Cultura Y Hábitat Residencial: El Caso Mapuche En Chile
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UNIVERSIDAD POLITÉCNICA DE MADRID ESCUELA TÉCNICA SUPERIOR DE ARQUITECTURA Cultura y Hábitat Residencial: El caso mapuche en Chile tesis doctoral Orlando Sepúlveda Mellado Arquitecto 2013 Departamento de Urbanística y Ordenación del Territorio ESCUELA TÉCNICA SUPERIOR DE ARQUITECTURA UNIVERSIDAD POLITÉCNICA DE MADRID Cultura y Hábitat residenCial: el Caso mapuCHe en CHile tesis doctoral Orlando Sepúlveda Mellado Arquitecto Director de tesis doctoral Arqueólogo Dr. Fernando Vela Cossío Tutor de tesis doctoral Ingeniero Dr. Julio Pozueta Echavarry 2013 Tribunal nombrado por el Mgfco. Excmo. Señor Rector de la Universidad Politécnica de Madrid: Presidente: Dr. ………………………………………………………………………………. Vocal 1°: Dr. ………………………………………………………………………………... Vocal 2°: Dr. ………………………………………………………………………………... Vocal 3°: Dr. ………………………………………………………………………………... Secretario: Dr. ………………………………………………………………………………... Realizado el acto de defensa y lectura de la tesis el día ……………………………………. En ……………………………………………………………………………………………. EL PRESIDENTE LOS VOCALES EL SECRETARIO AGRADECIMIENTOS Son muchas las personas e instituciones hacia quienes siento profunda gratitud, por su disposición en haberme prestado apoyo y colaboración en esta empresa académica deseada durante toda una vida profesional y universitaria. A los cuatro matrimonios mapuche que tan gentilmente me facilitaron su acogida y hospitalidad para realizar mi trabajo de campo en la IX Región de La Araucanía de Chile, Sr. Emilio Loncón y Sra. Sofía Escobar, Sr. Florencio Raín y Sra. Ingrid Manríquez, Sr. Fernando Curimán y Sra. Francisca Peilef, Sr. Francisco Huehuentro y Sra. Ana Loncón. Por otra parte, también debo mi gratitud a los antropólogos de la Universidad de Chile Carlos Lange, Walter Ímilan y Rolf Föester, al sociólogo Jorge Larenas y bibliotecarios del Instituto de la Vivienda Srta. Sandra Rivera y Sr. César Orellana. Gratitud especial por recibirme y atender mis motivaciones doctorales al antropólogo español Sr. Tomás Calvo Buezas, al arqueólogo Miguel de Rivera y al sociólogo Pedro Pitarcht de la Universidad Complutense. Especial sentimiento de agradecimiento a mis profesores españoles, iniciales del doctorado, académicos de la Universidad Politécnica de Madrid, Dra. Emilia Hernández, Dr. Guillermo Cabeza, Dr. Manuel Recuero, Dr. Francisco de Gracia y Dr. Francisco Javier Seguí, a quienes recordaré por su gran calidad académica y su gentileza motivadora y ejemplar para recorrer este largo camino doctoral. Un recuerdo especial de gratitud a mi tutor de la Universidad Politécnica de Madrid, ingeniero, Dr. Julio Pozueta Echavarry, por sus oportunas recomendaciones y certeras sugerencias para centrar mi dedicación doctoral. Un sincero, franco y profundo sentimiento de gratitud y afecto a mi director de la Universidad Politécnica de Madrid, arqueólogo, Dr. Fernando Vela Cossío, quien supo darme una cordial acogida en la Universidad y en su propia casa, lo que me facilitó compenetrarme en profundidad con la vida académica, personal y familiar en Madrid. Las orientaciones y motivaciones para desarrollar la tesis, como asimismo la comprometida VII condición humana del Dr. Vela, conquistaron mi aprecio y afecto por su admirable generosidad y espontánea manifestación fraternal. Siento mucha gratitud institucional también por la Escuela Técnica Superior de Arquitectura y su personal, en cuyas aulas e infraestructura universitaria llevé una vida universitaria concentrada en el estudio y de convivencia con estudiantes, profesores y personal; junto con ello, la atenta y cordial atención de la Vicerrectoría de Relaciones Internacionales y su eficiente personal en el goce de mi beca y en general por la apreciada Universidad Politécnica de Madrid, que me ha distinguido con aceptarme en calidad de estudiante doctoral. Finalmente, a mi esposa Fresia, por su paciencia y silencioso apoyo, aun cuando por mis deberes tuve que dejarla, muchas veces, solitaria. También a mis hijos Mauricio, Marcelo y Gonzalo, igualmente a mis nueras Claudia y Mercedes, quienes con su respetuoso cariño y afecto supieron darme aliento y comprensión para cumplir mi anhelado plan personal. A todos ellos me declaro eterno y agradecido deudor. VIII PRESENTACIÓN Indagando introspectivamente las motivaciones que con relativa certeza puedo reconocer, identifico dos experiencias ocurridas en mi vida, procesos de larga duración, que arraigaron profundamente en mis sentimientos y convicción. La primera ocurrió en mi infancia, durante mis primeros años de estudios formales, cuando tenía alrededor de 9 años de edad. Resulta que los programas de la enseñanza de la Historia en esa época contemplaban el estudio del origen y gestación de Chile; y en ellos se incluía la colonización española