Sección del Jurásico en Luces - - La Griega () Descripción del itinerario de acceso Existen varios accesos al LIG por lo que se recomienda ver: M-CA028-01 y 02; D- CA028-01.

Acceso a la ensenada de El Sable-Yacimiento de Luces (extremo más occidental del LIG): Desde la carretera de la costa N-632 a la altura de Colunga se toma la comarcal AS- 257 que conduce a Lastres. Rebasada esta última localidad y tras recorrer 1.5 km se llega a la localidad de Luces donde se toma un desvío a la derecha por una carretera asfaltada y estrecha que conduce al faro de Lastres. Unos 650 m antes de llegar a este último, parte un camino que debemos de recorrer a pie unos 850 m hasta el pie del acantilado. Una vez allí el recorrido puede hacerse tanto al E como al W. Entre esta ensenada y el puerto de Lastres existen varios accesos. Acceso al yacimiento de los acantilados de Lastres El itinerario arranca desde el mirador de San Roque situado en el lugar más elevado de Lastres, junto a la ermita del mismo nombre. A partir de allí se toma un estrecho camino descendente que coincide con la denominada “Ruta del Castillo” hasta alcanzar una pista de tierra más ancha. Una vez en ella, es necesario recorrerla, hacia la izquierda, hasta rebasar una fuente de piedra. Un poco más adelante debemos tomar una senda que parte hacia la derecha en fuerte descenso y nos conduce directamente hasta la base del acantilado. Acceso a los acantilados del puerto de Lastres: Desde el centro de esta villa marinera tomar la carretera de acceso al puerto. Recorrer a pie unos 100 para acceder a los acantilados situados al NW del mismo. Acceso a los acantilados de la playa de Lastres: Desde el centro de esta villa marinera tomar la carretera comarcal AS-257 en dirección a Colunga. Aproximadamente a 1 km tomar la desviación con fuerte pendiente a la izquierda que lleva al aparcamiento de la playa. El recorrido a pie por el acantilado puede hacerse tanto al E como al W. Acceso a los acantilados de la playa de La Griega: Desde el centro de Colunga, tomar la carretera comarcal AS-257 en dirección a Lastres. Aproximadamente a 1 km tomar la desviación hacia la playa. A partir del margen derecho de la misma, una vez rebasado el rio, se recorren a pie unos 650m por una senda señalizada hasta llegar a la escalera que da acceso al yacimiento con huellas de dinosaurios.

Justificación interés geológico principal (paleontológico) Interés paleontológico Viene dado principalmente por la gran abundancia de fósiles de vertebrados. Destacan las huellas de pisada y rastros de dinosaurios representados por los terópodos, estegosaurios, ornitópodos y saurópodos. En este LIG también son frecuentes los restos directos de reptiles (huesos de dinosaurios, cocodrilos y de tortugas, dientes de cocodrilos y de plesiosaurios y huesos, dientes y escamas de peces). Además aparecen por primera vez bivalvos de agua dulce, que constituyen géneros y especies nuevas (Delvene et al., 2016) en las tres formaciones Vega, Tereñes y Lastres. Alguno de estos bivalvos conservan envueltas de microbialitas (Lozano et al., 2016). Los icnofósiles de invertebrados en este LIG son abundantes fundamentalmente en la Fm. Lastres.

