5. El Léxico Pliniano Sobre Hispania: Etnonimia Y Designación De
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EL LÉXICO PLINIANO SOBRE HISPANIA: ETNONIMIA Y DESIGNACIÓN DE ASENTAMIENTOS URBANOS por ÁLVARO CAPALVO LIESA A Guillermo Fatás, que hizo posible este trabajo 1. FINALIDAD El presente trabajo intenta delimitar en su contexto de origen el valor real de la terminología pliniana que se refiere a entidades de población, per mitiendo así una correcta valoración de los datos que ofrece para Hispania ,1a Naturalis Historia (N.H.) y evitando la aplicación de acepciones extraplinia- nas al vocabulario específico de la obra1. 2. LA GEOGRAFÍA HISPANA DE PLINIO: N.H. III 6-30. 76-78 Y IV 110-120. Está concebida, al igual que el resto de la N.H., como una síntesis de ti po enciclopédico que intenta compediar el corpus de bibliografía especializa da que ofrece el autor en el libro I, libro cuya función de índice temático y de autoridades queda suficientemente explicada en Praef. 332. Desde este punto de vista, que debe tenerse presente, la obra aparece como el resultado de un proceso de síntesis literaria y no como uno de propia investigación. Esa consideración previa tiene una importancia fundamental para el estudio léxico que aquí se realiza, pues implica considerar la hipótesis de que posi- 1 El trabajo aquí presentado es a la vez un resumen y una reelaboración de nuestra Memo ria de Licenciatura inédita El léxico pliniano sobre hispania: etnonimia y designación de asenta mientos urbanos, dirigida por el Dr. Guillermo FATÁS. 2 En Praef. 33 se alude a esa labor de índice del libro I, dejando claro cómo se concibe la obra como texto de consulta para temas específicos, no para su lectura continuada. Es decir, un verdadero texto enciclopédico y, por tanto, de divulgación: «il destinait son encyclopédie au pu blic éclairé et non aux spécialistes, nec doctissimis, comme il l'a écrit dans sa Préface, chap. 7, en se référant à un passage du poète satirique Lucilius» (BEAUJEU, J., La langue de l'astronomie dans l' «Histoire Naturelle» de Pline l'Ancien, en Plinio il Vecchio sotto il profilo storico e lette- rario, Como 1982, pp. 83-84. CAESARAUGUSTA. — 63 49 Álvaro Capalvo Liesa bles utilizaciones no homogéneas del vocabulario estudiado —sean de significa do o de extensión geográfica—, pueden deberse solamente a variaciones termi nológicas existentes entre las diversas fuentes utilizadas por el autor. La estructura del texto presenta tres partes claramente diferenciadas cuya existencia como tales debe relacionarse con esa labor pliniana de reco pilación textual: — Listas puramente administrativas, con tres cómputos provinciales inde pendientes (III 7, III 10-12, III 14-15, III 18 y IV 117-118), dos de los cuales se desglosan por conventus. — Listas de descripción costera, a imitación de las orae (III 7-8, III 19-22 —excepto el inicio de III 22—, y IV 111-113 y 116). — Digresiones geográficas, metodológicas, y etnográficas (III 6, III 8-9, III 16-17, III 29-30, IV 110, 114-115 y 118-120). Cada una de esas listas o digresiones actúa en realidad como una unidad totalmente independiente y ello es perceptible, por ejemplo, en los casos en que las diferentes partes del texto duplican la descripción de una región de terminada: las entidades a que se alude en cada una de ellas aparecen califi cadas de una manera no uniforme, sin que se hayan unificado los diferentes criterios. Así ocurre con la alusión costera de IV 111 «civitatium novem re gio Cantabrorum» y su correspondencia administrativa en III 27 «in Canta brias VIIII populis luliobriga sola memoretur», con la diferente denomina ción de Olisipo en IV 116 y IV 117, o con la alusión a Gades como «oppi dum civium Romanorum» en IV 119 cuando en el cómputo provincial de III 7 se había especificado que los «oppida civium Romanorum» béticos eran «municipia» 3. La misma falta de uniformidad se puede apreciaren las listas administrativas: para las tres provincias hispanas se señala la existencia de conventus —III 7, III 18 y IV 117—, pero sólo dos de ellas —Bética y Cite rior— son descritas de acuerdo a esa división conventual, mientras que, sin razón aparente, no ocurre lo mismo en el caso de la Lusitania4. Será así ne cesario considerar previamente los diferentes contextos de utilización para para llegar a conclusiones realmente válidas sobre la significación en Hispa- nia del léxico pliniano referido a formas administrativas y de organización5. 3 Infra, municipium. 4 Infra. civitas. El caso de III 26-27, alternado tres populi con tres civitates en un mismo contexto, a falta de más datos, se resiste a cualquier posible interpretación (aunque cabe consi derar un hipotético recurso estilístico de alternancia, la homogeneidad con que parecen corres ponderse las variaciones de contexto —fuente utilizada— con las léxicas no inclina a aceptar es ta posibilidad). 