HISTORIA D Il FUTBOL URUGUAYO Jueves 16 de Abril de 1970

DIRECTOR Franklin Morales ASESOR DE LA DIRECCION Eduardo Gutiérrez Cortinas AYUDANTE DE LA DIRECCION Rafael Bayce DIAGRAMADO Horacio Anón

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Ingrata en Uruguay gar losgresora l e í 5. A Cábelo N* 1525 — Teléfono 4 90 41 Hecho el degésito de ley. - Amgorodo en el Art. 79 de le Ley 13 349 IComisién del PagelI Tal muso -i mi ‘medio ai-lado n o pudiera alimentar, Copyright IDITOBES MUNIDOS lo r i a , la» exigencia» táctica». técnica». anímica» y estéti­ ca» riel fútbol- c»te presienta d e n le »n» com ienzo» un tra- LA DIIECCIÓN NO COMPABTE NECESABIAMENTE -iego de jngadore» prácticamente incesante. I'adore» di., LA OPINIO N DE* LOS AUTOBES tip o eeoiiómieo influyen poilcro»anienle. aunque tampo­ co parece fallar algo a»i como una "ley de eompen»a eione»" tendiente a la nis elación técnica del flltbol en la» di-tinta» regionc*. lomando cada lina lo que le falla y entregando lo que tiene. j

Carátula: de este* ocho jugadores de un clásico de la última temporada, nada menos que siete son ‘‘emigrantes’’ . Hoy trei _ extranjeros (Figueroa, Celia. Prieto I, tres uruguayos qu» • jugaron en el exterior (Matosas, Cubillo y Cortés I y ur cuarto I Héctor Silva I que lo hoce octuolmente LOS EMIGRANTES CARLOS LORENZO

El Ambrossiana”, actualmente el célebre Internazionale de Milán, a'lneó en la década del treinta a tres juga­ dores uruguayos: , Ricardo Faccio y Mascheroni. La succión italiana trasladó — entre el 33 y 36— a catorce futbolistas nuestros. En esta fotografía, de 1935, Faccio es el segundo de los de pie, comenzando por la izquierda, Porta el cuarto y Mascheroni el sexto. Los tres vistieron los colores de la selección italiana.

La emigración en el fútbol tiene hombres que habiendo nacido o El movimiento revolucionario de características especiales que la di­ aprendido el juego en otras tierras, 1904, provoca la primera emigra­ ferencian nítidamente de lo que es vinieron a practicarlo en ésta. ción colectiva de futbolistas. Van a la emigación en su más estricto sen­ , por razones políticas, tido. Porque difícilmente los prota­ DE PURO BLANCOS G. Pigni, Rincón, Carve Urioste, gonistas de la emigración futbolís­ Amílcar, Carlos y Bolívar Céspedes. tica sufran el drama del desarraigo: Hacia 1900, año de fundación de la La actuación de los legendarios her­ se trata de una emigración que no “Uruguay Lea- manos en el “Club Atlético Barra­ embarca empujada por condiciones gue", el país contaba ya con 916.000 cas”, les valió el afecto inmediato y adversas. Porque el emigrante fut­ habitantes, de los cuales el 30 % duradero de todos los deportistas bolístico suele ser un emigrante efí­ aproximadamerJ? se concentraban porteños, los que bautizaron a Car- mero, que pocas veces echa anclas en la capital. Esta concentración ur­ litos, como “el de los en un puerto de destino. Porque el bana va a permitir junto con la pro- orientales”. jugador de fútbol es, durante el pe­ letarización impuesta por la liquida­ Regresan al terminar el conflicto ríodo de su vida activa como tal, ción de la economía pre-capitalista, y vuelven a Buenos Aires esta vez más bien integrante de una cierta que nacieran los conventillos, el lun­ defendiendo a Nacional en un par­ grey internacional, que ciudadano fardo, p1 tango y la picardía criolla, tido internacional. En esa oportuni­ natural de un país. Su condición mi­ aplicada al único deporte que podían dad, son profusamente agasajados gratoria se asemeja entonces más a practicar los humildes. El más ba­ y se obsequia a su padre con la la de las aves que a la clásica mi­ rato. El fútbol de la pelota de trapo. pelota del partido ganado por los gración sociológica. Rápidamente entonces, el fútbol se uruguayos con goles de Carlos y „ En virtud de todo esto, el término convierte en el deporte del pueblo y Bolívar. “emigrantes", es tomado aquí con van surgiendo los primeros grandes Su repentina muerte fue honda­ una laxitud mayor y en esta acep­ jugadores nativos. mente sentida por todo el Río de la ción se incluyen no solamente a los Está naciendo el fútbol uruguayo. Plata, como lo demuestran las notas jugadores uruguayos que salieron del Pero también la emigración empieza necrológicas publicadas por entonces país, sino también a todos aquellos pronto. en Buenos Aires.

459 ¿AMATEURISMO? Entretanto el país va consolidando su unidad política y estableciendo sus redes de comunicaciones, que pretenden competir contra el domi­ nio inglés en los ferrocarriles, mien­ tras se van nacionalizando servicios fundamentales como el Banco de la República (1911) y el suministro de energía eléctrica (1912), el fútbol se va haciendo "celeste” (se usa ese color por primera vez en 1910), ins­ pirado y genial, con el aporte de la generación del 12. Ya entonces el amateurismo "ma­ rrón” obtiene sus primeros triunfos internacionales. El fútbol argentino se divide por causa del "marronismo” en Asocia­ ción y Federación, y viajan a jugar a Buenos Aires diversos jugadores uruguayos. Así viajan Marques Castro de Dublín, Jorge Pacheco, que pasa a defender al viejo Estu­ diantes, Carlos Scarone y Pascual Somma al Racing asociacionista y ese jugador de leyenda que fue An­ gel Romano en . La falta de reglamentación de la época, permitía que el "loco” Roma­ no jugara en el campeonato de la Asociación y que durante los fines de semana en que no había partido, viajara a Montevideo, don­ de defendía a Peñarol o Nacional. "“Ángel Romano fue el primer gran "gitano" del fútbol rioplatense. Ju­ gó en selecciones uruguayas y tam­ bién , siendo el primer uruguayo que vistió la albiceleste, lo que ocurrió el 29/6/14 en un field de Avellaneda. Resultado: ExeCer City 5 - Argentinos 0. Pronto las giras por el Brasil rea­ fue de los primeros en em igrar a Europa. La resonancia lizadas por los clubes Belgrano, Ce los éxitos del fútbol uruguayo y la creciente profesionalización obraron Bristol y Dublín amplían las fron­ como un imán. Causó sensación en el Florentina, durante la tem porada de teras del fútbol criollo. 1931/2, donde fue el goleador absoluto. Esas recordadas actuaciones en tierras norteñas, provocaron a corto plazo el interés por el jugador uru­ guayo también allí. BL ULTIMO INGLES de cimentar las bases de un fútbol uruguayo netamente diferenciado del En 1911, año de la primera incur­ Estamos en una etapa de transi­ practicado hasta su llegada. Corría sión de nuestro fútbol en Brasil, ción, entre un deporte importado por el año 1909 cuando Harley, funcio­ L. Altamirano, actúa en la ciudad los ingleses y practicado por nues­ nario de los ferrocarriles, pasa de de San Pablo. En 1913 en la misma tras c ases dirigentes en un mero Ferro Carril Oeste al Central Uru­ ciudad .actuaron los "bohemios” J. C. afán de imitación, y un deporte que guay Railway Cricket Club. y E. Bertone. Luego es P. Mazzullo, '‘expropiado" por el pueblo va a di­ Es innegable que Harley tuvo enor­ sup’ente de Romano en la punta de­ ferenciarse a muy breve plazo, de me gravitación en el CURCC de esos recha del CURCC, el que pasea su manera muy nítida, de aquel fútbol años, por su característico uso del clase por el Brasil en 1913. "a la inglesa”. pase, concebido como apoyo crea­ Pronto, los triunfos y la calidad Un jugador que ya practica una dor y por su tratamiento de la pe­ del fútbol contagian a todo Monte­ técnica muy "criolla” es Juan Pena, lota. siempre jugada a ras del suelo. video y la iniciativa del dirigente quién por el año .906, pasa a jugar Curiosamente se desempeñaba en Héctor R. Gómez fructifica en la en el Belgrano de Buenos Aires un puesto, el de centromedio. en el creación de la Confederación Sud­ Pero, en este período, nos interesa que su club tendrá más adelante a americana. Concretado el 1er. Cam­ destacar fundamentalmente lo que jugadores de la talla de Juan Del­ peonato Sudamericano, Uruguay se fue la última influencia de un juga­ gado. Lorenzo Fernández. Obdulio dor británico en la formación de un Varela o **Tito’’ Gon^alves La tra­ corona campeón invícf >. estilo técnico propio dición del número 5 conductor, em­ Allí se lucen entre otros José Be- Según el Dr César L. Gallardo pieza en Peñarol y en el fútbol uru­ nincasa y Juan Delgado, quienes -numero 3 de esta colección—, fue guayo con la presencia del "inglés’’ junto con Artigas, pasan a defender el inglés Juan Harley quien terminó Harley. a Boca Juniors.

♦60 Hasta no hace mucho, se cantaba todavía por la Boca una cancioncita que recordaba las actuaciones de Artigas y Benincasa en el club de la ribera. Y los veteranos '‘xeneises" rememoran, aún hoy, los semanales viajes de Benincasa a Montevideo, diciendo: “yo prendí fósforos con Benincasa”. Esto porque siendo de noche, los mentados fósforos ayuda­ ban a orientarse en el puerto.

