Desacatos ISSN: 1607-050X [email protected] Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social México

de la O, María Eugenia; Medina Casillas, Nora E. Ser joven en la frontera norte de México Desacatos, núm. 38, enero-abril, 2012, pp. 181-190 Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social Distrito Federal, México

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María Eugenia de la O y Nora E. Medina Casillas

a actual situación de extrema violencia en a los jóvenes, muchos de los cuales habían crecido muchas regiones de México obliga a hacer en este ambiente. Estas notas se orientan a entender un ejercicio de reflexión sobre la vulnerabili- cómo viven los jóvenes en contextos extremos. En la Ldad que viven sus habitantes. En este sentido, las primera parte se describe la situación de violencia notas que se presentan a continuación se derivan del que prevalece en Matamoros, que marcó el desarro- trabajo de campo que se llevó a cabo en la ciudad de llo del trabajo de campo. En la segunda parte se Matamoros, , entre junio y julio de 2010, aborda el testimonio de un joven originario de la como parte de la investigación “Los hombres de la ciudad con quien sostuvimos largas y sucesivas en- maquila: entre la desfeminización y la masculiniza- trevistas sobre el significado de ser joven en zonas 4 181 ción del trabajo” con apoyo del Consejo Nacional de de alta vulnerabilidad económica, social y cultural. Ciencia y Tecnología. El estudio tenía como objetivo explorar los posibles cambios en las relaciones de gé- nero entre obreras y obreros del sector industrial de El contexto: la “guerra del Golfo” la maquila, a raíz de la creciente participación mas- culina en un sector que en origen fuera feminizado. La experiencia de investigación fue reveladora, El estado de Tamaulipas comparte un amplio terri- pues más que profundizar en la transformación de torio fronterizo con Estados Unidos. Actualmente los mercados locales de trabajo feminizados de la concentra alrededor de 40% de las actividades de maquiladora, como era nuestra intención, nos en- importación y exportación entre los dos países contramos ante un panorama generalizado de vio- (Castillo, 2009a). Su posición geográfica lo ha conver- lencia derivado de la actividad del narcotráfico en esta tido en un punto estratégico para las actividades co- zona fronteriza. La situación afectaba particularmente merciales y productivas con la industria maquiladora,

Being Young in the Northern Border of Mexico

María Eugenia de la O: Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social-Occidente, Guadalajara, Jalisco, México [email protected] Nora E. Medina Casillas: Instituto de Investigaciones Dr. José María Luis Mora, Distrito Federal, México [email protected]

Lucero. Prometeo de 2011. Foto: 8 de mayo al Zócalo de México, de la ciudad Universitaria y Dignidad, de Ciudad Justicia con la por Paz Movimiento del 179: Marcha p. Séverine Durin, s/f. Foto: violencia. por más ni un muerto nacional: 180: Exigencia p. Desacatos, núm. 38, enero-abril 2012, pp. 181-190 testimonios Desacatos enero-abril 2012

pero también de tránsito de actividades ilícitas con fueron originalmente un grupo para la Estados Unidos. Las actividades económicas más protección de los comandantes del Cártel del Golfo sobresalientes de la región solían ser la agricultura con militares de elite, desertores del Ejército Mexica- —en un inicio el algodón, posteriormente el sorgo y no. Este grupo logró la penetración de muchas de las maíz— y la producción manufacturera para la ex- rutas utilizadas por el cártel y se caracterizó por el portación a partir de la instalación de cientos de uso de métodos violentos en la lucha por el dominio maquiladoras desde fines de la década de los sesenta de las zonas de influencia del Cártel del Golfo. Desde del siglo pasado. Hoy, las actividades ilícitas se han 2003, el noreste del país, especialmente Tamaulipas diversificado: trasiego de drogas, contrabando de y Nuevo León, ha sido testigo de los continuos en- mercancías, armas, vehículos y personas, incremen- frentamientos entre ambas corporaciones. De este to de la piratería y práctica de la extorsión y el se- modo, “el cártel se quedó sólo con Matamoros y el cuestro (Castillo, 2009a, 2009b). resto de Tamaulipas, Nuevo León y parte de Coahui- El noreste del país fue el escenario en el que se for- la se hizo Zeta” (Osorno, 2010a) (véase mapa 1). mó y fortaleció uno de los grandes cárteles mexica- En 2006, con la instauración de la Operación nos: el Cártel del Golfo,1 que llegó a cubrir casi toda la Conjunta Tamaulipas-Nuevo León, la presencia de costa atlántica, que comprende los estados de Tamau- soldados y agentes federales en la región provocó lipas, Veracruz, Tabasco, Campeche, Yucatán, e inclu- el recrudecimiento de la lucha entre cárteles y las so Quintana Roo. Sin embargo, su control de la región corporaciones militares y policiacas (Castillo, se vio disminuido a partir de la creación de su brazo 2009a). Aparentemente, hasta 2009 había existido armado, conocido como Los Zetas, constituido a fina- una especie de pacto entre el Cártel del Golfo y Los les de la década de los noventa del siglo pasado, cuan- Zetas “en el que el cártel aceptaba su sometimiento do el Cártel del Golfo era dirigido por Osiel Cárdenas a Los Zetas, y éstos, le permitían realizar algunos ne- 182 3 Guillén. Este grupo llegó a disputar el dominio del trá- gocios en Matamoros” (Osorno, 2010a). Sin embargo, fico de drogas a partir de la detención de Cárdenas en el 2010 se caracterizó por un enfrentamiento abierto y 2003, a través de la negociación económica y política directo entre ambos grupos delictivos que fue eviden- directa de sus actividades delictivas (Osorno, 2010a). te desde los primeros meses del año. En particular

