HISTORIA D1L FUTBOL URUGUAYO

Jueves 19 de febrero de 1970

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¿Maestro en ÍÚ i I h »! cp eédo quién luí "enhenado a jugar LA DIIICCIÓN NO COMPAITI NICf S A> I AMENTf LA OPINION DI LOS AUTOKK ¿O e* uiá* ju»ta I b %aloración que distingue a»í a cierto* jupulorc*. uta* allá

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gera sin medir de antemano su tras­ cendencia, tropezamos con el proble­ ma original: ¿qué alcance hay que acordarle al término “maestro” y en consecuencia, quiénes lo merecen o justifican ? Porque si nos atenemos a la acep­ ción más corriente, fundada en la finalidad didáctica de la función, maestro es el que enseña algo, el que hace adquirir nuevos conocimientos o nuevas habilidades que ayudan al discípulo a perfeccionarse en el ejer­ cicio de su tarea habitual. Si a eso limitamos el criterio a aplicar en el caso, sólo encontraría­ mos dos nombres que pudieran dar satisfacción a la exigencia básica: Leonardo Crossley y Juan Harley, ambos provenientes del fútbol britá­ nico sin entrar todavía en discrimi­ naciones de escuelas, tendencias, etc. Pero si ampliamos el sentido del término asimilándolo al que se apli­ ca en arte, tendríamos que “maes­ tro" es también el que perfecciona su propia obra que queda como mo­ delo en su género, o el que sin pro­ ponérselo, forma adeptos que siguen sus huellas en un afán de imitación por el que se procura acercarse lo más posible a la obra admirada. Como nosotros hemos sostenido siempre que el fútbol es un arte con f 1 'L í un contenido técnico, nos mantene­ Leonardo Crossley: como Harley, Juan Pena: creador de un modelo. mos fieles a esta norma y conside­ enseñó. ramos como “maestros” en fútbol a los que figuren en cualquiera de A MANERA DE EXPLICACION estas dos categorías: la de enseñar Va sin decir que es ésta una opi- algo nuevo (Crossley y Harley) o la ninón personal de- quien firma el Se nos ha encargado el capítulo de haber creado un modelo que ge­ trabajo, y de cuyas conclusiones nos referente a “Los maestros" del fút­ nera el deseo de la emulación: Wi- hacemos responsables en cuanto a su bol uruguayo. Pero al abocarnos a lliam Poole, Juan Pena y José contenido técnico. la tarea, aceptada un tanto a la li­ Piendibene. C. L. G.

267 ñada en derribar ídolos ajenos que en crear los propios? Y es que algo irradiaba este hom­ bre que pasó en su vida por mil acechanzas del destino, incluso en lo deportivo como consecuencia de le­ siones que en tantas oportunidades lo mantuvieron por largos períodos al margen de la actividad, lo que sin embargo, no significaba la más mínima disminución en su notorie­ dad, en su prestigio, en su gravita­ ción. Y sin embargo, la verdad es que pasó por momentos de escaso ren­ dimiento como el anuncio de una decadencia que se habría justificado por el desgaste del tiempo; cuando todo parecía insinuar el arribo del retiro definitivo que más de una vez lo deseó él mismo, pero del que te­ nía que renunciar ante el imperativo de las autoridades de su club para quienes la presencia del "maestro" sano o enfermo, joven o en plena veteranía, era siempre garantía de optimismo ante la incertidumbre de un resultado difícil. Todavía más para robustecer la incógnita de su personalidad. Debe ser un caso único en el m undo el de un hombre que no siente placer en lo que hace, no obstante lo bien que lo hizo; que no quiere a su p ro ­ fesión o a su actividad ordinaria al grado de no desear hablar de ella; que a la hora de haberse jugado un partido no recordaba nada o casi nada de lo ocurrido, como si se sa­ cara un peso de encima que le in­ comoda. Y asi y con todo ello en contra, fue “el maestro” del fútbol uruguayo y el jugador más admirado y respe­ tado de su tiempo. ¿Cómo se podría describir la per­ sonalidad futbolística de Piendibene? El maestro por antonomasia, tiene hoy todos los perfiles de lo que se llama Vaya una anécdota de la que fui­ "un jugador de leyenda". mos actores. En los últimos días an­ tes de la partida de la delegación uruguaya al Campeonato del Mundo JOSE PIENDIBENE experiencia y la eficacia de los de 1950, se realizó en Eos Aromos, Brown, era materialmente imposible residencia en ese momento de la Seguramente, éste es el caso más derrotarlos en dos oportunidades casi selección celeste, una amable reu­ fácil a los efectos de justificar el inmediatas. Pero, ¿y después? En nión propiciada por las autoridades titulo con el que ha pasado a la in­ ese "después" que duró casi veinte de la Junta con la presencia de los mortalidad Desde que en 1911 Jor­ veteranos de Colombes, Amsterdam ge o Juan Brown —que todavía se años el título de “maestro" se vincu­ ló de tal manera a su protagonista, y , periodistas, invitados, discute la paternidad de la expre­ que no es exagerado decir que in­ etc. La conversación tendió natural­ sión le confirieran la categoría, mente hacia el fútbol y los grandes pasó a la historia como "el maestro" cluso sustituyó a su propio nombre. El jugador, el ciudadano, el hombre jugadores que se habían sucedido del fútbol uruguayo, sin que el gra­ en el tiempo, con toda clase de com­ do levantara resistencia en sector en el retiro, siguió siendo "el maes­ tro" hasta su último aliento. El pro­ paraciones entre "antes y ahora" al alguno de la opinión futbolística na­ gusto de cada uno. cional ceso explica y justifica la justicia de la calificación discernida por el Entre los jugadores seleccionados ¿ Cuáles han podido ser los fun­ figuraba que fue, a damentos de esa consagración uná­ consenso popular en veredicto uná­ justo título, integrante del equipo nime? En su origen, por la impre­ nime Pero, insistimos: ¿por qué? más tarde campeón, quien sostenía sión que a los zagueros argentinos ¿ Es que durante todo ese tiempo no que el mejor centrodelantero que de aquel año les causó la reiteración surgió nadie que al emular las ha­ había conocido era Sebastián Guz- de una misma jugada, magistral en zañas de Piendibene hubiera mere­ mán, compañero del club rosarino su desarrollo y en su conclusión. cido igual o parecida calificación, y magnífico exponente del fútbol de dos tantos notables— cuando era incluso al impulso de una rivalidad su país. Nosotros le dijimos a Vidal dable suponer que a hombres de la de clubes muchas veces más empe­ que Piendibene había sido superior a Guzmán, sin que ello implicara des­ medro para el prestigio indiscutible del jugador cordobés, cuyas virtudes técnicas estuvimos de acuerdo en proclamar. Vidal contestó con una frase que no hemos podido olvidar en cuanto traducía la admiración que sentia por quien fuera su compañero: “Si Piendibene jugó mejor que Guzmán, fue como Dios”. La expresión era un reto al que había que responder de inmediato, por lo que dijimos: “Imagínese a Guzmán con un metro setenta y ocho de estatura y con setenta y cinco kilos de peso. Eso fue Piendibene en 1912”. Vidal fue leal al contestar: “si es así, Piendi­ bene fue Dios”. El lector que haya visto jugar a Sebastián Guzmán, puede sacar la mejor consecuencia posible, en cuanto ha sido el hombre que hemos visto más parecido en su accionar al "maestro” uruguayo. Para los que no tienen puntos de re­ ferencia, trataremos de reconstruir la imagen que guardamos celosamen­ te en el recuerdo. Fue esencialmente un jugador de equipo para quien el lucimiento per­ sonal no contaba. En ese aspecto, no ha tenido rival. Incluso alguna de sus carencias, que también las tuvo, se convirtieron en virtudes. Como nunca poseyó remate potente, se acostumbró a desplazarse en el área penal adversaria, para estar más cerca del arco y en condiciones de colocar la pelota, como llegó a ser su fuerte. Pero para no estar a merced de las defensas contrarias, arrastraba con él a los entrealas, llegando a dominar el juego corto en la zona fuerte con la misma faci­ lidad que en medio del campo. Ma­ nejó el accionar con la cabeza a la perfección, tanto en el remate final El Piendibene de 1926, en una rara fotografía donde aparece en el aire, como en la forma de apoyar a un disputa una pelota con Andrés Mazali. compañero, y, por encima de cual­ quier otra virtud, tuvo la de discer­ nir cuando debía ceder la acción fi­ nal a quien estuviera en mejor con­ dición, o si por el contrario la res­ ponsabilidad recaía sobre él para muy especialmente, la burla al ad­ “leader” indiscutido a lo largo de hacerse cargo de ella. Como de mu­ versario. Sentía un verdadero placer veinte años de actuación, con un per­ chacho hajjía recibido un fuerte en elogiar todo lo que él suponía fil de “caudillo” nato del que nunca golpe en la pierna izquierda del que digno de ello, sin reparar si existía quiso hacer uso; porque fue el más nunca pudo restablecerse totalmente, o no la reciprocidad, e incluso cuan­ eximio representante del mejor fút­ debió pulir el accionar de la dere­ do se trataba de alguien con quien bol que se jugó en el país y del que cha para cubrir el déficit; de ahí existiera algún distanciamiento en surgieron las más grandes conquis­ ese movimiento que luego fue imi­ el orden personal. Con dos jugado­ tas alcanzadas; porque llenó una tado por tantos hasta integrar una res de su tiempo, mantuvo una ene­ época con su nombre y con la evoca­ modalidad del fútbol del país que mistad de años que llegó incluso a ción de sus hazañas en los campos; tuvo con el tiempo en Héctor Castro la supresión de todo trato: Carlos porque fue modesto hasta la exage­ a ur.o de sus más grandes cultores. Scarone y José Benincasa. Pues bien: Fue valiente en la adversidad y ge­ ración, no ajudicándose la más mí­ del primero decía que había sido nima gravitación en el proceso del neroso en el triunfo, del que jamás “el mejor jugador de fútbol de todas se envaneció, como nunca victorió fútbol patrio, aunque muchos qui­ las épocas” y del segundo, que no sieron imitarlo, José Piendibene ha uno de sus goles, cuando muchos fue­ había conocido un zaguero que lo ron realmente de antología. Jugaba sido el más grande jugador de to­ superara. Ninguno de los dos retri­ dos los tiempos en el país y un au­ en serio, con la preocupación de ga­ buyó la distinción... Por todo ello, nar, porque como él decía: “a eso y por lo que significó como ascen­ téntico maestro de varias genera­ vinimos”, desdeñando todo lo que diente entre compañeros y adversa­ ciones. creyera superfluo e innecesario, y rios; porque fue sin proponérselo un César L. Gallardo.

