Año I // Número 1 // Primer semestre del 2018 En Líneas Generales

El abismo que nos mira: el terror y lo gótico en las novelas de Mario Vargas Llosa

The Abyss Watching us: Horror and Goth in Mario Vargas Llosa’s novels

Sandro Bossio Universidad Continental

RESUMEN ABSTRACT

Mario Vargas Llosa (Arequipa, 1936) es uno de los escritores Mario Vargas Llosa (Arequipa, 1936) is one of the most famous más reconocidos de Latinoamérica y del mundo, y de sus ambi- writers in the world. Up to now, the subject of his novels have ciosas novelas se ha creído, hasta ahora, que solo se preocupan been considered to reflect only emotions and social issues, por las emociones humanas y los menoscabos sociales (sobre such as corruption, abuse of power, totalitarianism and the todo el poder, la corrupción, el totalitarismo y la exaltación). En exaltation of the masses. However, it is also evident that his su obra es visible también un especial interés por el erotismo, work develops a special interest for eroticism, low passions and las bajas pasiones y hasta los dramas policiales, aun cuando police dramas, even when the writer has been reluctant to this él siempre se ha mostrado reacio a este género. Sin embargo, genre. Besides, little has been said about an apparently missing no se le ha otorgado la oportuna atención a uno de los tópi- component — but present — in his novels: gothic horror. In cos del que sus novelas, en apariencia, carecen, pero que en el this sense, this essay intends to demonstrate that Mario Vargas fondo poseen: el terror gótico. En ese sentido, el propósito de Llosa has subtlety included in almost all his novels: the gothic este ensayo es demostrar que Mario Vargas Llosa, aunque de genre. We can start by conducting an analytical recount of the manera soterrada, ha incursionado en casi todas sus obras en fear and horror included in the world literature and end up el género gótico. Partimos, entonces, de lo general, haciendo confirming that Vargas Llosa’s novels include gothic elements, un recuento analítico tanto del miedo como del terror en la which means that his novels cover all the themes. He builds his literatura mundial y latinoamericana, para arribar a lo particu- conception of fear on four principles: crucifixion, impalement, lar con el análisis demostrativo de que en las obras de Vargas decapitation and the burning of humans at the stake. Thus, Llosa es perfectamente fáctico identificar tópicos y pasajes de Vargas Llosa builds his gothic and intimidating universe making abiertas características góticas, lo que cerraría las brechas de use, at times, of other elements such as superstition, mytho- su novelística para determinarla, finalmente, como una de las logy, torture. obras contemporáneas más completas temáticamente. Desta- can con nitidez cuatro columnas sobre las que el escritor edifica su concepción de miedo: la crucifixión, el empalamiento, la deca- pitación y la quema de humanos en la hoguera. A partir de estos puntos, Vargas Llosa va a construir su universo gótico y amedrenta- dor, echando mano, en ciertos momentos, de otros elementos como son las supersticiones, la mitología, las torturas, entre otros.

Palabras clave: Keywords: Literatura / Novela horror / Género gótico Literature / Novel / Horror / Gothic genre

Recibido: 4/5/2016 I Aprobado: 23/10/2016

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El discernimiento que daban cuenta ya de monstruos y tos aterradores implantados desde la quimeras primordiales que se encar- tradición hebreo-cristiana, como son el del miedo gaban de llevarse las almas a espacios diablo (en alusión a Lucifer) y los espí- putrefactos donde debían purgar sus ritus en pena o ‘condenados’ (aquellos pecados materiales. En el incanato que no descansan en paz debido a que Una de las emociones humanas más encontramos exactamente lo mismo, el mundo terreno los llama para que antiguas, más provectas y viscerales, solo que mejor organizado, debido cumplan con alguna deuda que no la más básica, es sin lugar a dudas el a que el objetivo no era solo alejar al pudieron saldar de vivos). Llamaremos miedo. Como instinto, como sensación súbdito de las acciones socialmente a esto el “terror divino”. o como estado, el miedo es uno de los vedadas, sino, sobre todo, incitarlo a elementos constitutivos del hombre cumplir y hacerlo cumplir entre sus Está visto que el hombre se ha servido desde su génesis química y biológica. descendientes. Por ejemplo, en esta del miedo, desde épocas inmemoriales, Existen varios tipos de miedo. Uno cultura se hace presente el equivalente para sojuzgar a sus congéneres. Pero de ellos es el miedo vital, a perder la al infierno católico, un maléfico sumi- el miedo ha tenido también otra finali- vida, a disturbarnos orgánicamente, dero llamado “Ucupacha”, adonde dad social: entretener. Resulta curioso, a desaparecer del mundo. Otro es el descienden los espíritus que han y hasta contraproducente, enlazar esta miedo a lo desconocido, a lo ignorado, hecho mal a la humanidad. categoría, el entretenimiento, con un a lo incógnito, a aquello que se hunde sentimiento tan sombrío como es el en las oscuridades más profundas de Con la llegada de las culturas europeas, miedo, pero resulta verdadero. De ese nuestros precipicios personales. Y el el catolicismo empieza a actuar como modo, en las larvarias épocas de la otro, el que nos alcanza y nos arroja una entidad generadora de control narración ágrafa, los hombres iniciales a las hondonadas de lo insondable, social a través de mitos y parábolas se reunían alrededor del fuego para es el miedo atávico a los conceptos moralistas, las que casi siempre se contarse historias de espanto. En ese hierofánicos dimanados de la religión hallan enfocadas en moderar las cos- sentido, a lo largo de su existencia, el y lo sagrado. tumbres aborígenes (sobre todo las ser humano ha buscado una serie de andinas) no cristianas, principalmen- elementos hórridos para complacer La tipología del miedo se mueve te el incesto. En la confesión católica, sus sentidos. Y es que “lo descono- entre el miedo agudo (el temporal, a esta lista de imperfecciones se le cido, al igual que lo impredecible, se que desaparece cuando se acaba el conoce como los “siete pecados convirtió para nuestros antepasados estímulo), el miedo neurótico (el que capitales” y, a la sombra de ella, se primitivos en una fuente tremenda nace de nuestros propios instintos) y construye una serie de instrumentos y omnipotente de calamidades y el miedo crónico (el que nos mantiene sociales de control para moderar de favores que se dispersaban a en permanente estado de tensión). Las los comportamientos considera- la humanidad por unos motivos secuelas del miedo pueden provocar dos pecaminosos. Surgen así los tan misteriosos como enteramente incluso cambios duraderos en la con- monstruos coloniales de segundo extraterrenales, y pertenecientes a ducta del hombre. orden: la ‘runamula’ (mujer que se unas esferas de cuya existencia nada convierte en una mula de fuego en se sabía y en la que los humanos no Especialistas en el estudio del fenóme- las medianoches por cohabitar con tenían parte ninguna.” (Rodríguez, no afirman que la tracción emocional los curas), la ‘jarjaria’ (o ‘jarjacha’ en 2016). causada por este estado le sirve al Huancavelica y Ayacucho, monstruo hombre para sobrevivir, antelándose gemelar de dos cabezas nacido del ¿Pero por qué experimentamos pla- a los peligros y defendiéndose de los incesto), el ‘gentil’ (espíritu maligno cer al sentir miedo? Porque aprende- riesgos de la vida. que encarna la maldad, la envidia y mos más de las experiencias que nos el egoísmo), el ‘pishtaco’ (o degolla- engendran miedo que de las que nos En ese sentido, si bien todas la reli- dor que decapita a los comerciantes generan placer. Margee Kerr, sociólo- giones han implantado dioses y seres solitarios para quitarles la grasa). ga del parque temático Scared House, celestiales de buen orden, también han Todos estos son personajes aberran- en Pittsburgh, no lo duda: el miedo tenido la necesidad de crear sus mun- tes creados por el colonizador para se mueve en la misma zona cerebral dos paralelos, antagónicos, opuestos a apartar a la feligresía de los pecados. en que se mueve el placer y es por lo beatífico, para construir el equilibrio También está la ‘uman tacta’ (o ‘cabeza eso que, normalmente, fusionamos divino; nacen así los espectros malig- voladora’, perteneciente a las brujas, ambas sensaciones sin desprendernos nos que empiezan a rebasar las almas que abandonan los cuerpos los viernes de ninguna de . Pero el miedo humanas con el temor y la aprensión por la noches) y la ‘joljolia’ (vientres solo es divertido si sabemos que no de lo sacrosanto y lo profano. En nues- humanos semovientes que desertan entraña peligro, que estamos a salvo tra realidad, los cronistas de Indias de las entrañas sibaritas). De igual y tenemos el control de la situación, recogieron oralidades prehispánicas forma, nos encontramos con elemen- liberando dopamina y adrenalina.