1 En los años sesenta del siglo pasado, Juan Nepomuceno Guerra importancia dentro del Cártel del Golfo y comenzaron a entre- encabezó las actividades ilícitas en la zona del Golfo. Nació en nar a pequeños grupos armados. En marzo de 2003, Osiel Cár- 1915 y desde fines de los años treinta empezó a contrabandear denas fue atrapado por el ejército, pero siguió dirigiendo desde whisky a Estados Unidos a través de Tamaulipas y Nuevo León. la cárcel y mediante su hermano Antonio Cárdenas, “Tony Tor- En la década de 1950 comenzó a contratar ayudantes para cruzar menta”, y Eduardo Costilla, “el Coss”, pero en su ausencia Los mercancía y a sobornar a altos mandos en México para facilitar el Zetas tuvieron más poder en el cártel. Tras la muerte de Arturo crecimiento de su grupo. A finales de los sesenta, Nepomuceno Guzmán, el “Z-1” (2002), y la captura de Alejandro Morales, el enfermó y cedió lentamente el control del Cártel del Golfo a su “Z-2” (2004), Heriberto Lazcano, el “Z-3”, se convirtió en el líder sobrino y mano derecha, Juan García Ábrego, quien inició nego- de Los Zetas. A finales de 2009, Lazcano se declaró indepen- cios directos con el Cártel de Cali. El Cártel del Golfo se fortale- diente del Golfo y a partir de enero de 2010 se estableció como ció durante las décadas de los ochenta y noventa. En 1990 encar- una organización con estructura bidimensional con células re- celaron a Nepomuceno, lo que dividió los lazos entre los cárteles. gionales y especializadas en delitos. El Cártel del Golfo, dirigido En 1995, García Ábrego fue aprehendido y sentenciado a 11 ca- por “el Coss” y “Tony Tormenta”, entabló una guerra contra Los denas perpetuas. El liderazgo del Golfo pasó a Salvador “Chava” Zetas. Mediante una alianza con el grupo del Pacífico y de cien- Gómez, pero Osiel Cárdenas terminó al mando. Éste rompió la tos de miembros de La Familia lograron equilibrar la situación, tregua con el Cártel de Juárez y la guerra contra los Arellano y el pero en noviembre de 2010 “Tony Tormenta” cayó muerto por el Cártel de Sinaloa renació. Para 1999, Osiel Cárdenas había re- ejército en Matamoros, por lo que la lucha contra Los Zetas dista clutado a 31 exmiembros del Grupo Aeromóvil de Fuerzas Espe- de terminar pronto. El cambio de sexenio en 2012 podría detonar ciales (Gafes) —grupo armado de elite—. El líder de esta fracción el reacomodo de las organizaciones judiciales en favor de otro fue Arturo Guzmán Decenas, el “Z-1”, y sus hombres fueron bau- cártel, mientras tanto los enfrentamientos por el liderazgo del tizados como “Los Zetas”, que fueron adquiriendo negocio de las drogas continuará. enero-abril 2012 Desacatos testimonios

Mapa 1. El Golfo contra el Pacífico

sig Antropo aliño, 4 183 Israel Hinojosa B Hinojosa Israel

Fuente: Basado en datos de Stratfor 2008-2011, .

desde febrero de 2010 comenzaron a tenerse noti- se repitieron en los municipios de , Mata- cias de los “topones” o enfrentamientos entre las moros, Ciudad Mier, Nuevo Laredo, Miguel Alemán fuerzas de las dos corporaciones en Tamaulipas, de- y Díaz Ordaz. Según se informó, el Cartel del Golfo rivadas de la incursión de comandos del Cártel del había formado una alianza con otros cárteles mexica- Golfo en territorio Zeta. Un ejemplo fue el ataque nos — y el Cártel de Sina- del Cártel del Golfo a un centro de operaciones de loa— para combatir a Los Zetas, que entre 2007 y Los Zetas en Camargo, que duró alrededor de seis 2010 se habían convertido en un grupo con presencia horas y, según testimonios de los habitantes de la nacional (Osorno, 2010b). Este conflicto fue llamado ciudad, estallaron “como 20 granadas”.2 Las batallas por los periodistas “la guerra del Golfo” y, en virtud del origen de los participantes, se le definió como una 2 La noticia sobre este suceso se difundió días después por me- “disputa familiar” (Osorno, 2010a, 2010b). En este dio de un comunicado de la Secretaría de la Defensa Nacional, contexto, el equipo de investigación, conformado pero la información más detallada se obtuvo en videos testimo- por tres mujeres, se trasladó a Matamoros con el apo- niales grabados al día siguiente en la zona del enfrentamiento, subidos a YouTube por vecinos de la ciudad de manera anónima. yo de El Colegio de la Frontera en dicha ciudad. Ha- Véase . bíamos intentado transitar de Monterrey hacia testimonios Desacatos enero-abril 2012

