MARE IMBRIUM, MAR DE LA LLUVIA

Taller de escritura creativa «Alicante Cultura 2013» Mare Imbrium, Mar de la lluvia.

 2013 Yolanda Domenech por «La débil»  2013 Chari Barreto Ruiz por «Las voces de la lluvia»  2013 Jorge Torrente Sánchez por «Mensajera»  2013 Mamen Llavador por «Cotidianidad»  2013 María Teresa Cloquell Martín por «Sentimientos frente a la lluvia»  2013 María Antonia Vicente por «Traspasando pantallas»  2013 Fernando Medina por «Atrapado en la lluvia»  2013 Antonio Aracil Luciano por «El monzón»  2013 Paco Bas por «Miel de luna»  2013 Lilian Piqueres por «El increíble éxito de Mr. Pepe»  2013 Lola Calatayud Ruiz por «Para cuanto da una sopa»  2013 Cristina Gil Romero por «Lonely»  2013 Mar Fraile por «Uru»  2013 Susana Fuentes por «Un día de lluvia»

Reservados todos los derechos, queda prohibida la reproducción total o parcial de esta obra sin el permiso expreso de los autores. Con nuestro reconocimiento a la Concejalía de Cultura del Ayuntamiento de Alicante, organizadora del taller de escritura creativa «Mare Imbrium, Mar de la lluvia», inserto en el programa «Alicante Cultura 2013» y al personal del Centro de las Artes, en especial a José Carlos, nuestro amable conserje. ÍNDICE

Prólogo...... 6 La débil...... 9 Las voces de la lluvia ...... 12 Mensajera...... 19 Cotidianidad...... 26 Sentimientos frente a la luna...... 30 Traspasando pantallas...... 37 Atrapado en la lluvia...... 44 El monzón ...... 53 Miel de luna ...... 55 El increíble éxito de Mr. Pepe...... 63 Para cuánto da una sopa...... 70 Lonely...... 74 Uru...... 78 Un día de lluvia...... 86 6

«Dos hombres y un destino» es mucho más que una película, es una «narración» que trasciende la técnica PRÓLOGO cinematográfica empleada para contárnosla, porque «narrar» no es grabar escenas ni amontonar palabras, narrar es «Mare Imbrium» ha sido un taller muy cinematográfico, provocar emociones, narrar es crear historias. La novela o el más de lo habitual. Para los ejemplos prefiero películas a relato son algunas de las formas posibles de contar una novelas, porque es más fácil encontrar películas que la mayoría historia y en esa tarea el dominio del lenguaje es haya visto o que al menos conozcan. Pero «Mare Imbrium» es fundamental, pero sin perder nunca de vista que la historia es el «Mar de la lluvia» y eso me trajo a la mente la canción mucho más grande que la herramienta que usemos para «Gotas de lluvia caen sobre mi cabeza» de «Dos hombres y un contarla. destino» y esa inolvidable escena en la que Paul Newman pasea Las historias hablan de personajes y de lo que a los a Katherine Ross en bicicleta mientras se oye de fondo la personajes les ocurre y cuando el personaje nos importa, canción... una escena mítica que enriquece una magnífica entonces, y no antes, lo que le ocurre nos importa. Por la película. empatía que establecemos con los personajes, adquieren «¡Entretenimiento!» oigo gritar a alguien en tono relevancia los hechos que contamos y las palabras que les despectivo. hacemos decir. Ese desprecio hacia el entretenimiento viene de antiguo, y «Siempre nos quedará París» son cuatro palabras vacías e se agudiza en épocas de crisis, pero ignora que todos los intrascendentes que se convierten en inolvidables porque toda seres inteligentes necesitan entretenimiento. ¿Alguien ha la historia está dedicada a hacernos empatizar con Rick, de visto a un rebaño de ovejas «entreteniéndose»? Los perros, tal forma que, al llegar el clímax final, Rick nos importa tanto por el contrario, necesitan jugar, igual que los niños. Es una como cualquiera de nuestra familia, o puede que más, y cuando consecuencia de la inteligencia, nuestro cerebro «necesita» el toma la decisión moral correcta, a pesar de que eso le entretenimiento y a medida que nos hacemos adultos y destroce el corazón, tenemos que agarrarnos a la butaca para nuestra inteligencia madura, los juegos ya no son suficiente, no saltar a abrazarlo y consolarlo. Eso es narrar, es crear no nos «entretienen», necesitamos algo más, necesitamos personajes e inventar acontecimientos que, poco a poco, emociones, solo las emociones pueden saciar nuestra sed de disimuladamente, nos adentren por un camino que entretenimiento. probablemente no hubiéramos recorrido de forma voluntaria, 7

hasta que todo estalle en el gran clímax y la emoción pensamiento se puede controlar y manipular, pero la emoción embargue al lector. tiene su propia voluntad y resulta impredecible». De esta forma, el narrador se convierte en el guardián de «¡Emociones!» vuelve a exclamar el cínico. la emoción, porque el narrador solo puede crear desde su Sí, emociones. Las emociones son extremadamente propio interior, desde ese lugar profundo e íntimo en el que no poderosas. «1984», de Georges Orwell, está considerada una hay otra cosa que la verdad y por ello, cuando crea desde la de las novelas más importantes del siglo XX, un estremecedor honradez de su universo interior no tiene otra alternativa que alegato contra el totalitarismo y en ella, el objetivo principal la verdad, «[...] y en un mundo de mentiras y mentirosos, una de los gobernantes es la supresión de las emociones. El delito obra de arte honrada siempre será un acto de responsabilidad de la pareja protagonista es amarse, dejarse poseer por la social», citando de nuevo a McKee. emoción y eso es algo que el poder no debe consentir. Orwell se inspiró en la realidad de los totalitarismos que conocía, el Los primeros días del taller son difíciles... incómodos. Los nazismo recientemente derrotado, y el stalinismo triunfante. veo sentados ante mí, repletos de ilusión, convencidos de que Los dos se esforzaban por crear «hombres nuevos», que no les voy a enseñar a «escribir». Creen que se trata de tener eran más que los hombres de siempre con sus emociones «un estilo», de contar cosas «originales», de amontonar cuidadosamente manipuladas para sentirse sublimados ante la palabras en definitiva. Mi primera tarea es desmontar todas figura del líder. Por eso al poder siempre le incomodan los esas ideas preconcebidas. Cuando esa visión idealizada se narradores, los creadores de emociones: son competencia y, enfrenta con la verdadera realidad de lo que significa narrar, como mínimo, estorban. Hitler y Stalin fueron censores de lo que supone crear una historia..., al vislumbrar la compulsivos, odiaban especialmente las obras creadoras de auténtica dificultad de la tarea en la que se han embarcado, emociones; las consideraban «arte degenerado», pero esto no entonces cunde el agobio y la desilusión. Algunos abandonan, es nuevo. Platón, en el 338 a.C., pidió a los gobernantes de otros, por el contrario, perseveran. Son los que han sido Atenas que expulsaran de la ciudad a todos los poetas y capaces de mirar más allá del abismo que he abierto bajo sus cuentacuentos porque los consideraba peligrosos, ya que pies, los que logran verse a sí mismos como creadores de transmitían ideas a través de las emociones y eso podía emociones y están dispuestos a recorrer el arduo camino que obstaculizar el buen gobierno. Como dice Robert McKee «El lleva a esa meta. 8

Pasan las semanas y se sucede el ritual, tedioso a veces, de lectura, comentario y nueva lectura. En cada intervención palpo la mejoría. Ellos no lo perciben, pero cada vez los personajes están mejor delineados, las presentaciones nos acercan a los protagonistas de forma más eficaz y las tramas ganan en coherencia... y las emociones se despiertan. Siento la ilusión del padre cuyo bebé deja de gatear e intenta dar los primeros pasos, inseguros y vacilantes. El tiempo se precipita, casi sin sentirlo, hay que empezar (¡ya!) con el relato para el libro. Casi nadie se siente con la fuerza suficiente. Son conscientes, ahora sí, de la dificultad de la empresa. Hay que empujar, convencer, apoyar, aconsejar, sugerir, hasta conseguir que la caras cambien... veo cómo los rictus serios se relajan y las palabras fluyen con menos dificultad... lo están consiguiendo, se han convertido en su propio personaje, han triunfado ante los retos que el autor les ha planteado y esperan el merecido aplauso de su público.

Juan Carlos Pereletegui Alicante, junio de 2013 9

Yolanda Domenech. LA DEBÍL

Adela era una mujer de treinta y seis años, con trastornos de personalidad, drogadicta y alcohólica. Era una mujer atractiva pero dejada. No trabajaba. Vivía con su novio Julián, en un barrio de Alicante, en el que se conocían todos. Había estado en la casa de mi novio dando fin a la cocaína que sobró del día anterior. No me encontraba bien. Mi novio no era bueno conmigo. Me maltrataba psicológicamente, como dicen en la tele. Nunca me llegó a pegar pero me amenazaba con hacerlo. Yo quería dejarle pero nunca lo hacía. Mi psicólogo dice que soy una dependiente emocional. Estuve toda la mañana sumida en esos pensamientos. A eso del mediodía, me fui al bar a comprar más droga y allí estaba Valentín muy pasado de vueltas. Él me acorraló con agresividad exigiéndome que nos acostásemos. Me atreví a mirarle a la cara y me di cuenta de que le faltaban los colmillos y que tenía las encías podridas. Después empezó a toquetearme los pechos mientras reclamaba la atención de todos los del bar. Continúo burlándose de mí, mientras hizo referencia a mis partes al tiempo que se señalaba las suyas, pero después se le unió otro hombre al que conozco y que creía amigo. Empecé a tener miedo. No sé porque no me defendí. Y eso me roía el alma. No me marché de allí porque esperaba al camello. Cuando vino y me trajo lo mío, fui a mi casa a tomármela. Me sentía mal por lo que había pasado pero sobre todo por no haberle 10

plantado cara a Valentín. Estuve en mi casa, sola, alrededor de Entro en el bar mi amigo Carlos y le conté lo sucedido y tres horas, quería ver a mi novio para contarle lo que me había me dijo: Como una tía de treinta y seis años permite que le pasado. Estuve todo el rato paranoica perdida. toquen las tetas. A ver dicho que no. Salí de casa al encuentro de mi novio, Julián, en el Barrio de Santa Cruz. El tenia 15 años más que yo y un bar. Muy Mi amigo también había dado en el quid de la cuestión .Yo nerviosa le conté lo que había sucedido. Él me ignoró y no entendía cómo había llegado a semejante estado era como continuó limpiando la barra como si tal cosa. Estábamos solos. un saco de harina al que golpean y no devuelve el golpe. Yo Cuando reclamé su atención me dijo: quería ser un muelle. —Adela, después de acostarte con Paquito todo el barrio Era viernes y se celebraban Carnavales había que estar se cree con derecho a acostarse contigo. Te han tomado por contento a la fuerza. Yo tenía el bajón de la coca. Me sentía el pito del Sereno que todo el mundo tiene derecho a tocarlo. mal, muy mal. Fui a mi casa, me fume dos canutos y me metí en ¡Trágate la fama que te has creado¡ ¡No haberte acostado con la cama. el cojo! Al que me pones en un compromiso es a mí. ¿Qué A la mañana siguiente había quedado con Paquito y con quieres? ¿Que me partan la boca? Te pasa lo qué te pasa María en la terraza del mercado para tomarnos unas cervezas. porque eres una mierda de drogadicta. Eres basura. ¡Saco de Le conté todo lo sucedido el día anterior y lo mal que mierda! Si no fueras a esos sitios no te pasaría nada, tú tienes encontraba. Estábamos sentados cuando a mis espaldas la culpa. apareció Valentín y dijo algo sobre el billar. No reaccione, no me atrevía a hacer nada. Odiaba esa Paquito le dijo: sensación. Pero en el fondo yo no le amaba. ¿Y si lo dejaba? —¡Oye tú! Respeta a mis amigas, Paquito fue una relación que tuve anterior a mi novio. Es Respondió Valentín: un hombre que tiene la polio y no puede mantenerse en pie —Es que ahora te dedicas a defender a los pobres. sino es con la ayuda de sus muletas. Duró muy poco la historia, Pero el malnacido se fue. dos semanas de borracheras, él me dio afecto y ahora somos Paquito dijo: amigos íntimos. Pero me avergonzaba de mi historia con —Yo te amo, por eso te he defendido, el otro, tu novio, te Paquito, mi novio y la gente del barrio me habían hecho que me quiere para lo que te quiere. Tú no haces caso de la gente que avergonzará o me habían abierto los ojos. te aprecia. 11

No es verdad que Paquito me amará, sólo había encontrado —Hijo de puta, no tienes ningún derecho a humillarme. una boba que se había metido con él en la cama. Siguió ignorándome Me llené de ira. Me despreciaba .Me María dijo: pareció verle una ligera sonrisa como una burla. Saque —Si me lo hubiera hecho a mí le hubiera soltado dos inmediatamente el cuchillo del bolso. Se lo clave varias veces sopapos que se hubiera ido caliente. ¡Vamos! en el hígado. Murió allí mismo. Recupere mi dignidad. Me —Adela tienes que cuidar de ti misma porque nadie puede defendí. hacerlo por ti. No hay que dejarse atropellar. Paquito añadió: —Valentín sabía muy bien con quién se metía. Ella es una bendita. Estas últimas palabras calaron en mí profundamente, me agredían porque yo no me defendía. No tenía coraje. Todos, incluido Paquito, abusan de mí. Sentía vergüenza de mi misma, así que me quería ir a mi casa. Al despedirme le dije a María: —Me gustaría ser como tú, te haces respetar. Ella me dijo: —Adela, por favor, cuídate. Lo siguiente que recuerdo es que estaba en la cocina cogí el cuchillo de cortar carne y me lo metí en el bolso .Estaba llena de rabia y odio hacia todas las personas que me habían hecho daño. Yo era buena y me habían tomado por tonta. Sentía que el ataque del día anterior continuaba. Me sentía amenazada también. Llegué al bar donde compraba la droga. Allí estaba Valentín hablando a gritos como tenía por costumbre. Me ignoró. Ya no le divertía. Me acerque a su lado. Le grite: 12

Chari Barreto Ruiz es educadora infantil y nació en Las voces de la lluvia Alicante hace algunas décadas. Aprendió a leer cuando sólo contaba tres años y a escribir con tres y medio. Desde ese I – PRIMERA VOZ: CRISTINA momento se dejó seducir por la magia de las palabras, de tal modo que dedicaba a la lectura el tiempo que otros niños Cuando apenas contaba cuatro años, la abuela me dijo que emplean en sus juegos. las gotas de lluvia eran las lágrimas de los ángeles, que Escribe cuentos infantiles, poemas y microrelatos y lloraban por los pecados de los hombres. A la abuela le encuentra inspiración para los mismos en los recuerdos de su encantaba soltarme este tipo de cosas, aunque supiera de infancia y en las experiencias compartidas con sus alumnos, sobra que no las iba a entender. Si bien en aquel momento no sobrinas y con su perrita Fibi. capté todo el significado de la frase, recuerdo que me sentí apenada. Me pareció terrible que los pobres ángeles se sintieran tan desconsolados como para pasar horas y horas sollozando sin parar. No me extraña que, a partir de entonces, la lluvia se convirtiese para mí en sinónimo de dolor y aflicción. Su aparición solía provocarme un desasosiego desproporcionado. Supongo que, sin saberlo, asociaba los chubascos con un malestar emocional que se traducía en intranquilidad y tristeza. Con el tiempo llegué a convencerme de que cada llovizna, cada chaparrón era precursor de un acontecimiento desagradable. Al poco de cumplir los siete años mis padres me dijeron que el Señor se había llevado al Cielo a la abuelita. No recuerdo bien las frases que empleó mamá para contármelo, ni el tiempo que le costó conseguir que reaccionara a sus palabras. Sólo recuerdo que sentí como si me golpearan muy fuerte en el pecho, un dolor sordo, un enorme vacío… y que llovía. 13

Viví temiendo y detestando un fenómeno atmosférico tan complementábamos, de manera que ella aportaba a mi vida una ordinario como inofensivo, sin disfrutar de la magia que el buena dosis de dinamismo mientras que yo me convertía en la resto del mundo le otorgaba, pero todo esto cambió cuando voz de su conciencia, su «Pepito Grillo» particular y la conocí a Teresa. conminaba a reflexionar sobre sus actos, evitando que se Llegó a Salesianas cuando ambas empezábamos tercero de metiera en problemas. EGB. Yo apenas tenía amigas en el colegio por aquel entonces y Mi amiga adoraba la lluvia, parecía despertar en ella Sor Carmeta, que era la bondad personificada, vio en la cierto instinto animal que no llegaba a comprender pero que llegada de Teresa la oportunidad de conseguir que ampliara mi llegué a apreciar contagiada por su entusiasmo. A su lado círculo social. Al presentarnos, lo hizo uniendo nuestras manos aprendí a disfrutar de la belleza de las tormentas. Si llovía y diciéndonos que teníamos que cuidar la una de la otra. Desde mientras estábamos en el colegio, hacíamos carreras con las ese mismo momento nos convertimos en amigas y con el gotas de agua que se deslizaban por los amplios ventanales del tiempo nos volvimos inseparables. aula, ajenas a las explicaciones y al mal genio de Sor Formábamos una curiosa pareja. Las monjas solían Esperanza y luego, a la salida, cuando las monjas ya no podían decirnos que parecíamos «el punto y la i». Tere era una de las vernos, cerrábamos los paraguas que nuestras previsoras niñas más bajitas de nuestro curso y estaba bastante madres nos habían colocado en la cartera y hacíamos el regordeta por aquella época, mientras que yo, toda piel y camino de vuelta a casa chapoteando en los charcos y huesos como solía decir mi padre, les sacaba una cabeza al emulando a Gene Kelly en «Cantando bajo la lluvia». resto de la clase. Resulta chocante que nos llevásemos tan Si el aguacero nos pillaba juntas en una de nuestras casas, bien siento tan distintas, y no me refiero sólo al aspecto nos acurrucábamos bajo una manta, con las narices pegadas a físico. Mi amiga era un torbellino, una auténtica fuerza de la una ventana, y nos dedicábamos a contar los segundos naturaleza (casi como la misma lluvia, aunque sin las transcurridos entre trueno y trueno, con la esperanza de que connotaciones negativas que le atribuía a ésta); era alegre, la borrasca durase horas y nos permitiese pasar juntas el fuerte, independiente y decidida. A mí, en cambio, me mayor tiempo posible. caracterizaba la tendencia a dejarme atribular por las Mi amiga y yo seguimos estudiando juntas hasta que circunstancias y siempre pequé de tímida y reflexiva. tuvimos que elegir la rama de nuestras respectivas carreras. Quizá fuera precisamente el hecho de ser tan diferentes Ella decidió estudiar ciencias económicas mientras que yo me lo que nos unió de ese modo tan especial. Nos 14

decanté por magisterio; siempre se me dieron bien los niños y han coincidido nuestras vacaciones y siempre que hemos quería convertirme en profesora, como lo fue la abuela. podido escapar de nuestras respectivas familias. Aun así la A pesar de que los estudios nos llevaron por caminos echo de menos con demasiada frecuencia. Añoro su alegría, separados jamás llegamos a distanciarnos. Compartimos que era capaz de borrar de mi mente todo asomo de muchos momentos felices y primeras experiencias, como la preocupación. Mis compañeras en la escuela me dicen que no llegada del primer amor y la «trágica» pérdida del mismo o el puedo quejarme, que ahora tenemos Internet. Se supone que término de la carrera universitaria y la consecución del debería consolarme poder ver a mi amiga a través de la Web primer empleo. También luchamos juntas contra la adversidad. cam, pero no siempre es así. Aunque la cámara me acerca el Teresa me apoyó mientras me dejaba los nervios preparando rostro de Teresa no me da su calor. Esa imagen, fría y lejana, las oposiciones y me alentó para que no abandonara; yo estuve no puede abandonar su confinamiento y materializarse a mi a su lado cuando su padre sufrió la angina de pecho que casi le lado para darme un abrazo cuando lo necesito. Hubiera dado cuesta la vida. cualquier cosa por sentirlo cuando Óscar me dejó y me quedé Creí que siempre estaríamos juntas, pasara lo que pasara, sumida en una tristeza que me envolvía como una nube de para apoyarnos y salir adelante, pero la lluvia, que había tormenta, pero hube de conformarme con ver la cara llegado a convertirse en una compañía amigable y hasta preocupado de mi amiga en la pantalla mientras escuchaba el deseada, volvió a mostrarme su rostro más frío y gris: Teresa repiqueteo de la lluvia en los cristales de mi ventana. se marchó una tarde en que parecía haberse desencadenado un nuevo Diluvio Universal. La empresa para la que trabajaba II – SEGUNDA VOZ: FIBI abría una nueva sucursal, nada menos que en Dinamarca, y enviaba a mi amiga para que ocupara el puesto de delegada en Va a llover, lo presiento. No es sólo que note la humedad las nuevas oficinas. Era una oportunidad de oro para ella y en los huesos, es más bien la premonición —manifestada en entendí que no quisiera desaprovecharla. Su marcha me dejó forma de temblores y escalofríos— de que algo malo va a vacía y el dolor que sentí sólo puedo compararlo al que suceder. Llueve: tenemos problemas. Por de pronto, tengo la experimenté cuando murió la abuelita. certeza de que Cristina va a estar de mal humor y eso siempre Nos despedimos en el aeropuerto, entre abrazos, me afecta. promesas, lágrimas y una lluvia torrencial. Durante los tres Tenemos una relación especial, estamos tan unidas que años que han pasado desde entonces nos hemos visto cuando retroalimentamos nuestras emociones. Yo preveo que ella se 15

alterará y eso acaba por ponerme nerviosa. Ella me ve diez minutos y, una vez de vuelta a casa, darme una pasada de nerviosa y se altera más… y así nos van las cosas. toallas y secador, hasta que mi abundante pelo queda libre de No llego a comprender bien porqué detesta la lluvia de ese humedad y mis pulpejos no dejan marca en el suelo. Esto le modo. A mí no me disgusta el agua en sí (de hecho me encanta ocupa un buen rato y a continuación tiene que secar su propio chapotear en los charcos, lo he hecho desde que tengo cabello, que es casi tan abundante como el mío aunque, en vez recuerdo) pero me molestan los truenos. Les tengo pánico, me de ser una mezcla de marfil y canela, es todo color caramelo, aterrorizan y, cuando los escucho, me bloqueo de tal manera liso, brillante y tan suave como la mantita en la que me que en lo único en que puedo pensar es en huir de la situación acurruco cada noche. lo más rápido posible y buscar un lugar seguro en el que Nuestros ojos también se parecen en cierto modo, aunque ocultarme hasta que la tormenta amaine. Si estoy en casa, los de mi ama tienen forma almendrada y los míos son como corro a refugiarme al lugar más oscuro y silencioso. Mi rincón dos canicas color miel, o eso es lo que ella dice. Cuando preferido es el baño, aunque también suelo esconderme Cristina está de mal humor, y siempre que llueve, parece que debajo de la cama. Allí me siento a salvo y puedo esperar cambian de tono, es como si se le llenaran de nubes, nubes de plácidamente a que todo haya pasado, tanto el temporal como tormenta. Sin embargo cuando está contenta (en los últimos el humor borrascoso de mi ama. tiempos eso no ha sucedido con demasiada frecuencia) le Cuando llueve las cosas se tuercen, eso es un hecho brillan como estrellas, la expresión le cambia y entonces todo comprobado, y por eso, en cuanto veo caer las primeras gotas, su rostro, de piel tan blanca y suave, resplandece. si escucho su tamborileo en las ventanas o tan sólo con Los últimos meses han sido complicados para nosotras y olfatear el aroma del agua en el ambiente, me encojo sobre mí eso no ha ayudado demasiado. Primero se fue Óscar y, desde misma y me echo a temblar. que nos dejó, mi ama apenas sonríe. No sé qué sucedió entre Si tenemos que salir a pasear bajo el aguacero es aún ellos. Un día tuvieron una fuerte pelea y él se marchó de casa. peor. Imagino que Cristina anticipa el arduo trabajo que tiene Desde entonces no le he vuelto a ver y es una pena porque me por delante: localizar dónde estoy escondida (no suelo caía muy bien, solía darme chuches a escondidas y eso me ponérselo fácil), ponerme el collar y tirar de mí hasta que tocaba la fibra sensible. Le echo de menos y me apena ver llego a la calle entre mis gemidos y sus imprecaciones; luego, que, desde que desapareció de nuestras vidas, Cristina parece esperar hasta que consigo centrarme y me decido a hacer mis mucho menos feliz. necesidades, lo que entre unas cosas y otras me lleva unos 16

