Barea-Arturo-La-Forja-De-Un-Rebelde-I
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Arturo Barea La forja de un rebelde I La forja Prólogo de Luis Antonio de Villena 2 ®Las mejores novelas en castellano del siglo xx La forja de un rebelde La forja © 1951 Arturo Barea y Herederos de Arturo Barea © 2001 BIBLIOTEX, S. L. para esta edición Diseño cubiertas e interiores: ZAC diseño gráfico Impresión: Printer, Industria Gráfica, S.A. ISBN: 84-8130-267-8 (parte I) ISBN: 84-130-270-8 (obra completa) Dep. Legal: B. 8.895-2001 3 ÍNDICE Prólogo por Luis Antonio de Villena ........................................................... 5 Primera parte ................................................................................................ 8 Capítulo I .................................................................................................. 8 Capítulo II El Café Español .................................................................... 16 Capítulo III Rutas de Castilla.................................................................. 22 Capítulo IV Tierras de pan ...................................................................... 28 Capítulo V Tierras de vino...................................................................... 35 Capítulo VI Antesala de Madrid ............................................................. 46 Capítulo VII Madrid ............................................................................... 56 AVAPIÉS ................................................................................................ 65 Capítulo VIII El Colegio ......................................................................... 67 Capítulo IX El Teatro Real ..................................................................... 77 Capítulo X La Iglesia .............................................................................. 85 Segunda parte ............................................................................................. 95 Capítulo I La muerte ............................................................................... 95 Capítulo II Iniciación al hombre ........................................................... 105 Capítulo III Retorno al colegio ............................................................. 111 Capítulo IV Trabajo .............................................................................. 118 Capítulo V El testamento ...................................................................... 128 Capítulo VI Futuro ................................................................................ 139 Capítulo VII Capitalista ........................................................................ 148 Capítulo VIII Proletario ........................................................................ 155 Capítulo IX Revisión de la infancia ...................................................... 163 Capítulo X Rebelde ............................................................................... 172 4 Arturo Barea La forja de un rebelde I Prólogo por Luis Antonio de Villena El caso de Arturo Barea (1897-1957) es singular y raro. Hasta la Guerra Civil fue un perfecto desconocido. Un hombre de origen popular —extremeño que, desde muy niño, vivió en Madrid— y que ejerció diversos oficios, algunos con fortuna. Aunque autodidacto, en la adolescencia acudió a cafés literarios, con un amigo, Alfredo Cabanillas, que luego seria periodista... Pero el carácter independiente, anarquizante y, al parecer, algo hosco de Barea, no estaba hecho para aquella vida de café. En 1920 fue llamado a filas y participó en la guerra de Marruecos —en cierto modo, la última guerra colonial española—. Dejó el ejército en 1924, como oficial en la reserva. De ideas izquierdistas, aunque poco amigo de partidos y sindicaciones —pasó fugazmente por la UGT—, el propio Barea dijo que fueron los bombardeos a la Telefónica (en el Madrid asediado de fines de 1936) los que lo lanzaron a escribir. Con el apoyo del PCE —del que concluiría distanciándose— Barea entró a trabajar, en agosto de 1936, en la Oficina de Censura de Prensa Extranjera, situada en el edificio de la Telefónica. Allí conocería a la que sería su segunda mujer y en verdad, la mujer de su vida: Iba Kulcsar, una socialista austríaca, bajita, inteligente, judía, gran activista política y con una gran facilidad para las lenguas... Presa de desengaños y crisis nerviosas, los Barea (fieles siempre a la República que ya veían perdida) se marcharon de España, casados, a mediados de 1938. Arturo se había hecho un famoso locutor (a instancias del general Miaja) como La voz incógnita de Madrid en charlas en las que mezclaba literatura y propaganda. En ese tiempo escribió un libro de cuentos, Valor y miedo, que se publicaría en Barcelona, en 1938, cuando los Barea habían abandonado ya España. Es hoy