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ATLAS HISTÓRICO DE LA CIUDAD DE (1850-1939)

las zonas industriales del sur, en condicio­ LA CIUDAD DE LA RESTAURACIÓN nes miserables y con altos íi1dices de mor­ (1875-1900) talidad.

DESARROLLO DEL ENSANCHE

A pesar del inicial desarrollo de los núcle­ on la restauración borbónica llega. la estación de Delicias (1880) siguieron os de periferia, el crecimiento de Madrid un período de cierta calma social y las nuevas del Norte (1888) y de se cifra en este período en la construcción epolítica; el ambiente de seguridad (1892)-; las infraestructuras viarias como del ensanche; su materialización, inicial­ económica y el asentamiento de la bur­ el flamante viaducto sobre la calle de mente lenta, fue acelerada por determina­ guesía posibilitan un notable impulso en Segovia (1872-1883); los nuevos edificios dos impulsos (entre ellos, las leyes de 22 la construcción de la ciudad, tanto en el para el ocio -teatros, circos y la nueva de diciembre de 1876 y de 26 de julio de desarrollo del ensanche, e incipientes plaza de toros (1874)-; edificios dotacio­ 1892). Los sectores de más rápida confor­ núcleos exteriores al mismo, como en sig­ nales y singulares, como la nueva Cárcel mación fueron los barrios de Chamberí y nificativas transformaciones del recinto Modelo (1877-1883) en los terrenos de la los sectores ex novo -no incluidos en el histórico; la población de Madrid llega así, Moncloa; las modernas estructuras -arti­ original proyecto de Castro- de Alfonso a finales de siglo, a los 540000 habitantes culando el hierro con el cristal- de los XII y Príncipe Pío (Argüelles). (cifra que duplica la que se alcanzaba en pabellones de las múltiples exposiciones el del XIX) . que se celebran ... El barrio de , el que más claramente define el inicial proyecto de El último cuarto de siglo fue diligente Los adelantos en las instalaciones de Castro, fue de construcción pausada: en emprender grandes obras arquitectó­ distinto tipo hacen que la ciudad empie­ desde 1863, en que se levantan las prime­ nicas que caracterizaron buena parte de ce a reconocerse en una nueva imagen ras casas del frente de Serrano, hasta prác­ la renovada y 1nonumentalizada morfo­ de modernidad y progreso. En 1878 apa­ ticamente los tiempos de la II República. logía de Madrid. Es el momento en que reció el alumbrado eléctrico en la ciu­ Su urbanización fue creciendo triangular­ se desarrollan nuevas tipologías urbanas dad, inaugurándose -con ocasión de la mente, tomando por guía dos ejes concu­ ligadas a modernos procedimientos técni­ primera boda de Alfonso XII- en la Puer­ rrentes en la nueva plaza de la Indepen­ cos; destaca, en particular, la introduc­ ta del y sustituyendo progresivamen­ dencia: el eje inicial de la calle de Serrano ción de la construcción metálica a gran te -tras el fuerte impulso de la alcaldía (en paralelo a la primera línea de tranvía), escala: los grandes mercados cubiertos del Marqués de Urquijo (1883)- el alum­ y el de la calle de Alcalá. con espléndidas estructuras de hierro -el brado de las farolas de gas en las princi­ de los Mostenses y el de la Cebada pales calles: Alcalá, Carrera de San Jeró­ Al comienzo de este período está cons­ (1875)-; las estaciones de ferrocarril de nimo, Paseo del Prado, Carretas, truida la edificación de la calle de Serrano imponentes marquesinas, verdaderas Montera ... En ese mismo año de 1878 se hasta Maldonado (donde se emplazaban puertas simbólicas de la nueva ciudad -a realizaron las primeras pruebas de tele­ las primeras cocheras del tranvía); al sur, fonía; y en 1889 se fundó la Compañía Madrileña de Electricidad. La red de tran­ vías se desarrolla con rápida multiplica­ ción de líneas y compañías adjudicata­ rias. La aparición de los primeros ascensores, rompiendo la tradicional Plano 26: Plano 25 estratificación de clases sociales por altu­ En este período se experimenta un significativo Al co menzar la etapa de la restauración alfonsina, ras de piso, propiciaría, por otro lado, aumento de la extensión de Madrid, correspondiente la ciudad -aunque ya germinada su futura una mayor zonificación de la ciudad. a una población que va a superar a final de siglo el evolución - mantiene aún un casco urbano apenas medio millón de habitantes. Este crecimiento se diferenciad o del Madrid hi stórico (co n los inicial es concreta fundamentalmente en la construcción del desarrollo s de Salamanca, Chamberí, Argüelles Todo ello conduce a que el Madrid de ensanche, pero también en la aparición de y Peñuelas) . la Restauración defina y explicite la pro­ importantes núcleos de la periferia -fuera de Pero a lo largo de las prin ci pal es ca rreteras ordenación- que, mediante los nuevos tendidos del (d e Francia, Aragón, , Andalucía .. .) funda separación de dos ciudades distin­ tranvía, se concentran flanqueando las principales van apareciendo núcleos de población que llegan a tas, fuertemente contrastadas: el Madrid de carreteras: y Tetuán, , los límites del término municipal (definido en su la burguesía, por un lado, triunfante en lo , , Porvenir .. . extremo este por el arroyo Abroñigal); de particular económico, con nuevas infraestructuras En cuanto al crecimiento planificado, se ocupan en atención -premonitoria del futuro crecimiento de la buena parte el barrio de Salamanca ciudad - es la carretera de Francia: partiendo del insospechadas hasta hacía muy poco, que (fu ndam entalmente el triángulo formado por Serrano, encuentro de las calles de Fuencarral y San Bernardo se miraba en el refinamiento de las gran­ Alcalá y ), Chamberí (que se aproxim a ya a en el ya bastante conformado barrio de Chamberí, des ciudades europeas y que levanta por Cuatro Caminos) , Argüelles, nuevo barrio del y, mu estra un importante desarrollo de edificación, con al sur, el de Santa María de la Cabeza. El Paseo de la los importantes núcleos de Cuatro Caminos y Tetúan. doquier enfáticos y lujosos edificios -como , ya desempeñando un papel vertebrador en En el radio de aproximadamente 1O kilómetros puede los que iban jalonando el nuevo eje de la la ciudad, no decide todavía el crecimiento norte: verse una corona de pueblos (Vallecas, Vicálvaro, Castellana-; y el Madrid proletario, por el termina en el nuevo Real Hipódromo, elemento que , Fuencarral, , Pozuelo, obstaculizará tal desarrollo . Algunas colonias -caso ... ) que, enseguida, adquirirán otro, hacinado en las cada vez más nume­ de - surgen fuera de la ordenación del protagoni smo . barriadas de la periferia, en torno a ensanche pero apoyadas en él.

