Letras Hispanas Volume 16

Special Section: El exilio republicano español y la historia cultural de la edición en América Latina Title: Algunas marcas del exilio republicano español y de la posguerra en los catálogos de la editorial Alfa, de Benito Milla (Montevideo, 1958-1973) Author: Alejandra Torres Torres E-mail: [email protected] Affiliation: Universidad de la República; Departamento de Literaturas Uruguaya y Latinoamericana; Av. 1695, CP 11200; Montevideo, Uruguay Abstract: In the early 1950s, Benito Milla (Villena, Alicante, 1918-87), a Spanish republican exile (creator of the Durruti Column during the Spanish Civil War and secretary of the Libertarian Youth of Catalonia) arrived at the Río de la Plata later from his exile in France. After a brief initial passage through Buenos Aires, he settled in Montevideo. There he became known as a publisher and cultural manager and was one of the creators of the First National Book and Print Fair (1960). Previously, in 1958, he had founded the Alfa bookstore and publisher. Among the collections that make up the editorial catalog, the Carabela and Carabela Mayor collections (of which Milla was also the director) stand out. In them, during the sixties, Milla unveiled the works of prominent writers in Spanish republican exile. The purpose of this work is to return to those interventions in the Uruguayan publishing field during a particularly auspi- cious period, such as the 1960s, published with the seal of an editorial that made a difference and was a starting point when considering the place of independent publishing in Uruguay at the time. Keywords: Spanish republican exile, Alfa publishing house, Benito Milla Resumen: A principios de la década del cincuenta, Benito Milla (Villena, Alicante, 1918–87), exiliado re- publicano español (creador de la Columna Durruti durante la Guerra Civil Española y secretario de la Juventud Libertaria de Cataluña) llegó al Río de la Plata luego de su exilio en Francia. Después de un breve pasaje inicial por Buenos Aires, se instaló en Montevideo. Allí se dio a conocer como editor y gestor cultural y fue uno de los creadores de la Primera Feria Nacional del Libro y el Grabado (1960). Previamente, en 1958, había fundado la librería y editorial Alfa. Entre las colecciones que conforman el catálogo editorial se destacan las colecciones Carabela y Carabela Mayor (de las que Milla era, además, el director). En ellas, durante los años sesenta, Milla dio a conocer los trabajos de destacados escritores del exilio republicano español. El propósito de este trabajo es retomar aquellas intervenciones en el campo editorial uruguayo durante un período particularmente auspicioso, como lo fueron los años sesenta, publicados con el sello de una editorial que marcó la diferencia y que significó un punto de partida a la hora de considerar el lugar de las ediciones independientes en el Uruguay de aquel entonces. Palabras clave: exilio republicano español, editorial Alfa, Benito Milla Biography: Docente de Literatura Uruguaya en la Universidad de la República; Magíster en Literatura Latinoamericana por UdelaR; Doctoranda en Letras por Udelar (tesis: “Editar poesía en el Uru- guay de los 60:’ los casos de 7 Poetas Hispanoamericanos y de Aquí, Poesía”). Desde 2007 investiga los procesos editoriales en el Uruguay, especialmente los sellos editoriales que surgieron en los años sesenta, la incidencia de la inmigración gallega en el campo editorial de los años 20’ hasta fines de los 50’ y la edición de mujeres. Integra desde 2015 el Sistema Nacional de Investigadores del Uru- guay (ANII). Coordinadora por Uruguay de EDI Red, Portal Iberoamericano de editores y edi- toriales s. XIX–XXI y representante por Uruguay de la Red Latinoamericana de Cultura Gráfica.

ISSN: 1548-5633 170 Letras Hispanas Volume 16, 2020

Algunas marcas del exilio republicano español y de la posguerra en los catálogos de la editorial Alfa, de Benito Milla (Montevideo, 1958-1973)

Alejandra Torres Torres, Universidad de la República

La llegada al Río de la Plata poseían fibra [. . .]. En aquella entrega para Ruta del joven miliciano me dio en el olfato la presencia de un escritor Benito Milla como editor y gestor cul- en crisálida. Su prosa parecería más tural tuvo una incidencia fundamental en tarde una mezcla de Miguel Hernán- los procesos de edición de la segunda mitad dez (su paisano), de García Lorca y de Antonio Machado; y un poco de León del siglo XX en el Uruguay. Oriundo de Vi- Felipe. Todos ellos macerados en cor- llena, Alicante (1918-87), fue uno de los tan- tos artículos en períodos que mejor tos exiliados republicanos españoles que se parecía postales. (Peirats 29)2 afincaron en el Río de la Plata. Previamente, durante los años de la II República, se insta- Un vez finalizada la guerra, Milla de- ló en Barcelona y fue creador e integrante de cidió cruzar los Pirineos con su esposa Fina, la 26 División (Columna Durrutti) durante obligado luego a vivir bajo duras condiciones la Guerra Civil Española, así como también de refugiado en Francia, durante la Segunda Secretario de la Juventud Libertaria de Cata- Guerra Mundial, en campos que en realidad luña y uno de sus creadores en el frente.1 En eran de concentración. En 1948 abandonó aquellos años se dedicó también a editar ho- Francia para, luego de un breve pasaje por jas informativas sobre la situación en el frente Buenos Aires, en 1951 instalarse en Montevi- de guerra (Kovacic 93). deo, en parte, gracias al apoyo de José Carmo- Entre febrero de 1936 y los últimos meses na Blanco (1926-2004), exiliado republicano de 1937 Milla luchó en Aragón y colaboró en la español al igual que Milla, a quien había co- dirección del periódico El Frente. En 1938 retor- nocido anteriormente, durante el tiempo de nó a Barcelona y estuvo a cargo de la dirección su estadía en Cataluña.3 del semanario Ruta, portavoz de las Juventudes De la etapa de militancia anarquista, Libertarias. En febrero de ese mismo año asistió Larraz comenta que esta comenzó antes de la a la realización del Congreso de la Federación guerra, coincidiendo con la mayoría de edad Ibérica de Juventudes Libertarias (FIJL), que de Milla, a la que siguió, luego, su integración tuvo lugar en Valencia, en representación de las a la columna de Durruti. Una vez ocurrida juventudes de la 121 Brigada de la 26 División. la derrota en el frente, “[. . .] Milla vivió en José Peirats, quien antes que Milla había estado Francia hasta 1949 y allí dirigió su primera a cargo de la dirección de Ruta, lo recuerda en publicación: un semanario llamado Ruta, ór- aquellos años en que, siendo muy joven, Milla gano de las juventudes libertarias del exilio había llegado del frente de Aragón llevando en en Marsella y Tolouse, del que llegaron a salir la mano un artículo para Ruta: cuatrocientos números” (Larraz 367). En relación con la llegada de Milla al Reparé en el muchacho y más tar- Río de la Plata y su vínculo con Carmona de en el artículo viendo que ambos Blanco, Jannello (2018) aporta algunos datos Alejandra Torres Torres 171

