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Matallana Penagos, Elizabeth Cristina. Expresiones de lo singular latinoamericano en los ensayos de (1904-1980), (1914-1998), Gabriel García Márquez (1927-2014) y Mario Llosa (1936) Vol. VI, No. 6, enero-junio 2018

Expresiones de lo singular latinoamericano en los ensayos de Alejo Carpentier (1904-1980), Octavio Paz (1914-1998), Gabriel García Márquez (1927-2014) y (1936) Expressions of Latin American singularities in the essays of Alejo Carpentier (1904-1980), Octavio Paz (1914-1998), Gabriel García Márquez (1927-2014) and Mario Vargas Llosa (1936)

“Recibido el 22 de junio del 2018, aceptado el 1 de julio del 2018”

Elizabeth Cristina Matallana Penagos∗

Resumen Octavio Paz en sus ensayos El pachuco y otros extremos (1950) y La inteli- gencia mexicana (1950), al igual que Alejo Carpentier (1904-1980) en De lo real maravilloso americano (1967) y Conciencia e identidad de América (1975), se dieron a la tarea de conjurar una serie de respuestas frente a las singularidades latinoamericanas insertas en una tradición universal; tal tarea fue emprendida también por Gabriel García Márquez (1927-2014) en La soledad de América Latina (1982) y Por un país al alcance de los niños (1994); finalmente Mario Vargas Llosa (1936) se expresó al respecto en ¿Libertad para los libres? (1983) y Dentro y fuera de América Latina (2005). Las obras narrativas de estos escri- tores fueron vitales en la consolidación de una literatura latinoamericana, pero es válido señalar que otro tanto sucedió con su amplia producción intelectual,

∗ Elizabeth Cristina Matallana Penagos, Filóloga Hispanista, Universidad de Antioquia.

99 Vol. VI, No. 6 Revista Ciencias y Humanidades Enero-junio 2018 específicamente en los ensayos ya nombrados. El ensayo, sin lugar a duda, es un género que permitió la transmisión de ideas, lo que lo hace un “potencializador” de la enunciación discursiva, y de allí que sea posible establecer los “ideologe- mas”, o instrumentos translingüísticos que brindan información acerca de las coordenadas históricas y sociales del texto, y que para el caso específico de este trabajo se encuentran presentes en los diferentes discursos sobre este territorio denominado América Latina. De esta manera, la meta de este estudio es analizar las expresiones de lo singular latinoamericano en estos autores a través de los ideologemas: “soledad”, “mestizaje”, “maravilla”, “mito” y “viaje”.

Palabras clave: América Latina, Literatura del siglo XX, Ensayo, Ideologema, Alejo Carpentier, Octavio Paz, Gabriel García Márquez, Mario Vargas Llosa.

Abstract In his essays El pachuco y otros extremos (1950) and La inteligencia mexica- na (1950) Octavio Paz (1914-1998) as well as Alejo Carpentier (1904-1980) in De lo real maravilloso americano (1967) and Conciencia e identidad de América (1975), gave themselves the task of conjuring up a series of responses to La- tin American singularities embedded in a universal tradition; this task was also undertaken by Gabriel García Márquez (1927-2017) in La soledad de América Latina (1982) and Por un país al alcance de los niños (1994); finally, Mario Vargas Llosa (1936) expressed about it in ¿Libertad para los libres? (1983) and Dentro y fuera de América Latina (2005). The narrative works of these were vital in the consolidation of the Latin American literature, but it is valid to point out that the same happened with their extensive intellectual production, specifically in the essays already mentioned. The essay, without a doubt, is a genre that allowed the transmission of ideas, what makes it a “potentiator” of the discursive enunciation, and from there we allow ourselves to establish the “ideologemas”, or translinguistic instruments that provide information about the historical and social coordinates of the text, and that for the specific case of this work are present in the different discourses on this territory denominated . In this way, the goal of this study is to analyze the expressions of the Latin American singularities in these authors through the ideologemas: “loneli- ness”, “miscegenation”, “wonder”, “myth” and “travel”.

Keywords: Latin America, 20th Century literature, Essay, “Ideologema”, Alejo Carpentier, Octavio Paz, Gabriel García Márquez, Mario Vargas Llosa.

100 Matallana Penagos, Elizabeth Cristina. Expresiones de lo singular latinoamericano en los ensayos de Alejo Carpentier (1904-1980), Octavio Paz (1914-1998), Gabriel García Márquez (1927-2014) y Mario Vargas Llosa (1936) Vol. VI, No. 6, enero-junio 2018 Introducción do”2. En consecuencia, este trabajo que iniciaron los intelectuales latinoa- Si somos nosotros los que nos sentimos mericanos del siglo XIX, tuvo conti- distintos, ¿qué nos hace diferentes, y en nuidad con ideas y estilos distintos en qué consisten esas diferencias1?1 varios autores emblemáticos del siglo XX, entre ellos, los autores objetos de Alejo Carpentier (1904-1980), Oc- estudio de la presente investigación. tavio Paz (1914-1998), Gabriel García Se podría aseverar, en este sentido, Márquez (1927-2014) y Mario Vargas que Carpentier, Paz, García Márquez Llosa (1936), son escritores cuyas y Vargas Llosa han aportado a la cons- obras narrativas fueron vitales en la trucción de diferentes imágenes acer- consolidación de una literatura lati- ca del ser de América Latina y de cada noamericana; ellos, en su amplia pro- uno de los países a los que pertenecen. ducción intelectual, han dado cuenta Por su parte, Liliana Weinberg sus- de una realidad latinoamericana sin- tenta que “el ensayo ha dado muestras gular que difiere de la europea, aunque de una creciente vitalidad e impor- se alimente de ella y sean evidentes tancia como miembro destacado de sus influencias. Dentro de sus obras se la familia de los géneros en América pueden identificar textos que pertene- Latina”3. Su declaración se basa en el cen al género de las ideas, es decir, al hecho de que las características del en- ensayo. Mediante el ensayo dichos au- sayo lo hacen un género prolífico en tores presentan una clara intención de este contexto, por lo que Weinberg, generar una imagen continental desde además, afirma: diferentes perspectivas o vivencias. Así pues, el ensayo ha sido elegido La propia apertura y dinámica del como vehículo de ideas para expresar ensayo, su flexibilidad y la perma- una identidad común latinoamericana nente posibilidad que establece de desde el siglo XIX, tal como lo afir- tender puentes entre la escritura del ma Juan Guillermo Gómez García: “la yo y la interpretación del mundo […] intelectualidad hispanoamericana del son elementos que hacen del ensayo una forma clave, una herramienta siglo XIX creó, gracias al ensayo, una fundamental en el quehacer creativo cultura autónoma, independiente del y reflexivo propio del ámbito cultural trono peninsular del que había parti- latinoamericano.4

1 Octavio Paz, “El pachuco y otros extremos”, 2 Juan Guillermo Gómez García, El descontento en El laberinto de la soledad, Posdata, Vuelta a y la promesa (Medellín: Editorial Universidad de El Laberinto de la Soledad En El laberinto de Antioquia, 2003), 21. la soledad, Posdata, Vuelta a El Laberinto de la 3 Liliana Weinberg, Umbrales del Ensayo (Méxi- Soledad (México: Fondo de Cultura Económica, co: UNAM, 2014), 111. 2009), 33-34. 4 Ibíd., 111-112.