72 i Manzana Término Plano 26: CRECIM IENTO URBANO Y REFORMAS INTERNAS, 1875-1900 ;::-:.::; IParques N .. ¡_ __ ; Jardines 1 _·;¡.. ,---~ A 1 ! _ _! Arbolado b t•J .t~-- ·1 '----F_1u_vi_a_1__ E s_ ca_1a ~1 :_3o_.o_o_o __.() 1.1 · r .r / ,,.~ ... ---,') ( f/ '·--./ /

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• CRECIMIENTO 15 Monasterio Salesas Reales. 45 Mini ste ri o de Fomento. antig uos conventos de Sta. Bárbara, 16 Casa Salud Ntra. Sra. del Rosario. 46 Cuarteles de María Cristina. Santa Teresa y Salesas Reales . Nueva • INSTALACIONES. 17 Iglesia y Hospital del Buen Suceso. 49 Estación de Atocha. 30 Reorganización del antiguo Pósito. 1 Veló dromo de Chamartín. 18 Laboratorio Ingenieros Militares. 50 Real Fábrica de Tapices. 32 Apertu ra de la Plaza de la Armería. 2 Colegio y Noviciado Hermanos de la 23 Colegio Nuestra Señora de Loreto. 51 Estación . 34 Alineación de la Calle Sevilla. .~ ·· Doctrina Cristiana. 24 Estación tranvía de Circunvalación . 52 Estación de . 36 Urbanización del Barrio del Retiro_ 3 Estación de tranvías del Norte. 25 Estación tranvla del Este. 37 Apertura de la Calle Duque de 4 Asilo de noche del norte. 26 Asilo de Santa Susana. REFORMAS INTERNAS. Medinaceli y prolongación de la 5 Asilo Hermanitas de los pobres. 27 Escuela de Telégrafos del Estado. calle Cervantes. 6 Instituto Agrícola Alfonso XII. 28 Estación del Príncipe Pío. MANZANAS 43 Prolongación de la calle Bailén. 7 Asilo de Santa Cristina. 29 de Bibliotecas y Museos. 44 Reorganización del Campillo de Gil / ... Colonia del I' ¡J 8 Instituto Rubio. 31 Hospital de San Juan de Dios. ALINEACIONES - APERTURAS lmón. Porvenir 9 Hospita de Epidémico s. 33 Cripta Catedral de la Almudena. 47 Reorganización del Barranco de h' 1O 2 • depósito del Canal de Isabel 11. 35 Bolsa de Madrid. 19 Prolongación de las calles Acuerdo, . // 11 Colegio Nacional de Sordomudos 1 Sta. Cruz de Marcenado y Amaniel. 48 Reorganización de los terrenos del -· ¡1 y Ciegos. ~~ ~~l~~¡~ ~~ ~~i ;fa~uez . 20 Urbanización de los terrenos de Salitre. 1; 12 Palacio Exposición de Bellas Artes. 40 Hospital del Niño Jesús. Apelo y pozos de la nieve. 13 Asilo Ntra. Seño ra de las Mercedes. 41 Estación de Arganda. 21 Urbanización del antiguo Saladero. JARDÍN NUEVO ,¡/,/ 14 Cárcel Modelo. 42 Cía. Madrileña de Electricidad. 22 Urbanización del entorno de los ATLAS HISTÓRICO DE LA CIUDAD DE MADRID (1850-1939)