Luego llegó la mudanza. No puedo negar que hemos salido sobre las baldosas me ha delatado. Ahora querrá sacarme ganando con el cambio pues antes vivíamos en un barrio antes de que empiece a caer más fuerte y no habrá nada que céntrico, sin apenas zonas en las que pudiésemos jugar a la pueda hacer para impedirlo. ¡Qué vida de perros! pelota, y ahora hemos alquilado un apartamento con acceso directo a la playa, donde puedo retozar a mis anchas, pero los III – TERCERA VOZ: TERESA días que duró el traslado fueron tan estresantes que aún nos estamos recuperando de ellos. En esta época del año es raro poder disfrutar de días El caso es que en los últimos tiempos mi pobre ama no ha soleados. Durante los meses de invierno la atmósfera parece encontrado demasiados motivos de alegría. De hecho diría que volverse más espesa, pesada y cenicienta. No me extraña que sólo la veo sonreír cuando se sienta ante el ordenador. No sé los cuentos de Andersen tengan un trasfondo tan triste, éste qué verá en la pantalla –no consigo acceder a ella –, ni a quién es un clima que invita a la melancolía. pertenece la voz que se escucha a través de los altavoces, Ayer fue una de esas gloriosas excepciones: el cielo pero me doy cuenta de que cuando esto sucede Cristina vuelve amaneció despejado por completo, sin una sola nube que lo a ser Cristina y yo me siento la más afortunada de las enturbiara y el ambiente pareció aligerarse. Mis compañeros mascotas. Vuelvo a encontrarme con la joven alegre y confiada estaban más animados que de costumbre y algunos, pese al que me rescató de la protectora, la que veló para que me frío, se fueron al parque que discurre frente a las oficinas a recuperara cuando tuve la lesión en la espalda, aunque para comerse el bocadillo del almuerzo. Yo en cambio sentía más ello tuviera que renunciar a un ansiado viaje a Dinamarca, la morriña que de costumbre. Quizá se debiera a que la noche que me colma de mimos y cuidados a diario… siempre que no anterior mi ordenador había pasado a mejor vida y me había llueve. sido imposible conectar con Cristina. Me sentí frustrada, Ya está, mis peores presentimientos se han hecho enferma de melancolía. Parecía sentir sobre mi piel el peso de realidad: está lloviendo. Y yo aún no he dado mi paseo de la los tres años que llevo fuera de casa, añorando el tibio sol de noche. Mi ama no me dejará aguantar hasta mañana, eso mi tierra, a mi familia y, sobre todo, a mi amiga. seguro, aunque yo lo preferiría mil veces. Intento escurrir el Cris tiene la impresión de que yo le hago más falta que ella bulto, me levanto sin hacer ruido y comienzo a caminar muy a mí. ¡No sabe cuánto se equivoca! No imagina lo mucho que despacito por el pasillo hacia el dormitorio, tratando de no necesito su sensatez, su ternura… ¡hasta su testarudez! Y, en llamar su atención, pero no hay suerte, el sonido de mis uñas 17

especial, ese don suyo de mostrarme con claridad lo que debo Eso me lleva a pensar que quizá mi presencia no le sea tan hacer para solucionar un problema sea de la índole que sea. desagradable, después de todo. Esta mañana, no obstante, las cosas han vuelto a la La nuestra ha sido una historia compleja de amor-odio y normalidad: el cielo estaba encapotado cuando llegué al ha pasado por tantas etapas que a duras penas logro trabajo; desde la hora del almuerzo ha estado lloviendo sin recordarlas. Por eso me cuesta comprender hasta qué punto tregua y yo, madre de todas las contradicciones, me siento me detesta o qué siente por mí. Al principio me temía, me muy, muy feliz. creía portadora de malos augurios y eso le daba miedo. Es Siempre me ha gustado la lluvia, es cierto, pero me cierto que estuve presente en algunos momentos dramáticos guardaré mucho de atribuirle propiedades mágicas y afirmar de su vida, pero se trató de simples casualidades, no hubo que su aparición tiene algo que ver con mi actual estado nada personal, me limitaba a hacer mi trabajo. anímico. ¡Eso sería típico de Cristina! No, lo que sucede es que Después apareció Teresa, que le enseñó a gozar de mi me ha ocurrido algo bueno de veras y en mi corazón parece compañía. Cristina aprendió a disfrutar de mí (y de la vida en brillar el sol. general) primero por imitación, pero luego siguiendo sus No veo el momento de llegar a casa para llamarla, no impulsos, escuchando su propia voz, una voz que siempre había quería hacerlo desde el despacho y, con las prisas, me he estado ahí, agazapada en su interior, pero a la que nunca había dejado allí el paraguas. Me estoy dando una buena ducha prestado oído. pero… ¿qué importa? Siempre me ha fascinado pasear bajo la Cuando Teresa se marchó, se llevó consigo gran parte de lluvia. la seguridad y la alegría de su amiga, y volví a convertirme en la enemiga de ésta. Y así seguimos: me odia, pero se empeña IV – CUARTA VOZ en ponerse ante mí y arrastra consigo a ese pobre animal que también aparenta temerme y que más que un pastor catalán Parece que se ha decidido a salir. No sabía si lo haría pero parece un chihuahua melindroso y acobardado. debí suponer que no capitularía con demasiada facilidad. ¡Es A pesar del clamor de mi propia voz la escucho maldecir. tan cabezota! No consiente que su mascota se quede sin Suele hacerlo cuando está ante mí, es como si quisiera paseo, aunque eso suponga tener que enfrentarse a mí. despertar mi furia con sus palabras o desahogar la suya. Como de costumbre, no lleva paraguas. Nunca lo coge, creo Tiene un carácter complicado pero no obstante me gusta, en que también los aborrece y prefiere calarse hasta los huesos. cierto modo me recuerda a mí misma, catártica y poderosa, 18

aunque ella se empeñe en seguir creyendo que es la niña tímida Pero enseguida lo averiguo. Sus ojos ya no están velados y apocada que Teresa rescató de la oscuridad. No se da por nubes de tormenta, ahora brillan como estrellas; su cuenta de la fuerza que posee en su interior. Desearía expresión ha cambiado y su rostro resplandece. Ríe y llora a la hacérsela ver, darle el empujoncito que necesita para vez y apenas se le entiende lo que dice, aunque en realidad no empezar a creer en sí misma pero, por desgracia, eso queda necesito escuchar sus palabras para saber quién llama y qué fuera de mi alcance. Después de todo soy, tan sólo, agua. es lo que le están diciendo desde el otro lado de la línea. Escucho más imprecaciones mientras la observo. Mientras la contemplo, mis lágrimas uniéndose a las suyas y su Impaciente, rebusca en el bolso que lleva colgado en voz a mi voz, sé sin lugar a dudas que se trata de una llamada bandolera. Por fin encuentra el móvil, lo descuelga y con de Teresa anunciándole que vuelve a casa. manos trémulas se lo lleva al oído. Tras escuchar unos Fibi también parece haberlo comprendido pues se ha unido instantes, suelta un grito que no sé si es de alegría o de pesar a su ama, dando potentes ladridos y meneando la cola sin (su perro tampoco parece saberlo, pues se ha escondido cesar, en una danza, una danza bajo la lluvia. detrás de un coche, por si las moscas, y aguarda tan expectante como yo). 19

Jorge Torrente Sánchez es un muchacho de 16 años Mensajera nacido en Alicante. Estudiante de Ciencias y aspira a estudiar Medicina. Todo el mundo tiene vicios secretos, sucios e inconfesables; pues un vicio hasta ahora sin descubrir de Ya eran las doce de la noche. Laura se acostó, el día Jorge es escribir. Nunca ha escrito nada tangible hasta la siguiente tenía instituto y tendría que madrugar. Apagó la luz participación en el taller de Escritura Creativa realizado en de su habitación y se metió entre las sábanas. Cerró los ojos Alicante gracias al proyecto Aula Abierta. Está muy cuando, de pronto, escuchó un ruido que provenía de algún satisfecho con la realización del taller y sobre todo con su rincón de su cuarto. Le hizo caso omiso y abrazó a su último relato Mensajera que vas a leer a continuación. Espero almohada. Al minuto volvió a sonar el mismo ruido, solo que que te guste. esta vez mucho más fuerte. Laura decidió levantarse, se puso sus zapatillas de Metallica, su grupo favorito, y se acercó al lugar de donde provenía el ruido tan desagradable: su armario. Puso su mano sobre el frío pomo de metal y se dispuso a girarlo, pero dudó. «Laura, no seas tan tonta, ¿acaso eres la típica chica de 17 años asustadiza?» No, desde luego no lo era, así que no pensó más y abrió el armario. Allí estaba, un ente blanquecino era el causante de los ruidos. Laura le miró fijamente, normalmente hacían ruidos y luego se iban. Pasaron un par de minutos, Laura empezaba a preocuparse, el ente seguía allí, mirándola con ojos inquisitivos. —Por favor, ayúdame...

Todo comenzó el día de la muerte de su abuela. Laura tenía 5 años, pero recuerda ese día con viveza. Recuerda a toda su familia llorando y ella no entendía lo que pasaba. Aquella noche se acostó pronto, pero unos ruidos la despertaron de su sueño: su abuela estaba allí, sentada en su cama. Laura intentó abrazarla, pero sus brazos pasaron a 20

través de ella, entonces, desapareció. Al día siguiente Laura piel blanquecina, algo escuálido y su cabello negro como el se lo contó a su madre, pero ella no se lo creyó y le dijo que azabache brillaba cuando entraba la luz del Sol por la ventana. eso significaba que la echaba mucho de menos. Desde A Laura le costaba aceptar lo que aquel chico provocaba entonces, algunas noches entran fantasmas a su habitación, dentro de ella. Se había autoconvencido de que nunca estarían hacen ruidos para captar la atención de Laura y desaparecen. juntos, eran polos opuestos. Lucas era el chico más popular de Tras varios años, Laura llegó a la conclusión de que por algún la clase, tenía muchísimos amigos y su vida social le mantenía motivo por la noche podía ver fantasmas. Tardó años en ocupado todas las tardes. En cambio, ella era un bicho raro. acostumbrarse, pero con 17 años las apariciones se habían No tenía amigas y pasaba todas las tardes encerrada en su convertido en una pequeña rutina: venía un fantasma, hacía cuarto escuchando música heavy. No era la típica adolescente ruido y se iba. Nada más, bueno, nada más hasta hoy. de 17 años, pero tampoco quería serlo. Odiaba el carácter de sus compañeras de clase, tan superficiales y materialistas. El día siguiente Laura no atendió en el instituto. No podía Aunque en el fondo Laura envidiaba una cosa de ellas: tenían concentrarse, solo pensaba en la voz de aquel hombre metido novio. Últimamente había surgido en ella la necesidad de en su armario. Decía que le ayudase, pero Laura no sabía si experimentar cosas nuevas, quería tener novio y que le dijera debía hacerlo o no. En lugar de hacer frente a la situación, cosas bonitas como hacían los novios de sus compañeras. Laura volvió a su cama y trató dormirse, ignorando las palabras del fantasma. Ya a la luz del día, cuando pensaba en Laura estuvo toda la tarde escuchando música a todo su reacción se avergonzaba de ella misma, aunque reconocía volumen, así no oía sus pensamientos. Estaba tumbado en su que aquel fantasma había roto sus esquemas. ¿Por qué le había cama cuando sonó una de las pocas canciones románticas de hablado? ¿Qué era lo que quería? Laura no cesaba de darle Metallica. Laura no pudo evitar pensar en Lucas. A pesar de vueltas a las dos preguntas, sin hallar respuestas. que estaban juntos cuatro horas a la semana, casi no hablaban El único momento de la mañana en el que había puesto los en clase. Sus ojos se llenaron de lágrimas, pero no tardó en pies en la Tierra era la clase de francés. No os equivoquéis, quitárselas de la cara. No iba a llorar por un chico, ya estaba Laura odiaba francés. ¿Qué le había sacado de su harta de pasarlo mal por estar enamorada. Cogió su teléfono, ensimismamiento? La respuesta no era qué, si no quién. Dos buscó el número de Lucas y le envió un mensaje. filas delante se sentaba Lucas, un chico de su misma edad. De —Hola Lucas, soy Laura, de la clase de francés —le costó escribir el mensaje, tenía las manos sudorosas. 21

—Hola Laura, ¿qué quieres? —Lucas no tardó en —¿Y por qué te has molestado tanto en que te escuchara responder, Laura pensó que tendría el móvil en las manos. por una simple carta? Laura no contestó. Justo en el último momento se había —No es una simple carta —contestó, algo molesto el arrepentido de enviarle el mensaje, pero él ya lo había leído y fantasma—, es algo más, es un mensaje de despedida. Hace respondido. Apagó el móvil y miró por la ventana, pensativa. tres meses me diagnosticaron epilepsia. Me recetaron varios Se dio cuenta de que estaba anocheciendo y se acordó del medicamentos anticonvulsivos y reposo absoluto. Cuando volví fantasma. «Laura, no tengas miedo, aquel fantasma necesitaba a mi casa, presentí que la muerte seguía mis pasos y le escribí ayuda y quizá tú seas la única persona que pueda ayudarle». una carta a mi nieto despidiéndome de él, para que le fuera Se puso el pijama y se metió en su cama, pero no se más fácil superar mi muerte. Desgraciadamente tuve lo que durmió. Permaneció tensa a la espera de algún indicio que le los médicos llaman una muerte súbita y no pude dársela. Ahora indicase la presencia del espíritu. Pasados veinte minutos no puedo irme hasta que lea la carta, porque tengo que Laura entornó los ojos, fruto del cansancio, cuando escuchó un asegurarme de que supera mi muerte para que pueda vivir en ruido familiar. Había vuelto a venir. Como la pasada noche, los paz, estábamos muy unidos —a pesar de estar muerto, los ruidos provenían del armario, así que Laura se levantó ojos de Alfredo brillaban cuando hablaba de su nieto. decidida a abrirlo. Esta vez no iba a titubear. Giró el pomo y —Te ayudaré —Laura lo había decidido mientras Alfredo abrió el armario. Se encontró al fantasma, ahora que pudo le contaba su historia, no podía dejarle de lado sabiendo que fijarse vio que era un señor de edad avanzada y de clase estaba en sus manos la paz del fantasma. media, por la ropa que llevaba: vestía un traje negro y una —Muchísimas gracias —pequeñas lágrimas caían de los camisa blanca, muy bien planchada y limpia. ojos de Alfredo—. Mi nieto es muy importante para mí. —Por favor, ayúdame —repitió el fantasma, al igual que la —¿Y dónde está la carta? —se hacía ya tarde y Laura noche anterior. estaba muy cansada, le apetecía irse a dormir. —¿Qué quieres? —preguntó Laura, dudaba del espíritu. —En mi casa. No tendrás problemas para entrar, ya que —Mi nombre es Alfredo, necesito que busques algo por mí. vivía solo y ahora mis hijos la han puesto en venta. —¿El qué? —a Laura le picaba la curiosidad y ya no Encontrarás las llaves debajo de la alfombrilla de la puerta desconfiaba del espíritu, parecía buena persona. principal. Mi casa es un pequeño chalet que se encuentra —Una carta para mi nieto. caminando diez minutos en esa dirección —Alfredo le señaló el este—, no tiene pérdida. 22

—Me lo pensaré —a fin de cuentas, Laura tampoco le que registró fue el salón, miró dentro de los muebles vacíos, debía nada al fantasma y colarse en la casa de alguien era muy pero no encontró la carta. Luego pasó a la cocina y buscó en arriesgado. todos los armarios, pero estaban completamente desiertos. El fantasma desapareció dejando a Laura con la duda en Decidió subir al segundo piso, quizá la carta estaba en el su mente. ¿Le ayudaría? No pudo conciliar el sueño, por un cuarto de Alfredo. A mano derecha encontró una habitación lado el deber le decía que tenía que hacerlo, tenía que ayudar de matrimonio que supuso sería del fantasma. Abrió todos los al fantasma. Por otro lado el cerebro le decía que era muy cajones de la mesita de noche pero la maldita carta no peligroso entrar en la casa de un desconocido. Podrían aparecía. Iba a rendirse cuando, por pura casualidad, la vio. La detenerla. Tras una larga lucha interior que duró toda la carta estaba sobre una cómoda de madera. ¿Cómo no la había noche, Laura decidió que iría a buscar la carta. visto antes? La recogió y se dispuso a salir de la casa cuando escuchó voces. Había personas en el piso inferior. La mañana siguiente transcurrió con normalidad, sin nada Se asomó por las escaleras y pudo ver un hombre de que destacar en el instituto. Laura había tenido otra vez mediana edad trajeado que le hablaba a una pareja más joven. francés y otra vez se había quedado embobada con Lucas. Laura recordó las palabras de Alfredo, la casa estaba en Cada día le costaba más superar su presencia. ¿Algún día se venta y probablemente ahora mismo la estaban mostrando a armaría de valor para decirle lo que sentía por él? dos posibles compradores. Laura se quedó paralizada, no sabía Laura tenía planeado ir a la casa de Alfredo por la tarde, qué hacer, pero tenía que pensar algo y rápido, no tardarían esperaba que estuviera vacía. Después de merendar y hacer en subir a la segunda planta. los deberes, se puso las zapatillas por si tenía que correr (ella Laura cerró suavemente la puerta de la habitación de deseaba que todo fuera bien) y se fue de su casa con una Alfredo y comenzó a pensar: ¿qué podía hacer? Desesperada misión entre manos. por la situación, se dejó caer en la cama. «Ojalá pudiera ser Tras andar durante diez minutos, Laura divisó un jardín y invisible, o teletransportarme hasta mi casa». Laura comenzó una pequeña vivienda algo alejada de la ciudad. Por los datos a divagar pero rápidamente volvió a centrarse. No se le que le había dado Alfredo, aquella era su casa. Atravesó el ocurría nada hasta que, sin darse cuenta, le vino la solución a jardín y llegó hasta la puerta principal. Levantó la alfombrilla la cabeza. y ahí estaban las llaves, tal y como Alfredo había dicho. Entró Con la carta en el bolsillo de su chaqueta Laura comenzó a en la casa y comenzó a buscar la carta. La primera habitación anudar sábanas que había encontrado en una habitación 23

contigua. Abrió la ventana y arrojó las sábanas. Ató bien el despedirse de él. Si desconfía de ti, insístele en que la lea y lo extremo a la cama y comenzó su descenso. entenderá. Muchas gracias otra vez —exclamó el fantasma y Bajó sin problemas y se fue corriendo. No quería que la se esfumó. vieran. Dejó las sábanas colgando de la ventana porque le daba Laura se puso el pijama y se acostó, mañana todo igual que las vieran, no encontrarían relación con la chica. terminaría. Llegó a su casa jadeando, no estaba acostumbrada a hacer ejercicio y una carrera de diez minutos la había agotado. Se despertó temprano, ya que entrenan muy pronto. Se Subió a su habitación y cogió la carta. ¿Iba a leerla? Laura la vistió y se dirigió al parque. Estaba nerviosa, nunca había acercó más, empezó a abrir el sobre... Decidió no hacerlo. Al hecho este tipo de cosas. «¿Y si me mira mal? ¿Qué pasaría si fin y al cabo no era asunto suyo. piensa que estoy loca? Y lo peor de todo, ¿llamará a la Esperó a que se hiciera de noche mientras se preguntaba policía?» Casi sin darse cuenta, mientras se formulaba estas una y otra vez qué pondría en la carta. «Quizá solo es una preguntas llegó al parque. Tuvo que andar un minuto más, ya carta de despedida. O quizá hay un mapa con un tesoro. O una que el parque era muy amplio y el campo de fútbol estaba al herencia millonaria.» Le divertía pensar en situaciones otro lado. absurdas, así pasaba el rato hasta que viniese Alfredo. Cuando llegó vio que, tal y como Alfredo le dijo, estaban Tras esperar una hora, apareció. Ya no estaba asustada ni jugando al fútbol. Vio a varios chicos que conocía, aunque la desconfiaba de él, había verificado su historia y la prueba de mayoría eran desconocidos. Vio la camiseta con el número todo era la carta. once. La llevaba un chico delgado y con el pelo muy oscuro. —Aquí está la carta —Laura se la mostró. Cuando se dio la vuelta, Laura no pudo creérselo. Era Lucas. —Muchas gracias. Por fin podré irme en paz. Espero que En ese momento Laura tuvo ganas de salir corriendo de no te haya causado demasiados problemas. allí. No podía darle la carta. Ya estaba segura de que le —No muchos —ésa no era la verdad, pero no quería que costaría, pero seguro que si el chico era Lucas le iba a Alfredo se preocupase, al fin y al cabo no había resultado resultar imposible. Si no podía ni mirarle a la cara en clase, herida ni malparada—. ¿Y ahora qué? ¿cómo podría decirle que tenía una carta de su abuelo para él? —Los sábados por la mañana mi nieto juega al fútbol en el Acabaron de jugar y Lucas la vio. Ya no había vuelta atrás, no parque. Le reconocerás porque lleva el número once en su podía salir corriendo. camiseta. Dale la carta y dile que es de su abuelo, que no pudo —Hola Lucas —dijo con voz temblorosa. 24

—Hola Laura, ¿qué haces tú por aquí? Querido Lucas, —Pues tenía que hablar contigo —Laura tenía las manos quiero que sepas que te quiero muchísimo. Escribo e sta sudorosas, en su mochila llevaba guardada la carta. carta para despedirme de ti, cuando leas esta carta ya me —¿Conmigo? ¿De qué? habré ido. Quiero contarte una historia. —No creas que estoy loca ni nada por el estilo —Laura se Cuando era joven, más o menos de tu edad, tenía una ruborizó, quizá no debería haber empezado así—. Pero tengo novia. Se llamaba Ana y era preciosa. Los dos estáb amos una carta para ti. Una carta de tu abuelo. locamente enamorados. Ya pensábamos en nuestra futu ra —¿De mi abuelo? Laura, mi abuelo ha muerto. ¿Qué clase boda e incluso pensábamos cómo serían nuestros hijo s. Pero de broma es ésta? —Lucas empezaba a estar molesto, no había un problema, el cacique de nuestro pueblo est aba había superado completamente su muerte. enamorado de ella. Al principio comenzó con amenaza s, quería —Sí. No es ninguna broma Lucas. Desde pequeña yo... quitarme a Ana. Más tarde comenzó a subir la hipote ca de su Puedo ver fantasmas —Lucas se alejó instintivamente de ella, familia. No quería cedérsela, aunque tampoco podía ver cómo pero no se fue, eso era buena señal—, es verdad. Hace un par su familia se iba empobreciendo lentamente. La situ ación llegó de días vi a tu abuelo y me pidió que fuera a su casa y cogiera a un punto insostenible. Subió tanto la hipoteca qu e no podían una carta que había escrito para su nieto, ya que no pudo pagarla, así que dejé que Ana se casase con el caci que. Tomé entregársela él mismo. la decisión más sabia, a pesar de que mi corazón me decía lo —Espera —Lucas le cortó a mitad del discurso—, ¿has contrario. entrado en la casa de mi abuelo? —aquello era la gota que Desde pequeño he tenido un sentido agudo para la justicia, colmaba el vaso. no podía soportar que alguien delinquiera y quedase impune. —Sí, pero solo cogí la carta y me fui. De verdad, Lucas, Así que, alentado por mi situación, decidí estudiar Derecho. tienes que creerme. Quería recuperarla y además ayudar a gente con prob lemas —¿Cómo voy a creerte? Estás loca —Lucas dio media parecidos. Alguien debía defender a la gente del pu eblo, pero vuelta y comenzó a andar, pero Laura le cogió de la mano. llegó la Guerra Civil y tuve que ir a la mili. Cuan do volví debía —Al menos coge la carta y léela —Laura la sacó ocuparme de mis padres y ganar el sustento para mi familia, rápidamente de la mochila y se la entregó. Lucas abrió el así que no pude estudiar. Más tarde conocí a tu abu ela, de la sobre y comenzó a leer: que me enamoré a primera vista y tuvimos al poco ti empo a tu madre. 25

Te cuento esta historia porque veo en ti la oportun idad fijó en su compañera de clase. Su sonrisa era deslumbrante y, que nunca tuve. Eres valiente, honesto y sincero. M e debajo de su actitud misteriosa, se escondía una gran recuerdas a mí de pequeño, por eso quiero decirte q ue persona. estudies Derecho. Tienes la oportunidad de cambiar las cosas, Lucas se acercó a Laura y la besó. de poder defender a las personas que te importan y no dejar que algunas personas se aprovechen de otras, como m e pasó a Tres años más tarde, Lucas y Laura salen juntos a mirar mí. Ya sé que tu madre quiere que estudies Ingenier ía, pero las estrellas. Ella sabe que él echa de menos a su abuelo, pero desde que se escapó de casa a los 18 años porque ér amos muy ha pasado página. Laura es muy feliz con Lucas, que está sobreprotectores nos lleva la contraria, a pesar de que estudiando Derecho. Su vida va viento en popa. hicimos las paces el día que murió tu abuela, que f ue precisamente el día que naciste. No debes hacer cas o a tu Una noche de verano, Laura estaba durmiendo en su cama, madre, no dejes que influya en tus decisiones, sé q ue Derecho cuando, de pronto, un ruido provino del armario. Se acercó y es tu vocación. Has nacido para defender a las pers onas. Veo lo abrió. Dentro había una niña pequeña, con una piruleta en la un futuro brillante en ti. mano y un vestido rosa. Se acercó a Laura y le dijo: Sé que te va a costar asimilar que me haya ido. Pero debes «Ayúdame». hacerlo. Piensa que sigo vivo en alguna parte de tu corazón. Debes seguir con tu vida. Yo siempre estaré contigo y te vigilaré desde el cielo, en una estrella. Te quiere, Tu abuelo

El papel de la carta se empapó por las lágrimas de Lucas. Laura esperaba a su lado y trataba de consolarle. Se limpió las lágrimas con la manga de la camiseta y miró a Laura. —Muchas gracias. Siento no haber confiado en ti. —Tranquilo, lo importante es que la has leído. Ahora tu abuelo podrá ir en paz. ¿Amigos? —por primera vez, Lucas se 26

Mamen Llavador . Nace un 28 de Agosto en Alicante. Cotidianidad Estudia secretariado y ejerce como auxiliar administrativo. Escribe cuento y rima infantil (CUENTOS A PAU) de los cuales tiene una extensa obra y ganado en dos ocasiones el El calor en el patio interior sube y baja internándose por premio de relato corto «Cachivaches». las galerías hasta asfixiar las gargantas, mientras una transpiración pringosa resbala por la piel. Ha publicado en diversas ediciones colectivas como A las siete menos cuarto suena el despertador al mismo «Relatos del taller literario Alezeia» del Instituto Juan Gil tiempo que los vecinos comienzan sus cuitas asomados a las Albert; «Palabras», «Versos y cuentos desde el otoño» y ventanas. Nuria prepara su café. «Soledad de Soledades» de la Universidad de Alicante y —¡Ana! ¿Viste ayer la final? «Cosecha negra», de la Editorial Agua Clara. —¡Menudos golazos, de los que marcan historia! —¡¡¡Jesúuus!!! ¿Estás despiertooo? Macho, anoche te libraste de una buena, vinieron los maderos, nos birlaron el botellón y por poco nos empaquetan. Nuria posa con furia la cafetera a punto de cargarse la vitro. Le estallan las sienes. Se las oprime acodándose sobre la encimera: «No tendría yo la suerte de que me tocase la lotería para comprarme una casa lejos de todo el mundo, sin vecinos, sin nada que escuchar. Qué harta estoy, no la dejan a una ni descansar. Qué asco de vida, el día menos pensado exploto» El sonido de la cafetera interrumpe por unos instantes su mascullar: «...Que una tenga que irse a trabajar con este calor y a medio dormir. No es justo, no señor» En esos momentos dirige la mirada hacia la puerta de la cocina. Su marido le está dando los buenos días abriendo los brazos en cruz y bostezando a placer. 27