Yacimiento de icnitas de dinosaurios de Luces A unos pocos metros hacia el este del final del camino, en la misma base del acantilado, se encuentra un bloque suelto de arenisca de la Formación Lastres, que conserva dos contramoldes de huellas de dinosaurios; uno de ellos tiene forma de media luna y se debe a la mano de un saurópodo de tamaño medio, mientras que el otro, de forma tridáctila correspondería al pie izquierdo de un terópodo de gran talla, cuya altura de cadera se estima en torno a los 2,7 metros. Siguiendo por el pie del acantilado hacia el oeste unos 300 metros, y prácticamente en el extremo de la ensenada conocida como El Sable, se encuentran varios estratos de arenisca gris pertenecientes a la Formación Tereñes. Dos de ellos contienen huellas de dinosaurios. En la superficie del primero que encontramos, aparecen varias icnitas tridáctilas aisladas, unas debidas a dinosaurios terópodos de mediano tamaño con una altura de cadera próxima a 1,3 metros y otras, de menor tamaño, posiblemente originadas por pequeños ornitópodos (García-Ramos et al., 2002; 2004). En el segundo estrato, se conservan diversas huellas aisladas pertenecientes a terópodos de gran tamaño, cuyas extremidades tuvieron una longitud entre 2 y 2,4 metros, así como un rastro constituido únicamente por las icnitas de los pies de un gran saurópodo. Las huellas de esta segunda capa, presentan un alto grado de desgaste debido a la erosión marina, lo que dificulta su reconocimiento (García-Ramos et al., 2002; 2004). Además de las icnitas y rastros de dinosaurios, las rocas de la Formación Tereñes de estos acantilados han proporcionado diversos restos óseos atribuidos a tortugas, cocodrilos y peces, así como varios fragmentos de troncos de árboles, parte de los cuales se conserva actualmente en las colecciones del Museo del Jurásico de (MUJA). Ver: F-CA028_01 a 03; D-CA028-02

Yacimiento de icnitas de dinosaurios de Lastres Partiendo del final de camino de acceso al denominado yacimiento de los acantilados de Lastres debemos de recorrer el pie del mismo hacia la derecha (SE) durante unos 135 m hasta encontrar un enorme bloque suelto de arenisca de disposición horizontal y de unos 4,5 m de longitud en cuya superficie se dispone un rastro formado por un total de 14 icnitas tridáctilas de pequeño tamaño (unos 13 cm de longitud media) debidas al paso de un dinosaurio bípedo, probablemente un ornitópodo de pequeña talla; la altura de su cadera sería de unos 65 cm (García-Ramos et al., 2004). Las últimas seis huellas, tomadas en el sentido de la marcha del reptil, están más separadas entre sí que el resto, lo que evidencia un aumento en la velocidad de desplazamiento del mismo (García-Ramos et al., 2004). Ver: F-CA028_04 y 05; D-CA028-02

