El Río Chao Phraya Atraviesa Bangkok De Norte a Sur. Es Su Calle Más Natural, Una De Sus Autopistas Más Transitadas Y Donde Nació La Ciudad En El Siglo XVIII
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El río Chao Phraya atraviesa Bangkok de norte a sur. Es su calle más natural, una de sus autopistas más transitadas y donde nació la ciudad en el siglo XVIII. Hoy sus orillas albergan los monumentos más famosos de la capital, los mejores hoteles y algunos secretos de película. Así es la vida en su arteria más fascinante. texto: David López Canales fotografía: Salva Campillo Restaurante Vertigo, en la azotea (piso 61) del hotel Banyan Tree. 74 VIAJAR VIAJAR 75 Monje budista en las 318 escaleras que llevan al Wat Saket, uno de los templos más antiguos de la ciudad. En la página siguiente, transbordador delante del hotel Shangri-la y, debajo, el Wat Yannawa, templo budista del siglo XIX en forma de junco chino de la época. Está situado en el Shatorn district, a las orillas del Chao Phraya, el gran río de Bangkok. n el cine es Hong Kong. En la pantalla grande, es bina lo antiguo y lo moderno, cómo está todo junto, y eso da muchas un edificio de viviendas en el que se encuentran en opciones para el cine”, asegura. La mayor de las paradojas de Bangkok los años 60 dos vecinos –él periodista, ella secreta- no está, sin embargo, en ese edificio simbólico que aguarda su reforma ria en una empresa– a quienes no solo une descu- merodeado por algunos turistas y por jóvenes locales que acuden a él a brir la infidelidad de sus respectivas parejas. Aquí hacerse selfies contra sus muros, sino bajo el mismo. En sus cimientos. rodó en el año 2000 el director chino Wong Kar-wai En esas orillas de Chao Phraya. Porque Bangkok se hunde. Literalmente. In the mood for love, su película más famosa. Este Los científicos han medido incluso cuánto: diez milímetros anuales. Y, por majestuoso edificio del siglo XIX, hoy decadente, supuesto, por qué: por la erosión del suelo. Porque la ciudad se sostiene de ventanas rotas o desaparecidas que dejan ver interiores vacíos y des- sobre barro. La urbe moderna se ha levantado desde mediados del siglo Econchados, donde transcurría aquella historia tan intimista, es el Bangrak pasado sobre un terreno inestable. Tanto que, si no se toman medidas y se Fire Station, antiguo cuartel general de los bomberos y ahora inmueble previene, podría desaparecer bajo el agua en el futuro. fantasma mientras espera su reconversión en hotel de lujo. Pero si pen- sábamos que está en Hong Kong, nos equivocamos, porque estamos en LA AUTOPISTA DE AGUA. Esa es la paradoja de la capital del viejo reino de Bangkok, en la orilla de su río Chao Phraya. Como nos equivocamos tam- Siam. Porque Bangkok es Bangkok por el agua. Porque este río que hoy bién con películas como Good morning Vietnam o El cazador, donde el la amenaza es el que le dio la vida, cuando en el siglo XVIII nació y cre- Vietnam que creemos ver es en realidad Tailandia. Porque el Vietnam del ció la ciudad en su orilla. Durante años Bangkok fue una población, ade- cine casi siempre fue Tailandia. “Esta es una de las grandes paradojas de más, de canales. Atravesaban la nueva metrópoli que crecía imparable y esta ciudad. Muchas películas muy famosas se han rodado aquí, pero no la vida salía adelante sobre las barcas que los surcaban. El transporte, el lo sabemos”, nos cuenta el inglés Paul Spurrier, que lleva casi dos déca- comercio, los vendedores ambulantes de comida... Todo flotaba. Solo hay das viviendo en la capital tailandesa. Tras haber sido niño prodigio del que remontar el Chao Phraya para sentirlo. Subirse a uno de los cientos cine en los años 60, actuando en series de la BBC como Anna Karenina de barcos que cada día recorren el río o a los transbordadores que enla- o en películas como The Wild Geese, con Richard Burton, Roger Moore zan ambas orillas. Esta es la principal autopista de la ciudad. La más natu- y Richard Harris, se trasladó a Bangkok a finales de los 90 para rodar sus ral. La recorre de norte a sur esquivando el tráfico imposible y los atascos propias películas. Hoy, convertido ya en uno más de los casi nueve millo- desesperantes, porque aquí todo el día es hora punta, y permite conectar nes de habitantes de la urbe, Spurrier atraviesa la ciudad con mirada de con las estaciones del BTS, el tren ligero, sin necesidad de atravesar esos cineasta. “Si hay algo que esta ciudad tiene fascinante es cómo se com- embotellamientos. Los barcos se distinguen por sus banderas. Los que la 76 VIAJAR VIAJAR 77 En busca del pad thai perfecto l plato más