LOS ADELANTADOS La consolidación política nacional está lograda. La burguesía autócto­ na, representada en el poder políti­ co por la figura de José Batlle y Ordóñez, va ya camino de su apogeo social y económico. El batllismo ha legitimado la integración’ de los in­ migrantes y el ascenso social a tra­ vés de la posición económica. También el fútbol ha consolidado su organización y su personalidad técnica a través de las sucesivas com­ petencias sudamericanas. Con los tor­ neos del 16, 17 y 20 el fútbol uru­ guayo se anima, se afianza y se pre­ para para las grandiosas conquistas olímpicas que van a venir a pesar de la división interna (Cisma 1922/ 25). Con el triunfo de Colombes, se abren las puertas de Europa para nuestros primeros "adelantados” al revés. Entre los más destacados. A. Ur- Ulisea Uslenghi, aún con un pie en la escalera del vestuario, era el "dl- dinarán, que juega en el fútbol es­ rector de compañía” del Estudlantes famoso de Laurl, Scopelll, Zozaya, pañol el mismo año de la gran ha­ Nolo Ferreira y Gualta. A tanto llegó su influencia. zaña, Héctor Scarone, en el Barce­ lona de 1926, de donde tiene que re­ gresar para no “profesionalizarse”; de calificados jugadores. Este flujo que Uruguay se resiste a abandonar R. Finamore y Orestes Diaz en el migratorio responde directamente a Red Star de París, campeón de su viejo esquema del “amateurismo”. los éxitos reiterados que obtiene Así, entre 1930 y 1932, exportamos Francia. nuestro fútbol y al creciente interés Pero es recién después de la cul­ la friolera de veintiocho jugadores mundial por este deporte que marca de primera división, repartidos entre minación de 1930, que se produce los comienzos de la profesionaliza- la primera gran oleada emigratoria la Argentina e Italia, que recibe a ción a nivel internacional. Al tiempo sus primeros futbolistas "uruguaia- nos”. A la península va nada menos que José Narazzi con Domingos da Guía. La presencia de Domingos en Nacional, “Perucho” Petrone, el hombre que en una sola temporada, provocó un Impacto popular: se decía que cuando revolucionó el fútbol uruguayo y que no actuaba, se vendian 5.000 entradas menos. causará sensación en el torneo de 1931/32, vistiendo la violeta del Flo­ rentina, y consagrándose go’eador del campeonato italiano con 25 go­ les. En el 32/33 convierte 12, regre­ sando en el mismo 33 a Nacional. También emigra “el mago” Sca­ rone, que actuará en el 31/32 de­ fendiendo al Ambrosiana (hoy In- ternazionale), pasando al año si­ guiente al Palermo, para regresar, también a Nacional, en el 34. En el Palermo del 33 juega asi­ mismo el back de Racing uruguayo Faotto. Mientras que Carlos Gringa, el wing izquierdo de Peña rol, acom­ paña a Petrone en el Florentina. Otros jugadores uruguayos en Ita­ lia en esa época fueron Sarni, Fríoni (de Wanderers al Ambrosiana) y Ochiuzzí (que era nacido en Italia).

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hizo 3 goles en un partido por la da con Dorado. En 1932, el travieso selección italiana. En el partido men­ Lago, que tiene a su lado a un hom­ cionado, ganando Italia 3 a 0. El se­ bre como Bernabé Ferreyra, quien gundo de gran “belleza plástica" y se encargaba de “meterla adentro” en “palomita”, según la crónica que en cuanto pase le hiciera el “mule­ consultamos. Fue el pnmer urugua­ ro”, se corona como el primer uru­ yo que se consagró campeón del tor­ guayo campeón del fútbol profesio- neo italiano. Luego de 5 años conse­ sional argentino. cutivos de victorias del Juventus, el Este torneo argentino de 1932, es Bologna con los uruguayos Fedulo, de gran importancia para ilustrar la Rafael Sansone y Miguel Andreolo importancia del caudal emigratorio como columna vertebral del equipo que despobló el fútbol uruguayo de en los puestos números 10. 8 y 5 los años inmediatamente previos a respectivamente, gana el campeona­ la instauración en nuestro medio de to del 35/36. En la temporada si­ un régimen abiertamente proiesio- guiente repiten la hazaña y se cons­ nal El citado torneo finalizó empa­ tituyen en los únicos compatriotas tado, luego de 34 fechas, entre River que hacen “dob’ete” en el extenso e Independiente. Con los rojos juga­ torneo italiano. En el 38/39, Fedulo ban desde 1931, los uruguayos Ro­ gana su último campeonato, siempre berto Porta, Juan Carlos Corazo y en el Bologna, y siempre con los Juan Ferrou. En el 32 con la llega­ compañeros mencionados, a los que da de Armiñana, se completa una se agrega este año, Héctor Sena linea media que la historia del fút­ Puricelli, otro oriental, como cen- bol argentino cuenta entre las me­ trodeiantero. jores de todos los tiempos. Y en la Rafael Sansone, co-equipier de Fe­ dulo en el Bologna, que también ha emigrado en este período, llega a actuar en la selección italiana en 3 encuentros haciéndolo en todos como insider derecho. El último de ellos en 1339, en Florencia, con Andreolo de centromedio, ante Alemania. Gana Italia 3 a 2.

CRUZANDO EL CHARCO Más numeroso y no menos califi­ cado, fue el contingente que conoció Buenos Aires desde la iniciación de su primer campeonato profesional en 1931. En este torneo participa L. Zubi- zarreta, por Talleres, que ya viaja en el 29. E* ? hombre llegó a inte­ grar selecciones argentinas ante equipos europeos. También lo hace Pedro ‘mulero” Lago, en el primer equipo de River Píate, donde llegó a formar una recordada ala izquier­

Juan Carlos Corazo, gran Jugador Miguel Andreolo, el tercero desde la derecha, con la camiseta “azurra durante el Campeonato M undial de 1938. Ha sido el únioo Jugador uruguayo en Independiente a partir de 1932: clasificado Campeón del Mundo defendiendo a otro país, después de un fue el eje de una de las mejores lineas medias del fútbol argentino. pasaje de relativo brillo en Nacional.

FEDULO Pero el más importante por lo realizado en Europa fue “Piteta” Fedulo Tiene varias “marcas”. Fue el pnmer uruguayo que jugó en Italia Lo hizo por el Bologna desde el 2/11 frente al Milán Gana su club 2 a 1. segundo gol de Fedu’.o Fue el prun**r uruguayo en integrar la “squadrs azzurra” Por la Copa Internacional (antecedente de lo que es la Copa de Selecciones de Euro­ pa i en Nápoles. el 14/2/32 ante Suiza Fue el único uruguayo que Enrique Hugo, acá en el suelo restando una pelota de los pies de Atilio García, ayudado por Juan Carlos Gon­ zález. Era el titular del gran equipo de Peñarol del 49 y paraguayo de origen. Sobre la figura de Atillo García 5 * 1 ^ qUí a9re?ar * 10 que hemo’ señalado a lo largo de la colección: argentino de nacimiento y formación futbolística, fue el más grande goleador de toda la historia del fútbol uruguayo y “verdugo” de Peñarol. delantera de este año, el empuje y compañero de mejor colocación, aun­ llos delanteros insuperables* con que la calidad del "taño” Porta, junto a que aparentemente ni siquiera se ha­ contó la institución "pincharrata”. jugadores de la talla de Sastre, bía fijado dónde se encontraba. Te­ De esta primera emigración, gran­ Seoane, Evaristo y otros. nía la intuición maravillosa del ar­ de en número y en la calidad de los Como si lo de River e Independien­ tista que se sabe comprendido por jugadores que la integraron, forma­ te fuera poco, encontramos en Gim­ otros artistas. No había error posi­ ron parte también, hombres como nasia otra legendaria linea media. ble en sus cálculos, y de ellos se Héctor Castro, Dendi, C. Riolfo, La de las "tres M” integrada por gestaron muchas conquistas de aque­ Luis Scapinachis, etc. En especial el Montañez, Minella y el charrúa "hue- sito” Miguens. Julio Barrios s© queda con la pelota, en el arco del famoso River de “ la USLENGHI máquina”. Fue el arquero menos vencido en dos temporadas consecutivas. Pero con ser grande la importan­ cia que tuvieron todos estos hombres que se recuerdan en el fútbol argen­ tino de la época, quizá sea la del­ gada figura de Ulises Uslenghi, la más representativa de la admiración y el respeto conquistados por el de­ porte oriental ante la afición bonae­ rense. Este completo deportista, que in­ tegrara en nuestro basquetbol la famosa "máquina blanca” del Olim­ pia y las selecciones nacionales, que fuera internacional en nuestro fút­ bol y que jugara años más tarde en Italia (Livomo, 1* división, 1933), fue el sexto delantero de la mejor linea de ataque que tuvo Estudian­ tes de la Plata en toda su trayecto- toria. La de Lauri, Scopelli, Zozaya, Nolo Ferreyra y Guaita. De él dice la "Historia del Fútbol Argentino” —Buenos Aires 1955 — que "...E n un equipo de artistas, se había erigido en el director de la compañía, con su innata elegancia, su figura rectilínea y sus piernas largas. Parando la pelota con el pecho, bajándola y entregándola al

4Óá aue no jugó lo perdió Brasil ante Italia por 2 a 1), es considerado en Brasil por la mayoría de la crítica deportiva, como el mejor centro de­ lantero de toda la historia del fút­ bol norteño. Sin embargo, ese Leó­ nidas no consiguió triunfar en Mon­ tevideo. Según se supo más tarde, estaba lesionado en los meniscos, desde la tarde en que jugando por la selección brasileña, derrotara a los Campeones del Mundo en Mon­ tevideo por 2 a 1. Asi en enero del 34. sintiendo las "saudades” del pró­ ximo carnaval, regresó a su patria, aun antes de finalizado el torneo uruguayo correspondiente a 1933. También Patesko, que venia del fútbol de Porto Alegre, integró la selección que obtuviera el tercer puesto del Mundial del 38. Acá jugó por Nacional con el que se clasificó campeón uruguayo y donde dejó el imborrable recuerdo de su juego técnico y de sus piernas blancas. En el 34 va para el Botafogo.