—Tú sí qué eres feliz, lo mismo te dan treinta que partes. Voy a tener que tomar jalea de malta para expulsar la cuarenta. ¡Vaya una dicha la tuya! ¡Si supieras lo que te bola que debo tener almacenada en el estómago. ¡Dios, cuánto envidio! Qué más te da a ti que yo duerma o no, para lo que te me gustaría ser libre!». importo; pues te lo digo Paco, cada día se me hace más Tiene la mirada fija, como imantada, persiguiendo sus insoportable vivir en esta casa, o nos mudamos o no sé lo que movimientos. Sin apartarla continua con su monólogo interior: va a ser de mí. «Lo cierto es que no te aguanto, tu simpleza se me hace —¡Leches, Nuria! Vaya unos buenos días que me das. Me insoportable. ¡Qué aburrimiento de vida! Y mírale, más gustaría saber qué mosca es la que te pica cada mañana, tranquilo que un desfile de caracoles, dirás que se inmuta por porque siempre te levantas con el mismo humor. Es la algo. Anda hijo, qué bien me apañé el día que dije "Sí, menopausia, porque de días críticos nada de nada —dice quiero"». socarronamente sabiendo que con ello la saca de quicio. Según avanza en sus reflexiones su excitación va en Mientras Nuria vierte el café en la taza le lanza una aumento, ya ni le pasa el café por la garganta. Le arden los mirada de hiena, sin apartarle la vista comienza a beber sorbo ojos de rabia mientras aprisiona el asa de la taza como a sorbo soplando de vez en cuando para no quemarse. Sin queriendo estrangularla. perderle el rastro hace como que no lo mira pero continúa con «¡Si al menos tuviésemos aire acondicionado! Todo el el rabillo del ojo observando rabiosa cómo trastea por la mundo lo tiene menos nosotros porque al señor no le agrada, y cocina, de pronto, detiene su inspección para recrearse en la yo a aguantarme. Hasta en el centro de salud he visto un carne flácida y los restos débiles y encrespados de lo que un cartel donde lo aconsejan para paliar estas temperaturas día fuera una mata de pelo. El olor corporal de recién extremas. Está claro que no conocen a mi marido "Un levantado va adueñándose de la cocina. Nuria avanza la nariz ventilador es más sano" me dice. Vamos, que no se lo cree ni husmeando para corroborar que no ha pasado por el baño. Por él. Eso antes, que eran muy sufridos porque no conocían los último advierte la metamorfosis sufrida por ese cuerpo a avances de la ciencia pero ahora…» Nuria deja caer la taza en causa de la cerveza y la falta de ejercicio. Lo mira con el fregadero provocando un golpe. Su marido se sobresalta: indiferencia y se habla así misma: «Joder Nuria que te vas a cargar la taza, pon más cuidado que «Hijo mío, cada día me decepcionas más. La verdad es que no es de goma» «¡Vaya, quién habló, que su casa honró! » no me explico que hago viviendo contigo, con el perro, con el contesta Nuria con ironía. gato, con tu madre, y con los pelos que vais dejando por todas 28

Mientras saca el tupperware del frigorífico con la comida Se retrasaba y perdería el autobús. Bajó las escaleras preparada para llevársela al trabajo sigue monologando, ahora precipitadamente, sin detenerse a tomar el ascensor, pero al con los labios prietos para que la rabia no se le escape: «¡Uy!, llegar al portal se percató de que no había cogido ni las llaves tu madre se quedó a gusto cuando te parió. ¡Hijo, qué ni el móvil. Más acelerada aún retomó los escalones tranquilidad la tuya, me pones a tope! ¿Por qué? ¿Por qué me subiéndolos de dos en dos. Llamaba insistentemente al timbre pasan a mí estas cosas? ¿Por qué? Porque no soy capaz de aporreando al mismo tiempo la puerta cuando le sobrevino una mandar todo a la mierda, por eso. Porque no tengo la valentía taquicardia repentina. Envuelta en resudor frío la encontró de separarme, o de desaparecer sin dejar rastro yéndome Paco al abrir. Se hallaba apoyada contra la pared, su faz lejos de este asqueroso agujero. Por eso me pasa lo que me demudada, mientras se oprimía el corazón con ambas manos. pasa, por idiota, por no decidirme a rehacer mi vida, pero es «Debió asustarse al verme en aquel estado porque no me que si lo hiciera es capaz de remover cielo y tierra para hizo ninguna pregunta sino que sin mediar palabra me llevó con encontrarme. Es tan inútil el pobre que se siente perdido si le delicadeza al dormitorio recostándome sobre la almohada cambio los calcetines de sitio, y además un desastre en la doblada y yo entonces me arrepentí de las atrocidades que cocina, a estas alturas no sabe ni poner la sartén al fuego sin había pensado. Con un hilo de voz le rogué que llamase al que se le queme el aceite». trabajo disculpándome». Nuria ha terminado de preparar la bolsa con la comida y Paco estaba acostumbrado a ese tipo de crisis nerviosas, se está calzando mientras los pensamientos martillean su últimamente solían presentársele con frecuencia así que, cabeza: después de llamar al trabajo y cambiar la tierra al gato, cogió «Si me lo propusiera podría envenenarlo, ni se daría al perro y salió a la calle con el ánimo de volver tarde, su cuenta, todo es cuestión de saturarlo a colesterol y, en un plis madre no lo necesitaba, le correspondía el turno a su plas, lo mando al otro mundo». hermana: «Cuanto más tiempo fuera mejor» se dijo. No, eso no quería pensarlo. El inconsciente enajenado se A su mente acudieron las fantasías que Nuria iba contando ha filtrado en su disparatado monólogo y espantada retrocede a los amigos sobre su próxima mudanza. La pobre ni se con el pensamiento: imaginaba que él andaba indeciso entre divorciarse o no, pero «Pero... ¿qué me digo? Dios mío, qué barbaridades se me no sabía cómo plantearle la situación. Estaba harto de sus ocurren. Vaya un disparate que acabo de pensar. Como siga así impertinencias, de su mal carácter, de sus manías de terminaré en el psiquiátrico de La Santa Faz». 29

grandeza. ¡Ni más ni menos que un adosado, con los recortes que estaba realizando el gobierno de Rajoy, como para arriesgar su pensión. De momento no le habían joven, tenía mucha vida por delante y ahora podría, si no incrementado la carestía de vida. ¿Y ella? El día menos fuese por Nuria, hacer todo aquello que había dejado pensado la ponían de patitas en la calle con esto de las pendiente. Pero ella se lo tomó muy a pecho, aún recordaba privatizaciones. ¡Qué locura! ¡Un adosado y en primera línea de sus palabras: «Menuda manera de crear puestos de trabajo, playa! ¡Cómo que allí iba ella a encontrar la tan ansiada paz! La os echan a la calle y no entra ni Cristo. Así va a rejuvenecer la paz la encontraría bajo el cristal del ataúd. ¿Es que esta plantilla el nido de alacranes que es la multinacional. Si yo lo mujer no se da cuenta de la realidad? ¿No tenían ya bastantes sé, a mí no me engañan tan fácilmente como a ti, la finalidad deudas? ¿Es que pensaba que él, a sus años, iba a entramparse es deshacerse de los empleados. ¡Ah! Si no hubieses invertido con otra hipoteca? Si no fuese tan despilfarradora, — el dinero en aquellos bonos, ahora podríamos disfrutar a lo «compradora compulsiva le habían diagnosticado»— podrían grande. ¡Pero hijo, es que no tienes visión de futuro, tú a haber vivido con holgura. «Ya estoy harto de que me guardar y a guardar, para que los cuatro sinvergüenzas se mortifique las veinticuatro horas del día. Me ha saturado con lleven nuestro dinero a los paraísos fiscales». tanta gilipollez que parezco idiota». «Lo mejor para los dos será divorciarse y que cada uno Paco reconocía que él no colaboraba mucho en la casa, rehaga su vida» , pensaba Paco. «¡Ah!, pero cualquiera se pero no era para que Nuria se pusiese hecha un basilisco cada atreve, con el genio que se gasta. Algunos días se me pasa por vez que llegaba y no encontraba las cosas a su gusto. Él se la cabeza matarla. No sería difícil, cuestión de cianuro en el esmeraba en hacerlo lo mejor posible, no lo habían preparado café. Todos conocen su mal carácter. No resultaría extraño para estos quehaceres y se esforzaba al máximo. Además lo que quisiera suicidarse. Últimamente anda desquiciada ni lo tenía coartado, con un tapón en la boca, y que no se le pondrían en tela de juicio. Los vecinos no vacilarían en apoyar ocurriese ni por asomo mentar el fútbol... Después de todo él mi versión. ¡Pero qué barbaridades se me ocurren! Como siga estaba jubilado, le enviaban el sueldo a casa, tenía derecho a así acabaré en el psiquiátrico de La Santa Faz». disfrutar. «Ya has trabajado bastante», le dijeron en la empresa. No le supo mal aquella forma de reajuste. Aún era 30

María Teresa Cloquell Martín , nació en Alicante un ocho Sentimientos frente a la luna de abril de 1966. Desde pequeña siempre le gustó escribir y ya de adulta se ha presentado a varios concursos literarios en Internet (con amigos) habiendo ganado alguno. Cuando llegaba a mi casa después de una dura jornada de También le apasiona la pintura. Pinta al óleo y ha expuesto trabajo, observaba la luna brillante y contemplaba todo el alguno de sus cuadros. ambiente que se abría ante mis ojos. Me gustaba salir al porche del chalet con un vermouth, unas aceitunas, patatas, mejillones o lo que se terciara, para tener o intentar tener un dialogo íntimo y personal con ella, y aunque supiera que no me iba a responder, como es lógico, siempre le hacía preguntas. Sobre todo eran preguntas hacia mí misma que me llevaban a reflexionar sobre mi vida personal, y porqué no, también laboral, pero en especial en lo que se refería al amor, que parecía que no fuera a llegar nunca a mi vida; no es que no hubiera habido hombres en ella, pero no habían sido lo suficientemente importantes como para llenarme el corazón y quedarse conmigo.

PRIMER SENTIMIENTO EN UNA NOCHE DE VERANO

Allí estaba yo, con un pareo, bañador y una copa, dispuesta a enfrentarme a la luna con una pregunta en concreto. He de decir que mis sentimientos en aquellos momentos eran acordes con la estación en que nos encontrábamos, más bien alegre, a pesar de lo duro de las jornadas laborales. Pero como decía, aquella noche estaba dispuesta a hacerle una pregunta en particular a la luna y fue la siguiente: ¿Debo seguir persiguiendo al amor? 31

Era una pregunta muy directa, pero apasionante, porque pensaba que ojalá cuando llegara a casa el chaparrón se con cuarenta y nueve años ninguna de mis relaciones me había hubiera disipado para dejarme contemplar su luz. A mi vecino llenado. La luna parecía decirme que era una lucha entre mi Sadoc también le gustaba la luz de ésta, le parecía mágica y ambición profesional y mi vida personal, y en eso ella tenía de una belleza extraordinaria y puesto que los dos toda la razón. Había puesto hasta ahora demasiado en mi controlamos las lunas llenas, varios días antes me había profesión. Casi nunca salía de fiesta, porque siempre me traía invitado a cenar a su casa y, si no llovía, pasear con nuestros a casa trabajo para terminar y era una excusa, lo sé, para no respectivos perros. Pero qué fatalidad, a última hora tuve que ligar y que alguno cayera. Eso tenía que acabar, parecía retrasarme un poco más de lo previsto; tenía que terminar un decirme la luna, y en aquel momento, me dije que sí, que tenía informe para mi superior que últimamente me agobiaba en que salir más y buscar lo que siempre estaba anhelando: el exceso de trabajo y la pregunta que le pensaba hacer a la luna amor. precisamente tenía que ver con mi jefe, y era la siguiente: En medio de aquella noche de verano, yo meditabunda y ¿Qué se hace frente a un jefe que te llena cada vez más y absorta como una tonta mirando el cielo, de repente me sentí más de tareas? observada; me di cuenta de que mi vecino debía de llevar como Era algo que no ocurría sólo conmigo, si no era algo un rato mirándome y eso me hizo sonrojarme, y él, ante mi general; nos explotaba y exprimía al máximo. Aquello era sonrojo y rubor, se rió. insoportable. Un buen compañero me había propuesto cambiar Me invitó a dar un paseo bajo la luz de la luna, de modo de trabajo, pero no me encontraba con la suficiente seguridad que cogí a mi perro y los tres nos dispusimos a dar aquel para ello; la luna, como siempre, decidiría. paseo. Al volver le di las gracias y después se las di a la luna Al menos la cena con Sadoc fue muy agradable y amena y por una velada agradable; ella pareció decirme que buscara descubrí algo en él que me gusto; escribía poesía en sus ratos mas noches como aquella y sonreí. libres, y curiosamente era siempre sobre la luz de la luna; eran preciosas. Como había dejado de llover, paseamos y nos SEGUNDO SENTIMIENTO EN UNA NOCHE DE OTOÑO contamos nuestras cosas; parecía que no sólo había encontrado a la luna como compañera de mis confidencias y Mi mente estaba llena de tristeza, y ésta acompañaba a dudas, si no que aquel vecino también me ayudaba a sentirme una tarde desapacible donde la lluvia no había cesado, pero bien y segura como en mucho tiempo no me sentía, era también se dejaba ver la luz de la luna entre las nubes y estupendo. 32

Al regresar me senté en el porche de casa y todavía la debería tener mi edad y no parecía a simple vista explotadora, contemplé brillar en el cielo durante unos minutos, los justos en fin, veríamos como transcurría la semana tras su llegada. para saber dos cosas: una, me estaba enamorando sin darme Estaba muy contenta por el hecho de que fuera mujer. cuenta, y la luna parecía hasta sonreír; y dos, al día siguiente Por la noche y con el trabajo finalizado, mi chico vino a reuniría a unos cuantos compañeros para hacer fuerza frente buscarme a la oficina para llevarme a cenar a un restaurante y a un jefe explotador. tomar algo; según él los paseos por la playa a la luz de la luna eran muy bonitos, sí, pero había que cambiar de vez en TERCER SENTIMIENTO FRENTE A LA LUNA EN UNA cuando, y aunque no me apetecía especialmente porque aquella NOCHE DE INVIERNO noche era luna llena, no iba a discutir ni a contradecirle, siempre se podía disfrutar de ella antes o después. Mis sentimientos en invierno siempre eran de una total Disfrutamos de una amena cena, italiana, la favorita de nostalgia de la primavera, que era la estación que, sin duda, Sadoc, en un buen restaurante; después fuimos a un Pub más me agradaba de todas. cercano a tomar una copa y allí nos encontramos con una Hacía un frío intenso en la ciudad, salir a la calle suponía pareja de compañeros de él; entre unas cosas y otras se nos un esfuerzo tremendo, pero los mensajes de Wassap de hicieron las cuatro de la mañana, cogimos el coche, pero vi que Sadoc y la venida del nuevo jefe (o bueno, también podía ser no se dirigía a casa, no, fuimos a una playa de rocas y allí jefa), llenaban de calor y emoción aquella mañana fría de contemplamos la luna bella y llena, mientras él me susurraba lunes. una bella poesía al oído, y así vimos marcharse a la luna y vino Por fin me había embarcado en la aventura del amor y el amanecer. Yo no le había preguntado nada a ésta, pero para aunque todo marchaba muy bien, siempre me preguntaba lo qué estropear una noche de invierno, bonita, llena de amor, mismo: con preguntas a la luna: ya habría tiempo. ¿DURARÍA PARA SIEMPRE ESTE ROMANCE? ¿ME LLEVARÍA BIEN CON EL NUEVO JEFE? Esas eran las dos CUARTO SENTIMIENTO EN UNA NOCHE DE preguntas que hoy le haría a la luna y, porque no, a él, no tenía PRIMAVERA porqué tener miedo. El primer acontecimiento esperado en aquella mañana, fue La primavera había inundado mi jardín de flores preciosas alrededor del mediodía; mi nuevo superior era una mujer, que daban vida a mi casa y mi carácter se había vuelto más 33

alegre y dicharachero. Aunque había una contradicción en previsto, no dejaba de pensar en Sadoc y en el avión, y cómo aquel sentimiento feliz; Sadoc llevaba fuera un mes por demonios le explicaría que tenía miedo a volar y que se me trabajo, en Nueva York y todavía faltaba otro mes para su hacía muy cuesta arriba, aunque también es cierto que se regreso, pero mi jefa no hacía más que celebrar fiestas en su merecía que superara aquel temor y volara hacia él. De modo casa y a mí me había nombrado directora de Departamento, que al llegar a casa y todavía bastante alterada por lo que iba con un equipo de diez personas a mi cargo, y debía de acudir a a hacer, me senté delante del ordenador y confirmé un vuelo todas esas veladas, aunque sabía que en cuanto él volviera para dos días después destino Nueva York y le mandé un mail buscaría una excusa para no asistir. explicándole que iría, pero que me costaba volar más de lo que Al llegar a casa, tenia dos llamadas suyas en el se imaginaba, pero que a pesar de eso mis ganas de verle eran contestador, me decía que me había sacado billete para ir a enormes y asumiría el reto. También le mande un mail a mi Nueva York, a pasar unos días con él, pero yo tenía un jefa contándole que me tenía que marchar unos días al problema y serio, me daba miedo volar; y allí me encontraba extranjero por causas personales y que a mi vuelta le yo frente a la luna y los dos perros preguntándole a ella ¿qué explicaría con detalle lo que me había llevado hasta la ciudad debo hacer al respecto? de los rascacielos. A los diez minutos tuve contestación de los Y sin querer, acurrucada en una manta fina, me quedé dos: mi jefa me dijo que me daba no más de una semana y dormida mirando el cielo y con mi duda. Sadoc me contestó que sabía que mi miedo era el avión, pero Al día siguiente, medio amodorrada en la terraza y con que si no iba tardaría un largo mes todavía en verle y que no algo de frío en el cuerpo por haberme quedado dormida fuera, superaría una fobia tonta e inexplicable que podía vencer con la incógnita seguía en mi cabeza ¿Volaba a Nueva York y un poco de voluntad y ese era el momento. De modo que con vencía mi miedo? Pero aquel interrogante tenía que eliminarlo esta idea, apagué el ordenador, me asomé a la terraza y la luz de mi mente, debía de apresurarme si quería llegar al enigmática de la luna me sorprendió y exclame: ¡lo que hace el despacho puntual. amor! Durante la jornada y aunque puestos todos mis sentidos A los dos días allí estaba yo, en el aeropuerto, con un como siempre en mi trabajo, no dejaba de pensar en si volar o sudor en las manos insoportable, dos tilas y varias valerianas, no para ir a su encuentro y de paso vencer mi miedo al avión. que esperaba que me hicieran más tolerables las ocho horas De vuelta a casa, de noche ya que mi jefa organizó a de avión que me quedaban por delante y así tome aquel vuelo última hora una reunión de trabajo y acabé mas tarde de lo que me llevó a la ciudad de los rascacielos y el ansiado 34

encuentro con él. Eso hacía que mis nervios fueran dobles, tomé la mañana para darle mucho impulso a mi trabajo con las pero ¡qué más daba!, seguro que merecerían la pena aquellos diez personas que formaban el equipo que yo dirigía. seis maravillosos días. Acudí al despacho de mi superiora, puntual, lo era desde bien pequeña. Pegué dos suaves golpes en la puerta, me QUINTO SENTIMIENTO FRENTE A LA LUNA EN UNA arreglé antes la ropa, eso sí (llevaba un pantalón de vestir con NOCHE DE VERANO una chaqueta y una camisa de media manga blanca, el pantalón era de color rojo, mi favorito). Cuando me vio entrar, me El verano parecía que se había adelantado por aquel sonrió, de modo que me tranquilizó bastante. Me senté, me primero de junio, hacía ya bastante calor, pero como estaba ofreció un cigarro, que acepté y un café al que también dije tan alegre porque faltaban dos días para el regreso de Sadoc, sí. Cuando me dijo que había decidido trasladarme el próximo me importaba muy poco las altas temperaturas que sufríamos, invierno a Londres para hacerme cargo de la dirección de las aunque todos mis compañeros de trabajo me lo recordaban nuevas oficinas de la empresa de Arquitectura para la que continuamente. llevaba trabajando más de diez años, me quede blanca como la De repente surgió algo imprevisto, mi jefa me llamó al nieve. Al ver mi reacción me preguntó si me pasaba algo, y así despacho y aquello hizo que se me aceleraran más los nervios era: primero, él regresaba dentro de un día, y dos, tendría que de por sí ya tenía alterados. Tenía ganas de saber qué que volar otra vez, uf, qué cuesta arriba se me hacía y además demonios querría mi jefa de mí, pero también miedo porque no el se quedaba aquí, tendría que coger el avión bastante a sabía qué querría decir aquello, si se trataba de una llamada menudo para poder verle; en fin, mi respuesta, no muy rápida, de atención por algo que hubiera hecho mal o algo distinto, no fue que me lo tenía que pensar; ella me dijo que el puesto sé, pero estaba completamente intrigada y, porqué no, merecía la pena, que me lo había ganado y que no debía dejarlo asustada al mismo tiempo. pasar por alto. Así me despedí prometiéndole que en dos días En medio de todo este suspense, recibí como a media tendría mi respuesta, pero que todavía tenía que asimilarlo y mañana un bonito ramo de flores que no hay que decir de pensar qué hacer. quien era, recordándome que en poco más de un día Así transcurrió el resto de la tarde, con todos mis estaríamos juntos; aquello me animó y me olvidé durante compañeros pasando por mi despacho, felicitándome y bastante rato de la reunión en el despacho de la jefa y me diciéndome que no fuera tonta y que no renunciara a esta 35

oportunidad que se abría en mi camino, y era cierto pero ¿qué que me explicara porqué se reía y él me dijo que su próximo hacía con Sadoc y con mi vida? destino durante un año era Londres y que no sabía como Cuando llegué a casa, me esperaban mis dos perros, el mío decírmelo, de modo que aquello nos hizo reír a los dos. Desde y el de él meneando la cola y muy contentos de verme, pero no entonces supe cual iba a ser mi decisión, y lo curioso fue que había caído en un detalle: había luz en el salón, y cuando no la había tomado frente a la luna sino junto a él, más feliz entré, allí estaba él con un aperitivo preparado y con un regalo no podía ser. encima de la mesa, os podéis imaginar mi cara de felicidad. Escuchando el nuevo disco de Sergio Dalma en mi coche y Nos besamos no me acuerdo durante cuanto tiempo, el abrazo cantando como una loca, me encaminé al despacho dispuesta a fue infinito y creo recordar que dejamos el aperitivo para decirle a mi jefa que el próximo invierno contaran conmigo, otro momento y pasamos directamente a la cama. Hacía mucho sabía que se iba alegrar por mí, era una persona que desde el tiempo que no dormía tan bien y tan relajadamente, y por un primer momento en que llegó a la oficina había contado instante olvidé la propuesta de mi jefa de esa misma tarde. conmigo. Antes o después debía de contárselo, aunque mejor con el Y allí estaba yo en su despacho y diciéndole que pronto desayuno, no quería estropear aquella estupenda bienvenida y estaría en Londres haciéndome cargo del nuevo despacho de maravillosa noche. Por cierto, antes de dormirme vi que había arquitectura, y se alegró, y todos me felicitaron. Pero hubo luna llena y la contemplé de una forma distinta por primera algo más, de repente apareció Sadoc y delante de todos mis vez, parecía muy feliz y yo también lo estaba y abrazada a compañeros me pidió que me casara con él. Por supuesto, Sadoc me dormí. acepté. Por la noche lo celebramos en casa con compañeros y A la mañana siguiente, él se despertó antes que yo, y me amigos. Nunca llegué a pensar que una noche de luna diera preparó un desayuno estupendo. Cuando me vio, me besó y me para tener un final tan feliz. dijo que estaba muy feliz de haber regresado, pero que tenía algo muy importante que decirme, y me reí; él me preguntó NOCHE ESPECIAL DE LUNA LLENA por qué me reía, y yo le contesté, que yo también tenía algo muy importante que decirle, de modo que como era un Ya han pasado siete meses y aún no sé como se las caballero, me dijo que fuera yo la que comenzara. Así lo hice, arregló, pero lo hizo: se encargó de organizar nuestra boda cuando terminé su cara fue de absoluta alegría, por no decir que se celebró por la noche en una playa de la costa de inmensa felicidad; yo no entendía nada, de modo que le dije londinense, y al lado de todos nuestros familiares, amigos y 36

compañeros. Fue una ceremonia preciosa, con dos violinistas y el alcalde de aquel pueblo que nos casó (curiosamente era español, con lo cual los invitados se pudieron enterar de los momentos álgidos de la ceremonia). La luna fue nuestro testigo una vez más, desde luego sabíamos los dos que ésta iba a estar ligada siempre a nuestras vidas, y que intentaríamos inculcar a nuestros gemelos, un niño y una niña que nacerían en unos meses, el significado que ésta tenía, o al menos lo intentaríamos. Ah y nuestros perros fueron padrinos especiales de aquella ceremonia durante la cual no dejaron un solo momento de menear la cola de felicidad. 37

