Biblioteca De Clásicos Cubanos Casa De Altos Estudios Don Fernando Ortiz
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CASA DE ALTOS ESTUDIOS DON FERNANDO ORTIZ UNIVERSIDAD DE LA HABANA BIBLIOTECA DE CLÁSICOS CUBANOS RECTOR DE LA UNIVERSIDAD DE LA HABANA Juan Vela Valdés DIRECTOR Eduardo Torres-Cuevas SUBDIRECTOR Luis M. de las Traviesas Moreno EDITORA PRINCIPAL Gladys Alonso González DIRECTOR ARTÍSTICO Luis Alfredo Gutiérrez Eiró ADMINISTRADORA EDITORIAL Esther Lobaina Oliva Responsable de la edición: Diseño gráfico: Ernesto Chávez Álvarez Luis Alfredo Gutiérrez Eiró Realización y emplane: Composición de textos: Beatriz Pérez Rodríguez Equipo de Ediciones IC Todos los derechos reservados © Sobre la presente edición: Ediciones IMAGEN CONTEMPORÁNEA, 2005; Colección Biblioteca de Clásicos Cubanos, No. 34 ISBN 959-7078-59-7 obra completa ISBN 959-7078-60-0 volumen I Ediciones IMAGEN CONTEMPORÁNEA Casa de Altos Estudios Don Fernando Ortiz, L y 27, CP 10400, Vedado, Ciudad de La Habana, Cuba PRESENTACIÓN En momentos en los cuales se trabajaba para esta edición de las obras del doctor Tomás Romay y Chacón, sólo nos separaba algo más de año y medio para la conmemoración del 240 aniversario de su nacimiento (21- XII-1764/21-XII-2004). Y no de manera casual se producía el aconteci- miento editorial propuesto por Ediciones Imagen Contemporánea de la Casa de Altos Estudios Don Fernando Ortiz de la Universidad de La Habana. Resultaba más que necesario para esta Colección de Biblioteca de Clásicos Cubanos, en su política editorial, promover en el contexto del conocimiento científico de sus publicaciones, a este simpar iniciador de la ciencia médica en Cuba, promotor principal del estudio de la naturaleza y el hombre. Y es que Tomás Romay formó parte de una elite del pensamiento del XVIII cubano, de aquella Generación del 92 o la Ilustración Reformista Cu- bana, expresión primera y sin precedentes del quehacer imbricador y co- herente en lo político y social, en lo económico, científico y militar; son los tiempos del Despotismo Ilustrado en la Gran Antilla. De Romay, el científico a quien el obispo Juan José Díaz de Espada y Fernández de Landa apoya para la puesta en práctica en 1804 de la vacuna- ción antivariólica —admirable y singular campaña sanitaria, única del si- glo XIX—, tomamos sus textos publicados en 1964 por la Comisión Nacional Organizadora del Bicentenario de Tomás Romay, conmemoración dirigida por la Comisión Nacional de la Academia de Ciencias de la República de Cuba, edición que nos ha servido de base para ésta de Biblioteca de Clási- cos Cubanos. Estos dos volúmenes, ahora en manos de nuestros lectores, contienen el esmerado trabajo de compilación, ensayo introductorio y mon- taje bibliográfico del destacado científico doctor José López Sánchez; ade- más y como complemento informático propio de nuestras ediciones, en ambos libros se incluyen los correspondientes “Índice onomástico”, así como el cuadro cronológico comparado de la vida y obra de Romay, y los acontecimientos nacionales e internacionales de su época. En el cumplimiento del empeño iniciado hace ya un lustro, en la promo- ción del conocimiento de la obra de los “clásicos de los orígenes del pensa- miento emancipador y de las ciencias hasta 1868”, la presente publicación constituye un hito impostergable en el esfuerzo por mantener para las VI\ OBRAS nuevas generaciones en este siglo recién iniciado, el conocimiento del idea- rio formador de “un hombre que quiso y supo abrir cauces de mejoramien- to para su Patria y para su pueblo”. CONSEJO EDITORIAL PRÓLOGO Al cumplirse el bicentenario del nacimiento de Tomás Romay y Chacón, la Comisión Nacional de la Academia de Ciencias de la República de Cuba ha querido conmemorar tal acontecimiento histórico, enalteciendo la memoria de este iniciador del movimiento científico cubano, y ningún homenaje más eficaz que la divulgación de sus múltiples y polifacéticos trabajos. Hasta el presente, solamente se han publicado algunos artículos suyos recopilados en cuatro tomos por Ramón F. Valdés en 1858, bajo el título Obras Escogidas del doctor D. Tomás Romay, cuya edición, aun- que fue un gran esfuerzo en las circunstancias de aquella época, no pudo cumplir su objetivo de dar a conocer la obra del doctor Tomás Romay. Ahora se publican realmente por primera vez sus Obras Completas, donde se recoge la totalidad de los artículos aparecidos en el Papel Perió- dico de la Havana, en las Memorias de la Sociedad Económica de Ami- gos del País, así como la mayoría de sus folletos originales. A los trabajos se les han puesto títulos para identificar adecuadamente las materias de que tratan. Muchos de ellos son informes o dictámenes dirigidos a las instituciones que los solicitaban, forma en que usualmente, en esos tiem- pos, se manifestaba la vida científica o cultural de los mejores talentos cubanos. En la transcripción de casi todos los trabajos se ha respetado la sintaxis y la ortografía originales.