una gran rareza bibliográfica, pues se editó —finalizando ese año—poco antes de que los nacionales entraran en Barcelona. Tras pasar por París, Arturo Barea y su mujer llegan a Inglaterra (donde vivirán ya siempre) en marzo de 1939. Alto, cenceño, de rasgos afilados y muy típicamente españoles, Barea (que vivió en diferentes pueblos ingleses, algo protegido por lord Faringdon, al que conoció durante la guerra de España) se adaptó perfectamente bien a la vida británica y, a pesar de su regular inglés, frecuentaba los pubs y charlaba con la gente más popular. (Esa otra Inglaterra, tan poco conocida en el Continente.) Desde 1940 hasta su muerte, Barea trabajó para los servicios de la BBC en español, singularmente con destino a América Latina, donde la voz de Barea (sus charlas escritas hablando de Inglaterra, de libros, de vida y, sólo indirectamente, de política) llegó a ser muy famosa. Aunque escribió artículos, cuentos y otra novela posterior, La raíz rota, la gran obra de Arturo Barea son las tres novelas que redactó en Inglaterra entre 1940 y 1945, y que al publicarse juntas se titularon La forja de un rebelde. Totalmente desconocido en España, y tenido por las autoridades franquistas (que conocían su trabajo en la BBC) como el inglés Arturo Beria, en alusión al secretario de Stalin y al pasado comunista del escritor, La forja de un rebelde (The Forging of a Rebel) se publicó —como casi toda la obra de Barea— primero en inglés, magníficamente traducida por Ilsa, su mujer. La forja —la primera de las tres novelas— se editó en 1941. Las otras fueron La ruta (1943) y La llama (1946). Las tres formaron La forja de un rebelde que, en castellano, se publicó por primera vez en Buenos Aires, en 1951. El éxito de la obra en inglés fue enorme, hasta el punto de que se pensó en Barea —a fines de los cuarenta— para el premio Nobel. Y lo cierto es que muchas de las traducciones que se hicieron de la novela provenían de la versión inglesa. Es decir, de la prosa de Ilsa Barea, cuyo inglés —según Gerald Brenan— era maravilloso. Más clásico, desde luego, que el estilo directo, más duro, más real, y acaso más emocional, que el español del propio Barea. La forja de un rebelde no se publicó en España hasta 5 Arturo Barea La forja de un rebelde I 1978, y la mejor edición es la realizada en el 2000 por Nigel Townson, que publicó también ese año las imprescindibles Palabras recobradas, buena muestra de la hasta ahí casi inédita obra dispersa de nuestro autor. Con La forja de un rebelde en inglés, Arturo Barea se hizo célebre en Inglaterra, en los Estados Unidos o en Dinamarca, donde le homenajearon. Más tarde —y ya con la edición en español— también en la Argentina, adonde viajó, con gran éxito y con pasaporte británico, en 1956. Pues desde 1948 los Barea (Arturo e Ilsa) habían adquirido esa nacionalidad. La forja de un rebelde (autobiografía, pero que según el propio Barea retrata más lo colectivo que lo individual) narra en el primer tomo la niñez y adolescencia de un chico del pueblo, cuya madre es lavandera en el Manzanares. El segundo tomo (para algunos el menos logrado, dentro de la alta calidad del conjunto) habla de la guerra en Marruecos, y el tercero se dedica a la Guerra Civil. La idea de Arturo Barea era explicar narrativa y novelísticamente cómo se había llegado a esa guerra fatídica, tras la miseria, la dictadura y el caos... Un Baroja que no es Baroja y un Sender que tampoco es Sender, Arturo Barea logró un libro único, en un estilo directo, fibroso, realista, fuerte, melancólico, que no evita las palabras coloquiales y hasta el madrileñismo... En cierto modo La forja de un rebelde es la obra excepcional de alguien que luchó por un mundo mejor, que no llegó a conocer. Arturo Barea murió de un infarto, en Inglaterra, en diciembre de 1957. Ilsa —que volvió a Viena— murió en 1972. Hablando de él no se le debe olvidar a ella, que tanto le apoyó y ayudó. En el prólogo a una edición inglesa de La forja dice Barea: «Después de todo, la España que quiero enseñar al lector británico ha de ser un día parte de la paz mayor». Un destino insólito y una gran novela personal. 6 Arturo Barea La forja de un rebelde I A dos mujeres: la señora Leonor (mi madre) e Ilsa (mi mujer) 7 Arturo Barea La forja de un rebelde I Primera parte Capítulo I Los doscientos pantalones se llenan de viento y se inflan. Me parecen hombres gordos sin cabeza, que se balancean colgados de las cuerdas del tendedero. Los chicos corremos entre las hileras de pantalones blancos y repartimos azotazos sobre los traseros hinchados. La señora Encarna corre detrás de nosotros con la pala de madera con que golpea la ropa sucia para que escurra la pringue. Nos refugiamos en el laberinto de calles que forman las cuatrocientas sábanas húmedas. A veces consigue alcanzar a alguno; los demás comenzamos a tirar pellas