Mª Antonia Redondo Vicente- nació hace sesenta Traspasando pantallas primaveras en Soto de San Esteban (Soria) Desde niña leía todo lo que caía en sus manos, tanto lo hacía, que hasta sentada a la mesa comía y leía a la vez, por supuesto las Desde la perspectiva, que le daban las cuatro semanas que regañinas de su abuela eran constantes, pero nada impidió que llevaba sin noticias de Carlos, Adela se encontraba inquieta, la lectura fuera su fiel compañera de viaje, luego en el quizás nerviosa, y llena de dudas, todo era nuevo para ella. Las internado comenzó a escribir, primero por desahogo y redes sociales siempre le habían dado reparo, porque no las después por el placer que ello le producía, y con la ayuda de controlaba, nunca le gustaba lo que no podía tener asido, si no algún pequeño premio conseguido, le animaron a continuar del todo, sí en su mayor parte. Solo utilizaba Internet con escribiendo. Pero por avatares tuvo que hacer un largo fines culturales, a través de ello conocía ciudades que de otra paréntesis, y que hasta ahora no se había quebrado. Gracias forma no podría visitar, su gran pasión era viajar y de ésta al taller por darle la oportunidad de dar rienda suelta a su manera lo podía suplir, siempre sin dejar de lado que algún día creatividad y cumplir así su pequeño gran sueño. cumpliría su sueño. Este relato se lo dedica a Carmen y Rubén , sus hijos, a Una tarde a finales del otoño, Adela se encontraba más Belén, Daniel y al bebé que viene en camino, sus queridos melancólica que de costumbre, sucumbió a la tentación, y se nietos. conectó a Internet mientras se preparaba un cafetillo muy A Ernesto , por brindar su amistad y apoyar durante la caliente con unas gotas de leche, su compañero de creación de este relato. lecturas y de tardes somnolientas, se acurrucó en su sillón favorito y aproximando la mesita del ordenador posó su taza en una esquina, no sin antes haber dado un pequeño sorbo. Movió los dedos de sus pequeñas manos, preparándoles para el ejercicio a los que los sometería toda la tarde, suspiró profundamente, y comenzó su bautismo en las redes sociales. Poco a poco fue perdiéndoles el respeto, avanzaba en Facebook, sorprendida con la facilidad de su manejo. Entró a chatear, aquí si que receló, pues sabía que las personas lo utilizaban como engañifa, y una malsana diversión, pero también habría alguien que no mentiría, que necesitaría 38

comunicarse al igual que ella. La soledad a veces pesa fascinaba y sonrió. Hoy, pensó, hoy sería diferente, no demasiado. Con éstas y otras disquisiciones, Adela chateaba, volvería a casa como hacía otros días, hoy iba a ser su día con jóvenes y otros no tanto, hablaba con fruición, especial. Encaminó sus pasos hacia el casco antiguo de la disfrutaba, por primera vez en mucho tiempo, de una tarde ciudad y comenzó su recorrido como si fuera una turista más. animada, casi sin darse cuenta, la noche había echado su Se celebraba el aniversario de Joaquín Sorolla, pero no sabía manto y ella estaba feliz. si de su nacimiento o fallecimiento, lo había olvidado, lo A la mañana siguiente, se arregló, cogió su bolso y se miró importante era su obra, sus magníficos cuadros que tanto le por última vez en el espejo, antes de salir a dar su paseo gustaron la primera vez que los contempló, ahora los volvería a matinal por la pequeña ciudad marítima que también la había ver, su emoción se acrecentaba, por fin cruzó el umbral del acogido. En ella quería pasar sus primeros años de una recoleto museo de arte contemporáneo que tantas veces incipiente vejez. Adela sentía sobre sus hombros el peso de la había recorrido, se dirigió hacia la sala de la derecha, allí edad, pero de una edad más amplia que la que en realidad estaban, quedó obnubilada de nuevo y evocó con nostalgia, tenía, paso a paso se acercó al bello paseo marítimo, aspiraba cuando, acompañada de sus hijos pequeños, visitaron la el aire húmedo y salino que el mar le traía, siguió andando, Biblioteca Nacional de Madrid y juntos descubrieron el color alejándose del bullicio, buscaba un banco donde sentirse más y la luz mediterránea en los pinceles del gran Sorolla, desde cerca del mar, atrapada en el infinito por los azules entonces, creció su admiración por el pintor levantino. maravillosos del agua y cielo mediterráneos, y la luz cegadora Callejeando por las empinadas y estrechas calles, acariciando sus ojos. Entonces los cerraba, dejando volar su admiraba su arquitectura de puerto pesquero, sus casitas imaginación. blancas y azules con floridos tiestos en sus fachadas, Le gustaba crear un mundo de fantasía, lleno de recordaban otros tiempos más bulliciosos, cuando los romanticismo trasladarse a épocas pretéritas, donde sólo la pescadores regresaban con la preciada carga, tras un largo poesía y el murmullo del mar lograban llevarla, se sentía tan día de pesca. feliz en sus ensoñaciones que temía abrir sus ojos y destruir En una de las callejuelas, subiendo las escaleras, encontró su mundo mágico. una taberna que invitaba a entrar y saciar el hambre con un Poco a poco, como si volviera de una regresión hipnótica, plato marinero. Con un rápido vistazo ojeó el local y se sentó abrió sus ojos color avellana y a través de los cristales al lado de la ventana desde donde el paisaje parecía haber ahumados de sus gafas de sol, miró el horizonte que tanto la salido de un cuadro de Sorolla. 39

Llegó a casa cansada, pero con aires renovados, apenas sin no daba crédito a sus sentimientos, la estaban zarandeando cambiarse entró en la cocina, se preparó el humeante y como una vara de fresno y no podía resistirse, se sentía viva oloroso café de cada tarde y se dispuso a navegar de nuevo por primera vez en muchísimo tiempo. Hizo verdaderos por las redes sociales. esfuerzos por rememorar esos sentimientos, y los encontró Apenas comenzó a chatear, un nick quiso entablar en su adolescencia precisamente, que ironía, ahora, a las conversación con ella. Le habló de la Toscana, de Florencia tan puertas de su vejez se cerraba el círculo. Sintió el amor de monumental, tan exquisita, pisar su suelo era trasportarse a hija, de madre, pero el ¿de mujer? No, el de mujer no, su ex, unos tiempos pretéritos de caballeros e intrigas palaciegas, y no la quiso nunca, buscó en ella una madre, no una esposa, ni de arte, sobre todo de arte, con Santa María de la Fiore y una compañera para hacer juntos la travesía de la vida. Qué todo su grupo arquitectónico, entonces Adela le preguntó por profunda tristeza anidaba en su alma, siempre añoró el amor, la Santa Croce, la recordaba de un documental que le pareció quizás influenciada por la poesía del Romanticismo, pero fascinante, sí, la conocía, entonces se le presentó, se llamaba también gustaba de Quevedo, era tan actual, pero el amor ¿no Carlos, le gustaba viajar como a ella, con la diferencia que él es siempre el mismo? Pasa el tiempo, las personas, las épocas lo hacía físicamente y Adela viajaba, pero a través de las y el amor (los sentimientos) son siempre los mismos. Adela pantallas del televisor o del ordenador. Le gustaba la música, pensó, si no estaría enamorada del amor. En su búsqueda el baile y la lectura, tenían varias cosas en común, la quemó mucha energía, se sentía cansada, agotada, cada vez conversación fluía sin esfuerzo, se hallaban cómodos, más y más, no vivía, se dejaba llevar por la vida cual barco a la intercambiaron sus direcciones electrónicas, quedando para la deriva, que soporta estoico el fuerte embate de las olas. tarde siguiente sobre la misma hora. La Primavera había irrumpido dejando atrás el frío del Casi sin darse cuenta se fue adentrando en el mundo invierno, algo parecido sentía Adela en su interior, Carlos cibernético, sus citas vespertinas con Carlos le hacían más consiguió cimbrear su vida desde lo más profundo de su ser, llevadera su soledad, elegida, pero soledad a fin de cuentas, tanto, que le parecía vivir con un punto de irrealidad, era que a veces pesaba como una losa y le impedía ser ella misma. amor, pasión o una ilusión desmedida, que le provocaba un El tiempo iba pasando, sus charlas parecían no tener fin, extraño, porque Carlos a fin de cuentas era un extraño, no lo las despedidas se alargaban tanto, que recordaban a dos conocía ni por fotografía, se guiaba por lo que le describía, en adolescentes, cuando comienzan a descubrir el amor en toda ese aspecto era ingenua, una ingenua con mucho trayecto su extensión. ¿ Cómo podía suceder, si no se conocían? Adela recorrido, menos en el sentimental. 40

Todas las tardes, la luz vespertina se apagaba a la vez que alrededor de unas aromáticas tazas de café, recuperó los sus parrafadas. Eran horas, y horas, placenteras, delante del paseos hasta la playa y sus lecturas nocturnas, no podía ser teclado, hoy Carlos la sorprendió, quería conocerla, viajaría a bueno aquello que tanto la cambiaba. Las luces del alba la Madrid desde Barcelona. Adela consintió, era un buen lugar, encontraban sumergida en la lectura, leía con tal fruición, que cualquier rincón de la ciudad era su casa, la conocía desde sus prácticamente devoraba los libros, siempre le gustó meterse lejanos quince años, cuando neófita pisó el asfalto de sus en la piel de los personajes. Como actriz, no tenía las dotes calles de gran ciudad, ella que venía de la recia estepa para haber hecho de ello su profesión, así que la otra opción castellana, era un deleite para sus ojos, los que mantenía muy fue convertirse en una lectora compulsiva; y ahora tenía abiertos para no dejar escapar nada, era una esponja, lo tiempo, todo el tiempo del mundo para dedicarse a ello. absorbía todo, acababa de descubrir un mundo nuevo del que La tecnología ayudaba, los libros electrónicos, que apenas quería sentirse una más de sus habitantes. Sedienta como pesan, y almacenan tal cantidad de libros, que cada persona es estaba de conocimientos descubrió los museos y el Madrid de una biblioteca andante, pero, era otra pantalla más que había los Austrias, que tanto había oído nombrar y el Metro, todo un que traspasar. ¡Oh! Sorpresa, en cuanto abrió su correo lo vio mundo subterráneo que transportaba cantidades ingentes de llenito de emoticonos florales y de besos, era Carlos (había personas. Le llamaba la atención la prisa que llevaban, siempre dado señales de vida)..., pidió tantas disculpas y de todas iban corriendo, como si fueran apagar un fuego, de ahí, que formas posibles, que Adela templó su ánimo y le dio otra con el tiempo bajara las escaleras a unas velocidades que a oportunidad.Poco a poco las confidencias se hicieron más todos dejaba asombrados y lo curioso es que nunca se cayó. íntimas, llegó un momento en que necesitaban sentirse más A medida que se acercaba la fecha del encuentro, Adela cercanos. Mientras charlaban escuchaban música, nuevos se imaginaba a Carlos, muy alto, de ojos verdes y de sentimientos comenzaron a brotar, eran tan fuertes que complexión fuerte, era lo que él le decía. Sin esperarlo, esa traspasaban las pantallas de los portátiles, era tan intensos tarde se rompió la magia, Carlos no se conectó, en un principio que notaba rejuvenecer como si hubiese tomado una pócima ella no le dio mayor importancia, pero lo que parecía una brujeril, lo había convertido en una adicción, cada tarde eventualidad se fue convirtiendo en habitual, Adela se esperaba su dosis, su dosis ¿de qué? Pues una dulce dosis de desencantó, tanto, tanto, que un baño de realidad inundó su fantasía otoñal. espíritu y la envolvió en melancolía; pero no se encerró en Adela acostumbraba desde muy niña a repasar los casa, recuperó su rutina, sus habituales tertulias con amigas incidentes del día, hablando con su almohada, entonces le 41

aparecían los temores, las dudas, ante la relación un tanto adelante, algo no le cuadraba, había que descubrir lo que se extraña que estaba manteniendo con Carlos, pisaba arenas escondía ,y si en verdad Carlos era así. movedizas, le faltaba confianza para lanzarse al abismo, el riesgo que entrañaba era mucho, a su edad cuesta mucho más Llegó la hora por fin... quedaron para comer, desde la recuperarse de un desengaño amoroso. Puerta del Sol, su punto de encuentro, Adela lo adentró por Durante el día no dejó de pensar en ello, y estando en entre las estrechas calles del viejo Madrid, buscaba una estas y otras diatribas se conectó a Internet con su taza de taberna con reminiscencias pasadas, con un encanto especial humeante café. Entre sorbo y sorbo pasaba el tiempo y Carlos que hacía tiempo visitó. no se conectaba. Su intuición le decía que eso era el principio El gran ramo de rosas rojas con que la obsequió la dejó de muchas tardes sin él, y no se equivocaba. A lo largo de los anonadada, emocionada, tuvo que hacer un esfuerzo para que días se fue atemperando, no sentía dolor más bien decepción; su voz no se notara temblorosa, y esbozando la mejor de sus llegó a la conclusión que Carlos era un inmaduro emocional y un sonrisas le agradeció tan buen detalle. Carlos le devolvió una ególatra, tenía una palabra para él ”cobardía”. Se había franca sonrisa, la comida transcurrió animada, su charla comportado como un niño de quince años en el cuerpo de un agradable parecía que a Adela le hacía bajar la guardia sin ser hombre maduro, muy maduro. ¿Todo era un sueño? No, no lo muy consciente de ello. Fueron paseando hacia los jardines de era, la imperante realidad se lo mostraba tozuda una y otra Sabatini, admirando el Palacio Real y se sentaron frente a él. vez, sólo había tenido un poquito de ilusión por unos días, que Carlos tomó sus manos, las besó y un estremecimiento andando el tiempo le harían sonreír por su ingenuidad, la recorrió su cuerpo, sus ojos verdes se clavaron en los suyos experiencia algo la había cambiado en su interior, aunque no como una espada de fuego, que la traspasó. sabía muy bien el qué. Sintió sus carnosos labios en los suyos, un profundo y Dispuesta a zanjar estas idas y venidas, se colocó frente largo beso que no tenía fin, eso ¿qué era eso? Eso era el al ordenador para mandarle un correo, quedarían en Madrid, si preludio de una gran noche de pasión. aceptaba, se encontrarían, mientras ella maquinaba su plan B. Despertó entre sus brazos, sus varoniles brazos y se Don Guadiana contestó con otro correo, pero esta vez sí que acurrucó, se hizo más pequeña si cabe, Carlos la abrazó muy la sorprendió, se lo dio todo planificado para su encuentro en fuerte, Adela no quería tener que separarse de él... Madrid, y eso la descolocó. Pese a todo decidió continuar Permanecer juntos, abrazados, detener el paso del tiempo, era feliz, inmensamente feliz, nunca lo había sido tanto. 42

Ese día no salieron de la habitación del hotel, entre sus entre sus brazos, Internet era tan frío…Se lo propuso a confidencias y sus demostraciones amorosas, apenas Carlos, pero esta vez sería Adela la que fuera a visitarle, no necesitaron de otro alimento; las horas pasaron reaccionó como ella esperaba, las excusas e inconvenientes irremediablemente y Carlos en poco tiempo se encontraría que le ponía no le resultaban creíbles, volvieron sus dudas y volando hacia Barcelona, y ella... ¿ella qué? Se había temores de otro tiempo, pero ahora le rompería en mil enamorado perdidamente de él, ¿sería correspondida? Apenas pedazos el corazón, de momento se conformaba, aunque no hiló este pensamiento, cuando las palabras estaban brotando formaba parte de su carácter, a ver cuánto tiempo resistiría de su boca, él la miró sonriente y la atrajo hacia su pecho estar en ese impás. Don Guadiana volvió a las andadas, ahora abrazándola muy fuerte, besándola con tal pasión que disipó estoy, mañana no, esta situación la desquiciaba, ¿qué tipo de todas las dudas que pudiera quedarle. Fueron juntos hasta el relación era esa? ¿Dónde quedaba su dignidad? ¿Por qué aeropuerto de Barajas, su tiempo se extinguía y una furtiva aguantarlo? Sabía que la situación no podía alargarse en el lágrima rodó por el rostro de Adela y permaneció allí aún tiempo, era un desgaste que no llevaba a ninguna parte. Adela cuando el avión de Carlos ya surcaba el cielo madrileño. volvió a recibir un correo más de Carlos proponiéndole verse Obscurecía cuando tomó el Metro hacia su casa, su cuerpo de nuevo en Madrid, su corazón correría a su encuentro, pero estaba en el vagón pero su mente no había salido de aquella la razón le decía que acabara con esa relación, perjudicial, habitación de hotel donde conoció la mayor felicidad que dañina, que no le aportaba nada, únicamente una dependencia podía esperar. sexual efímera, por que amor lo que se dice amor, Carlos no se Al salir del Metro apresuró el paso para engancharse al lo daba, el calor de la relación sólo lo ponía ella. Por eso no ordenador y ver a Carlos, pues ahora instalaría la webcam y se quería verle, pero ¿cómo negarse ante su tenaz insistencia y verían aunque extrañaba el tacto de su piel, su olor, sus besos la tentación de su piel? ¿Soportaría los vaivenes de Carlos? y para que engañarse, todo él, desde el momento de su ¿Sería una mendicante de cariño? El futuro no se le separación. La pantalla se iluminó y su rostro también, allí presentaba muy halagüeño, ¿qué hacer?... No le dio tiempo a estaba Carlos, con palabras dulces, con la mano en la cámara nada, Carlos estaba en Madrid y ella tan azorada, no se lo para que ella hiciera lo propio, sentirse cerca, lo mas cerca pensó y fue corriendo hacia él. posible, que la distancia les permitía. Así estuvieron días, La furia de la pasión nublaba la razón, en la misma semanas que a Adela le parecieron eternas, tenía una habitación que la primera vez se respiraba la fogosidad de dos necesidad acuciante de volver a sentirle, de sentirse mujer cuerpos entregados, desesperadamente, hasta los últimos 43

estertores del placer. De nuevo repetían lo mismo, tanto, que, incluso no pisaron la calle, sino para alejarse. Esta vez Adela no le acompañó, sumida en sus pensamientos se dirigió a su casa, un sentimiento de culpa se apoderaba de ella; pero no pudo resistirse y encendió el portátil, Carlos estaba allí, desde su teléfono seguía engatusándola... ella seguía perdida... ¿hasta cuando? ¿Hasta cuando?... Estaba tan perdidamente enamorada de él que no sabía cómo iba a salir de esa espiral. ¿Qué hacer?... ¿Que hacer?... Se repetía machaconamente en su cerebro. Desesperada, se tiró sobre la cama y llorando atormentada se durmió. 44

Fernando Medina (Madrid 1962) manifestó desde joven Atrapado en la lluvia su interés por la escritura escribiendo cuentos y relatos cortos. Se presentó a varios concursos literarios, sin éxito. En 2007 mezcló sus aficiones por la gastronomía y la La llamada de teléfono había despertado a Luis Sampietro escritura en un blog: «Las aficiones de Fernando». En la de su sueño resacoso. Se miró al espejo y constató su aspecto actualidad, basándose en el blog, trabaja en una guía turística francamente malo, tenía los ojos rojos fruto del alcohol sobre la gastronomía alicantina ingerido la noche anterior, jugándose el poco dinero que le quedaba en un casino virtual. No le gustaba nada aquello de los casinos virtuales, el póker perdía su encanto al no tener el contacto emocional con el resto de los jugadores, pero llovía a mares y no quería salir de casa. Al final una noche más de lluvia, póker y whisky, apenas unas monedas en su bolsillo y la tarjeta a cero. Sampietro odiaba la jodida lluvia. Estaba cansado de la lluvia, en los últimos años el clima había ido cambiando y de esos inicios de verano cálidos y secos que le gustaban, se habían transformado en calurosos y muy lluviosos, como si aquello fuera una ciudad del trópico. Tenía que irse a algún sitio donde el único agua que oyera caer, fuera por las tuberías. Se volvió a mirar en el espejo y vio cómo su piel a pesar de su juventud, empezaba a ajarse y en la barba ya aparecían canas que le deban un aspecto de desaliño y abandono, lo cual no estaba muy lejos de la realidad, le dolía la cabeza pero tendría que afeitarse, hoy iba a visitarle un posible cliente, el tipo que le acababa de llamar y no quería perderle, al menos no antes de que abriera la boca y sintiera su aliento. 45

De mala gana se afeitó y tenía mejor aspecto, volvió le dio ni la oportunidad de volver ni de ningún tipo de mirarse en el espejo y vio como la diferencia del color de sus compensación económica. ojos se había hecho más notable. Los ojos de Sampietro eran La realidad era que su expulsión fue una nueva repetición muy especiales, no es que viera más que los demás, pero tenían de aquello que había marcado su vida, como se repetían las la rareza de ser de colores diferentes y muy sensibles a la gotas de agua de aquel jodido día de lluvia, gotas iguales que luz, ya que dependiendo de la intensidad y del color de esta, caen una tras otra, idénticas y que lo único que las diferencia eran capaces de cambiar en las tonalidades del verde hasta el es el momento en que caen, pero siempre parecidas. gris, lo que en contraste con su piel morena y el pelo negro, le Llegó al despacho empapado, manando agua, el agua no daba un aspecto extraño que a las mujeres siempre había había traspasado la ropa pero estaba allí escurriendo, atraído mucho y que durante toda su juventud hizo que fuera mojándole las manos, el suelo, todo. Su despacho estaba en un la envidia de sus amigos, por la facilidad que tenía para barrio céntrico y marginal, desde hacía algunas décadas se encontrar compañía. había convertido en un barrio de emigrantes ilegales, Esos ojos eran aún un reclamo para ellas aunque ya no tan delincuentes, prostitutas, la élite de aquella sociedad, pero potente, las canas que aparecían, la barriga que empezaba a que con su economía era el único sitio donde se podía permitir notarse y una actitud descreída hacia todo, no provocaban tener un despacho. Necesitaba un cliente nuevo, un caso con demasiado atractivo a pesar del poder hipnótico de sus ojos. el que ganar un buen puñado de dinero que diera un impulso a Tomo una ducha, cogió una la única camisa limpia que le su vida, que le permitiera dejar atrás aquel cuchitril y quedaba en el armario y decidió que en cuanto tuviera dinero aquellos trabajos de «protección, seguridad y cobro» que en volvería a llamar a la señora que se ocupaba de las cosas el fondo no era nada más que delincuencia de poca monta como básicas de la casa. cobrar «intereses» de préstamos imposibles de devolver, Salió a la calle bajo la lluvia torrencial y aunque le hubiera «tasas» a las prostitutas o contactos con sus antiguos colegas gustado coger un taxi para ir hasta el despacho, prefirió de la policía para saber en que se estaba trabajando que guardar lo poco que tenía para otra cosa. La verdad es que pudiera afectar a sus clientes. Sus ex compañeros sabían de desde hacía cinco años, desde que lo expulsaron de la policía, sus andanzas y necesidades y le daban información controlada su situación económica no había hecho nada más que para que pudiera seguir viviendo sin dar un paso más en sus empeorar, los pocos ahorros que tenía habían desaparecido en actividades delictivas. poco tiempo y el hecho de que lo expulsaran con deshonor no 46

El ruido del agua que chorreaba por las cornisas del —Usted me dirá —dijo Sampietro tomando la iniciativa de edificio se vio interrumpido por la melodía del teléfono. la conversación. —¿Está ya en su despacho? —preguntó de forma seca. —Soy una persona directa así que iré al grano —aclaró —Sí —respondió Sampietro sin mucho entusiasmo—. La Sergei—. Tengo una pequeña sala de fiestas en las afueras de puerta está abierta, pase sin llamar. la ciudad y algunos otros negocios. —«La sala le blanquea el La comunicación se cortó desde el otro lado casi sin dinero del resto de los "negocios"», pensó Sampietro. tiempo para terminar la frase. A través del teléfono «Últimamente esos ingresos se han visto muy reducidos por la Sampietro escucho las gotas de agua al caer sobre el coche y intervención de la policía lo que significa que alguno de mis pensó que tendría que volver a recoger el agua cuando su colaboradores me la está jugando». visitante se fuera. —Entiendo, continúe por favor —asintió Sampietro. Estaba acabándose de preparar una taza de café cuando —Esta es Raquel, la cantante del local y una buena amiga oyó unos pasos anunciando que Sergei había llegado. Sergei, mía —dijo Sergei dejando una foto de una mujer sobre la como le había dicho que se llamaba era un tipo fornido de pelo mesa. rubio, facciones duras y ojos claros. Unos segundos más tarde «¡Vaya, una clásica historia de cuernos!», pensó entro en el despacho de su acompañante, mismo prototipo Sampietro. Miró de cerca la foto y se sorprendió, la chica, una pero más alto y más fuerte y sudaba, sudaba mucho pues rubia platino de bote, era mona pero había estado con putas vestía una chaqueta que le servía para ocultar el arma que más guapas que aquella. intentaba a duras penas ocultar tras ella. —Todo el mundo me dice que debe ser ella —interrumpió Sergei hizo un gesto y su acompañante salió cerrando la Sergei los pensamientos de Sampietro—, pero a mí me cuesta puerta tras él, al tiempo que Sampietro señalaba un sillón para creerlo. La trato como una reina, tiene todo lo que desea y no que Sergei se sentara. sé qué mierda le puede ofrecer la policía para que le pueda Sergei miró la silla que le ofrecían y el resto de la compensar traicionarme —concluyó con la voz más alterada estancia con cara de asco, preguntándose cómo alguien podría que antes. vivir en aquella cochambre. El ruido de las gotas de lluvia que »Quiero que me digas lo que está pasando —continuo se intensificaba provocaba un ruido fuerte que apagaba el Sergei. Me he informado sobre usted, sé que es bueno en su crujido de los cuerpos al sentarse sobre los desvencijados trabajo, que tiene pocos escrúpulos y aún menos dinero y yo sillones. estoy dispuesto a pagarle bien. 47