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Algunos de los ensayos menciona- sobre lo que es América, ha sido sis- dos anteriormente fueron escritos para temáticamente, la fuerza propulsora y pronunciarse a modo de discurso, esto profundamente vital del pensamiento se debe a que uno de los principales hispanoamericano”6. rasgos de este género es su carácter Al revisar los discursos y los tex- dialógico, de ahí que se puedan rela- tos que se han generado sobre Améri- cionar los textos de Paz, Carpentier, ca Latina, es posible encontrar varias García Márquez y Vargas Llosa con el denominaciones: “América”, “Ibe- trabajo de la investigadora brasileña roamérica”, “Hispanoamérica”, atri- Irlemar Chiampi denominado El dis- buidas a un conjunto de países y so- curso ideológico sobre América. En ciedades con una raíz histórica común este texto Chiampi se interesa por des- y, por ende, con unas realidades simi- cribir algunos tópicos o ideologemas lares. No obstante, se ha presentado en que se identifican en los diferentes los últimos tiempos una inclinación discursos sobre América Latina5, ante por la denominación “América Lati- esto queda claro que “la indagación na”, ya que apela a la tradición de tres culturas y países con raíces latinas: España, Portugal y Francia, sin dejar 5 El término ideologema que en un primer mo- de lado la influencia de los pueblos mento se le atribuye a la teórica literaria Julia indígenas y las comunidades africa- Kristeva, hace parte del corpus conceptual de la semiótica. Es importante señalar que la semió- nas. Este conjunto de países lleva años tica se ocupa de cualquier cosa que pueda con- aportando desde diferentes disciplinas siderarse como signo. Y signo, por lo demás, a la definición de sus particularidades es cualquier cosa que pueda considerarse como substituto significante de cualquier otra. Una vez en medio de su profunda diversidad. considerado lo anterior, se concluye que son mu- Chiampi analiza en su texto una se- chas las cosas que desde la investigación hacen rie de ideologemas que también están parte del dominio semiótico, y, de este modo, presentes en los ensayos de los auto- se llegó al estudio social de los ideologemas, los cuales tienen un vasto sistema de significa- res propuestos para este análisis. En ciones dentro de la comunicación social; así es un primer momento, Chiampi ubica como el ser humano realiza actos que cualquier el origen del discurso sobre América otro percibe como artificios señalatorios, que revelan alguna otra cosa, aun cuando el emisor Latina antes de su existencia histórica, no sea consciente de las propiedades reveladoras apelando a la afirmación de Alfonso de su comportamiento o discurso. Así, toda obra Reyes: literaria que depende de la practica semiótica del signo asume que el texto es un instrumento translingüístico que da una información directa que se puede encontrar en el texto, y hay una in- formación externa que da coordenadas históricas 6 Irlemar Chiampi, “El discurso ideológico sobre y sociales. A lo anteriormente enunciado se le América”, en El realismo Maravilloso (Venezue- llamará ideologema. la: Monte Ávila Latinoamericana, 1983), 121.

102 Matallana Penagos, Elizabeth Cristina. Expresiones de lo singular latinoamericano en los ensayos de Alejo Carpentier (1904-1980), Octavio Paz (1914-1998), Gabriel García Márquez (1927-2014) y Mario Vargas Llosa (1936) Vol. VI, No. 6, enero-junio 2018 Y así, antes de ser ésta firme ver- ciones sobre una realidad que no les es dad que unas veces nos entusiasma ajena. Ante esto, John Skirius afirma y otras nos desazona, América fue que “el ensayo es una meditación es- la invención de los poetas, la cha- crita en estilo literario; es literatura de rada de los geógrafos, la habladuría de los aventureros, la codicia de las ideas, y muy a menudo, lleva la im- empresas y, en suma, un inexplicable pronta del autor. Es prosa, pero no es apetito y un impulso por trascender ficción”8, es decir, a través del ensayo los límites.7 estos autores expresan sus ideas y en estos —a diferencia de sus textos de Pero es claro que las crónicas que ficción— se hacen responsables de lo describen los territorios y gentes de que dicen, firman como autores y no las fueron el punto de partida como narradores. De ahí la importan- de los discursos sobre América Lati- cia de revisar las ideas expresadas en na. En este punto vale la pena enunciar los ensayos de Paz, Carpentier, García cuáles fueron los ideologemas encon- Márquez y Vargas Llosa sobre las sin- trados por dicha investigadora en su gularidades latinoamericanas. citado texto; ideologema de la cróni- Tal como se ha señalado, en esta in- ca: “América como maravilla”, ideo- vestigación se rastrearon los ideologe- logema de la ilustración: “neo-utopía mas presentes en el discurso de los en- ilustrada”; ideologema postcolonial: sayos de los escritores mencionados, y “América continente del futuro”; en dicha búsqueda se encontraron los ideologema del positivismo: “Améri- siguientes: “América Latina un pue- ca Bárbara”; ideologemas contempo- blo en trance de crecimiento”, “El via- ráneos: “América Latina”, “América je: un camino hacia la conciencia de indígena” y “América Mestiza”. América Latina como una comunidad Ya se ha mencionado la vitalidad cultural”, “El mestizaje latinoamerica- de la narrativa de estos autores en el no, ¿un Rasgo Distintivo o un Rasgo contexto latinoamericano, y por tanto, Padecido?”, “Lo maravilloso y lo mí- la constancia y profundidad de los es- tico de América Latina”, “La Soledad tudios y análisis sobre las mismas. Sin como tópico Latinoamericano” y “Lo embargo, es más complejo encontrar particular y lo universal latinoameri- estudios de largo aliento sobre los tex- cano”. tos donde estos autores firman sus opi- Asimismo, en los textos elegidos niones, ideologías, argumentos, posi- también se encontró que la mayoría

7 Alfonso Reyes, “Ultima Tule”, en Obras com- 8 John Skirius, El ensayo hispanoamericano del pletas (México: Fondo de Cultura Económica, siglo XX (México: Fondo de Cultura Económica, 1962), 29. 1981), 9.

103 Vol. VI, No. 6 Revista Ciencias y Humanidades Enero-junio 2018 de los autores expresaban la creencia Octavio Paz ha dado a entender que en un porvenir mejor para el territo- América Latina es un pueblo adoles- rio latinoamericano, sobre todo a nivel cente que viene adquiriendo concien- social y político, y por ende, se llegó a cia de la singularidad de su ser, y ante la conclusión que América Latina era esto afirma: “a los pueblos en trance un pueblo en trance de crecimiento, el de crecimiento les ocurre que su ser se cual algún día lograría la mayoría de manifiesta como interrogación: ¿qué edad. De igual forma, se halló que el somos y cómo realizaremos eso que viaje como experiencia personal había somos?”10. América Latina como uni- dado lugar a las reflexiones sobre las dad cultural vista por Paz está en el singularidades del territorio. Además proceso de descubrirse a sí misma, de de esto, también se pudo observar la adquirir conciencia de su ser. En ese dialéctica que compone el mestizaje sentido, este último autor parece estar como rasgo definitorio de los pueblos de acuerdo con García Márquez en su latinoamericanos. Ya Chiampi en su afirmación: “no acabamos de saber trabajo había hablado de lo maravi- quiénes somos”11. La estimación de lloso y lo mítico en el discurso sobre América Latina como un continente de América. Finalmente, se puede seña- futuro y novedad también la encuentra lar que estos autores expresaban las Chiampi al aseverar que: “en Europa singularidades latinoamericanas den- brota la imagen de la América joven, tro de una tradición universal. depósito de potencialidades, reserva de la historia, destinada a la suprema América Latina un pueblo en vocación de reformar al Hombre”12; trance de crecimiento de igual manera, dicha creencia en el porvenir de Latinoamérica también la La historia de nuestra América ha de manifestó Gabriel García Márquez en ser estudiada como una gran unidad, su ensayo Por un país al alcance de como la de un conjunto de células los niños, cuando expresaba que: inseparables para acabar de entender realmente lo que somos, quienes Las condiciones están para el somos y qué papel es el que vamos a cambio social, y la educación será su desempeñar en la realidad que nos órgano maestro. Una educación, des- circunda9.

