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Ministerio de Defensa Nacional. Academia Nacional de Historia Militar Boletín Nº 7 ISBN Nº DA: Ministerio de Defensa Nacional Dra. María Fernanda Espinosa Ministra de Defensa Nacional Dr. Carlos Larrea Viceministro de Defensa Nacional Academia Nacional de Historia Militar Gral. Fernando Dobronski Ojeda Director Gral. José Gallardo Román Subdirector Crnl. Iván Borja Carrera Secretario General Comité Editorial Gral. Patricio Lloret Orellana Crnl. Iván Borja Carrera Tcrn. Edison Macías Núñez Sbof. José Vargas Molina Edición Comité Editorial Academia Nacional de Historia Militar Diseño y diagramación: Ing. Marcelo Argoti Páez Dirección de Comunicación Social y Protocolo Fotografías: Ministerio de Defensa Nacional, Archivo Dirección de Comunicación Social, Comando Conjunto FF.AA., Ejército, Armada y Fuerza Aérea, Libro Blanco de la Política de la Defensa, Gral. Fernando Dobronski, Crnl. Jaime Anda, sitios web. Impresión: Tiraje: 1000 ejemplares Mayo de 2014 Academia Nacional de Historia Militar. Venezuela 10-34, entre Mejía y Olmedo • Antiguo Círculo Militar. Telf. (593) 2 2570-123 • E-mail: [email protected] Nota: El contenido de los artículos del presente boletín es de exclusiva responsabilidad de sus autores. Portada. Miembro del Cuerpo de Ingenieros del Ejército. Academia Nacional de Historia Militar Boletín Nº 7 Año 2014 Boletín • N° 7 Presentación. La Profesión Militar es el tema central del Boletín número siete de la Academia Nacional de Historia Militar. Su presencia en la vida nacional tiene que ver con la existencia misma de la Nación, desde el momento en que los “notables” de Quito decidieron constituir un Estado libre e independiente, el mismo que fue materializado con la expedición de la primera Carta fundamental, un 14 de agosto de 1830, en la ciudad de Riobamba. El destino de la fuerza armada-dice el artículo 51- es defender la independencia de la Patria, sostener sus leyes y mantener el orden público. Esta es su misión que constituye y lo seguirá siendo en el futuro, la inquebrantable razón de su existencia. La formación del profesional militar durante el siglo XIX está llena de inauguraciones y clausuras de los centros destinados a este efecto, unas veces por falta de recursos fiscales, otras por la ideología política de los Presidentes en funciones, y la mayor parte, por las luchas intestinas de carácter político que asolaron a la República; sin embargo, es preciso destacar los momentos de lucidez, pequeños por cierto, de la formación militar, por la participación individual de líderes militares y civiles como Rocafuerte, Urbina, García Moreno, Francisco Salazar, Luis Cordero, entre otros, que al no tener el aporte colectivo, no pudieron alcanzar los objetivos que se propusieron. La revolución Liberal transformó el Ejército al iniciar un proceso de reorganización que le llevó a la profesionalización de sus miembros, para lo cual se dictó en 1905, la Ley Orgánica Militar elaborada por la Misión Militar chilena en 1902. Su presencia inculcó en los miembros de la Institución armada, una formación de orden prusiano, entendido como el de un Ejército nacional, presto a sacrificarse por su patria, obediente a la autoridad y con altos valores de honor, lealtad y espíritu de cuerpo que se mantienen hasta la presente fecha. Posteriormente, la presencia de la Misión Militar italiana, a partir de 1920, hasta finales de los años • 2014 7 Academia Nacional de Historia Militar 30, le dio a las fuerzas armadas su carácter técnico con el cual, han participado permanente y eficientemente en el apoyo que requiere el Estado para su desarrollo. Las características de la profesión militar le llevan a constituirse en una profesión especial en la cual tiene particular relevancia los valores morales y las virtudes militares que le son inculcadas en su formación y perfeccionadas a lo largo de su permanente especialización. Los valores morales constituyen el cimiento de la profesión y permiten sustentar el sentido de pertenencia a la Institución militar. Esta ideología se estructura sobre la base de valores que, en esencia, han permanecido sin cambios desde la Edad Media: honor, dignidad, lealtad, honestidad, ética militar, abnegación, mística del deber. La imagen profesional, basada en el espíritu de cuerpo depende sustancialmente de la disciplina y la jerarquía. La disciplina es el alma de la organización, lo que sustenta la jerarquía y, con ella, la subordinación. La profesión militar está sujeta a cambios permanentes como producto de la tecnología y de la forma en que se desarrollan las confrontaciones de alta y baja intensidad en el mundo. El mando autoritario ha pasado a ser persuasivo, sin que ello signifique atentar al principio de disciplina; de los ascensos emotivos se ha pasado al cumplimiento de rígidos procedimientos de selección dentro de una carrera autónoma y completa; de los actos heroicos producto a veces de la propia psicología de la guerra, a soldados altamente especializados y con profundas motivaciones. El cambio también