Marta Sancho i Planas Aldeas tardoantiguas y aldeas altomedievales en la sierra de Montsec (Prepirineo leridano): hábitat y territorio

[A stampa in The archaeology of early medieval villages in Europe, a cura di Juan Antonio Quirós Castillo, Bilbao 2009 (Documentos de Arqueología e Historia), pp. 275-287 © dell’autrice – Distribuito in formato digitale da “Reti Medievali”, www.retimedievali.it].

Aldeas tardoantiguas y aldeas altomedievales en la sierra del Montsec (Prepirineo leridano): hàbitat y territorio Marta Sancho i Planas

RESUMEN lizado diversas campañas de prospección del te- Presentamos el resultado de las investigaciones que rritorio así como intervenciones arqueológicas en venimos realizando en la sierra del Montsec desde el yacimientos como Fabregada (1992-2002), Sant año 1992. Durante estos años, hemos intervenido en Martí de les Tombetes (1996-2002), Castillo de 2 distintos yacimientos con cronologías complementa- Mur (1997-2002) y Els Altimiris (2004-2008) . rias al tiempo que hemos realizado un trabajo de pros- Además del estudio arqueológico de estos yaci- pección y análisis arqueológico del territorio, debida- mientos, nuestro interés se ha centrado en la com- mente complementado con el estudio de los textos prensión de las relaciones que establecen las dis- escritos relacionados con esta zona. Este proceso de in- tintas comunidades con su entorno, creando vestigación nos ha permitido proponer patrones de espacios rurales definidos y estructurados así asentamiento que se sucedieron durante el período de como los condicionantes naturales para el desa- transición entre la Antigüedad Tardía y la Alta Edad rrollo de unas u otras formas de explotación de los Media, así como las formas de explotación y aprove- chamiento de los recursos existentes. Sant Martí de les recursos y las técnicas aplicadas en dicha explota- Tombetes y Els Altimiris nos han proporcionado datos ción. sobre el período tardoantiguo y Fabregada y el Castillo Desde el inicio de nuestras investigaciones he- y Colegiata de Mur sobre el período altomedieval y feu- mos insistido en las diferencias que observamos dal. Los datos procedentes de otras intervenciones en entre las formas de asentamiento y explotación las que no hemos participado directamente, nos han del territorio en una zona de montaña como la aportado informaciones relevantes que incluimos en nuestra, y aquellas que han sido estudiadas y defi- nuestra investigación. nidas para las zonas de llanura o de costa. Cierta- mente, los paradigmas interpretativos de que dis- PALABRAS CLAVE: Asentamientos de altura, Ar- ponemos, suelen estar muy influenciados por las queología del territorio, Hàbitat tardoantiguo, Há- investigaciones y resultados obtenidos en zonas bitat altomedieval, explotación de recursos no montañosas por lo que a menudo no nos son de gran utilidad. Con nuestra investigación queremos poner en Introducción evidencia esta realidad y avanzar en la definición El trabajo que presentamos se basa en la inves- tigación que venimos realizando desde el año 1992 con sus programas ACOM (2005ACOM00005 y 2006ACOM en la sierra del Montsec acerca de las formas de 00003: L’home i el medi a la serra del Montsec. Hàbitat, ex- plotació del bosc i evolució del paleoecològica des de ocupación del territorio, hábitat y explotación de l’Antiguitat fins a l’Alta Edat Mitjana; 2007ACOM 00006: recursos desde la Antigüedad Tardía hasta la Alta Prospecció arqueològica amb mitjans geofísics i aixecament Edad Media1. A lo largo de estos años, hemos rea- topogràfic al jaciment de Els Altimiris (Sant Esteve de la Sar- ga, Jussà)) y y 2008ACOM00051: Els Altimiris: Un model d’ocupació i explotació del territori en el pas de 1 Esta investigación cuenta con la financiación de: Fun- l’Antiguitat Tardana a l’Alta Edat Mitjana; Institut d’Estudis dació de l’Obra Social de Caixa Catalunya, àrea de Territori Ilerdencs a través de las ayudas a la investigación sobre el Pa- i Paisatge que además es propietaria de los terrenos donde se trimonio Arqueológico y la Universitat de Barcelona que ges- encuentra el yacimiento de Els Altimiris; Ajuntament de Sant tiona parte de los recursos y aporta sus infraestructuras de Esteve de la Sarga, que financia y gestiona parte de los recur- investigación y su personal investigador. A todas estas insti- sos disponibles; Servei d’Arqueologia i Paleontooigia del De- tuciones queremos agradecerles su apoyo. partament de Cultura de la Generalitat de Catalunya que 2 Los resultados de estas intervenciones han sido publi- además concede los permisos necesarios para realizar las ta- cados en distintos foros. Destacamos los siguientes (NOLAS- reas arqueológicas; AGAUR de la Generalitat de Catalunya CO, 1999 y 2003; SANCHO, 1997, 2002, 2002-2003 y 2008) 276 MARTA SANCHO I PLANAS de modelos interpretativos que tenga en cuenta monumentales que son objeto de restauración o las características específicas del hábitat y los es- bien en parcelas de la periferia de núcleos habita- pacios rurales en áreas montañosas. dos, donde se producen operaciones urbanísticas En este coloquio se han puesto de manifiesto que, a pesar de su enorme impacto visual, no su- las importantes aportaciones de la llamada ar- ponen la destrucción de importantes yacimientos queología de intervención para sacar a la luz evi- arqueológicos. dencias arqueológicas que hasta la fecha no habían sido objetivo de la investigación o simplemente no habían sido detectadas3. En el caso de Catalunya, Contextualización geográfica estas intervenciones van ligadas a las múltiples e histórica operaciones urbanísticas y de construcción de in- fraestructuras que han permitido llevar a cabo ex- Nuestra investigación se viene desarrollando cavaciones en extensión principalmente en áreas en los valles situados en la vertiente norte de la próximas a núcleos densamente poblados, perife- sierra del Montsec, una sierra prepirenaica situa- rias urbanas y corredores de comunicaciones. Ge- da en la provincia de y que ha sido y es aún neralmente estas zonas se sitúan en el llano o el en la actualidad, una verdadera frontera o área de litoral y una vez más la montaña a quedado relega- transición bioclimática y también cultural entre da a un segundo plano con operaciones mucho las zonas llanas de la depresión del Ebro y la alta más puntuales acentuando aún más el vacío de in- montaña pirenaica. Las actividades económicas