entre las calles de Villanueva y Hermosilla, de ocupación del suelo, como los grandes Lámina 27: Mercado de los Mostenses. El Ayuntamiento había emprendido, en los últimos están ya completándose las manzanas que edificios dotacionales y fundaciones bené­ días del período isabelino, un ambicioso programa de definen las calles de Claudio Coello y ficas, característicos de la arquitectura edificios para mercados que importaba las más Lagasca, particularmente el núcleo que se madrileña de la Restauración, que cercan recientes experiencias europeas, en concreto el extendía hacia los jardines de los Campos una manzana entera del ensanche plante­ ejemplo parisino de les Halles Centrales. De hecho encargó dos proyectos de mercados a destacados Elíseos (enseguida desmantelados) y los ando en su interior libres esquemas de arquitectos franceses, Hector Horeau y Émile Trélat, terrenos de la plaza de toros (sustituida por planta (de acuerdo a nuevos intereses fun­ para las plazas de la Cebada y Santa Bárbara, la nueva construcción de la entonces deno­ cionales e higienistas). Aparecen también, respectivamente; ninguno de éstos se llevó a cabo, pero sí dos construcciones que bebían directamente minada carretera de Aragón en 1874). A alterando la aparente monotonía, impor­ en las recién acabadas Halles de París: el mercado de finales de siglo la edificación no había pro­ tantes construcciones religiosas: citemos la la Cebada y el de los Mostenses, inaugurados ya con gresado mucho más allá, pudiéndose decir fundación benéfica Carlos de Amberes -la la restauración (en 1875) y hoy desaparecidos; ambos edificios, del arquitecto Manuel Calvo Pereira, que el único tejido consolidado era el com­ primera iglesia que se construyó en el introducían un nuevo concepto de servicios urbanos prendido en el cuadrante limitado hasta barrio de Salamanca (1877-1884)-, en la y, junto a su novedad tipológica y funcional, también Lista y Príncipe de Vergara; si bien Serrano calle de Claudio Coello; y civiles: la bifur­ una nueva imagen urbana apoyada en la estética de avanzara ya hasta María de Molina, y Alca­ cación que produce la carretera de Aragón las grandes estructuras de hierro. lá, prácticamente, hasta Manuel Becerra. con el paseo de cierre del Retiro -hoy O'Donnell-, fue aprovechada por Rodrí­ La construcción característica del guez Ayuso para levantar un edificio de barrio de Salamanca se basa en la manza­ gran valor urbano: las Escuelas Aguirre na cerrada ideada por Castro (aunque sin ( 1884-1887). el patio ajardinado originalmente previsto, y sólo realizado en las primeras edifica­ Las plazas inicialmente previstas en el ciones); pero también se dan otras formas proyecto de Castro fueron reducidas a una

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Fotografía 3: Colegio de las ursulinas. En la construcción del ensanche ocupan un lugar destacado -junto al propio tejido residencial - los grandes edificios dotacionales (colegios, asilos, hospitales ... ), ligados a instituciones benéficas al abrigo del resurgir religioso que vive el país con la restauración. Los barrios de Salamanca y Chamberí abundan en estas construcciones de característica tipología, que ocupan una manzana completa del ensanche, y que -mezcladamente con un explícito lenguaje neomedievalista- introducen un nuevo sentido funcional e higienista. El colegio de las Ursulinas (1889-1898), en la ca lle del Príncipe de Vergara, es muy significativo ejemplo de tales construcciones; su autor, Juan Bautista Lázaro, fue un o de los arquitectos que -directamente y a través de sus seguido res- contribuyó de una manera más decisiva a la creación de este tipo arquitectónico en el ensanch e.

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Lámina 28: Palacio de Uceda . en el centro del barrio, la del marqués de del siguiente- esta zona se mantuvo sin La remodelación del Paseo de , auspiciada Salamanca, donde se cortan dos principa­ edificar, a pareciendo a penas algunas mu chos años antes por Mesonero Romanos, estaba co nsoli dada al comienzo de la Restauración. les vías: las de Lista -hoy Ortega y Gasset­ construcciones en el frente de Alcalá. La A un o y otro lado de l paseo habían aparecido nuevos y la del Príncipe de Vergara (esta última, única realización remarcable en esta barri os: el de Barquillo , como reordenación de lo que continuaba hacia el norte la ronda zona fue la nueva Plaza de Toros (1874), exi stente, y el de Recoletos. La presencia inicial del palacio del marqués de Salamanca había servido de que limitaba el Retiro -hoy Menéndez obra de Rodríguez Ayuso (que llegaría a acicate para la confo rmación de esta zona como Pelayo- protagonizaría tras la Guerra Civil, es pacio de res idencia de las clases altas madrileñas, junto a la Castellana, el crecimiento norte poblándose de magníficos hoteles. Dos importantes de Madrid). con strucciones , la Casa de la Moneda y la Biblioteca Naciona l, iban a transformar definitivamente lo que hasta entonces había sido el po rti ll o de Recoletos y A diferencia de otros sectores del ensegui da iba a se r uno de las más importantes ensanche, el barrio de Salamanca, en su enclaves de Mad rid: la plaza de Colón . Aquí se levantó el palacio del duque de Uceda (1866 ), materialización real, se ajustó razonable­ Fotografía 4: Ministerio de Fomento. magnífi ca "arqu itectura de importación" que mente a la zonificación social establecida La constitución de la secuencia Prado-Recoletos­ inau gu raba un nuevo gusto -el hotel francés- por Castro, que lo había reservado para Caste llana como eje urbano de primera categoría qu e ca racterizaría entonces esta parte de Madrid . contó , durante el último cuarto del siglo XIX, con la las clases medias (así y todo quedaba aparición de representativas arquitecturas -ligadas, en registrado un significativo gradiente: mayor o menor grado , a un eclecticismo clasicista­ desde los lujosos edificios de la calle de que , jalonando esta vía, transfo rmaron y Velázquez, próximos al Retiro, hasta las monumentalizaron el espacio urbano. En muy breve tiempo -intensificándose las inauguraciones en la más populares de la zona de Torrijos -hoy última década del siglo- aparecieron, desde Atocha al Conde de Peñalver-). extremo no rte de la Castellana -desplazado en 1878 hasta el Real Hipódromo- arquitecturas tan énfáticas como el Ministerio de Fomento, junto a la nueva El barrio que Castro destinara a clase estación de Atocha , la Academia de la Lengua y la obrera, al sur de la calle de Alcalá, tras El nueva fachada del Casón del Buen Retiro , la sede de Retiro, sería de muy posterior construc­ la Bolsa y del Banco de España, la Biblioteca Nacional, el Palacio de Exposiciones y el Colegio de ción (y muy diferente condición social); Ciegos y Sordomudos, amén de un cúmulo de a lo largo de todo el siglo -y buena parte hoteles y palacetes.