Matamoros por carretera, lo cual no fue recomenda- del hotel (El Universal, 2010). El trabajo de campo do por nuestras fuentes, lo que nos obligó a llegar a no fue sencillo. Necesitábamos estar cerca de la vida dicha ciudad vía aérea desde la ciudad de México. de los trabajadores de la maquila. Realizamos los primeros recorridos por la ciudad, los parques in- dustriales y las zonas de vivienda. En estos recorri- Etnografía bajo fuego dos nos topamos con grandes vehículos, camionetas Lobo o Suburban con vidrios polarizados, rines cro- mados y antenas de comunicación en los techos. La Llegamos a Matamoros la tarde del 24 de junio de gente nos explicaba discretamente y con la mirada 2010. En la pista del aeropuerto había un enorme en el suelo que eran “los mañosos” o “la maña”. Al avión de la Policía Federal que aterrizó junto al nues- inicio no entendimos, creímos que se trataba de jó- tro. El aeropuerto estaba prácticamente tomado por venes que hostigaban a las trabajadoras de la maqui- policías federales y militares encargados de la revi- la, pero más tarde supimos que así nombraban a los sión de equipajes e identificaciones de quienes llega- grupos armados del narcotráfico en la ciudad. ban a la ciudad. A la salida del aeropuerto y rumbo a En los primeros recorridos de campo fue notorio la ciudad había un gran retén militar que revisaba los el número de naves industriales en renta. En mu- autos, había que esperar la inspección y un breve in- chas otras no había letreros, pero tampoco trabaja- terrogatorio sobre quiénes éramos y a dónde nos di- dores. También vimos casas de interés social vacías rigíamos. Al pasar esta revisión continuamos el y algunas quemadas. Años antes, estos sitios estaban camino con los consejos de nuestros anfitriones. llenos de vida con trabajadores transitando todo el Nos indicaron que evitáramos hablar sobre el nar- tiempo. Días después, logramos concertar algunas cotráfico, sobre la violencia, bromear sobre el asun- entrevistas con la orientación de investigadores de 184 3 to, quedarnos calladas, hacer como si no pasara El Colegio de la Frontera Norte y visitar, finalmente, nada, ni en restaurantes ni en lugares públicos (Flo- las colonias de los trabajadores de la maquila. En es- res, 2010). Se nos aconsejó detenernos en todos los tos recorridos fuimos identificando nuevas presen- retenes que encontráramos, fueran de militares, po- cias en los barrios: los llamados guardias situados en licías federales, estatales o de los narcos. las entradas de las colonias o halcones —informan- Este comportamiento tenía su razón de ser, por tes—, en puestos de venta de periódicos y de discos, más difícil que nos pareciera: “porque en Matamo- con antenas de comunicación en sus refugios. Una ros, más que en ningún otro lugar de la frontera ta- noche, cuando salimos de una colonia popular lue- maulipeca, las paredes oyen, pero también lo hacen go de una entrevista, nos encontramos con un con- las banquetas, las mesas de café, los taxis, los vestí- voy, es decir, varias camionetas Suburban en fila y a bulos de los hoteles, en fin, todo mundo y en todos toda velocidad. Nuestros acompañantes dijeron que lados te puede delatar” (Castillo, 2009d). Algunos era una guardia, el grupo de seguridad de algún co- datos al respecto podían seguirse en periódicos y re- mandante que posiblemente estuviera revisando el vistas políticas que no llegaban a Matamoros. Du- camino por el que circularía su jefe. Varios de nues- rante la estancia en esta ciudad nos acompañó la tros compañeros aconsejaron al conductor del auto sensación de ser vigiladas permanentemente. Nos que los dejara pasar y se mantuviera alejado. Todo el hospedamos en un hotel en el centro de Matamoros, camino evadimos guardias y no nos acercamos a con la idea de que sería un sitio seguro, aunque se- autos que pudieran ser del narco. Transitar por las manas después supimos que el centro de la ciudad colonias de noche revelaba otro modo de vida en fue el campo de disputa que incluyó ataques con Matamoros; puntos de venta de drogas, rondas de granadas a la Presidencia Municipal, a unas cuadras vigilancia de “los mañosos”, jóvenes que al parecer enero-abril 2012 Desacatos testimonios montaban guardia en las esquinas de las colonias y “Pues en su casa, señor, con su mujer y sus hijos”. con quienes nuestros guías reportaban nuestra pre- “¿La mujer?”