formación para estas zonas. Tampoco la arqueo- tradicionales han marcado su historia hasta nues- logía de investigación está incidiendo en estas zo- tros días por lo que el paisaje y la ordenación del nas, si bien es cierto que en los últimos años se ha territorio mantienen unas características específi- despertado un cierto interés por parte de unos po- cas que tienen su origen en los procesos de ocupa- cos investigadores que encuentran en el Pirineo y ción del territorio propios de la Alta Edad Media. Prepirineo un campo de acción poco estudiado4. En las cubetas del fondo de los valles se practica Las dificultades que entraña la prospección y la una agricultura de secano que se combina con la excavación de determinados lugares situados en ganadería lanar organizada a partir del aprovecha- zonas montañosas, continua siendo una razón de miento de recursos de carácter estacional, con una peso para que estas actuaciones resulten minori- trashumancia vertical que aún se practica. Al lado tarias e insuficientes. de los cursos de agua encontramos parcelas de Por todo ello consideramos la necesidad de po- huerta con infraestructuras hidráulicas de poca ner en evidencia esta realidad y apostar por una entidad pero suficientes para las pequeñas exten- investigación arqueológica menos dependiente de siones irrigadas. El bosque, de una gran variedad y la rentabilidad a corto plazo y más centrado en cu- riqueza, domina las umbrías y actualmente ya no brir aquellos vacíos que dificultan la comprensión es objeto de la explotación intensa a la que tradi- de una realidad histórica poco conocida y muy cionalmente había sido sometido, tal y como se marcada por paradigmas extrapolados de otras recoge en los distintos estudios realizados desde la zonas. Respecto a la arqueología de intervención, antropología de la producción, la historia y la ar- resulta innecesario señalar la poca incidencia de queología del paisaje. (SANCHO, 2005; SANCHO, sus actuaciones en territorios donde no se cons- 2005; SOLA, 2003; BONALES, 1999) truyen ni grandes infraestructuras ni se llevan a Disponemos de poca información acerca de las cabo operaciones urbanísticas comparables con formas de ocupación de este territorio con ante- las de otras zonas. Las motivaciones principales de rioridad al siglo X y a la progresiva consolidación esta arqueología en zonas de montaña, se limita a del feudalismo, momento en que la abundante do- intervenciones puntuales en edificios o conjuntos cumentación conservada, principalmente en ar- chivos episcopales, monásticos pero también lai- 3 Ver distintas aportaciones en este mismo volumen. cos y privados, nos permite dibujar un territorio 4 Los proyectos de investigación realizados por J.M. Palet bien estructurado con una red de castillos y aldeas en la zona del Cadí, los trabajos realizados por E. Gassió en el a la que se añadirá la red parroquial5. Este modelo Pallars Sobirà y las investigaciones realizadas por el Gobierno de Andorra son una buena muestra de este interés creciente por las investigaciones arqueológicas en territorios de mon- 5 Especialmente destacables son los fondos conservados taña. en el archivo episcopal de La Seu d’Urgell publicados por C. ALDEAS TARDOANTIGUAS Y ALDEAS ALTOMEDIEVALES EN LA SIERRA DEL MONTSEC (PREPIRINEO LERIDANO) 277 presenta unas determinadas formas de ordena- cuencas interiores prepirenáicas7. Para la etapa si- ción del espacio rural y de su explotación que en guiente (siglos VI-IX) hemos excavado parcial- nuestro caso hemos podido estudiar a partir de la mente dos yacimientos; Sant Martí de les Tombe- investigación realizada en yacimientos como Fa- tes (NOLASCO, 1999; NOLASCO, 2003) y Els bregada o el Castillo de Mur. (SANCHO, 1997; Altimiris (SANCHO, 2006), este último en proce- SANCHO, 2002; SANCHO, 2002-2003) so de excavación y base sobre la que estamos tra- Para la Prehistoria tan solo disponemos de da- bajando en la actualidad8. tos procedentes de unas pocas intervenciones en Para el tema que nos ocupa, cinco son los as- cuevas como la Cova dels Muricecs o la Cova pectos historiográficos clave que debemos tener Colomera)6 (FULLOLA, y BARTROLI, 1989; GA- en cuenta: el grado de romanización del territorio LLART, 1992); para la protohistoria el vacío resul- estudiado así como los efectos del desmorona- ta sorprendente y tan solo se constatan hallazgos miento del sistema antiguo (hasta el siglo V); la ocasionales de cerámicas de este periodo (GAR- presencia o no de un poder visigodo estructurado CÉS, 2000; GARCÉS, 2005); la época romana tiene (siglos VI-VII); el proceso de consolidación de la en la ciudad de fundación republicana Aeso (la Iglesia, definición territorial de los obispados, de Isona actual), un claro punto de referencia aunque las instituciones monásticas y proceso de evange- las intervenciones arqueológicas han sido muy li- lización (siglos VI-IX); el impacto de la ocupación mitadas (REYES, et al.,1998). La presencia de esta musulmana más allá de las algaradas periódicas ciudad en una etapa tan temprana del proceso de documentadas y de la consolidación de ciudades romanización, se explica por la necesidad de esta- como Lleida y y su área de influencia (si- blecer un centro de control del flujo de materias glos VIII-X) y finalmente la aparición de nuevos primas procedentes del Pirineo y su posterior re- modelos de hábitat concentrado y/o disperso, más distribución hacia centros consumidores situados o menos jerarquizados y ligados a la organización en el llano y el litoral, como Ieso (), Ilerda de los espacios rurales (siglos VI-IX). (Lleida) e incluso Tarraco (Tarragona). En este A partir de estas fechas, ya en los siglos IX-X, la caso destacaríamos los trabajos de prospección forma como se llevó a cabo la ocupación de nue- realizados en el Ager Isonensis que permitieron la vas tierras dentro del proceso de aprissio, nos es localización de diversos yacimientos entre los que algo más conocido gracias a la documentación destaca la Villa de Llorís, parcialmente excavada existente, si bien se hace necesaria una revisión a con motivo de la construcción de la variante de la partir de datos arqueológicos que confirmen, des- carretera C-1412b, y que aportó datos sobre las mientan o maticen determinadas afirmaciones características de las villas tardorromanas en las realizadas por la historiografía basada exclusiva- mente en los textos escritos9.