de interés tomados de los registros del Centro que el país se había visto favorecido en mate- de Estudios Migratorios Latinoamericanos: ria económica producto de las exportaciones de carne procesada y otros insumos. Al decir Benito Milla Navarro declaró a su de Peirats (1987), arribo tener 30 años—aunque sabe- mos que era mayor—estar casado, Milla, desde la otra orilla, salvados los ser católico y de profesión zapatero. primeros obstáculos de la vida ameri- Carmona Blanco era menor, contaba cana, frente al dilema de ser amo o es- al momento del arribo con 23 años, y clavo optó por un justo medio. Fundó su profesión declarada fue “contabile.” dos revistas, colaboró en los medios Milla y Carmona Blanco se habían liberales como crítico literario y fun- conocido en Catalunya, en los años dó una editorial en Montevideo. Es- de la Guerra Civil, cuando el prime- critores uruguayos, hoy sobresalien- ro participaba en la famosa Columna tes, le deben a Milla su lanzamiento. Durruti y el segundo era comisario (Peirats 30)5 en la Brigada 226. (Jannello, “Benito Milla” 203) Sin embargo, esa prosperidad comenzó, Como señala Fernando Ainsa (2011), a lo largo de los cincuenta, a resquebrajarse. quien, por otra parte, residió en el Uruguay A fines de la década el panorama nacional y fue cercano al editor, la llegada de Milla al empezó a dar muestras de una crisis econó- Uruguay marcó la vida cultural del período: mica, social y política que se hacía cada vez más evidente. El agotamiento del modelo De origen anarquista—secretario de productor y exportador era cada vez más no- la Juventud Libertaria en Cataluña— torio. La etapa que va desde 1959 hasta 1967 Milla llegó a Uruguay después de va- fue considerada por algunos historiadores rios años de exilio en Francia y, par- como un período de transición.6 A partir de tiendo de un puesto de libros de venta 1959 comenzó a hacerse visible una polariza- callejera en la Plaza Libertad, en ple- ción social creciente que se orientó hacia un no centro de Montevideo, fundó una constante agravamiento de la situación eco- de las librerías y editoriales de mayo nómica, afectando el poder adquisitivo de la incidencia en los «efervescentes» años población. En este sentido, como señala Rey sesenta uruguayos: Alfa y dos revistas, Deslinde y Temas cuya repercusión e Tristán, los procesos que tuvieron lugar en el incidencia está pendiente de estudio país se enmarcaron en las tendencias gene- y reconocimiento. (Confluencia en la rales del continente, con las particularidades diversidad 67) del caso (Rey Tristán 47). A fines de los sesen- ta, en Montevideo, ante la inminente profun- En 1951 instaló un puesto de venta de dización de la crisis se recrudeció la avanzada libros en la Plaza Libertad, ubicada en la prin- de la violencia y cobró una nueva dimensión cipal avenida de Montevideo, dando lo que la importancia del movimiento estudiantil; fueron sus primeros pasos como librero.4 El con los estudiantes en la calle, quienes ante puesto de venta tenía además una particulari- los anuncios de aumento del boleto subsi- dad: Milla había incorporado también un par diado se hicieron presentes con sus protestas de mesas y varias sillas, para que sus clientes en la escena pública montevideana y con las contaran con la posibilidad de sentarse a ho- “Medidas prontas de seguridad” que antece- jear los ejemplares. Esto era toda una nove- dieron el golpe de Estado posterior (Marka- dad para aquel entonces (“Entrevista a Hora- rian 36).7 Ese es el escenario en el que van cio Añón”). Establecerse en el Uruguay de a surgir los sellos editoriales que intentaron la segunda posguerra significó también una pautar un cambio en los modelos de lectura posibilidad de crecimiento y prosperidad, ya vigentes: Alfa, Arca y Ediciones de la Banda 172 Letras Hispanas Volume 16, 2020

Oriental. La gestión de Milla posicionó a su Paralelamente comenzó a colaborar en el se- sello editorial no solo como el pionero sino manario y en Acción, dándose a co- que también lo colocó como modelo de pos- nocer como el incidente gestor cultural que teriores emprendimientos editoriales, como con mayor intensidad se perfilaría a lo largo pudimos observar más concretamente en el de la década del sesenta. Sus colaboraciones, caso de la editorial Arca, si se quiere, en algún en medio de un contexto favorable para la punto, continuadora de su antecesora.8 circulación de materiales impresos, fueron En lo que respecta al campo cultural asimismo instancias preparatorias para inci- del Uruguay de comienzos de los cincuenta, dir en la construcción de un público lector Milla se inserta en un medio en el que los in- orientado a la lectura de los escritores nacio- tegrantes de la “generación literaria del 45,” nales más jóvenes y a la relectura de escri- también conocida como “generación críti- tores que no se habían vuelto a editar desde ca” estaba en plena actividad creadora.9 Esa hacía ya varias décadas. presencia y protagonismo de la crítica que caracterizó a esta generación era también un La creación de la librería y editorial reflejo del clima de tolerancia y apertura que se respiraba en el Uruguay de aquel entonces. Alfa Ese va a ser el escenario en el que Milla, desde el exilio, comenzará a darse a conocer entre Durante la segunda mitad de la década los círculos de intelectuales que luego, una del cincuenta, la trayectoria cultural de Mi- vez inaugurada su librería, pasaron a ser parte lla en Montevideo en los diecisiete años en de las tertulias que en ella tenían lugar. los que permaneció en esta ciudad podrían En relación a los aspectos económi- resumirse, a grandes rasgos, en las siguien- cos del emprendimiento editorial que Milla tes etapas; la primera, antes de la creación protagonizó desde los primeros años de la de la librería y editorial Alfa, ese período en década del cincuenta (en forma sostenida y el que además de llevar adelante el puesto de ascendente), cabe destacar que se trató en venta de libros de la plaza fundó y dirigió todo momento de una empresa que no contó varias revistas: Cuadernos Internacionales, con apoyo estatal. En una primera instancia, Deslinde (1956-61), Letras 62 (1962) y Temas la venta ambulante de libros sumado a la edi- (1965). También estuvo a cargo de la 2da eta- ción mediante suscripción de las primeras re- pa de Número (1963-64) y colaboró en otras, vistas editadas por Milla se conformó como como Marcha y Acción.11 Paralelamente, creó antecedentes de lo que sería el salto posterior en 1954 la distribuidora de libros españoles de la inauguración de la librería y creación del Dilae. La segunda etapa, a partir de 1957, sello editorial con el mismo nombre: Alfa. cuando inauguró la librería y editorial Alfa, Hasta 1954 Milla alternó su trabajo al ubicada en la calle Ciudadela, a la entrada del frente del puesto de ventas de libros con el de la Ciudad Vieja, en Montevideo.12 En 1963 fue promotor de publicaciones de la UNESCO, miembro del jurado del «Grand Prix Interna- labor que lo llevó a recorrer gran parte del tional de Poésie» de Bélgica, que se otorgó a territorio nacional y a tomar contacto con Octavio Paz. Conocedor de cómo operan los numerosas exposiciones de arte, sobre todo procesos en los que paulatinamente se va de la región este. Ese mismo año creó la dis- recrudeciendo la vigilancia y la represión, tribuidora de libros españoles Dilae. Previo en 1968, debido a la creciente inestabilidad a la fundación de la librería y posteriormen- y progresiva pérdida de las libertades indi- te editorial Alfa, dirigió dos revistas de li- viduales en el Uruguay, tomó la determina- teratura e ideas: Cuadernos Internacionales ción de trasladarse a Caracas, donde de nue- y Deslinde (ilustrada con las xilográfías del vo fundó, a instancia del Instituto Nacional exiliado republicano español Juan Pardo).10 de Cultura y Bellas Artes venezolano, una Alejandra Torres Torres 173 editorial que posteriormente alcanzaría una capital montevideana. Pero la clave estaba en notoria importancia, Monte Ávila Editores y la cercanía que se generaba con el autor, que posteriormente, en 1971, Tiempo Nuevo. pasaba a estar tan a mano como el libro. Esa A los efectos de esta comunicación, in- sí era una experiencia nueva. En pocos días se teresa entonces analizar el período que com- agotaron las obras, superando de esta manera prende los poco más de diez años de mayor las expectativas de los organizadores. producción editorial de Milla en el Uruguay: La primera publicación de la editorial desde 1957, cuando se instala con su librería y Alfa fue el Manual de Enfermería, de Cecilia editorial Alfa en Montevideo hasta 1968, año Cianciarullo (1958), impreso en los Talleres en el que parte a Venezuela dejando a cargo Gráficos de Emecé. La elección por editar un de la librería a su hijo, Leonardo Milla.13 manual dedicado a estudiantes de enfermería En los últimos años de la década del fue una opción estratégica que consideró la cincuenta, Milla inició lo que él mismo de- posibilidad de llegar a un público que asegu- nominó “La aventura editorial,” fundando el raba la compra del ejemplar por estar vincu- sello editorial Alfa (simbólicamente “el prin- lado a prácticas educativas de aquel entonces. cipio”), que se sumaba al proyecto de la libre- El manual tuvo tres reediciones y constituyó ría con el mismo nombre inaugurada a fines una apuesta económica relativamente segura de 1957. Dos años después de inaugurada en aquellos comienzos, ya que como seña- la librería de Milla, que funcionaba también laba Milla en el artículo titulado “Resurge la como punto de encuentro y reunión de una literatura uruguaya,” el libro estaba dirigido a “[. parte de la intelectualidad uruguaya, tuvo lu- . .] todos cuantos deseen cursar Enfermería en gar en la explanada del Teatro Solís, en el mes todos sus grados” (Milla 12), constituyéndose de diciembre, una exposición y venta de li- de esta manera en un libro de consulta prácti- bros de autores nacionales (especialmente de camente obligada. Inteligentemente, al ampli- poesía) con la particularidad de que quienes ficar espacios (la librería, las revistas ya men- vendían los ejemplares eran los propios auto- cionadas, la dirección de la segunda etapa res. El principal impulsor de esta instancia, de Número, el emprendimiento editorial y la considerada como antecedente de la creación venta de libros en la explanada del Solís) Mi- de la Feria Nacional del Libro y del Graba- lla fue ganando terreno en aquel Montevideo do, fue Benito Milla, junto a Nancy Bacelo, en el que los escritores estaban comenzado a (director del sello editorial Arca encontrarse con su público. El énfasis estaba desde 1962), Elsa Lira Gaiero y el ilustrador puesto en la vuelta de tuerca que supone para Carvalho. Los escritores que más presencia el escritor nacional saberse esperado y acep- tuvieron en esta instancia fueron Mario Be- tado por un público que excede los límites del nedetti, Circe Maia y Washington Benavides, círculo de intelectuales más inmediato a él. (posteriormente integrantes junto a Nan- Dos años después del evento de la ex- cy Bacelo del proyecto editorial fundado en planada del Teatro Solís, en el artículo antes 1960 denominado 7 Poetas Hispanoamerica- mencionado publicado en el diario Acción, nos). El lugar elegido era estratégico, ya que Benito Milla comentaba lo siguiente a propó- la explanada del Teatro Solís, a pocos metros sito de la edición del libro de autores nacio- de la Ciudadela de Montevideo, era el pasaje nales: obligado de muchos oficinistas y trabajadores A partir de 1960 entramos en un pe- de la Ciudad Vieja, cercano al centro de la ríodo particularmente significativo ciudad. Era la primera vez que el libro salía de para la historia literaria contemporá- las vitrinas de las librerías y de los anaqueles nea del Uruguay. Repentinamente se de las bibliotecas formando parte de un even- sincronizan dos factores esencialísimos to cultural, si bien es cierto que los vendedo- para la expresión y el desarrollo de la res ambulantes de libros eran frecuentes en la obra literaria: la creación de la obra 174 Letras Hispanas Volume 16, 2020