269 Existen también otros arquetipos car el concepto popular. P ero aun LOS ‘ MAESTROS'' EN LA de jugador, que el aficionado reco­ si admitiéramos ese sentido docente JERGA FUTBOLISTICA noce: el artillero, el hombre-gol, el tampoco suscribiríamos la restrin g i­ peón de brega, el dribleador, el ju­ da nómina con que lo ilustró. M aes­ La jerga popular ha elegido sus gador de "garra”. Hay nombres que tros hubo, hay y seguirá habiendo. nombres para designar ciertos tipos quedaron identificados para siem­ La lista no debe cerrarse en fecha de jugadores que se han ido perfi­ pre con esos conceptos populares: ninguna. Ninguna época terminó con lando a lo largo de la historia del Piendibene es el maestro; Obdulio la maestria. fútbol uruguayo. Varela. el caudillo; Petrone, el ar­ También conviene precisar que el Asi. se llama -caudillo” al juga­ tillero; Cea, el peón de brega; Julio maestro no es necesariamente el más dor de personalidad fuerte y domi­ Pérez, el dribleador; Gambetta, el grande. Es difícil establecer priori­ nante, conductor de su equipo, que de la “garra”; Spencer, el hom­ dades entre los distintos tipos que ejerce gravitación moral y psicoló­ bre-gol. hemos definido. Su diversidad ha gica sobre compañeros y adversarios. Todo esto tiene, desde luego, algo creado la riqueza del fútbol u ru g u a­ Es muchas veces el capitán, pero de arbitrario, y muchas veces los yo. La suma de sus virtudes, su g ran ­ puede no serlo. No hay necesaria­ límites de cada casillero aparecen deza. mente un caudillo en cada equipo, borrosos. Pero lo cierto es que cuan­ El maestro por antonomasia ha pero la historia de los grandes cua­ do se dice de un jugador, bajando y sido Piendibene. Asi lo bautizaron y dros está generalmente ligada a ahuecando la voz: “era un maestro”, así ha quedado para la historia. Un grandes caudillos. todos sabemos que se está hablando poco a su imagen se elaboró la acep­ Se llama asimismo “maestro" al de alguien que jugaba con superiori­ ción popular del término, y a través jugador que reúne un conjunto de dad, con técnica y con estilo. de las distintas etapas de nuestro condiciones que provocan admiración Por eso respetamos pero no com­ fútbol fueron surgiendo grandes juga­ por su estilo, su serenidad, su gran­ partimos la acepción demasiado aca­ dores que el consenso general consa­ deza. su capacidad organizativa, su démica del Dr. Gallardo, para quien gró también como maestros. En la dominio general del juego pero, so­ maestro es solamente el que enseña imposibilidad de abarcarlos todos, se bre todo, su sentido del pase y la o sirve de modelo. No es asi en la evocan aqui algunas de sus figuras estrategia. ierea futbolera y queremos reivindi­ representativas. j . b .