Yacimiento de icnitas de dinosaurios de La Griega Si se accede al mismo por la playa, después de recorrer unos 500 metros a partir del panel informativo, nos encontramos con un bloque suelto de arenisca rojiza perteneciente a la Formación Vega. En la superficie del mismo se pueden observar dos icnitas de dinosaurios cuadrúpedos conservadas como contramoldes y orientadas en direcciones opuestas. Una de las huellas corresponde al pie de un dinosaurio saurópodo. Muestra un contorno ovalado y, en su parte delantera, se aprecian vagamente las impresiones de dedos muy cortos y curvados. La otra icnita que se conserva en el bloque, presenta una morfología en media luna y se ha atribuido también a un saurópodo, sin embargo no se puede precisar si ambas pertenecen al mismo individuo (García-Ramos et al., 2002; 2004; 2006). Siguiendo unos 150 metros más por el borde del acantilado, llegamos a un estrato de arenisca, ligeramente inclinados hacia el mar, cuya superficie se encuentra surcada por diaclasas en distintas direcciones. Inmediatamente por encima de éste, aparece una caliza gris que contiene icnitas de dinosaurios cuadrúpedos y algunas de bípedos (yacimiento principal), estas últimas más difíciles de reconocer, salvo en condiciones de luz apropiadas. La superficie del estrato de roca caliza, perteneciente a la Formación Tereñes, se encuentra muy alterada debido a la presencia de un elevado número de pisadas de dinosaurios y a las múltiples fracturas cruzadas que la atraviesan. La actual caliza, constituía hace 154 millones de años, el barro calcáreo del fondo de una laguna costera. En ella vivían pequeños organismos invertebrados, como gasterópodos de agua dulce (Viviparus) (Munt et al., 2012) y ostrácodos, cuyos restos fosilizados aparecen ahora incrustados en la roca. (Ver: D-CA028-03) Las grandes depresiones más o menos redondeadas que se observan en el yacimiento, corresponden a las huellas de un dinosaurio saurópodo de extraordinarias dimensiones. El diámetro de algunas de ellas, llega a alcanzar 125 centímetros, lo que las convierte en las de mayor tamaño del mundo, encontradas hasta el momento en el Jurásico. El contorno externo de las huellas muestra un reborde abultado que representa el barro extruido, en el momento de producirse las huellas, hacia el exterior de las mismas (García-Ramos et al., 2002; 2004; 2006; Lires et al., 2001; Piñuela Suárez, 2015). Las icnitas de dinosaurios de la playa de La Griega fueron interpretadas, inicialmente por dos investigadores alemanes en los años ochenta, como producidas por dinosaurios bípedos (Mensink y Mertmann, 1984). Sin embargo los estudios posteriores de las mismas, contradicen esta hipótesis y nos permiten afirmar con seguridad que el autor de las enormes icnitas pertenece al grupo de los gigantescos saurópodos (García- Ramos et al., 2002; 2004; 2006; Lires et al., 2001; Lockley et al., 2007; Piñuela Suárez, 2015). Sobre la misma superficie que contiene las grandes huellas subredondeadas, aparece además un rastro de pisadas con una longitud aproximada de 5 metros, atribuible a un dinosaurio cuadrúpedo. El estado de conservación de las huellas del mismo es algo deficiente debido a que se encuentran en una superficie irregular afectada además por diversas fracturas. De las 8 icnitas que componen dicho rastro, 6 corresponden a las huellas de los pies. Las dos únicas impresiones de las extremidades delanteras, muestran un contorno en forma de media luna y se sitúan ligeramente por delante de aquellos, mientras que las huellas de los pies presentan formas ovaladas. Una de ellas había sido interpretada erróneamente como perteneciente a un terópodo por los investigadores alemanes antes mencionados. Posteriormente se atribuyeron a un saurópodo (Lires et al., 2001; Lockley et al., 2007) y en la actualidad se interpretan como debidas a un estegosaurio (Piñuela Suárez, 2015). La estimación de la longitud del tronco (140 centímetros) así como el tamaño de las huellas, nos indican que el autor del rastro sería un individuo de pequeña talla. (Ver: D-CA028-04 y 05) Muy próxima a esta superficie se encuentra una pared en el acantilado formada por areniscas rojas de la Formación Vega en la que se observan huellas de raíces verticalizadas de color verde pálido correspondientes a antiguos paleosuelos situados en áreas laterales al cauce de un río jurásico.

Aquí también son frecuentes los restos directos de reptiles (huesos de cocodrilos y de tortugas, dientes de cocodrilos y de plesiosaurios y huesos, dientes y escamas de peces). (Ver: F-CA028-06 y 07; D-CA028-02; D-CA028-06 y 07)

A lo largo de este amplio sector los invertebrados son muy abundantes, principalmente los bivalvos y los gasterópodos de aguas salobre, frecuentemente constituyendo acumulaciones lumaquélicas. Además aparecen por primera vez bivalvos de agua dulce, que constituyen géneros y especies nuevas (Delvene et al., 2016), en las tres formaciones del Jurásico Superior: Vega (yacimiento de Huerres), Tereñes (yacimiento de la playa de La Griega) y Lastres (yacimiento de El Talameru, Luces). Alguno de estos bivalvos conservan envueltas de microbialitas, concretamente dentro de la Fm. Vega, en la serie localizada al E de la playa de La Griega (Lozano et al., 2016). (Ver: D-CA028-08 y 09)

Además, los icnofósiles de invertebrados en este LIG son abundantes fundamentalmente en la Fm. Lastres, pero también, aunque mucho más escasos, en las otras tres formaciones. Se encuentran entre otros: Arenicolites, Archaeonassa, Beaconites, Diplocraterion, Fuersichnus, Gyrochorte, Lockeia, Oravaichnium, Palaeophycus, Phoebichnus, Planolites, Polykladichnus, Ptychoplasma, Rhizocorallium, Spongeliomorpha, Taenidium, Teichichnus, Thalassinoides. (Ver: F-CA028-08 y 09)

Justificación interés geológico secundario (sedimentológico, estratigráfico, geomorfológico)

