionar los diferentes documentos del archivo.

· Películas y videos: hay gran cantidad de material en diferentes for- matos (35 mm, Umatic, Betamax, sonovisos y vhs) de productores comerciales, de instituciones educativas, instituciones internacio- nales de fomento al desarrollo y de la educación, de instituciones del gobierno nacional, de agencias noticiosas para la proyección, tanto en los institutos educativos como en las Escuelas Radiofónicas, para el apoyo de la efi y de la recreación. También están las películas rea- lizadas por acpo para el registro de las actividades, así como para la promoción de la institución tanto en Colombia como en el exterior.

· Correspondencia: conforma un porcentaje muy importante del archi- vo. Contiene las cartas de los líderes, dirigentes y auxiliares campesinos que impulsaban la alfabetización en sus regiones y de los funcionarios de acpo, quienes les contestaban las cartas, así como de los radioes- cuchas, como parte de los programas radiales. En este intercambio epistolar hay una fuente para la historia cotidiana, la violencia y el conflicto, los usos y costumbres, y de la forma de hablar y de escribir de los campesinos colombianos. Gran parte de la correspondencia fue organizada por acpo en tomos identificados por lugar geográfico y año, donde están las cartas manuscritas de los alumnos o de los oyen- tes junto con la copia al carbón de la respectiva respuesta de la orga- nización. Se están elaborando índices descriptivos de los documentos LA VOZ DEL CAMPESINADO COLOMBIANO: EL ARCHIVO DE ACCIÓN CULTURAL POPULAR (ACPO) 29

que conforman esta parte del archivo con el fin de facilitar su consulta. Adicionalmente, hay correspondencia (que tiene que ver directamente con el proyecto educativo) suscrita con entidades nacionales o personas de otros países; estos últimos documentos corresponden, en parte, a la implementación de la efi y de las Escuelas Radiofónicas en dichos lugares (el proyecto se replicó en veinticuatro países).

Adicional a la correspondencia anteriormente mencionada se cuenta con la institucional, relacionada con asuntos administrativos o de gestión de la institución y, en particular, con la financiación del pro- yecto por parte de los organismos internacionales o multilaterales.

· Hojas de vida de los estudiantes: en el archivo existen aproximada- mente 1.500 hojas de vida de los alumnos y líderes y dirigentes cam- pesinos. Además del formulario de inscripción muchas de las hojas de vida contienen datos del seguimiento, avance y evaluación en sus procesos de formación. Los formularios de inscripción al programa educativo son documentos únicos porque los campos que se debían diligenciar contienen datos demográficos que permiten conocer las condiciones de vida, el entorno socioeconómico y educativo de los estudiantes, lo que las convierte en fuente primaria para el conoci- miento del campesinado, sector social poco estudiado en Colombia en parte por la falta de fuentes primarias.

· Archivo fotográfico: contiene aproximadamente 38.000 imágenes impresas del registro de las actividades adelantadas por acpo durante su evolución histórica. También hay diapositivas o transparencias, algunas con este mismo registro, pero otras contienen imágenes de apoyo a la educación que se impartía en los Institutos Campesinos en Sutatenza o en las Escuelas Radiofónicas.

Finalmente, se destaca del archivo el que parte de la documentación está separada por regiones geográficas o departamentos, lo que facilita mucho la IMAGEN 5 Las grabaciones: Discoestudio Curso Básico EFI [Artículo de prensa] ACPO 1988 LA VOZ DEL CAMPESINADO COLOMBIANO: EL ARCHIVO DE ACCIÓN CULTURAL POPULAR (ACPO) 31 investigación circunscrita a regiones específicas. El proyecto definió ocho zonas a saber: Zona 1: Nariño, Cauca y Valle del Cauca; Zona 2: Antioquia y Chocó; Zona 3: Atlántico, Bolívar, Cesar, Córdoba, Guajira, Magdalena, Su- cre; Zona 4: Santander y Norte de Santander; Zona 5: Boyacá, Cundinamarca y Meta; Zona 6: Caldas, Quindío, Risaralda, Huila y Tolima; y, finalmente, Zona 7: Amazonas, Arauca, Caquetá, Casanare, Guainía, Guaviare, Putu- mayo, Vaupés, Vichada y el exterior.

Hecha esta breve presentación del archivo es importante mencionar que el Banco ha dedicado importantes recursos humanos, técnicos y económicos para su procesamiento técnico, lo que ha facilitado su acceso y ha posibi- litado la producción de conocimiento sobre nuestros procesos sociales y culturales basados en las fuentes que contiene.

Es así que desde que se recibió el archivo se ha permitido su consulta a gran cantidad de investigadores colombianos y extranjeros, se han adelantado proyectos conjuntos de publicación de discos con Radio Televisión Nacional de Colombia (RTVC), se han publicado documentos en la Biblioteca Virtual del Banco y se ha participado en congresos nacionales e internacionales donde se socializa su existencia como uno de los fondos importantes de las colecciones del Banco. Con el fin de dar mayor visibilidad al archivo el Banco adelantó la gestión para su inscripción en el registro del Comité Re- gional para América Latina y el Caribe del Programa Memoria del Mundo de la UNESCO (MOWLAC), el cual fue otorgado en 2013 por su significación para la memoria colectiva de la sociedad de América Latina y el Caribe. 32 MARY ROLDÁN ACPO, ESTADO, EDUCACIÓN Y DESARROLLO RURAL EN COLOMBIA, 1947-1974 33

ACPO, ESTADO, EDUCACIÓN Y DESARROLLO RURAL EN COLOMBIA, 1947-1974

Mary Jeane Roldán

Profesora, investigadora y directora del Departamento de Historia en Hunter College, City University of New York y CUNY Graduate Center. Sus intereses son medios, sociedad y política, formación del Estado, iniciativas de paz e historia social urbana comparativa en Colombia 34 MARY ROLDÁN

“Por ahí sí es... Un hombre bien informado es un hombre que puede más”

Cartilla Creo en Dios (1966), p. 177 n agosto de 1947, el recién ordenado cura y radioaficionado de 26 años, José Joaquín Salcedo Guarín, asumió el puesto de coadjutor parroquial en el pueblo de Sutatenza, Boyacá. Armado E con un viejo proyector de cine, unas pocas filminas, un trans- misor de radio hechizo y tres receptores, el padre Salcedo puso en marcha, con el visto bueno de su superior eclesiástico, el entonces obispo de Tunja y futuro cardenal de Colombia, Crisanto Luque Sánchez, lo que llegaría a ser el más extenso y poderoso sistema de medios masivos de comunicación dedicado a la educación campesina y desarrollo rural comunitario de toda América Latina: las Escuelas Radiofónicas de Radio Sutatenza y la Acción Cultural Popular (ACPO).1

acpo se transformó en el programa líder a nivel continental en la educa- ción y el desarrollo rural comunitario, y alcanzó, en menos de una década,

1 Hernando Bernal Alarcón, “Radio Sutatenza: un modelo colombiano de industria cul- tural y educativo”, disponible en: http://www.banrepcultural.org/radiosutatenza/textos/ radiosutatenza-un-modelocolombiano-de-industria-cultura-y-educativa

ACPO, ESTADO, EDUCACIÓN Y DESARROLLO RURAL EN COLOMBIA, 1947-1974 37

IMAGEN 1 reconocimiento, apoyo e inherencia nacional y transnacional. La unesco José Joaquín Salcedo Guarín, director general de ACPO la reconocerá como innovadora en el uso de la radio para la educación [Fotografía] no formal en 1949, el Papa bendecirá la recién inaugurada emisora Ra- Fotógrafo: no registra 2 ca. 1964 dio Sutatenza en 1953 y sugerirá que otros países sigan su ejemplo, y el Concejo Episcopal Latinoamericano (CELAM), formado en 1955, en su primera reunión, reconocerá explícitamente la labor de acpo como mo- delo ejemplar del uso de la comunicación para la educación de masas y el entrenamiento del clero y laicos “en la técnica moderna radiofónica”, y recomendará que se adopte su sistema a través de toda la región.3 Elo- giado en el Primer Congreso Latinoamericano de Escuelas Radiofónicas (1963), como “uno de los más preeminentes educadores del continente”,4 el director general de acpo logró transformar su experimento con el uso de la radio para fines educativos y catequéticos en una impresionante empresa de alcance transnacional con oficinas en Nueva York y Bogotá, y una red de apoyo e influencia que incluía Roma, Nueva York, Washington, Caracas y Río de Janeiro.

Por ser producto del cerebro de un miembro del clero y por la estrecha rela- ción e identificación que existió entre acpo y la Iglesia durante las primeras dos décadas de su existencia, la organización será vista como una entidad netamente religiosa cuya ideología y principal apoyo económico y progra- mático se suponía proveniente de fuentes religiosas. Ciertamente, una de las principales tareas encargadas a acpo en su primera década de existen- cia será la diseminación de la catequesis entre la población campesina para contrarrestar la falta de clero, la prevalencia de la “superstición” y combatir la doble amenaza del proselitismo protestante y el comunismo. A través de

2 “Radio Message on the Occasion of the Inauguration of the Catholic Radio Network of Sutatenza”, disponible en: www.vatican.va/holy_father/pius_xii/speeches 3 Archivo ACPO-Radio Sutatenza, Gestión, documentos Santa Sede y Roma, correspondencia años 1955-1972, Secretaría de Estado, carta del cardenal Mimmi, Pontificia Comisión para América Latina (CAL) al cardenal Spellman, 3 de diciembre de 1959. 4 Archivo ACPO-Radio Sutatenza, Primer Congreso Latinoamericano del Escuelas Radiofónicas, 1963, p. 5. 38 MARY ROLDÁN

programas radiales especializados y de seminarios y cursillos acpo se en- cargaba de animar y orientar al clero en su trabajo de pastoral rural. Pero a pesar de la preponderante presencia de miembros de la jerarquía católica en su consejo general y de la extensa participación del clero a nivel diocesano en la proliferación y diario funcionamiento de las Escuelas Radiofónicas, el crecimiento vertiginoso que la organización experimentó, sobre todo entre 1954 y 1957 durante el gobierno de Gustavo Rojas Pinilla, cuando se le encomendaron importantes tareas no solo en el campo de la educación, sino también en campañas oficiales para el desarrollo y rehabilitación, no se debió tanto al apoyo económico de la Iglesia colombiana, sino a la estrecha colaboración que se estableció sin interrupción entre acpo y los sucesivos gobiernos desde Mariano Ospina Pérez (1946-1950) hasta el gobierno de Mi- IMAGEN 2 sael Pastrana Borrero (1970-1974).5 El padre Salcedo en compañía de miembros de la Comisión Sexta del senado colombiano El Estado colombiano, sus ministros, embajadores, agencias y burócratas [Fotografía] Fotógrafo: Jorge Pereira R. colaboraron con acpo desde el inicio, haciendo lobby en las Naciones Unidas, ca. 1964 Washington y Roma, y en la década del sesenta en Bonn. Incluso, cuando a alguna agencia o programa de desarrollo inter- nacional (como el programa de asistencia técnica Punto 4 de Truman o la Alianza para el Progreso) le era prohibido entregarle ayuda directamente a

5 acpo tendrá contratos de diversa índole con varios mi- nisterios y Planeación Nacional durante los gobiernos de Alfonso López Michelsen (1974-1978) y Julio César Turbay Ayala (1978-1982), pero se suspenderá el subsidio anual para acpo aprobado durante el primer gobierno del Frente Na- cional en 1959, y las relaciones con el Estado colombiano en estas dos administraciones serán más bien distantes. Con la elección de Belisario Betancur Cuartas (1982-1986) acpo volverá a tener algún apoyo del gobierno, sobre todo con el controvertido programa de educación no formal, camina, pero ya para estos años la labor de acpo en Colombia había disminuido notablemente a raíz de su crisis económica y las tensas relaciones con el episcopado colombiano. ACPO, ESTADO, EDUCACIÓN Y DESARROLLO RURAL EN COLOMBIA, 1947-1974 39

acpo por su condición de entidad religiosa, el go- bierno colombiano sirvió de contratista principal para la canalización de fondos, materiales y ayudas técnicas.6 Esta ayuda oficial llevó a que entidades tan disímiles como la unesco, la General Electric y la Philips, influyentes personajes de la vida pública y el sector privado en Washington y Nueva York, el Departamento de Estado, la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID), el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), el Ins- tituto Colombiano Agrícola (ICA), la Conferencia de los Obispos Católicos de los Estados Unidos con sede en Washington, los gobiernos alemán y holan- dés y sus respectivos programas internacionales de desarrollo, apoyaran de manera fundamental e hicieran posible la labor de acpo y su proyección, incluso a otros países latinoamericanos.7

IMAGEN 3 acpo y su fundador fueron a su vez colaboradores infatigables del Estado co- José Joaquín Salcedo Guarín en su visita a la International General lombiano. Ayudaron a promover y, en ciertos casos, a implementar, durante Electric en Estados Unidos tres décadas sucesivas, los proyectos de desarrollo y rehabilitación, patroci- [Fotografía] Fotógrafo: Michael Caputo. nados por diversas administraciones, encaminados a fomentar la educación 1950 campesina, modernizar el campo y evitar la revolución social. La organiza- ción colaboró estrechamente en iniciativas oficiales tan importantes como la Reforma Agraria, Acción Comunal y la creación de la Asociación Nacional de Usuarios Campesinos (ANUC), para formar a través de sus Institutos Campesinos de Sutatenza y Caldas (Antioquia) los líderes que integrarían

6 John F. Kennedy Library Archive (JFK Library), National Security Files (NSF), caja 26A, folio: Co- lombia General, carta de Arturo Morales Carrión a McGeorge Bundy, “Confidential”, 3 de agosto de 1961, resumen de ayudas a acpo hechas por entidades y particulares de Estados Unidos. 7 Entidades de ayuda internacional católicas alemanas (Misereor y Adveniat) y protestantes (Evangelische Zentralstelle) también apoyaron económicamente a acpo, pero estas ayudas no fluyeron a través del gobierno colombiano. 40 MARY ROLDÁN

IMAGEN 4 Visita del embajador alemán a las instalaciones de la Central de Servicios de ACPO [Fotografía] Fotógrafo: H. Cháves. ca. 1973 ACPO, ESTADO, EDUCACIÓN Y DESARROLLO RURAL EN COLOMBIA, 1947-1974 41

cooperativas, sindicatos de trabajadores agra- rios, cajas de compensación familiar y clubes de amas de casa. acpo adelantó, en asociación con el Ministerio de Educación, el Servicio Nacional de Aprendizaje (SENA), la Caja Agraria, el ICA, el Instituto Colombiano de la Reforma Agraria (in- CORA), la Federación de Cafeteros y Profamilia, diversas campañas de vivienda, de arborización, de salud, industria casera, protección del agua y del medio ambiente y Procreación Responsable. Fue acpo, por ejemplo, quien a través de progra- mas especializados en su emisora Radio Sutaten- za y a pedido del gobierno nacional, proveyó los cursos de capacitación para el magisterio rural, coordinó la alfabetización de soldados y presos y desarrolló la primera programación dirigida ex- clusivamente a mujeres desplazadas por La Vio- lencia a través de los Centros de Rehabilitación Urbanos en Bogotá en la década del cincuenta.8

Medio siglo después de haber iniciado actividades acpo se enorgullecía de haber imprimido y distri- buido seis millones de cartillas ilustradas sobre los cinco puntos de su programa de Educación Fundamental Integral (EFI), setenta y seis millo- IMAGEN 5 nes de ejemplares del periódico El Campesino, y haber recibido y contestado José Joaquín Salcedo Guarín en aproximadamente doscientasmil cartas de hombres y mujeres inscritos en reunión con miembros del SENA [Fotografía] las Escuelas Radiofónicas, oyentes de la emisora Radio Sutatenza y lectores Fotógrafo: no registra ca. 1967

8 Acción Cultural Popular (ACPO), Sacerdotes y seglares en la obra educativa popular en Colombia. Las Escuelas Radiofónicas y su labor de 1954 a 1957 [informe de la Dirección General de Acción Cultural Popular a la II Asamblea General de la Institución, 1957], Bogotá, Editorial Pío XI, 1957. 42 MARY ROLDÁN

del periódico El Campesino.9 Pero tal vez la contri- bución más importante de acpo antes de cesar sus actividades formales en 1989 fue el haber ca- pacitado como líderes rurales a unos veintitrés mil colombianos y extranjeros, hombres y mujeres de origen campesino que se convirtieron en “apósto- les” del sistema de educación no formal efi. Estos líderes llevaron la fama de acpo a lugares tan le- janos como Tanzania y Kenia y desempeñaron un papel fundamental en la promoción de programas de mejoramiento de la vida rural a nivel nacional.10

Para entender cómo un intrépido experimento con el uso de la radio para educar campesinos adultos analfabetos en una remota y pobre parroquia andi- na logró un crecimiento sin precedentes, transfor- mándose en el modelo paradigmático continental IMAGEN 6 de la educación no formal y el desarrollo comunitario rural con apoyo del Escuela Radiofónica en la cárcel municipal de Villahermosa, Tolima Estado, la Iglesia católica colombiana, la Pontificia Comisión para América [Fotografía] Latina (CAL), el Vaticano, el CELAM, los miembros del sector privado nacio- Fotógrafo: no registra 1968 nal y extranjero, el Departamento de Estado de Estados Unidos, fundaciones privadas y agencias de desarrollo internacionales, toca examinar las condi- ciones que imperaban en el momento histórico en que un joven cura tuvo la ingeniosa idea de usar la radio para educar a sus feligreses.

9 H. Bernal Alarcón, op. cit. 10 Emile G. McAnany, “Radio’s Role in Development: Five Strategies of Use”, Institute for Com- munication Research, Stanford University, 1973, disponible en: http://pdf.usaid.gov/pdf_docs/ pnaad453.pdf ACPO, ESTADO, EDUCACIÓN Y DESARROLLO RURAL EN COLOMBIA, 1947-1974 43

ANALFABETISMO, MODERNIZACIÓN ECONÓMICA, VIOLENCIA Y GUERRA FRÍA Cuando el padre Salcedo asumió su puesto de coadjutor en Sutatenza, en agosto de 1947, el pueblo tenía unos 6.800 habitantes de los cuales el 97,7% vivían dispersos a lo largo de un terreno quebrado que abarcaba una ex- tensión de aproximadamente ciento cincuenta kilómetros cuadrados. La altura de distintas secciones del pueblo variaba unos dos mil metros entre el punto más alto y el más bajo y solo un 2,3% de la población de Sutaten- za residía en el caserío que constituía el centro de la vida administrativa, social y religiosa del pueblo.11 Para trasladarse de un punto a otro era ne- cesario ir en mula o a pie porque las carreteras eran malas o inexistentes. Era escasa la recreación que no incluyera trago, no existían canchas para deportes ni radio, y aparte de la misa y el mercado del domingo el pueblo ofrecía pocas distracciones. Según el padre Camilo Torres, quien en 1959 evaluó la efectividad de las Escuelas Radiofónicas establecidas allí, Suta- tenza tenía fama de ser un lugar “donde los homicidios eran frecuentes y los vecinos eran temidos tanto por su ignorancia como por sus pasiones”.12

Como la mayoría de los pueblos rurales colombianos Sutatenza sufría serios déficits en materia de educación y servicios públicos con graves consecuen- cias para la salud y el bienestar de los habitantes. La falta de agua potable y mala higiene, por ejemplo, hacía que el tifo y las enfermedades gastroin- testinales proliferaran, mientras que la costumbre de acomodar todos los miembros de una familia de edades y sexos distintos en uno, máximo dos cuartos, aumentaba la incidencia del contagio de enfermedades y el incesto. Por la falta de abono y el sobreuso el suelo del pueblo estaba erosionado y era poco fértil, además las propiedades estaban subdivididas en minifundios que se seguían trabajando con las mismas herramientas rudimentarias de

11 Camilo Torres Restrepo y Berta Corredor Rodríguez, Las Escuelas Radiofónicas de Sutatenza, Colom- bia: evaluación sociológica de los resultados, Bogotá, Centro de Investigaciones Sociales; Friburgo, Feres y Madrid, Sucesores de Rivadeneyra, 1961, p. 11. 12 Ibíd.

IMAGEN 7 Algunas de las evidencias de correspondencia internacional recibidas por ACPO desde Nueva Zelanda, Panamá, Japón, Hawái, Canadá y Estados Unidos [Cupones y sobres] 1968-1969 IMAGEN 7 Algunas de las evidencias de correspondencia internacional recibidas por ACPO desde Nueva Zelanda, Panamá, Japón, Hawái, Canadá y Estados Unidos [Cupones y sobres] 1968-1969

48 MARY ROLDÁN

la época colonial. Escasamente se producía lo suficiente para alimentar a la familia que la trabajaba.13

Enfrentado a estas condiciones poco alentadoras el padre Salcedo, quien había nacido en 1921 y había crecido durante la época en que los medios ma- sivos de comunicación estaban en pleno auge en Colombia, apropió para su trabajo pastoral en Sutatenza dos “armas” que ya habían atraído la atención del gobierno nacional colombiano en la lucha por llegar a las comarcas más distantes del territorio nacional y estrechar los vínculos entre ciudadanos y el gobierno central: la cinematografía y la radio. Ministros de educación, desde Luis López de Mesa hasta Jorge Eliécer Gaitán y Eliseo Arango, habían promovido el uso de la cinematografía y la radio para fines educativos, des- de mediados de la década del treinta, motivados en parte por las lecciones de la guerra con Péru en 1933. El gobierno descubrió en ese entonces que la mayoría de los colombianos conocían muy poco a su país y lo útil que podía ser para el Estado tener acceso a un medio masivo como la radio para influir sobre la opinión pública y avanzar con campañas de educación y desarrollo en lugares lejanos de difícil acceso.

Para la década del treinta la radio era el medio a través del cual los colom- bianos escuchaban los discursos políticos, se enteraban de la crónica roja, averiguaban las noticias de todas partes y gozaban con su música preferida. Cuando se quería denunciar alguna irregularidad o llamar la atención de las autoridades el pueblo recurría a sus locutores preferidos en ciudades como Medellín, donde programas como La media hora del pueblo atraían a un pú- blico compuesto en su mayoría de recientes migrantes a la ciudad de origen rural y popular. Las mujeres usaban las ondas hertzianas para propugnar por el derecho al sufragio cuando la prensa escrita les negaba espacio de expresión, mientras que los grupos profesionales (médicos, abogados, etc.), los estudiantes y los gremios (los industriales, el magisterio, los emplea- dos públicos) usaban las ondas para debatir los temas del día y denunciar

13 Ibíd. ACPO, ESTADO, EDUCACIÓN Y DESARROLLO RURAL EN COLOMBIA, 1947-1974 49 o defender políticas oficiales que tocaran sus intereses. Las mismas auto- ridades nacionales y departamentales llegaron a depender de su acceso a las ondas de las emisoras particulares y la Radio Nacional para gobernar y administrar. A través de la radio se informaba sobre las campañas de salud pública, los programas de inoculación contra enfermedades, las campa- ñas contra la aftosa, el precio del café y artículos de consumo básico y los cambios en las políticas oficiales respecto a la educación, el ejercicio del sufragio y el orden público. Hasta los pobres tenían acceso a la radio en las zonas urbanas, pues no era raro que las tiendas, las cantinas o incluso los vecinos de mayor poder adquisitivo “compartieran” sus radios para que los programas fueran escuchados en forma colectiva.

El problema era que en 1947 la señal de las emisoras más potentes ubicadas en ciudades como Medellín, Bogotá, Barranquilla y Cali no llegaba hasta el campo donde residía más del 60% de la población. La gran masa de cam- pesinos, en todo caso, era demasiado pobre para poder comprar receptores importados que hasta la introducción del radio transistor, a finales del cin- cuenta, requerían o de una fuente estable de electricidad o de pilas enormes, costosas e importadas.14 Lo mismo sucedía a nivel mundial en lugares don- de la pobreza, el aislamiento y la falta de educación impedían el acceso y aprovechamiento de innovaciones en la tecnología, la cultura y la ciencia. Esta dura realidad, sumada a las secuelas de una guerra mundial devasta- dora que dejó una crisis humanitaria en Europa, Asia y África, motivó la creación de entidades de asistencia económica y cultural internacionales dedicadas a fomentar la educación y el desarrollo.

Detrás de la filosofía y misión de instituciones como la unesco, depen- dencia de las Naciones Unidas dedicada a promover la educación, ciencia

14 El costo de la importación, tanto de receptores como de pilas, sería un problema perenne para acpo durante los primeros veinte años de su existencia. Uno de los retos de la organización consistía en la contratación para la producción de receptores económicos especialmente di- señados para sintonizar Radio Sutatenza con compañías como la Philips y Toshiba. 50 MARY ROLDÁN

y cultura a nivel mundial, estaba el deseo por crear un “mundo mejor” sin recurrir a la violencia. Por esta razón, la educación, y en particular la bús- queda de soluciones novedosas para combatir el analfabetismo, surgió como un enfoque central de los esfuerzos internacionales de asistencia técnica y económica en la inmediata posguerra. Se creía que saber leer y escribir no era solo un fin en sí, sino un medio a través del cual las personas tendrían mejores posibilidades de ejercer agencia y ser autores de su propio mejora- miento económico, social y político. Esta filosofía de la “Educación Integral” estuvo profundamente influida por las ideas del filósofo católico francés Jacques Maritain, ideólogo del “humanismo integral”. La efi —que forma- ría la base de los programas de educación y desarrollo para campesinos del sistema acpo y de las cartillas diseñadas con la ayuda de dos hermanos de las Escuelas Cristianas, técnicos enviados a Colombia en 1953 por la unesco a pedido del gobierno colombiano— se basó en las ideas de Maritain, con- sultor de cabecera de la unesco.