DOMINGOS DA GUIA Pero la verdadera sensación del torneo de 1933, y uno de los "emi­ grantes” llegados a nuestro país que más se recuerda, fue “el divino maes­ tro". Este apodo, que arrancó de nuestra crónica deportiva con la sola actuación de una temporada, segui­ rá acompañando toda la vida del fa­ buloso , como si quisiera a través de él mantenerlo unido a nuestra tierra. Un poco como quería su compañero de zaga, “el mariscal", cuando le dijo: "Vós me­ reces vestir la celeste, sacá carta de ciudadanía y quédate aquí para siem­ pre". nació en Trieste, Italia, y se hizo jugador en San Francisco Tanta era la calidad de este, apa­ de Córdoba, donde vive actualmente. Ha sido el único extranjero coronado rentemente, lento jugador, cuya len­ Campeón del Mundo jugando por Uruguay. titud se trasmutaba automáticamen­ te en agilidad casi felina cuando le tocaba entrar en juego. Castro, Petrone, Areco, C. Riolfo, Cuando Domingos llegó al Uruguay, manco Castro dejó profundo recuer­ ya era un consagrado, habla inte­ do en Estudiantes; cuando el partido etc.). grado la selección que nos derrotara era bravo y difícil, suplantaba auto­ Hasta se consigue invertir el signo del flujo migratorio, en el año 33, por la Copa Río Braneo y tenia poco máticamente a cualquiera de la gran más de 20 años. En Nacional junto delantera estudiantil: fuera Lauri, con la primera gran "importación" masiva de brasileños. Llegan diez ju­ a Eduardo García y José Nasazzi, Scopelli, Zozaya, Nolo Ferreyra y formaron una de las mejores zagas Guaita. gadores de primera línea de) Brasil, donde el profesionalismo no ha con­ que conoció nuestro glorioso fútbol. seguido abrirse paso aún. Muchos Fue tal el impacto que causó en "O MKSTRE de ellos han integrado e integrarán nuestro público la calidad, la seguri­ dad y la belleza p'tstlca de Domingos, El hundimiento de la Bolsa neo- más tarde la selección de su país. A Peñarol llegan: Carlitos, Bahía que cuando él no actuaba la concu­ yorkina, conmueve las bases del sis­ rrencia al Estadio disminuía sensi­ tema económico internacional, afec­ (el del tiro que originó el gol de "la blemente. Se habla de hasta 5.000 tando nuestra dependiente economía. valija"), Osvaldo, Feitieo (que será el centrodelantero titular hasta el entradas menos. Ante este panorama nacional, y Lamentablemente para nuestro pú­ viviendo en lo interno un desenfre­ año 35, quedando en la historia au- nado "marronumo" que no alcanza rinegra como uno de los excelentes blico regresó al Brasil en cuanto fi­ a impedir el gran éxodo de jugado­ jugadores que tuvo el club en ese nalizó su primer año de contrato res. el fútbol uruguayo reacciona im­ puesto) y Leónidas. con Nacional. Este apresurado re­ plantando el régimen profesional. Con este hombre aconteció algo torno, provocó uno de los primeros Con esta medida se logra frenar la curioso en nuestro medio. En efecto “affaires" internacionales del fútbol. emigración y hasta provocar el re­ Leónidas, que será en el 38 en Fran­ Domingos se enroló en Vasco da torno de varios futbolistas que ac­ cia el goleador de la Copa del Mun­ Gama sin el pase de Nacional, y los tuaban en el extranjero (Héctor do (8 goles en 4 partidos, el único tricolores reclamaron a la FIFA Pero sucedió que, como Vasco se ha­ Siempre en el Ambrosiana, jugará cardi (de Peñarol al Palermo), y bía profesionalizado, la CBD no lo en el 35 Mascheroni, quien también finalmente Héctor Sena Puricelli. reconocía. En consecuencia el Vas­ lo hará, en el mismo año, en la se­ Este hombre que luego será director co "no existía” para la FIFA y esta lección de Italia. Debuta en Roma, técnico y que vive aún en Italia, lle­ no podia sancionarlo ni obligarlo a ganándole a Francia por 2 a 1, el ga recién en 1938. Jugará primero devolver al jugador. 17/2/35. Después jugará en aquel por el Bologna, en el que se consa­ Una vez en Vasco, junto a Leóni­ primer partido de Faccio con la grará. Alli será campeón de Italia das y a Fausto, que más tarde juga­ "Azzurra". en el 3&/39 (junto a Fedulo, Sanso- ra también en Nacional, Domingos Pero el uruguayo de mayor in­ ne y Andreolo) y en el 40/41 (ya será camp-ón carioca en 1934. fluencia en el deporte italiano de sin Fedulo). Hará un único partido Al año siguiente va a Boca Jun- esta época llegará recién en el 36. con los "azzurri", el 12/11/39, en niors, con pase del club uruguayo y Es el mismo que ocupara en Nacio­ Zurich. Italia pierde con Suiza 3 a 1. será campeón argentino en 1935. nal el lugar dejado por Faccio el Años más tarde pasará a defender Vuelto a su patria integrará la que ahora llega a sustituir a éste al Milán, donde cumplirá una exten­ selección brasileña en el Mundial de en las selecciones italianas. Es "el sa y exitosa campaña. Juega ciento- Francia. chivo” Andreolo, como lo llamaban dieciséis partidos con la rojinegra y en sus pagos de Dolores. señala un total de cincuenta y tres CELESTE - AZZURRO Andreolo será campeón con el Bo- tantos, figurando con ellos en el 9’ logna, en su primera temporada: lugar entre los goleadores de este A la crisis económica nacional, le 1936/37. Siempre en el Bologna, ob­ club. sigue la crisis institucional de mar­ tendrá el "scudetto” dos veces más. También en los años previos a la zo del 33. El Uruguay siente en car­ En el 38/39 y en el 40/41. 2* Guerra Mundial, irán uruguayos ne propia las consecuencias de una Vestirá en veintiséis oportunidades a Francia: Cazenave, Irigaray y Pe­ estrecha dependencia respecto de los la casaca italiana, alcanzando a con­ dro Duhart, quien defiende al So- grandes centros de la economía mun­ vertir un gol. Sus partidos más im­ chaux, regresando en el 40 al Uru­ dial. Mientras tanto, en Europa, el portantes: todos los del Mundial del guay. nazi-fascismo se prepara para dar 38 en el que Italia será campeón por En España jugará Enrique Fer­ su zarpazo ante la pasividad de los segunda vez consecutiva. Es el único nández, de donde vuelve al estallar "aliados”. uruguayo que alcanza este título ju­ la Guerra Civil. Con todo es un país europeo, Italia, gando por una selección extranjera. Con el estallido de la guerra mun­ Campeón del Mundo en el 34, el que Y por ahora el único. También in­ dial se interrumpirán las salidas ha­ busca nuevos refuerzos en el Rio gresan al fútbol italiano en este pe­ cia el Viejo Continente por unos de la Plata. Entre los años 33 y 36, ríodo, U. Uslenghi (en primera di­ cuantos años. embarcarán hacia la “bota”, catorce visión con el Livorno), Icardi, Lighe- ra. R. Tortora, Pissano, Manuel Fi- jugadores uruguayos. BIGOTE HAY UNO SOLO • Veremos, a través de las actuacio­ gliola (cuyo posterior pase al fút­ nes de algunos de ellos, la enorme bol brasileño será pagado en espe­ Ahora retrocedamos un poco en el influencia que tuvo también este se­ cies mediante el envió de café), Ric- tiempo, para ver qué sucedía en el gundo contingente, en el progreso técnico del fútbol italiano. Y hasta en sus glorias. Juan Eduardo Hohberg, el "verdugo” de Nacional, nació en Rosario y Aún sin finalizar el torneo uru­ llegó en el 48. Acá aparece en el instante de ponerse la camiseta celeste guayo, se embarcan para Europa, el en Suiza, en 1954. 26/7/33, Ricardo Faccio y Angel Tambasco, jugadores de Nacional, que pasarán a defender al Ambrosia- na, junto a Frioni de Wanderers. Tambasco regresa al año siguiente sin haberse habituado al medio. Ricardo Faccio llegará a integrar la selección “azzurra” en cinco opor­ tunidades. La primera, como centro medio, el 24/3/35, en Viena, por la Copa Internacional, ganando Italia por 2 a 0 a Austria. En el 36 pasará a marcar la punta izquierda, actuan­ do con el número 5 de la “squadra”. En el 34 es Roberto Porta el que llega al Ambrosiana. Y en las tem­ poradas 3V35 y 35/36, el hoy Inter- nazionale será vice-campeón, con el concurso del "taño” y de Faccio. También Porta alcanza a vestir la "azzurra”, aunque lo hace en un solc encuentro. Fue en Milán el 24/11/35, juega en la punta derecha en partido que clasifica a Italia campeón de la Copa Internacional, al vencer a Hun­ gría por 2 a 0. Luego de la temporada 35/36, Ro­ berto Porta vuelve a jugar por Inde­ pendiente, para pasar más tarde (38) a Nacional, donde alcanzará el "Quinquenio de Oro". racio Tellechea también era argen­ tino. Del famoso "abanico” rosarino (Cagnotti, Gómez, Guzmán, Potro y "el chueco” García) llegó a Monte­ video en el 38 su "director”. Sebas­ tián Guzmán, pese a su físico bajo y grueso, se mostró como un gran maestro en el arte del fútbol, parti­ cularmente por su concepción del pase. Características totalmente distin­ tas tenía Luis Ma. Rongo. Su prin­ cipal virtud era la potencia de su remate. Venía de registrar una mar­ ca de efectividad, que entre parén­ tesis no ha sido aún superada en la Argentina, conquistando 33 goles en 20 partidos (1,65 p/p) durante el torneo de 1938. Pero en Peñarol no fue la solución que se buscaba al no repetir sus actuaciones de River Píate. De todos los hombres llegados en esta época, seguramente ninguno poseía menos antecedentes que aquel modesto provinciano argen­ tino que venía de pasar oscura­ mente por Platense y Boca y que quería volverse a sus pagos de Junín. Sin embargo, ninguno llegó a triun­ far como él. Ninguno levantó las tribunas del Estadio tanto y tantas veces como él. Su nombre pasó a convertirse en muy breve plazo en sinónimo de GOOOL. Pero no sólo hacía goles, sabía también sacarse un hombre de encima en el mano a mano, la devolvía bien, buscaba los claros y poseía una inteligente con­ cepción del juego colectivo. Gracias a estas condiciones pudo ser "EL GOLEADOR” (así con mayúscula) y al mismo tiempo un hombre más en un equipo brillante como el que integró en su mejor época. Fue el más grande goleador que hubo en el fútbol uruguayo, estando al tope de la tabla en los campeo­ A tcides Edgardo Ghiggia, el héroe de Maracaná, contratado desde Italia natos del 38 ( 22 goles); 39 (21 go­ en 1953, donde actuó diez años. Cinco veces formó en el equipo nacional les); 40 (23 goles); 41 (20 goles); de la península. 42 (19 goles); 43 (20 goles); 44 (21 go’es); 46 ( 22 goles). En total 8 años, y siete de ellos consecutivos. Urugu.'.y, durante esos años de la participará en la Olimpiada de Ams- Fue campeón uruguayo también "segunda emigración’’ a Europa. terdam. En Italia será ídolo del Ju- ocho veces (39 al 43, 46, 47 y 50), El intercambio con nuestros veci­ ventus y del país, al .que defendió 5 de ellas consecutivas. nos y ya a esta altura, tradicionales en 33 ocasiones como seleccionado. Hizo varios goles con la celeste rivales, es parejo en números. En­ Aquí se lució con la "rayada” y que vistió incluso en el Sudamerica­ tre el 33 y el 39, van dieciséis uru­ cuando se fue al Flamengo en el 39, no del 45. guayos y vienen quince argentinos. se consagró también campeón ca­ Veamos algunos de los que pueden rioca CRISIS DE ABUNDANCIA considerarse más importantes, habi­ También puntero, aunque derecho, da cuenta dé sus antecedentes, la pero igua’mente hábil y veloz a un La interrupción del tránsito hacia calidad de su juego o la importancia tiempo, era Miguel Angel Laurí. Europa, provocó un sensible aumen­ de sus realizaciones en nuestro me­ Aunque fue fugaz su actuación en to en el tráfico futbolístico del Río dio. nuestro país (venía del Sochaux de la Plata. Entre 1940 y 1945 sa­ En el 37, llega un campeón del francés equipo al que retomó inme­ len veinticinco uruguayos para Bue­ Mundo, el "” Raimundo Orsi diatamente de finalizado su compro­ nos Aires y hacen el camino inverso • año 34 en Italia). Este hábil y ve­ miso con Peña rol), muchos aficiona­ 52 futbolistas. loz puntero izquierdo, viene luego dos, especialmente peñarolenses. por Sí bien el Uruguay vive un mo­ de una extensa campaña En efecto supuesto, recuerdan aún hoy aquella mento de enriquecimiento que pue­ ya en 1922 era puntal del equipo jugada "centro de Laurí, gol de Te- de hacer presumir que sea el motivo campeón de Independiente. Luego llechea”. Es de hacer notar que Ho­ p el que son mayoría los argenti- "EL BOTIJA" DE BUENOS AIRES