tiene que ver con los conceptos de soberanía, de la informática versus la seguridad de los Estados, de lo ideológico frente a lo pragmático; y en todos ellos, y en muchos más, las fuerzas armadas deben y están involucradas de una manera mucho más importante de lo que actualmente se supone que deben estar. Las fuerzas armadas deben ser una organización que ayude a las autoridades a planificar el Estado que queremos bajo estas 8 Primer semestre • Boletín • N° 7 nuevas circunstancias; para ello, se requiere de una organización diferente que le permita a la Institución opinar en los más altos círculos del poder, sin tener que exponer la permanencia de sus mandos. La figura de convidados de piedra o de garantes represivos no le queda bien a la Institución militar y tampoco le beneficia al país. La participación activa de la mujer y su incorporación a las armas de combate han determinado un cambio de actitud respecto de su género. La asignación de misiones subsidiarias como parte de una seguridad integral en apoyo de la Policía Nacional, su participación en misiones de paz a nivel internacional y su trabajo técnico de apoyo humanitario y de desarrollo, dentro y fuera del país, han convalidado y fortalecido su relación con la sociedad civil, que ha sido característica permanente de las fuerzas armadas del Ecuador. La profesión militar y la modernización de la Institución constituyen en este momento un punto a donde confluyen opiniones de todo tipo, respecto de lo cual se requieren acuerdos más amplios, que vayan más allá de la política, y que necesariamente incluyan su opinión. La Institución militar ha sido muy celosa en el respeto a los derechos humanos, pionera en incluir dentro del pensum de estudios de las Escuelas de formación y perfeccionamiento de sus miembros, su conocimiento y análisis, y su puesta en práctica en todos los eventos en los cuales ha sido necesaria su participación. Hechos coyunturales no pueden servir de pretexto para acusarlas de haber cometido crímenes de “lesa humanidad”. El Comité Editorial. • 2014 9 La Profesion Militar General Patricio Lloret Orellana Boletín • N° 7 El término militar hace referencia a los individuos (miembros), instituciones, instalaciones, equipamientos, vehículos y todo aquello que forme parte de forma directa e inseparable de las Fuerzas Armadas o Ejército; creado y organizado con la misión fundamental, pero no exclusiva, de defender la integridad territorial y la soberanía del país al que pertenezca por medio del uso de la fuerza y las armas en caso de ser necesario1. La palabra militar es un verbo y un sustantivo a la vez, es una condición profesional y una vocación. El verbo militar es comprometerse, de militancia, en el que esa militancia es un compromiso con los destinos, el desarrollo y el bienestar del país, de las mayorías2. La fuerza militar es profesional, porque sus miembros siguen una carrera, con promociones y grados que se alcanzan conforme a las leyes y reglamentos internos que las rigen. Es profesional porque consiste en una especialización en la administración y el uso organizado, racional, legal y legítimo de la fuerza del Estado. Lo es, en fin, porque exige de quien se consagra a ella un compromiso vital total, como ocurre en pocas profesiones3. La fuerza militar es disciplinada y jerarquizada. Todos los elementos de la fuerza militar se complementan entre si y son uno solo, si cualquiera de ellos es debilitado por razones exógenas o endógenas, todos los demás se resienten. Quien no quiera entender esta forma de ser de la profesión militar, está dejando de entender un elemento constitutivo fundamental del Estado. La aparición de un ejército profesional posiblemente se da en el siglo XVIII, en su forma más primaria de organización, antes de ello, en el siglo XVI era común encontrar oficiales mercenarios. En el siglo XIX aparece una profesión militar integral en la cual se desarrolla un sentido de identidad colectiva y de organización interna que da paso a tres elementos esenciales: especialización 1. Wikipedia 2. Espinosa, María Fernanda. Entrevista con la prensa. 21 marzo 2013 3. Marinovic, M. El soldado profesional versus el soldado ocupacional. • 2014 13 Academia Nacional de Historia Militar técnica, responsabilidad y sentido corporativo4. A fines del siglo XIX, la organización militar norteamericana, lo mismo que la de otros países industrializados, se convirtió en una estructura integrada, con una complicada formación jerárquica, a medida que el concepto organizativo del Estado Mayor General se convirtió en necesidad administrativa5. La profesión militar en los primeros años de la República y hasta muy avanzado el siglo XX era mirada por la sociedad civil como una profesión de jerarquía inferior a la de un médico, un ingeniero, un sacerdote o un profesor. Las familias buscaban que sus hijos ingresen a la milicia por ser una carrera corta, de poco esfuerzo intelectual, con mucha disciplina, y en ocasiones, miraban como una oportunidad de ascenso en la sociedad, especialmente las clases sociales menos privilegiadas.