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tener particular importancia en la defini­ mente a la basílica de Atocha-, que más Lámina 29: Basílica de Atocha (1890) . ción de la llamada arquitectura de ladri­ adelante sería una de las grandes vías de Extend iendo al su r la estructura urbana del eje Prado­ Reco letos destaca la operación realizada sob re llo madrileña); practicamente aislada de acceso a la ciudad. nuevos te rrenos ganados al Retiro edificación hasta el siglo XX, conllevó el -e l Olivar de Atocha-, en los que se abre el nuevo trazado de una amplia avenida (hoy de El sector de (hoy englo­ paseo de la Reina Cristina. Se había concebido para ese lugar lo que hubiera pod ido llegar a se r una de Felipe II), de 50 metros de ancho, que bado en lo que conocemos como Argüe­ los mejo res ám bitos monumentales de Mad rid: la conectaba directamente el coso con la lles) no siguió la zonificación originalmen­ nu eva Basíli ca de Atoc ha; hab ía ésta de sustitu ir a la calle de Alcalá. te establecida por Castro; previsto en primitiva bas íl ica -que tan significado pape l había tenid o en la histo ri a y aun en la traza de Madrid - po r buena medida para instalaciones militares un im po rtante co njunto religioso y fu ne rari o, que En los terrenos del parque que había (como extensión de los equipamientos que debía se rvir tanto de iglesia de Co rte co mo de previsto Castro -tras el Retiro y hasta el se iban agregando en torno al cuartel de Panteó n Nacional. Convocado un conc urso de límite del ensanche- y que no se llegó a Conde Duque), terminó siendo un barrio proyectos , res ultó ganado ra la pro puesta del arquitecto Fern an do Arbós; de ese proyecto só lo se realizar, surgieron en este período dos residencial para clases medias eel barrio ll egó a co nstru ir el Panteón y el exe nto campanile. solas construcciones, de relevancia para la obrero de Pozas, en el extremo oeste de la ciudad: el asilo-hospital infantil del Niño antigua ronda, era muy anterior). Su des­ Jesús (1885), obra del arquitecto Jareño arrollo fue mucho más lento que el de (que construía entonces la Biblioteca Salamanca, debido a la existencia de Nacional); y, junto a éste, la Estación de cementerios; pero con los vigorosos creci­ Arganda, para una nueva línea de ferroca­ mientos de Chamberí, por un lado, y el rril de vía estrecha (1893). Más al sur, en que provenía de la parcelación de Príncipe partir de ese momento, rondando ya el fin la zona que había previsto Castro para el Pío, por el otro, la trama del ensanche fue de siglo, es cuando el barrio de Valleher­ hipódromo, hasta lindar con la carretera rodeando progresivamente estos estableci­ moso comienza su tan tardía urbanización. de Valencia, surgiría otro sector de ensan­ mientos: en 1884, año en que se inauguró che: el barrio de Pacífico; conectaba éste el Cementerio de Epidemias, se declararon La barriada de Peñuelas -como el con los terrenos segregados del Retiro -el fuera de utilización, no permitiéndose más caso de Chamberí- ya se estaba confor­ Olivar de Atocha-, mediante la nueva ave­ enterramientos (aunque aún exigirían cier­ mando, apoyándose en las grandes ave­ nida de Reina Cristina -trazada tangencial- tos años hasta su desmantelamiento). A nidas suburbanas dieciochescas, cuando

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Lámina 30: Proyecto de Necrópolis del Este (1878). En la última mitad del XIX abundaron los nuevos establecimientos de camposantos y sacramentales en las afueras de la ciudad, pero el acelerado incremento de población de las últimas décadas del siglo urgía la construcción de un gran cementerio municipal. En 1877 el Ayuntamiento convocó el concurso para la co nstrucción de una magna necrópolis al este de la ciudad, en los terrenos de La Elipa, junto a la carretera de Vicálvaro; ganado por los arquitectos Fernando Arbós y Jo sé Urioste, con sistía en un monumental trazado concéntrico, ajustado a la topografía de una , como un simbólico «túmulo que en vez de ser erigido para un solo hombre» lo fuera colectivo de la ciudad . La dilatada construcción del vasto conjunto alcanzaría el siglo XX, siendo el arquitecto municipal García Nava quien -s iguiendo la ordenación original pero tran sformando sustancialmente la forma- lo acabaría finalmente (1925).