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Y la literatura hace eso, nos incorpora auditorio a presenciar largas jornadas romana, con más densidad, encontra- en el miedo, en esa emoción primitiva de ahorcamientos y decapitaciones. mos, en Petronio, el memorable pasaje procesada por la amígdala1 que le dice al donde los protagonistas enfrentan a neocórtex2 que la situación de peligro es En sus manifestaciones iniciales, el una jauría de licántropos (hombres falsa y que, en lugar de temer, debemos terror literario se conecta directamente lobo). Incluso la literatura infantil del complacernos porque no hay riesgo. con los mundos fantásticos del hom- siglo xvii se impregna del terror: ogros, bre primigenio, época probablemente brujas carniceras, cánidos hambrientos. Según Sigmund Freud, lo siniestro, oral, de donde provienen la mayoría de lo pavoroso, surge de los miedos que los mitos de horror que han inquietado Los elementos del Medioevo para todo individuo oculta a sí mismo y a al hombre desde sus albores. Ahora atizar el miedo son los muertos que los demás. Y, más allá, el terror surge bien, con el surgimiento de la escritura, despiertan de su tumba, hechicerías cuando el individuo se encuentra cara los grandes poemas épicos, las leyendas y nigromancias, posesiones diabólicas, a cara con sus propios miedos (Freud, y las sagas cobran inmortalidad, y con torturas inquisicionales e indescriptibles 1996). Es así como el hombre encuen- ellos germinan algunos elementos suplicios que causan pánico en las pávi- tra (inventa o reinventa) uno de los originarios del terror y lo gótico, pero no das sociedades de la época. Las crónicas géneros más obedientes para la inser- como temas centrales, sino como facto- medievales abundan en supersticiones y ción del miedo: la ficción. Llamaremos res contextuales de las narraciones. anécdotas sobre espectros, hechiceras, a esto el “terror literario”. duendes, vampiros, hombres bestiales y otros especímenes malditos. Sin embar- Queda confirmado, de esta manera, Literatura y terror go, la revolución científica del siglo XVIII que la literatura de terror busca incitar desvía este género literario hacia la recién en el lector (u oyente) las reaccio- descubierta física moderna, donde la nes de ansiedad, pavor, sobresalto, Para Víctor Bravo el miedo brota de la de lo que producirá la incertidumbre, generadas por la esté- condición más humana, es decir, de la tecnología en la vida del humano se tica del miedo, pero sin colocarlo en fragilidad. Dice que el sentimiento del convierte en un asunto enigmático y real peligro. Todo esto se logra con miedo es el signo más visible de “la pavoroso. La mejor muestra de esta la utilización de unos símbolos pre- inquietud de sí”. Para él, el miedo sig- época la tiene, hasta ahora, Mary She- establecidos socialmente: oscuridad, nifica lo desconocido frente al orden lley, con su engendro montado sobre silencio, niebla, espacios cerrados, y la belleza. Por ello, creemos que cadáveres que despierta al mundo situaciones ominosas; y con perso- la literatura es la disciplina perfecta merced a la magia de la electricidad. najes arquetípicos que estremecen al para incorporar en sus preceptos hombre desde su génesis: espectros, los cánones de alteridad y diferencia, Surge entonces la escuela gótica, ciclo demonios, monstruos, psicópatas, sembrando al mundo de lo siniestro y lóbrego y raquídeo de la literatura de ancianos pavorosos, niños siniestros, lo fantástico antes que ningún otro arte horror, caracterizada por los grandes entre otros protagonistas de la parafer- (Bravo, 2005). castillos llenos de larvas y lémures, nalia bestial. de niebla avasalladora, cadenas Desde los libros de los muertos de rumorosas, sangre moviente, carne Por ello, los empresarios del entreteni- los egipcios, pasando por los mitos corrompida. El movimiento literario miento, desde hace siglos, pretenden terroríficos hebreos y árabes, la litera- vampírico (iniciado por Rousseau y soliviantar la diversión de los parro- tura iniciática roza de todas formas el Ossenfelder; continuado por Burgüer quianos con exposiciones de terror. En tema del horror. En la literatura china y Goethe; y perfeccionado por Polidori el siglo I de nuestra Era, los romanos anterior a nuestra Era, encontramos ya y Stocker) fue uno de los más difundi- convocaban al pueblo a recrearse vien- monstruos y fantasmas; y en la poética dos en el mundo, el que más escritores do cómo hambrientos felinos devora- india iniciática, nos encontramos con y seguidores ha aglomerado, siempre ban a los cristianos, y los cristianos del Danu, el monstruo de brazos enormes explotando el tema de la alteridad y la oscurantismo convocaban al pueblo que devora todo lo que alcanza. En la diferencia. a entretenerse (y escarmentar) con la épica griega nos topamos con mons- visión de relapsos cuerpos devorados truos antropófagos (Escila, Caribdis, El romanticismo, de alguna manera, por el fuego. El renacentista teatro Polifemo) y sirenas (Circe) que tuercen hunde también sus raíces en el horror y del mundo convocaba a un impasible el destino de los navegantes. Y en la escritores de este orden (Gautier, Méri-

1 Un pequeño órgano cerebral en forma de almendra que centraliza todo el proceso del miedo. 2 Cerebro racional que controla la conciencia y las emociones, desarrollando las capacidades cognitivas: memorización, concentración, autorreflexión, resolución de problemas, habilidad de escoger el comportamiento adecuado, es la parte consciente de la persona, tanto a nivel fisiológico como emocional.

