LA TONADA DE Margot Loyola Vida Y Obra De La Folclorista Y Revisión De Sus Aportes a La Música Tradicional De Chile
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LA TONADA DE Margot Loyola Vida y obra de la folclorista y revisión de sus aportes a la música tradicional de Chile. 3 LA TONADA DE MARGOT LOYOLA Proyecto realizado por la Fundación de Comunicaciones, Capacitación y Cultura del Agro (Fucoa). Financiado por el Fondo para el Fomento de la Música Nacional, convocatoria 2017, y por recursos propios de Fucoa. Proyecto presentado en 2016 por el Área de Cultura y Capacitación de Fucoa: Sara Montt, Bella Araneda y Camila Leclerc. Coordinación general y edición Sara Montt Levantamiento de información Sara Montt y Bella Araneda Colaboración en la ejecución Camila Leclerc Diseño Victoria Neriz Fotografía de portada Corresponde a una serie de fotos que fueron tomadas para promocionar a Margot y a Estela como dúo. Años 40. Academia Margot Loyola P. Fotografía de contraportada Margot Loyola. Santiago, 2010. Academia Margot Loyola P. Inscripción Registro de Propiedad Intelectual N° 295098 ISBN: 978-956-7215-69-0 Septiembre 2018, Santiago de Chile. Imprenta AImpresores 4 CAPÍTULOS Palabras del Ministro de Agricultura 7 Antonio Walker Prieto Presentación 9 Agradecimientos 11 Contexto histórico 15 Una mirada al Chile que a Margot Loyola le tocó vivir Claudio Rolle Cruz Biografía 21 Vivir para la música Sara Montt Strabucchi Aportes al folclor musical 57 La maestra Pierina Cavalli Martínez Entrevistas 91 “Margot fue como una puerta, fue como abrir las ventanas a conocer” Sara Montt Strabucchi (selección de textos y edición) Discografía, publicaciones, cine y televisión 127 La obra de una vida Bella Araneda Puentes Notas y referencias bibliográficas 147 Bibliografía 159 5 LA TONADA DE MARGOT LOYOLA 6 En el marco de la conmemoración del centenario de Margot Loyola, la Maestra de Chile, como Ministerio de Agricultura nos enorgullece contribuir al conocimiento, patrimonio y relevancia de tan importante folclorista chilena. Este libro nos ofrece un recorrido por la vida y obra de Margot, y nos acerca al punto de vista de versados autores y conocedores de su figura, donde destaco especialmente el aporte de Osvaldo Cádiz, su compañero de vida y arte. La internación en el mundo de la folclorista es tal que podemos ver parte del registro fotográfico familiar y leer, de su puño y letra, anotaciones y reflexiones personales durante diversos viajes y el desarrollo de innumerables proyectos. Conocer la vida y el trabajo de Margot Loyola permite comprender la riqueza de un gran pasaje de la historia y cultura de nuestro país. Ella constituye un punto de inflexión en la investigación y el conocimiento del folclor de Chile. Su merecido título de Maestra no solo alude a su aporte académico hacia sus incontables estudiantes, sino que con todo un país, un país que este año celebra y reconoce en forma especial su inspiradora obra. También se incluye un registro de sus trabajos discográficos, radiales, televisivos y documentales, entre otros, tanto de autoría de Margot Loyola como dedicados a ella, que demuestran su relevancia tanto a nivel nacional como internacional. Una dimensión importante de nuestra labor como Ministerio de Agricultura es relevar la cultura rural de Chile, que forma parte esencial de la identidad nacional. En esta línea se ha desarrollado la presente publicación. A lo largo de los años Margot Loyola tuvo una especial cercanía con la Fundación de Comunicaciones, Capacitación y Cultura del Agro, plasmada en distintas actividades. Ahora, a través de esta obra, esperamos contribuir al reconocimiento de su figura, acercando al lector a su interesante vida y obra. Antonio Walker Prieto Ministro de Agricultura 7 LA TONADA DE MARGOT LOYOLA 8 PRESENTACIÓN Amante sobre todo de la música de su país, en especial de la tonada, Margot Loyola Palacios pensaba que la vida era demasiado corta para todo lo que se proponía realizar. Soñaba con vivir 500 años y se podría decir que consiguió su propósito. Es difícil pensar diferente considerando todas sus aventuras y desventuras así como el material que plasmó en su extensa obra, que hoy nos permite recordarla y conocer parte importante de nuestro patrimonio. Investigadora, maestra e intérprete, desde una temprana edad tomó las riendas de su vida haciendo espectáculos artísticos para sus vecinos en Linares. Luego, cantando tonadas a dos voces con su hermana Estela, fueron invitadas a la radio cuando aún no cumplían los 15 años. Su infancia no fue fácil, lo que sin duda le forjó un carácter fuerte, inquebrantable. Guiada en un comienzo por la Universidad de Chile en la línea de recopilar y dar a conocer la música tradicional, durante 14 años recorrió el país como maestra de sus escuelas de temporada. A sus clases de canto y danza asistían todo tipo de personas, como obreros, carabineros y profesores de música. Siendo joven, se fijó como propósito encontrar las raíces de la música tradicional y después darla a conocer a través de su proyección en un escenario o en un disco, procurando siempre