AYMARAS DE BOLIVIA Entre La Tradición Y El Cambio Cultural
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AYMARAS DE BOLIVIA entre la tradición y el cambio cultural Gerardo Fernández Juárez AYMARAS DE BOLIVIA entre la tradición y el cambio cultural Número monográfico 67-68 2002 AYMARAS DE BOLIVIA Entre la tradición y el cambio cultural Gerardo Fernández Colección: Hombre y Ambiente Nº 67-68 Número monográfico 1ra. Edición: Ediciones Abya-Yala 2002 Av. 12 de Octubre 14-30 y Wilson Casilla 17-12-719 Telfs.: 2 562633 / 2 506-267 Fax: 2 506255 / 2 506267 E-mail: [email protected] www.abyayala.org Quito-Ecuador ISBN: 9978-22-195-9 Autoedición: Ediciones Abya-Yala Quito-Ecuador Impresión: Producciones digitales Abya-Yala Quito-Ecuador Impreso en Quito-Ecuador, enero del 2002 INDICE Kuna Yala................................................................................................................................. 7 Tristes tópicos ......................................................................................................................... 9 1. El ciclo vital....................................................................................................................... 15 2. El ciclo productivo ........................................................................................................... 53 3. La salud y la enfermedad ................................................................................................. 101 3.1 Los especialistas locales.............................................................................................. 101 3.2 Las enfermedades ....................................................................................................... 104 3.3 Las “sombras” ............................................................................................................. 114 3.4 La Trinidad.................................................................................................................. 118 4. La muerte.......................................................................................................................... 123 4.1 Todos Santos............................................................................................................... 131 4.1.1 Todos Santos en Tuqi Ajllata Alta........................................................................... 136 5. Los nuevos escenarios ...................................................................................................... 159 5.1 Entre dos mundos ...................................................................................................... 171 6. Epílogo: Los kharisiris y el Estado boliviano .................................................................. 179 Bibliografía.............................................................................................................................. 209 Glosario ................................................................................................................................... 219 KUNA YALA Que un libro sobre tradición y cambio ña para hacer comprensible la unidad po- en el altiplano aymara contenga una refe- lítica y el sistema de representación políti- rencia al mundo Kuna de los indios pana- ca existente en Kuna Yala. Los alumnos se meños y colombianos resulta, cuando me- mostraban perplejos, aquella primera me- nos, paradógico, máxime si nos atenemos dia hora dedicada a explicar el origen mí- a las pretensiones “parcelarias” de la An- tico de la nación Kuna con la sucesión de tropología Social y a los modelos de fron- mundos configurados y destruidos otor- tera de la etnografía territorial al uso. Sin gando un sentido cultural al cambio y la embargo, fue la visita de un líder Kuna, a dinámica del desplazamiento y el cuidado la Facultad de Humanidades de Toledo, lo de la tierra, que no es sino la “madre tie- que me dispuso a volver sobre algunas vie- rra”,fue contemplado desde la perspectiva jas anotaciones y artículos dispersos con la de nuestros alumnos, como un tremendo intención de ofrecer una información ge- “lío”.El esfuerzo de Jesús, el líder kuna que neral sobre las formas tradicionales de vi- nos visitó, por hacernos comprender du- da en una región concreta del altiplano rante la mayor parte del tiempo de su in- aymara de Bolivia y sus reacciones a los tervención las categorías más representati- modelos de cambio cultural procedentes vas y relevantes de Kuna Yala chocaron unos del propio Estado boliviano y otros, con nuestro radical escepticismo. ¿Pero no por el contrario, gestados en las entrañas venía a pedir dinero? ¿Qué lío es ese de los de las propias comunidades altiplánicas. ocho mundos, las relaciones incestuosas En febrero de 2001 visitó la facultad entre hermanos, el origen de la luna, la de Humanidades de Toledo un líder indí- dualidad masculino-femenino de sus dei- gena de la nación Kuna de Panamá1 y en dades de origen, la vigencia de la estructu- su intento por explicarnos a todos lo que ra doméstica y su repercusión en la vida es Kuna Yala, el mundo Kuna preguntó a política y ceremonial de los kuna? Tan só- los alumnos “¿acá funciona la tradición lo una vez que Jesús explicó, a su modo, oral?”