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mée, Scott, Víctor Hugo, Washington A partir de los años cincuenta del mis- la siniestra genialidad de Alighieri. Pero, Irving) se dejaron seducir por la sangre mo siglo, el terror se hace más cotidia- más cercano a nuestros tiempos, está y lo sobrenatural. Alejandro Dumas y no, introduciéndose a la vida y a la casa también Ivo Andric, quien no duda en su dama del collar de terciopelo; Arthur de los lectores, materializando sectas contarnos la aterradora historia de Conan Doyle y su mujer del sudario; y sanguijuelas humanas, y entremez- Vlad de Valaquia (Drácula) como ele- y Robert Louis Stevenson con sus clando con la humanidad a engendros mento colateral en una de las novelas exploraciones sobre la dualidad de la de otras épocas y dimensiones. Dos de bélicas más importantes del siglo ciencia y la maldad también se dejan los grandes narradores de esta etapa pasado. Y, a este lado del océano, tocar por este nuevo subgénero. son, sin discusión alguna, Stephen están Alejo Carpentier y Miguel Ángel King y Ann Rose. Asturias, quienes utilizaron los barcos Tras esta etapa, el terror literario cam- fantasmas y los mitos centroamerica- bia, se bifurca, se especializa: aparecen Por otro lado, existen varios tipos de nos como elementos marginales de los cuentos de fantasmas (narraciones terror literario: el terror de la otredad sus tramas. donde el elemento terrorífico principal (llamado uncanny en inglés), que pro- radica en la presencia de un espíritu voca miedo con elementos cotidianos Otros autores latinoamericanos que vagante de la mano de Le Fanu y discordantes; el terror fantástico, intercalaron escenas góticas en sus James) y los del miedo y las obsesiones cuya categoría requiere de la acepta- obras fueron, desde luego, José del hombre (con el talento umbroso ción del lector para hacer verosímiles Eustaquio Rivera, con el pavor que de Guy de Maupassant y Dostoievski, situaciones que de lo contrario solo causa la selva amazónica, y Ricardo quienes se vieron inmersos como aparecerían en nuestras pesadillas; Güiraldes con las lobregueces de la nadie en la extenuación de la mente y y el terror psicológico, de raigambre pampa argentina. El uruguayo Horacio la debilidad del raciocinio del hombre, contemporánea, aquella que induce al Quiroga y el peruano Clemente Palma conduciéndonos a los tragaderos de lector a la confusión entre la realidad y forman parte de la generación de escri- la demencia y el arrebato). Pero si de los desbordes de la mente. tores latinoamericanos cautivados por locura hablamos, Edgar Allan Poe, las tramas terroríficas y palmariamente patriarca del cuento moderno y crea- Sin embargo, habiendo buscado en góticas. Sus historias son cotidianas, dor del género policial, se establece todos los marcos teóricos referidos al ambientadas en un mundo estándar, como el narrador que más logros ha horror, nada encontramos que refleje pero donde inesperadamente se expe- tenido en el ámbito de sudor frío, de lo que nos acerca a uno de los miedos rimenta una vuelta de tuerca para virar los enterramientos prematuros, de más esenciales, el que sentimos de niños hacia las tenebrosidades de la tragedia los incendios interiores y las secretas y, a veces, nos acompaña hasta nuestra y el horror. Igualmente, José Emilio catacumbas humanas. Si nombramos adultez: el terror a los espectáculos Pacheco y Juan José Arreola, mexica- a Poe, sería injusto no referirnos al arlequinescos. Por ello, creemos que nos ambos, mostraron a lo largo de su gran Ambrose Bierce, su equivalente es necesario acuñar otro tipo de terror, carrera su predilección por los temas en calidad y talento. al que nosotros llamaremos “terror car- terroríficos. João Guimarães Rosa navalesco”, y que, como es de suponer, acudió a las supersticiones, idolatrías El siglo xx hiende nuevos senderos en tiene que ver con el miedo que el hombre y creencias de los campesinos del la literatura de horror, y así, a cambio siente por los monstruos circenses, por sertón brasileño para causar miedo. de los relatos sin explicación de lo los payasos y los mimos (coulrofobia), sobrenatural, aparecen especies de lo por los engendros de espectáculos, Juan Rulfo fue un maestro de la litera- que podríamos llamar terror materia- por los enanos (lollypopguildofobia) y tura regionalista, pero, al mismo tiem- lista, “con narraciones centradas en por los gigantes desproporcionados. po, de la literatura gótica y fantasmal: especies de universos desconocidos Es importante tener en cuenta esta en su celebrada novela Pedro Páramo, y oscuros donde el mal en su estado nueva tipología del miedo porque, encontramos las palpitaciones de un puro hacía terribles intervenciones más adelante, recurriremos a ella para mundo espectral, Comala, espacio en el mundo de los hombres para analizar varios textos literarios. condenado al sombrío vagabundeo de extender su dominio y apoderarse de los espíritus abatidos en la Revolución todo. En el marco de estos relatos, Pero también existe el terror soterrado, mexicana. El escritor peruano Manuel iniciados por Machen y llevados a secreto, al que bien podríamos llamar Scorza, al final deRedoble por Rancas la perfección por Howard Phillips “terror intermitente”, que aparece encu- (1969), activa un salto cualitativo para Lovecraft, surgieron extraños mons- bierto entre las líneas de las grandes que el lector pueda asistir a una reu- truos que habitan en las inhóspitas novelas de la historia, como un destello nión fantasmagórica entre los espíritus profundidades del mundo de los hom- discontinuo, asomado apenas como efí- de los campesinos masacrados por los bres y que ejercen poderes malignos meras llamadas al horror humano. Y para soldados peruanos. mediante brujas y otros personajes demostrarlo está La Biblia, con sus doce- demoníacos que corrompen a los nas de antropófagos y muertos vivientes; Carlos Fuentes, que en algunas de sus hombres” (Rodríguez, 2016). y está Lindisfarne, con el terror vikingo; y obras ha incluido también aspectos