Sampietro se preguntó que llamaría «pagarle bien», no juego ilegal y por la pinta de los participantes no eran podía ser demasiado exigente no fuera a perderle, pero jugadores de ruleta, si no de póker, un tipo de personas que él tampoco debía de rendirse sin pelea. identificaba muy bien. La verdad es que Sergei era un tipo —Ahí tiene 10.000 —dijo sacando un fajo de billetes listo, tenía sus negocios bien diversificados, pensó con ironía. atados con gomas del bolsillo de su pantalón—. También Intento colarse en una de las timbas pero enseguida un tendrá acceso libre al local donde trabaja. fornido moreno le llamo la atención. »Tengo algunas condiciones que debes conocer antes de —Perdone, ¿Dónde va usted? —increpó con corrección aceptar —prosiguió Sergei—. Nunca me llames, no me fío de pero con firmeza. nadie de mi entorno, yo te llamaré. No hables con tus amigos —He visto que entraba gente y quise ver a donde iban — policías, no estás trabajando en nada y nunca hemos estado dijo Sampietro con naturalidad. juntos y sobre todo no olvides que Raquel es de mi propiedad —Es una fiesta privada. y no permito que nadie me quite lo que es mío. Sampietro dio media vuelta con un gesto amigable hacia el —Acepto —dijo Sampietro. portero, pensando que no era tiempo de meterse en follones, —Esto te será útil en su tarea —dijo Sergei dejando que su propósito era otro. sobre la mesa un pen drive—. Si necesitas alguna otra cosa, Entró en la sala donde en cinco minutos empezaría a dímelo, te la facilitaré, pero recuerda, yo te llamaré cantar Raquel. Se apoyó en el fondo donde apenas era visible Se levantó y sin decir palabra salió por la puerta dejando desde el escenario y se dispuso a ver en acción a aquella chica que penetrara de nuevo el cansino ruido de la lluvia. por quien alguien estaba dispuesto a gastar tanto dinero. A los pocos minutos apareció con un vestido negro con El primer día de trabajo no le llevo a ningún sitio, la chica brillos, amplio escote que mostraba una buena parte de sus era una chica normal, desayunó en un bar, fue a clase de baile, pechos, minifalda y botas negras; el vestido lo insinuaba todo comió en un bonito y discreto restaurante con Sergei, quien pero no dejaba ver nada. Era una chica atractiva. Saludó al luego la acompañó a casa. A las ocho un coche vino a buscarla, público y empezó a cantar, no sonaba mal pero tampoco mejor la recogían para llevarla al trabajo. que cualquiera de esas cantantes que se pasan el verano en Sampietro regreso a casa, se secó de toda aquella maldita una caravana cantando de pueblo en pueblo. Pero todo cambió agua acumulada durante el día y decidió ir a la sala de fiestas. cuando se giró, dio la espalda al público y movió su trasero al Allí, pronto se dio cuenta de que se escondía una casa de ritmo de la música. Sampietro observó como todos los 48

hombres de la sala estaban hipnotizados por aquel movimiento —Claro señor, yo se lo diré en cuanto acabe la actuación — sensual, como si el tiempo se hubiera parado y solo el crujido contestó el camarero con una enorme sonrisa al ver la propina de los hielos al deshacerse en las copas, pudiera escapar de la que le estaba dando Sampietro. magia del momento. Tras una media hora de espectáculo y Como siempre tras el espectáculo se retiró a su camerino realmente había sido un espectáculo, la chica se retiró, volvió y posteriormente salió a la sala, se dirigió directa hacia su al rato y se sentó con algunos clientes con los que charló mesa. animadamente y a las 12 volvió a cantar y la misma burbuja —Me han dicho que quería hablar conmigo —dijo atemporal se volvió a crear, como una especie de velo mágico amablemente Raquel. que hacía creer que todo lo que no fueran las caderas de —Si por favor siéntese —añadió—, me han dicho que la Raquel carecía de importancia en todo el universo. Tras gusta el champán. acabar y repetir el proceso de acompañar a algunos clientes, a Se sentó y sonrió y aquella sonrisa le llevo al pasado, a una las dos en punto el tipo que la recogió en su casa, apareció. sonrisa similar, a unos tiempos felices, a una tragedia Cambió unas palabras con la persona que estaba y se fue. inusitada, a la venganza, la cárcel y a un cuchitril de un barrio Dos días más se repitió la vigilancia bajo la lluvia, sin nada marginal. Y ella habló y él escuchó y respondió, pero no digno de destacar, sin nada sospechoso, de no ser por tener entendió, su mente como un tornado iba de una sonrisa a otra, de amante un tipo como Sergei, se podría decir que llevaba de presente a pasado, como el vapor que se convierte en una vida absolutamente normal. Lo único que rompía aquella lluvia, maldita lluvia, para volver a ser vapor. rutina eran las llamadas apremiantes de Sergei para saber si Aquella noche Sampietro, no pudo dormir. Constantemente descubría algo, pero las cosas necesitaban su tiempo y así se la imagen de María venía a su cabeza. La conoció en un club de lo dijo por teléfono «si tanta prisa tiene quizás lo mejor sea alterne de carretera, cuando entró en el reservado en el que torturarla para saberlo», pero el silencio que se hizo al otro estaba a punto de meterse una raya de coca y ella con una lado le dio a entender a Sampietro que lo estaba pensando y sonrisa franca y preciosa le dijo: esa raya no te conducirá a decidió que era mejor ser lo más parco posible en palabras. ningún sitio interesante. Él la ignoró pero la sonrisa se le Esa noche Sampietro decidió que debía conocerla para quedó grabada en la mente y empezó a frecuentar el local. intentar ir más rápido y así se dirigió a un camarero. Unos meses más tarde María se trasladó a su casa y recuperó —Le podría decir a la señorita que me gustaría invitarla a una vida que quizás nunca debió dejar. Fueron tiempos de una copa. felicidad, de pasión, de luz y de sol, pero la lluvia volvió. 49

—Puedo coger hoy el coche —preguntó María—, llueve una Se suspendió el juicio y Oswaldo salió libre bajo fianza y barbaridad. él ciego de rabia, bajo la misma torrencial lluvia que arrastró —Si cógelo, tengo que ir juzgado a declarar contra el la sangre de María, una mañana le vació el cargador de su canalla de Oswaldo —contestó Sampietro. arma reglamentaria. Fracasó, mató a un guardaespaldas pero —¿Es ese tipo del que hablaban ayer en el telediario que Oswaldo, junto con dos heridos por bala más, salió con tan le busca medio mundo? —preguntó María. solo un rasguño en un brazo. Y su descenso a los infiernos —El mismo. comenzó con cinco años de internamiento bajo vigilancia María se fue a la ducha y el agua que salía se confundía psiquiátrica, pero él no estaba loco, solo loco de ira y con el agua de la lluvia en una tormenta de agua y truenos desesperanza virulenta. Le dio un beso y le sonrió, «nos vemos esta noche cariño, Los siguientes días siguieron en la misma tónica, vigilancia que tengas un buen día», con esa sonrisa que entraba por los diaria que no daba ni fruto ni pistas y por la noche ojos y penetraba hasta el alma. conversación con Raquel a la que de mala gana debía compartir Siguió en la cama en una especie de duermevela hasta que con otros clientes. Durante aquellos ratos él se sentía otra un sonido seco le despertó. Aquello no era un trueno, se persona, sin intentar perder el carácter profesional de levantó y miro por la ventana y vio una columna de humo y aquellas conversaciones se mostraba agudo y divertido y ella fuego saliendo de la acera. Se puso los pantalones y salió le miraba los ojos y se reía, reía despreocupada y feliz, como corriendo por la puerta. Al salir del portal decenas de coches alguien que vivía en una burbuja a la que no afectaba lo que hacían sonar sus alarmas y tras recorrer algunos pasos pudiera suceder fuera. descubrió su coche, rodeado de llamas, que agonizaban bajo la La noche del tercer día ella se le acercó. lluvia, un montón de hierros retorcidos y entre ellos el cuerpo —Esta noche no vendrán a recogerme, tendremos más inerte de María. La cogió la cabeza y la habló, la suplicó que tiempo —dijo Raquel en un tono lleno de promesas. siguiera viviendo y lloró y lloró como no había llorado nunca y Eso era lo que Sampietro deseaba en esa fiebre de amor sus lágrimas las arrastró la lluvia para mezclarlas con las que vivía pero no era ni lo que necesitaba. Cuando ella se sentó últimas gotas de sangre de su amada María y juntas se a su lado le explicó que nadie iría a buscarla pues le había dirigieron rápidamente a una alcantarilla cercana. dicho a Sergei que no era necesario pues se iría tomar una copa con una amiga. Charlaban de todo y nada, investigándose 50

y conociéndose, pero cuando tenía esa sonrisa enfrente, a no te lo dije, mucho menos la traición. No creo que necesites Sampietro se le olvidaba su misión, y las palabras de Sergei. más explicaciones. Cuando salieron del local ella le agarró del brazo para Se oyó el clic de que al otro lado habían dado la protegerse de la lluvia que seguía cayendo, ahora con conversación por terminada. Había parado de llover y pudo ver suavidad. Se montaron en el coche y la llevó a su casa. Ella le en la lejanía una luna casi llena, brillante y blanca que propuso tomar un café pero él vio tras los cristales mojados iluminaba la ciudad. Detuvo el coche, tenía que decidir qué de un coche, al contraluz de una farola, una silueta. hacer o bien se olvidaba de Raquel y dejaba el caso o la —Hoy no puede ser —dijo Sampietro. Es mejor que te llamaba y la contaba la verdad y que ella decidiera. Nunca vayas ya. había sido un hombre de mucho pensar, si no más bien primero Ella le miró sorprendida, iba a preguntarle pero vio una actuar. Llamó a Raquel y como el teléfono daba señal de sombra de preocupación en sus ojos y decidió no hacerlo, ocupado dio media vuelta y se dirigió de nuevo a su casa. El estaba acostumbrada a no hacer preguntas. La distancia al coche sospechoso de antes había desaparecido. Volvió a portal no era grande pero la lluvia se había intensificado marcar y esta vez sí hubo respuesta marcando esas caderas poderosas y sensuales de Raquel y —¿Que pasa que llamas a estas horas? —dijo con voz cuando llegó, se volvió y sonrió al tiempo que se despedía de él excitada. con la mano. —Necesito hablar contigo —contesto Sampietro—, creo Si su sonrisa valía 100 de los grandes, su culo no era que estas en peligro. menos —pensó con ironía Sampietro viéndola adentrarse en el Estas palabras la sobresaltaron, acababa de colgar a portal. Sergei y la conversación no había sido fácil, la había insultado, Pocos minutos después la pantalla de su móvil se encendió despreciado y amenazado y se había preguntado el porqué de indicando «Identificación oculta», solo podía ser Sergei. aquello, ¿sería por Sampietro?, él no sabía nada de Sampietro Descolgó de mala gana, era su cliente. ¿o sí?, ¿acaso la espiaba?. —Hola Sampietro, espero no haberte despertado —sonó —Sube —dijo Raquel, sin tener claro que aquello era una por los altavoces del coche. buena idea. —Creo que ya sabes que no dormía —respondió Sampietro. —No, es mejor que vayamos a otro sitio, cógete algo de —Solo quería recordarte lo que te dije el primer día, — ropa, es mejor que no duermas en casa. continuó. No acepto que nadie me quite lo que es mío y aunque 51

Sampietro llamó a su padre y le explicó que estaba con Raquel, no saltarían las alarmas, es decir tenía menos de trabajando en un caso y que iría acompañado de una chica y 24 horas en el mejor de los casos. que dormirían allí. A los pocos minutos Raquel apareció con una Todo fue según lo planeado y poco antes de mediodía se pequeña maleta, se metió en el coche con una mirada de encontraron en la casa, se miraron y se besaron. Salieron por preocupación y Sampietro arrancó. la puerta «voy a cerrar con llave, vete dejando la maleta, es el coche que está en doble fila, el blanco, lo he dejado abierto». Su padre les había preparado la habitación pequeña con Cuando Sampietro llego al portal vio a Raquel bajo la lluvia dos camas y allí sentados cada uno en una, Sampietro la acercándose al coche. Abría la puerta del portal cuando una explicó por qué la había conocido, que Sergei era su cliente y moto se paró enfrente y Sampietro lo entendió todo. Dos ella lloró y se indignó y él la hablo de las sospechas de Sergei fogonazos secos, un segundo después un tercero y la moto se y de sus sentimientos, de cómo el fuego había surgido en pone en marcha. Sampietro oyó el ruido agudo de los cristales aquellas escasas horas que habían compartido. Y ella hablo de de la puerta del portal deshacerse en añicos al caer contra el su inocencia, de envidias y de mentiras que crecían al abrigo suelo y oyó el ruido sordo de Raquel al golpear contra el suelo del dinero de Sergei, y él también la habló de sus y como las gotas de lluvia golpeaban rítmicamente contra su experiencias, de cómo acababan muchas veces la chicas como cuerpo inerte y Sampietro comprendió que la lluvia creaba los ella cuando se relacionaban con gente como Sergei y entre barrotes de la cárcel en la que estaba atrapado su destino. lágrimas, besos y sudores compartidos hablaron de futuro, de Corrió hacia ella, se arrodilló y vio dos grandes heridas de promesas, de nuevas vidas donde se podría volver a empezar, bala en su pecho por las que fluía un manantial de sangre que con la memoria limpia. de nuevo y como una maldición repetida, se mezclaba con la lluvia para caer a la acera y difuminarse en un pequeño Compraron dos billetes de avión por internet y riachuelo. Aún tenía algo de vida, no podía hablar pero con sus planificaron el día siguiente. Raquel sacaría los pocos ahorros ojos intentó pedir disculpas por no cumplir lo que hacía tan que tenía en el banco y Sampietro dejaría el coche enfrente poco se habían prometido. de su casa, alquilaría otro, la vendría a buscar y se irían. No debían hablar con nadie, móviles apagados y estar por la calle Raquel expiró y Sampietro hizo un gesto de levantarse lo menos posible. Sergei no vería con buenos ojos que se para huir, pero se dio cuenta de que no hay vida cuando no hay fueran juntos y hasta mediodía que había quedado a comer nada por lo que vivir, que si los sicarios de Sergei regresaban 52

estaría allí y se tumbó sobre la acera, bajo la lluvia y se abrazó a ella, empapado de agua y lágrimas, esperando a que los matones o la policía vinieran a buscarlo. 53

Antonio Aracil Luciano tiene actualmente 65 años. El monzón Alrededor de los 45, tras padecer unos problemas de todo tipo (de salud, profesionales, familiares, etc.) se dio cuenta de que escribir le hacía un gran bien. El monzón llegó antes de lo esperado y aquel año de 1.969 Desde entonces desarrolla esta «terapia» y el resultado marcó nuestras vidas para siempre. ha sido sorprendentemente beneficioso, lo que unido a su Las lluvias provocaron inundaciones muy superiores a las afición por la lectura le ha convertido en un hombre nuevo y de años anteriores. Al cabo de una semana veíamos con estará agradecido por siempre al hallazgo de ambas aficiones, preocupación cómo el nivel de las aguas subía constantemente que por otra parte recomienda a cuantos le rodean. y era evidente que tendríamos que recoger nuestras escasas El taller de escritura le ha permitido conocer secretos pertenencias y trasladarnos a zonas más altas. que le van a facilitar en el futuro mejorar la construcción de Tardamos cinco días y sus noches en llegar y sin apenas sus textos, aunque su destinatario final no sea otro que él darnos unas horas de descanso, y al hacerlo, después de mismo. colocar lo poco que llevábamos en la vieja casa que había pertenecido a la familia de mi madre encendimos un fuego y nos acomodamos alrededor. Mi hermana pequeña Rajad, rompió por fin a llorar. Creo que el miedo y la tristeza impidieron a mis padres acercarse a consolarla. Había resistido hasta entonces a pesar de sus nueve años de edad de forma admirable aunque en ningún momento había podido evitar su expresión de miedo y el cansancio no parecía haber hecho su aparición en ella, pero ahora sucumbió —creo que lo hicimos todos— ante lo complicado de la situación. No sé cuánto dormimos, pero al despertar —y en un estado de duermevela—, no sé por qué recordé las historias que nos contaba aquel misionero español sobre su tierra. Nos decía que, al igual que la nuestra, era muy llana y que en aquel país, España, y en su región llamada allí «La Mancha» no había 54

las lluvias que periódicamente caían sobre el nuestro año tras año y más o menos en la misma época. Nos hablaba de un personaje histórico llamado Don Quijote que se había vuelto loco y se dedicaba a recorrer aquel territorio de La Mancha haciendo reír a los habitantes de los pueblos que visitaba. Mentalmente lo comparé con los santones que en nuestro país realizaban igualmente largos trayectos mendigando alimentos, ofreciendo oraciones y proporcionando consejos a aquellos que los solicitaban. Ahora, mirando el fuego que nos calentaba, pensaba que estábamos bien a pesar de la modestia de la cabaña que nos cobijaba y que había sido el hogar de los abuelos de mi madre e imaginé que al igual que nosotros, los santones, el misionero y ese Don Quijote, en algún momento de sus vidas volvían a ese hogar, esa casa, a la que todos alguna vez querríamos regresar por modesta que fuera. De bien poco, pensaba ahora, había servido el sacrificio de mis padres para proporcionarme algunos estudios por ser el hijo mayor y varón. Ahora todo aquello se había perdido y tendríamos que empezar una nueva vida en aquella región desconocida. En cualquier caso me sentía bien, incluso contento, y miré a mi alrededor con verdadera alegría por disponer de aquella familia, aquella casa y una nueva vida por delante. 55

Paco Bas (Alicante, 1972). Informático en retirada que Miel de luna busca la huida de su pragmatismo en la literatura y el guión cinematográfico. Le gusta curiosear cualquier tema que caiga en sus manos o desfile ante sus ojos. Multi-aprendiz. El anuncio Aficionado a la astronomía, los juegos de mesa, las series de Después de haber succionado con la aspiradora el último televisión,… pelo que dejó mi última transformación, me senté en el sillón dispuesto a leer las noticias del día. Iba pasando páginas automáticamente sin prestar excesiva atención al contenido que mostraba el lector cuando apareció en la pantalla el anuncio de obligada lectura. Pretendía obviarlo como tenía por costumbre pero esta vez me fue imposible:

SE BUSCAN HOMBRES LOBO PARA PELIGROSO VIAJE. SALARIO REDUCIDO. FRÍO PENETRANTE. LARGOS PERIODOS DE COMPLETA OSCURIDAD. CONSTANTE PELIGRO. DUDOSO REGRESO A SALVO. HONOR Y RECONOCIMIENTO EN CASO DE ÉXITO.

REQUISITOS: - SIN PASADO SANGRIENTO - CONTROL SANITARIO - ESTUDIOS SUPERIORES

Contemplé la opción de contestar a aquel extraño reclamo. Las posibilidades de que fuese una broma de jóvenes ociosos o una trampa del GESS (Grupo de Exterminio de Seres Sobrenaturales) eran muchas. Desde que Naciones Unidas promulgó nuestros derechos, algunos podríamos vivir con normalidad entre los humanos pero la existencia de radicales que no nos toleran nos obliga a ocultar nuestra condición. Por 56

otro lado, los anunciantes son sometidos a rigurosos controles mínimo incidente terminara con un nuevo niño lobo por y filtros de seguridad por los medios de comunicación y eso le contagio. Y así crecí, sólo y sobreprotegido, otros trece años da cierta credibilidad a la oferta y una esperanza de que más. fuese real. Y yo necesitaba que lo fuese. Al final, contesté. La entrevista La infancia Iba en el ascensor que me llevaba a la entrevista que Como ya habrás adivinado, soy un hombre lobo y lo soy de podría cambiar mi vida. Viajaba sólo, amenizado con la nacimiento. Además soy hijo único. Nací en plena luna llena y inadecuada sintonía de I say a little prayer de Burt eso marcó mi carácter y el de mis padres. Para ellos fue muy Bacharach. Al llegar al piso solicitado las puertas se abrieron traumático el parto en pleno bosque, ocultos de miradas con elegancia y me presentaron un amplio y solitario vestíbulo extrañas. Al amanecer, después de recuperar todos nuestra con un mostrador al fondo tras el que esperaba una sonriente forma humana, decidieron no volver a pasar por aquello e e impecable recepcionista. Mientras me acercaba, observaba hicieron todo lo humano y no humano que fuese necesario para su conjunto azul y, en especial, el adorno rojo que sujetaba su lograrlo. Mi madre era maestra de primaria y cuando no pelo. estaba en la escuela educando a sus alumnos, estaba en casa —Buenos días —dije cuando llegué al mostrador. vigilándome a mí. Adoraba a «sus niños» como ella los llamaba —Buenos días —respondió la encantadora chica del tocado y volcaba en ellos el amor que hubieran necesitado mis rojo—. ¿En qué puedo servirle? hermanos además del que a mi me correspondía. Mi padre —Estoy citado para una entrevista. tenía su estudio de arquitectura en casa y así pudo —Muy bien. Coloque, por favor, su mano derecha aquí — controlarme sin necesitar de buscar ayuda en otras manos. Y dijo señalando con su dedo índice un lugar exacto en el digo bien con controlarme porque su actitud se parecía más a mostrador. una cámara de vídeo-vigilancia que a la de un padre. De su Acerqué mi mano al lugar que me había indicado y solo con mente y sus manos salió la casa donde vivíamos con nuestro rozar la superficie noté como comprobaba la información en secreto. Estaba insertada en el mismo bosque donde nací, su dispositivo intraocular. En dos segundos ya debía saber camuflada entre viejos pinos de más de cien años. Los vecinos todo lo que necesita sobre mí. Se levantó y se dirigió hacia más cercanos estaban al menos a dos kilómetros de distancia. una puerta que había en un lateral. Hasta los 5 años no estuve con otros niños por temor a que el 57

—Acompáñeme Sr. Bafaluy —dijo mientras abría la —Señor Bafaluy, ¿qué espera usted de esta entrevista? — puerta—. Enseguida estarán con usted. Puede esperar aquí. me preguntó sin preámbulos la mujer. Cuando se disponía a salir me preguntó: —Conseguir una plaza para ese peligroso viaje—respondí —¿Necesita algún relajante antes de la entrevista? El parafraseando el texto del anuncio. escáner indica que tiene niveles altos de adrenalina y la —¿Adónde supone que es el viaje? sudoración empieza a ser excesiva. —¿Tal vez a la Antártida? —le dije con indiferencia—. El —No,… Gracias. No necesito nada —le dije titubeando. destino no es primordial para mí. Noté como el rubor subía a mis mejillas. —¿Y qué le parecería ir a La Luna? —replicó el hombre —Tiene un pequeño cuarto de baño tras aquella puerta. Si joven. cambia de opinión, me tiene justo aquí al lado. —¿La Luna? ¿Un hombre lobo en La Luna? Será una broma, Cerró con elegancia la puerta y me dejó solo, lo cual ¿no? aproveché para constatar que el sudor ya alcanzaba la camisa —Parece desconocer su propia naturaleza, Sr. Bafaluy. y acudí presto al cuarto de baño para recomponerme lo mejor ¿Sabe cuál es la verdadera causa de su transformación? posible. Me quité la chaqueta, la corbata y la camisa y me —La Luna llena. Todo el mundo ha visto películas que refresqué con papeles humedecidos. Después realicé el representaban con mucha imaginación una transformación, proceso inverso: me sequé con papeles secos, me puse la aunque pocas personas las han contemplado en la vida real. camisa, la corbata y para terminar, la chaqueta. Me atusé los —No esperábamos que usted, con sus estudios y tan pelos descolocados y salí del cuarto de baño. implicado en el caso, no intentase al menos encontrar una Ahora había tres personas en la sala, dos hombres y una explicación a su «problema» —dijo el hombre joven mujer, todos vestidos totalmente de blanco, ellos con traje encomillando esta palabra con un gesto de sus dedos índice y (incluida la corbata) y ella con un vestido ajustado sin mangas. corazón. Cada uno estaba mimetizado en un sillón blanco y dudo de si —Lo intenté hace bastante tiempo pero sin éxito. Al final no estarían allí cuando entré por primera vez. Frente a ellos, lo acepté como algo genético y desistí de darle otra separado por una mesita de café, había otro sillón blanco explicación. ¿Acaso lo saben ustedes? dispuesto para mí. Antes de sentarme saludé a los tres con un —Sabemos la causa, sí —dijo la mujer. escueto «Buenos días» pero solo recibí respuesta de uno de —Ilumínenme —dije con un tono de incredulidad. ellos, el que parecía mayor y más amable. —Helio-3. 58