Baraut y los monacales de Santa Maria de Gerri y Santa Maria 7 La memoria de esta intervención dirigida por C. Rodrí- de Alaón publicados por Puig y Corral respectivamente. guez, puede consultarse en el Servei d’Arqueologia i Paleonto- También resulta interesante la recopilación realizada en su logia de la Generalitat de Catalunya momento por R. d’Abadal , los documentos laicos del Liber 8 Actualmente están en prensa tres textos más en las re- Feudorum Maior publicados por Miquel y los fondos inéditos vistas Urgellia, Tribuna d’Arqueologia y en un volumen dedi- del Archivo Ducal de Medinaceli, sección Cataluña y del Ar- cado a las iglesias altomedievales que editará l’Abadia de chivo Ducal de Híjar conservado en el Archivo Provincial de Montserrat, en el que se publicará la planta de la iglesia de Zaragoza. Ver: d’ABADAL, R. d., 1926-52, Catalunya Caro- Santa Cecília de Els Altimiris. língia II. Els diplomes carolingis a Catalunya, IEC, Barcelona, 9 Los estudios realizados sobre el proceso de aprissio, se BARAUT, C., 1979, Els documents dels segles IX-X conser- basan en buena parte en documentación conservada proce- vats a l’Arxiu de la Seu d’Urgell, Urgellia pp. 7-147, BARAUT, dente precisamente de fondos monacales de origen pirenai- C., 1981, Els documents dels anys 981-1010 de l’Arxiu Capi- co, lo que ha permitido realizar estudios en los que los terri- tular de la Seu d’Urgell, Urgellia pp. 7-167, CORRAL, J. L., torios de montaña están bien representados. Los estudios 1984, Cartulario de Alaón, Zaragoza, PUIG, I., 1992, El mo- realizados son muy numerosos por lo que sólo citamos algu- nestir de Santa Maria de Gerri, Institut d’Estudis Catalans, nos autores significativos que han aportado datos para las Barcelona, MIQUEL, F., 1945, Liber Feudorum Maior. Cartu- zonas de montaña. ABADAL, R. d., 1955, Catalunya Carolín- lario que se conserva en el ACA, CSIC, Barcelona. gia III. Els comtats de Pallars i Ribagorça, IEC, Barcelona, 6 En la actualidad un equipo de jóvenes arqueólogos diri- BOLOS, J., 1998, Els pobles de Catalunya a l’edat mitjana. gidos por Xavier Oms, estan trabajando en las excavaciones Aportació a l’estudi de la morfogènesi dels llocs de pobla- de la Cova Colomera y esperamos que pronto se publiquen ment, Territori i societat a l’edat mitjana pp. 69-138, BOLOS, los primeros resultados de su investigación. J., 2005, Els Pirineus catalans a l’Edat Mitjana, Medievalis 278 MARTA SANCHO I PLANAS

Hábitat y ocupación del territorio ción como es el caso de Moror en el que la iglesia en la Alta Edad Media: un modelo se encuentra en el centro del hábitat y en el punto prefeudal más elevado del mismo. También encontramos algunos ejemplos de hábitat disperso en forma de De los cuatro yacimientos que hemos excava- «masos» ubicados en las proximidades de los nú- do en nuestra zona de estudio, dos se correspon- cleos concentrados (masos de Sallamana, Formicó den con el modelo propio del movimiento de o Ginebrell) y de hábitat semidisperso representa- aprissio y la consolidación del sistema feudal; es- do por agrupaciones de 3 a 5 casas sin iglesia ni tos son Fabregada y el Castillo de Mur (SANCHO, elemento fortificado (Collmorter o Vilamolat)10. 1997; SANCHO, (Dir.),2009). Los otros dos se Mención especial merece el hábitat agrupado manifiestan como lugares de hábitat anteriores a que se extiende por la vertiente de mediodía situa- dicho proceso con una cronología aproximada da a los pies de la Colegiata de Santa Maria de entre los siglos VI-VIII o IX y corresponden a los Mur, en el mismo montículo donde se alza el cas- yacimientos de Sant Martí de les Tombetes y Els tillo. Al parecer todo el montículo se encontraba Altimiris (NOLASCO, 1999; NOLASCO, 2003; protegido por una muralla ciclópea de la que sólo SANCHO, 2006). se conservan unos pocos vestigios11, por lo que Fabregada y el , son dos ejem- consideramos este poblado como un claro ejem- plos del modelo de ocupación del territorio que se plo de «incastellamento». desarrollará en esta zona a partir de la segunda En aquellos casos en los que se han realizado mitad del siglo IX (al norte) y durante el siglo X (al excavaciones arqueológicas, se han podido obser- sur) y que culminará con la consolidación del sis- var las técnicas constructivas de las estructuras de tema feudal. Mur se convertirá en centro político, hábitat, básicamente en piedra ligeramente reto- religioso, jurídico, económico y administrativo de cada con escaso mortero o con tierra entre las di- buena parte del territorio que se extiende por la versas hiladas, formando muros de entre 40 i 60 vertiente norte del Montsec d’Ares y desde media- cm. en el caso de las casas y superior a estas medi- dos del siglo XI dispondrá de una circunscripción das para los elementos fortificados. En este último bien definida por la documentación configurando caso el mortero de cal y arena suele ser más abun- lo que entendemos por «castell termenat». dante, especialmente en torres y murallas, y las A esta fase de ocupación corresponden todos piedras suelen estar mejor trabajadas. Los espa- los núcleos de hábitat aún existentes en la actuali- cios habitables oscilan entre los 15 y los 25 m2 dad y un buen número de despoblados que han aunque podemos encontrar espacios algo más podido ser localizados a través de la prospección amplios, a menudo divididos por tabiques de ado- arqueológica o documentados por los textos con- be y probablemente complementados con