En el mismo mes de octubre en que el padre Salcedo inauguraba un trans- misor de radio para las primeras Escuelas Radiofónicas en Sutatenza (1947), el gobierno de Mariano Ospina Pérez, quien había estado en estrecha comu- nicación desde 1946 con miembros del clero progresista norteamericano dedicados al desarrollo rural durante las administraciones de Roosevelt y el New Deal, y como respuesta a la campaña de la unesco contra el analfa- betismo, anunció a través de un vocero de la Iglesia católica, por las ondas de la Radio Nacional y todas las emisoras particulares de Colombia, una “campaña nacional contra el analfabetismo”.15 Se hizo un llamado especial al clero, los jóvenes y las mujeres (grupos que jugarían un papel preponderante en el desarrollo de las actividades de acpo) para colaborar en esta “cruzada” nacional. En su discurso, monseñor Pérez Hernández señalaba el problema

15 Mary Roldán, “Popular Cultural Action, Catholic Transnationalism, and Development in Co- lombia before Vatican II”, en Stephen J. C. Andes y Julia Young, eds., Local Church, Global Church: Catholic Activism in from Rerum Novarum to Vatican II, Washington, The Catholic University of America, 2016. ACPO, ESTADO, EDUCACIÓN Y DESARROLLO RURAL EN COLOMBIA, 1947-1974 51 de la escasez de escuelas y maestros en Colombia, especialmente en el campo, donde entre el 70% y 80% de la población, en departamentos como Boyacá y más del 50% de la población de Bolívar, habitada por un número importante de afrodescendientes, sufrían los efectos de siglos de indiferencia oficial.

El gobierno atribuía buena parte de la injusticia social imperante en Co- lombia al déficit nacional en la educación. En su elocución monseñor Pérez Hernández hizo alusión a la mala distribución de la tierra, la ausencia de higiene y obras sanitarias, la débil organización social en muchas comunida- des y la falta “de generosidad y colaboración para enfrentar las necesidades educativas de los pobres” como problemas urgentes que el Estado tenía la obligación de solucionar si Colombia aspiraba a ser una nación moderna y justa, sobre todo con respecto a las poblaciones indígenas y los descen- dientes de esclavos.16 Monseñor Pérez Hernández concluyó su llamado a la colaboración ciudadana con la campaña nacional contra el analfabetismo advirtiendo que de no actuar rápido la revolución social no tardaría en llegar.

La situación interna colombiana era alarmante. La misma tecnología —la radio—que tantas expectativas positivas había despertado en cuanto a la educación y la integración nacional se había vuelto el medio preferido de la contienda partidista con secuelas nefastas. A través de sus ondas se in- citaba a la violencia y se denunciaba la oposición con términos soeces, se reproducían las trifulcas entre representantes en el Congreso, se hablaba de conspiraciones judeo-masónicas y se advertía en tonos siniestros sobre la amenaza en Colombia del comunismo ateo.17 Cuando cayó asesinado el líder liberal popular, Jorge Eliécer Gaitán, en el centro de Bogotá en medio de la IX Conferencia Panamericana el 9 de abril de 1948, y se desató un sublevamiento

16 Fonoteca, Radio Nacional de Colombia, cd-rom núm. 10531, “Educación cívica”, monseñor Pérez Hernández, Plan Nacional de Alfabetización, 11 de octubre de 1947, parte 2A [discurso]. 17 Thomas J. Wiliford, “Political Dissemination of the Judeo-Masonic Conspiracy Theory and the Outbreak of La Violencia in Colombia, 1920-1946”, en Esther Webman, ed., The Global Impact of the Protocols of the Elders of Zion: A Century-Old Myth, Londres, Routledge, 2011, p. 120. 52 MARY ROLDÁN

popular de dolor y rabia que destruyó casi el 50% del centro capitalino, el gobierno señaló a la radio como la culpable de haber incitado la violencia, y acusó a los locutores de “irresponsables” por haber fomentado el desorden público al tomar los micrófonos y regar la noticia de la muerte de Gaitán a lo largo del territorio nacional.

El Bogotazo marcó el comienzo del largo conflicto civil conocido como La Violencia que dejó entre doscientos mil y trescientos mil muertos, casi todos campesinos o habitantes rurales, más de dos millones de personas despla- zadas e innumerables pérdidas materiales. A medida que se le atribuía al “comunismo internacional” la culpa del asesinato del popular líder liberal, por demás, hizo palpable en Colombia el impacto de la Guerra Fría. A su vez, el gobierno colombiano aprovechó que entre los testigos de El Bogotazo es- tuvieron no solo un joven, Fidel Castro, sino el General Marshall, autor del ambicioso y exitoso plan para la reconstrucción económica de Europa, y John J. McCloy, gerente/director del Banco Mundial (y más tarde de la Fun- dación Ford (1958-1965)). Una vez clausurada la Conferencia Panamericana Colombia se convirtió en el primer país de Latinoamérica en invitar al Ban- co Mundial para que hiciera un análisis profundo de la situación socioeco- nómica nacional y diera recomendaciones para su desarrollo. acpo, con su proyecto de educación no formal a través de la radio y su programa de desarrollo comunitario enfocaría su labor, de la década de los cincuenta en adelante, aspectos fundamentales de la vida rural como el mejoramiento de la vivienda, la nutrición, la salud, el deporte, el recreo y la adopción de técni- cas científicas para el cultivo y manejo de los recursos naturales, asumió un papel definitivo en el esfuerzo por modernizar a Colombia, colaborando con el gobierno nacional de turno en la realización de los objetivos del famoso “Informe Currie” (1950)18.

18 Lauchlin Currie, The Basis of a Development Program for Colombia; Report of a Mission headed by Laughlin Currie and Sponsored by the International Bank for Reconstruction and Development in Colla- boration with the Government of Colombia, Baltimore, The Johns Hopkins University Press, 1950. ACPO, ESTADO, EDUCACIÓN Y DESARROLLO RURAL EN COLOMBIA, 1947-1974 53

DE ENTIDAD LOCAL A EMPRESA TRANSNACIONAL: EL SOCIO PREDILECTO DEL GOBIERNO NACIONAL En noviembre de 1949 el padre Salcedo viajó a Nueva York, con el apoyo del gobierno de Mariano Ospina Pérez, en busca de ayudas internacionales, la cooperación de la unesco y lo que se transformó, al correr de los años, en una larga, íntima y fructífera relación con la gerencia de General Electric (GE). Las introducciones, pasajes y mediaciones que hicieron posible la odisea del cura que no hablaba ni pizca de inglés, corrieron —como lo seguirían haciendo durante la próxima década— por cuenta de la embajada colom- biana en Washington, en particular, por el apoyo incondicional de Eduardo Zuleta Ángel, embajador colombiano en Estados Unidos en dos ocasiones (1949-1951 y 1953-1955) cuando el padre Salcedo buscaría, activamente, apoyo en el exterior para consolidar las bases económicas de la institución.19

El viaje de Salcedo a Nueva York, para presentar a las Radio Escuelas ante las Naciones Unidas, y el viaje a Schenectady en el norte del estado de Nueva York, donde la ge tenía sus fábricas y la sede de su división internacional, fueron éxitos rotundos. Además de vender y dar en donación un transmisor de onda corta de 1kw, setecientos radio receptores de pila y unidades móvi- les, la ge desató una campaña publicitaria sin precedentes donde describía las Escuelas Radiofónicas como una “vasta red” dedicada a “proveer ins- trucción educativa a miles de adultos y niños en Colombia, Sur América”, aprovechando cualquier lugar e incluyendo “espacios públicos, casas cam- pesinas o la orilla de una carretera” para montar un receptor y dar clase. La ge tradujo el artículo y describió la labor de las Escuelas Radiofónicas que Francisco Javier Mejía, había publicado en la Revista Javeriana para celebrar

19 Zuleta Ángel había sido no solo uno de los miembros de la delegación colombiana que participó en San Francisco en la creación de las Naciones Unidas en 1945 (con Alberto Lleras Camargo y Jesús María Marulanda, otros que serían importantes futuros colaboradores de monseñor Sal- cedo y acpo), sino también presidente del subcomité encargado de las preparaciones para la construcción del edificio que ocuparía las Naciones Unidas en Nueva York en 1947 y presidente de la IX Conferencia Panamericana que se celebró en Bogotá entre marzo y abril de 1948. 54 MARY ROLDÁN

IMAGEN 8 “El sorbo de agua” y “El lavadero con poceta”, dos de las campañas de ACPO [Fotografía] Fotógrafo: Hernando Cháves H. Sin fecha ACPO, ESTADO, EDUCACIÓN Y DESARROLLO RURAL EN COLOMBIA, 1947-1974 55 los logros de acpo, y este recuento, mas artículos escritos por la división de propaganda de la ge, fueron enviados a distintos medios en Estados Unidos acompañados de fotos grandes en blanco y negro donde el cura posaba rodeado de sonrientes ingenieros y gerentes de la ge y un mapa de Colombia que resaltaba los obstáculos naturales que impedían la labor de la educación rural en vastas zonas del país.20

Al regresar a Colombia, armado con las bases materiales para ampliar la labor de las Escuelas Radiofónicas y con la ayuda adicional de un contrato para receptores de la firma holandesa, Philips, acpo empezaría a jugar un papel cada vez más importante en el ámbito de la educación y desarrollo rural en un momento crítico de la historia colombiana. Las migraciones forzadas de gente que huía de la violencia, sobre todo niños y mujeres, desbordaron las capacidades del Ministerio de Educación Nacional —que desde antes de La Violencia ya eran insuficientes para atender las necesi- dades educativas de la población rural— y crearon una crisis educativa cada vez más grande que abarcaba no solo a los campesinos adultos anal- fabetos, sino a un porcentaje importante de jóvenes. acpo ampliaría su misión para llenar este vacío, sobre todo a partir de 1953 cuando se conso- lidó como entidad nacional de proyección internacional con el respaldo total del gobierno nacional y la jerarquía de la Iglesia bajo el mando del recientemente elegido cardenal Luque, el patrocinador inicial de Salcedo y sus Radio Escuelas, quien a partir de enero de 1953 había ascendido a ser el primer cardenal nacido en Colombia.

Ese mismo enero se celebró en Manizales, Colombia, el Primer Congreso Católico Latinoamericano sobre Problemas de la Vida Rural con el patroci- nio del entonces nuncio papal de Colombia, Antonio Samoré, el Vaticano, el gobierno nacional y el apoyo económico de la National Catholic Rural Life Conference (Conferencia Nacional Católica de la Vida Rural), dirigida

20 Archivo ACPO-Radio Sutatenza, General Electric Electronics News Bureau, Edwin Gurley, “Radiophonic Schools” in South America, enero de 1950, p. 1. 56 MARY ROLDÁN

desde 1937 por monseñor Luigi Ligutti, tal vez el más influyente vocero y defensor cató- lico de los intereses campesinos en Estados Unidos y en el ámbito católico internacio- nal, y fervoroso promotor de la moderniza- ción del campo dentro de la Doctrina Social Católica.21 En este congreso, emitido en su totalidad a través de la radio particular de la ciudad con la asistencia de importantes figuras del mundo político, eclesial, social y educativo colombiano como Mariano Ospina Pérez, el gobernador de Caldas y el futuro cardenal Concha (entonces obispo de Manizales), participaron delegados de varios países americanos especialistas en temas agrarios y de desarrollo; además de dos obispos importantes de Estados Uni- IMAGEN 9 dos expertos en temas laborales y económicos que ya habían estado en el El padre Salcedo en reunión con el personal de la General Valle del Cauca en 1945 y que sirvieron de consultores por invitación del Electric en Estados Unidos gobernador y la élite empresarial de la ciudad de Cali. [Fotografía] Fotógrafo: Michael Caputo. 1950 El congreso trató temas tan variados como la tenencia de la tierra, el ma- nejo sostenible de los recursos naturales, el papel de la mujer y los laicos en el desarrollo rural, la concentración de la propiedad, la colonización y los derechos de indígenas y afrodescendientes. Uno de los presentadores estrella de este evento —a través del cual se diseminó el trabajo de acpo a nivel internacional— fue nada menos que el padre Salcedo quien detalló la misión, operación y filosofía de las Escuelas Radiofónicas en Colombia para un público que incluía reporteros de los influyentes periódicos es- tadounidenses, The New York Times y el Washington Post, y representantes

21 Primer Congreso Católico Latinoamericano Sobre Problemas de la Vida Rural [Manizales, Colombia, 11-18 de enero de 1953], Manizales, Imprenta Departamental, 1953. ACPO, ESTADO, EDUCACIÓN Y DESARROLLO RURAL EN COLOMBIA, 1947-1974 57

de la Fundación Ford, entre otros. Entre las conclusiones del congreso estaría la propuesta de que tanto el latifundio como el minifundio eran formas de tenencia “anti-democráticas” y que el objetivo de las políticas rurales en el futuro debería estar enmarcado dentro de los principios de la Doctrina Social Católica. Se recomendó evitar la reproducción del colonialismo y el imperialismo, defender los derechos de los indígenas y afrodescendientes y vigilar para que la inversión en el campo se enfo- cara en fomentar el desarrollo “integral” humano, no los intereses del capitalismo salvaje.

Muchos de los elementos discutidos en este congreso encontrarían eco en futuras encíclicas de Juan XXIII (1958-1963), como Mater e Magistra (1961), e influirían fuertemente en la revisión de la misión de acpo en los años

IMAGEN 10 sesenta cuando se reeditaron los estatutos de la entidad con base en los Salcedo y Lebret conceptos del padre Lebret, quien había escrito un informe crítico de las [Fotografía] Fotógrafo: no registra condiciones socioeconómicas presentes en Colombia para el gobierno de ca. 1960 Rojas Pinilla en 1956, pero que no se publicó hasta 1959 durante el gobierno de Alberto Lleras Camargo. Los conceptos sobre el desarrollo y la justicia social desarrollados en el pensamiento del cura Lebret influirían a su vez en la interpretación y manejo que acpo le daría a los seminarios que patrocinaría en 1960 y 1961 para discutir y defender la Reforma Agraria del primer gobierno del Frente Nacional.22

En 1955 el gobierno de Rojas ofreció pagar todos los gastos asociados con el viaje de monseñor Carroll, secretario general de la poderosa y rica Conferencia Episcopal de los Estados Unidos, el

22 Archivo ACPO-Radio Sutatenza, Gestión, corresponden- cia obispos 1955, Semana de Estudios “Cardenal Spellman”, Bogotá, enero de 1960.

ACPO, ESTADO, EDUCACIÓN Y DESARROLLO RURAL EN COLOMBIA, 1947-1974 59

IMAGEN 11 National Catholic Welfare Conference (NCWC) con sede en Washington, Extracto del artículo ¡Qué hay de la reforma agraria! y del gerente de la compañía de publicidad y relaciones públicas John T. [Recorte de prensa] O’Brien Associates, de la misma ciudad, para que visitaran y conocieran Semanario El Campesino 1962 de primera mano las actividades de las Escuelas Radiofónicas, la recién inaugurada emisora Radio Sutatenza en Bogotá, el Instituto Campesino Masculino de Sutatenza y las nuevas instalaciones y talleres para la pro- ducción de materiales impresos construidas con el generoso apoyo del gobierno nacional.23 Monseñor Carroll no aceptó, pero el Señor O’Brien sí viajó a Colombia en septiembre de 1955 y a su regreso a Washington, ya contratado como el representante de los intereses de acpo en Estados Unidos, formuló un análisis sumamente elogioso de la institución para diseminarlo entre potenciales donantes estadounidenses interesados en apoyar la labor de acpo no solo en Colombia, sino, en otras partes de Latinoamérica.24

Este documento establecería las bases para la recolección de fondos y ayudas técnicas en Estados Unidos en beneficio de acpo que se utiliza- rían no solo para fundar The American Foundation for Popular Cultural Action, Inc. en Nueva York, en junio de 1958, una entidad sin ánimo de lucro creada específicamente para patrocinar a acpo y promover la reproducción de su sistema no formal de la educación en otras partes de Latinoamérica, sino que serviría para canalizar los fondos de un sinnúmero de otras entidades como la Alianza para el Progreso en 1961 y 1962, el programa pl-480 de asistencia técnica en los cincuenta y los sesenta, el ica, la usaid en 1965-1966 y el programa FPIA (Agencia de Planificación Familiar) de la usaid, creado en 1971. Esta última apoyaría la producción de programas radiales y cuñas a favor de la campaña “Pro- creación responsable”, lanzada por acpo en colaboración de Profamilia

23 Archivo ACPO-Radio Sutatenza, Gestión, documentos Santa Sede y Roma correspondencia 1955-1972, carta enviada de Salcedo a Antonio Samoré, 3 de octubre de 1955. 24 Archivo Catholic University of America (acua), ncwc, International Affairs, caja 36, folio 26, carta “John T. O’Brien Associates” a Msgr. Carroll, 2 de noviembre de 1955. 60 MARY ROLDÁN

y la Federación Nacional de Cafeteros en el eje cafetero colombiano, en 1972.25

Con el inicio del periódico El Campesino en 1958, la creación de los Disco-Estudios en los años sesenta, la ampliación de su potencial de impresión a tra- vés de las dos editoriales, Pío XII (más tarde Edito- rial Andes) y Dos Mil, la expansión de la emisora Radio Sutatenza a Barranquilla, Medellín, Cali y Magangué, y la apertura de un Instituto Campe- sino en Caldas, Antioquia, para entrenar líderes hombres con el apoyo de importantes sectores del gremio empresarial de Medellín en 1963, acpo era indiscutiblemente la entidad con mayor presen- cia a través de su red de animadores, auxiliares inmediatos, líderes y párrocos en el mundo rural colombiano. Fue precisamente por esta razón, y porque tenía una capacidad infraestructural sin precedentes ya montada, que todos los gobiernos del Frente Nacional, desde Alberto Lleras Camargo

IMAGEN 12 (A) Imprenta de El Campesino 25 Véase Archivo Catholic University of America (ACUA), United States Conference of Bishops [Fotografía] (USCCB), OGB, caja 43, folio 4, folleto “Literacy for Democracy” publicado en 1959 por The Fotógrafo: no registra American Foundation for Popular Cultural Action, Incorporated; Archivo Biblioteca John F. ca. 1968 Kennedy (JFK Library), National Security Files (NSF), caja 26A, F: Colombia General 1961, carta de Arturo Morales-Carrion a McGeorge Bundy, fechada 3 de agosto de 1961 en que detalla toda la asistencia donada a acpo entre 1956 y 1961, los proyectos en proceso y los medios a través de los cuales se había podido transferir materiales como papel periódico, materiales de salud, tinta, patrocinio en la radio, rotativa, etc. con exención de impuestos a pesar de ser una entidad religiosa que por ley no podía ser apoyada con platas públicas de los Estados Unidos; Archivo ACPO-Radio Sutatenza, carta de Dewey Heising, Executive Director, The Institute for Human Progress, Inc. a monseñor Salcedo, 26 de agosto de 1965, proyecto para entrenar líderes a la usaid; Dept. of State, respecto a la aplicación para platas de la USAID y FANAL; FPIA (Family Planning International Assistance), International Federation of Planned Parenthood, Agency for International Development (AID), Evaluation Report 1971-1974, pnnaf386/ aid/csd3289. ACPO, ESTADO, EDUCACIÓN Y DESARROLLO RURAL EN COLOMBIA, 1947-1974 61

(1958-1962), bajo quien se aprobó en el Congreso una partida anual para apoyar la labor de acpo en 1959, e incluyendo el de Guillermo León Valencia (1962-1966), el de Carlos Lleras Restrepo (1966-1970) y la administración de Misael Pastrana Borrero (1970-1974), dependerían en múltiples instancias de la colaboración de acpo para adelantar sus programas de desarrollo en el campo.

Sin lugar a dudas, una de las razones claves que explican el importante papel que una institución como acpo, de origen religiosa, pudo jugar en el ámbi- to de la esfera pública colombiana en asuntos que normalmente asociaría- mos con entidades completamente seglares o dependencias del Estado, tuvo que ver con las difíciles condiciones económicas y políticas que afrontaron los gobiernos del Frente Nacional en las convulsionadas décadas de los años cincuenta, sesenta y setenta. Con su extensa organización de colaboradores laicos y religiosos (la participación de los primeros excedían los segundos ya para los años setenta), acpo le ofrecía al Estado colombiano y otras agencias y entidades preocupadas por el desarrollo del mundo rural como el SENA, las Juntas de Acción Comunal, el ICA, la Caja Agraria, el INCORA, ANUC y FANAL, la posibilidad de multiplicar los esfuerzos y recursos del Estado, además de poner a disposición de los gobiernos amigos de la institución un sistema de comunicación masiva sin precedentes en el ámbito rural, que gozaba —por lo menos hasta la década del setenta— de reconocimiento internacional.

El tendón de Aquiles de acpo, como el de tantas otras entidades sin ánimo de lucro dedicadas a mejorar las condiciones de vida y fomentar la moder- nización en el campo durante la época de enfrentamiento ideológico de la Guerra Fría, fue su incapacidad de crear una fuente de financiación estable e independiente. A partir de 1958/1959 acpo vivía endeudada, una situación que atrajo enormes problemas para la institución porque obligaba a los miembros de la dirección a vivir en la constante búsqueda de la financiación. Estas donaciones o préstamos casi siempre provenían de fuentes internacio- nales externas, pues en los años sesenta y setenta la situación económica na- cional no se prestaba para dar grandes aportes a organizaciones como acpo. 62 MARY ROLDÁN

Muchas de las prometidas ayudas que animaron a acpo a pensar en la posibilidad de transformarse en una entidad con proyección transnacional, so- bre todo en el campo de capacitar líderes y de pro- ducir materiales pedagógicos para la adopción en otros países, se esfumaron o se suspendieron cuan- do las prioridades de los gobiernos o entidades de asistencia internacional cambiaron de enfoque o resultaron ser insuficientes para afrontar los retos de la compleja realidad del campo colombiano.

Ya para 1974, además, las relaciones entre acpo y la jerarquía de la Iglesia católica en torno al programa de Procreación Responsable —tal vez el más con- trovertido, pero indiscutiblemente también uno de los más exitosos proyectos que lideró acpo26— sumado a décadas de deudas prorrogadas con altos intereses que minaban la estabilidad económica de la organización, la oposición o poca colaboración de los gobiernos de Alfonso López Michelsen (1974- 1978) y Julio César Turbay (1978-1982), las críticas y IMAGEN 12 (B) Y (C) amenazas al director general de acpo por parte de un sector de la izquierda Imprenta de El Campesino [Fotografía] colombiana, y las presiones de un mundo cada vez más urbano que rural, re- Fotógrafo: no registra dujeron la influencia de acpo de manera radical, aunque la organización no ca. 1968 cerraría sus puertas oficialmente hasta 1989. El ocaso de acpo, sin embargo, no cambia el hecho de que fue la primera organización latinoamericana en abordar el problema del analfabetismo de adultos campesinos usando los medios masivos de la comunicación, ni que su liderazgo en capacitar líderes de origen campesino para promover el desarrollo rural fue tal vez el logro que más profunda huella dejó en el campo colombiano.

26 Mary Roldán, “Acción Cultural Popular (ACPO), ‘Responsible Procreation’, and the Roots of Social Activism in Rural Colombia”, Latin American Research Review, 2014, vol. 49, pp. 27-44.

IMAGEN 13 “Literacy of Democracy” [Folleto] The American Catholic History Research Center and University Archives (ACUA), Washington, D.C. 1959 ACPO, ESTADO, EDUCACIÓN Y DESARROLLO RURAL EN COLOMBIA, 1947-1974 65

REFERENCIAS

Acción Cultural Popular (ACPO), Sacerdotes y seglares en la obra Roldán, Mary, “Acción Cultural Popular (ACPO), ‘Responsible educativa popular en Colombia. Las Escuelas Radiofónicas y Procreation’, and the Roots of Social Activism in Rural su labor de 1954 a 1957 [Informe de la Dirección General Colombia”, Latin American Research Review, 2014, vol. 49. de Acción Cultural Popular a la II Asamblea General de la Institución, 1957], Bogotá, Editorial Pío XI, 1957. —————, “Popular Cultural Action, Catholic Transnationalism, and Development in Colombia Bernal Alarcón, Hernando, “Radio Sutatenza: un modelo before Vatican II”, en Stephen J. C. Andes y Julia Young, colombiano de industria cultural y educativo”, eds., Local Church, Global Church: Catholic Activism disponible en: http://www.banrepocultural. in Latin America from Rerum Novarum to Vatican II, org/radiosutatenza/textos/radiosutatenza-un- Washington, The Catholic University of America, 2016. modelocolombiano-de-industria-cultura-y-educativa Torres Restrepo, Camilo y Berta Corredor Rodríguez, Currie, Lauchlin, The Basis of a Development Program Las Escuelas Radiofónicas de Sutatenza, Colombia: for Colombia; Report of a Mission headed by Laughlin evaluación sociológica de los resultados, Bogotá, Currie and Sponsored by the International Bank for Centro de Investigaciones Sociales; Friburgo, Feres Reconstruction and Development in Collaboration y Madrid, Sucesores de Rivadeneyra, 1961. with the Government of Colombia, Baltimore, The Johns Hopkins University Press, 1950. Wiliford, Thomas J., “Political Dissemination of the Judeo- Masonic Conspiracy Theory and the Outbreak of La McAnany, Emile G., “Radio’s Role in Development: Five Violencia in Colombia, 1920-1946”, en Esther Webman, Strategies of Use”, Institute for Communication ed., The Global Impact of the Protocols of the Elders of Research, Stanford University, 1973, disponible en: Zion: A Century-Old Myth, Londres, Routledge, 2011. http://pdf.usaid.gov/pdf_docs/pnaad453.pdf Archivos Primer Congreso Católico Latinoamericano Sobre Problemas Archivo ACPO-Radio Sutatenza, Biblioteca Luis Ángel de la Vida Rural [Manizales, Colombia, 11-18 de enero Arango, Colección Banco de la República, Bogotá. de 1953], Manizales, Imprenta Departamental, 1953. Archivo The Catholic University of America “Radio Message on the Occasion of the Inauguration of the (ACUA), Washington. Catholic Radio Network of Sutatenza”, disponible en: www.vatican.va/holy_father/pius_xii/speeches Fonoteca, Radio Nacional de Colombia Bogotá.