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espeluznantes de la literatura, ha Lo ha logrado a través de los elementos escrito dos libros con fines claramente Vargas Llosa políticos desarrollados en sus textos, sobre todo mediante la exhibición del terroríficos: Aura (1962) e Inquieta y el terror absolutismo, de la violencia, de la into- compañía (2004). El terror en ellos son lerancia y de los fanatismos llevados a citadinos, una nouvelle la primera y su máxima expresión. Sin embargo, una selección de cuentos la segunda, Ha sido importante este amargo paseo aunque parezca poco evidente, a lo donde los seres más pesadillescos por la historia del terror para entender largo de su obra, Vargas Llosa ha cobran vida en una urbe ahora llena de lo que viene. Y es que, como nos recurrido también a elementos góticos teléfonos y automóviles. Julio Cortá- daremos cuenta, mucho de lo que nos y fantasmagóricos, relacionados casi zar, de igual manera, tiene un cuento tocará analizar se enlaza directamente siempre con el mito y la superstición, escrito expresamente con técnicas de con las nociones y factores vistos en para conectarnos con el miedo. En la literatura del terror. Se llama “La los acápites anteriores. otras palabras, el autor maneja en cier- puerta condenada” (1956) y versa tos pasajes de sus novelas no solo un sobre lo perverso que puede existir al Mario Vargas Llosa (Arequipa, 1936) tono, sino incluso hechos y sucesos otro lado de una habitación de un hotel es un escritor realista que ha gestado congruentes con lo sobrenatural y lo cualquiera. Por su lado, el monumental las novelas políticas y sociales más mitológico, con la finalidad de insuflarles Jorge Luis Borges escribió un cuento dramáticas, neurálgicas y ambiciosas miedo a sus personajes y, con ellos, llamado “There are more things”, donde de la historia literaria latinoamericana. a nosotros, los lectores. se nota una escritura fascinada por los Como todos sabemos (y también códigos de Lovecraft (a quien, además, la Academia Sueca), se trata de un La primera novela de Vargas Llosa, La narrador experto en encontrarle le dedica el relato) y plantea el horror ciudad y los perros (1963), aunque lle- subterfugios a problemas estéticos a través de fenómenos místicos, igno- na de espacios lóbregos y fantasmales y estructurales que autores menos (características de la literatura gótica), tos, explorando posibilidades distintas diestros no hubieran podido lograr apenas se detiene en descripciones a la tradicional temática del horror. en novelas de tan amplios espectros. recargadas para despertar las tensio- Entre sus muchas técnicas narrativas nes del lector. No obstante, aquí la García Márquez llena su novela Cien —caja china, vasos comunicantes, finalidad es claramente estética, con años de soledad (1967) de imágenes datos escondidos, voces corales, la finalidad de hacer que el receptor se y mitos de la fantasmagoría tropical puntos de vista multifocales— hay sitúe en un espacio cerrado y claustro- del Caribe. Pero también tiene tres una que, sin embargo, no manipuló fóbico, como lo es un colegio militar cuentos escritos con propósitos con la insistencia de las otras: el salto con regímenes carcelarios. terroríficos: “La tercera resignación”, cualitativo en su forma de nivel de de temática gótica, que desenvuelve realidad. Esta técnica, analizada por el Ahora bien, el primer episodio de Var- el tema del enterramiento prematuro propio Vargas Llosa, consiste en una gas Llosa, con evidentes ribetes (y pro- (aunque también puede contar “Blaca- acumulación creciente de elementos o pósitos) terroríficos lo encontramos mán, el bueno, vendedor de milagros”, tensiones hasta que la realidad narrada en La casa verde (1967), donde las que aborda el mismo tema, con ribetes cambia de naturaleza (Vargas Llosa, supersticiones del hombre amazónico de Poe); “Espantos de agosto”, de 1974). Esto no quiere decir que nues- cobran especial preponderancia: corte gótico y fantasmal; y “Sólo vine tro autor no sea diestro en hacerlo; a hablar por teléfono”, en el que se quiere decir que no la utilizó con la —De todas maneras, señora —dijo vehemencia, con la frecuencia con que hace presente el terror psicológico. el sargento—. ¿Sabe que cuando manejó las otras debido a que no ha Ahora último, Isabel Allende y Laura apareció la lancha creí que era el barco tenido la necesidad de hacerlo: en su Esquivel también utilizaron el horror fantasma? Ése de los esqueletos, que novelística, constituida en su mayoría entre las líneas de sus novelas, sobre se carga a los noctámbulos. Yo no por historias del más crudo realismo, todo convocando a espíritus y seres era supersticioso, pero aquí me he pocas oportunidades tuvieron los contagiado de ustedes. (1967, p. 96) celestes que todavía no descansan en el saltos cualitativos, puesto que pocas, más allá, y confiándoles estos aspectos muy pocas veces, requirió de traer Antropológicamente, la superstición se a espiritistas y llamadores de ánimas. espíritus del otro mundo, o describir concibe como una creencia no relaciona- a monstruos y entelequias, como los da con la fe y contradictoria a la razón, y Pero, por supuesto, también está escritores góticos. gravita fundamentalmente en arrogarle a Mario Vargas Llosa, quien, como los objetos, hechos o individuos dignida- pocos escritores latinoamericanos, Sobre esa premisa, Vagas Llosa, al des mágicas. El supersticioso, en sí, cree contrariamente a lo que se piensa, supo parecer, nunca ha tenido la consciente en señales, en significantes espirituales utilizar convenientes dosis de terror en intención de acercarse a la literatura de que anuncian porvenires. Eso es exac- sus novelas para cerrar los resquicios horror, como lo ha hecho con la litera- tamente lo que hacen los personajes destinados a lo fantástico que su tura policíaca o amorosa, aunque sí, de de Vargas Llosa, pues “el fenómeno novelística —realista­ y objetiva— no algún modo, al propósito de generar de los sueños contribuye a elaborar la le permitían. miedo en algunos pasajes de su obra. noción de un mundo irreal y espiritual,