No es éste un modismo popular en dernera, Di Stéfano después (emigra­ no estar jugando contra Brasil: fue el la capital argentina. Allá son más bien dos todos a Colombia). No era fácil gran ausente de nuestra selección. En “pibes” o “purretes” o “chicos” o “chi- la “changa”. Había que sustituir a medio de ese estado anímico mezcla quilines” nuestros botijas. Por lo tan­ superdotados. A jugadores que estaban, de felicidad y amargura, “El Botija” to este giro lleva intrínseca, en aquel están y estarán entre los mejores del hizo esos 2 goles que él y su público medio, la condición de uruguayo de mundo de todas las épocas. Y lo cier­ hubieran deseado ver anotados en las quien lo utiliza o de quien lo recibe, to es que, sin ningún demérito para pizarras de Maracaná. como en el caso de Wálter Gómez. los ausentes, Wálter no sólo los sus­ Siguió Wálter hasta su pase al Pa- Y no es por casualidad que lo apoden tituyó sino que los hizo olvidar du­ lermo de Italia en 1956, haciendo así. Primero, porque decir “urugua­ rante el período de su actuación con goles y “robándose” la hinchada con yo” en las canchas de Buenos Aires, la banda roja. Porque Wálter también sus fabulosos piques, su excelente do­ es algo parecido a llamar “porteño” a fue CRACK. Así, con mayúsculas. minio de la pelota y de la gambeta, un argentino que juegue acá. Esto es, Y únicamente un jugador completo su devolución al toque y a la carrera, que la expresión suele llevar cargada como fue él, podía “soportar” la he­ su claridad para jugar en el difícil una connotación en cierto modo dis- rencia de esos “monstruos”. “No es terreno del área. Y su inteligente no­ minutiva. Y a Wálter lo admiraban pa’tuitos la bota e’potro” de llenar esa ción del juego asociado, como engarce de verdad. Entonces no era cuestión camiseta número 9 de River, agran­ de un formidable avance, integrado, de llamarlo “el uruguayo”. En cam­ dada hasta la inmensidad desde los generalmente, por un ala derecha con bio “botija” lo identifica en su proce­ tiempos de “La Fiera” Bernabé Fe- Vernazza y Prado y una izquierda con dencia y no lo desmerece. Todo lo rreyra. Y Wálter la llenó y no le pe­ Labruna y Loustau. Con estos fenó­ contrario, lo exalta, por lo que sig­ saba a él llevarla ni a sus hinchas menos River hizo doblete en los cam­ nifica de gesto simpático usar para él vérsela vestir. peonatos de 1952 y 1953, y más tarde, un modo típico de su tierra. Le di­ Wálter, como corresponde a un ju­ en 1955, ya junto a nuevas figuras jeron “botija” entonces, primero por gador fuera de serie, hizo “capote” como Sívori y Menéndez, volvió Wál­ no ser “uruguayo”. Y segundo porque desde el pique. No tuvo necesidad de ter a ser campeón con su River. cuando Wálter recibió “la ovación más aclimatación ni de prácticas previas También en la Argentina, el clásico grande que se haya tributado en Bue­ para conocer a sus compañeros de máximo — River y Boca— es un par­ nos Aires a un jugador extranjero” equipo. Claro, como que eran todos tido termómetro para medir la real (“El Gráfico” del 16/12/55, refirién­ buenos “músicos” la partitura se la capacidad de un jugador, al menos dose al partido en que jugó por la sabían de memoria. Firmó contrato un así lo sienten los hinchas de los 2 selección uruguaya el 15/8/45 en can­ viernes y debutó el domingo. Movie­ grandes entre los grandes del fútbol cha de San Lorenzo), era un botija ron, pared de Labruna con Wálter y porteño. Y también para los que mi­ de 17 años que ya vestía la celeste el “botija” anota el primer gol del den en ese indicador de clásicos, Wál­ y era capaz de la hazaña de conmo­ torneo. Ese año hará 22, será el go­ ter fue un triunfador. Fue algo así ver hasta ese grado —el de la ovación leador de su equipo y terminará a 2 como la revancha de River contra el cerrada — a un público acostumbrado de M. R. Papa, máximo goleador del Boca de Severino. En efecto, le hizo a ver todos los domingos a notables, campeonato. 5 goles a Boca por el campeonato maravillosos delanteros. Y por si fue­ Pocos meses después del estreno, le de la AFA (igual cantidad, aunque ra poco, nada acostumbrado a tributar llega lo que constituía la consagración éste jugó algún partido menos, que los esa clase de homenaje, a un jugador para el medio argentino: la foto de señalados por Severino ante River) y oriental con la celeste en el pecho. Wálter Gómez ilustra la tapa de “El está 4’ entre los goleadores de la his­ Así podemos afirmar que Wálter Gráfico” el 12 de mayo de 1950. Como toria de River en partidos con Boca, Gómez fue jugador “argentino” desde preámbulo quizá de la que sería muy detrás de Labruna (con su record de ese día, aunque su ingreso oficial al pronto su total consagración popular, partidos), Bernabé y Loustau y delan­ fútbol porteño se produjera años des­ que le llegó el 16 de julio. Difundido te de nuestros conocidos Artime y pués (1950). Porque desde ese día por los altoparlantes el resultado de la Onega. (Ese mismo 4” lugar lo ocupa quedó fichado como “el botija aquel final de la Copa del Mundo, el Mo­ Severino en Boca en la tabla de los que «la rompió» en cancha de San numental entero estalló. Wálter fue goles a River). Decimos que fue algo Lorenzo”. Y cuando llegó a River es­ aplaudido y vivado por “su” público, así como la revancha, porque fue re­ taba aún fresco en la memoria del estrujado por sus compañeros, felici­ vancha y algo más. Fue el delantero público de Buenos Aires el recuerdo tado por rivales, jueces, líneas y fun­ uruguayo que más impactó al públi­ de aquella actuación. Pero había otros cionarios del club. Retribuyó todo con co, el que mejor demostró la calidad recuerdos, más recientes, que marca­ 2 goles que dieron, una vez más, la de nuestros atacantes a través de va­ ban indeleblemente la sensibilidad de victoria a su equipo, esta vez ante rias temporadas, el que se recuerda la hinchada de River por ese enton­ San Lorenzo. Wálter estaba viviendo como sinónimo de gran jugador entre ces. El recuerdo de “La Máquina” la euforia de la nueva gloria ce­ los medios especializados argentinos. ron las presencias de Moreno y Pe- leste y al mismo tiempo sufría por MEXICO 70 en él cube lu brastira del gladia­ dor y el profundo ingenio creador del futbolista nativo. Es de los jugadores que todos quieren en que que le hacía falta para que can- a taran su zumbido los piolines. Cabeza LA BOINA FANTASMA a cabeza disputaron Boca y River DIEGO LUCERO* aquel emocionante torneo del 43. 