Aspectos Sanitarios En El Asedio De Baler, Filipinas (1898-1899) Martín Ruiz JA.1 Sanid
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HISTORIA Y HUMANIDADES Aspectos sanitarios en el asedio de Baler, Filipinas (1898-1899) Martín Ruiz JA.1 Sanid. mil. 2015; 71 (4): 269-274; ISSN: 1887-8571 RESUMEN Estudiamos la situación sanitaria durante el prolongado asedio de Baler con ocasión de la guerra de independencia de Filipinas y posterior intervención norteamericana (1898-1899), contemplando tanto los medios materiales y humanos de que disponían como las heridas y enfer- medades a las que hubieron de hacer frente. No cabe duda que estas últimas se vieron favorecidas por las deficientes condiciones higiénicas de la iglesia en la que se refugiaron y, sobre todo, la mala alimentación que también examinamos dada su relación con estos aspectos médi- cos, de tal modo que, al igual que aconteció al resto del Ejército español que combatía en Filipinas o en Cuba, fueron las enfermedades las responsables de la mayor parte de los fallecimientos al causar más bajas que los propios sitiadores. PALABRAS CLAVE: Sanidad, Baler, Asedio, Filipinas. Sanitary aspects in the siege of Baler, Philippines (1898-1899) SUMMARY: We study the sanitary situation during Baler’s long siege within The Philippines war of independence and the later North American intervention (1898-1899), contemplating not only the material and human resources they had but also the wounds and diseases they had to face. Undoubtedly, the latter were favoured by the deficient hygienic conditions of the church where they found shelter and, es- pecially, by the bad food supply which is also examined here due to its relation with these medical aspects. As a result, as it happened to the rest of the Spanish Army fighting in The Philippines or in Cuba, the diseases were the main cause for most of the deaths here, outnumbering those caused by the besiegers. KEYWORDS: Health, Baler, Siege, Philippines. INTRODUCCIÓN por tanto, no sólo se ignoraba cuál era el medio más eficaz para su curación sino que no pocas veces se aplicaban remedios que inclu- No cabe duda que en cualquier asedio prolongado, y más si éste so podían llegar a ser contraproducentes para el enfermo. Un buen se lleva a cabo en un espacio reducido y cerrado, las condiciones ejemplo de lo que decimos es el paludismo que, como podremos higiénicas pueden llegar a constituir un aspecto de vital importancia comprobar más adelante, llegó a afectar al destacamento español en para prolongar o finalizar dicha situación. Por ello creemos del ma- Baler aunque sin provocar ningún fallecimiento entre los sitiados, yor interés el estudio de dichas circunstancias en el asedio de Baler, ya que no pocas veces los médicos lo confundían con la fiebre ama- donde un escaso destacamento español resistió entre los años 1898 rilla sin que supieran que el responsable de su transmisión era un y 1899 durante 337 días con ocasión de la guerra de independencia mosquito, aun cuando ya se disponía de un eficaz remedio como era de Filipinas y el posterior enfrentamiento con los Estados Unidos. la quinina que el Ejército español utilizaba. Otro tanto acontecía con Con esta finalidad examinaremos en las páginas que siguen los me- el beriberi que sí tuvo una fuerte incidencia entre estos soldados al dios humanos y materiales de que disponían, así como las heridas provocar el mayor número de fallecimientos, y del que se ignoraba y enfermedades que padecieron a lo largo del asedio, sin olvidar la cuál era su origen y el tratamiento más eficaz para el paciente1. alimentación que ingirieron al estar íntimamente relacionada con la salud, para lo cual nos valdremos de la información recogida tanto en los diversos relatos existentes sobre el tema como en la documen- LAS INSTALACIONES SANITARIAS tación conservada en distintos archivos nacionales, reproduciendo la terminología médica utilizada en ellos. Como es bien sabido la localidad de Baler carecía de interés Hemos de tener en consideración que, a pesar de que el siglo estratégico durante la guerra, como lo demuestra el hecho de que XIX fue sin duda alguna una centuria en la que se produjeron no- no tuviera guarnición militar excepción hecha de algunos guardias tables avances en el campo de la medicina, lo cierto es que aún no civiles hasta que el traslado de Emilio Aguinaldo, el principal líder estaban claras las causas de un buen número de enfermedades y, independentista, desde sus bases en la provincia de Cavite al norte de la isla de Luzón acercó el teatro de operaciones a esta zona. Ello propició que en octubre de 1897 fuese atacado y asediado el des- 1 Asociación Española de Historia Militar. tacamento de 50 cazadores que lo defendía al mando del teniente Dirección para correspondencia: [email protected] José Mota Hidalgo, lo que motivó