Lolita De Vladimir Nabokov
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TRANSTEXTUALIDAD Y REESCRITURA EN LOLITA DE VLADIMIR NABOKOV Wilson Orozco TESI DOCTORAL UPF / 2016 DIRECTOR DE LA TESI Dr. Javier Aparicio Maydeu DEPARTAMENT D’HUMANITATS ii Agradecimientos Quisiera agradecer, en primer lugar, a la Universidad de Antioquia por la comisión de estudios que me concedió durante tres años, y que me permitió llevar a cabo la presente tesis doctoral. Igualmente a la Fundación Carolina, por la beca otorgada, y de manera muy particular a Juan Torres por su acompañamiento siempre constante, gentil y cálido. Un reconocimiento y agradecimiento muy especiales al Dr. Javier Aparicio Maydeu, director de la presente tesis. Valoro su confianza en mí y en este proyecto de investigación, aclarando, antes que nada, que sus columnas de crítica literaria en El País y sus voluminosos libros me sirvieron enormemente de guía y de apoyo, pudiendo afirmar con toda seguridad, que es tal vez el único crítico literario de quien disfruto tanto su escritura como la narrativa que analiza e invita a disfrutar. Sin duda, leerlo para mí es un placer, un ejemplo y un motivo de admiración. Por demás, siempre será un honor también que haya aceptado acompañarme a sacar esta tesis doctoral adelante, –este “barco” como bien la llamó él al inicio de esta travesía; travesía que tuvo sus amagos de tormenta, pero solo amagos afortunadamente–, y a la espera, por supuesto, de que yo haya bien sabido conducir este barco-tesis a buen puerto. Quisiera agradecer igualmente al Dr. Antonio Monegal Brancós quien generosamente me guió al inicio del doctorado, leyendo versiones de proyectos logrando que así definiera más acertadamente mi tema final. Y también por firmar –en su calidad de Director del iii Doctorado en Humanidades– con gran paciencia y mayor generosidad, todo tipo de documentos, informes y avales propios del mundo académico-administrativo que me fueron exigidos. Igualmente a Evgenia Chernyavskaya de la North-West Institute of Management por insistir pertinazmante (con una obstinación sobrehumana, de la que entienden muy bien los rusos), para que se me concediera una pasantía de investigación en San Petersburgo. Con las siguientes personas estoy en enorme deuda por el gran apoyo que me brindaron durante este periplo entre Colombia, España y Rusia: Por su apoyo administrativo y académico durante este periodo doctoral: Àngels Bertran, Dr. Fernando Pérez-Borbujo, Dra. Tamara Djermanovic y Yolanda Pueyo de la Universitat Pompeu Fabra. Por sus acertadas recomendaciones bibliográficas y amables asesorías académicas: Dr. Jan-Henrik Witthaus (Universidad de Kassel), Dra. Lise Segas (Universidad Bordeaux Montaigne) y Dra. Marie Bouchet (Universidad de Toulouse). Un agradecimiento muy especial a Tatiana Ponomareva, directora del Vladimir Nabokov Museum de San Petersburgo, por su hospitalario recibimiento en ese maravilloso museo que dirige. También a Lucía Polanía, de la Fundación Carolina, por gestionar amablemente para mí y para mi hija, toda suerte de trámites relacionados con las siempre iv impertinentes visas, ahora ya con justicia abolidas para los colombianos. También agradezco a Jacob Lagnado, Jeisson Monsalve, Margarita Gaviria, María Cecilia Aguilar y Óscar Osorio por su amistad que me honra, y por su compañía siempre constante, a pesar de la distancia, convirtiendo dicha amistad en más valiosa para mí. También debo agradecer a Julia Ramírez, Luz Marína Ramírez, y especialmente a Martha Ramírez, por ofrecernos, a Ana María y a mí, hospedaje en Madrid lo que fue de gran ayuda para nosotros. A mi papá y a mi mamá, por el amor y por el ejemplo. A mi hija, a quien tanto extrañé durante este tiempo. Finalmente debo decir que si la escritura y el nombre de Vladimir Nabokov no se pueden entender ni desligar de la enorme participación y del claro protagonismo de su compañera de toda la vida, Véra Nabokov, igualmente esta tesis doctoral nunca podría haber sido posible, ni de ninguna manera entendible, sin el amor y la compañía constantes de ANA MARÍA RAMÍREZ OSORIO. De manera que esta tesis es tanto mía como de ella, por todo su enorme apoyo. Para ella va entonces todo mi agradecimiento amoroso, por siempre. v vi Resumen Lolita de Vladimir Nabokov es una de las novelas más paradigmáticas del siglo XX. En ella se dan cita el pasado y el presente literarios, en la reescritura de diversos hipotextos procedentes de la amplia riqueza de la literatura occidental, y en la cual se recrea paródicamente el arquetipo femenino, gracias al pastiche que hace Humbert Humbert del género confesional. Lolita igualmente, y como buen ejemplo de novela posmoderna, incluye alusiones a la cultura popular manifestada por toda suerte de recursos al cine, a las historietas o reproducciones kitsch de reconocidos cuadros, dando cuenta así de una amplia transtextulidad y de una reescritura contemporánea. Todo ello regresando constantemente, como fuente de inspiración, a la recreación del pasado literario. Abstract Vladimir Nabokov’s Lolita is one of the most paradigmatic