Por Rusca Contenido
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por rusca Contenido Acerca del autor 3 Las mujeres no caen del cielo (II) 41 Los Previos 4 Las mujeres no caen del cielo (III) 44 Episodio I Las mujeres no caen del cielo (IV) 47 Vicky 5 34 mil pies 52 Episodio II Episodio VIII Lucienne, Bobby y el Polen de París 8 40 días en el Valle: Mujeres 55 Episodio III El juego de las lágrimas 57 El amor según Rusca 12 Montreal love story (I) 61 PAUSA Montreal love story (II) 63 Para Lucienne 16 Intermitencias 68 Episodio IV Montreal love story (III) 72 Cristina Schwarz 17 Papelera de reciclaje 76 Episodio V Montreal love story (IV) 79 El final del viaje 21 Nadie baila como Yo 83 Episodio VI Montreal love story (V) 86 Desenlaces 25 Montreal love story (VI) - El Final 90 Respuesta al comentario de Lucienne 28 Un corazón capicúa 96 Episodio VII La Historia de Punky Brewster (I) 101 Esperando la luna 30 La Historia de Punky Brewster (II) 106 Un verano italiano 33 Aeropuertos 110 Episodio VIII La Historia de Punky Brewster (III) 112 40 Días En El Valle: El Muki 35 Episodio IX Blind date 37 La Diosa Oscura del Rock 117 Las mujeres no caen del cielo (I) 39 Comentarios 121 Acerca del autor Rusca Explorador impertinente y curioso. Tengo 34 años. Asumo este reto de exposición pública con la intención altruista y filosófica de encontrar una mujer que me aguante. En su defecto, me conformo, aunque sea, con entenderlas un poquito más y prolongar la vida de soltero hasta que el cuerpo resista o alguien diga lo contrario. Más sobre mí en www.alfredorusca.com 12 de abril del 2010 Los Previos oy Rusca y voy a ser el nuevo blogger de Busco No- ría. Lo hacía en gran medida gracias a una relación que me IR A Svia. Gigantesco acorazado el que tengo que mover revolcó desde el otro lado del Atlántico y me arrojó a las COMENTARIOS después de tres años en los que Renato hizo de este blog orillas de Lima desgastado y frustrado. Fue la primera vez un éxito sin precedentes. Nunca o casi nunca lo leí, debo que me pasaba un tsunami por encima, hasta ese momen- confesarlo. A pesar de su sonada fama prefería andar por to nunca nadie había terminado conmigo, y que lo hagan otros huecos virtuales que seguir sus aventuras, festejar lejos de tu zona de confort, en el gélido invierno del norte sus conquistas y lamentar sus derrotas. de Europa y a un Leo recalcitrante, cuyo regente natal es nada menos que el dragón de fuego, es lo suficientemente Sin embargo aquí estoy, tomando la posta sin conocimien- demoledor como para seguir buscando historias de amor, to de causa pero reconociendo que hay un punto en común créanme. entre él y yo, y es que a los dos, en el momento de empezar a escribir el blog, nos movilizaba el mismo objetivo. Aho- En fin, ese luto duró lo que me demoré en escribir y publi- ra yo me encuentro frente a la pantalla sin ver quién está car un libro. Polianna fue una catarsis furibunda, un per- del otro lado, con la incertidumbre de empezar una nueva fecto depurador. Un poco más de un año duró el proceso aventura sin saber si a alguien le pueda interesar lo que de fortalecimiento, de regeneración de células sanas y fue tengo que contar, si me van a querer o a odiar, si me van a ya en buenas condiciones, renovado, que empecé a fijarme dar bola o me van a chotear, si conseguiré novia. en los viejitos con los cuerpos doblados, llenos de años, que permanecen juntos apretándose las manos mientras Escribir aquí es una ejercicio metafísico porque es como recorren cómplices la última etapa de sus vidas. echarse en el diván y escudriñar las razones por las que nos acercamos a una chica, descifrar por qué nos atraen unas y Fue a los treinta y tres en que estas visiones geriátricas otras no, por qué nos mandamos, por qué arrugamos, por renovaron mi percepción del amor, y reconocí que las cosas qué la cagamos. Es tratar de entendernos y de entenderlas son más bonitas cuando las compartes. Entonces, aprove- a ellas, aunque esto último pueda parecer imposible. chando ciertas condiciones propicias, me compré un pasa- je para Europa con fecha de retorno en tres meses y decidí Hasta hace siete meses defendía a capa y espada la solte- lanzarme a la aventura de buscar novia. 