HECTOR SCARONE maestro, un mago. Es decir, un ju­ “esperen” y poco después empalmó gador capaz de hacer cosas imposi­ un violento voleo desde afuera del Desde el sudamericano del 17 al mundial del 30 para enmarcarlo en bles inexplicables Por eso fue dis­ área, que entró a media altura junto dos triunfos internacionales hubo cutido. negado, aclamado. al palo izquierdo de Ballestrero. Se un jugador enorme, fundamental pa­ Nacional jugaba con Rampla un volvió hacia la tribuna con un ges­ ra las grandes conquistas del fútbol partido clave para éste pero sin im­ to de “ahí lo tienen” y se fue ren­ uruguayo se llamaba Héctor Scaro­ portancia para los tricolores, que gueando de la cancha, en medio del ne y la sabiduría popular le puso habían perdido toda chance local a delirio de la hinchada “el mago' raíz de su gira por Estados Unidos Héctor Scarone fue un jugador Se habla corrido el rumor de que completo Se le llamó “el mago” por Scarone desborda la acepción es­ Nacional, para favorecer el puntaje su juego sorprendente; “rasquetita’’ tricta que hemos delineado del maes­ tro Fue más en cierto modo, y en de Rampla respecto a Peñarol, no por su genio pronto; “la Borelli”. aludiendo a_ la famosa artista Italia­ cierto modo menos. No tenia el es­ ofrecería resistencia I-a cosa se com­ tilo sereno dei maestro Fue más ner­ plicó cuando la defensa tricolor co­ na. por su divismo, sus veleidades, vioso, mas inestable más sorpren­ metió un penal aparentemente in­ sus caprichos. Se dijo que era “el dente más decisivo Pero no podría justificado. Y se agravó con una mejor insider derecho del mundo”, cierta renguera de Scarone... A rre­ "el mejor íorward del mundo” o, faltar en esta nómina porque es la ciaron los silbidos. La tribuna nacio- simplemente, el mejor jugador del que más se le aproxima aunque en nalófila hervía de indignación “El mundo Para “El Gráfico' fue el ju­ • sudad Scaratte fue más que un mago’ hizo entonces un ademán de gador más temido por los argentí- nos, porque hacia Jos goles indispen­ sables. Para Zamora, “un símbolo del fútbol”. Para Meazza, “uno de los jugadores más fantásticos que he visto en Italia” (donde jugó después de los 30 años). Para otros, “un crack del siglo”, “un fenómeno del fútbol”, “un creador”, “una gloria del fútbol rioplatense”. En una reu­ nión realizada en Santiago de Chile en ocasión del Mundial del 62, donde se discutió sobre las cumbres del fútbol, sostuvo que era el jugador más grande del mundo de todos los tiempos. ¿Dónde radicaba la grandeza de Scarone? Primero, en el conjunto de sus condiciones, en su dominio abso­ luto de todos los fundamentos del fútbol. Era ágil y veloz, Jugaba con ambas piernas, dribleaba con sobrie­ dad pero podía hacerlo con lujo. Shoteaba con violencia y con asom­ brosa dirección. Cabeceaba con fuer­ za o pasaba con precisión. Era temi­ ble en el área, a pesar de su baja El gol de Scarone a Ballestrero para una hinchada escéptica. estatura.’ Saltaba en el sitio exacto y un instante antes que su adversa­ rio, ganándole el lugar, descolocán­ go”: sacaba jugadas imprevisibles de dolo. Luego se m antenía como sus­ su galera. pendido en el aire hasta que asesta­ Scarone iba y venía en la cancha, ba su golpe. “Hay que colocarse en defendiendo (jugó varias veces de el aire y cabecear como cabeceaba half derecho), haciendo juego, lle­ Rasquetita”, recordaba Piendibene gando al arco rival con sus tiros o años después. cabezazos. Hacía lo que entonces se Su juego habitual era el de un en­ llamaba “juego de ala” con su pun­ treala creador de juego pero que tero. Si el puntero se cerraba para también podía resolver por sí mismo el medio, Scarone se corría a la pun­ una jugada. Fue goleador en sus co­ ta desde donde podía centrear mate­ mienzos. Jugó para Petrone en el 23 máticamente o internarse para ju­ y en el 24. Lesionado Perucho, reasu­ garla hacia atrás o shotear. Tiraba mió su función de goleador en la gira los corners desde las dos puntas con del 25. Jugaron para él en el 28. pierna cambiada. Nadie tiraba me­ Jugó para todos en el 30. Contun­ jor los tiros libres ni los penales. dente con Petrone. Afiligranado con La precisión de sus tiros se hizo Anselmo. La carrera de Petrone fue legendaria, como sus goles a Isola en gran parte obra suya. “A Perucho en el 17, a Tesoriere en el 23, a Van solamente hay que pasarle la pelota der Meulen en el 24, a Zamora en y mirar al centro de la cancha: es España en el 25, a Octavio Díaz en gol”, decía Scarone. el 27, a Bossio en el 28, por citar los Si; pero había que pasarla como más famosos. Se contaban prodigios pasaba Scarone. Una tarde, jugaba de sus entrenamientos: que volteaba al centro de la delantera con Duhart una botella desde 30 metros, que a la derecha. Arrancó para la iz­ pegaba 10 veces seguidas en los pa­ quierda y de zurda la cruzó sorpre­ los y en los ángulos desde el punto sivamente para el carolino que en­ penal, que pasaba la pelota por un traba solo y convirtió. Comentaba agujero del alambrado desde 20 me­ Duhart al terminar el partido que tros. ¿Todo leyenda? Yo lo vi ejer­ citarse pacientemente con la cola­ el sol lo había enceguecido y no boración de Marán en la recepción había visto nada: la pelota le pegó de centros con la cabeza y con el en el pie derecho y entró al arco. pie. Era infatigable: la voluntad al Tal había sido la precisión del pase. servicio del talento. Preciso e inesperado. Así era su ¿Dónde radicaba su genio futbo­ pase. Nada convencional, "cantado". lístico? En la jugada imprevista, en Jugaba el pase corto para armar el el don de la oportunidad, en su pro­ juego, pero era un maestro en el digiosa capacidad para resolver una pase largo, arriesgado, incisivo, para situación decisiva. la cortada o el desborde. Veía donde No era modesto. No fue un indi­ nadie había visto. Sorprendía con ferente. Tenía pasión por el fútbol, una pelota sin destino aparente, pero por el triunfo, por su fama. La mis­ a cuyo extremo aparecía un compa­ ma pasión que, en el sudamericano ñero solo en medio de la defensa En él se unieron el fútbol clásico oficioso del 16, lo llevó a treparse a la tribuna de Gimnasia y Esgrima adversaria De ahí su mote de "ma- del 12 y la fuerza del 24.

271 para rescatar la bandera uruguaya de entre las llamas. La misma pa­ HECTOR SCARONE sión con que jugó y ganó con la celeste y lo mantuvo fiel a Nacional El mejor del mundo, para muchos. y al fútbol hasta sus últimas horas. Siempre fue el “veterano" (para los olím­ Contaba el periodista Adolfo Ol- picos) ya que venía actuando desde doine que cuando Cea quería hacer­ 1915 y sólo Angel Romano era mayor lo enojar, le decía despectivamente: que “Rasqueta” o “Rasquetita”. Habili­ ‘•anda, mago de biógrafo, si no aga­ doso en el dribbling, era impecable en rrabas una”. Y cuando “Rasquetita”. precisión y fuerza con el remate al ya viejo, se defendía de la calumnia, arco. Jugó 369 partidos con Nacional celoso siempre de su prestigio, abra­ y marcó más de 300 goles. Campeón zado a su fama como un niño a su Uruguayo en 1916-17-19-20-22-23-24-34 (8 mejor juguete, la sabia voz del vas­ teces) Campeón Sudamericano en 1917- co restablecía la verdad: “no. m a­ 1923-1926 (3 veces); Campeón Olímpico güito, eran bromas; vos eras el m e­ en 1924 y 1928 y Campeón del Mundo jor de todos”. en 1930. Sumó cerca de 80 internacio­ Quizá para comprender a Héctor nales, contando la Gira de Nacional por Scarone en toda su magnitud haya Europa (1925), oficializada por AUF. que recordar que, aparte sus virtu­ Jugó por Barcelona (1926) y Eiorentina des excepcionales, jugó en una época (1931 al 33). Llegó a actuar por Nacio­ también excepcional, con un pie (y nal, en un amistoso, en 1950, luego de el símil es aquí doblemente valede­ ser Director Técnico en España y en ro) en cada una de dos grandes ge­ Colombia (1947, Millonarios). Falleció neraciones: bebió en la ciencia del en 1967. Había nacido en Montevideo, fútbol clásico del 12 y tuvo la fuer­ za del fútbol triunfal del 24 en 1898. Fue —con Nacional— Campeón rioplatense en 1916, debutando como in­ Julio Bayce. ternacional al año siguiente.