10 Octavio Paz, “El pachuco…”, 33-34. 11 Gabriel García Márquez, “Por un país al alcan- ce de los niños” Américas Vol: 49: n.° 06 (1997): 9 Alejo Carpentier, “Conciencia e identidad de 28. América”, en Ensayos Selectos (: 12 Irlemar Champi, “El discurso ideológico…”, Corregidor, 2003), 165. 133.

104 Matallana Penagos, Elizabeth Cristina. Expresiones de lo singular latinoamericano en los ensayos de Alejo Carpentier (1904-1980), Octavio Paz (1914-1998), Gabriel García Márquez (1927-2014) y Mario Vargas Llosa (1936) Vol. VI, No. 6, enero-junio 2018 de la cuna hasta la tumba, inconfor- ser, también inquieta al escritor perua- me y reflexiva, que inspire un nuevo no Mario Vargas Llosa. Así lo expresa modo de pensar e incite a descubrir en su ensayo ¿Libertad los libres?, en quiénes somos.13 el cual advierte:

No obstante, hay intelectuales euro- Cuando un intelectual norteamerica- peos y latinoamericanos detentores de no o europeo defiende para nuestros estas aseveraciones, ya que han visto países opciones que jamás admitiría la resistencia de los países latinoame- en la sociedad propia, manifiesta no ricanos en la implantación de sistemas creer en la capacidad de los países progresistas europeos o norteamerica- latinoamericanos para entronizar los sistemas de convivencia y libertad nos. Ante estas voces contradictorias que ha hecho de los países occiden- se pronunció García Márquez en su tales lo que son.16 texto La soledad de América Latina, señalando: “es comprensible que in- Vargas Llosa argumenta que siem- sistan en medirnos con la misma vara pre asoma entre los intelectuales eu- 14 con que se miden a sí mismos” . Esta ropeos o norteamericanos una “duda última frase hace parte del discurso del esencial sobre la aptitud de nuestros Nobel; en él, el escritor colombiano se países para ser democráticos”17. Es dirigió a un auditorio compuesto en su necesario aclarar que este intelectual mayoría por intelectuales europeos, peruano tiene la firme creencia de que en el cual cierra diciendo: “sin recor- América Latina está en un proceso de dar que los estragos de la vida no son crecimiento, que ha dado y seguirá iguales para todos y que la búsqueda dando la batalla por la libertad, pero de la identidad propia es tan ardua y que esta batalla “tendrá que librarla sangrienta para nosotros como lo fue sola”18, ya que entre los obstáculos se 15 para ellos” . Dicha posición escéptica encontrará con “la incomprensión de de los intelectuales europeos y nor- aquellos quienes tenemos por mode- teamericanos que expresa el escritor los y a quienes creemos nuestros alia- colombiano frente a las potencialida- dos”19. des latinoamericanas, y, asimismo, la capacidad de estos pueblos para salir adelante y resolver el enigma de su 16 Mario Vargas Llosa, “¿Libertad para los li- 13 Gabriel García Márquez, “Por un país…”, 3. bres?”, en Sables y utopías: visiones de América 14 Gabriel García Márquez, “La soledad de Amé- Latina (Bogotá: Aguilar, 2010), 273. rica Latina” Cuadernos Americanos Vol: 002, 17 Ibíd. n.° 148 (2014): 210. 18 Ibíd. 15 Ibíd. 19 Ibíd.

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De igual modo, el mencionado venir de mejores condiciones para sus autor peruano expresa en su ensayo pueblos. Frente a esto García Márquez Dentro y fuera de América Latina, que expresó en su ensayo La soledad de desde el momento que empezó a sen- América Latina que se sentía con tirse latinoamericano y empezó a inte- resarse por todo lo que rodea la reali- El derecho de creer que todavía no es dad de esa denominación, ha tenido la demasiado tarde para emprender la ilusión de “una América Latina libre, creación de la utopía contraria. Una nueva y arrasadora utopía de la vida, próspera, impregnada con la cultura donde nadie pueda decidir por otros 20 de la libertad” . No obstante, dicha hasta la forma de morir, donde de ve- ilusión ha pasado del optimismo al ras sea cierto el amor y sea posible la escepticismo constantemente debido felicidad, y donde las estirpes conde- a los diferentes acontecimientos que nadas a cien años de soledad tengan le hacen creer a Vargas Llosa que si por fin y para siempre una segunda 22 bien América Latina ha encontrado el oportunidad sobre la tierra. rumbo democrático, ocasionalmente se cae de nuevo en el autoritarismo y Más adelante se verá cómo ese ca- en la violencia. mino hacia la definición de unas sin- Por otro lado, Carpentier en su en- gularidades ha sido un derrotero muy sayo Conciencia e identidad de Amé- difícil no solo por los obstáculos, sino rica, traza el camino para que los pue- también por la abrumadora soledad blos latinoamericanos tengan absoluta de este proceso. Y es que “el descu- conciencia de sí, para que lleguen a ser brimiento de nosotros mismos se ma- y para que culmine su trance de creci- nifiesta como un sabernos solos; entre miento. “El hombre nacido en las ciu- y nosotros se abre una im- palpable, transparente muralla: la de dades de América Latina tiene el deber 23 ineludible de conocer a sus clásicos nuestra conciencia” . americanos, de releerlos, de meditar- Finalmente, estos autores dejan los, para hallar sus raíces, sus árboles ver, entre líneas, una cierta esperanza genealógicos de palmera o de ceiba”21. de un destino mejor para sus pueblos Sobrevive en estos intelectuales la- y reconocen que, por lo menos, en las tinoamericanos la creencia en un por- letras América Latina ya ha configu- rado sus propios méritos. Ante esto García Márquez se pregunta: “¿Por qué la originalidad que se nos admi- 20 Mario Vargas Llosa, “Dentro y fuera de Améri- ca Latina”, en Sables y utopías: visiones de Amé- rica latina (Bogotá: Aguilar, 2010), 346. 22 21 Alejo Carpentier, “Conciencia e identidad…”, Gabriel García Márquez, “La soledad…”, 211. 160. 23 Octavio Paz, “El pachuco…”, 33.