45 puntos para Boca. 44 para River. Bo­ ca Campeón y un héroe entre los 11: Ese sí que fue lo que se dice “un gemina un partido donde el juego, Severino. amor a primera vista’* ••. Severino Vá­ hecho todo de gracia (como el Ave María) y la lucha, de anhelos ardientes En 1944 repite Severino sus haza­ rela apareció como un meteorito en ñas. Su boina llegó a ser una obsesión la cancha de Boca una tarde del año y leal fiereza, todo unido, hizo que para River, una obsesión de esas que 1943, y, al verlo, la hinchada yeneize, aquel encuentro resultara inolvidable. El solo y diez más vestidos de celeste. te persiguen hasta en los sueños. Des­ la más fiel, —la más seguidora legión pués de haber marcado el gol de la que pueda congregarse en cualquier Pero fue Severino, el jugador cumbre de aquella jornada. Y era cari un victoria en la cancha de Boca (primera lugar del mundo tras un estandarte rueda) River, todo River, se organizó niño, porque siempre además tuvo ca­ de la guerra del tamango y la re­ para neutralizar a Varelita en el par­ donda— ya supo que estaba conquis­ ra de niño y sonrisa y travesura de niño. Pero de aquella revelación ful­ tido revancha jugado en el Monumen­ tada, ya sintió que le había entregado tal. La consigna era impedir que Se­ el corazón. Como el César, “vino, se gurante de la citada tarde de San Lo­ renzo hasta cuando llegó con la boina verino llegara hasta el área penal de puso la boina fantasma, y venció”. River. Y le formaron un cerco cerra­ a la cancha de Boca, habían pasado “Vini, boinorum colocorum, vincito- do, entre Vaghi, el flaco Ferreyra, siete años. Siete años de catanga fuer­ rum”, como dice mi socio Pat’e Catre Videla y a veces Ramos, que acudía que la sabe lunga de latines. te, moviendo la globa con aquella di­ námica alegre y cascabelera que no al centro a darle una mano a los Cuando dejó las filas de los “car­ encargados de bloquear los movimien­ paraba nunca, el trompo bailarín que boneros” de Peñarol y cruzó el char­ tos del fenómeno oriental, traviesa la co, Severino parecía que ya estaba tan se dormía en la uña, siete años movi­ dos como para agotar las baterías sonrisa, blanca la boina. La única vez, chacabuco como jugador de fútbol, co­ LA UNICA VEZ que Varelita pudo de un titán. mo para pedir la carroza. Trasto vie­ llegar al área de River aplicó el boi- jo. Cosa cumplida. Asunto finiquitado Cuando , —siguien­ nazo, ganó Boca y salió Campeón. do la huella de otros jugadores orien­ Al galleguito no le quedaba más que Severino Varela llegaba los domin­ tales de renombre que habían vestido la boina, y aquella risa franca con la gos de mañana a Buenos Aires en el la azul y oro, como Angelito Roma­ que en la cancha adornaba sus genia­ vapor de la carrera, trayendo un pa- no, el único sobreviviente, y los inol­ les travesuras con la globa, y en la quetito con los tarros y la boina en­ vidables Carlos “Rasqueta” Scarone, y vida, como muchacho, apilaba mon­ vueltos en papel de diario. Después de el querido moreno Juan Delgado y tones de fantasías. Peñarol lo dejó ir los partidos, armaba otra vez la lin- después Pepito Benincasa y Armando sin melancolía y cuando llegó al ba­ yerita y se iba pa’l puerto. Cuando Artigas, todos amigos entrañables— . . . rrio de Quinquela y Filiberto, pintor la Boca ardía festejando sus hazañas se alineó en filas yeneizes, la “Máqui­ de las goletas empavesadas, cantor de y la ciudad entera y el país, a todo na” de River estaba en el cénit. Era las cosas del barrio y de la ternura lo largo y lo ancho, desde la puna una aplanadora. Le pasaba por arriba de sus pibas. La Boca, que es el ba­ de Atacama allá arriba, hasta los hie­ a los rivales. Muñoz, Moreno, Peder- rrio y el club y Tuñin y sus laburan- los antárticos allá abajo celebraba las ñera, La bruna y Loustau. Y cabe re­ tes y su larga historia, lo vio venir victorias de Boca y los golazos de cordar que el arquero de aquel equi­ como a uno más de los que llegan a Severino y su boina fantasma, Seve­ po que hizo historia, era Julito Ba­ ese insólito rincón porteño a buscar rino Varela, modesto, humilde, acom­ rrios, trasplantado del fútbol monte­ amigos; si acaso, un cachito de gloria; pañado por dos o tres amigos fieles, videano al de Buenos Aires. Maltre­ y si el fato rueda bien, un algo de feliz con la alegría del deber cum­ cho había terminado Boca Juniors la fortuna. Pero fue aparecer Severino plido y su sonrisa de siempre, se temporada del 42. River Campeón y en la liza con su boina y su sonrisa lomaba “el barco de la carrera” y vol­ el Boca, colero, perdido en el entre­ y aquella actitud medio de achique, vía a su Montevideo amado, a su ho­ vero. quinto, lejos, a once puntos. Ahí de muchacho humilde y sin preten­ gar, a su laburo de la Usina. Nunca siones .. y el tablón, el tablón de Bo­ es cuando aparece Severino y se re­ quiso quedarse en Buenos Aires. Le ca, caja resonante donde rebotan las , al empezar la temporada del ofrecieron instalarle negocios, comprar­ emociones del corazón porteño, ya lo 43. Hace cosas de locura en un equipo le casas. La hinchada lo quería hasta saludó como ídolo, lo hizo suyo, lo al que él le contagió un extraño ful­ el delirio. Pudo ser un hombre in­ agarró, lo estrujó como estruja el abra­ gor. Marca 20 goles, 13 de los cuales, mensamente rico. Nada. El volvía el zo de los cariños más hondos. a pura boina, “la boina fantasma”; domingo de noche a Montevideo, a De Severino. la hinchada pergeña a River no le perdona una y es a los su barrio, la casa, la compañera, los tenía muchos motivos para recordarlo, “millonarios” de Núñez, en la valla de amigos del laburo de la U sin a ... y uno, que resumía toda la admira­ Julio Barrios, a quien Severino le mar­ Pero aquí dejó un tesoro. Un tesoro ción el de aquel partido del Sudame­ ta aquel gol de palomita, merecedor de afectos que no hay computadora ricano de 1937 cuando en la cancha de que en su recuerdo se levan ara que lo mida, cuente y fije. Y hace que de San Lorenzo, ¿1 solo y diez más un obelisco, cuando faltando apenas después de un cuarto de siglo, llega vestidos de celeste, le ganaron a Ar­ segundos para terminar el partido que Severino Varela a la cancha de Bo, Alberto en Ita lia : fue de los más grandes jugadores del mundo. Zozaya, Raúl Emeal, José Fabrini, Fratessi, Bosio, Laferrara, Favio Cassán, Washington Díaz, U. Gimé­ nez, Guido Baztarrica, J. J. y M. R Ortiz, Moisés Reubén. Qué hincha de esta época no re­ cuerda la calidad que desparrama­ ron estos hombres en nuestras can- chai:. ‘ Por supuesto que no todos los hombres emigran por los mismos mo­ tivos apuntados, solamente preten­ demos indicar una tendencia, que puede explicar esta gran corriente migratoria del fútbol.