Castro redacta su Plan. Éste había previs­ En la parte sur, más allá del Manzana - los ayuntamientos la creación y conserva­ to para esta zona, próxima al río, un uso res, en torno al camino de Carabanchel, se ción de los cementerios); idea que, pro­ rural y de huertas; pero su desarrollo real habían fundado las sacramentales -hoy puesta en 1876 con el Ayuntamiento pre­ se vio determinado por la implantación todavía existentes- de y San sidido por José Abascal, cristaliza en la de las instalaciones ferroviarias, que le Andrés, de Santa María y de San Justo; en convocatoria de un concurso de proyec­ confirieron un progresivo carácter indus­ la parte norte, en la zona de Vallehermoso tos para una gran necrópolis al este de la trial: junto a la línea del ferrocarril de cir­ -hoy todos desaparecidos por el ensanche ciudad, en los terrenos llamados de La cunvalación y las estaciones que irían de la ciudad-, se concentraban el Cemen­ Elipa, en el camino de Vicálvaro, más allá surgiendo -entre ellas la llamada de terio General del Norte y las sacramenta-­ del arroyo Abroñigal. Peñuelas-, aparecieron los primeros gran­ les de San Luis (1831), de San Martín y de des establecimientos industriales de la Iglesia Patriarcal (1849). El proyecto ganador, de los arquitec­ Madrid: fábricas e industrias, centrales -de tos Fernando Arbós y José Urioste producción energética, mataderos y mer­ Algunos de estos cementerios fueron (1878), planteaba un conjunto monu­ cados centrales ... ; ello dio un carácter experimentando importantes procesos de mental que, siguiendo un esquema con­ diferencial a este tramo del ensanche, crecimiento. El caso más característico es céntrico, se disponía en niveles aterraza­ con densificación de viviendas para cla­ el de la Sacramental de San Isidro, que, dos de un promontorio, recordando ses trabajadoras (asentadas aquí, en vez tras distintas ampliaciones, realizó en el -según palabras de la memoria del pro­ de en el barrio inicialmente previsto por último tercio del siglo el gran patio de la yecto- "la pirámide de ancha base y el Castro, al este del Retiro). Purísima Concepción, auténtica ciudad de primitivo túmulo que, en vez de ser eri­ los muertus, reservada a las clases altas gido para un solo hombre, lo es en el madrileñas; preclaro modelo -se le ha caso presente por el Ayuntamiento de LOS NUEVOS CEMENTERIOS comparado con el célebre cementerio del Madrid, como sepultura decorosa y digna Pere Lachaisse de París- del nuevo trata­ de los habitantes de la villa". Desde el decreto de José Bona parte de miento individualista y monumental -por 1809 los cementerios de Madrid se venían contra al más igualitario del período ante­ La magnitud del proyecto ocasionó construyendo, por razones de salubridad, rior- de la arquitectura funeraria de la aris­ que, en tanto se desarrollaran los trabajos más allá de los límites de la cerca. A lo tocracia y la alta burguesía. y ante la urgente necesidad de enterra­ largo de la primera mitad del siglo habían mientos, se construyera yuxtapuesto a la aparecido, de este modo, importantes El crecimiento de la población de gran necrópolis el llamado Cementerio de establecimientos funerarios en terrenos Madrid, unido al previsible hecho de que Epidemias (1884), que se pretendía de vacíos al sur y al norte de la ciudad (por el ensanche desmantelara en breve los carácter provisional (luego dilatado por Real Orden de 1850 se prohibiría que, por cementerios del norte, apuntaba la idea muchos años). Junto a éste, al otro lado de el lado norte, se situaran a menos de 1500 de construir una gran necrópolis munici­ la carretera de Vicálvaro, se inauguró el varas de la ciudad). pal (a partir de 1868 la ley adjudicaba a cementerio civil (1884), en cumplimiento

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Lámina 31: Ferrocarril-Tranvía de circunvalación de Madrid (1892). La propuesta de Arturo Soria de ligar la urbanización al nuevo medio del ferrocarril-tranvía escapa a la escala de lo local y pasa a ser una sugerente y adelantada idea para la ordenación del territorio; en su intento de ofrecer una nueva forma de vida en relación con la naturaleza -en clara contestación a la ciudad industrial- se emparienta con las nuevas ideas de la cultura urbanística inglesa -la ciudad jardín• pero con bien diferenciado carácter. Su proyecto de circunvalación de la ciudad pretendía ligar entre sí los di stintos núcleos próximos a Madrid mediante la creación de una corona residencial y aislada del centro urbano -la -, cuyo eje vertebrador residía en el nuevo y rápido medio de transporte colectivo.