—¿Helio-3? buscaban. Antes de tomar una decisión drástica preferí —El Helio-3 nace en las estrellas y viaja gracias al viento indagar en sus intenciones. solar por todo el universo por lo que es abundante en el —Suponiendo que sus teorías fuesen ciertas, ¿por qué espacio exterior y, en especial, en la superficie de La Luna. En están tan interesados en mi salvación? ¿Qué conseguirían La Tierra es muy escaso ya que el campo magnético lo rechaza ustedes con ello? y el que hasta ahora se ha encontrado proviene en su mayoría —Su salvación sólo suponía una excusa para que se de meteoritos. El Helio-3 es lo que provoca su mutación. implicara en el proyecto —dijo el hombre joven—. Como usted Ahora bien, necesita estar muy expuesto a su influencia y eso sabe, cuando recupera su forma humana, su cuerpo se renueva ocurre en el cenit de la conjunción Sol-Tierra-Luna. curando todo tipo de heridas, lesiones o enfermedades y así Ante esta explicación me quedé callado mirando fijamente logran ustedes su desmesurada longevidad. Para el ser humano a su autora. normal, las largas estancias fuera de La Tierra conllevan un —Entonces, ¿qué creen que me ocurriría si fuese a La progresivo deterioro de los sistemas inmunitario y óseo. Luna, rodeado completamente de Helio-3? —Lo que quiere decir es que estudian la sustitución de —No lo sabemos exactamente. Nuestros modelos teóricos simples humanos por hombres lobo en la colonización del nos indican que una alta y continua exposición a Helio-3 en espacio. Y yo sería su primera cobaya, ¿no? sujetos de su especie puede conllevar una curación total de —Usted y otros dos especímenes —aportó la mujer. sus síntomas. —¿Hay más candidatos? —O podría matarme o convertirme en un ser —Como dijo Paul Valéry: «Un hombre solo siempre está en todopoderoso —aporté con ironía. mala compañía» —volvió a sentenciar el hombre mayor. —Como dijo Paracelso: «Nada es , todo es veneno; la diferencia está en la dosis» —dijo con una sonrisa el La madurez hombre mayor que había permanecido callado hasta ahora. A los 18 años llegó la hora de abandonar la madriguera. Ni —¿Y saben cuál es la dosis que recibiría? mi madre, que centraba toda su atención en sus camadas —No. Pero podemos controlarla —dijo la mujer. adoptivas, ni mi padre, que seguía creando hogares asépticos No sabía si reír o salir con furia de aquella especie de para gente desconocida, pusieron objeción alguna a mi marcha, aquelarre que me rodeaba donde yo era el sacrificio que e incluso colaboraron con una importante asignación periódica que les permitiría mantener la conciencia tranquila. Desde 59

entonces, el único contacto que manteníamos era un mensaje Empezamos a salir. Dábamos largos paseos por la al mes con acuse de recibo que coincidía con el día después de naturaleza. Yo le explicaba todo sobre cada planta que se nos la mutación. Más conciencia tranquila. presentaba por el camino y ella al mismo tiempo la replicaba en su cuaderno. Ella aprovechaba cualquier descanso para Comencé estudios de Botánica en una antigua universidad retratarme. Me pidió que posara desnudo y lo hice sin dudar. del siglo XX. Ya sea por inercia o carácter inducido, me Me dijo que entrara en aquella poza y lo hice sin dudar. Entró mantenía aislado del resto de alumnos y profesores además ella en la poza y lo hicimos sin dudar. Cuando terminamos supe de vecinos y cualquier otra persona que tuviese necesidad de por fin qué era la felicidad, pero me duró el tiempo que tardó congeniar conmigo. Y así pasaron los tres años de carrera ella en salir del agua. En su espalda estaban marcadas mis aderezados con infinitos paseos fuera de la ciudad. No me uñas. costó demasiado doctorarme un año después con la máxima nota, por eso inicié de inmediato los estudios de Geología que La llegada terminaron igual que los anteriores con la diferencia de que Faltan treinta minutos para alunizar. Las señales sonoras esta vez conocí a alguien. Mejor dicho: Aral me conoció a mí. nos prescriben órdenes claras. Nos colocamos los trajes presurizados con sus correspondientes escafandras y nos En el segundo año de carrera, mientras preparaba un sentamos en nuestros confortables sillones a pesar de tener examen en la biblioteca, sentí como su mirada se clavaba que ir amarrados. Frente a mí, a la izquierda va Yulia, una alternativamente en mí y en un cuaderno de dibujo. Al cabo de preciosa mujer morena de proporciones clásicas que destaca una hora de incómoda pose de disimulo, arrancó la hoja y la por el color de sus ojos: uno verde y el otro azul. Y, al frente arrugó haciendo una pelota, se levantó y se acercó con todos a la derecha, Ron, un tipo corpulento de mirada sanguinaria. sus aperos. Al llegar a mi lado pasó de largo. Conforme se Desde que salimos de la influencia del campo gravitacional de alejaba arrojó la bola de papel en una papelera y se fue de la La Tierra, hemos notado la acción del Helio-3 en nuestros biblioteca. Cinco segundos bastaron para salir del trance y cuerpos. Ninguno ha sufrido una transformación completa recuperar la hoja que ella tiró. Al desplegarla vi un elegante debido a la impermeabilidad de la nave, pero sí ha aumentado retrato de mi perfil hecho al carboncillo y al pié su nombre y nuestra sensibilidad auditiva, visual y olfativa, aunque dentro un número de contacto. del traje sólo es útil la segunda. También nos podemos 60

comunicar por telepatía, cosa que utilizamos para librarnos de plenilunio nos citamos en el bosque que tanto nos gustaba oídos indiscretos. recorrer. Llegué con antelación para hacer unos preparativos. —Algo va mal. Lo presiento —me dice mentalmente Yulia. Ella lo hizo puntual a la hora concertada. No hubo besos ni Debe ser cierto porque un escalofrío recorre todo mi abrazos, sólo silencio. Esperó a que comenzara yo. cuerpo. Tres segundos más y las alarmas suenan con —Perdóname —dije para romper la tensión. estridencia. El dolor que sentimos en nuestros sensibles oídos —No sé qué tengo que perdonar —dijo sin ninguna nos enloquece. Por la radio nos piden una calma que ellos no entonación—. Creía que la culpa la tenía yo, pero desconocía la tienen. La nave se ha salido del trazado correcto y se dirige razón. sin remisión hacia la superficie lunar a una velocidad excesiva. Le pedí que me acompañara al viejo tocón que utilizábamos El impacto es brutal pese a la baja gravedad. La cápsula está como mesa en nuestras anteriores visitas. Vio la cesta que le destrozada y el vacío nos ha invadido. Ron lucha por respirar era familiar. pero su escafandra se ha roto. La asfixia le colapsa los —Muy caro debe ser lo que haya ahí dentro para que te pulmones y muere. Yulia no responde a mis llamadas mentales. perdone —dijo a modo de advertencia. Permanece frente a mí impasible con su dicromática mirada a Vaciamos el contenido de la cesta en la mesa sin decir ninguna parte. También está muerta. Ambos habían mutado nada y nos pusimos a comer. Mantenía su vista sobre mí completamente y no les ha servido de nada. Yo estoy mientras degustaba cada alimento. Con la excusa de ir a por inmovilizado por las piernas. No puedo evadirme. Me estoy agua al riachuelo cercano, me puse tras ella y cuando ya no me convirtiendo en lobo y eso significa que mi traje debe tener veía le puse una argolla metálica al cuello. La tenía oculta bajo una fuga. La encuentro cerca de la rodilla y la pinzo con los un manto de hojas secas. Estaba unida mediante una fuerte dedos. Estoy atrapado y mi oxígeno se está acabando. Por una cadena a una estaca clavada al suelo. Su primera reacción ante rendija aparece La Tierra en cuarto creciente. No está mal aquel ataque por sorpresa fue levantarse y alejarse, pero la para ser lo último que vea. longitud de la cadena estaba calculada y al llegar al tope, la tensión le hizo caer de espaldas. El enemigo —Por favor, tranquilízate —supliqué. Es por tu bien. Tras el incidente de la poza, mi actitud con Aral cambió Me miró desde el suelo sin entender la situación. radicalmente. Le rehuía. Me llamaba constantemente por —¿A qué está jugando, Cesar? —dijo con temor. todos los medios a su alcance pero yo la ignoraba. El día del 61

—Tranquilízate —repetí con la intención de serenarla —. algo de ropa para que la reemplazase por la suya desgarrada. En unos minutos te va a ocurrir algo y es mejor que No tardó en despabilarse. No recordaba lo que hizo mientras permanezcas atada por seguridad. Cuando el proceso acabe te era loba pero sí lo anterior. Le expliqué lo mejor que pude lo soltaré. sucedido. Escuchó todo sin hablar y después se marchó. Ahora —¿De qué proceso hablas? ¿Qué me va a ocurrir? — era ella quien me rehuía a mí. No conseguí volver a hablar con preguntó con desesperación. ella. Su siguiente transformación fue devastadora. Atrajo —Cuando amanezca te habrás recuperado y te daré todas tanto la atención sobre si misma que el GESS la hizo las explicaciones que quieras. Pero ahora no hay tiempo. Lo desaparecer. que hemos comido nos ayudará a que la experiencia sea menos traumática. El encuentro La Luna asomó por el horizonte y la transformación Me despierto en un lugar desconocido. Estoy seguro que comenzó. Yo podía controlarme debido a la experiencia. Mi me encuentro en La Luna por la baja gravedad que hay. No apariencia se modificaba más bien poco: vello corporal llevo el traje de astronauta sino un mono blanco de fibra abundante, orejas, nariz y ojos más grandes, colmillos sintética. Me incorporo de la cama en la que me encuentro prominentes, musculatura multiplicada y sentidos realzados. pero es difícil acostumbrarse a la nueva inercia. Me siento Además era consciente de todo lo que ocurría a mi alrededor. extraño. Mi alter-ego está callado y jamás había sucedido. Al Ella, al contrario, se estaba convirtiendo en una verdadera salir de la habitación, entro en otra más grande que parece loba. A cada convulsión se alejaba más de su condición humana ser una sala de estar. y cada vez me miraba con más furia. Empecé a temblar como —Veo que ya se encuentra mejor —dice una mujer desde un simple cachorro. su sillón cuando me ve. —Hola. ¿Quién es usted? ¿Dónde estoy y cómo he llegado Recuperamos nuestra forma humana con el ocaso de La aquí? —pregunto sin parar pero calmado. Luna. Yo viví todo el proceso despierto. Vi su lucha por —Sí que se ha recuperado. Viendo su locuacidad no hay soltarse de la cadena, acechar su momento oportuno para duda —dice la mujer con una amable sonrisa—. Me llamo atacarme, sentirse vencida, dormirse, recuperar su Minerva y se encuentra, Sr. Bafaluy, en mi hogar. humanidad. Antes de que despertase le quité la argolla y la —¿Me conoce? tapé con una manta que llevaba preparada. Le dejé también —Usted está aquí porque contestó a mi anuncio. 62

—No esperaba esa respuesta —dije sorprendido—, pero trajes presurizados, cogemos las bicicletas y recorremos los ya me tiene aquí aunque no se como. caminos de regolito prensado del Mare Imbrium hasta llegar a —Supongo que conoce a la organización GESS, ¿no? Pues los Montes Cárpatos y contemplamos la puesta de La Tierra a ellos han saboteado el transbordador que le traía aquí. Sólo la cual ya no echamos de menos. pude salvarle a usted —dijo Minerva torciendo el gesto—. Por muchas precauciones que tomemos siempre consiguen hacernos daño. —¿Hacernos? —pregunto intrigado. —Sí. Yo también pertenezco al grupo de los Seres Sobrenaturales. Aunque mi tótem es el oso. Cuando me harto de miel…

Parece que he encontrado un nuevo hogar. Minerva es entomóloga, más precisamente apicultora. Busca tratamientos para erradicar los perjuicios de nuestro ser conservando los beneficios. Cuando me rescató de los restos, yo mismo era un peligro para mí. La sobredosis de Helio-3 me hizo perder el control y estuve apunto de terminar como mis compañeros de viaje. Minerva me inyectó veneno de sus abejas y ahuyentó el lobo de mí. No fue definitivo pero está cerca de lograrlo.

Hasta llegar yo, vivía sola con la única compañía de sus abejas lunáticas y un par de asistentes cibernéticos. Nos hemos caído bien y algo ha surgido entre nosotros. Ella trabaja en sus experimentos y yo salgo al exterior a recoger muestras geológicas. Tomamos infusiones con miel mientras vemos pecorear a las abejas. A veces nos enfundamos los 63

Lilian Piqueres Casanova. Nacida en Alicante. Su gusto El increíble éxito de Mr. Pepe por la literatura y la filosofía ha estado , siempre presente en su vida y en su formación académica. Licenciada en Derecho, No son más que una ilusión, confiesa, no haber encontrado en esa disciplina terreno para un engaño, un devaneo, vanidad de vanidades, la imaginación. Escribe porque sigue sintiendo la necesidad de que el momento de un momento conocer el sentido de la vida, lo que ocultan las personas, sus nos lo convierte en cenizas, humo, polvo, sombra y viento. deseos, lo que les impulsa e inventar personajes le ayuda a Calderón de la Barca. satisfacer su propósito. En su biblioteca encontrarás a sus maestros. Aunque La Alborada era una amplia avenida cercana al centro de la extraña ver en los estantes y en estrecha selección a Galdós ciudad que constituía una de sus principales vías comerciales y y a Platón, a Gala y a Dostoyevski o a Aristóteles y a Santa en la que se erigían los edificios más caros y modernos de la Teresa de Jesús. localidad. No era aquélla una arquitectura simplemente de Ha escrito algunos relatos cortos y algunos folios de una vanguardia destinada a oficinas. Las fachadas de cristal novela todavía inconclusa. Si alguna vez leéis sus relatos, tintado y de tonos cambiantes con la intensidad de la luz, las marcharéis a recónditos lugares, viajaréis en la historia y os instalaciones capaces de graduar la temperatura interior sumergiréis en la profundidad de lo que sois, pero solo al según las inclemencias meteorológicas externas al edificio o abrigo de una hoguera compartida en una playa, os contará lo las medidas de vigilancia y sistemas de digitalización de los que siente. accesos, no sólo eran explicables bajo el prisma de facilitar un entorno idílico, confortable y seguro a los afortunados trabajadores que allí ejercieran su actividad. Por poco que uno observara los edificios próximos, podía llegar a la conclusión de que habían sido construidos con el ánimo de ser mejor que el colindante, mejor que el predecesor y el mejor de toda la plaza. Lo importante era el protagonismo boyante, de modo que ubicar la sede social de cualquier empresa en la zona, constituía por sí mismo, una acreditación del éxito y solidez económica de la misma. Las escasas construcciones antiguas, 64

que aún permanecían en la plaza, y que pudieran parecer progenitores. Nunca hubo mujer, amigos o afición bastante ajenas a los estragos de aquélla perturbada magnificencia, fuera de su trabajo, como para distraerlo de su cometido, «ya tampoco abrigaban confusión alguna sobre la importancia de habría tiempo para esas cosas», pensaba. su propietario. Era la Alborada sin duda, una zona V.I.P. de la La creación de un prototipo de motor para una industria ciudad. automovilística del país, llevó a Tecnológicas Martin, a su El edificio Tecnológicas Martin S.A, se erigía soberbio con primer éxito empresarial. Fue la ambición de su fundador, la sus siete plantas, en el número treinta y tres de la avenida que llevó a la empresa a consolidarse como una de las mejores Alborada. La construcción pertenecía a un sexagenario que industrias del mercado interior en el campo de las nuevas había dedicado toda su vida a fundar su empresa y, la tecnologías. Y es el Alzheimer lo que en los últimos meses, construcción que llevaba su apellido, no solo debía hacía olvidar al Sr. Martin gran parte de todo eso. materializar todo su éxito, sino también ratificar que el premio recibido por tanto esfuerzo y renuncias, había No era una mañana clara. El cielo plomizo de abril deslucía merecido la pena. la ciudad, confiriéndole un aspecto sucio y gris. Pero ni la Fue la sagacidad y ambición del Sr. Martin, junto con inminente amenaza de lluvia, ni tan siquiera los primeros algunos conocimientos elementales en mecánica motriz, la que destellos de los relámpagos, forzaron a Sofí a abstraerse de supuso el impulso inicial de su sociedad. La singladura sus pensamientos. A pesar de que era temprano, su figura empresarial había comenzado en un pequeño taller de menuda recorría, como una flecha, las avenidas que mecánica para coches, heredado de su padre, que la familia constituían su camino diario hasta el lugar en el que poseía en los bajos de su vivienda, ubicada en el barrio obrero trabajaba. Tan ensimismada iba, que perdió la noción de dónde de la ciudad. La constante inquietud y curiosidad de aquél estaba y solo cuando comenzó a llover con fuerza, fue hombre por extraer de los motores de los autos el máximo consciente de que antes de su entrada a la oficina, debía rendimiento, le llevaba a estar en un estado de constante reunirse con sus tres compañeras en el Café de Aureliano, que creación, de modo que aquéllas piezas metálicas y grasientas se ubicaba en una calle cercana a la avenida Alborada dónde dispersas en aquél cuchitril, llegaron a engullir los mejores trabajaban. años del empresario, al que sumió en una verdadera catalepsia No eran más de las siete de la mañana, cuando Sofí llegó social. Se podría decir, que la vida familiar del Sr. Martin, resoplando a la cafetería dónde era habitual encontrarse con siendo hijo único como era, acabó con la muerte de sus sus compañeras antes de entrar a la oficina. Esas reuniones 65

vertiginosas y de café express en la barra, minutos antes de »El Consejo de Administración y Dirección inglés, nos entrar al trabajo, eran casi siempre sobreentendidas, sin cita envió hace unas semanas a míster Blair, al que ya hemos previa, pero esa mañana todas habían extremado la podido conocer —puntualizó parando su discurso y lanzando puntualidad según lo acordado la tarde anterior. La chica una mirada inquisidora a sus contertulias, por si observaba saludó a Aure, el dueño del café, que le correspondió con un alguna reacción—, para supervisar e inspeccionar nuestras guiño, a la par que le señalaba el rincón más aislado de su local, instalaciones, nuestra organización y a todo al personal de las elegido por sus compañeras para el encuentro, mientras oficinas Martin. En fin, como todos sospechamos, ese hombre tomaban sus consumiciones. será el más que probable nuevo director-gerente de nuestra —¡Buenos días, madrugadoras inusitadas! ¡Casi llego! Sin empresa, que ha pasado a ser filial de Tí and Tí. Pero vayamos aliento y calada hasta los huesos, pero he sido puntual, conste al tema que nos ocupa. Mr. Blair, vino aquí con una orden muy en acta —dijo Sofí fingiendo solemnidad, ante el serio concreta: nuestra gerencia española, debía elegir a uno de semblante de sus compañeras—. ¡Vaya!, ya veo que no está el entre sus directivos, para que le acompañara en el ejercicio horno para bollos. Iremos pues al grano. de supervisión de nuestro negocio y con la condición, de que el »Ya conocéis la mitad de la historia, Technology & Trade elegido no formara parte de su Consejo de Dirección. En Company, más conocida como Tí and Tí Coumpani —pronunció definitiva, uno de los nuestros, será el que le refiera como Sofí en perfecto inglés—, la más importante empresa en testigo directo, cuanto se cuece y se ha venido cociendo en nuevas tecnologías en el mundo, cuya sede se halla en Londres, nuestra empresa. Un asistente de dirección, en definitiva, que compró hace unos meses la mayoría de las acciones de según consiga llevarse o no el gato al agua, determinará la Tecnológicas Martin. Nadie duda de que para Martin, la política de gestión y organización que ejercerá Tí and Tí con empresa ha sido y es toda su vida. Él la fundó y la ha dirigido nosotros, repercutiendo sin duda, en nuestros puestos de durante muchos años. Hoy tampoco duda nadie, que su venta, trabajo. Y ya sabéis, que Mr. Blair, tiene fama de no sólo ha sido posible por la enfermedad de Alzheimer, que le temblarle el pulso para deshacerse de quien no apoye sus fue diagnosticada y porque al consejo directivo le ha decisiones. importado poco los deseos de Martin de no venderla. Lo —Er decí, —interrumpió Clara exagerando su acento apartaron de todo órgano de decisión y como gratitud le andaluz y recogiéndose su melena azabache a un lado—el señó dejaron el cargo de presidente honorífico, es decir, ya no Martin y su cohorte nos ha vendío a «La Titi», y pa colmo, pinta nada. piden que uno de nuestros directores sea un «confeti». Sí. ¡No 66

me mirei así. ¡Mare mía! Un confeti. Un «cotillón», pa que a pesar de los intentos del pobre Jorge por hacerle ver que mentendái. Por mucho que Sofí lo llame asistente —dijo Clara algunas cosas en España se hacen de otra manera. Si creo, que clavando sus enormes ojos negros en los de sus compañeras. ya no le ha vuelto a dirigir la palabra el muy estúpido. »Esto nunca hubiera ocurrido con Martin. Ese hombre no —Calla y escucha Clara. Ante todo no me interrumpáis, hubiera vendido nunca su negocio y menos a una empresa porque pierdo el hilo y además apenas nos quedan veinte extranjera. Jamás quiso desarrollar su negocio en el exterior, minutos —suplicó Sofí a sus compañeras. aunque ello supusiera menor ganancia. »Hemos quedado aquí, porque a nosotras y solo a nosotras, »Ya conoceréis a Blair, ya —advertía Clara—. Con esa como secretarias, tú Rosa de Jorge, el Director de puntualidad tan exquisita, digo yo, ¿no conocerá el concepto Marketing, tú Clara de Santiago, Director de Ventas, Alma de de horario flexible? ¿o es que no le ha dado alguna vez un Jaume Director de Compras y una servidora de Pepe apretón antes de entrar al trabajo? El otro día, me llamó la Responsable de Relaciones Públicas, nuestro Consejo de atención porque llegué cinco minutos tarde. Mis Clara, me Dirección nos pidió hace unos días los contratos de trabajo de llama —puntualizó la chica—, ¿pero qué se ha creído? Y no os cada uno de nuestros directores. De esta circunstancia, lo perdáis, si te marchas más tarde de tu horario, el listo se dedujimos que el asistente probablemente será uno de ellos y calla. ¿Y cuando habla? Lo hace en plural. «Nosotros teniendo en cuenta que hoy han sido convocados los cuatro pensamos». «Nosotros decimos» —dijo en tono de burla por la dirección, para dentro de exactamente una hora, para imitando el acento inglés de Mr. Blair— si te da la impresión mí no hay duda alguna. Así es que chicas —dijo Sofí de que tras sus espaldas va a aparecer toda la tropa del recuperando el tono solemne—, intercambiémonos información Consejo directivo, aunque no haya nadie. ¿Y el bastón que usa, sobre los perfiles profesionales y personales de nuestros sin hacerle falta? Usa uno distinto cada día. ¿Qué es, un respectivos jefes. excéntrico? ¿Para qué lo quiere? ¿Para distinguirse de la »Que sepamos los cuatro entraron de la mano de alguno maná? Pero si se parece a la Pimpinela Escarlata de la novela de los que compone hoy nuestra dirección general. Bueno, aquélla, que escribió hace siglos la Baronesa Orczy de Orcz. ¿Y menos Pepe, mi jefe, que entró en la empresa porque Martin lo mal que le sienta que le den una opinión? Que diga Rosa si debía un favor a su padre. El currículum del hombre, no era no es cierto, que se reunió con su jefe, el director de muy bueno que digamos y su experiencia en el negocio nula, de marketing, para planificar la campaña publicitaria de esta ahí, que para cumplir con el compromiso, Martin lo nombrara temporada y el míster, no consintió que le diera ni una opinión responsable de relaciones internacionales, que como sabéis al 67

viejo le importaban un pimiento. Así mataba de un tiro dos en su mano izquierda su inseparable maletín. Bajo la axila del pájaros, cumplía con el compromiso y colocaba al recién mismo lado, dos periódicos, y en la derecha abrazaba su llegado en un lugar donde no pudiera estorbar. Por lo demás portátil, mientras dejaba descolgar en su muñeca el paraguas, añadiré, que nunca he visto hacer un solo informe a éste del que resbalaba un hilillo de agua que creaba, visto por hombre, es más generalmente los hago yo. En una palabra no detrás, la impresión de que padecía algún problema de sé realmente qué hace en la empresa, aparte de extremar la incontinencia urinaria. Y como aquél hombre estaba siempre cortesía con los jefes y prepararse, cuando hay alguna junta en continua movilidad e inquietud, iba dejando el rastro de su directiva, algún discurso, que siempre he sospechado se los trayectoria con parada y charco incluido, ante las mesas de escriben —puntualizó Sofí. los directores en las que se paraba antes de llegar a su —Pues con esos antecedentes, va a ser el único que vamos despacho. a descartar como candidato, porque todos los demás tienen un Contra todo pronóstico, Pepe había ganado la partida, a amplio recorrido profesional y buena formación académica. todo un tropel de directivos titulados, válidos y sobradamente Así es que chicas, nos queda Santiago, Jorge y Jaume —dijo experimentados. Su imagen callada y esquiva, fue confundida Clara con convicción. por el antiguo consejo de dirección, creyéndole discreto, —Tenemos que irnos —dijo Rosa invitando a levantarse a prudente y sobre todo inocuo. Mr. Blair, sin embargo, sus compañeras—. Creo que todas opinamos como Clara. En encontró en los halagos y sumisión de Pepe, el asistente que unos días conoceremos la decisión. Ya hablaremos. creía merecer. El grupo abandonó a toda prisa la cafetería. En el séptimo En poco tiempo, Technology & Trade, había convertido a piso del edificio Martin, una hora después la junta directiva Tecnológicas Martin en un Leviatán, capaz de devorar todo aguardaba la llegada de los candidatos. saber y experiencia, si no colmaba la insana vanidad de Blair y la ambición de Pepe. Sofí, observaba aquélla nueva atmósfera, No pudo evitar Sofí mirar por la espalda al que desde desde su recién estrenado puesto de secretaria de dirección hacía casi un año, era el nuevo director adjunto de Blair. Mr. general, y se preguntaba, si realmente todo ese escenario de Pepe, como así le llamaba el inglés, pasaba, fugaz y nervioso frustración silenciada y de sobreesfuerzo humillado, podría ante su mesa profiriéndole un mecánico saludo. Aquél día al ser compensado alguna vez, con solo dinero. observarlo a hurtadillas, tuvo la chica que taparse la boca La visita oficial del comité de dirección en pleno, que se para evitar una carcajada. Llegó el hombre empapado. Portaba esperaba al día siguiente, no fue lo que consiguió sacar de sus 68

casillas a Pepe aquélla mañana. Sofí, le había comentado, a su solo honorífico. Además el turno del guarda finalizó hace llegada, que el Sr. Martin, había acudido a primera hora a las rato, y no he podido preguntarle si lo vio salir. oficinas. Así se lo había dicho el guardia de seguridad, que le —Está bien. No tengo tiempo para esto. Si alguien lo ve había facilitado la entrada para que pudiera esperarle en su que me avise inmediatamente y espero que el primero que lo despacho. vea no sea Blair. Desde ese instante, Pepe no había parado de ir de un lado a otro en continua movilidad infructuosa, sin que terminara de El sótano del edificio Tecnológicas Martin, permanecía en ejecutar u organizar cosa alguna. la penumbra forzada que las luces de emergencia —¿Martin? ¿A qué hora? Y ¿dónde está? —preguntaba proporcionaban a la estancia. El edificio se hallaba vacío Pepe, arrugando el ceño sin ocultar su fastidio. desde hacía varias horas y solo el guarda nocturno custodiaba —Yo he llegado a las siete y media y aquí no estaba. El la puerta principal. Martin, había accedido al sótano, después guarda me ha comentado que el Sr. Martin había acudido poco de recorrer cada una de las plantas supervisando las antes de las siete. Le pareció extraño verlo después de tantos instalaciones y allí había permanecido desde entonces. Había meses y sobre todo tan temprano, pero llovía y al decirle apilado unas cajas que le servían de asiento, con el fin de que Martin que esperabas su visita y que aguardaría en tu le proporcionaran la altura suficiente para poder vislumbrar lo despacho, lo dejó pasar. También comentó que Martin había que estaba almacenado. Allí permanecía estático, observando sido muy cortés y que le dijo que echaba mucho de menos una y otra vez los objetos que habían sido retirados, en todo esto y que al acompañarlo al ascensor, le dijo que espera de que alguien se los llevara para destruirlos o prefería subir por las escaleras «para ver como seguía todo» desguazarlos. Creyó reconocer, de entre las siluetas que —relató Sofí, lo más minuciosamente posible. proyectaban las tenues luces, todo lo que allí se amontonaba. —¿Conmigo? ¿En mi despacho? ¿Y dónde está? Lo que me La maquinaria de su oficina. Las antiguas estanterías de su faltaba. Y mañana «El Comité» aquí. ¿Qué querrá? — despacho. Su mesa y su sillón de pie rodado. También le preguntaba Pepe, una y otra vez, mirando nervioso su reloj. pareció ver en un rincón, el primer prototipo de motor que —Lo cierto es que he preguntado en todas las plantas y creó para automóviles, en el pequeño taller de su padre. En el nadie ha visto al Presidente —enfatizó Sofí en un intento de lado opuesto del habitáculo, resquebrajado sobre el suelo, el recordarle a Pepe, que Martin seguía siéndolo, aunque fuera rótulo lumínico que había coronado el edificio con su nombre. Allí, olvidadas y arrinconadas, se esparcían sus horas de 69

esfuerzo, su sacrificio, su creación y todo su ser. Martin, observó por última vez, aquélla estancia que le parecía la escena final de una obra de teatro, en la que antes de bajar el telón, las luces van apagándose hasta dejar el escenario en silencio y en una oscuridad iluminada. Se apeó de su trono de cartón y se marchó.

