Leopoldo Federico, El Inefable Bandoneón Del Tango
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LEOPOLDO FEDERICO 22-07-2009.qxp 22/07/2009 16:38 PÆgina 5 Leopoldo Federico, el inefable bandoneón del tango Jorge Dimov y Esther Echenbaum Jonisz LEOPOLDO FEDERICO 22-07-2009.qxp 22/07/2009 16:38 PÆgina 6 Ilustración de portada: Hermenegildo Sábat Diseño: Kalil Llamazares Armado: Andrés Urtubey y Karina Marchese Corrección: Liliana Szwarcer Selección de viñetas: Esther Echenbaum Jonisz © Jorge Dimov y Esther Echenbaum Jonisz © Gourmet Musical Ediciones, 2009 1ra. edición: agosto de 2009 ISBN: 978-987-22664-5-5 Reservados todos los derechos de esta edición. Hecho el depósito que marca la ley 11.723. Prohibida la reproducción total o parcial de esta obra sin permiso escrito de la editorial. Gourmet Musical Ediciones Ruggieri 2733 3º C (C1425DLA) Buenos Aires, Argentina [email protected] www.gourmetmusicalediciones.com Dimov, Jorge Leopoldo Federico, el inefable bandoneón del tango / Jorge Dimov y Esther Echenbaum Jonisz. - 1a ed. - Buenos Aires : Gourmet Musical Ediciones, 2009. 280 p. + DVD ; 23x15 cm. ISBN 978-987-22664-5-5 1. Historia de la Música. 2. Tango. I. Echenbaum Jonisz, Esther II. Título CDD 780.982 LEOPOLDO FEDERICO 22-07-2009.qxp 22/07/2009 16:38 PÆgina 163 Capítulo 15 “Se dice de ti…”. Bandoneonistas “olvidados” en el tango: un sintético reconocimiento “Los muertos que vos matáis, gozan de buena salud”. Cita apócrifa de Don Juan Tenorio ( José Zorrilla). A aquellos hombres y mujeres argentinos olvidados por la historia, Arturo Jauretche los denominó “malditos” pues entendía que, a manera de maldición, un manto de olvido cubrió a muchas figuras de la cultura y de la política argentina. Años después, el mismo Arturo Jauretche sería otro de los “malditos”, como acer- tadamente expresara el investigador e historiador Norberto Galasso en su libro del mismo nombre. Conocidos y reconocidos dentro del ambiente tanguero rioplatense, un enor- me número de intérpretes, autores, compositores, directores y cancionistas –muchos de ellos de resonante éxito en su época– han pasado a integrar una larga lista de ilustres desconocidos para el común de la gente como Héctor María Artola, Ebe Bedrune, Alberto “Tito” Besprovan, Osvaldo Cordó, Orlando Goñi, Agustín Irusta (quizás recordado como integrante del trío Irusta-Fugazot- Demare pero olvidado como cantante), Tito Landó, Raquel Meller, Antonio Rodríguez Lesende, los hermanos Jerónimo y Antonio Sureda, Elvino Vardaro, Herminia Velich, y, más cerca aún, el notable pianista Osvaldo Tarantino quien, además de integrar el noneto y el primer quinteto dirigidos por Astor Piazzolla, formó un destacado rubro con el autor Juanca Tavera ( Juan Carlos Moscón), por nombrar sólo un ínfimo porcentaje. En la época en que era habitual ver al maestro de bandoneón portando su ins- trumento, yendo por los barrios para dar clases a los muchachos cuando las niñas estudiaban piano, hubo una pléyade de destacados instrumentistas, algunos de los cuales se recuerdan únicamente en su calidad de compositores, como ser Joaquín Mauricio Mora, los hermanos José y Luis Servidio o Jorge Caldara. Pero la gran mayoría –Carmelo Aiello, Luis Bonnat, Benito Calvá, Eduardo Del Piano, Héctor Gentile, Antonio Roscini, Enrique “Tití” Rossi, Eduardo Rovira y tantos otros– tuvieron que ser rescatados del olvido por estudiosos del tema como Luis Adolfo Sierra, Gaspar Astarita u Oscar Zucchi. Ni que hablar de Francisco “Paquito” Requena, maestro de maestros o de aquellos bandoneonistas que durante las primeras décadas del siglo XX fueron los verdaderos “próceres” que 163 LEOPOLDO FEDERICO 22-07-2009.qxp 22/07/2009 16:38 PÆgina 164 sentaron los fundamentos de lo que sería luego el instrumento característico de la música rioplatense. Es por ello que, a requerimiento de los autores y como representantes de la enorme cantidad de músicos de la década de oro del tango que han sido olvida- dos –unos más, otros menos–, el maestro Leopoldo Federico brinda este bien merecido recuerdo para algunos de los bandoneonistas “malditos” del siglo XX. Julio Ahumada (Rosario, Santa Fe, 12-V-1916; Bs. As., 4-III-1984) Director y arreglador. Formó la orquesta Ahumada-Bonano e integró las agru- paciones de Roberto Zerrillo, Miguel Caló, Joaquín Do Reyes, Alberto Soifer, Emilio Balcarce, Lucio Demare, José Basso, Argentino Galván, Carlos García, Enrique Mario Francini, Dino Saluzzi, Héctor María Artola, la Orquesta del Tango de Buenos Aires, Los Cuatro del Tango y Los Astros del Tango. Convocado por Juan José Castro, intervino en La ópera de tres centavos de Bertolt Brecht y Kurt Weill. Autor de El gurí, A Anselmo Aieta, Ahijuna, Pa’mama, entre otras. —Como Antonio Príncipe, fue casi un hermano para mí. Basta decir –para que sepan lo que por él siento y cómo lo valoro– que con Osvaldo Requena compusi- mos