. Le digo: “Ahí está”. Me dice: “Háblele. sencia para nuestra seguridad. Es que ustedes están enlazados con el Cártel del Gol- fo. Saque las armas”. Y yo: “¿Cuáles armas?”. Y me Esta ciudad ha incorporado elementos del narco- dice: “¡Saque la droga!”. ¿Pos cuál droga? Y me dice: tráfico como parte de la vida cotidiana: las estacas, “Vale más que la saque porque si nosotros la encon- los halcones, los vendedores, jóvenes solos con una tramos nos la vamos a llevar y le va a ir peor” (entre- mochila oscura o en un parque igualmente solo, re- vista a Elena Flores, 2010). fugiados bajo la sombra de un árbol. Las guardias, “los mañosos”, todos parecían tener su lugar en los Yo pienso que aquí sí hay mucha inseguridad y sí corremos bastante peligro, porque nada menos que extremos de cualquier foto que se tomara de una es- la semana pasada, fue como jueves, miércoles, hu- tampa de la ciudad. La presencia de estos personajes bo una balacera bien grande aquí en la noche. Aquí fue patente el día que salíamos de la colonia de Ele- nomás nos levantamos las niñas y nos metimos allá na —una de nuestras entrevistadas—, quien nos ha- a ese cuarto, porque mataron a no sé cuántas perso- bía aconsejado: “Nunca después de las siete”. Aun nas acá atrás, aquí pararon una camioneta, pero así bastantes camiones con armas y se levantaron tres y así, la camioneta de transporte colectivo que abor- se los llevaron (entrevista a Consuelo Silva, 2010). damos para salir de la colonia se detuvo varios mi- nutos porque una camioneta negra imposibilitaba el Los muchachos se ríen de mí porque una vez yo an- paso. Los hombres de la camioneta bajaron a hablar daba acá limpiando mi casa con un trapeador, con algunos jóvenes de una esquina. Nadie se quejó, cuando oí que empezaron los balazos y que me me- nadie dijo nada, ni el chofer ni los pasajeros. Todos to corriendo y yo me tiré al piso, y los huercos risa esperamos a que la camioneta se moviera para con- y risa de mí y yo agachada, y ninguno se quería tirar al piso (entrevista a Praxedis Castillo, 2010). tinuar nuestro trayecto. La gente en Matamoros ha 4 185 optado por callar por su seguridad. Luego, hace diitas venía yo de mi trabajo y ahí en Así, en las conversaciones con los trabajadores de Soriana, en la entrada, iba un carro y luego una ca- la maquila era notorio cómo se había incorporado la mioneta se le cruza enfrente y ya no los dejó pasar y violencia a sus formas de vida más cercanas a la so- todos se bajaron con unas pistolotas. ¡Ay, no! Ya brevivencia. Ante nuestra pregunta ociosa de inves- cuando los vi me dio mucho miedo porque a cada ra- to se los encuentra uno, donde quiera que vaya uno tigación: “¿Cuándo empezó usted a trabajar en la se los encuentra, incluso en las tiendas: llega a una maquila?”, ellos respondían: “Hay desaparecidos, tienda y cuando uno mira se paran tres, cuatro ca- torturados, balazos todo el tiempo”. Nos hablaban en miones con soldados. Me da terror que se vayan voz baja, mirando a los lados por si alguien estuviera agarrar a balazos. Y ya ahí se llevaron a los que escuchando, a veces casi susurrando, como sucedió traían en la camioneta y no, nomás le dio tantito el pesero, para adelante en la pesera, y luego más ade- con los testimonios de tres madres de jóvenes: lantito tenían tirado a uno en el piso, con el pie, se lo ponían así con una pistolota. Y todas las mujeres Se han metido soldados aquí a la casa. Eran como las de la pesera: “¡Ya vámonos!”, y el señor ni se movía 11 de la noche y estaba mi hija en su cuarto y Jesús (entrevista a Praxedis Castillo, 2010). tiene la costumbre de que toca en la ventana. Le digo a Chuy: “No me toques así, toca la puerta”. Entonces Las amas de casa, también obreras de la maquila, han dije: “Éste es”. Abro la cortina y veo bastantes solda- optado por acercar a sus hijos a las actividades de di- dos. Me dice: “¡Ábreme!”. Entonces abro la puerta y se versas iglesias, entre las que destacan los Testigos de empiezan a meter todos, eran unos nueve más uno vestido de civil y un titipuchal de gente que había. Me Jehová y los mormones, porque encuentran seguri- dice: “¿Sus hijos?”. Le digo: “Yo creo que en sus casas”. dad vinculando a sus hijos con estas personas y no Me dice: “Éste, de este lado, ¿dónde está?”. Le digo: con la gente del barrio (entrevista a Praxedis Castillo testimonios Desacatos enero-abril 2012 Prometeo Lucero Prometeo Caravana al Sur del Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad en Iguala, Guerrero. 186 3