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ACPO Y EL ENCUENTRO DE LOS CAMPESINOS COLOMBIANOS CON EL PAPA PABLO VI, 1968 67

ACPO Y EL ENCUENTRO DE LOS CAMPESINOS COLOMBIANOS CON EL PAPA PABLO VI, 1968

Ayder Berrío Puerta

Licenciado en Filosofía y Magíster en Ciencias Políticas de la Universidad de Antioquia (Medellín) Magíster en Historia y estudiante del Doctorado en Historia de la Universidad de los Andes “El desarrollo es el nuevo nombre de la paz”

Pablo VI, Populorum Progressio, p. 76 a visita del papa Pablo VI a Colombia, en agosto de 1968, fue un acontecimiento sin precedentes para un país marcadamente ca- tólico que hasta entonces no había recibido a un sumo pontífice L en su territorio. Esta ocasión privilegiada se convirtió en una oportunidad para que acpo demostrara su poder de convocatoria entre el campesinado colombiano, al organizar un encuentro del papa con campe- sinos provenientes de todo el país en las inmediaciones del municipio de Mosquera (Cundinamarca). A continuación, registraremos las implicacio- nes que tuvo para acpo el que más de 300.000 campesinos acompañaran esta inusitada movilización atendiendo los mensajes de preparación del encuentro emitidos por Radio Sutatenza y registrados en el semanario El Campesino, en lo que los directivos de acpo llamaron “día del desarrollo”.

El sacerdote fundador de acpo, José Joaquín Salcedo Guarín, ya había tenido contacto con Pablo VI cuando en 1965 este le solicitó que lo acompañara a Nueva York en calidad de protonotario apostólico (funcionario designado por el papa para alguna tarea excepcional) con el objetivo de ayudarle en los pormenores de su alocución, la primera de un papa, en una sesión de 70 AYDER BERRÍO PUERTA

las Naciones Unidas. Esta cercanía del entonces director de acpo con el sumo pontífice, en los temas relativos a la alfabetización y a la gestión de comunicaciones durante las reuniones finales del Concilio Vaticano II, le permitió conocer de primera mano la noticia de la visita papal a Co- lombia entre el 22 y el 24 de 1968. Salcedo sugeri- ría a su santidad, con buen recibo de su parte, un encuentro con los campesinos de Colombia con los que acpo trabajaba desde mediados de siglo en aras de su bienestar personal y social.1

La cercanía de acpo con la Santa Sede, que por aquel entonces estaba muy interesada en fomen- tar la difusión de la fe católica mediante el uso de las nuevas tecnologías de la época, inició en el pontificado de Pío XII quien, el 11 de abril de 1953, envió un saludo a la entidad celebrando la inau- guración de las nuevas instalaciones en Sutatenza (Boyacá) y el uso de la radiodifusión para el noble IMAGEN 1 fin de educar a los campesinos.2 Por su parte, Juan XXIII, el 12 de junio de Su santidad el papa Pablo VI en el Encuentro Campesino en el Campo de San José 1960, envió desde Roma —con transmisión en directo por Radio Sutaten- [Fotografía] za— su bendición y saludo a los campesinos colombianos con motivo de la Fotógrafo: no registra 1968 inauguración del nuevo transmisor de la cadena radial:

Hace siete años Nuestro Predecesor, de feliz memoria, inauguraba con pa- labras de felicitación la nueva Estación de Radio Sutatenza. A Nos en este día cabe la satisfacción de enviar un cordial saludo a todo el amadísimo

1 Luis Zalamea, Un Quijote visionario, Bogotá, Jorge Plazas Editor, 1994, p. 195. 2 Pío XII, “Radiomensaje de su santidad Pío XII a los fieles y campesinos de Colombia con motivo de la inauguración de las nuevas instalaciones de Radio Sutatenza”, disponible en: http://w2.vatican. va/content/pius-xii/es/speeches/1953/documents/hf_p-xii_spe_19530411_radio-sutatenza.ht ACPO Y EL ENCUENTRO DE LOS CAMPESINOS COLOMBIANOS CON EL PAPA PABLO VI, 1968 71 pueblo colombiano, a través del nuevo y poderoso transmisor que viene a potenciar la labor —ya cargada de frutos— de las Escuelas Radiofónicas. […] La evolución rápida de la sociedad moderna supone el cumplimiento de no fáciles deberes para los cuales el hombre no se ha de considerar preparado si le falta una instrucción básica y una educación suficiente: sin éstas no podrá el ciudadano afrontar las responsabilidades que la participación en la vida familiar, social y política le impone. Bien empleadas serán, pues, amados campesinos de Colombia, las horas libres del cultivo de vuestros campos que dediquéis a la escuela. Serán horas preciosas en que, sin separaros del hogar, podréis proveer a la elevación de vuestro espíritu satisfaciendo al mismo tiempo las aspiraciones de belleza y bondad que toda alma alimen- ta y valorizando además las riquezas de un patrimonio nacional de secular sabiduría y de fe arraigada.3

La visita del papa Pablo VI en 1968 coincidió con un momento privilegia- do, resultado de la evolución institucional de acpo y Radio Sutatenza que había comenzado una década antes. Desde inicios del gobierno del general Gustavo Rojas Pinilla (quien fuera cercano a la entidad y al sacerdote Salce- do antes de asumir el poder en 1953) acpo tuvo un marcado crecimiento en su infraestructura institucional representado en la compra de terrenos y la construcción de edificaciones en Sutatenza y Bogotá, y las primeras com- pras de materiales para la enseñanza, en particular radios, antenas y pilas. A partir del año 1954 el patrimonio de la entidad pasó de 950.608 pesos a 1.967.000, alcanzando la cifra de 9.628.000 pesos en 1956 gracias a diversos auxilios gubernamentales, gestiones comerciales de la entidad con la Caja de Crédito Agrario y donaciones de la unesco. Para 1957 y 1958 la entidad recibió aportes provenientes del Ministerio de Hacienda y Crédito Público, con el fin de incrementar las campañas de alfabetización que adelantaban las Escuelas Radiofónicas, por la suma de 4.500.000 pesos anuales, tal y como

3 Juan XXIII, “Radiomensaje del papa Juan XXIII con motivo del nuevo transmisor de Radio Sutatenza de Colombia”, disponible en: https://w2.vatican.va/content/john-xxiii/es/messages/ pont_messages/1960/documents/hf_j-xxiii_mes_19600612_sutanteza.html 72 AYDER BERRÍO PUERTA

lo anuncia el decreto legislativo 2367 de 1956. Esta inyección de capital le permitió a acpo realizar compras en el exterior por más de un millón de dólares de la época representados en más de 5.000 radios, 39.000 pilas, ma- teriales electrónicos e insumos para procesos editoriales registrando, según cifras de la entidad, un presupuesto de 17.127.810 a junio de 1957.4

Semejante crecimiento económico llevó a las directivas de acpo a considerar un replanteamiento en la filosofía y misión institucional, ahora entendida como una entidad de la Iglesia católica colombiana comprometida con el bienestar y el desarrollo de todos los campesinos de Colombia y no solo de los vecinos de una apartada región del departamento de Boyacá. Dicha reconfigu- ración estuvo a cargo del sacerdote y sociólogo belga Françoise Houtart, quien en 1960 sintetizó los principios de la nueva acpo. El documento, en el que también participó el sacerdote colombiano Gustavo Pérez, por ese entonces estudiante de Houtart en la Universidad de Lovaina, lleva por título Acción cultural popular: sus principios y medios de acción. Consideraciones teológicas y sociológicas. En la presentación del documento, conocido entre los miembros de acpo como el “libro azul” por el color de su portada, el sacerdote Félix Restrepo anuncia que más que hablar de las Escuelas de Sutatenza es preciso hablar de Acción Cultural Popular, a la que denomina como “la gran empresa educativa del Episcopado colombiano”,5 afirmación, por demás, cargada de matices para lo que será el desarrollo posterior de la entidad y sus diferencias, dos décadas después, con el episcopado colombiano frente a los alcances y el sentido de su labor pastoral con los campesinos de Colombia.

El “libro azul” se presenta como un manual ejemplar para que los simpa- tizantes de acpo tengan un compendio ideológico y un verdadero plan

4 Acción Cultural Popular (ACPO), Sacerdotes y seglares en la obra educativa popular en Colombia. Las Escuelas Radiofónicas y su labor de 1954 a 1957 [Informe de la Dirección General de Acción Cultural Popular a la II Asamblea General de la Institución, 1957], Bogotá, Editorial Pío XI, 1957. 5 Francisco Houtart y Gustavo Pérez, Acción Cultural Popular: sus principios y medios de acción. Con- sideraciones teológicas y sociológicas, Bogotá, Editora Pío X, 1960, p. 6. ACPO Y EL ENCUENTRO DE LOS CAMPESINOS COLOMBIANOS CON EL PAPA PABLO VI, 1968 73 de campaña para la entidad. Houtart y Pérez presentaban una acpo que, superada ya su época de organización y consolidación inicial entre 1947 y 1960, debía prepararse para una etapa de acción intensiva durante la década de los años sesenta. Esta consistía en promover la integración entre la vida cultural y social de los campesinos colombianos por medio de la educación fundamental que, mediante la enseñanza de las nociones del alfabeto, los números, la economía y el trabajo, la salud y la espiritualidad cristiana, pre- pararía a los campesinos colombianos en el uso de la técnica pero también en el liderazgo personal y comunitario, de cara al advenimiento del cambio social por medio del cual se gestarían las condiciones para el comienzo de una sociedad rural industrializada, desde luego, con la participación deci- dida del Estado colombiano y de las entidades auxiliares como acpo.

En consonancia con los cambios propuestos en el componente de educa- ción fundamental, presentado en el “libro azul”, acpo decide reforzar los programas de alfabetización con campañas educativas que impacten en la cotidianidad y bienestar del campesinado, las publicaciones de la llamada Biblioteca del Campesino y una mayor difusión de El Campesino que ya con- taba con buen recibo entre los seguidores de los programas de la entidad. La continuidad en el apoyo del gobierno nacional fue decisiva en este proceso de acción intensiva de acpo, durante la década de los años sesenta, por medio de subvenciones directas y el incremento en el número de contratos en temas de alfabetización, capacitación de maestros, extensionismo rural y salud pública en los que el sistema de medios de acpo fungía como alia- do de un estado incapaz, por aquel entonces, de suplir buena parte de sus necesidades en estas áreas.

El 14 de febrero de 1962 el primer gobierno del Frente Nacional, en cabeza del presidente Alberto Lleras Camargo, con ocasión del lanzamiento de las cartillas de acpo, ratificaba su apoyo decidido a la misión de la entidad: si a la soledad del campesino se suma el aislamiento de su ignorancia la situación no es menos dura. La educación fundamental o elemental es 74 AYDER BERRÍO PUERTA

IMAGEN 2 Carlos Lleras Restrepo y José Joaquín Salcedo durante una de sus reuniones de apoyo a ACPO [Fotografía] Fotógrafo: no registra ca. 1968 ACPO Y EL ENCUENTRO DE LOS CAMPESINOS COLOMBIANOS CON EL PAPA PABLO VI, 1968 75

indispensable para sostener una mínima capa- cidad económica. Si no lee, escribe, suma, resta, multiplica y divide; si no sabe manejar sus máqui- nas sin ayuda ajena, aplicar abonos, comunicarse con quienes ensayan nuevos métodos, entrar en contacto con las fuentes de ayuda y crédito oficial es forzosamente un ser inferior en la comunidad.6

El también presidente Carlos Lleras Restrepo, quien continuó con el apoyo a acpo e incluso la avaló para solicitar fondos ante el Banco Intera- mericano de Desarrollo (BID) y la Agencia Inter- nacional para el Desarrollo (AID), declaraba en marzo de 1967, en una visita a sus instalaciones en Sutatenza (Boyacá) —consideradas por aquel IMAGEN 3 entonces como referente del desarrollo del campo colombiano—: “Acción Recibimiento del papa Pablo VI en el Aeropuerto El Dorado (Bogotá) Cultural Popular está transformando al campesino y también está trans- [Fotografía] formando a la clase dirigente. Quiero decirle a la Nación que el Gobierno Fotógrafo: no registra 1968 de Colombia reconoce plenamente la labor que Acción Cultural Popular ha desarrollado y desarrollará por la capacitación de las gentes del campo”.7

Poco después de las 10 de la mañana del 22 de agosto de 1968 la aeronave de Avianca que transportaba al papa Pablo VI arribó en el Aeropuerto El Dorado en Bogotá. Una multitud de fieles aguardaba por el sumo pontífice agitando pañuelos blancos y gritando al unísono “viva el papa, viva el papa”. El papa besó el suelo, como es su costumbre, y recibió un saludo por parte del presidente Carlos Lleras Restrepo. Poco después, se dirigió al pueblo colombiano y latinoamericano:

6 “Fragmento discurso presidente Alberto Lleras Camargo en entrega de las primeras cartillas de alfabetización” [14 de febrero de 1962], en: Álbum Radio Sutatenza: 60 años de un sueño [cd- rom], Bogotá, Radio Nacional de Colombia, 2008. 7 L. Zalamea, op. cit., p. 202. 76 AYDER BERRÍO PUERTA

un gozo íntimo y una trepidante conmoción inva- den nuestro ánimo al ver que la Providencia nos ha reservado el privilegio de ser el primer Papa que llega a esta nobilísima tierra, a este cristiano continente, donde un día arcano comenzó a aña- dirse la altura de la Cruz sobre las cimas andinas y, en los viejos caminos de los chibchas [...] empezó a dibujarse la silueta de Cristo.8

Luego, el papa emprendió un recorrido de quince kilómetros hasta la Plaza de Bolívar donde una multitud esperaba su bendición. Comenzaba así el corto pero intenso periplo del sumo pontífice por Colombia con ocasión de la instalación del XXXIX Congreso Eucarístico Internacional con sede en Bogotá y de la II Conferencia General del Episcopado Colombiano celebrada en Medellín.

IMAGEN 4 Al día siguiente sería el tan esperado encuentro entre el papa y los más de Maqueta del templete que se construiría cerca al Bosque Popular 300.000 campesinos junto a algunas delegaciones de otros países del con- en Bogotá para la celebración del tinente en el Campo de San José, ubicado a las afueras del municipio de Congreso Eucarístico Internacional [Fotografía] Mosquera (Cundinamarca). Dicho encuentro demostró el poder de convo- Fotógrafo: no registra catoria de la institución entre los campesinos colombianos y su capacidad Sin fecha de gestión administrativa al encargarse de la mayor parte de la organización del evento. En él, acpo también aprovechó para que los nuevos transmi- sores obtenidos con los recursos de las nuevas alianzas con organismos multilaterales y que aumentarían la potencia de Radio Sutatenza de 98 a 580 kilovatios tuvieran la bendición papal.

8 Luis Carlos Mantilla Ruiz, “Visita del Papa Pablo VI a Colombia: agosto 22 a 24 de 1968”, Revis- ta Credencial Historia, Bogotá, 1999, núm. 117, disponible en: http://www.banrepcultural.org/ node/32975 ACPO Y EL ENCUENTRO DE LOS CAMPESINOS COLOMBIANOS CON EL PAPA PABLO VI, 1968 77

Un mes antes del encuentro, una comisión integrada por el ministro de go- bierno Misael Pastrana Borrero, monseñor Raúl Zambrano, monseñor José Joaquín Salcedo, miembros del Ejército y de la Policía Nacional acordó la lo- gística para ultimar los detalles relativos a vías de acceso, servicios públicos, atención médica e hidratación de los campesinos e invitados en los más de cinco kilómetros del área circundante al Campo de San José donde se llevaría a cabo el encuentro.

Los preparativos para al encuentro campesino con el papa Pablo VI fueron asumidos por acpo como una oportunidad única para visibilizar los mayo- res problemas, desde su punto de vista, del campesinado colombiano. En El Campesino se publicaron diversos contenidos y reportajes sobre las necesida- des del campo y los campesinos en el país, entrevistas con personajes de la vida nacional y miembros destacados de la Iglesia católica sobre la oportuni- dad que brindaba el encuentro con el papa —como punto de partida— para acrecentar la inversión pública y privada en el campo, coplas, crucigramas, afiches y pequeños textos que invitaban a los lectores a concientizarse de sus problemáticas frente a su desarrollo personal y el de sus comunidades. Además, se ofrecieron artículos sobre la vida de Pablo VI y su compromiso con el mejoramiento de la situación de los pobres del mundo, sobre el Con- cilio Vaticano II y sus repercusiones para Colombia y Latinoamérica, sobre la doble importancia que revistió la visita del santo padre por primera vez a Colombia, y la realización del Congreso Eucarístico en la ciudad de Bogotá.

Una de las piezas publicitarias usada con más frecuencia para motivar la discusión entre los interesados en asistir al encuentro campesino con el papa en Mosquera presentaba, en un recuadro amarillo o verde a media página en El Campesino, algunos numerales de la encíclica Populorum Progressio (1967) acompañados de algunos puntos clave sobre los que los campesinos debían reflexionar antes de la llegada del papa. Por ejemplo, en las ediciones número 533 (21 de julio de 1968) y 532 (14 de julio de 1968) se citaban los numerales 34 y 15 respectivamente: 78 AYDER BERRÍO PUERTA

el hombre no es verdaderamente hombre, más que en la medida en que, dueño de sus acciones y juez de la importancia de éstas, se hace él mismo autor de su progreso, según la naturaleza que le ha sido dada por su Creador, y de la cual asume libremente las posibilidades y las exigencias […] dotado de inteligencia y de libertad, el hombre es responsable de su crecimiento, lo mismo que de su salvación. Ayudado, y a veces estorbado, por los que lo educan y lo rodean, cada uno permanece siempre, sean los que sean los in- flujos que sobre él se ejercen, el artífice principal de su éxito o de su fracaso: por solo el esfuerzo de su inteligencia y de su voluntad, cada hombre puede crecer en humanidad, valer más, ser más.9

En otro segmento del mismo mensaje de invitación se destacaban tres pre- guntas pensadas para promover la discusión entre lectores y líderes de acpo en contacto con los campesinos: “1. ¿Cómo usamos la inteligencia? 2. ¿Por qué somos responsables? 3. ¿Qué hacer para ser más dignos?”.10 Tres cues- tionamientos muy en línea con la dimensión personal y comunitaria del desarrollo, por la que abogaba el papa VI, como resultado evidente de la instauración del desarrollo integral, como una prerrogativa de los pueblos subdesarrollados para que estos fueran los artífices de su progreso y los dueños de su destino.

En cuanto a la logística del evento se insistía, cada semana desde julio de 1968, en El Campesino, en la importancia de una coordinación efectiva entre los campesinos interesados en asistir a la peregrinación al Campo de San José: una vestimenta adecuada para las condiciones climáticas, distintivos por regiones, conjuntos musicales campesinos, manejo de la alimentación —pues no era seguro que los organizadores pudieran proveerla— y coordi- nación con las familias y las parroquias de la región que albergarían a la ma- yoría de campesinos. Con el objetivo de evitar malos entendidos y acallar los

9 Pablo VI, Populorum Progressio (1967), disponible en: http://w2.vatican.va/content/paul-vi/es/ encyclicals/documents/hf_p-vi_enc_26031967_populorum.html 10 El Campesino, Bogotá, 21 de julio de 1968, núm. 553. IMAGEN 5 “Escenario del encuentro con el Papa. Un acto trascendental para la historia del desarrollo en América Latina” [Portada de prensa] ACPO 1968 IMAGEN 6 Portada edición extraordinaria. El Campesino, domingo 18 de agosto [Portada de prensa] ACPO 1968 Más información en ACPO Y EL ENCUENTRO DE LOS CAMPESINOS COLOMBIANOS CON EL PAPA PABLO VI, 1968 81 rumores acerca de un encuentro solo para campesinos beneficiarios de acpo y de sus programas, la entidad enfatizó en repetidas ocasiones, por Radio Sutatenza y El Campesino, que al encuentro estaban invitadas todas aquellas agrupaciones que trabajaran con el campesinado sin distingo alguno: las federaciones gremiales, la Acción Comunal, las cooperativas, las pa- rroquias, los grupos sociales y culturales hacen bien en sentirse con todo el derecho de participar en el encuentro campesino con el Papa [...] de la misma manera que esta Institución interviene con sus equipos humanos y recursos para cumplir que se le encomendó, otras entidades públicas y privadas están colaborando con entusiasmo y decisión.11

La edición número 516 de El Campesino presenta una singular iniciativa de parte del padre Héctor Durán, del municipio de la Mesa (Cundinamarca), quien día a día, desde junio de 1968, salió a caminar en compañía de algu- nos de sus feligreses con el objetivo de ganar estado físico para recorrer los cincuenta kilómetros que separaban su población y el Campo de San José en Mosquera. Este grupo también visitó a pie las veredas y municipios aledaños convocando a los dirigentes de la región, maestros, médicos, re- ligiosos y campesinos para hablar sobre la relevancia del evento, toda vez que posibilitaba, según Durán, salir del aislamiento en que se encontraba la población campesina y tomar conciencia de la importancia de unir esfuerzos en pro del desarrollo y mejoramiento de sus condiciones de vida mediante la educación fundamental.12

El 23 de agosto de 1968, a las once de la mañana, arribó en un helicóptero de la Fuerza Área colombiana el papa Pablo VI. El sumo pontífice tomó su lugar en una plataforma dispuesta para la ocasión y saludó a los presentes diciendo “¡Salve, campesinos de Colombia! ¡Salve trabajadores de la tierra en América Latina!”, ofició la santa misa y en la homilía se dirigió a la multitud

11 El Campesino, Bogotá, 14 de julio de 1968, núm. 552, p. 4. 12 Ibíd., p. 2. 82 AYDER BERRÍO PUERTA

campesina reunida en el Campo de San José insis- tiendo en que profundizaran en la doctrina social de la Iglesia como guía para su desarrollo, la jus- ticia y la paz, al tiempo que recordó los peligros del marxismo y de la rebelión:

Porque conocemos las condiciones de vuestra exis- tencia: condiciones de miseria para muchos de vo- sotros, a veces inferiores a la exigencia normal de la vida humana. Nos estáis ahora escuchando en silencio; pero oímos el grito que sube de vuestro sufrimiento y del de la mayor parte de la huma- nidad […] hoy el problema se ha agravado porque habéis tomado conciencia de vuestras necesidades y de vuestros sufrimientos y, como otros muchos en el mundo, no podéis tolerar que estas condicio- nes deban perdurar siempre sin ponerles solícito IMAGEN 7 remedio […] exhortamos a todos los Gobiernos de América Latina y de los Delegaciones de campesinos llegando al Campo de San José en Mosquera otros continentes, como también a todas las clases dirigentes y acomodadas, [Fotografía] a seguir afrontando con perspectivas amplias y valientes, las reformas nece- Fotógrafo: no registra 1968 sarias que garanticen un orden social más eficiente, con ventajas progresivas de las clases hoy menos favorecidas y con una más equitativa aportación de impuestos por parte de las clases más pudientes; en particular de aquellas que poseyendo latifundios no están en grado de hacerlos más fecundos y productivos […] procurad estar unidos y organizaros bajo el signo cristiano, y capacitaros para modernizar los métodos de vuestro trabajo rural; amad vuestros campos y estimad la función humana, económica y civil de traba- jadores de la tierra, que vosotros ejercitáis.13

13 Pablo VI, “Peregrinación apostólica a Bogotá. Santa misa para los campesinos colombianos. Homilía del Santo Padre Pablo VI”, disponible en: https://w2.vatican.va/content/paul-vi/es/ho- milies/1968/documents/hf_p-vi_hom_19680823.html ACPO Y EL ENCUENTRO DE LOS CAMPESINOS COLOMBIANOS CON EL PAPA PABLO VI, 1968 83

IMAGEN 8 Aspecto del Campo de San José en el momento de la llegada del papa Pablo VI al Encuentro Campesino (día del desarrollo) [Fotografía] Fotógrafo: no registra 1968 84 AYDER BERRÍO PUERTA

Terminada la misa el papa recorrió el Campo de San José en un jeep siguiendo un trazado de más de tres kilómetros diseñado en forma de cruz. En él pudo tener contacto con campesinos que llegaron de todos los rincones del país y parejas de campesinos, vestidos con sus trajes típicos, en representación de los demás países de Latinoamérica, cargados con ofrendas de flores y arte- sanías y que acudieron al lugar designado para el encuentro motivados por ver a un Pablo VI comprometido con la causa de su desarrollo. El encuentro, que también fue transmitido en directo por la televisión italiana y españo- la, culminó con una rueda de prensa en las instalaciones de acpo donde el papa entregó algunas declaraciones a miembros de la prensa internacional y bendijo los nuevos transmisores de Radio Sutatenza.

IMAGEN 9 Campesinos chilenos entregan un El editorial del 1 de septiembre de 1968 de El Campesino celebraba la disposi- recuerdo de su país al papa Pablo VI ción y tenacidad con la que tantos campesinos sopesaron las dificultades cli- [Fotografía] Fotógrafo: no registra máticas y el agotador esfuerzo físico en este peregrinaje para ratificar su fide- 1968 lidad a la Iglesia y su compromiso con su desarrollo personal y comunitario:

¿Cuántos hombres nuevos van a surgir en los cam- pos de América Latina después de que escucharon las palabras del Papa en San José? ¿Cuántos con nuevos sentimientos, con nuevas ideas, con una fuerza interna que los hará poner su mente y sus propias manos en la tarea de su dignificación? Y la fuerza de contagio de estos grandes ideales del desarrollo ¿A cuántos millones alcanzará? Como bien lo expresó un campesino de Córdoba, que temblaba de emoción por el frío de la Sabana de Bogotá: después de haber visto al Papa en unión de mis hermanos de Colombia, creo que soy un hombre nuevo.14

14 El Campesino, Bogotá, 1 de septiembre de 1968, núm. 559. ACPO Y EL ENCUENTRO DE LOS CAMPESINOS COLOMBIANOS CON EL PAPA PABLO VI, 1968 85

El encuentro del papa Pablo VI con los campesinos de Colombia, más allá del recuento de un suceso inusitado que demostró el poder de convocatoria de acpo, su capacidad de gestión y sus buenas re- laciones con el gobierno nacional, no estuvo exen- to de críticas afincadas, en su mayoría, aludiendo a que se trataba únicamente de un acto de fervor piadoso, de aquellos que tradicionalmente carac- terizan al pueblo campesino, por lo que no resul- taba conveniente producir más molestias a las que ya suponía este desplazamiento para el santo padre a Colombia. La recurrente polarización de la sociedad colombiana, en diversos momentos de la historia de acpo, se dejó sentir desde varios sectores políticos y sociales que desconocían el IMAGEN 10 trabajo de la organización, otros que la subestimaban con el argumento Campesinos en el Campo de San José [Fotografía] de que se trataba de un programa costoso, ineficaz y “electorero”, e incluso, Fotógrafo: no registra algunos sectores dentro de la misma Iglesia católica sostenían diferencias 1968 con la forma en que acpo trabajaba con el campesinado.