LUIÉ. ERNESTO VIDAL Veamos entonces el caso individual de mayor destaque entre todos los ''(¡migrantes” que llegan en el pe- iodo 40/45, a enriquecer nuestro ya glorioso fútbol. El de Luis Ernesto "patrullero” Vidal. Nacido en Trieste, se cria y se hace jugador de fútbol en San Fran­ cisco de Córdoba. Allí juega para el Sportivo Belgrano, actuando por pri­ mera vez en el equipo principal en 1938, en un partido que su club dis­ puta en Paraná ganando a los cam­ peones entrerrlanos. Ya en el Bel­ grano sobresalía por esa velocidad que le valió el mote impuesto por nuestro público años más tarde. Asi, un compañero de equipo, hoy presti­ gioso periodista en Buenos Aires, contaba que Vidal corría tanto que un día, ante una cortada, arrancó.

♦71 i f I y .í. r i iflSy^ Ja & - 4

Fausto Roselló, Ambrois, Rinaldo Martlno, Julio Pérez y Enrico. De los cinco, cuatro “emigrantes” : Roselló, Ambrois y los argentinos M artino y Enrico. gentinos a cargo de Boca Juniors y En el 42, River vuelve a ser el River Píate entre los años 40 y 44. campeón y Julio Barrios el arquero Ya en el 40, Domingo “hormigui­ con la valla menos vencida por se­ ta” Gelpi se gana el puesto en la gunda vez consecutiva; en el 43 con delantera del Boca campeón y Ge­ River en el segundo puesto, el arco neral Viana alterna como marcador de Barrios vuelve a ser el menos go­ de punta izquierda al costado del leado del nrneo. Es sin duda ésta la gran Ernesto Lazzatti. mejor actuación de un golero uru­ En el 41, el campeonato se lo lleva guayo en la historia del fútbol pro­ River. Pero con Julio Barrios en el fesional de la Argentina. arco como titular indiscutido; Aveli- El 43 es el año del “boinazo”. El no Cadilla en la zaga e Ismael Ri- recuerdo para Severino Varela lo vero alternando en el ataque de “la destaca en estas páginas “Diego Lu­ máquina”. cero”, actualmente en "Clarín”.

Tal vez por aquello de que nadie es profeta en su tierra, algunos futbo­ listas que han pasado Inadvertidos aquí, han triunfado afuera. Al proceso lo ejemplificamos con Ramón Villaverde, gran figura en el poderoso Bar­ celona luego de un pasaje discreto en Liverpool. W alter Gómez: un superdotado que el medio argentino elevó al sitial de los ídolos.

otr? “emigrante” uruguayo que triun­ fó en Buenos Aires. No con la de cuero que también supo manejar, lle­ gando a internacional celeste, sino con la de teclas. Boca contrata para el 44 a Enrique Castro y Raúl Rodríguez, (que al año siguiente vendría al Brasil) quienes junto al citado “boina blanca” se consagran campeones en ' ese mismo - ño. Son 8 campeones, presentes en 10 conquistas, que figuran entre los me­ jores, durante cuatro torneos sucesi­ vos. La mejor “serie” de títulos obte­ nidos por futbolistas uruguayos en el campeonato principal de la AFA EMIGRANTES VARIOS Finalizada la guerra, el Uruguay se encuentra en una situación de prosperidad evidente. Se cuenta con una excelente reserva de divisas. En fútbol, la crisis de Colombia será lo más resonante de la post­ guerra. Pero antes trataremos algu­ nos casos individuales de particular interés para esta historia de la "emi­ gración” en el fútbol uruguayo. Las primeras salidas 9 Europa des­ pués del conflicto mundial, están a cargo de R. La Paz que pasa al Nápoles en el 47; Rodríguez Canda- Ies al mismo club y en el mismo año, y Bibiano Zapirain que jugará por el Inter en la temporada 46/47. Apa­ rece en un partido disputado el 15/12/46 jugando junto a un argen­ tino que conociera en Nacional: Ce- rioni. Actuará el puntero izquierdo compatriota hasta la temporada 47/48 en Italia, regresando ese últi­ mo año a Nacional. Entre tanto, Nacional importa un escocés. El único de nuestro fútbol: Real M adrid en su prim er viaje a Montevideo, el 25 de agosto de 1958, Ian Campbell alcanza a jugar en di­ para enfrentar a un Nacional en auge. Desde la derecha, el tercero de los visiones inferiores y en amistosos por de pie es José Santamaría, Campeón Mundial Interclubes con los "merengues”. los albos, antes de seguir para Ne- En la delantera —con Kopa, Di Stéfano, Puskas y Gento— aparece el well’s Oíd Boys, donde dirigía Mr. argentino Héctor Rial, que antes jugara por Nacional. Raeside, quien lo había recomendado al Parque Central. En el 46 llega José García. Un para retornar inmediatamente. No jugador de gran lentitud física (fue “pasó nada” con ellos. JUAN E. HOHBERG apodado "miseria”) pero con gran En el 48 llegan dos paraguayos. Pero el año 1948 pasará a la his­ dominio del fútbol. Su culminación: Uno a Peñarol (Enrique Hugo) y otro toria grande del fútbol celeste por los dos goles a Peñarol. a Nacional (Leocadio Marín). En la llegada de Juan Eduardo Hohberg. Hay un pasaje poco publicitadc, en el mismo 48 se cumple el inolvida­ Un cordobés que venía de jugar en 1947, de dos campeones mundiales ble pasaje del "pibe de oro” Ernes­ Rosario y que pronto será un uru­ de Maracaná, en un club argentino, to Lazzatti por el club Danubio, don­ guayo más. Y de los mejores. que curiosamente desciende ese año. de culmina su carrera como futbo­ Hohberg fue un jugador completo, y Juan Burgueño lista y deja el recuerdo de su caba­ un superdotado. De excelente físico, pasan a defender ese año a Atlanta. llerosidad y simpatía. sus remates eran notables por la sor­ presa, la violencia y la dirección. Te­ nía buen dominio de pelota y era a Alcides Sllveira y Viadas Douksas, fuerza y capacidad para un Indepen- la vez inteligente para la creación. diente Campeón Argentino. Pronto se convirtió en "el verdu­ go” de Nacional para todos los pe- ñarolenses. Y para la estadística del fútbol profesional, en el que figura, con sus 10 goles, como el mejor go­ leador de Peñarol en partidos clási­ cos. En la historia total de los clá­ sicos aparece en el tercer lugar, de­ trás, lejos, de Piendibene y más le- jor aún del gran Atilio García. Fu< varias veces campeón urugua­ yo y hasta Campeón de América con Peñarol. Muchas y muy importantes han si­ do las conquistas de Hohberg. pero para el fútbol uruguayo el mejor ga­ lardón de su personalidad futbolís­ tica fue en la tarde de Lausana. El 30 de junio de 1954, en el mejor partido de fútbol que recuerdan pri­ vilegiados espectadores y famosos críbeos, en un partido que fue la vero, dera final de ese torneo, se en­ fren va ron las fabulosas integraciones de Hungría y Uruguay. Hungría ga­ naba por 2 a 0 y el Uruguay sufría su primer derrota en un Mundial al

473 el 50 algunos como: J. De Lucca, J. ductor en el ataque de Nacional. Se­ Tulíc, Julio Terra, Alcides Mañay, L. rá campeón uruguayo en el mismo A. Pérez Luz, C. Zunino, L. A. Miloc, año, memorable conquista de los Ramón ' ’illaverde, L. Rodríguez. tricolores en el año de Maracaná. En el 51 van al mismo equipo, los En el 51 pas;’ a Boca y regresa ese campeones mundiales Schubert Gam- mismo año a Nacional, con el que betta y Eusebio Tejera, además de volverá a ser campeón en el 52. B. Zapirain, J. C. Taibo y Antonio Este retorno del 51 que hace Mar- Sacco. tino, es la característica especial de Raúl Pini, "el cachorro" actuó por esta época. En nuestro fútbol se per­ el Millonarios. Sus condiciones de mitía apuntar jugadores extranjeros back seguro y técnico, fuerte y hábil en cualquier momento del campeona­ a la vez, así como el hecho de ac­ to, mientras que el torneo de la AFA tuar en el famoso “ballet azul” concluía meses antes que el urugua­ (nombre popular del Millonarios co­ yo. Así llegaban muchos jugadores mandado por el argentino Adolfo argentinos, que habiendo participado Pedernera), que fue el principal ex­ en el campeonato de su país, juga­ ponente del fútbol "colombiano” de ban aquí en la segunda rueda del aquella época y uno de los grandes Uruguayo. equipos de club que conoció el mun­ La particularidad de la reglamen­ do, le permitieron ser el más lucido tación y el auge creado por la con­ entre todos los buenos jugadores quista de Maracaná (en el 51 se pro­ uruguayos que llegaron al paraíso duce la venta máxima de entradas colombiano. con más de 700.000 en el Campeona­ to Uruguayo, de acuerdo al estudio de Franklin Morales), se suman pa­ EMIGRANTES DE ULTIMO ra lograr una marca inigualada de Tomás Rolan, el tercer uruguayo de MOMENTO “importación": 20 futbolistas argen­ aquel gran equipo de los rojos de tinos se inscriben en el torneo de Avellaneda- En el año del Mundial del Brasil, 1951. emigran de nuestro fútbol tres im­ Algunos nombres para recordar de portantes jugadores. Luis E. Castro esta gran “oleada”: Vacca, Marante, tiempo que confiaba en el milagro. y Walter Gómez van a defender a Salvini, Ricagni, Geronis, Sarlanga, Y el milagro no tardó en hacerse River Píate argentino, en tanto que Garófa’o, J. Corvetto, Quatrocci, presente en los dos golazos del “Cor­ José García, de Defensor, pasa al Uzal, Fizel, Campana, Mauriño, Joel dobés". Dos golazos que resonaron fútbol de Italia. “El Loncha” jugará Romero y Romay. en América con la explosión, mezcla en Bologna, una ciudad que desde Fue este último el que, integrando de llantos y alegría, de todo el pue­ el año 30 está acostumbrada a tener el ataque aurinegro, alcanzó mayor blo oriental. Dos golazos que tuvie­ ídolos uruguayos. destaque. El hombre de las “patas ron la virtud de convertir aquella Es en el mismo 50 que llega proce­ blancas" era un jugador dotado y derrota en un casi-triunfo. Dos gola­ dente de Italia un extraordinario elegante que supo propiciar excelen­ zos que son el mejor homenaje que jugador argentino: tes espectáculos de un fútbol agra­ Hohberg le hiciera al fútbol celeste. viene de señalar 18 goles en el tor­ dable y positivo a la vez. neo italiano del 49, en el que será En el 52 pasa por nuestro Defen­ ELDORADO campeón con el Juventus. Aquí mos­ sor José Manuel Moreno, uno de los trará sus excelentes virtudes de con­ más completos futbolistas que tuvo El torneo uruguayo de 1948 no fi­ naliza. Es interrumpido al iniciarse la segunda rueda por una huelga de Julio Benítez se lleva la pelota frente a Peiró y Collar del Atlético Madrid. jugadores que reclaman un régimen El ex-racinguista, Campeón Sudamericano Juvenil de 1958, fue ídolo en contractual más liberal. Este tema de la libertad de traba­ Barcelona. Reunía todo para jugar al fútbol como pocos. jo para los futbolistas, que podían actuar en el fútbol colombiano sin el consentimiento del club ni de la asociación a la que “pertenecían”, es el quid del asunto que dio en llamar­ se “la piratería colombiana”. La FIFA desafilió a la División del Fútbol Colombiano (rectora de los torneos profesionales en ese país) en 1948, ante las denuncias de algunos países afectados por esta curiosa “piratería", de comprarle el pase al propio jugador. Esta situación fue la que provocó el éxodo masivo de jugadores hacia Colombia, al punto que ya en el 49 había 109 extranjercs registrados en sus equipos, cifra que se duplica lar­ gamente en 1951. La mayor emigración de urugua­ yos hacia Colombia, se va a producir en los años 50 y 51. La mayoría fue a jugar al Cúcuta. Así lo hicieron en