* No se ha seguido el rigor cronológico en el orden de aparición de los trabajos porque, dada la diversidad de cuestiones por él tratadas en su larga y fecunda vida, se haría muy difícil la lectura. Hemos preferido agru- parlos por materias para mayor facilidad del lector. Esta edición de las Obras Completas de Tomás Romay constituye el mejor homenaje que Cuba revolucionaria rinde a un hombre del pasado, a quien debemos juzgar en su época y dentro de las circunstancias históri- cas en que desarrolló sus actividades. * Para esta edición se han modernizado la ortografía y sintaxis originales con que los artículos fueran escritos. (N. del E.) 2\ OBRAS Estas Obras Completas van precedidas de un ensayo biográfico, en el que se da un juicio valorador de su contribución en los orígenes de la ciencia en Cuba, y por la cual se ha hecho merecedor del homenaje de la presente y también de futuras generaciones. COMISIÓN ORGANIZADORA DEL B ICENTENARIO DE TOMÁS ROMAY La Habana, 1964. ENSAYO INTRODUCTORIO EL ORIGEN DE LA CIENCIA EN CUBA JOSÉ LÓPEZ SÁNCHEZ El 21 de diciembre de 1764, en la calle de Empedrado número 71, cerca del Hospital de San Juan de Dios, nace Tomás Romay. Fueron sus padres don Lorenzo Romay y María de los Ángeles Valdés Chacón, hija expósita adoptada por la Condesa de Casa Bayona, María Teresa Chacón. No po- seían bienes de fortuna, aunque posteriormente conquistaron una posición económica relativamente acomodada. Inicia sus estudios en el Convento de Predicadores bajo la tutela de su tío paterno fray Pedro. Recibe el grado de bachiller en Artes el 24 de marzo de 1783; y poco después obtiene por oposición la Cátedra de Texto Aristotélico, el 12 de marzo de 1785, por cuyo motivo se le confiere la licenciatura y el magisterio en Artes. Cursa estudios de Medicina en la Universidad Pontificia de San Jerónimo de La Habana, y el 12 de septiem- bre de 1791 aprueba su examen ante el Real Tribunal del Protomedicato, después de efectuar los dos años de práctica con el doctor Manuel Sacra- mento. Ese mismo año hace oposición a la Cátedra de Vísperas (Patología) y la obtiene, y a título de tal se le confieren los grados mayores de licencia- do y de doctor. El día 24 de junio de 1792 recibe el título de Doctor en Medicina. El escenario histórico en que va a iniciarse Romay, en el siglo XVIII, presenta como característica fundamental la consolidación de los elemen- tos nacionales de una nueva clase social: la burguesía cubana. Esta clase estará integrada en su mayoría por una semiaristocrática casta de cuba- nos ricos, propietarios principalmente de ingenios azucareros, los hacen- dados, que han desplazado en sórdida lucha por la hegemonía económica a sus antiguos competidores, principalmente ganaderos y vegueros. Los azu- careros se han enriquecido a costa del comercio exterior y la compra y venta de esclavos. Audazmente tratan de imponer un sistema liberal de comercio exterior y liquidar cuantas trabas del régimen colonialista feudal dificultan su de- sarrollo interno. El ansia de lucro y la competencia extranjera serán los acicates para fomentar un movimiento de superación cultural dirigido, en 4\ OBRAS lo esencial, a impulsar la enseñanza general y el estudio de las ciencias naturales como base para hacer progresar la agricultura y la industria. Estos adelantos en la Isla si bien interesaban poco a la Metrópoli y a los comerciantes españoles residentes en ésta, preocupaban mucho, en cam- bio, a los productores cubanos para obtener el mayor rendimiento de sus tierras. Con la fuerza material y de atracción que es capaz de desencadenar una clase social en ascenso, la naciente burguesía cubana ejerció un poderoso influjo aun sobre los propios Capitanes Generales y altos funcionarios que enviaba la Metrópoli. El más propicio de aquéllos fue don Luis de las Ca- sas, quien al decir de O’Farrill fue “el mejor agente de las pretensiones de los habaneros”. En su época se conjugan factores que favorecen el surgi- miento de una nueva situación económica y social en Cuba. Además, el desarrollo y progreso de orden interno se verá ayudado, y en cierta forma promovido, por condiciones exteriores, tales como la independencia de los Estados Unidos y el vivo interés de esa nación por comerciar con Cuba, el hecho de que España se encontrase en paz con las demás naciones, así como por la revolución en Haití. Con Las Casas se inaugura una etapa que básicamente se asienta en la alianza de los Gobernadores con los grandes señores del azúcar o hacenda- dos criollos. Es al servicio de esta clase a la que se ha unido Tomás Romay como dueño del ingenio azucarero La Amistad, y por exigencia de ella, que encabeza el gran movimiento de reforma económico-cultural representa- do por la creación y actividad de la patriótica Sociedad Económica de Ami- gos del País, el Papel Periódico de la Havana y el Real Consulado.