Interés sedimentológico A lo largo del LIG se observan las formaciones Rodiles (Jurásico Inferior y Medio), Vega, Tereñes y Lastres (Jurásico Superior) que corresponden respetivamente a rampas carbonatadas (Fm. Rodiles), sistemas fluviales (Fm. Vega), marinos restringidos (lagoon de plataforma) (Fm. Tereñes) y sistemas fluvio-deltaicos (Fm. Lastres). (Ver: F-CA028-10 a 14; D-CA028-02; D-CA028-10)

Los depósitos carbonatados acumulados en el fondo de un mar abierto relativamente somero, con una profundidad que en algunos momentos debió de rebasar los 100 m, dieron lugar a las rocas que hoy constituyen la Formación Rodiles que consta a su vez de dos miembros, el inferior o Mb. Buerres y el superior o Mb. Santa Mera (Valenzuela et al., 1986; Valenzuela, 1988; García-Ramos et al., 2002; 2011; Gómez et al., 2008; Bádenas et al., 2009; Armendáriz et al., 2012). Dentro del LIG sus afloramientos se encuentran en los acantilados de la playa y del puerto de Lastres, así como uno muy reducido muy próximo al camping de la playa de La Griega en Colunga.  El Miembro Santa Mera consta de alternancias de capas de calizas y margas con geometría tabular y carácter rítmico y representa las partes media y externa de una rampa carbonatada e incluye algunos intervalos de black-shales acumulados en subcuencas intra-plataforma (Suárez Ruiz, 1988; Borrego et al., 1997; García-Ramos y Piñuela, 2010; Bádenas et al., 2013). Los intervalos de black-shales mejor representados aquí pertenecen al Pliensbachiense (zonas Margaritatus y Spinatum) y al Toarciense Inferior. La sucesión es muy rica en fósiles de invertebrados destacando: ammonites, belemnites, bivalvos, braquiópodos, gasterópodos y crinoideos (Suárez Vega, 1974; Comas-Rengifo y Goy, 2010; Comas-Rengifo et al., 2010; Paredes et al., 2014).

La Formación Vega, con un espesor de unos 150 m, está constituida por alternancias de areniscas blancas, grises y rojizas con lutitas rojas y algunos lechos conglomeráticos, ordenadas en ciclos grano y estratodecrecientes, dentro de un gran ciclo mayor del mismo carácter. Representan depósitos fluviales formados por cauces efímeros de alta sinuosidad y separados entre sí por áreas entre canales con paleosuelos calcimorfos (caliches) y lagunas esporádicas sometidos a una elevada actividad microbiana, que dieron lugar a calizas micríticas grises con oncoides (Valenzuela, 1988; Valenzuela et al., 1986; García-Ramos et al., 2010a; 2011; Arenas et al., 2015). Estas lagunas, en ocasiones con abundante fauna de grandes bivalvos (Delvene et al., 2013, 2016; Lozano et al., 2016), estaban parcialmente alimentadas por diversos manantiales de agua dulce, rica en CO3Ca, procedente de zonas de fractura que hicieron aflorar las calizas y dolomías del Jurásico Inferior y Medio (García-Ramos et al., 2010a; Delvene et al., 2013, 2016; Arenas et al., 2015; Lozano et al., 2016). En los acantilados al E de la playa de La Griega y aproximadamente a unos 150 m más allá del popular yacimiento con huellas de dinosaurios, aflora dentro de esta Formación el antiguo paleocauce de un arroyo con orientación E-O alimentado en su momento por aguas termales jurásicas procedentes de una falla sinsedimentaria de la misma dirección, que genera además un episodio brechificado asociado a la misma. El relleno del canal, de unos 3 a 4 m de anchura, está formado por areniscas que pasan lateralmente a una brecha poligénica.