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del decreto de 1871 que obligaba que los de construcción de la nueva periferia rías; unidos muy pronto -y atrayendo el ayuntamientos dispusieran de cementerios empezaba a superar en algún caso la len­ vigoroso desarrollo de Chamberí- iban a para los no católicos. titud con que se iba materializando el apuntar con fuerza la idea de crecimiento ensanche: ello implicaba no sólo la quie­ norte de la ciudad. La problemática construcción de la bra del equilibrio entre oferta y demanda gran Necrópolis del Este alcanzaría el (alentada la especulación entre los propie­ En la parte noreste se conformaron nuevo siglo; el arquitecto municipal Gar­ tarios del suelo), sino también el subraya­ también muy tempranas barriadas exterio­ cía Nava se haría cargo de las obras do de una cierta idea de marginalidad res­ res al ensanche: La Guindalera, adosada a (1905), siguiendo el trazado original -aun­ pecto a la ciudad que se construye. la ronda, y Prosperidad, que -más alejada que materializándolo con nuevas formas del límite de Castro- sigue la carretera de arquitectónicas-. (Antes de su terminación, Muchos de estos suburbios, funda­ Hortaleza. La Guindalera -como más tarde, ante el continuo avance de la población, mentalmente en la zona sureste (la Inclu­ también, su vecino barrio del Madrid Núñez Granés -en su plan para la urbani­ sa, Peñuelas, Las Injurias ... ), no contaban Moderno-, al no apoyarse en niguna vía zación del extrarradio- propondría otra con infraestructuras urbanas de ningún de acceso, no se atiene al característico gran necrópolis al oeste de la ciudad, que tipo; su insalubridad -como ya denunciara esquema. lineal sino a un trazado en cua­ no sería realizada). Méndez Álvaro en 1875- quedaba reflejada drícula de nueva planta (Fernández de los en la escandalosa tasa de mortalidad que Ríos señalaba -en 1875- cómo esta barria­ arrojaban. La cuestión de la vivienda obre­ da había establecido las alineaciones de LA CONFORMACIÓN ra comenzaba a ser, así, un grave proble­ las calles por el sistema de retícula emple­ DEL EXTRARRADIO ma para la ciudad, pero se tardaba en ado en el ensanche, "pero no siguiendo el intentar resolverlo (en 1878 ya se había orden de aquel proyecto, sino tomando El rápido aumento de población registrado contemplado en una ley -no aprobada por base de la cuadrícula el lado interior en el período de la Restauración -superán­ finalmente- sobre "construcción de barria­ de la explanación del paseo de Ronda,,). dose a fines de siglo el medio millón de das de obreros"; en 1883 se había consti­ habitantes- se cifra básicamente en la inmi­ tuido la Comisión de Reformas Sociales, En la carretera de Aragón, a su cruce gración de trabajadores, atraídos a la capital que pretendía atender este problema). con el arroyo Abroñigal, surge la barriada por el incipiente desarrollo de la industria; de las Ventas del Espíritu Santo ; y apoyán­ pero éstos, provenientes de muy distintas El tipo de crecimiento más frecuente dose en la de Valencia destaca, el arrabal regiones de España, no encuentran acomo­ en estos núcleos, de rápido y espontáneo del Puente de Vallecas, que -ya conformado do ni en el casco antiguo ni en el ensanche desarrollo, es el que sigue un esquema en 1875- iba a experimentar un impo1tante planificado que se estaba levantando. lineal a partir de una vía preexistente. crecimiento en lo que quedaba de siglo. Siguiendo el eje de la carretera de Francia, Se iniciaba así un crecimiento en más allá de las instalaciones del Canal de núcleos espontáneos y exteriores a la pla­ Isabel II y del límite del ensanche, se ha­ DESARROLLO DEL TRANVÍA nificación de Castro, siguiendo por lo bían formado en el último cuarto de siglo general -sin ordenación urbanística algu­ dos importantes núcleos: la encrucijada de En la consolidación de las barriadas de la na- las vías de acceso a Madrid. El ritmo los Cuatro Caminos y Tetuán de las Victo- periferia desempeñó un papel protagonis-