Pasaban de las cinco de la madrugada, cuando los coches de los bomberos y de la policía cruzaron veloces las principales vías de la ciudad hasta llegar a la avenida de la Alborada. El edificio Martin, ardía por los cuatro costados. El fuego había comenzado en varias plantas a la vez y la policía no tenía duda alguna de que había sido provocado. El ensordecedor ruido de las sirenas, se confundía con el estruendo que provocaba la caída de los cristales de la facha sobre la calzada y encima de los vehículos que allí permanecían estacionados. Las voces de la autoridad, prohibiendo al gentío que se acercaran a la zona y el esfuerzo de los bomberos que parecía inútil, aumentaba más si cabe, la imagen caótica de la situación. El espectáculo estaba servido. 70

Lola Calatayud Ruiz nació en 1968 en Valdepeñas, Ciudad Para cuánto da una sopa Real. Trabajadora social de formación, ha trabajado en Animación sociocultural y en Teatro terapéutico. Ha publicado Hacía frío ese día. Lucía había dejado preparada la noche artículos en la revista de la asociación cultural de Olba, anterior una sencilla sopa que calentó para la comida. Con Teruel . Actualmente publica en su blog: calma colocó sobre el viejo baúl que usaba como mesa, los www.escritovital.blogspot.com cubiertos, un vaso con agua y un trozo de pan; en el centro, el humeante plato con olores a cocina casera. Hacía cuatro años que Lucía vivía en aquella casa de dimensiones pequeñas, donde mesillas, sofás y repisas se acercaban, se rozaban compartiendo formas y texturas. A veces cambiaba de lugar los muebles, intentaba encontrar espacios imposibles, paredes aprovechables, funcionales rincones de varios usos; sólo el baúl de madera oscura era inamovible, ocupaba el sitio perfecto. Se sentó frente a él, el caldo calentaba con el vapor su piel; encendió entonces el televisor. Se arropó bajo su bata naranja y sintió cómo el tejido aterciopelado acariciaba su cuerpo, luego frotó las palmas de sus manos buscando entrar en calor. Se dispuso a comer, descansando ya en casa, tras el trabajo. En la pantalla se sucedían desastres de terribles consecuencias y se acordaba de Constance, espiritual, filosófica, que por nada del mundo comía mientras veía noticias, salvaguardaba el alimento de energías dañinas y su ser entero de agudas dentelladas de mentira o de guerra, tsunamis devastadores, irreversibles. Constance había sido su amor durante diez años y Lucía tenía muchos días marcados por recuerdos junto a ella. 71

Lucía miraba distraída el televisor; cuando algo llamaba en Sorbía la sopa mientras trataba de digerir el resto especial su atención, comentaba consigo misma, cavilaciones y seccionado de un telediario que contaba de artefactos, conjeturas sobre una forma particular de ver y de contar las desgracias, gases tóxicos, oleadas de protestas, porcentajes, cosas. Otras veces bajaba la vista y el volumen. Continuaba mención decorosa al día internacional que se conmemoraba, comiendo lentamente. No esperaba algo distinto; una rabiosa estafas, estampas y hasta trajes de comunión. Ciclones, actualidad precedía la sección de moda, el gran regocijo en el riadas, turbulencias, maremotos, planes de emergencia, leyes, fútbol y un abandono final del ser con el tiempo trampas, juicios, suicidios, sentencias, suposiciones… y nada meteorológico. Le gustaba de forma particular la sección del de publicidad evidente. Seguía acordándose de Constance y de tiempo con sus mapas de fondo y la mujer de melena grácil su enfrentamiento a la vida desde la paz. El caldo le pareció que la embelesaba; este espacio tenía el don de provocarle la de pronto amargo y creyó que el sabor vendría de la tristeza absorción mental y el viaje astral. Lucía fantaseaba, por de las tragedias, de los llantos entre sinrazones, de la proximidad no más, con el avance que pronosticaba buen clima humillación, de la impotencia, de la derrota y del cansancio. El para el cielo que la arropaba, incubando el deseo de ver soles caldo se iba templando y en la pantalla del televisor apareció perennes sobre la fría llanura que habitaba. Del extremo más un atractivo fondo azul y un subtítulo a modo de resumen: «El alejado del mapa al punto en que se encontraba, había un Norte no siempre es el mismo Norte». Lucía, interesada, subió tramo extenso, que la mujer del tiempo recorría el volumen. La locutora del telediario, con chaqueta correcta, tranquilamente, y un amplio vocabulario que embebía a Lucía; mirada gélida y voz intemporal, dijo: una atmósfera que abundaba en gestos, signos, señales, —A dos de las cuatro pistas del aeropuerto de Madri d gráficos comparativos y numerosos hectopascales que le Barajas se les ha cambiado el nombre y esto no es a lgo muy intrigaban. Lucía se quedaba siempre a medio camino; iniciaba usual; la última vez que ocurrió fue hace veinte añ os. La una andadura por los aconteceres próximos y lejanos y se modificación depende del cambio del norte magnético .- Y dejaba llevar, alzaba el vuelo hasta donde la llevaba cada continuó —Aunque la brújula siempre indica dónde está el pensamiento. Cuando amerizaba, la mujer del tiempo ya Norte, el Norte no siempre está en el mismo sitio, varía según terminaba su intervención. Cada día le ocurría lo mismo. el lugar del planeta donde estemos; una situación i nfluenciada Volaba lejos sin lograr escuchar el pronóstico esperado. también por los cambios en los flujos de la tierra y por el paso del tiempo. 72

¡El norte cambiaba! se asombró. ¡Ese punto crucial de Tenerife, en el que esperó la salida del sol desde la balconada referencia! Parecía ser un dato imperceptible para algunos del hotel que daba al oeste, ejemplo elocuente de su poca, pero de gran importancia para el personal de aeronáutica en casi nula, orientación espacial. las pistas de aterrizaje, habían dicho. Mientras, las alumnas continuaban con el jocoso debate, Lucía comenzó después a reír a carcajadas mientras alborotadas con las similitudes y diferencias entre conceptos apoyaba las manos en sus mejillas con gesto infantil. Le habría como «enfrente» y «delante», sin llegar a una conclusión gustado estar en ese momento junto a sus alumnas de la clase satisfactoria. La ejemplar disertación sobre la relatividad de de la mañana, donde ella había hablado de la percepción y de las cosas había dado lugar a múltiples divagaciones. la relatividad de las cosas con un resultado nada previsto. Había decidido comenzar la exposición con argumentos sobre Lucía seguía riendo, ahora más serenamente, frente al el yin y el yang mostrando cómo todo es relativo y nada es baúl, frente a su plato. Decidió que añadiría esta noticia en la absoluto. Más tarde, para ilustrar el tema, recurrió a otro próxima clase como final de un capítulo cargado de anécdotas. ejemplo. En la pizarra dibujó con trazos inexpertos un mapa. Recordó entonces a Einstein, quien demostró que es imposible Mientras extendía con tiza las costas sinuosas, a su espalda hallar un sistema de referencia absoluto y que todo se inició un murmullo que pronto se convirtió en exclamaciones movimiento es relativo. y risas; frente a ella, en el extenso pizarrón, se mostraba una Recuperó entre sus dedos la cuchara apartada y asintió península apenas reconocible, un mar Mediterráneo semejante con la cabeza en su propio pensamiento: «Todo cambia, hasta a un golfo caribeño y un estrecho que se clavaba en la costa el norte». Miró otra vez hacia delante y, para entonces, la lejana del continente vecino como un arpón afilado. mujer del tiempo ya estaba presente. Oyó que habría —¡¿Eso es Cádiz?! ¡Ha unido Ceuta con Gibraltar!— dijo presencia de mar de fondo; un oleaje que se propagaba más una. allá de la zona donde se había generado, con olas de crestas —¡Te has comido el Levante!— exclamó otra. suaves y rompientes en las costas. El viento presente en los Lucía era incapaz de orientarse, confundía los puntos litorales no tenía que ver con su origen, el causante era el cardinales y el hecho de interpretar un plano se convertía en viento que soplaba mar adentro. un terrible suceso donde todo perdía objetividad. Era un Lucía comenzó a sentir un olor característico a salitre, a auténtico desastre en este sentido. ¿Por qué se había metido pescado fresco. Sorbió otra cucharada de sopa y la encontró ella en un terreno tan inseguro? Recordó aquel viaje a muy salada. Miró su plato. Creyó estar soñando. El caldo se 73

había teñido de un color azul marino, pequeñas olas crecían dibujando puntillas de espuma blanca, invadiendo, con la voluntad de las mareas, la oscura superficie del viejo baúl. Por la estrecha ventana un rayo de sol iluminaba cálidamente la habitación, a lo lejos, cada vez más cerca, se escuchaba el áspero graznar de las gaviotas grises. 74

Cristina Gil Romero vive en Alicante desde pequeña, Lonely estudió Filosofía y Letras en la Universidad (en concreto Geografía e Historia). Siempre le fascinó la literatura y expresarse a través de las palabras escritas. Este ha sido su El tren se deslizaba por las vías camino de la estación. Ana primer curso relacionado con el tema y se siente muy feliz de miró su reloj, eran las cinco de la tarde, de repente recordó su realización y agradecida por la oportunidad que supone de el día que era. 20 de abril. Ya habían pasado diez años desde aprendizaje y de poder compartir con su profesor y sus que Luis se marchó a Estados Unidos. Diez años sin verle, sin compañeros las inquietudes que tienen en común. saber de él. De nuevo le vino a la mente cuánto se habían querido, cómo una serie de desencuentros los habían llevado a una separación, no ya física sino a la separación de sus corazones. Miró las ventanillas del tren, había empezado a caer una lluvia que cada vez se iba haciendo más persistente. Continuó recordando, imaginando como podría haber sido su vida si su inseguridad no la hubiese llevado a poner a Luis ante el ultimátum de quedarse con ella en España y rechazar el trabajo que le habían ofrecido o marcharse y con ello terminar su relación. Luis la intentó convencer de que se marchara con él, que la estancia sólo sería temporal. También le dijo que, si lo prefería, podría esperar su vuelta en España y mientras tanto viajarían para verse cuanto les fuera posible. Ana se había arrepentido tantas veces de su negativa a continuar su vida al lado de Luis. Su miedo la había separado de su amor. La lluvia cada vez caía con más fuerza, la tarde se oscureció al igual que sus pensamientos. Se dijo a sí misma que no quería acordarse de aquello, no era el momento y además aún la hacía sufrir. 75

Cuando el tren paró por fin, Ana bajó con su maleta. Todo Sus emociones se encontraron, por una parte se alegró y el mundo se apresuraba para ponerse a resguardo lo antes por otra sintió que se perdiera la posibilidad de quedarse con posible, ella también. Se dirigía rápidamente a la parada de el animalito. Hasta había pensado en un nombre para él, en el taxis, cuando de repente vio a un perrito que se quedó caso de que se quedara a su lado, le llamaría Lonely, mirándola fijamente. «solitario», tal y como le encontró en mitad de la inhóspita Estaba allí, inmóvil, era pequeño, se había mojado con la estación del tren. lluvia y estaba temblando. Ana se detuvo, sus pensamientos se Esa misma tarde se puso en contacto con Carmen. Le frenaron en seco. Pensó que tenía que hacer algo, aquel pareció una chica amable, notó que se alegró al saber que el perrito parecía perdido o tal vez abandonado. No podía perrito había aparecido. Le dijo que hacía tiempo que éste dejarle allí. vivía con su ex-novio, desde que se separaron fue él quien se Sin dudarlo un segundo, después de hablarle y había quedado con el animal. tranquilizarle, le cogió en brazos y decidió llevarle a casa. Al Le pidió a Ana su dirección y le dijo que avisaría a su ex- día siguiente le llevaría al veterinario para que comprobasen si pareja y que si al día siguiente ella estaba en casa, le diría que tenía microchip y de esa manera podían localizar a su dueño. se pasase a recogerle. El perrito se dejó coger en brazos, volvió a mirarla Ana estuvo de acuerdo y quedaron de esa forma. No pudo fijamente y pareció calmarse. Después de coger un taxi y evitar pensar que de nuevo se iba a quedar sola. llegar a casa le acomodó en una mantita sobre el suelo y le puso agua y comida. Cuando llamaron a la puerta, Ana supo que venían a Encontrar a ese pequeño animalito disipó la tristeza que recoger a Lonely. Cuando abrió la puerta le vio, estaba allí, había sentido al recordar a Luis. Se sintió útil y feliz al estar frente a ella, mirándola sonriente y tímido a la vez, era Luis. haciendo todo lo posible para que el perrito volviera a su casa Ella no fue capaz de articular una sola palabra, en un primer o, tal vez, pensó, si su dueño no aparecía podría quedarse con momento. ella. —Ana, ¿no me dices nada, después de tanto tiempo? A la mañana siguiente después de llamar a su trabajo para —Luis... yo... ¿qué haces aquí? decir que estaba enferma, fue con él al veterinario. Después Lonely saltaba y ladraba feliz al ver a Luis, éste le abrazó de pasarle el lector apareció el propietario, era una mujer, y acarició, mientras se le llenaban los ojos de lágrimas. una tal Carmen, ahora tenía su dirección y su teléfono. —¿Estás bien?, ¿verdad?... Te he echado mucho de menos. 76

—Tranquilo, ya estamos juntos. —Ana, ¿qué te parece si mañana sobre esta hora vamos Dirigiéndose de nuevo a Ana siguió hablando. los tres a dar un paseo al parque de aquí al lado y de paso —Vengo a recoger a mi perro, aún no puedo creer que hablamos con tranquilidad? fueses tú quien le encontrara después de estar perdido dos —De acuerdo, hablamos mañana Luis. días. Ana miró al perrito, se acercó a él, le cogió en brazos y —¿Es tuyo entonces, Luis? después de darle un beso le dijo: —Era de los dos, de Carmen y mío, nos separamos hace un —Hasta mañana Lonely, nos veremos pronto, que duermas año y él se quedó conmigo. Cuando ella me dijo que le habían muy bien. encontrado y la dirección para venir a recogerle, supe que —Ana, ¿le has puesto un nombre?. estaba contigo, aquí en esta casa donde vivimos los dos hace —Sí, espero que no te importe, supongo que lo hice años. pensando en el caso en que no apareciese su dueño. ¿Cómo se Ana le miraba con los ojos muy abiertos, después de diez llama realmente? años, allí tenía a Luis. Prácticamente estaba igual, en su pelo —Es Canelo, supongo que no es un nombre muy original, aparecían canas, estaba algo más delgado, pero continuaba pero es el que me gustó. teniendo la misma mirada cálida y la dulce sonrisa que, tiempo —A mí también me gusta, pero ¿le podré seguir llamando atrás, la habían enamorado. Lonely, si no te importa? Sintió como si el tiempo no hubiese pasado, deseó darle un —No me importa Ana. abrazo, pero fue incapaz de aproximarse más a él. Y, sobre —Te lo agradezco. todo, se sintió feliz por haber encontrado a ese animalillo, que había surgido como de la nada y que parecía estar uniéndoles Esa noche los sueños de Ana estuvieron habitados por otra vez. imágenes del pasado, de momentos felices en los que se veía a —Luis, supe hace años que volviste de Estados Unidos, sí misma junto a Luis. Junto con otras en las que veía a Lonely pero ya había pasado tanto tiempo... corriendo por el campo, saltando y jugando, radiante, parecía —Lo sé Ana, entonces los dos teníamos ya otra vida, mirarles a los dos, aunque ella no se veía a sí misma ni a Luis, aquello que sucedió nos llevó por diferentes caminos. aún así percibía que estaban juntos. Luis, se calló por unos instantes y la miró pensativo, Sintió que no tenía miedo, que todo estaba bien, que después apartando la mirada le dijo: siempre lo había estado. 77

Cuando volvió a ver a Luis y a Lonely, tuvo la seguridad de que aquel reencuentro iba a suponer un cambio importante en sus vidas. Ese perrito dulce, que la miraba con ojos sabios, como si la conociera de toda la vida, había logrado que Luis y ella volvieran a encontrarse. Supo que los dos hablarían de lo que había ocurrido años atrás, de lo que les había distanciado, pero sabía que no les iba a importar ya nada de lo sucedido entonces. Lo importante era que ahora ya no iban a estar solos, que la vida les estaba dando una nueva oportunidad de vivir con confianza y alegría, mirando hacia el futuro. Y que a través de aquel ser inocente y bondadoso, de nuevo podría iniciar un nuevo camino los tres juntos. 78

Mar Fraile Pérez tiene marcadas raíces castellanas. Su URU origen salmantino le hace amar las leyendas y las tradiciones. Le encanta leer desde que era niña. Trabaja desde hace años con niños y le gustaría escribir libros para ellos. En el principio los dioses crearon a dos inmortales , Anskor y Surelius, para observarlos y descubrir si era pos ible la vida de especies inferiores y cómo se comportarían. Los dos crecieron como hermanos, unidos por una estrecha am istad. Los dioses, al ver que eran buenos, decidieron pobl ar el planeta y los bendijeron con hijos. Anskor tuvo cin co y Surelius dos. Surelius tuvo envidia de su amigo. Pe nsó que al tener más hijos agradaba más a los dioses, y que és tos eran sus favoritos. Entonces, en su corazón se instaló l a oscuridad, e intentó matar a su hermano. Los dos pelearon con ferocidad y al cruzar sus miradas comprendieron su error. Se esforzaron entonces en limpiar sus corazones y expu lsaron la semilla maligna fuera de ellos. Al instante, la sem illa creció y tomó sus formas. Ahora había cuatro y no dos amigos . El Anskor y el Surelius creados por los dioses con bon dad en sus corazones, y el Anskor y el Surelius creados por la maldad. Aterrados, corrieron a esconderse con los suyos, pe ro era demasiado tarde. De todos y cada uno de sus hijos n ació su doble de maldad. Comprendiendo la inutilidad de hui r hicieron frente a su enemigo, y así comenzó una guerra que s e ha extendido hasta nuestros días, porque cada vez que daban muerte a un felonio —pues así los llamaron— del gue rrero se desdoblaba uno nuevo, impulsado por la maldad del a cto. Sin solución aparente, los nuestros cayeron en la deses peración, hasta que la casta de los sabios, recordando la pro fecía 79 lanzada por uno de los dioses, encontró la solución . Debían «así que hay más como yo. Y la chica, Ilia, ha estado todo este aislar y entrenar, no en el arte de la lucha sino e n el de la tiempo en la isla y yo no me he dado cuenta, y además es mi mente, a un hijo de la casa de Anskor. protectora. Y, ¿tanto tiempo llevo aquí?, ¡cinco años! Me acuerdo de cuando llegué pero no de nada anterior. Tenía —Llegó el momento Ilia —anunció Solom—, esta noche miedo de estar solo. Recuerdo llorar escondido debajo de la hemos de comunicarle a Uru quién es y cuál es el sentido de su cama hasta dormirme. Y recuerdo al viejo Solom que venía a existencia. verme de vez en cuando. ¿Y yo tengo que acabar con una —¿Estás seguro Solom? —preguntó Ilia—, ¿no deberíamos guerra que dura décadas?, se han equivocado de chico. Yo no esperar un poco más?, quizá cuando comience el verano… sé luchar y no soy todas esas cosas que están diciendo». —No —la interrumpió Solom—, el tiempo apremia y no —Duerme ahora. Mañana al alba comenzaremos tu podemos confiar en la rapidez de aprendizaje del muchacho. entrenamiento — dijo Solom adivinando los pensamientos que Hace ya cuatro años de su aislamiento. cruzaban por la mente del chico. —Cierto sabio Solom, pido perdón —se lamentó Ilia—, Uru se dio la vuelta y entró en la cabaña para cumplir las pero como habrás observado la luna mayor está plena y la primeras ordenes de Solom, cuando se dio cuenta de que Ilia menor aún no ha desaparecido. Las estaciones se alargarán le seguía. La miró con cara mitad de asombro mitad de miedo. esta tríada. Urum es pequeño aún. Considera pues, maestro, «¿Adónde iba aquella chica?» pensó Uru, «prefiero alargar un poco su inocencia. enfrentarme ahora mismo al enemigo antes que compartir mi —Ilia —dijo Solom—, conozco tu corazón y tu prudencia, casa con una chica». Ilia se dio cuenta de sus sentimientos, y pero tu juventud te hace ignorante. Los acontecimientos nos con cara de superioridad le dijo: obligan. La casa de Anskor reclama a su heredero para acabar con la maldición. Esta noche hablaremos con él. Le diremos —Uru, soy tu protectora. Eso significa que no me separaré quién es y cuál es su misión, y te mostrarás Ilia. Le dirás de ti en ningún momento y bajo ningún concepto. Llevo cuatro también cual es la tuya. años haciéndolo, debo protegerte. Si yo fallo tú mueres, y Al anochecer Solom e Ilia fueron en busca del chico y le todo estará perdido. Tú dedícate a lo tuyo y yo me dedicaré a revelaron su origen y procedencia. Le dijeron que pertenecía a lo mío —sentenció. la casa de Anskor, le hablaron de la guerra, del porqué de su Cuando amaneció, Uru e Ilia salieron de la casa en busca aislamiento, de su misión y de su destino. «Vaya» pensó Uru, de Solom, pero él ya estaba esperándoles. Ambos pensaban 80 que el viejo sabio iba a aparecer cargado de armas de todo muchachos que la guerra que iban a librar no era física sino tipo, pero se equivocaban. Solom estaba sentado en la hierba mental. Para luchar de forma tradicional ya tenían ejércitos. y a su lado sólo había lo que parecía un tablero de juego. Se Lo que realmente necesitaban era alguien puro, no acercaron con curiosidad y examinándolo atentamente contaminado por ningún tipo de mal, por pequeño que fuera, quedaron asombrados. Se trataba de un tablero rectangular para que no pudiera desdoblarse, dando pie a la continuación con unos dibujos y un laberinto en su parte superior. También de la eterna batalla que libraban. Alguien que además fuera había varias fichas: una blanca, una negra y varias rojas, las capaz de dominar por completo su mente y poder doblegar las cuales Solom estaba colocando alrededor del laberinto. mentes enemigas. Sobre todo una mente en concreto, la de Surelius. Les explicó que hace mucho tiempo los sabios Uru no sabía si preguntar pero al final se descubrieron la manera de acabar con la guerra: la decidió. destrucción mental de aquel que lo empezó todo, a través de —Maestro, ¿no íbamos a entrenar? — alguien inocente, unido a un protector que velaría por su preguntó con cautela. seguridad y le cedería su fuerza mental en caso de Solom lo miró fijamente y le indicó con la necesitarla. mano que se sentara. Comenzó por explicarle —Así pues muchachos —dijo Solom—, ambos debéis el tablero. entrenaros. Tendréis que dominar dos disciplinas, la sincronía —Uru, esto no es un simple tablero de juego, esto es mental y la estrategia. nuestro mundo, y con él te vas a entrenar. La parte inferior Así pasaron los días, entrenando sin descanso. Uru resultó del tablero representa la isla donde vivimos, la ficha blanca ser un excelente mentalista, en muy poco tiempo logró una eres tú. La parte superior representa el enemigo. Las fichas concentración absoluta. Al principio únicamente dejaba la rojas son los veladores del gran cerebro, la ficha negra es el mente en blanco durante largas horas, sin interrumpir este gran cerebro, y el dibujo, el laberinto por el cual habrás de estado con ningún pensamiento que lo distrajera. Más tarde avanzar para llegar hasta él y derrotarlo —dijo Solom. incorporó las percepciones extrasensoriales que recibía de su —No lo entiendo. Creí que íbamos a luchar —dijo entorno: primero de insectos, caracoles y pequeñas plantas; extrañado Uru, mirando a Ilia. después roedores y mamíferos pequeños; más tarde animales Ésta, tenía la misma cara de perplejidad que Uru. El mayores y árboles, hasta que por fin dio el salto hasta sus maestro, armándose de paciencia, les explicó a los dos iguales y logró conectar con las mentes de Solom e Ilia. Había 81 conseguido la sincronía mental. Ilia no se quedó atrás, pues mentales en forma de agudos pinchazos en su cabeza por consiguió los mismos logros que Uru solo que invirtiendo parte de su maestro, lo logró. Respiró hondo, dejó su mente menor tiempo que él. El viejo sabio estaba asombrado y en blanco y comenzó a buscar a su amiga. Como de costumbre, fascinado, y sus esperanzas se afianzaban día a día. El Solom tenía razón. Empezó a distinguir colores y tamaños que proceso de aislamiento y entrenamiento, repetido tantas relacionaba con seres vivos más y menos pequeños. Notó, que veces en el tiempo por sus antecesores, siempre había cuanto más grande era el animal, más le costaba acercarse a fracasado. Nadie creía ya en la profecía. Sólo unos pocos él, al igual que con las pequeñas flores y los árboles. «Eso es confiaban todavía, y él más que ninguno, pues esta vez había por el peso» le había dicho su maestro, «cuanto más pesen una variable, una alteración en la constante. Pero todavía no más te costará aproximarte y retenerlos. Debes emplear toda podía revelarlo. Debería esperar un poco más. tu concentración y tus fuerzas». Uru lo intentaba, pero solo Comenzaba el otoño cuando Solom decidió continuar con el consiguió aproximarse a una rana. Ésta, no paraba de dar entrenamiento. Eligió una mañana ventosa con negras nubes. saltos chapoteando divertida en los charcos que formaba la «No he podido escoger mejor el momento» se dijo el anciano, lluvia, así que desesperado al no poder retenerla, decidió «el viento y la lluvia harán que sea más difícil y tendrán que seguir su búsqueda y encontrar a su amiga. Paseo y esquivó trabajar más duramente». gran cantidad de colores y tonalidades, correspondientes a —Los pensamientos tienen volumen, color y peso —dijo el todos y cada uno de los seres que habitaban la isla, y cuando sabio—, y se mueven junto a sus dueños. Debéis ser capaces ya agotado, iba a darse por vencido, la encontró. Fue de elegir uno, buscarlo, encontrarlo e inmovilizarlo. Ilia, debes impactante. Tanto su color como el brillo que despedía no se alejarte corriendo de nosotros y esconderte, pero no pares parecían a nada que él hubiera visto antes, y ejercían sobre él de moverte. Así, a Uru le será más difícil localizarte, pues te una atracción difícil de resistir. Cuando volvió a la realidad confundirá con animales y plantas. Uru, debes encontrarla y estaba mareado. No sabría decir cuánto tiempo estuvo es ese retenerla. Solo cuando lo consigas podremos proseguir. estado de semiinconsciencia. Fijó su atención en el maestro. Al instante, Ilia empezó a correr y a reír dirigiéndose Era la primera vez que lo veía sonreír. hacia el bosque, mientras Uru sonreía cerrando sus ojos. No —Ya estáis preparados —suspiró Solom—. Id a descansar, sabía si iba a poder concentrarse. Aquello era nuevo, mañana se librará la batalla final. excitante, como un juego. Cuanto más intentaba dominarse —¿Qué? —exclamó Uru—, ¡pero si no me he enterado de menos lo conseguía, hasta que después de varias advertencias nada! ¡no lo he conseguido! 82