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y, generalmente, todas las condicio- escena en que se nombra al espectro a los hermanos, les dieron una nes de la vida salvaje de la aurora de un nativo de la zona: paliza terrible. Según los testimo- de la humanidad conducen hacia el nios, la agonía de la viejita duró sentimiento de lo sobrenatural de una Denominada así por la leyenda hasta el amanecer. (…) La gente manera tan poderosa, que no cabe según la cual en ese lugar, los días se embadurnaba caras y cuerpos asombrarse de cuán profundamente de mucha lluvia, se divisa flotando con la sangre de la cruz y hasta se la especie humana está saturada del cerca de la orilla el fantasma del la bebían. Ahora han comenzado antiquísimo legado de religiosidad y célebre cacique cocama don a adorar a la víctima. Ya circulan superación” (Lovecraft, 1940). Otra Manuel Pacaya, quien, un 30 de estampitas de la Santa Ignacia. escena en la que se hace presente la abril de 1840, fundara pionera- (1975, p. 91) superstición de los selvícolas, pero mente, en la confluencia de los ríos exenta del miedo, está más emparen- Marañón y Ucayali, el progresista Como podemos ver, esta es una escena tada con el mito amazónico y aparece pueblo de Nauta. (1975, p. 113) explícitamente gótica, donde conver- también en la misma novela. En este gen la tortura, el delirio masivo y hasta caso, solo se nombra a un ser mito- Pero lo gótico del libro no se limita la hemofagia, una condición que pare- lógico con una finalidad claramente a este episodio: el mejor contenido ce introducida intencionalmente por comparativa: terrorífico se encuentra implícito más el autor como el sinónimo científico bien en la devoción y fanatismo de los del vampirismo: médicamente existen La madre Patrocinio gira, se lanza hombres de la selva, soliviantados por algunas enfermedades —y estados por la pendiente y se esfuma, el un líder espiritual llamado Francisco. alterados— que generan personas con Pesado adelanta el fusil y el del Este profeta de la zona —de alguna algunas características propias de los tatuaje retrocede. Con qué odio forma una versión iniciática de lo que vampiros. Lo mismo ocurre con un miraba, sargento, parecía rencoroso, más adelante será Antonio el Conseje- infante crucificado en la zona, el niño puta de tu madre, y orgulloso: así ro— incita a los feligreses a demostrar mártir de Moronacocha, o de la visi- debían ser los ojos del chulla-chaqui, su piedad, haciéndose crucificar. tadora Olga Arellano, clavada en una sargento. (1967, p. 134) lupuna (árbol amazónico alto y durade- —Qué graciosa esta noticia en ro). De ese modo, las supersticiones y El mitólogo Mircea Eliade, dice, al res- El Comercio —hace una mueca fanatismos de la gente, amalgamados, pecto, que el hombre moderno rechaza Pochita—. En Leticia un tipo se terminan convertidos en la novela en la trascendencia, pues trata de hacerse crucificó para anunciar el fin del una sustancia imprecisa que lo mismo a sí mismo, y esto solo lo ve posible mundo. Lo metieron al manicomio tiene de ironía como de terror. Este es en la medida en que se libere, desmi- pero la gente lo sacó a la fuerza el caso en que lo místico se convierte metice, de la superstición (lo sagrado). porque creen que es santo. ¿Leti- en materia de miedo para recalar en un Para él, la evolución humana está cia es la parte colombiana de la terror divino. No olvidemos que terror enfocada a la superstición, y la actitud selva, no? (1975, p. 101) y religión han estado siempre ligados, no trascendental del hombre moderno puesto que esta se ha encargado de responde a esto: es la búsqueda de Cicerón, en el año 70 a.C., hacía una implantar el horror y el miedo a la un punto de apoyo “en sí mismo en descripción de una crucifixión a la punición divina. el mundo” al que agarrase para subir que llamaba “acto cruel, terrorífico y hacia el estado divino (Eliade, 1985). supremo, propio de los esclavos”. Así, Decíamos que el miedo a lo desco- la crucifixión asoma en la novela como nocido, a lo extraño, es uno de los En 1975 salió publicada la novela un símbolo del terror. Víctimas de la miedos patrimoniales del hombre, y Pantaleón y las visitadoras, una crucifixión (ese método de suplicio precisamente de ello se sirve Vargas historia diferente de Vargas Llosa usado como ejecución de la pena Llosa en un pasaje de su siguiente pese a que de nuevo se ubica geo- capital, que Roma aplicaba a esclavos, novela, La tía Julia y el escribidor gráficamente en la selva peruana bandidos y prisioneros de guerra), (1977), donde un inexperto guardia, (en este caso, en la región Loreto, aparecen primero animales y luego Lituma (quien, en novelas anteriores y contigua a Colombia y Brasil), por la personas, entre las que destaca una posteriores, igualmente, vivirá hechos estructura y, sobre todo, las técnicas anciana que, con el avance de la nove- relacionados con lo estrambótico, narrativas utilizadas. En ella, se la, termina convertida en una santona lo extraño y hasta lo paranormal), se priorizan los diálogos y, en cuanto idolatrada por las gentes: encuentra con un extraño viajante que al tono, la sonrisa y la ironía, antes ha recalado en los puertos limeños y, ausentes en las obras del peruano, —Clavaron a la anciana Ignacia por momentos, ni siquiera parece en esta nueva novela, desarrollada Curdimbre Peláez en la placita de humano. En ese sentido, en la exuberancia de la selva amazó- Dos de Mayo siendo las doce de nica, nos encontramos otra vez con las la noche y estando presentes los Lituma se quedó estupefacto al supersticiones de la gente selvática, doscientos catorce habitantes de descubrir, bajo la mata de pelo así como algunas alusiones a mitos y la localidad [...]. A dos guardias apelmazado, esos ojos sobrecogi- leyendas aterradoras. Por ejemplo, la civiles que trataron de disuadir dos, esas cicatrices horribles, esa