y a Obed Cortina, 2010). Están conscientes de los y si les gusta alguien lo pueden obligar a que baile o peligros que acechan a sus hijos todo el tiempo, sobre salga con ellos, si no, lo levantan” (Flores, 2010). Los todo durante los largos turnos de trabajo. La violencia sábados por la noche es evidente la disminución de ha trastocado muchas formas la vida de la ciudad, pero la vida nocturna de la ciudad, sólo unos restaurantes para los jóvenes significó dejar de serlo: no salir más a y discotecas están abiertos, muchos otros lugares es- divertirse como solían hacerlo, no se puede salir de tán cerrados o abandonados. El ambiente se enra- noche, no se puede salir a bailar, siempre hay miedo reció aún más con la presencia militar, que se por las balaceras. Los jóvenes son especialmente intensificó por ser tiempos electorales (Flores, vulnerables porque pueden ser criminalizados por 2010). Dos hechos marcaron el desarrollo del tra- el simple hecho de ser jóvenes o porque son piezas bajo de campo: las campañas electorales para elegir preciadas para el narco. Una joven cuenta: “Ya nos gobernador del estado el domingo 4 de julio de pasó una vez que salimos a dar la vuelta, el rol y an- 2010 y el anuncio de la inminente llegada del hura- daban y se empezaron a decir cosas y le sacó uno cán Alex. El lunes 28 de junio, mientras preparába- una pistola y ya no volvimos a dar un rol desde que mos la agenda del día, nos avisaron que el candidato pasó eso y Viri se casó y ya no sale” (entrevista a No- a gobernador del Partido Revolucionario Institucio- ra Aldape, 2010). nal había sufrido un atentado, justo el día de cierre Hay quienes se arriesgan con la idea de que no de su campaña en Matamoros. pueden dejar de vivir por culpa de la violencia: Nuestros guías nos recomendaron no salir por- “Los hombres se la rifan cuando van a la disco, por- que había peligro de fuego cruzado, en particular en que hay mañosos homosexuales que andan jalando el centro, donde se había congregado la gente para el enero-abril 2012 Desacatos testimonios cierre de campaña. Hubo gran confusión y escasa in- en las tardes. A sus 21 años su trayectoria laboral es formación. El suceso se podía seguir mejor desde larga: empezó cuando tenía ocho años. Su primer los diarios de circulación nacional y en las redes so- trabajo fue vender chicharrones por las tardes des- ciales —Facebook y Twitter— que en los noticieros pués de la escuela. Su mamá le compraba las bota- locales. En poco tiempo comenzó a circular la versión nas en el mercado y él iba con una canasta a de que el candidato había sido asesinado con parte de venderlas casa por casa en los barrios cercanos al su equipo de campaña de camino al aeropuerto suyo, al oriente de la ciudad. Esta actividad le per- de Ciudad Victoria. Habían bloqueado la carretera y mitió ganar dinero para comprar los artículos nece- fueron acribillados. Los diarios reportaban que el can- sarios para su escuela, pero sobre todo para “jugar en didato, el doctor Torre Cantú, había sido víctima de las maquinitas” y comprar refrescos, que eran lujos los sicarios, pues conocían con detalle sus movimien- que el resto de sus amigos no podían darse siendo tos y se encontraba en territorio Zeta. Durante todo el hijos de padres obreros. día las comunicaciones telefónicas estuvieron blo- A esta ocupación le siguieron muchas otras: fue queadas y la ciudad tomada por el ejército. “cerillo” —empacador en supermercados—, ayu- El 30 de junio de 2010, el huracán Alex tocó Ta- dante de albañil, panadero, mesero en una cantina, maulipas. Hubo intensas lluvias y grandes inunda- encargado de una tortillería, de un ciber-café, po- ciones que hicieron imposible realizar entrevistas dó árboles en colonias ricas, lavó carros y final- en las colonias que no cuentan con servicios de dre- mente entró a una maquiladora. Para Roberto, el naje adecuado ni con vías de comunicación, por lo trabajo era más que ganar dinero y continuar con que permanecieron aisladas durante algunos días, sus estudios, significaba independencia económica incluso varias maquiladoras cerraron. Desde en- de sus padres y tener una posición de superioridad tonces, los días buenos para Matamoros fueron frente a sus amigos de la colonia. Su temprana in- 4 187 menos: le siguieron acontecimientos como la muer- corporación al mundo laboral supuso grandes res- te del líder del Golfo, “Tony Tormenta”, en noviem- ponsabilidades, como cuidar de sus hermanos y bre de 2010, la militarización de la ciudad y sus hacerse cargo de algunos gastos de la casa y de su principales carreteras, fuego cruzado de manera propia educación, pero también implicó que desde cotidiana y los hechos de San Fernando con la su infancia estuviera en contacto con “muchachos muerte de cientos de migrantes, lo que marcó la vi- grandes” que le llevaban cinco o seis años. Esta cir- da de la ciudad. cunstancia le enseñó a defenderse en peleas, lo que según él le formó el carácter. Roberto fue un estudiante inquieto, al que le te- Ser joven hoy en la frontera nían que “jalar las patillas” y sentar al frente del salón norte de México para que pusiera atención en las clases. Logró termi- nar la primaria, la secundaria y la prepa técnica y En este contexto se sitúa la historia de Roberto M.,3 decidió intentar ser ingeniero. Sin embargo, fue en quien nació y creció en Matamoros, como el mayor el temprano ámbito escolar cuando tuvo los prime- de cuatro hermanos. Su fuerte sentido de superación ros contactos con el mundo del narcotráfico. En la le permitió combinar el estudio y el trabajo en la ma- escuela secundaria le tocó introducir droga en su quila. Cuando era estudiante de ingeniería en un mochila, cuando algunos hombres situados en la en- centro de educación público trabajaba en la maquila trada de las escuelas de la colonia “agarraban a los huercos y les decían métete tanto”. Los maestros, se-