estruc- servados. turas de madera como baquetas sobre bases de Todos ellos se encuentran situados en la solana piedra, escaleras, etc. Los núcleos agrupados pre- del valle, sobre afloramientos de roca y en posicio- sentan una cierta ordenación urbanística, con ca- nes estratégicas para su defensa. Suelen disponer lles principales y secundarias que permiten el ac- de algún elemento fortificado (torre en el caso de ceso a las viviendas12. Estorm , muralla o «vila closa» en el caso de Fa- bregada y de Moror). La mayoría de ellos tienen la 10 Sobre tipologías de hábitat y definiciones de hábitat iglesia situada fuera del núcleo de hábitat como agrupado, disperso o semidisperso, ver Bolos, 1998. reflejo del proceso de aprissio en el que la institu- 11 Sobre la existencia de esta muralla ver: RODRIGUEZ ción eclesiástica llega con retraso respecto de los DUQUE, J. I. y GONZALEZ PEREZ, J. R., 1979, La muralla ciclopea de Mur (La Guardia de Noguera, Lérida), XV Con- habitantes del lugar. Encontramos alguna excep- greso Nacional de Arqueología, pp. 1229-1236, 12 Disponemos de datos procedentes de la intervención Historia Pyrenaica. II Congrés Internacional Història dels Pi- arqueológica en el yacimiento de Fabregada y de la realizada rineus, pp. 79-110, UNED-Girona, Girona, BONNASSIE, P., en el poblado del castillo de Sant Gervàs situado en el valle 1979-81, Catalunya mil anys enrera, Ed. 62, Barcelona, RIU, continguo de Barcedana y excavado en los años 80 por M. Riu M., 1991, Castells i fortificacions menors: llurs orígens, paper, y posteriormente por I. Padilla. SANCHO, M., 1997, «Ipsa distribució i formes de possesió, Catalunya i França meridio- Fabricata»: Estudi arqueològic d’un establiment siderúrgic nal a l’entorn de l’any mil, 248 - 260, Generalitat de Catalun- medieval., Universitat de Barcelona, Barcelona. RIU, M., ya, Barcelona, SALRACH, J. M., 2004, Catalunya a la fi del 1981-85, Sant Miquel de la Vall, una vila murada del món del primer mil·lenni, Pagès editors - Eumo editorial, Vic. romànic, Lambard pp. 127-134, RIU, M., 1992, Sant Miquel ALDEAS TARDOANTIGUAS Y ALDEAS ALTOMEDIEVALES EN LA SIERRA DEL MONTSEC (PREPIRINEO LERIDANO) 279

En las cercanías de estos núcleos de hábitat, hidráulica para facilitar el procedimiento del pri- encontramos tierras aptas para el cultivo y todos mer forjado. El metal obtenido sería posterior- ellos disponen de derechos de uso de los recursos mente transformado en utillaje y armamento. forestales y ganaderos existentes en la umbría del Otros centros que presentan una actividad pro- Montsec. En el fondo del valle, en la línea de con- ductiva especializada serían Vilamolera –produc- tacto entre la solana y la umbría, encontramos pe- ción de muelas para los molinos- y el Serrat de la queñas parcelas de huerta, regadas mediantes mo- Capella –extracción de loses para las cubiertas-. destas pero eficaces infraestructuras hidráulicas, Ambos han sido localizados durante las prospec- creando una red de pequeños canales y albercas ciones llevadas a cabo y están pendiente de estudio. interconectadas. Aún en la actualidad, cada una Llama la atención que en los tres casos se trata de de estas parcelas corresponde a una de las casas asentamientos abandonados probablemente a fi- del pueblo al que pertenecen, evidenciando una nales del s.XIII o principios del s.XIV. En el caso de organización, distribución y diversificación de los Fabregada entendemos que su abandono se debe a recursos disponibles, entre los habitantes de la tres causas combinadas: agotamiento de los depó- zona, propias de un modelo de autoabastecimien- sitos de óxidos de hierro más cercanos y de fácil to a escala local. De la documentación se deduce extracción, desarrollo de un mercado rural que fa- que cada unidad de producción («mas, capmas»), cilitaría el abastecimiento desde centros producto- disponía de una variedad de recursos, ya sea en ré- res más alejados e imposibilidad de subsistir sin la gimen de propiedad, de usufructo o como derecho actividad siderúrgica debido a los escasos recursos de uso de comunales. Huertos, tierras de siembra, agrícolas y ganaderos de que disponía el lugar, en viñas, derechos de uso del bosque y los pastizales, comparación con los otros pueblos del valle. se nos presentan como los recursos más habitua- les, siendo la actividad ganadera la principal mien- tras la agrícola se desarrolla de forma generalizada Hábitat y ocupación del territorio pero siempre en un segundo plano. en el paso de la Antigüedad Tardía a Este modelo se complementa con la existencia la Alta Edad Media de lugares especializados en la explotación de un determinado recurso a partir del cual se producen Hasta aquí lo que sabemos y hemos investiga- materiales y objetos específicos que se distribui- do a cerca de los núcleos de hábitat y la ocupación rían por todo el valle. El caso más destacado y me- del territorio para los siglos X-XIII. Ello nos ha jor estudiado es el de Fabregada, centro especiali- sido útil para establecer un modelo comparativo zado en la reducción de óxidos de hierro para la con el que iniciar el análisis del período inmedia- obtención de hierro metálico13. Se trata de un es- tamente anterior (s. VI-IX). La primera problemá- tablecimiento siderúrgico de poca entidad, típico tica que debemos afrontar para este período es la de los siglos X-XIII en la zona del Pirineo y Prepi- escasez de información existente, tanto proceden- rineo catalán, que explotaría