. Inmediatamente comenzó a expli- ese conjunto de categorías que justifican la car el origen mítico de la nación kuna, su forma kuna de entender el mundo, se desplazamiento desde el Golfo de Urabá, adentró en las problemáticas y conflictos en tierras colombianas hacia el actual económicos, políticos y sociales que dan asentamiento en la vertiente atlántica pa- forma a la vida entre los kuna y sus tensio- nameña. Continuó su exposición hablan- nes frente a los modelos de aculturación do sobre la incidencia del modelo de fami- que sufren, motivados, entre otras cir- lia, el parentesco, la importancia de los cu- cunstancias por el turismo indiscrimina- ñados y de la estructura familiar y hogare- do. Después de trazar un cuadro dramáti- 8 Gerardo Fernández co, pero real, sobre el efecto de la guerrilla Todavía existen sociedades humanas y los paramilitares colombianos en la ma- que ajustan sus dinámicas cotidianas se- sacre de personas y su desalojo forzado gún categorías de pensamiento y actua- hacia regiones fronterizas de Kuna Yala; de ción que no son las empleadas por los ex- reflexionar sobre el efecto del narcotráfico pertos de la macroeconomía y los profetas y su impacto en el reparto de la riqueza de la Aldea Global, esa entelequia genera- (escuelas, hospitales) entre los deshereda- dora paradójicamente de tal disparidad de dos, nos espetó “sólo lo que es entendido aldeas como las que han dado lugar a los como lucha por la tierra, nuestra madre, postreros enfrentamientos sangrientos del merece nuestra atención”; nada de grandes siglo XX (Comelles y Perdiguero 2000: frases y conceptos al uso entre los especia- 23). Por ello me pareció oportuno mos- listas del desarrollo. Lo peor de todo, se trar los rasgos de otro tipo de sociedad, de marchó sin pedirnos un sólo euro para su esas que los Estados modernos atribuyen causa, ni repartir folletos. una tendencia casi “natural” al conserva- ¿No será algo semejante a un modelo durismo y la tradición, simplemente por de colonización conceptual e ideológica su notable significación étnica en la cons- sin equivalentes en las poblaciones indíge- trucción de sus identidades. Las páginas nas lo que pretendemos realizar desde los que siguen están dedicadas a las socieda- foros de desarrollo? Las políticas de nece- des aymaras en su pugna por adentrarse sidades impuestas desde el mundo occi- en los dominios de la modernidad, pero dental no siempre son acogidas con la es- con estrategias culturales diferentes a las perada atención e interés por los supues- directrices que marca, como en el caso ku- tos beneficiarios de nuestras grandes con- na, el Estado en el que localizan su exis- cepciones para el desarrollo. Parece que tencia. La vida, la producción, la enferme- incluso en Naciones Unidas se han dado dad y la muerte, configuran pautas de cuenta de que los economistas y tecnócra- comportamiento que resultan absoluta- tas han fracasado en sus intentos por esta- blecer un reparto más equitativo de la ri- mente imprescindibles para entender el queza. mundo cambiante en el que residimos. TRISTES TÓPICOS No; no se trata de la célebre obra del pios maestros improvisaban una sencilla maestro estructuralista, tan sólo de un ch´allita4 para favorecer el viaje, cuando se breve retorno biográfico de corte intro- me ocurrió reproducir el estribillo de ductorio al origen de este libro. No sé por aquella canción “Altiplano tierra aymara; qué oscura circunstancia, cuando era ado- tierra desnuda que no da flor...”; de inme- lescente se me quedó grabado el estribillo diato, Elías Condori, profesor aymara de de una canción que interpretaba un grupo Radio San Gabriel, me miró con una inu- de música andina (música andina para sitada fijeza “eso es mentira ”, me espetó a europeos) argentino que entonces rezu- la cara. En breve pude constatar las razo- maba popularidad en Europa: “Altiplano nes de Elías Condori al apreciar la explo- tierra aymara; tierra desnuda que no da sión de colores que el altiplano adopta con flor....”; aquella imagen de pampas desola- el crecimiento de los cultivos y sus diver- das recorridas por el viento, de indios so- sas floraciones entre los meses de febrero y litarios y suspicaces plenos de lamentos, mayo. llamas y sikuris2, estampas utilizadas, a Los tópicos fueron cayendo uno por modo de postales, por el lugar común de uno al paso que los pobladores de las co- lo exótico con abundante mercado en el munidades de Tuqi Ajllata Alta (Provincia