3 Por razones de seguridad del joven entrevistado se decidió uti- gún Roberto, sabían lo que ocurría y también ven- lizar otro nombre. dían la droga en el plantel y le daban cuenta a “los testimonios Desacatos enero-abril 2012

malandros”. Por su servicio “ganaba bien”, pero a maderos con clavos: “con un golpe te tiran, nomás se Roberto le asustaba y le contó a su mamá, quien lo oye cómo se levanta el cuerito”. cambió a una escuela fuera del barrio. Estas acciones no escandalizaban a Roberto y llegó En su vecindario el consumo de drogas era un ac- a normalizarlas en su vida afirmando: “así es esto”. Pa- to común y durante su adolescencia ya contaba con ra muchos de sus amigos son la única forma de obte- amigos que eran “marihuanos” y “piedreros”, que no ner ingresos, porque lo que ganan en sus empleos es sólo consumían sino que a su vez se dedicaban al insuficiente para solventar sus gastos de transporte, narcomenudeo o a prostituirse con varones en la co- ropa, alimentos y manutención de la familia, ya que lonia para solventar su consumo de droga. La estra- muchos de ellos tenían hijos a temprana edad. Mu- tegia de seguridad de Roberto fue mantenerse cerca chos se habían convertido en halcones, menuderos, de ellos, si los evitaba sería hostigado en las calles de introductores de drogas a trabajos y escuelas, y con las su barrio para que consumiera o vendiera. A pesar eventuales ganancias cubrían el resto de sus necesida- del ambiente en el que creció no se enganchó con las des. Roberto piensa que la vida debe seguir a pesar de drogas: “aquí a nadie se le obliga a drogarse”, afirma- la violencia e inseguridad en Matamoros. Él continúa ba. No quería verse como ellos, era mejor acompa- saliendo a los bailes en viernes o sábado, aunque más ñarlos pero mantenerse sobrio. No obstante su de alguna vez se ha encontrado en situaciones de pe- convicción de evitar el consumo de estupefacientes, ligro, como que le hayan robado su auto o haber sido no estuvo ajeno al mundo de “la maña”. Muchos de detenido durante varias horas en los retenes. sus amigos tenían como principal fuente de ingre- Como muchos otros jóvenes de la frontera nores- sos la economía de la droga. Roberto, por invitación te, está familiarizado con el paisaje cotidiano de vio- de sus compañeros, eventualmente obtenía dinero lencia: sabe qué es una guardia, un halcón, una estaca.4 Roberto pertenece a una generación que se 188 3 extra haciendo “trabajillos”, como acompañar a otros jóvenes a trasladar droga oculta en una camio- ha formado en este contexto de desigualdad y alta neta de Matamoros a Reynosa, o simplemente ir con vulnerabilidad. La violencia es experiencia vivida: ellos para que vieran que no tenía miedo. violencia callejera, violencia intrafamiliar, violencia Según Roberto, lo que le ha permitido evitar pro- entre pares y entre los otros. Implica desorden y caos. blemas con “la maña” ha sido su discreción y cierta Los jóvenes mezclan estos tipos de violencia y sostie- valentía, pues no se espanta con lo que ve ni con lo nen el discurso social de “la vida sigue”. La violencia que cuentan “los mañosos”. En una ocasión entró con se convierte en un hecho cotidiano ante la permisivi- un amigo a una casa de seguridad donde tenían a va- dad de las autoridades y la construcción institucional rios “levantados” —secuestrados—. Se trataba de jó- de los jóvenes como los generadores de violencia y no venes, mujeres y adultos por los que se pedía rescate. como los excluidos. Estaban en condiciones infrahumanas. Roberto afir- ma: “Daban hasta lástima, todos encadenados y co- miendo porquería”. También había “mañosos” entre “A las ciudades fronterizas las chingaron las maquiladoras” los secuestrados por robar mercancía al narco o hacer cosas indebidas dentro de los códigos establecidos, como alardear con el dinero del jefe o desobedecer Miguel es un empleado público de Matamoros que órdenes. Estaban amarrados como animales, los ali- por seguridad duerme en Brownsville, Texas, la ciu- mentaban con algo que parecía revoltura para los dad vecina. En una entrevista para el diario mexicano puercos. Igualmente llegó a presenciar torturas a