el envío de un centenar de hom- bres bajo las órdenes del capitán Jesús Roldán Maizonada que bien Recibido: 5 de diciembre de 2014 Aceptado: 24 de junio de 2015 pronto se vieron también sitiados. Así pues, desde Manila se organi- Sanid. mil. 2015; 71 (4) 269 JA. Martín Ruiz zó una nueva y heterogénea columna formada por 400 efectivos al este fin. Así mismo, gracias a la declaración efectuada en Manila mando del comandante Juan Génova Iturbe, a la par que estas aguas tras el asedio nos consta, pues así lo indica el propio oficial médico, eran vigiladas por varias dotaciones navales, si bien, y a pesar de que disponían de un botiquín que fue trasladado a la iglesia cuyo que los acontecimientos habían demostrado su necesidad, no existía contenido exacto ignoramos8, algo que nos confirman tanto el libro ninguna instalación sanitaria en la que poder atender a los heridos de Martín Cerezo como los escritos de fray Minaya, ya que cuando y enfermos, como amargamente se quejaba el capitán Roldán en un los frailes fueron enviados en agosto de 1898, como emisarios por telegrama enviado el mes de enero de 1898 a las autoridades en Ma- los tagalos, el capitán Las Morenas les conminó a quedarse con ellos nila, contando tan sólo con los cuidados que en un primer momento afirmando que si enfermaban disponían de médico y medicinas9. pudo prestarles el médico del vapor “Manila” que había trasladado Ya comentamos anteriormente la escasa importancia que se daba a la columna, Eustasio Torrecillas Fernández2, siendo necesario que a los mosquitos como agentes patógenos, a pesar de lo necesario que otro buque, esta vez el “Compañía de Filipinas”, trasladase a la ca- era evitar sus picaduras. Aun cuando ignoramos si tenían mosquite- pital a los heridos y enfermos3. ras suficientes para todos los sitiados, queda claro que usaron una de No cabe duda que estos hechos debieron pesar sobre el mando ellas, de color amarillo, para confeccionar una nueva bandera que español a la hora de disponer la creación en esta localidad de una sustituyera a la antigua ya maltrecha. Enfermería Militar con diez camas afectas al Hospital Militar de En cuanto al personal sanitario cabe señalar que, tras la pronta Manila, siendo el encargado de hacerla realidad y dirigirla el médico deserción del cabo y del soldado indígenas, éste quedó reducido al provisional de Sanidad Militar Rogelio Vigil de Quiñones y Alfaro, propio Vigil como médico y Bernardo Sánchez como auxiliar, si al que los soldados en Baler llamaban “señor médico”, quien había bien parece que en estas labores fueron ayudados por los frailes Fé- cursado sus estudios en la Universidad de Granada ejerciendo du- lix Minaya y Juan López Guillén10. Una prueba del pundonor con rante cerca de once años en diversas poblaciones de la Alpujarra que acometió Vigil su labor asistencial es que al ser herido por arma granadina con una experiencia en Filipinas limitada a 17 días en el de fuego debió curarse él sólo con ayuda de un espejo, haciéndose Servicio de Guardias del Hospital Militar de Malate4. Para llevar a trasladar en una silla cuando estaba enfermo para asistir a los restan- cabo tal empresa iba acompañado de tres auxiliares, el cabo indíge- tes soldados que estaban en la misma situación11. na Alfonso Sus Forjas y dos sanitarios de 2ª, el español Bernardino Sánchez Caínzos y el filipino Tomás Paladio Paredes5. Aunque este último daba cuenta en diciembre de 1898 de la HERIDAS POR ARMA DE FUEGO Y CONTUSIONES existencia de una enfermería en una casa situada cerca de la Co- mandancia Político Militar, hemos de tener en cuenta que toda su Hemos de hacer constar que, con anterioridad a estos sucesos, declaración era falsa pues su único interés era que en Manila cre- dos soldados habían sido heridos, casos de Luis Cervantes Dato en yeran que el destacamento se había rendido6, de manera que, con la batalla de López el 23 de abril de 189712 y Antonio Bauzá Fullana toda seguridad, dicha enfermería nunca llegó a ser una realidad dada que había sido alcanzado por una bala en el estómago durante un la falta de medios. Como es lógico durante el asedio fue necesario asedio en la misma iglesia ocurrido ese año13. Las heridas provoca- habilitar un espacio para atender a los heridos y enfermos. Sin em- das por armas de fuego afectaron a un total de 14 personas sin que bargo, y aunque en los textos de fray Félix Minaya y Rojo y Ramón incluyamos la muerte de los dos desertores fusilados, aunque sí la Buades Tormo se utilice el término enfermería, cuando examinamos herida de uno de ellos, el cabo Vicente González Toca, de la que no la distribución interna dada a la iglesia por los sitiados podemos se hace diagnóstico alguno aunque se indica que sufrió una herida de comprobar que no aparece ningún lugar que sea calificado con di- bala en la cara posterior del brazo derecho.