HISTORIA DE UNA FASCINACIO´ N: BORGES EN HOLANDA En out of Context: Historical Reference and the Representation of Reality in B
Total Page:16
File Type:pdf, Size:1020Kb
Neophilologus (2007) 91:83–100 Ó Springer 2007 DOI 10.1007/s11061-005-4247-9 HISTORIA DE UNA FASCINACIO´ N: BORGES EN HOLANDA MAARTEN STEENMEIJER Radboud Universiteit Nijmegen, Faculteit der Letteren, Afdeling Romaanse Talen en Culturen, Postbus 9044, 6500 KD, Nijmegen E-mail: [email protected] Abstract In Out of Context. Historical Reference and the Representation of Reality in Borges, Daniel Balderston claims that the interpretative practice of Jorge Luis Borges’s short stories has tended to focus on the ‘unreal’, that is, on its autoreferential, fictional and fantastic elements, and that, on the other hand, allusions and references to the concrete, historical reality in the work of the Argentinian writer have been disregarded or even neglected. In a departure from this dichotomist perspective, this article proposes a study of Borges’s reception in the Netherlands from the very beginning in the fifties until the present day, attempting to ascertain the positions and functions of Borges’s work in the Dutch literary system. 1. Introduccio´n En Out of Context: Historical Reference and the Representation of Reality in Borges (1993)1 el estudioso norteamericano Daniel Balderston comprueba que la praxis interpretativa de la ficcio´ nde Borges ha mostrado una inquietante miopı´ a al centrarse en los elementos autorreferenciales y ficticios o fanta´ sticos en menoscabo de las numerosas referencias a contextos histo´ ricos y polı´ ticos con- cretos que ofrecen los cuentos del autor argentino. Balderston refiere sobre todo a la crı´ tica universitaria pero es lı´ cito an˜ adir que sus observaciones valen asimismo para los crı´ ticos periodı´ sticos, los au- tores tributarios a Borges y, muy probablemente, el pu´ blico lector. Sin negar las excepciones a esta praxis interpretativa ni la presencia de la ‘irrealidad’ en los cuentos de Borges, Balderston reivindica el estudio de las alusiones y referencias histo´ ricas y polı´ ticas, alegando que la obra del autor de Ficciones esta´ ı´ ntimamente marcada por el conocimiento de la historia y polı´ tica argentinas del siglo XX, por la experiencia europea durante y poco despue´ s de la Primera guerra 84 Maarten Steenmeijer mundial, por su vinculacio´ n con figuras tan apasionadas (y tan radicalmente diferentes entre sı´ ) en sus posturas ideolo´ gicas como Leopoldo Lugones, Macedonio Ferna´ ndez, Victoria Ocampo, Marı´ a Rosa Oliver y Jose´ Bianco. (Balderston 1996, p. 31) Rastreando estos elementos contextuales comu´ nmente escamoteados por la crı´ tica en siete cuentos muy conocidos y abundantemente co- mentados2 Balderston relativiza su supuesto cara´ cter abstracto, metafı´ sico, fanta´ stico, autorreferencial, ‘irreal’. La dicotomı´ a establecida por Balderston sera´ el punto de partida de este trabajo. Lo que me propongo es estudiar la presencia de esta vi- sio´ nma´ s bien reductiva de la obra de Borges en Holanda, examinando no so´ lo sus manifestaciones ma´ s importantes sino tambie´ n las desvia- ciones de esta tendencia dominante y, adema´ s, algunos de los factores que han determinado el estado de las cosas que espero comprobar. 2. La primera traduccio´n Para empezar, cabe destacar que la obra de Borges se introdujo tarde en Holanda. La primera traduccio´ n en forma de libro – De Aleph, una antologı´ a de cuentos sacados de Ficciones y El Aleph – aparecio´ en 1964, es decir doce an˜ os despue´ s de que se publico´ la primera traduccio´ n francesa, cinco an˜ os despue´ s de la primera tra- duccio´ n alemana y dos an˜ os despue´ s de las primeras traducciones inglesas.3 Borges, empero, no era un desconocido en Holanda cuan- do se publico´ De Aleph, lo que, ante todo, se debe precisamente a las primeras traducciones al ingle´ s, alema´ n y france´ s, que no queda- ron desapercibidas en Holanda.4 Ası´ , el primer comentario sobre Borges se escribio´ con motivo de Fictions y Labyrinthes, las primeras y pioneras traducciones al france´ s, publicadas en 1952 y 1953, res- pectivamente. Se trata de un pequen˜ o ensayo de 1954 publicado en la revista literaria Litterair Paspoort, escrito por el autor L.Th. Lehmann. La lectura de los cuentos de Borges le habı´ a sido reco- mendada por nadie menos que Boris Vian. Vale la pena considerar con algu´ n detalle el trabajo de Lehmann, ya que las reservas que e´ l muestra no serı´ an compartidas por crı´ ticos posteriores. Es cierto que Lehmann caracteriza a Borges como ‘‘un hombre agudo e ingenio- so’’, ‘‘Pierre Menard, autor del Quijote’’ como una obra maestra y Fictions como ‘‘un libro afable que despierta la curiosidad’’ (Leh- mann 1954, p. 142) pero tambie´ n lo es que, segu´ n afirma el crı´ tico, Fictions (cuyos textos no serı´ an ni cuentos ni ensayos) pecarı´ ade una falta de sensibilidad: ‘‘Parece que los razonamientos abstractos [de