Semanas antes del evento se anunciaba en el diario La República:

Sutatenza se convirtió en un jardín florido. Mansiones, campos de recrea- ción, casas de columnado clásico, suntuosidad, aunque a diez cuadras el rancho miserable continuará abrigando familias pobres, sin derecho a dis- frutar de la cultura. Ahora los transmisores van rumbo a Mosquera [...] Y el gobierno nacional que invirtió tantos millones en la obra que sería asombro de los cinco continentes ¿Qué beneficio positivo ha recibido?15

15 Columna de “Xenius”, La República, Bogotá, 11 de julio de 1968. IMAGEN 11 Portada de El Campesino, domingo 1 de septiembre [Portada de prensa] ACPO 1968 ACPO Y EL ENCUENTRO DE LOS CAMPESINOS COLOMBIANOS CON EL PAPA PABLO VI, 1968 87

Por su parte, Eduardo Mendoza Varela, en el diario El Tiempo, sostenía:

en tractor, en jeep, o en una carreta tirada por una yunta, no importa. Lo esen- cial es que el Pontífice bendiga de cuerpo presente los viejos implementos de la nueva emisora. Mitad de Norteamérica, mitad de lo que le cercenaron a Sutatenza, pueblo boyacense con quince mil habitantes, y unos cuantos edificios y estudios, capaces de albergar todas las intenciones, pero también todos los fantasmas.16

Incluso, desde otras agrupaciones católicas se manifestó la incomodidad frente a la selección de la agenda de Pablo VI en su visita a Colombia. El pres- bítero Rafael García Herreros sostuvo en una carta abierta al santo padre: “tú sabes Paulo VI que yo no tengo acceso a las altas jerarquías eclesiásticas donde se trazan los programas [...] Fue horrible el trabajo inmisericorde, hacer 500 casas para TI, Paulo. Trabajar de día y de noche. Pero nadie lo supo. Nadie te contó la hazaña”.17

En un plano más amplio, la vigencia de la Revolución Cubana, los sucesos del Mayo de París, los movimientos guerrilleros y la emergencia de voces disidentes dentro de la Iglesia católica latinoamericana motivaron la protesta de algunos grupos dentro de la sociedad colombiana inconformes con las políticas sociales del gobierno de Carlos Lleras Restrepo. Según el historiador Óscar Calvo, en su obra Medellín (rojo) 1968, hubo constantes informes de inteligencia que señalaban que desde julio de ese año familiares y seguidores de Camilo Torres (en algún momento colaborador de acpo y amigo personal de monseñor Salcedo) dirigirían una carta al papa reclamando el cuerpo del sacerdote guerrillero. Se rumoró incluso que el Partido Comunista quería desprestigiar al Congreso Eucarístico y al gobierno colombiano durante la visita papal; que los taxistas protestarían bloqueando Bogotá en represalia frente a los controles a la importación de vehículos y que, el concejal de

16 Eduardo Mendoza Varela, “Elegía para Sutatenza”, El Tiempo, Bogotá, 13 de julio de 1968. 17 Rafael García Herreros (Pbro.), “Tarjeta para su Santidad”, , Bogotá, 13 julio de 1968. 88 AYDER BERRÍO PUERTA

Bogotá, Leopoldo García, estaría programando una toma masiva de terrenos para el 22 de agosto organizando a más de 5.000 personas bajo la premisa de resistir a la policía y nombrar los terrenos tomados con el nombre Pablo VI.18

Más allá de las protestas del momento, la visita del papa Pablo VI tuvo un resultado favorable para el gobierno colombiano y para la propia imagen del país ante la comunidad internacional. Por su parte, acpo demostró su capacidad de convocatoria dentro del campesinado colombiano y confirmó que la buena relación de sus directivas con los gobiernos del Frente Nacional, independiente de su filiación política, redundaría en réditos considerables para ambas partes como lo atestiguan las imágenes y memorias del encuen- tro campesino en el Campo de San José.

El proyecto de acpo y su cadena Radio Sutatenza, como anotamos antes, no estuvo exento de críticas entre la variedad de posiciones políticas, mo- vimientos sociales y divergencias dentro de la propia Iglesia católica que trataron a su manera de ofrecer soluciones alternativas ante la compleja situación del campesinado y, por demás, de la sociedad colombiana del momento. Más allá de las críticas es preciso anotar que las preocupaciones de acpo por el campesinado colombiano estuvieron enmarcadas dentro de las reflexiones de la II Conferencia Episcopal Latinoamericana en cuan- to a la injusticia en la distribución de la tierra (Reforma Agraria Integral en Colombia) y de las riquezas en América Latina, la necesidad de aplicar los planteamientos del Concilio Vaticano II al contexto sociocultural de la región y, en particular, la integración de los grupos marginados (como el campesinado) al desarrollo de la región, frente a lo cual la educación se presentaba como herramienta invaluable para reducir los altos índices de analfabetismo y poner en marcha una educación acorde con las exigencias del desarrollo socioeconómico.

18 Óscar Calvo Isaza y Mayra Parra Salazar, Medellín (rojo) 1968. Protesta social, secularización y vida urbana en las jornadas de la II Conferencia General del Episcopado Latinoamericano, Bogotá, Planeta, 2012, p. 81. ACPO Y EL ENCUENTRO DE LOS CAMPESINOS COLOMBIANOS CON EL PAPA PABLO VI, 1968 89

El “libro azul”, al que nos referimos antes, concibe el estado de subdesarro- llo económico y social del mundo rural en América Latina como un hecho cultural antes que como una situación auspiciada únicamente por la falta de infraestructura y recursos. Este cambio sociocultural del campesinado para que tome aprecio por su tierra, por la educación, el mejoramiento de las técnicas agrícolas y la participación política en pro de su bienestar no es algo que se pueda dar de la noche a la mañana si lo que se pretende es cambiar la organización social. Por tal motivo, acpo no vio con buenos ojos las propuestas que en este sentido tuvieron otras instituciones y acto- res cercanos al socialismo y al comunismo puesto que no era viable, según acpo, cambiar por la fuerza toda la estructura y comportamiento en una sociedad para lograr “progreso” en el mundo sin antes asegurar un cambio en el esquema de pensamiento de los individuos que privilegiara el carácter espiritual del hombre sobre la distribución de los bienes materiales.19

Hoy en día, con beneficio de inventario, podemos apreciar otras perspectivas de una entidad que tuvo a la lucha contra el analfabetismo, al desarrollo auto- sostenible de la familia campesina y a la formación de líderes para el campo colombiano como banderas y que, con relativo éxito, logró tener algún nivel de impacto entre aquellos que se sintieron acogidos por su filosofía de for- mación personal integral, adopción de innovaciones tecnológicas y cambio gradual de las estructuras sociales por medio del trabajo comunitario.

19 F. Houtart y G. Pérez, op. cit., pp. 28, 40. IMAGEN 12 Recibimiento del papa Pablo VI en el Aeropuerto El Dorado (Bogotá) [Fotografía] Fotógrafo: no registra 1968 ACPO Y EL ENCUENTRO DE LOS CAMPESINOS COLOMBIANOS CON EL PAPA PABLO VI, 1968 91

REFERENCIAS

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Calvo Isaza, Óscar y Mayra Parra Salazar, Medellín Pablo VI, “Peregrinación Apostólica a Bogotá. Santa (Rojo) 1968. Protesta social, secularización y vida misa para los campesinos colombianos. Homilía urbana en las jornadas de la II Conferencia General del del Santo Padre Pablo VI”, disponible en: https:// Episcopado Latinoamericano, Bogotá, Planeta, 2012. w2.vatican.va/content/paul-vi/es/homilies/1968/ documents/hf_p-vi_hom_19680823.html “Fragmento discurso presidente Alberto Lleras Camargo en entrega de las primeras cartillas de ______, Populorum Progressio (1967), disponible en: alfabetización” [14 de febrero de 1962], en: Álbum http://w2.vatican.va/content/paul-vi/es/encyclicals/ Radio Sutatenza: 60 años de un sueño [cd-rom], documents/hf_p-vi_enc_26031967_populorum.html Bogotá, Radio Nacional de Colombia, 2008. Pío XII, “Radiomensaje de su santidad Pío XII a los García Herreros, Rafael (Pbro.), “Tarjeta para su Santidad”, fieles y campesinos de Colombia con motivo de la El Espectador, 13 de julio de 1968. inauguración de las nuevas instalaciones de Radio Sutatenza”, disponible en: http://w2.vatican.va/ Houtart, Francisco y Gustavo Pérez, Acción Cultural content/pius-xii/es/speeches/1953/documents/ Popular: sus principios y medios de acción. Consideraciones hf_p-xii_spe_19530411_radio-sutatenza.html teológicas y sociológicas, Bogotá, Editora Pío X, 1960. Zalamea, Luis, Un Quijote visionario, Bogotá, Juan XXIII, “Radiomensaje del papa Juan XXIII con Jorge Plazas Editor, 1994. motivo del nuevo transmisor de Radio Sutatenza de Colombia”, disponible en: https://w2.vatican.va/ Periódicos content/john-xxiii/es/messages/pont_messages/1960/ El Campesino, Bogotá. documents/hf_j-xxiii_mes_19600612_sutanteza.html El Espectador, Bogotá. El Tiempo, Bogotá. Mantilla Ruiz, Luis Carlos, “Visita del Papa Pablo VI a La República, Bogotá. Colombia: agosto 22 a 24 de 1968”, Revista Credencial 92Fuente deMARY la ilustración: ROLDÁN Acción Cultural Popular (ACPO), Escuelas Radiofónicas en la vida parroquial, Bogotá, ACPO, s. f., portada [folleto]. ACPO, ESTADO, EDUCACIÓN Y DESARROLLO RURAL EN COLOMBIA, 1947-1974 93

RADIO SUTATENZA: EL MEDIO Y EL REMEDIO*, 1947– 1970

Jorge Rojas Álvarez

Magíster en Historia de la Universidad de los Andes e Ingeniero de Sistemas y Computación de la misma universidad. Sus áreas de interés son las relacionadas con los aspectos históricos y culturales de tecnologías de información y las comunicaciones con propósitos sociales, educación en ingeniería y culturas digitales para la inclusión social 94 JORGE ROJAS ÁLVAREZ

“La Radio —como tantas maravillas de la técnica moderna— es un don precioso del Señor [...] que consideramos perfectamente utilizado cuando, al servicio de la moralidad, de la justicia y del amor, se emplea para difundir la formación cristiana, para colaborar en la elevación intelectual y moral de las naciones”

Fragmento del mensaje de su santidad Pío XII a los campesinos de Colombia, con motivo de la inauguración de los nuevos equipos de Radio Sutatenza en abril de 1953 LOS INICIOS DE LA RADIO EN SUTATENZA Al poco tiempo de que el recién ordenado sacerdote José Joaquín Salcedo Guarín hiciera su arribo a la parroquia de Sutatenza (Boyacá) el 23 de agosto de 1947, instaló una pequeña emisora de radioaficionado con ayuda de su hermano Antonio José Salcedo (Tuco), sacerdote jesuita y técnico radial. Nadie habría imaginado que ese gusto por las ondas sonoras prontamente se transformaría en uno de los programas de alfabetización rural campesina más grandes del país. Tampoco que, con el uso de la radiodifusión como principal medio de acción o enseñanza, se crearía un estilo de uso de la tecnología tan particular que daría identidad a este ambicioso programa durante más de cuarenta años, y cuya propuesta pedagógica impulsaría una forma de enseñar que se replicaría en esfuerzos de la misma índole en América Latina y en latitudes tan lejanas como África y el sudeste asiático.

Los testimonios de los campesinos sobre las primeras sesiones en que mon- señor Salcedo utilizó la radio para realizar transmisiones en la vereda Irzón, dieron cuenta de la sorpresa de los oyentes al escuchar cómo desde ese gran- de y extraño artefacto se emitían voces y melodías, como si las personas se 96 JORGE ROJAS ÁLVAREZ

escondieran dentro de la “caja sonora”. Algunos se preguntaban curiosa- mente “¿cómo el padrecito podía entrar en esa caja tan pequeña?”.

Luego de varias emisiones y pruebas, y con el fin de llevar un mensaje más amplio al campesino mediante programas de música, doctrina cristiana y nociones básicas de alfabetización, el padre Salcedo consiguió un transmisor de onda larga. Los campesinos estaban fascinados: escuchaban puntualmen- te las clases impartidas e invitaban a otros campesinos a escuchar, “toda Sutatenza hervía en actividad…” 1 fue una frase expresiva de doña Concha Sastoque, quien se convirtió en la primera receptora oficial de una Escuela Radiofónica trasmitiendo instrucción gracias a las ondas hertzianas. Sobre el padre Salcedo y la radio, la maestra Sastoque también agregó:

Desde el principio empezó a hablarme de esos embelecos de la radio y de- cía que servía para enseñar y que llegaba a todas partes y que era uno de los medios más modernos para catequizar y alfabetizar... Pensé que eso podía suceder porque me acordé de cuando llegó el telégrafo y de que también parecía un milagro. 2

La acogida de la naciente emisora dio un impulso tan importante al padre Salcedo que decidió ampliar sus esfuerzos y solicitar apoyo del obispo de Tunja, monseñor Crisanto Luque Sánchez. Así se fundaron Radio Sutatenza y las Escuelas Radiofónicas (EERR), una emisora y un programa dedicados exclusivamente a la difusión de la cultura entre el campesinado colombiano. Posteriormente, ambas se convirtieron en la base de una organización que se denominó Acción Cultural Popular (ACPO).

El receptor radial, como nuevo artefacto en el hogar campesino, se conver- tiría en el símbolo de una nueva forma de acercamiento a la modernización para la población rural. Era sinónimo de compañía en las labores cotidianas

1 Acción Cultural Popular (ACPO), “Con sus yuntas de bueyes los campesinos fundaron una obra internacional”, El Campesino, Bogotá, 30 de septiembre de 1962, sección 1. 2 Ibíd. IMAGEN 1 Primer transmisor de Escuelas Radiofónicas en Sutatenza [Fotografía] Fotógrafo: no registra ca. 1969

Transmisor inicial de ACPO para las tres primeras EERR en la vereda de Irzón 98 JORGE ROJAS ÁLVAREZ

del trabajador de la tierra y, poco a poco, se cristalizó en la tecnología pro- metida para facilitar la búsqueda de su crecimiento cultural, económico y espiritual. En Radio Sutatenza, las ondas se materializaron como una luz que posibilitó una forma de acceso a la cultura y al desarrollo de los campesinos.

UNA NUEVA EMISORA EN LA NACIENTE RADIODIFUSIÓN COLOMBIANA Aunque los esfuerzos del padre José Joaquín Salcedo fueron inéditos para las áreas rurales, la Iglesia católica colombiana ya se había mostrado interesada en el uso de este tipo de tecnologías en las ciudades durante los períodos pre- sidenciales de la llamada República Liberal (1930-1946). Algunos ejemplos se encuentran a mediados de la década de los cuarenta, con emisoras de corte edu- cativo católico, como fueron Ecos de Pasto de la Compañía de Jesús en 1941, la Radio Bolivariana en 1948, perteneciente a la Universidad Pontificia Bolivariana de Medellín, y la emisora Reina de Colombia de frailes dominicos en Chiquin- quirá. Finalmente, en 1955 nacieron en Bogotá las emisoras Mariana (liderada por la comunidad agustina) y La Voz de María, que posteriormente tomaría el nombre de Emisora Kennedy. Estas experiencias utilizaron la radio como medio para difundir los valores cristianos en poblaciones urbanas y rurales.

La Iglesia era un mediador importante, tanto para ejecutar políticas de educa- ción en Colombia como para ser una gestora que ayudara a prevenir el fortale- cimiento del comunismo en el continente. Y justamente con esta perspectiva, acpo ideó muchos de los atributos de los programas radiales para conseguir recursos económicos en el extranjero, así como las posibles realizaciones de doctrina y mejoramiento de las condiciones materiales y espirituales del cam- pesino colombiano. El contexto político, económico y social influyó decisiva- mente en la manera de entender y diseñar este tipo de radio en el país.

Complementariamente, al momento de la fundación del programa de las eerr ya aparecían las primeras emisoras culturales como la en 1932 y la Radiodifusora Nacional en 1940, hoy Radio Nacional de Colombia. Por la RADIO SUTATENZA: EL MEDIO Y EL REMEDIO, 1947– 1970 99

misma época también se consolidaban las cadenas radiales Radio Cadena Nacional (RCN), Cadena Radial Colombiana (Caracol) y . Estas tres últimas, de corte urbano y comercial, hicieron parte de la naciente radiodi- fusión del país. Dichas cadenas enlazaron emisoras pequeñas en distintos lugares del país al igual que lo hacían sus contrapartes en la región. Su finan- ciación, y la de muchas emisoras del momento, se basaba principalmente en publicidad radial de productos y servicios prestados en los lugares de su cobertura, con una programación enfocada al entretenimiento a través de la música, la transmisión de eventos deportivos y políticos, tanto nacionales como internacionales, e igualmente de noticieros y especialmente de las primeras radionovelas.

Por su parte, ACPO-Radio Sutatenza se soportó financieramente en apoyos estatales y de cooperación internacional, y además de sus clases radiales poco a poco incorporó noticieros, programas de motivación para el desarrollo, organización de la comunidad, productividad y espiritualidad. También se preocupó por conocer las necesidades de los pueblos a través de la parti- cipación de la audiencia en los diferentes programas. Esta participación se realizaba esencialmente a través de la correspondencia escrita.

EL CAMPESINO TAL COMO ES A comienzos de la década del cincuenta, cuando acpo ya contaba con el apoyo del Ministerio de Educación Nacional, se hablaba de un esfuerzo para organizar sistemáticamente los propósitos del programa y su vínculo con la tecnología radial. acpo elaboró una perspectiva del campesino llamada “el campesino tal como es”, en la cual se observaba como una persona que soporta diversas problemáticas, como la falta de instrucción y el uso de técnicas agrícolas rudimentarias, que era amante de su familia pero que estaba sujeto a condiciones materiales improvisadas en sus hogares y con dificultades de acceso a centros urbanos debido a las largas distancias que los separaban. Adicionalmente, se veía como un creyente en Dios, al que se le dificultaba el desarrollo de sus creencias por los obstáculos para asistir a 100 JORGE ROJAS ÁLVAREZ

las iglesias. De esta forma, se elaboraría lo que acpo llamó las “brechas” o “distancias” entre el campesino y su propio desarrollo.

Con el ánimo de cerrar o acortar esas brechas o distancias se diseñaron las llamadas “realizaciones” de las eerr, que en general pretendían incorporar una o varias de las siguientes acciones educativas en la cotidianidad campe- sina: reforzar los hábitos religiosos, incorporar mejoras en la higiene per- sonal y familiar, estudiar técnicas de productividad agrícola, aumentar las habilidades de lectoescritura y aritmética así como generar oportunidades de recreación que no incluyeran el consumo de licor. Las realizaciones y el medio radial para conseguirlas estaban enfocadas oficialmente a los cam- pesinos mayores de edad, ya que la educación primaria y secundaria para menores de edad debía ser una labor del Ministerio de Educación Nacional.

Las eerr requerían de un medio sencillo que las transportara a los hogares campesinos y lugares de difícil acceso a la educación. El vehículo elegido fue el de las ondas de radio. Estas ondas, que se propagan en el aire en todas las direcciones, que son imposibles de tocar o de sentir y que además carecen de visibilidad al ojo humano, se convirtieron en uno de los pilares de Radio Sutatenza. Así, las ondas llegaban directamente al hogar campesino, toma- ron forma, se podían dibujar, llevaban mensajes santificados por la Iglesia y trasladaban la cultura hacia los oídos de su audiencia.

Sin embargo, no fueron únicamente las ondas las que participaron de esta empresa. A través de algunos símbolos católicos, de las reuniones entre creyentes, de la forma de escuchar la radio y de los artefactos usados en el momento de reunión radiofónica, se pueden observar comportamientos que hablan de una identidad y de prácticas características de este programa.

ESCUCHAR LA RADIO EN GRUPO La estrategia del programa de enseñanza de las eerr se basaba en la reunión de una comunidad o grupo alrededor de un receptor radial. A través del uso de A continuación, se muestran algunas imágenes sobre la perspectiva de “el campesino tal como es” y las “brechas” o distancias que buscaba cerrar el programa:

IMAGEN 2 El campesino tal como es [Ilustración en folleto] Ilustrador: no registra 1951

IMAGEN 3 ¿Por qué es así? [Ilustración en folleto] Ilustrador: no registra 1951

Las distancias considerables respecto a la ciudad, tanto en términos físicos, culturales y la carencia de tiempo para salir de su aislamiento, representaban un foso, un abismo insalvable para su desarrollo. Las siguientes imágenes muestran la forma en que las “brechas” eran cerradas por el sistema de las EERR:

IMAGEN 4 Realizaciones a través de la Escuela Radiofónica [Ilustración en folleto] Ilustrador: no registra 1951

IMAGEN 5 Supresión de las dificultades [Ilustración en folleto] Ilustrador: no registra 1951

“El campesino no puede acudir a la escuela porque no tiene tiempo y la distancia que debe recorrer es mucha, pues entonces la escuela irá a él por la radio”. Álvaro Sánchez, Escuelas Radiofónicas, Bogotá, Ministerio de Educación Nacional, 1951 [folleto]. RADIO SUTATENZA: EL MEDIO Y EL REMEDIO, 1947– 1970 103

la radio se ejercía una acción educativa, que iba desde enseñar a leer y escribir o usar técnicas efectivas en la producción agropecuaria, hasta el cultivo de una conciencia crítica, política y participativa. En las reuniones se contaba con el apoyo de un “auxiliar inmediato”, campesino y compañero de los de-

IMAGEN 6 más alumnos de la Escuela Radiofónica y quien durante la clase obedecía al Escucha en grupo de las EERR pie de la letra las sencillas órdenes del profesor-locutor. Luego, combinando [Fotografía en folleto] Fotógrafo: no registra otros medios de comunicación como el semanario El Campesino, las carti- ca. 1948-1950 llas, los libros impresos, los discos o las grabaciones, además de practicar la

“El maestro de la Escuela Radiofónica comunicación interpersonal por medio de la correspondencia y de algunos golpea sobre un trozo de riel, así colocado eventos grupales,3 los alumnos y el auxiliar inmediato reforzaban las lecciones bajo el alero rústico, para llamar a clase a los campesinos de su zona. El receptor y completaban el ciclo educativo propuesto por acpo. ya está sincronizado con la Emisora; el maestro-locutor se encontrará listo para las lecciones del día; el auxiliar Por otro lado, basados en los patrones de cómo debía darse una formación habrá preparado los cuadernos, cartillas, fundamentada en los valores cristianos, la estrategia de diseño del espacio pizarras y demás material pedagógico que los alumnos deberán utilizar en la en la eerr reunió elementos similares a los de una práctica eucarística. Estos clase… Ya la escuela está en actividad”. elementos, además de permitir una identificación sencilla con sus creencias, Álvaro Sánchez, Escuelas Radiofónicas, Bogotá, Ministerio de Educación brindaban a los alumnos confianza y respeto por el momento de la clase radio- Nacional, 1951 [folleto]. fónica. De esta forma, la inclusión de artefactos, como el riel para llamar a los alumnos, contenía semejanzas con las campanas de una iglesia cuyo sonido vinculaba a los creyentes a la reunión religiosa, disciplinada, puntual y al servi- cio de los campesinos. Otro elemento muy llamativo tuvo que ver con la preparación y conservación del receptor radial para las clases. La radio debía pro- tegerse del polvo y la humedad guardándola en una caja con llave, que tuviera suficiente espacio para la pila y un orificio adecuado para el cable de la antena receptora. La caja debía tener una oración pegada en la parte interior de la tapa, de tal manera que

3 Los eventos más comunes eran los cursos de extensión, las reuniones de auxiliares y las campañas de acción dirigidas por los líderes campesinos. IMAGEN 7 Elementos de una Escuela Radiofónica (1) [Página de folleto] Ilustrador: no registra Sin fecha

IMAGEN 8 Elementos de una Escuela Radiofónica (2) [Página de folleto] Ilustrador: no registra Sin fecha IMAGEN 9 Sistema de las Escuelas Radiofónicas [Página de folleto] Ilustrador: no registra 1958

Las ondas radiales invisibles al ojo humano cobran luminosidad como la luz de un faro a la distancia para guiar a quienes “no pudieron acudir a la escuela, por eso acude ahora el maestro hasta su vivienda”. 106 JORGE ROJAS ÁLVAREZ

al abrirla e iniciar la clase el texto quedara visible para los alumnos e indicara que allí se guardaba un elemento de especial respeto. Finalmente, llama la atención el requisito de un crucifijo y el cuadro de la santísima Virgen colgados muy cerca de la radio en la pared de la casa rural. Ambos elementos de veneración, como se muestra en la siguiente ima- gen, permitirían que la palabra del Maestro Divino, su doctrina y la sabiduría de la Virgen llegaran con efectividad a los oídos de los alumnos de la eerr.