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enorme jeta de la que sobresalía un tura mesiánica. Solamente con pensar un modelo específico; sin embargo, único, largo y afilado diente. Volvió en María Quadrado, la madre, joven se ha reconocido que las formas de a lanzar ese híbrido, incomprensible, penitente que carga una cruz por los fealdad pueden ser redimidas por una inhumano alarido, miró a un lado desiertos y se flagela y agrieta sus car- representación artística fiel y eficaz” y a otro, desasosegado, indócil, nes con coronas de espinas, tenemos (Eco, 2007). En ese sentido, Vargas nervioso, como un animal que busca a un poderoso personaje de visibles Llosa ancla su talento descriptivo de un camino para huir, y por fin, estú- rasgos conturbados, solo equiparable este tipo de imágenes: pidamente, eligió el que no debía, el con el Enano, integrante del circo del que bloqueaba el sargento con su gitano, y quien, tuberculoso, reducido O, tal vez, por su manera de andar, cuerpo. (1977, p. 87) a nada, espera que el Consejero obre animal sin duda alguna, apoyán- milagro sobre él, haciéndolo crecer. dose a la vez en los pies y en las En la misma novela, páginas más ade- Hay otros personajes claramente manos, aunque su figura, al andar, lante, asoma la descripción transversal góticos: Adelfo, el leproso con sus piernas cortitas y sus brazos de un monstruo humano, que es uno Simeón y Roberto el diablo, hijo del largos que se posaban en tierra de de los elementos más utilizados por el duque de Normandía, quien, después manera intermitente, era más la de terror carnavalesco, como preámbulo de cometer todas las tropelías huma- un simio que la de un predador. a uno de los personajes góticos más nas posibles, se arrepiente y sigue al (1981, p. 203) importantes del universo vargasllosia- santo a cuatro patas, ladrando, en vez no que asomará, recién, en la década de hablar. Pero la novela, un rico continente de de los 80. figurantes y situaciones tenebrosas, Sin embargo, quien se encumbra no solo está invadida de personajes Volvió a cogerme del brazo (Pedro como el personaje gótico mayor en la extraños, deformes; se asienta también Camacho, el escribidor) y mientras novela es, sin duda, Felício, apodado en escenas y circunstancias de claros me hacía caminar, dando encontro- León de Natuba, el escribiente. Hijo de matices góticos. Una de las primeras nazos a los paseantes, reanudó su Celestino Paedinas, se encuentra en la primera mitad de monólogo, indiferente a todo lo la novela, cuando el periodista miope que lo rodeaba, empezando por mí: Nació con las piernas muy cortas y la cabeza enorme, de modo que llega a Canudos, encontrándose con —No se le ha visto la cara, pero los vecinos de Natuba pensaron una de las secuencias de terror más cabe suponer que es algún mons- que sería mejor para él y para sus tremebundas del libro, perfectamente truo, ¿hijo bastardo de la dueña padres que el Buen Jesús se lo lle- enlazada con uno de los temas recu- de la pensión?, aquejado de taras, vara pronto ya que, de sobrevivir, rrentes de la literatura del miedo: el jorobas, enanismo, bicefalia, a quien sería tullido y tarado. (…) Todo fue empalamiento. doña Atanasia oculta de día para no en él rareza: que naciera deforme asustarnos y sólo de noche deja en una familia tan normal como Están recogiendo los fusiles, las salir a orearse. (1977, p. 123) la de los Pardinas, que pese a ser municiones, las bayonetas, pero un adefesio enclenque no muriera sus ojos no se engañan y desde el En la década de los ochenta Mario ni padeciera enfermedades, que en primer momento saben que, ade- Vargas Llosa, gozante ya de una fama vez de andar en dos pies como los más, esos grupos de yagunzos, mundial como escritor, aun cuando humanos lo hiciera a cuatro patas y aquí, allá, más allá, están también era todavía bastante joven, publica la que su cabeza creciera de tal manera decapitando a los cadáveres con monumental novela La guerra del fin que parecía milagro que su cuerpeci- sus machetes, con la aplicación del mundo (1981) en la que, como llo menudo pudiera sostenerla. Pero con que se decapita a los bueyes apartado de su novelística anterior, lo que dio pie para que los vecinos y a los chivos, y echando las cabezas encontramos un universo nuevo, de Natuba comenzaran a murmurar en costales o ensartándolas en picas distinto, exógeno incluso a su país que no había sido engendrado por y en las mismas bayonetas que esos literario (el Perú), que cuenta la tur- el amansador de potros sino por muertos trajeron para ensartarlos o badora historia de una guerra civil en el Diablo, fue a que aprendiera a llevándoselas cogidas de los pelos, los sertones de Bahía (Brasil), atizada leer y a escribir sin que nadie se lo en tanto que otros prenden fogatas por el fundamentalismo de un líder enseñara. (1981, p. 102) donde comienzan a chisporrotear, carismático (Antonio el Consejero) que a chasquear, a retorcerse, a estallar, encuentra tierra fértil en la docilidad Otra característica que delimita los a chamuscarse, los cadáveres des- de unos campesinos que lo secundan márgenes de la literatura gótica es la cabezados. (1981, p. 257) hasta la muerte. La novela, toda ella, es descripción aberrante, es decir el rego- un fresco gótico cargado de historias deo de hacer retratos grotescos que Como se sabe, el empalamiento, una apocalípticas, de plagas y hecatombes, se oponen a los cánones de la belleza de las formas más temibles del supli- lleno de escenas espeluznantes y humana. Como sabemos, lo aberrante cio humano, aparece en muchos de personajes contrahechos (física o es aquello que se aparta de lo que se los relatos y las novelas del goticismo psíquicamente) que dan vida a uno de considera normal o natural. “Lo bello victoriano. Se trata de un método de los retablos más retorcidos de la litera- y lo feo están definidos en relación a tortura y ejecución mediante el atrave-