474 vencida por Irlanda del Norte. El úl­ timo encuentro que jugó por Italia, fue en Roma el 28/2/59, ante Espa­ ña (1 a 1) donde actuaba como back centro José Santamaría. Después de Suiza fue a Italia Ju­ lio C. Abbadie. Pero “el Pardo” no tuvo la suerte de jugar en un equipo importante, lo hizo en el Génova y en el Lecco, y no alcanzó a integrar la se’ección ni a figurar en el "scu- detto”. Es España la que requiere a otro de los grandes seleccionados del 54. Y así José Santamaría cambia la blanca del “bolsillo” por la blanca de “los merengues”. Este hombre, que empezó jugando como centromedio en el primer equi­ po de Nacional en 1947. para pasar a ocupar luego su puesto definitivo de back centro, que aquí se consa­ gró varias veces campeón uruguayo, será por su larga y exitosa campaña, resonancia dentro del fútbol español. Fue allí también varias veces cam­ peón de España, integró la selección, conquistó la Copa Europea de Clubes (que el Real ganó ininterrumpida­ mente en sus 5 primeras ediciones) y fue campeón de la primera Copa Intercontinental, a expensas de Pe- ñarol. Junto a Di Stéfano y Puskas, fue Santamaría, columna vertebral de este gran equipo que recorrió el mundo ganando partidos, goleando y

Elbio Pavoni, triunfador en Buenos Aires con la camiseta de Indepen­ diente.

Roberto Matosas Luis C u b illa en 1965, con la camiseta de River Píate, Por mucho tiemp la transferencia de Matosas fue la más cara. Cubilla actuó en Peñaro Barcelona, River Píate y ahora lo hace en Nacional, Un caso sin din poco corriente, de pasajes por grandes instituciones del mundo. el fútbol argentino y que también fue exportación en cantidad y calidad. admirado por los públicos de México En cantidad fueron 16 jugadores y i u-' 1° hace, en Nacio­ entre 1953 y 1957. A Italia, por ejem­ nal, Héctor Rial, jugador argentino plo, fueron 9 hombres en este perio­ técnico e inteligente, que venía de do contra 4 desde 1959 a la fecha. Colombia y que culminará su carrera En cuanto a la calidad la sola en el famoso Real Madrid. menciór de algunos nombres es más que suficiente para demostrar el alto GENERACION 54 nivel alcanzado: Ghiggia, Schiaffino, Cancela, Orlandi, Abbadie, Ausca- La consagración de Maracaná nos rriaga, Leopardi, Héctor Ramr- R. señalaba como los mejores, y en Vill3’’erde, Hugo A. Villamide, * al- Europa existía interés por ver actuar ter C 5mez y José Santamaría, son a nuestros cracks. La oportunidad los más destacados. llegó con la 5« Copa del Mundo a El héroe de Maracaná, ya fue con­ disputarse en 1954 en Suiza. Allí, a tratado en 1953, por lo que no inte­ pesar del 4’ puesto, Uruguay confir­ gró la selección en el nuevo Mundial. mó poseer un importante núcleo de Su actuación en Italia se prolongó hombres con excelentes condiciones hasta 1963. Allí defendió al Roma y futbolísticas. Y esta confirmación an­ al Milán. Integró en 5 oportunida­ te el público europeo, provocó una des la se’ección italiana. Incluso en gran “exportación” de futbolistas ocasión de un Mundial. Jugó en las uruguayos a las tradicionales plazas eliminatorias del 58 con la azzurra, de España e Italia. La última gran que no consiguió clasificarse al ser Triestina, ganando por 4 a 0 con dos goles suyos. Pasó al Roma en el 60 y en su primer partido contra su ex-club conquistó un gol para em­ patar 2 a 2. Schiaffino jugó 4 partidos defen­ diendo a la selección "azurra". El primero el 5/12/54, en Roma contra Argentina. De una crónica italiana del encuentro extraemos: “la inclu­ sión de Schiaffino en las filas de la selección nacional fue un “manosan- ta” para la conducción de todo el equipo”. A los 30 segundos, gran ju­ gada del "Pepe" (según la misma crónica) y Frignani bate a Carrizo. Resultado final: Italia 2 Argentina 0. Los restantes partidos los jugó por las eliminatorias del Mundial del 58. Con Schiaffino, Italia derrotó a Por­ tugal por 3 a 0, luego de haber per­ dido, sin él, por el mismo score. Pe­ ro perdió luego con Irlanda del Nor­ te, que se clasificó Las condiciones de superdotado, "maestro" y triunfador, elevan a Schiaffino al pedestal de los inigua­ lados en la historia de los uruguayos "emigrantes".

INFLACION Y COPA A partir de 1955, la economía uru­ guaya entra en un proceso inflacio­ nario. En fútbol se producen asimis­ mo coyunturas que pueden ser cali­ ficadas de "inflacionarias". Los clubes "grandes", a través de la participación en el torneo de clu­ bes campeones de América, consiguen acentuar la dependencia de nuestro fútbol respecto de los mercados ex-

Alberto Spencer y : por año» el binomio izquierdo del ataque suri negro. Uno ecuatoriano, otro peruano. Airton Correia (Manga): brillante arquero brasileño, también en filas tricolores. jugando el mejor fútbol “español' nos convenció de jugar a la anti­ que se recuerda. g u a ... Schiaffino llevó a las filas del Milán la geometría euclldea y el oportunismo, la búsqueda del me­ jor juego en cuanto ú til... y El fabuloso dominio del arte del la sapiencia de que la victoria efec­ fútbol que era factor común a toda tiva ennoblece un partido y que la esta generación uruguaya que cul­ victoria moral es « ro retórica, merca­ mina en el 54, se sintetiza, se repre­ dería averiada, trapo de piso...”. senta. se sublima en el arte del maes­ Es que el “Pepe” no só’o jugaba tro Juan Alberto Schiaffino. bien, sino que además era lindo ver­ Porque el "Pepe" fue maestro aquí lo jugar. Confieso no haber visto 1 Peña rol del 49, Maracaná, Suiza) nunca un jugador de fútbol con el y allá, aunque él no comparta el talento, la habilidad y la precisión juicio, tal como lo avalan estos ex­ de Schiaffino, que tuviera al mismo tractos que hacemos de un libro bio­ tiempo la elegancia que él tenía para gráfico de : ". Schiaf­ jugar Cuando intervenía todo pare­ fino fue tal vez el mayor “regista”, cía fácil, natural. Su g^iialidad es­ la mayor inteligencia táctica que ha­ taba precisamente en la simplicidad ya tenido el fútbol mundial” . . el con que resolvía todos los problemas depositario del mejor modo de jugar que se pueden plantear en una can­ la pelota, el profeta y el taumatur­ cha de fútbol. * go, el hombre indispensable para la Jugando por el Milán ganó 3 veces solución final de la crisis que aque­ el "scudetto” (temperada 54/55. jaba nuestros rectángulo» por for­ 56/57 y 58/59), conquistó 47 goles tuna en el M el Milán contrató a en un total de 149 ¡Mésentaciones Schiaffino, y Osle, impartiendo la oon la rojinegra, con la que debutó lección uruguaya, noe dio coraje y oficialmente el 19/9/54. contra el