De forma muy creativa, las adaptaciones al estilo propuesto de organización inicial de las eerr no se hicieron esperar. Muchos campesinos utilizaron IMAGEN 10 materiales propios y agregaron objetos de su devoción para participar de la Organización grupal de una EERR [Fotografía] mística de la radio. Improvisadas repisas y altares elaborados en madera, co- Fotógrafo: no registra bertores en tela, cuadros colgados por medio de cuerdas y puntillas, imágenes ca. 1950 de santos pegadas en las paredes, flores y, en muchas ocasiones, las colecciones La Escuela Radiofónica funciona en de las cartillas de aprendizaje y libros de la Biblioteca del Campesino le hicieron la casa de un campesino. El auxiliar, los alumnos, un receptor y algún compañía al artefacto radial. material pedagógico forman la Escuela. El esmero en la organización del altar con flores e imágenes de veneración Al observar las escenas en las fotografías puede asimilarse la estrecha relación resalta en la escena educativa. entre el receptor, el auxiliar inmediato y los alumnos o radioescuchas, como si se tratara de un rito eucarístico católico en donde se resaltan un sagrario, un sacerdote y los feligreses asistentes. El receptor, entonces, simboliza la presencia divina en el momento de la clase radiofónica e ilustra a los alumnos oyentes con el mensaje de cristianización, desarrollo espiritual y material.

La confianza en que la radiodifusión permitiera llevar la modernidad, el desarrollo material y espiritual a las familias campesinas, complementada con una simbología religiosa, permitió constituir con mayor eficacia un acercamiento con los usuarios del programa y un estilo particular, en el cual la participación del campesino fue fundamental. RADIO SUTATENZA: EL MEDIO Y EL REMEDIO, 1947– 1970 107

IMAGEN 11 Coral de mujeres y niñas en las EERR [Fotografía en folleto] Fotógrafo: no registra ca. 1950

Un coro de niñas y adultas campesinas se dispone a iniciar la sesión del día, en la casa de la Escuela, siguiendo las voces del receptor en actividad y dirigido por su maestra auxiliar. En la fotografía se puede ver a la auxiliar inmediata, Concha Sastoque, la radio dentro de su caja con la oración y la disposición coral parroquial.

IMAGEN 13 La escuela llega a la casa del campesino [Fotografía en folleto] Fotógrafo: no registra ca 1965

Auxiliares inmediatas que tomaron cursos en los Institutos de Formación Femenina enriquecían sus EERR con elementos simbólicos como afiches conmemorativos de la visita del papa Pablo VI, banderas alusivas a la fiesta de la cultura de ACPO e imágenes relacionadas con Jesucristo, la Virgen María y santos de su propia devoción.

IMAGEN 12 El santo radio [Fotografía] Fotógrafo: no registra ca. 1965

El santo radio ocupa un lugar central en este altar radiofónico. La antena del radio-receptor fijado en la parte trasera del altar y a lo largo de la sección superior de la pared tableada muestra la organización del espacio para no interferir con la estética del mueble. Imágenes de la Virgen de Fátima, la Última Cena y un artefacto colgante a modo de estrella que ilumina el altar se complementan con las cartillas básicas de aprendizaje, libros de la Biblioteca del Campesino y la caja de tizas para el tablero de la EERR. La sabiduría, tecnología y religiosidad del esfuerzo radiofónico conviven armónicamente en la escena. 110 JORGE ROJAS ÁLVAREZ

IMAGEN 14 Reconocimiento por parte de ACPO a algunas EERR [Fotografía] Fotógrafo: no registra ca. 1965 RADIO SUTATENZA: EL MEDIO Y EL REMEDIO, 1947– 1970 111

LA RADIO DE FRECUENCIA CAUTIVA Para finales de la década de los años cuarenta los receptores radiales todavía eran un artículo de lujo. Dados sus altos precios, los campesinos generaron respuestas ingeniosas tales como comprar un radio para varias familias o compartir la escucha de programas entre grupos grandes. Adicionalmente IMAGEN 15 al precio, la conexión eléctrica requerida para los radios de la época suponía Diseño del radio especial ACPO con técnicos de General Electric un impedimento para su uso en zonas rurales con alimentación de energía [Fotografía] limitada o nula, en las que los campesinos solo poseían acceso al fluido eléc- Fotógrafo: Michael Caputo. 1950 trico por horas, o en ocasiones carecían de ella. El sistema de interconexión eléctrica que provee energía a gran parte del territorio nacional hoy en día Con el apoyo de General Electric el padre Salcedo logró comprar un transmisor solo entró en marcha a partir de los años sesenta. de un kilovatio, 700 radio-receptores, varias plantas generadoras de energía eléctrica para dotar de energía suficiente Entre los gestores del programa y los ingenieros de ventas de compañías al transmisor, un proyector cinematográfico proveedoras de los radios, como General Electric y Philips, se realizaban re- y demás equipos amplificadores de sonido, así como instrumentos y uniones para acordar las características que debía cumplir el radio-receptor herramientas de laboratorio de audio. que se distribuiría posteriormente en el Valle de Tenza.

En primer lugar, los receptores debían ser “portá- tiles”, lo que en la época se definía como la inde- pendencia de un electrodoméstico respecto a la ali- mentación eléctrica mediante líneas de corriente. Para el caso de los receptores de Radio Sutatenza la alimentación se realizaba a través de una o varias baterías, que le aseguraban al artefacto la autono- mía suficiente para capturar los programas de la emisora y que no tuvieran que cambiarse con tanta frecuencia (la idea era que una misma batería fuera útil durante varios meses). Dicha característica aliviaría los tiempos de desplazamiento para la instrucción del campesino y facilitaría el manteni- miento del radio-receptor. Las pilas elegidas para este propósito eran denominadas “secas de tipo A-B”, que en contraste con las baterías húmedas 112 JORGE ROJAS ÁLVAREZ

—las cuales periódicamente debían recargarse— tenían una duración de carga de aproximadamente 900 horas. En términos de la programación de las eerr de 1949, el rendimiento de este tipo de pilas podría ser de hasta de diez meses aproximadamente.4 Los radio-receptores portátiles no eran realmente nuevos en esa época y otra de sus características es que utiliza- ban tubos de vacío en vez de transistores.5 El apogeo de este tipo de radios llegó después del desarrollo de pequeños tubos que demandaban potencias eléctricas modestas para funcionar. En Estados Unidos, donde se fabricarían varios de los modelos portátiles, se llamarían los “radios de granja” (farm radios) o “inhalámbricos” (wireless radios), porque justamente se usaban en áreas carentes de servicios de electricidad en forma continua. Las principales compañías productoras entonces eran Emerson, General Electric, Motorola, Packard Bell, RCA, Westinghouse, Zenith, entre otras.

En segundo lugar, los radio-receptores únicamente debían sintonizar las frecuencias de transmisión de las eerr, facilitando alcanzar los objetivos culturales y de instrucción que esperaba acpo con su utilización. Dicha decisión de diseño técnico y sus consecuencias en el uso del artefacto tec- nológico se ampliarán posteriormente.

4 Este cálculo fue obtenido con base en la programación inicial de las eerr, cuya duración total era de veintidós horas semanales, contando la programación de las clases entre los días lunes y viernes, además de los programas culturales complementarios de los días domingos. En esa época, los días sábados no se transmitía programación en la emisora. 5 De hecho, uno de los primeros radios portátiles de tubos de vacío fue un receptor de la marca Zenith que data del año 1924. Se destaca también el modelo “Clipper” de la línea Zenith Trans Oceanic, de comienzos de la década de los años cuarenta, que dejó de producirse cuando la compañía se dedicó a la fabricación de artefactos de telecomunicaciones para los aliados en la Segunda Guerra Mundial. Los tubos de vacío reciben cualquier tipo de onda electromagnética presente en el lugar donde se encuentran. De acuerdo a la sintonización de frecuencia en la que esté la radio serán capaces de captar una onda determinada, y con la aplicación de electricidad a un amplificador (parlante) pueden convertir esa onda en vibraciones de la membrana del parlante que darán como resultado el sonido audible para el oyente. Es la operación inversa a la realizada por un micrófono. RADIO SUTATENZA: EL MEDIO Y EL REMEDIO, 1947– 1970 113

En palabras del padre Salcedo, la característica de que los receptores solo sintonizaran frecuencias fijas tenía una estrecha relación con la portabili- dad de los radios porque: se buscaba ofrecer una economía a los campesinos, pues si pudieran sinto- nizar todas las emisoras, ellos se expondrían a usar los aparatos en las ho- ras libres de la emisora Sutatenza, desgastando inútilmente las pilas. Pero, además, porque los campesinos no se expondrán a perder las enseñanzas ofrecidas en los programas de las eerr, tratando de escuchar otros, cuando la emisora esté suministrando informaciones.6

Los receptores así fabricados eran repartidos a los campesinos a través de diversas campañas, en las cuales se utilizó publicidad impresa y radial. Los radios se entregaban a través de las casas parroquiales de las diferentes ve- redas, o a través de la Caja de Crédito Agrario, con la cual podía pagarse en la modalidad de crédito. También se repartían por medio de concursos o rifas que le permitían al campesino llevar su radio nuevo a casa junto con los demás materiales pedagógicos diseñados por acpo.

El número de frecuencias a las que el campesino podía acceder se determi- naba de acuerdo con el número de emisoras de Radio Sutatenza que se en- contraban al aire. De esta forma, en el año 1950, los 700 radios comprados a General Electric tuvieron una frecuencia única. Para el año 1953, los 5.000 radios importados de Phillips tuvieron hasta tres frecuencias. Las compras de receptores Phillips y Toshiba transistorizados de los años 1962 y 1963, que conformaron importaciones de 10.000 y 100.000 radios respectivamente, podían sintonizar un total de cuatro frecuencias. En términos de la época, a esta modificación se le llamó “sincronización” y buscaba que el campesino utilizara la radio únicamente para escuchar los programas de alfabetización y educación cultural de Radio Sutatenza.

6 “La Agraria importará 5 mil receptores para las escuelas”, El Siglo, Bogotá, 1953. 114 JORGE ROJAS ÁLVAREZ

Técnicamente hablando, para efectuar la sincronización del receptor se mo- dificaba el movimiento de la perilla sintonizadora de frecuencias de tal forma que se fijara el desplazamiento a puntos preestablecidos, lo que permitía sintonizar únicamente las frecuencias que se solicitaran por parte de las directivas de las eerr.

A pesar de esta característica restrictiva de la sincronización de los receptores, Radio Sutatenza significó una buena opción para los campos de Colombia, gracias al uso de las pilas. Igualmente, creó un interés innegable en las zonas rurales hacia la misma emisora y una evidente simpatía hacia el contenido de su programación.

Evaluadores como Sebastián Ferrer Martín7 y Stefan Musto8 concluyeron: “Para gran número de campesinos fue la única ventana al mundo. La única voz amiga que llegaba a sus hogares. Y por ese solo título, la radio-compa- ñera se ganó muchísimos afectos, especialmente en las zonas más lejanas”.9

Derivadas de estas evaluaciones, las ventajas de la emisora para el campesino pueden resumirse así:

· Compañía · Presencia de Colombia · Información · Consejos y recomendaciones · Entretenimiento · Amplitud de horizontes · Estímulo a sus iniciativas y promoción de campañas

7 Sebastián Ferrer Martín, Muestra piloto de las Escuelas Radiofónicas rurales, Texas, Universidad de Texas, 1967. 8 Stefan Musto, Los medios de comunicación social al servicio del desarrollo rural: análisis de eficiencia de “Acción Cultural Popular - Radio Sutatenza” (Colombia), Bogotá, ACPO, 1971. 9 S. Ferrer Martín, op. cit. RADIO SUTATENZA: EL MEDIO Y EL REMEDIO, 1947– 1970 115

· Conciencia de su dignidad e importancia · Presencia de la Iglesia en sus ocupaciones y preocupaciones · Una oportunidad de progreso

También la Radio Sutatenza significó algunas desventajas para el oyente porque no encontró coplas y cantares que podía escuchar en la taberna del pueblo, ni tampoco chistes de los cómicos más populares. Las desventajas de Radio Sutatenza no se referían únicamente a que la programación fuese o no variada, sino también a que era la única que podían escuchar. Los siete espacios diarios, de una hora de duración cada uno, dedicados a las eerr o cursos especiales, tampoco fueron un factor que ganara la simpatía del oyente campesino.

El período de máximas dificultades para la obtención de pilas fue, probable- mente, el que determinó la pérdida de interés por Radio Sutatenza. Pero no fue atribuido exclusivamente a la falta de dicho elemento. En varias partes la emisora entraba con dificultad y con bastante ruido. En otras, solo llegaba a ciertas horas del día. La repetición de las clases y una cierta monotonía en la programación fueron también factores de desaliento. De igual forma, la curiosidad por escuchar otros programas determinó algún desapego hacia la emisora que primero llegó a sus hogares.

Por otro lado, para comienzos y mediados de los años sesenta, las demás emisoras nacionales ya se perfilaban como una opción de preferencia en algunas áreas rurales. Los campesinos no querían escuchar únicamente la programación cultural de Radio Sutatenza o las clases de las eerr, sino que también estaban ávidos por las radionovelas, la música popular, los noticieros y los eventos deportivos. De esta forma, las limitaciones en las frecuencias radiales que podían captarse a través de Radio Sutatenza gene- raron las inquietudes suficientes para que los campesinos se atrevieran a explorar, intervenir y alterar la sincronización de los radios y capturar otras frecuencias radiales. 116 JORGE ROJAS ÁLVAREZ

Para acceder al número de frecuencias, los campesinos debían abrir la radio desde la parte trasera y poner pedazos de caucho en la perilla para girarla con mayor libertad, o simplemente mantenerla estable para sintonizar fre- cuencias intermedias diferentes fijadas desde la fábrica. Esta modificación no solo se realizó en el campo, sino, inclusive, en las instalaciones de Ra- dio Sutatenza en Bogotá, donde las frecuencias abiertas eran aprovechadas también por el personal de acpo para sintonizar las demás cadenas radiales.

LA PUBLICIDAD PARA LA VENTA DE LOS RADIOS La publicidad impresa del programa permitía mostrar las diferentes maneras de llevar la tecnología radial al campesino, la asociación que se realizaba con los elementos religiosos y los valores que la radio podía transmitir a través de las ondas radiales era fundamental.

Otros ejemplos de publicidad también invitaban a los campesinos a adqui- rir sus radios en la Caja de Crédito Agrario. Este tipo de piezas divulgativas ya no se relacionaba con el desarrollo del campesino en el tema espiritual, cultural o educativo, sino con el mejoramiento de la productividad agrícola mediante la incorporación de nuevas técnicas en sus procesos de siembra y recolección de cultivos. Adicionalmente, la invitación a utilizar e impulsar los radio-receptores no estaba dirigida únicamente a los campesinos, sino también a los sacerdotes. A ellos se les llamaba a promocionar la compra y el uso de los radios en sus respectivas parroquias para promover una mayor eficacia de la pastoral católica y, a cambio, se les concedían incentivos como el mejoramiento de la casa parroquial o la invitación a viajes al Vaticano.

Las críticas al proceso de distribución de los radio-receptores no faltaron. En el periódico La Calle10 se publicaron artículos en los que se juzgó la forma en que un campesino o un grupo de campesinos podía beneficiarse realmente

10 “Radio Sutatenza: revelaciones de un exfuncionario”, La Calle, Bogotá, 3 de octubre de 1958. Los siguientes son algunos ejemplos de la forma como se invitaba a los campesinos a la adquisición de su receptor de Sutatenza:

IMAGEN 16 Lleve su radio-receptor a crédito y con seguro de vida [Fotografía] Fotógrafo: no registra ca. 1965

El radio-receptor como copón que alberga y transmite a sus escuchas el mensaje de alfabetización, mejoramiento material y espiritual, fue una constante en las propuestas publicitarias para la venta de dichos artefactos. En la fotografía se ofrecía la venta de la radio en la Caja de Crédito Agrario y se acompañaba además de un seguro de vida. El modelo transistorizado Sanyo fue uno de los últimos receptores con frecuencias cautivas que ofreció ACPO. IMAGEN 17 Usted… debe tener un nuevo radio de pilas [Afiche] Autor: no registra ca. 1964

Los radios transistorizados Toshiba de frecuencia cautiva fueron la mayor importación de receptores de ACPO, con un total de 100.000 radios que se distribuyeron en los hogares campesinos colombianos. La publicidad directa sobre los beneficios de este tipo de radio hizo parte de un enfoque más comercial de Radio Sutatenza. IMAGEN 18 Publicidad de las EERR dirigidas a párrocos [Ilustración en libro] Autor: no registra 1957

“Mi párroco hace llegar hasta mi hogar los beneficios de las Escuelas Radiofónicas”. ACPO reconoció desde muy temprano la importancia de incluir a los párrocos en sus estrategias de difusión de las EERR. El párroco, como impulsor y gestor del esfuerzo radiofónico, garantizaría estabilidad y seguimiento a las actividades de las escuelas. Igualmente, le permitiría llevar el mensaje religioso a lugares más distantes. 120 JORGE ROJAS ÁLVAREZ

de un artefacto de este tipo; si el campesino debía realizar una inversión directa de $119 pesos: $71 serían por el valor promedio de la radio, $44 por el valor de las pilas y $4 por el valor de la antena aérea indispensable para la recepción. Por ejem- plo, a precios del año 2017, la compra de una radio implicaría una inversión de más del 70% del di- nero mensual recibido por un campesino cafetero en el país. Adicionalmente al valor monetario, el comprador debía llevar una autorización firma- da por su párroco para que el receptor le pudiera ser vendido.

UNA RADIO QUE SE AGOTÓ Además de los ánimos de los campesinos por escu- char otras emisoras radiales existió otro hecho que propició el desencantamiento por la propuesta de Radio Sutatenza. Desde comienzos de los años se- tenta, y con motivo de la modernización de equi- pos de la emisora, se decidió promocionar una nueva forma de escuchar la radio. La propuesta consistía en mostrarla no solo como la compañera de los campesinos en sus hogares, sino también en IMAGEN 19 sus labores cotidianas. Junto con el azadón y la pala, un radio transistorizado La radio como elemento de trabajo del campesino colgado sobre el hombro con una correa y un estuche de cuero completaría [Fotografía] la herramienta para la jornada diaria del trabajador de la tierra. Fotógrafo: Tito A. Casas. 1972 En definitiva, este fue el inicio de la promoción de la escucha individual Hasta una mula sirve de pupitre. Un campesino de la vereda Combia, de la radio. Con ella se olvidó la propuesta mística y la tradicional esce- en Pereira, utiliza la silla de su mula para na de las clases radiofónicas. Se dejaron atrás los valores culturales de uso aprender a leer y escribir dentro de la gran campaña que se adelanta con motivo del que le concedieron a los artefactos y al momento de interacción entre el año de la alfabetización en Colombia. alumno-oyente, el auxiliar inmediato, el receptor y el profesor-locutor, una RADIO SUTATENZA: EL MEDIO Y EL REMEDIO, 1947– 1970 121

percepción y prácticas de respeto y fe hacia el programa, más allá de los contenidos explícitos.

Cuando se entiende la importancia de los elementos culturales que se ins- cribieron en los artefactos tecnológicos, puede abrirse una vía al análisis de las múltiples causas que llevaron al decaimiento de la propuesta de las eerr de Radio Sutatenza desde el punto de visa tecnológico. Con esta vía, podrían incorporarse nuevos elementos a estudios como el siguiente, en los que autores como Aline Helg afirmaron que:

Progresivamente la subvención oficial [para Acción Cultural Popular] dis- IMAGEN 20 La radio se convierte en un elemento minuyó en razón de la pérdida de audiencia de Radio Sutatenza. En efecto, de uso cotidiano en el hogar acpo se escuchaba mucho a causa de que vendía sus radios de transistores [Fotografía] Fotógrafo: no registra con la frecuencia bloqueada en Radio Sutatenza; pero la llegada masiva de 1957 radios de transistores japoneses y baratos (generalmente de contrabando),

Oyente de Radio Sutatenza siguiendo en los cuales los campesinos podían escoger su emisora, dio como resultado un curso radial de modistería. que los programas de acpo dejaran de ser escuchados.11

Una posible hipótesis enriquecida respecto a esta forma de reemplazo tecnológico evolutivo por equipos más nuevos, “eficientes” y más baratos, podría plantear que el rompimiento en los patro- nes de cómo debía darse una formación funda- mentada en los valores cristianos y la estrategia de acpo, quien diseñó el espacio en las eerr reu- niendo elementos similares a los de una práctica eucarística, se abandonaron con la difusión de los receptores transistorizados. Dada su portabilidad y tamaño, el uso de los receptores transistorizados

11 Aline Helg, “La educación en Colombia. 1946-1957”, en Nue- va Historia de Colombia, vol. iv, Bogotá, Planeta, 1989, pp. 111-134.

RADIO SUTATENZA: EL MEDIO Y EL REMEDIO, 1947– 1970 123

IMAGEN 21 no requerían un lugar compartido, ni el momento místico de reunión con La radio, compañera de la jornada de trabajo de la tierra todos los elementos puestos en escena. Esto tuvo como consecuencia una [Fotografía] pérdida en la fuerte alineación con los valores culturales que vinculaba las Fotógrafo: no registra ca. 1970 estrategias de medios de acpo como un todo. La organización no tuvo una respuesta adecuada que le permitiera incorporar de manera efectiva esta La radio sale de la casa campesina o el lugar de reunión grupal. nueva tecnología. No fue el artefacto en sí el que causó el cambio, sino una propuesta que no llegó a la profundidad exitosa de su predecesora.

De esta forma, el medio que una vez constituyó el remedio para cerrar las brechas de la distancia a la alfabetización y la cultura para los campesinos, se agotó en su propuesta de cautivar y mantener a la población rural en la audiencia de sus programas. IMAGEN 22 Publicidad radio transistorizado Toshiba [Publicidad en prensa] ACPO 1963 RADIO SUTATENZA: EL MEDIO Y EL REMEDIO, 1947– 1970 125

REFERENCIAS

Acción Cultural Popular (acpo), Escuelas Radiofónicas Helg, Aline, “La educación en Colombia. 1964-1957”, en en la vida parroquial, Bogotá, acpo, s. f. [folleto]. Nueva Historia de Colombia, vol. IV, Bogotá, Planeta, 1989.

______, Sacerdotes y seglares en la obra educativa popular “La Agraria importará 5 mil receptores para en Colombia. Las Escuelas Radiofónicas y su labor de las Escuelas”, El Siglo, Bogotá, 1953. 1954 a 1957 [Informe de la Dirección General de Acción Cultural Popular a la II Asamblea General Musto, Stefan, Los medios de comunicación social al servicio del de la Institución, 1957], Bogotá, Editora Pío XI, 1957. desarrollo rural: análisis de eficiencia de “Acción Cultural Popular - Radio Sutatenza” (Colombia), Bogotá, acpo, 1971. ______, La ignorancia del pueblo: máximo problema social y económico en América latina, Bogotá, s. e., 1958. “Radio Sutatenza: revelaciones de un exfuncionario”, La Calle, Bogotá, 3 de octubre de 1958. ______, “Con sus yuntas de bueyes los campesinos fundaron una obra internacional”, El Campesino, Sánchez, Álvarez, Escuelas Radiofónicas, Bogotá, Bogotá, 30 de septiembre de 1962, sección 1. Ministerio de Educación Nacional, 1951 [folleto].

Ferrer Martín, Sebastián, Muestra piloto de las Escuelas Periódicos Radiofónicas rurales, Texas, Universidad de Texas, 1967. El Campesino, Bogotá. El Siglo, Bogotá. Gonzalo González Fernández, “Introducción: el medio La Calle, Bogotá. y el remedio”, Programación de Acción Cultural Popular, Bogotá, Editorial Andes, 1969, pp. 9-14.

* El medio y el remedio fue el título de la introducción del libro de acpo con la nueva programación de Radio Sutatenza en 1969, momento de mayor auge tecnológico de la emisora y la proyección de un medio radial más comercial para Colombia y Latinoamérica.

ACPO Y EL ENCUENTRO DE LOS CAMPESINOS COLOMBIANOS CON EL PAPA PABLO VI, 1968 127

“OYENDO SE APRENDE LO QUE NO SE PODÍA”: EL CASO DEL AUXILIAR INMEDIATO CLÍMACO ROSALES, 1964 – 1968

Juan Pablo Angarita Bernal

Literato, Historiador y Maestro en Historia Universidad de los Andes 128 JUAN PABLO ANGARITA BERNAL

Para el profesor de canto, abrazo de amigo por ese favor tan útil para todos ya que la música es el alma de cada persona

Clímaco Rosales en carta dirigida al reverendo padre José Ramón Sabogal, desde Puerres (Nariño), 25 de agosto de 1966 l campesino Clímaco Rosales conserva en su cuarto, junto a su cama, un radio de Acción Cultural Popular (ACPO). Lo había ad- quirido a finales de 1963 para organizar una Escuela Radiofónica E (EERR) en su casa. Lo usaba para escuchar, aprender y enseñar. Tenía 42 años entonces y, desde 1956, padecía de una parálisis en sus piernas a raíz de un accidente en labores de aserrío. Acostado en su cama ejercía como auxiliar inmediato para siete campesinos del corregimiento rural El Páramo, una región fría y montañosa, a diez kilómetros de la frontera con Ecuador, que no contaba con más de doscientos habitantes, ubicada en el municipio de Puerres, Nariño, en Colombia.