ROBERTO PORTA adversarios y cuai la de los compa­ forzados mediocampistas contempo­ ñeros realizando, luego, el pase más ráneos. Un jugador puede poseer gran ha­ conveniente Es claro que, en razón de sus va­ bilidad, someter la pelota a sus ca­ Roberto Porta fue crack en toda lores técnicos y tácticos de múlti­ prichos. adormeciéndola en el em­ la acepción del vocablo, porque con­ ples aristas, Roberto Porta también peine sobre la frente, matando su currieron en su personalidad esos dos sabia estar estaba en las instan­ impulso como quiera que le llegue elementos imprescindibles: la habili­ cias decisivas del área, llevando la Todo ello realizado en forma fácil dad y la inteligencia pelota a la red con remates que se y desenvuelta Pero por esa sola Jugador de una época en que ya caracterizaban más por su oportu­ condición no se es crack. Para ser­ el fútbol comenzaba a insinuar las nismo y precisión que por su fuerza lo se necesita tener, además de ese transformaciones tácticas que hoy y contundencia Las defensas lo te­ dominio sobre el balón, la inteligen­ se han registrado. Roberto Porta, mían por su sagacidad constructiva. cia táctica la claridad mental, el actuando fundamentalmente corno Loe arqueros por sus disparos im­ panorama suficiente que le permita nexo entre defensa y ataque, fue un previstos y astutamente colocados. ver, cuando sea suya la iniciativa de magnifico creador y, si se quiere, "La clase -dice Helenio Herrera— la acción cual e* la posición de los un auténtico precursor de ios es­ el jugador debe confirmarla en cada partido”. Eso era lo que hacia pre­ cisamente Roberto Porta: ratificó su excepcional calidad en cada encuen­ tro de los tres países en que jugó: en Uruguay, en , en Italia y de nuevo acá. r Si se desempeñó de igual a igual 1 junto a inolvidables maestros del fútbol nuestro, sudamericano y mun­ dial; si hubo tantos que quisieron hacer lo que él hacía, imitar su esti­ lo, seguir sus pasos, es hora de pre­ _ guntarse si en realidad se hace jus­ ticia completa afirmando, simple­ * mente, que Roberto Porta fue un crack del fútbol uruguayo. Seguros de no incurir en fácil exageración, entendemos que Roberto Porta me­ rece un calificativo superior. El “Ta­ ño” de la boina que ocultaba la cal­ vicie precoz, tiene derecho a inte­ grar la más rica galería de los exi­ mios maestros del fútbol del mundo. Nilo J. Suburú. i

ROBERTO PORTA

Roberto Porta llegó a Nacional sien­ do un niño de pantalón corto: repartiu leche a caballo y ataba al animal en la entrada. A los 15 años jugaba en prime­ ra división, alternando con la gloriosa generación olímpica de donde siempre aseguró había recogido todo lo que sa­ bía Fue preseleccionado para el Cam­ peonato Mundial de 1930 y al año si­ guiente pasó a Independiente de , formando con Sustre un ala céle­ bre. Se hizo famoso un chiste de “Boro- coto" publicado en “El Gráfico", donde sugería una forma de castigo paru los defensas indisciplinados: marcar al ala Sastre-Porta. En 1933 pasó a Italia, ju­ gando por el Ambrosiana (hoy Interna­ cional} y alternando en la poderosa se­ lección italiana de entonces, base de la que obtendría en el 34 y 38, los dos títulos mundiales para la península. En el 36 regresó u Independiente y jugó algunos purtidos para reintegrarse a Nu- cional en el 37. Jugó once temporadas consecutivas y sumó más de trescientos partidos con la blusa blanca. Fue seis veces Campeón Uruguayo: 1939, 40, 42, 43 y 46 y jugó cuarenta partidos por la selección celeste: debutó en la Copa Newlon de 1937 y se despidió en el partido por el mismo trofeo jugado en 1945. Fue Campeón Sudamericano en 1942. La sola mención de lo recorrido por Roberto Porta en el mundo del fútbol, define más que ningún otro concepto su sensacional capacidad: fue inmenso jugador en épocas escogidas del fútbol uruguayo, del fútbol argentino (los años del Independiente de Arsenio Erico, Pí­ “ la'década del 40, en una tarde de las tantas victoriosas frente a Peñarol cenle de la Muta, Maril} y del fútbol italiano. el gran delantero «ale con General Viana.

273 Luis Ernesto Castre. Fabnni. Atibo García lecciones dominicales de fútbol

JUAN ALBERTO SCHIAFFINO menores que existían en Potitos, sider izquieido, cent rodelantero y hamo donde abundaban los añora­ puntero derecho con idéntico suceso. nació en dos potreros. Desde entonces llamó la atención la Montevideo el 28 de julio de 1925. en Actuó en las divisiones inferiores elegancia y perfección de su acción. hogar modesto y trabajador. Su pa­ de Peñarol desde 1943 Juan y Raúl Ese año 45 sería clave en su ca­ dre uruguayo, fue obrero municipal eran hinchas de Nacional porque el rrera. Aníbal Tejada y Alberto Su- | y más tarde empleado del Jockey padre lo era y los llevaba temprano picci binomio técnico de Peñarol 1 Club; su madre fue paraguaya La al Estadio los días que actuaban los decidieron ascender en “block" aque­ sangre italiana le venía de los abue­ lla delantera que obligaba a madru­ los paternos, oriundos de Laguna. tricolores En 1945 ganó la titu­ laridad de aquella famosa Terce­ gar Y lo hicieron nada menos que Familiarmente fue desde niño ra División que arrasó con todos ante Nacional, un Nacional que ali­ Pepe íque en italiano quiere de­ ios campeonatos de la divisional, y neó en su reserva a hombres del cir pimienta ). El sobrenombre lo que formaba con Dimitido, Schappa- prestigio de Galvalisi, Roberto Por­ debe a una tía, que luego de un za­ pietra y tíinaghi, Armúa, C. M. Ro­ ta, Secundino Arrascaeta Aquellos farrancho del inquieto chiquilln, ex­ dríguez y José Etchegoyen, Julio muchachos del tercero ganaron por clamó “.Este niño es “pepe''’ César Britos, Agnesse, Martiarena, 6 a 2. También en ese año 45, En­ Su* primeras patadas la* dieron J A Schiaffino y ViJlamide (o Con­ rique Pelliciari designado para él y su hermano Raúl, dos años ma­ tad Varela). En manos de Ulise* seleccionar el representativo urugua­ yor en el “Raulito", el “Anzona” Anzuela y Jorge Clulow, Schiaffino yo que jugaría con los argentinos en y el “Olimpia Júnior*", cuadro* de perfeccionó su juego, actuando de in- aquellos tradicionales partidos a be-