La Formación Tereñes, de unos 140 m de espesor, está formada eminentemente por alternancias de calizas y margas gris oscuro, predominando estas últimas, que incluyen concentraciones lumaquélicas compuestas por invertebrados de aguas salobres (bivalvos, gasterópodos, ostrácodos) junto con margas grises oscuras, ricas en materia orgánica (Valenzuela et al., 1986; Valenzuela, 1988; García-Ramos et al., 2002, 2004, 2010b, 2011; Fürsich et al., 2012). Estas sucesiones se acumularon en la costa y en el fondo de un mar restringido y somero (lagoon de plataforma), separado del océano abierto por un umbral o barrera de origen tectónico (semigraben) que impedía la entrada de fauna marina estenohalina desde el exterior (Valenzuela et al., 1986; Valenzuela, 1988; García-Ramos et al., 2002, 2004, 2011). Ese mar servía de refugio, además, a multitud de cocodrilos, tortugas y peces. Los afloramientos más completos de la misma dentro del LIG se sitúan en los acantilados inmediatamente al W del Cabo Lastres. La Fm. Tereñes está constituida aquí por dos miembros:  Miembro Inferior, de espesor variable aunque alcanza sólo unos pocos metros, consta de areniscas grises y margas del mismo color que incorporan localmente algún nivel de microconglomerados intraformacionales de base canalizada. El conjunto representa una zona de transición entre una antigua llanura de inundación fluvial y la llanura costera. Los términos areniscosos representan en su mayor parte episodios de crevasse-splay.  Miembro Superior que cuando está completo supera el centenar de metros, consta de calizas y margas grises oscuras, predomando estas últimas que contienen abundantes acumulaciones lumaquélicas de bivalvos y gasterópodos de aguas salobres. Representa la parte interna de un lagoon de plataforma, protegido del mar abierto por un umbral de origen tectónico.

A la costa del lagoon llegaban los ríos procedentes del interior de la región cargados de arena que fue depositada en las zonas de desembocadura formando deltas de dominio fluvial con orientación NE. La Formación Lastres con más de 350 m de espesor constituye la unidad con la que culmina la sucesión jurásica asturiana, consta de alternancias de lutitas, margas y areniscas que representaron en su momento los materiales acumulados en la antigua franja litoral dispuesta NW-SE (Valenzuela, 1988; Valenzuela et al., 1986; García-Ramos et al., 2002, 2004, 2011). Los mejores afloramientos dentro de este LIG se sitúan entre el puerto de Lastres y el cabo del mismo nombre.

Interés estratigráfico Cabe destacar la gran cantidad de estructuras inorgánicas que aparecen muy bien representadas, lo que les confiere un algo interés didáctico: ondulaciones de oleaje y de corriente (ripples), laminación cruzada y paralela, marcas de arrastres de objetos sobre un fondo fangoso (groove cast), anillos de Liesegang, grietas de desecación, estructuras de escape de fluidos, moldes de cristales de sal y nódulos, en su mayoría carbonatados. (Ver: F-CA028-15 y 19; D-CA028-02)