5 La explicación tradicional sobre la redacción de las listas plinianas parte de la obra de D. DETLEFSEN Die Anordung der geographischen Bücher des Plinius und ihre Quellen, Berlin 1909 (no consultado), de quien la recoge E. ALBERTINI: «Ce que Pline utilise, ce sont les formulae provinciarum. c'est-à-dire des recueils officiels de renseignements administratifs et statistiques, 50 CAESARAUGUSTA. — 63 El léxico pliniano sobre Hispania 3. EL ESTUDIO LÉXICO6 Castellum7: Una mención en contexto costero, IV 112, que alude a un solo castellum. Puede no ser necesariamente un término de significación mili tar en la Ν.H.: V 1 «populorum eius oppidorumque nomina vel maxime sunt innefabilia poraeterquam ipsorum linguis; et alias castella ferme inhabitant» (ed. DESANGES) parece admitir la acepción civil que se documenta en CIC. Rep. 1, 3 «urbes magnae atque imperiosas, ut appellat Ennius, viculis et cas- tellis praeferendas puto»8. Sin embargo el contexto habitual identificable de la utilización de «castellum», que se aprecia, por ejemplo, aparte de en IV 112, en III 111, III 141 o en III 142, y que es el de descripcióan costera —V 1 es excepción—, parece favorecer la connotación militar para la referencia hispana —el texto de III 142 es «Tribulium nobilitata proeliis castella»—9. Civitas: 8 menciones, III 18, III 26 (2), III 27, III 28, III 76, III 77 y IV 111, que aluden a 17 civitates10. En Plinio el término admite dos signifi caciones diferenciadas: puede aludir al conjunto de cives que habitan una de terminada urbs, como en III 26 y III 28, o bien al concepto «ciudad», como en III 27, III 76-77 y IV 111 —éste último caso si se considera su paralelo con el «populis luliobriga» de III 27—11. III 18, la nómina administrativa de qui sont dressés et mis à jour, pour chaque province, indépendamment les uns des autres et qui ne se rapportent pas nécesairement tous à la même époque» —Les divisions administratives de l'Espagne romaine, Paris 1923, pág. 55—. Esta interpretación, sin embargo, no explica de manera satisfactoria por qué esa Reichsstatistik, como es de esperar con datos numéricos sobre cada una de las categorías jurídicas, sólo se utiliza en la N.H. en unas pocas provincias, en sen tido estricto únicamente para África e Hispania (una investigación más reciente sobre el tema de las fuentes plinianas acerca de Hispania presenta unas conclusiones más prudentes que las del autor alemán en torno a la fuente original: «(...) Thus the administrative material, at least, in his survey must be drawn from a authority later than 46 B.C. Identitifying that authority seems impossible» — HOYOS, B.D. Pliny the Eider's Titled Baeticam Towns: Obscurities, Errors and Origins, «Historia» 28 (1979), pág. 460—). 6 El texto seguido ha sido el de la edición de K. MAYHOFF: PLINI SECUNDI, C, Naturalis Historiae I-VI, Leipzig 1906, y la numeración adoptada la de la edición de J. SILLIG Historiae Naturalis, Hamburg 1851. 7 De Castellum ·i, diminutivo de castrum (ERNOUTy MEILLET Dictionnaire étymologique de la langue latine, Paris 1979, pág. 104, s.v.). 8 Vid. BANNIER en Thesaurus Linguae Latinae, III, col. 525, s.v. DESANGES, pese a traducir por «simples fortins» considera que «d'après le contexte, désigne des aglomérations plus négli geables, selon Pline, que les oppida qu'il vient de mentionner» (en PLINE L'ANCIEN aturalis Historia, V 1-46, Paris 1980, pág. 79). 9 No cabe, para la N.H., una interpretación de castellum como «unidad gentilicia suprafa- miliar» o suponer que pueda no corresponderse con un asentamiento concreto (cf. SANTOS, J., Comunidades indígenas y administración romana en el noroeste hispánico, Bilbao 1985, pp. 19-31 y 36). 10 De Civitas -atis, derivado de civis (ERNOUTy MEILLET Dictionnaire étymologique..., París 1979, pág. 124, s.v.). 111 FORCELLINI. E., Lexicón totius latinitatis, I. Padova 1864, pág. 642, s.v., alude a estas dos acepciones que señalamos: «celebre est discrimen ínter civitatem et urbem, quod haec proprie CAESARAUGUSTA. — 63 51 Álvaro Capalvo Liesa la Citerior, podemos también incluirlo en el significado «ciudad» si conside ramos su paralelo con III 139-143, la única descripción conventual que obe dece a una estructura similar a los de la Citerior 12, y revisamos los criterios tradicionales para la interpretación de las cifras que se ofrecen en el citado III 18. D. DETLEFSEN, el punto de partida para los estudios posteriores, en su artículo de 1873 sobre la Tarraconense en Plinio l3 comprobó la relación exis tente entre la referencia «civitates (...) CCXCIII» y la suma de los populi ci tados en la descripción administrativa de la provincia; y planteando la rela ción de ese «CCXCIII» con la referencia «oppida CLXXVIIII» —también de III 13— concluyó que civitas y oppida no eran términos equiparables: «nicht jede civitas enthält ein oppidum, vierlmehr sind 114 derselben noch nicht zur städtegründung fortgeschritten» 14. La base fundamental para esta interpreta ción residía en considerar las cifras de III 18 —el total de oppida y de civita tes— como datos procedentes de una fuente única, es decir con una corres pondencia entre sí que permitiese su comparación en pie de igualdad.