famoso de la gastronomía tailandesa se come desde hace siglos en el país. Sin embargo, su historia de éxito es mucho más reciente, desde la Segunda Guerra Mundial, Ecuando el gobierno lo convirtió en el menú oficial del reino para que, en época de escasez, se consumiesen los alimentos locales. Hoy es la comida más internacional y una de las más frecuentes sobre el terreno. Por un par de dólares uno puede comerse un pad thai en un puesto callejero. De hecho, ni siquiera los tailan- deses lo comen en sus casas. Requiere tantos ingredientes para su preparación (fideos de arroz, huevo, tofu, cebollino, pollo, caca- Vista de Bangkok al atardecer desde la terraza del Moon Bar, situado en el hotel Banyan Tree. Derecha, la estatua de buda reclinado de Wat Pho, la más grande de Tailandia, con 46 metros de longitud y huetes, gambas, verduras…) que prefieren comerlo fuera, en uno 15 de altura, recubierto de pan de oro. Abajo, la calle Khao San, una de las zonas más populares para los viajeros en Bangkok, con alojamientos, bares y restaurantes. de esos restaurantes a pie de calle donde se prepara a la vista de todos salteado en un wok. Thip Shamai es uno de los lugares más famosos para probarlo. A rebosar desde las cinco de la tarde, de sus paredes cuelgan decenas de artículos publicados en el extran- jero, desde la CNN a la revista Time, donde elogian su preparación. Aquí, la clave es el fuego de carbón en el que se prepara. El pro- ondean azul son perfectos para los turistas, porque llevan desde ese par- con acento tailandés. Y la anécdota no tendría mayor recorrido si Ka-Prao blema hoy de este plato es que con el paso de las décadas y tras que de atracciones de la occidentalidad con mochila que es Khaosan Road no fuese un cuclillo negro, un pájaro, y no estuviésemos en la finca de haberse exportado al extranjero ha perdido parte de su esencia. hasta los hoteles de lujo de las orillas (Millenium Hilton, The Peninsula, Amita Thai, una escuela de cocina tailandesa. Un complejo de seis casas “En Estados Unidos lo hacen muy mal, porque lo endulzan, no le Mandarin Oriental...), pasando, claro, por los templos. Si no lleva bandera de listones de madera blanca con tejados a dos aguas que desde hace una añaden aceite de pescado, que es fundamental, y le ponen incluso significa que va a parar en todas partes y habrá tiempo de sobra para ver década recibe a una decena de aprendices al día, a los que Ka-Prao saluda ketchup”, se lamenta el chef McDang, el cocinero más famoso y desfilar la ciudad al otro lado de la borda, escuchar silbar al muchacho que efusiva y repetidamente mientras un gallo altivo le hace la competencia mediático del país. Uno de sus discípulos, el chef Ton, hace en el amarra el barco pegando saltos de fuera a dentro del embarcadero y mez- posando majestuoso para Instagram sin decir ni pío. Situada en el barrio restaurante Baan uno de los mejores de la ciudad. “Si no tiene clarse con los oficinistas que se ajustan la corbata antes de desembarcar, de Thon Buri, Amita Thai es un ejemplo vivo del Bangkok del pasado, gambas secas –cuenta él, en su cocina, mientras lo prepara–, no con las pandillas de colegialas uniformadas que cuchichean pegadas a sus como cuenta Tam Jantrupom, su dueña, porque su puerta principal no era es un pad thai real”. Aunque eso no impide que haya otros lugares, smartphones, con los monjes que sonríen iluminados y silenciosos o con la frontal por la que hoy se accede, sino la que está por detrás, en el patio, como el restaurante Namsaah, donde su colega, el chef Golf, lo los cientos de turistas que se asoman por la barandilla tratando de acertar y da al canal que bordea las casas: “Este canal era un eje para la vida en el prepara incluso con confit de pato y foie grass. Para él, el secreto cuál es su parada. Porque en esta zona, en estas orillas del río, es donde barrio. Todo el mercado, por ejemplo, era flotante, en barcas, que pasaba es “saber jugar entre lo salado, lo dulce y lo amargo, que esas Bangkok muestra su rostro más turistico e histórico. Aquí están templos vendiendo sus mercancías. Pero hace 40 años empezó a desaparecer y hoy sensaciones estén presentes en cada bocado”. Así lo explica tam- como Wat Pho, con esa estatua de Buda reclinado de casi 50 metros de lon- ya solo pasa la barca que vende pollo a la barbacoa y la del reciclaje”. bién Tam Jantrupom, profesora y dueña de la escuela de cocina gitud que uno no puede dejar de pensar cómo se metió dentro; Wat Arun tailandesa Amita Thai. La cocinera, que enseña a los extranjeros y sus casi 80 metros de torre, o Wat Saket y su cima dorada.