los llamados “tableados”, aquellos a los que se casti- 4 Corresponden a distintos tipos de vigilantes colocados por las ga golpeándolos en las piernas o los glúteos con organizaciones criminales en diversos puntos de las ciudades. enero-abril 2012 Desacatos testimonios

La Jornada declara: “las familias se han ido descom- Tamaulipas. Se trata de notas que se desprendieron poniendo desde los años setenta, cuando las madres del trabajo etnográfico del verano de 2010 en la ciu- se fueron a trabajar a las fábricas y sus hijos tuvieron dad de Matamoros. El acercamiento, tal y como lo que irse solos a la primaria, a la secundaria, a cualquier propone James Clifford, se trató de “un conjunto de parte” (Castillo, 2009d). Aunque es un hecho real, diversas maneras de pensar y escribir sobre la cultu- alimenta la idea sobre las madres irresponsables ra desde el punto de vista de la observación partici- más que la crítica hacia un modelo de crecimiento pante” (Clifford, 2001: 24). Se identificaron, me- que no ofreció mayores oportunidades a su pobla- diante un ejercicio biográfico, diversos enfoques de ción. Vidas como la de Roberto dejan en claro el en- los jóvenes a través de sus historias individuales. El torno en el que están creciendo muchos jóvenes que diario de campo, la entrevista, la observación parti- viven una perspectiva de futuro incierta y recono- cipante y la interacción con los jóvenes y sus ma- cen lo seductora que puede ser la vida en “la maña”, dres fueron las herramientas que permitieron que les asegura dinero, camioneta y mujeres, aunque conformar esta investigación ante una gran dificul- sean “huerquitos”. tad de construir relaciones de confianza debido al Al respecto, un representante del Instituto Ta- contexto de conflictividad. maulipeco de la Juventud en Matamoros declaraba: Se fue escribiendo una etnografía para contextos “los jóvenes ven esto [el narcotráfico] como un de violencia que implicó dilemas éticos asociados hobby, como algo natural, porque a lo mejor todos con el respeto por las vidas de los jóvenes entrevis- tenemos un pariente o un amigo que está metido” tados, sus emociones y sentimientos. Inicialmente (Castillo, 2009d). Los grupos delictivos de la región nos interesaba su vida laboral, pero sus narrativas nos han ampliado su dominio sobre una gran cantidad fueron trasladando al ámbito de sus experiencias lí- de actividades económicas en los últimos tiempos. mite en un ambiente como el de la frontera norte de 4 189 La extorsión hacia casi toda la población se ha vuelto México. Así, pasamos de la construcción analítica una actividad de las más redituables. Hace un año ya de un obrero de la maquila en lo que suponíamos se hablaba de que “mientras algunos se encargan del mercados laborales en transformación, a la voz de tráfico de estupefacientes, de armas y personas, hay los jóvenes en tiempos de violencia, quienes nos cobradores de ‘cuotas’ a los comerciantes ambulantes. hablaron de sus necesidades, temores y dolores Otros recaudan la renta de los boleros en las plazas en un momento etnográfico en el que el miedo es- públicas, unos más de empresarios o políticos a taba presente tanto en las investigadoras como en cambio de protección” (Castillo, 2009c). Es eviden- los investigados. te que lo que se ha convertido en un “modo de vida” Estos jóvenes afrontan múltiples expresiones de no se puede combatir sólo con la fuerza policiaca o violencia en sus hogares, en el trabajo, en sus barrios. militar, ya que ahora se debe solucionar el proble- Sin embargo, fue entre 2010 y 2011 cuando comenza- ma de un estilo de vida fincado en la frontera y con ron a vivir formas inéditas de violencia asociada con el que crecieron y crecen los niños y que involucra el narcotráfico y la ausencia de un Estado que proteja a toda la sociedad. a sus ciudadanos, a lo que se sumaron nuevos actores y conflictos cuyo saldo han sido innumerables muer- tos, desaparecidos y víctimas-sobrevivientes. Este A manera de reflexión “nuevo orden” en el que imperan balas, riesgos y mie- do fue puesto de manifiesto por muchos jóvenes para quienes la vida sigue. Como lo plantea Kimberly Este artículo estuvo orientado a ilustrar cómo vi- Theidon (2006: 57): “En la guerra, las palabras aca- ven hoy numerosos jóvenes en la frontera norte de rrean terror. Rumores sobre quién ha visto o hecho testimonios Desacatos enero-abril 2012