274 & I i PORTA: EL PODER DE CAPTACION ROCHA: Hace poco, conversando el pranamente, ccuando se llevan EL RIVAL QUE FELICITA profesor Alberto Langlade al jugados unos pocos minutos, Verano de 1964. Juegan Pe- <> atacar el tema de la capa­ él los tiene a lodos fichados ñarol y Racing argentino. Pe­ H cidad de los directores téc­ mentalmente y puedo asegu­ dro Rocha esa noche está con nicos del fútbol nuestro, tuvi­ rarles que es difícil que se todas las "luces"' encendidas. I « mos oportunidad de escucharle equivqoue. Trabajamos juntos Todo le sale; un derechazo im­ la siguiente apreciación: en Nacional y me fue dado presionante es gol; Joya y —“Creo en los entrenadores comprobar esa calidad, poco Abbadie juegan con sus pelo­ nuestros. Desde luego, como frecu en te y valiosa. tazos; sus hamaques dejan el sucede en todas las manifesta­ Langlade lo dijo espontánea, tendal. Peñarol gana con faci­ ciones humanas, en algunos mente, sin que nadie se lo pre­ lidad. En determinado mo­ sobresalen y predominan de­ guntara. Juicio, entonces, do­ mento, Rocha arranca zigza­ terminadas condiciones. Así, blemente valioso. Por provenir gueando y hamacándose; se el poder de captación de Ro­ de quien proviene y por no saca varias veces de encima berto Porta es algo realmente haber sido provocado. a Daniel Bayo y a Perfumo. excepcional. Me refiero a la Personalmente no nos extra­ Culmina con una cortada mi­ rapidez y celeridad con que ña que Roberto Porta posea limétrica a Silva. Llueven los puede precisar, mirando un este poder de penetración. Mu­ aplausos. Entonces, Daniel Ba­ partido, los vicios y defectos chas veces lo demostró cuando yo, N9 5, víctima directa de la de jugadores que nunca había era protagonista, yéndose por espléndida noche del salteño, visto. Le alcanza con que un la derecha al zurdo o por la se adelanta v le estrecha la futbolista tome contacto una izquierda at que sólo tenía "la diestra. Noble reconocimiento sola vez con la pelota —y a derecha para caminar"". De és­ a la extraordinaria capacidad veces ni siquiera eso— para tas. Roberto Porta tiene a mon­ de un gran jugador. dictaminar dónde está su fuerte tones. Todas las que puede y cuáles son sus carencias. Ex­ tener un auténtico crack, esto trae conclusiones inmediatas y es, las que solamente puede los hechos posteriores se encar­ acumular quien sabe ver antes, GOL DE ANTOLOGIA gan de confirmar su análisis mejor y más lejos que el fut­ Matosas sale del medio con técnico - individual. Muy tem­ bolista común. la pelota. Rocha se mueve de izquierda a derecha por el círculo central, seguido por su marcador Echecopar. Se la dan CAMPEON INTEGRO atorado y de espaldas al arco rival. Sin embargo, sobre el de la revista "Sport Ilustrado" (1956) mismo movimiento, la engan­ cha con el pie derecho y se "Juan Alberto Schiaffino está beza; en resumen, Schiaffino da media vuelta con la pelota entre los más prestigiosos juga­ aúna todas las características pegada al empeine. La saca dores que la historia recuerde. que son indispensables para ob­ per detrás de la pierna izquier­ Actualmente es muy proba­ tener el diploma de campeón da v se va entre los asombra­ ble que no existan para él ri­ íntegro. dos Taverna y Echecopar. Tres r t vales en el plano puramente zancadas v la toca para Spen- técnico. Dueño absoluto de la "Su majestad Juan Alberto cer a la derecha. Sigue corrien­ pelota, el "Pepe" conoce todos do recto a la valla. La devolu­ ii Schiaffino, más conocido por los secretos del arte futbolístico ción del ecuatoriano llega por PEPE, fue juzgado como el me­ y sabe sobresalir en todas las aire. Sobre la media luna, sobre jor entreala izquierdo del cam­ especialidade9: p erfecto en su la marca de Madero y Spadaro, peonato pasado. Rajo su direc­ dominio de la pelota; calibra­ la baja con el pecho y saca el das sus aperturas y saltos; rara ción, el ataque rojinegro del derechazo cruzado de volea ha­ la precisión de sus t'wos al arco MILAN molía los goles que lo cia abajo que entra junto al — casi nunca potentes pero eje­ llevarían al Campeonato, mien­ poste derecho de Flores. Col cutados siempre con la natura­ tras enloquecían los adversa­ de antología. Desmarque, habi­ lidad del hombre superseguro; rios que tenían que marcar al lidad, potencia, shot, cerebro. incom para ble su juego de ca. P e p e 9. Diciembre de 1969.

275 JUAN ALBERTO SCHIAFFINO, para niucltns aficionados, no admite siquiera la duda de la comparación cuando se ha lila del mejor jugador de fútbol del mundo en todas la «■líjeos

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üuenc roña, cuando ya se habían reparado Habían dejado atria un célebre per - r - de independiente, cuando Porta ae fue a Buenoa Airea a revalidar condicionea poco ot esplendor del club de Avellaneda, aquel que pubiicu y c ritic a llamaron “le ite ra que ae nutria adcmla del aporte de V icente de la Mata y el paraguayo Erico. Afckíw* (i oafle» >&■.->.-i.-

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m - - £ *í R ¿1' '’S.JKJn. *♦ •• w • ’ A la derecha: en 1949, la tarde en r • que Nacional no se presentó al se­ gundo tiempo, Arriba: en 1950, des­ filando antes del p artid o con Suecia ''W* ' \ '»• * . ' - * a », ' .♦ ~,x' •?.? \ • • ;. -W A £ en Pacaembú. neficio de los Círculos de Periodis­ tas Deportivos de las orillas del Pla­ ta— citó al juvenil delantero, que se había convertido de la noche a la < ■' ° * mañana en verdadera curiosidad pa­ ra Montevideo. El partido se jugó . i i * \ * el 29 de diciembre y entró en el se­ gundo tiempo para formar una tri­ pleta central excepcional: Walter Gómez, Raúl y Juan Alberto Schiaf- fino. El partido terminó 1 a 1 pero todo el país había “descubierto” a -43 * i •* un sensacional delantero en el en­ treala izquierdo del jopo. La de 1949 fue la temporada de su definitiva imposición. Su nombre es indisoluble en la mención del po­ »• ’ derío de aquella formación de Pe- ñarol que constituía la base del equipo que al año siguiente se coro- El país ungió “crack” a Schiaffino en el formidable Peñarol del 49 y en esta d elan tera Míguez, él y Vidal. Hay en el mundo del fútbol, quién no admite siquiera el con Ghiggia, Hohberg, dem érito Schiaffino, cuando se considera el mejor jugador de todos los tiempos. de un parangón con