Como los alumnos solo venían a escuchar la transmisión nocturna de las clases de Radio Sutatenza, durante el día Clímaco hacía carpintería, arreglaba zapatos, lámparas y tiples, oraba, leía, escuchaba la radio y escribía cartas. Entre 1964 y 1967 le envió algunas a acpo con una constancia inusual entre las más de 100.000 que acumula el archivo hoy en día. En ellas da cuenta de cómo se entrelazaba su vida cotidiana con las dinámicas del movimiento radiofónico en su región. 130 JUAN PABLO ANGARITA BERNAL

IMAGEN 1 Clímaco Rosales y su Escuela Radiofónica [Fotografía] Fotógrafo: no registra 1968 “OYENDO SE APRENDE LO QUE NO SE PODÍA”: EL CASO DEL AUXILIAR INMEDIATO CLÍMACO ROSALES, 1964 – 1968 131

El aparato radial era la puerta de entrada al modelo educativo de acpo, que sin embargo no se limitaba a la escucha de la emisora, sino que estaba com- puesto por una red de medios de acción complementarios entre sí. Tal como la entidad lo sugería, Clímaco los usaba todos y de manera combinada: disponía de las cartillas como medio visual de acompañamiento para la escucha de las clases radiales, oía habitualmente varios programas de la emisora Radio Sutatenza, leía y coleccionaba fielmente los números del semanario El Cam- pesino y distribuía los libros de la Biblioteca del Campesino para solventar las necesidades de sus vecinos.

Sobre su mesa de noche acomodaba un legajo con recortes de periódicos y papeles que seguramente le eran útiles para guardar textos, hacer ano- taciones y también para escribir las cartas que enviaba frecuentemente a diferentes destinatarios. Uno de ellos era acpo, especialmente el padre José Ramón Sabogal, director nacional de las eerr.

En carta de diciembre de 1964, Rosales le contaba al sacerdote que no tenía muchas posibilidades de trabajo, pero que ocupaba su tiempo aprendiendo a través de los medios de acción de acpo, mientras cuidaba a su madre en- ferma de cáncer. Con palabras fraternales, Clímaco le pedía al sacerdote que hiciera algunas plegarias, pues ella se hallaba “en agonía de muerte”. Ade- más, con tristeza resentía su propia enfermedad, pues su situación física le impedía “darle un halibio [sic]”, aunque manifestaba que sus dos hermanas —también oyentes-alumnas—le colaboraban en los cuidados necesarios.1

En la carta de respuesta, escrita a máquina el 5 de febrero de 1965, acpo le envió palabras de consuelo: “[…] no se desanime, pues casi siempre nuestros males del cuerpo son una prueba que Dios manda, para luego premiarnos

1 Archivo ACPO-Radio Sutatenza, carta de Clímaco Rosales al reverendo padre José Ramón Sa- bogal, diciembre de 1964, carta #5885, zona 1, volumen 3, 2 folios, recto y verso, Biblioteca Luis Ángel Arango, Colección Banco de la República, Bogotá. 132 JUAN PABLO ANGARITA BERNAL

con una felicidad sin fin en la eternidad”.2 Estas palabras, sin embargo, no fueron una invitación a la resignación: le decían que las clases debían conti- nuar, así como la escritura; y así lo tenía muy interiorizado Clímaco, quien recibía a sus vecinos todos los días y continuaba enviando sus escritos.

En su siguiente carta manuscrita, enviada el 26 de febrero de 1965, Clímaco relataba que apenas hace una semana su madre había muerto, y que ante la falta de recursos había tenido que pedir limosna para sepultarla:

Es el dolor más grande que me hacompaña porque quedé en mi lecho solo con dos hermanas, que ellas no son como mi madre, porque les diré que ella haun sea ‘gatiando’ me hervia un hagüa y me pasaba para curarme las heridas que tengo en las piernas [sic].3

En esa misma carta, Clímaco se mostraba agradecido por las palabras y ben- diciones enviadas en las cartas anteriores. Ahora contaba con la fe: “solo Dios sanará mis llagas” y, —continuaba— las palabras que le enviaban, como si fueran oraciones, contenían la fortaleza que necesitaba, le aliviaban los dolores y, además, le daban el ánimo suficiente para “sufrir con alegría” y “enseñar a 4 vesino [sic]”.4 Las fotografías confirman su fervor religioso, pues dejan ver estampas del Señor de los Milagros y un rosario resguardados en la cabecera de su cama. Desde entonces, Clímaco comenzó a cerrar sus cartas con el epíteto “su amigo, Clímaco Rosales”. El vínculo parecía obtener un cariz más personal, uno que le permitía al modelo educativo extenderse más allá de las clases radiales, hacia la vida de sus estudiantes. Era como si para Clímaco la escritura adquiriera ahora la forma de un compromiso, de una misión consigo mismo y con la comunidad de aprendizaje que acompañaba.

2 Archivo ACPO-Radio Sutatenza, carta de Acción Cultural Popular a Clímaco Rosales, 5 de febrero de 1965, carta #5884, volumen 3, zona 1, respuesta al documento #5885, Biblioteca Luis Ángel Arango, Colección Banco de la República, Bogotá. 3 Archivo ACPO-Radio Sutatenza, carta de Clímaco Rosales en Puerres, Nariño, al reverendo padre José Ramón Sabogal, en Bogotá, 25 de febrero de 1965, carta #9216, volumen 3, zona 1, 1 folio, recto y verso, Biblioteca Luis Ángel Arango, Colección Banco de la República, Bogotá. 4 Ibíd. “OYENDO SE APRENDE LO QUE NO SE PODÍA”: EL CASO DEL AUXILIAR INMEDIATO CLÍMACO ROSALES, 1964 – 1968 133

Ocho días después, desde la oficina de correspondencia de acpo, le respon- dían enviándole condolencias por la muerte de su madre e invitándolo a reafirmar su “labor apostólica”: “Querido amigo, tenga en cuenta que todos esos sacrificios que usted hace por enseñar a sus alumnos, se los va a re- compensar el señor en el cielo, ya que es una obra de apostolado la que está haciendo con sus semejantes”.5

Sin duda, su actividad era intensa, y se acomodaba al ideal de auxiliar inme- diato que desde los primeros años del modelo la entidad impulsaba entre sus usuarios: Clímaco debía ayudar a “llevar al maestro a la casa campesina”, pues él era un campesino con un nivel básico de preparación, había organizado su Escuela Radiofónica, convocaba a los alumnos, llevaba las estadísticas, manejaba el receptor radial, utilizaba todos los materiales pedagógicos visuales, dirigía y vigilaba la constancia de los alumnos y rendía informes sobre los aprendizajes de los alumnos al Representante Parroquial o al párroco.6 En síntesis, “actuando en beneficio propio, de sus alumnos y su comunidad”, era un intermediario entre los profesores locutores, las clases radiales, los medios de acción, y los alumnos.7

Lo cierto es que efectivamente sus cartas abrieron una ventana hacia los vericuetos cotidianos de la vida rural. Para acpo, el entusiasmo con el que escribía era una muestra de la potencial propagación del movimiento ra- diofónico entre los habitantes de Puerres. Sin embargo, la correspondencia dejó rápidamente de ser una simple relación institucional. En sus siguien- tes cartas, Clímaco comenzó a dar cuenta de su curiosidad ilimitada por el aprendizaje, la escritura y la música, inquietudes con las que, por iniciativa propia, enfrentaba digna y creativamente su limitación física, sus días soli- tarios y su pobreza, como se verá a continuación.

5 Archivo ACPO-Radio Sutatenza, carta de Acción Cultural Popular a Clímaco Rosales desde Bogo- tá, 5 de abril de 1965, carta #9215, respuesta al documento #9216, Biblioteca Luis Ángel Arango, Colección Banco de la República, Bogotá. 6 Ministerio de Educación de Colombia, Escuelas Radiofónicas, Bogotá, Ministerio de Educación de Colombia, 1950, p. 18. 7 Francoise Houtart y Gustavo Pérez, Acción Cultural Popular: sus principios y medios de acción. Consideraciones teológicas y sociológicas, Bogotá, Editora Pío X, 1960, p. 34. IMAGEN 2 Carta al reverendo padre Sabogal, folio 1 [Carta] Autor: Clímaco Rosales 1964 IMAGEN 3 Carta al reverendo padre Sabogal, folio 2 [Carta] Autor: Clímaco Rosales 1964

“OYENDO SE APRENDE LO QUE NO SE PODÍA”: EL CASO DEL AUXILIAR INMEDIATO CLÍMACO ROSALES, 1964 – 1968 137

IMAGEN 4 CLÍMACO ROSALES, ESCRITOR DE CARTAS Carta al reverendo padre EN LA COMUNIDAD EPISTOLAR DE ACPO Sabogal, folio 3 [Carta] Durante la década de 1960 acpo implementó el modelo de la Educación Fun- Autor: Clímaco Rosales damental Integral (EFI) en las clases de las eerr. A través del uso de medios 1964 educativos y de comunicación (que recibían el nombre de medios de acción), en la efi se conjugaron cinco nociones básicas de formación (espiritualidad, salud, alfabeto, economía y trabajo, y número) con una serie de estrategias prácticas (denominadas campañas) para impulsar cambios concretos en beneficio de la vida rural. Con fuerte intensidad entre 1958 y 1974 —años que coinciden con los cuatro períodos del sistema bipartidista del Frente Nacional— el modelo se expandió geográficamente por más de novecientos municipios en el país, diversificó los contenidos de la emisora y estableció al semanario El Campe- sino como uno de los periódicos con más presencia en el campo colombiano.

Desde finales de la década de 1950 acpo invitó a los campesinos a escribir cartas, principalmente como una forma de recibir reportes sobre los procesos de aprendizaje, la creación de nuevas eerr y la implementación de campa- ñas en las veredas a las que comenzaba a llegar el movimiento. Rápidamente las cartas se convirtieron en una forma de participación masiva de los estu- diantes, por lo que acpo abrió una oficina de correspondencia con varios funcionarios en 1963. A través de ella se procuró dar respuesta a la mayoría de textos recibidos y se constituyó lo que podríamos denominar como una “comunidad de intercambio epistolar” entre la entidad y los alumnos, auxi- liares inmediatos, representantes parroquiales, líderes regionales (forma- dos en los Institutos Campesinos) y párrocos en todas las regiones del país.8

acpo consideraba que las cartas le permitirían mantener un vínculo con sus usuarios y hacer seguimiento a sus procesos. Al tiempo, funcionaban

8 En el archivo se conservan otro tipo de epístolas recibidas por la oficina de Correspondencia de acpo, fundada en los primeros años de la década de 1960. Entre las 100.000 (aproximadamente) que resguarda la Biblioteca Luis Ángel Arango, resaltan también cartas intercambiadas por acpo y diferentes instituciones nacionales e internacionales en el período de 1956 a 1993. 138 JUAN PABLO ANGARITA BERNAL

como un medio pedagógico, pues los estudiantes realizaban un ejercicio de escritura y ponían en práctica lo aprendido en las clases de alfabetiza- ción. Además, se entendían como certificaciones de la participación de los campesinos de diferentes municipios del país frente a los patrocinadores de entidad. Son todas caras de una misma moneda: para acpo era importante aumentar el número de usuarios, pero también consolidar procesos organi- zativos y de aprendizaje a mediano plazo e incitar así una identificación con los objetivos de la institución. Sin duda, las cartas tenían un papel central en la implementación del modelo y en el crecimiento de la empresa educativa.

Estas razones invitan a pensar en la noción de “pacto epistolar” propuesta por la socióloga Aura Hurtado: existía una relación de reciprocidad entre la entidad y sus usuarios, pues cada una de las partes escribía con el compro- miso de continuar el intercambio postal y así mantener viva la “llama del apostolado radiofónico”.9 En principio, la relación tenía un carácter asimé- trico: los campesinos le escribían a una organización a la que le daban un carácter casi sagrado, y, al menos desde 1965, las cartas de respuesta eran, en su mayoría, una plantilla institucional genérica. Sin embargo, la simetría aparecía cuando, entre los resquicios de esa institucionalidad, los estudiantes dejaban ver rasgos de su vida social y de su relación con la cultura escrita; es decir, mostraban su gusto por la escritura como ejercicio expresivo, como comunicación, como voz propia, y acpo continuaba la comunicación.

Efectivamente en muchas oportunidades las cartas funcionaron como un canal de comunicación que iba más allá de los recuentos institucionales. Los campesinos mandaban sugerencias sobre los contenidos de la emisora, coplas de autoría propia y textos sobre las vicisitudes de su vida cotidiana. Esto suscitó respuestas por parte de acpo, que comenzó a publicar algunas en la sección de correo de El Campesino, y su lectura en el programa radial “El Correo Sutatenza”. Además, las cartas eran respondidas casi siempre con puntualidad y se organizaban juiciosamente de acuerdo a su lugar de

9 A. Hurtado, op. cit., p. 101. “OYENDO SE APRENDE LO QUE NO SE PODÍA”: EL CASO DEL AUXILIAR INMEDIATO CLÍMACO ROSALES, 1964 – 1968 139 proveniencia, tal como hoy en día se pueden consultar en el archivo.10 Hoy en día todos estos elementos nos hacen pensar en las diferentes dinámicas que afectan la constitución de un acervo de correspondencia como el de acpo.

Las cartas de los usuarios son testimonios de procesos personales de es- critura, que si bien no siempre eran espontáneos —pues muchas veces los alumnos eran movilizados a comunicarse con la entidad por sus auxiliares o líderes regionales—, resaltan como el uso masivo de un canal de comu- nicación por parte de las sociedades campesinas del país. En muchas de estas epístolas se afirma estar “escribiendo una carta por primera vez en la vida”, se relatan los trabajos del día a día, se describen formas de escucha de la emisora y, a través del uso de fórmulas, gestos y rituales propios de la cultura escrita, se atestigua la escritura cuidadosa y su lugar entre las acti- vidades cotidianas.

Es el caso de Clímaco Rosales, en cuyas cartas resalta el uso generalizado de fórmulas de saludo como la siguiente:

Reciban mi más umilde [sic] saludo que como recuerdo lleva el deceo [sic] que el niño Jesús les traiga una vendición [sic] de larga vida y prosperidad y un año de paz. Son mis deceos [sic] y una oración a cada tarde y mañana para ustedes es mi deber. Después de este saludo, paso a contarles que resibi [sic] la amable cartica con fecha 10 de noviembre […].11

10 Para organizar el archivo de cartas, entre las décadas de 1960 y 1990, acpo dividió al país en siete zonas de acción que se corresponden con la división administrativa de los departamentos en el país: Zona 1: Nariño, Cauca y Valle del Cauca; Zona 2: Antioquia y Chocó; Zona 3: Atlántico, Bolívar, Cesar, Córdoba, Guajira, Magdalena, Sucre; Zona 4: Santander y Norte de Santander; Zona 5: Boyacá, Cundinamarca y Meta; Zona 6: Caldas, Quindío, Risaralda, Huila y Tolima; y, finalmente, Zona 7: Amazonas, Arauca, Caquetá, Casanare, Guainía, Guaviare, Putumayo, Vaupés, Vichada y el exterior. 11 Archivo ACPO-Radio Sutatenza, carta #5885, de Clímaco Rosales al reverendo padre José Ra- món Sabogal, El Páramo (Puerres, Nariño), diciembre de 1964, Biblioteca Luis Ángel Arango, Colección Banco de la República, Bogotá. 140 JUAN PABLO ANGARITA BERNAL

En el envío de este tipo de “bendiciones”, Hurtado identifica una inscripción en las normas comunes de la escritura epistolar, gesto manifiesto de una apropiación de la cultura escrita y, quizás, de la puesta en práctica de indi- caciones o preceptos dados por acpo a través de las eerr.12 En seguimiento a una petición común de la entidad, por ejemplo, en sus despedidas Clímaco comenzó a incluir su rol dentro del movimiento después de su firma: “[…] perdón por todo lo malo que en esta encuentren, Clímaco Rosales, auxiliar inmediato. Escuela Radiofónica #29”.13

En su primera carta, Rosales ya contaba que utilizaba regularmente el medio postal desde antes de contactarse con acpo, movilizado sobre todo por el aislamiento geográfico y su limitación física: “Yo por carecer de sa- lida del pueblo, ago [sic] de mandar plata en cartas, y he mandado otras a otras partes”.14 En cartas subsiguientes —en medio de esa tensión entre la invitación de acpo para escribir y la escritura espontánea— Clímaco enviaba reportes sobre la organización del movimiento acompañados de relatos emocionantes sobre su relación con sus estudiantes, familiares y otros habitantes de Puerres, y las formas de sobrellevar su enfermedad. El móvil principal de su escritura era siempre el establecimiento de una comunicación con un destinatario de confianza, un amigo, una comuni- dad de iguales.

En las respuestas de acpo se daba continuidad a esta relación, se la ponía en función del crecimiento del movimiento radiofónico y se delineaba un “tipo”

12 Aura Hurtado, Cartas, Rádios e impressos: cultura escrita camponesa na Colômbia, 1953-1974 [diserta- ción para lograr el título de Maestría en Historia Social, Facultad de Filosofía, Letras y Ciencias Humanas, Universidad de Sao Paulo], 2016, p. 101. 13 Archivo ACPO-Radio Sutatenza, fotografía #39, volumen 6, zona 1, carta #15857, de Clímaco Rosales al reverendo padre José Ramón Sabogal, desde Puerres (Nariño), 25 de agosto de 1966, Biblioteca Luis Ángel Arango, Colección Banco de la República, Bogotá. 14 Archivo ACPO-Radio Sutatenza, carta de Clímaco Rosales al reverendo padre José Ramón Sa- bogal, diciembre de 1964, carta #5885, zona 1, volumen 3, 2 folios, recto y verso, Biblioteca Luis Ángel Arango, Colección Banco de la República, Bogotá. “OYENDO SE APRENDE LO QUE NO SE PODÍA”: EL CASO DEL AUXILIAR INMEDIATO CLÍMACO ROSALES, 1964 – 1968 141

de campesino: el servidor de su comunidad, que parecía ser lo mismo que un campesino creyente en Dios y en valores nacionales: “Esperamos que todo lo que le hemos dicho haya llegado a su co- razón para que usted pueda llevar unas palabras consoladoras a sus amigos enfermos, para que todos en conjunto podamos servir mejor a Dios y a la patria”.15

El interés de la entidad por hacer del movimiento radiofónico una herramienta funcional para la or- ganización comunitaria campesina se conjugaba entonces con la creación de la comunidad episto- lar. La respuesta sistemática a las cartas, así como el uso de fórmulas de respuesta —como “Muy es- timado Clímaco: sentimos la demora en dar res- puesta a su estimable cartica de diciembre pasado, pero no nos había sido posible escribirle antes”—, dan cuenta del funcionamiento de la entidad y de las formas fraternales de mantener la fidelidad de los usuarios.

Así también lo muestra la carta de Rosales remiti- da en diciembre de 1964, en donde cuenta que en- vió dos pesos en octubre pidiendo que le manda- ran unos cancioneros con villancicos. La entidad manifiesta no haber recibido el dinero, lo invita a IMAGEN 5 consultar la novena de aguinaldos publicada en el semanario, y, finalmente, Clímaco Rosales, escritor de cartas [Fotografía en prensa] hace una salvedad: “le rogamos no volver a enviar plata dentro de una carta, Fotógrafo: no registra 1968 15 Archivo ACPO-Radio Sutatenza, carta de Acción Cultural Popular, en Bogotá, a Clímaco Rosales, en Puerres, carta #5884, zona 1, 5 de febrero de 1965, respuesta al documento #5885, Biblioteca Luis Ángel Arango, Colección Banco de la República, Bogotá. 142 JUAN PABLO ANGARITA BERNAL

pues es exponerse a que se pierda; además cual- quier servicio que podamos facilitarles es sin el interés de ningún dinero”.16

Por otra parte, a través de sus epístolas Clímaco reafirmaba constantemente su agencia como es- critor de cartas, así como una múltiple identifi- cación con su situación de discapacidad, su labor como oyente de la emisora y su vida como cam- pesino-ciudadano colombiano. Ninguna de ellas excluyente de las otras, pues si algo demuestra su historia es que, a pesar de sus problemas físicos, Clímaco no se sentía “incapacitado” para asumir ningún rol, sino que más bien reafirmaba su agen- cia y su capacidad de liderazgo. Por ejemplo, en una de sus cartas cuenta que se suscribió al se- manario, pero por alguna razón quedó registrado como Clímaco Rodríguez:

“Les ruego que me pongan de nombre Clímaco Ro- sales, no Rodríguez, en la suscripción que tengo pagado, y me la manden a la oficina [de correos] no a la casa cural, porque allá poco entra la jente [sic] de mi vereda, de la oficina no la recomiendo a la telegrafista”.17

IMAGEN 6 Oficina de correspondencia de ACPO [Fotografía] Fotógrafo: no registra 16 Archivo ACPO-Radio Sutatenza, carta de Acción Cultural Popular, en Bogotá, a Clímaco Rosales, 1968 en Puerres, carta #5884, zona 1, 5 de febrero de 1965, respuesta al documento #5885, Biblioteca Luis Ángel Arango, Colección Banco de la República, Bogotá. 17 Archivo ACPO-Radio Sutatenza, zona 1, volumen 4, carta #9216, de Clímaco Rosales al reverendo padre José Ramón Sabogal, desde El Páramo (Puerres, Nariño), 26 de febrero de 1965, Biblioteca Luis Ángel Arango, Colección Banco de la República, Bogotá. “OYENDO SE APRENDE LO QUE NO SE PODÍA”: EL CASO DEL AUXILIAR INMEDIATO CLÍMACO ROSALES, 1964 – 1968 143

La respuesta de acpo fue rápida y efectiva, pues en la carta siguiente, unos días después, se le comunica que el problema se arreglará cuanto antes y, en adelante “procuraremos servirle como lo desea”.18

Otra de las formas de identificación de Rosales es la de su situación de dis- capacidad, pues constantemente escribe pidiendo la dirección de “La casa del Cuerpo del Sufrimiento” para afiliarse a “los emfermos [sic] de Bogotá”. Según Clímaco, esta era una asociación que, a través de un programa trans- mitido por Radio Sutatenza, le ayudaba bastante a la comunidad de enfermos del país, pues “no ay [sic] quien se acuerde de ellos y teniendo su radio se llenan de alegría al compartir con nosotros esas palabras consoladoras” [sic].19 En sus cartas no solamente se dirigía a los sacerdotes, sino que también les escribía directamente a los profesores-locutores de ese programa para expresar gratitud. Es el caso del profesor Agapito Cabrera a quien Clímaco le escribió la siguiente carta:

Oi barias [sic] veces ese bello programa y tengo ese deseo de participar con ustedes y me abisen [sic] todo por medio de una carta. Abia [sic] escrito hantes [sic] pero no tuve [sic] contesta, no sé si se acabo [sic] ese programa o no, y si ay ese programa tengan la bondad de mandarme avisar qué día es que se transmite y si no se transmite les ruego encarecidamente que lo buelban [sic] a transmitir ya que soy un enfermo tengo la obligación de ro- gar por todos con mis oraciones, por esta umanidad [sic] pobre y agobiada que se encuentra […].20

18 Archivo ACPO-Radio Sutatenza, zona 1, volumen 4, carta #9215, de Acción Cultural Popular a Clímaco Rosales, desde Bogotá, 5 de abril de 1965, respuesta al documento #9216, Biblioteca Luis Ángel Arango, Colección Banco de la República, Bogotá. 19 Archivo ACPO-Radio Sutatenza, carta #5885, de Clímaco Rosales al reverendo padre José Ra- món Sabogal, El Páramo (Puerres, Nariño), diciembre de 1964, Biblioteca Luis Ángel Arango, Colección Banco de la República, Bogotá. 20 Archivo ACPO-Radio Sutatenza, carta #9217, zona 1, volumen 4, de Clímaco Rosales a Radio Sutatenza – Programa El cuerpo del sufrimiento, desde El Páramo (Puerres, Nariño), 25 de abril de 1965, Biblioteca Luis Ángel Arango, Colección Banco de la República, Bogotá. 144 JUAN PABLO ANGARITA BERNAL

Rosales contaba que las conversaciones y oraciones transmitidas por el programa tenían un poder manifiesto, pues le brindaban alegrías, le ayudaban a comprender la enfermedad y, además, eran un medio de compartir conocimientos para “abibar [sic] la fe de pedir a Dios por todos y sobre todo por nuestras mismas almas”.21 Días después, acpo le respondía que efectivamente se había dejado de transmitir por un tiempo, pero que se estaban haciendo las gestiones para volverlo a tener en la programación.

A través de las cartas, Rosales también mostraba su interés por comunicarse con las autoridades estatales: en una de ellas manifestaba haberle escri- to al presidente Guillermo León Valencia (1962-1966). No tenemos mayor información sobre la escritura de estas cartas, pero su mención permite pensar, por un lado, lo común que podría ser el uso del género postal para él. Al vivir en una región tan apartada del país, sus cartas eran una forma de identificarse como ciudadano y comunicarse, además, con las autori- dades políticas en Bogotá:

También les cuento que le escribí al señor presidente, donde le contaba sobre mi enfermedad y le pedía que me iziera [sic] caridad de un carro para salir con más fasilidad [sic] a enseñar el catecismo. Me contestó la carta, pero del carrito que solo cuesta 2000 pesitos no se refirió nada que sería una cosa admirable, si me regalara boy [sic] a hacer otra carta y otra vez le mandaré a pedir.22

21 Archivo ACPO-Radio Sutatenza, carta #5885, de Clímaco Rosales al reverendo padre José Ra- món Sabogal, El Páramo (Puerres, Nariño), diciembre de 1964, Biblioteca Luis Ángel Arango, Colección Banco de la República, Bogotá. 22 Archivo ACPO-Radio Sutatenza, carta de Clímaco Rosales al reverendo padre José Ramón Sabogal, diciembre de 1964, carta #5885, zona 1, volumen 3, 2 folios, recto y verso, Biblioteca Luis Ángel Arango, Colección Banco de la República, Bogotá. “OYENDO SE APRENDE LO QUE NO SE PODÍA”: EL CASO DEL AUXILIAR INMEDIATO CLÍMACO ROSALES, 1964 – 1968 145

Esta carta permite recordar que, en 1964, acpo invitó a sus usuarios a es- cribirle al presidente pidiéndole que no recortara los fondos de la empresa educativa.23 Como lo muestra Aura Hurtado, este episodio da cuenta de otra forma de valorizar la correspondencia con los campesinos, esta vez como una realización misma de la empresa educativa. Este extracto de una carta de monseñor José Joaquín Salcedo al presidente permite ilustrar con más detalles:

Quiero, Señor Presidente, probarle con hechos de qué somos capaces en un plebiscito nacional de Párrocos, líderes campesinos, organizaciones campesinas y millares de alumnos que escribirán a su Excelencia agra- decidos por el apoyo de su gobierno a estas tareas de cultura y progreso popular.24

Según Hurtado, efectivamente es posible encontrar varias cartas de los campesinos que llegaron a manos del despacho del presidente y fueron respondidas. Aunque aún queda por determinar cuántas fueron y de qué regiones del país vinieron, Hurtado resalta una valorización de la cultu- ra escrita popular, así como de su uso para comunicarse con los poderes públicos.25 Lo cierto es que, si las cartas eran uno de los medios de co- municación más importantes en Colombia para mediados de la década de 1960, este episodio muestra cómo acpo también llegó a entender la comunidad epistolar que había creado como un vehículo para la movili- zación social campesina.