en sí y la aparición de los instrumen- Para Milla, su experiencia como librero tos editoriales, publicitarios y crí- ambulante en contacto directo y diario con ticos que la hacen viable. Desde ese un público, en ocasiones, ávido de orienta- momento el libro nacional salta de ciones de lectura, lo fue perfilando como un una etapa oscura en la que había ve- conocedor cada vez más avezado del campo getado durante varios años a su ver- dadera función: la de ser objeto de la cultural uruguayo a partir de la segunda mi- curiosidad del público, para entablar tad de los cincuenta en la capital del país. con él un diálogo vivo, una vital co- Desde su fundación hasta 1973, la edi- municación. torial Alfa construyó un catálogo de nueve [. . .] Como no podía dejar de suceder, colecciones. La primera de ellas fue la colec- todavía el autor y el público se mueven ción “Estuario,” creada en 1959 y el primer aquí en una zona un tanto ambigua de título publicado fue la conocida novela histó- la búsqueda. El uno de formas autén- rica Ismael, de Eduardo Acevedo Díaz, parte ticas y seguras de expresión y el otro de la tetralogía de este autor de fines del siglo de los autores cuyos temas y estilos se acerquen más a sus gustos intelectua- XIX. En esta misma colección se publicó el les, a las solicitaciones de su espíritu conjunto de cuentos titulado Montevideanos, […]. (Milla, “Resurge la Literatura de , uno de los éxitos de ven- Uruguaya” 13) ta en la posterior inauguración de la Feria Nacional del Libro y el Grabado. En dos años esta colección inaugural publicó un total de Pero no eran únicamente esos los as- seis títulos (dos de ellos a cargo del escritor pectos en los que se detenía Milla; él sabía, Víctor Bonifacino), en los que se pone de ma- por su experiencia en el área de la venta y cir- nifiesto la intención de Milla de centrarse en culación de materiales impresos, que educar a el autor nacional, tendencia que luego irá ma- un público para esperar el producto literario, tizando con publicaciones de escritores pe- convertirlo conscientemente en consumidor, ninsulares, pero que aun así, lo nacional será constituía un elemento clave para asegurarse una dominante. la perpetuidad de la aventura: Entre las estrategias de venta llevadas adelante por la editorial se destaca la creación El problema está en que eduquemos, de la línea de crédito “Credialfa,” que se daba o demos a conocer al público urugua- a conocer tanto a través de volantes que se yo los libros uruguayos que están ahí entregaban a los clientes, en la librería, como o que podemos crear, o que podemos dentro de algunas de sus ediciones. Un siste- inventar o que podemos escribir y pu- ma de crédito destinado exclusivamente a la blicar desde luego. Yo creo que ese es compra de libros, un “crédito de la casa,” que un poco el procedimiento que se lleva a cabo para vender libros, no en los se otorgaba en forma discrecional a los que países capitalistas sino en todos los eran considerados asiduos clientes. A esto se países del mundo […]. sumaba el conocido sistema de suscriptores, De manera que el librero como el pú- muy utilizado también por las revistas que blico, está en las mismas condiciones devinieron luego en sellos editoriales, Aquí sometido a que Ud. lo presione para Poesía, 7 Poetas Hispanoamericanos y Los darle a conocer, para saber que está en Huevos del Plata. Con frecuencia, quienes su interés el vender libros uruguayos eran directores y editores también pasaban a […]. Hoy en día ya no se pide un libro cumplir el rol de distribuidores encargándose nacional ni tres, ni dos ni un ejemplar, como se solía pedir antes, sino que se asimismo del cobro de la cuota de suscrip- piden diez, veinte, hasta veinticinco ción. Ese fue el caso de Milla, junto con quien ejemplares. (Milla, “Resurge la Litera- fuera su secretario de redacción, el escritor tura Uruguaya” 13) Hugo García Robles.14 Alejandra Torres Torres 175

En materia económica, teniendo en único editor en aquel Montevideo de los al- cuenta que tanto la creación de la Comisión bores de los sesenta. del Papel (1965) como la aprobación de una Como señala Martínez García (2010), al línea de créditos a través del Banco Repúbli- igual que Rosa María Grillo (1995), el Uru- ca para la edición de obras nacionales (1962) guay recibió, en diferentes etapas, un número son posteriores a estos comienzos (1958), “la importante de exiliados españoles ya que a aventura editorial” de la que había hablado pesar de ciertas trabas administrativas que se Milla anteriormente, estaba, evidentemente, dispusieron en el Río de la Plata para la ob- consolidándose como un hecho consumado tención de los documentos requeridos para (Torres Torres, Lectura y sociedad 175).15 arribar, el pueblo en general era simpatizan- te del gobierno republicano. Personalidades Exilio republicano y posguerra en como José María Perelló, cónsul uruguayo en Vigo y organizaciones como el Centro Re- las publicaciones de Alfa publicano Español facilitaron esos tránsitos (Martínez García 220). En ese contexto tiene La segunda colección de la editorial, lugar la publicación de la novela de Sender. la más extensa y emblemática, fue la colec- Publicada en 1960, la ilustración de la ción “Carabela” (1960-71), posible metáfora tapa de la novela de Sender estuvo a cargo que recordaba la llegada al nuevo continen- del artista plástico español Agustín Alamán te desde la Península Ibérica siglos atrás y, (1921-95). Alamán fue un pintor autodidacta, más en lo inmediato, la navegación tras el procedente de Tabernas de Isuela (Aragón). exilio de Benito Milla. Carabela coexistió en Emigró a Francia en 1939 y permaneció en 1960 con la colección “Estuario,” la primera los campos de concentración por varios años, del sello editorial. Con un total de noventa hasta que en 1955 llegó a Montevideo e hizo y cuatro títulos y numerosas reediciones de su primera exposición individual en la libre- muchos de ellos, el primer volumen publica- ría de Milla a fines de 1957, como parte de un do es una novela titulada La llave y su autor, programa de difusión cultural llevado ade- el español Ramón J. Sender.16 Al igual que lante desde la inauguración de la librería, que Milla, Sender provenía del exilio y con an- pasó a ser punto de encuentro de escritores terioridad a la publicación de La llave, había e intelectuales de la época. Si bien Martínez participado en las publicaciones de la revista García (2010) no se detiene en el aspecto ma- Deslinde, considerada una de las más presti- terial de la novela, interesa destacar la partici- giosas revistas del exilio español. Asimismo, pación de otro español proveniente del exilio había colaborado, al igual que otros exilia- republicano en el proyecto cultural de Milla. dos, en los Cuadernos por la Libertad de la En el número doce de la revista Deslin- Cultura, de París.17 Significativamente, en de, publicado en septiembre de 1959, Benito una carta fechada en enero de 1960, Milla Milla dio a conocer una recensión de su au- le comenta a Sender que debido al escaso toría titulada “Ramón J. Sender: un novelista número de exiliados españoles residentes español en el destierro.” En ese trabajo Milla en el Uruguay, en aquel momento “[. . .] no destaca la importancia de los recuerdos per- existía más publicación literaria que la suya sonales en la construcción de la memoria co- ni más editor literario que él, manifestando lectiva: que todo lo que se editaba era de carácter docente y universitario, ya que aportaba Lejos del solar propio, el recuerdo ha mayores beneficios” (Martínez García 216). nutrido su espíritu afirmando lo que En enero de 1960 todavía no se habían él llama “el repertorio de los valores creado ni Ediciones de la Banda Oriental más simples y primarios de mi tierra.” ni Arca. Efectivamente, Benito Milla era el Y esa conciencia de las raíces es la que 176 Letras Hispanas Volume 16, 2020