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samiento de una estaca por el cuerpo poráneo alguno haya podido recrear, el palo del centro de la choza y des- de la víctima. Se sabe que asirios y sumario de todos los elementos aparecer en el techo, por el mismo babilonios utilizaban ya este método y góticos de la literatura universal: velas lugar por donde el diablo se lleva a que de estas tierras se expandió a Medio encendidas, moribundos, ambiente las almas. Al poco rato, volvió. Tenía Oriente, donde los moriscos y otomanos cerrado, tensión, angustia, opresión. su mismo cuerpo, pero ya no era él, lo adoptaron como suyos. En Inglaterra Se trata de una de los episodios últi- sino un saankarite. (1987, p. 123) se usó el método en el siglo XVII para mos de la novela, cuando el Beatito condenar a las madres infanticidas. En la (Antonio) decide comulgar con las Lituma en los Andes (1993), premio novela de Vargas Llosa, este elemento deyecciones del agonizante líder espi- Planeta, y uno de los títulos que más cobra especial preponderancia cuando ritual y, de ese modo, cimenta uno de traducciones ha merecido del autor, la guerra asume la imagen de lo gro- los episodios más memorables de la es una novela que, al igual que la de tesco y el terror. narrativa gótica hispanoamericana: la guerra de Canudos, escapa a la geografía habitual de las historias La decapitación, por su lado, es otra Lo intuyó en el acto, desde el de Vargas Llosa, pues ocurre no de las formas de ajusticiamiento más primer momento. Había algo mis- en la costa ni en la selva peruanas, utilizadas en la literatura gótica. Tan terioso y sagrado en esos cuescos sino en unas de las más inhóspitas antiguo como el empalamiento, este súbitos, tamizados, prolongados, serranías andinas (Huancavelica). tipo de ejecución (mediante hacha, en esas acometidas que parecían El argumento, cargado de idolatrías espada o guillotina), abunda en la no terminar nunca, acompañadas y excesos, exhibe largas escenas literatura del horror. “Puesto que la siempre de la emisión de esa agua- en las que aparecen los “muertos, muerte por decapitación es mucho dija. Lo adivinó: “Son óbolos, no el miedo y los fantasmas de estas más terrible si la realiza una mano excremento”. Entendió clarísimo serranías”, tal como lo señala uno de torpe, hemos de creer a las crónicas que el Padre, o el Divino Espíritu los personajes del libro (d’Harcourt). cuando aseguran que en ocasiones se Santo, o el Buen Jesús, o la Señora, En él, el autor vuelve a filosofar sobre ha puesto la espada o el hacha en las o el propio Consejero querían some- el poder social de las supersticiones, manos más inhábiles o más débiles al terlos a una prueba. Con dichosa puesto que en el lugar donde se objeto de hacer más penosa la muerte inspiración se adelantó, estiró la sitúa la novela, el pueblo de Naccos, de aquellos a los que se condena” mano entre las beatas, mojó sus todo parece moverse por la potestad, (Sueiro, 1974). Con ambos métodos, dedos en la aguadija y se los lle- las creencias más arraigadas y las empalamiento y decapitación, Vargas vó a la boca, salmodiando: “¿Es cábalas andinas. De ese modo, Llosa edifica la concomitancia del así como quieres que comulgue tu por las páginas del libro transitan horror en la siguiente escena: siervo, Padre? ¿No es esto para mi nominalmente seres de este y otros rocío?”. Todas las beatas del Coro mundos, como brujos, ensalmadoras, Y cuando, en la bajada hacia el Sagrado comulgaron también, ‘pishtacos’, ‘mukis’, ‘amarus’, diablos, mar de techos y escombros que como él. (1981, pp. 646-647) espíritus malignos, despenadores, es Canudos, ve a ambas orillas de rabdomantes, magos negros y blan- la trocha, alineadas, mirándose, La crítica ha señalado que las novelas cos, “esos cuentos tan hechiceros que acribilladas por insectos, las cabe- de Vargas Llosa ambientadas en la les cuenta a los peones” (p. 245). zas de los soldados, tampoco su costa y en la selva tienen una mejor corazón se enloquece ni regresan disposición formativa, poseen más Era una bola que corría él mismo. su miedo, su fantasía. Ni siquiera riqueza antropológica y están menos Ahí donde está usted, yo lo oí mil cuando una figura absurda, uno de cargadas de prejuicios contra una veces gritando como un verraco: esos espantapájaros que se plan- cultura nativa, tal como ocurre en su “Soy pishtaco y qué. Terminaré tan en los sembríos, les obstruye única novela ambientada en la sierra rebanándoles el sebo y chupán- el camino y reconoce, en la forma peruana. Esa afirmación probable- doles la sangre a todos... Estaría desnuda, adiposa, empalada en mente se acerque a la verdad cuando mareadito, pero ya se sabe que una rama seca, el cuerpo y la cara revisamos El hablador (1987), historia los borrachos dicen la verdad. Lo del Coronel Tamarindo, se inmuta. basada en la espléndida y deliciosa oyó toda la cantina. A propósito, Pero un momento después se para mitología machiguenga, donde, una ¿en Pitara hay pishtacos, señor en seco y, con la serenidad que ha vez más, brillan páginas y páginas de cabo?”. (1993, p. 65) alcanzado, se pone a escudriñar la mejor literatura del miedo. Aquí, no una de las cabezas auroleadas obstante, la simbología atávica del hom- Sí, ahí deben estar todavía, en por enjambres de moscas. No bre de la selva se emparenta mucho más ese laberinto, si no se los comió hay duda alguna: es la cabeza de con la espiritualidad que con el terror el muki. ¿Sabe quién es, no? El Moreira César. (1981, p. 257) carnavalesco de los otros libros. diablito de las minas, el vengador de los cerros explotados por la Ahora bien, como corolario, en esta Él seguía agitando su manojo de de los humanos. Mata misma voluminosa novela nos encon- hojas y cantando. No entendían sólo a los mineros. Es mejor que tramos con una de las escenas más lo que decía. Por fin, ya vuelto no le diga más, señor cabo. En espeluznantes que escritor contem- espíritu, vieron su sombra escalar el momento que usted sepa, es

