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CCUUBBAA eenn llaa mmiirraa ddee llooss MMEEDDIIOOSS Análisis de las agresiones políticas y mediáticas de los EEUU contra Cuba Dax Toscano Segovia CUBA EN LA MIRA DE LOS MEDIOS. ANÁLISIS DE LAS AGRESIONES POLÍTICAS Y MEDIÁTICAS DE LOS EEUU CONTRA CUBA. Dax Toscano Segovia Quito-Ecuador Primera Edición Electrónica: 2015 ÍNDICE: 1. Antecedentes históricos. 2. El triunfo de la Revolución Cubana. La agresión militar e ideológica del imperialismo. -La crisis de los mísiles. 3. La propaganda imperialista en defensa de la contrarrevolución cubana. - Las mentiras mediáticas sobre el sistema penitenciario cubano. - Terroristas y mercenarios al servicio del imperialismo. - El verdadero rostro de los amigos de Raúl Rivero. - La campaña propagandística del imperialismo frente a las detenciones de los mercenarios. - Miami: Cloaca de terroristas. - ¡Insólito! En EE.UU. los terroristas están libres, mientras que quienes lo combaten están presos. 4. Más mentiras y más ataques: Los fascistas no descansan en su agresión contra el pueblo cubano. - La agresión radiotelevisiva. - Los cubanos “huyen” de la Isla. - La mentira más cobarde: La revolución cubana y sus dirigentes mantienen relaciones con el narcotráfico. 5. Democracia y Derechos Humanos en Cuba. - La genuina defensa de los Derechos Humanos en Cuba. - Democracia participativa: El poder en manos del pueblo cubano. 6. Una batalla necesaria contra el imperialismo: La de las ideas. 7. Bibliografía. A mi hijo Fidel Camilo, porque su sonrisa y mirada tierna me hacen pensar en la necesidad de continuar luchando por una sociedad más justa y más humana. A los Comandantes Fidel y Raúl Castro Ruz, por su ejemplo, su honradez y firmeza revolucionaria. A Antonio, Gerardo, Ramón, René y Fernando, quienes en forma inquebrantable continúan luchando contra el terrorismo. Hay pueblos que se construyen a sí mismos y hay páramos humanos que ni siquiera intuyen que pueden llegar a ser pueblos. Los primeros, los colectivos autoconscientes, deben asumir que su independencia, su autoconstrucción nacional, es siempre un proceso inacabado e inacabable, permanente e incierto porque se enfrenta - porque quiere enfrentarse- al poder establecido, al poder criminal de la propiedad privada. Los segundos, sin embargo, son sim- ples páramos humanos, zonas desiertas de toda dignidad y en especial de toda práctica emancipadora; son espacios vacíos en los que los humanos ya no son seres conscientes y críticos, sino piedras, adoquines dispersos en el infierno de la sumisión y de la obediencia. Cuba, el pueblo cubano, forma parte del primer grupo, más todavía, es uno de los paradigmas irrenunciables de ese grupo. Si analizamos su historia desde finales del siglo XV, vemos que con altibajos y cambios lógicos, con diferencias de contenido determinadas por las transformaciones socioestructurales internas y externas, pese a esto y por ello mismo, ha mantenido de múltiples formas una constante que no es otra que su progresiva construcción identitaria. Toda identidad lleva en sí la dialéctica del cambio, la dialéctica entre lo nuevo y lo viejo, de modo que la identidad siempre está muriendo y naciendo a la vez, siempre está haciéndose a sí misma. En esta grandiosa tarea la información juega un papel central porque, junto al autogobierno y a la autodefensa, garantiza que las decisiones colectivas sean tomadas con el mínimo posible de incertidumbre. Justo sucede lo opuesto en esos eriales en los que las clases dominantes han arrancado con fuego, sangre y sobornos la mínima raíz de soli- daridad y conciencia, y han vertido luego masas de olvido y mentira para que nada germine y reverdezca por la eternidad, al igual que antiguamente se echaba sal y cal sobre la tierra para dejarla yerma, muerta. En estos espacios vaciados de toda referencia, sin puntos de orientación que sirvan de objetivos y guías en medio de los temporales de la vida, las masas dóciles e inconscientes son conducidas como rebaños de rumiantes. Bien es verdad que por experiencia histórica sabemos que la semilla de la libertad es capaz de prender y germinar incluso en las peores condiciones, pero también sabemos que para que crezca necesita de determinadas circunstancias, una de las cuales es precisamente la posesión -que no sólo el control- de medios de información. Y es aquí en donde debemos recurrir al brillante estudio de Dax Toscano Segovia. Un libro excelente por múltiples razones que ahora, por limitaciones de espacio, forzosamente resumimos en estas cinco: una, porque no se pierde en disquisiciones abstractas sobre los medios de comunicación, disquisiciones tan frecuentes en el academicismo burgués. En efecto, la potencias imperialistas, y en especial los EEUU, tienen mucho intereses en que se organice un ensordecedor “ruido intelectual” sobre cómo son las sociedades burguesas, autodefinidas como “modernas y civilizadas” las que garantizan la libertad de expresión mediante una amplia y diversificada “oferta informativa”. Como sucede con todo ruido ensordecedor, lo que ocurre es que se desorienta y se descentra