Hombre Andino Contra Hombre Occidentalizado: El Etnocacerismo De Los Humala1
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Joanna Ostrowska HOMBRE ANDINO CONTRA HOMBRE OCCIDENTALIZADO: EL ETNOCACERISMO DE LOS HUMALA1 Resumen: El artículo presenta las fi guras, las actuaciones y las demandas de los líderes radicales del movimiento nativista andino del Perú conocido como etnocacerismo. El programa de la familia Humala, que subraya la superioridad de la raza y la cultura originarias, y está dirigido abiertamente contra la población blanca del país y contra la civilización occidental en general, ha tomado forma de doctrina política y está ganando cada vez más seguidores. La problemática de la llamada “segregación inversa” (del hombre andino contra hombre occidentalizado), con sus planteamientos discriminatorios y racistas, fue enfocada aquí desde la cosmovisión andina: está basada en la oposición runa-misti y en el mesianismo andino, fenómenos que surgieron en los Andes en el período colonial y que se mantienen hasta hoy día. El etnonacionalismo radical es uno de los caminos que pueden seguir los países de América Latina del siglo XXI y una alternativa para el proyecto de la sociedad pluricultural y la integración de los indígenas y mestizos en la vida nacional postulados por los políticos de origen andino que en los últimos años llegaron al poder como presidentes de Estado (el caso de Alejandro Toledo en el Perú y de Evo Morales en Bolivia) o ganaron importante representación en el parlamento (el caso del Movimiento Pachakutik en el Ecuador). Palabras clave: hombre andino, hombre occidentalizado, etnocacerismo, Humala, Perú Title: Andean Man against Westernized Man: the Humalas’ Etnocacerismo Abstract: Th e article presents fi gures, activities and demands of radical leaders of the Andean nativist movement in Peru called etnocacerismo. Th e program of the Humalas’ family, which emphasizes the superiority of the local original race and culture and is openly directed against the white population of the country and against the Western civilization in general, has become a political doctrine and is gaining more and more followers. Th e problem of so called “inverse segregation” (Andean man against westernized man), and its discriminatory and racist approaches, was focused from the Andean vision of the cosmos: it is based on the opposition runa-misti and on the Andean messianism, phenomena that emerged in the Andes during the colonial period and still remain valid. Th e radical ethno-nationalism can be a possible Latin America’s way to follow in the 21st century and an alternative for the project of multicultural society and integration of the natives and mestizos in the national life postulated by the politicians of Indian origin who have recently taken power as presidents (the case of Alejandro Toledo in Peru and Evo Morales in Bolivia) or have gained considerable parliamentary representation (the case of the Pachakutik Movement in Ecuador). Keywords: Andean man, westernized man, etnocacerismo, Humala, Peru 1 Artículo basado en la tesis de licenciatura escrita y defendida bajo la tutoría de la doctora Małgorzata Na- lewajko en el año 2008 en el Instituto de Estudios Ibéricos e Iberoamericanos de la Universidad de Varsovia, ti- tulada Indio contra blanco: la etnicidad en el pensamiento político indio en los países centroandinos del siglo XXI. ITINERARIOS VOL. 11 / 2010 86 Joanna Ostrowska 1. ANTECEDENTES La palabra etnocacerismo une en sí dos conceptos postulados por los líderes del mo- vimiento: la identidad étnica y la estrategia militar. “Etno” se refi ere a la etnicidad, a la raza india, cobriza, defi nida como “eje ancestral y central de la torrentera sanguínea de la cholifi cación supranacional peruano-boliviana-ecuatoriana” (Essenwanger Sánchez en Humala Tasso 2001: 11) que es el “cimiento milenario de la peruanidad” (Movimieto Nacionalista Peruano, Estatuto, Artículo 2ª). “Cacerismo” alude al personaje de Andrés Avelino Cáceres, general del Ejército peruano que durante la Guerra del Pacífi co lideró la resistencia campesina en la sierra andina. El etnocacerismo como doctrina surge en los años 80., en el ambiente militar, sobre todo entre los antiguos generales velazquistas. En 1989 los hermanos Ollanta y Antau- ro Humala Tasso fundan una organización clandestina que lleva el nombre de Militares Etnocaceristas (MEC). Su objetivo es estudiar la realidad peruana, la historia militar del país y su situación étnica, para elaborar una forma de lucha contra el terrorismo del Sen- dero Luminoso diferente de las brutales represiones ejercidas por las autoridades esta- tales, no sólo contra los senderistas sino también contra la población civil de los Andes. MEC retoma la vieja idea de que el poder debería estar en las manos de los militares, ya que los políticos civiles son incapaces de gobernar el país, y funda una doctrina de se- guridad nacional que une el pensamiento castrense con la etnicidad. El término etnocacerismo por primera vez llega a la opinión pública el 29 de octubre de 2000, cuando Ollanta Humala, en aquel entonces comandante en