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cias a la importación de brasileños, individual. Con su concurso Peñarol argentinos y uruguayos. va a conseguir "empardar” el quin­ Por ejemplo, al , donde quenio de Nacional. Sus piques y sus casi no habían concurrido jugadores golpes de cabeza llenan toda esta compatriotas, van entre 1962 y 1967, época de gloria para la institución 23 futbolistas. También Venezuela aurinegra. entra en el "mercado”. Y Colombia, Junto a él, desde el 61, se mueve que desde su vuelta al redil de la otro hombre del Pacífico, zona que FIFA en 1953, prácticamente no ha no figuraba en las "importaciones” recibido uruguayos, importa desde el de nuestro fútbol. El peruano Juan 60 al 69, nada menos que 35 orien­ Joya venía de actuar en River argen­ tales. tino, pero lo recordábamos desde el Vamos a analizar, a través de al­ Sudamericano del 59, en que con sus gunos casos individuales, la evolu­ goles decisivos nos ganara Perú có­ ción migratoria de este fútbol "co- modamente. pero”. Luego del quinquenio peñarolen- En el 60 Peñarol se refuerza para se, vuelven a ser campeones urugua­ obtener el título correspcp- ente a yos en 1964, 65, 67 y 68. También la temporada anterior, que lo habi­ Campeones de Clubes de América y lite a participar en la primera edi­ la respectiva Copa Intercontinental ción de lo que hoy es la "Libertado­ de los años 1961 y 1966. res”, con dos extranjeros. Un argen­ Mientras tanto, en 1960, se van a tino: Alberto Linazza y un ecuato­ Europa dos buenos jugadores. Héc­ riano: , el primer tor Demarco a Italia, donde defen­ futbolista de esta nacionalidad que derá durante varias temporadas al llega al Uruguay. Es con dos goles tradicional equipo de uruguayos des­ de este hombre, calificado años más de los años treinta, el Bologna. Y a tarde como el hombre del "gol im­ España, Julio Benitez, que será en portante”, que Peñarol se clasifica poco tiempo el soberbio ídolo del Campeón Uruguayo y más tarde 1er. Barcelona. Con su trágica desapari­ Campeón de Clubes de América. ción se cierra un ciclo de la rica Spencer, con sus 12 goles (6 por historia de uruguayos que triunfaron la Libertadores y 5 por el Uruguayo) en el fútbol de Europa. marcados a Nacional, es la piedra Siempre en el 60, van a Buenos angular de este proceso en su faz Aires. José Sacia, , Ignacio Prieto, un gran jugador chi­ leno en Nacional.

tín desconocer el valor de los otros extranjeros que actúan hoy en Montevideo, y Ricardo Elias Figueroa deben tranjeros. Para conquistar la Copa, estar en prim er plano. se endeudan, adquiriendo "estrellas” de alto precio y pagando elevados sueldos y precios, provocan una ver­ dadera "inflación” de valores en la cotización de los jugadores de fútbol. Las famosas "relaciones de inter­ cambio" también se deterioran en fútbol, pues gracias a esta política económica "de Copa”, vendemos úni­ camente jugadores "baratos” y com­ pramos extranjeros de gran coti­ zación. En la corriente migratoria, se evi­ dencia claramente la repercusión de todo ese proceso. Todo empieza con la la. Copa de Clubes Campeones. A partir de 1959, ya casi no se "exportan” cracks. Y los que se venden se reimportan al cabo de poco tiempo (casos Luis Cu- billa, Roberto Matosas, José Sacia, Domingo Pérez Milton Viera). El mercado exportador, se reserva para jugadores de divisiones inferiores y de clubes "chicos”. Como a su vez el fútbol argentino padece del mismo mal, los jóvenes uruguayos van a jugar a países que tradiciona’mente no hablan sido plazas de importancia en la contratación de nuestros ju­ gadores. Es que en esas plazas también in­ teresa la Libertadores y se busca mejorar el potencial deportivo gra­ I

tina); José Francisco Sanfilippo (que parecía la solución ansiada hasta que se lesionó); Prospitti y Rubén Sosa (también argentinos) y hasta una anecdótica casi-contratación de un falso Willington. Después de conquistar la Copa Intercontinental, Peñaroi vende a Luis Cubilla al fútbol español. Luego de i iocos meses en España, el habi­ lidoso puntero, regresa al Río de la Plata, para defender esta vez a River de Buenos Aires, club en el que permanecerá hasta su reciente incorporación a Nacional. Su paso por Núñez, si bien es recordado por la afición porteña, no consiguió apor­ tar ninguna conquista de importancia al alicaído River. Equipo en el que desde 1964, 33 millones de pesos y unos cuantos publicitados electro­ cardiogramas mediante, militara tam­ bién Roberto Matosas. En tanto Peñaroi trae de Asunción a un back, Juan V. Lezcano, que alcanzará a consagrarse con las con­ quistas de 1966, otro uruguayo sin cartel” que emigra a la Argentina. Allí. Ricardo Pavoni, saldrá campeón de la Libertadores con Independien­ te (repitiendo la performance cum­ plida antes por Rolan). También su éxito puede servir para demostrar que en el Uruguay futbolístico post­ Copa de Campeones, hay pocas opor­ tunidades de ser profeta en su tierra. Otros buenos ejemplos para ilus­ trar hasta qué punto hemos perdido interés por promover a nuestros jó­ venes jugadores, son los de Chabay (Campeón argentino, de la Liberta­ dores y de la Europea-Sudamerica- na con el Racing Club de Avellane­ Luí» Artime y , en los tiempos de R iver. Ahora el prim ero da) y Orlando Medina, de nuestras juega en Nacional después de un pasaje por Brasil. El de Onega, es el divisiones inferiores pasa a Colón de primer traslado desde que comenzó a jugar. Santa Fe donde se destaca, y recién cuando el periodismo argentino ha­ bla de él, nos "acordamos” de que Tomás Rolan y Viadas Douksas. El rol y Nacional se interesaron por es uruguayo. Hoy es campeón ar­ primero para alternar en Boca. Los ellos. Así, "El Pepe” Sacia vino a gentino y hombre importante en el restantes para sacar Campeón a In­ Peñaroi (años después a Nacional); equipo de Boca. Alberto Ferrero, con dependiente Ya que ellos fueron, se­ Viadas Douksas llegó al Parque Cen­ a’gún ensayo en Peñaroi y al fútbol gún el periodismo especializado de tral al igual que Silveira, aunque chileno donde será campeón y golea­ la vecina orilla, el principal motivo éste luego de un fugaz pasaje por dor del torneo de 1967. Y Sergio del buen juego desarrollado ese año el fútbol español en el 62 y una cam­ Villar, de Defensor a San Lorenzo, por los rojos de Avellaneda. Empu­ paña en Boca donde llegó hasta a donde’es titular al firme, siendo con­ je. vitalidad y gran anticipo en los ocupar la dirección técnica. siderado por la crítica como el me­ dos defensores; habilidad en Douk­ En tanto, los nuevos títulos de Co­ jor marcador de punta derecha en sas; vocación ofensiva de los tres, pa adquiridos por Peñaroi, le permi­ el campeonato de 1968. fueron sus principales virtudes y las ten acceder a los mercados interna­ Finalizado el Mundial de Londres de su equipo que jugaba al ritmo cionales con una cotización superior. y habiendo obtenido Peñaroi por se­ que los uruguayos le imponían. Nacional, que no puede quedarse gunda vez la Copa Europea-Sudame- Estas exitosas salidas que acaba­ atrás busca en un providencial mos de reseñar desmienten en apa­ "hombre-gol" su pasaporte a la Copa. ricana, el proceso indicado se agudiza riencia la teoría expresada líneas Así empiezan a desfilar por tien­ Así, en los últimos tiempos, entre atrás Nos apresuramos a demostrar das albas una verdadera multitud otros extranjeros, ingresan, de la que, por el contrarío, este contingen­ de jugadores extranjeros Recorda­ se'ección chilena. Elias Figueroa e te confirma plenamente nuestra mos a Rodrigo Da Costa (de Brasil); Ignacio Prieto; del Ecuador, "Polo” opinión J J. Rodríguez (argentino); "Caí” Carrera; del fútbol brasileño. Celio Todos los jugadores mencionados, González (Paraguay); Raimondi Taveira y el arquero de la selección salieron del país desde clubes “chí- (ecuatoriano que confirmó que lo de Airton Correia (Manga); del fútbol os" y recién después de sus tnun- Spencer fue un milagro); Lucio León argentino, el catamarqueño Mamelli en el extranjero después aue (argentino de Fénix); Henrique (bra­ y tres integrantes de la selección del adquirieron el '‘cartel’' indispensable sileño); Verdugo (argentino); ”Ja- 66: Alfredo Rojas. Ermindo Onega y para jugar en los “grandes". Peña- burú” (brasileño); A be ledo (Argen­ Luis Artime.

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PEÑAROL CAMPEON DEL M U N D O SERGIO DECAUX Sergio Decoux que ha seguido muy de cerca todo el proceso, nos entrega una exhaustivo radiografía de todo el largo camino que culminó con la coronación de Peñarol nado menos que tres veces Campeón de América y dos del Mundo. Desde la llegada al comando de la institución — allá por 1958— de dirigentes desconocidos para el mundo del fútbol, hasta la vuelta olímpica en el Bernabeu que terminó con el orgullo español, rastrea minuciosamente todos los pasos, con la habitual complementación de fotografías que el tiempo transforma en documentos deportivos.