106 Matallana Penagos, Elizabeth Cristina. Expresiones de lo singular latinoamericano en los ensayos de Alejo Carpentier (1904-1980), Octavio Paz (1914-1998), Gabriel García Márquez (1927-2014) y Mario Vargas Llosa (1936) Vol. VI, No. 6, enero-junio 2018 te sin reservas en la literatura se nos realidades que pudo observar. Luego niega con toda clase de suspicacias en el mismo ensayo se sitúa de nue- en nuestras tentativas tan difíciles de vo en su continente y se expresa sobre cambio social?”24. Esta última pregun- la realidad que bien conoce y que aún ta se la hace el escritor colombiano a le asombra: “Vuelve el latinoameri- un auditorio europeo, y dicha inter- cano a lo suyo y empieza a entender pelación tiene gran vínculo con las muchas cosas”27, con esta afirmación ideas expresadas por Vargas Llosa en Carpentier evidencia que el viaje apor- el mencionado ensayo ¿Libertad para tó a su compresión sobre el continente los libres?, donde también cuestiona a americano y las particularidades de los los europeos por su persecución de las pueblos latinoamericanos. infamias sociales latinoamericanas: Cabe señalar que Carpentier no es “parece que lo único que les importa el único en atribuir la conciencia de es mostrar el error y el horror (aunque las particularidades de América Lati- sean ficticios)”25. na como una comunidad cultural al viaje, también es el caso de Octavio El viaje: un camino hacia la Paz en su ensayo El pachuco y otros conciencia de América Latina como extremos donde reconoce que “basta, una comunidad cultural por ejemplo, con que cualquiera cru- ce la frontera para que, oscuramente, A todos, en algún momento, se nos ha se pregunte por las singularidades de revelado nuestra existencia como algo su pueblo”28, y confiesa que “muchas particular, intransferible y precioso26. de las reflexiones sobre la cultura de su pueblo surgieron fuera de él, du- Alejo Carpentier al inicio de su rante dos años de estancia en Estados ensayo De lo Real Maravilloso Ame- Unidos”29. El viaje, en consecuencia, ricano describe varios viajes que hace aporta en su mirada distanciada, y en a diferentes lugares del mundo, entre contraste con otras culturas, a la con- ellos: la República Popular de Chi- ciencia del ser latinoamericano. Así lo na, Asia Central, La Unión Soviéti- afirma Víctor Hugo Ramos: “las iden- ca, etc., y, en ese sentido, habla de su tidades se construyen en las relaciones impresión sobre dichos lugares y, a su del yo con el otro, del nosotros con los vez, reconoce la ausencia de elemen- tos que tuvo para comprender tantas 27 Alejo Carpentier, “De lo real maravilloso ame- 24 Gabriel García Márquez, “La soledad…”, 209. ricano”, en Ensayos Selectos (Buenos Aires: Co- 25 Mario Vargas Llosa, “¿Libertad para los li- rregidor, 2003), 113. bres?”, 274. 28 Octavio Paz, “El pachuco…”, 37. 26 Octavio Paz, “El pachuco…”, 33. 29 Ibíd.

107 Vol. VI, No. 6 Revista Ciencias y Humanidades Enero-junio 2018 otros como ente intrínsecamente so- su conciencia de singularidad latinoa- cial que es el ser humano”30. mericana, sí comenta que en el caso Del mismo modo, Vargas Llosa se particular de los colombianos “se les descubre como latinoamericano a tra- nota que nunca fueron tan colombia- vés de un viaje, tal como lo deja saber nos como al sentirse lejos de Colom- en su citado ensayo Dentro y fuera de bia”33. Por último, es válido afirmar América Latina: en la voz de Vargas Llosa que “no se puede entender América Latina sin sa- Yo descubrí América Latina en París, lir de ella”34. es los años sesenta. Hasta entonces había sido un joven peruano que, El mestizaje americano: ¿un rasgo además de leer escritores de mi pro- pio país, leía casi exclusivamente a distintivo o un rasgo padecido? escritores norteamericanos y euro- En nuestro territorio conviven no sólo peos […] en París la ciudad que se distintas razas y lenguas, sino varios convirtió en palabras de Octavio Paz 35 en la capital de la literatura latinoa- niveles históricos . mericana.31 Carpentier en su ya mencionado De igual forma expresa lo que le ensayo Conciencia e identidad de generó esta develación: América, también afirma que:

Mi descubrimiento de América Lati- Este suelo americano fue teatro del na, en esos años, me catapultó a leer más sensacional encuentro étnico a sus poetas, historiadores y novelis- que registran los anales de nuestro tas, a interesarme por su pasado y su planeta: encuentro del indio, del ne- presente, a viajar por todos sus países gro, del europeo de tez más o menos y a vivir sus problemas y sus luchas clara, destinados en lo adelante a políticas como si fueran mías.32 mezclarse, entremezclarse, estable- cer simbiosis de culturas, creencias y de artes populares.36 Y si bien García Márquez no ex- presa en sus ensayos una atribución Lo cierto es que la historia uni- o aporte del viaje a la adquisición de versal ha sido una constante mezcla de razas, culturas, religiones, pero el 30 Víctor Hugo Ramos, “La identidad latinoame- ricana: proceso contradictorio de su construc- ción-deconstrucción-reconfiguración dentro de contextos globales”, en Universitas Humanísti- 33 Gabriel García Márquez, “Por un país…”, 30. ca, n.° 73 (2012): 19. 34 Mario Vargas Llosa, “Dentro y fuera…”, 351. 31 Mario Vargas Llosa, “Dentro y fuera…”, 345. 35 Octavio Paz, “El pachuco…”, 36. 32 Ibíd,.346. 36 Alejo Carpentier, “Conciencia e…”, 157.

108 Matallana Penagos, Elizabeth Cristina. Expresiones de lo singular latinoamericano en los ensayos de Alejo Carpentier (1904-1980), Octavio Paz (1914-1998), Gabriel García Márquez (1927-2014) y Mario Vargas Llosa (1936) Vol. VI, No. 6, enero-junio 2018 caso de América es particular, ya que ni en el infierno, y su sangre se consi- en este territorio no sólo se mezclaron deraba impura”39. Todos estos factores pueblos vecinos, sino también pueblos desembocaron en la desigualdad social y tradiciones separadas por mares de que ha caracterizado a los pueblos lati- distancia y con raíces bastante disí- noamericanos, aunque con el paso del miles, y es que “en nuestro territorio tiempo “semejantes leyes no pudieron conviven no sólo distintas razas y len- aplicarse con demasiado rigor por la guas, sino varios niveles históricos”37. dificultad de distinguir las intrincadas Sin duda alguna, una de las princi- fronteras de las razas, y por la misma pales expresiones de la singularidad dinámica social del mestizaje”40. Y si latinoamericana es el mestizaje, pero bien el mestizaje fue bastante marcado este mismo ha sido causante de las en todos los países latinoamericanos, se más fuertes tensiones y violencias. En pueden encontrar diferencias entre al- esta línea de ideas, García Márquez gunas regiones, hecho que es observa- distingue la cara oscura del mestizaje do por Vargas Llosa, dado que para él: al establecer que: Hay dos américas latinas, una occi- Llegaron a distinguirse hasta diecio- dentalizada, que habla en español, cho grados de mestizos, y los mismos portugués, francés e inglés (en el blancos españoles segregaron a sus Caribe y en Centroamérica) y es ca- propios hijos. Los mestizos estaban tólica, protestante, atea o agnóstica, descalificados para ciertos cargos de y hay una América Latina indígena mando y gobierno y otros oficios pú- que conserva las raíces prehispánicas blicos, o para ingresar en colegios y como en Perú, Ecuador, , Mé- seminarios.38 xico y Guatemala. Aunque el mesti- zaje, por fortuna, está muy extendido Por muchos años en los países la- y tiende puentes, acerca y va fun- diendo estos dos mundos.41 tinoamericanos el estatus social lo dictaminaba la “raza”. Además, la El mestizaje tiene su propia dia- peor consecuencia de esta forma de léctica; por un lado, es la insignia de jerarquización social se la llevaron un continente diverso, de la plurali- los pueblos de origen africano debi- dad que habita los países latinoame- do a que se creía que “los negros ca- ricanos, y por otro, ha sido el ogro recían de todo, inclusive de un alma, que ha engendrado las más grandes no tenían derecho a entrar en el cielo

39 37 Octavio Paz, “El pachuco y otros extremos”, Ibíd. 36. 40 Ibíd. 38 Gabriel García Márquez, “Por un país…”, 30. 41 Mario Vargas Llosa, “Dentro y fuera…”, 347.

