Memorias Geográficas Históricas, Económicas Y Estadísticas De La Isla De Puerto-Rico, Escritas Por D
Total Page:16
File Type:pdf, Size:1020Kb
Library of Congress Memorias geográficas históricas, económicas y estadísticas de la isla de Puerto-Rico, escritas por D. Pedro Tomás de Córdoba. Tomo 4. MEMORIAS GEOGRAFICAS, HISTORICAS, ECONOMICAS Y ESTADISTICAS DE LA ISLA DE PUERTO-RICO, Por D. Pedro Tomas de Córdova Secretario honorario de S. M. y del Gobierno de la misma. P. T. de Cordova TOMO IV. ANtilde;O DE 1832. EN LA OFICINA DEL GOBIERNO: A CARGO DE D. VALERIANO DE SANMILLAN. 53645 F1961 .C79 3-6064 MEMORIAS GEOGRAFICAS, HISTORICAS, ECONOMICAS Y ESTADISTICAS DE LA ISLA DE PUERTO-RICO. GOBIERNO DEL TENIENTE GENERAL DON MIGUEL DE LA TORRE. CAPITULO PRIMERO. Sucesos generales de Costa-firme cuando dejó el mando de sus fuerzas el Mariscal de campo D. Miguel de la Torre. Estado de la opinion en Puerto-Rico. Rebelion de la isla de Sto. Domingo. Situacion del Gobierno de Puerto-Rico. Entrada de su nuevo Gobernador en Mayagues. Espedicion en el Norte por Ducodray. Su descrubrimiento en la Isla. Papeles interceptados. Avisos de los Gefes de las Colonias. Ejecucion de Duboy. Memorias geográficas históricas, económicas y estadísticas de la isla de Puerto-Rico, escritas por D. Pedro Tomás de Córdoba. Tomo 4. http://www.loc.gov/resource/lhbpr.6064c Library of Congress Revolucion intentada en Guayama y ejecucion de dos esclavos. Escasez de recursos. Falta de tropa. Mal estado de la Milicia. Abandono de las fortificaciones y artillerìa. Nulidad de las fuerzas sutiles. Estado indefenso de las Costas. Se hallaba en 1822 el general Latorre con el mando en Gefe del ejercito pacificador de Costafirme cuando fuè nombrado Capitan general de esta Isla. La situacion entonces de aquel pais era la mas critica. De resultas de la desgraciada accion de 4 Carabobo se habian reducido las armas españolas á la plaza de Puerto-cabello, y todo el cuidado de su Gefe fué conservar aquel interesante punto para poder en mejor epoca dar ensanche á las operaciones que dispusiese el Gobierno Supremo. Las provincias habian desaparecido del gobierno de S. M. desde que se restableció en ellas el sistema de la constitucion, y los progresos de los insurgentes fueron los mas rapidos, á medida que nuestras fuerzas carecian de socorros peninsulares y de moral. Reducido el corto resto del ejercito á la plaza de Puerto-cabello quedaba aun el pabellon Real arbolado en las de Cartagena y Cumaná, pero muy pronto tuvieron que rendirse por falta de viveres. Igual suerte debia esperimentar Puerto-cabello, como sucediò al fin. El general Latorre veia que sin fuerzas navales que llevasen ála plaza los medios de subsistencia no le era posible conservarla; las pocas de que podia disponer se hallaban en bastante deterioro, dificil de repararse, al paso que el enemigo aumentaba las suyas para acabar de destruirlas, y à su vez obligar á que se rindiese aquella fortaleza. La carencia tambien de recursos para mantener la guarnicion aun con aquel apoyo, fué otro de los apuros que estrecharon á dicho Gefe. Habia ocurrido á la Habana, Veracruz, Puerto-rico y las Colonias amigas; habia adoptado el termino de girar letras contra la Tesoreria general de Madrid; los donativos y los prestamos habian concluido los restos de la fortuna de muchos particulares; en fin no le quedó arbitrio que no tocase, ni esfuerzo que no hiciese por sostener un punto de tanto interés, pero todo fué infructuoso, y apenas bastaba lo que recogia para una semana; su agonìa fué constante, cuanto desesperada su posicion. En medio de un estado 5 tan critico, ansioso porque no triunfase el enemigo de aquel baluarte, intentó ensanchar las operaciones y de consiguiente las aspiraciones del Memorias geográficas históricas, económicas y estadísticas de la isla de Puerto-Rico, escritas por D. Pedro Tomás de Córdoba. Tomo 4. http://www.loc.gov/resource/lhbpr.6064c Library of Congress ejercito, y aprovechando la buena disposicion de los corianos, animó en la Provincia los deseos de la mayoria, les enviò alguna fuerza y los pocos recursos de que pudo desprenderse, pero vió con sentimiento que sus esfuerzos no tuvieron el mejor resultado, volviendo el enemigo á apoderarse de toda ella y retirándose nuestra division. A pesar de este reves, que debia desanimar al genio mas constante, proyectó una nueva espedicion, y puesto á la cabeza de ella, tomò á Coro y organizó allí una division respetable, pero llamado á Puertocabello, que se hallaba en los mayores apuros, regresó por tierra, dejando el mando de la Provincia al coronel D. Juan Tello interin pasaba á dirigir las operaciones el Mariscal de campo D. Francisco Tomás Morales. Verificado este plan quedò el general Latorre en Puerto-cabello haciendo los ultimos esfuerzos para levantar el sitio que sufria la plaza. Sus apuros fueron estremados, y ya con salidas por varios puntos para distraer las