en los últimos años le confiere a su poniendo al tanto al autor de otras editoriales obra una más acendrada poesía y una que, eventualmente, podrían llegar a publicar- mayor profundidad. lo en el continente americano. Como gestor Es verificable, en el caso del escritor cultural Milla tendió redes para difundir la español exilado, una irreductible vo- obra de Sender, tanto en Chile como en Ar- cación peninsular, que hace de su obra, aunque se produzca lejos, una gentina. En esta última se editó años después genuina manifestación de esencias. con el sello de Proyección la novela Réquiem (Milla, “Ramón J. Sender” 8) por un campesino español, en 1975. El manuscrito de La llave se había ex- Ese artículo funcionó como una ins- traviado durante la guerra, como, desgracia- tancia preparatoria para la posterior publi- damente, también se extraviaron los manus- cación de la novela que inauguró una de las critos de otras piezas dramáticas de Sender: colecciones más extensas de la editorial. En El sumario, El duelo y El Cristo. El 3 de julio ese mismo número se publica la colaboración de 1936 la publicación socialista Claridad en- de Sender, un relato titulado “La fotografía de trevistaba a Ramón J. Sender y anunciaba que aniversario,” publicado anteriormente en Es- dentro de unos días iba a salir un libro de este paña, en la revista Lecturas No. 29, de julio de escritor titulado Cinco peripecias para la es- 1923 (Martínez García 215). cena. Constaba de las siguientes obras en un En relación a las circunstancias y el con- acto: El Cristo, El sumario, La llave, El duelo texto en el que tuvo lugar la publicación de La y El secreto. El diario reconocía en la obra de llave, Martínez García comenta lo siguiente: Sender la presencia de un “Teatro moderno, de avanzada revolucionaria,” agregando ade- Por tanto, cuando Benito Milla se más que Sender había escenificado las nove- propuso editar La llave, se encontraba las El delator, de Lyan O’Flaherty, y Memorias en una empresa recién nacida y re- de Satanás, de Andreiev. (Urrero Peña). pleta de proyectos en los que deseaba Inicialmente escrita como obra dramáti- conjugar la literatura uruguaya con la ca, Milla publicó la narrativa de La llave, que española, y que sobrevivía gracias a está tomada de la segunda parte de la Saga de subvenciones dedicadas por el Esta- do a la promoción editorial, aunque los suburbios, publicada por Sender en 1915, en ocasiones destinadas únicamente cuando solo contaba con catorce años. La lla- a obras de autores uruguayos. En una ve fue escrita por Sender originalmente como carta enviada en enero de 1960 Milla una pieza de carácter satírico, una obra teatral indicaba que la publicación de la obra en un acto y tres escenas, con un reparto de de Sender estaba prevista para marzo, seis personajes: Avelino, su mujer, el médico y pero un mes después decía que espe- tres mineros. Su acción se desarrolla en Astu- raba su salida para abril, tras haber rias, durante la revolución 1934. La historia de decidido cambiar de taller gráfico. Avelino y su mujer, atravesados por la avaricia Esto se debió a que el anteriormente escogido acababa de imprimir y en- y en permanente tensión por lo material apa- cuadernar una obra de Benedetti que rece contrapuesta a la realidad de tres mineros Sender pudo observar, pues Milla se revolucionarios que pasan por situaciones ex- la había remitido, la cual contenía va- tremas de privación. El título de la obra proce- rias erratas y estaba editada con poco de de la llave de la caja de caudales que Avelino detalle. (Martínez García 216)18 se traga para no atender ni las peticiones de su esposa ni los reclamos de los mineros. Fue De la lectura de las dos cartas que Milla representada el 30 de octubre de 1936 en el Tea- le envió a Sender antes de la publicación de tro Español de Madrid y en 1945 con el título la novela se desprende el marcado interés del The Key fue representada en Nueva York por un editor por darle difusión a la obra senderiana, grupo de actores de Broadway. Por la compañía Alejandra Torres Torres 177

teatral “Nueva escena.” Reescrita por Sender ambos. Durante los sesenta, previo a la publi- como novela con el título La llave: the key. Esa cación del libro de Peirats (1987), los viejos fue la versión que editó Milla en 1960. compañeros se vuelven a encontrar: Otro de los títulos que se destacan en el catálogo de Alfa es el ensayo de José Peirats titu- En uno de sus viajes a Europa se hos- lado Los anarquistas en la crisis política española, pedó en el cachivache de mi casa. De publicado en la colección “Carabela” en 1964. regreso encontró a Uruguay tamba- José Peirats había nacido el 15 de mar- leante. Aun tuvo tiempo de editar mi «Los anarquistas en la crisis política zo de 1908 en La Vall d’Uixó, en la provincia española», antes publicado en italiano valenciana de Castellón. En 1911 se estable- y después dos ediciones en la España ció junto con su familia en Barcelona, en la posfranquista, una en inglés (EE.UU) barriada obrera de Collblanc-Torrassa, de y una en japonés, una edición pirata L’Hospitalet de Llobregat. Comenzó a traba- que nunca pude localizar [. . .]