El debut en Italia, el 19 de setiembre de 1954: esa tarde hizo dos goles este superdotado del fútbol. naría Campeón del Mundo en Ma­ racaná. De aquella recordada for­ mación que dirigía Hirsch se desta­ caban nítidamente los delanteros, apodados la “escuadrilla de la muer­ te”. Schiaffino era el superdotado, el ídolo, el habilidoso, el inteligente^ el del toque exacto, el del tiro me­ dido, el del cabezazo justo, el' del andar elegante, el de la seguridad absoluta en maniobras que parecían someterse a un largo proceso de “depuración” técnica en su cerebro ante de exhibirse. El Cam peonato del Mundo de 1950 significó un extraordinario mérito para los nuestros pues su fútbol vi­ vía la transformación de la esquemá­ tica antigua a la moderna, un pa­ saje que se cumplía lentamente en medio de arduas discusiones. Schiaffino resultó allí una extraor­ dinaria figura pero sería cuatro años más tarde —en el torneo del mundo jugado en Suiza— donde alcanzaría Ja cima mundial. Al decir de mu- < chos —entre ellos del propio Schiaf­ fino— esta selección estaba mejor" integrada y era más poderosa y com­ pleta que la del 50. Checoslovaquia, Escocia e Inglaterra cayeron suce­ sivam ente y “P epe” e r a ‘el futbolis­ ta más representativo de aquellos once celestes. Milán ya lo había con­ tratad o y la colonia italiana en Sui­ za, dirigentes y “tifosis” venidos ex­ presamente, formaban una ruidosa corte de admiradores. El “vuelo” de , los celestes se cortó en aquel par­ tido formidable e imposible ante H ungría y allí de nuevo nuestro nú­ mero 10 fue notable estratega y coautor —habilitación precisa— del prim er gol de Hohberg. El 19 de setiembre de 1954 debu­ taba en Italia ante el Triestina, ga­ nando Milán por 4 a 2: conquistó dos goles. Desde allí se convirtió en Campeón Italiano en 1954/5, 56/7 y 58 '9, a órdenes de técnicos diversos, entre ellos Héctor Sena Purícelli < ex-delantero del Hiver nuestro), Bela Gutman y “Toni” Businí. En sus comentarios, diarios y revistas cionados, técnicos y comentaristas tegia tocado además por una elegan­ le llamaban “Pepe, il regista del le consideran el mejor jugador del cia particular en cada movimiento. diabolo" (Pepe, el director del dia­ mundo. Alfredo Foni, que dirigiera Fue un notable precursor del "anti­ blo), ya que popularmente al Mi­ la selección suiza en 1966, directa­ individualismo" y de una ordenación lán se le conoce como “El diablo". mente no admite comparaciones: pa­ táctica que pronto ganaría adeptos. Buffon, Maldini, Bergamaschi, Sil- ra él no tuvo rival que se le acer­ vestri, Liedhólm, Zagatti, Sorensen, cara- _ Para elaborar este trabajo no con­ Ricagni, Nordhal, Schiaffino y Frig- Fue un superdotado como Pele, como Di Stéfano, con el difícil agre­ tábamos con una oposición: la del nani figura entre las mejores alinea­ propio Schiaffino (•), que sé resistía ciones de club de la península. “So­ gado que surgió en un instante de confusión en nuestro fútbol. Impuso a admitir que ciertos jugadores ense­ berbio equipo, mezcla maravillosa ñaran a otros, siendo que no hay del virtuosismo, la agilidad y la su­ y enseñó una forma de jugar que no era corriente, siendo el primer escuelas ni normas fijas para cali­ tileza de la pareja sudamercicana ficar los atributos y funciones que con el juego directo y potente de los delantero que al “armar” el juego atacante por la izquierda, llenaba supone el ejercicio de una docencia. suecos", escribía Jean Beaufret, de Le convencimos apelando al sentido un inmenso espacio libre, según lo la AFP. Ricagni —que acá jugó en popular del término “maestro", por ha establecido el técnico Washington Wanderers— era el otro sudameri­ otra parte con honda tradición en Etchamendi. Jugaba de "primera", cano. En 1960 el Roma obtuvo su las masas adictas, puesto que el vo­ con la difícil simplificación de ma­ transferencia y siguió brillando allí cablo nació con Piendibene. Quede su maestría. Jugó hasta 1962 en que niobra de los dotados, era un maes­ la constancia. puso fin a su carrera regresando a tro jugando "sin pelota”, terminando Montevideo. En la temporada 60/1 con aquella abúlica teoría de los ha­ A. Eduardo Bing. actuó con Ghiggia. raganes: los forwards están para re­ El ciclo futbolístico de Juan Al­ cibir apoyo de su defensa. Todo eso hecho por un consumado dominador %•) A R C A publicjrá próximamente lai memo­ berto Schiaffino es difícil de igua­ rias de Schiaffino. lar por su grandeza. Numerosos afi­ de pelota, por un mago de la estra­

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WALTER GOMEZ Era luz que se va, relámpago lineal, vado por los millonarios riverpla- flecha lanzada hacia infalible obje­ tenses. Se embarcó con su fútbol, Futbolísticamente hubo tres de­ tivo. Si lo hubiera visto, también así lo jugó y se impuso de inmedia­ lanteros en la personalidad del ex­ para él Juan Parra del Riego hubie­ to. El “botija oriental” hizo vibrar traordinario campeón. El prim er ra escrito polirrítmicos. los estadios multitudinarios con sus Walter Gómez fue aquel jovencito Ciertamente, el primer Walter arrancadas imparables y se convir­ ágil y magro que comenzamos vien­ Gómez fue un jugador individualis­ tió en dios de las bulliciosas hin­ do en Central y, posteriomente, vis­ ta. Pero dentro de esta caracterís­ chadas trasplatinas. tiendo la casaquilla tricolor. Si lo­ tica técnica su eficacia fue tan ava­ Por mucho tiempo siguió jugando graba arrancar de la m itad del cam­ sallante y demoledora, que no le ese estilo, hasta que un día, con­ po con la pelota dominada —y eran podían caber los reproches habitua­ versando con Angel Labruna, éste muchas las oportunidades en que lo les que se le formulan a los indivi­ le hizo ver: "Creo que a veces gas- conseguía— seguramente seguía con dualistas cotidianos. Era un perso­ tás energías innecesariamente. An- ella, en carrera impresionante, más nalista con acciones brillantes y go­ dáte cuando haya espacio, pues para allá del límite del área, para culmi­ les espectaculares. El crítico se veia ello tenés todas las armas y sabés nar con un tiro que combinaba po­ obligado a silenciar su juicio ruti­ hacerlo. Pero cuando no lo haya, tencia y dirección. nario —“el fútbol es deporte colec­ conviene el pase, el fútbol entre to­ El camino recorrido era fácil de tivo"— y aplaudir a aquel vértigo dos”. No cayó en saco roto aquella reproducir: lo denunciaban los ad­ inasible que oscurecía y hasta hacía sugerencia del crack más experiente versarios tendidos en tierra o semi- olvidar la presencia de diez hombres y paulatinamente se fue observando paralizados por el asombro y la sor­ a su lado. la transformación técnico-táctica del presa. Dejaba una especie de estela Ese fue el Walter Gómez que un futbolista uruguayo. Continuó sien­ m arginada de hom bres impotentes. día partió hacia Buenos Aires, lle­ do el gran individualista cuando las

281 En Buenos Aires, el 2 de marzo de 1947. De pie: Bermúdez, Walter Gómez, Tejera, Mario Lorenzo, G Delucca, Máspoli, Cajiga. Burgueño, Godart y Barbales. Hincados: Luz, Luis Ernesto Castro, Nicolás José García, Enrique Castro, Clavarás y Wáshington Gómez.

circunstancias lo permitieron o acon­ sejaron. Pero también se le vio cons­ truir juego, progresar en acciones colectivas, definitivamente integrado al equipo. Asi se formó el segundo Walter Gómez y entonces fue un delantero completo. Tuvo todo: ha­ bilidad, inteligencia, panorama y lu­ cidez para concebir y la visión de siempre para realizar. Con los años marchó a Italia y después. .. des­ pués otra vez Montevideo. El re­ greso a su punto de partida no sig­ nificó el retorno a su primer fútbol. Por el contrario aquí vimos, cuando ya las sombras del ocaso estiraban sus tentáculos inexorables, a un ter­ cer y formidable Walter Gómez. Menos veloz, menos dinámico, menos penetrante, menos personalista, pero inmensamente más sabio. Junto a él y por virtud de su inspiración ma­ gistral jugaron todos sus compañe­ ros. asi como antes hahía ¿1

Culminó en Bueno» A.rea. AHI ea todavía punto de comparación cuando N ilc J. Suburú. surge un delantero de su estilo. “Tiene de Walter Gómez ’’ 9 -ai*

Un defensa en el suelo a la entrada del área, otro inmovilizado por un de cuerpo, un tercero no llega. Foto: Archivo “ El Grófíco . Sólo queda el arquero. Así jugaba en el área penal.