Borges] no pueden combinarse con la descripcio´ n de acciones Borges en Holanda 85 humanas.’’5 Contextualizando Fictions de una manera singular, Lehmann dice que el libro esta´ contaminado por esa la´ nguida sobreintelectualidad que encontramos con gran frecuencia en obras artı´ sticas de los paı´ ses jo´ venes y ene´ rgicos de esos dos continentes al otro lado del Oce´ ano, donde desde la llegada de los blancos nunca ha existido un gran artista y donde (tiendo a creer que no se trata de una casualidad) hasta ahora ninguna ciudad ha sido bombardeada completamente a ruinas; una sobreintelectualidad que es rela- tivamente poco frecuente en la literatura de la ‘vieja y agotada’ Europa. (Ibı´ dem) El juicio de Lehmann sobre Labyrinthes es ma´ s positivo. Sin dejar de destacar los grandes parentescos con Fictions, Lehmann cree que la forma de los textos en el segundo volumen es ma´ s concisa y sere- na, ya que ‘‘faltan las largas digresiones eruditas y a veces pedantes’’ (ibı´ dem) aunque el crı´ tico sigue siendo incapaz de ‘‘entregarse’’ a la obra de Borges ya que e´ sta tratarı´ ama´ s de sistemas que de seres humanos, incluso en el caso del Borges ma´ s joven ‘‘y acaso ma´ s in- genuo’’ que reconoce en algunas poesı´ as que Lehmann habı´ a encon- trado en una antologı´ a de poesı´ a en lengua espan˜ ola. En 1958 Lehmann resen˜ a, en la misma revista, la traduccio´ n fran- cesa de Otras inquisiciones (Enqueˆtes 1937–1952, publicada en 1957). Sen˜ ala los parentescos de los ensayos borgianos con sus ficciones – ‘‘la fantası´ a, la perspectiva singular, la lo´ gica inso´ lita, pero tambie´ n el sentido comu´ n’’ (Lehmann 1958, p. 102) – pero, curiosamente, es- tas caracterı´ sticas no le llevan a criticar el libro sino, al contrario, a pasmarse ante su densidad. En el mismo an˜ o aparece en otra revista literaria importante (Maatstaf) el primer cuento de Borges vertido al holande´ s. Se trata de ‘‘Abenjaca´ n el Bojarı´ , muerto en su laberinto’’ (El Aleph), tradu- cido y brevemente introducido por el escritor F.C. Terborgh, que habı´ a conocido la obra de Borges en Argentina, donde trabajo´ de diploma´ tico entre 1953 y 1958.6 Segu´ n he podido averiguar, en los an˜ os cincuenta no aparecieron ma´ s que estas tres publicaciones sobre Borges. Resulta, pues, que las traducciones francesas y los modestos esfuerzos de dos autores afi- cionados por despertar intere´ s por el autor argentino no fueron con- diciones suficientes para que su obra echara raı´ ces en Holanda. Algunos an˜ os despue´ s quedarı´ a claro lo que faltaba: traducciones al alema´ n y al ingle´ s, un premio prestigioso (el del Congreso Interna- cional de Editores en Formentor, Mallorca, en 1961, compartido con Samuel Beckett) y la subsiguiente publicidad en la prensa ex- tranjera, que fue extensa y eufo´ rica. 86 Maarten Steenmeijer Son factores que se mencionan ma´ s de una vez en los comentarios sobre Borges que unos an˜ os despue´ s empezaron a publicarse en la pren- sa holandesa. Gracias a su fama internacional, Borges pudo irse con- virtiendo en un valor consagrado en los an˜ os anteriores a la publicacio´ n del primer libro traducido al holande´ s. No es de extran˜ ar, pues, que ma´ s de un crı´ tico reaccionara con cierto alivio cuando aparecio´ De Aleph: ‘‘Ahora tambie´ n hay, por fin, una traduccio´ n holandesa.’’ (Nuis 1964) La acogida fue poco menos que abrumadora, segu´ n atestiguan las resen˜ as, todas muy largas y escritas por crı´ ticos prestigiosos como J. Bernlef, Kees Fens y Aad Nuis. Ası´ , J. Bernlef7 – adema´ s de crı´ tico un importante escritor – califica a Borges como ‘‘un gran autor’’ y ‘‘un autor moderno de verdad’’, y sus cuentos como ‘‘una revelacio´ n’’. (Bernlef 1964a,b) Para Aad Nuis, e´ stos son ‘‘diver- sio´ n superior’’ y tienen ‘‘una singular fuerza conmovedora’’, mientras Borges se le manifiesta como ‘‘un autor maravillosamente poliface´ tico al ficcionalizar su cosmovisio´ n’’. (Nuis 1964) En el prestigioso semanario Vrij Nederland Lehmann – el autor/crı´ tico que introdujo a Borges en Holanda a principios de los an˜ os cincuenta – califica argentino como ‘‘un erudito increı´ ble’’, aunque sigue reprocha´ ndole su fuerte tendencia a escamotear ‘‘obsesiones humanas’’. (Lehmann 1964) Kees Fens califica a Borges como un autor virtuoso y fuera de lo comu´ n (Fens 1964). ‘‘Cierto es,’’ dice K. Geenen en de Volkskrant, ‘‘que con este Borges ha surgido un autor que tiene mucho que decir al hombre de nuestros tiempos.’’ Y ma´ s adelante: ‘‘Con el macrocosmos del universo que se expande, Borges quiere ampliar asimismo el micro- cosmos de la autoconciencia del hombre, y con ello tiene algo profe´ tico.’’ (Geenen 1965) La u´ nica reserva que tienen los crı´ ticos refiere a la traduccio´ n, en que, segu´ n Kees Fens, figuran bastantes ‘‘oraciones feas e incomprensibles’’ y nombres no traducidos (Fens 1964) mientras que Nuis la caracteriza como ‘‘concienzuda pero no tan brillante como Borges hubiera merecido’’.