. Todos jar a los ocho años y a los catorce ya se había estos libros están agotados, lo que afiliado a la CNT. En 1927 publicó su primer hizo exclamar a Milla: «¡eres un escri- artículo, “La palabra ladrillero, sinónimo de tor agotado!» (Peirats 30) perversión,” publicado en el Boletín del la- drillero, órgano del sindicato. En febrero de El último encuentro entre los dos tuvo 1937 participó como delegado por Cataluña lugar poco antes del fallecimiento de Milla, en el pleno nacional de la Federación Ibérica en el Hospital Clínico de Barcelona. de Juventudes Libertarias y posteriormente se Ese mismo año, en 1964, en la colección hizo cargo de Ruta, de aparición semanal, el Carabela se publicó la primera novela de Fer- órgano portavoz de las Juventudes Libertarias nando Aínsa, titulada El testigo. Se trata de de Cataluña, que luego pasaría a dirigir Milla una novela breve que Aínsa dio a conocer du- (Ventura 37 y 38). rante los años en los que fue también estrecho El antecedente de esta publicación de colaborador de Milla, tanto en la publicación 20 Milla, Los anarquistas en la crisis política es- de libros como la de revistas. Como señala pañola, estuvo en las entregas periódicas que Raúl Caplan, la escritura de Aínsa se enmar- se publicaron en 1962 en la revista Volontá, de caba dentro de las tendencias experimentales Génova, editado luego con título Breve storia de la narrativa de los años sesenta en el Río del sindicalismo libertario spagnolo. de la Plata en la que, por otra parte, los títulos Si bien Gracia Ventura, autora del Pre- anunciaban en cierta forma una perspecti- facio a la edición de 2006 señala que en 1964 va diferente y relativamente distanciada. En la editorial Alfa en Buenos Aires publicó Los este caso se trata de un narrador-protagonista anarquistas en la crisis política española, en para quien la escritura se va convirtiendo en realidad se refiere a la edición de Montevideo, una forma de conocimiento del mundo que que integró la colección Carabela.19 Cierra el lo rodea, con las tensiones y complejidades volumen la publicación del “Extracto del acta propias de tiempos en los que estaban tenien- de la Conferencia Nacional Anarquista” cele- do lugar profundos cambios a nivel conti- brada en Valencia los días 25 y 26 de julio de nental. En relación con este proceso, Caplan 1927. comenta que: En 1976 el sello editorial Júcar editó este [. . .] si «la orilla» tiene una dimensión ensayo que se agotó y tuvo una reedición en topográfica (remite a la «rambla» de 1977. En 1976 con el título Los anarquistas en Montevideo, paseo a orillas del Río la guerra civil española y luego, respetando el de la Plata), también anuncia que la título original (Ventura 9). escritura se despliega en una «orilla,» El vínculo entre Milla y Peirats se en un espacio fronterizo, ambiguo (ni mantuvo hasta los últimos años de la vida de tierra ni mar, o tierra y mar a la vez), 178 Letras Hispanas Volume 16, 2020

rompiendo con los moldes de la cuen- la Educación de la Universidad de la Repú- tística tradicional. Esa orilla, anuncia blica. A partir de 1971 estuvo a cargo de la el multiperspectivismo que preside Cátedra de Historia de la Filosofía Antigua y a este (y otros) textos narrativos de Medieval. Aínsa de los 60, donde la narración es Entre 1967 y como respuesta a la crea- asumida por diversos personajes. (2) ción de la colección “Bolsilibros,” de la edito- rial Arca (dirigida por Ángel Rama, antiguo Estos comienzos narrativos de Aínsa responsable de la prestigiosa colección “Le- encuentran en una de las colecciones más tras de Hoy” de Alfa), Milla creó la colección destacadas de la editorial, un espacio de di- “Libros Populares,” en la que se publicaron fusión. Hijo de un español y de una france- veintiséis títulos, entre 1967 y 1969. En esa co- sa, Fernando Aínsa se vio obligado de niño lección se publicó en 1968 el conjunto de rela- a abandonar su hogar en Palma de Mallorca, tos titulado De tres mundos, de José Carmona junto a sus padres, para emprender el exilio, Blanco. Con anterioridad, en el número 13 de al igual que tantos españoles luego de 1936. la revista Deslinde (en la que Carmona Blan- Junto a su familia se estableció en co formaba parte del Grupo de Redacción) se Montevideo, Uruguay, país que pasó a sentir había publicado su relato titulado “Aquí no como propio desde su condición de “niño de ocurre nada,” en abril de 1960. la guerra” y en el que se comprometió des- Con el propósito de dar continuidad a de su actividad de escritor. En relación a su la presencia de ensayos sobre literatura espa- vínculo con Benito Milla, Carranza Marino ñola, en 1966 Milla publicó en la Colección comenta que “Su mentor durante estos años “Mundo Actual” el trabajo de Juan Carlos Cu- fue Benito Milla, lo inició en el mundo de rutchet titulado Introducción a la novela espa- las letras, le ayudó a darse a conocer como ñola de postguerra,21 En 1973, en la última co- escritor, es pues, en las editoriales Alfa y lección de Alfa, “Carabela Mayor,” se publicó, Monte Ávila, fundadas por Milla donde Fer- de este mismo autor, el conjunto de ensayos nando Aínsa publica sus primeras novelas” titulado A partir de Luis Martín Santos: cuatro (Carranza Marino 21). ensayos sobre la novela española, dedicados a Otro de los escritores españoles que pu- los narradores Caballero Bonald, Juan Marsé, blicaron en la colección Carabela fue Ernesto Juan Goytisolo y Luis Martín Santos. Contreras, con su novela La tierra prometida, En la Introducción a la novela española de en 1967. Contreras era un “[. . .] antiguo mi- postguerra se destaca el capítulo dedicado por litante falangista, ahora comunista exiliado, Juan Carlos Curutchet a Entre visillos, la pri- que trata el imposible regreso del exiliado a mera novela de Carmen Martín Gaite, publica- España” (Bertrand de Muñoz 195). Ese mis- da en 1957 y considerada por Curutchet como mo año pasó a integrar la colección dirigi- un ejemplo de realismo crítico en el que trata da por Milla la novela de Jesús Caño Guiral de mostrar las posibilidades y limitaciones que Las abejas y las sombras; Caño Guiral ya ha- esta postura estética impone a la novela. bía publicado en 1964 Los altos muros. Esta Uno de los temas que atraviesa el ensa- novela que recibió el premio de la editorial yo de Curutchet es el de la infancia, al que se Alfa, con un jurado que estuvo integrado por refiere de la siguiente manera: Mario Benedetti, Carlos Martínez Moreno, Ernesto Maya y Arturo Sergio Visca. (Larraz El tema de la infancia y la adolescen- cia reaparecerá constantemente en 368). Oriundo de Cádiz, desde 1960 se radicó todas estas novelas y llegará a con- en el Uruguay y fue cercano al grupo de escri- vertirse en algunos casos en rasgo tores que se reunían en la librería y editorial distintivo de uno o varios autores de Alfa a comienzos de esa década. Fue docente esta generación: Juan Goytisolo, Ana de la Facultad de Humanidades y Ciencias de María Matute, Rafael Ferlosio [. . .]. Alejandra Torres Torres 179