109 Vol. VI, No. 6 Revista Ciencias y Humanidades Enero-junio 2018 atrocidades y desigualdades sociales, Por tanto, no queda más que atri- ha sido el padecimiento frecuente en buirle a las expresiones de lo singular la historia de este territorio. Y es que latinoamericano la imagen del mesti- “en verdad América Latina es a la vez zaje con su carga dialéctica y así “dar española, portuguesa, , africana y a América Latina el perfil de un con- varias realidades más”42. tinente mestizo”45, para reconocer que El mestizaje no solo le dio a Améri- “la riqueza de América latina está en ca Latina la posibilidad de ser habita- ser tantas cosas a la vez”46, y en este da por distintas razas del mundo, sino sentido se puede concluir con la afir- que enriqueció toda su cosmogonía. mación de Vargas Llosa cuando sos- “Por la presencia del indio y del negro, tiene que: “no es exagerado decir que por la revelación que constituyó su re- no hay tradición, cultura, lengua y raza ciente descubrimiento, por los profun- que no haya aportado algo a ese fosfo- dos mestizajes que propició, América rescente vórtice de mezclas y alianzas está muy lejos de haber agotado su que se dan en todos los órdenes de la caudal de mitologías”43. No es necesa- vida en América Latina”47. rio profundizar mucho en el día a día de los pueblos latinoamericanos para Lo maravilloso y lo mítico de ver cómo el sincretismo —la unión de América Latina todas las creencias que a este territorio Lo inverosímil es la única medida de la llegaron— ha conquistado hasta los realidad48. más lejanos lugares. Aunque los con- quistadores pusieron todos sus esfuer- Como ya se ha hecho mención, zos en homogeneizar los pueblos y Alejo Carpentier, Octavio Paz, Ga- en establecer una sola lengua, un solo briel García Márquez y Mario Vargas dios y un solo rey, lo cierto es que: Llosa, creen en la capacidad del viaje para generar reflexiones sobre las par- El mestizaje era ya una fuerza de- mográfica incontenible. Los miles ticularidades de los pueblos, incluso la de esclavos africanos, traídos por la mayoría de ellos le atribuye al viaje su fuerza para los trabajos bárbaros de conciencia o comprensión de las sin- minas y haciendas, habían aportado gularidades latinoamericanas. En con- una tercera dignidad al caldo criollo, secuencia, Vargas Llosa dice que es con nuevos rituales de imaginación vital observar con los ojos los mitos, y nostalgia, y otros dioses remotos.44

45 Mario Vargas Llosa, “Dentro y fuera…”, 348. 42 Ibíd., 349. 46 Ibíd., 349. 43 Alejo Carpentier, “De lo real…”,121. 47 Ibíd. 44 Gabriel García Márquez, “Por un país…”, 30. 48 Gabriel García Márquez, “Por un país…”, 30.

110 Matallana Penagos, Elizabeth Cristina. Expresiones de lo singular latinoamericano en los ensayos de Alejo Carpentier (1904-1980), Octavio Paz (1914-1998), Gabriel García Márquez (1927-2014) y Mario Vargas Llosa (1936) Vol. VI, No. 6, enero-junio 2018 los estereotipos de los extranjeros y la soledad de América Latina, cuando se realidad latinoamericana49. refiere a los escritos de Colón: Realmente no es una verdad a tien- tas que las crónicas de indias dejaron En su diario de a bordo escribió que estragos en las conciencias colectivas los nativos los recibieron en la playa y llenaron de imaginarios el concep- como sus madres los parieron, que eran hermosos y de buena índole, to que se tiene sobre América. De ahí y tan cándidos de natura, que cam- que Carpentier también haga evidente biaban cuanto tenían por collares de una serie de mitos que han sobrevivi- colores y sonajas de latón. Pero su do hasta nuestros días y hacen parte de corazón perdió los estribos cuando las expresiones que generan una sin- descubrió que sus narigueras eran de gularidad común, así es como habla de oro, al igual que las pulseras, los co- los buscadores de la fuente de la eter- llares, los aretes y las tobilleras; que tenían campanas de oro para jugar, y na juventud, la leyenda del Dorado y que algunos ocultaban sus vergüen- 50 la ciudad encantada de los Césares . zas con una cápsula de oro.52 De hecho, estos mismos fenómenos los menciona García Márquez para Esta imagen de América Latina referirse a los orígenes de la realidad como maravilla la heredaron y asu- descomunal latinoamericana. mieron, desde una posición reflexiva Por su parte, Chiampi comenta que y crítica, varios intelectuales latinoa- esta concepción de América como mericanos del siglo XX. Carpentier una “maravilla” surgió con los cro- fue gran estudioso de las historias de nistas de indias, quienes asombrados la Colonia y la Conquista, y escribió por todo aquello que veían, y frente diversas historias en las que sin duda a la dificultad semántica de nombrar replanteó ciertos sucesos de dichas este nuevo mundo, acuñaron el tér- épocas, dejando en el aire dudas sobre mino “maravilla”. De este modo, “el esas grandes verdades que la Historia significante “maravilla” ostenta el ha consagrado. Este autor en su ensa- complejo significado que los hechos, yo De lo real maravilloso americano, seres y objetos asumieran para los el cual escribió inicialmente como 51 cronistas” . prólogo del libro El reino de este mun- El ejemplo más directo sobre lo do, expresa que “en América Latina anteriormente mencionado se encuen- se dieron monarcas de increíbles em- tra en el texto de García Márquez La peños muchos más sorprendentes que todos los reyes crueles inventados por 49 Mario Vargas Llosa, “Dentro y fuera…”, 351. 50 Alejo Carpentier, “De lo real… ”,120. 52 Gabriel García Márquez, “La soledad de...”, 51 Irlemar Chiampi, “El discurso ideológico”, 127. 209.

111 Vol. VI, No. 6 Revista Ciencias y Humanidades Enero-junio 2018 los surrealistas”53. Nuevamente se en- co”. Aunque mientras el “Realismo cuentran ejemplos de lo enunciado por Mágico” es un concepto estético en García Márquez, quien hace un listado tanto que alude a un procedimiento de todos aquellos monarcas latinoa- para crear una obra de arte, lo “real mericanos que han dado a entender maravilloso” es un concepto ontoló- que “lo inverosímil es la única medida gico en la medida en que se refiere al de esta realidad”54. Así, cuenta sobre modo de ser de una determinada rea- el general García Moreno, quien go- lidad57. bernó a Ecuador durante 16 años como Asimismo, García Márquez descri- un monarca absoluto, y su cadáver fue bió la realidad latinoamericana como: velado con su uniforme de gala y su coraza de condecoraciones, sentado en Una realidad que no es la del papel, la silla presidencial y sobre el general sino que vive con nosotros y deter- Antonio López de Santana, el cual fue mina cada instante de nuestras in- contables muertes cotidianas, y que tres veces dictador de México, además sustenta un manantial de creación hizo enterrar con funerales magníficos insaciable, pleno de desdicha y de la pierna derecha que había perdido en belleza.58 la llamada Guerra de los Pasteles55. El discurso sobre los acontecimien- Ya se ha mencionado que el mes- tos maravillosos —casi míticos— de tizaje dejó como legado una lista di- la historia latinoamericana tiene, tal fícil de dimensionar en cosmogonías, como se puede observar, una lista de creencias, rituales, canciones y dioses. acontecimientos y personajes bastan- En este territorio se encontró el Dios te amplia; sin embargo, vale la pena supremo de los españoles con Yema- mencionar el caso de Rubén Darío, yá y con la Pachamama. Y toda alu- pues “una América Central poblada sión a lo maravilloso latinoamericano de analfabetos, produce un poeta — tiene que ver de una u otra forma con Rubén Darío— que transforma toda esa riqueza de cosmogonías. De esta la poesía de expresión castellana”56. manera, “lo Real Maravilloso es patri- Todos estos hechos que se jactan de monio de América entera, donde no se verdad histórica y que rosan con la ha terminado de establecer todavía el fantasía, fueron el sustento de lo “Real recuento de sus cosmogonías”59. maravilloso” y del “Realismo Mági-

57 Alexis Márquez, Ocho veces Alejo Carpentier 53 Alejo Carpentier, “De lo real…”, 119. (: Grijalbo, 1992), 78. 54 Gabriel García Márquez, “Por un país…”, 30. 58 Gabriel García Márquez, “Por un país al alcan- 55 Gabriel García Márquez, “La soledad de ...”, 211. ce de los niños”, 29. 56 Alejo Carpentier, “De lo real ...”, 114. 59 Alejo Carpentier, “De lo real ...”, 120.