23 A. Hurtado, op. cit., p. 44. 24 Folder “Correspondencia Presidencia de la República”, citado en A. Hurtado, op. cit., p. 44. 25 A. Hurtado, op. cit., p. 47 IMAGEN 7 Carta dirigida al programa El cuerpo del sufrimiento, folio 1 [Carta] Autor: Clímaco Rosales 1965 IMAGEN 8 Carta dirigida al programa El cuerpo del sufrimiento, folio 2 [Carta] Autor: Clímaco Rosales 1965 148 JUAN PABLO ANGARITA BERNAL

EL SISTEMA DE ROLES EN ACCIÓN CULTURAL POPULAR: CLÍMACO COMO AUXILIAR INMEDIATO

El auxiliar inmediato se educa y ayuda a educar; el auxiliar inmediato y sus alumnos realizan personalmente y para los demás el mejoramiento económico, social y cultural; el grupo de auxiliares colabora eficazmente con la comunidad, dentro de su ambiente. Libro Azul de acpo (1960)

Desde la década de 1950, acpo desarrolló un sistema de roles para favorecer el funcionamiento del modelo de educación a distancia. Este permitía el cre- cimiento local del movimiento radiofónico, apoyado primordialmente en el accionar de los miembros de la Iglesia católica en cada región. Inicialmente funcionaba así: el párroco o el representante parroquial se acercaban a las comunidades campesinas y las invitaban a vincularse, ya sea escuchando las clases, adquiriendo un aparato radial o —en el caso de los campesinos que contaban con cierto grado de alfabetización—a convertirse en auxiliares inmediatos de sus vecinos.

Ya durante la década de 1960, acpo buscó capacitar a los campesinos e incen- tivar las figuras del “líder” y “dirigente”, que entre otras labores comunitarias acompañaban la escucha de las clases y constantemente buscaban nuevos usuarios de las mismas. El sistema de roles se pensó como un medio para dinamizar la vida social rural, pues generaba una serie de responsabilidades formales y unas rutinas diarias y semanales para los campesinos usuarios.

Sin embargo, además de la vinculación de carácter institucional, también existían usos diferenciales de los medios de acción que, sin anular el carác- ter educativo del modelo, estaban mediados por el compromiso espontáneo, individual, propio de los intereses y circunstancias vitales de cada usuario. “OYENDO SE APRENDE LO QUE NO SE PODÍA”: EL CASO DEL AUXILIAR INMEDIATO CLÍMACO ROSALES, 1964 – 1968 149

En el caso de Clímaco, éste ejercía desde 1963 como auxiliar en la Escuela Radiofónica N.° 29 de su vereda y su vinculación tenía varias facetas: a co- mienzos de 1964 enviaba relatos sobre su vida personal, en contraste con un amplio número de usuarios que siempre enviaban reportes —así fueran mínimos— sobre las actividades del movimiento. Luego de esas primeras cartas, cuando acpo le pidió que certificara la calidad de su vinculación, Clímaco asumió el rol de auxiliar, comprometido con el camino de realiza- ciones y los incentivos al liderazgo comunitario propuestos por la entidad.

En sus siguientes cartas, Clímaco referenció diferentes formas de organi- zación del movimiento en su región: le rendía cuentas a un representante parroquial llamado Gerardo Rufo Bolaños —que trabajaba en el movimiento desde 1958—; un líder de Bogotá lo había visitado en su casa y habían con- versado “muchas cosas sobre la educación campesina”; ese mismo día sus alumnos habían hecho teatro rural, jugado básquet y entonado cuatro cantos dedicados a Sutatenza y a monseñor Salcedo.26 Además, relataba que en su vereda se hacían reuniones mensuales de auxiliares inmediatos, “porque el señor líder lo obliga que aga [sic]”, y que, como él no podía ir, mandaba “a una hermana o una carta [para] que sea leída en esa reunión”.27 Finalmente, mencionaba la compra de dos radios más en su vereda, la ausencia de apara- tos radiales en la Caja Agraria de Puerres y las dificultades de los campesinos para comprarlos a crédito en la Caja Agraria de Ipiales.

Por otro lado, Clímaco daba cuenta de las estrategias de pedagogía que ha- bía desarrollado con sus vecinos a raíz de sus limitaciones físicas: “Les diré que para yo enseñar, [a los estudiantes] les ago [sic] poner el tablero cerca de mí y tengo la vara puntera, es larga, de traza y media, y luego con ella le

26 Archivo ACPO-Radio Sutatenza, carta #19211, zona 1, volumen 6 Bis, de Clímaco Rosales al reve- rendo padre José Ramón Sabogal, Puerres (Nariño), abril de 1966, Biblioteca Luis Ángel Arango, Colección Banco de la República, Bogotá. 27 Archivo ACPO-Radio Sutatenza, zona 1, volumen 6, carta #15857, de Clímaco Rosales al reverendo padre José Ramón Sabogal, desde Puerres (Nariño), 25 de agosto de 1966, Biblioteca Luis Ángel Arango, Colección Banco de la República, Bogotá. 150 JUAN PABLO ANGARITA BERNAL

[sic] muestro cómo deven [sic] hacer las letras y números”. Clímaco relataba que había construido una “pizarra de cartón de 30 cm de ancha por 40 cm de largo, y allí si no pueden en el tablero, les cojo la mano y les hago hacer con mayor posibilidad”.28 Además, a petición del representante parroquial, Clímaco le informaba a acpo los nombres y edades de los alumnos, que oscilaban entre los 17 y los 29 años. Su Escuela Radiofónica, en total, tenía como alumnos a tres mujeres y cinco hombres que solo asistían en las no- ches, entre las 7 p.m. y 9 p.m., pues, según Clímaco “de mañana no vienen, y a mí me queda un tiempo insoportable porque por la mañana tengo grandes dolores, y son las piernas”.29

Desde acpo le enviaban constantes felicitaciones por ser un vencedor de las dificultades, un misionero y un dirigente campesino del movimiento radiofónico.30 Luego de darle este tipo de calificativos lo invitaban a escuchar los programas “acpo en marcha” y “Dirigentes seglares”, pues allí podía aprender varios elementos para ejercer su labor de liderazgo. Rosales res- pondía en su siguiente carta que los escuchaba todos los días, y anotaba lo siguiente: “les diré que son muy buenos ya que ellos nos recuerda [sic] todas las obligaciones que tenemos en la enseñanza y orientación de alumnos”.31

Ahora bien, en el marco de las campañas de la efi, una petición común de acpo era que se incentivara constantemente entre los alumnos y vecinos la ejecución de “obras de progreso”. Para la entidad era importante que los co- nocimientos aprendidos en las clases de las Escuelas Radiofónicas tuvieran

28 Archivo ACPO-Radio Sutatenza, zona 1, volumen 4, carta #9216, de Clímaco Rosales al reverendo padre José Ramón Sabogal, desde El Páramo (Puerres, Nariño), 26 de febrero de 1965, Biblioteca Luis Ángel Arango, Colección Banco de la República, Bogotá. 29 Ibíd. 30 Archivo ACPO-Radio Sutatenza, zona 1, volumen 6 Bis, carta #19210, de Héctor Ciro Bustos C. a Clímaco Rosales, Bogotá, 24 de mayo de 1966, Biblioteca Luis Ángel Arango, Colección Banco de la República, Bogotá. 31 Archivo ACPO-Radio Sutatenza, zona 1, volumen 6, carta #15857, de Clímaco Rosales al reverendo padre José Ramón Sabogal, desde Puerres (Nariño), 25 de agosto de 1966, Biblioteca Luis Ángel Arango, Colección Banco de la República, Bogotá. “OYENDO SE APRENDE LO QUE NO SE PODÍA”: EL CASO DEL AUXILIAR INMEDIATO CLÍMACO ROSALES, 1964 – 1968 151 una aplicación práctica, pues, así como se pretendía cambiar las mentali- dades de los campesinos, también se buscaba favorecer transformaciones concretas en su vida material. Luego de la carta en la que relata que tuvo que pedir limosna para sepultar a su madre, Clímaco recibió una respuesta de acpo en la que lo invitaban a realizar, en medio de sus dificultades, las siguientes actividades productivas:

[…] tal vez sus casitas se hayan rodeadas de pequeñas industrias, que les dan aliciente y las adornan. Cultivar la huerta casera y el jardín, por ejemplo, no son trabajos pesados ni exigen el gasto de mucho dinero para realizarlos. Basta realizar un ratico diariamente para hacer algo, ya sea preparar la tierra, sembrar una matica, podarla, etc. Dice un refrán que poco a poco se anda lejos, así que va para ellos nuestra voz de aliento, si es que todavía no han empezado a mejorar su economía familiar […].32

Durante los años sesenta, las campañas de la pequeña industria, las huertas caseras y el cuidado de jardines fueron entendidas por acpo como una for- ma de generar productos para el autoconsumo en las familias. La entidad se incluyó en ese orden social rural a través de su sistema de roles: los alum- nos, auxiliares inmediatos, dirigentes campesinos y líderes también hacían parte de esas familias. Como el interés de acpo era lograr poner en marcha procesos de cambio social, el movimiento radiofónico se entendía como un programa integral que, por un lado, se insertaba en la vida individual de los campesinos al incitarlos a la autoformación, la experiencia espiritual y de servicio, la formación de familias, la búsqueda de un oficio y la previsión económica; por el otro, como era el caso de los auxiliares inmediatos, de- bía configurarse como una forma de reunirlos como comunidad, generar encuentros entre ellos, incentivar la formación de pequeñas industrias y cooperativas para la distribución de lo producido.

32 Archivo ACPO-Radio Sutatenza, zona 1, volumen 4, carta #9215, de Acción Cultural Popular a Clímaco Rosales, desde Bogotá, 5 de abril de 1965, respuesta al documento #9216, Biblioteca Luis Ángel Arango, Colección Banco de la República, Bogotá. 152 JUAN PABLO ANGARITA BERNAL

En el caso de Clímaco Rosales, su disposición para hacer parte del movimien- to tiene que ver con ese interés por el encuentro comunitario. Con una fuerte voluntad de servicio hacia sus vecinos, y muy apropiado del discurso de la educación como una herramienta para salir adelante, en sus cartas Clímaco invitaba a los campesinos que no sabían leer en su región a “[…] que vengan a mi rancho, en medio de mi enfermedad, y yo los atiendo y los sirvo [sic] desde mi lecho […]”.33 En esa misma carta Clímaco cuenta que un vecino “que es muy bueno con él” quiere recibirse de sacerdote y él quiere ayudarlo, por lo que dice lo siguiente: “Yo les suplico que tengan la vondad [sic] de man- darme un drama que sea apropiado para la ordenanza de un saserdote [sic]”.

Según sus cartas, Clímaco era considerado un líder dentro de su vereda. En su carta de abril de 1966, por ejemplo, pide que le envíen la colección de cincuenta libros de la Biblioteca del Campesino, pues está interesado en participar de la campaña “Un libro por un huevo” porque los alumnos de su escuela le han hecho algunas preguntas sobre el cuidado del ganado.34 Rosa- les cuenta que envió el equivalente al precio de 50 huevos para la compra de los libros a través del representante parroquial Gerardo Rufo Bolaños. Días después, acpo le responde que lamentablemente se ha acabado esa primera edición de los libros pero que, a través de El Campesino, se le informará sobre su próxima aparición.

33 Archivo ACPO-Radio Sutatenza, zona 1, volumen 6 Bis, carta #19211, de Clímaco Rosales al reve- rendo padre José Ramón Sabogal, Puerres (Nariño), abril de 1966, Biblioteca Luis Ángel Arango, Colección Banco de la República, Bogotá. 34 Es probable que Rosales se refiera específicamente al libro “El ganado de carne”, de Hernán Estrada Valencia, editado por acpo a mediados de los años sesenta. A través de esta iniciativa, posiblemente acpo sea una de las primeras instituciones en Colombia en haber circulado in- formación de extensión rural entre los campesinos, al menos con la dimensión que su infraes- tructura le permitió, pues de algunos de los ejemplares llegaron a imprimirse 500.000 ediciones. Hernando Bernal, De la realidad a la utopía, Bogotá, acpo, 2005, p. 28. IMAGEN 9 Clímaco Rosales construía instrumentos musicales [Fotografía] Fotógrafo: no registra 1968 154 JUAN PABLO ANGARITA BERNAL

LA PROGRAMACIÓN MUSICAL DE RADIO SUTATENZA: CLÍMACO ROSALES OYENTE Clímaco Rosales era un oyente habitual de diferentes programas de Radio Sutatenza, especialmente los que transmitían música. Como lo revelan miles de cartas de los usuarios, desde comienzos de los años sesenta era común que ellos escribieran directamente a la emisora para pedir “complacencias” musicales en ocasiones especiales, sugerir cambios en los contenidos trans- mitidos, felicitar a los locutores o participar en concursos. Las cartas de Clí- maco, por un lado, dejan entrever que en su afán de consolidar un público campesino el modelo educativo de acpo hizo un productivo uso de lenguajes del entretenimiento masivo de la década de 1960, como la música popular y las formas del humor costumbrista; y, por el otro, permiten ver una íntima y particular expresión de sensibilidad por parte de Clímaco hacia el lenguaje musical y sus significados sociales.

En carta del 26 de febrero de 1965 Rosales acusa recibo de una fotografía postal de Los Tolimenses, dueto musical cómico-folclórico reconocido en- tre los alumnos del modelo educativo por canciones-publicidades como “Pa’ que se instruiga compadre”, transmitidas por la emisora habitualmente. Como si fuera un objeto de colección, Rosales manifiesta que enmarcará la postal para colgarla en su pared, tal y como lo ha hecho ya con el mosaico de estudiantes de los Institutos de Líderes que viene semestralmente con El Campesino. Cada objeto que resguardaba en su cuarto funcionaba como una ventana abierta hacia nuevos horizontes de expectativas vitales.

Su escucha de los programas es crítica y activa. En su carta de diciembre de 1964, Clímaco pide que cambien la música del programa “Acuarelas de Colombia”, transmitido todos los días a las 9:30 p. m., pues no ha escuchado casi ningún canto al Niño Dios. En ella compara a la emisora con “otras hemi- soras [sic] [que] están transmitiendo villancicos [sic] desde noviembre, y en nuestra emisora de Sutatenza llevamos 7 de diciembre y no transmiten sino como 4 billancicos [sic] cuando en una emisora de la Iglesia debía haber más música para el Niño Jesús”. Con un tono entre la petición y el reproche, en “OYENDO SE APRENDE LO QUE NO SE PODÍA”: EL CASO DEL AUXILIAR INMEDIATO CLÍMACO ROSALES, 1964 – 1968 155

su carta Clímaco muestra un uso activo del canal de comunicación establecido con acpo: revela una forma de escucha de la emisora mediada por sus gustos personales, pues además de escribirle pidiéndole un cambio en su programación, mani- fiesta querer escuchar los cantos que él considera adecuados para diciembre y para una emisora ca- tólica. Unos días después, acpo le responde que sí se transmitieron muchos villancicos diariamen- te, así como la novena de aguinaldo, y lo invita a guardar los números del semanario en donde esta última fue publicada.

En carta del 25 de agosto de 1966 es posible aden- trarse en las formas de escucha de Clímaco y en los significados que le otorgaba a la experiencia de la escucha radial y, en especial, a la musical. En dicha carta, el campesino cuenta que cuando escuchaba la radio le decía “muy buenos días, o buenas tardes padre, o profesores, o al profesor de canto”, pues se sentía como si estuviera rodeado por ellos en su propia casa. En la misma carta pe- día que le hicieran “el fabor [sic] de darle un saludo muy especial para el profesor de canto y abrazo de amigo por ese favor tan útil para todos ya que la música es el alma de cada persona”. Su gusto IMAGEN 10 por la música, entonces, es descrito con detalle, pues le interesa escuchar, Sesión de fotos de Emeterio y Felipe, aunque considera que es mejor ejecutar la música Los Tolimenses, para la campaña publicitaria del radio Phillips – Radio Sutatenza [Fotografía] que oírla y oyendo se aprende lo que no se podía. Yo sé tocar mandolina, gui- Fotógrafo: no registra 1968 tarra, el tiple sabía algo pero menos acordes [...] pero oy [sic] ya puedo, ya que una guitarra pequeña la ize [sic], ya, que aquí no se consigue un tiple de los propios y como carezco de moneda no puedo comprar. Para los alumnos 156 JUAN PABLO ANGARITA BERNAL

enseñar les esplico [sic] perfectamente, porque comprendieran [...] aunque sea en guitarra.35

En este caso, además, Clímaco pide que el profe- sor enseñe el pasillo colombiano “Plenilunio”, del compositor Gonzalo Vergara, y el bambuco “Mi casta”, dos canciones representativas del reperto- rio de música popular andina. Como en esta, en cientos de cartas del archivo es posible encontrar peticiones de canciones populares colombianas y latinoamericanas, desde bambucos y pasillos, de intérpretes tan reconocidos como Silva y Villalba, pasando por rancheras de José Alfredo Jiménez y Pedro Infante, hasta cumbias de Alfredo Gutiérrez, en correspondencia con el crecimiento progresivo del mercado de la música tropical a finales de los años sesenta.

IMAGEN 11 Además de dejar ver un modo de escuchar e interpretar la música en el campo Sesión de fotos de Emeterio y Felipe, Los Tolimenses, para la colombiano, a través de sus reflexiones sobre el quehacer musical Rosales campaña publicitaria del radio da muestras de una sensibilidad profunda sobre la escucha, el gusto, sus Phillips – Radio Sutatenza [Fotografía] procesos de aprendizaje y la difusión misma de la música popular. Para Fotógrafo: no registra él, la música es un lenguaje emocional, pues es el “alma de la vida de cada 1968 persona”; esto hace que su difusión y enseñanza a través de la radio se con- viertan en una necesidad fundamental. Por su lado, la empresa educativa lo entendía como una forma de generar encuentros sociales, como lo menciona El Campesino, luego de visitar a Clímaco a finales de 1968, en un artículo que registra su actividad radiofónica y su gusto por tocar música junto con sus hermanos, como lo muestra la imagen 13.

35 Archivo ACPO-Radio Sutatenza, volumen 6, zona 1, carta #15857, de Clímaco Rosales al reverendo padre José Ramón Sabogal, desde Puerres (Nariño), 25 de agosto de 1966, Biblioteca Luis Ángel Arango, Colección Banco de la República, Bogotá. IMAGEN 12 “Campesino inválido funda su escuela”, dedicado a Clímaco Rosales en El Campesino [Artículo de prensa] ACPO 1968 158 JUAN PABLO ANGARITA BERNAL

Lo cierto es que a través de sus palabras Clímaco deja ver que entiende la escucha de la música como una experiencia sensorial compleja que no es meramente individual. En ella, el punto de partida es la escucha radial, en la que el sonido tiene un carácter fugaz para los oyentes; su interpretación, la ejecución de un instrumento musical, es extensiva en el tiempo, es la forma de asir ese sonido que escapa. En la posibilidad de interpretar el ritmo y la melodía de una canción, es decir en la ejecución de un lenguaje común como la música, Clímaco parece encontrar una terapia para sus dolores, al tiempo IMAGEN 13 Clímaco Rosales interpreta la que una realización estética para su sensibilidad y un proceso catalizador de mandolina junto a sus hermanos encuentros comunitarios. Ante la soledad, a través de la música, Rosales en- [Fotografía] Fotógrafo: no registra contraba afinidades con otros que, como él, escuchaban la emisora, aprendían 1968 y tenían la extraña manía de tener fe en la vida.

El Campesino hizo un reportaje sobre Clímaco Rosales en noviembre de 1968. Su caso fue visto como un ejemplo a seguir por los campesinos lectores del periódico.

Para él va este texto, por supuesto. “OYENDO SE APRENDE LO QUE NO SE PODÍA”: EL CASO DEL AUXILIAR INMEDIATO CLÍMACO ROSALES, 1964 – 1968 159

REFERENCIAS

Bernal, Hernando, De la realidad a la utopía, Bogotá, acpo, 2005.

Houtart, Francoise y Gustavo Pérez, Acción Cultural Popular: sus principios y medios de acción. Consideraciones teológicas y sociológicas, Bogotá, Editora Pío X, 1960.

Hurtado, Aura, Cartas, Rádios e impressos: cultura escrita camponesa na Colômbia, 1953-1974 [disertación para lograr el título de Maestría en Historia Social, Facultad de Filosofía, Letras y Ciencias Humanas, Universidad de Sao Paulo], 2016.

Ministerio de Educación de Colombia, Escuelas Radiofónicas, Bogotá, Ministerio de Educación de Colombia, 1950.

Archivos Archivo ACPO-Radio Sutatenza, Biblioteca Luis Ángel Arango, Colección Banco de la República, Bogotá.

Periódicos El Campesino. Archivo ACPO-Radio Sutatenza, Biblioteca Luis Ángel Arango, Colección Banco de la República, Bogotá. 160 GLOSARIO

GLOSARIO DE TÉRMINOS FRECUENTES EN EL VOCABULARIO DE ACPO

Compilación: Zuly Adriana Zabala León

Profesional en Investigación y Referencia Departamento Red de Bibliotecas, Banco de la República GLOSARIO 161

omo empresa educativa acpo construyó una completa metodo- logía para la educación no formal y el progreso campesino en Colombia a través de la radio y otros medios de comunicación. C Uno de sus resultados fue el desarrollo de un universo léxico propio. Este se incorporó en el vocabulario popular de los campesinos y de los colombianos y hoy se hace indispensable para comprender y apropiar su modelo de Educación Fundamental Integral (EFI). De esta manera, el público general se podrá acercar a sus nociones, acciones y campañas y entender el pa- pel de la tecnología y los medios de comunicación en la educación y la cultura.

A través de las denominadas Escuelas Radiofónicas (EERR) —uno de los epicentros del movimiento radiofónico de acpo — los hogares campesinos se convirtieron en espacios consagrados a la escucha grupal de la radio y al uso combinado de las lecciones del semanario El Campesino, las cartillas y los libros de la Biblioteca del Campesino. En estos espacios, ubicados den- tro y fuera de las casas campesinas, se conjugaron la pedagogía, la ciencia, la tecnología y la religión. Eran lugares en donde convivían la voz de los profesores-locutores y la acción diaria de los auxiliares inmediatos, líde- res, alumnos y radioescuchas. Eran centros culturales que posibilitaban el aprendizaje, la lectura y la escritura.

A continuación, presentamos el siguiente glosario de términos frecuentes en el vocabulario de acpo. El objetivo es introducirnos en la narrativa de la exposición Radio Sutatenza: una revolución cultural en el campo colombiano (1947-1994) y promover, física y digitalmente, la consulta e investigación del archivo documental ACPO-Radio Sutatenza.