Muchos de los jóvenes novelistas de vez finalizada la guerra civil “España ofrece hoy eran niños durante la guerra civil. un curioso espectáculo: une a un Estado típi- Con ojos de niños vieron impasibles camente fascista en su estructura política un cosas atroces. (60) núcleo de concepciones de neta inspiración medieval. Por eso impone una triple censura Curutchet tenía tan solo 23 años cuan- a la circulación del pensamiento [. . .]” (Milla, do se publicó en Uruguay su ensayo sobre la “La novela española actual” 11). El tema de novela de posguerra. En aquellos años oficia- la censura y el aislamiento del escritor espa- ba de crítico literario en publicaciones como ñol están presentes en el artículo con un tono El Urogallo, Cuadernos Hispanoamericanos e intenso de preocupación. Lo cierra la referen- Índice, por mencionar algunas. Publicó tam- cia a tres mujeres escritoras: Carmen Laforet, bién en Editora Nacional, de Madrid, en 1972, Elena Quiroga y Ana María Matute. el conocido ensayo sobre uno de los escrito- La publicación del último título de las res argentinos más destacados del siglo XX, colecciones de Alfa en Montevideo va a reto- titulado Julio Cortázar o la crítica de la razón mar aquella preocupación de Milla cuando “la pragmática. aventura editorial” era todavía un proyecto. El trabajo de Curutchet sobre las no- velas de la posguerra española se considera hasta hoy uno de los abordajes más serios y Nuevas travesías: la partida de profundos sobre esa temática y se constituye Milla del Río de la Plata como un texto de referencia ineludible. Por su parte, Milla, en el primer núme- ro de la revista Deslinde, de agosto de 1956, Casi podríamos decir que emulando el publicó un artículo de su autoría titulado “La periplo de su llegada, pero en un sentido in- novela española actual. Tema y limitaciones” verso (primero Buenos Aires y luego Monte- que podría leerse como instancia preparato- video para casi dos décadas después deshacer ria de posteriores ediciones que incorporaría esa ruta) y cerrando un círculo de tránsitos a su catálogo. Desde el comienzo del artículo rioplatenses, Milla abandonó Montevideo deja en claro a qué tipo de escritores y novelas a mediados de 1968. Su destino, como el de se va a referir, destacando su novedad y valor muchos uruguayos durante aquellos años, fue crítico: Buenos Aires. Como señalé anteriormente, a lo largo de 1968 en Uruguay se recrudecen las medidas represivas y el panorama social co- Las tendencias que queremos poner en manifiesto tienen en este momen- mienza a hacerse visiblemente más violento. to un carácter insólito por el lugar en En 1971 y ya con Benito Milla fuera del que se producen y por las circuns- Uruguay (la editorial y librería quedó hasta tancias en que se producen. Nuestra comienzos de 1973 a cargo de su hijo Leo- valoración no es, pues, absolutamente nardo), la última colección de la editorial, literaria, es decir, en base a sus méri- “Carabela Mayor,” parece querer recuperar a tos intrínsecos. Nos referimos prin- través de su nombre el apogeo de Alfa, aque- cipalmente a su condición social, a llos comienzos auspiciosos y llenos de entu- su significación como documento y siasmo en los que todavía no parecía visuali- como testimonio (Milla, “La novela española actual” 10) zarse plenamente el rumbo que tomaron los acontecimientos luego de 1968.22 Constituye El valor testimonial de la nueva narra- el último intento de pervivencia en tiempos tiva de la posguerra española y su carácter de en los que tanto la edición como la distribu- denuncia son los dos pilares fundamentales ción comenzaban a verse comprometidas por que Milla destaca en el primer artículo que el inminente golpe de estado que se terminó publicó en Deslinde. Agrega también que una de consolidar en junio de 1973. 180 Letras Hispanas Volume 16, 2020

El exilio y sus repercusiones también se Carmona Blanco, Francisco Contreras Pazo y Be- constituyen como una parte inseparable de la nito Milla” (Grillo 17). 4 vida de Milla y como si se tratase de un cír- Hugo García Robles (1931-2013), a quien culo que se cerrara en aquel abril de 1973, el entrevisté en 2009 (Torres Torres, Lectura y socie- dad 219), comentó a propósito de la etapa de Mi- último título publicado fue el ensayo titulado lla de vendedor de libros en el puesto ambulante A partir de Luis Martín Santos: cuatro ensa- de la Plaza Libertad, que esa actividad que llevó yos sobre la nueva novela española, del crítico adelante durante varios años le servirá, posterior- Juan Carlos Curutchet. El catálogo de “las dos mente, de instancia de conocimiento de la plaza de carabelas” se abre y se cierra con dos claras libros en nuestro país, contactos, distribución, a la referencias a la España del exilio. Fernando vez que fue haciéndose de una creciente clientela Aínsa, a propósito del pasaje de Milla por el que luego lo visitarían en la flamante librería de la Uruguay luego del exilio europeo, señala que Ciudad Vieja. Ese mismo comentario lo sostiene la historia parecía repetirse: Milla llega al Río Fernando Ainsa, poniendo el énfasis en que Milla fue “[. . .] ganando una clientela que aprecia sus de la Plata escapando del exilio y la persecu- consejos y su eficacia para obtener títulos no siem- ción y se ve obligado a abandonar el Uruguay pre distribuidos en el país” (Ainsa 64). sobre fines de los sesenta como consecuencia 5 Como señalo más adelante, las revistas no fue- de la violencia que había comenzado a ganar ron dos, sino cuatro. En relación a la importancia las calles (Ainsa, Del canon a la periferia 115). de los escritores nacionales publicados por Milla Será en Venezuela, a cargo de la editorial podríamos destacar los casos de Mario Benedetti y Monte Ávila que va a continuar con su labor de y con ellos, las ediciones de de editor, previo a su traslado definitivo a Montevideanos (1964) y de Juntacadáveres (1964). 6 Barcelona. Debido a una conjunción de factores de los que doy cuenta en Lectura y sociedad: a propósito de Alfa y Arca (2012), ese fue, paradójicamente, hasta 1968, Notas el momento de mayor apogeo editorial en el Uru- guay. La casa editorial y librería fundada por Milla 1 La Columna Durruti fue una columna de mi- supo aprovechar esa instancia, si bien persistieron licias populares, de ideología anarquista, que par- las dificultades para acceder a otros mercados. ticipó en la Guerra Civil Española (1936-39). 