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hombre muerto. No duraría ni una descubierta al final de la novela, en una consiguieron apagar las llamas hora. (1993, p. 93) eficaz y vigorosa anagnórisis que nos revolcándose sobre la tierra pero enfrenta a lo más primitivo del hombre. quedaron con terribles quemadu- Junto con estos factores, en el libro Ahora bien, Sir Roger Casement, el ras. (2010, p. 157) también encontramos situaciones diplomático belga que denunció las extranormales, como violencias atrocidades cometidas por los cau- Aquí el fuego adopta el símbolo del inusitadas, misterios, ocultaciones, cheros del Putumayo, se convierte en castigo, del escarmiento, y, tal como lo es decir “el mundo viniéndose abajo, 2010 en el depositario de los nuevos supuso la Iglesia católica medieval, de ajusticiamientos y desapariciones” galanteos góticos de Vargas Llosa. En la limpieza de la herejía. La quema de (1993, p. 245). Si en las novelas ante- los primeros capítulos de la novela El humanos fue durante muchos siglos riores destacan la crucifixión, el empa- sueño del celta (2010) describe, por uno de los métodos más populares de lamiento y la decapitación, en esta el ejemplo, la sensación de vacío y temor ejecución. En Europa solo fue conside- elemento gótico más presente es el que al niño Casement le causa la gigan- rada una barbarie a partir del siglo xviii, sacrificio humano. Como sabemos, tesca residencia donde vive: “siempre pero los europeos, con la Inquisición a a lo largo de la humanidad, los sacri- se sintió algo extranjero en esa la cabeza, no fueron los únicos que ficios humanos han estado presentes imponente mansión de piedras grises, aplicaban este cruel tormento; otras en muchas culturas, formando parte de tres pisos, altos cielorrasos, muros culturas, como la otomana y la bizanti- oficial de algunos cultos religiosos cubiertos de hiedra, techos de falso na, también seguían la práctica. Según (maya o azteca), mientras que, en la gótico y cortinajes que parecían ocultar el Talmud judío, la “purificación” se actualidad, se realizan embozados fantasmas. Las vastas habitaciones, realizaba inicialmente vertiendo plomo en algunas actividades clandestinas los largos pasillos y las escaleras con fundido en la garganta del ejecutado. casi siempre relacionadas con el lado gastados pasamanos de madera y Luego apareció la quema en la hogue- oscuro del hombre. En la novela de escalones que gruñían aumentaban su ra. Aparte de las ejecuciones de índole Vargas Llosa, en efecto, ocurre esto: soledad” (2010, p. 21). Esta novela se religiosa, cuentan también las más posibles muertes rituales en ofrendas gesta en otro elemento de lo gótico: recientes, que convocan el horror de la a instancias espirituales superiores: la tortura. Analiza este punto Reynald humanidad. Esta práctica normalmente Ottenhof: “Pienso que la tortura debe se utilizaba para hostigar el judaísmo, —Los espíritus de las montañas caracterizarse más por la finalidad del la herejía, el sacrilegio, la brujería y el —le aclaró Lituma—. Los amarus, acto que por los medios empleados o “crimen nefando”, es decir, la homose- los mukis, los dioses, los diablos, sus resultados (homicidio, asesinato, xualidad. Julio César contaba que los como se llamen. Esos que están violencias físicas o morales, detención prisioneros de guerra eran arrojados al metidos dentro de los cerros y pro- arbitraria). A la definición del acto, a fuego y llamados “hombres de paja”. Los vocan las desgracias. ¿Los sacrifica- su incriminación, debe ligarse una bizantinos castigaban con la hoguera a ron para que no cayera el huayco? idea particular de censura social que los que profesaban el zoroastrismo. A ¿Para que no vinieran los terrucos haga perder al acto criminal su penosa partir de 1184, la Inquisición católica a matar a nadie ni a llevarse a la banalidad, para conferir a la represión oficializa en Europa este castigo para gente? ¿Para que los pishtacos no particular entre el acto y la persona del los culpables de herejía. Una vez más, secaran a ningún peón? ¿Fue por torturador” (Ottenhof, 1955). Vargas Llosa utiliza otra dolorosa eso? (1993, p. 81) forma de tormento como elemento Así, son las torturas humanas ejercidas de lo gótico: el fuego sobre las carnes Sin embargo, la tesis principal de la sobre los indios del Putumayo (redu- consideradas objeto de pecado. No novela pretende demostrar que la cidos a esclavos y obreros forzados) olvidemos que, además, el fuego realidad se sienta sobre una realidad las que remarcan mejor los intereses siempre ha estado vinculado con lo aterradora: a través de la historia, en góticos de Vargas Llosa en esta novela. infernal y lo demoniaco. los Andes peruanos se han preservado Descuella, grotesca y dramática, la soterradamente crueldades sociales incineración de gente viva: En sus últimas novelas, Vargas como son los enterramientos pre- Llosa ha continuado con su labor de maturos, los sacrificios humanos y Macedo y Loaysa decidieron dar traspuntador gótico, tal como ocurre hasta la antropofagia. Es sabido que una buena lección a los salvajes. en El héroe discreto (2013), donde, este es uno de los supuestos vicios Indicando a sus capataces —los incluso, lo hace con mayor precisión y humanos más deplorables, puesto que negros de Barbados— que tuvie- maestría, casi mostrando el propósito acerca al hombre al salvajismo y a la ran a raya al resto de los ocaimas de causar miedo, a diferencia de su precariedad de la humanidad, y que con sus máuseres, ordenaron a los trabajo anterior. Aunque el personaje en la concepción occidental encarna lo “muchachos” que envolvieran a los del despenador había sido tratado ya más primitivo del hombre. Religiones veinticinco en costales empapados por él mismo en su novela ambientada modernas (como el judaísmo y el de petróleo. en la sierra, es en esta nueva aventura cristianismo) condenan en sus libros de Lituma, ahora otra vez en Piura, sagrados esta práctica. Esta tesis, que Entonces, les prendieron fuego. que aparece la escena más gótica de es manejada como un estupendo dato Dando alaridos, convertidos en la novelística del autor. Se trata de escondido en toda la historia, se ve antorchas humanas, algunos un despenador, en este caso de una

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despenadora, que todavía aterra a los técnica: coloca al enfermo, estertoroso Crucifixión, empalamiento, decapi- habitantes de la Piura contemporánea. y sufriente, bocabajo, y seguidamente tación, incineración y tortura son, en Como es sabido, el despenador (o coloca su rodilla sobre la espalda, conclusión, los ejes temáticos sobre quitapenas) es un personaje mítico toma el mentón con una mano y los los que giran las propensiones góticas muy antiguo, perteneciente a casi todo pies con la otra, y procede a incurvar el de Mario Vargas Llosa; intereses, al el territorio peruano que encarna la cuerpo de la víctima hasta romperle la fin y al cabo, encubiertos que recon- práctica clandestina de la eutanasia. Se columna vertebral. figuran su obra en el llamado terror trataba de un siniestro personaje que literario intermitente, es decir, aquel tenía como oscura comisión acabar Ricardo Palma, el tradicionista, afirma que apenas subyace entre las líneas de con el padecimiento de los agonizan- en una de sus tradiciones que el último su monumental obra narrativa. tes. El imaginario social tiene a este despenador murió en Huacho a inicios ser pesadillesco como un habitante del siglo xix. Vargas Llosa, sin embar- Con todo lo dicho, queda demostrado de cuevas o montañas cercanas a los go, cree que este oscuro ser se movía que el escritor peruano, aparte de pueblos que no tiene contacto con todavía por los pueblos peruanos haberse preocupado por entregar a nadie, salvo con los curanderos loca- hasta hace poco: sus lectores novelas descomunales, les, quienes fungían de intermediarios. insaciables, que contuvieran todas las Una vez hecho el trato, ingresaba al Felícito se sorprendió al oír contar emociones sociales y humanas, no ha domicilio a la medianoche y, cuando a Adelaida que el pasado reciente descuidado de brindarles, aunque sea tenía a su víctima cerca, comenzaba había incluso en Piura unas muje- entre líneas, fragmentos de uno de a cantar una patética canción en res tenebrosas, las despenadoras, los géneros más consumidos y popu- quechua. Luego se sentaba sobre a las que ciertas familias llamaban lares: el gótico. Parece, con ello, que el pecho de la víctima y le introducía a las casas para que ayudaran a piensa exactamente igual a Eleonor una garra por la nuca, atravesándole morir a los agonizantes, algo que Roosevelt cuando dice que nosotros, el cerebelo. En otros países de Sud- ellas hacían entre rezos, cortándo- los hombres, ganamos fuerza, valor américa, como Chile y Argentina, el les la yugular con una larguísima y confianza con cada experiencia en la despenador también existe como un uña que se dejaban crecer en el cual miramos al miedo a la cara y establecimiento de la costumbre rural, dedo índice para ese propósito. esperamos con ansia enfrentarnos al solo que en estos lugares utiliza otra (2010, p. 363) próximo que venga.

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