En su desarrollo no solo se consideraron las contribuciones de los principa- les y más reconocidos autores de la literatura oficial de acpo, sino también la labor de los profesionales que realizaron la investigación curatorial para esta exposición. Esperamos que el esfuerzo del doctor Hernando Bernal Alarcón, con su anterior glosario publicado en 1984, se vea recompensado con esta nueva actualización. 162 GLOSARIO

Acción cultural popular (con minúscula) tos entregados a través del radio receptor gracias a la me- Es la tarea que le corresponde hacer a las mismas comuni- diación del auxiliar inmediato y el uso de los materiales dades. Son todas las acciones desarrolladas por personas y complementarios. grupos para modificar el mundo, perfeccionar la sociedad y elevar el valor de las mismas personas. Es el objetivo de ASISTENTE DE ZONA acpo como institución y fundación: lograr que las personas Funcionario del departamento de promoción de acpo, den- sean sujetos de su propio desarrollo. tro de la División Cultural, a cuyo cargo está el control de los líderes y supervisores de una región; y que, a su vez, man- ACPO (con mayúsculas) tiene a través de la correspondencia un permanente contac- Es una institución social de tipo educativo que utiliza los to personal con todos aquellos que están interesados en el medios masivos de comunicación social (radio, prensa, movimiento cultural de las Escuelas Radiofónicas. cartillas, grabaciones, audiovisuales, discos y biblioteca) y los medios de comunicación directa (correspondencia, AUXILIAR INMEDIATO Institutos Campesinos, auxiliares inmediatos, dirigentes Voluntario de la comunidad con unos conocimientos míni- líderes y supervisores campesinos, jefes de zona y agentes mos y un entrenamiento rápido que se compromete a ayudar o representantes del movimiento radiofónico) para fomen- a quienes desean aprender en la Escuela Radiofónica. No hay tar y propiciar la Educación Fundamental Integral, espe- límites de edad, de sexo o de condición social. Se requiere cialmente de los campesinos adultos que viven en sitios que viva en la comunidad y que aprenda a servir de puen- aislados del territorio colombiano. te entre el profesor que habla por la radio y los alumnos. Es, además, distribuidor de los elementos de acción y sirve AJEDREZ como canal de comunicación entre acpo central y la perife- Campaña promovida por acpo para que los campesinos ria. Su trabajo lo convierte en líder de la comunidad. Es el colombianos utilicen el tiempo libre en el desarrollo de su primer comunicador interpersonal que refuerza la acción inteligencia mediante este juego-ciencia. de los medios masivos dentro del sistema de las Escuelas Radiofónicas. Es un recurso de la comunidad que participa ALIMENTACIÓN de todas las bondades y limitaciones de la cual forma parte. Uno de los temas que cubre la Educación Fundamental In- Es el principal invento dentro del sistema de las Escuelas tegral es el de ayudar a los campesinos para que produzcan Radiofónicas. y consuman más alimentos. AUXILIAR PARROQUIAL ALUMNO Formado en los institutos. Es un apóstol que con conoci- Campesinos representados por los radioescuchas de las miento y técnica constituye la ayuda y orientación de la ac- Escuelas Radiofónicas. Ponen en práctica los conocimien- ción en sus veredas y en la parroquia. GLOSARIO 163

BIBLIOTECA DEL CAMPESINO produzca, conserve, proteja y asuma los alimentos nece- Serie sencilla de cien libros publicados en lenguaje apropiado sarios en la calidad y cantidad convenientes. para el medio campesino. Consta de diez colecciones distintas. Se pretende que en cada casa campesina exista dicha colección. CAMPAÑA DE PROCREACIÓN RESPONSABLE Su publicación está a cargo de la Editora Dos Mil de acpo. Está Partiendo de la creencia de que el acto de engendrar un nue- orientada a proporcionar una lectura variada y amena a los vo ser humano es una acción en la cual además de la pareja que están en proceso de alfabetización. Sus temas refuerzan interviene el creador de un alma inmortal, se desea formar los contenidos de las nociones y las campañas de acpo. Es una actitud y comportamiento prácticos conducentes al un elemento de acción del sistema de Escuelas Radiofónicas. ejercicio de la responsabilidad de la pareja para engen- drar hijos deseados que puedan ser educados y tratados CAMBIO de acuerdo con su propia dignidad como seres humanos. acpo desea que las comunidades cambien sus sistemas de vida. Para esto es necesario que ocurra un cambio en el in- CAMPAÑA DE RECREACIÓN terior del hombre. El cambio verdadero y duradero de la so- Busca una actitud y comportamiento práctico para que el ciedad solo ocurrirá cuando se hayan modificado los valores, alumno adulto comprenda el valor de la recreación, sus las actitudes y la mentalidad de las personas. Por eso el desa- justas manifestaciones individuales y colectivas y adquie- rrollo humano se considera como una condición necesaria ra un conocimiento de las diversiones (deporte, teatro, para un verdadero desarrollo económico y social. música, danzas, ajedrez) y las realice como parte de su actividad social. CAMPAÑA DE ACCIÓN Las campañas son un método de trabajo típico de la insti- CAMPAÑA DE SUELO tución. Invitan al campesino adulto a la realización de una Busca una actitud y comportamiento práctico para que serie de actividades de mejor vivir que le crean nuevos há- el alumno adulto comprenda el valor del suelo con todos bitos, costumbres y usos. Así aprende la trascendencia de sus componentes (agua, aire, vegetación, animales, com- las nociones fundamentales y se forma una escala de valores. ponentes minerales y orgánicos) y que así adquiera un co- El fin de las campañas es mejorar o cambiar simultánea- nocimiento claro de los medios de defensa, utilización y mente los esquemas de pensamiento y de comportamiento y conservación del suelo. el medio ambiente, actuando sobre los valores individuales y sociales. CAMPAÑA DE VIVIENDA Busca una actitud y comportamiento práctico para que el CAMPAÑA DE NUTRICIÓN alumno adulto comprenda el valor de la vivienda para su Busca el conocimiento, la actitud y el comportamiento para persona, familia y comunidad. Que adquiera un conoci- que el adulto comprenda el valor de la nutrición, para que miento de los medios, elementos, materiales y condicio- 164 GLOSARIO

nes higiénicas de la vivienda misma y de la utilización de CARTILLA COMUNIDAD CRISTIANA todas sus partes. Diseñada para la noción de espiritualidad. Contempla as- pectos de la conducta y el comportamiento de las personas CAMPAÑA OCASIONAL O COMPLEMENTARIA como individuos y como miembros de la comunidad. Al Ideas, tópicos y temas que se fijan como puntos sobre los tiempo que comprende normas de ética y moral se imparten cuales hacer énfasis a través de todos los medios de acpo orientaciones y recomendaciones para la organización co- en un período de tiempo dado. Ejemplos de estas campañas munitaria, el trabajo en equipo, el cooperativismo, la acción han sido el ajedrez y la campaña para prevenir la roya del comunal y la solidaridad. café, entre muchísimas que podrían señalarse. Algunas de carácter religioso como la de la celebración del “Domingo CARTILLA CUENTAS CLARAS Cristiano” y la “lectura de la Biblia y el Nuevo Testamento” Desarrolla la noción de número. Ayuda a los alumnos radio- se han visto reforzadas por campañas de carácter práctico, fónicos en el aprendizaje y la aplicación de las cuatro opera- como la de “aprender a hacer bien aquellos oficios con los ciones básicas con números enteros, decimales y fracciona- que nos ganamos la vida”. rios. Enseña, además, nociones fundamentales de geometría, agrimensura y relaciones de peso, capacidad y volumen, con CARTILLAS numerosos ejemplos y sus ejercicios respectivos. acpo dispone en la actualidad de seis cartillas donde se condensan las cinco nociones de la Educación Fundamen- CARTILLA HABLEMOS BIEN tal Integral. Se refiere a la noción de alfabeto. Comprende las explicacio- Con la aparición de estas cartillas, en 1970, se inició nes y ejercicios de lenguaje, gramática, redacción, ortografía la etapa de la nueva Escuela Radiofónica, en la cual el ele- y comunicaciones. mento básico es la cartilla, que debe conducir a los usuarios del sistema a buscar y complementar sus enseñanzas con CARTILLA NUESTRO BIENESTAR la utilización de otros elementos de acción tales como la Utilizada para el aprendizaje de la noción básica de salud. radio, el periódico, la correspondencia, etc. Ilustra sobre temas teóricos y prácticos alusivos al cuerpo humano, como anatomía, fisiología, higiene, enfermedades CARTILLA BÁSICA comunicables, prevención de enfermedades comunes, pri- Cartilla para el curso básico. En ella se encierran los conte- meros auxilios, medio ambiente y vida de relación. nidos para las cinco nociones de la Educación Fundamental Integral. Sin embargo, su propósito inicial es comunicar las CARTILLA SUELO PRODUCTIVO pericias básicas de la lectura y escritura y del manejo de las Contiene enseñanzas de economía y trabajo. Identifica al hom- cuatro operaciones. Existen dos ediciones: una para seguir bre en sus relaciones con el suelo, el paisaje, los cultivos y los el curso básico a través de la radio y otra para seguirlo me- animales. Enseña el cuidado de la tierra, la productividad, las diante el sistema del disco-estudio. nuevas técnicas de cultivo y de pastoreo, etc. GLOSARIO 165

COMUNICACIÓN SOCIAL gresivo para aquellos que ya saben leer y escribir. La forma La teoría de la comunicación social constituye uno de los actual de los cursos es a base de monografías. Para más de- principios fundamentales que rigen la metodología de Ac- talles sobre este particular puede remitirse al departamento ción Cultural Popular. acpo se define como un sistema de de Profesorado de la División Cultural. comunicación social para la Educación Fundamental In- tegral de los campesinos colombianos. Entre los aspectos CURSO DE EXTENSIÓN sobresalientes de la aplicación de la teoría está el principio Es una estrategia para la promoción directa de acpo. Consis- del “uso combinado y sistemático de los medios” y la ne- te en un breve seminario, máximo cinco días, generalmente cesidad de la “comunicación interpersonal como refuerzo planificado y dirigido por supervisores, líderes o dirigentes a la acción de los medios”. Especial cuidado se presta a los campesinos que buscan la asesoría del cura párroco o de fenómenos de retroalimentación o feed-back. otras personas influyentes de la comunidad como promo- tores, trabajadores sociales, extensionistas, mejoradoras de COMUNIDAD hogar, enfermeras, expertos agrícolas, veterinarios, instruc- Uno de los objetivos de la Educación Fundamental Integral tores del ica, del dri, del sena, etc. es crear conciencia de la necesidad de vivir en comunidad. DESARROLLO CORRESPONDENCIA Sobre este particular remitirse al capítulo diez del libro. El alumno adulto comunica sus impresiones y reacciones acpo lucha por un desarrollo integral que incluye lo eco- de lo que oye, estudia y lee; además establece contacto con nómico y lo social sobre la base imprescindible de un de- los expertos. Cuenta sus dificultades y sus realizaciones. La sarrollo humano. institución le responde sus casos concretos, le aconseja e in- siste por este medio en sus campañas, sus clases, sus cursos DIGNIDAD DE LA PERSONA HUMANA de extensión, en la lectura del semanario y en la formación Objetivo de la Educación Fundamental Integral es que el de sus hijos en los institutos de Sutatenza. hombre sienta el valor de su propia persona y la de sus se- mejantes (respetándose a sí mismo y a los demás) como CURSOS DE ESCUELAS RADIOFÓNICAS diferentes del mundo que los rodea. A lo largo de la historia de las Escuelas Radiofónicas han existido varias denominaciones para los cursos que se dic- DIRIGENTE CAMPESINO tan a través de la radio. El contenido de dichos cursos está Alumno que asiste y termina el primer curso de los Insti- basado en las cinco nociones de la Educación Fundamental tutos Campesinos y que regresa a su comunidad a traba- Integral. Generalmente, ha habido un curso básico para la jar como voluntario para la promoción del movimiento enseñanza de la lectura y escritura, pero siempre haciendo cultural. Normalmente, los dirigentes son también auxi- alusión a los temas de las otras nociones; y un curso pro- liares inmediatos. Pero el rol del dirigente está orientado 166 GLOSARIO

principalmente a difundir la necesidad de la cultura y de la Biblioteca del Campesino. Bajo el manejo del gerente se organización comunitaria entre los demás miembros de su encuentran, además, una unidad para la producción de comunidad. El dirigente aprende, en los institutos, a utilizar medios audiovisuales y la prensadora de discos. adecuadamente los elementos de acción de la institución. EDITORIAL ANDES DISCO-ESTUDIO Unidad de producción de acpo donde se imprimen todos Sistema combinado que utiliza discos y material impreso los materiales de la institución. Debido a su gran montaje para la educación. El disco-estudio funciona principalmente y capacidad técnica se ha convertido en la principal unidad en grupos de personas en los cuales se cuenta también con de autofinanciación de las tareas de la institución, por los un auxiliar inmediato. trabajos comerciales que realiza.

EDUCACIÓN FUNDAMENTAL INTEGRAL (EFI) ELEMENTOS DE ACCIÓN La Educación Fundamental Integral es entendida como el Instrumentos de acpo para el cumplimiento de su tarea de modelo educativo de acpo, “tiene como objetivo primario Educación Fundamental Integral, a saber: radio, cartillas, el hacer de los hombres personas capaces de enfrentarse y periódico, biblioteca, correspondencia, disco-estudio, cur- solucionar sus problemas”. sos de extensión, institutos y liderazgo de opinión.

EDUCADORES EMISORAS Personas que se encargan de la formación de dirigentes, líde- acpo, como fundación, es la dueña de la cadena de emiso- res y supervisores en los Institutos Campesinos. Como dicha ras de Radio Sutatenza ubicadas en Bogotá, Barranquilla, formación no ocurre solo en el campo académico, sino en Cali, Medellín y Magangué. todo el complejo de la vida diaria del instituto, la función del educador corresponde a todos los que, de una u otra manera, FAMILIA colaboran en la formación de los alumnos. Institución social considerada como elemento clave del proceso de la Educación Fundamental Integral. Además, ECONOMÍA la familia es la unidad de acción operativa de la Escuela Como institución social es una de las preocupaciones de la Edu- Radiofónica. cación Fundamental Integral. Se considera que el hombre debe Cada vez se hace más énfasis en una campaña para ha- ser entrenado en su doble función de productor y consumidor. cer de la familia no solo la célula de formación de la persona, sino también la unidad de producción económica. De ahí EDITORA DOS MIL la campaña de la industria familiar. Unidad de producción de acpo que se encarga de la edición acpo se preocupa por resaltar las obligaciones y res- y distribución del semanario El Campesino y los libros de la ponsabilidades que acarrean la paternidad y la maternidad. GLOSARIO 167

FEED-BACK – RETROALIMENTACIÓN INSTITUCIÓN acpo es un sistema combinado de medios masivos de co- Aunque es una fundación, acpo, generalmente, ha recibido municación social, reforzado por la comunicación inter- el nombre de institución. Entre los hechos que se quieren personal. Una de sus preocupaciones es mantener canales resaltar con este título está el de que acpo tiene vida propia, de diálogo con sus usuarios. También procura establecer independientemente de las personas que la crearon o de formas de correspondencia que refuercen el aspecto per- los funcionarios que en ella trabajan. Pero también se hace sonal de la comunicación. Además, promueve reuniones relación a que, como tal, es simplemente una organización a nivel local con el objeto de conocer las reacciones de las que ayuda a los campesinos colombianos a satisfacer la ne- comunidades y favorece las visitas de los campesinos a la cesidad de la Educación Fundamental Integral que tienen, y central y de los educadores y profesores a las veredas con que es una de las causas que impide su progreso. el objeto de lograr la información que les permita evaluar y corregir sus programas. LÍDER CAMPESINO Jóvenes campesinos de ambos sexos que después de haber GRABACIONES terminado el segundo curso en los Institutos Campesinos en Los discos y cintas magnetofónicas llegan a otras emisoras, Sutatenza y Caldas reciben, por parte de acpo, una comisión parroquias, poblaciones y residencias particulares. Multi- para ir a trabajar en las comunidades rurales, generalmente plican, complementan y repiten las tareas de la institución. diferentes a la suya propia. Durante el tiempo que realizan esta tarea los jóvenes campesinos, que se consideran en época de HABLEMOS BIEN formación para un liderazgo comunitario más amplio y pro- Nombre de la cartilla para el curso progresivo de la noción fundo en el futuro, reciben una beca que les ayuda a cubrir sus de Alfabeto de la Educación Fundamental Integral. Orien- necesidades básicas de alimentación, transporte y vivienda. tada a mejorar la capacidad de comunicación escrita y oral y los hábitos de lectura de los campesinos colombianos. LIDERAZGO DE OPINIÓN Es un principio de la teoría de la comunicación social que INSTITUTOS CAMPESINOS acpo utiliza como un elemento de acción. Para este efecto Centros para la formación de dirigentes, líderes, promo- ayuda a preparar líderes que se entrenan en llevar mensajes tores y supervisores. Existen tres en la actualidad: dos en culturales a las comunidades campesinas, y a arrastrar con Sutatenza (Boyacá) y uno en Caldas (Antioquia). General- su ejemplo a los demás para que inicien tareas de mejora- mente, se hacen dos promociones de cuatro meses cada una, miento y cambio social. en cada año, y los exalumnos acostumbran referirse a ellas cuando se les pregunta cuándo estuvieron en los institutos. NOCIÓN Serie de ideas, contenidos y prácticas educativas que con- ducen a los usuarios de los servicios de acpo a la creación 168 GLOSARIO

de unas pautas de pensamiento, actitudes y formas de com- NOCIÓN DE SALUD portamiento que contribuyen a generar la solución para las Entendida como la construcción de una actitud y la adqui- necesidades de un área determinada. sición de comportamientos de prevención y preservación del bienestar personal y social para llevar a la práctica el fa- NOCIÓN DE ALFABETO moso adagio: “más vale prevenir que curar”. Exige conocer Desarrollo de la capacidad de comunicarse que va mucho y generar conciencia sobre el funcionamiento del organis- más allá del simple dominio del alfabeto para la escritura mo humano e implica el conocimiento de las causas de las y la lectura y conduce a la ampliación y manejo del voca- enfermedades, las dolencias más frecuentes y las prácticas bulario como mecanismo de comprensión y de expresión. personales y comunitarias más adecuadas para el mejora- Implica una posición del hombre ante el mundo, ya sea para miento y la conservación de la salud. aceptarlo y utilizarlo o para modificarlo. En este sentido, el manejo y la comprensión de la palabra es la base de la acción NUTRICIÓN cultural, entendida como hacer cultura o cultivar el mundo. Campaña permanente de acpo orientada a la solución del complejo problema de la alimentación. Cubre tanto los as- NOCIÓN DE ECONOMÍA Y TRABAJO pectos biológicos como los de producción y consumo. Cam- Orientada a crear actitudes favorables para la utilización pañas como la de “La huerta casera” y “La vaca lechera” están de la tecnología y la adopción de innovaciones sencillas en orientadas a llevar al campesino a la intelección y práctica lo referente al manejo de la agricultura, los animales y los del concepto de nutrición. sistemas de producción de las pequeñas parcelas, caracte- rísticas de la audiencia campesina. Conlleva la adquisición ORGANIZACIÓN de conocimientos cuyo objetivo consiste en proveer una acpo se define como una organización cuyas partes cumplen agricultura de subsistencia e incrementar las posibilidades funciones diferentes y complementarias. Una de sus preocupa- de mercadeo de productos para lograr una mínima repro- ciones es lograr que los campesinos se organicen; por esto los ducción del capital. motiva a que formen grupos y participen en diferentes orga- nizaciones: sindicatos, cooperativas, asociaciones de usuarios, NOCIÓN DE NÚMERO clubes deportivos, juntas de acción comunal, etc. Entendida como la capacitación para el conteo, el cálculo y la valoración orientada hacia la evaluación, la crítica, y la PARTICIPACIÓN medición de la eficiencia y la efectividad. Implica una po- El tema de la participación es recurrente en la Educación Fun- sición del hombre ante sus recursos, con el objeto de medir damental Integral de acpo. Participar es tomar parte activa la posibilidad de dinamizarlos y multiplicarlos, y no solo en las decisiones que afectan a la persona como persona, a su agotarlos en las actividades de su vida diaria para satisfacer familia y a su comunidad. Es la base de una acción política sus necesidades. bien orientada. El ser miembro de organizaciones y grupos es GLOSARIO 169

una forma de participar; pero también significa tener acceso PROFESOR LOCUTOR a los servicios y beneficios que produce la sociedad. Desde Persona que a través de la lectura de libretos radiales, con este punto de vista, la participación implica la distribución instrucciones y conocimiento práctico, guía a los radioes- adecuada de la riqueza de un país y de una sociedad. cuchas hacia su desarrollo educativo y cultural.

PÁRROCO PROFESORADO El párroco o su delegado es el director del movimiento de las Grupo de expertos en varias ramas del saber que componen Escuelas Radiofónicas en la comunidad parroquial. Ocupa el departamento de producción de contenidos para la Edu- en acpo un puesto activo de dirección y orientación. cación Fundamental Integral. A su cargo está el manejo de los contenidos y metodologías de los elementos de acción. PERIÓDICO EL CAMPESINO Periódico cultural editado semanalmente por acpo y que PROMOTOR contiene tres secciones: informativa, cultural y recreativa. Líder campesino que recibe un entrenamiento especial en Es un elemento de acción de acpo que trabaja en coordi- los Institutos Campesinos por medio de un tercer curso, nación y refuerza la acción de los demás elementos. Las para prestar servicios concretos dentro del departamento ediciones del periódico llevan “separatas” que son cartillas de Promoción de la División Cultural, tales como el manejo complementarias para seguir los cursos de las Escuelas y conducción de los acpo-móviles y otros servicios dentro Radiofónicas. de proyectos específicos de la institución.

PERSONA RADIO Ser inteligente y libre, pero que además está capacitado. La Multiplica al maestro, da información y recreación, se hace Educación Fundamental Integral es eminentemente per- presente en todas partes, permanentemente, cualquiera sonalizada. Ser persona es ser sujeto, es decir, dinámico y que sea la distancia, la topografía y las circunstancias. activo, a la vez que participante. RADIOESCUCHA POLÍTICA Oyente de la programación de la emisora que no necesaria- Institución social que ocupa un lugar destacado en la for- mente participa de las Escuelas Radiofónicas. mación integral del hombre. La educación política de acpo está basada en el concepto de participación. RELIGIÓN Institución social que forma parte de las preocupaciones PRENSADORA DE DISCOS de la Educación Fundamental Integral. acpo procura que Unidad de producción de acpo gobernada desde la Editora el campesino conozca la doctrina cristiana e interiorice y Dos Mil. practique los valores y actitudes del cristianismo bajo la orientación de la Iglesia católica. 170 GLOSARIO

RECREACIÓN SUBDESARROLLO Institución social que forma parte del complejo conteni- En acpo se considera que los indicadores de subdesarrollo do que procura transmitir y enseñar la Educación Funda- son solo expresión de un fenómeno más hondo: la carencia mental Integral. La recreación se concibe como la sana y de valores y actitudes en la mente de las personas que da creativa utilización del tiempo no dedicado directamente como resultado una serie de fenómenos tales como: desnu- al trabajo. Incluye no solo el deporte, el teatro y la música, trición, desorganización, falta de disciplina social, falta de sino además el culto de las artes y el folclor. solidaridad, etc. Por eso se afirma que “el subdesarrollo está en la mente del hombre”. REPRESENTANTE PARROQUIAL Delegado del párroco en lo cultural y administrativo. SUJETO El hombre debe verse a sí mismo como el responsable de SALUD la tarea de su propio mejoramiento. Por eso la Educación Se considera no solo en los aspectos físicos y biológicos, Fundamental Integral insiste en que el hombre es el prota- sino también en los espirituales y de la mente. Como se gonista de su propio desarrollo. puede verificar al leer la cartilla Nuestro Bienestar, se tra- ta de crear una actitud de prevención, que se traduce en SUELO PRODUCTIVO medicina preventiva. Por eso, como complemento de esta Título de la cartilla de la Educación Fundamental Integral noción, se practican campañas de nutrición y saneamiento correspondiente a Colombia, para el caso de los campesinos, personal y ambiental. Forma parte esencial de la Educación a la noción de Economía y Trabajo. Fundamental Integral. SUPERVISOR SOCIEDAD Alumno del tercer curso o nivel de los Institutos Campe- La Educación Fundamental Integral educa al hombre para sinos de acpo que se prepara y ejerce, al terminar, tareas que viva en grupos y ayude en el cambio y la transforma- de coordinación y administración dentro de las diferentes ción de las instituciones sociales. El componente social zonas de trabajo de acpo. forma parte de todos y cada uno de los niveles y contenidos de las nociones y campañas de acpo. TÉCNICA Concepto esencial dentro de la conceptualización de la Edu- SOLIDARIDAD cación Fundamental Integral. Significa saber, prácticamen- Componente de la Educación Fundamental Integral. Es te, cómo hacer algo para obtener el máximo rendimiento la base de la noción de comunidad y expresión clara de la posible. También se entienden bajo este concepto las herra- dimensión social del hombre, que al participar en grupos mientas o elementos de la cultura material que utilizan o y organizaciones lleva a la práctica lo que significa vivir deben usar los campesinos para explotar los recursos natu- en comunidad. rales. En algunos casos es sinónimo de metodología. GLOSARIO 171

TECNOLOGÍA Referencias Especial cuidado ha puesto acpo para que los campesinos Acción Cultural Popular, La ignorancia del aprendan las tecnologías apropiadas y que partiendo de sus pueblo: máximo problema social y económico propias realidades culturales puedan hacer uso del mundo en América Latina, Bogotá, s. e., 1958. sin destruirlo. ______, Estatutos, Bogotá, s. d. TRABAJO Institución social que forma parte integral de los conteni- Bernal Alarcón, Hernando, Educación fundamental dos de la Educación Fundamental Integral. Se parte de la integral teoría y aplicación en el caso acpo, base de que el trabajo ennoblece a quien lo ejecuta, siempre Bogotá, Editorial Andes, 1978. y cuando lo haga con inteligencia, libertad y utilización de las tecnologías apropiadas. Houtart, Francisco y Gustavo Pérez, Acción Cultural Popular: sus principios y medios de acción. Consideraciones PROCREACIÓN RESPONSABLE teológicas y sociológicas, Bogotá, Editora Pío X, 1960. Campaña de responsabilización de los padres para que decidan libremente, consultando a quienes deben hacerlo, el número Martínez, Emiro, Métodos de periodismo rural en el de hijos que quieren y deben traer al mundo. No es paternidad semanario El Campesino, Bogotá, acpo, 1978. responsable solamente, sino también maternidad responsable. O sea, que se reconoce la decisión libre de ambos cónyuges. Fuentes Es educación sexual integral para el matrimonio y la vida en Entrevista con Jorge Rojas Álvarez – familia. Es decisión en el acto cocreador, el cual no debe dejarse curador de la exposición. a la suerte. Es alegría ante la nueva vida que se ha engendrado y total respeto por el ser humano, fruto del amor consciente. Equipo de curadores de la exposición.

VIVIENDA Campaña permanente que implica el mejoramiento de las existentes o la construcción de nuevas casas para las familias campesinas. La gente produce los hechos. acpo les da las ideas.

ZONAS acpo, teniendo en cuenta las diferencias culturales y las po- sibilidades de acceso, ha dividido al país en siete zonas que son atendidas por la División Cultural. “¡6 millones de colombianos están oprimidos por la ignorancia!“ [Publicidad en prensa] ACPO 1963 “Los bancos están interesados en hacer préstamos agrícolas“ [Portada de prensa] ACPO 1960 Las cinco cartillas fundamentales de Acción Cultural Popular [Afiche] Ilustrador: Sergio Trujillo Magnenat ACPO ca. 1962 “Ante las elecciones estos son mis problemas” [Portada de prensa] ACPO 1960 Este catálogo se terminó de imprimir en el mes de mayo de 2017 en la ciudad de Bogotá. En la composición se usaron las fuentes Dolly, Anton, Archivo Black y Futura.

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