4 Episodio I 12 de abril del 2010 Vicky na de las razones de mi último viaje a Europa fue ver Uqué pasaba con Vicky. Ella era una de estas chicas de la facultad que uno detecta a lo lejos cuando está sen- tado cerca de la ventana del cuarto piso y observa distraí- do el patio donde se reúne toda la gente. Un día, cuando menos te lo esperas, esa rutina se ve interrumpida porque pasa alguien que inmediatamente llama tu atención, y te quedas pegado pensando, si además de lo buena que está, será interesante, divertida, si valdrá la pena. Vicky era una de las chicas que quería conocer cuando estaba en la universidad. Me gustaba mucho físicamen- te; flaquita, bonita, de pelo negro ondulado, con los ojos redondos y mirada penetrante. Pese a que tenía cierta fa- cilidad para acercarme a la gente y especialmente a las mujeres, por alguna razón nunca pudimos entablar una verdadera amistad. O ella estaba con enamorado o yo salía con alguien o simplemente no coincidíamos. Con el tiempo pasó a ocupar su lugar en la lista de asuntos pendientes y durante varios años desapareció del mapa. Fue a fines del 2008 que me la encontré de casualidad, – por lo apretada que anda Lima o por razones del destino – en una de las barras de Ayahuasca. No la reconocí a 5 primera vista. Estaba con sus amigas de siempre y tenía con acelerado interés. Esa madrugada nos pusimos al día trapitos que sacamos al aire. La amistad era lo primordial, el mismo aspecto de antes, pero había algo en su actitud en casi todo. y para eso había que tenerse confianza. que me transmitía una sensación de fastidio, o de discon- formidad. Desde ahí y durante todo el mes que duró su visita fuimos Descubrí que su vida había sido bastante más dura y que únicamente amigos. Nada de besos ni roces, solo eventua- las cosas por allá, con la crisis, estaban poniéndose peor. - Vicky – me animé a decirle. les abrazos con más cariño que deseo. Había un extraño Pero la voluntad de estar juntos se mantenía inquebranta- límite de amistad entre nosotros, de hecho me resultaba ble, la veía segura y firme, madura. Me decía que yo era - Hola Rusca a los años – me respondió con una sonrisa – atractiva y en situaciones normales ya me hubiera man- la persona más cercana en su vida y que me estaba empe- ¿cómo has estado? dado, pero supongo que nos sentíamos tan cómodos así, zando a querer. La ilusión de una relación sana se volvía como patas; saliendo a comer, al cine, a conversar, sin in- a afincar en mis pensamientos y cada vez la veía con más - Bien ¿y tú?, no te he visto mucho por Lima. volucrarnos, que algo más hubiera entorpecido ese fluir convicción, como una candidata segura. natural de las cosas. Como presintiendo que la distancia - Estoy viviendo en Barcelona, he venido de vacaciones, entre dos continentes era mucho más manejable sin obstá- Hicimos planes para vernos, acordamos que después de la me quedo un mes. culos de por medio. publicación de mi libro iría unas semanas para estar con ella, pero las fechas se fueron postergando. Sus planes - Manya, chévere. Vicky era de esas chicas con carácter, que se muestran mo- cambiaron radicalmente de un momento a otro, había to- lestas sin importarles que las vean con cara de ogro, por mado la decisión de volver a Lima a vivir y su descontento Era obvio que ambos sabíamos de nuestras existencias, más que sea del Villa María. Esta cualidad o defecto o las con su situación laboral se había vuelto más que evidente. la facultad de Comunicaciones de la de Lima aún hoy es dos cosas o ninguna, no la hacía evidente, pero lo dejaba Yo había planeado un viaje de tres meses. Íbamos a coin- relativamente pequeña y siendo casi de la misma edad, los entrever ocasionalmente. Igual yo creo que esa tanda de cidir dos semanas. Cumplí treinta y tres años y compré mi amigos en común abundaban. salidas durante sus vacaciones estaba signada por un cli- pasaje. ma benévolo y apacible. Estaba disfrutando su regreso al Me contó que estaba viviendo en España, trabajando en Perú y se lo estaba tomando con sabia serenidad. Les juro que llegué calmado, en armonía, pero la chica me márketing y terminando una maestría; que estaba feliz sacó de quicio en dos segundos. Yo podía entender lo difí- allá, lejos de las exigencias sociales y los prejuicios de Lima. Ya cuando se fue se convirtió en una caserita del msn, cil de su situación y que esa era su manera de manejar las No mencionó nada de enamorados y no detecté ningún poco a poco íbamos chateando cada vez más – ella siem- crisis, pero su voluntad inquebrantable y su actitud positiva accesorio indeseado en sus dedos. pre mantenía su estatus off line y eso me gustaba por- habían desaparecido de la faz de Cataluña. Por el contra- que me ubicaba en una confortable zona de exclusividad rio, apareció una Vicky victimizada hasta el tuétano, per- Yo estaba con Javicho, un pataza mío, y los dos nos aco- – hasta que llegó un día de febrero, tres meses después judicada por una maldición gitana que había confabulado lleramos impecablemente a su grupo.