—Maestro Uru tiene razón —musitó Ilia—, ninguno de los —He pensado en lo que dijo el maestro —dijo Ilia—, en lo dos ha superado la prueba, si vamos mañana a la batalla, de despistar a los guardianes. pereceremos todos sin remedio. —Yo también —sentenció Uru—, creo que esa es nuestra —Os equivocáis ambos —terció Solom—. Habéis superado única opción. Si atacamos directamente nos vencerán. Lo con éxito vuestro entrenamiento y ni siquiera os habéis dado mejor es que sigamos actuando como hasta ahora. Dejémosles cuenta. Ilia, tú eres la verdadera elegida, heredera de la casa creer que tú eres la protectora y yo , así irán a por de Anskor. Tu entrenamiento consistía no tanto en la mí y podrás tener acceso a Surelius. habilidad mental como en la perseverancia, benevolencia, —Pero eso es demasiado peligroso Uru —advirtió Ilia—, no coraje y disciplina. Cualidades que has demostrado podrás hacerles frente a todos tú solo. sobradamente al velar y alentar al que tú creías tu protegido. —Creo que esa es exactamente mi misión Ilia —repuso el Uru, tú eres el protector. Se te exige sinceridad y sensatez, chico—, concéntrate en el verdadero enemigo. Recuerda que y tú joven amigo, destacas en ambos rasgos. lo importante no somos nosotros, sino todos los que esperan —No puede ser. No puedo hacerlo —farfulló Ilia. que venzamos. —Confía en ti—arguyó Solom—, recuerda que tienes a Uru Con un fuerte asentimiento de cabeza, más por intentar a tu lado. Deberéis romper las barreras de los guardianes fortalecerse que por estar convencidos de sus planes, se para poder acceder a Surelius. Concentraos en el engaño y cogieron de la mano y cerraron sus ojos. Una suave brisa tramad un ardid para despistarlos. Utilizad al enemigo contra acariciaba sus rostros, y dejando la mente en blanco, él mismo. comenzaron a alejarse en busca de su enemigo. Antes de Y diciendo esto, Solom dio media vuelta y los dejó. Uru e marcharse completamente, sintieron como su maestro Ilia se quedaron de pie, contemplando cómo se alejaba su conectaba con ellos. «Recordad, cuando no sepáis qué hacer, maestro. Tenían un nudo en la garganta pues no sabían si lo dejad que el inconsciente guíe vuestras decisiones. Confiad en volverían a ver. Decidieron acostarse en un intento de olvidar vuestra intuición». Reconfortados por los ánimos de Solom, lo que les esperaba al día siguiente, pero no consiguieron tuvieron la sensación de que su maestro nunca les dejaría dormir. Antes del amanecer se pusieron en camino. Se totalmente solos. Respiraron profundamente y concentraron dirigieron al extremo norte de la isla, pues necesitaban sus fuerzas. No tardaron en percibir claramente a los dos sentirse lo más cerca posible del enemigo. Se sentaron al ejércitos. Una cantidad inusitada de colores con distintos borde de un acantilado y fijaron su vista en el mar. brillos, unos más intensos que otros, y frente a ellos un solo 83 color plomizo, levantando una especie de densa niebla que oscuros y tenebrosos que le producían una terrible sensación, engullía todo aquello que se le acercaba. Más allá, tras un como un miedo atávico. Algo que siempre había estado ahí, extenso vacío, refulgían unas mentes sólidas y poderosas, que dormido, y ahora impregnaba todo su ser. Los pasillos estaban iban desde los naranjas más ardientes hasta los rojos más formados por enormes paredes de árboles secos, sin ningún febriles. atisbo de vida. Se adentraban cada vez más en el laberinto, ¡Aquellos deben de ser los guardianes! —exclamó Ilia—, con giros e intrincados recovecos. No había nada reseñable, ¡pero no veo a Surelius! nada para poder recordar el camino de vuelta. Nada para ¡Son muy poderosos Ilia! —dijo Uru—, les pondré un cebo esconderse como le había aconsejado su amigo. Siguió para alejarlos de ahí. Me aproximaré a sus mentes pensando buscando alguna señal que le diera alguna pista sobre su rival. en su jefe y huiré rápidamente. Pensarán que soy el elegido, Estuvo deambulando, perdida, lo que le parecieron horas y me seguirán todos. Entonces tendrás tu oportunidad. horas. Estaba inquieta por Uru. No sabía cómo le habría ido Aprovecha el momento para buscar a Surelius y atacarle. Se con los guardianes. Entonces lo notó. Sintió una sacudida, rápida pues él intentará desgastarte y te agotará. como un pequeño terremoto. Las ramas más altas de los ¡Cómo si fuera tan fácil! —se quejó Ilia—, ¡aún no sé lo que árboles se tambalearon visiblemente y un escalofrío le heló la voy a hacer para poder vencerlo! sangre. Se quedó paralizada un instante, el suficiente para Utiliza el elemento sorpresa. Intenta esconderte y atisbar como una gran polvareda se levantaba veloz en sorpréndele en el último momento —aconsejó Uru. dirección a ella, y asomando entre las oscuras nubes que «No sé dónde pretende que me esconda», opinó la chica. producía, pudo vislumbrar unos terribles ojos fríos, color Mientras se debatía con sus pensamientos, Uru lanzó un sangre, acompañados por unos colmillos blancos como la nieve. ataque directo a los guardianes. Se acercó a ellos sin ninguna Era un enorme perro, y detrás de él había miles de ellos. cautela y, nada más mostrarse, comenzó a huir en dirección Corrían hacia ella rugiendo. Nunca había visto nada con un contraria. Rápidamente los guardianes salieron tras él, aspecto tan feroz. Solo se le ocurrió huir, pero ¿adónde?, dejando el campo libre a la elegida. Ilia se sorprendió, pues se estaba atrapada y perdida en aquel horrible laberinto, en la extendía ante ella el mismo laberinto que había visto tantas mente de Surelius. Con esfuerzo, pues entre el miedo y el veces en el tablero de entrenamiento. « ¿Cómo es posible?» hipnotismo que le producían aquellos ojos estaba paralizada, pensó, pero al instante se adentró en él. Estaba dentro de la se lanzó a la carrera. Se le aceleró el pulso y respiraba mente de Surelius. Comenzó a deambular a través de pasillos entrecortadamente. Su miedo le hacía volverse cada poco 84 tiempo mirando por encima del hombro, y veía como aquellas fracasado». Y cuando estaba a punto de sucumbir lo bestias se acercaban cada vez más. Los ojos de éstas comprendió. Surelius había descubierto que la elegida estaba refulgían y sus bocas abiertas, con sus negras lenguas dentro de su mente, y la estaba atacando con lo que más colgando, jadeaban intentando atrapar más aire del que temía. Tenía que contraatacar y rápido, o acabaría con ella. podían, como si por ello fueran a ser más veloces. Se Acabaría con todo. «No es real Ilia» se dijo la chica, «no aproximaban a Ilia. La chica, con gesto de horror, corría todo sientes el dolor, no pienses en él». Y haciéndose fuerte lo que podían sus piernas, pero por mucho que lo hacía no decidió intentarlo. Intentó levantarse una y otra vez hasta podía deshacerse de ellos. Cada vez se acercaban más. Sentía que lo consiguió, inspiró con ímpetu y con determinación les el aliento fauces en el cuello. Oía el entrechocar de sus hizo frente. Proyectó su fuerza hacia ellos, pensando en un colmillos. Ilia corría, ¡corría!, pero no podía librarse de ellos. gran muro que les empujaba y les alejaba de allí cada vez más Doblaba una esquina, y otra, y otra, y poco a poco fue rápido, hasta que los barrió completamente. Ahora estaba perdiendo sus fuerzas, aminorando, hasta que llegó a una sola, salvo por una densa oscuridad que la rodeaba abertura circular sin salida. Los perros le dieron alcance completamente y avanzaba hacia ella. La atacó, en un abrazo rugiendo, y lanzando poderosos ladridos que le retumbaban en mortal, y empezó a oprimirla cada vez más fuerte intentando los oídos. Ilia estaba horrorizada. Se aproximaron a ella, e asfixiarla. Ilia luchó. Se resistió todo lo que pudo. Ya no podía Ilia retrocedió muy despacio hasta que su espalda chocó con respirar, y casi desvaneciéndose, se acordó de su amigo. el tronco de un árbol. La tenían acorralada. «El árbol» pensó, «Uru» exclamó débilmente. De repente sintió un calor e intento subir rápidamente a sus ramas. Pero su miedo le familiar. Era su amigo que estaba a su lado y acariciaba su hacía vulnerable e ineficaz. Resbaló varias veces y en una de mente reconfortándola. «Ilia brilla. Brilla como nunca lo has ellas los perros la atraparon. Le mordieron los tobillos y la hecho. Yo brillaré contigo». Alentada, concentró su mente en bajaron del árbol. La rodearon e inclinaron sus cabezas la luna llena. Un círculo de un blanco puro e intenso que cada rugiendo, guardando pleitesía al que parecía ser su líder. Este vez se hacía más grande. Uru se unió a su pensamiento, y se aproximó despacio a la chica, casi parecía que sonreía, y juntos agrandaron esa luna mágica hasta que traspasó sus lanzó el primer ataque. Le asestó un bocado en el muslo. En fuerzas y sus mentes y estalló, barriéndolo todo a su paso. Y ese momento los demás comenzaron a ladrar de nuevo y se entonces se dejaron ir, sabiendo que habían vencido, que lanzaron hacia ella asestándole bocados por todo el cuerpo. habían acabado para siempre con el mal, que los suyos serían «¡Ahhh! ¡me van a destrozar!», pensó Ilia. «Lo siento Solom he libres. Sintieron la alegría de los guerreros, el júbilo y la 85 armonía de sus corazones, que se unieron a los suyos, pues juntos, sabían con certeza que ya siempre conservarían lo que les era más querido. 86

Susana Fuentes Román nació en 1972 a orillas del Un día de lluvia Mediterráneo, en Alicante (España) y allí reside.

Estudió la licenciatura de Geografía e Historia y la de Dedicado a quien ha dejado las cicatrices Filología Hispánica, esta última aún por terminar. En la más profundas e imborrables en mi corazón actualidad está al otro lado del pupitre y se dedica a la enseñanza. La lluvia había creado un enorme caleidoscopio en las Desde niña comenzó su amor por la lectura de la mano de cristaleras de la librería que permitía a Elena disfrutar de un los antiguos —que no viejos— cuentos infantiles de su madre. pequeño juego que siendo niña compartía con su padre desde Su afición por la escritura nació más tarde y aún más tarde ese mismo mostrador. decidió compartir sus trabajos con alguien que no fuera ella Por aquel entonces tenía que sentarse en un taburete alto misma. para que sus ojos quedaran a la misma altura que los de su Desde enero de 2003 formó parte de la Revista Digital padre y así poder competir en igualdad de condiciones. Literaria Oxigen, dirigida por Óscar Bribian. Desde octubre Observaban las siluetas deformadas de la gente que pasaba de 2006 y hasta la fecha colabora con la Revista Digital por la calle y trataban de adivinar parte de sus vidas: dónde Literaria Palabras Diversas www.palabrasdiversas.com iban, de dónde venían, a qué se dedicaban... En estas dos revistas y en otras, como Katharsis, ha Ahora era ella la que trabajaba allí, en la librería que su publicado diversos relatos cortos, microrrelatos y algún padre había regentado durante 40 años y era Laura, la menor artículo relacionado con la literatura. de sus tres hijos, la que se sentaba en el taburete para estar a su altura. ―Yo creo que va a la cafetería de la esquina para tomar un helado con su novia. La vocecilla aguada de la niña sacó a Elena de su ensimismamiento. ―¿Un helado has dicho? No creo que vaya a tomar ningún helado con la que está cayendo y con el frío que hace. ―¿Y por qué no? Siempre es buen momento para tomar un helado. 87

―Porque no, cielo, porque no ―sentenció la madre Inmerso en aquellos pensamientos, ni siquiera la vio venir mientras colocaba un par de libros infantiles en la estantería y, sin saber cómo, sus paraguas quedaron enredados. correspondiente. ―Oh, disculpe ―musitó cuando se dio cuenta de qué era lo Esa afirmación tan categórica como insustancial era la que había sucedido y vio la cara contrariada de la muchacha forma que tenía Elena de cortar cualquier encadenado de que circulaba en sentido contrario al suyo y dueña del preguntas de sus hijos que previera largo e interminable. Y paraguas que había decidido entrelazarse en ese extraño mientras daba por concluida la conversación, se fijaba en la abrazo con el suyo. cicatriz que tenía en la sien derecha el joven moreno al que su «A ésta sí que le dedicaría toda una tarde o todo un fin de hija había concedido devoción por los helados. semana incluso», pensó mientras sus manos trataban torpemente de deshacer el enredo que habían formado la Acariciaba la marca en su sien derecha sintiendo todavía pareja de paraguas y sus ojos la recorrían de arriba a abajo los dedos de ella recorriéndola con esa dulzura que a él le confirmando su primera impresión de aquella morena de ojos resultaba tan empalagosa y tanto despreciaba mientras verdes vestidos de tristeza. planeaba la forma en la que iba a conseguir desembarazarse Ella dio un tirón, desesperada ante el empeño de las de su amante pero sin dejarle mal sabor de boca y sin varillas en mantenerse entrelazadas. Con ello no consiguió el perderla del todo. Siempre había pensado que era interesante objetivo deseado sino rasgar la tela de su paraguas tener a un grupito variado de admiradoras satisfechas que convirtiéndolo en unos jirones de tela inservibles para estuvieran dispuestas a retomar la relación más adelante en protegerse de la lluvia que en ese momento caía intensa e caso de ser necesario. Esta cuarentona de buena posición inclemente sobre su persona. podría sacarle de algún apuro económico o podría conseguir Se le escapó un pequeño gemido de disgusto mientras en que se sintiera de nuevo encantada con satisfacer alguno de su cabeza resonaban palabras bastante desagradables sus carísimos caprichos tal y como venía haciendo los tres maldiciendo su mala suerte. últimos meses. Gracias a ella lucía aquel reloj en la muñeca y ―Lo siento, lo siento de veras ―volvió a farfullar Javier acumulaba esa cantidad de aparatitos electrónicos tan mientras pensaba en cómo aprovechar aquella situación para sofisticados pero sus dotes como amante dejaban mucho que conseguir una cita con la morena―. Ha sido culpa mía, iba desear y cada encuentro se había convertido en una ansiosa distraído pensando en mis cosas. cuenta atrás deseando que la separación llegara cuanto antes. 88

―No, para nada. Ha sido culpa mía por haber dado ese empezara a andar junto a él hacia donde había indicado que se tirón pero es que parecía que se enredaban cada vez más y no encontraba su automóvil. se iba a deshacer nunca el lío de varillas. ¿Se ha roto el tuyo? ―¿Cómo? Perdona, no he entendido bien lo que has ―No, tranquila, el mío está perfecto. Déjame ver si se querido decir ―contestó ella alzando los pómulo y arrugando puede hacer algo por arreglar el tuyo. los ojos en un gesto muy suyo que reflejaba perplejidad e Los dos dirigieron la vista hacia los pedazos de tela incredulidad. rasgada y a continuación cruzaron sus miradas con una misma ―Si te presto mi paraguas, luego tendrás que expresión y una misma idea: aquello no tenía arreglo posible, devolvérmelo ¿no? Pensaba que habíamos quedado en ello, había quedado definitivamente inservible. ahora te apunto mi teléfono y en cuanto puedas, mañana ―Insistió en que se ha roto por culpa mía, permíteme viernes por ejemplo, me lo devuelves. Mira, ahí en la esquina acompañarte a donde sea que fueras o si eso te incomoda, hay una cafetería en la que podríamos quedar para llevar a toma el mío prestado; te dejo mi teléfono y cuando puedas, cabo el intercambio: tú me traes el paraguas y yo te invito a me lo devuelves. Ya te has mojado demasiado ―afirmó un café. ¿Te parece bien? mientras se acercaba a ella y colocaba su paraguas sobre ―La verdad es que soy más de tomar té ―dijo ella ambas cabezas. automáticamente, con el pensamiento centrado en su aspecto ―Iba a coger al coche para ir al trabajo, está ahí mismo, desaliñado tras el remojón. aparcado frente a la librería. ―Bien, en ese caso, tomaremos té. ¿Mañana a las cinco de ―Vamos hacia allí entonces ¿o quizás prefieres que te la tarde te parece buena hora? acompañe a casa para cambiarte de chaqueta? ―No sabría decirte ahora mismo. Ése es mi coche, el rojo ―Ya voy con el tiempo pegado, eso me haría llegar muy ―señaló cambiando rápidamente de tercio. Muchas gracias tarde y no quiero que me vuelvan a llamar la atención por eso, por acompañarme, nos vemos en otra ocasión. no importa, ya se secará. ―Por supuesto, toma mi paraguas y apunta mi número o ―Tomo nota, eres tardona. De todas formas, yo acudiré dame el tuyo si lo prefieres ―insistió mientras lo plegaba y se puntual a nuestra cita y te esperaré sin desesperar ―afirmó lo ofrecía. con una sonrisa burlona y confiada mientras le empujaba por ―Te estás empapando. No es necesario que me lo des, ya de una forma muy sutil pero con la suficiente estoy dentro del coche a buen resguardo de la lluvia. decisión como para que ella obedeciera sin pensarlo y 89

Él insistió un par de veces más, plantado ante la puerta y sus preciosos y preciados zapatos de tacón sonando a cada abierta del conductor, recibiendo de lleno el aguacero que no paso como una bomba neumática. Y todo por culpa de la lluvia y cesaba desde la noche anterior. Ante la imposibilidad de de aquel engreído que no miraba por donde iba. Pero luego cerrar la puerta del vehículo e irse a toda velocidad de allí, tal bien que la miraba a ella ¿pero qué se había creído, que no se y como Eva hubiera deseado, optó por aceptar y finalizar estaba dando cuenta? como fuera aquel encuentro. «Supongo que el muy creído habrá pensado que no veía ―Está bien, dámelo y apunta mi número: 651104398 como me repasaba de arriba a abajo y se paraba Tal y como tenía por costumbre, varió la última cifra para descaradamente en mi escote. ¡Y que confianza en sí mismo! evitar ser localizada pero pudiendo dar la excusa de que le dando por hecho que estaba interesada en quedar con él habrían entendido mal en caso de ser cazada en su mentira. después de haberme arruinado la única posibilidad que se me Consiguió con ello que por fin él se apartara de su puerta; ha presentado hasta ahora de conseguir un empleo y yo pensé se despidió murmurando una despedida y condujo calle abajo que era un puesto perfecto para mí pero parece ser que los tan rápido como la circulación se lo permitió. hados del universo no han pensado lo mismo así que tendré que consolarme con aquello de que todo lo que pasa, sucede por Giró hacia derecha e izquierda varias veces hasta llegar a algún motivo y siempre para bien». una zona muy poco transitada donde pudo estacionar a un Eva torció el gesto porque en realidad aquello le parecía lado, a salvo de miradas curiosas y dejar por fin rodar las un consuelo para pobres de espíritu, no creía que hubiera lágrimas que llevaba reprimiendo desde su cruce con el ninguna fuerza superior que organizara los acontecimientos desconocido de la cicatriz. Y así permaneció durante casi para felicidad o desgracia de nadie. media hora, sin parar de llorar desconsolada. En ese momento, sonó su teléfono móvil. Lo dejó sonar, ni Hacía ya nueve meses que no trabajaba y durante ese siquiera hizo ademán de buscarlo en su bolso. No dejaba de tiempo sólo la habían llamado para hacer una entrevista y el sonar... quizás fuera algo urgente... decidió contestar. día de la ansiada entrevista estaba resultando un completo ―Hola, buenos días ¿Eva Cifuentes? ―era una voz desastre. Debería estar ya en el lugar de la entrevista pero femenina la que le saludaba al otro lado del teléfono. en cambio, allí estaba, con el dinero invertido en la peluquería ―Sí, soy yo, dígame. echado a perder, la máscara de pestañas dibujando sombras a ―Me llamo Lidia y soy la secretaría del señor Román, tenía lo largo de sus mejillas, su mejor traje de chaqueta empapado usted concertada una entrevista con él pero no ha acudido. 90

De repente, todo el derrotismo que inundaba el ánimo de quedaba nadie más por entrevistar hasta el día siguiente. la muchacha se desvaneció y recuperó la fuerza y entereza de Aquella tarde estaba tan despistado y ausente que hubiera la que siempre hacía gala. creído a pie juntillas cualquier cosa que ella o cualquier otro le ―Lo siento, debería haber llamado antes pero con los hubieran dicho. nervios no me he acordado. He tenido un pequeño percance y ―Lidia, me voy ya para casa, mañana terminaré de eso me ha retrasado. Le ruego que me disculpe y, si es organizar las anotaciones que he hecho sobre los candidatos. posible, me dé la opción de realizar la entrevista en otro ―Está bien, señor Román, hasta mañana ―se despidió horario. viendo como su jefe salía por la puerta cabizbajo. ―Imaginaba que le habría ocurrido algo que le había No era en absoluto habitual que Miguel Ángel se fuera tan imposibilitado venir porque la noté muy interesada cuando pronto de la oficina pero a Lidia no le extrañó en absoluto hablé con usted por teléfono el otro día y precisamente después de su comportamiento de ese día. llamaba para darle una fecha alternativa: ¿podría usted acudir a nuestras oficinas el próximo viernes a las cinco de la tarde? Seguía lloviendo ¿desde cuándo llovía? No lo sabía, ni Eva contestó sin pensarlo, no podía creer la suerte que tampoco se paró a pensarlo ni un segundo. Aquella llamada de estaba teniendo: teléfono anónima le había dejado despertado del letargo en el ―Por supuesto que puedo, allí estaré, esta vez sin falta ni que estaba viviendo desde hacía ya varios años. En realidad, él retraso. Muchísimas gracias. ya se había dado cuenta de que su mujer lo engañaba y no sólo Cuando colgó el teléfono ya no veía motivos para llorar con otros hombres (el de la cicatriz que decía la voz de la sino para sonreír abiertamente. Todo le iba a empezar a ir llamada era sólo uno más de un buen montón) sino en el amplio bien a partir de ese momento, estaba segura de ello. sentido de la palabra, prácticamente no compartía nada con él que fuera auténtico pero nunca quiso creerlo. Esa llamada, a la Lidia se sentía feliz, pensó que había hecho una buena que ni siquiera hubiera atendido en otras circunstancias, le obra y eso siempre le hacía sentir bien consigo misma. había afectado tanto porque lo único que había hecho era No conocía de nada a aquella chica pero por la foto que confirmarle lo que sabía pero creía imposible. ¿En qué acompañaba su currículum y por su voz pensó que se merecía momento sus vidas se separaron tanto hasta convertirlos en una segunda oportunidad y, la verdad, no le había resultado desconocidos? nada complicado mentirle a su jefe diciéndole que ya no 91

Vio a la niña sentada en el taburete hablando con su ―Sí, cielo, pero ese día también llovía en nuestros madre, con una expresión tal de alegría que no pudo más que corazones y eso ya nunca más va a pasar porque ni la lluvia sonreír él también a pesar de los pensamientos que le corroían puede tapar el brillo de la luna. Mírala qué hermosa luce en el por dentro. Vio a su madre irradiar felicidad mientras se cielo. acercaba a ella para abrazarla y besarla y recordó el día en el que él y Noelia discutieron cuando él le insinuó la posibilidad de convertirse en padres. «Tú estás loco si piensas que me voy a deformarme, a hincharme y a llenarme de estrías por traer al mundo un bebé que lo único que va a hacer es molestar y no dejarme hacer mi vida libremente». Parecía que todavía estaba oyéndola decir aquello. Sin pensarlo demasiado, entró en la librería y le pidió a la dueña que le recomendara algún libro que le entretuviera y le levantara el ánimo. Ella enseguida le recomendó tres títulos y le dio las razones de su selección. Primero pensó llevarse los tres tomos pero, al mirarla de nuevo, se dio cuenta de que a pesar de haber pasado por delante de aquel establecimiento cada día desde que se mudó a su actual casa, jamás había reparado en aquella mujer y, mucho menos, en aquellos ojos tan hermosos como chispeantes y llenos de vida ¿cómo podía no haberse fijado hasta entonces? Pensó llevarse solo uno de ellos para tener la excusa de volver a por los otros. Y eso hizo. Volvió muchas veces.

―Mamá, llueve sobre la luna, como el día que papá se fue de casa.