112 Matallana Penagos, Elizabeth Cristina. Expresiones de lo singular latinoamericano en los ensayos de Alejo Carpentier (1904-1980), Octavio Paz (1914-1998), Gabriel García Márquez (1927-2014) y Mario Vargas Llosa (1936) Vol. VI, No. 6, enero-junio 2018 Hasta aquí queda claro que “la La soledad como tópico concepción de lo maravilloso ameri- Latinoamericano cano, una imagen poética fundadora, Nuestra soledad tiene las mismas un primer atributo capaz de llenar el raíces del sentimiento religioso. Es una vacío y de iniciar la construcción de orfandad, una oscura conciencia de un ente diferenciado de Europa”60, fue que hemos sido arrancados del Todo y una concepción ampliamente aceptada una ardiente búsqueda: una fuga y un hasta el siglo XX, e incluso hasta la regreso, tentativa por restablecer los actualidad. lazos que nos unían a la creación63. En este sentido, García Márquez rinde tributo a todas las realidades mí- El psicólogo chileno Jorge Guis- ticas de América Latina al reconocer si, en su investigación denominada que los más célebres escritores de este Psicoantropología de la identidad y territorio han tenido que pedirle muy cosmovisión latinoamericana a tra- poco a la imaginación porque el desa- vés de 5 premios Nobel de literatu- fío mayor para ellos ha sido la insufi- ra, contempló el análisis del tema de ciencia de los recursos convencionales la soledad en Octavio Paz y Gabriel 61 para hacer creíble la vida y la reali- García Márquez. “La palabra soledad dad cotidiana. está en el título de la principal novela A modo de cierre vale aclarar que de García Márquez y está también el los pensadores latinoamericanos se título del más famoso conjunto de en- han pronunciado frente a la vital tarea sayos de Octavio Paz: El laberinto de de revisar la historia de estos pueblos, la Soledad”64. Ante esto último resulta ya que “nos han escrito y oficializado importante rastrear algunas de las con- una versión complaciente de la historia, clusiones a las que este autor llegó: hecha más para esconder que para acla- rar, en la cual se perpetúan vicios ori- La palabra “soledad” tiene por lo ginales, se ganan batallas que nunca se menos tres semantizaciones distin- dieron y se sacralizan glorias que nun- tas: la primera, la soledad como dato ca merecimos”62. Todo esto para asumir ontológico de la persona humana: se una posición crítica que clarifique esa nace y se muere solo. La segunda: problemas psicológicos individuales idea de que la insignia de los pueblos […] la tercera y central para el carác- latinoamericanos es la desmesura.

63 Octavio Paz, “El pachuco y otros extremos”, 46. 60 Irlemar Chiampi, “El discurso ideológico ...”, 64 127. Jorge Gissi Bustos, Psicología e Identidad Latinoamericana: Sociopsicoanálisis de Cinco 61 Gabriel García Márquez, “Por un país ...”, 29. Premios Nobel de Literatura (: Ediciones 62 Ibíd. Universidad Católica de Chile, 2002), 150.

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ter latinoamericano […] la soledad orfandad, una oscura conciencia de se asocia y se confunde con egocen- que hemos sido arrancados del Todo trismo, con impotencia, con injusti- y una ardiente búsqueda: una fuga y cia, con falta de sentido de la vida.65 un regreso, tentativa por restablecer los lazos que nos unían a la creación.68 La soledad ha sido tema amplia- mente tratado por los intelectuales lati- La soledad de los latinoamerica- noamericanos del siglo XX, pero vale nos se expresa en la “búsqueda de una la pena repetir en este punto la pregun- nueva forma, capaz de contener todas ta de Mario Vargas Llosa cuando se nuestras particularidades y abierta al cuestiona “¿qué significa sentirse un porvenir”69. latinoamericano?”66. Y apelar también Por otro lado, García Márquez se a su respuesta: “tener conciencia de pronuncia en cuanto al tópico de la que las demarcaciones territoriales que soledad al definir las singularidades dividen nuestros países son artificia- latinoamericanas: les”67. Se entiende hasta aquí que a los pueblos latinoamericanos los une una Poetas y mendigos, músicos y pro- misma historia y una misma situación fetas, guerreros y malandrines, to- das las criaturas de aquella realidad política, social, e incluso económica. desaforada hemos tenido que pedirle América Latina como unidad cul- muy poco a la imaginación, porque tural viene descubriéndose y como ya el desafío mayor para nosotros ha había enunciado Octavio Paz, se en- sido la insuficiencia de los recursos cuentra en un estado de adolescencia, convencionales para hacer creíble pues para Paz esa es la “esencia” de la nuestra vida. Este es, amigos, el nudo 70 soledad latinoamericana: aquel estado de nuestra soledad. de descubrimiento que implica un des- pertar de la conciencia, ese ser que se Se puede distinguir que la soledad manifiesta en interrogación, pero tam- latinoamericana para García Márquez bién esa fuerte ruptura que los pueblos es la falta de solidaridad frente a to- latinoamericanos tuvieron con su tra- das las situaciones que han tenido que dición original: resolver los pueblos latinoamericanos en la construcción de su ser por parte Nuestra soledad tiene las mismas raí- ces del sentimiento religioso. Es una 68 Octavio Paz, “El pachuco y ...”, 46. 69 Octavio Paz, “La inteligencia mexicana”, en El 65 Ibíd. laberinto de la soledad, Posdata, Vuelta a El La- 66 Mario Vargas Llosa, “Dentro y fuera de Amé- berinto de la Soledad (México: Fondo de Cultura rica Latina”, 346. Económica, 2009), 200. 67 Ibíd. 70 Gabriel García Márquez, “Por un país ...”, 29.