la capacidad de atención crítica, que es precisamente lo que se quería lograr desde el principio. Decenas de intelectuales burgueses, saben que política y económicamente es muy rentable escribir de vez en cuando algo sobre los medios de prensa, aunque no se diga nada nuevo. Centenares de estudiantes de periodismo saben que si no aceptan los dogmas oficiales al respecto y los refuerzan en sus tesinas y tesis, corren altos riesgos a la hora de obtener sus diplomas. Decenas de profesores de periodismo saben que tienen que legitimar cada determinado tiempo la profesión de la que viven. Sin embargo, Dax Toscano Segovia rompe esta miseria introduciéndonos en el mundo real, lo que nos lleva a su segunda virtud. En las cuestiones que ahora tratamos, la realidad es siempre peor que la ficción, que la propaganda oficial y que las versiones idealistas dadas por algún intelectual progresista despistado. Aquí radica la segunda virtud del texto que presento y que no es otra que ir a la raíz del problema, o sea, ser radical, no detenerse en la apariencia sino bucear a la esencia del problema hasta descubrir los intereses materiales de las potencias dominantes, de los EE.UU. muy en especial. El entero texto de Dax Toscano rebosa radicalidad científico-crítica, la única que sabe y puede desarrollar la dialéctica entre el análisis objetivo y la denuncia subjetiva, al enumerar una a una las sucesivas estrategias y tácticas aplicadas por los EE.UU. contra Cuba desde el siglo XIX. Evitando siempre caer en la demagogia fácil y en la denuncia superficial, el autor demuestra de forma aplastante e incuestionable cómo los EE.UU. han construido y difundido toda serie de mentiras contra el pueblo cubano a largo de más de un siglo. Ahora bien, la crítica rigurosa a la permanente injerencia desinforma- tiva y falsaria de los EE.UU. contra la independencia nacional cubana y contra su democracia socialista no se queda en la siempre muy nece- saria denuncia del funcionamiento de la prensa capitalista. Va más allá y avanza en el estudio no sólo de las causas sino también de la otra parte del problema, de la parte decisiva realmente y que no es otra que el permanente terrorismo yanqui contra el pueblo cubano. Estamos en la tercera virtud de Dax Toscano. Un estudio simplemente progresista -siempre meritorio sobre todo ahora bajo el neofascismo práctico de los EEUU- se limitaría exclusivamente al análisis de las mentiras, falsedades, tergiversaciones y engaños de la propaganda yanqui, pero no se atrevería a decir que, siendo terribles, empero actúan como instrumentos tácticos de una estrategia global en la que es decisivo y central el terrorismo de Estado. Dicho en otras palabras, un análisis meramente progresista tiene el mérito de denunciar una de las partes del problema, que siendo importante no es la decisiva; pero un revolu- cionario va más a la raíz al completar lo anterior mediante el hecho de sacar a la luz la estrategia entera del imperialismo: aplastar a Cuba mediante el terrorismo en todas sus expresiones, desde el sabotaje interno hasta el bloqueo externo. Dado que el terrorismo consiste en el conjunto de medidas materiales y simbólicas tomadas por un poder estatal para vencer a otro Estado, a una clase social, a un pueblo o a una persona, paralizándolos por el terror y el pánico; dado que tal paralización se logra en un proceso ascendente que va de la desilusión, el cansancio, la desmoralización, etc., hasta llegar a la angustia por el futuro y luego al miedo que ante- cede al pánico y al terror, dado que es así, incluso en la mínima medi- da de boicot estadounidense a Cuba anida, está presente y muy activo, un esencial componente de terrorismo anticubano. Dax Toscano nos hace transitar por el interior, por las entrañas sangrientas del terroris- mo norteamericano, viendo y tocando idealmente la desnuda ferocidad de la “democracia” de los “diablos rubios”, como denominaba Sandino a los yanquis. Solamente colocados siquiera idealmente en las entrañas del terrorismo sistemático, sólo así podemos conocer plenamente cual es la verdadera estrategia mediática de los EE.UU., conocer sus causas y sus objetivos. Únicamente desde la más activa solidaridad fraternal e internacionalista con el pueblo cubano golpeado por el terrorismo, sólo así, desde las subjetividades del oprimido, podemos llegar a compren- der cabalmente la ferocidad del opresor y, a la vez, los méritos de Cuba. Porque, y esta es la cuarta virtud del texto, el pueblo cubano tiene una muy precisa y clara visión del terrorismo. Lo conoce no sólo porque lo padece sino también porque lo rechaza prácticamente y lo condena ética y moralmente. El conocimiento humano no radica sólo en la elaboración ascendente de sucesivas teorías en un proceso en espiral infinita, sino sobre todo en la superación práctica de las necesidades. Desde esta perspectiva, la aprehensión de lo real, en este caso de todo lo que significa e implica el terrorismo yanqui, exige tanto su definición ontológica, su comprensión epistemológica y su axiología ética, como su superación práctica, su cese y olvido en el museo de la historia.