los pequeños depósi- te de fuentes escritas como arqueológicas. Por tos de óxidos de hierro formados por un proceso otro lado, algunos de los hábitats originados a raíz de sedimentación en las cavidades kársticas del del proceso de ocupación del territorio señalado Montsec14. Estos óxidos, de gran calidad y fácil ex- en el apartado anterior, continúan vivos o se man- tracción, serían reducidos en el horno de Fabrega- tienen en el recuerdo de los pobladores actúales, da, utilizando para ello el carbón producido en los por lo que su localización resulta bastante más bosques del Montsec y con la ayuda de la energía sencilla. Por el contrario, los hábitats de la fase comprendida entre los siglo VI-IX, no aparecen de la Vall a la baixa Edat Mitjana (segles XII al XIV), Miscel. en la documentación más tardía y no suele existir lània Homenatge a Josep Lladonosa pp. 165-172. ningún tipo de memoria colectiva que facilite su 13 El estudio del establecimiento siderúrgico de Fabrega- localización. La lógica que permite intuir donde da ha sido presentado en numerosas ocasiones. Ver Sancho, pueden encontrarse estos yacimientos, no es la 1997. 14 misma que la que podemos aplicar para los siglos Sobre la industria siderúrgica medieval en la zona cata- X-XIII, y ello es así porque no se encuentran situa- lana ver SANCHO, M., 1999, Homes, fargues, ferro i foc. Ar- queologia i documentació per a l’estudi de la producció de fe- dos en lugares con las mismas características que rro en època medieval, Associació/Col.legi d’enginyers han sido válidas hasta los cambios propiciados por Industrials de Catalunya - Marcombo, Barcelona. la mecanización del mundo rural. 280 MARTA SANCHO I PLANAS

Este hecho influye en la invisibilidad de estos De estos dos asentamientos, nos llama la aten- asentamientos lo que no significa que no existan sino ción su ubicación, en los contrafuertes de la ver- que no los sabemos encontrar, y de aquí el vacío exis- tiente norte, en la umbría del Montsec d’Ares, en tente en nuestra historiografía sobre este período. una posición elevada respecto el valle, alejados de La excavación del yacimiento de Sant Martí de las tierras más aptas para el cultivo (ver figura 1). les Tombetes iniciada el año 1996 y bruscamente El acceso a ambos yacimientos resulta dificultoso interrumpida por un desgraciado accidente en al encontrarse en la cima de espolones de roca con 2002, puso en evidencia la existencia de un hábitat precipicios considerables en todo su entorno. Los de cronología posterior a la organización territorial únicos pasos practicables se encuentran protegi- centrada en la ciudad de Ieso y anterior al proceso dos, en el caso de Sant Martí por un foso excavado repoblador que tiene su origen durante los siglos IX en la roca y una muralla asociada al foso que cor- o X, según si nos situamos más o menos al norte de tan el paso por la vertiente NW. En el caso de Els la zona estudiada. El inicio de las excavaciones en Altimiris el acceso NW también está protegido Els Altimiris en el año 2004, vino a corroborar las por una muralla que se extiende entre los dos pre- hipótesis planteadas en la excavación de Sant Mar- cipicios situados al sur y al norte. En el extremo tí. Estos yacimientos se encuentran separados por SE, un estrecho corredor entre las rocas, fácilmen- unos 12 Km. en línea recta y calculados sobre el te controlable, da acceso al poblado. mapa, aunque en realidad la comunicación entre En ambos casos, y antes de iniciar las tareas ar- ambos resulta complicada por el gran número de queológicas, nos llamó la atención la existencia de barrancos existentes entre uno y otro yacimiento. grandes cisternas globulares, excavadas en el subs- Tampoco disponen de una línea de visualización trato rocoso y dotadas de pequeñas canalizaciones entre ellos ya que Sant Martí se encuentra ubicado para la conducción y aprovechamiento del agua en la cuenca del rio Noguera Pallaresa y Els Altimi- de lluvia. En ambos casos presentan la misma ti- ris en la del Noguera Ribagorzana. pología y en todas ellas -dos para Sant Martí y tres

Figura 1. Vista del valle de Sant Esteve, en la vertiente norte del Montsec d’Ares. Las flechas negras indican la ubicación de hábitats documentados alrededor del año 1000. Las flechas grises los dos yacimientos documentados para los siglos VI-IX. ALDEAS TARDOANTIGUAS Y ALDEAS ALTOMEDIEVALES EN LA SIERRA DEL MONTSEC (PREPIRINEO LERIDANO) 281 para Els Altimiris- se pueden observar las gruesas ros, que ocupaba el mismo espacio dentro del ya- marcas dejadas por un objeto percutor. En los dos cimiento. yacimientos encontramos en una posición central Como elemento diferenciador entre los dos ya- y dominante respecto a la totalidad del conjunto, cimientos debemos citar la torre de planta ligera- la iglesia aunque en el caso de Sant Martí el edifi- mente rectangular, de Els Altimiris. Construida cio conservado corresponde a una cronología más mediante la técnica del encofrado, con hormigón tardía, plenamente medieval, probablemente por de cal y arena de gran calidad y dureza, mezclado tratarse de un lugar que conservó el culto una vez con piedras de tamaño mediano, sobre un zócalo el asentamiento se encontraba ya abandonado. A de piedras ligadas con mortero de cal. Se encuen- pesar de ello, su ubicación central y la localización tra situada en una cota más elevada que la iglesia, de una necrópolis anterior (s. VI-VIII) situada a su en el extremo oriental del yacimiento y conserva alrededor, nos indica la existencia de una cons- parcialmente un pavimento de opus signium (Ver trucción anterior, quizás con materiales perecede- figura 2). El hábitat se situaba alrededor de estos