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ta el nuevo medio de transporte del tran­ fue el llamado "Tranvía de Estaciones y vía; éste, desde su primer tendido en 1871 Mercados,,; en 1872 (aunque no se conce­ había ampliado profusamente las líneas y diera licencia hasta 1876) ya había presen­ compañías explotadoras: primero, ligando tado Soria el proyecto: un tranvía que, con el centro los nuevos barrios del junto al usual servicio de viajeros, hiciera ensanche y, enseguida, los nuevos núcle­ -a primeras horas de la mañana- un servi­ os del extrarradio y localidades próximas cio de transporte de mercancías comuni­ a Madrid (Carabanchel, Leganés .. .) que cando las estaciones del Norte y Atocha inician así, atraídos por el centro urbano, con los principales mercados de la ciudad; su moderno desarrollo. en 1877 se inauguraron las líneas Atocha­ Puerta del Sol y Atocha-Pacífico, y, al En 1878 se inauguró el primer tramo poco, se conectaba con la estación del de la Compañía de los Tranvías del Norte Norte. La inicial idea de Soria, tendente a de Madrid, que proyectaba unir los barrios la mejora del abastecimiento de la ciudad, de Chamberí y Cuatro Caminos con la con el consiguiente abaratamiento de pro­ Puerta del Sol, llegando en 1880 -por la ductos, no llegó a cumplirse por la oposi­ carretera de Francia- a Cuatro Caminos. ción de los intereses de transportes de los propios mercados; la gran aportación de La Compañía General Española de Soria, en la que uniría el nuevo medio de Tranvías conectó en 1877 la Plaza Mayor transporte colectivo con la propuesta de con los Carabancheles, llegando a Leganés una nueva idea de ciudad lineal, no tarda­ en 1879 (esta línea reemplazaría enseguida ría en llegar. -en el tramo Puerta de Toledo-Leganés- la tracción animal por la de máquina de Lámina 32 : Croquis del proyecto de Ciudad Lineal y sus accesos (1894). vapor). Esta misma compañía inauguró en LA CIUDAD LINEAL DE ARTURO SORIA La ini cial id ea de conectar en un anillo 1878 el primer tramo (Toledo-San Antonio (ce rrándol o inclu so a través del monte de ) de la Florida) de la línea que pretendía La experiencia urbanística más singular los distintos nú cleos de la periferia de Madrid, se acotó en principio al trazado Vall ecas-C hamartín de la Rosa, comunicar Madrid con El Pardo, quedando habida en la historia ele la ciudad, aqué­ no reali zánd ose finalmente más qu e en el tramo entre inacabada (en 1903 se comunicaría El Pardo lla por la que el nombre de Madrid figu­ la carretera de Aragón y Chamartín (poco más de con Madrid mediante un tranvía de vapor). ra en los modernos tratados de urbanis­ 5 kil ómetros). Para su prosec ución con stituyó So ria, mo de todo el mundo, es la Ciudad Lineal en 1894, la «Compañía Madrileña de Urbanización», org ani smo qu e emprend ería la con stru cción de la Más tarde (1893) se conectarían con el que ideara el ingeniero Arturo Soria; Ci udad Lin eal (adq uisición de terrenos, urbanización, centro las barriadas de Prosperidad y La experiencia que, aunque entre nosotros edificación y ve nta de los edificios); a partir de esa Guindalera, mediante una línea que, a tra­ no hayamos sido capaces de valorar -ni, fe cha comi enzan las prim eras con stru cciones, y en 1898 ya se une la Ciudad Lineal con el centro vés de Diego de León, facilitaba el enlace por consiguiente, de conservar-, constitu­ urban o (lín ea de tranvía Cuatro Camino s-Chamartín). con la primera línea de Serrano-Sol. yó una memorable aportación a la cultu­ Este cartel anunciador -nótese en él el sentido ra urbanística internacional, sirviendo de característico de los lemas publicitarios- muestra las dos barriadas proyectadas inicialm ente, La Compañía del Tranvía del Este ligó modelo a importantes trazados construi­ con sus con exion es a Madrid ; así como el perfil Embajadores con Ventas, inaugurándose· el dos más allá de nuestras fronteras (se ha de la call e principal. primer tramo, entre Cibeles y el límite este dado a Soria, en este sentido, el justo del ensanche (Manuel Becerra), en 1882; reconocimiento de inventor de las "ciuda­ extendido luego hasta Ventas y, ensegui­ des lineales,,). da, desde Cibeles a Embajadores. El proyecto de Ciudad Lineal de Artu­ Con la aparición, en 1898, de los pri­ ro Soria, concebido en el ambiente de la meros tranvías eléctricos se dará un signi­ cultura urbanística que estaba naciendo Imbricando la acc1on urbanizadora ficativo paso adelante en la historia de en Europa, constituyó una aportación con la de la explotación de una línea de Madrid; los primeros tramos de tracción verdaderamente personal, cargada de ferrocarril-tranvía, ideó la conexión de los eléctrica se dieron eri las líneas Sol-Serra­ ideales progresistas y -cabe decir- ade­ núcleos circunstantes de Madrid, forman­ no (que, en seguida se completaría hasta lantada a su tiempo; paralela a la pro­ do una corona urbanizada, cerrada en Argüelles) y Recoletos-Hipódromo; en puesta descentralizadora, a base de saté­ torno a la ciudad y aislada de ella -mucho 1901 ya estaría electrificada completamen­ lites núcleos de ciudad-jardín, que más allá del límite del ensanche-: Pozuelo, te la conocida como "Red inglesa,,, y, poco propondría Howard para el entorno de Carabanchel, , Vallecas, Vicálva­ después (1902), la red de los Tranvías del Londres, se diferencia originalmente de ro, , Hortaleza y Fuencarral; se Norte. ésta: parte de núcleos urbanos existentes preveía además que este anillo de circun­ en la periferia de la ciudad para, en un valación se pudiera cerrar a través de la Caso singular, que ya anuncia el nom­ intento de ordenación a escala territorial, posesión real de El Pardo (esta idea de bre de Arturo Soria como gran innovador enlazarlos linealmente mediante un asen­ conexión mediante un ferrocarril de cir­ en torno a las posibilidades urbanas del tamiento urbano ligado -desde un punto cunvalación se anticipaba así, en muchos moderno medio de transporte (integrando de vista racional e higienista- al tendido años, al plan de construcciones ferrovia­ las nuevas infraestructuras de la ciudad), de transporte colectivo. rias planteado en los años 20, bajo Primo

81 ATLAS HISTÓRICO DE LA CIUDAD DE MADRID (1850-1939)

Lámina 33: Anuncio de la Ciudad Lineal (1894). ACC!ONES Soria, eficaz difu so r de sus teorías urbanas, empleó de una sostenida política publicitaria en la promoción de -l> ·, , 500'11eo.,1•(a, ~ : '~. ,¡ lff- :__._ la Ciudad Lineal; la emp resa -que se proponía como TERRENO contribución «al bien material y moral de Madrid»­ ,1.J 5.152 pw. :í pronto logró sus inicial es objetivos. 1:ad1taci.:i1'1n . A principi os de siglo la Ciudad Lineal sería ya una .\ 1111;- 11., •loo ai1r.1· realid ad, llegando en el primer decenio a los cuatro 1 l pi~ d1~ mil habitantes; no mucho más tarde, sobre todo tras lPtT•: i1 1J rnlild llHÍ~ la mu erte de Soria (1920), comenzaría su declive. ·k IO Queda en el trazado de la ciudad la huella -ya que poco se ha querido conservar de lo entonces realizado - de aquella revolucionaria idea, el experimento más singular en el urbani smo español i-'MARÉS contemporáneo. ¡, • l(; ICO )'"'"!'•, 1 r 1 .id.-11111U· d B 1 ' 100 ·11,11,tl • · r a1L1 ./ 1rir ,~ .,.,,