114 Matallana Penagos, Elizabeth Cristina. Expresiones de lo singular latinoamericano en los ensayos de Alejo Carpentier (1904-1980), Octavio Paz (1914-1998), Gabriel García Márquez (1927-2014) y Mario Vargas Llosa (1936) Vol. VI, No. 6, enero-junio 2018 de los países europeos y norteamerica- respondió: “Yo soy latinoamericano. Si nos. Ante esto Carpentier tiene una po- fuese europeo sería inglés y como tal sición en la que cree que “terminaron hablaría de Shakespeare, Wilde y otros. O bien sería francés y hablaría de Montaigne, […] los días de soledad y empezaron Voltaire, Valéry y otros. O bien alemán y 71 los tiempos de solidaridad” . Con esto hablaría de Goethe, Schiller o Mann. Pero se puede ver que el tópico “soledad” como latinoamericano que soy hablo de está relacionado con la falta de apoyo todos ellos74. o respaldo. “La solidaridad con nues- tros sueños no nos haría sentir menos No es extraño, pues, que, para pretender solos, mientras no se concrete con ac- ser universal, lo americano intentara, desde un principio, identificarse con la tos de respaldo legítimo a los pueblos cultura dominante occidental75. que asuman la ilusión de tener una vida propia en el reparto del mundo”72. Ya se había dicho que “las identi- Mario Vargas Llosa se refiere tam- dades se construyen en las relaciones bién a este tema en el mismo sentido del yo con el otro, del nosotros con los que el escritor colombiano, al afirmar otros”76. Por esto la construcción de que “la batalla por la libertad Amé- una identidad latinoamericana se ha rica Latina tendrá que darla y ganarla dado a partir de un profundo contraste ella sola”73. La soledad latinoamerica- con Europa, Norteamérica y el mundo na tiene entonces dos sentidos; por un occidental en general. Esto se puede lado, la soledad universal, esa de ser observar también en los autores aquí desprendido del origen y buscar todos tratados, por ejemplo; Vargas Llosa los caminos para volver a él, y, por otro, en sus ensayos ya mencionados: ¿Li- la falta de respaldo en sus causas. La bertad para los libres? y Dentro y fue- soledad es una pena y al mismo tiempo ra de América Latina, evidencia una es una promesa toda vez que augura el fuerte posición frente a la forma como fin del exilio y el regreso a aquel seno los países europeos observan la rea- creador del que fue arrancado. lidad latinoamericana. Según su cri- terio, Europa cree que “en los países Lo particular y lo universal Latinoamericano

Algún periodista le pregunto si se 74 Leopoldo Zea, “Paz: a lo universal por lo pro- consideraba europeo. Y Borges le fundo”, en Octavio Paz: La dimensión estética del ensayo (México: Siglo XXI, 2004), 26-27. 75 Fernando Ainsa, Identidad cultural de Ibe- 71 Alejo Carpentier, “Conciencia e ...”, 166. roamérica en su narrativa (: Gredos; 72 Gabriel García Márquez, “Por un país ...”, 29. 1986), 47-48. 73 Mario Vargas Llosa, “¿Libertad para los 76 Víctor Hugo Ramos, “La identidad latinoame- libres?”, 276. ricana”, 19.

115 Vol. VI, No. 6 Revista Ciencias y Humanidades Enero-junio 2018 latinoamericanos solo puede ser cierto Los escritores contemplados en lo peor”77, ya que ellos mismos han esta investigación han hecho evidente generado una “imagen preestablecida sus posiciones frente a las afirmacio- de horror, incivilización, barbaridad, y nes ajenas al territorio latinoamerica- de ineptitud para la libertad”78, y por no, pero tal como reconoce Octavio esto no le parece extraño al escritor Paz, es preciso “insertar nuestras par- peruano que los intelectuales europeos ticularidades en una tradición univer- “defiendan para nuestros países- op sal”82 y “buscar formas que expresen ciones y métodos políticos que jamás nuestra realidad particular dentro de admitiría en la sociedad propia, mani- una tradición universal”83. Y así llegar fiesten un escepticismo esencial sobre a la conclusión de que “lo latinoame- la capacidad de los países latinoameri- ricano no es más que una expresión de canos para entronizar sistemas de con- lo universal”84. vivencia y libertad”79. Al momento de cuestionar las po- Octavio Paz reconoce además que siciones que asumen los intelectuales “América fue el monólogo de Europa, europeos y norteamericanos frente a pero hoy ese monólogo tiende a con- la realidad latinoamericana, estos au- vertirse en diálogo”80, es decir, que tores no pretenden desligarse comple- hoy los intelectuales latinoamericanos tamente de la tradición occidental, ya se pronuncian frente a las enuncia- que como afirma Vargas Llosa: “Amé- ciones de los intelectuales europeos rica Latina es una prolongación ultra- y norteamericanos, y ponen un juicio marina de occidente, que naturalmente crítico sobre sus afirmaciones. Debido ha adquirido considerables matices y 85 a esto, García Márquez deja claro que: diferencias propias” . O como bien lo dice Paz: “toda vuelta a la tradición La interpretación de nuestra realidad lleva a reconocer que somos parte de 86 con esquemas ajenos sólo contribuye la tradición universal de España” , y, a hacernos cada vez más desconoci- en ultimas, de la tradición europea. Ya dos, cada vez menos libres, cada vez que “huérfanos de pasado y con un fu- más solitarios. Tal vez la Europa ve- turo por inventar. La Historia univer- nerable sería más comprensiva si tra- sal es ya tarea común, y nuestro labe- tara de vernos en su propio pasado.81 rinto es el de todos los hombres”87.

77 Mario Vargas Llosa, “¿Libertad para los 82 Octavio Paz, “La inteligencia mexicana, 213. libres?”, 274. 83 Ibíd., 220. 78 Ibíd., 275. 84 Mario Vargas Llosa, “Dentro y fuera ...”, 346. 79 Ibíd., 274. 85 Ibíd., 352. 80 Octavio Paz, “El pachuco y ...”, 42. 86 Octavio Paz, “La inteligencia mexicana”, 203. 81 Gabriel García Márquez, “Por un país ...”, 29. 87 Ibíd., 227.

116 Matallana Penagos, Elizabeth Cristina. Expresiones de lo singular latinoamericano en los ensayos de Alejo Carpentier (1904-1980), Octavio Paz (1914-1998), Gabriel García Márquez (1927-2014) y Mario Vargas Llosa (1936) Vol. VI, No. 6, enero-junio 2018 Se ha dicho que Carpentier, Paz, zonamientos de esta latitud. Entonces García Márquez y Vargas Llosa han es preciso entender que las expresio- configurado en sus textos una -inten nes literarias latinoamericanas — ción de definir las singularidades lati- como el ensayo—, hacen parte de un noamericanas dentro de una tradición todo (universalidad) y se contribuye universal, pero habría que definir qué a ese todo desde la particularidad; en se entiende por universalidad y qué otras palabras, la relación particulari- parámetros la definen. dad-universalidad se da en doble vía, lo particular aporta a lo universal, y lo La universalidad no es una presun- universal nutre lo particular. ción estática, no es un a priori y de- bería, en cambio, ser entendida como Conclusiones un proceso […] Esta condición de proceso de la universalidad supone Como bien lo afirma Irlemar una categoría de lo “universal histó- Chiampi, las expresiones de lo sin- rico” en tensión con la idea de “uni- versal ahistórico”.88 gular latinoamericano están llenas de lugares comunes: soledad, mestizaje, Las teorías y los modelos literarios maravilla, mito, etc., y cada una de es- en América Latina no surgieron de la tas expresiones se ha configurado en la nada, es por ello que no se puede ne- conciencia colectiva de los latinoame- gar la influencia de los modelos euro- ricanos, y no por esto último son aje- peos y norteamericanos en el contex- nas a las realidades de otros pueblos. to latinoamericano, aunque, sin duda De ahí, precisamente, su carácter de alguna, en este contexto adquirieron universalidad. La relación particula- nuevos matices. Tampoco se puede ridad-universalidad que presentan los decir que la producción y la crítica li- textos analizados, se da en doble vía, teraria latinoamericana estén lejos de pues tal como se ha mencionado: lo adquirir sistemas y aparatos literarios particular aporta a lo universal y lo propios, ya que las herramientas eu- universal nutre lo particular. Así pues, ropeas y norteamericanas, en algunas no se trata de una insistencia por per- ocasiones, se han mostrado insuficien- tenecer a un todo (literatura universal), tes a la hora expresar las ideas y ra- sino de aportar desde lo particular a la universalidad. Cabe señalar también que los ensa- 88 Hugo Achugar, Apuntes sobre “la literatu- yos De lo real maravilloso america- ra mundial”, o acerca de la imposible univer- no y Conciencia e identidad de Amé- salidad de la “literatura universal”. - tado en: http://isites.harvard.edu/fs/docs/icb. rica de Alejo Carpentier, El pachuco topic799018.files/Clase%207/H.Achugar-Apun- y otros extremos y La “inteligencia” tes%20Lit.%001. Pdf, 2006, 201.