WALTER GOMEZ

AQUELLA TARDE JUGABA EN NUNEZ Walter Gómez comenzó jugando en la Plaza de Deportes de la Unión y en El 16 de julio de 1950 rodearon en aquella hora de 1945 debutaba en Central: ese mismo grandeza celeste. Mientras la tarde gloriosa de la última año —el 15 de agosto— lo hacía por la gesta charrúa en Maracaná— tanto, de pie en las tribunas, selección celeste, jugando en la cancha Walter Gómez estaba jugando el público no cesaba de vito­ de San Lorenzo un recordado partido en el estadio de River Píate. rear: ¡Uruguay! ¡Uruguay! donde su accionar provocó en el público Era la época en que su fútbol ¡ U ru g u a y ! argentino indescriptible entusiasmo. Al brillaba en la delantera de la En los camarines Walter año siguiente pasaba a Nacional y fue oncena franjirroja. El adver­ Gómez fue paseado en andas, Campeón Uruguayo en 1946 y 47, jugan­ sario era el linajudo San Lo­ sostenido en hombros de ami­ do más de cien partidos con la blusa renzo de Almagro. gos y fanáticos que quisieron tricolor. A raíz de un encuentro jugado Al darse a conocer por los prolongar la instancia feliz y el 9 de octubre de 1949 frente a Peña- rol, fue suspendido por un año. Su ex­ altavoces el resultado final de testimoniarle en esa forma tradicional de homenaje de­ clusión de esa forma del seleccionado Maracaná, en todas las can­ que se aprestaba a disputar en Brasil el portivo, su adhesión y su sim­ chas las ovaciones Campeonato del Mundo originó una habían sido clamorosas y es­ patía. campaña nacional, donde decenas de mi­ pontáneas. Pero ninguna co­ Por otra parte, aquella tar­ les de personas firmaron un petitorio mo la que se pudo oír en el de W alter Gómez, como si es­ para que se le levantara la sanción. estadio de River Píate. Nin­ tuviera poseído de la misma Mientras, jugaba amistosamente en Na­ guna con significado tan pro­ inspiración magistral que ha­ cional y en ese momento se produjo su fundo ni tan cargada de tan­ bía hecho posible la toma del transferencia a River Píate de Buenos ta intensidad afectiva. Cuando mástil de Maracaná, había Aires. Fue Campeón Argentino en 1952, convertido los dos goles que 53, 55 y 56. Hizo el primer gol del año se anunció el triunfo urugua­ en el 50 y 55, lo que allá tiene cierta yo todo6 los jugadores — com ­ le dieron el triunfo a River. tradición para calificar un jagador. pañeros y adversarios— de Dos a uno fue el resultado. Jugó por la selección argentina en jando la pelota por donde Las mismas cifras de la victo­ 1956, en partido amistoso frente a Espa­ andaba, se precipitaron hacia ria uruguaya. Intrascendente ña. Jugó luego en Palermo de Italia en Walter Gómez abrazándolo coincidencia que sólo da mar­ 1957 y 58, regresando al año siguiente cálidamente. También el ár­ gen, por simple asociación de para reincorporarse al Club Nacional. ideas, para una reflexión in­ Fue el autor del tanto del triunfo de bitro y los líneas. El gran su club ante Peñarol al finalizar la tem­ jugador uruguayo, sin pala­ controvertible: Si hubiera es­ porada de 1959, lo que originó empate bras, dejó traslucir en lágri­ tado en el fútbol uruguayo, en el primer puesto del certamen. En ma serenas su orgullo y el hubiera sido Campeón del ¡961 pasó a Colombia, jugando en el agradecimiento a quienes lo Mundo en 1950. Once Caldas y en 1964 jugó por el De poritvo Galicia de Venezuela.

283 PEDRO VIRGILIO ROCHA Mundo, dos veces goleador del Uru­ cualquier pelota y queda armado guayo desde su puesto de volante, para tocar, como Pelé. Usa la ca­ El tiempo embellece y agiganta el campeón sudamericano en 1967 con beza como una tercera pierna, por­ recuerdo: ese es el handicap que tie­ gol suyo en la final contra Argentina. nen los que escriben de los maestros que la para, cabecea de frentazo, Considerado por los críticos del peinándola y con los dos parietales, de antes sobre los que debemos es­ Mundial de Londres como el jugador cribir de los de ahora. Y. en defini­ hace paredes y baja pelotas aéreas Nc 2 del torneo, detrás de Bobby para otros. tiva, los jugadores de ayer sobre Charlton y delante de Beckembauer los de hoy. Camina la cancha sabiamente; y Albert, a pesar de haber jugado siempre vuelve cortando el centro Esa es también la ventaja que le de 9 retrasado, que no es su verda­ del campo. Obstruye con inteligen­ llevan las grandes figuras del pasa­ dera función. Rocha es un jugador cia, tapando el ángulo más útil do al maestro actual, Pedro Vir­ completo, con un trato casi inmejo­ de juego del adversario que está en gilio Rocha, salteño. 27 años, 1.81 de rable de la pelota. posesión de la pelota, abriéndolo ha­ estatura y 78 kgs. de peso, desde los Maneja las dos piernas indiferen­ cia los laterales. Está siempre des­ 18 años en Peñarol, y desde 1961 con temente; la para, la lleva, toca, sho- marcado para recibir; domina toda la celeste, doble campeen mundial in­ tea y quita con las dos, a ras de la cancha de un golpe de vista y sus terclubes. seleccionado del Resto del suelo y de volea. Con el pecho para ricas posibilidades técnicas le permi-

Una jugada para el recuerdo del mundo. Fue en el Campeonato Mundial de Londres. “Jopeada” y cuando caía boleo de derecha que pasó rozando un ángulo del inglés Banks. Limpio, claro, contundente.

s En el partido con River Píate en Santiago, en 1966, va en busca de esa pelota que viene de la derecha.

ten driblear, tocar, arrancar en ca­ Figueroa. Rocha se abre a la izquie; rrera. shotear, cambiar de frente. da y recibe. Alguien le sale. Espera Con am bas piernas y p ara los dos que lo encime, toca para Caetano lados. y se mueve a un nuevo claro; si es­ Se va al ataque por el "ciego” tá lejos del área busca por el medio, —el lado inverso al origen de ata­ si hay mucha gente esperando, va que— ganándole las espaldas a los a buscar el cabezazo a favor de su defensores que enfrentan o cierran. estatura y arrastra marcas. Si juega arriba, rota para abrir cla­ También puede suceder que One­ ros o la retiene para atraer adver­ ga se desmarque por la izquierda. sarios y tocar. Si los contrarios es­ Un suave toque con empeine exter­ peran en zona, toca rápido hasta no derecho ("folha seca”) deja a crear superioridad numérica en al­ Onega con la pelota adelantada co­ i gún sector, como contra el Santos; mo para seguir sin siquiera mirarla. si lo marcan al hombre, arrastra su O puede hacer esto otro: perfilarse, marca por los laterales, como con­ mirar a su derecha y cambiar el tra la URSS. derechazo cruzado a su izquierda para el pique de Losada o de Joya. Puede usted encontrar, en el pa­ O cambiar de frente con zurda para sado o en el presente, jugadores que Forlón, lanzado al ataque por su la­ tengan su resistencia, o su inteli­ teral y luego picar al área a buscar gencia, o su zancada, o su shot am­ el cabezazo pasado. Y si hay rechazo bidiestro, o su variedad de toques, vuelve cortando el campo por su me­ o su hamaque, o su exquisito domi­ nor recorrido, a largas zancadas. A nio del pecho y la cabeza. Pero, veces también se hamaca, se va y ¿quién tiene todo eso junto? saca sus mortíferos tiros de dere­ Pero a Rocha se le puede ver ju­ cha o de zurda Y véalo, siempre gar: todo lo dicho puede ser verifi­ destapado. cado. Allí está de volante izquierdo, ¿Usted lo vio acercarse al com­ Fren te a N acional, en tarde de con el N* 8. Supongamos que quita pañero que lleva la pelota, arrastrar victoria.