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1fH 2. i1ESES ¡.1::·~:tt l c1·q:-; Primera barriada de 4 kjJómetros. Jll_ll' ll'J!Jl(;·ll'<:.• Colocación segura del c apital contríbuyendo al bien material y moral de l\~fadr id. de Rivera, y al plan de enlaces ferroviarios año la construcción de las primeras edifi­ caz conexión con el centro de la ciudad. de la II República). caciones y, poco después, los trabajos de Poco después (sobre todo tras la muerte explanación de la calle central y plantación de Soria en 1920) la CMU entra en pro­ Soria venía estudiando este proyecto y de arbolado (elemento éste muy significa­ gresiva decadencia económica, iniciando difundiéndolo desde tiempo atrás (1882), tivo de la nueva propuesta de ciudad); el proceso -que se remata en nuestros prefigurándolo en su libro La Ciudad activo difusor de sus ideas, Soria publicaría días- de alteración y banalización de la Lineal; en 1892 consiguió la aprobación desde 1897 una revista -La Ciudad Linea/­ revolucionaria idea original (justo enton­ del tendido del "Ferrocarril-tranvía de Cir­ eficaz agente propagandista del proyecto. ces se contemplaba internacionalmente la cunvalación», de doble vía, y de 48 km, vigencia y radical modernidad de la idea que, llamado a ser el eje de la futura Ciu­ En los últimos años del siglo la pro­ de Soria: la planificación lineal en la nueva dad Lineal, uniera entre sí los núcleos (se puesta se materializaba, si bien muy limi­ Unión Soviética, los proyectos de Cité preveía la incorporación de otras vías para tada respecto a su original propósito; de la linéaire industrielle de Le Corbusier.. .) . transporte de mercancías y aun la cone­ corona ideada sólo se construiría -en una xión con la red de ferrocarriles del Norte longitud de algo más de 5 kilómetros- el Sin embargo, la invención de Arturo y de Mediodía). tramo entre la carretera de Aragón y el Soria, como radical alternativa a la ciu­ Pinar de Chamartín, al este de la ciudad, dad existente, como respuesta formal La calle central de la urbanización se más allá del arroyo Abroñigal (en una divi­ (salubre y en proximidad a la naturaleza) proyectaba con un ancho de entre 30 y 40 soria de cuencas, elevada y bien ventila­ al crecimiento de la ciudad industrial y metros y, en su calidad de eje, establecía da); el ferrocarril previsto quedaría reduci­ sus graves problemas estructurales, esta­ la articulación funcional del tejido residen­ do a un tranvía, inicialmente de tracción ba llamada a ser la experiencia urbanísti• cial con el dotacional (usos comerciales, animal, luego de vapor y enseguida elec­ ca más importante en la España contem­ de ocio, docentes, sanitarios). A uno y trificado. poránea. otro lado, paralelamente al eje central, se definen calles más estrechas, que descri­ En 1898 la CMU, mediante la línea de ben un gradiente social, con distintos tipos tranvía Chamartín-Cuatro Caminos, une la arquitectónicos: dando al eje central, las nueva ciudad con la ciudad existente; y casas de nivel más acomodado; en la fran­ emprende también el tendido de la línea Plano 27: ja intermedia, las de clase media; y las Ventas-Ciudad Lineal (1899). En 1904 se Durante la primera mitad del siglo XIX , la red de alcantarillado comprendía ocho alcantarillas exteriores, dando al campo, destinadas a completa el tendido del tranvía entre un principales : Leganitos, Segovia, San Francisco, clase obrera. Transversalmente se disponía extremo y otro, tardando una hora desde Gil Imán, Embajadores, Carcabón , Prado un sistema de calles perpendiculares (de Ventas hasta Chamartín, y en 1909 se elec­ y Curtidores, teniendo dicha canalización por objeto 20 m de ancho), separadas entre 80 y 100 trificó el conjunto de la línea. recoger las aguas pluviales y las inmundicias diseminadas por las calles. Con el progresivo metros entre sí. aumento de la población y el brote de cólera, Entrando el nuevo siglo conocería la en 1854 se impuso la obligación de construir una Para la promoción y realización del Ciudad Lineal su breve momento de canalización para el saneam iento de la ciudad , encargándose de su ejecución la Dirección del Canal proyecto (desde la adquisición de los esplendor: en 1911 contiene ya una pobla­ de Isabel 11 (1856-1865), que construyó 92 kms. en terrenos y su urbanización, hasta la edifi­ ción de 4000 habitantes y cerca de 700 las distintas cuencas. A partir de 1865 se encargó el cación y venta de los edificios) constituyó viviendas terminadas, están funcionando Municip io de la red de saneam iento, aunque sin demasiado interés. La reaparición del cólera en 1885 Soria en 1894 la "Compañía Madrileña de los edificios dotacionales -teatro, velódro­ reactivó los trabajos y hasta final de siglo se Urbanización» (CMU), comenzándose ese mo, frontón-, y tiene establecida una efi- construyeron 12,8 km s. más de alcantarillas.

82 LA CIUDAD DE LA RESTAURAC IÓN (1875-1 900)

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