tal otra cosa se vuelven cuestiones de vida o muerte”. ———— , 2009d, “En Matamoros damos muy buenos nar- Entender esta dimensión representa grandes retos cos; controlan todo”, en La Jornada, 4 de marzo, México. para el desarrollo del trabajo etnográfico hoy. Clifford, James, 2001, Dilemas de la cultura. Antropolo- gía, literatura y arte en la perspectiva posmoderna, Cuando los jóvenes, sus madres y sus hermanas nos Gedisa, Barcelona. pidieron ser escuchadas también, nos planteamos El Universal, 2010, “Lanzan granada a presidencia muni- hasta dónde seguir en un contexto marcado por casi cipal en Matamoros”, 29 de septiembre, México. una “guerra”. Al respecto Quinceno (2008: 206) afir- Flores Ávila, Alma Leticia, 2010, “Diario de campo Mata- ma que escuchar, sentir y vivenciar el dolor del otro, moros: 24 de junio-3 de julio”. Osorno, Diego, 2010a, “La guerra del Golfo, una disputa o incluso sentir la imposibilidad de comprenderlo y familiar”, en Milenio, 23 de mayo, México. dimensionarlo, hacen parte de los efectos que tiene ———— , 2010b, “La vida mercenaria en Tamaulipas”, en el trabajo de campo en los investigadores. Hoy más Milenio, 16 de agosto, México. que nunca la violencia es eje articulador de la vida Quinceno Toro, Natalia, 2008, “Puesta en escena, silen- de los jóvenes obreros de la maquila en la ciudad de cios y momentos del testimonio. El trabajo de campo en contextos de violencia”, en Estudios Políticos, núm. Matamoros. ¿Es necesario repensar la etnografía en 33, Universidad de Antioquía, Medellín, pp. 181-208. tiempos violentos? Al menos marca la necesidad de Riaño Alcalá, Pilar, 2006, Jóvenes, memoria y violencia en nuevas estrategias de campo en la antropología y la Medellín. Una antropología del recuerdo y el olvido, sociología, así como un ajuste reflexivo sobre una Editorial Universidad de Antioquía, Medellín. realidad compleja. Al parecer, es necesario plantear Serrano, José Fernando, 2005, “La cotidianidad del exce- una antropología de la violencia como un horizonte so. Representaciones de la violencia entre jóvenes co- lombianos”, en Francisco Ferrándiz y Carles Feixa disciplinario complejo con retos teóricos y metodo- (eds.), Jóvenes sin tregua. Culturas y políticas de la vio- lógicos en las fronteras de la antropología contem- lencia, Anthropos, España, pp.129-143. 190 3 poránea. Se requiere una práctica que considere la Theidon, Kimberly, 2006, “Hablar en el terror. Trabajo de seguridad personal y la ajena, pondere los aspectos campo enmedio del conflicto armado”, en Martha Nu- relevantes y emergentes del fenómeno estudiado y bia Bello (ed.), Investigación y desplazamiento forzado. Reflexiones éticas y metodológicas, Red de Investigado- cuide las propias retóricas de representación sobre res sobre Desplazamiento Forzado, Conciencias, Bo- las violencias que se expresan también en la cultura, gotá, pp. 56-72. como los narcocorridos, el movimiento alterado, los nuevos códigos y lenguajes, las redes sociales. Todo esto nos lleva a una pregunta final: ¿quiénes son los Entrevistas jóvenes de hoy en día?

Nora Aldape, 2010, entrevistada por Nora Medina, 1 de julio, Matamoros, Tamaulipas. Bibliografía Praxedis Castillo, 2010, entrevistada por Nora Medina, 26 de junio, Matamoros, Tamaulipas. Obed Cortina, 2010, entrevistado por Nora Medina, 26 Castillo García, Gustavo, 2009a, “Pobreza y corrupción, de junio, Matamoros, Tamaulipas. en la base del éxito del Cártel del Golfo”, en La Jorna- Elena Flores, 2010, entrevistada por Alma Flores y Nora da, 1 de marzo, México. Medina, 29 de junio, Matamoros, Tamaulipas. ———— , 2009b, “El terror marca la vida cotidiana en Rey- Roberto M., 2010, entrevistado por María Eugenia de la nosa; el narco decide todo”, en La Jornada, 2 de marzo, O, 1 de julio, Matamoros, Tamaulipas. México. Consuelo Silva, 2010, entrevistada por Nora Medina y ———— , 2009c, “Con un relevo, el Cártel del Golfo pros- Alma Flores, 29 de junio, Matamoros, Tamaulipas. peró e incorporó a Los Zetas”, en La Jornada, 3 de marzo, México.