Figura 2. Planta de la torre de Els Altimiris. Se aprecia el fragmento de pavimento de opus signinum que se ha conservado. 282 MARTA SANCHO I PLANAS

Figura 3. Plantas de la cabañas 1 y 2, a derecha e izquierda respectivamente. En una esquina de la cabaña 1 se observa la estructura picada en la misma roca que hemos interpretado como la base de un fuego. En la cabaña 2 se observa el banco corrido, construido con piedras sin mortero, a la izquierda un agujero de poste, un canal de drenaje central y otro en el exterior. edificios destacados y dentro del perímetro prote- levantado los niveles de derribo más superficiales gido que en el caso de Els Altimiris ocupa una su- y esperamos completar su excavación durante la perficie superior a los 9.000 m2. Dispersos por este próxima campaña. Recientemente hemos locali- espacio encontramos fondos de cabaña excavados zado la necrópolis situada al sur de la iglesia y pen- en el substrato rocoso, de entre 6 y 8 m2 de super- samos intervenir en ella en las próximas campa- ficie, con pequeñas canalizaciones para drenar o ñas15. dirigir el agua por el exterior, agujeros de poste y De las tres cisternas del yacimiento, dos se en- una serie de elementos excavados como escaleras, cuentran asociadas a los edificios principales, to- cavidades de diferente forma y tamaño que po- rre e iglesia. La tercera se encuentra en una zona drían ser usadas para contener agua. De los dos baja del yacimiento algo alejada del centro y, al pa- fondos de cabaña excavados hasta el momento, recer, aislada de toda edificación (Ver figura 4). uno de ellos se complementa con un banco corri- En el caso de Sant Martí de les Tombetes, las do por el interior construido con piedras y sin estructuras de hábitat se encuentran en una terra- mortero, la otra dispone de un elemento trabajado za orientada a mediodía donde encontramos los en la misma roca que hemos interpretado como la base de un fuego (Ver figura 3). La iglesia de Els 15 Durante la campaña de 2008 se localizó un enterramienterrami-- Altimiris tiene unas dimensiones aproximadas de ento en fosa simple cubierto de mortero de cal y unas pocas 13 metros de largo por 6 de ancho por el exterior, piedras delimitando la cabecera que fue excavado íntegra- con cabecera rectangular por el exterior y semicir- mente. Así mismo se visualizaron dos cubiertas de mortero en cular por el interior. Los muros son de piedras li- las proximidades en las que se intervendrá en la próxima cam- paña. El individuo, un hombre adulto con una grave fractura geramente trabajadas y unidas con mortero de cal de fémur soldada y que no le causó la muerte, se encontraba y arena de buena calidad y tienen una anchura de en posición de decúbito lateral derecho, orientado siguiendo unos 60cm. Del interior de la iglesia sólo se han el muro de la iglesia, con los pies al NE y la cabeza al SW. ALDEAS TARDOANTIGUAS Y ALDEAS ALTOMEDIEVALES EN LA SIERRA DEL MONTSEC (PREPIRINEO LERIDANO) 283

tan la colección de materiales pequeños fragmen- tos de vidrio de tonalidad verdosa, algunos con decoración en relieve, algún que otro clavo o frag- mento de hierro indefinido, pequeños fragmentos de escorias metálicas, un pequeño cencerro, mate- riales líticos como piedras de afilar, pedernales y fragmentos de basalto correspondientes a un pe- queño molino manual. Cabe destacar la recupera- ción de una pequeña moneda de bronce del empe- rador Graciano de la ceca de Nicomedia (finales del siglo IV), que al parecer corresponde a una ti- pología de larga circulación por lo que no resulta extraño encontrarla en niveles de hasta el siglo VI. Figura 4. En primer plano, en la parte inferior, se observa el En definitiva, un conjunto de materiales difícil de muro exterior del ábside de la iglesia. A la derecha clasificar por la falta de piezas tipológicamente oblicuo el canal de recogida de agua de lluvia que claras que puedan servir de fósil director para pre- discurre hacia la cisterna, poco antes de llegar a ella, la zona oscura nos indica el agujero de entrada y al cisar cronologías. En Sant Martí las características fondo arriba, la cisterna. del material son parecidas aunque las produccio- nes locales presentan ciertas diferencias y en este caso cabe señalar un buen porcentaje de produc- agujeros para las vigas en la pared de roca y débiles ciones cerámicas que podemos considerar ibéri- muros de cierre aprovechando todo el ancho de la cas, mientras que en Els Altimiris disponemos tan terraza. Alrededor de la iglesia se encuentran agu- sólo de dos diminutos fragmentos de barniz negro jeros de poste de diverso tamaño, y cavidades di- y algún que otro pequeño fragmento que podría versas excavadas en la roca. pertenecer a esta cronología. Debemos señalar la dificultad que entraña la En estas circunstancias resulta interesante excavación de estos yacimientos, ya que, al tratarse plantearse las ausencias de determinados materia- de asentamientos con niveles de circulación sobre les, especialmente cerámicos, en comparación con la misma roca, prácticamente no conservan niveles otros yacimientos, como por ejemplo los niveles arqueológicos de calidad. El suelo formado con finales de ocupación (s. V) de las villas romanas posterioridad a su abandono ha