Como Me Lo Contaron Se Los Cuento Leyendas De Guanajuato
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COMO ME LO CONTARON SE LOS CUENTO LEYENDAS DE GUANAJUATO Gabriel Medrano de Luna UNIVERSIDAD DE GUANAJUATO Luis Felipe Guerrero Agripino Rector General Héctor Efraín Rodríguez de la Rosa Secretario General Dr. Raúl Arias Lovillo Secretario Académico Mtro. Jorge Alberto Romero Hidalgo Secretario de Gestión y Desarrollo Primera reedición 2017 D. R. © Gabriel Medrano de Luna D. R. © 2017 Universidad de Guanajuato Lascuráin de Retana 5 Guanajuato, Gto., 36000 México Agradecemos a la Secretaría de Turismo del Estado de Guanajuato el apoyo brindado Portada: Francisco Javier Venegas Luna “ORSA” (2017) Guanajuato en miniatura. El Callejón del Beso Artesanía en barro Formación y cuidado de la edición: Miguel Aguilar Carrillo ISBN: 978-607-441-460-8 Prohibida su reproducción total o parcial por cualquier medio de impresión o digital, en forma idéntica, extractada o modificada, en castellano o en cualquier otro idioma, sin autor- ización expresa del autor o de la editorial. Impreso en México / Printed in Mexico Para Gabo y Carlos… y quienes continúan creyendo en las leyendas. Al Sol y a la Luna, por sugestionar las leyendas. A nuestros abuelos, por seguir contando leyendas. Prólogo - Los relatos a los que el lector podrá asomarse en estas páginas tienen algo de fotografías viejas, o de flores secas, o de adioses a formas de pensar, de creer y de ser que ya no volverán, o que volverán meta- morfoseadas en materias diferentes de las que fueron. Guanajuato, con sus piedras labradas y sin labrar, con sus subsuelos y sus alturas mitológicos, parece eterno. Pero las personas y la savia cultural que recorren cada día sus calles y sus túneles no son nunca las que fueron en el día anterior; y en cada rincón y en cada minuto que pasa está acechando el olvido. Algunos de los guanajuatenses que lean estos relatos recordarán haberlos escuchado en sus casas cuando niños, y caerán en la cuenta de que aquello que entonces les pareció magia se les vuelve ahora nostalgia. Para otros guanajuatenses, los más jóvenes probable- mente, muchos de estos relatos serán novedad y descubrimiento de memorias que no sabían que eran las suyas, y de paisajes que para ellos significaban otras cosas; y para quienes no sean nativos de la ciudad, les servirán de ventanas con vistas inmejorables a la historia y la identidad entrañables de una de las ciudades más hermosas y singulares, y con una tradición oral más rica y deslumbrante, de las que hay en México y en América. Lo más llamativo de este libro no es la cantidad enorme de leyendas que atesora; es la cantidad enorme de leyendas que habrán quedado —porque su capacidad no es infinita— fuera de él, y que deberían ser capturadas en las continuaciones que ojalá vayan llegando; y, además, el caudal colosal de leyendas que no podrá ser nunca ya — 9 — recuperado, porque el olvido, que es el enemigo peor que tiene la voz, en especial la voz hecha de aire del pueblo, hizo por el camino su labor de destrucción. El Crimen de Tanganitos, La Cuesta del Tecolote, El Padre Belaun- zarán, Una noche con la muerte, El diablo en los ejercicios, El Señor del Buen Viaje, El Gran Teatro Juárez, Callejón de pajaritos, son algunos de los sucesos, lugares y personas cuyas moles de piedra o cuyos fantasmas sutiles han hallado abrigo en estas páginas. Los propios títulos son de por sí versos octosílabos: ¿qué mejor indicio de la entraña oral de la que han salido todos, aunque haya acabado de llegar el tiempo de verlos puestos por escrito? Tras cada título, un misterio; tras cada misterio, un miedo a los acci- dentes del destino y un dolor que avisa no solo de la muerte, sino de lo que parece que nos interpela desde el más allá; tras cada misterio y cada dolor, un modo de compartir emociones, sin saberlo, con el resto de la humanidad. Porque se da la circunstancia de que muchos de estos relatos, que a algunos les parecerán crónicas verdaderas y a otros ficciones desmesuradas, son avatares de otros relatos que son contados, entre susurros o puestos en moldes de la imprenta, en ciu- dades, incluso en países y continentes distintos. Tantas veces lo que parece que es más local resulta que es lo más universal. Gabriel Medrano de Luna, el recuperador más cabal y constante de las tradiciones orales de Guanajuato y su entorno, nos regala en estas páginas un ramo exquisitamente escogido y cuidado de esas quimeras extrañas hechas de historia y fantasía que ocupan páginas escasas cuando son puestas y leídas sobre el papel, pero que han tar- dado siglos en ser amasadas por las voces encadenadas de muchas generaciones de guanajuatenses. Su libro llega en un momento crítico y se coloca sobre un espacio de frontera: muchas de estas leyendas habitan todavía en la voz, pero son atraídas cada día más hacia el imán de la letra impresa. De sus páginas saldrán, seguramente, cuando