117 Vol. VI, No. 6 Revista Ciencias y Humanidades Enero-junio 2018 mexicana de Octavio Paz, La soledad por ende, son muchos los autores de de América Latina y Por un país al al- esta latitud que se han dado a la tarea cance de los niños de Gabriel García de configurar un escrito que dé- res Márquez, ¿Libertad para los libres? puesta a las singularidades latinoame- y Dentro y fuera de América Latina ricanas insertas en una tradición uni- de Mario Vargas Llosa, presentan una versal, es el caso también de Alfonso construcción personal sobre un tema Reyes, , Julio Cortá- de carácter público, como lo es la sin- zar, , German Arcinie- gularidad latinoamericana, y por tanto, gas, , José Lezama cada una de estas respuestas se desa- , , Gutiérrez Girardot, rrolla en el estilo de su autor; sin em- Antonio Candido, Hernando Téllez, bargo, se encuentran en dichos textos etc. Debido a esto, se puede afirmar muchas características que atienden al que la existencia de los ensayos de género ensayístico como forma litera- Paz, Carpentier, García Márquez y ria. Se halló, por ejemplo, que el estilo Vargas Llosa, está acompañada por de García Márquez y Vargas Llosa es otros textos que se refieren de una u más contestatario con respecto a Paz y otra forma a este tema, de los cuales Carpentier. muchos no han sido estudiados con En cualquier caso, todos los autores detenimiento. de estos ensayos acudieron a tácticas En el siglo XIX se proponía, a tra- discursivas como la simulación de vés del ensayo, reformas sociales, no conversación, la recurrencia a hechos obstante, en el ensayo del siglo XX históricos presentados desde su punto sucedió que se plantearon muchas pro- de vista, el uso del tiempo presente blemáticas y pocas soluciones. Al rea- para renovar en cada tiempo y espacio lizar la lectura detenida de los ensayos las ideas presentadas, y la voz en pri- contemplados en este análisis se pudo mera persona para presentar la opinión descubrir que la preguntas que un au- desde la experiencia personal. tor se realizaba, encontraban respuesta El mayor referente de los ensayos en otro autor, o que la afirmación de de Carpentier, Paz, García Márquez un texto es ejemplificada en el texto y Vargas Llosa es América Latina, y de otro autor. Por ejemplo; Paz en su se evidencia la preocupación de estos ensayo El laberinto de la Soledad, se autores sobre la realidad social, polí- pregunta por el camino que deben re- tica y económica que caracteriza esta correr los pueblos para llegar a descu- unidad cultural. brir su ser, y Carpentier responde en Se entiende además que la identi- Conciencia e identidad de América dad es su tema recurrente en la ensa- que el camino no es otro que leer sus yística latinoamericana del siglo XX, clásicos y conocer su historia. Existen

118 Matallana Penagos, Elizabeth Cristina. Expresiones de lo singular latinoamericano en los ensayos de Alejo Carpentier (1904-1980), Octavio Paz (1914-1998), Gabriel García Márquez (1927-2014) y Mario Vargas Llosa (1936) Vol. VI, No. 6, enero-junio 2018 textos de estos mismos autores que También ha quedado claro que la exigen ser analizados a la luz de las identidad es tema recurrente en la en- realidades latinoamericanas, como lo sayística latinoamericana, pero hoy se son el resto de los ensayos que com- puede decir que: “el ciclo ensayísti- ponen el mencionado libro de Paz, o co-identitario culmina, esto es, llega el de Vargas Llosa: Sables y Utopías, o a su punto más alto al mismo tiempo el libro de García Márquez: Yo no vine que entra en crisis”89, lo que permite a pronunciar un discurso, y la gran replantear la mirada sobre la produc- cantidad ensayos de Carpentier que en ción ensayística latinoamericana y este estudio no fueron contemplados. “concebir el ensayo como género no En este sentido, cada ensayo ex- solo ligado a la temática de la identi- presa un punto de vista frente al tema. dad sino además integrado en un todo De este modo, Alejo Carpentier revela correspondiente con esa temática”90. que América está muy lejos de haber Así es que el género ensayístico sigue agotado su caudal de mitologías y, por siendo uno de los géneros más prolífi- tanto, nos presenta una concepción de cos en este territorio, y, en consecuen- la realidad desde el mito, desde lo real cia, será una constante formular aná- maravilloso y desde la historia. Dicha lisis que contemplen dicho género en concepción de lo mítico americano relación con Latinoamérica. también la presenta Octavio Paz al Teniendo en cuenta lo anterior, es hablar del laberinto como una repre- importante aclarar que, si bien el en- sentación del mito que lleva al pueblo sayo latinoamericano ha logrado des- latinoamericano a buscar el origen, es ligarse de la identidad como contenido decir, el punto de partida del cual fue principal, los textos objeto de análisis arrancado; asimismo, Paz habla de las no han perdido vigencia, esto pue- máscaras, de los rituales, de las tradi- de comprobarse cuando Octavio Paz ciones y de la soledad, tópico trabaja- hace una descripción de la cultura es- do de igual modo por García Márquez tadounidense en contraste con la cul- en sus ensayos y textos literarios. tura latinoamericana y comenta acerca Vargas Llosa, por su parte, habla de la higiene social que caracteriza a de la revolución, del viaje y otros con- los estadounidenses, acostumbrados a ceptos e imágenes que componen lo construir el mundo a su amaño. Nada singular latinoamericano. Esta abun- más vigente que esa afirmación si se dancia de textos y autores no son más tiene en cuenta los discursos y polí- que la evidencia de un mundo de ener- gía y creatividad más fecundo y exal- 89 tante que la imagen que se ofrece de él Liliana Weinberg, Situación del Ensayo (Méxi- co: UNAM, 2006), 321. por lo general. 90 Ibíd.

119 Vol. VI, No. 6 Revista Ciencias y Humanidades Enero-junio 2018 ticas que viene implantando el actual noamérica como un microcosmos que, presidente de Estados Unidos. si bien es particular, también se replica Estos textos permiten vislumbrar en otras latitudes. Por ello, compren- que hubo un momento en el que las der la realidad latinoamericana no academias europeas premiaron el su- solo significa solidarizarse con este te- rrealismo nato, el realismo maravillo- rritorio, sino también con los muchos so, el macondismo latinoamericano, y territorios que presentan realidades si- ese fue el furor de García Márquez y milares. El análisis de estos textos per- Alejo Carpentier, pero cuando entre- mite comprender la razón por la que garon el premio Nobel a Octavio Paz, los novelistas y poetas con frecuencia cuya principal característica fue defi- usan el ensayo en sus diversas formas nir lo particular dentro de una univer- para expresar un mensaje con mayor salidad, dieron un giro que hace creer impacto inmediato de lo que pudiera que esa visión exótica de la realidad tener una obra de ficción o de poesía, latinoamericana ha ido terminando esto si se tiene en cuenta todos los re- para dar lugar a la realidad de Lati- cursos de los que se sirve el ensayo para persuadir, informar y confesar.

120 Matallana Penagos, Elizabeth Cristina. Expresiones de lo singular latinoamericano en los ensayos de Alejo Carpentier (1904-1980), Octavio Paz (1914-1998), Gabriel García Márquez (1927-2014) y Mario Vargas Llosa (1936) Vol. VI, No. 6, Enero-junio 2018 Bibliografía

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