permitido el creci- situados en llanura leridana (El Romeral en miento de un espeso bosque de encinas que hun- o El Tossal del Moro en ) (MARI, y REVI- den sus raíces hasta la misma roca provocando una LLA, 2003; MARI, y REVILLA, 2006-2007). Las profunda alteración de los escasos depósitos exis- producciones de terra sigillata tardías y determi- tentes propiciados por el abandono del lugar. nadas producciones oxidantes comunes con pas- El material recuperado en ambas excavaciones tas considerablemente depuradas, son inexisten- es escaso y se encuentra muy degradado por la tes en nuestros yacimientos, lo que nos permite erosión. En Els Altimiris abundan los fragmentos proponer una cronología inicial posterior al s.V. de cerámica común de tradición tardoantigua, Por otro lado, la iglesia de Els Altimiris está dedi- producciones locales en cocciones reductoras y cada a Santa Cecilia, culto que se introduce en la algunas piezas de importación norte africanas y península a partir del s.VI. La cabecera de la iglesia sudgálicas principlamente, fragmentos de ánforas también parece coincidir con esta cronología y de pequeño tamaño y escasa formas que puedan presenta ciertas similitudes con la de la iglesia de orientarnos acerca de su tipología. Así mismo, he- Son Peretó (Manacor, Mallorca) (PALOL, 1967; mos recuperado algunos pocos fragmentos con PALOL, 1994). decoraciones incisas predominando los círculos Por lo que respecta al entorno, los dos yaci- concéntricos sobre cocciones oxidantes y reduc- mientos se encuentran plenamente integrados en toras, de tradición paleocristiana, con un elevado el ambiente forestal propio de la vertiente norte grado de erosión y muy fragmentados. En la pre- del Montsec, alejados de las zonas de cultivo si- paración del pavimento y dispersos por todo el tuadas en la solana y a medio camino de los pasti- yacimiento se han recuperado numerosos frag- zales de verano que ocupan las partes más altas de mentos de pequeño tamaño de tegulae. Comple- la sierra. Esto es especialmente cierto para Els Al- 284 MARTA SANCHO I PLANAS timiris, donde la única zona en la que podría desa- trucción de infraestructuras (esto último especial- rrollarse una cierta actividad agrícola se encuentra mente cierto para los territorios de montaña), casi a 1000 metros snm., en el escalón central que tampoco la arqueología de intervención ha dado configura la sierra del Montsec, una zona algo me- con estos yacimientos. Dentro de esta cronología nos escarpada conocida como la Plana de Montre- son los siglos intermedios los peor conocidos (s. bei mientras que Sant Martí dispone de algunas VII-VIII), dado que en algunos asentamientos y tierras cultivables en el fondo del barranco que villas tardorromanas se han encontrado niveles discurre al sur del yacimiento. Entendemos que la correspondientes al siglo VI y para el IX contamos economía desarrollada en ambos casos se centra- ya con documentación que nos indica el inicio del ría en actividades de explotación del bosque y en proceso repoblador característico de la Alta Edad la ganadería con un pequeño complemento agrí- Media, al menos en el Prepirineo y Pirineo. cola. Una economía silvopastoril en la que el co- Ciertamente existen causas históricas que po- nocimiento de los recursos disponibles y las técni- demos plantear como responsables de esta subre- cas adecuadas para su aprovechamiento serían presentación del poblamiento para este período: factores claves para la supervivencia del grupo. demografía en recesión, reestructuración agraria y En este sentido esperamos que los estudios de en general cambios en las formas de explotación fauna y los análisis antropológicos puedan facili- de los recursos naturales, impacto de las crisis so- tarnos datos concretos sobre la dieta de sus habi- cio-políticas e incluso reagrupamiento en zonas tantes16. de refugio próximas a santuarios paganos recon- vertidos por el incipiente cristianismo. En este úl- timo caso, deberíamos tener muy en cuenta el Conclusiones proceso de estructuración de las circunscripcio- nes episcopales y plantearnos hasta que punto La intervención en Els Altimiris se nos presen- eran capaces de ejercer un verdadero dominio so- ta como una gran oportunidad de estudiar las ca- bre el territorio que supuestamente estaba bajo su racterísticas de las aldeas de altura para los siglo control. VI-IX. Disponemos además de un conocimiento Respecto este último aspecto, observamos que sólido sobre el hábitat y la ocupación del territorio los dos yacimientos que presentamos nos indican para los siglos X-XIII, lo que nos permite estable- una sólida presencia de la iglesia desde el mismo cer comparaciones y proponer modelos interpre- momento de su fundación. El templo se encuentra tativos de larga duración para la zona que estamos ubicado en el centro del poblado y a su alrededor estudiando. se vertebra un hábitat que a primera vista parece Son muchas las cuestiones que nos planteamos más numeroso en Els Altimiris que en Sant Martí y muy pocas las respuestas que podemos dar. A de les Tombetes. Si comparamos esta realidad con pesar de ello vamos a exponer una serie de ideas las de los asentamientos del período posterior sobre las que estamos trabajando y que nos pare- (s.X-XI), nos damos cuenta que en su mayoría la cen útiles para dar continuidad a nuestra investi- iglesia se encuentra ubicada fuera del núcleo de gación. hábitat, hecho que se ha interpretado como un re- Durante