de los territorios y su población presentación nativa. Las técnicas y metodologías pedagógicas trataban la docencia como un conjunto de sucesos épicos, donde por un lado estaba la voluntad y empuje hispano, y por el otro la postura libertaria y tenacidad de los nativos, específicamente del pueblo araucano(1). Los relatos exaltaban los atributos de ambos frentes y se impartían con un acentuado sesgo onírico que estimulaba nuestra imaginación, consiguiendo con ello una retención y profundo arraigo en nuestros sentimientos infantiles. Estos últimos, posteriormente, germinaban con ensoñaciones de admiración, destacando los méritos humanos de las dos vertientes, española y mapuche, que en sus frecuentes y variados encuentros durante un prolongado período de tiempo dieron origen a una descendencia mestiza que posteriormente constituyó la población de Chile. Profundas impresiones se grabaron en mi formación de niño sobre ese período fundacional de la patria y del carácter de la chilenidad, lo que posteriormente ha venido en despertar frecuentes anhelos por indagar con mayor profundidad y desde la adultez, el trasfondo de esos relatos y 1 El término araucano fue una denominación que los colonizadores españoles dieron a los nativos al sur de la ciudad de Santiago, derivada de los asentamientos en la península de Arauco ubicada aproximadamente 500 kms al sur. Sin embargo, los propios nativos se autodenominaban mapuche, que quiere decir gente (che) de la tierra (mapu) y que vivían en lo que ahora es la IX Región. Ahora, los propios mapuche denominaban picunche a los indígenas asentados al norte de ellos y que fueron los que inicialmente resistieron las avanzadas colonizadoras, pero que finalmente fueron sometidos y absorbidos por la cultura y vida española, derivando de esa mezcla el mestizaje que dio origen a la población chilena. Los mapuche propiamente nunca fueron colonizados, resistieron combativamente la colonización en sus tierras durante un siglo aproximadamente. Después de los cuales, los españoles cambiaron la estrategia de conquista con ellos y optaron por un proceso de parlamentos, los que fructificaron en una convivencia pacífica de respeto y protección mutua. Al momento de la independencia de Chile, el pueblo mapuche ayudó y protegió la retirada de los españoles en virtud de los acuerdos parlamentados un siglo y medio antes. IX lecturas de infancia que arraigaron tempranamente y con tanto acierto un sentimiento y una estimulación en mi personalidad por continuar indagando las convulsionadas epopeyas que vivieron nuestros ancestros. El pueblo mapuche defendió sus condiciones de vida libertaria al inicio de la colonización española con sorprendente bravura, como lo testimonian los escritos de los colonizadores y misioneros españoles (Valdivia, 1991; Ercilla, 2009; Vivar, 2001; Núñez Pineda y Bascuñán, 1973). En la actualidad continúan, ya no defendiendo, sino reivindicando su autonomía presentación perdida con la denominada “Pacificación de la Araucanía” realizada por el Estado chileno a partir de 1880. Las manifestaciones reivindicativas se traducen en reiteradas insistencias para preservar su cultura e idiosincrasia y en convulsionadas manifestaciones sociales, alterando el orden cívico y propiedades privadas, tendientes a recuperar sus tierras ancestrales. La segunda experiencia también fue el resultado de un largo proceso, ya no pasivo, contemplativo y onírico como el primero, sino más racional y de creciente motivación académica, gestada en mi docencia universitaria como profesor de proyectos. Surgió en forma gradual, buscando explicaciones acerca de cómo ocurre el proceso de la creación arquitectónica; lo que para mi formación vocacional, bajo los principios del racionalismo, dificultó largamente reconocer y distinguir que en ello intervienen dos facultades: una racional y otra intuitiva. Dicha clarificación ha sido muy estimulante para mi posterior ejercicio docente. Y de razonable claridad para orientar a mis alumnos a reconocer en qué momento se debe trabajar y alentar un tipo de aptitud y en qué otro momento aptitudes distintas. Expuestas mis dos fuentes impulsoras para concebir y entender la dirección y sentido de mi tesis, me permitiré agregar algunas razones que justifican en cierto modo mi propuesta formal del tema. El diseño arquitectónico se desarrolla normalmente entre dos canales: uno de carácter cuantitativo, que maneja variables concretas, susceptibles de ser dimensionadas (estructura, construcción, presupuestos, superficies, estándares, climatización ambiental, funcionalidad, X dimensionamiento, etc.) y otro de carácter cualitativo, centrado en aspectos subjetivos del habitar, susceptibles de generar efectos emocionales (cualidades espaciales y ambientales que producen sensaciones, tales como protección, privacidad, intimidad, estados de ánimo,