operaciones de los contrarios, y con sus terminantes ordenes para que la division de Coro llamase la atencion de los sitiadores, pudo dar todo el ensanche posible á su posicion critica, con la esperanza de ser socorrido en el intervalo de la Peninsula. El general Morales logró debilitar las fuerzas colombianas en Dabajuro, y si en aquellos momentos hubiese recibido socorros el general en Gefe, es indudable que las armas de S. M. habrian conseguido mayores y mas utiles progresos, y se hubiera cambiado en Venezuela el aspecto de las cosas; pero todas las esperanzas se desvanecian y la desconfianza se aumentaba con 6 la mayor rapidez. En estos momentos fué que el Sr. Latorre recibió la orden de tomar el mando de esta Isla, y habiendo entregado el del ejercito á su segundo el general Morales, aceleró su marcha para Puerto-rico, desembarcó en Mayagues, y sin detenerse pasò à la Capital donde el 7 tomó posesion del mando militar de la Provincia. Si los acontecimientos ultimos de Venezuela, como quedan bosquejados dan una idea exâcta de nuestros apuros en aquel punto, de los esfuerzos que habia hecho su General para mejorar la situacion desesperada del ejercito, y de cuanto debian influir aquellas desgracias en los paises vecinos, nada lo probará tanto como el estado de esta Isla al pisar su suelo el nuevo Capitan general. Memorias geográficas históricas, económicas y estadísticas de la isla de Puerto-Rico, escritas por D. Pedro Tomás de Córdoba. Tomo 4. http://www.loc.gov/resource/lhbpr.6064c Library of Congress En los gobiernos de los Sres. Melendez, Vasco, Arostegui y Navarro, y en el politico del Sr. Linares, se ha demostrado suficientemente la precaria situacion de Puerto-rico en el ramo de las rentas, los disgustos que presentaba semejante causa, lo que se habia viciado la opinion desde el año de 1820 y lo que esta habia adelantado desde las ultimas desgracias de Costa-firme. Lo que jamas se habia visto en el pais, sucedió en dichas epocas, particularmente en el tiempo de los tres ultimos gefes. Reunion de salteadores en cuadrilla, proyectos de revoluciones interiores de las esclavitudes, invasiones del esterior, y continuas depredaciones de los corsarios habian tenido en continua alarma á las autoridades y á los vecinos. No faltaban genios á proposito que daban ensanche á sus miras con todos estos ensayos y que ganaban proselitos en favor de la desorganizacion. En los periodicos se asomaron tambien ideas las mas escandalosas, y en las conversaciones publicas 7 se manifestaban con descaro é impudencia las doctrinas mas peligrosas. Las desgracias de nuestras armas en Venezuela se contaban por algunos con placer y con satisfaccion, y aun antes de que las supiese la autoridad corrian por el publico exageradas las noticias. La critica contra la administracion de hacienda era el platillo de todas las reuniones y de todas las casas, y cuanto desmoralizase al Gobierno, otro tanto se decia y circulaba sin rebozo. Habia faltado la prudencia, se habia descubierto cada cual la mascara y todos se veian y trataban con desconfianza y temor. Un estado tan espuesto vino á recibir mayor impulso con la independencia de la parte española de la isla de Sto. Domingo. Parece que la politica no estaba en favor de un cambio como el que presentò D. José Nuñez de Caceres en aquella Isla. Situada entre las fieles de Puerto-rico y Cuba, unicas de quienes podia sacar ventaja en sus relaciones, con una poblacion escasisima, sin rentas y naciente, como efecto de las muchas vicisitudes que habia esperimentado, y con un enemigo tan peligroso como inmediato en su mismo territorio, eran la mayor garantia de su seguridad. No se veian otras aspiraciones en ese pueblo, ó no debia tener otras, que las de nutrirse y conservar los mismos sentimientos que mantenian los de las islas vecinas, pues cualquier otro que abrigara debia serle destructor con solo pensarlo. Fué Memorias geográficas históricas, económicas y estadísticas de la isla de Puerto-Rico, escritas por D. Pedro Tomás de Córdoba. Tomo 4. http://www.loc.gov/resource/lhbpr.6064c Library of Congress pues asombroso el cambio que hizo, por lo mismo que no era de preveerse, y fue tan fugaz su exîstencia, como era proxîmo el enemigo que tenia que temer. Si no hubiese habido este en la misma Isla, la parte española habria sucumbido con otras ventajas á los esfuerzos que hubieran hecho Cuba y Puerto-rico para 8 sacarla de las garras de Nuñez, y esta sola consideracion debió no haber olvidado ese ambicioso para no haber puesto en planta su inicuo y loco proyecto. No se contentó con verificarlo, sino que en su frenesi revolucionario procuró introducir la tea de la discordia en las vecinas islas y escribió para ello á sus autoridades. Ya se ha visto lo que contestó el Sr. Arostegui al desacordado Nuñez, y por cuantos medios trató este benemerito Gefe de atajar aquel pernicioso ejemplo y desacreditar la conducta de su causante.