novels of the 20th century. Literature’s past and present can be found in its rewriting of diverse hypotexts drawn from across the rich spectrum of Western literature. In it, Nabokov both recreates and parodies the traditional feminine archetype through Humbert Humbert’s pastiche of the confessional genre. As a good postmodern novel, Lolita also alludes to popular culture in all kinds of references to cinema, comics, and kitsch reproductions of famous paintings, thus showing the full extent of its hypertextuality and the contemporary rewriting involved, but constantly returning to the recreation of a literary past as its source of inspiration. vii viii Prólogo Lolita se ha convertido en una de las novelas más representativas y leídas del siglo XX, haciendo parte ya de uno de sus clásicos, gracias a la recreación de un arquetipo paradigmático, y convirtiéndose así, tal vez, en más famosa que el autor mismo, Vladimir Nabokov. Desde muy temprano, sobre todo con la adaptación de Stanley Kubrick (1962), la novela hizo de este escritor toda una suerte de estrella internacional, tanto que él mismo se veía obligado cada tanto a declarar: “Lolita is famous, not I. I am an obscure, double obscure, novelist with an unpronounceable name” (1990, p. 92). Aunque lo anterior podría hacer parte de los juegos y paradojas a los que sometía Nabokov constantemente a sus entrevistadores, ya que con el paso del tiempo, fue innegable el reconocimiento de Nabokov como uno de los más importantes escritores del siglo XX. Maestro de escritores igualmente destacados como Pynchon y Barth (Appel Jr. en Nabokov, 1990, p. 65), así como influencia para diversos narradores hispanoamericanos (Corral, 2007, p. 93). La obra nabokoviana se ha caracterizado además, por su experimentalismo literario, sobre todo al utilizar la literatura misma como fuente e inspiración para la reescritura. Ya en La dádiva hallamos pastiches completos de autores rusos como Pushkin y Gogol, además de la biográfica paródica del escritor Nikolai Chernishevski. Años después, veremos en Pale Fire un largo poema acompañado de disparatadas notas y comentarios, realizados por un chiflado y no confiable narrador como ya se había vislumbrado con Humbert Humbert. ix Lolita resulta ser igualmente, en la colección de entrevistas Strong Opinions, una de las novelas más mencionadas por Nabokov. Ya que cada tanto es llevado, entre otras, a compararla con el resto de su obra: “The most affection, Lolita; the greatest esteem Priglashenie na Kazn’ [Invitation to a Beheading]” (1990, p. 78). De hecho, la promoción de Nabokov para el público norteamericano, se centró realmente en etiquetarlo como el author of American Lolita, una de las muletillas más ampliamente aplicadas, y constante referencia para sus posteriores novelas (Grayson, 1977, p. 6). No en vano se ha dicho que Nabokov, debe realmente su éxito y reconocimiento como escritor, a esa novela de casi cuatrocientas páginas, e injustamente en desmedro del resto de su rica y compleja obra. Aunque es cierto además, que el éxito económico le llega con esta, después de exilios pasados con afujías económicas. Luego de múltiples huidas, gracias a la revolución bolchevique, al ascenso del nazismo en Alemania, a la inminente invasión de las tropas de Hitler a Francia (como se sabe, Véra Nabokov era de origen judío), para finalmente recabar en los Estados Unidos donde haya empleo como profesor universitario, y tiempo para escribir Lolita, novela que finalmente le permitirá terminar en Suiza, para morir como millonario en el lugar que siempre mejor le convinó a él, y a sus personajes, un lujoso hotel, y en este caso, el hotel Montreux. Pero si Nabokov encontró, por fin, el solaz económico gracias a esta novela, también le causó no pocos dolores de cabeza. Como previendo el escándalo que iba a suscitar, consideró en algún momento la posibilidad de publicarla bajo seudónimo, como ya había hecho en su época berlinesa de escritor exiliado. No obstante, los x mayores inconvenientes vinieron después, al ser rechazada en distintas editoriales de los Estados Unidos. Por ello, vio primero la luz en The Olympia Press, una sórdida editorial de París, encargada de publicar todos aquellos libros que habían sido censurados en otras editoriales por cuestiones morales, y ello incluso para desconocimiento del propio Nabokov. Los libros de esta editorial, con sus típicas carátulas verdes, terminaron por ser identificados como obscenos, por estar escritos en un lenguaje abiertamente procaz. Así que la publicación inicial de Lolita en dicha editorial parisina, ayudó mucho a su fama de novela supuestamente erótica, y así “most of Lolita's reviews paid more attention to l'Affaire Lolita” (Jong, 1996, p. 284). A partir de allí, la novela tampoco ha dejado de ser tema de discusiones morales. Ha servido como excusa para la condena de la pedofilia, y gran parte del sesgo moral (sobre todo con la crítica anglosajona) se centra en ello, con afirmaciones del tipo: “the subterranean thread that winds throughout the novel is Humbert's pedophilia” (Jones, 1995, p.