Retrato de Julio Ahumada. Nos teníamos un gran respeto mutuo. Cuando gra- bábamos con la orquesta de Carlitos García, cada uno inventaba algo para dejarle el lugar de primer bandoneón al otro: “No me siento bien” o “Tengo alguna nota que está desafinada” y ahí quedaba la silla… A veces hacíamos dos temas cada uno como primer bandoneón. Enrique Carmelo Alessio (Bs. As., 8-I-1918; Bs. As., 6-IX-2000) Integró diferentes orquestas, entre ellas las de Osvaldo Pugliese y Juan D’Arienzo. Dirigió su propia orquesta acompañando a cantores como José Berón, Alberto Marino y Alberto Castillo. Autor de Se lustra señor, Un tango para mi vieja, De corazón a corazón, Mi amor y tu amor, Un vals para mamá y Te odio y te quiero, entre otros. —Lo conocí. Ya conté la anécdota de cuando formó la orquesta que acompa- ñó a Alberto Marino, cuando pensamos que éste había suspendido su trabajo –supuestamente– por trastornos vocales. No lo digo como reproche a Alessio. Él ya había tocado con Pugliese como primer bandoneón en la época en que [Osvaldo] Ruggiero era el segundo. Tal vez, en esa época de la orquesta, el bando- neón no tenía un lucimiento como solista de la manera que ocurrió después con Ruggiero. Alessio era tanguero, bien de garra, cadenero. Abelardo Alfonsín (Bs. As., 29-XI-1917; Bs. As., 23-VII-1982) Participó en la orquestas de Juan Canaro, Salvador Grupillo, Astor Piazzolla, Horacio Salgán, Atilio Stampone, Aníbal Troilo y Leopoldo Federico. 164 Leopoldo Federico, el inefable bandoneón del tango Jorge Dimov y Esther Echenbaum Jonisz LEOPOLDO FEDERICO 22-07-2009.qxp 22/07/2009 16:38 PÆgina 165 “Se dice de ti…” Bandoneonistas “olvidados” en el tango: un sintético reconocimiento Estimulado por su amigo y compañero, Roberto Di Filippo, intercaló el bando- neón con el oboe. Fue profesor de la cátedra de bandonéon del Conservatorio Municipal de Música “Manuel de Falla”. —Con Alfonsín me pasó lo mismo que con Príncipe: un ladero prolijo, exce- lente persona, callado, muy parecido a lo que fue Príncipe. No estuvimos tantos años juntos pero trabajamos muchísimo tiempo. Con él compartimos la responsa- bilidad de trabajar con Fabien Sevitzky, con los tres movimientos de la obra de Astor Piazzolla, en la Facultad de Derecho. Era una garantía tocando y uno de esos héroes del instrumento que solamente lo sabemos los que trabajamos con él. En mi vida le oí levantar la voz o contestar de mala manera. Otro fenómeno, muy parecido a Alfonsín, fue Alberto San Miguel. Armando Blasco “El Cieguito” (Carlos Tejedor, Provincia de Bs. As., 30-X-1908; Bs. As., 21-IX-1985) Integró los conjuntos de Julio De Caro, Pedro Laurenz, José Tinelli, Domingo Federico, Alfredo Gobbi, Armando Baliotti, Mario Pardo, Juan Cao, Juan Polito, César Zagnoli y otros. Junto con otros músicos participó en Luces de Buenos Aires, protagonizada por Carlos Gardel y Sofía Bozán. Es autor de Souvenir y Rama flo- rida. —Las referencias que tengo de él son excelentes. Me hablaron maravillas. Fue el ladero de Laurenz. Lo conocí en una ocasión en que fuimos a Montevideo con Grela. Estuve en su casa. Me parecía mentira estar con la persona de la que tanto me habían hablado. No lo tengo muy claro, pero creo que era no vidente o tenía un grave problema en la vista. No sé cómo se las arreglaba para tocar. Le pasó como a tantos bandoneonistas de los que no se habla, habiendo sido tan bueno. Solo, no lo escuché nunca pero siento que debió haber sido para Laurenz como Príncipe para mí: un ladero notable. Al respecto el otro día me llevé una sorpresa muy grande, bueno, sorpresa no, porque ya lo conocía, pero lo escuché en un repor- taje que le hicieron al “Chula” [Gabriel] Clausi, que hace pocos días cumplió noventa y siete años. Lo llamé para felicitarlo, tengo todos sus discos. Pasaron gra- baciones de él. No creí que el “Chula” tocaba tanto. Juan Cambareri (Viedma, Río Negro 15-IV-1916; 18-II-1992) Director. Se lo llamó “el mago del bandoneón” por su virtuosismo. Muy joven integró la orquesta de Roberto Firpo junto al maestro Carlos García en el piano. Tuvo actuaciones destacadas en Argentina, Uruguay, Brasil, Japón así como en otros países. Durante dieciocho años actuó en Radio Belgrano, en la audición de Jabón Federal. —Cambareri fue mi primer ídolo, fui su admirador. Mi papá era hincha del cuarteto y de la orquesta de Roberto Firpo. Cuando escuchábamos la radio, mi 165 LEOPOLDO FEDERICO 22-07-2009.qxp 22/07/2009 16:38 PÆgina 166 papá, que era fanático de Firpo y de Cambareri (reemplazado luego por Juan Carlos Caviello), me decía: “¡Esa zurda que tiene!”; yo lo escuchaba y me conta- giaba de lo que nosotros llamábamos, vulgarmente, “la verdura” que hacía. Pero el tiempo me enseñó que la verdura, por más fácil que sea, hay que poder hacerla. Después, con el tiempo, tocó en la orquesta gigante de Radio Belgrano que diri- gía Juvencio Física, él iba como solista.