Interés geomorfológico Los tramos acantilados con rocas de la las Formaciones Vega y Lastres, son con diferencia los más inestables del Jurásico asturiano y aportan un gran volumen de material lítico (bloques y cantos) al pie del acantilado. El carácter litológico contrastado y alternante de buena parte de estas rocas: estratos duros de areniscas, muy fracturados o diaclasados, como consecuencia de los procesos distensivos del Jurásico Superior-Cretácico Inferior, sumados a los de la fase compresiva del Terciario, separados por margas blandas que se reblandecen aún más, haciéndose plásticas con el agua de lluvia, libera una gran cantidad de bloques del frente acantilado, facilitando un retroceso notable del mismo. La mayor proporción de aportes de bloques al pie del acantilado tiene lugar durante etapas cortas de lluvias torrenciales, o bien a lo largo de períodos algo más prolongados, pero continuos de menor intensidad pluvial. En estos casos, se generan rápidamente coladas de barro y rocas, o bien desprendimientos de bloques, dependiendo respectivamente de la menor o mayor pendiente del frente acantilado (García-Ramos, 2013). Los procesos de alteración más característicos aquí son los que afectan a algunos cuerpos areniscosos de la Formación Lastres. Estas areniscas del frente acantilado o aquellas de los bloques desprendidos del mismo, sometidas a menudo a la acción de fuertes vientos cargados de humedad y marinas, muestran con cierta frecuencia fenómenos de meteorización alveolar. Esta última se desarrolla con mayor rapidez en los bancos de areniscas arcillosas que en los de cuarzoarenitas (García-Ramos, 2013). Otro fenómeno alterológico, frecuente en aquellos cuerpos de arenisca con cemento heterogéneo de cuarzo y de calcita ferrosa, es la aparición de anillos y bandas de Liesegang, cuya formación viene favorecida por la infiltración de aguas meteóricas a través de fallas, diaclasas y planos de estratificación Estas estructuras se dan preferentemente en la zona más superior del acantilado, situada inmediatamente por debajo de la cubierta vegetal, que aporta aguas ácidas ricas en humus capaces de oxidar progresivamente el cemento de calcita ferrosa de las areniscas; en este proceso se liberan óxidos e hidróxidos de hierro, que imparten una tonalidad final beige o pardo- amarillenta a la arenisca, muy apreciada en el mercado de las rocas ornamentales (García-Ramos, 2013). Las alternancias rítmicas de calizas y marga (Formación Rodiles) proporcionan también una notable cantidad de derrubios al pie de acantilado, pero estos son más fácilmente erosionados por el oleaje. Este último disgrega las margas, liberando los estratos diaclasados de caliza que tienden a generar las acumulaciones de cantos que pueden verse al pie del acantilado. En estas rocas, el proceso más común de alteración es la erosión diferencial entre ambas litologías, destacando los estratos de caliza que dan resaltes respecto a los interestratos margosos, más afectados por la erosión (García- Ramos, 2013). Además, la meteorización prolongada tiende a generar límites caliza- marga muy netos, cuando la realidad es que los tránsitos entre una y otra litología son, por lo general, más graduales, como se puede apreciar en afloramientos recientes o en testigos de sondeo. En algunos casos, la presencia de fracturas atravesando estas alternancias (diaclasas), permite la circulación a su través de aguas meteóricas ácidas que disuelven selectivamente parte de los estratos de caliza que muestran en ese caso numerosas cavidades de contornos ovalados (García-Ramos, 2013).

Justificación interés NO geológico Muy próximo a este LIG se levanta sobre la rasa costera el Museo del Jurásico de Asturias (MUJA), el más visitado de la región y con una peculiar y única forma de huella tridáctila de dinosaurio. El material extraído de la denominada “Costa de los Dinosaurios” se alberga en el MUJA y en la sala del Jurásico asturiano se exhiben una pequeña parte de los fósiles (vertebrados, invertebrados y flora) extraídos a lo largo de este sector litoral. Además, se pueden ver varias reconstrucciones de dinosaurios y conocer distintos aspectos sobre la biología de los mismos a través de un recorrido, por las tres grandes salas (Triásico, Jurásico y Cretácico), que tienen como hilo conductor al tiempo. A escasos kilómetros se encuentra la Sierra del Sueve y su Centro de Interpretación, localizado en ; desde este último se ofrece la posibilidad de realizar excursiones guiadas por la sierra que conserva uno de los bosques de tejos más importantes de Europa y el bosque de hayas situado a menor altitud de la Península Ibérica conocido como La Biescona o la Biesca la Toya. Al lado del Centro de Interpretación se encuentra la Iglesia Prerrománica de Santiago de Gobiendes que también puede visitarse a través del mismo centro. Las playas de , en el municipio de Colunga, y de La Espasa y el Arenal de Morís, en el de Caravia, están muy próximas a este LIG. Puede realizarse un recorrido a pie por las localidades de Colunga y de Lastres, esta última típica villa marinera con sus casas escalonadas sobre el acantilado y antiguo puerto ballenero, que exhiben rincones muy entrañables y edificios singulares de hace varios siglos. En Colunga se encuentra la casa-palacio de los Alonso de Cobián (construida en 1460), la capilla de Santa Ana (siglo XVI), ermita de Loreto (siglo XVII) y la casa de los Álvarez de Colunga, actual ayuntamiento (siglo XVII). En Lastres destacan: las ermitas de San José y del Buen Suceso (Siglo XVI), la Torre del Reloj (siglo VXIII) y la iglesia de Santa María de Sádaba (mediados del siglo VXIII). Además en Gobiendes puede visitarse su Palacio declarado Monumento Histórico Artístico (mediados del siglo XVII y torre del siglo XV).

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