actividad del ejército peruano, apoyado por su hermano Antauro, mayor de infantería en retiro2, y unos 66 sol- dados, se rebeló en Locumba (región de Tacna, cerca de la frontera con Chile). Los suble- vados ocuparon la mina de Toquepala, propiedad de Southern Perú Copper Corporation, anunciando a los mineros que “su ejército se pone nuevamente al lado de su pueblo” (Hu- mala Tasso 2001: 345). Demandaron la renuncia del presidente Alberto Fujimori, a quien consideraban culpable de la crisis social y política del Perú, y acusaron a los altos mandos militares de ser corruptos y debilitar así la seguridad interna y externa del país. Después, durante las cuatro semanas siguientes, los Humala y su tropa recorrieron el sur de los An- des peruanos con el objetivo de crear sobre la marcha el Nuevo Ejército Peruano y esta- blecer una “zona etnocacerista”. Los emisarios etnocaceristas enviados a las comunidades indígenas explicaban a la gente el porqué de la sublevación califi cada como “continuidad de línea nativista iniciada desde la Vilcabamba de Manco Inca” (Essenwanger Sánchez en Humala Tasso 2001: 12). El campesinado apoyó la rebelión y ayudó a los Humala a escon- derse de los helicópteros que las autoridades utilizaban para localizarlos. A los hermanos se unieron los reservistas: los jóvenes licenciados de las fuerzas armadas, veteranos de las 2 Antauro Humala pasó a la reserva en 1998, acusado de “organizar y conformar un grupo clandestino autodenominado Militares Etnocaceristas (MEC) dedicado a realizar un análisis crítico negativo y cues- tionante del ejército, empleando metodología marxista” (Orden de castigo impuesto por el general Jorge Zegarra Delgado en Humala Tasso 2001: 377). Hombre andino contra hombre occidentalizado: el etnocacerismo de los humala 87 luchas contra la guerrilla senderista y de la guerra del Cenepa de 19953. Los Humala pro- metieron deponer las armas cuando hubiera un presidente legítimo, elegido por el pueblo4. Cumplieron con su promesa cuando el 22 de noviembre de 2000, tras la huida de Fujimori a Japón, Valentín Paniagua fue nombrado presidente transitorio del Perú. Los dirigentes de la rebelión fueron encarcelados, procesados por la justicia castrense y fi nalmente amnistiados. Ollanta Humala se reincorporó al Ejército y durante el gobierno de Alejandro Toledo se desempeñó como agregado militar, primero en la embajada del Perú en Francia y luego en Corea del Sur. En diciembre de 2004 fue pasado a retiro y se dedicó a la actividad política. Creó el Partido Nacionalista Peruano (PNP) y empezó la recolección de fi rmas para presentar su candidatura en nombre de esta agrupación en las elecciones generales de 2006. Con el lema electoral: “Por un Perú digno y soberano” la candidatura de Ollanta se inscribió en el panorama político-social latinoamericano de los últimos años, marcado por la presencia de líderes y fuerzas fuertemente nacionalistas y antiimperialistas que critican el modelo neoliberal y se basan en las masas populares, como Hugo Chávez en Venezuela, Evo Morales en Bolivia o el Movimiento Pachakutik en Ecuador5. Después de la rebelión de 2000, mientras Ollanta Humala se encontraba en el ex- tranjero, alejado de la vida política del país, su hermano Antauro seguía desarrollando la doctrina etnocacerista y promoviendo su radical nacionalismo a través del periódico denominado “Ollanta”, distribuido por todo el país por los llamados “batallones reser- vistas” integrados, entre otros, por los rebeldes de Locumba. El 1 de enero de 2005 An- tauro y unos 160 reservistas volvieron a sublevarse en Andahuaylas6, en el departamento de Apurímac. La insurrección se conoce como “Marcha de Remembranza Etnocacerista anunciada por la Rebelión Militar del 29 de octubre del 2000”. Humala asaltó la comisa- ría local, reivindicando la renuncia de Alejandro Toledo, a quien decía desaprobar como presidente del país y lo acusaba de ser traidor “neocriollo”, representante del “globo-co- lonialismo” quien “gobierna para los extranjeros contra el Perú y contra los peruanos”. Se pronunció contra la Constitución fujimorista de 1993, reclamando el restablecimiento de la “verdadera Constitución”, la de 1979 (Humala Tasso 2004). Hay quienes dicen que la insurgencia de Antauro se debe a que su hermano Ollanta había sido pasado a retiro, en diciembre del año anterior. Este, encontrándose en aquel entonces en Seúl, primero 3 Se trata del conflicto fronterizo entre Perú y Ecuador. 4 Descripción detallada de la rebelión del octubre y noviembre de 2000 y la crónica de los hechos en Hu- mala Tasso 2001: 343-363. 5 En la primera vuelta de las elecciones generales de 9 de abril de 2006 Ollanta Humala obtuvo el 30,6% de votos y Alan García el 24,3%. En la segunda vuelta triunfó el líder del Partido Aprista, con el 52,6%, contra el 47,3% de Humala. En las mismas elecciones se presentó también el mayor de los hermanos Hu- mala, Ulises, como candidato del Avanza País, un partido centroizquierdista que buscaba la integración social del Perú. Obtuvo solamente el 0,2% de los votos (resultados oficiales procedentes de la Oficina Na- cional de Procesos Electorales ONPE).