el coloquio se debatió sobre el proble- traso de la presencia de la institución respecto de ma de la invisibilidad de los yacimientos que pre- la fundación del asentamiento (BOLOS, 2004). sentan una cronología entre los siglos VI-IX. Esta La cultura material que nos muestran, a pesar invisibilidad, como ya hemos indicado, responde de su pobreza, refleja claramente una fuerte- in en buena medida a problemas de documentación fluencia tardorromana, tanto por las producciones arqueológica, propiciados por la escasa investiga- cerámicas como por las técnicas constructivas. ción orientada y centrada en estas cronologías. Por el contrario, los conocimientos sobre las for- Por otro lado, al no encontrarse en zonas de fuerte mas de explotación del bosque el desarrollo de la desarrollo urbanístico ni afectadas por la cons- ganadería, la tradición del picado de la roca y la construcción con materiales perecederos, parecen

16 responder a una tradición indigenista difícil de ca- En estos momentos, con un solo individuo excavado, estamos planificando los análisis antropológicos más adecua- librar. Cabría preguntarse por las influencias ger- dos que intentaremos realizar sobre la totalidad de los restos mánicas, en este caso visigodas –por encontrarnos humanos, una vez excavada la necrópolis. dentro del reino de Toledo- o merovingias –por la ALDEAS TARDOANTIGUAS Y ALDEAS ALTOMEDIEVALES EN LA SIERRA DEL MONTSEC (PREPIRINEO LERIDANO) 285 directa comunicación existente con Toulouse a pleta excavación de la iglesia y la necrópolis que través de los pasos de montaña del Pirineo lerida- tenemos prevista para las próximas campañas. no-. Las excavaciones no nos aportan respuestas El abandono de Els Altimiris lo situamos provi- claras sobre este aspecto, a pesar de confirmar la sionalmente alrededor del siglo IX, momento en existencia de cierta actividad metalúrgica detecta- que, a la vista de sus pobladores, se está produ- da por las pequeñas escorias de hierro, no dispo- ciendo el avance repoblador procedente del norte nemos de piezas que nos permitan identificar es- que ocupa progresivamente toda la cuenca del rio tas influencias. Sin embargo el topónimo responde Noguera Ribagorzana y que tiene en el monasterio a una clara influencia germánica. Claro está que de Alaón uno de sus centros de expansión y orga- por sí sola la toponimia no resulta una prueba nización. concluyente. De todos modos actualmente esta- Nuestro yacimiento correspondería, pues, al úl- mos trabajando sobre el tema dado que hemos po- timo momento de recensión después de la crisis dido constatar una elevada concentración de este del modelo antiguo y enlazaría con el inicio del topónimo en el área de la Ribagorza catalana y crecimiento claramente visible en el proceso de ro- aragonesa, que, al parecer, estaría relacionada con turación de nuevas tierra y en la aparición de nue- un linaje identificado por este topónimo17. vos asentamientos que culminará con el estableci- El grupo humano asentado en Els Altimiris pre- miento del nuevo modelo feudal, ya en el siglo XI. senta una clara jerarquización con dos ámbitos de poder, representados por la torre y la iglesia, y re- úne a su alrededor un número importante de habi- Bibliografía tantes que se instalan construyendo hábitats en fondos de cabaña con materiales perecederos, sin ABADAL, R. d., 1926-52, Catalunya Carolíngia II. que ello signifique temporalidad en el asentamien- Els diplomes carolingis a Catalunya, IEC, Bar- to o incapacidad de construir de forma más sólida. celona. Su espiritualidad está claramente definida aunque ———, 1955, Catalunya Carolíngia III. Els comtats nos quedan dudas sobre si podría tratarse de una de Pallars i Ribagorça, IEC, Barcelona. comunidad eremítico-cenobítica primaria o si por BARAUT, C., 1979, Els documents dels segles el contrario estarían vinculados a alguno de los IX-X conservats a l’Arxiu de la Seu d’Urgell, obispados que, justamente en ese punto tienen sus Urgellia 2, pp. 7-147. límites territoriales18. En ese sentido esperamos po- ———, 1981, Els documents dels anys 981-1010 de der obtener información más precisa con la com- l’Arxiu Capitular de la Seu d’Urgell, Urgellia 3, pp. 7-167. 17 D. Kremer lo considera un antropónimo catalán de BOLOS, J., 1998, Els pobles de Catalunya a l’edat orígen germánico, formado por los étimos ald- o alt- (ancia- mitjana. Aportació a l’estudi de la morfogènesi no) y mer- o mir- ( célebre o famoso). Cita diversas variantes dels llocs de poblament, Territori i societat a entre las que figuran Altemirus y Altimiro y señala como re- l’edat mitjana pp. 69-138. ferencia documental más antigua una del año 804. F. B. Moll ———, 2004, Els orígens medievals del paisatge ca- lo menciona como un linaje presente en tierras catalanas en talà. L’arqueologia del paisatge com a font per la Alta Edad Media y en el Repertori d’Antroponims Catalans destaca su presencia en los condados de Pallars y Ribagorça a conèixer la història de Catalunya, Institut durante los siglos IX y X con 93 menciones de las 221 recogi- d’Estudis Catalans, Barcelona. das para toda la zona catalana. Ver: KREMER, D., 1969-1972, ———, 2005, Els Pirineus catalans a l’Edat Mitjana, Die Germanischen Personennamen in Katalonien. Namen- Medievalis Historia Pyrenaica. II Congrés In- sammlung und etymologisches, Institut d’Estudis Catalans, ternacional Història dels Pirineus, pp. 79-110, Barcelona. 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