285 En una ardorosa trenza en el área del siempre temible Racmg: es también un eximio cabeceador. una marca e indicar al que la lleva en espacios reducidos de Pelé o Cu- se convertirán en "los rivales lo fe­ que la juegue al claro que fabricó? billa; ni el olfato de gol y la eco­ licitaban en la cancha”. Lo hace mucho con Forlán cuando nomía de movimientos de Artime; ni Y en 1990, cuando se editen los salen del fondo. Y si hay un foul, muerde como Montero. Si tuviera to­ “120 AÑOS DE FUTBOL”, quizá puede ponerla de chanfle en un án­ do eso no seria humano. Se recorda­ se diga de él. como se dice ahora de gulo. Patea los penales. Y puede de­ rá que contra el Santos erró muchos los grandes maestros: “jugadores jar solos a Spencer y a Onega de un pases: para muchos esa noche “jugó como Rocha. . . ya no salen más!” frentazo. O cabecear él directamente. m al”. Sin embargo todo el Santos Claro, a veces se equivoca, come lo elogió en sus declaraciones. ¿Qué Rafael Bayce cualquiera Pero muchas veces ls se diría de un extranjero que a su pierde porque intenta jugadas que paso por el Estadio, hiciera las co­ otros no pueden intentar siquierí sas que le hemos visto a Piocha? PEDRO V. ROCHA por falta de posibilidades técnicas Hoy, 1969, todavia es discutido en Si tira un zurdazo afuera, recuerda su verdadera dimensión. Pero cuan­ que otros no pueden intentarlo: ne /Vació en Salto, el 3 de diciembre de cesitan pararla y acomodarla parí do el tiempo haga su obra aquel 1942. Mide Im. 81 y pesa 78 kilos. la derecha Lo mismo pasa con sui gol suyo en 1964 contra Nacional en De Peñarol de Salto a Peñarol de pelotazos, cambios de frente, etc. que se vino de área a área, driblean- Montevideo en 1960. Debutó ese año do a Douksas y Elíseo Alvarez, se ha­ y fue Campeón Uruguayo en las tres Dicen que es discontinuo, que tie divisiones. Campeón de Honor y del ne lagunas , que "desaparece” de macó tres veces frente a "Cococho” y clavó el derechazo de afuera del Cuadrangular . partido. Sígalo con la vista: se v¡ Campeón Uruguayo en las tempora­ a cansar sólo de verlo ir y venir área en el ángulo superior izquierdo de Sosa, se convertirá en "los goles das de 1960-61 -62-64-65-67 y 68; Cam ios 90 minutos Sucede adem ás que peón de América en 1961 y 1966; Cam­ Rocha realiza diez veces por parti­ de Rocha”; su cabezazo imposible peón Intercontinental de clubes en 1961 do, jugadas que difícilmente pueda en la final de Santiago frente a Ri- y 1966. Debutó internacionalmente en realizar otro jugador, y se le exige ver serán “sus cabezazos”; la opi­ 1961, ante la l KSS (1 u 2, en Montevi­ en todo momento ese nivel sobrehu­ nión de M ura “nunca vi un íorward deo); fue al Mundial de 1962 y mano que no tolera imperfecciones así” se transformará en “ los argen­ también al de Londres (¡966). Jugó Claro que no tiene el pique de tinos decían”; las felicitaciones que 52 internacionales y marcó 15 goles ce­ Ldu, Pelé o Spencer; ni salta como recibió de Daniel Bayo después de lestes. A ue (.ampeón Sudamericano, con Pelé o Spencer; ni tiene el manejo una memorable seguidilla de jugadas Uruguay, en 1967.

2W. desde la izquierda y toco suave de derecha Segundo gol ante Chile por las del Campeonato Mundia Solo falta el correr del tiempo i.ir,tetón con tos grandes EL PROXIMO JUEVES APARECE MUNDIAL DEL CARLOS MARTINEZ MORENO Es necesario ubicarse en el Uruguay de aquellos años para comprender el fascinante esfuer­ zo de este pequeño país que reclamó el honor de organizar el Primer Campeonato Mundial, al independizarse el fútbol mayor de los Juegos Olímpicos. Tal vez con una mezcla de re­ celo y curiosidad, las grandes naciones dieron su asentimiento. Y llegaron a Montevideo para ver de cerca esta sociedad nuestra que parecía irreal, sorprendiéndose ante aquel in­ menso Estadio Centenario que el orgulloso Uruguay entregó para su disputa. Palmo a palmo, un escritor laureado, Carlos Martínez Moreno, nos mete en aquellos días fantásticos que cul­ minaron con el tercer galardón mundial en seis años para la camiseta celeste. Un triunfo deportivo que fue tan esplendoroso como el éxito del país entero para organizar lo que organizó para asombro de todos

PLAN DE LA COLECCION EL NACIONAL DEL 40. 1 . LOS ALBORES DEL FÚTBOL Raúl Blengio Brito. URUGUAYO. LA COPA URUGUAYA. Franklin Morales. Eduardo Gutiérrez Cortinas. 2. LOS CAUDILLOS. EL FÚTBOL DEL INTERIOR. Carlos Soto. Juan Carlos Fernández Arbeno'z. 3. EL FÚTBOL DEL 12. LA EVOLUCIÓN DE LAS TACTICAS César L. Gallardo. Rafael Bayce.' 4 HISTORIA DEL CLUB NACIONAL PEÑAROL CAMPEÓN DEL MUNDO DE FOOTBALL Sergio Decaux. 5 URUGUAYOS Y ARGENTINOS. LOS EMIGRANTES. Eduardo Gutiérrez Cortinas. Carlos Lorenzo. 6 HISTORIA DE LOS CLASICOS LA GARRA CELESTE. Eduardo Gutiérrez Cortinas. Alberto Silvio Montaño. 7. 1924: COLOMBES. LOS ARQUEROS. Carlos Manini Ríos. César L. Gallardo. 8 GOLES Y GOLEADORES. EL MUNDO DEL FÚTBOL. Ricerdo Lombardo. EL CUADRO IDEAL DE TODOS LOS 9 PEÑAROL TIEMPOS. Ulises Bedano LA COPA DEL MUNDO. 10 LOS NEGROS EN EL FÚTBOL URUGUAYO. MÉXICO 70. Eduardo Gutiérrez Cortinas. 11. 1928: AMSTERDAM. LA EDITORIAL PODRÁ MODIFICAR ESTOS TÍTULOS Julio Boy ce. O SU ORDEN. 12. LOS MAESTROS Cesar L. Gallardo. 13 EL MUNDIAL DEL 30 Cario* Mortínei Moreno 14 EL RÉGIMEN PROFESIONAL. TODOS LOS JUEVES Corlo* Loedel 1 CAPITULO DEL FUTBOL MAS GLORIOSO 15 MARACANA CON 1 LAMINA CENTRAL EN COLORES Hilo J. Suburú 1ó LOS CAMPEONATOS SUDAMERICANOS EJEMPLAR rl. DE COLECCION