respetar su versión original. Comenzó a recopilar canciones en el año 1936. Largos caminos de tierra guardan hoy los pasos de sus andanzas con una grabadora que compró en la Unión Soviética y que debía llevar arriba de un caballo porque pesaba cincuenta kilos. En una casa en un campo de Chiloé, en el desierto de Atacama o en la isla de Rapa Nui, la aguardaban, muchas veces sin saberlo de antemano, los intérpretes de oficio, por quienes sentía una profunda admiración y respeto, y de quienes decía que nada debían envidiarle a la academia. En varias ocasiones vivió con ellos, dejando que su arte —la pericona, el baile del torito, el sau sau— brotara espontáneamente. Antes de Margot Loyola se decía que el folclor era la cueca, representada por la figura del huaso y la china, pero ella se interesó por los matices, indagando y demostrando que la música del país era mucho más amplia. Dio a conocer la música mapuche y rapa nui, la del norte chico, del norte grande, del centro y sur del Chile; marcó las diferencias por zonas geográficas y géneros musicales y encomendó a alumnos y folcloristas para que investigaran, formando una extensa red de informantes con quienes mantenía un estrecho contacto. También se dedicó a conocer la música latinoamericana. Viajó al extranjero en reiteradas oportunidades, dando conciertos en países como Argentina y Francia. De esta forma, una danza que ella había aprendido en una aldea del norte de Chile cruzaba el océano y llegaba hasta elegantes escenarios con un público que ella conseguía cautivar e interesar en las tradiciones de nuestro país. Combinó su vocación por la recopilación de la “música de la tierra” —como ella le llamó— con el estudio, la disciplina y la entrega hacia sus alumnos, quienes con gran cariño hoy destacan su compromiso, generosidad y espontaneidad. Fue profesora de danza y música en la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso durante más de 20 años, formando generaciones de aprendices que adoptaron sus métodos. Pero, sobre todo, consiguió lograr con creces el mayor objetivo que puede alcanzar una maestra, transfiriéndoles a sus alumnos e informantes la idea de que el trabajo que desarrollan es valioso y que, por lo tanto, tienen el deber de continuarlo. Su entusiasmo contagió a otros y hoy cientos de personas continúan realizando la labor de rescate y puesta en valor de la música tradicional chilena que ella un día les encomendó. 9 LA TONADA DE MARGOT LOYOLA 10 AGRADECIMIENTOS Agradecimientos especiales a Osvaldo Cádiz por el recibimiento en su casa en reiteradas oportunidades, aportar con valioso material sobre Margot Loyola, facilitar el contacto con interesantes personas que contribuyeron para este libro, verificar información de los textos y ofrecer su apoyo incondicional. También a quienes se encontraban en la casa de Osvaldo: Camilo Leiva, por sus excelentes interpretaciones musicales; Carmen Contreras, por su cariño y gentileza, y Juan Pablo López, velando siempre por destacar la labor de Margot Loyola. A quienes compartieron sus historias de vida: Iván Guerra, de Iquique; Juan Villablanca, de Calama; Silvia Coca, de San Pedro de Atacama; Iris Arellano y su sobrino, Ramiro Venegas, ambos de Cobquecura; Sofía Painequeo, de Dibulco; Omar Maldonado, de Ancud, Chiloé; Héctor Leiva, de Ancud, Chiloé; Andrea Teiguel, de Castro, Chiloé; y Mario Moreno, de Colchagua. También a Juan Loyola, quien nos recibió en su casa, y a su hijo Patricio. A la Academia Nacional de Cultura Tradicional Margot Loyola Palacios, que facilitó importante material para este libro, como fotografías, recortes de periódicos, entre otros. Al Fondo Margot Loyola de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso y a su encargada María Eugenia Cisternas, por su compromiso y apoyo y por poner a disposición de Fucoa la valiosa documentación como fotografías, manuscritos de Margot Loyola, así como a discos e información crucial para el capítulo Discografía, publicaciones, cine y televisión. A Fernando Vergara, jefe de la Unidad de Patrimonio Histórico y Museográfico de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso. A Bárbara Gutiérrez, ex vicepresidenta ejecutiva de Fucoa y Osvaldo Zamorano, ex coordinador general de la fundación, por su apoyo para la postulación de este proyecto en 2016. A Cristián Becker, jefe Curatorial y jefe Científico y a Richard Faúndez, jefe del Área de Exhibiciones, ambos del Museo Nacional de Historia Natural, por su ayuda con la búsqueda de documentación sobre Margot Loyola. A Gonzalo Navarrete, de la Municipalidad de Linares; a Eduardo Méndez, del Instituto Cultural de Linares, al historiador Raúl Balboa e Iván Hachim, también de Linares. A Karen Espinosa y Sonia Inostroza, de la Sociedad Chilena del Derecho de Autor, por gentilmente facilitar el libro de Desiderio Arenas que trata sobre Margot Loyola. A Nicolás Rojas, jefe de Extensión y Comunicaciones del Museo Violeta Parra, y a María Soledad Abarca, Jefa del Archivo Fotográfico de la Biblioteca Nacional, por su ayuda para contactar a los dueños de la fotografía de Violeta Parra y Margot Loyola.