cualquiera de ellas sea evocada por sus lectores ante personas que están por llegar y ante auditorios que aún habrán de reunirse, nuevas versiones orales; las — 10 — cuales quedarán atrapadas, como si las moviera un conjuro pronun- ciado por Dante o por Borges, en el círculo sin principio ni final de la tradición, que algún día les llevará quizás a ser atrapadas en libros futuros. En algún punto de ese círculo de fantasmas y de promesas de palabras nos situamos también nosotros, cuando, convencidos por la ilusión de que las estamos escuchando, leemos en realidad estas historias. José Manuel Pedrosa Universidad de Alcalá, España — 11 — Agradecimientos La realización de este libro es resultado de múltiples apoyos, tanto insti- tucionales como personales; son diversas las deudas de gratitud desde que se fraguó esta investigación, por ello hago público mi agradecimiento a la Secretaría de Turismo del Estado de Guanajuato, particularmente a los licenciados Jorge Luis Cabrejos Samamé y Eduardo Aburto Garduño, por el apoyo brindado. Asimismo, al Sistema de Radio, Televisión e Hip- ermedia de la Universidad de Guanajuato (SIRTH), por crear diversas cápsulas de divulgación de las leyendas guanajuatenses contenidas en este texto. Mi agradecimiento al doctor Ricardo García Muñoz y su equipo de trabajo por sumarse a este proyecto. Un agradecimiento especial a la Universidad de Guanajuato, entidad para la cual trabajo y me ha brindado el cobijo institucional, prueba de ello es el apoyo concedido a través de la Dirección de Apoyo a la Investigación y al Posgrado, al aceptar y sufragar la Cátedra Rubén M. Campos de estudios multidisciplinarios del folclor en la Convocatoria Institucional para Fortalecer la Excelencia Académica 2016. Expreso un agradecimiento especial al doctor José Manuel Pedrosa, por redactar el prólogo del libro, mayormente por sus aportaciones y enseñanzas de vida. Un reconocimiento a todas aquellas personas que generosamente me han brindado su amistad, asesoría y conocimiento, esencialmente a los doctores Herón Pérez Martínez, Virgilio Fernández del Real, Benjamín Valdivia y Pedro del Villar. Una gratitud muy especial a don Mariano González Leal por sus críticas y aportaciones al texto, por la confianza depositada al compartir parte de la obra de su tío Manuel Leal, por consentir incluir en esta antología un texto inédito titulado “Travesura heredada”, que don Manuel le es- — 13 — cribió “de cuelga” en un día de su santo. Este trabajo no hubiera sido posible sin el apoyo de los estudiantes que de alguna u otra manera se han incorporado al proyecto en las clases y seminarios impartidos tanto en la División de Ciencias Sociales y Humanidades como la División de Arquitectura, Arte y Diseño, Campus Guanajuato de la Universidad de Guanajuato. Gracias de igual manera a aquellos educandos que han participado en el proyecto mediante servicio social, estancias y veranos de investigación, tanto a nivel estatal como nacional, aunque sus nombres no aparezcan aquí ellos saben quiénes son. Mi correspondencia con todas aquellas personas que contribuyeron a mi investigación, contando alguna historia u ofreciendo críticas y sugeren- cias constructivas. También a los adultos mayores por seguir trasmitiendo historias y cautivar en los niños el interés por escucharlas. Manifiesto mi cariño y reconocimiento a mis abuelas, Isaura y Rosaura, porque desde pequeño despertaron en mí, el interés y pasión por las narraciones popu- lares; de igual manera a mi familia, son ellos quienes siempre me impul- san a seguir estudiando nuestras tradiciones. Finalmente, reconozco a Lety y nuestros críos Gabriel y Carlos, con el deseo que al crecer preserven y trasmitan las historias y leyendas, no sólo las expuestas en este libro, sino también las que escuchen de los abuelos. Gabriel Medrano de Luna Guanajuato, Gto., en mi espacio Garambullo Enero de 2017 — 14 — como caballos; especies y alimentos; también nos trajeron sus historias; y más aún, del mismo modo ellos heredaron numerosas leyendas que los árabes llevaron cuando los conquistaron y no descartemos que muchas de esas historias ya arraigadas al contexto español son de las que trajeron al Nuevo Mundo, por ello en México contamos con una gran riqueza en cuanto a tradiciones textuales se refiere. ¿Cuándo y dónde surge el interés por el estudio de las tradiciones po- pulares?, ¿cómo llegaron a México?, ¿qué son las leyendas?, ¿cómo clasifi- carlas?, ¿el porqué de su riqueza? Para dar respuesta, iniciemos señalando que el estudio de las tradi- ciones populares emergió propiamente con el movimiento romántico en Alemania a finales del siglo XVIII y sobre todo en los inicios del siglo XIX, aunque años atrás había gente que se interesaba en la recolección de testimonios y materiales relacionados a las costumbres populares, fiestas e historia local que fue el antecedente más importante para el estudio del folclor y la cultura popular.