7 Las “Medidas prontas de seguridad” fueron 2 En el artículo titulado “Benito Milla Navarro,” decretadas en junio de 1968 durante el gobierno de escrito por José Peirats y publicado en la revista . Polémica No. 30 de diciembre de 1987 se presenta 8 Abordé este punto en el trabajo titulado Lec- un detalle relativamente minucioso. tura y sociedad en los sesenta: a propósito de Alfa y 3 Por ser integrante de las clandestinas Juven- Arca, publicado por Yaugurú, en diciembre de 2012. tudes Libertarias, Carmona Blanco se vio obligado 9 Generación de escritores uruguayos que co- a huir a Francia en 1947. Atravesó la frontera a pie menzaron a dar a conocer sus trabajos entre 1945 junto con otros compañeros para posteriormente, y 1950. Entre ellos se destacan los nombres de Car- en 1950, reunirse con su familia en Buenos Aires, los Maggi, Manuel Flores Mora, Ángel Rama, Emir en donde permanecería poco menos de un año. Rodríguez Monegal, Carlos Real de Azúa, Carlos En 1951 se instaló definitivamente en Uruguay. Martínez Moreno, Domingo Bordoli, Mario Arre- Allí contribuyó a la fundación de la revista Des- gui, Mauricio Muller, José Pedro Díaz, Amanda Be- linde (1956-61), dirigida por Benito Milla, a quien renguer, María Inés Silva Vila, Tola Invernizzi, Ma- conocía de sus años de estadía en Cataluña. A su rio Benedetti, , Idea Vilariño, Líber Falco, llegada A Buenos Aires lo reencontró y colaboró Carlos Brandy, María de Montserrat, Juan Cunha, en la instalación de este en la capital montevidea- Giselda Zani, Sarandy Cabrera y Armonía Somers. na. Al decir de Rosa Grillo (1995) en su trabajo 10 Sobre las características de los Cuadernos In- titulado “El exilio español en Uruguay,” “Entre los ternacionales me remito al trabajo de Karina Jan- que vivieron gran parte de su exilio en Uruguay, nello (“Benito Milla” 204-05). más éxito lograron y más se aclimataron al nuevo 11 Prevista como revista bimensual, Letras 62 ámbito hasta hacer olvidar su origen español, po- apareció inmediatamente después de que concluyó demos recordar a Álvaro Fernández Suárez, José el proyecto de la revista Deslinde. El primer ejemplar Alejandra Torres Torres 181 tuvo un formato tabloide y no se encuentra dispo- clara apertura a diversas publicaciones con énfasis nible en la Biblioteca Nacional de Uruguay y, tam- en una naciente conciencia latinoamericana. Con poco ha sido posible hallarlo en el CeDInCI. En el un formato semejante al de un periódico, proponía anuncio publicado en el semanario Marcha del 14 una clara defensa de la libertad del escritor y del de septiembre. análisis crítico, tanto de la literatura española como 12 En la revista Deslinde se hacía publicidad de las de la uruguaya. Colaboraron en Deslinde escritores novedades editoriales de Alfa, además de promocio- como Albert Camus, Octavio Paz, Ernesto Sábato, nar otros sellos editoriales de los que, en algunos casos, Juan Goytisolo y entre los uruguayos se destacaron Milla era su representante en Montevideo, como ocu- Mario Arregui, Ángel Rama y Hugo García Robles, rría con el caso de Américalee, Paidós, Nova y Ciorda y musicólogo y futuro secretario de redacción de la Rodríguez, por mencionar algunos. También se daban revista Temas, vinculado desde su juventud a la li- a conocer los títulos ofrecidos por otras librerías de la brería y editorial Alfa en Montevideo. capital, como la Nueva Librería Universo, Antea, La 18 En el trabajo mencionado de Martínez García Bolsa de los Libros y la Librería Inglesa, entre otras. (2010) se publican las cartas mecanografiadas que le 13 Con el sello de la editorial Alfa se van a editar remitiera Benito Milla a Ramón J. Sender, fechadas libros hasta mediados de 1973, ya sin la presencia el 23 de septiembre (en hoja con el logo de la libre- de Milla como Director responsable. Inmediata- ría) y el 17 de octubre de 1960, respectivamente, mente después del golpe de Estado del 27 de junio conservadas en el Centro de Estudios Senderianos. de ese año, Leonardo Milla se trasladó a Buenos 19 La experiencia de Alfa Buenos Aires estuvo a Aires, en donde por un breve período estuvo al cargo de Leonardo Milla y es posterior al golpe de frente del sello Alfa. Teniendo en cuenta los acon- Estado de 1973 en el Uruguay. tecimientos políticos de la vecina orilla, terminó 20 (Larraz 368). abandonando la capital bonaerense para radicarse, 21 La colección “Mundo actual” estaba en su junto a su padre, en Caracas. totalidad dedicada al ensayo. 14 En relación a las revistas, debo esta informa- 22 En la colección “Carabela Mayor” se publica- ción a la entrevista que me concediera Saúl Ibargo- ron nueve títulos entre 1971 y 1973. yen Islas en enero de 2012 (inédita). 15 El 27 de julio de 1965 se creó el artículo 79 de la Ley 13.349 en el que se establece la creación de la Co- Obras citadas misión del papel, en el que se establecía la exoneración del pago de todo impuesto, contribución o tasa a la im- Ainsa, Fernando. Del canon a la periferia: encuen- presión de libros y revistas de carácter literario, cientí- tros y transgresiones en la literatura uruguaya. fico, artístico, docente y en general, material educativo. Trilce, 2002. 16 Sobre la relación entre Milla y Sender me —. Confluencia en la diversidad: siete ensayos sobre remito al trabajo de Ana Martínez García, (2010) la inteligencia creadora en Uruguay. Trilce, 2011. de la Universidad de Cádiz, titulado “Cartas desde Bertrand de Muñoz, Maryse. “El ansiado retorno Uruguay: Ramón J. Sender y la difusión de su obra en la novelística española de posguerra.” His- en los proyectos editoriales de Benito Milla.” pania, vol 82, no 2. mayo de 1999, pp. 190-201. 17 Directamente vinculados con el Congreso Caplan, Raúl. “Cuerpos en perspectiva: encarnacio- por la Libertad de la Cultura que surgió durante nes de lo político en la narrativa de Fernando los años de la segunda posguerra (1950), tendien- Aínsa de los 60,” en Norah Giraldi-Dei Cas, te a reforzar y a sostener las redes culturales entre Cécile Chantraine-Braillon, Fatiha Idmhand. El los intelectuales de occidente (Janello 206). Como escritor y el intelectual entre dos mundos: Lugares señalé anteriormente, la revista Deslinde: literatura y figuras del desplazamiento, 2010. Web. 28 de y artes la fundó Benito Milla con la colaboración abril de 2020, pp 1-11. https://halshs.archives- de otro exiliado español residente en Montevi- ouvertes.fr/halshs-02067329/document. deo, el anarquista José Carmona Blanco. Dándole Carranza Marino, Yadira. “Fernando Aínsa: perfiles continuidad a la propuesta de Alfonso Reyes de del mediador cultural. Análisis de su correspon- “deslindar” (homenaje a su obra El deslinde: pro- dencia (1980-1989).” Université de Poitiers, Fac- legómenos a la teoría literaria, de 1944) un ámbito ulté de Lettres et Langues. Junio de 2018. 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